A modo de bienvenida, desde el Programa Nacional de Salud Integral en la Adolescencia y en nombre del equipo que ha trabajado en esta publicación, queremos expresar el profundo orgullo que nos genera poder ofrecer a todos los equipos de salud del país este material, fruto del arduo trabajo en el que han participado directa e indirectamente muchísimas personas y organizaciones de la sociedad civil. El objetivo fundamental de esta publicación no es otro que el de contribuir a la restitución del históricamente vulnerado derecho a la salud de lxs adolescentes lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex (LGBTI) en nuestro país. Para esto, resulta de vital importancia acercarnos a ellxs desde una perspectiva de salud integral. Es decir, poniendo en diálogo la diversidad de experiencias, percepciones y cuerpos de lxs adolescentes con sus necesidades e inquietudes personales, pero también con sus contextos familiares, socioeconómicos, culturales, étnicos y educativos, sin perder de vista que dichos contextos son los que históricamente lxs han hecho sufrir diferentes formas de discriminación y violencia. Desde esta mirada, nos referiremos a “las adolescencias” en plural, en cuya heterogeneidad contemplamos específicamente la diversidad sexual y de expresión e
identidad de género. Nuestro país cuenta con un extenso marco jurídico que garantiza el ejercicio del Derecho a la Salud de lxs adolescentes en general y también de los adolescentes LGBTI. Sin embargo, sabemos que existen numerosas barreras al ejercicio pleno de este derecho que se originan fundamentalmente en el desconocimiento, los prejuicios, las concepciones y las creencias de los equipos de salud. Por ello, en este documento ofreceremos herramientas que proponen partir de una reflexión profunda sobre la forma en la que nos relacionamos con lxs adolescentes en general y con lxs
adolescentes LGBTI en particular. Herramientas que no pretenden, ni podrían, transformarse en protocolos de intervención. Muy por el contrario, este material está diseñado para introducir una nueva mirada y ofrecer elementos para que cada encuentro con unx adolescente sea una oportunidad para construir lazos basados en el respeto, la confianza y la empatía y así establecer vínculos que nos permitan conocer sus preocupaciones y malestares, pero también sus motivaciones, deseos y proyectos.
Confiamos en que cada integrante de los equipos de salud, a lo largo y ancho de nuestro país, se dejará interpelar frente a la diversidad para, de esta manera, contribuir a alcanzar prácticas de salud más equitativas y libres de toda forma de discriminación.