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Agroforestry systems. General concepts and definitionsSistemas de produccion agroforestales. Conceptos generales y definicones

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The concept of agroforestry is briefly outlined, agroforestry systems are classified, and descriptions are given taungya systems, home gardens, alley cropping, shade trees in association with perennial crops, and shifting cultivation with fallow.
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Pastos y Forrajes, 1999, 22:287 ©
SISTEMASDEPRODUCCIONAGROFORESTALES.
CONCEPTOSGENERALESYDEFINICIONES
J.M. Iglesias
Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey
Matanzas, Cuba
Las graves afectaciones que han tenido,
de forma general, los recursos naturales y la
actual crisis económica y social que
atraviesan diversos países, han revitalizado
el interés por lograr un desarrollo acelerado y
sostenido de la agricultura, el cual solo se
conseguirá en la medida en que las estra-
tegias de producción sean congruentes con
el uso racional del ecosistema. En este
contexto, el visualizar la actividad agro-
pecuaria en sistemas agroforestales consti-
tuye un enfoque válido, necesario y actual en
la investigación y la capa-citación para el
desarrollo pecuario de los trópicos (Pezo,
1991).
Los sistemas de producción agro-
forestales se definen como una serie de
sistemas y tecnologías del uso de la tierra en
las que se combinan árboles con cultivos
agrícolas y/o pastos, en función del tiempo y
el espacio para incrementar y optimizar la
producción en forma sostenida.
Estos sistemas pueden contribuir a
solucionar problemas en el uso de los
recursos naturales debido a las funciones
biológicas y socioeconómicas que cumplen.
Desde el punto de vista biológico, la
presencia de los árboles favorece los
sistemas de producción en aspectos tales
como el mantenimiento del ciclaje de
nutrimentos y el aumento en la diversidad de
especies. Además, debido a la estructura
vertical proporcionada por los árboles y otras
especies leñosas, pueden convivir plantas y
cultivos con diferentes requerimientos de luz;
asimismo, los árboles protegen al suelo de
los efectos del sol, el viento y las fuertes
lluvias que caracterizan al trópico.
El uso de prácticas agroforestales también
puede proveer beneficios económicos y
socioculturales, entre los cuales se pueden
mencionar la disminución de los riesgos
económicos por la diversificación de la
producción y la creación de nuevos puestos
de trabajo en tareas de viveros, siembras,
mantenimiento de áreas, etc.
Los primeros intentos para definir la
agroforestería se remontan a 1977-1979
(Bene, Beal y Cote, 1977; Combe y
Budowski, 1979). Los últimos la definían
como “un conjunto de técnicas de manejo de
tierras, que implican la combinación de los
árboles forestales, ya sea con la ganadería, o
con los cultivos”.
Sin embargo, la palabra Agroforestería
llegó a nuestro idioma proveniente del inglés
agroforestry, por lo que en los últimos años
se han expresado diversos criterios acerca
de la verdadera definición de este concepto.
Se ha venido usando indistintamente las
palabras agrosilvopastoril, sistemas
agrosilvopas-toriles, agrodasonomía y
agrosilvicultura, entre otras.
En el desarrollo de este artículo reseña se
hará uso de los términos agroforestería y
sistemas agroforestales, por ser los más
usados en la literatura revisada para definir
las técnicas agroforestales.
También se hace necesario aclarar que se
abordarán los sistemas agroforestales más
relacionados con los cultivos agrícolas y sus
combinaciones, debido a que en años
anteriores se publicó un artículo en esta
misma revista acerca de los sistemas
silvopastoriles para la ganadería (Hernández
y Simón, 1993).
I. Definición de Agroforestería
A través de los años se han dado
numerosas definiciones de agroforestería o
sistemas agroforestales. El International
Council for Research in Agroforestry (1983) la
288
define como: “Sistema sostenido del manejo
de la tierra que aumenta su rendimiento total,
combina la producción de cultivos con
especies forestales y/o animales, en forma
simultánea o secuencial sobre la misma
superficie de terreno, y aplica prácticas de
manejo que son compatibles con las
prácticas culturales de la población local”.
Maydell (1984) propone referirse a
agroforestería “sólo en aquellos casos en que
los árboles y arbustos, así como los cultivos
agrícolas y los animales de pastoreo, se
encuentran juntos sobre una determinada
parcela de terreno, en forma tal que se pueda
demostrar una influencia ecológica mutua”.
Budowski (1984) señala que "el objetivo
principal de estos sistemas es optimizar la
producción total por unidad de superficie,
respetando el principio de rendimiento
sostenido.”
Por su parte, Somarriba (1998) define la
agroforestería como “una forma de cultivo
múltiple en la que se cumplen tres
condiciones fundamentales: 1) existen al
menos dos tipos de plantas que interactúan
biológicamente; 2) al menos uno de los
componentes es una leñosa perenne y 3) al
menos uno de los componentes es una
planta manejada con fines agrícolas
(incluyendo pastos)”.
En la revista Agroforestry Systems se
define (Anon, 1981) el siguiente concepto de
agroforestería:
“Sistema de uso de la tierra donde
leñosos perennes interactúan bioeconómica-
mente en una misma área con cultivos y
animales. Estos elementos pueden estar
asociados en forma simultánea o secuencial,
en zonas o mezclados. Las formas de
producción son aplicables tanto en
ecosistemas frágiles como estables, a escala
de campo agrícola, finca o región, a nivel de
subsistencia o comercial. El objetivo es
diversificar la agricultura migratoria, aumentar
el nivel de materia orgánica en el suelo, fijar
nitrógeno atmosférico, reciclar nutrimentos,
modificar el microclima y optimizar la
producción del sistema, respetando el
principio de rendimiento sostenido. Se exige
compatibilidad con las condiciones
socioculturales de la población y debe servir
para mejorar las condiciones de la región”.
Montagnini, Prevetti, Thrupp, Beer, Borel,
Budowski, Espinoza, Heuveldop, Reiche,
Russo, Salazar, Alfaro, Rojas, Berstch,
Fernández, González, Alvim,
Shaheduzzaman y Nichols (1992) definen un
sistema agroforestal como un sistema
agropecuario cuyos componentes son los
árboles, los cultivos o los animales, y que
presenta los atributos de cualquier sistema:
límites, componentes, ingresos y egresos,
interacciones, una relación jerárquica con la
organización de la finca y una dinámica. El
límite define los bordes físicos del conjunto;
los componentes son los elementos físicos,
biológicos y socioeconómicos; los ingresos y
egresos son la energía o la materia que se
intercambia entre diferentes sistemas; las
interacciones son la energía o la materia que
se intercambia entre los componentes del
sistema y la jerarquía indica la posición de
este con respecto a otros sistemas y las
relaciones entre ellos.
Kass (1992), conceptuando el término en
cuestión y haciendo énfasis en algunas de
sus características y ventajas, considera que
la agroforestería:
1. Es un nombre colectivo para sistemas que
involucran el uso de árboles con cultivos
y/o animales en la misma unidad de
terreno.
2. Pone énfasis en el empleo de árboles y
arbustos indígenas y de uso múltiple.
3. Combina la producción de egresos
múltiples con la protección de la base de
recursos.
4. Es muy apta para condiciones de bajos
insumos y ambientes frágiles.
5. Es estructuralmente más compleja que el
monocultivo.
6. Involucra la interacción de valores
socioculturales en mayor grado que la
mayoría de los demás sistemas del uso de
la tierra.
Si se hace un análisis de los diferentes
conceptos de agroforestería citados ante-
riormente, se destaca como condición
indispensable la presencia del árbol o arbusto
(leñosa perenne) para que el sistema
agrícola sea forestal; sin embargo, esta
leñosa debe aparecer indistintamente
asociada biológicamente a otros cultivos
(perennes o anuales) y en ocasiones (no
necesariamente) a animales. En las
289
condiciones actuales de desarrollo de los
países tropicales, como es el caso de Cuba,
se impone hacer una valoración objetiva
acerca de la utilización de estos sistemas, ya
que los componentes arbóreos cumplen un
sinnúmero de objetivos, tales como:
producción de madera, mejoramiento del
microclima y el suelo, aporte de materia
orgánica, fijación de nitrógeno y captación de
dióxido de carbono, producción de follaje y
otros productos alimenticios y medicinales,
gomas, resinas y fibras.
Con la aplicación de las técnicas
agroforestales las actividades agrícolas y
ganaderas adquieren un carácter perma-
nente; su desarrollo no requiere de altos
insumos, ya que el uso de la maquinaria es
mínimo, ni tampoco se precisa de altas dosis
de fertilizantes ni pesticidas para mantener el
sistema de producción de forma sostenible.
En este sentido, los sistemas agro-
forestales se presentan como un reto para la
esfera agropecuaria, por ser una solución
económicamente viable, socialmente acep-
tada y que no produce daños ambientales;
por otra parte, generan tecnologías poco
costosas, lo cual es un esfuerzo importante si
se tiene en cuenta la señal de alarma a nivel
mundial, debido al fracaso de la Cumbre de la
Tierra realizada en Nueva York en el año
1997.
II. Clasificación de los sistemas agro-
forestales
La clasificación de los sistemas agro-
forestales es necesaria con el fin de proveer
un marco conceptual que permita evaluarlos
y desarrollar planes de acción para su
mejoramiento (Nair, 1989)
Los sistemas agroforestales han sido
clasificados de diferentes maneras: según su
estructura en el espacio, su diseño a través
del tiempo, la importancia relativa y la función
de los diferentes componentes, los objetivos
de la producción y las características sociales
y económicas prevalecientes.
Combe y Budowski (1979) se basan en
los productos que se pueden obtener y el tipo
de combinación entre los componentes.
Otras clasificaciones se sustentan en la
escala y en los objetivos de la producción:
sistemas comerciales, de subsistencia e
intermedios (Office of Technology
Assessment, 1984).
Martínez (1989) identificó cuatro grupos
de combinaciones o sistemas agroforestales
posibles en los sistemas de fincas de
pequeños y medianos agricultores (tabla 1).
Por su parte Nair (citado por Kass, 1992 y
Montagnini et al., 1992) recomienda una
clasificación en la que se tomen en cuenta los
aspectos estructurales y funcionales como
base para agrupar los sistemas en cuatro
grandes grupos:
Sistemas agrosilviculturales (árboles con
cultivos)
a) Cultivo en callejones (alley cropping)
b) Arboles de sombra sobre cultivos peren-
nes
c) Huertos caseros
d) Barbechos mejorados
e) Rompevientos y cercas de protección
f) Sistemas Taungya
g) Mezcla de perennes con otros cultivos
h) Agroforestería para la producción de leña
Sistemas silvopastoriles (árboles con
ganadería)
a) Cercas vivas
b) Pastos con árboles
c) Bancos de proteína
d) Integración de animales con producción
de madera
Sistemas agrosilvopastoriles (árboles con
cultivos y ganadería)
a) Huertos caseros con animales
b) Hileras de arbustos para alimentar ani-
males, conservación del suelo y abono
c) Producción integrada de cultivos, madera y
animales
Otros
a) Apicultura con árboles
b) Lotes de árboles de uso múltiple
c) Acuacultura en mangles
Como se aprecia, estos grupos se sub-
dividen de acuerdo con criterios de arreglo
espacial (sistemas mixtos, densos, en franjas,
etc.), de arreglo temporal (secuenciales,
coincidentes, interpolados, etc.), funciones de
290
los componentes (leña, forraje, cercos vivos,
conservación de suelos, etc.), zonas
agroecológicas donde se desarrollan (zonas
altas, semiáridas, etc.) y aspectos
socioeconómicos (altos o bajos insumos,
etc.).
Tabla 1. Combinaciones agroforestales posibles en los sistemas de finca de pequeños y
medianos agricultores (Martínez, 1989).
Grupo 1. Arboles con cultivo Grupo 2. Arboles para protección
Disperso Cercas vivas o árboles en cerco
Intercalado Cortinas rompevientos
a) Sombra inicial Arboles en contorno
b) Sombra permanente Barreras vivas
c) Cultivos secuenciales Estabilización/recuperación de suelos
En callejones Protección de cauces y nacimientos
Líneas alternadas
Arboles Taungya
Grupo 3. Arboles en rodales compactos Grupo 4. Arboles en potreros
Bosque de producción de madera Arboles dispersos
Arboles en grupo
Bosque energético Arboles en grupo
Banco de forrajes
Huertos caseros
Budowski (1990) los clasifica como:
a) Arboles de sombra sobre café y cacao; a
veces incluyen un estrato más alto de
árboles maderables.
b) Arboles asociados con cultivos anuales o
semiperennes. Incluye el sistema
secuencial conocido como Taungya.
c) Arboles en potreros bajo diversas
modalidades y cumpliendo varias fun-
ciones.
d) Cercas vivas, establecidas principal-
mente por estacas grandes.
e) Cortinas rompevientos.
f) Huertos caseros tropicales mixtos.
g) Mejoramiento del rastrojo en la fase de
recuperación, en terrenos donde se
practica la agricultura nómada.
h) Modalidades secuenciales donde se
alternan pastos con bosques secundarios
manejados para la producción de
madera.
i) Cultivo en franjas o en callejones.
Por otra parte, Montagnini et al. (1992)
presentaron una clasificación basada en el
tipo de componente incluido y la asociación
entre los componentes. De ese modo, los
sistemas agroforestales descritos son:
1. Sistemas agroforestales secuenciales,
donde se da una relación cronológica
entre las cosechas anuales y los
productos arbóreos, o sea, que los
cultivos y las plantaciones de árboles se
suceden en el tiempo. Estos incluyen:
a) Formas de agricultura migratoria con
intervención o manejo de barbechos.
b) Sistemas Taungya.
2. Sistemas agroforestales simultáneos, los
que consisten en la integración simul-
tánea y continua de cultivos anuales o
perennes, árboles maderables, frutales o
de uso múltiple y/o ganadería. Estos
abarcan:
a) Asociaciones de árboles con cultivos
anuales o perennes.
b) Huertos caseros mixtos.
c) Sistemas agrosilvopastoriles.
3. Sistemas agroforestales de cercas vivas y
cortinas rompevientos. Estos consisten en
hileras de árboles que determinan una
291
propiedad o sirven de protección para
otros componentes o sistemas.
De acuerdo con el tipo de cultivo
asociado, la función principal del componente
forestal y su distribución en el espacio y el
tiempo, Fassbender (1993) llega a un arreglo
múltiple y complicado de los sistemas
agroforestales (tabla 2), los cuales incluyen;
A. Sistemas silvoagrícolas
1. Sistemas Taungya o agrosilvicultura
2. Arboles de valor en los cultivos
3. Arboles frutales en los cultivos
4. Arboles productores de sombra en los
cultivos y/o mejoradores de la fertilidad
del suelo
5. Cercas vivas
6. Cortinas rompevientos
7. Cultivos en fajas o callejones
8. Sistemas agroforestales múltiples
9. Huertos caseros
B. Sistemas agrosilvopastoriles
1. Cultivos y ganadería simultánea en
plantaciones.
2. Arboles asociados a los cultivos y
ganadería.
3. Cercas vivas alrededor de comunidades
rurales.
C. Sistemas silvopastoriles
1. Pastoreo (o producción de forraje) en las
plantaciones forestales.
2. Pastoreo (o producción de forraje) en
bosques secundarios.
3. Arboles maderables en los pastizales.
4. Arboles de servicios en los pastizales.
5. Arboles frutales en los pastizales.
6. Arboles forrajeros.
7. Cercas vivas.
8. Cortinas rompevientos.
Como se observa, las clasificaciones son
disímiles, al igual que los criterios que se
toman en cuenta para sus definiciones. Cada
una de ellas tiene su mérito y su lógica; sin
embargo, no todas son perfectas, por lo que
es inadmisible tomarlas como patrones
únicos de trabajo y reconocerlas universal-
mente para ser aplicadas en cualquier
situación o entorno productivo. La
clasificación de un sistema u otro siempre
dependerá del propósito para el cual es
destinado.
En la presente reseña se analizará un
grupo de sistemas agroforestales, que por su
importancia y generalización a nivel mundial
aparecen en casi todas las clasificaciones
anteriormente reseñadas: los sistemas
Taungya, los huertos caseros mixtos o
tradicionales, los cultivos en callejones, los
árboles de sombra sobre cultivos perennes y
la agricultura migratoria con manejo de
barbechos.
III. Sistemas Taungya
Este sistema se basa en plantaciones
forestales asociadas con rotaciones de
cultivos temporales, cuyo objetivo es la
producción de madera en su etapa final. El
cultivo agrícola se limita a un corto período
(1-4 años) hasta que los árboles plantados
cierran su dosel (fig. 1).
Tiene su origen en Birmania (Lamprecht,
1990) a partir de las reformas implantadas
por el botánico alemán, Dr. Dietrich Brandis,
al sistema de tumba y quema que existía en
las plantaciones de teca (Tectona grandis) de
ese país. De esta forma, el sistema de
agricultura migratoria que aplicaba la tala y la
quema se convirtió en una herramienta de
transformación de los bosques en
plantaciones forestales.
El sistema Taungya se llevó de Birmania a
otras colonias inglesas y europeas en Asia,
de donde pasó al Africa. A pesar de los
estudios realizados en América Central
desde los años 60 de este siglo (Aguirre,
1963; Lucas, Beer y Kapp, 1995; Platen,
1996), el sistema todavía no ha sido
adoptado notablemente en la región.
Con respecto al sistema Taungya, aún
existen divergencias desde el punto de vista
de su clasificación. En este sentido Combe y
Budowski (1979) aportaron los siguientes
elementos:
1. El producto principal del sistema es la
madera.
2. La combinación de agricultura y
forestería es temporal.
292
3. La distribución espacial es regular
(generalmente en hileras).
Este sistema permite una mayor utili-
zación del espacio, a la vez que reduce el
costo y la limpieza inicial de las plantaciones
al compararlo con las plantaciones forestales
establecidas sin agricultura. Tradicionalmente
se cultivan granos básicos, aunque en los
últimos años se están incluyendo raíces,
tubérculos y hortalizas (Schlönvoigt, 1998).
Beer, Kapp y Lucas (1994) distinguen
entre Taungya estatal y Taungya privado. En
el primero el estado controla el manejo del
sistema en terrenos extensos, con la
participación de la población rural; mientras
que el privado se realiza en terrenos propios
del productor, quien es el dueño, tanto de los
árboles como de los cultivos.
En los sistemas Taungya del sureste de
Asia, el Pacífico y Africa las especies de
árboles más utilizados son: Cupressus
lusitanica, Eucalyptus deglupta, Gmelina
arborea, Pinus caribaea, Pinus kesiya, Pinus
patula y T. grandis (Nair, 1984; Young, 1989).
En América Latina, que incluye a México,
Brasil, Guatemala, Costa Rica, Haití y Cuba
(Combe y Budowski, 1979; Lojan, 1979; FAO,
1984; Orquín, Rivero y Gainza, 1988) son
usadas las especies Cordia alliodora, Cordia
goeldiana, Gliricidia sepium, Guazuma
ulmifolia, Leucaena leucocephala, Azadi-
rachta indica, Cassia siamea, G. arborea, T.
grandis, Cedrela odorata, Hibiscus elatus y
Pinus cubensis, entre otras muchas.
El sistema Taungya como técnica
agrosilvícola fue practicado en Cuba en forma
aislada antes de la década del sesenta. Sin
embargo, en los últimos 20 años se ha
difundido su práctica, pues se evidenciaron
las ventajas del cultivo intercalado en las
plantaciones, lo que posibilita la producción
de alimentos y simultáneamente garantiza la
sobrevivencia de las plantaciones. Especial
atención se ha venido prestando al cultivo de
granos de ciclo corto y cucurbitáceas durante
el establecimiento de los sistemas silvo-
pastoriles en las provincias de La Habana y
Holguín (Simón, 1998).
Esta modalidad de “taungya cubano”
consiste en la siembra de maíz, frijoles,
calabaza, melón, pepino y otros cultivos,
simultáneamente con L. leucocephala y otras
arbóreas forrajeras en las vaquerías y
unidades de desarrollo seleccionadas para la
implementación del silvopastoreo a gran
escala.
Durante la fase crítica del estable-cimiento
de las arbóreas (primeros 80-100 días) los
obreros de las unidades pecuarias se
dedican a la limpieza de los cultivos
sembrados, lo que a su vez beneficia el
crecimiento de los árboles asociados a estos.
Una vez realizada la cosecha de los cultivos
de ciclo corto, el terreno queda listo para la
siembra de los pastos del sistema, los cuales
no deben interferir en el crecimiento de los
árboles, ya que estos han alcanzado para
esa etapa una altura adecuada y han
desarrollado un sistema radical fuerte que les
permite su posterior crecimiento y
explotación.
La diferencia entre esta modalidad de
Taungya y el sistema birmano tradicional
consiste en que el futuro de los árboles no es
la producción de madera, sino el ramoneo de
los animales, por lo que la siembra de
cultivos se realiza sólo una vez y son
sustituidos inmediatamente por pastizales.
La práctica de este sistema ha producido
ganancias importantes para los productores
ganaderos involucrados en el establecimiento
de árboles para la producción de leche y
carne.
En la actualidad los costos para esta-
blecer una hectárea de silvopastoreo con
leucaena varían entre 198 y 255 pesos. Con
la siembra de cultivos de ciclo corto durante
el establecimiento de la plantación se
obtienen entre 250 y 447 pesos/ha por
concepto de venta de las cosechas (Martín,
G., comunicación personal), por lo que en la
mayoría de los casos se paga la inversión
inicial, aun sin estar en explotación el sistema
pecuario.
IV. Huertos caseros mixtos o tradicionales
Los huertos caseros mixtos tropicales
ocupan un lugar muy singular en los sistemas
agroforestales. Ningún otro es tan diverso en
cantidad de especies y variedades, complejo
y variado en estructuras y posibles
asociaciones, ni tan completo en sus
funciones como el huerto casero (Lok, 1998).
293
Tabla 2. Clasificación de los sistemas agroforestales (Fassbender, 1993).
Tipo de cultivo o
componente asociado A
Sistema silvoagrícola B
Sistema agrosilvopastoril C
Sistema silvopastoril
Función principal del
componente forestal Producción Protección
o servicios Producción Protección o
servicios Producción Protección
o servicios
Distribución en el
tiempo T P T P T P T P T P T P
Repartición en el espacio
Regular 1 2 - 4 - 1 - 2
2,3,4,5,
6,7 - 4 -
Irregular -
3,7,
8,9 - 5,6,7,
8,9 - 2 - 3 6 - 8,9 -
T: temporal P: permanente
294
Fig. 1. Esquema secuencial de un sistema Taungya
Se trata de un complejo de plantas
perennes o semiperennes que se encuen-
tran en los alrededores de las casas de los
finqueros o agricultores, integrado a la
producción agrícola (tubérculos, fibras,
hortalizas, frutas, estimulantes), ganadera
(animales menores, inclusive abejas) y
forestal (madera, leña, postes) e incluye
generalmente plantas medicinales y orna-
mentales.
Los huertos caseros son muy comunes en
todos los países y regiones tropicales y
subtropicales y su tamaño es generalmente
pequeño, menor que una hectárea (Fass-
bender, 1993).
Estos sistemas se utilizan para cubrir las
necesidades básicas de familias o comu-
nidades pequeñas y ocasionalmente se
venden algunos excedentes de producción.
A pesar de que no existe un consenso
universal sobre la definición del huerto
casero, Nair (1993) lo define como “una
asociación interna de árboles y/o arbustos de
uso múltiple con cultivos anuales y perennes
y animales en las parcelas de hogares
individuales. El sistema es manejado por
mano de obra familiar”.
El huerto casero está compuesto por
varias estructuras que se encuentran en él a
partir de la división de su espacio en
diferentes áreas de manejo (fig.2).
295
Fig. 2. Caracterización gráfica del huerto casero mixto.
Parecen ser universales en los huertos
caseros las siguientes características de
forma (estructura horizontal y vertical):
1. Un huerto bien desarrollado es una
imitación del bosque tropical (Altieri,
1991).
Este postulado se basa en que la
semejanza del huerto casero con el bosque
tropical está en el efecto de la forma del
primero, la creación de nichos específicos,
los diferentes niveles verticales y la compe-
tencia por la luz, así como en las funciones
agroecológicas asociadas.
2. El huerto casero es una composición de
diferentes áreas de manejo.
Christanty (1990) caracteriza los huertos de
acuerdo con su espacio libre y cultivado; en
cada área hay una estructura horizontal y
vertical propia, así como una combinación de
especies y variedades de vegetación única.
3. La prevalencia de la sombra.
Como consecuencia del número de
especies arbóreas muchos de los huertos
tropicales tradicionales están más som-
breados que las fincas (Lok, 1998). Esto
implica un microclima agradable y una
preferencia de los campesinos por los
cultivos resistentes a la sombra, que
requieran poca inversión de mano de obra,
cuando estos están destinados al auto-
consumo.
4. Los límites del huerto casero se definen
por medio de una mezcla de factores
geofísicos, biofísicos y sociales.
A veces el huerto tiene límites
geofísicamente claros cuando colinda con
una carretera o camino, con el huerto vecino,
etc.; otras veces el límite es biológico, como
son los cambios de vegetación (termina el
pasto y comienzan los cultivos en varios
estratos), y por último el huerto casero se
delimita por el uso de la mano de obra
familiar y no muy intensiva; mientras que en
la finca se contrata periódicamente.
La principal característica de los huertos
caseros mixtos en nuestro país lo constituye
la amplia variedad de especies agrícolas,
forestales y frutales, además de los animales
que los conforman, lo que los convierte en
sistemas agrosilvopastoriles integrados.
296
Entre las especies vegetales que más se
utilizan en los huertos caseros mixtos se
destacan: el ajo (Allium sativum), la piña
(Ananas comosus), el ají (Capsicum sp.), la
calabaza (Cucurbita pepo), la yuca (Manihot
esculenta), el plátano (Musa sp.), el maíz
(Zea mays), etc.
Las especies frutales más preferidas por
los campesinos son: el mango (Mangifera
indica), la naranja agria (Citrus aurantium), el
limón (Citrus limon), el aguacate (Persea
americana), el coco (Cocos nucifera), la
guanábana (Annona muricata) y la guayaba
(Psidium guajava). Entre los árboles no
frutales se destacan: el almácigo (Bursera
simaruba), el matarratón (G. sepium), la
majagua (H. elatus), la palma real (Roystonea
regia) y el cedro (C. odorata).
No se descartan en este tipo de sistema
agroforestal las plantas medicinales, muy
necesarias en zonas alejadas de las áreas
urbanas y centros asistenciales de salud.
Entre las más prominentes se encuentran: la
caña santa (Costus spiralis), la salvia
americana (Lippia alba), el anís (Foeniculum
vulgare), la manzanilla (Chrysantellum
americanum), el toronjil de menta (Mentha
citrasa), etc.
La cría de animales puede ser diversa, en
la que se destacan las gallinas criollas, los
cerdos, los carneros y chivos y en ocasiones
se encuentran bovinos de leche y equinos.
En resumen, se puede afirmar que los
huertos caseros mixtos tradicionales son una
contribución a la serenidad y la felicidad del
campesino, por su valor estético y recreativo,
por ser una extensión de la casa, por
constituir su taller de trabajo, el lugar donde
se crían los hijos, una gran fuente de frutas,
verduras y tubérculos, un medio de
amortiguamiento en tiempos de escasez, una
farmacia en vivo y además una fuente de
recursos para la generación de ingresos a
partir de los excedentes.
V. Arboles en asociación con cultivos
perennes
Los sistemas de explotación comercial
con cocoteros, caucho o palma en aso-
ciación con cultivos y las plantaciones de
árboles maderables con café y cacao
pertenecen a esta categoría.
En estas asociaciones se tiende a
optimizar el uso de los recursos y aumentar la
productividad por unidad de terreno; las
condiciones de mercado son determinantes
para el éxito.
Generalmente, con los cultivos a pleno sol
se logran cosechas más elevadas; sin
embargo, las necesidades ecológicas son
más altas, especialmente en fertilizantes
(Fassbender, 1993). Estos sistemas repre-
sentan una alternativa, ya que con la
introducción de los árboles para sombra se
puede llegar a suplir parte de las nece-
sidades nutricionales del cultivo. Por otra
parte, según Purseglove (citado por Beer,
1998) la sombra reduce la fotosíntesis, la
transpiración, el metabolismo y el creci-
miento; por consiguiente, decrece también la
demanda de nutrimentos del suelo y así “se
capacita” a un cultivo para que se mantenga
en suelos de baja fertilidad.
Los árboles de sombra para cultivos
perennes deben reunir una serie de carac-
terísticas (Jiménez y Vargas, 1998), entre las
que resaltan:
Compatibilidad con el cultivo.
Sistema radical fuerte y resistente a los
vientos.
Habilidad de propagación vegetativa por
medio de estacas.
Habilidad para fijar nitrógeno.
Posesión de una copa rala.
Ramas y tallos no quebradizos y libres de
espinas.
Tolerancia a la poda.
Alta producción de biomasa, con residuos
vegetales de fácil descomposición.
Alta velocidad de rebrote.
Presencia de hojas pequeñas.
Producción de madera, frutos u otro
producto de apreciable valor.
Resistencia a las plagas y las enfer-
medades.
En América Latina las especies más
usadas en estos sistemas son las de los
géneros Acacia, Albizia, Erythrina, Inga,
Leucaena, Crotalaria, Sesbania, Cedrela,
297
Cordia, Gliricidia, Calophyllum, Ficus,
Swietenia, etc.
En Cuba la asociación de árboles con
cultivos perennes está entre las técnicas
agroforestales tradicionales de mayor
antigüedad y representatividad.
Ejemplo de ello lo constituyen las planta-
ciones cafetaleras de las principales zonas
montañosas del Oriente, Centro y Occidente
del país, las cuales se han fortalecido en los
últimos años gracias al programa de
recuperación cafetalera y el denominado
“Plan Turquino”, diseñado para impulsar el
desarrollo económico y social de la montaña.
En la actualidad hay alrededor de 130 000 ha
dedicadas al café.
Paralelamente a la producción cafetalera,
la producción de cacao también se basa en el
uso de los árboles como proveedores de
sombra para el cultivo base. Se estima que el
cacao se introdujo en Cuba en 1540 y en la
actualidad también pasa por un proceso de
recuperación, con la introducción de nuevos
clones, medidas de conservación de los
suelos, etc.
Los árboles más usados como sombra de
estos dos importantes cultivos son: G. sepium
(matarratón), L. leucocephala (leucaena),
Erythrina poeppigiana (búcare) y Albizia
saman (algarrobo). En los últimos años, con
la introducción y extensión de estos cultivos
en ecosistemas no tradicionales, se ha
generalizado el uso de otras especies como
P. caribaea y P. cubensis (Renda, Calzadilla,
Jiménez y Sánchez, 1997).
VI. Agricultura migratoria con intervención
o manejo de barbechos mejorados
La agricultura migratoria es un sistema en
el cual el bosque se corta y se quema y la
tierra se cultiva durante pocos años; después
del período de cultivo continúa una fase de
barbecho. Esta fase es bastante más larga
que la del cultivo (5-20 años de barbecho y 2-
3 años de cultivo). En estos sistemas de uso
transitorio de la tierra (fig. 3) se realiza una
rotación de parcelas en lugar de una rotación
de cultivos (Montagnini et al., 1992).
La agricultura migratoria constituye el
sistema de producción más extendido en las
regiones tropicales. Existen muchas
variedades de estos sistemas, desde los
métodos practicados por tribus nómadas
hasta las prácticas más complejas de
poblaciones más estables.
El barbecho mejorado se considera como
una fase intermedia entre la agricultura
migratoria y la agricultura sedentaria, con
rotaciones más cortas (Raintree, 1987).
Raintree y Warner (1986) hacen distin-
ción entre el barbecho económicamente
mejorado, donde los árboles son intro-
ducidos por su valor económico, y el
barbecho biológicamente mejorado, donde
las plantas son introducidas por su capa-
cidad de mejorar la fertilidad del suelo o
deprimir el crecimiento de malezas.
¿Por qué se hace necesario el período
de barbecho?
Después de la tumba y quema, los
cultivos que se introducen mantienen una
productividad elevada, ya que disminuye la
acidez del suelo y aumenta su fertilidad.
Después de 2-3 años de cultivo, al aumentar
las poblaciones de plagas y malezas, crece la
demanda por el uso de nutrimentos, se
empobrecen los suelos, aumentan los costos
de desmalezado y disminuye la productividad
de los cultivos. A partir de estas condiciones
los agricultores abandonan las parcelas y
comienza el período de barbecho, donde se
restablece el reciclaje de nutrimentos, al ser
invadidas las parcelas por la vegetación
secundaria. Al transcurrir el tiempo las
propiedades del suelo vuelven a ser
adecuadas para el cultivo.
298
Fig. 3. Esquema del ciclo de una parcela manejada con enfoque migratorio.
Este tipo de agricultura puede ser una
forma ecológica y económicamente racional
del uso de recursos, cuando la densidad y la
presión de la población sobre el uso de la
tierra son bajas y los períodos de barbecho
son lo suficientemente largos como para
restablecer la fertilidad del suelo.
Habitualmente se practica en condiciones
en que la mano de obra es más escasa que
la tierra, el capital disponible escaso y el nivel
de tecnología bajo.
En Cuba se practican dos formas de
barbecho, una asociada a la recuperación de
los suelos erosionados, principalmente en las
zonas alomadas y montañosas, y la otra
relacionada con la alta infestación por aroma
(Cassia farnesiana) y marabú (Dichrostachys
cinerea) que presentan el 56 % de los suelos
agropecuarios del país (Paretas, Mesa,
López, Rodríguez, Abreu y González, 1996).
En el primer caso el sistema consiste en
proporcionar 1 ó 2 años de descanso a las
parcelas de cultivo, dejando que en ellas
crezca la vegetación natural y se forme
paulatinamente un monte secundario o
terciario. Una rotación adecuada de las
parcelas permite segregar cada año una
nueva; con este método se recupera en parte
la fertilidad perdida por el cultivo continuo y
se incrementa el contenido de materia
orgánica del suelo.
El segundo sistema se practica de forma
generalizada en la actualidad por campe-
sinos llamados “parceleros” o “conuqueros”,
los cuales desmontan pequeñas áreas
infestadas de marabú y aroma para la
siembra de cultivos anuales, principalmente
arroz (Oryza sativa), maíz, yuca, frijoles
(Phaseolus sp.), calabaza, etc.
Después del desmonte los campesinos
usan la leña obtenida para la producción de
carbón y comienzan un ciclo de cultivos que
puede durar de 3-4 años, en dependencia de
la pérdida de fertilidad de los suelos, los
cuales son muy ricos en nutrientes al inicio de
su explotación. Con la disminución de los
rendimientos agrícolas los “conuqueros” se
desplazan a otras áreas infestadas de
marabú, las desbrozan y comienzan su
explotación temporal.
Este tipo de barbecho practicado en Cuba
se diferencia del usado comúnmente en otras
zonas de América del Sur y Central en que se
involucran en la tala pequeñas áreas de
monte, las cuales normalmente están
invadidas por especies invasoras y
perjudiciales para el desarrollo de la
ganadería y/o la agricultura, por lo que el
299
daño desde el punto de vista forestal es
mínimo. La otra diferencia consiste en que el
barbecho no es planificado ni está controlado
en el tiempo, por lo que existe la posibilidad
de utilizar nuevamente las áreas en reposo
en un período corto, lo que implica que el
descanso no sea lo suficientemente largo
como para que se recupere el nivel de
fertilidad adecuado y eventualmente se
pueden producir problemas de degradación
de los suelos.
VII. Arboles en asociación con cultivos
anuales
Estos sistemas presentan las mismas
interacciones entre los cultivos y los árboles
que las asociaciones de árboles con cultivos
perennes; sin embargo, para el caso
particular de los sistemas de cultivos de
callejones también se pueden utilizar
especies que no son tolerantes a la sombra.
En estos se incluyen cultivos tales como
maíz, frijol, guisantes, soya, maní, tubérculos
y raíces en asociación con árboles, que en la
mayoría de los casos son fijadores de
nitrógeno.
Según Jiménez, Kass y Jiménez (1998),
los cultivos en callejones son prácticas
agroforestales en las que los cultivos anuales
son sembrados en los espacios que quedan
entre las líneas de una especie leñosa,
generalmente leguminosa, que es podada a
intervalos regulares para evitar la
competencia y proveer un “mantillo” o
“mulch”. Este mulch sirve para controlar las
malezas y a su vez proveer nutrimentos al
suelo. Alternativamente, el material podado
puede ser utilizado como leña o alimento
para el ganado.
Los beneficios potenciales de este
sistema son los siguientes (Kang y Wilson,
1987):
1. Las prácticas de cultivo y barbecho se
realizan simultáneamente.
2. Se aumenta el período de cultivo y la
intensidad del uso de la tierra.
3. Se logra una regeneración efectiva de la
fertilidad del suelo con especies más
eficientes para este propósito.
4. Requerimientos bajos de insumos
externos.
5. El sistema es de escala neutral y lo
suficientemente flexible para su uso por
agricultores pequeños y para la produc-
ción mecanizada a gran escala.
Para el establecimiento de cultivos en
callejones generalmente se utilizan legumi-
nosas arbóreas, pues muchas de estas
presentan un rápido crecimiento, alta
producción de biomasa de fácil descom-
posición, respuesta a las podas, alta
capacidad de rebrote y capacidad de fijar el
nitrógeno atmosférico.
Su establecimiento se puede realizar por
semillas o de forma asexual, aunque
generalmente se utiliza el segundo método,
con estacas de aproximadamente 1,5 m de
largo y un diámetro mínimo de 4-8 cm.
Una vez establecidos los árboles, la
decisión de establecer un programa de podas
es lo más importante. El momento de la poda
lo determina el cultivo agrícola, ya que del
árbol se obtiene el aporte de nutrimentos,
pero a la vez se debe minimizar la
competencia por la luz, el agua y los
nutrimentos que este pudiera ejercer sobre el
cultivo. Según Jiménez et al. (1998) se debe
podar en mayo para permitir la siembra y el
desarrollo de los cultivos durante 90-120 días
de las lluvias y luego practicar una poda en
septiembre u octubre, la cual puede
continuarse con barbechos o siembra de
nuevos cultivos según las condiciones
agroecológicas del lugar (tabla 3).
300
Tabla 3. Arreglo cronológico según los cultivos y la época (adaptado de Jiménez et al., 1998).
Meses
Alternativas
por meses
Mayo Junio Julio Agosto Sept. Oct. Nov. Dic. Enero Febrero Marzo Abril
A P C1 C1 C1P C2C2C2P* B B B
B* P C1 C1 C1C1B B P C2C2 C2B
C P C1 C1 C1C1P* B B B B B B
P-poda P*-poda opcional
C1- primer cultivo A-Trópico seco
C2-cultivo de segunda B*-Trópico húmedo
B-barbecho C-Extrema sequía
En nuestra opinión y teniendo en cuenta
las condiciones de precipitación de Cuba, es
factible utilizar la variante A en la zona
occidental, ya que todavía en los meses de
septiembre y octubre ocurren precipitaciones
asociadas a los frentes fríos que permiten un
desarrollo adecuado del cultivo de segunda;
sin embargo, en la zona oriental sería
conveniente emplear la variante C, donde el
barbecho y la precipitación del período seco
beneficiarían grandemente la fertilidad de los
suelos.
El sistema de cultivo en callejones no se
ha difundido en el país, ya que anterior-mente
la producción de cultivos temporales estaba
asociada a la utilización de altos insumos; sin
embargo, en las condiciones actuales de
crisis económica y pérdida de mercados
externos dicho sistema puede ser una
alternativa viable para suplir el déficit de
fertilizantes, principalmente nitrogenados, con
la variante de incorporar al suelo el material
podado, en lugar de dejarlo sobre la
superficie.
La experiencia de otros países reco-
mienda el uso de las siguientes especies
para el desarrollo de cultivos en callejones:
G. sepium, L. leucocephala, Cajanus spp., E.
poeppigiana, Inga edulis, Cassia spp.,
Prosopis spp. y Calliandra spp.
Se plantea que el éxito del uso de este
sistema agroforestal está asociado a su
adaptación a las necesidades de los
agricultores, tanto en el manejo del terreno
como en los productos que se puedan
obtener para el autoconsumo o las
necesidades alimenticias de una localidad
(Jiménez et al., 1998), por lo que es
necesario sembrar cultivos y árboles de un
alto valor comercial y que a su vez se
complementen ecológicamente.
CONCLUSIONES
La definición del término Agro-
forestería es bastante reciente, y
aunque numerosos autores lo enfocan
desde diferentes ángulos y posiciones,
consideramos que el concepto del
International Council for Research in
Agroforestry es lo suficientemente claro
y conciso para ser tomado como
referencia en un debate internacional.
No obstante, aunque la frase “rendi-
miento sostenido” se usa frecuente-
mente como una cualidad obligada de la
agroforestería, no existe un plantea-
miento claro, en el concepto como tal,
acerca del cuidado de la naturaleza, de
la conservación del entorno a largo y
mediano plazo, aspecto muy importante
en los momentos actuales cuando el
301
mundo se debate ante la perspectiva de
la desaparición de las fuentes de energía
no renovables, así como de numerosas
especies de animales y plantas y del
tesoro más preciado: el hombre.
Aunque en la literatura revisada está
explícita la importancia del enfoque
medioambientalista en las investiga-
ciones agroforestales y los sistemas de
uso de la tierra, sería interesante llegar a
un concepto de Agroforestería en el
cual un elemento condicionante sea la
protección de los recursos naturales, sin
la cual no es posible un rendimiento
sostenido de ningún sistema de
producción.
La clasificación de los sistemas agro-
forestales es muy diversa y está rela-
cionada con los componentes que los
integran, la estructura en el espacio, el
diseño a través del tiempo, los objetivos
de producción y las características
bioeconómicas y sociales prevalecientes.
Los sistemas agroforestales que
combinan el uso de cultivos con especies
leñosas sin la intervención directa de la
ganadería están muy difundidos en el
mundo; los más representativos y
estudiados son: los sistemas Taungya, los
huertos caseros mixtos tradicionales, los
árboles en asociación con cultivos
perennes y anuales (cultivo en callejones)
y la agricultura migratoria con intervención
o manejo de barbechos.
En las condiciones de Cuba los sistemas
agroforestales están bien representados
en diferentes formas de uso de la tierra e
incluso existen sistemas muy propios, los
cuales han surgido debido a situaciones
específicas del contexto agropecuario
cubano.
Tal es el caso de la producción de
cultivos anuales en áreas de fomento de
sistemas silvopastoriles para la
ganadería vacuna y la agricultura
migratoria practicada por campesinos
“parceleros” individuales.
En los últimos años los sistemas
agroforestales han tenido el éxito de ser
ampliamente aceptados en muchos
países del trópico. La razón principal de
esta aceptación ha sido su alta adap-
tabilidad a diferentes condiciones
ambientales y socioeconómicas, una
flexibilidad de estrategias y prácticas y su
orientación directa hacia la solución de los
problemas. En el caso de Cuba los
sistemas agroforestales constituyen
alternativas viables para nuestro
escenario rural, con vistas a satisfacer de
forma sostenida las necesidades
elementales de alimentación y las
condiciones de vida de la población,
mediante diferentes formas de adopción
según las características propias del
ecosistema donde se implanten.
Las prioridades de investigación en el
futuro deben estar encaminadas a
abordar, con un enfoque sistémico, las
relaciones ecológicas, económicas y
sociales de los sistemas agroforestales,
con el objetivo de encontrar métodos
alternativos de uso de la tierra que
permitan solucionar los problemas de la
deforestación, la falta de madera de uso
directo y de combustible, la escasez de
alimentos agrícolas para la población y
su comercialización, la baja fertilidad de
los suelos y su alta tasa de erosión, así
como otros aspectos sociales entre los
que se encuentran el éxodo del campo a
la ciudad y la pérdida del sentido de
pertenencia hacia la tierra.
302
CONCLUSIONS
The definition of the term Agroforestry it
is quite recent, and although numerous
authors focus it from different angles and
positions, we consider that the concept of
the International Council for Research in
Agroforestry is a sufficiently clear and
concise definition to be taken as
reference in an international debate.
Nevertheless, although the sentence
"sustained yield" it is frequently used like
a forced quality of the agroforestry, a
clear approach doesn't exist, in the
concept as such, about the care of the
nature, of the conservation of the
environment to long-and medium-term,
which are very important aspects in the
current moments when the world is
debated before the perspective of the
disappearance of the non-renewable
energy sources, as well as of numerous
species of animals and plants and of the
most valuable treasure: the man.
Although in the revised literature it is
explicit the importance of the envi-
ronmental approach in agroforestry
researches and the land use systems
would be interesting to arrive to a concept
of Agroforestry in which a conditioning
element is the protection of the natural
resources, without which is not possible a
sustained yield of any production system.
The classification of the agroforestry
systems is very diverse and it is related to
the components that integrate them, the
structure in the space, the design through
the time, the production objectives and
the prevailing socioeconomic and social
characteristics.
The agroforestry systems that combine
the use of crops with woody species
without the direct intervention of cattle is
very diffused in the world; the most
representative and studied are: the
Taungya systems, the traditional mixed
home gardens, the trees in association
with perennial and annual crops (alley
cropping system) and the migratory
agriculture with intervention of fallows.
Under the conditions of Cuba the agro-
forestry systems are very represented in
different forms of land use and very own
systems even exist, which have arisen
due to specific situations of the Cuban
agricultural context.
Such it is the case of the production of
annual crops in areas of development of
silvopastoral systems for the bovine cattle
raising and the migratory agriculture
practiced by peasants parcellers singles.
In the last years the agroforestry systems
has had the success of being broadly
accepted in many countries of the tropic.
The main reason of this acceptance has
been its high adapta-bility to different
environmental and socioeconomic
conditions, a strategies and practical
flexibility and its direct orientation toward
the solution of problems. In the case of
Cuba the agroforestry systems
constitutes alter-native viable for our rural
scenary, with a view to satisfying in a
sustained way the elementary necessities
of feeding and the population's life
conditions by means of different adoption
forms according to the characteristics of
the ecosystems where they are
implanted.
303
The researches priorities in the future
should be guided to tackle, with a
systemic approach, the ecological,
economic and social relationships of the
agroforestry systems with the objective of
finding alternative methods for land use
that allow to solve the problems of the
deforestation, the wooden lack of direct
use and of fuel, the shortage of
agricultural foods for the population and
their commercialization, the low soil
fertility and their high erosion rate, as well
as other social aspects among which are
found the exodus from the field to the city
and the loss of the sense of ownership
toward the land.
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As a system of land use which entails the deliberate association of trees with herbaceous field crops in time, shifting cultivation is one of the most ancient, widespread and, until recently, ecologically stable forms of agroforestry. However, under pressure of population and competing uses for land and labour, traditional swidden systems have been observed historically to undergo more or less predictable processes of intensification. Since shifting cultivation is an indigenous form of agroforestry, scientific agroforestry is not, strictly speaking, an alternative to shifting cultivation, but rather a systematic approach to the recombination of its basic elements into more intensive, sustainable and politically viable forms of land use, whenever pressures signal the need for change in traditional swidden systems.Different agroforestry options open up from different stages of intensification in swidden systems. A review of evolutionary typologies of shifting cultivation gives rise to a framework for the identification of agroforestry interventions and development pathways appropriate to specific systems. technological proposals are limited to a short list of the most promising agroforestry interventions in main sequence swidden systems. These include integral taungya, economically and biologically enriched fallows, variations on the alley cropping theme, and various tree crop alternatives to annual cropping systems. Examples and quantitative data are cited to substantiate the main hypotheses behind the proposals.
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Agricultural development in Latin America, as elsewhere, has concentrated on the transfer of high-input technology from the North. Local traditional farming techniques are assumed to be "primitive' and incapable of boosting productivity. But modern farming methods are totally inappropriate to environmental and social conditions in the tropics. It is now increasingly recognized that traditional techniques can produce high yields of varied crops, while maintaining soil fertility and reducing farmers' reliance on expensive chemical inputs and unstable markets. -Author
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Classification of agroforestry (AF) systems is necessary in order to provide a framework for evaluating systems and developing action plans for their improvement. The AF Systems Inventory (AFSI) being undertaken by ICRAF provides the background information for an approach to classification. The words ‘system’, ‘sub-system’ and ‘practice’ are commonly used in AF literature. An AF system refers to a type of AF land-use that extends over a locality to the extent of forming a land utilization type of the locality. Sub-system and practice are lower-order terms in the hierarchy with lesser magnitudes of role, content and complexity. In common parlance, however, these terms are used loosely, and almost synonymously. Several criteria can be used to classify and group AF systems (and practices). The most commonly used ones are the system's structure (composition and arrangement of components), its function, its socio-economic scale and level of management, and its ecological spread. Structurally, the system can be grouped as agrisilviculture (crops — including tree/shrub crops — and trees). silvopastoral (pasture/animals + trees), and agrosilvopastoral (crops + pasture/animals + trees). Other specialized AF systems such as apiculture with trees, aquaculture in mangrove areas, multipurpose tree lots, and so on, can also be specified. Arrangement of components can be in time (temporal) or space (spatial) and several terms are used to denote the various arrangements. Functional basis refers to the main output and role of components, especially the woody ones. These can be productive functions (production of ‘basic needs’ such as food, fodder, fuelwood, other products, etc.) and protective roles (soilconservation, soil fertility improvement, protection offered by windbreaks and shelterbelts, and so on). On an ecological basis, systems can be grouped for any defined agro-ecological zone such as lowland humid tropics, arid and semi-arid tropics, tropical highlands, and so on. The socio-economic scale of production and level of management of the system can be used as the criteria to designate systems as commercial, ‘intermediate’, or subsistence. Each of these criteria has merits and applicability in specific situations, but they have limitations too so that no single classification scheme can be accepted as universally applicable. Classification will depend upon the purpose for which it is intended. Nevertheless since there are only three basic sets of components that are managed by man in all AF Systems, viz. woody perennials, herbaceous plants and animals, a logical first step is to classify AF systems based on their component composition, into agrisilvicultural, silvopastoral and agrosilvopastoral (or any other specialized) systems. Subsequently the systems can be grouped according to any of the purpose-oriented criteria. The resulting system name can thus have any one of the three basic categories as a prefix; for example agrisilvicultural system for soil conservation. Some of the major AF systems and practices of the tropics are grouped according to such a framework. The scheme appears a logical, simple, pragmatic and purpose-oriented approach to classification of AF systems.
Serie Técnica. Informe Técnico No. 230
  • Catie Turrialba
  • Costa Rica
CATIE. Turrialba, Costa Rica. Serie Técnica. Informe Técnico No. 230. 25 p.
Los sistemas agroforestales en América Central
  • G Budowski
BUDOWSKI, G. 1984. Los sistemas agroforestales en América Central. En: Agroforestería. Actas del Seminario. (Eds. J. Heuveldop y J. Lagemann).