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LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 85, número 703, julio-agosto 2016, p. 5-20.
¿Existe Evidencia Cientíca de que la Supresión de las Enfermedades Agudas en la Niñez Induce Enfermedades Crónicas en el Futuro?
*¿Existe Evidencia Cientíca de que
la Supresión de las Enfermedades
Agudas en la Niñez Induce
Enfermedades Crónicas en el Futuro?
Resumen
La búsqueda de la comprensión del individuo en su totalidad sintomática ha sido uno
de los propósitos de la Homeopatía desde sus comienzos. A todo lo largo de su his-
toria, los homeópatas se han interesado por la cuestión de que el tratamiento inade-
cuado de las enfermedades agudas en la infancia pudiera conducir a enfermedades
crónicas futuras. Hahnemann advirtió que tratar las enfermedades agudas con medi-
cina alopática, con fuertes dosis de fármacos, o bien suprimir los síntomas locales de
tales enfermedades, incrementaría el riesgo de sufrir enfermedades crónicas futuras.
Burnett propuso la teoría de la vacunosis y advirtió de las manifestaciones crónicas
subsiguientes a la vacunación contra la viruela. Buscando el origen siopatológico de
las enfermedades crónicas, homeópatas franceses las correlacionaron con la reacción
anormal del sistema reticuloendotelial (RES, por sus siglas en inglés).
Estudiando la patología experimental, Maffei atribuyó las manifestaciones sin-
tomáticas al desequilibrio entre los fenómenos inmunológicos de la alergia y la inmuni-
dad. Denominó “meta-alergia” y “para-alergia” a los efectos sensibilizantes y patogéni-
cos de los medicamentos y vacunas, respectivamente.
La hipótesis de la higiene se basa en evidencia de que el desequilibrio de
la respuesta inmunológica en la niñez, especícamente entre las subpoblaciones de
linfocitos Th1 y Th2, es responsable del desarrollo de ciertas enfermedades alérgicas
y crónicas en el futuro.
El factor perturbador para la predisposición a presentar una respuesta alérgica
en el futuro (Th2) es la obstrucción de las manifestaciones naturales de las enfermeda-
des infecciosas (respuesta de Th1) en los niños pequeños. El tratamiento homeopá-
tico busca equilibrar la reacción vital, correspondiente a una respuesta siológica in-
tegrativa, con la posibilidad de regular el desequilibrio de Th1/Th2. Sin embargo, se
carece de estudios clínicos que sustenten tal hipótesis.
**Marcus Zulian Teixeira
*Publicado originalmente en la
revista Homeopathy (2002) 91,
207–216. Disponible en: http://
www.cesaho.com.br/biblioteca_
virtual/arquivos/arquivo_71_ce-
saho.pdf.
**Escuela de Medicina de la Uni-
versidad de São Paulo (FMUSP),
São Paulo, Brasil.
Artículo original
Recibido: enero, 2016. Aceptado: abril, 2016
www.latindex.unam.mx periodica.unam.mx lilacs.bvsalud.org/es/
PALABRAS CLAVE:
Inmunización, Vacunosis,
Hipótesis de la
higiene, Enfermedades
crónicas, Supresión de
enfermedades agudas.
www.imbiomed.com
6LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 85, número 703, julio-agosto 2016, p. 5-20.
Marcus Zulian Teixeira
Introducción
El modelo clínico de la Homeopatía se basa en la
observación minuciosa de los síntomas individuales
(totalidad sintomática), en el estudio de las propieda-
des curativas de los medicamentos (experimentación
en individuos sanos), en la aplicación de un método
terapéutico (principio de similitud) y en la evaluación
del seguimiento del paciente (pronóstico homeopá-
tico). Su propósito es comprender al individuo en-
fermo de forma global y dinámica, observando los
trastornos orgánicos que pasan inadvertidos para el
observador menos atento. Desde los orígenes de la
Homeopatía ha habido reportes de médicos homeó-
patas que han observado, en su práctica clínica, la
ocurrencia o recurrencia de enfermedades crónicas
después de un tratamiento inadecuado de las enfer-
medades agudas.
Esto podría atribuirse al uso de medicamen-
tos, cremas o ungüentos para eliminar síntomas lo-
cales y externos, al uso indiscriminado de medicina
alopática, etcétera.
Para Hahnemann, tales eventos produjeron
un desequilibrio de la reacción vital del organismo.
La escuela homeopática francesa denominó “reticu-
loendoteliosis” a este desequilibrio de la energía vital,
atribuyendo las enfermedades crónicas a la reacción
anormal del sistema reticuloendotelial (RES, por sus
siglas en inglés) ante la agresión externa.
Contribuyendo aún más a la controversia, los
homeópatas hacen referencias frecuentes a la ocu-
rrencia de enfermedades alérgicas y atópicas en los
niños posteriormente a la inmunización. Maffei rela-
ciona el origen de las enfermedades crónicas con la
reacción distorsionada o alterada del sistema RES a
Abstract
Seeking to understand the individual in his symptomatic totality has been an aim
of homeopathy since its beginning. Throughout its history, homeopaths have been
concerned that inadequate treatment of acute diseases in childhood may lead to
future chronic diseases. Hahnemann cautioned that by treating acute diseases with
allopathic medicine, with strong doses of drugs, or suppressing local symptoms of
those diseases, would increase the risk of future chronic diseases. Burnett proposed
the theory of vaccinosis and warned of chronic manifestations subsequent to
smallpox vaccination. French homeopaths, seeking the physiopathological origin
of chronic diseases, correlated it to the abnormal reaction of the reticuloendothelial
system (RES).
Through the study of experimental pathology, Maffei attributed symptomatic
manifestations to the imbalance between the immunological phenomena of allergy
and immunity. He termed the sensitizing and pathogenic effects of medications
and vaccines, ‘metallergy’ and ‘parallergy’, respectively. The hygiene hypothesis
is based on evidence that the imbalance of immunological response in childhood,
specically among the Th1 and Th2 lymphocyte subpopulations, is responsible for
the development of some allergic and chronic diseases in the future.
The deranging factor for the predisposition to future allergic response (Th2) is
the obstruction of natural manifestations of infectious diseases (Th1 response) in young
children. Homeopathic treatment aims to equilibrate vital reaction, corresponding to
an integrative physiological response, it may regulate Th1/Th2 imbalance. However,
clinical trials to support this hypothesis are lacking. Homeopathy (2002) 91, 207–216.
KEYWORDS:
Immunization, Vaccinosis,
Hygiene hypothesis, Chronic
diseases, Acute disease
suppression.
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LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 85, número 703, julio-agosto 2016, p. 5-20.
¿Existe Evidencia Cientíca de que la Supresión de las Enfermedades Agudas en la Niñez Induce Enfermedades Crónicas en el Futuro?
los antígenos, como resultado del desequilibrio entre
la inmunidad y la alergia, denominando “meta-aler-
gia” y “para-alergia” a las enfermedades derivadas
de los estímulos de las medicinas y las vacunas, res-
pectivamente.
La actual “hipótesis de la higiene”, que busca
explicar el incremento de las enfermedades alérgicas
y crónicas a lo largo de los países desarrollados du-
rante las últimas décadas, ofrece evidencia cientíca
que da cuenta de los episodios referidos por los ho-
meópatas. Ésta identica la causa de tales fenóme-
nos con el desequilibrio de la respuesta inmunológica
linfocítica, derivada de la inhibición de las manifesta-
ciones de las enfermedades infecciosas en la niñez.
Existe una mala interpretación tanto de mé-
dicos homeópatas como no homeópatas. Algunos
homeópatas olvidan la manera idiosincrática en la
que reacciona cada organismo. Por otro lado, algu-
nos no homeópatas ignoran la evidencia observada
en la práctica clínica y no creen en los riesgos po-
tenciales de ciertas prácticas terapéuticas reportados
en los estudios cientícos. El presente artículo busca
sustentar algunas de las observaciones empíricas
realizadas por médicos homeópatas en estudios
cientícos modernos.
La hipótesis homeopática:
enfermedades agudas frente a
enfermedades crónicas
A lo largo de los dos siglos de existencia de la Ho-
meopatía, los médicos homeópatas han observado y
evaluado la individualidad y totalidad sintomática hu-
mana. Éstos relacionan la ocurrencia o re-ocurrencia
de las enfermedades crónicas con un desarrollo in-
adecuado de las enfermedades agudas y consideran
a los excesivos tratamientos curativos o prolácticos
como la fuente de este desequilibrio. Han observa-
do que las distintas enfermedades crónicas han sido
resultado de la reacción anormal del organismo ante
agentes morbícos y, a través de distintas formas
reactivas, han encontrado la base siopatológica de
la teoría homeopática de los miasmas.
En el parágrafo 11 del Organon de la Medici-
na1, Hahnemann atribuyó cualquier síntoma, función
o sensación adversa a una reacción anormal de la vi-
talidad orgánica ante un agente morbíco: “es única-
mente el principio vital, en tal estado anormal, el que
puede dar al organismo las sensaciones desagrada-
bles e inclinarlo a las manifestaciones irregulares que
llamamos enfermedad”.
En los parágrafos 72-78 del Organon, él dis-
cute el tema del presente estudio. En el parágrafo
72, divide las enfermedades humanas en dos tipos.
Las enfermedades agudas “son procesos mórbidos
rápidos de la fuerza vital anormalmente desviada,
que tienen la tendencia a terminar su desarrollo más
o menos rápidamente, pero siempre en un tiempo
moderado”. Las enfermedades crónicas son aque-
llas que afectan el organismo incapaz de defenderse
satisfactoriamente a sí mismo con propagación de
la enfermedad y tornándose cada vez más anormal
“hasta que a la larga el organismo es destruido”.
Entre las enfermedades agudas, cita las e-
bres agudas que ocurren como consecuencia de una
“causa excitante y dañina” (alimenticia, climática,
meteorológica, tóxica, ocupacional, psíquica, etcéte-
ra) o del “miasma agudo” contagioso. Como ejemplo
de los miasmas agudos que siempre reaparecen de
la misma manera, reere la viruela, el sarampión,
la tosferina, etcétera (parágrafo 73).
La enfermedad crónica, que se origina a
partir de la infección dinámica por un “miasma cróni-
co” (psora, sycosis y syphilis), puede ser “producida
articialmente en el tratamiento alopático por el uso
prolongado de medicinas heroicas violentas en dosis
grandes y cada vez mayores, con lo que la energía
vital en ocasiones se debilita a un grado despiadado,
en ocasiones, si es que no sucumbe, es gradualmen-
te desviada (por cada sustancia en una forma pecu-
liar) de tal modo que, para mantener la vida contra
estos ataques adversos y destructivos, debe producir
una revolución en el organismo y ya sea privar cierta
parte de su irritabilidad o sensibilidad, o bien exal-
tarlas hasta un grado excesivo, provocar dilatación
o contracción, relajación o induración, o bien incluso
la destrucción total de ciertas partes, así como de-
sarrollar alteraciones orgánicas en uno y otro sitio,
en el interior o el exterior (parálisis interna o exter-
na del cuerpo), con el n de proteger al organismo
contra la total destrucción de la vida por las siempre
renovadas agresiones de tales fuerzas destructivas”
(parágrafo 74).
Reere también una serie de reportes en
donde una enfermedad aguda más virulenta es ca-
paz de mejorar temporalmente una enfermedad cró-
nica preexistente menos virulenta (parágrafo 38).
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Marcus Zulian Teixeira
En los parágrafos 185 a 203 del Organon
critica los tratamientos tópicos y externos que bus-
can suprimir los síntomas externos de las “enferme-
dades locales”, debido al riesgo de transformar una
“infección local aguda” en una “enfermedad crónica
maniesta”, o bien, de empeorar o intensicar poste-
riormente una enfermedad miasmática interna.
Distingue los “males y enfermedades que
dependen de un modo de vida no saludable per-
sistente, así como también aquellas innumerables
enfermedades medicinales provocadas por el trata-
miento irracional, persistente, insistente y pernicioso
de las enfermedades con frecuencia sólo de carácter
trivial”, del gran número de enfermedades crónicas
naturales, resultantes del desarrollo de los tres mias-
mas crónicos (psora, sycosis y syphilis).
Arma que la principal causa del gran de-
sarrollo de la enfermedad crónica es el tratamiento
parcial y supresor de estos miasmas crónicos con el
único objetivo de erradicar “los síntomas sustitutivos
locales que contienen la enfermedad interna gene-
ral”. Estas enfermedades crónicas habrían permane-
cido latentes si no se hubieren utilizado “remedios lo-
cales para sus síntomas externos correspondientes”
(parágrafo 204).
En relación con la vacunación o inmuniza-
ción, que algunos homeópatas sostienen es la causa
de las enfermedades alérgicas y crónicas, Hahne-
mann fue contemporáneo de Edward Jenner (ambos
publicaron sus primeros ensayos en 1796) y elogió el
descubrimiento de Jenner como una forma de tera-
pia “homeopática”, usando un antígeno “similar” en
el tratamiento proláctico de la viruela humana: “la
vacunación universal puso n a todas las epidemias
de la mortífera y terrible viruela hasta un grado tal
que la generación actual ya no cuenta con una clara
concepción de las terribles primeras plagas de virue-
la” (parágrafo 56, nota al pie de página).
En Las Enfermedades Crónicas2, Hahne-
mann caracterizó los tres miasmas crónicos como
formas distintas en las que el organismo reacciona
con brotes y síntomas especícos (psora: sarna, ec-
zema, prurito, etcétera; sycosis: pólipos, verrugas,
catarro crónico, etcétera; syphilis: úlceras, cancros,
necrosis, etcétera). También criticó el uso de la medi-
cación homeopática local dirigida únicamente a tratar
los síntomas superciales de las enfermedades ina-
matorias agudas, sin interés por el tratamiento de la
totalidad sintomática con medicaciones miasmáticas
o anti-psóricas.
En 1890, James Compton Burnett3, un mé-
dico homeópata inglés, describió los síntomas de
perturbaciones mórbidas de “cronicidad extrema”,
posteriores a la vacunación contra la viruela. Éstos
incluían neuralgia, neuritis, cefalea crónica, forúncu-
los, bronquitis, etcétera. Relacionó estos desequili-
brios con los síntomas descritos por Hahnemann en
su discusión del miasma crónico “sicosis”. Burnett
denominó “vacunosis” a este grupo de trastornos
orgánicos que observó consecuentemente a la va-
cunación contra la viruela. Desarrolló el concepto de
que, al suprimir la enfermedad aguda, las vacunas
pueden inducir consecuentemente enfermedades
crónicas, con síntomas predominantemente alérgi-
cos (dermatitis, rinitis, sinusitis, bronquitis, etcétera).
A mediados del siglo XX, siguiendo a otros
homeópatas franceses (Grauvogl, Martiny, Fortier-
Bernoville, Martiny, Zissu), Henri Bernard4,5 relacionó
el miasma crónico de Hahnemann con las formas en
las que el organismo reacciona a las “toxinas”, inde-
pendientemente de la constitución individual. Usando
la teoría de Hans Seyle6 del “Síndrome General de
Adaptación al Estrés”, que dene cualquier enferme-
dad como “una reacción del organismo entero a la
agresión”, Bernard atribuyó la génesis de la enferme-
dad crónica (esclerosis) a reacciones anormales del
sistema RES ante la agresión externa.
En la Constitución Sulfúrica (psora), el orga-
nismo responde con una rápida e intensa reacción
de defensa (inamación aguda), capaz de eliminar
los agentes dañinos del organismo, protegiendo al
tejido de la acumulación de los metabolitos que son
responsables de la cronicación de la enfermedad.
En la Constitución Carbónica (sicosis), el
retraso en la reacción del sistema RES bloquea el
mecanismo de eliminación normal de toxinas, pro-
moviendo una acumulación de “depósitos sicóticos”
en los tejidos, disparando subsiguientemente la ma-
nifestación de la “reticuloendoteliosis crónica” o “es-
clerosis” (agresión tóxica lenta y progresiva al siste-
ma RES): “imbibición hídrica de los tejidos, secreción
crónica de las membranas mucosas, proliferación de
células benignas, reacciones orgánicas lentas y ale-
targadas, tendencia esclerogénica y depresión del
sistema nervioso”. Las causas de este estado, según
estos autores, incluyen los esteroides y vacunas.
En la Constitución Fosfórica (o uórica), co-
rrespondiente al miasma crónico silítico, la reacción
de defensa del sistema RES es inefectiva y caótica,
permitiendo un ataque masivo y desorganizado de
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los agentes dañinos sin eliminación exitosa, desen-
cadenando irritación, ulceración y esclerosis crónica.
Según Husemann y Wolff7, los promotores
de la medicina antroposóca, existe una polaridad
entre las enfermedades agudas y crónicas y entre la
inamación (ebre) y la esclerosis (calculosis, diabe-
tes y cáncer). Enfatizan que “toda supresión de una
ebre o inamación inclina la balanza a favor de una
enfermedad que tiende a la esclerosis” y que “la gen-
te que no sufre las enfermedades de la infancia pre-
senta una mayor tendencia a padecer cáncer”. Citan
los resultados de un estudio en pacientes con cáncer
en Alemania, en donde, en un análisis retrospectivo,
son evidentes los bajos índices de inamación. “En
casos de clara ‘diátesis inamatoria’, la ocurrencia de
una aicción cancerosa fue rara. La constitución, a
través de enfermedades infecciosas, sufre una trans-
formación que reduce considerablemente la disposi-
ción al carcinoma”.
En un estudio sobre las vacunaciones, Brito
y Spozatti8 argumentan contra los puntos “negativos”
de la vacunación, sosteniendo que “no hay estudios
con consistencia cientíca en la literatura homeopáti-
ca que sustenten los puntos negativos puestos sobre
la mesa por algunos autores”. Dichos puntos nega-
tivos incluyen las siguientes armaciones: las vacu-
naciones inducen manifestación alérgica en las vías
respiratorias y en la piel; las vacunaciones pueden
inducir la depresión del sistema inmunológico; las va-
cunaciones alteran la vitalidad del niño; las vacunas
para la tuberculosis y el sarampión únicamente se
encuentran indicadas para niños con desnutrición y
son innecesarias para los niños sanos; los efectos
secundarios de las vacunas son serios y sería mejor
si el niño contrajera la enfermedad y recibiera des-
pués tratamiento homeopático.
De forma similar, advierten de la falta de in-
vestigación cientíca en “el uso de nosodes como
agentes inmunoprolácticos” y en “el uso de me-
dicación homeopática o vacunas dinamizadas en
mayores concentraciones como medida preventiva
y/o terapéutica ante las vacunas convencionales”.
Enfatizando la postura ocial de la Asociación Mé-
dica Homeopática Brasileña que apoya el Programa
Nacional de Inmunización, los autores invitan a los
investigadores en Homeopatía a buscar evidencia
cientíca de las observaciones empíricas referidas
por los médicos homeópatas.
Hipótesis de la patología
experimental: inmunidad frente a
alergia
Walter Edgard Maffei, antiguo profesor de Patología
General y especialista de la Escuela de Medicina de
la Universidad de São Paulo, en su libro Os Funda-
mentos da Medicina9, dene la enfermedad como “el
grupo de alteraciones funcionales y orgánicas, de
carácter evolutivo, que aparece en un individuo afec-
tado por un agente externo, contra el cual su organis-
mo reacciona”. Al dividir los mecanismos de defen-
sa, según su naturaleza celular o humoral, enfatizó
la inmunidad humoral o adquirida, activa o pasiva,
como resultado de los anticuerpos producidos por el
sistema RES dependiendo de la sensibilización an-
tigénica, el genotipo, la edad y el estado nutricional.
Cuando este proceso de inmunidad falla se
producen fenómenos de alergia, el resultado de la
interacción antígeno-anticuerpo en los tejidos. Esto
produce manifestaciones, variables entre los indivi-
duos, después de una alteración o perturbación en la
reacción del organismo que constituye la alergia (gr.,
allos = otro + ergon = fuerza, energía).
En 1905, Clemens von Pirquet10 introdujo
el siguiente concepto: “la alergia representa a toda
la medicina, pues cualquier enfermedad o síntoma
simple representa una reacción alterada del orga-
nismo”. La alergia es resultado del “impacto especí-
co antígeno-anticuerpo que ocurre en los tejidos”,
manifestando síntomas característicos y síntomas
anatomoclínicos. La inmunidad consiste en “el im-
pacto especíco antígeno-anticuerpo que ocurre en
los humores”, en donde los tejidos permanecen sin
afectación, sin mostrar síntomas ni perturbaciones
anatomopatológicas. Dado que estos fenómenos
son opuestos, el equilibrio entre los mismos es res-
ponsable del “estado de salud”: cuando predomina la
alergia, la inmunidad es baja y, a la inversa, cuando
prevalece la inmunidad, la alergia es baja.
Maffei clasica las reacciones alteradas se-
gún su intensidad, duración, dosis sensibilizante y
causa disparadora: hiperergia, hipoergia, anergia,
para-alergia y meta-alergia. “La hiperergia es una
reacción intensa y violenta que indica una máxima
respuesta de ataque de los anticuerpos contra los
antígenos con el objetivo de ubicarlos y destruirlos
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en una cierta ubicación. Corresponde a los fenóme-
nos de Koch y Arthus, con un proceso inamatorio
violento, congestión intensa, edema y posterior ne-
crosis. Después de la destrucción total del antígeno,
se produce la inmunidad. La hipoergia es una reac-
ción más atenuada, no únicamente en su manifes-
tación clínica, sino también en sus manifestaciones
anatomopatológicas, por ejemplo una inamación
crónica”.
Por su parte, “la anergia es la falta de reac-
ción del organismo, que signica una falta de pro-
ducción de anticuerpos, que puede ser positiva o ne-
gativa”. En la anergia positiva, ocurre la resolución o
curación de la enfermedad después de una reacción
hiperérgica inicial en donde los anticuerpos neutrali-
zan a los antígenos. La alergia de los tejidos desapa-
rece y la inmunidad humoral prevalece (v.g., neumo-
nía lobar). Por el contrario, en la anergia negativa, “el
organismo es incapaz de producir más anticuerpos,
dado que ha agotado su capacidad para reaccionar
y, como consecuencia de ello, para defenderse a sí
mismo. Ya no hay alergia ni inmunidad; hay deterioro
y muerte” (v.g., tuberculosis crónica).
En la anergia se interrumpe la producción de
anticuerpos, sin impacto antígeno-anticuerpo en los
tejidos, caracterizándose por la falta de reacción y la
ausencia de síntomas. La para-alergia (gr., para =
funcionalmente anormal + allergon) corresponde al
impacto no especíco antígeno-anticuerpo, “el me-
canismo de defensa más importante de la patología
humana, dado que en la misma la alergia como tal no
existe”.
Esta sensibilización no especíca comienza
in utero y ocurre a través “de todas las infecciones
normales de la infancia, desde las infecciones comu-
nes de garganta hasta las enfermedades exantemá-
ticas y otras, así como las vacunas contra la viruela,
tosferina, etcétera. Todas estas infecciones y vacu-
naciones determinan la formación de anticuerpos
que permanecen en el organismo. Por lo tanto, el ser
humano generalmente se encuentra sensibilizado de
forma no especíca. Cualquier antígeno que penetra
o se introduce en el organismo reacciona con los an-
ticuerpos existentes de otros orígenes y provoca ma-
nifestaciones serias de distintos grados dependien-
do del caso, o bien provoca que las manifestaciones
presentes desaparezcan”.
La para-alergia nos ayuda a comprender la
gran variabilidad de los casos clínicos de cada en-
fermedad, así como su evolución, de una persona
a otra. De forma similar, los resultados falsos positi-
vos o falsos negativos de las reacciones serológicas
(Wassermann, Widal, etcétera), con base en los antí-
genos y anticuerpos, encuentran su explicación en el
fenómeno de la para-alergia.
El término meta-alergia (gr., meta = cambio
+ allergon) se utiliza “para indicar las reacciones al-
teradas determinadas por la acción de sustancias
químicas introducidas al organismo, aplicadas al or-
ganismo o formadas por el organismo mismo, que se
combinan con proteínas orgánicas para formar hap-
tenos (gr., haptein = sujetar), también denominados
antígenos parciales. Estos haptenos reaccionan con
los anticuerpos preexistentes y provocan resultados
variados. Por lo tanto, las reacciones alteradas nega-
tivas o benécas determinadas por los medicamen-
tos también son de naturaleza alérgica o, más pre-
cisamente, meta-alérgica. Las reacciones alteradas
negativas se denominan idiosincrasias o intolerancia
en medicina”. En ciertos casos, el organismo sensibi-
lizado de forma especíca responde a exposiciones
posteriores de un tipo distinto con reacciones alér-
gicas especícas que reproducen los mismos sín-
tomas clínicos provocados por el primer agente: la
dermatitis de contacto puede ser disparada de nuevo
por el contacto con otro agente químico.
Las variaciones de las idiosincrasias huma-
nas se relacionan con la para-alergia y la meta-aler-
gia, las cuales producen síntomas clínicos y anató-
micos claros en pacientes con la misma enfermedad.
“La siopatología de la enfermedad, que constituye
la sintomatología clínica, depende exclusivamente
de la forma en la que el organismo reacciona y no de
la causa que la ha determinado, ni de la lesión ana-
tomopatológica. La forma de reacción del organismo
es producto de la interacción de los caracteres del
genotipo, los cuales son responsables de la homeos-
tasis. Estos caracteres representan el terreno bioló-
gico, el cual varía de un individuo a otro e incluso en
el mismo individuo, dependiendo de la edad, sexo,
estado nutricional y época del año”.
La predisposición de cada organismo para
enfermar (idiosincrasia, terreno biológico) se relacio-
na con el órgano sensible “que responde al impacto
antígeno-anticuerpo, signicando el órgano que ma-
niesta los síntomas clínicos y anatomopatológicos
de la enfermedad. Cuando es posible realizar un exa-
men anatomopatológico, puede vericarse que es un
órgano el que ha sufrido retardo en su evolución o ha
sido alterado embriológicamente, es decir, que hay
una alteración constitucional parcial. Es un órgano
sensible, el locus minoris resistentiae de los antiguos
médicos”.
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Maffei explica la observación de Hahne-
mann de que dos enfermedades similares no pueden
coexistir en el mismo organismo de forma simultá-
nea, con la teoría del bloqueo del sistema RES: “Un
individuo con una enfermedad no puede adquirir otra
concomitantemente porque la primera ya ha estable-
cido el bloqueo de RES; es por eso que, en cualquier
caso, todos los síntomas y signos vericados deben
relacionarse con la misma entidad, dado que nadie
puede tener dos enfermedades al mismo tiempo. De
forma recíproca, si el individuo presenta una enfer-
medad y es capaz de adquirir otra al mismo tiempo,
se curará de la primera.
“Lo mismo ocurre con los medicamentos; to-
dos los fármacos actúan por medio del mecanismo
alérgico. Por tal razón, los efectos varían de un indi-
viduo a otro, o bien incluso en el mismo individuo, de-
pendiendo del estado del bloqueo del sistema R.E.S.
De este modo, el mismo medicamento utilizado para
la misma enfermedad da buenos resultados en un
caso, pero es mediocre o nulo en otro, mientras que
en un tercero puede ser desastroso”. Por lo tanto,
la patogénesis de todas las manifestaciones mórbi-
das se encuentra representada en la alergia, lo cual
permite comprender los síntomas y el modo de evo-
lución de las enfermedades en cada individuo, así
como la acción de las distintas terapéuticas.
Analizando las alteraciones patológicas de
distintas enfermedades humanas (tuberculosis, sí-
lis, colagenosis, etcétera), Maffei describe sus proce-
sos patológicos fundamentales y progresivos confor-
me a distintas fases reactivas del organismo por las
siguientes alteraciones histomorfológicas del sistema
RES: (1) edema; (2) mucoidosis; (3) necrosis broi-
de; (4) brosis y (5) elastosis.
La hipótesis de la higiene
Fisiopatología de los procesos alérgicos
crónicos
Las enfermedades alérgicas crónicas muestran una
respuesta inamatoria bifásica, con una fase inme-
diata y una fase retardada. La respuesta inamato-
ria inmediata ocurre en pacientes con predisposi-
ción genética sensibilizada (atopia), mediada por los
anticuerpos IgE. Al entrar en contacto con IgE en la
supercie de los mastocitos y basólos, los alérge-
nos disparan la degranulación, liberando mediadores
inmunitarios, responsables de las alteraciones sio-
patológicas y los síntomas inmediatos de la alergia.
En la segunda etapa, los órganos afectados
sufren un proceso inamatorio crónico con migración
de eosinólos, basólos y linfocitos. La patogénesis
de las respuestas alérgicas se relaciona estrecha-
mente con la activación preferencial de subpoblacio-
nes especícas de linfocitos T cooperadores, deno-
minados Th2, (en detrimento de las subpoblaciones
de Th1), capaces de producir predominantemente
interleucinas IL-3, IL-4, IL-5, IL-9 e IL-13, las cua-
les activan los mastocitos, basólos y demás célu-
las inamatorias, produciendo las respuestas de los
procesos alérgicos inmediatos y retardados11-13. Las
subpoblaciones de linfocitos T cooperadores se rela-
cionan con la respuesta inmunitaria celular aguda, a
través de la producción de IL-2, IFN-γ y TNF-β.
Después de esta introducción de la siopa-
tología de los procesos alérgicos crónicos, discu-
tiremos la evidencia cientíca actual que indica el
desencadenamiento de enfermedades alérgicas cró-
nicas (patrón de respuesta de Th2) cuando las enfer-
medades inamatorias agudas (patrón de respuesta
de Th1) se han suprimido o tratado inadecuadamen-
te en la niñez, o bien no han logrado seguir su curso
natural.
La hipótesis de la higiene
Formulada inicialmente por Strachan14 en 1989, la
hipótesis de la higiene pretende explicar el hecho
observado empíricamente de que los niños que de-
sarrollan enfermedades agudas a temprana edad,
incluso si tienen predisposición genética a desarro-
llar atopia y otras enfermedades crónicas, podrían
no presentar tales manifestaciones. Por otro lado, la
supresión de la manifestación natural de las infeccio-
nes de la infancia a través del uso indiscriminado de
vacunas o antibióticos, puede favorecer el desarrollo
de síntomas atópicos y crónicos en una etapa poste-
rior. La hipótesis de la higiene, una cuestión contro-
vertida en años recientes, ha sido objeto de muchas
discusiones y revisiones15-28 y de toda una serie de
estudios experimentales.
La hipótesis de la higiene enfatiza que los
factores ambientales y socioeconómicos, asociados
con procedimientos de diagnóstico mejorados, expli-
can el incremento del asma y otras enfermedades
atópicas a lo largo de las últimas décadas en las
sociedades desarrolladas. La hipótesis más plausi-
12 LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 85, número 703, julio-agosto 2016, p. 5-20.
Marcus Zulian Teixeira
ble para tal hecho es que el estilo de vida occidental
(mejores condiciones de higiene y vivienda, familias
más pequeñas, vacunación y uso de antibióticos) se
asocia con menos enfermedades infecciosas en la
niñez, en especial aquellas que estimulan la produc-
ción de linfocitos Th1. Esto es antagónico con la dife-
renciación de las subpoblaciones de linfocitos Th2 (la
respuesta dominante en el feto y el neonato) y favo-
rece el incremento de las manifestaciones alérgicas
futuras.
Estudios recientes proporcionan evidencia
adicional de que las infecciones como los resfriados,
herpes simplex, tuberculosis, hepatitis A y sarampión,
que se maniestan durante la infancia, evitan el desa-
rrollo de enfermedades atópicas en etapas posterio-
res de la vida en las personas con tal predisposición
genética. La exposición a patógenos microbianos en
la niñez, sin infecciones, es suciente para proteger
contra las enfermedades alérgicas 29,30. Sin embargo,
no se observa el mismo efecto cuando los niños son
vacunados contra las mismas enfermedades 31,32.
Aunque no se sabe a ciencia cierta qué in-
fecciones de la infancia desempeñan el papel de un
inmunorregulador en el futuro, los microorganismos
intracelulares y virales presentan la probabilidad
más alta, siendo que desencadenan una vigorosa
respuesta celular inmunológica (respuesta de Th1).
La microora intestinal normal, que afecta la inmu-
nidad sistémica a través del tejido linfoide intestinal,
ha mostrado desempeñar un papel importante en la
inhibición de la respuesta de Th2 a los alérgenos in-
halados.
Esto sugiere que el uso indiscriminado de an-
tibióticos en pediatría a lo largo de las últimas déca-
das, interere con este equilibrio inmunológico33. Los
posibles mecanismos involucrados en la inmunorre-
gulación inducida por las infecciones, se relacionan
con las dos subpoblaciones de linfocitos T coopera-
dores, Th1 y Th2, que son reguladores por inhibición
recíproca. Las células Th1, productoras de IFN-γ,IL-2
y TNF-β, provocan la respuesta inmunológica celular
y la inamación dependiente de fagocitos, así como
la inhibición de la respuesta de Th2. Las células Th2,
productoras de GM-CSF, IL-4, IL-5, IL-6, IL-9, IL-10
e IL-13, provocan las respuestas humorales inten-
sas (incluyendo IgE) y la eosinolia, aunque inhiben
la función de los fagocitos. Los factores genéticos y
ambientales polarizan las subpoblaciones de Th1/
Th234-42.
La dominancia de las respuestas de Th1
se relaciona con la patogénesis de los trastornos
autoinmunes de órganos especícos, incluyendo la
esclerosis múltiple, artritis reumatoide, enfermedad
de Crohn, sarcoidosis y algunos abortos recurrentes
inexplicables. En contraste con ello, las respuestas
alérgicas especícas de Th2 son responsables de las
manifestaciones alérgicas. Sin embargo, la dominan-
cia de la respuesta de Th2 también desempeña un
papel patogénico importante en la esclerosis sistémi-
ca progresiva, en la alveolitis brótica criptogénica y
favorece una evolución más rápida del SIDA43-47.
A pesar de la complejidad del mecanismo, la
ausencia o presencia de infecciones sistémicas en la
niñez determina la expresión fenotípica de los linfo-
citos T dominantes en etapas posteriores de la vida.
Las infecciones repetidas pueden seleccionar subpo-
blaciones de linfocitos Th1 como perjudiciales para
las subpoblaciones de Th2 (probablemente a través
de antígenos de ADN bacteriano y ARN viral), obsta-
culizando la manifestación de la sensibilización alér-
gica en niños con predisposición genética. IL-12 es el
principal mediador involucrado en la promoción de la
diferenciación de los linfocitos Th1, mientras que IL-4
e IL-10 inhiben el patrón de Th1, predisponiendo a la
diferenciación de Th2. Junto con las células asesinas
naturales (NK, por sus siglas en inglés), los linfocitos
Th1 producen IFN-γ, creando un ambiente en don-
de antígenos especícos inducen una diferenciación
generalizada de las células T de memoria (CD4+),
con un incremento de la producción subsiguiente de
IFN-γ. Los niveles bajos de IFN-γ en los niños indi-
can una respuesta de Th1 deprimida y una respuesta
predominante de Th2. Por lo tanto, surge la hipótesis
de que, si la producción de IL-12 no ocurre durante
las primeras infecciones sistémicas de la infancia,
habrá prevalencia de la subpoblación de Th2 en ni-
ños con predisposición genética. Será entonces difí-
cil restaurar más tarde el equilibrio de Th1/Th2 48-50.
Aunque se desconoce el periodo crítico para
la inversión del desequilibrio de Th1/Th2, se piensa
que hasta la maduración del sistema inmunológico
(5–7 años de edad) y, en especial, en los 2 primeros
años de vida, las infecciones sistémicas desempe-
ñan un papel fundamental en el proceso.
13
LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 85, número 703, julio-agosto 2016, p. 5-20.
¿Existe Evidencia Cientíca de que la Supresión de las Enfermedades Agudas en la Niñez Induce Enfermedades Crónicas en el Futuro?
Estudios recientes, que han empleado la
prueba de sensibilización cutánea para los alérgenos
comunes, indican los 5 años como la edad promedio
para que los niños sean clasicados como atópicos
o no atópicos. Aunque la mayor parte de los estu-
dios enfatizan la importancia de los primeros años de
vida para la programación y regulación de la memo-
ria de los linfocitos T, algunas investigaciones mues-
tran que el patrón de Th1/Th2 cambia en inmigrantes
adultos, quienes son genéticamente susceptibles de
sufrir atopia, después de un incremento en la exposi-
ción a enfermedades infecciosas 51,52.
En una revisión sobre el efecto de las distin-
tas terapéuticas sobre el patrón de Th2 en las enfer-
medades alérgicas, Campbell (et al 53) comparan los
efectos de los fármacos con la inmunoterapia con-
vencional. Algunos fármacos (los anti-histamínicos,
corticosteroides, antagonistas beta-adrenérgicos,
cromoglicato de sodio, etcétera) no promovieron una
alteración satisfactoria en el patrón de la respuesta
inmunológica atópica (↑IgE para alérgeno especí-
co; ↓IgG para alérgeno especíco, ↓IgG4; ↑PGE2,
↓AMPc; ↑IL-4 para alérgeno especíco, ↑IL-5, ↑IL-13;
↓IFN-γ y ↓TGF-β; ↑proliferación de células T para
alérgeno especíco) y el uso prolongado condujo a
disfunciones en algunos casos. Sin embargo, la in-
munoterapia convencional invirtió la predominancia
atópica después de varios meses y mantuvo el perl
durante varios años: (↓reacción cutánea inmediata;
↓IgE para alérgeno especíco [Th2 Th1]; ↑IgG para
alérgeno especíco, ↑IgG4; ↓IL-4 para alérgeno es-
pecíco; ↓IL-5; ↑IFN-γ; ↑TGF-β; ↓proliferación de cé-
lulas T para alérgeno especíco). Otras revisiones54-64
han conrmado estos hallazgos.
Por lo tanto, una terapia que estimula la res-
puesta curativa del organismo a través del principio
de identidad (aequalia aequalibus curentur), aproxi-
mándose al mecanismo de acción del principio ho-
meopático de la similitud (similia similibus curentur),
funciona a niveles más profundos que las terapéuti-
cas que utilizan el principio de los opuestos (contraria
contrarius curentur).
Utilizando la hipótesis de la higiene (véase la
Tabla 1) para otras manifestaciones crónicas, Rou-
se65 discute toda una serie de posibilidades en rela-
ción con la variación en la susceptibilidad de los indi-
viduos a la infección primaria por el virus de herpes
simplex (HSV, por sus siglas en inglés), así como la
razón por la que algunos individuos sufren de lesio-
nes recurrentes debido a reactivación viral. Plantea
la hipótesis de que varios aspectos de la inmunidad
congénita, condicionada por la exposición microbia-
na a temprana edad, pueden afectar la susceptibili-
dad para padecer infección por HSV, la naturaleza
de la respuesta inmunológica inicial y la ecacia de
la reactivación de memoria subsiguiente. De manera
similar, se ha sospechado que el incremento de la
apendicitis en los países desarrollados, en contraste
con los países del tercer mundo, puede relacionarse
con un mejoramiento de la higiene, que limita la ex-
posición a las infecciones entéricas y virus benignos
y su desarrollo, conduciendo a apendicitis futura 66,67.
Smith (et al 68) basó su estudio en hallazgos
que muestran la incidencia de leucemia linfoblásti-
ca aguda (ALL, por sus siglas en inglés) en niños.
Ésta mostró índices más altos de variación temporal
y geográca en los países desarrollados durante la
primera mitad del siglo XX e índices más bajos para
los países en vías de desarrollo. Los autores preten-
dieron evaluar la relación entre ALL en la infancia y
las condiciones de higiene, un aspecto del desarrollo
socioeconómico que afecta el índice de exposición a
los agentes infecciosos.
El patrón de la infección por Hepatitis A (HAV,
por sus siglas en inglés) (transmisión oral–fecal) se
utilizó como índice de higiene. Se observó una rela-
ción inversa entre la prevalencia de infecciones por
HAV y los índices de leucemia en la infancia. Ade-
más, hubo reducciones en los índices de infección
por HAV en Estados Unidos y Japón, los cuales al
parecer se vieron precedidos por índices incremen-
tados de leucemia infantil. En un intento por explicar
esto, los autores describen un modelo basado en un
supuesto agente inductor de leucemia relacionado
con los cambios en el índice de infecciones por HAV.
Este modelo apoya la hipótesis de que una menor
exposición a un agente inductor de leucemia en la
niñez, asociada con mejores condiciones higiénicas,
produce índices más altos de ALL en los niños.
14 LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 85, número 703, julio-agosto 2016, p. 5-20.
Marcus Zulian Teixeira
Tabla 1. Estudios clínicos de la hipótesis de la higiene.
Farooqi y Hopkin77
Illi et al 78
Droste et al79
Matricardi et al80
Brooks and
Lemanske81
Kalliomaki82
McKinney et al85
Gibbon et al86
Autores Objetivo Resultados - conclusiones
Modelo de
estudio
Estudio
epidemiológico
retrospectivo
Estudio de cohorte
longitudinal
Estudio de cohorte
longitudinal
Estudio controlado
Estudio clínico
Estudio controlado
con placebo
Estudio controlado
Estudio controlado
Relación entre infecciones de la
infancia, inmunizaciones y enfer-
medades atópicas subsiguientes
en 1934 personas.
Relación entre infecciones en la
infancia temprana y desarrollo
subsiguiente de asma o síntomas
asmáticos en 1314 niños.
Relación entre el uso de antibió-
ticos en el primer año de vida y
desarrollo subsiguiente de asma y
trastornos alérgicos en 1206 tras-
tornos.
Relación entre la exposición a pa-
tógenos alimentarios y orofecales,
en comparación con los virus de
las vías respiratorias, con atopia y
alergias respiratorias.
Asociación entre el incremento de
las endotoxinas en los ambientes
domésticos y la reducción preva-
lente de sensibilización a alérgenos
en 61 niños.
Efecto de Lactobacillus GG sobre
las enfermedades atópicas por
administración prenatal a mujeres
atópicas embarazadas.
Evaluación de los patrones de la
interacción social y las infeccio-
nes en el primer año de vida con
el riesgo de desarrollar diabetes
autoinmune en niños con predis-
posición genética.
Relación entre exposición a
infecciones durante la infancia y
desarrollo de D. mellitus tipo 1.
Tres indicadores: atopia materna,
inmunización para B. pertussis y trata-
miento con antibióticos en los prime-
ros 2 años de vida.
Las infecciones virales repetidas en la
niñez (excluyendo las vías respiratorias
inferiores) podrían reducir el riesgo
futuro de desarrollar asma.
El uso temprano de antibióticos en la
infancia se asoció con un incremen-
to en el riesgo de desarrollar asma
y trastornos alérgicos en niños con
predisposición.
Usando pruebas serológicas, los
autores concluyeron que las alergias
respiratorias son menos frecuentes
en personas expuestas a patógenos
transmitidos de forma orofecal o en
alimentos.
Los autores concluyeron que la
exposición a endotoxinas durante la
infancia se asocia con una reducción
en la prevalencia de sensibilización
alergénica y un incremento de la pro-
porción de las subpoblaciones de Th1.
Lactobacillus GG fue efectivo para la
prevención de enfermedades atópicas
cuando se administró a niños con alto
riesgo en edad temprana. Otros estu-
dios mostraron resultados similares83, 84.
La interacción social proporcionó pro-
tección contra el desarrollo de diabe-
tes en la infancia, pues la exposición
a infecciones puede desempeñar un
papel en el desarrollo de mecanismos
inmunológicos protectores.
Los autores concluyeron que la reduc-
ción de la exposición a infecciones
comunes durante la infancia podría
relacionarse con el desarrollo subsi-
guiente de D. mellitus tipo 1.
15
LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 85, número 703, julio-agosto 2016, p. 5-20.
¿Existe Evidencia Cientíca de que la Supresión de las Enfermedades Agudas en la Niñez Induce Enfermedades Crónicas en el Futuro?
Por otro lado, no podemos descartar la hi-
pótesis de la higiene como modelo para explicar el
hecho si consideramos la respuesta de Th1 como la
más efectiva en las infecciones virales (agente induc-
tor de leucemia viral) y la respuesta de Th2 como “la
causa de los procesos crónicos en general”.
Discusión
El tema central de esta revisión es correlacionar la in-
hibición de la manifestación natural de las enfermeda-
des agudas en la niñez con la ocurrencia de enferme-
dades crónicas posteriores. Las observaciones de los
médicos homeópatas encuentran una base cientíca
en otras áreas del conocimiento médico moderno. Se-
gún Hahnemann, “toda manifestación clínica se origina
de la reacción anormal de la vitalidad orgánica ante un
agente morbíco”. Arma que las enfermedades huma-
nas pueden dividirse en dos categorías: “enfermedades
agudas”, una reacción vital fuerte en un corto periodo de
tiempo, muestran una respuesta rápida y satisfactoria
del organismo; y las “enfermedades crónicas”, que se
desarrollan durante periodos más prolongados. La pre-
disposición del organismo a desarrollar cualquier tipo de
enfermedad se basa en la “capacidad de reacción de la
energía vital orgánica”. Las enfermedades agudas son
desencadenadas por estímulos externos dañinos mo-
mentáneos o por miasmas agudos y contagiosos, que
generalmente regresan a su estado de equilibrio basal.
Por otro lado, las enfermedades crónicas son desenca-
denadas articialmente por un tratamiento médico perni-
cioso o, de forma natural, por miasmas crónicos (psora,
sycosis y syphilis), que provocan una mayor desviación
de la energía vital reactiva, así como dicultad para re-
gresar al orden inicial.
Los puntos de vista de Hahnemann son cer-
canos a aquellos de Maffei. Podemos correlacionar los
conceptos de Hahnemann acerca de las “enfermeda-
des agudas” con los fenómenos de “inmunidad”, y de
las “enfermedades crónicas” con los fenómenos de
“alergia”. Después de un ataque antigénico (miasma
agudo, por ejemplo), cuando falta el proceso reactivo
de la “inmunidad” (reacción humoral efectiva a los an-
tígenos, que permite que la salud inestable recupere
el equilibrio), el resultado es la “alergia”. La alergia o
la reacción alterada del tejido del sistema RES a los
antígenos, cubre la mayor parte de las manifestacio-
nes sintomáticas de las enfermedades crónicas.
Maffei divide la alergia en “hiperergia” (reac-
ción rápida, efectiva, intensa) e “hipoergia” (reacción
débil, inefectiva) y “anergia negativa” (falta de reac-
ción). Esto corresponde a psora, sycosis y syphilis,
respectivamente. Debe tenerse en mente que una
manifestación hiperérgica es frenada por la inmuni-
dad y puede desaparecer del organismo (“anergia
positiva”) sin convertirse en una enfermedad crónica.
La “meta-alergia” corresponde a la reacción
modicada del organismo a los medicamentos, lo
cual es similar a las “enfermedades crónicas arti-
ciales” citadas por Hahnemann. Los síntomas de los
trastornos mórbidos que ocurren después de la vacu-
nación (denominados “vacunosis” por Burnett), son
clasicados por Maffei como “para-alergia” (resultado
del impacto antígeno-anticuerpo no especíco):
• Enfermedad ↔ reacción alterada de la energía vital (RES) a los agentes agresivos (antígenos).
• Inmunidad (energía positiva) ↔ normal, reacción vital equilibrada ↔ enfermedades agudas.
• Alergia ↔ reacción vital desequilibrada anormal ↔ enfermedades crónicas.
• Hiperergia (reacción rápida, intensa, especíca) ↔ psora (prurito de la piel).
• Hipoergia (reacción débil, lenta, especíca) ↔ sycosis (proliferación tisular).
• Aanergia negativa (falta de reacción) ↔ syphilis (destrucción tisular).
• Meta-alergia (reacción a medicinas) ↔ enfermedad articial crónica.
• Para-alergia (reacción no especíca a vacunas) ↔ vacunosis.
Cuadro 1. Enfermedad, inmunidad y alergia
Cuadro 2. Clasicación de Maffei de las reacciones defensivas
16 LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 85, número 703, julio-agosto 2016, p. 5-20.
Marcus Zulian Teixeira
La concepción miasmática de los homeópatas fran-
ceses, que se asemeja a aquellas de Hahnemann y
Maffei, dene la enfermedad como la reacción mo-
dicada del organismo (energía vital) a la agresión.
Podemos relacionar las “alergias” y los “miasmas
crónicos” con los “tipos constitucionales” y los modos
de “reacción” y “eliminación” de los agentes agresi-
vos del sistema RES.
Maffei explica la observación de que la manifes-
tación de la enfermedad infecciosa aguda puede promo-
ver la prevención o cura de las enfermedades crónicas a
través del “desplazamiento de órgano por impacto” por
“bloqueo del sistema RES”. De forma similar, atribuye a
las vacunas (para-alergia) y a algunas medicinas (meta-
alergia) la característica de promover (y curar) manifes-
taciones serias en individuos que han sido previamente
sensibilizados o tienen predisposición genética.
Las observaciones clínicas homeopáticas de
que la supresión de la manifestación natural de las
enfermedades agudas puede provocar enfermedades
crónicas futuras, me llevó a la “hipótesis de la higiene”.
Esta teoría explica el incremento de las enfermedades
crónicas y alérgicas en las sociedades occidentales en
donde los estilos de vida se caracterizan por el exceso
de higiene, el aislamiento social, la terapia con antibió-
ticos y las vacunaciones excesivas, conduciendo a un
desequilibrio entre las respuestas de los linfocitos Th1
y Th2. El contacto de los niños con toda una serie de
patógenos se reduce. Esto impide la manifestación de
las enfermedades infecciosas agudas en la niñez tem-
prana, inhibiendo la activación de las subpoblaciones
de linfocitos Th1 y favoreciendo la activación de las
subpoblaciones Th2, responsables de las manifesta-
ciones alérgicas y crónicas.
Esta hipótesis explica el incremento de las
enfermedades alérgicas en los países desarrollados,
así como la mayor incidencia de otras enfermedades
crónicas (diabetes tipo 1, apendicitis, herpes simplex,
ALL, etcétera). Además, la prevalencia de la res-
puesta de Th2 desempeña un papel patogénico en
la esclerosis sistémica progresiva, alveolitis brótica
criptogénica y favorece una evolución más rápida del
SIDA. Por otro lado, las enfermedades autoinmunes
debidas a la sobreproducción de citosinas Th1 e in-
cremento de la producción de monocitos de IL-12,
protegen al organismo contra la enfermedad alér-
gica. Esto muestra un antagonismo recíproco entre
dos modos de reacción anormales del sistema RES
a los estímulos externos.
• Constitución sulfúrica ↔ reacción de RES rápida, intensa, efectiva ↔ eliminación centrífuga de
toxinas ↔ hiperergia ↔ psora.
• Constitución carbónica ↔ reacción de R.E.S. lenta y aletargada ↔ eliminación centrípeta de
toxinas ↔ hipoergia ↔ sicosis.
• Constitución fosfórica y uórica ↔ reacción caótica y no efectiva ↔ sin eliminación de toxinas
↔ anergia negativa ↔ sílis.
• Respuesta linfocítica de Th1 ↔ inmunidad ↔ enfermedades agudas.
• Respuesta linfocítica de Th2 ↔ alergia ↔ enfermedades crónicas.
• Equilibrio Th1/Th2 ↔ bloqueo de RES ↔ enfermedad aguda/crónica.
• Hahnemann – “enfermedad articial crónica”.
• Henri Bernard – “reticuloendoteliosis crónica” o “sicosis”
• Maffei – “edema, mucoidosis, necrosis brinoide, brosis y elastosis”.
• Hipótesis de la Higiene – “respuesta de los linfocitos Th2”.
Cuadro 3. Constituciones de Bernard y sus relaciones con los miasmas crónicos
Cuadro 4. Subpoblaciones de linfocitos y su relación con la enfermedad
Cuadro 5. Resumen de las teorías de la patogénesis de la enfermedad crónica
17
LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 85, número 703, julio-agosto 2016, p. 5-20.
¿Existe Evidencia Cientíca de que la Supresión de las Enfermedades Agudas en la Niñez Induce Enfermedades Crónicas en el Futuro?
Considero que el tratamiento homeopático,
como la inmunoterapia convencional, actúa sobre
el desequilibrio de Th1/Th2, regulando la respuesta
exacerbada de Th2 de las enfermedades alérgicas
y crónicas. En un estudio clínico homeopático (indi-
vidualizado, aleatorizado y controlado con placebo)
que estamos desarrollando para la rinitis alérgica
perenne69, proponemos evaluar el patrón de la res-
puesta inmunológica al tratamiento homeopático
midiendo los marcadores inmunológicos durante el
tratamiento.
Al desarrollar los estudios clínicos de isote-
rapia de Reilly et al70-74, sugerimos periodos más pro-
longados (6–12 meses) de tratamiento y seguimiento
del paciente. Además, la medición de marcadores
inmunológicos debe realizarse antes, durante y des-
pués de la terapia.
Conclusión
He buscado evidencia cientíca que sustente la
creencia de que la inhibición de la manifestación de
la enfermedad aguda en la niñez puede predisponer
a enfermedades crónicas futuras. La aceptación de
esta observación clínica, referida empíricamente a lo
largo de los siglos, es limitada en los investigadores
que buscan demostrar los paradigmas homeopáticos
con base en el razonamiento cientíco moderno75-76.
Sin embargo, se han examinado proyectos de inves-
tigación importantes, centrándose en la patología ex-
perimental y la hipótesis de la higiene.
Muchos conceptos homeopáticos, basados
en la observación de los síntomas clínicos, serán
reivindicados con el estudio de la alergia. El estudio
de los fenómenos de la salud y la enfermedad a tra-
vés del prisma de la siopatología integrativa (neuro-
inmuno-endocrino-metabólico), el punto de vista ho-
lístico del ser humano, según lo describe el modelo
homeopático con su enfoque fenomenológico, puede
comprenderse con base en los parámetros de la eva-
luación diagnóstica moderna.
En lo concerniente al controvertido tema de
las vacunas, los homeópatas no pueden negar el in-
menso legado que han dejado a la salud colectiva,
erradicando toda una serie de epidemias que conti-
núan asolando a los seres humanos en regiones sub-
desarrolladas, que carecen de un cuidado básico de
la salud. Por otro lado, los médicos no homeópatas
deben estar conscientes de que el objetivo de la in-
munidad colectiva frente a las enfermedades agudas
puede llevar a enfermedades crónicas en la parte de
la población con predisposición a ello, con consecuen-
cias futuras que son actualmente difíciles de medir.
La intensidad del fenómeno de acomodación
(enfermedades agudas frente a enfermedades cró-
nicas) y la seriedad de las enfermedades crónicas
que se han vuelto más prevalentes, asemejándose a
verdaderas “epidemias crónicas”, deben investigar-
se en estudios futuros de población. Esto ampliará el
debate sobre el uso indiscriminado de las vacunas,
corticosteroides, antiinamatorios no esteroideos, te-
rapia de sustitución de hormonas, etcétera.
Para establecer cientícamente la Homeopa-
tía como terapia en el tratamiento de las enfermeda-
des humanas, debe desarrollarse investigación que
mida el rango y amplitud de sus prácticas terapéuti-
cas curativas y prolácticas, en comparación con la
terapia convencional.
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