La democracia venezolana hasta finales del siglo pasado había sido considerada un modelo en América Latina, sin embargo y a pesar de los numerosos procesos electorales sostenidos a lo largo de ya catorce años de Gobierno de Hugo Chávez, son más dudas que certezas las que se pueden albergar en relación a la fortaleza de la democracia venezolana. La discusión sobre cuánta democracia es necesaria y sobre todo su calidad, resulta ser importante para comprender el deterioro que la democracia venezolana manifiesta en su institucionalidad, en sus prácticas más importantes y en la percepción que se tiene sobre su desempeño, siendo indispensable conocer el alcance de esas prácticas en el seno de la sociedad. En esta aproximación, se plantea el análisis desde la noción de déficit democrático, recogida por Bellamy y Castiglone (2000), a raíz de las discusiones sobre la integración política de la Unión Europea (Warren: 2009). Warren considera que la noción de déficit democrático sugiere una serie de problemas que aun no representan una crisis. El concepto de “déficit“ entonces plantea mirar los males democráticos de forma estructural, como un desalineamiento entre las capacidades ciudadanas y las demandas y en términos de las capacidades de las instituciones políticas para agregar las demandas de los ciudadanos e integrarlas en una gobernanza con legitimidad y efectividad (2009: 20). En su planteamiento, Warren (2009:17), considera que el déficit democrático debe verse desde tres perspectivas: Normativa: cuando el déficit democrático se expresa si los arreglos políticos no llenan las expectativas que la participación debería propiciar en la capacidad de respuesta gubernamental. Empírica: cuando los ciudadanos perciben que no pueden hacer uso de sus capacidades y recursos de participación para promover respuestas desde el gobierno. Funcional: cuando son incapaces de generar legitimidad de fuentes democráticas sobre las que requieren gobernar. La intención de este trabajo es conocer dónde se insertan las expresiones de la democracia venezolana atendiendo a éstas categorías conceptuales que Warren desarrolla desde la Participación Democrática.