ArticlePDF Available

Asumiendo las consecuencias negativas de la adicción al juego

Authors:

Abstract

La adiccion al juego no solo se caracteriza por la perdida de control ante el juego, sino que esta conducta tiende a generar problemas en los diferentes ambitos de la vida del ludopata. Por ello, este aspecto se recoge en el Manual diagnostico y estadistico de los trastornos mentales-5 (DSM-V) como uno de los criterios para realizar su valoracion diagnostica. Objetivo: describir y analizar los diferentes elementos que conforman la compleja problematica aparejada a esta adiccion y que pueden terminar en situaciones de exclusion social. Metodo: Se opta por una metodologia cualitativa que se ajusta mejor a los intereses del estudio. Como tecnica se ha seleccionado la historia de vida, instrumento de evaluacion que permite conocer la verdadera magnitud del problema desde el punto de vista de los afectados. Resultados. De manera general, se ha descubierto que ser ludopata tiene muchos mas consecuentes que el problema economico evidente. No debemos despreciar las implicaciones de esta conducta a otros niveles: familiar, laboral, legal y social, que pueden considerarse, a medio plazo, como factores mucho mas execrables que el del mero gasto economico. Conclusion. Es facil avistar que los graves problemas que acarrea la adiccion al juego son capaces de desmembrar el proyecto vital del ludopata y el de su familia. Todo vale, aunque para ello tenga que jugarse su puesto de trabajo, su casa, su familia, sus amistades, su estatus social y su propia dignidad.
Cuadernos de Trabajo Social ISSN: 0214-0314
Vol. 29-2 (2016) 335-344 http://dx.doi.org/10.5209/CUTS.48858
335
Introducción
Desde que se legalizó el juego en España (1977)
el número de jugadores ha ido incrementándose
parejo a la inversión realizada en la industria del
juego. Aunque, en los últimos años se ha produ-
cido un leve descenso de los ingresos obtenidos
por el juego (avivado por la crisis económica),
las cifras económicas siguen denotando la im-
portancia que tiene este sector en la economía de
nuestro país, y más aún hoy, con la incorpora-
Asumiendo las consecuencias negativas de la adicción
al juego
Dealing with the negative consequences of gambling addiction
Pilar BLANCO MIGUEL
Universidad de Huelva, España
pblanco@uhu.es
Recibido: 15/04/2015
Revisado: 06/05/2015
Aceptado: 20/01/2016
Disponible on line: 01/07/2016
Resumen
La adicción al juego no sólo se caracteriza por la pérdida de control ante el juego, sino que esta conducta tiende a generar pro-
blemas en los diferentes ámbitos de la vida del ludópata. Por ello, este aspecto se recoge en el Manual diagnóstico y estadís-
tico de los trastornos mentales-5 (DSM-V) como uno de los criterios para realizar su valoración diagnóstica. Objetivo: des-
cribir y analizar los diferentes elementos que conforman la compleja problemática aparejada a esta adicción y que pueden
terminar en situaciones de exclusión social. Método: Se opta por una metodología cualitativa que se ajusta mejor a los inte-
reses del estudio. Como técnica se ha seleccionado la historia de vida, instrumento de evaluación que permite conocer la ver-
dadera magnitud del problema desde el punto de vista de los afectados. Resultados. De manera general, se ha descubierto que
ser ludópata tiene muchos más consecuentes que el problema económico evidente. No debemos despreciar las implicaciones
de esta conducta a otros niveles: familiar, laboral, legal y social, que pueden considerarse, a medio plazo, como factores mu-
cho más execrables que el del mero gasto económico. Conclusión. Es fácil avistar que los graves problemas que acarrea la
adicción al juego son capaces de desmembrar el proyecto vital del ludópata y el de su familia. Todo vale, aunque para ello
tenga que jugarse su puesto de trabajo, su casa, su familia, sus amistades, su estatus social y su propia dignidad.
Palabras clave: adicción al juego, problemática social, consecuencias de la adicción, exclusión social, metodología cualitativa.
Abstract
Gambling addiction is characterized both by loss of control with respect to gambling and such behaviour leading to problems
in the different areas of the addict’s life. This is therefore included in the Diagnostic and Statistical Manual of Mental
Disorders, Fifth Edition (DSM-V) as one of the criteria for a diagnostic assessment. Aim: to describe and analyse the
different elements comprising the complex problems accompanying this addiction that may result in social exclusion.
Method: a qualitative methodology was selected, as the best fit for the interests of the study. The life history technique was
chosen, as an assessment instrument enabling an understanding of the true magnitude of the problem from the perspective
of the persons affected. Results: in general, it was discovered that addiction has many consequences beyond the obvious
financial issues. We cannot ignore the implications of this behaviour on other levels: family, work, legal and social, which
may in the medium term be considered far more serious factors than mere financial loss. Conclusion: it is easy to recognize
that the serious problems caused by gambling addiction are capable of destroying the lives of the addict and of their family.
Anything goes, though they may have to risk their job, home, family, friendships, social status and dignity.
Keywords: gambling addiction, social issues, consequences of addiction, social exclusion, qualitative methodology.
Referencia normalizada: Blanco Miguel, P. (2016): «Asumiendo las consecuencias negativas de la adicción al juego».
Cuadernos de Trabajo Social, 29(2): 335-344.
Sumario: Introducción. 1. Metodología. 2. Resultados. 3. Discusión y conclusiones. 4. Referencias bibliográficas.
336 Cuadernos de Trabajo Social
Vol. 29-2 (2016) 335-344
Pilar Blanco Miguel Asumiendo las consecuencias negativas de la adicción al juego
ción en 2011 del juego on line. Pero bajo esta bo-
nanza se esconde una angosta realidad: la reali-
dad del adicto que, sabiéndose perdedor, es ca-
paz de esquilmar su proyecto de vida por unos
momentos de juego (Castilla, Berdullas, Vicente
y Villamaría, 2013).
Esta realidad nos muestra que el juego forma
parte de nuestra vida cotidiana, teniendo que
aprender a vivir con él, pero sin dejarnos arras-
trar por su perniciosa complacencia. Ya casi na-
die duda de que la adición al juego se ha consti-
tuido como uno de los problemas más graves a
los que se ha de hacer frente y, en este aspecto,
España ocupa un lugar privilegiado no sólo en
gasto, sino también en problemas o dificultades
derivadas de su uso patológico. Aunque las adic-
ciones sociales se revelan como un gran coste
económico, en muchos países ya están conside-
rándose como verdaderos problemas de salud
pública, a los que los Estados deben dar una res-
puesta (Salas, 2014).
En parte, todos somos conscientes de que no
paran de crecer las cifras de personas que termi-
nan por volverse adictas al juego y así lo atesti-
guan los últimos estudios que se están llevando a
cabo, sobre todo entre la población más joven
(Volverg, Gupta, Griffiths, Olason y Delfabbro,
2011). Si antes el perfil medio del ludópata era:
varón, entre 30 y 40 años; actualmente se apro-
xima más a: joven, entre 15 y 35 años, en su ma-
yoría estudiante o con estudios universitarios
que cada vez dedican más tiempo a jugar, aun-
que ello vaya en detrimento de sus estudios, fa-
milias y amigos (Castilla, Berdullas, Vicente y
Villamaría, 2013). Hecho que la mayoría de los
expertos atribuye al gran desarrollo del juego le-
galizado, cuya extensión —según expresan algu-
nos autores (Salas, 2014; Sarabia, Estévez y He-
rrero, 2014)— ha sido potenciada por la laxitud
de las restricciones legales y la excesiva genero-
sidad o ambigüedad de la legislación reguladora
del juego; y en este sentido nuestro país es un
claro ejemplo de ello.
Se sabe que la accesibilidad al juego correla-
ciona positivamente con la probabilidad de prac-
ticarlo (Sarabia, Estévez y Herrero, 2014; Ola-
son, Krisjansdottir, Einarsdottir, Haraldsson,
Bjarnason y Derevensky, 2011). Actualmente,
jugar se plantea como una tarea muy fácil por
dos motivos: por la gran oferta de juegos de azar
a disposición (King, Delfabbro y Griffiths,
2010) y por la excesiva aceptación social que to-
davía sigue teniendo (Blanco, 2014). En contra-
posición a las drogas, el juego cuenta con el be-
neplácito de todos, justificándolo a través de una
serie de creencias positivas que básicamente
pueden resumirse en «su nula peligrosidad y sus
cuantiosos beneficios económicos». Esta permi-
sividad allana mucho el camino a los dispendios
que se originan en torno al juego; pero los abru-
madores datos adversos de carácter humano, so-
cial y económico que se agolpan en torno al jue-
go hablan por sí solos; invalidan cualquier
opción argumentativa (idem).
1. Metodología
Dado que nuestro interés está centrado en anali-
zar y comprender un problema, teniendo como
referencia básica a las personas que lo padecen,
consideramos necesario elegir una perspectiva
metodológica que se sirva de estrategias que per-
mitan comprender el fenómeno que se estudia
teniendo en cuenta la dimensión intersubjetiva.
Por ello, elegimos la vertiente comprensivo-in-
terpretativa, ya que está interesada —al igual
que nosotros— en interpretar y comprender los
fenómenos sociales desde el punto de vista de
los sujetos que viven el hecho de primera mano;
o que, como muy bien apunta Ferrarotti (2006),
nos interesa definir los problemas con las pala-
bras de los actores.
De todas ellas, elegimos la historia de vida,
ya que —como señala Becker (1974)— tiene
una gran capacidad para captar los procesos so-
ciales básicos de la interacción cotidiana. De
igual modo, Rojo (1997), apunta que esta técni-
ca ofrece la posibilidad de llegar a comprender
las distintas etapas y periodos en la existencia de
un individuo en su proceso de desarrollo, po-
niendo dichas fases en conexión con el momen-
to histórico y con su propia sociedad. Esta técni-
ca se llevó a cabo tanto con las personas
enfermas como con sus familiares. En cuanto al
ámbito de estudio, se reseña que se seleccionó a
la población afectada por la problemática de la
ludopatía (jugador y familia) que está en proce-
so de rehabilitación.
Para ello se ha elegido a la Asociación Onu-
bense de Jugadores en Rehabilitación (AONU-
JER), situada en Huelva capital, aunque su radio
de acción está abierto a toda la provincia. Tras
conocer el perfil de los usuarios jugadores, opta-
mos por seguir unos criterios de selección que
tuvieran en cuenta variables tan significativas
Cuadernos de Trabajo Social 337
Vol. 29-2 (2016) 335-344
Pilar Blanco Miguel Asumiendo las consecuencias negativas de la adicción al juego
como el sexo1, la edad, la procedencia geográfi-
ca, y el nivel de tratamiento en el que se encon-
traban en ese momento. Para el criterio de elec-
ción de los familiares se creyó conveniente elegir
al familiar del jugador que previamente hubiera
sido seleccionado en la muestra del colectivo de
jugadores.
2. Resultados
Nuestros entrevistados y entrevistadas saben
mejor que nadie que la adición al juego no viene
caracterizada sólo por la pérdida del control an-
te el juego, sino que deviene una conducta capaz
de generar problemas muy serios, que pueden
afectar a toda su vida. Además de la evidencia
explícita del problema económico, la adicción al
juego conlleva situaciones muy difíciles a nivel
personal, laboral, social y legal que, a su vez, tie-
ne un impacto muy nocivo en el ámbito familiar.
2.1. Derivaciones personales
Si en un principio jugar deleita, con el tiempo es-
ta acción acaba estresando, ya que tarde o tem-
prano, el adicto o adicta al juego dejará de sen-
tirse bien con el juego. Se entiende mejor, si
tenemos en cuenta sus testimonios: es vivir ins-
talados en la continua mentira, perder mucho di-
nero, no saber cómo hacer frente a las deudas,
vivir aislados de todos, centrados únicamente en
el juego y saberse unos miserables sin atisbos de
cambio; todo ello tiende a crearles unos niveles
de malestar muy altos, donde es fácil que la an-
siedad, el estrés, la irritabilidad, la depresión, la
desesperación, así como la idea del suicidio,
afloren de forma continuada.
Yo tuve que ir al médico ya desquiciao. Fui al
médico de cabecera y me dio la baja; yo supongo
que cuando el médico me vio, no se lo pensó, y
me la dio porque estaba desquiciado (Jugador, 55
años).
Estas tan metida en el juego que vives para él.
Llegas a un estado tal de estrés y ansiedad que
piensas que el pecho te va a estallar de la presión
que sientes (Jugadora, 66 años).
Conexo a esta realidad de malestar, hemos
visto que en algunas historias de juego renacen
situaciones adictivas, inicialmente superadas y,
en otras, el consumo de drogas deviene con la
conducta de juego, creándose en todas ellas au-
ténticas situaciones poliadictivas. Cómo hemos
podido ver, el consumo de alcohol, tabaco y co-
caína suele ser una constante en la vida del
adicto al juego, sobre todo esta última en los ju-
gadores que no sobrepasan los cuarenta años.
Reconocen que acceder a las drogas es fácil, ya
que su conducta de juego se desarrolla en loca-
Historias de vida (jugadores/as)
Número Sexo Intervalo Procedencia Nivel de terapia*
de edad Huelva Provincia Ma. Reh. In. TP.
18 Varones 22-66 5 13 7 4 6 1
4 Mujeres 39-63 2 2 2 2
Historias de Vida - Familiares (pareja/cónyuge/hijos)
Número Sexo Intervalo Procedencia Nivel de terapia
de edad Huelva Provincia Ma. Reh. In. TP.
3 Varones 57-68 2 1 2 1
14 Mujeres 20-62 5 9 6 3 3 2
Tabla 1. Perfil de la muestra.
* Concretamente los niveles de terapia son: Mantenimiento (Ma.), Rehabilitación (Reh.) Inicio (In.) y Tera-
pia de pareja (TP.).
Fuente: Elaboración propia.
1Tan sólo se ha podido obtener el relato de cuatro mujeres jugadoras. Situación que visualiza el principal
punto débil de este estudio, confirmando una vez más la realidad observada, cuando alude al tema de que son
muy pocas las jugadoras que deciden asistir a centros de tratamiento para salir de la adicción.
les donde se venden estas sustancias, facilitán-
doles el consumo. De igual modo asumen que
su consumo les incita a jugar, sin tener que pen-
sar en el tiempo ni en el dinero ni en las conse-
cuencias negativas que tiene en sus vidas. Be-
ber alcohol o esnifar cocaína supone, para
algunos, alcanzar un nivel de euforia o excita-
ción capaz de hacerles aumentar su emoción
por el juego.
Yo estuve en la droga también, estuve engan-
chao en la droga. Empecé a consumir alcohol y
muchos fines de semana cocaína y cuando consu-
mía cocaína y el alcohol es que me volvía loco,
me iba detrás de la máquina y estuve así un mon-
tón de tiempo (Jugador, 35 años).
Otros, sin embargo, lo hacen con el ánimo de
mitigar o eliminar la sensación de culpabilidad,
sobre todo cuando pierden; o simplemente be-
ben para sentirse más relajados, llegando a expe-
rimentar un estado de bienestar no logrado hasta
esos momentos.
Yo bebía de cualquier forma. Ese era el pro-
blema. Me bebía unas copitas jugando, pero bebía
más cuando perdía. Ya borracho no pensaba en na
(Jugador, 47 años).
Beber me ayudaba a relajar un poco la tensión
que tenía. El problema era cuando lo mezclaba
con la coca, y es que me volvía loco y gastaba (...)
(Jugador, 35 años).
Otra de las repercusiones personales de gran
calado es el desgaste psicológico que suele aca-
rrearles muchos problemas de ansiedad y depre-
sión, derivados fundamentalmente de la doble
vida que llevan normalmente. Testimonian que
los elementos de mayor estrés están relacionados
con la falta de control en el juego, la necesidad
constante de dinero y el pensar qué hacer para
encontrarlo.
Psicológicamente acabas derrotao. El juego,
psicológicamente, es peor que la droga. Sobre to-
do me ha afectado mucho la presión porque nadie
se enterara de lo que hacía. Piensas en que si tu
mujer se entera de todo va a echarte de casa y te
quedas tirao en la calle y ¿dónde vas? (Jugador,
35 años).
Lo peor de todo es esconderte, permanecer
callao para que no te descubran y poder seguir ju-
gando. Hasta que no estas muy metido (...) que ya
te da igual too, en lo único que piensas es que tu
familia no te descubra y te estropee la fiesta (Ju-
gador, 53 años).
2.2. Derivaciones económicas y laborales
Tanto los jugadores como los familiares coinci-
den en establecer que el ámbito que se va a ver
más vapuleado por la adicción es el monetario.
La factura económica que tiene es casi imposible
de cuantificar, según relatan nuestros entrevista-
dos y entrevistadas. Esto se explica a partir de
que la acción de gastar dinero hay que entender-
la desde diferentes marcos de significación. En
primer lugar, el adicto hipoteca su presente eco-
nómico en aras de su juego, teniendo que vivir
situaciones de necesidad extrema o en la tesitura
de que o bien otros le tengan que satisfacer sus
necesidades más básicas, o sea él quien tenga
que ponerse a trabajar para poder subsistir.
Yo te puedo decir que no había dinero ni para
comer. Tuve que recurrir a mis padres, a mis sue-
gros y a una hermana mía que todos los meses
metía dinero en mi casa para que mis hijos y mi
mujer pudiesen comer algo (Jugador, 55 años).
Me tuve que poner a trabajar y uno de mis hi-
jos que estaba en la mili me mandaba todos los
meses cuando cobraba algo de dinero (Familiar,
59 años).
Además de sufrir un presente mísero, el ludó-
pata tiene que vivir con la realidad de haber hi-
potecado también su futuro, al tener que hacer
frente a todas las deudas acumuladas, que en
muchos casos suponen una cantidad ingente de
dinero.
Yo recuerdo que llegó un momento en que era
tan grande el agujero que estaba desesperao.
Cuando llegué a la asociación debía alrededor de
14 millones de pesetas que todavía los estoy pa-
gando (Jugador, 55 años).
Pero esto no se queda sólo aquí; también ha-
bría que aplicar el modelo de análisis coste-be-
neficio que la adicción introduce con respecto al
tema económico. Todos los entrevistados y en-
trevistadas son conscientes de las oportunidades
perdidas, en tanto que han dejado de percibir y
de disfrutar de una serie de ventajas económicas,
de no haberse instalado en sus vidas la adicción.
Lo que peor llevas es darte cuenta de todo lo
que has perdido. Yo pienso en todo lo que me he
gastado en el juego y pienso en lo que podría te-
ner ahora si no lo hubiese tirado con el juego (Ju-
gador, 45 años).
Teníamos una boutique de pan que nos repor-
taba todos los meses un buen dinero. Con el tiem-
po y con el problema resuelto mi marido y yo he-
338 Cuadernos de Trabajo Social
Vol. 29-2 (2016) 335-344
Pilar Blanco Miguel Asumiendo las consecuencias negativas de la adicción al juego
Cuadernos de Trabajo Social 339
Vol. 29-2 (2016) 335-344
Pilar Blanco Miguel Asumiendo las consecuencias negativas de la adicción al juego
mos hablado de todo esto, de lo que podíamos te-
ner y de lo bien que podíamos haber vivido con el
negocio que teníamos (Familiar, 53 años).
Con respecto al tema laboral, diremos que
todos coinciden en apuntar que, en los comien-
zos de su adicción, tiende a afectarles sobre to-
do a las condiciones relacionadas con cómo van
a ser capaces de desarrollar su trabajo. Faltar al
trabajo, solicitar bajas continuas o simplemen-
te no acudir a él, suelen ser las opciones que di-
cen haber elegido para solventar su situación
laboral.
En la fábrica ya no me tenían ningún respeto
pues yo fallaba más que una escopeta caña. ¡Yo
no sé como aguantaron tanto! Yo siempre tenía
excusas para quitarme del medio (Jugador, 55
años).
Te inventas cualquier cosa para no ir a traba-
jar. Vives en una continua mentira. Yo mentía pa-
ra todo, para no ir a trabajar (...) (Jugador, 44
años).
De igual modo reconocen haber sufrido mu-
chos problemas de concentración laboral, dado
que la mayoría de ellos sólo piensan en jugar,
perdiendo con ello el interés por todo y por to-
dos; la única fuente de vida emana de la propia
necesidad de jugar.
Yo, de lo único que me preocupaba era de ju-
gar. Estaba trabajando y sólo me acordaba de la
máquina. Siempre el juego (Jugador, 53 años).
Te olvidas de todo. No puedes concentrarte en
el trabajo, cuando estas tan metida en el juego no
puedes pensar en el trabajo. Realmente es así, el
juego puede más que tú (Jugadora, 58 años).
También reconocen que, conforme su situa-
ción de juego se va deteriorando, lo va haciendo
también su situación laboral. El descenso consi-
derable de su productividad laboral suele ser el
primer síntoma en aparecer. No obstante esto no
suele quedar aquí. En algunos casos vemos co-
mo la situación se hace tan insostenible que aca-
ban perdiendo el trabajo por un incumplimiento
manifiesto de sus responsabilidades laborales.
Yo estuve al borde de perder mi dignidad pro-
fesional y personal, pero nada yo seguí igual. Yo
ya el trabajo lo tenía prácticamente abandonao
(Jugador, 66 años).
Por culpa del juego perdí varios trabajos. Co-
mo uno no es consciente de lo que tiene entre ma-
nos, no piensa en las consecuencias (Jugador, 53
años).
En otros casos, esa pérdida viene acompaña-
da de conductas ilegales dentro del propio entor-
no laboral. Cuando el jugador agota todas las
fuentes de financiación, legales y posibles, y ne-
cesita seguir jugando, suele emprender su peri-
plo de búsqueda de dinero en su trabajo. Se em-
pieza por robar a los compañeros de trabajo y se
termina metiendo la mano en la caja del dinero,
cuando se cuenta con esa facilidad.
Gastaba dinero de los clientes y llego el día
en que se descubrió. Debía dinero a la empresa,
a los clientes, incluso llegué a falsificar la firma
de mi mujer para pedir un préstamo (Jugador, 47
años).
Empecé a trabajar en una empresa de seguri-
dad y pronto me ofrecieron un puesto en la Dele-
gación de Huelva y vi las puertas abiertas y ahí
comenzó de nuevo mi calvario. Mientras iba a ver
a mis trabajadores, miraba las obras cercanas y el
material que se podía vender y había días que
vendía en puertas, azulejos, ventanas, etc. (Juga-
dor, 38 años).
Como resultante de esta situación, el jugador
o jugadora pueden verse en dos escenarios dife-
rentes: o bien ser despedidos de manera fulmi-
nante o bien ser degradados laboralmente. Esto
último suele acontecer cuando se conoce su adi-
ción y se toma como una «eximente del delito»,
ofreciendo al jugador la posibilidad de corregir
la situación devolviendo lo robado y pidiendo
ayuda.
Me hizo falta dinero y terminé robándoselo a
la señora que cuidaba. Falsifiqué su firma y me
fui al banco, saqué el dinero y yo encantá. La hi-
ja me despidió y me denunció (Jugadora, 39
años).
Cuando se supo en mi empresa lo del dinero
yo no podía ir a ningún sitio, ni de permiso. Mi je-
fe me preguntó ¿qué es lo que pasa? Y yo le dije
mire usted pasa esto y me dijo él: muy bien ¿te
comprometes tú a pagar el dinero?; yo le dije que
sí, y eso se calló totalmente (...) el que más man-
daba tomó conciencia de que esto era una enfer-
medad y lo que hizo fue cambiarme de un sitio a
otro. Me quitaron de la oficina y me pusieron en
otro sitio (Jugador, 60 años).
Además no podemos olvidar el dato, ante-
riormente reseñado, de que una parte de los ju-
gadores y jugadoras, sobre todo los primeros,
cargan con otras adicciones a sus espaldas que,
unidas a la del juego, no hacen más que amplifi-
car su problema a todos los niveles.
340 Cuadernos de Trabajo Social
Vol. 29-2 (2016) 335-344
Pilar Blanco Miguel Asumiendo las consecuencias negativas de la adicción al juego
Es imposible trabajar en condiciones cuando
no has pegao ojo en toda la noche harto de copas
y de otras cosas (Jugador, 35 años).
Muchas veces iba al trabajo en muy malas
condiciones. Sin dormir, sin comer, con varias co-
pa y sin asearme. La verdad es que muchas veces
me iba del bar a trabajar (Jugador, 45 años).
2.3. Derivaciones legales 3 sociales
Cómo acabamos de ver, una parte de los adictos
al juego se ven inmersos en problemas legales,
causados por los excesos económicos a los que
tiene que hacer frente, al no ser capaces de con-
tener su conducta de juego. Robar, hurtar, falsi-
ficar cheques, emitir cheques sin fondos, falsifi-
car firmas, etc., suelen ser los delitos que tienden
a cometer. Como resultado de estas conductas
ilegales, al jugador o la jugadora puede abrírsele
un proceso judicial y acabar con una sentencia
de cárcel, como le ha ocurrido a una de nuestras
jugadoras.
No tenía nada de dinero ni para comprar el
pan. Cogí y falsifiqué una firma y me fui al ban-
co y saqué dinero. Me fui a jugar y al otro día vol-
vía a sacar dinero, novecientos euros en total y me
llamó la hija, me dijo lo que había pasado y me
denunció y estuve a punto de ir a la cárcel. Dos
años y siete meses me echaron por novecientos
euros (Jugadora, 39 años).
Sabedores de que esta situación incrementa o
añade mayores niveles de estigmatización social
a sus vida, tienden a procurar que esta informa-
ción se haga lo menos pública posible. De ahí
que se las ingenien para que no llegue a oídos de
su contexto familiar más próximo (hijos), dadas
las consecuencias que esto puede tener, no sólo
a nivel personal, sino también en lo social.
Mis hijos no saben nada de lo de la cárcel. Sa-
ben que estoy aquí, que yo iba al bingo, pero lo de
la cárcel no. Estas cosas cuanta menos gente lo se-
pa mejor, porque después la gente te mira mal,
miran mal a tus hijos y pueden tener problemas en
el colegio, con sus amigos y yo no quiero que pa-
se nada de esto (Jugadora, 39 años).
Cómo hemos podido comprobar, a lo largo
de los diferentes testimonios dados por nuestros
sujetos de estudio, con el tiempo la adición al
juego termina por desencadenar un gran aisla-
miento social del jugador. Entre las causas nom-
bran a la propia dinámica del juego que les hace
jugar en soledad, tanto por deseo propio de no
ser molestados mientras juegan o porque, abstra-
ídos por él, acaban desatendiendo cualquier otra
faceta de su vida.
Yo al principio empecé jugando con mis ami-
gos pero al final terminé jugando solo (Jugador,
29 años).
Me pasaba la mayor parte del día metido en el
salón de juegos, me olvidaba de todo, de amigos,
de familia, de todo, hasta de recoger a mis hijos
del colegio (Jugador, 38 años).
De igual modo reconocen que su tendencia a
sustraer o no devolver el dinero prestado acaba
pasándoles factura, en cuanto que la situación les
hace ser esquivos y rechazados por las personas
que tienen a su alrededor.
Es tanto el dinero que debes que acabas hu-
yendo de todos. Yo tenía broncas con mis herma-
nos y con algunos amigos que me habían dejao
dinero y querían que se lo devolviese y yo claro
no podía. Lo peor es que como al final sabes que
tu familia no te lo va a volver a prestar si se lo pi-
des, acabas robándoselo (Jugador, 47 años).
Pero este problema no sólo se posiciona del
lado del jugador, sino que la familia también va
a verse afectada. Tanto, unos como otros, mani-
fiestan que la familia tarde o temprano termina
pagando las iniquidades del juego. Las deudas
que adquiere el jugador pasan a ser deudas de la
familia por lo que ésta va a verse acorralada por
los acreedores sintiendo una gran vergüenza an-
te la situación, que hará que poco a poco acabe
retirándose del ámbito social recluyéndose en
casa.
Yo pasé mucha vergüenza y miedo. Cuando
yo me enteré de todo lo que debía y que había
acudido a prestamistas. Entonces él cobraba y tal
como cobraba ya estaba uno o dos esperándole en
la puerta y venga a pagar (Familiar, 53 años).
Enterarte de que tu marido roba para jugar es
algo muy tremendo. Me afectó mucho porque la
verdad sientes tal vergüenza que no sabes que ha-
cer (Familiar, 59 años).
Por último, y como consecuencia de sus deu-
das, algunos de ellos han tenido graves proble-
mas con el banco, ya que al no pagar, terminan
por embargarles la vivienda. Otros terminan des-
alojados, si viven de alquiler, y esto en contextos
reducidos, como puede ser un barrio o un pue-
blo, facilita que los vecinos se puedan enterar de
su situación, incrementándose con ello su sensa-
ción de desprestigio social.
Cuadernos de Trabajo Social 341
Vol. 29-2 (2016) 335-344
Pilar Blanco Miguel Asumiendo las consecuencias negativas de la adicción al juego
Entramos en un proceso de embargo del piso
por la Caja porque dejé de pagar algunas letras.
Pero al final lo pudimos solucionar cuando vine a
la asociación (Jugador, 55 años).
Enseguida de casada empecé a sufrir las con-
secuencias de la adicción al juego y al alcohol de
mi marido. En ese tiempo tuvimos dos desahucios
de dos casas y ya en la última tuve que buscar so-
la donde irnos a vivir, ya que él ante estos proble-
mas se quitaba del medio. La verdad es que me he
visto en situaciones muy difíciles y he pasado mu-
cha vergüenza por su problema (Familiar, 44
años).
3. Discusión y conclusiones
Si tenemos en cuenta lo narrado por nuestros su-
jetos de estudio, vemos que su discurso no se
desvía ni un ápice de lo que a nivel teórico se
viene razonando. Se sabe que la ludopatía se ca-
racteriza no sólo por la pérdida de control ante el
juego, sino también porque esta conducta es ca-
paz de generar problemas serios que afectan a la
totalidad de su vida. Recordemos, que este as-
pecto es recogido de nuevo en el DSM-V como
uno de los criterios a tener en cuenta en el diag-
nóstico de esta problemática.
Aunque no son muchos los estudios cualita-
tivos que hay sobre este tema2, todos coinciden
en determinar que ser ludópata conlleva muchos
problemas. De ahí, que sea fácil coincidir con la
propuesta expresada por Alonso-Fernández
(2003) cuando alude que a nivel humano el «pre-
cio a pagar» hay que situarlo en el propio drama-
tismo que encierran todas las historias persona-
les y familiares de juego. Al igual que en otros
estudios llevados a cabo, tanto en población jo-
ven (Zapata, Torres y Montoya, 2011), como en
trabajadores y estudiantes universitarios (Ruiz,
2014), vemos que los adictos al juego son perso-
nas que pronto dejarán de sentirse bien (Salas,
2014). Perder dinero, no saber cómo hacer fren-
te a las deudas, mentir a la familia, a los amigos,
descuidar su trabajo y sus obligaciones cotidia-
nas, suelen generarles un nivel de malestar muy
alto, al que a veces hay que unir otras conductas
adictivas (Estévez y Calvete, 2007). De igual
modo, diferentes estudios evidencian que el con-
sumo de drogas parece ser una constante en la
vida del jugador patológico3(Pedrero, 2010;
Castaño et al., 2011; Zapata, Torres y Montoya,
2011; Ruiz, 2014). Su acceso es fácil ya que su
conducta de juego se desarrolla en locales donde
venden estas sustancias, lo que facilita el consu-
mo. De hecho, Pedrero (2010), apunta que el bar
tiende a ser el escenario habitual en el que se
suelen dar este tipo de conductas, haciendo coin-
cidir varios estímulos: el alcohol, la máquina y
en algunos casos la cocaína. Se apunta que la ex-
citación o la euforia que causa el alcohol estimu-
la a las persona a jugar, sin tener que estar pen-
dientes del tiempo y del dinero invertido, ni de
las consecuencias que se derivan de su compor-
tamiento. Tanto es así que, en algunos casos el
sujeto tiende a desvalorizar el potencial adictivo
que tienen la conducta de juego, no manifestan-
do que tiene el problema cuando acude a un cen-
tro de tratamiento.
De igual modo se pone sobre la mesa el he-
cho de que jugar suele acarrear muchos proble-
mas de ansiedad y depresión, en parte derivados
de la doble vida a la que se ve sometido el ludó-
pata. Situación que se ve agravada si tenemos en
cuenta que en algunos casos (sobre todo en la
mujer) estos elementos pueden ser considerados
como facilitadotes iniciales de la adicción (Gon-
zález, Astudillo, Toro y Prado, 2014). La falta de
control del juego y la necesidad constante de di-
nero y tener que buscarlo serían los aspectos
que, a título de algunos expertos, generan mayor
estrés entre los varones ludópatas sobre todo (Ji-
ménez, García, Montero y Perea, 2011). Todo es-
to suele desembocar en una situación límite que
hace que cuando llegan a la fase de desespera-
ción se ven acorralados y vislumbran el suicidio
como la única opción de resolver sus problemas,
aunque finalmente sean pocos los que opten por
ella. De hecho, cada vez son más los estudios
que ponen en valor la asociación que suele darse
entre ambas dimensiones: el riesgo de suicidio
con el riesgo de ser adicto al juego (George y
Murali, 2005; Zapata Torres y Montoya, 2011;
Pérez, 2011)
No obstante, es en el contexto familiar donde
van a ser más determinantes las consecuencias,
sobre todo a nivel económico, como hemos po-
2Concretamente destacan los estudios llevados a cabo en Navarra, Zaragoza y Andalucía.
3Un estudio llevado a cabo en Madrid pone de manifiesto que, como trastorno primario, el juego patológi-
co, se presentó en sujetos cuya droga principal era la heroína (15 por ciento), la cocaína (45 por ciento ), el al-
cohol (35 por ciento) y las benzodiazepinas (5 por ciento) (Pedrero, 2010, p. 15).
342 Cuadernos de Trabajo Social
Vol. 29-2 (2016) 335-344
Pilar Blanco Miguel Asumiendo las consecuencias negativas de la adicción al juego
dido comprobar a lo largo de nuestro estudio.
Además de la ruina económica, la familia tiende
a sufrir una devastación afectiva y personal, que
muchas veces pasa desapercibida, dado que en
algunas de ellas, tanto el origen como el factor
mantenedor de la adicción hay que situarlo den-
tro de su propio ámbito. Diferentes estudios han
demostrado que los antecedentes adictivos y los
estilos disfuncionales de relación familiar pue-
den contribuir al desarrollo y manteniendo de es-
te tipo de conducta adictiva (Garrido, Jaén y Do-
mínguez, 2004; Blanco, 2014).
Aunque, de nuevo, son pocos los estudios pu-
blicados sobre las consecuencias sociales que
acarrea la adicción al juego, vemos que en todos
ellos tiende a confirmarse (al igual que en el
nuestro) la idea de que, con el tiempo, ésta termi-
na por desencadenar un gran aislamiento social
del jugador (Barroso, 2003; Blanco, 2014). De
igual modo, nuestro estudio explicita que el pre-
cio social no sólo se posiciona del lado del juga-
dor, también se va a ver muy afectada la familia,
al ser víctima directa de los comportamientos del
ludópata, ya que sin quererlo termina pagando
los desmanes del jugador (Chóliz, 2006). Las
deudas con los familiares y amigos, son conside-
radas deudas de la familia, por lo que la mujer su-
frirá el ostracismo y la ira de los acreedores, y
ella sentirá vergüenza por la situación y poco a
poco irá retirándose del ámbito social y termina-
rá por recluirse en casa, sobre todo cuando el lu-
dópata termina teniendo problemas legales y/o
judiciales; ya que, como apunta Domínguez
(2009), es frecuente que le acompañen otros pro-
blemas asociados a conductas delictivas.
Al igual que sucede con otras adicciones so-
ciales, las consecuencias del juego adictivo aca-
ban esquilmando el ámbito laboral (Cruzado Dí-
az, Matos Retamozo y Kendall Folmer, 2006).
Si, en sus comienzos la adición determina las
condiciones en como la persona desarrolla su
trabajo (baja implicación laboral, absentismo,
relaciones laborales conflictivas, etc.), conforme
se agrava su situación de juego, también lo hará
su situación laboral.
Tanto nuestro estudio como el llevado a cabo
por Fernández-Montalvo, Báez y Echeburúa
(2000) sobre este tema (adicción a las máquinas
tragaperras)4, tienden a confirmar lo especifica-
do hasta este momento. Centrándonos en algu-
nos resultados de interés, vemos que el 65 por
ciento de los ludópatas, que en el momento de
hacer el estudio se encontraban en una situación
de desempleo, lo estaban por motivos relaciona-
dos con la adicción. O bien, porque habían sido
despedidos del trabajo por haber robado o esta-
fado, o por haber tenido que cerrar su propio ne-
gocio5. Coincidiendo con el criterio clínico de
estos autores, la justificación habría que encon-
trarla en el hecho en que, cuando un adicto está
inmerso en el juego pierde el control del tiempo
y se siente incapaz de abandonarlo para ir al tra-
bajo, en parte influidos por las constantes distor-
siones cognitivas que controlan su mente.
Independientemente de la variable que media
en el sumario de despido6, lo que queda claro es
que en la mayor parte de estos procesos se con-
sideran como despidos procedentes, sin que se
tenga en cuenta el diagnóstico de juego patológi-
co. En cualquier caso, esta consideración diag-
nóstica sólo se tiene en cuenta, de manera excep-
cional (y así lo hemos advertido en nuestro
trabajo), como una circunstancia eximente en
procesos de responsabilidad penal, siempre y
cuando el ludópata demuestre que está inmerso
en un proceso de rehabilitación.
De todo lo escrito es fácil concluir manifes-
tando que la adicción al juego debe ser compren-
dida como un gran problema social, ya que si re-
alizamos una valoración holística de todos sus
consecuentes, no nos queda otra disyuntiva que
poner en valor las palabras escritas por Becoña
Iglesias (1996) cuando expresa que:
Todo el sistema social tiene que pagar un alto
precio. Se calcula que por cada ludópata que exis-
4El 72,7 por ciento de la muestra presentó algún problema laboral. El estudio contó con una muestra final
de 121 pacientes que acudían en busca de tratamiento al Centro de Salud Mental de Rentaría (Guipúzcoa) y a
la Asociación de Ayuda a Ludópatas Ekintza-Dasalud (Rentaría, Guipúzcoa) entre los años 1993 y 1997.
5De manera general, las anotaciones que hacen sobre las consecuencias laborales, tienen su base en impre-
siones clínicas y en paralelismos con lo que ocurre en otras conductas adictivas, fundamentalmente el alcoho-
lismo.
6Entre las principales consecuencias del hecho este estudio revela que el 47,1 por ciento fue despedido por
ser absentista laboral, el 39,6 por ciento por tener problemas de concentración y disminución del rendimiento y
el 28 por ciento por haber robado o estafado en su ámbito laboral.
Cuadernos de Trabajo Social 343
Vol. 29-2 (2016) 335-344
Pilar Blanco Miguel Asumiendo las consecuencias negativas de la adicción al juego
te se ven afectadas otras 10 ó 20 personas entre fa-
miliares, amigos y compañeros de trabajo. De ahí,
que cuando se habla de ludopatía, no sólo hay que
considerar al enfermo, sino también a las perso-
nas que directa o indirectamente están vinculadas
a ese problema (p. 136).
4. Referencias bibliográficas
Alonso-Fernández, F. (2003). Las nuevas adicciones. Madrid: TEA Ediciones.
APA. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-V) (Fifth Edition). Was-
hington, DC: American Psychiatric Association.
Barroso Benítez, C. (2003). Las Bases Sociales de la Ludopatía. Tesis Doctoral Universidad de Gra-
nada, Granada, España.
Becker, S. (1974). Historias de vida en Sociología. En: J. Balán, Las historias de vida en las ciencias
sociales. Teoría y técnica. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión.
Becoña Iglesias, E. (1996). La ludopatía. Madrid: Aguilar.
Blanco, P. (2014). El Estudio de las Adicciones Sociales. EL juego como Adicción Social: Problemá-
tica social, Contexto Familiar y Movimiento Asociativo. El caso de Huelva. Tesis doctoral inédita
Universidad de Huelva. Huelva. España.
Castaño, S. et al. (2011). Estudio epidemiológico sobe juegos de azar y factores asociados en pobla-
ción universitaria de la Universidad de Manizales, Colombia 2010. Archivos de Medicina, 11(2),
101-113.
Castilla, C., Berdullas, S., Vicente, A. y Villamaría, S. (2013). Apuestas Online: el nuevo desafío del
juego patológico. Enfocop. Boletín General de la Psicología en España, 61, 4-6.
Chóliz, M. (2006). Adicción al juego de azar. Recuperado de: htpp://www.uv.es/choliz. (Consultado
el 08/06/2015).
Cruzado Díaz L., Matos Retamozo L. y Kendall Folmer R. (2006). Adicción a internet: Perfil clínico
y epidemiológico de pacientes hospitalizados en un instituto nacional de salud mental. Rev Med
Hered, 17(4), 196-205.
Domínguez, A. (2009). Epidemiología y factores implicados en el juego patológico. Apuntes de Psi-
cología, 27(1), 3-20.
Fernández-Montalvo, J., Báez, C. y Echeburúa, E. (2000). Ludopatía y trabajo: análisis de las reper-
cusiones laborales de los jugadores patológicos de máquinas tragaperras. Clínica y Salud, 11(1),
5-14.
Ferrarotti, F. (2006). Historias de vida y ciencias sociales. Perifèria. Revista de recerca i formació en
antropología, 5, 1-14. URL: www.periféria.name.
Garrido, M., Jaén, P. y Domínguez, A. (2004). Ludopatía y relaciones familiares. Barcelona: Paidós.
George, S. y Murali, V. (2005). Pathological gambling: and overview of assessment and treatment. Ad-
vances Psychiatric Treatment, 11, 450-456.
González, P. C. Astudillo, E. Y., Toro, K. G. y Prado, A. (2014). Prevalencia de la adicción al juego y
estrategias de afrontamiento adolescentes escolarizados en el municipio de la Unión (Colombia).
Revisa Cultura del Cuidado, 11(1), 39-49.
Jiménez, A., García, C., Montero, M. y Perea, M.C. (2011). Estudiantes universitarios y juego pato-
lógico. Un estudio empírico de la Universidad de Murcia. Escritos de Psicología, 4(3), 50-59.
King, D., Delfabbro, P. y Griffiths, M. (2010). The convergence of gambling and digital media: im-
plications for gambling in Young people. Journal of Gambling Studies, 26(2), 175-187.
Olason, D.T., Krisjansdottir, E., Einarsdottir, H., Haraldsson, H., Bjarnason, G., & Derevensky, J.
(2011). Internet Gambling and problem gambling among 13 to 18 year old adolescents in Iceland.
Journal Mental Health Adiction, 9(3), 257-263.
Pedrero Pérez, E. J. (2010). Detección de adicciones comportamentales en adictos a sustancias en tra-
tamiento. Trastornos Adictivos, 12(1), 13-18.
Pérez del Río, F. (2011). Las adiciones sin sustancia en estos últimos 40 años. Norte de Salud Men-
tal, IX(40), 47-56.
Rojo, A. (1997). Los documentos personales en la investigación sociológica: Historias de Vida, Re-
latos, Biografías y Autobiografías. Su diferenciación y pertinencia. Revista General de Informa-
344 Cuadernos de Trabajo Social
Vol. 29-2 (2016) 335-344
Pilar Blanco Miguel Asumiendo las consecuencias negativas de la adicción al juego
ción y Documentación, Servicio de Publicaciones de la Universidad Complutense de Madrid,
7(2), 385-395.
Ruiz Pérez, J.I. (2014). Juego patológico y dependencia al alcohol en una muestra de trabajadores y
estudiantes universitarios: Prevalencias, interrelaciones y diferencias de género. PSYCHOL. AV.
DISCIP, 8(1), 33-42.
Salas Blas, E. (2014). Adicciones Psicológicas y los nuevos problemas de salud. Cultura: Lima (Pe-
rú), 28, 111-146.
Sarabia, I., Estévez, A. y Herrero, D. (2014). Situación del juego con dinero en jóvenes y adolescen-
tes. Revista Española de Drogodependencias, 39(3), 57-68.
Secades Villa, R. y Villa Canal, A. (1998). El Juego Patológico. Prevención, Evaluación y Tratamien-
to en la Adolescencia. Madrid: Pirámide.
Volberg, R.A., Gupta, R., Griffiths, M.D., Olason, D. y Delfabbro, P. (2011). An international pers-
pective on youth gambling prevalence studes. International Journal of Adolescent Medicine and
Health, 22(1), 3-38.
Zapata, M.A., Torres, Y. y Montoya, L.P. (2011). Riesgos de Juego Patológico. Factores y Trastornos
mentales asociados en jóvenes de Medellín - Colombia. ADICCIONES, 23(1), 17-25.
... Entre os prejuízos identificados pelo mau uso da rede, podem ser citados o distanciamento, inclusive de familiares, e as dificuldades em manter um círculo de amizades permanente na vida real e de estabelecer diálogo e modificar a rotina (Miguel, 2016;Tao et al., 2010). Jovens conectados a um mundo virtual por longos períodos, geralmente apresentam dificuldade de comunicação, baixa autoestima, sentimentos de solidão e prejuízos em sua vida no trabalho e/ou no meio acadêmico (Lemos et al., 2016;Oliveira, 2017). ...
Article
Full-text available
Atualmente, temos uma pesquisa ou objetivo de verificar uma correlação entre o nível de uso da Internet e os estilos de autoconsciência e autoconsciência reflexiva. Participação de um estudo quantitativo de 450 universitários, entre 18 e 25 anos (50% do sexo feminino), que responderão ao Teste de Dependência da Internet e ao Questionário de Ruminação e Reflexão. Os resultados mostram uma associação positiva significativa entre o nível de uso da Internet e a autoconsciência da luz, onde uma mulher aparece mais altamente que o homem. Está implícito discutir a associação do estilo de negligência psicológica e a possibilidade de uso inexistente da Internet
... Such overwhelming emotions are closely associated with what GDFMs experience, which typically includes the sudden discovery of the full extent of a gambling problem they had ignored up until that moment, a serious financial situation they were not anticipating, having repeatedly been lied for long periods of time, and/or a loss of trust in the gambler (Blanco 2013;Fernández-Montalvo and Castillo 2004). Such situations involve high emotional intensity, resulting in emotional overcharge, and angst, for which emotional management is typically complicated and entails stress and preoccupation (Biscarra and Fernández-Acevedo 2010;Blanco 2016;Blanco et al. 2016;García et al. 2012). Similarly, social withdrawal is very much associated with avoidance strategies in depression and anxiety. ...
Article
Full-text available
Gambling disorder not only affects those who suffer from it but also has consequences for their families. Considering such repercussions are often understudied, and the aim of the present study was to evaluate the main differences between family members of people with gambling disorder (GDFMs) and those with no relatives diagnosed with gambling disorder (non-GDFMs). The variables examined in the present study included emotion regulation, coping strategies, depression, and anxiety. The sample (N = 203) was divided into two groups. This comprised a clinical group (n = 89 participants, 43.8% of the sample), with 69.7% of women (Mage = 48.63, SD = 13.36), and a community sample (i.e., no gambling-related problems in their family; n = 114, representing 56.2% of the sample), containing 64% of women (Mage = 35.89, SD = 11.45). Results showed that GDFMs scored significantly higher than non-GDFMs (i) on anxiety and depression scales, (ii) on difficulties in emotion regulation, and (iii) on maladaptive coping strategies. Additionally, difficulties in emotion regulation and coping strategies correlated with anxiety and depression. Regression analyses showed that difficulties in emotion regulation and coping strategies predicted anxiety and depression for GDFMs. These findings highlight the importance of including family members as part of the target group in gambling disorder treatment protocols.
... c) I la dimensió personal i subjectiva? A més de l'evidència explícita del problema econòmic, l'addicció al joc (Blanco, 2016) comporta situacions molt difícils en l'àmbit personal, laboral, social i legal que, al seu torn, té un impacte molt nociu en l'àmbit familiar. Si al principi jugar delecta, amb el temps aquesta acció acaba estressant, ja que tard o d'hora l'addicte deixarà de sentir-se bé amb el joc, experimentarà el que és viure instal·lat en la contínua mentida, perdre molts diners, no saber com fer front als deutes, viure aïllats de tots, centrats únicament en el joc i saber-se un miserable sense indicis de canvi; tot això tendeix a crear-li alts nivells de malestar, on és fàcil que l'ansietat, l'estrés, la irritabilitat, la depressió, la desesperació, així com la idea del suïcidi, afloren de forma continuada (336-337). ...
Article
Full-text available
El objetivo de este trabajo fue conocer la prevalencia de la adicción al juego en una muestra no probabilística de estudiantes universitarios ytrabajadores adultos, y explorar las relaciones entre niveles de adicción al juego y problemas con el alcohol y analizar las posibles diferenciasentre hombres y mujeres. En este marco, se aplicó un instrumento a una muestra de algo más de 150 sujetos, que respondieron el SouthOaks Gambling Screen (sogs) y el Cuestionario Breve de Dependencia del Alcohol, junto con preguntas de hábitos de juego y de datos sociodemográficos.Entre los resultados se encontró que un 13,4% de los hombres y un 1,3% de las mujeres podrían ser jugadores patológicos,y que las mujeres presentaban menor frecuencia de participación en juegos de azar. Además, se halló una correlación directa entre síntomasde juego patológico y de dependencia de alcohol, pero la relación fue más fuerte en los hombres. También, las deudas por juegos de azar serelacionaron directamente con los puntajes en el sogs en los hombres, y en las mujeres con la frecuencia de juego.
Article
Full-text available
Objetiv ldentificar la prevalencia de adicción al juego y las estrategias de afrontamiento empleadas por jóvenes escolarizados en un municipio de Colombia. Metodología Estudio descriptivo, transversal en una población de 294 estudiantes adolescentes escolarizados. Para la medición del riesgo de juego se usó el cuestionario de Fisher basado en los criterios del DSM IV- J y se aplicó la escala de estrategias de afrontamiento para adolescentes (ACS) diseñada por Frydenberg y Lewis. Resultados El 73,5% de los participantes afirmó que había jugado alguna vez en su vida en máquinas paga monedas y el 79,6% reportaron haber hecho uso de video y juegos en línea. Entre los varones, se clasificaron como probables jugadores sociales el 7,5% y como probables jugadores patológicos el 2,5% y entre las mujeres el 17,2% y el 11,2%, respectivamente. Las estrategias de afrontamiento más utilizadas por los jóvenes fueron: hacerse ilusiones, falta afrontamiento, reducción de la tensión, acción social, ignorar el problema, auto inculparse, reservarlo para sí y reducción de la tensión. Conclusiones Los resultados se convierten en un referente para la creación de programas de intervención en salud mental, orientados a generar estrategias de prevención que lleven a los jóvenes a dominar sus impulsos de jugar, a auto-regular el tiempo que pasan jugando y a tratar a ficultades para controlar sus impulsos de jugar, con el fin de que puedan rehabilitarse de manera oportuna.
Article
Full-text available
El juego con apuesta es un fenómeno social muy extendido en nuestra cultura que apenas ha sido estudiado en jóvenes y adolescentes a pesar de que los datos muestran prevalencias importantes de juego. Por ello, el objetivo de este estudio ha sido conocer en profundidad a qué juega la juventud, cuáles son sus juegos de azar preferidos, así como profundizar en sus motivaciones, opiniones y percepciones referentes al juego con dinero. Se ha utilizado una metodología cualitativa, organizando y desarrollando 6 grupos de discusión en los que han participado un total de 79 jóvenes y adolescentes procedentes de centros escolares y universitarios del País Vasco. Los resultados han mostrado que la irrupción de las nuevas tecnologías, la normalización del juego en nuestra sociedad y la facilidad de acceso al mismo constituirían algunos de los pilares principales en los que se sustenta el incremento de jóvenes que participan en juegos con dinero. Estos resultados alertan sobre la importancia de la prevención y el tratamiento del juego patológico así como la necesidad de atender a un colectivo más joven del habitual.
Article
Full-text available
Psychological addiction is rapidly becoming a serious health problem in the world and in Peru. Although, there are earlier studies, Goldberg (1995) is recognized as the pioneer in introducing the internet addiction topic as a new disorder; from that time much empirical research has been developed. But, these new addictions have not yet been recognized as disorders by the clinical and psychiatric diagnosis manuals, except in the case of pathological gambling, which is considered within the related disorders with compulsions in the DSM-III; also hyper-sexuality is classified as an addiction in the DSMV. In our environment, there is a little research about the topic, but each time there is increasing interest among researchers and doctors. The present paper is a bibliographical conceptual review, and empirical data on the subject of behavioral addictions. The main psychological addictions have to do with new technologies and tools: internet, social networks, mobile phones, video games; but addictions to sex, work and shopping are also considered. Key words: Psychological addiction, behavioral addictions, internet addiction, addiction to social networks, addiction to video games
Article
Full-text available
Objetivo: Conocer las características clínicas y epidemiológicas de los pacientes hospitalizados con diagnóstico de "adicción a internet" en el Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado - Hideyo Noguchi desde la apertura del servicio de hospitalización el año 2001 hasta febrero del 2006. Material y Métodos: Estudio descriptivo, retrospectivo y trasversal: se revisaron las historias clínicas de 30 pacientes con el diagnóstico de "adicción a internet" y se les sometió a una breve encuesta durante sus controles por consultorio. Resultados: La edad promedio fue 18,3 ±3,8 años. Los rasgos de personalidad más frecuentes fueron los antisociales (40%). Tres pacientes sufrieron tuberculosis pulmonar durante su adicción. Hubo historia de disfunción familiar en 80% de los pacientes y 56,7% tuvo antecedentes psiquiátricos familiares. El 83,3% de pacientes inició el uso de internet cuando menos dos años antes del ingreso y el 50% se conectaba más de 6 horas diarias. El 90 % de pacientes se abocaba prioritariamente a los juegos en red. Los síntomas principales fueron irritabilidad (80%) y merma de rendimiento académico (76,7%). La mayor comorbilidad se halló con trastornos afectivos (56,7%). Seis (2%) presentaron ideación o intento suicida. Trece (43,3%) tuvieron antecedente de uso excesivo de videojuegos. Conclusiones: Nuestros pacientes con adicción a Internet se caracterizan por su corta edad, elevado tiempo de uso diario de internet, predominancia de uso de juegos en red y marcada frecuencia de conductas psicopáticas. Su adicción redundó en importante deterioro personal, académico y de relaciones familiares. Se requieren estudios prospectivos para precisar mejor las características de esta patología emergente.(Rev Med Hered 2006;17:196-205).
Article
Objetivos: Investigar el riesgo de juego patológico y su posible relación con trastornos mentales, problemas escolares y familiares, en una población escolarizada de la ciudad de Medellín (Colombia), para orientar la atención en salud mental. Método: Estudio de corte transversal; muestra de 3.486 estudiantes de 10 a 19 años, probabilística y representativa de una población de 290.000 jóvenes. El instrumento SOGS (South Oaks Gambling Screening), fue utilizado para evaluar el riesgo y probabilidad de juego patológico; en etapa analítica se evaluó la posible asociación con trastornos mentales, uso de alcohol y drogas para juego patológico, descritas con significancia estadística de 5% y proporciones de prevalencia con intervalos de confianza del 95%. Resultados: 48,6% sin problemas, 37,6% están en riesgo y 13,8% son posibles jugadores patológicos. Hombres tienen mayor riesgo que las mujeres (2,5:1) y la mayor proporción de posibles jugadores patológicos pertenecen al grupo de 10-14 años (58,7%) vs. 15-19 (41,3%). El Juego Patológico presenta asociación con ansiedad RD=2,1(1,69-2,60), depresión RD=1,73(1,33-2,24), intento de suicidio RD=1,85(1,20-2,85), impulsividad RD=3,48(2,85-4,26), comportamiento violento RD=4,64(3,57-5,58), problemas en la escuela RD=2,46(1,97-3,06); el uso de cigarrillo, alcohol hasta la embriaguez y el uso-adicción a drogas ilegales, se identificaron como factores asociados con valores de p
Article
Pathological gambling has so far received scant attention in the psychiatric literature. It has a prevalence rate of about 1% in most countries, and with the deregulation of gambling in the UK the prevalence is set to rise here. Pathological gambling can adversely affect the individual, family and society, and also carries high rates of psychiatric comorbidity. Early identification and appropriate treatment can limit the long-term adverse consequences and improve outcome. This article reviews assessment techniques and tools, and treatment strategies for pathological gambling.
Article
Background, Gambling is defined as any activity that consists in jeopardizing a valuable object hoping to get another with a higher value. Pathological gambling presents at the moment an important problem in mental health that carries a big number of problems at personal, familiar and social level. Methods and materials, In the current study is analyzed the frequency of gambling practice and related factors in undergraduates of the Universidad de Manizales in 2010, in a selected sample of 305 students from which where analyzed variables such as genre, age, faculty, socioeconomic stratum, weekly incomes, type of game and its frequency, consumption of alcohol, cigarette and drugs, family function and others. For the evaluation of pathological gamblers the F.A.J.E.R questionnaire (not gambler, gambler with risk, dependent gambler) was used. Results: The results show that 53.3% of students practice some gambling. According to the F.A.J.E.R questionnaire 7.6% are considered dependent gamblers and 13.6% are risk gamblers. A significant association was found between the type of gambler and the genre (p=0,000), faculty (p=0,017), family antecedent of pathological gambling (p=0,000), alcohol consumption (p=0,000), family function (p=0,011), drugs consumption (p=0,020), cigarette consumption (p=0,042). Conclusions, There is an important frequency of gambling practice in the studied population and pathological gambling deserves more attention by health managers.