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Especialidades médicas relacionadas, producción bibliográfica y referencias profesionales de la autora. Ganancia de peso e impacto metabólico como resultados de la terapia nutricional en neonatos prematuros hospitalizados Nutritional therapy in hospitalized preterm neonates: weight gain and metabolic impact Estadísticas De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el nacimiento prematuro se considera como el na-cimiento que se da antes de completarse la semana 37 de gestación, independientemente del peso al nacer. 1-3 El nacimiento prematuro es la principal causa de mortalidad entre recién nacidos, sobre todo dentro de las cuatro se-manas de vida; pero también es considerada la segunda causa de muerte después de la neumonía en niños me-nores de 5 años. 1 A nivel mundial, las estadísticas de nacimiento prema-turo son de 15 millones al año y en los países en desar-rollo la prevalencia es del 5% al 18%, donde un 20% de ellos presenta algún tipo de desnutrición; mientras que la incidencia de nacimiento prematuro es del 11% en Amé-rica del Norte, 5.6% en Oceanía y 5.8% en Europa. 1-2 En los Estados Unidos, las estadísticas siguen en aumento, de un 9.5% de nacimientos prematuros en 1981 se pasó a 12.7% para 2005. 1-2 Por su parte, México presenta una prevalencia de prematuridad del 7.3% con 135 820 nacimientos prematuros entre las 32 y las 37 semanas de gestación durante 2011. 5-7 En Guanajuato, en la última década, la Secretaría de Salud informó un incremento del índice de nacimientos prematuros del 6% al 10%, con 1783 nacimientos prematuros, con un promedio de 17 nacimientos a la semana. 7 A pesar de todos los esfuerzos realizados desde los ám-bitos clínico y de investigación, la frecuencia de prematu-ridad sigue en aumento. 1 La prematuridad y el bajo peso al nacer se asocian en un 30%, lo cual condiciona una mayor morbilidad y mortalidad neonatal. Terapia nutricional Los niños prematuros no siguen el patrón de crecimien-to fetal ni el patrón de crecimiento de los recién nacidos a término. El desarrollo de estos neonatos tiene lugar en el siguiente orden: primero, un retraso de crecimiento pos-natal; luego, un período de transición, y finalmente, un período de recuperación del crecimiento. Los neonatos prematuros presentan con frecuencia problemas de alimentación a causa del desarrollo insufi-ciente de sus reflejos de succión y deglución, inmadurez Abstract Preterm birth, according to the World Health Organization, is defined as childbirth occurring before 37 weeks of gestation. Due to an immaturity of various organs and systems, coupled with greater energy requirements, these newborns are at a greater risk of metabolic and infectious complications. Because of this, the majority of preterm infants require hospitalization and feeding by routes other than orally, such as nutritional support or nutritional therapy (NT). NT is a procedure that allows energy and nutritional requirements to be covered by different routes: enteral, parenteral or mixed. However, this procedure , like any other, has risks and benefits, so there are guidelines for its prescription and consequent surveillance. A study by the author in hospitalized preterm infants receiving NT found higher metabolic risks and poor weight gain; some of the causes were null surveillance and monitoring of NT. The results and evidence gathered by the author led to a search for better management practices. This generated a standardized management protocol for NT. Adequate feeding practices and nutritional care during hospitalization for preterm infants are key to improving survival, adequate weight gain and development, resulting in lower metabolic risks and complications. Resumen El nacimiento pretérmino, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, es el producto que nace antes de la semana 37 de gestación y, debido a la madurez de varios órganos y sistemas, aunado a un mayor requerimiento energético, incrementa el riesgo de presentar mayores riesgos metabólicos e infecciosos. Así, la mayoría de los neonatos requerirán ser hospitalizados y alimentados por otra vía diferente a la oral, como la terapia nutricional o soporte nutricio (TN). La TN es un procedimiento que permite cubrir los requerimientos energéticos y de nutrimentos por diferentes vías: enteral, parenteral o mixta. Pero este procedimiento, como cualquier otro, presenta riesgos y beneficios, por lo que se cuenta con guías y lineamientos para su prescripción adecuada y, por ende, su vigilancia. Un estudio de la autora, en prematuros hospitalizados y alimentados con TN, encontró mayores riesgos metabólicos y una deficiente ganancia de peso; algunas de las causas fue la nula vigilancia y supervisión de la TN. Los resultados permitieron buscar estrategias de mejores prácticas, que llevó a generar un protocolo estandarizado de manejo de la TN. Las buenas prácticas de alimentación y la vigilancia nutricia durante la hospitalización de los neonatos prematuros son clave para mejorar la supervivencia, la ganancia de peso y el adecuado desarrollo fetal, traducido en menores riesgos y complicaciones metabólicas. Palabras clave: neonato prematuro, ganancia de peso, hiperglucemia, nutrición parenteral
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Recepción: 28/3/2015 - Aprobación: 16/6/2015
Primera edición, www.siicsalud.com: 3/8/2015
Enviar correspondencia a: Rebeca Monroy
Torres, Departamento de Medicina y Nutrición,
Universidad de Guanajuato, 37320, León, México
rmonroy79@yahoo.com.mx
Especialidades médicas relacionadas,
producción bibliográfica y referencias
profesionales de la autora.
Ganancia de peso e impacto metabólico como
resultados de la terapia nutricional en neonatos
prematuros hospitalizados
Nutritional therapy in hospitalized preterm neonates:
weight gain and metabolic impact
Rebeca Monroy Torres
Nutricionista, Profesora e Investigadora, Departamento de Medicina y Nutrición,
Universidad de Guanajuato, León, México
Estadísticas
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud
(OMS), el nacimiento prematuro se considera como el na-
cimiento que se da antes de completarse la semana 37
de gestación, independientemente del peso al nacer.1-3 El
nacimiento prematuro es la principal causa de mortalidad
entre recién nacidos, sobre todo dentro de las cuatro se-
manas de vida; pero también es considerada la segunda
causa de muerte después de la neumonía en niños me-
nores de 5 años.1
A nivel mundial, las estadísticas de nacimiento prema-
turo son de 15 millones al año y en los países en desar-
rollo la prevalencia es del 5% al 18%, donde un 20% de
ellos presenta algún tipo de desnutrición; mientras que la
incidencia de nacimiento prematuro es del 11% en Amé-
rica del Norte, 5.6% en Oceanía y 5.8% en Europa.1-2 En
los Estados Unidos, las estadísticas siguen en aumento,
de un 9.5% de nacimientos prematuros en 1981 se pasó
a 12.7% para 2005.1-2 Por su parte, México presenta
una prevalencia de prematuridad del 7.3% con 135 820
nacimientos prematuros entre las 32 y las 37 semanas de
gestación durante 2011.5-7 En Guanajuato, en la última
década, la Secretaría de Salud informó un incremento del
índice de nacimientos prematuros del 6% al 10%, con
1783 nacimientos prematuros, con un promedio de 17
nacimientos a la semana.7
A pesar de todos los esfuerzos realizados desde los ám-
bitos clínico y de investigación, la frecuencia de prematu-
ridad sigue en aumento.1 La prematuridad y el bajo peso
al nacer se asocian en un 30%, lo cual condiciona una
mayor morbilidad y mortalidad neonatal.
Terapia nutricional
Los niños prematuros no siguen el patrón de crecimien-
to fetal ni el patrón de crecimiento de los recién nacidos a
término. El desarrollo de estos neonatos tiene lugar en el
siguiente orden: primero, un retraso de crecimiento pos-
natal; luego, un período de transición, y finalmente, un
período de recuperación del crecimiento.
Los neonatos prematuros presentan con frecuencia
problemas de alimentación a causa del desarrollo insufi-
ciente de sus reflejos de succión y deglución, inmadurez
Abstract
Preterm birth, according to the World Health Organization, is defined as childbirth occurring before 37
weeks of gestation. Due to an immaturity of various organs and systems, coupled with greater energy
requirements, these newborns are at a greater risk of metabolic and infectious complications. Because
of this, the majority of preterm infants require hospitalization and feeding by routes other than orally,
such as nutritional support or nutritional therapy (NT). NT is a procedure that allows energy and nutri-
tional requirements to be covered by different routes: enteral, parenteral or mixed. However, this pro-
cedure, like any other, has risks and benefits, so there are guidelines for its prescription and consequent
surveillance. A study by the author in hospitalized preterm infants receiving NT found higher metabolic
risks and poor weight gain; some of the causes were null surveillance and monitoring of NT. The results
and evidence gathered by the author led to a search for better management practices. This generated a
standardized management protocol for NT. Adequate feeding practices and nutritional care during hos-
pitalization for preterm infants are key to improving survival, adequate weight gain and development,
resulting in lower metabolic risks and complications.
Key words: preterm infant, weight gain, hyperglycemia, parenteral nutrition
Resumen
El nacimiento pretérmino, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, es el producto que
nace antes de la semana 37 de gestación y, debido a la madurez de varios órganos y sistemas, aunado
a un mayor requerimiento energético, incrementa el riesgo de presentar mayores riesgos metabólicos
e infecciosos. Así, la mayoría de los neonatos requerirán ser hospitalizados y alimentados por otra vía
diferente a la oral, como la terapia nutricional o soporte nutricio (TN). La TN es un procedimiento que
permite cubrir los requerimientos energéticos y de nutrimentos por diferentes vías: enteral, parenteral
o mixta. Pero este procedimiento, como cualquier otro, presenta riesgos y beneficios, por lo que se
cuenta con guías y lineamientos para su prescripción adecuada y, por ende, su vigilancia. Un estudio de
la autora, en prematuros hospitalizados y alimentados con TN, encontró mayores riesgos metabólicos
y una deficiente ganancia de peso; algunas de las causas fue la nula vigilancia y supervisión de la TN.
Los resultados permitieron buscar estrategias de mejores prácticas, que llevó a generar un protocolo
estandarizado de manejo de la TN. Las buenas prácticas de alimentación y la vigilancia nutricia durante
la hospitalización de los neonatos prematuros son clave para mejorar la supervivencia, la ganancia de
peso y el adecuado desarrollo fetal, traducido en menores riesgos y complicaciones metabólicas.
Palabras clave: neonato prematuro, ganancia de peso, hiperglucemia, nutrición parenteral
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digestiva, falta de adaptación a las respuestas hormo-
nales gastrointestinales y disminución de su capacidad de
absorción. Por la inmadurez del aparato gastrointestinal,
la mayoría de ellos no toleran la alimentación por vía en-
teral; además, tienen un alto riesgo de presentar entero-
colitis necrotizante. Las estrategias de alimentación para
disminuir o prevenir la aparición de enterocolitis necroti-
zante siguen en debate y son un reto importante para los
neonatólogos, que buscarán que el prematuro logre el
crecimiento y desarrollo neurológico óptimo.8
La terapia nutricional es un procedimiento sistematiza-
do cuya meta principal es mantener bien nutrido a un in-
dividuo cuando cursa con un padecimiento que le impida
cubrir sus requerimientos energéticos totales o alimentar-
se por vía oral, de manera que se evite la desnutrición por
ayuno prolongado.9
En 1990 se iniciaron las primeras prácticas de nutrición
temprana en los neonatos de muy bajo y extremada-
mente bajo peso al nacer, con el objetivo de disminuir
la desnutrición y proporcionar efectos benéficos a corto,
mediano y largo plazo, intentando imitar el crecimiento
fetal; esto ha resultado complejo debido a la inmadurez
fisiológica y a las condiciones patológicas a las que está
sujeto el prematuro.10 La práctica de la terapia nutricional
en el recién nacido prematuro ha permitido una mayor
tasa de supervivencia, ya que el recién nacido prematuro
cursa con varios padecimientos propios de la prematuri-
dad que le impiden alimentarse o aprovechar los nutrien-
tes necesarios para su desarrollo y crecimiento.9 La tera-
pia nutricional puede efectuarse por tres vías: 1) nutrición
enteral (NE), 2) nutrición parenteral (NP), y 3) nutrición
mixta o trófica enteral (NM). Esta última se ha descrito
como un beneficio para los prematuros, mientras reciben
la NP y es considera entre la transición de la NP y la NE.
Nutrición parenteral
Varios problemas gastrointestinales originados en el
neonato prematuro limitan el uso de la vía enteral para
apoyo nutricional. Desde la primera vez que se utilizó la
NP en un neonato desnutrido, en 1944, su empleo se ha
convertido en práctica común.8,9,12 La NP es el principal
apoyo que reciben los neonatos prematuros. Su objetivo
principal es permitir que el neonato prematuro gane peso
y crezca como un recién nacido a término. Debido a la
inmadurez de los aparatos gastrointestinal y respiratorio
de los prematuros, la NP es la primera vía de elección de
alimentación, cuya meta es administrar todos los nutrien-
tes en las cantidades y proporciones adecuadas que el
prematuro necesite diariamente, considerando sus con-
diciones metabólicas. A pesar de que existen numerosas
investigaciones en este tema, la decisión para iniciar la
NP sigue siendo multifactorial, lo cual lleva a dificultades
para la unificación de criterios.13-16 Por otra parte, la NP
presenta contraindicaciones, por ejemplo, cuando el trac-
to gastrointestinal sea funcional, cuando exista inestabi-
lidad hemodinámica o muerte inminente a corto plazo,
o cuando la imposibilidad de usar el tubo digestivo sea
menor de tres días.13 Por lo cual se ha recomendado uti-
lizar la NP el menor tiempo posible, para evitar la atrofia
gastrointestinal y favorecer el estímulo de las hormonas
gastrointestinales que tienen funciones en el proceso de
absorción de nutrientes.14,15,17
Nutrición enteral
Esta vía es considerada la más fisiológica, debido a que
se mantienen la funciones normales del aparato gastroin-
testinal como la digestión, la absorción y la barrera in-
munológica; existe la evidencia de que estos mecanismos
pueden fallar si no se tiene un estímulo gastrointestinal
mínimo.16-18 Por lo tanto, la NE es considerada segura pa-
ra los neonatos prematuros cuando se maneja adecuada-
mente. El inicio de la NE se ha sugerido como trofismo,
mediante la combinación de NP y pequeños volúmenes
de NE. A pesar de los beneficios de la NE, algunas revi-
siones informan también riesgos asociados en neonatos
prematuros, que se deben considerar antes de iniciar la
NE.18,19
La NE ha mostrado ciertas ventajas en comparación con
la NP, por ejemplo, es más económica y fisiológicamente
segura, además de mantener la función gastrointestinal
al impedir la atrofia de las vellosidades, que prevendrá la
translocación bacteriana, y todo lo anterior promoverá la
ganancia adecuada de peso y el crecimiento.13,17,19
Estudios en seres humanos y en animales alimentados
con NP por tiempo prolongado muestran una pérdida de
la estructura y función normal del intestino, a pesar de
mantener un estado anabólico. Las vellosidades se atro-
fian y el contenido de proteínas y la actividad enzimática
se ven disminuidas.20,21
La NE puede ser un método seguro y efectivo de apoyo
nutricional, siempre y cuando se cumplan algunos requi-
sitos como la selección de la fórmula, la valoración clínica
y metabólica del paciente antes de la NE y durante su
curso. La justificación de iniciar la NE radica en la funcio-
nalidad del aparato gastrointestinal, que se manifestará
con la evolución favorable del neonato prematuro.
Nutrición mixta o trófica
La alimentación trófica, definida como un aporte míni-
mo por vía enteral (8-20 kcal/kg/d) sin suspender la NP, se
conoce también como NM, debido a que forma parte de
la transición de la NP a la NE total.18 Diversos ensayos clí-
nicos han encontrado un beneficio al utilizar la NM, al ob-
servarse que los neonatos prematuros que la reciben de
forma temprana presentaron mejor tolerancia a la leche,
pruebas de función hepática dentro de los parámetros
normales, menor enfermedad metabólica ósea y menos
días de estadía hospitalaria, así como una adecuada ga-
nancia de peso.22,23
Si bien la NP continúa siendo el método de elección pa-
ra el recién nacido de muy bajo peso al nacer (<1 000 g),
en años recientes se busca suministrar a los recién naci-
dos prematuros pequeñas cantidades de alimento por vía
enteral en etapas tempranas del período posnatal, como
la leche materna, en combinación con la NP. Esto permite
una transición entre la NP y la NE total.23,24
Ganancia de peso
Como ya se ha mencionado, la meta de la terapia nutri-
cional es favorecer la ganancia de peso y un crecimiento
adecuado en los neonatos prematuros hasta alcanzar los
valores de un niño a término. Para lograrlo, el suministro
de nutrientes debe ser el adecuado en cada uno de los
tipos de terapia nutricional, y la vigilancia adecuada del
peso permitirá conocer si el suministro de nutrientes está
cumpliendo con sus metas y en forma oportuna realizar
correcciones.17 Durante los primeros días posteriores al
nacimiento, se espera una pérdida de peso < 15%, de-
bido a la disminución de agua corporal total, pero este
peso perdido en agua debe recuperarse en masa grasa y
muscular a partir de la segunda semana de vida.23
Una adecuada ganancia de peso se traducirá en un
mejor impacto en el crecimiento y mejor desarrollo neu-
rológico cuando el neonato prematuro llegue a la etapa
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escolar. Hay evidencia suficiente que indica que la deple-
ción energética conduce a una falla en la ganancia de
peso en los neonatos prematuros, y que, a futuro, induce
alteraciones en el metabolismo, así como en las funciones
hormonal y cardíaca, y trastornos a nivel neurológico, lo
cual resulta en obesidad central, diabetes, enfermedades
cardiovasculares y bajo rendimiento escolar a temprana
edad.24,25,28 Durante los diferentes tipos de terapia nutri-
cional, ya sea NE, NM o NP, se ha documentado que la
ganancia de peso con la NE es favorable, a diferencia de
la NP por tiempo prolongado.19 Cabe mencionar que la
ganancia de peso se verá afectada de la misma manera
que sus repercusiones a futuro en la salud de los neo-
natos prematuros, cuando se presentan las complicacio-
nes metabólicas durante la terapia nutricional, y por lo
ya mencionado, se señala la importancia de contar con
un adecuado manejo de la terapia nutricional, de mane-
ra que se traduzca en una ganancia adecuada de peso,
que lleve a un apropiado desarrollo de los órganos y se
mantengan las funcionas fisiológicas óptimas en etapas
tempranas de la vida.8,21
Complicaciones metabólicas de la terapia
nutricional
A pesar de los beneficios mencionados, la terapia nu-
tricional no está exenta de complicaciones, motivo por el
que se deben seguir algoritmos de manejo. En la figura 1
se presenta un resumen de uno de ellos, en el cual se eva-
lúa si la vía gastrointestinal está funcionando adecuada-
mente y a la par el cálculo energético y su distribución de
macronutrientes, para posteriormente decidir si se inicia
la NP con pequeños aportes por vía gástrica, para tener
la NM y finalmente pasar a la vía fisiológica que es la NE.
Lamentablemente, de acuerdo con el estudio de Monroy
Torres y colaboradores,29 se detectó un punto crítico en el
algoritmo de manejo (véase Figura 1), ya que se encontró
principalmente que los casos de enterocolitis necrotizante
surgieron en la transición de NP a NE. Por este motivo,
si no se vigila adecuadamente, puede dar origen a una
serie de complicaciones metabólicas, infecciosas y mecá-
nicas.30-31
Complicaciones de la nutrición enteral
La NE también tiene algunos riesgos y se pueden pre-
sentar complicaciones, las cuales se han clasificado en:
gastrointestinales (diarrea, vómitos, distensión), mecá-
nicas, metabólicas e infecciosas (neumonía, sepsis). Las
complicaciones metabólicas tienen repercusiones a nivel
orgánico a futuro y entre ellas se consideran la hiperglu-
cemia, la hipernatremia, la hipopotasemia, la hipofosfa-
temia y la hiperpotaemia.14,18,28,31
Las complicaciones metabólicas pueden ser prevenibles
por medio de la vigilancia o monitorización de algunos de
los parámetros bioquímicos, indicadores de daño agudo
o crónico, como la determinación de glucosa, electrolitos
y pruebas de función hepática. Pérez y colaboradores27
describieron varias complicaciones por tipo de la terapia
nutricional en una unidad de cuidados de pacientes pe-
diátricos de 30 días a 14 años de edad (sin medición de
un tiempo específico de implementación de la terapia
nutricional) y encontraron las siguientes complicaciones
para la NP: hiponatremia en un 7.5%, hipofosfatemia
6.3%, elevación de bilirrubina total 6.3%, elevación de
la gamma-glutamiltransferasa (GGT) 10%, infección por
catéter 5%, hiperpotasemia 5%, hiperfosfatemia 3.8%,
hipertrigliceridemia 3.8%, hipoglucemia 3.8%, hiperna-
tremia 2.5%, hiperglucemia 2.5%, hipopotasemia 2.5%.
Para la NE, las complicaciones fueron las siguientes: as-
piración en un 2%, vómitos 18%, distensión abdominal
13%, diarrea 11%, restos gástricos 5%, hiperglucemia
4%, hipopotasemia 7%, elevación de bilirrubina total
2%, elevación de la GGT y de la urea en un 2%. Sin
embargo, en ese estudio las complicaciones descritas no
fueron estratificadas por grupo de edad, por lo que no se
puede extrapolar los resultados ya que no se conoce qué
grupo etario fue el que presentó más complicaciones.27
De estas complicaciones, las de mayor trascendencia en
los neonatos prematuros han sido la hiperglucemia, la hi-
poglucemia y las pruebas de función hepática alteradas,
así como la elevación de los niveles de colesterol, triglicé-
ridos, urea y creatinina.
De acuerdo con las normativas de la American Society
for Parenteral and Enteral Nutrition, American Diabetes
Association (ADA) y la European Society for Clinical Nu-
trition and Metabolism (ESPEN), la principal complicación
de la NP es la hiperglucemia, relacionada con la carga de
glucosa en los preparados nutricionales. De acuerdo con
la fisiología y el metabolismo de la glucosa, se sabe que
una elevación constante de ésta en sangre también eleva
los niveles de insulina; si reconocemos que el neonato
prematuro cursa con inmadurez de muchos órganos y
por consiguiente con una producción hormonal inmadu-
ra, no sorprende que se haya documentado una asocia-
ción a futuro con daño a nivel del páncreas.11,17,18 Por otra
parte, la hiperglucemia constante pueden afectar varios
órganos y repercutir a mediano y largo plazo, con el ries-
go de presentar diabetes mellitus tipo 2.32 Es importante
señalar que no sólo la presencia de hiperglucemia es con-
traproducente, sino también la hipoglucemia, cuya causa
se debe al déficit en el aporte de la terapia nutricional y
sobre todo se da por su suspensión abrupta.33 Sus conse-
cuencias se han registrado a nivel neurológico, así como
el déficit en la ganancia de peso.
En otro orden, la mayor carga de glucosa en los prepa-
rados de NP trae, además de una elevación de los niveles
de glucosa e insulina, un incremento de los niveles de
triglicéridos, lo cual se puede reflejar en hígado graso,
que en un inicio se puede vigilar y prevenir con la moni-
Tracto GI funcional
Criterios de seguimiento
NE
NE
NPT
NPT Mixta
No
Req. energético
Figura 1. Algoritmo de manejo y detección del punto crítico de la mayoría de
las complicaciones metabólicas encontradas.29 Elaboración, fuente propia
de la autora.
Complicaciones de la nutrición parenteral
Las complicaciones metabólicas se presentan como
resultado de la inmadurez gástrica que tiene el neonato
prematuro para metabolizar algunos de los nutrientes del
sustrato de alimentación.14,29 En la mayoría de los prema-
turos, en especial durante el período inicial de la NP, se
observa hiperglucemia y diuresis osmótica, con pérdida
concomitante de electrolitos en orina cuando la cantidad
de glucosa en la infusión excede la tolerancia.
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torización de las pruebas de función hepática.14,34 En un
estudio realizado en un hospital de México con 250 niños
de 0 a 16 años de edad que tuvieron NP como apoyo,
28 presentaron pruebas de función hepática alterada, un
22% triglicéridos alterados y un 10% elevación del coles-
terol.35 Otro estudio realizado con 24 neonatos fallecidos
que estuvieron expuestos a NP por un período mayor de
dos semanas, mostró anormalidades hepáticas histológi-
cas, a diferencia de los neonatos que presentaron una NP
menor de dos semanas de duración.36
Elevación de los niveles de urea y creatinina
como indicadores de carga renal
La carga osmótica, en forma de glucosa y de proteínas,
se ha relacionado con repercusiones futuras a nivel renal,
de acuerdo con los indicadores para medir esta función,
como los valores de creatinina y de urea. Kondrup y cole-
gas,36 así como las normativas de la ESPEN, han sugerido
vigilar con regularidad durante el suministro de nutrientes
la presencia de complicaciones metabólicas por medio de
parámetros bioquímicos,12 como la medición de la glu-
cemia, insulina, urea, creatinina, pruebas de función he-
pática, electrolitos, lípidos sanguíneos, con el objetivo de
detectar alteraciones como hipoglucemia, hiperglucemia,
desequilibrio hidroelectrolítico (hipopotasemia, hiperpo-
tasemia, hiponatremia, hipernatremia), colestasis, hipera-
zoemia, acidosis metabólica, alcalosis metabólica, hiper-
lipidemia, osteopenia, cálculos renales y alteraciones de
los aminoácidos plasmáticos, entre los principales.17,37,38
Las prácticas de nutrición varían ampliamente en ca-
da unidad de cuidados intensivos neonatales y en cada
país. En la mayoría de los hospitales, la alimentación se
introduce gradualmente en los primeros días de vida por
el riesgo de enterocolitis necrotizante o de cualquier tipo
de intolerancia a la alimentación, que puede resultar in-
evitable. Un trabajo de Udaeta Mora y colaboradores,39
llevado a cabo en varios hospitales de la ciudad de Méxi-
co, encontró una variabilidad en el manejo de la terapia
nutricional: progresión, métodos, tipo de alimentación y
diferentes momentos en que se suspende la terapia nu-
tricional; hechos que no concuerdan con las prácticas en
las unidades de cuidados intensivos neonatales del país
y con los estándares internacionales como los señalados
por la ADA.
Un tiempo prolongado para alcanzar la alimentación
enteral total se ha relacionado con un escaso desarrollo
neurológico en estos pacientes. La optimización de la NE
sin que lleve al riesgo de enterocolitis necrotizante tiene
que ser una prioridad. Patole,40 en su revisión sobre las
estrategias actuales para la prevención de la intolerancia
a la alimentación en prematuros, plantea la necesidad de
registrar, mediante los estudios clínicos que se conside-
ren, signos de intolerancia a la alimentación y que permi-
tan desarrollar mediante bases científicas estrategias de
alimentación.
En otro orden, la NP, como parte de la terapia nutricio-
nal, se considera un componente esencial de los cuidados
neonatales para aquellos niños que no toleran la vía en-
teral. Su uso ha registrado una serie de complicaciones,
como pruebas bioquímicas alteradas, sepsis, trombosis,
extravasación de líquidos y muerte. Estas complicaciones
se pueden disminuir mediante un manejo meticuloso
de la NP en respuesta a las anormalidades bioquímicas,
equipos de nutrición, procedimientos para reducir sep-
sis y mayor capacitación en las funciones pericárdicas y
pleurales. Las complicaciones metabólicas como la hiper-
glucemia, hipoglucemia, pruebas de función hepática al-
teradas, así como hipertrigliceridemia, se han relacionado
con repercusiones en diversos órganos y sistemas como el
páncreas y el hígado, lo cual puede llevar a enfermedades
como diabetes mellitus tipo 2 e hígado graso.41 No está
claro aún con cuánto tiempo de exposición se pueden
presentar estas repercusiones en el futuro.41
Diversos estudios han recomendado el inicio de la te-
rapia nutricional el primer día, con pequeñas cantidades,
e incrementarlas paulatinamente de acuerdo con las re-
comendaciones.8,11,17,37,42,43 Se sabe que el retraso en el
inicio de la terapia nutricional llevará a un déficit en la ga-
nancia de peso. Asimismo, Hobrad y col.8 han propuesto
dar la leche materna al inicio del suministro de nutrientes,
recomendación que tampoco se realizó en el estudio. A
pesar de que la NE se ha descrito como la vía de elección,
desde la década pasada se ha recomendado iniciar con
NP para poder cubrir el aporte nutricional, que no se po-
dría lograr sólo con la NE. Pero de los hallazgos observa-
dos, la NE presentó mayores complicaciones, junto con la
NM, y menor ganancia de peso que la NP.11
La finalidad de proporcionar el aporte energético con
NE al inicio de la hospitalización es evitar la aparición de
algunas de las complicaciones como: enterocolitis necro-
tizante;20 procesos infecciosos como la traslocación bac-
teriana, que se ha relacionado con una disminución de la
función inmunitaria, debido a que a nivel de las criptas
intestinales se forman las inmunoglobulinas, por lo que
el trofismo disminuirá estas complicaciones, tal como lo
señalaran Dunn y colaboradores.8,21
Otra causa que puede explicar el déficit en la ganan-
cia de peso es el aporte energético y de macronutrientes,
que de acuerdo con el porcentaje de adecuación, se en-
contró 50% por debajo de las recomendaciones. Se loca-
lizaron algunas excepciones en prematuros cuya ganan-
cia de peso fluctuó de nula a un incremento por arriba de
la recomendación; este comportamiento implica riesgos
metabólicos, de igual forma que la pérdida de peso o la
desnutrición per se. Algunos prematuros que presentaron
una transición de pérdida de peso con una ganancia ma-
yor, posteriormente cursaron con hiperglucemia y valores
elevados de GGT. El déficit en la ganancia de peso se ha
relacionado con una disminución en el peso de órganos
como el páncreas. La madurez y el desarrollo de este ór-
gano tienen lugar en las últimas semanas de la gestación.
En su revisión, Puntis7 señala que los efectos de las ele-
vaciones constantes de glucosa sérica, de acuerdo con
la fisiología y el metabolismo del prematuro, elevan los
niveles de insulina; se ha documentado una asociación de
daño a nivel del páncreas a edades posteriores,27,28,42 con
el fundamento de que el neonato prematuro cursa con
inmadurez de muchos órganos y, por consiguiente, de su
producción hormonal. Además, Hofman y col.8 y Freire y
col.33 señalaron que la hiperglucemia ha sido considerada
un factor pronóstico de mortalidad en este grupo de edad
y su constancia puede tener consecuencias a mediano y
largo plazo para presentar diabetes mellitus. Donovan y
colegas42 encontraron una mayor ganancia de peso y me-
nor hiperglucemia cuando la terapia nutricional se inició
en las primeras 24 horas y se proporcionaba NM; estos
datos explican los hallazgos en nuestro estudio, donde la
cantidad de días para comenzar la terapia nutricional fue
mayor que las 24 horas sugeridas, observando hiperglu-
cemias más elevadas, con mayores repercusiones sobre la
salud del neonato prematuro.
Hay estudios que sugieren que los prematuros que
cursan con hipoglucemia pueden tener riesgo a nivel
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400
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del sistema nervioso central, que se identificarán a edad
escolar.9 Las complicaciones como hiperglucemia, hiper-
insulinemia e hipertrigliceridemia se han vinculado con
complicaciones a futuro como diabetes mellitus tipo 2,
enfermedades cardiovasculares y hepatopatías. No se
conoce con exactitud el tiempo de exposición necesario
para las repercusiones metabólicas a futuro, pero se han
realizado descripciones fisiopatológicas con los funda-
mentos de las vías metabólicas y su relación con el daño
de órganos y sistemas.40,42
El estudio realizado por Monroy31,43 sobre la ganancia
de peso y las complicaciones metabólicas resultó de parti-
cular importancia para generar conocimientos que lleven
a reducir la mortalidad de los recién nacidos y la aparición
de enfermedades metabólicas a futuro, lo que constituye
una de las prioridades para la salud pública de México.
Los resultados revelaron que un 50% de los prematuros
no mostraron una ganancia de peso de acuerdo con las
recomendaciones de la ADA.14
Según la fisiología del neonato prematuro, se espera
una pérdida de peso, en forma de agua, menor del 15%
durante la primera semana, pérdida que debe ser recupe-
rada durante la segunda semana, situación no observada
en este estudio, ya que no se obtuvo la recuperación en
el porcentaje de peso recomendado en tiempo y forma.
Se midió otro indicador de riesgo cardiovascular, como
es el índice ponderal (IP, relación de peso al nacimiento y
talla), y se encontró 30 prematuros (67%) con un resulta-
do de desproporcionado, sobre un total de 52 neonatos
prematuros, lo cual señala que estos prematuros cursaron
con desnutrición intrauterina; de acuerdo con Barker43 y
Villar y col.44 los recién nacidos desproporcionados para
su edad gestacional tienen riesgo incrementado de pre-
sentar problemas cardiovasculares y trastornos metabóli-
cos como diabetes no insulinodependiente. Por lo que de
acuerdo con estos hallazgos, se debe vigilar el crecimien-
to y el desarrollo de estos prematuros y dar intervención
a corto y largo plazo.
Por otra parte, durante la estadía hospitalaria los neo-
natos prematuros presentaron mayores complicaciones
metabólicas, como se muestra en la Tabla 1, donde se
puede detectar que no hubo apego a la vigilancia o mo-
nitorización de las complicaciones metabólicas derivadas
de la terapia nutricional, por lo que tampoco se contó con
indicadores para hacer correcciones oportunas o prevenir
tales complicaciones.31
Por todo esto, los hallazgos aquí presentados, obteni-
dos en el Estado de Guanajuato, marcan riesgos metabó-
licos, explicados en términos de ganancia de peso, aporte
energético, días de ayuno, días de estadía hospitalaria y
presencia de complicaciones metabólicas (ausencia de vi-
gilancia o monitorización).
Consideraciones
Los resultados y la evidencia que se ha presentado de-
rivan de estudios realizados en el Estado de Guanajuato,
México, los cuales sirvieron para buscar estrategias de
mejores prácticas de manejo. Se siguieron dos estudios,
uno que evaluó la capacitación y experiencia en el manejo
de la terapia nutricional entre diferentes profesionales del
hospital,45 del cual se generaron protocolos estandariza-
dos de manejo de la terapia nutricional.
Las buenas prácticas de alimentación y la vigilancia
nutricional durante la hospitalización de los neonatos
prematuros, son clave para mejorar la supervivencia y la
ganancia de peso con adecuado desarrollo, traducido en
menores riesgos y complicaciones metabólicas.
Dada su situación de inmadurez fisiológica, además de
un mayor requerimiento energético, los prematuros re-
querirán en su mayoría terapia nutricional, lo cual implica
otros riesgos metabólicos, si no se toman las medidas y la
condiciones necesarias.
Por ello, la terapia nutricional implica establecer y se-
guir un algoritmo de intervención, así como el registro y
la comunicación de la evolución, que debe traducirse en
mejores resultados con el mínimo de complicaciones, so-
bre todo en el ámbito hospitalario, que se esperaría fuera
el idóneo para un mejor crecimiento y desarrollo de este
tipo de población.
Copyright © Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), 2015
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La autora no manifiesta conflictos de interés.
Tabla 1. Resultados de la vigilancia de los parámetros metabólicos durante
la terapia nutricional y su comparación con las recomendaciones de la ADA.
Pruebas bioquímicas Vigilancia al inicio*
N (%)
Vigilancia semanal**
N (%)
Sodio, potasio, cloro 11 (21) 11 (21)
Calcio 11 (21) 10 (19)
Fósforo 10 (19) 11 (21)
Magnesio 10 (19) 11 (21)
Glucosa 34 (65) 31 (60)
BUN/Creatinina 6 (11) 0
Triglicéridos 0 0
Proteínas totales y albúmina 3 (6) 1 (2)
Pruebas de función hepática 2 (1) 0
Bilirrubina indirecta/directa 12 (23) 25 (48)
Biometría hemática 45 (87) 49 (94)
*, ** Recomendación: vigilancia en el 100% de los parámetros de laboratorio
señalados por la ADA.12
Fuente: Monroy Torres y col., 2011.29
R. Monroy Torres / Salud(i)Ciencia 21 (2015) 396-402
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402
http://www.siic.info
La prematuridad se asocia con mayor morbimortalidad neonatal. Las buenas prácticas de alimentación mejoran la
supervivencia y el pronóstico.
La autora pregunta
La terapia nutricional surge como una herramienta para alimentar por otra vía; en el caso de los neonatos
prematuros que cuentan con inmadurez de órganos y presentan una mayor demanda metabólica, se vuelve una
opción idónea, pero no está exenta de complicaciones que condicionan mayores riesgos si no se supervisan.
¿Cuáles son las principales complicaciones de la terapia nutricional?
Síndrome de realimentación y otros.
Caquexia y emaciación.
Metabólicas e infecciosas.
Obesidad y sobrepeso.
Todas las mencionadas.
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Respecto al artículo
Información relevante
Ganancia de peso e impacto metabólico como resultados de la terapia
nutricional en neonatos prematuros hospitalizados
Rebeca Monroy Torres. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores,
México. Profesora investigadora con Perl PROMEP. Nutrióloga Certicada
por el Colegio Mexicano de Nutriólogos. Fundadora y Líder del Observatorio
Universitario de Seguridad Alimentaria y Nutricional del Estado de
Guanajuato (OUSANEG). Maestría en Investigación Clínica; Doctorado en
Ciencias Médicas; Especialidad en Higiene y seguridad de alimentos. Autora
de la Guía para la elaboración de proyectos de Investigación en el área de la
salud, Editorial de la Universidad de Guanajuato, 2011.
Orientación
Diagnóstico, Clínica, Tratamiento
Conexiones temáticas
Administración Hospitalaria, Bioética, Diabetología, Endocrinología y Metabolismo, Epidemiología, Infectología,
Nutrición, Pediatría, Salud Pública
Respecto a la autora
Cómo citar
Monroy Torres R. Ganancia de peso e impacto metabólico
como resultados de la terapia nutricional en neonatos
prematuros hospitalizados. Salud i Ciencia 21(4):396-402,
Jun 2015.
How to cite
Monroy Torres R. Nutritional therapy in hospitalized
preterm neonate: weight gain and metabolic impact.
Salud i Ciencia 21(4):396-402, Jun 2015.
Palabras clave
neonato prematuro, ganancia de peso, hiperglucemia, nutrición parenteral
Key words
preterm newborn, weight gain, hyperglycemia, parenteral nutrition
Lista de abreviaturas y siglas
OMS, Organización Mundial de la Salud; NE, nutrición enteral; NP, nutrición parenteral; NM,
nutrición mixta; GI, gastrointestinal; GGT, gamma-glutamiltransferasa; ADA, American Diabetes
Association; ESPEN, European Society for Clinical Nutrition and Metabolism.
R. Monroy Torres / Salud(i)Ciencia 21 (2015) 396-402
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Article
Full-text available
To analyze the weight gain and to describe the metabolic complications in preterm newborns with nutritional support (NS) and to describe nutritional practices in the first month of hospitalization for 52 preterm newborns. Descriptive and prospective study of preterm infants (30-36 gestational weeks), with birth weight > 1 kg, hospital stay > 12 days, without respiratory support or complications, conducted at a public hospital in Leon, Guanajuato, Mexico from January to November 2006. Weight, serum glucose, insulin, cholesterol, triglycerides, gamma-glutamyltransferase, creatinine, urea nitrogen, type of NS (parenteral PN, enteral EN, mixed MN), energy content, and macronutrient intake were measured weekly. To obtain representative data, nutritional practices were not altered by the study protocol. One way ANOVA and Wilcoxon tests were used in data analyses. Overall, 52 newborns were included, averaging 33 gestational weeks and 1,590 g of weight. The NS was started by the fourth day on average. Parenteral nutrition was the most frequent NS during the first 2 weeks (75%). Energy and macronutrient supply was 50% less than the recommended. Weight gain ranged from -100 to 130 g/week. Parenteral nutrition showed better weekly weight gain, followed by EN. The metabolic complication rate per person-day was greater for MN (0.56), than for EN (0.16) or PN (0.09). Routine surveillance of weight and metabolic complications was deficient. Late onset of NS, insufficient energy supply, and deficient surveillance were obstacles to weight gain and to prevent the metabolic complications in these newborns.
Article
Objective To perform an epidemiologic study of artificial nutrition in critically-ill pediatric patients. Patients and methods A multicenter, prospective and descriptive study was conducted in 23 Spanish intensive care units (ICU) (18 pediatric ICUs and five pediatric/neonatal ICUs) over a 1-month period. Artificial nutrition (AN) was required by 165 critically-ill patients (21.4 %). Data on diagnosis, severity, treatment, type of nutrition administered and complications were analyzed. Results A total of 54.4% of the participants were younger than 1 year, 19.4% were aged between 1 and 5 years old, 15.7% between 5 and 10 years old and 13.4 % were older than 10 years. ICU mean length stay was 11 days. One hundred six patients were administered enteral nutrition (EN): 67.9% continuous nasogastric EN, 27.4 intermittent nasogastric EN, 16 % nasojejunal EN, 2.8 % gastrostomy EN. Eighty patients required parenteral nutrition (PN): 86.3% central PN, 20 % peripheral PN. No significant differences were found between patients with EN and PN in mean energy intake, days receiving AN, diagnosis at admission to the ICU, disease severity (measured by PRISM III) or intensive support techniques. The EN group required greater inotropic support. Patients undergoing mechanical ventilation had equal mortality independent of the type of AN. The most common complications in EN were: 17.9 % emesis, 13.2 % abdominal distension, 11.3% diarrhea, 4.7% gastric residual volumes, and 6.6 % hypokalemia.In PN complications consisted of: 5% catheter related infection, 1.3 % thrombophlebitis, 7.5% hyponatremia,3.8% hypoglycemia, 6.3% hypophosphatemia and 3.8 % hypertriglyceridemia. Conclusions EN provides critically-ill children with adequate energy intake and is well tolerated. Therefore, if there are no contraindications, EN should be the system of choice in the critically-ill patient requiring AN.
Article
This is a prospective study of differential morbidity among subgroups of intrauterine growth retardation. Cases of intrauterine growth retardation (N = 3450) (greater than or equal to 37 weeks, less than 10th percentile birth weight for gestational age) were classified by their ponderal index (weight/length3) in four subgroups using the 10th, 25th, and 90th percentiles of the Lubchenco's ponderal index-gestational age distribution. There were 432 cases (12.5%) with low ponderal index or disproportionate intrauterine growth retardation, 936 (27.1%) with intermediate ponderal index, 2030 (58.8%) with adequate ponderal index or proportionate intrauterine growth retardation, and 52 (1.5%) with high ponderal index. The low ponderal index group or disproportionate intrauterine growth retardation group had a statistically significant higher risk (between 1.6 and 12.5 times) for low 1- and 5-minute Apgar scores, aspiration syndrome, hypoglycemia, and perinatal asphyxia than the adequate ponderal index group. The low ponderal index group also had an increased risk (relative risk = 2.0 [95% confidence interval, 1.0 to 3.8]) for hospital stay of more than 1 week. These differences persist after a stratified analysis by birth weight and in a multiple logistic regression analysis. Similarly, higher neonatal morbidity is observed among infants with normal birth weights but with low ponderal index. These data provide further evidence of the heterogeneity of the intrauterine growth retardation syndrome and of the independent effect of body disproportion on neonatal morbidity, even among infants with normal birth weights. Because there are significant clinical implications attributed to the low ponderal index group, this subgroup should be identified as early as possible.
Article
In a prospective randomized trial, we studied the effects of early hypocaloric enteral feedings (PO) begun at 48 hours of age in 19 infants compared with 20 infants who received no enteral feedings (NPO) for at least the first 9 days of life. Both groups initially received the majority of their calories by parenteral alimentation. The groups were similar with respect to birth weight, gestational age, sex, Apgar score, and major neonatal diagnoses. The early enteral feeds proved to be significantly beneficial without an increased incidence of complications. The PO group reached full enteral feedings faster than the NPO group (31.2 vs 47.3 days). The PO group had a greater decline in serum bilirubin concentration over the first 2 weeks of life and spent less time under phototherapy (6.8 vs 9.5 days). Less cholestasis was observed among the PO infants (6.7% vs 33%), and peak direct bilirubin levels were also lower (0.7 vs 2.5 mg/dL). Osteopenia of prematurity, manifested by significantly lower alkaline phosphatase activity, was also decreased in the PO group, perhaps because of greater calcium intake during the first month among PO infants (1.3 vs 0.8 g). Compared with complete bowel rest, early onset of hypocaloric enteral feedings has beneficial effects on indirect hyperbilirubinemia, cholestatic jaundice, and metabolic bone disease of very low birth weight infants.
Article
To develop a current national fetal growth curve that can be used as a common reference point by researchers to facilitate investigations of the predictors and consequences of small and large for gestational age delivery. Single live births to United States resident mothers in 1991 (n = 3,134,879) were used for the development of this curve, which was compared with four previously published fetal growth curves. Techniques were developed to address cases with implausible birth weight-gestational age combinations and to smooth fetal growth curves across gestational age categories. In general, the previously published fetal growth curves underestimated the 1991 United States reference curve. This underestimation is most apparent during the latter weeks of gestation, approximately 33-38 weeks. Our findings indicate that the prevalence of fetal growth restriction (FGR) will vary markedly, depending on the fetal growth curve used. Furthermore, many previously published fetal growth curves no longer provide an up-to-date reference for describing the distribution of birth weight by gestational age and for determining FGR that is consistent with the most recent live birth data for the entire United States.