BookPDF Available

Fotografiar una ciudad sitiada Madrid, 1936-1939

Authors:

Abstract and Figures

Robert Capa afirmó que “Una guerra sin imágenes no es solamente una causa ignorada, es una causa perdida”, y este lema fue llevado como bandera durante el primer conflicto armado fotografiado, día a día, por fotógrafos españoles y extranjeros: la Guerra Civil Española. Gracias al desarrollo tecnológico en cámaras, ahora compactas, rápidas y más manejables, y el interés creciente por las revistas ilustradas, la España de 1936-1939 se convirtió en el espacio perfecto para poner en marcha una cobertura visual sin precedentes. Este interés se multiplicó en ciudades como Madrid, convertida desde julio de 1936 en la capital del “No pasarán”, de ahí que sea el objeto de este estudio. Las páginas de periódicos y revistas como Vu, L'Illustration, Regards, LHumanité, Paris-Soir, Ce Soir, Match, Life, New York Times o Chicago Daily News, entre las publicaciones extranjeras , y ABC, Estampa, Blanco y Negro, Crónica o Mundo Gráfico , por citar algunas españolas, se ilustraron con cientos de fotografías que hoy se han convertido en una magnífica fuente de estudio para recuperar la memoria del acontecimiento. Fotografías que son el resultado de la mirada de Robert Capa, Gerda Taro, Hans Namuth, Georg Reisne, Jean Clair-Guyot, Raymond Lécuyer, Walter Reuter, André Papillon, David Seymour, Jean B. Frederic Alloncherie, Georges Ansel y Jean Moral, o de los españoles Alfonso, Centelles, Luis Torrents, Santos Yubero, Marín, Albero y Segovia o los hermanos Mayo, entre otros. A este grupo hay que sumar decenas de fotógrafos que inmortalizaron el Madrid de la guerra desde sus estudios o a pie de calle, en el caso de los minuteros. Su trabajo también forma parte de la memoria visual de la guerra y, por tanto, tiene su espacio en este estudio. El objetivo del volumen que ahora lee es conocer quiénes fueron y bajo qué circunstancias trabajaron los fotógrafos que vivieron la guerra en Madrid, sin hacer distinciones entre los mediáticos y aquellos que retrataron la ciudad desde un mayor anonimato.
No caption available
… 
No caption available
… 
No caption available
… 
No caption available
… 
No caption available
… 
Content may be subject to copyright.
Fotografiar una ciudad sitiada
Madrid, 1936-1939
Beatriz de las Heras
“Una causa sin imágenes no es solamente
una causa ignorada, es una causa perdida”
Robert Capa
© Beatriz de las Heras
Instituto de Cultura y Tecnología
Universidad Carlos III de Madrid
Proyecto HAR2012-35514
Ministerio de Economía y Competitividad
Fotografía de Santos Yubero, 17 de agosto de 1937
Archivo Regional de la C.A.M, 039481.001
ISBN: 978-84-92987-49-8
Depósito Legal: M-12147-2015
Maquetación del interior: Diseño y control Gráfico
Foto de cubierta: Santo Yubero (Archivo Regional de la C.A.M)
Foto de contracubierta: Santo Yubero (Archivo Regional de la C.A.M)
Foto de la solapa: Nacho Molano
Impreso en España/Printed in Spain
ÍNDICE
1. Introducción ...................................................................................................... 7
2. Fotografiar en Madrid. Situación pre-bélica .................................................... 12
2.1. Artistas-Fotógrafos .................................................................................. 12
2.2. Fotógrafos callejeros: los minuteros ....................................................... 13
2.3. Fotógrafos y locales de fotografía en Madrid. Evolución y cambio....... 15
2.4. El trabajo del fotógrafo. Regulación de su actividad ............................. 18
2.5. Reporteros gráficos ................................................................................. 26
3. Fotografiar en el Madrid de la Guerra Civil ..................................................... 31
3.1. El proceso de intervención e incautación ............................................... 36
3.2. El control de los fotógrafos ..................................................................... 55
3.2.1. El control industrial y comercial: la Sociedad de Fotógrafos
y Similares de Madrid y el Sindicato Provincial de Artes Gráficas
de Madrid ........................................................................................... 61
3.2.2. El control gráfico: la Delegación de Prensa y Propaganda
de la Junta Delegada de Defensa de Madrid ............................. 69
3.3. El trabajo del fotógrafo ........................................................................... 85
3.3.1. Dificultades de trabajo del fotógrafo-reportero en una ciudad
sitiada ............................................................................................ 86
3.3.2. Bases de trabajo. Los locales de fotografía ................................. 105
3.3.2. 3.3.2.1. Horario ............................................................................ 106
3.3.2. 3.3.2.2. Salario ............................................................................. 108
3.3.2. 3.3.2.3. Tarifas oficiales ............................................................... 122
3.4. Los fotógrafos custodios de la memoria de Madrid .............................. 136
3.4.1. Sección de Fotografía de la Junta Delegada de Defensa
de Madrid ..................................................................................... 139
3.4.2. Sociedad Obrera de Fotógrafos y Similares ................................ 141
3.4.3. Sección de Fotógrafos de la Federación Gráfica Española ........ 144
3.4.4. Fotógrafos que compartieron más de un registro
en las diferentes agrupaciones de fotógrafos ............................. 147
4. Conclusiones .................................................................................................... 149
5. Apéndice documental. Fotógrafos registrados en la Sección de Fotografía
de la Junta Delegada de Defensa de Madrid .................................................... 155
6. Bibliografía........................................................................................................ 171
6.1. Imagen durante la Guerra Civil y libros generales sobre fotografía ...... 171
6.2. Fotógrafos: vida y obra ........................................................................... 174
6.3. Madrid, 1936-1939 ................................................................................. 176
CAPÍTULO 1
INTRODUCCIÓN
La fotografía (soporte nacido y desarrollado en paralelo al periodo
histórico que inmortaliza: el Siglo xx) no debería estudiarse como una
fuente auxiliar sino como un elemento activo de la historia —por su
capacidad de influencia— y como documento autentificador —por
su alto contenido testimonial—. La cámara, en palabras del reportero
de guerra Mathew Brady, como “el ojo de la historia”.
La fotografía es un fragmento del pasado conservado gracias a
la intervención de un filtro cultural: el fotógrafo, responsable de la
materialización iconográfica (Kossoy, 2014, pág. 47). El artefacto
resultante, la instantánea, puede portar un mensaje político-ideoló-
gico que pase desapercibido tras una mirada apresurada. Por tanto,
será misión del historiador desenmascarar esa información a través
del escudriñamiento de la imagen.
Cuando alguien contempla una fotografía se encuentra con un
soporte y una imagen, o “substancia visual”, como la llama Joan
Costa (1997, pág. 15), mientras que el historiador (un observador
avezado) descubre algo más: el registro de una realidad pretérita y,
como consecuencia, una fuente documental que puede trascender
la faceta ilustrativa.
Y esto, sobre todo, cuando el investigador se enfrenta a aconte-
cimientos que suceden a partir de los años 20 y 30, momento en el
que surge el reporterismo y el desarrollo de los periódicos ilustra-
dos, primero en Alemania (donde se consolidó el fotoperiodismo
en diarios como Berliner Illustrierte o Münchner Illustrierte Presse)
y, con el ascenso de Hitler (que obligó al exilio de las familias, la
mayor parte liberales, que tenían el control de la prensa gráfica
FotograFiar una ciudad sitiada8
alemana), en Estados Unidos con la creación de, entre otros, Life
o Picture Post.
La consideración de la fotografía como elemento indispensable
para cubrir la información fue llevada al máximo durante la Guerra
Civil Española, primer conflicto bélico seguido, día a día, tanto por
fotógrafos españoles como por aquellos llegados de todo el mundo.
Fueron muchas las revistas y periódicos que enviaron a sus reporte-
ros gráficos más prestigiosos a cubrir el conflicto, como las publica-
ciones francesas Vu (para la que trabajaron fotógrafos como Robert
Capa, Gerda Taro, Hans Namuth o Georg Reisner), L´Illustration
(marcada por las instantáneas de Jean Clair-Guyot, Albert-Louis
Deschamps y Raymond Lécuyer), Regards (para la que trabajaron el
fotógrafo húngaro y su compañera, Walter Reuter, André Papillon,
David Seymour o Jean B. Frederic Alloncherie, quien también cola-
boró en Humanité), Paris-Soir (Georges Ansel y Jean Moral), Ce Soir
(con el trabajo de Robert Capa y Gerda Taro, al margen de otros
como David Seymour y Jean Buriot), Match (Jean Moral y Gaston
Paris) o estadounidenses como Life (con crónicas visuales de Capa
o David Seymour), New York Times con el trabajo de Luis Bressange
o Chicago Daily News con las crónicas de Richard S. Mourer. Entre
las españolas encontramos las publicaciones ya conocidas durante
la Segunda República —Estampa, Blanco y Negro, Crónica o Mundo
Gráfico— y otras creadas durante la contienda como Fotos, Destino
o Revista, al margen de los diarios habituales que incorporaron en
sus páginas un gran despliegue fotográfico para cubrir las noticias
que llegaban del frente y la retaguardia, contando con profesionales
de la talla de Alfonso, Centelles, P. Luis Torrents, Santos Yubero,
Marín, Albero y Segovia o los hermanos Mayo, entre otros.
Esta es la razón por la que hemos elegido el conflicto que se vivió
en España entre julio de 1936 y abril de 1939 como marco para una
investigación que pretende poner sobre la mesa un análisis heurís-
tico que nos permita conocer cómo pudieron desarrollar el traba-
jo los fotógrafos y quiénes se encargaron de fotografiar la ciudad
más fotografiada del conflicto: Madrid. El motivo es sencillo: para
poder trabajar con las fotografías como fuentes de recuperación
de lo pretérito es necesario que el historiador conozca qué posibi-
Beatriz de las Heras 9
lidades de laboro tuvieron los profesionales de la fotografía y bajo
qué condiciones pudieron ejercer su trabajo. Más allá de los estu-
dios sobre los más reconocidos fotógrafos que retrataron el Madrid
de la guerra (Robert Capa, los hermanos Mayo, Santos Yubero o
Alfonso) y algunos estudios puntuales que mencionaremos en este
trabajo, creemos que hace falta analizar en profundidad quiénes
fotografiaron y bajo qué circunstancias lo hicieron en la ciudad. Es
una tarea compleja por la dificultad que supone intentar reconstruir
la actividad de los especialistas de la fotografía cuando la mayo-
ría de la información sobre prensa y propaganda ha desaparecido.
Por ejemplo, la documentación generada por la Oficina de Prensa
Extranjera y Propaganda se ha perdido y sólo podemos reconstruir
el trabajo desarrollado por este organismo a través de las memorias
de sus protagonistas, como Constancia de la Mora o Arturo Barea.
La documentación que va a poder examinar el lector, en su
mayoría inédita1, ha sido recuperada de los siguientes centros de
investigación: Centro Documental de la Memoria Histórica, Archivo
General de la Administración, Archivo de la Fundación de Estudios
Libertarios Anselmo Lorenzo, Archivo de la Fundación Pablo Igle-
sias, Archivo Histórico de la Fundación Francisco Largo Caballero,
Biblioteca Nacional de España, Biblioteca Regional de la Comuni-
dad de Madrid, Hemeroteca Municipal de Madrid y Biblioteca del
Ministerio de Trabajo.
Nuestra mayor fuente de información procede del Centro Docu-
mental de la Memoria Histórica. En él se reúne la documentación
de la Delegación de Estado para la Recuperación de Documentos
que el ejército sublevado fue obteniendo de manera selectiva de
las unidades administrativas de los organismos que operaron en los
distintos frentes durante el desarrollo de la guerra, al margen de
otras fuentes documentales que se han ido adquiriendo, por compra
o donación, con el paso de los años, como el fondo de la Federación
1 Este volumen es el resultado de la adaptación de uno de los cuatro capítulos de la tesis doctoral
de la autora. De las Heras Herrero, Beatriz. “Imagen de la mujer en el Fondo Fotográfico de la
Guerra Civil Española de la Biblioteca Nacional de España. Madrid, 1936-1939”. Director: Anto-
nio Rodríguez de las Heras. Universidad Carlos III de Madrid. Instituto de Cultura y Tecnología/
Departamento de Humanidades, 2011.
FotograFiar una ciudad sitiada10
Española de Deportados e Internados Políticos, los de la Sección
de Información del Estado Mayor Central del Ejército de la Repúbli-
ca, el Archivo del Comisario General de la Flota Republicana o las
colecciones fotográficas de Robert Capa, Albert-Louis Deschamps,
Kati Horna o Mayo. De la documentación rescatada de los Servi-
cios Documentales de la Presidencia de Gobierno y los del Tribunal
Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo (núcleo
central del centro) se pueden diferenciar dos secciones: la Sección
Especial (que rescata la documentación incautada a las instituciones
masónicas) y la Sección Político Social (que conserva la recogida en
distintas instituciones republicanas). Dado que se estructura por la
zona de procedencia, las 2.783 cajas sobre Madrid en el período
1874-1939 se convirtieron en la base de nuestra investigación. De
entre éstas, 142 cajas contienen, directa o indirectamente, infor-
mación que puede resultar interesante para componer la historia
colectiva de aquellos fotógrafos que trabajaron en Madrid.
Completamos la información con los documentos conservados
en otros centros de investigación, como los del Archivo General de
la Administración, más concretamente los relativos a la información
personal de uno de los fotógrafos: Alfonso Sánchez García, conocido
como Alfonso.
De la misma forma acudimos al Archivo de la Fundación de Estu-
dios Libertarios Anselmo Lorenzo, centro creado por la Confedera-
ción Nacional del Trabajo, con la intención de recopilar documen-
tación referente al movimiento obrero español y para recuperar la
memoria histórica del anarquismo y el anarcosindicalismo en España.
El Archivo de la C.N.T. fue depositado en Ámsterdam tras la gue-
rra y en la actualidad esa documentación se puede consultar en la
Fundación donde se encuentra una copia microfilmada. Alguno de
los rollos contiene información sobre el asociacionismo de los tra-
bajadores de las Artes Gráficas, entre los que se incluye el colectivo
de fotógrafos.
El cuarto centro de información es la Fundación Pablo Iglesias,
sede de la documentación referente a la historia del movimiento
obrero y socialismo español. En la Fundación se conserva la colec-
ción documental de la Unión General de Trabajadores desde 1888
Beatriz de las Heras 11
hasta 1939, entre la que hemos localizado varios documentos inte-
resantes para la investigación, al margen del archivo profesional del
fotógrafo Luís Ramón Marín, conocido como Marín.
Del Archivo Histórico de la Fundación Francisco Largo Caballero
hemos revisado la documentación generada por la Comisión Eje-
cutiva de la Unión General de Trabajadores de España en el Exilio
que se conservaba en Toulouse. Según el catálogo de la Fundación
(Franco, 1998), y tras consultar los fondos que se encuentran en la
sede de Madrid, descartamos una mayor prospección debido a que
la información relativa a los fotógrafos se conserva, en la actualidad,
en el Centro Documental de la Memoria Histórica.
Por último, consultamos documentación conservada en otros
centros de investigación como la Biblioteca Nacional, Biblioteca
Regional de la Comunidad Autónoma de Madrid, Hemeroteca Muni-
cipal y la Biblioteca del Ministerio de Trabajo, y rescatamos fuentes
hemerográficas que aportan una información directa del período
que trabajamos.
Resulta apasionante abrir una ventana que nos ayude a recuperar
el trabajo de los responsables de inmortalizar la experiencia vivida
en el frente y en la retaguardia durante la Guerra Civil Española en
Madrid. Recuerdo, para cerrar esta introducción, una frase que repe-
tía, una y otra vez, mi abuela, Esperanza Sánchez, una superviviente
de la guerra civil en Madrid: “Hay que recordar hoy para que otros
no olviden mañana”, y eso es lo que hicieron los fotógrafos que
trabajaron en la capital del ¡No pasarán! al tomar sus instantáneas:
sostener en el tiempo la memoria del acontecimiento. Abramos,
entonces, la ventana.
CAPÍTULO 2
FOTOGRAFIAR EN MADRID.
SITUACIÓN PRE-BÉLICA
Antes de analizar quiénes fueron y bajo qué circunstancias traba-
jaron los profesionales responsables de fotografiar Madrid tras la
sublevación de julio de 1936, se hace necesario realizar un breve
estudio de aquellos fotógrafos que lo hicieron con anterioridad para
establecer una comparativa que nos permita comprobar el nivel de
influencia que tuvo el estallido de la Guerra Civil Española en el
sector de la fotografía.
Podemos hablar de distintos tipos de fotógrafos que desarrollaron
su actividad en torno a cuatro ramas: reportero gráfico, fotógrafo de
estudio, minutero y artista.
2.1. ArtistAs-FotógrAFos
Con respecto a este último prototipo hemos de especificar que son
menos significativos. La razón es que desde los años 30 el foto-arte,
excepto en el caso de los fotógrafos que trabajaron en el mundo
de la publicidad y la moda, y que se abrieron a la vanguardia foto-
gráfica (es el caso de Pere Catalá Pic, Josep Sala, Ramón Batlles,
Nicolás Lekuona o Josep Renau, que durante la guerra fue Director
General de Bellas Artes), avanzó hacia una corriente documentalista
buscando más el soporte de memoria que el esteticismo y, con el
estallido de la guerra, más la identificación ideológica y el posicio-
namiento político.
Beatriz de las Heras 13
2.2. FotógrAFos cAllejeros: minuteros
Aunque en nuestro estudio nos centraremos en el análisis de los
reporteros y los fotógrafos de estudio, empezaremos presentando
el trabajo de los ambulantes por formar parte de la cotidianeidad
de los madrileños antes y, sobre todo, durante la guerra.
Los minuteros tienen su antecedente en aquellos que trabajaron
en ferias y fiestas patronales retratando en forma de medallón sobre
ferrotipo a finales del siglo xix. El negocio de los fotógrafos ambu-
lantes surgió a partir de 1913 cuando se presentaron las cámaras
Mandel, de más fácil manejo que la L´Electra o Cannon anteriores,
que plasmaban la imagen sobre tarjetas postales (generalmente en
formato 13,7 x 8,8 cm) tomadas ante un fondo decorado, tal y como
vemos en la siguiente fotografía de Santos Yubero2 que retrata el
trabajo de un minutero en la verbena de San Antonio (en este caso
el decorado tiene motivos taurinos), y que reducían el tiempo de
entrega gracias a que tenían un revelador y fijador.
2 Archivo Regional de la C.A.M, Fondo Santos Yubero, 44221.1.
FotograFiar una ciudad sitiada14
El negativo sobre papel que se obtenía se fotografiaba de nuevo
para convertirlo en el positivo, copia que se entregaba al cliente,
normalmente vendido de dos en dos. Ante la expectación que cau-
saba el fenómeno, empresarios españoles vieron un gran negocio
en la fabricación de materiales fotográficos para los minuteros, como
Rafael Garriga, y de nuevas cámaras, como en el caso de Caldés,
Arús, Mapel y Carceller (Uriarte, 2012).
Este éxito repentino de los ambulantes hizo que en los años 20
se convirtieran en el objetivo de las asociaciones de fotógrafos que
les acusaron de intrusismo, competencia desleal y falta de prepa-
ración. Incluso la Unió Fotográfica de Barcelona llegó a solicitar al
Ayuntamiento que retirara a los minuteros de las calles por “estar
desprovistos de las patentes correspondientes”, según indicaba el
presidente de la Unió, Aníbal Baro, en una carta recogida en el
número 50 de la revista Lux (Inseser, 2000, pág. 175). Esto hizo que
se asociaran en algunas ciudades con la intención de reivindicarse.
En el caso de Madrid, las verjas del Retiro (como se recoge en
esta fotografía tomada en 19373), la explanada de Rosales, calles
alrededor de la Puerta del Sol y las orillas del río Manzanares, entre
otros espacios emblemáticos, fueron los lugares en los que más
minuteros se congre-
garon para desarrollar
su actividad.
Durante la Guerra
Civil Española, como
explicaremos después,
su trabajo siguió pre-
sente en las calles y fue
en aumento, tal y como
se anunció en el artícu-
lo “La foto al minuto,
industria pacífica que
la guerra incrementa”,
publicado en el perió-
3 Archivo Regional de la C.A.M, Fondo Santos Yubero, 44219.001.
Beatriz de las Heras 15
dico Crónica el 6 de junio de 1937. Según los datos extraídos de los
archivos de la Sección de Fotografía de la Junta Delegada de Defen-
sa de Madrid, fueron 180 los minuteros que trabajaron en la capital
durante el conflicto.
En los años 40 se convirtió en un trabajo de fácil acceso para
muchos hombres que lo habían perdido todo tras la guerra, por lo
que se tuvo que regular su situación integrando al colectivo en el
Sindicato Provincial del Papel, Prensa y Artes Gráficas, desde donde
se les dividió en minuteros, los de ceremonia (que fotografiaban en
actos con cámaras convencionales) y ambulantes o leiqueros (que
fotografiaban con una cámara ordinaria, generalmente una Leica.
Pedían la dirección del retratado y, tras revelar, enviaban la foto-
grafía). Es muy difícil concretar el número minuteros que trabajaron
en Madrid tras la guerra, aunque el especialista José María Uriarte
(2012, pág. 13) afirma que en 1949 la cifra ascendió a 300 minute-
ros y 500 ambulantes, ambulantes que fueron aumentando hasta la
década de los 60, cuando fueron desapareciendo por la expansión
de las cámaras entre los amateurs.
2.3. FotógrAFos y locAles de FotogrAFíA
en mAdrid. evolución y cAmbio
En el caso de los profesionales de la fotografía dedicados al trabajo
como reporteros gráficos y fotógrafos de estudio (entre los que des-
tacan Albero y Segovia, Alfonso, Díaz Casariego, Hermanos Benítez
Casaux, Hermanos Mayo, Marín, Opless, Piortiz, Santos Yubero y
Videa) o trabajadores en locales de materiales fotográficos, anali-
zaremos, en un primer momento, los datos extraídos del Anuario
General de España (Bailly-Bailliére-Riera), una guía de comercio,
industria y profesionales de cada provincia de España. El último
número del anuario antes del estallido de la guerra se publicó en
el año 1936, y en él se distinguían tres categorías relacionadas con
el mundo de la fotografía: “Fotografías”, “Aparatos y Material” y
“Fotógrafos”, que se listan en dos de sus páginas. La importancia
de los datos que podemos extraer del volumen no sólo reside en el
FotograFiar una ciudad sitiada16
hecho de que se especifican los nombres de los locales o estudios
fotográficos de la ciudad, sino que, además, se aporta la dirección
completa de los mismos pudiendo establecer un mapa de locali-
zación.
Según el Anuario, en el año 1936 había un total de 85 tiendas
de fotografía que, en su mayoría, se situaban en la zona centro de
la capital. Se concentraban alrededor de la Puerta del Sol, sobre
todo en las calles Montera, Fuencarral, Bravo Murillo y Alcalá (en
la zona norte de Madrid) y en la calle Colegiata, como referente al
sur de la ciudad. Entre las casas más conocidas destacan Alfonso
(Santa Engracia, 38), Alsina (Jesús y María, 6), Amer (Fuencarral
9 y Montera, 20), Barbosa (Alcalá, 108), Castellanos (Florida, 3),
Káulak (Alcalá, 4), Roca (Tetuán, 20) o Yo (Puerta del Sol, 11), por
citar algunas.
En el Anuario se señala 20 locales destinados a la venta de apa-
ratos y material fotográfico en 1936. Al igual que en el caso de los
dedicados a la fotografía, la mayoría de los locales que vendían
aparatos y material fotográfico se ubicaba en la zona centro de la
capital, aunque con un nivel de concentración mayor en las calles
adyacentes a la Puerta del Sol. Entre estos locales el de A.I.D.A.
(Arenal, 9), Agfa-Foto S.A. (Isabel la Católica, 6), Kodak S.A. (Puerta
del Sol, 4 y Avenida Conde de Peñalver, 21), López, Viuda de Braulio
(Príncipe, 23) o Photo Hall (Espoz y Mina, 15).
Siguiendo los datos, el número de fotógrafos —que no locales
o tiendas de fotografía— asciende a 66, destacando el nombre de
los reconocidos Albero y Segovia (Alcalá, 106), Benítez Casaux (Don
Quijote, 2), Campúa (Bárbara de Braganza, 11), Antonio Castellanos
(Conde Duque, 17) Mena (Carretas, 33) Ortiz (Espoz y Mina, 3), Cris-
tóbal Portillo (Plaza Ángel, 17) o Vidal (Ventura de la Vega, 11). La
mayoría de los estudios fotográficos de la época estaban ubicados
en el centro de la capital, aunque existía una mayor dispersión. Este
hecho se debe a que muchos fotógrafos que figuraban en este índi-
ce trabajaron en sus domicilios particulares ya que eran fotógrafos
de prensa.
Resulta interesante comprobar cómo el gremio de fotógrafos
de Madrid fue muy dinámico a lo largo de los años 30, tal y como
Beatriz de las Heras 17
se extrae de la documentación conservada en distintos archivos
y del análisis comparativo de los profesionales dedicados a esta
actividad antes, durante y tras la Guerra Civil Española, a partir de
los datos aportados por la guía Bailly-Bailliére-Riera. Si realizamos
una comparativa de la información que nos ofrece el anuario de
los años 1935 y 1936 podemos observar que el mundo relacionado
con este sector sufrió variaciones respecto a la apertura y clausu-
ra de locales en un breve espacio de tiempo, ya que en un año
se abrieron 13 tiendas de fotografía4, cinco locales de venta de
aparatos y material fotográfico5 y 12 estudios en la ciudad6. En el
mismo período se cerraron 14 tiendas7 y 10 fotógrafos decidieron
clausurar sus estudios8.
De la misma manera que encontramos movilidad en el sector
entre 1935 y 1936 tras la guerra surge un nuevo movimiento que se
reflejó en el primer Anuario General de España (Bailly-Bailliére-Riera)
que se editó acabado el conflicto: el del año 1944. De nuevo, existe
una variación considerable respecto al año 1936. En el período de
ocho años, los que van entre 1936 y 1944, se abrieron 48 locales
fotográficos, ocho tiendas de aparatos y material fotográfico y 22
casas de fotografía, mientras que se cerraron 36 locales, 12 tiendas
y 41 casas de fotografía.
4 Alfonso (Santa Engracia, 38), Anisa (Caballero de Gracia, 20), Gregorio Asensio (Santa Engracia,
111), Ángel Castellanos (Florida, 3), José García (Alocalá, 185), Fernando Godoy (Eduardo Dato,
6), Ibáñez (Montera, 23), Teodoro Orozco (Alcalá, 9), José del Palacio (Peligros, 2), Emilio Pasvón
(S. Jerónimo, 12), Luis Pérez de León (Carr. de San Jerónimo, 19), Eduardo Rodríguez (Montera,
45) y J. Torres (Almansa, 25).
5 Drogas y Productos puros para la Fotografía (Ballesta, 17), The Aeolian Cª. S.A.E. (Conde Peñal-
ver, 22), Atlantis-Droguerías Unidas, S.A. (Ballesta, 17), Gordo y Morales (Sevilla, 6) y Sempere
Colomina (Francisco), Defender, Granville y AS de Tréfle (Pacífiuco, 53).
6 A.I.D.A. (Puerta del Sol, 8), Bartolomé Amigó (Fuencarral, 5), Apfeldork Philip (Riego, 39), Indale-
cio Gil (Carmen, 27), MENA (Carretas, 33), José Munilla (Carretas, 8), Antonio Pereda (Carmen, 8),
León Pérez (Carr. de San Jerónimo, 19), Luis Ramón Marín (Eduardo Dato, 10), Ernesto Rodríguez
de León (Alcalá, 121), Juan Salgado (Goya, 82) y Unión de Fotógrafos (Barco, 36).
7 Gregorio Asensio (Olivar, 43), Foto Alicantina Ampliaciones (Don Ramón de la Cruz, 61), Manuel
Galán (Pl. Progreso, 11), Miguél Andrés Gómez (Príncipe, 11), Eduardo Grande (León, 24), Guillén
(Agustín), Juliá (Montera, 45), José Padró (Huertas, 66), Antonio Pardiñas (Avenida Pi y Margall,
11), Luis Pérez de León (Carr. de San Jerónimo, 26), Luis Rodríguez Marín (Cta. Santo Domingo,
11), Romay (Pl. Matute, 13), Pedro Satué (Av. Pi y Margall, 17) y Raimundo Tortuero (Carretas, 14).
8 Bartolomé Abigón (Fuencarral, 3), Alberto Carpintero (Montera, 4), Antonio Castellanos (Pl. de
la Constitución, 1), Luis Ferrer (Santa Engracia, 118), Pedro Gómez (Rda. de Segovia, 9), Antonio
LLompart (Veneras, 5), Emilio Pavón (Carrera de San Jerónimo, 10), Luis Pérez (Carretas, 8), Julio
Román (Veneras, 7) y Félix Sánchez (Granada, 1).
FotograFiar una ciudad sitiada18
2.4. el trAbAjo del FotógrAFo: regulAción
de su ActividAd
La dificultad a la hora de componer la historia colectiva de los fotó-
grafos reside en el hecho de que la mayoría de la documentación
referente a su trabajo antes de la guerra se ha conservado, en el
mejor de los casos, dispersa.
A pesar de esto, hemos intentado reconstruir las características de
su trabajo anteriores al mes de julio de 1936 a través de la documen-
tación rescatada en el Centro para la Recuperación de la Memoria
Histórica, la Fundación Pablo Iglesias y del órgano que dio voz a
las disposiciones oficiales del gobierno republicano: la Gaceta de
Madrid. Esta información procede del material generado por las
distintas estructuras de representación colectiva de los fotógrafos,
sobre todo la Federación Gráfica Española y Sociedad Obrera de
Fotógrafos y Similares de Madrid, que fueron las organizaciones que
con mayor fuerza intentaron defender los intereses de los fotógrafos
antes y durante el conflicto, aunque tenemos constancia de que
existieron otras con una menor actividad en el período estudiado,
como la Sociedad de Obreros y Empleados de Fotografía y Cine-
matografía.
La actividad laboral desempeñada por los profesionales de la
fotografía se regía por unas normas de carácter nacional (que se
decidieron durante la celebración de la Conferencia Nacional de
Artes Gráficas en el año 1931, acto al que acudieron representan-
tes patronales y obreros) para la regularización del trabajo en el
sector de las Artes Gráficas. Fueron aprobadas por una Orden del
Ministerio de Trabajo y Previsión firmada el 30 de noviembre de
1932, publicadas en la Gaceta de Madrid el 1 de diciembre. En ella
se establecían, a través de 13 artículos, las condiciones de trabajo
del sector, distinguiendo las diferentes categorías profesionales. Se
desarrollaban las particularidades de las secciones de Tipografía,
Encuadernación, Impresión, Litografía, y Fotograbado, mientras que
de la sección llamada “Artes Fotográficas” tan sólo se aportaba la
siguiente información: “Los salarios mínimos de los obreros de las
Artes fotográficas serán fijados por los Jurados mixtos correspon-
Beatriz de las Heras 19
dientes, aplicando aumentos análogos a los que se establecen en
las presentes normas” (Gaceta de Madrid, 1 de diciembre de 1932,
pág. 1549).
Era el Jurado Mixto de Artes Gráficas y Prensa, como ocurrirá
durante la contienda9, el responsable de determinar las bases por
las que se habían de regir los obreros fotógrafos. Este organismo
estaba regulado por la Ley aprobada el 27 de noviembre de 1931 y
era el encargado de controlar las secciones de “Tipografía, Litogra-
fía, Grabado, Fotografía y demás procedimientos de reproducción
gráfica. Editoriales. Prensa Periódica. Encuadernación” (Gaceta de
Madrid, 28 de noviembre de 1931, pág. 1252.). Según el Artículo
5 de la Ley, a cada grupo le correspondía un Jurado mixto provin-
cial de Trabajo que podía subdividirse en secciones para mejorar
su funcionamiento. Cada Jurado mixto, según el Artículo 9, debía
componerse de seis vocales patronos y de seis obreros, y, según el
Artículo 19 y el Artículo 20 (pág. 1253-1254.), su responsabilidad era:
“Artículo 19. 1ª. Determinar para el oficio o profesión respectivo las
condiciones generales de reglamentación del trabajo, salarios, fijación
del plazo mínimo de duración de los contratos, horarios, horas extraor-
dinarias, formas y requisitos de los despidos y de todas las demás
de la reglamentación referida, que servirán de base a los contratos
individuales o colectivos que puedan celebrarse.
2ª. Entender en todas las cuestiones que se sometan a su conoci-
miento sobre el pago de horas extraordinarias, diferencia de jornales
y otras análogas, derivadas de la interpretación y cumplimiento de las
obligaciones contractuales, siempre que no se litigue una cantidad
superior a 2.500 pesetas.
3ª. Prevenir los conflictos entre el capital y el trabajo, procurando la
avenencia en los casos en que aquéllos vayan a producirse.
A este objeto, los Jurados mixtos del trabajo procederán como se
indica en los artículos 29, 40 y 41 de esta Ley.
4ª. Inspeccionar, conforme a lo legislado, el cumplimiento de las
Leyes sociales, y especialmente el de los acuerdos adoptados por
9 Este mismo párrafo escrito en 1932 será reproducido en la publicación del análisis realizado por
el Ministerio de Trabajo y Previsión en 1937 sobre la actividad de los Jurados Mixtos (Ministerio
de Trabajo y Previsión, 1937, pág. 13).
FotograFiar una ciudad sitiada20
ellos, así como los contratos individuales y colectivos, que habrán de
ajustarse, por lo menos, a las condiciones mínimas adoptadas por el
Jurado.
5ª. Formar los Censos y mantener las relaciones precisas con el
servicio de oficinas de colocación.
6ª. Proponer al Gobierno las medidas de orden técnico y profe-
sional que se consideren necesarias para la vida y el desarrollo de su
profesión.
7ª. Realizar cualquier otra función social que redunde en beneficio
del oficio o trabajo que representen.
Artículo 20. Aparte de las funciones señaladas en la regla 3.ª del
artículo anterior, los Jurados mixtos podrán intervenir en las diferencias
entre patronos y obreros en materias en que no aparezca determinada
estrictamente su competencia, sin patronos y obreros se someten de
un modo expreso a su resolución arbitral”.
También tenemos constancia, a través de la revista Obreros Fotó-
grafos y Similares, en su número de agosto de 1932, de la existencia
del Jurado mixto de obreros fotógrafos y de cinematografía dentro
de las Artes Gráficas, aunque era un órgano que, según la Sociedad
de Obreros Fotógrafos y Similares, estaba “completamente autóno-
mo de las demás Sociedades obreras gráficas”.
A pesar de esta representación, la situación de inestabilidad por la
que atravesaron los fotógrafos que trabajaron en Madrid durante los
años 30 no se resolvió. Conocemos gracias a un pasquín de la Aso-
ciación Sindical del Arte Fotográfico10 que, a fecha 7 de septiembre
de 1933, el trabajador de la fotografía no disponía de unas normas
laborales como el resto de los trabajadores de las Artes Gráficas:
“Somos los trabajadores del Arte Fotográfico unos de los que más
sufren la iniquidad del régimen capitalista, siendo los principales cau-
10 Arte Fotográfico es en Madrid lo que el Centro Artístico de Oficiales Fotógrafos (C.A.O.F.) es
en Barcelona: una asociación que funciona a modo de sindicato compuesta por trabajadores
de la fotografía que se reúnen fuera de las empresas fotográficas, y que surge en los años 20.
Estas dos agrupaciones serán el primer impulso para la creación de la Sociedad de Fotógrafos
Profesionales de España, más conocida como Unión Fotográfica que, a partir del 24 de abril de
1918, reúne a fotógrafos de reconocido prestigio y dueños de los estudios fotográficos que repre-
sentan a la patronal del sector. El objetivo es la lucha por la unificación de precios, la regulación
de la competencia, búsqueda de bonificaciones de precios del material para los socios, etcétera.
Beatriz de las Heras 21
santes nuestra clase patronal con su marcado despotismo, cerrazón
mental e indiferencia por la situación social.
El trabajador del Arte Fotográfico, sin unas bases fijas ni un salario
mínimo que le reconozca su esfuerzo productor, se encuentra a mer-
ced del egoísmo de su patrono, sin más salvaguardia que el Jurado
Mixto, no suficientemente acreditado, y nuestra actuación personal
necesaria pero ineficaz en nuestros tiempos.”11
Ni siquiera años después se solventó la situación. En la Gaceta
de Madrid del 27 de diciembre de 1935 (a punto de expirar el plazo
de vigencia de las normas de carácter nacional para la regulación
del trabajo en las Artes Gráficas que se firmó en el año 1932) se
publicó una disposición, referenciada en la Gaceta de Madrid el 27
de diciembre de 1935, en la que se aludía a la no aprobación de
ningún nuevo estatuto de condiciones generales de trabajo, en el
que, muy probablemente, se hubieran mencionado una serie de
normas referentes al laboro de los fotógrafos:
“1ª. Las normas de carácter nacional para la regulación del trabajo
en las Artes Gráficas, aprobada por Orden de 30 de Noviembre de
1932, continuarán en vigor hasta que se elabore y apruebe un Estatuto
de condiciones generales de trabajo en dichas Artes.
2ª. La función inspectora conferida por el artículo 8ª. de la Orden
de 30 de Noviembre de 1932 por la Comisión de adaptación del
Estatuto Nacional de Salarios mínimos en las Artes Gráficas, podrá ser
excepcionalmente delegada por ésta en una Subcomisión integrada
por el Inspector Delegado de Trabajo y un patrono y un obrero de
Artes Gráficas, de la localidad o provincia de que se trate, designados
estos últimos por las respectivas representaciones de su clase en la
mencionada Comisión, la que pondrá en conocimiento del Jurado
mixto competente las infracciones que comprobare.
Lo que participo a V.L. para los efectos oportunos. Madrid. 26 de
Diciembre de 1935”.
Luego, pasados tres años, la situación de los trabajadores de la
fotografía seguía siendo precaria. De hecho, en el Anuario Español
11 Centro Documental de la Memoria Histórica-GC (S) PS Madrid Caja 2134.
FotograFiar una ciudad sitiada22
de Política Social (1934-1935, pág. 1026), que rescata las normas de
carácter nacional y local del grupo del Jurado Mixto de Artes Gráficas
y Prensa correspondiente a los años 1934 y 1935, seguían sin determi-
narse las particularidades de trabajo de los fotógrafos y se reiteraba
la responsabilidad de los Jurados mixtos respecto a la fijación de la
normativa laboral, sin más precisión. Tan sólo se especificaba la labor
de los fotógrafos trabajadores de los talleres de fotograbado, entre
los que, según el acuerdo de 18 de marzo de 1930 aprobado por el
Ministerio de Trabajo y Previsión el 12 de junio de 1930 y publicado
en el Anuario Español de Política Social (1934-1935, pág. 1058), se
distinguían cinco categorías: oficial colorista, oficial de negro, ayudan-
te, aprendiz adelantado y aprendiz de entrada.
Aunque a nivel oficial no se había dispuesto una normativa res-
pecto al trabajo de los profesionales de la fotografía, conocemos,
a través del número de febrero de 1932 de la revista Obreros Fotó-
grafos y Similares (órgano de la Sociedad de Fotógrafos y Similares
de Madrid) que éstos no aceptaron la situación de inestabilidad de
la profesión y que en el año 1932 se presentó a la Asamblea de la
Sociedad de Obreros y Empleados de Fotografía y Cinematografía
un contrato de bases de trabajo redactado por la Directiva que
pretendía regular las condiciones generales a través de 36 artículos,
entre los que destaca el Artículo 20 que incidía en la igualdad de
condiciones para hombres y mujeres (“En general estas bases se
entienden por igual para ambos sexos”), el Artículo 21 en el que
se hablaba del horario (“El horario durante todo el año será de 9 a
1 y de 3 a 7”) y el Artículo 30 sobre la jornada laboral (“La jornada
de trabajo será de 44 horas semanales, quedando así establecida la
semana inglesa”). Los artículos más interesantes son aquellos que se
refieren a las condiciones salariales del trabajador de la fotografía,
como el Artículo 32 sobre ocupaciones extraordinarias:
“El trabajo en horas extraordinarias o veladas, no será permitido,
sino cuando se demuestre la imposibilidad material de admitir más
operarios por carencia de brazos, consultando sobre este extremo a
la asociación, y serán gratificadas las dos primeras horas con un 35
por 100, las dos siguientes con un 70 por 100 y las restantes con un
Beatriz de las Heras 23
100 por 100, quedando siempre el obrero con libertad para aceptar
o desestimar la velada o el sobreprecio”.
También el Artículo 34 sobre el cobro del sueldo:
“Los salarios serán abonados precisamente en sábado como fin de
semana y los que cobren por meses el día último, y siempre dentro de
las horas de trabajo”, y el Artículo 36 en el que se especifica el sueldo
de los trabajadores y las tarifas a cobrar al cliente: “Los salarios con-
signados en las presentes tarifas y así mismo cuantas ventajas quedan
anotadas mínimas debiendo por lo tanto ser respetados e incorpora-
dos al mismo todo jornal mayor y cualquier otro beneficio disfrutado.
Para el sueldo del encargado se tendrá en cuenta la base núm. 2713.
Cargo Jornales
Semanal/ptas. Mensual/ptas.
Operador 125,00 625,00
Oficial 110,00 550,00
Ayudante 80,00 400,00
Aprendiz adelantado 25,00 120,00
Idem 1º. y 2º. año 12,00 160,0012
Los sueldos en los talleres de aficionados, serán un 15 por 100 más
bajos que los estipulados en estas bases.”
Respecto a este tema, la única constancia oficial que tenemos
del sueldo que cobraron los fotógrafos que trabajaron en Madrid
es un informe firmado por el Presidente de la Sociedad Obrera de
Fotógrafos y Similares, Antonio Gavilán, y enviado al Ministerio de
Industria (presumiblemente entre el mes de mayo y julio de 1937)
12 Entendemos que existe un error de trascripción dado que no es posible que un aprendiz de
1º y 2º año gane más mensualmente que un aprendiz adelantado. El error se encuentra en que
no gana 160,00 pesetas mensuales, sino que son 60,00 pesetas.
13 Según la cual “Los jefes de taller o encargados deberán ser oficiales. Sus honorarios los fijarán
de acuerdo con el patrono, no debiendo nunca ser estos más bajos que los correspondientes
a su categoría.”
FotograFiar una ciudad sitiada24
en el que se informaba de que las bases laborales que regían el
trabajo eran las aprobadas por el Jurado Mixto de las Artes Gráficas
en el mes de agosto de 1933 (documento que nos ha sido imposible
localizar), y que estos percibían el siguiente jornal:
“Los jornales existentes en la industria, son los aprobados en el Jurado
Mixto de las Artes Gráficas con fecha de Agosto de 1933 y que se insertan
para su superior conocimiento: Operador, 162,70; Oficial retocador o
tirador, 80,00; Ayudante, 45,00; Aprendiz de 3º. y 4º. año, 30,00; Aprendiz
de 1º. y 2º. año, 12,00. Estos jornales son semanales.”14
Si comparamos la información extraída del informe de la Sociedad
Obrera de Fotógrafos y Similares con los artículos publicados en la
revista Obreros Fotógrafos y Similares, podemos observar que existe
una diferencia apreciable respecto al salario que realmente percibían
los fotógrafos y lo que ellos consideraban que debían percibir. En la
revista se proponía una elevación salarial para oficiales y ayudantes
respecto a la cantidad que se estipulaba en el informe, mientras que
en éste los operadores y aprendices de tercer y cuarto año mantenía
un salario mayor que el dispuesto en la revista, tal y como señalamos
en la siguiente tabla:
Respecto a las tarifas que se cobraron por los trabajos realizados,
14 Centro Documental de la Memoria Histórica-GC (S) PS Madrid 2131.
Categorías Revista Sociedad Obrera de
Fotógrafos y Similares
Operador 125´00 ptas/semana 162´70 ptas/semana
Oficial 110´00 ptas/semana 80´00 ptas/semana
Ayudante 80´00 ptas/semana 45´00 ptas/semana
Aprendiz Adelantado 25´00 ptas/semana 30´00 ptas/semana
Aprendiz de 1.ª y 2.ª año 12´00 ptas/semana 12´00 ptas/semana
tampoco tenemos constancia oficial, aunque sí contamos con la
propuesta que la Directiva de la Sociedad de Obreros Fotógrafos y
Beatriz de las Heras 25
Similares hizo a la Asamblea con la intención de que fuera aproba-
da. Según el Artículo 36 de estas bases, publicadas en el número
de febrero de la revista, se distinguía entre los trabajos de retoque
a destajo con distintos formatos (bustos, imperial y pie) y medidas
de imagen (2x9, 9x12, 10x15, 13x18, 15x21 y 18x24), y los trabajos
de ampliaciones en seis dimensiones diferentes (salón, cuarto hoja,
media hoja, hoja, hoja doble y cuádruple), además de diferenciar el
trabajo realizado en blanco y negro o sepia, y el precio por trabajo
si era una persona o foto de grupo:
Tarifas de retoque a destajo
61/2x9 9x12 10x15 13x18 15x21 18x24
Bustos 1,25 1,75 2,10 3,50 7,00 9,00
Imperial 0,75 1,00 2,00 2,75 5,00 7,00
Pie 0,50 0,75 1,35 2,00 3,50 5,00
Los grupos hasta tres personas aumentarán un 100 por 100 por cada, y de tres figuras en
adelante al 60 por 100 por cada.
Estos precios se entienden por tamaños normales, sin arreglo de ningún género, más que
tapado de puntos.
Tarifa de ampliaciones
Salón 6,00 pesetas
Cuarto hoja 7,50“”
Media hoja 12,50“”
Hoja 20,00“”
Doble Hoja 40,00“”
Cuádruple 80,00“”
Estos precios se entienden para negro; los trabajos en sepia aumentarán un 25 por 100.
Los grupos aumentarán hasta tres figuras el 50 por 100 por cada, y de tres en adelante el 30
por 100.
FotograFiar una ciudad sitiada26
2.5. reporteros gráFicos
Con respecto al caso concreto de los reporteros gráficos, se asocia-
ron en la Unión de Informadores Gráficos de Prensa el 14 de enero
de 1934, tras meses de negociación. Su sede se ubicó en el Palacio
de la Prensa (Plaza del Callao, 4) y tuvo, en origen, 29 socios más
José Campúa, socio de honor. Mantuvo una estrecha relación con la
Dirección General de Seguridad, por ser la entidad que gestionaba
las acciones de la prensa en ese momento, y el Jurado Mixto de la
Asociación de Prensa, un intermediario entre la Dirección y la Unión.
Ésta consiguió reconocimientos para el colectivo, como una identifica-
ción específica, la formalización de contratos de trabajo (conocemos
que los free-lance cobraban, máximo, unas 10 pesetas por fotografía
publicada), diseño de normas de control, gestión de acreditaciones
para cubrir actos, pases gratuitos en los transportes, amparo econó-
mico de los trabajadores o protección ante el intrusismo de aquellos
que no disponían de contratos con periódicos o agencias.
El reglamento de los reporteros gráficos fue aprobado en asamblea
el 15 de enero de 1934 y presentado unos días después en la Dirección
General de Seguridad. Sólo los trabajadores de medios de Madrid que
tuvieran carnet y placa expedida por el Jurado Mixto de la Prensa de
Madrid podían formar parte de la Unión. A continuación mostramos una
fotografía en la que Valdivia, Director de Seguridad, impone la placa
profesional a Santos Yubero el 26 de marzo de 193415:
Juan Miguel Sánchez Vigil y María Olivera, en un fantástico trabajo
de rastreo y archivo, han recu-
perado el nombre de los 31
reporteros gráficos que esta-
ban afiliados justo antes de la
guerra (Sánchez Vigil y Olive-
ra, 2014, pág. 188-189), y que
nos permite ubicar a los fotó-
grafos que trabajaron duran-
te la contienda y los medios
para los que lo hicieron:
15 Archivo Regional de la C.A.M, Fondo Santos Yubero, 45127.001.
Beatriz de las Heras 27
Fotógrafo Medio
Alfonso (Sánchez Portela) La Voz para Prensa Gráfica
Alfonso (Sánchez García) La Libertad
José del Pozo Almazan y Fanosa Ahora y La Linterna
José Pío Alonso Bartolomé La Nación
César Benítez Ya
José Demaría Vázquez (Campúa) Agencia Actualidades-Noticiario Cine
Faustino Castillo Cubillo Heraldo de Madrid y El Liberal
Gerardo Contreras Saldaña Ahora y Estampa
Miguel Cortés Faure Mundo Gráfico para Prensa Gráfica
José María Díaz Casariego Heraldo de Madrid y El Liberal
Julio Duque Berzal ABC
Daniel Gallego Manzano Ahora
Alberto Lendínez Manjón La Nación y Agencia Piortiz
Antonio Llompart Esteva La Linterna y agencias
Luis Ramón Marín Agencia Marín
Mariano Marina de Pablo Estampa
Virgilio Muro Fernández Blanco y Negro
Máximo Orrios Agencia
Félix Ortiz Perelló (Piortiz) La Nación y Diario de Madrid
Daniel Ortiz No consta
Fernando del Río y Ruiz Agencia Alfonso
José Sánchez Portela Alfonso y agencias extranjeras
Luis Sánchez Portela El Sol para Agencia Alfonso
Martín Santos Yubero Ya y Debate
Pablo Teresa Agencia Vidal
Tomás Terol Agencias (cine)
José Vidal Gabarró El Debate para Agencia Vidal
Vicente López Videa (Videa) Crónica para Prensa Gráfica
Alejandro Vilaseca González Ahora y Estampa
Germán Yuste Morales Ahora y Estampa
José Zegrí Blanco y Negro
FotograFiar una ciudad sitiada28
Algunos fotógrafos de esta lista han quedado retratados en esta
fotografía16 en la que un grupo de reporteros trabaja en el Palacio
Real el 3 de octubre de 1935 durante la grave crisis de gobierno
provocada por el caso Straperlo:
16 Archivo Regional de la C.A.M, Fondo Santos Yubero, 44214.003.
La Unión de Informadores Gráficos de Prensa mantuvo su activi-
dad durante la guerra bajo la supervisión de la Sección de Propa-
ganda y Prensa de la Junta Delegada de Defensa de Madrid. Entre
los nombres que se incorporaron a la lista, Víctor y Alberto Benítez
Alcoba (ABC, Ahora, Crónica y Estampa), Luis de las Heras Carrera
(ABC), Andrés Díaz Palomo (Ahora y Estampa), Baldomero Fernán-
dez y José Fernández Aguayo (Junta de Defensa de Madrid), Maria-
no García Terol, Baldomero Fernández Raigó (Mundo Gráfico, Ahora
y ABC), José Fragero Pozuelo (CNT), Adolfo Torres Barrionuevo (El
Socialista), o Carmen Vidal Gallet (Agencia). El resto de los reporte-
ros que estaban afiliados a agrupaciones profesionales durante la
guerra lo hicieron a la Agrupación Profesional de Periodistas, según
Beatriz de las Heras 29
Archivo Regional de la C.A.M, Fondo Santos Yubero, 44218.01.
FotograFiar una ciudad sitiada30
Fotógrafo Medio
Francisco Segovia García Informaciones, ABC, Ahora
Félix Albero Brullén Informaciones, Ahora, ABC, Prensa Gráfica
y La Voz
Mariano Santiago Perdines Estampa y Ahora
Francisco Segovia García Informaciones, ABC, Ahora, Mundo Gráfico,
Crónica
Antonio González de Linares Crónica
se desprende de los datos extraídos de las fichas de control de la
Junta de Defensa de Madrid:
CAPÍTULO 3
FOTOGRAFIAR EN EL
MADRID DE LA GUERRA CIVIL
Dada la dispersión de los fondos y, sobre todo, la desaparición de
la mayor parte de la documentación que generó la actividad desa-
rrollada por los profesionales de la fotografía durante la guerra en
Madrid, es difícil establecer qué profesionales y bajo qué circuns-
tancias trabajaron los fotógrafos de prensa, estudio, y oficiales que
lo hicieron para órganos e instituciones, partidos o sindicatos17. Se
volcaron en salir a las calles de la ciudad buscando aquella instantá-
nea que inmortalizara la vida en la retaguardia y, bajo autorización
expresa de los jefes de sección, en el frente. Se consideraron héroes
en la segunda línea y custodios de la memoria de un acontecimiento
que debía trascender el tiempo a través de la materialización del
instante, como se extrae de un artículo publicado en La Voz el 5 de
diciembre de 1937:
“… Visten el traje civil de la retaguardia, y llevan, en banderolas,
un pequeño aparato fotográfico. Los héroes anónimos del objetivo.
Hay en la guerra unos héroes anónimos hasta ahora. Unos hombres
transidos de amor a la causa antifascista, encargados de recoger el
rostro y el paisaje de los hechos señeros para que no se pierda en el
futuro su perfil. Son fácilmente identificables: no van provistos de fusil
ni de otros atuendos guerreros. Visten el traje civil de la retaguardia.
17 A través del estudio de las fichas de filiación de la Junta Delegada de Defensa de Madrid, que
analizaremos más tarde, conocemos que la propia Delegación de Prensa y Propaganda, Mujeres
Antifascistas, Partido Comunista, Comisariado de Guerra, Ministerio de Guerra, Comisión de
Fortificaciones, Socorro Rojo, Archivo Ibérico de Arte, Colegio Oficial de Arquitectos, Junta
Delegada de Incautación, Protección y Salvamento del Tesoro Artístico, Ministerio de Instrucción
Pública, Comisión Nacional de Sanidad, o Cruz Roja Española, entre otros organismos, contaban
con sus propios fotógrafos.
FotograFiar una ciudad sitiada32
En bandolera llevan un aparato pequeño, con sed de luces nuevas y
de imágenes constantemente renovadas. Cuando en las trincheras hay
un vozarrón de pólvora que ahoga las palabras, cuando los morterazos
muerden en la tierra y lanzan al aire una bocanada de polvo alto y de
metralla furiosa en pugilato con el vómito de los obuses, esos hombres
de aire civil, sin rúbrica de aspecto guerrero, están siempre en primera
línea. Con los ojos barrenando distancias, hundidos en una cuadrícula
óptica para levantar —notarios del riesgo y de la muerte— su acta
del momento. Esos hombres son los reporteros gráficos, magos de
un mundo de reactivos que en las sombras de sus laboratorios van
imprimiendo día a día, en papel sensible, la verdad del heroísmo de
nuestros soldados.
Del 18 de julio a hoy han pagado todos por momentos difíciles,
flanqueados de peligros, para ofrecer a los lectores de los diarios y de
las revistas gráficas la última imagen caliente de la guerra. A ellos —a
los más destacados— nos hemos dirigido para que cuenten a los lec-
tores de LA VOZ la anécdota más acusada, más pintoresca, peligrosa
o interesante de que hayan sido protagonistas a lo largo de estos casi
diecisiete meses de contienda. Y con sus anécdotas, la fotografía que
les haya sido más difícil o peligroso impresionar”.
Al margen de estos fotógrafos, y aunque no exista mucha infor-
mación al respecto, es interesante situar a los minuteros, de los que
hablamos al principio del estudio, en este contexto. La realidad
impuesta en una ciudad en la que era obligatorio ir identificado con
carnets políticos y sindicales, y donde una imagen tomada en un
momento de asueto podía ser el último recuerdo de un padre, hijo,
esposo o novio, hizo que los fotógrafos ambulantes realizaran un
trabajo fundamental, tal y como se señala en un artículo de Crónica
el 6 de junio de 1937, y se ilustra en la siguiente fotografía18:
“En cualquier esquinazo donde se sitúe el hombre con su máquina
tendrá en seguida nutrida clientela. Trabaja más que nunca el minu-
tero. Siempre hay un grupo rodeándole, contemplando, con vigilante
curiosidad, sus manipulaciones en el cajón misterioso. No da mate-
rialmente abasto para tirar placas y revelar negativos. El pequeño
18 Archivo Regional de la C.A.M, Fondo Santos Yubero, 32333.20.
Beatriz de las Heras 33
negocio civil se ha convertido caso en una industria de guerra; la foto-
grafía personal, en artículo de primera necesidad. La llevan los carnets
políticos y sindicales, los certificados de trabajo, las cartillas militares.
La foto es imprescindible y se necesita pronto. Necesidad y urgencia
que satisfacen, en plena calle, los modestos minuteros. En una ancha
acera céntrica están varios de ellos; cabe la sombra de unas copudas
acacias en flor tienen emplazadas sus máquinas, como una batería”.
A esto se sumó que muchos fotógrafos de estudio no tuvieron más
remedio que dedicarse a este trabajo fotográfico con la incautación
de sus locales en los primeros días tras la sublevación, como desarro-
llaremos más tarde. Estos trabajadores, a pesar de estar sindicados,
no tenían bases de trabajo por estar considerados laburantes de
industria personal. Las limitaciones fundamentales de su actividad
estaban relacionadas con la escasez del material, ya que en 1937
sólo podía consumir dos cajas de 100 placas a la semana. También
sufrieron el alza constante de los precios en los materiales: la caja de
tarjetas postales pasó de 7 pesetas con 50 céntimos a 17 pesetas y
40 céntimos en poco tiempo y de ahí a 34 pesetas con 80 céntimos,
todo esto durante los primeros 11 meses del conflicto. Eso sí, tenían
FotograFiar una ciudad sitiada34
mayor margen porque los precios no estaban estipulados, a dife-
rencia de los fotógrafos de estudio, y cada cual era libre de fijar la
cantidad que creyera conveniente, aunque el precio giraba en torno
a los 75 céntimos por las fotos tamaño carnet y una peseta por los
retratos de cuerpo entero. En el caso de los trabajos de grupo no
se encarecía el precio aunque sí se obligaba a que los retratados se
llevaran, al menos, dos copias. Aunque, a priori, la actividad de los
fotógrafos ambulantes pudiera parecer rentable, éstos no opinaron
lo mismo, según se extrae del mismo artículo. Cuando el periodista
afirmó que el trabajo del minutero era beneficioso económicamente
en tiempos de guerra, el fotógrafo contestó:
“Eso son cuentas galanas. Luego viene la realidad, que es el
auténtico «tío Paco con la rebaja». Hay que descontar las muchas
fotos que se repiten porque salen movidas, defectuosas. Sobre todo,
cuando vienen niños ya puede darse lo comido por lo servido. Si en
una galería, con silencio y con comodidad, no es fácil que un chico
esté quieto, aquí, en plena calle y rodeado de curiosos, es un calva-
rio. Estropeamos muchas placas. No sólo por eso, sino porque ahora
el material es muy defectuoso. La escasez ha hecho que se saquen
a la venta los fondos los almacenes, y todo se aprovecha: hasta lo
que estaba, desde hace cuatro o cinco años detenido porque por
su calidad inferior se había retirado de la venta. Como la romana
del diablo, nosotros cargamos con todo, porque no hay otra cosa,
y para nosotros son las quiebras, después de que nos cuesta más
que nunca”.
Más limitaciones laborales tuvieron los fotógrafos de prensa y de
estudio que no trabajaron libremente durante la guerra. Los distin-
tos gobiernos fueron conscientes, desde el primer momento, de la
necesidad de controlar las imágenes que se tomaban del conflicto.
Así, se inició una campaña de incautación de periódicos, locales y
tiendas de fotografía de la ciudad, al margen de un estrecho control
a los reporteros que capturaban instantáneas tanto en la retaguardia
como en el frente.
Desde el punto de vista institucional, y tras las primeras horas,
se creó una Oficina de Propaganda e Información dependiente de
Beatriz de las Heras 35
la Subsecretaría de Presidencia del Consejo. Por Decreto de 21 de
agosto de 1936 y por Decreto de 4 de noviembre de 1936 (bajo el
gobierno de Largo Caballero) se creó un nuevo Ministerio de Propa-
ganda dirigido por Carlos Esplá que, tras 17 días de funcionamiento,
fue dotado de una Subsecretaría en manos de Federico Martínez
Miñana, quien afirmó en Crónica el 30 de mayo de 1937, hablando
de los objetivos del Ministerio:
“El Ministerio de Propaganda de la República se convirtió pronto
en un gran periódico que escribe, que habla, que impresiona, que
filma. Prensa, Radio, Fotos y Cine. Es decir, todos los instrumentos de
difusión, al servicio de la verdad, para propagar la verdad”.
El Ministerio estaba dividido en secciones, entre las que se encon-
traba el Servicio Fotográfico, que poseía un archivo de 150.000
fotografías clasificadas por temas (arte, actualidades, guerra, campo
faccioso, entre otros) y que se encargaba de suministrar alrededor de
500 copias al día con el fin de satisfacer las demandas de material
visual desde el extranjero, material con el que, al margen de servir
a la prensa internacional, se organizaban exposiciones propagan-
dísticas en París, Praga, Bruselas, México o Buenos Aires. En esta
distribución internacional de material fotográfico fue fundamental
la labor realizada desde la Oficina de Prensa Extranjera, la Agence
Espagne (agencia de prensa gubernamental en París que se convirtió
en el altavoz de la República en Europa), o la Delegación de Propa-
ganda dirigida por Juan Vicens que, a partir de julio de 1937, pre-
tendió agrupar la propaganda oficial en el continente y, a partir de
noviembre de 1937, en Latinoamérica, y distribuirla a través de los
comités de ayuda a España (García, 2011). Todos estos organismos
tenían como objetivo final influir en la opinión de las democracias
occidentales con la intención de que participaran y decantaran la
guerra del lado antifascista.
Volviendo a la fotografía en Madrid, con el traslado del Gobierno
a Valencia en noviembre de 1936, la Junta de Defensa de Miaja cr
una Delegación de Prensa y Propaganda (que ocupó las mismas
oficinas que el Ministerio, calle Duque de Medinaceli, 4, antiguo
FotograFiar una ciudad sitiada36
Palacio del Hielo) responsable de asumir estas labores. Fue contro-
lada por José Carreño España. Con el primer Gobierno de Negrín
el Ministerio de Propaganda desapareció y por Decreto de 27 de
mayo de 1937 se transformó en una subsecretaría dependiente del
Ministerio de Estado que, en la ciudad de Madrid, se convirtió en
una Delegación de la Subsecretaría de Propaganda en la que siguió
como mando, y hasta mayo de 1938 cuando se hizo efectiva su
dimisión y fue sustituido por Miguel San Andrés Castro, el mismo
Carreño España. Analicemos ahora el tema, paso a paso.
3.1. el proceso de intervención e incAutAción
Los fotógrafos que trabajaron en Madrid entre julio de 1936 y mar-
zo de 1939 fueron adaptándose a los constantes cambios que se
produjeron en la capital tras el alzamiento militar. Un ritmo que, en
un primer momento, fue marcado por la clase trabajadora, respon-
sable de tomar el mando de la ciudad. Aprovechando la coyuntura
que ofrecía el marco de la sublevación, los sindicatos Confedera-
ción Nacional del Trabajo (C.N.T.) y Unión General de Trabajadores
(U.G.T.) emprendieron una revolución social basada en sus criterios
en el terreno social, político y económico. Y esto afectó directamen-
te a los profesionales de la fotografía.
Una de las primeras medidas tomadas fue la intervención (en el
caso de la exclusiva dirección de los trabajadores) o la incautación
(en el caso de la participación de los sindicatos) de las industrias y
locales comerciales de la ciudad, incluidas tiendas, laboratorios y
estudios dedicados a la fotografía. También los periódicos y revis-
tas fueron controlados por las autoridades políticas y sindicales.
Entre los medios que fueron incautados y cambiaron su ideología
se encuentran el diario monárquico ABC (portavoz de Unión Repu-
blicana), Ahora (se publicó reorientándose políticamente), El Debate
(incautado y, en manos del Partido Comunista, convertido en Mundo
Obrero), El Siglo Futuro (que desapareció al ser incautado por la
C.N.T.), Informaciones (pasó de ser un diario derechista al altavoz
del sector moderado del Partido Socialista), La Época (se convirtió
Beatriz de las Heras 37
en El Sindicalista del Partido Sindicalista), y Ya (católico antes de la
guerra y que fue Política en manos de Izquierda Republicana). En
otros periódicos se crearon consejos obreros de control como Cla-
ridad (órgano de la U.G.T.), El Liberal, El Socialista, El Sol, Heraldo
de Madrid, La Libertad, o La Voz, republicano independiente.
El sistema de incautación-intervención se basó en la explotación
común por parte de los trabajadores de los locales abandonados por
los propietarios (que al inicio de la contienda huyeron de la ciudad)
o de aquellos intervenidos (en este caso se permitía a los patronos
su incorporación como otro colectivista más, hecho muy común en
el caso de los fotógrafos).
Fuera del modo que fuera, la colectivización se convirtió en obli-
gatoria para aquellas empresas industriales y comerciales que ocu-
paran a más de 100 asalariados. Sin embargo, en el caso de los
locales fotográficos (que empleaban a un número menor de traba-
jadores) tan sólo se obligaba a la creación de un comité obrero de
control, como ocurrió en los periódicos, que debía representar a los
trabajadores de los distintos servicios prestados en la empresa (pro-
ductores, técnicos y administrativos) y cuyo objetivo era el siguiente
(Peirats, 1988, pág. 340-345):
“Art. 22. Será misión del Comité de control:
a) El control de las condiciones de trabajo, o sea el cumplimiento
estricto de las condiciones vigentes en cuanto a sueldos, hora-
rios, seguros sociales, higiene y seguridad, etc, así como tam-
bién de la estricta disciplina en el trabajo. Todas las advertencias
y notificaciones que tenga que hacer el gerente de la empresa
al personal serán dirigidas por medio del comité.
b) El control administrativo en el sentido de fiscalizar los ingresos y
pagos, tanto en efectivo como por conducto de Bancos, procu-
rando que respondan a las necesidades del negocio, intervinien-
do a la vez todas las demás operaciones de carácter comercial.
c) Control de la producción, consistiendo en la estrecha colabora-
ción con el patrono a fin de perfeccionar el proceso de la pro-
ducción. Los Comités obreros de control procurarán mantener
las mejores relaciones posibles con los elementos técnicos, a fin
de asegurar la buena marcha del trabajo”.
FotograFiar una ciudad sitiada38
Sobre estos comités de control de cada local existía una Comisión
de Incautaciones y Conflictos destinada a regular la actividad de
los comités obreros. Mantuvo su actividad hasta el 18 de agosto de
1936, momento en el que fue sustituida por el Comité de Interven-
ción e Incautación de las Artes Gráficas, tal y como desarrollaremos
a continuación. El 27 de julio de 1936 el Ministerio de Industria y
Comercio decretó la intervención directa del Estado en todas las
industrias del país, según se informó en la Gaceta de Madrid. Diario
Oficial de la República, el 27 de julio de 1936:
“A este efecto, de acuerdo con el Consejo de Ministros y a pro-
puesta del de Industria y Comercio, vengo a decretar lo siguiente:
Artículo 1º. Se crea en Madrid un Comité de Intervención provisio-
nal en las industrias, presidido por D. Melchor Marial Mundet, Presi-
dente del Consejo Ordenador de la Economía Nacional, asistido de
los señores siguientes: D. Miguel Rovira Malé, don Nicasio Navascués
de la Sota y don Javier Osés Clarés, Ingenieros Industriales del Cuerpo
al Servicio del Ministerio de Industria y Comercio.
Artículo 2º. Este Comité, asesorado por los técnicos que estime
conveniente, ejercerá el control de todas las industrias y asumirá la
dirección inmediata de aquellas que considere necesarias, a cuyo
efecto bastará una comunicación a los Directores actuales.
Las industrias controladas o dirigidas por el Comité deberán cumplir
cuantas disposiciones se dicten por éste o sus Delegados, incurriendo
en grave responsabilidad quienes hicieran la más leve oposición.
Artículo 3º. Al Ministro de Industria y Comercio corresponderá deter-
minar el momento en que deberá cesar este Comité en sus funciones.
Artículo 4º. De este Decreto se dará cuenta a las Cortes”.
El 2 de agosto de 1936 un nuevo decreto de este ministerio
informaba de la decisión del Gobierno de Manuel Azaña de intentar
resolver la situación caótica que la desaparición de algunos propie-
tarios, directivos y gerentes de industrias, oficinas y talleres, había
causado, a través de la incautación:
“En virtud de estas consideraciones, de acuerdo con el Consejo
de Ministros, y a propuesta del de Industria y Comercio, vengo a
decretar lo siguiente:
Beatriz de las Heras 39
Artículo 1º. Los propietarios, representantes, apoderados o geren-
tes de industrias, almacenes o explotaciones industriales de toda cla-
se que hayan abandonado éstas, se presentarán en sus respectivas
oficinas, talleres o fábricas, en el improrrogable plazo de cuarenta
y ocho horas, a partir de la publicación del presente Decreto en la
Gaceta de Madrid.
Artículo 2º. Transcurrido el plazo señalado en el artículo ante-
rior sin que las indicadas personas se hayan presentado, por sí o
mediante representantes legalmente autorizados, el Estado proce-
derá a la incautación de la industria y de cuantos bienes o valores
de toda clase aparezcan afectos al negocio. Si por la marcha de
la industria o explotación fuese preciso, se procederá asimismo a
la incautación de los bienes pertenecientes al propietario, empre-
sario o componentes de la razón social de la industria de que se
trate.
Artículo 3º. De este Decreto se dará cuenta a las Cortes.
Dado en Madrid a dos de Agosto de 1936”.
Como hipótesis planteamos que esta situación de conflicto entre
las disposiciones gubernamentales y las sindicales respecto a los
responsables de proceder a las incautaciones comerciales, hizo
que desde el Ministerio de Trabajo, Sanidad y Previsión se insistiera
en que el Tribunal central de Trabajo era un organismo superior a
los Jurados mixtos de Trabajo, y, por tanto, sus decisiones debían
supeditarse a lo dispuesto por las cinco Subcomisiones creadas
por Decreto de 22 de octubre de 1935 (publicado en la Gaceta de
Madrid. Diario Oficial de la República el 8 de agosto de 1936) para
suplir la actuación del Tribunal central:
“En virtud, a propuesta del Ministerio de Trabajo, Sanidad y Pre-
visión y de acuerdo con el Consejo de Ministros, vengo a decretar lo
siguiente:
Artículo único. Las cinco Subcomisiones organizadas en el Consejo
de Trabajo por Decreto de 22 de Octubre de 1935 para entender en
los recursos contra los fallos de los Jurados mixtos de Trabajo sobre
demandas por despidos, salarios y horas extraordinarias, así como las
que entienden en los recursos contra bases de trabajos y acuerdos de
carácter general adoptados por aquellos, se considerarán, a todos los
FotograFiar una ciudad sitiada40
efectos, incluso los económicos, como organismos superiores de los
mencionados Jurados mixtos de Trabajo.
Dado en Madrid a siete de Agosto de 1936”.
Unas semanas después de su creación, el Comité de Intervención
fue disuelto a través de un nuevo decreto del Ministerio de Industria
y Comercio, tal y como se publicó en la Gaceta de Madrid. Diario
Oficial de la República el 28 de Septiembre de 1936:
“Cumplidos con acierto, por el Comité de Intervención provisional
en las industrias los fines que lo motivaron y modificadas las circuns-
tancias que determinaron su constitución, de acuerdo con el Conse-
jo de ministros y a propuesta del de Industria y Comercio, vengo a
decretar lo siguiente:
Artículo único. Queda derogado el Decreto de 25 de Julio de 1936 por
virtud del cual se creó el Comité de Intervención provisional en las industrias.
Dado en Madrid a veintisiete de Septiembre de 1936”.
En el caso concreto del mundo de la fotografía, fue el Comité
de Intervención e Incautación de las Artes Gráficas el responsable
de “recoger y encauzar las colectividades y las necesidades de la
industria y de su parte más esencial para nosotros: el respeto de los
contratos de trabajo y a la dignidad de los compañeros cuya custo-
dia se ponía de hecho en nuestras manos”19. Este comité se creó el
18 de agosto de 1936 (tras la labor de las Comisiones de Incautacio-
nes y Conflictos) con la intención de centralizar las actuaciones que
de manera permanente se realizaban para solventar los problemas
derivados de una sublevación militar que afectaba a todo el país:
“Los problemas han ido creciendo como consecuencia de los meses
que se dilató y se dilata la guerra. Por tanto, lo que empezó siendo
una cosa constreñida a las actividades sindicales o de salvaguardia
de nuestros intereses puramente sindicales en torno a la industria,
se ha ido complicando con problemas como estos: papel, destrozo
de industrias, cierre de talleres, reducción de jornada, reducción de
19 Centro Documental de la Memoria Histórica-GC (S) PS-Madrid Caja 868.
Beatriz de las Heras 41
jornales, militarización, aplicación del 60% a movilizados, desplaza-
miento de maquinaria, saboteo envuelto de algunos patronos y otros
mil problemas inherentes a la marcha es precario de la industria.”20
Las primeras intervenciones de locales fotográficos en la ciudad
se llevaron a cabo el 19 de julio de 1936, según se indica en un
documento sellado el 27 de marzo de 193721 en el que se describe
una relación de 232 casas que fueron intervenidas e incautadas por
el Comité de Intervención e Incautación de las Artes Gráficas.
20 Centro Documental de la Memoria Histórica –GC (S) PS-Madrid Caja 868.
21 Consideramos que la fecha es errónea: en lugar de ser 27 de marzo de 1937 debería ser 27
de marzo de 1938, ya que en el listado aparecen varios locales intervenidos hasta el mes de
diciembre de 1937.
FotograFiar una ciudad sitiada42
Como se muestra en los documentos que corresponden a la pri-
mera y última página del documento este listado recoge la labor de
intervención e incautación desde mediados de julio de 1936 (cuan-
do todavía se mantenían activas las Comisiones de Intervenciones
y Conflictos) hasta el 5 de diciembre de 1937, fecha de la última
actuación del Comité: la intervención de la Imprenta y Papelería
Koynos (Fernández de los Ríos, 1).
Del total, son 35 los locales fotográficos intervenidos o incautados,
como detallamos en la siguiente tabla que hemos creado a partir de los
datos obtenidos del listado y en la que se especifica el nombre del esta-
blecimiento, la dirección, la fecha y el tipo de acción llevada a cabo22:
22 En el Centro Documental de la Memoria Histórica hemos localizado dos copias de esta relación
de casas intervenidas e incautadas por el Comité de Intervención e Incautación de Artes Gráficas:
GC (S) PS-Madrid Caja 868 y GC (S) PS-Madrid Caja 1060.
Beatriz de las Heras 43
Carpeta Local Dirección Fecha Acción
N.º 4 Fotografías de la casa ALFONSO Fuencarral, 4
Sta. Engracia 38
19/9/36 Intervención
N.º 5 A.I.D.A. Fotografía Del Arenal, 9 7/10/36 Intervención
N.º 40 Fotografía SAUS Sevilla, 6 19/9/36 Intervención
N.º 41 Fotografía “ROTOPHOT” Carretas, 4 19/9/36 Intervención
N.º 42 Fotografía “NIETO” tienda y taller S. Bernardo, 121 26/10/36 Intervención
N.º 43 Fotografía “ROCA” Tetuán, 21 19/9/36 Intervención
N.º 44 Fotografía G. Bravo Plaza del Progreso, 12 19/9/36 Intervención
N.º 45 Fotografía “LUMIERE” Montera, 29 13/09/36 Intervención
N.º 46 Fotografía “NIZA” “NIRA” Plaza del Progreso, 12 26/09/36 Intervención
N.º 47 Fotografía “YRUELA” Toledo, 50 7/10/36 Intervención
N.º 48 Fotografía Jiménez Fernando Sexto, 5 7/10/36 Intervención
N.º 49 Fotografía “CALVACHE” Carrera de S. Jerónimo, 18 26/10/36 Intervención
Incautación
N.º 51 Fotografía “WALKEN” Sevilla, 8 26/10/36 Intervención
N.º 52 Fotografía “GONZALO GIL” Plaza de España, 5 26/10/36 Intervención
N.º 53 Fotografía “BARIEGO” Mayor, 3 26/10/36 Intervención
N.º 114 Fotografía KODAK. S.A. Puerta del Sol, 4 29/08/36 Intervención
N.º 116 La Foto, ELECTRICA Fuencarral, 6 7/10/36 Intervención
N.º 146 Taller de Fotografía de Gabino Hernandez Alsina Jesús y María, 6, bajo 19/8/36 Intervención
FotograFiar una ciudad sitiada44
Carpeta Local Dirección Fecha Acción
N.º 149 Talleres FOTOBELLO Del Río, 16 12/09/36 Intervención
N.º 157 Unión de Fotógrafos Del Barco, 36 10/8/36 Incautación
N.º 160 Viuda de Braulio López.
Talleres de Fotografía y tienda
Príncipe, 23 12/9/36 Intervención
N.º 165 Roman Garcia y Cia
(Material de Laboratorio de Fotografía)
Victoria, 10 26/10/36 Intervención
N.º 168 Fotografía Piñeyro Montera, 20 26/10/36 Intervención
N.º 169 Fotografía Cartagena Montera, 44 26/10/36 Intervención
N.º 170 Fotógrafo QUINTAS, tienda y talleres De la Cruz, 37 21/10/36 Intervención
N.º 171 Fotografía ARACIL Peligros, 14
Pi y Margall, 14
22/10/36 Intervención
N.º 172 Fotografía HOLLYWOOD Fuencarral, 5 23/10/36 Intervención
N.º 173 Fotografía AMER Montera, 24 21/10/36 Intervención
N.º 177 Fotografía ARES Príncipe, 13, 2ª 24/10/36 Intervención
N.º 178 Fotografía AMER Fuencarral, 9 26/10/36 Intervención
N.º 179 Fotografía RACHE Glorieta de Bilbao, 1 18/10/36 Incautación
N.º 186 Fotografía de Gonzalo Perez Gomez Torrijos, 26 22/1/37 Intervención
N.º 196 Laboratorio de Fotografía PHOTO-HALL Ilegible
N.º 209 Talleres de Fotografía KAULAK Alcalá, 4 22/1/37 Incautación
N.º 219 Fotografía de Enrique Perera Mayor, 26 28/11/36 Incautación
Beatriz de las Heras 45
Según esta información, la mayoría de las acciones llevadas a
cabo en los locales fotográficos se centraron en intervenciones. Tan
sólo encontramos la incautación directa de Unión de Fotógrafos,
Fotografía Rache, Fotografía Kaulak, Fotografía Calvache (en este
caso se puede deber a que el fotógrafo terminó incorporándose al
ejército sublevado como reportero gráfico), y del local propiedad de
Enrique Perera, que se incautó por el alistamiento del fotógrafo a
la Marina en los primeros momentos tras la sublevación. Al margen
de los datos aportados en esta relación de casas incautadas e inter-
venidas, contamos con las actas de intervención de algunos locales
fotográficos de la ciudad (en concreto 21) que se organizan en car-
petas individuales o se encuentran dispersas entre la documentación
de Artes Gráficas de las distintas cajas que se conservan en el Centro
Documental de la Memoria Histórica. Las actas de intervención son
las que se presentan en la siguiente tabla en la que, de la misma
forma, se especifica el nombre del local, la dirección y la fecha de
intervención. (Mirar pág. 46.)
De entre el total, cuatro actas pertenecen a la intervención de
locales que no aparecen en el listado elaborado por el Comité de
Intervención e Incautación de las Artes Gráficas el 27 de marzo de
1937: Fotografía Eduardo Rodríguez, Talleres de Fotografía de la
Agencia Gráfica Pío Ortiz, Talleres de Fotografías Fotograbado Frag-
ma de José Aramendi Bilbao y Talleres de Fotografía de Rafael
Ramos Hernández.
Siguiendo el proceso tras la incautación, cada local dedicado a
la fotografía debía elegir por votación democrática a sus represen-
tantes ante el Comité de Intervención y Control, generalmente un
delegado o presidente, un secretario y vocales. Para hacer oficial la
elección, el comité redactaba un acta que otorgara valor al acto, tal y
como se muestra en este documento elaborado por los trabajadores
de Fotografía Roca23. (Mirar pág. 47.)
La configuración de estos comités no se produjo de manera blin-
dada. Las circunstancias impuestas a lo largo de los 32 meses de
conflicto hicieron que el equipo de representantes de cada taller o
23 Centro Documental de la Memoria Histórica –GC (S) PS-Madrid 493.
FotograFiar una ciudad sitiada46
Caja Local Dirección Fecha
Caja 493 Talleres de Fotografía Roca Tetuán, 20 16/09/1936
Caja 493 Material y Laboratorio de Fotografía Photo-Hall Espoz y Mina, 15 29/10/1936
Caja 493 Talleres y tienda de la Casa Román García y Cia Victoria, 10 17/09/1936
Caja 597 Talleres de Ángel Jiménez Fernando VI 6/10/1936
Caja 1508 A.I.D.A. (Archivo Ibérico de Arte, S.L.) Arenal, 9 02/09/1936
Caja 1508 Talleres de Fotografía Alsina Jesús y María, 6 14/09/1936
Caja 2169 Talleres y tienda de Fotografía Braulio López Príncipe, 23 11/09/1936
Caja 2169 Fotografía Rodríguez (Eduardo) Montera, 45
Plz. del Ángel, 5
01/10/1936
Caja 2169 Fotografía Niza Plz. del Progreso, 12 21/09/1936
Caja 2169 Talleres de Fotografía Lumiere Montera, 29 11/09/1936
Caja 2169 Talleres de Fotografía Cartagena Montera, 44 22/10/1936
Caja 2169 Talleres de Fotografía Piñeyro Montera, 20 20/10/1936
Caja 2170 Talleres de Fotografía Amer Fuencarral, 9 26/10/1936
Caja 2171 Talleres de Fotografía Amer Montera, 24 21/10/1936
Caja 2170 Talleres de Fotografía de Carlos Ares Tetuán, 20 24/10/1936
Caja 2171 Talleres de Fotografía de la Agencia Gráfica Pío Ortiz Cruz, 15 24/10/1936
Caja 2171 Talleres de Fotografía Hollywood Fotos por Amigó Fuencarral, 5 23/10/1936
Caja 2435 Talleres de Fotografía Yruela Toledo, 50 05/10/1936
Caja 2435 Talleres de Fotografía de Rafael Ramos Hernández Viriato, 22 26/10/1936
Caja 2435 Talleres de Fotografía Casa Kodak S.A. No consta No consta
Caja 2525 Talleres de Fotografías Fotograbado Fragma de Aramendi Madera, 9 y 12 07/09/1936
Beatriz de las Heras 47
local fotográfico sufriera variaciones. Por ejemplo, hemos descubier-
to cuatro modificaciones respecto al secretario y vocales del Comité
de Intervención y Control de Kodak S.A., el 7 de junio de 1937
(Antonio Barta sustituye a Álvaro Fernández en la presidencia, Pedro
Iglesias a Luis Fernández en la secretaría, y Pedro Arce a Aureliano
González como vocal), el 15 de julio de 1937 (Luis Andriani sustitu-
ye a Laureano Martín como vocal) y el 24 de marzo de 1938 (Luis
Andriani sustituye a Pedro Iglesias en la secretaría, y Luis G. Pacheco,
Luis Mendoza y Máximo J. Ortiz a Pedro Arce, Laureano Martín y Luis
Molinero como vocales). Estos cambios del personal representante
iban precedidos de una nueva votación de todos los trabajadores
FotograFiar una ciudad sitiada48
24 Centro Documental de la Memoria Histórica —GC (S) PS-Madrid 2435.
Las actas de intervención seguían un modelo estándar elaborado
por el Comité de Intervención e Incautación de las Organizaciones
Gráficas perteneciente a U.G.T. En el documento se hacía constar
el nombre del taller o local intervenido, el domicilio y la fecha de la
del local, de la que se levantaba un segundo acta que certificaba el
resultado, tal y como se ocurrió en el caso de Kodak S.A.24:
Beatriz de las Heras 49
firma. Además, debía estar sellado por la empresa intervenida, el
Comité de Intervención e Incautación de las Artes Gráficas y por la
Sección de Fotografía de dicho comité. El texto del acta de incau-
tación era el siguiente:
“Con fecha de hoy, el Comité de Intervención e Incautación de
las Organizaciones Gráficas pertenecientes a la Unión General de
Trabajadores, de acuerdo con el personal de las distintas secciones
de los talleres de… con domicilio en…, decidimos la intervención y
control como garantía del cumplimiento de las obligaciones que esta
Empresa tiene convenidas con estas Organizaciones y en virtud de los
que dispone la legislación social y la Carta Constitucional Española”.
En muchos casos, este documento estaba sellado por distintos
organismos relacionados con el mundo de la fotografía, como la
Sociedad Obrera de Fotógrafos y Similares de Madrid, y por otras
instituciones encargadas de avalar el proceso de intervención. En
este sentido resulta interesante destacar que, según avanzó el con-
flicto, la intervención de los locales de fotografía estuvo en el punto
de mira de otros, al margen del propio Comité de Intervención e
Incautación de Artes Gráficas. Un ejemplo es que existió un interés
manifiesto del Sindicato de Trabajadores del Comercio de U.G.T.
por participar en la intervención de la casa de fotografía Viuda de
Braulio López, hasta tal punto, que los obreros del local tuvieron
que reunirse para sustituir el Comité de Taller y Control el día 15 de
diciembre de 1936. Este comité estaba formado por los trabajadores
del local, siendo sus representantes (según el acta firmada el 12 de
septiembre de 1936) Ricardo Barragán y Nicolás Juanas:
“Reunidos hoy los obreros de esta casa, Vda. de Braulio Lopez,
Príncipe 23, para formar el comité de taller de intervención, este comi-
té quedó constituido por los compañeros siguientes:
Presidente: Ricardo Barragán
Secretario: Nicolás Juanas
Madrid, 12 de septiembre de 1936.”25
25 Centro Documental de la Memoria Histórica —GC (S) PS-Madrid 2169.
FotograFiar una ciudad sitiada50
Finalmente este comité fue sustituido por otro, a requerimiento
del Sindicato de Trabajadores del Comercio, tal y como se expresa
en el tercer párrafo de una carta enviada por el Comité de Control
de Viuda de Braulio López al Comité de Intervención e Incautación
de Artes Gráficas:
“Al Comité de Intervención e Incautación de Artes Gráficas
Compañeros, salud:
El Comité de taller de esta casa, en vista de que el apoderado, el
dependiente y la dependienta fueron detenidos en fecha 19 de octu-
bre, ha acordado pagar su sueldo hasta el día antes de su detención,
y al encargado que también fue, y volvió al trabajo el día 26 del mismo
mes, su sueldo correspondientemente. Al mismo tiempo hemos acor-
dado exponer a vuestra aprobación o no, asignar un haber mensual
de 400 pts. a la dueña, que es el mayor sueldo que aquí se percibe.
El mozo expone, que por se aquí él el único mozo le corresponde
el 20% sobre su sueldo, lo cual os hacemos saber también para su
aprobación o no.
El día 2 del corriente nos han visitado dos compañeros directi-
vos del sindicato de Trabajadores del Comercio, al cual pertenece el
encargado, comunicándonos que os hagamos saber si podría tomar
parte en la intervención y control de esta casa dicho sindicato.
En espera de vuestra contestación, vuestros y de la causa de los
trabajadores.
Por el Comité. Madrid, 3 de noviembre de 1936.”
Sobre la misiva, y de forma manuscrita, se señala “Sí” sobre la
petición que el Comité de Control del local realizó, resultando un
nuevo acta de incautación firmada por los obreros de la casa el 15
de diciembre de 1936 en el que se constituía un nuevo Comité de
Taller y Control en el que, ahora sí, participaba el Sindicato de Tra-
bajadores del Comercio de la U.G.T.:
“Acta levantada por los obreros de la casa Vda. de Braulio López.
A requerimiento del Sindicato de Trabajadores del Comercio
(U/G/T), de participar en la Intervención y Control de esta casa y de
conformidad con el Comité de Intervención e Incautación de Artes
Gráficas (U.G.T.), que es el que tenía intervenida con anterioridad
Beatriz de las Heras 51
dicha casa, se han reunido hoy los obreros de dicha casa para cons-
tituir nuevamente el Comité de Taller y Control, quedando formado
por los compañeros siguientes: Presidente: Ricardo Barragán, de Artes
Gráficas. Secretario: Nicolás Juanas, de idem. Delegado: Martín Bravo,
del Sindicato de Trabajadores de Comercio.
Al mismo tiempo quedaron nombrados delegados del Taller y de
Tienda los compañeros Ricardo Barragán y Martín Bravo respectivamente
Madrid, 15 de diciembre de 1936. Los obreros de la casa.”26
Al margen de la elección de los representantes, el proceso de
intervención requería del dominio de toda la información relativa al
local intervenido o incautado, incluso de las cuentas privadas de los
propietarios. Para obtener esta información se realizaban dos trámi-
tes. El primero, informar al Comité de Intervención de Artes Gráficas
de U.G.T de la existencia de cuentas corrientes de los patronos en
determinados bancos, como se aprecia en la siguiente misiva de
Foto Studio Lumiére27:
“El Comité de Foto Studio Lumiére pone en conocimiento del Comité
de Intervención que el patrón de dicha casa tiene la cuenta corriente
en el Banco de Vizcaya, para que por medio del Sindicato de Banca se
averigüe el estado de dicha cuenta para su correspondiente intervención
Saludos antifascistas
Madrid, 17 de septiembre de 1936
Por el Comité del taller.”
Con posterioridad, se reclamaba al Sindicato de Banca y Bolsa la
información directa que disponía del estado de las cuentas corrien-
tes del patrón para así comenzar a gestionar el local intervenido de
manera procedente:
“18 de septiembre de 1936
Al Sindicato de Banca y Bolsa
Estimados compañeros, salud: Os rogamos que nos digáis de que
saldo dispone en la cuenta corriente del Banco Vizcaya, el patrono
26 Centro Documental de la Memoria Histórica —GC (S) PS-Madrid 2169.
27 Centro Documental de la Memoria Histórica —GC (S) PS-Madrid 2169.
FotograFiar una ciudad sitiada52
D. Luis Antón Tomás, establecido como fotógrafo en la calle de la
Montera n.º 29, bajo el título de «Lumiere».
En espera de vuestras noticias quedamos vuestros y de la causa.
Por el Comité.”28
No sólo se solicitaba la información de la razón social sino que
también se hacía de los familiares de la casa, si es que se trataba de
un negocio familiar. Este es el caso del comité del taller de la Casa
de la Viuda de Braulio López cuyos representantes requirieron al
Sindicato de Banca y Bolsa la relación de las cuentas de la familia
López al completo, tanto de su viuda, Pilar Sanz Serrano, como de
sus hijos Tomas, Braulio, Julio, Pilar, María y Felisa López Sanz:
“16 de septiembre de 1936
Al Sindicato de Banca y Bolsa
Estimados compañeros, salud: El Comité de taller de la Casa Vda
de Braulio López, calle del Príncipe n.º 21, solicita informe sobre las
cuentas corrientes, tanto de la razón social como de los familiares de
esa casa, en los bancos siguientes: Banco de España, Banco Urquijo,
Banco Hispano Americano. Los nombres de los cuentacorrentistas
son: Pilar Sanz Serrano.- Tomás López Sanz.- Braulio López Sanz.- Julio
López Sanz.- Pilar López Sanz.- María López Sanz.- Felisa López Sanz.
En espera de vuestro informe, quedamos cordialmente vuestros
y de la causa.
Por el Comité.”
Finalmente, el Sindicato de Banca y Bolsa comunicaba a los peti-
cionarios a través de una carta, con el nombre de la entidad bancaria
y el saldo de las cuentas29. (Mirar pág. 53.)
Según las actas de incautación e intervención conservadas, la mayoría
de los procesos se llevaron a cabo durante los meses de septiembre
y octubre de 1936; tres de los 41 locales de fotografía existentes en
Madrid sufrieron este procedimiento en el mes de agosto, 13 en sep-
tiembre, 22 en octubre, uno en noviembre y dos en enero de 1937, tal
y como se puede observar en la siguiente la tabla.
28 Centro Documental de la Memoria Histórica —GC (S) PS-Madrid 2169.
29 Centro Documental de la Memoria Histórica —GC (S) PS-Madrid 2169.
Beatriz de las Heras 53
Mes Local Fecha
Agosto
Unión de Fotógrafos 12/8/36
Alsina 19/8/36
Kodak, S.A. 29/8/36
Septiembre
Braulio López 11/9/36
Lumiere 11/9/3630
Foto Bello 12/9/36
Viuda de Braulio López 12/9/36
Alsina 14/9/36
Foto Roca 16/9/2631
Casa Román García y Cia 17/9/36
Fotografías de la Casa Alfonso 19/9/3632
Saus 19/9/36
Rotophot 19/9/36
30 Existe una contradicción en los datos. Mientras que en la relación de casas intervenidas e
incautadas por el Comité de Intervención e Incautación de las Artes Gráficas que listaba estos
procesos desde el 19 de julio de 1936, aparece el día 13 de septiembre de 1936 como fecha
oficial de incautación de Lumiere, en el acta de incautación aparece el día 11 de septiembre.
31 Existe una contradicción en los datos. Mientras que en la relación de casas intervenidas e
incautadas por el Comité de Intervención e Incautación de las Artes Gráficas que listaba estos
procesos desde el 19 de julio de 1936, aparece el día 19 de septiembre de 1936 como fecha
oficial de incautación de Foto Roca, en el acta de incautación aparece el día 16 de septiembre.
32 Según el estudio realizado por López Mondéjar, la incautación se produjo el 16 de septiembre
por parte de la Sociedad Obrera de Fotógrafos y Similares (2002, pág. 90).
FotograFiar una ciudad sitiada54
Septiembre
G. Bravo 19/9/36
Niza 21/9/3633
Rafael Ramos Hernández 26/9/36
Octubre
Eduardo Rodríguez 1/10/36
Yruela 5/10/3634
Ángel Jiménez 6/10/36
La Foto, Electrica 7/10/36
Rache 18/10/36
Piñeyro 20/10/3635
Amer (Montera, 24) 21/10/36
Quintas 21/10/36
Aracil 22/10/36
Cartagena 22/10/3636
Hollywood (Fotos por Amigó) 23/10/36
Ares 24/10/36
Carlos Ares 24/10/36
Agencia Gráfica Pío Ortiz 24/10/36
Amer (Fuencarral, 9) 26/10/36
Bariego 26/10/36
Calvache 26/10/36
Román García y Cia 26/10/36
Gonzalo Gil 26/10/36
Nieto 26/10/36
Walken 26/10/36
Photo-Hall 29/10/36
Noviembre Enrique Perera 28/11/36
Enero Gonzalo Perez Gomez 22/01/37
Kaulak 22/01/37
33 Existe una contradicción en los datos. Mientras que en la relación de casas intervenidas e
incautadas por el Comité de Intervención e Incautación de las Artes Gráficas que listaba estos
procesos desde el 19 de julio de 1936, aparece el día 26 de septiembre de 1936 como fecha
oficial de incautación de Nifa, en el acta de incautación aparece el día 21 de septiembre.
34 Existe una contradicción en los datos. Mientras que en la relación de casas intervenidas e
incautadas por el Comité de Intervención e Incautación de las Artes Gráficas que listaba estos
procesos desde el 19 de julio de 1936, aparece el día 7 de octubre de 1936 como fecha oficial
de incautación de Yruela, en el acta de incautación aparece el día 5 de octubre.
35 Existe una contradicción en los datos. Mientras que en la relación de casas intervenidas e
incautadas por el Comité de Intervención e Incautación de las Artes Gráficas que listaba estos
procesos desde el 19 de julio de 1936, aparece el día 26 de octubre de 1936 como fecha oficial
de incautación de Fotos Piñeyro, en el acta de incautación aparece el día 20 de octubre.
36 También encontramos una contradicción en este caso. Mientras que en la relación de casas
intervenidas e incautadas por el Comité de Intervención e Incautación de las Artes Gráficas que
listaba estos procesos desde el 19 de julio de 1936, aparece el día 20 de octubre de 1936 como
fecha oficial de incautación de Cartagena, en el acta de incautación aparece el día 22 de octubre.
Beatriz de las Heras 55
A pesar de la complejidad del proceso, el resultado de las inter-
venciones e incautaciones de los locales fotográficos de Madrid fue,
desde el punto de vista económico, un éxito, sobre todo en el caso
concreto de las intervenciones, que permitieron un superávit en los
balances económicos totales, tal y como se afirma en el boletín de
Obreros Fotógrafos del mes de marzo de 1938:
“Decíamos en nuestro último «Boletín» que este asunto merecía
un trabajo detallado que se estaba recopilando. Más exactamente
podríamos haber dicho que esperábamos ver el funcionamiento de
ello para poder enjuiciar. Hoy, con un año de experiencia, podemos
decir a los afiliados el concepto que tenemos y el resultado obtenido
en esta faceta del funcionamiento del Sindicato.
Los resultados son bastantes halagüeños, sin que el funcionamiento
haya sido todo lo perfecto que fuera de desear. Hay casos de una
comprensión exacta y un funcionamiento magnífico; hay por el con-
trario otros de franco mal trabajo. Unos y otros deberán ser objeto
de discusión…
En la parte de intervención hemos podido observar que la guerra
que se inició en los primeros momentos: anuncios de despido, reduc-
ción de plantilla, etc, no era sino una arma con la que se quería ayudar
al fascismo. Los números, que no mienten, demuestran cuales eran
los beneficios que la clase patronal venían obteniendo de la industria.
Este beneficio —por primera vez, los obreros fotógrafos tienen cono-
cimiento de él— es el producto del esfuerzo de los trabajadores. Ved
si tiene importancia la labor a desarrollar en el control de la industria”.
3.2. el control de los FotógrAFos
La Sociedad de Fotógrafos y Similares de Madrid y, posterior-
mente, el Sindicato Provincial de Artes Gráficas de Madrid fueron
los máximos responsables del funcionamiento del sector fotográfico
durante la Guerra Civil Española, tanto desde la faceta industrial
como comercial. Mientras, el control artístico y documental quedó
en manos de las autoridades políticas de la ciudad a través de los
ministerios, delegaciones, subsecretarías y oficinas de propaganda,
FotograFiar una ciudad sitiada56
como ya hemos comentado, de los distintos gobiernos que se hicie-
ron cargo de la capital durante la contienda.
Fue a partir del mes de noviembre de 1936 cuando se tomó
conciencia de que la sublevación militar se había convertido en una
guerra y que Madrid estaba en peligro, por lo que las organizaciones
políticas y sindicales (a pesar de la heterogeneidad ideológica y de
que cada una de ellas contaba con sus propios medios de difusión)
se asociaron en su defensa y contra el ataque del enemigo.
A partir de este momento se intensificó el control ejercido en los
medios propagandísticos en los distintos soportes: el oral (radio y
discursos callejeros), hemerográfico (supervisando lo publicado en
diarios y revistas) y visual (en los trabajos cartelísticos, cinemato-
gráficos y fotográficos), por tanto, el control a los propios fotógra-
fos, que pronto —y en su mayoría—, se identificaron con la causa
popular. Plantearon su actividad como una herramienta al servicio
de las autoridades anti-fascistas, como reconoció Josep Renau en
un artículo publicado en Hora de España el 1 de febrero de 1937,
al distinguir el trabajo del cartelista y del fotógrafo (al que define
como “artista”):
“El cartelista tiene impuesta en su función social una finalidad dis-
tinta a la puramente emocional del artista libre. El cartelista es artista
de la libertad disciplinaria, de la libertad condicionada a las exigencias
objetivas, es decir, anteriores a su voluntad individual. El artista sirve
a la causa común, a la colectiva tarea de derrotar al enemigo, como
paso previo a la nueva situación de justicias social y libertad que se
pretende”.
Fundamental en este proceso fue la censura, justificada como
bien necesario en un período de guerra. El Secretario general de
Prensa, Ángel Herreros, que había sido periodista antes de la suble-
vación, habló así sobre el tema durante una entrevista que concedió
a Juan del Sarto, periodista de Crónica el 21 de Marzo de 1937.
“Yo, por mi formación liberal y por mi profesión de periodista, me
he pasado años enteros clamando contra la censura. Obligado hoy
por mi cargo y situación a censurar, he procurado, en tal sentido,
Beatriz de las Heras 57
dulcificar cuanto ha sido posible la actuación del lápiz rojo. Se va
logrando, afortunadamente, imponer la necesaria unidad de criterio,
procurando evitar impedimentos para cuanto se refiera a exposición
de ideas, así como a las controversias sobre posiciones políticas o
sindicales, siempre que ellas no rocen cuestiones de cierta delicadeza,
porque la realidad del momento impone un mínimum de discreción
en las informaciones de esta naturaleza. Nunca se ha atacado menos
a la censura que en la actualidad, y, a su vez, nunca se ha dado a los
periódicos mayores facilidades que hoy, en lo que a la parte burocrá-
tica de este servicio se refiere”.
Poco después, dos consagrados periodistas que trabajaron en
labores censoras de prensa durante la organización de la Delegación
de Propaganda y Prensa en manos de Carreño España- García Iniesta
y Pastor-, hablaron de su labor de censura en unas 60 publicaciones
(entre periódicos y revistas), en las que se incluían imágenes que
acompañaban las noticias, y que obligaban a los censores a hacer
jornadas en turno diurno y nocturno de más de 12 horas diarias.
Ante la pregunta de Juan del Sarto, reportero del diario Crónica,
de si ejercían “a gusto la censura”, los periodistas-censores comen-
taron:
“– Todos los censores somos enemigos de ella; pero la ejercemos
como una colaboración ineludible y por necesidades imperiosas de
la guerra existiendo una perfecta camaradería entre todos nosotros,
que aspiramos a un ideal común: el triunfo de la idea.
– ¿Les proporciona sinsabores esta norma de conducta?
– Bastantes. Los camaradas de la Censura pasan por la doble amar-
gura de tener que censurar y deber de censurar. La demostración
de la rotunda imparcialidad en el Gabinete de Censura la ofrecen
claramente los mismos compañeros en la Prensa cuando desde sus
periódicos respectivos se quejan de parcialidades. Y si esto es así, es
que no hay parcialidad para ninguno.
– Hay una equivocación —sigue hablando García Iniesta— en los
que hablan de acatar solamente la censura de guerra, si entienden que
ésta sólo ha de afectar a operaciones militares. En estos momentos
todo es guerra: los partidos políticos, las organizaciones sindicales…
Todo es movilización por y para la guerra, y por ello la Censura coo-
FotograFiar una ciudad sitiada58
pera al éxito de la guerra, interviniendo con toda la amplitud que
alcance a todas las actividades de la retaguardia (…) Es frecuente que
los periodistas, por un arraigado deseo del éxito informativo, por la
noble pasión de una ideología, por el prurito de remediar defectos o
de ensalzar méritos, se olviden de que hay peligros y asechanzas inme-
diatos e inminentes de que preservarse, y el censor ha de proceder
con una serenidad capaz de enmendar las vehemencias apuntadas”.
A pesar de que el responsable de censura hablaba de la necesaria
y justa intervención de la autoridad sobre el trabajo de reporteros
gráficos, algunos fotógrafos, aunque de forma sutil, se quejaron de
este control censor. Como ejemplo Díaz Casariego que, al describir
en La Voz el 5 de diciembre de 1937 el miedo que pasaba para
tomar determinadas fotografías, denunció que después de un tra-
bajo que casi le costó la vida la censura prohibió la publicación de
la instantánea en prensa:
“– ¿El momento más peligroso que he tenido en esta guerra para
cumplir mis deberes informativos? ¡Han sido tantos! Se suceden tan
continuamente y son de tal magnitud, que difícilmente puedo des-
tacar el mayor de todos. El primer «susto gordo» lo recibí en el
cuartel de la Montaña, donde los camaradas que asaltaban el edi-
ficio quisieron <despenarme> por una equivocación, explicable en
el nervosismo de aquellos momentos. ¡Si vieras el trabajo que me
costó convencerles de la <tontería> que querían hacer conmigo! Mi
serenidad y sangre fría me pusieron a salvo del riesgo. Los momen-
tos de mayor peligro para los reporteros gráficos son esos en que
hay que sacar la máquina por una tronera que está batida, con el
enemigo a diez o quince metros. Estas fotos del campo enemigo
son generalmente poco vistosas, y después de jugarse uno la cara,
casi siempre las tacha la censura. La foto más interesante de la gue-
rra no la he conseguido todavía. Espero que muy pronto tendré la
oportunidad de hacerla. Y será la que recoja el desfile de nuestros
heroicos soldados después de la victoria final”.
Este control exhaustivo del trabajo de los fotógrafos llegó, inclu-
so, a la recreación de escenas bélicas que debían ser fotografia-
das como si se tratara de una real. Son muchos los testimonios de
Beatriz de las Heras 59
reporteros que afirmaron la escenificación de determinadas accio-
nes ante la cámara con fines propagandísticos, pero no sólo en la
zona republicana, sino también en la sublevada, tal y como afirma el
periodista británico D´Dowd Gallagher que le confesó Robert Capa
(Lewinsky, 1978, pág. 88.):
“En España empecé por Hendaya en Francia, en la frontera espa-
ñola próxima a San Sebastián. La mayoría de los reporteros y fotó-
grafos nos hospedábamos en un pequeño hotel destartalado. Nos
introdujimos en la España de Franco a través del río Irún, una vez que
nos dieron permiso los oficiales de prensa de Franco en Burgos… En
una ocasión, sólo invitaron a los fotógrafos … y Capa me lo contó.
Les simularon escenas de batalla. Las tropas de Franco vestían «de
uniforme» y estaban armadas, y simulaban situaciones de ataque y
de defensa. Utilizaron bombas de humo para ambientar la escena”.
De hecho, si detenemos la mirada sobre el control ejercido por
parte de los sublevados, Gonzalo Queipo de Llano realizó un esfuer-
zo por vigilar la producción y difusión de cada fotografía tomada,
sabedor de la importancia de la imagen como elemento propagan-
dístico y contenedor de información relevante. Firmó unas disposi-
ciones de la División para los fotógrafos tanto profesionales como
aficionados que se publicaron en el diario ABC, edición Sevilla, el
12 de septiembre de 1936. En ellas se enuncia, a través de siete
ítems, la prohibición de hacer circular copias que no hubieran sido
revisadas por los censores, el uso de cámaras sin la autorización de la
autoridad competente y la obligatoriedad de controlar todo aquello
que se reprodujera fotográfica y cinematográficamente:
“Disposiciones de la División para los fotógrafos profesionales o
aficionados.
Don Gonzalo Queipo de Llano, general jefe de la segunda División
y del Ejército de operaciones en Andalucía.
Hago saber:
I. Queda terminantemente prohibido a fotógrafos profesionales o
aficionados hacer o poner en circulación copias de negativos foto-
gráficos que no hayan sido sometidos a la previa censura militar.
FotograFiar una ciudad sitiada60
II. De cada negativo se presentará a la censura, por lo menos una
copia, en cuyo dorso figurará nombre del operador o aficiona-
do y sello o marca del laboratorio.
III. Toda copia que no tenga al dorso el sello del gabinete civil de
la segunda División será considerada clandestina, exigiéndose
responsabilidad a todos los intervinientes en la producción.
IV. Para el uso de máquinas fotográficas o cinematográficas es
necesario una autorización especial que expedirá la sección
correspondiente del gabinete civil de la segunda División (pala-
cio de Yanduri, Puerta de Jerez).
V. Los establecimientos que expendan material fotográfico no
harán transacción de clase alguna con personas desprovistas
de la autorización a que se refiere el párrafo anterior.
VI. Los establecimientos dedicados al revelado y manipulación
de material fotográfico vendrán obligados a llevar un registro
con detalle completo de los trabajos producidos en sus labo-
ratorios, figurando expresamente fecha de encargo, nombre y
domicilio del cliente productor y reseña del contenido de cada
una de las positivas enviadas a la censura militar.
VII. Estas disposiciones son extensivas a todos los procedimientos
de fotografía y cinematografía, como a cualquier otro de expre-
sión gráfica.
Sevilla, 11 de septiembre de 1936- El general jefe, Gonzalo
Queipo de Llano. (Rubricado)”.
Como comprobaremos a continuación, el contenido de las dis-
posiciones impuestas por las autoridades sublevadas respecto a la
reproducción y uso de fotografías no distan de las dictadas en las
ciudades que quedaron en manos de sus enemigos. El control ejer-
cido por las autoridades políticas, sindicales y militares, tanto del
frente como de la retaguardia, fue uno de los caballos de batalla
de los fotógrafos que trabajaron en Madrid, aunque el manejo del
lenguaje visual (complejo por definición) hacía posible establecer
“miradas” diferentes.
Por tanto, resulta esencial analizar las características de las dos
asociaciones de fotógrafos que más trabajaron por la defensa de
los intereses de los “obreros” de la fotografía en Madrid: la Socie-
dad de Fotógrafos y Similares de Madrid, organismo rector desde
Beatriz de las Heras 61
el inicio de la contienda hasta el 2 de mayo de 1938, momento en
el que se creó el Sindicato Provincial de Artes Gráficas de Madrid,
dependiente de la Federación Gráfica Española. Debido a la falta
de documentación completa acerca de la Sociedad que nos permita
rescatar la memoria de actividades desarrolladas durante la guerra,
nos centraremos en el trabajo del Sindicato, que copó la mayor parte
de las competencias relacionadas con el trabajo de los fotógrafos.
Además estudiaremos las particularidades del trabajo fotográfico
según la normativa impuesta por las autoridades políticas respon-
sables del funcionamiento de la ciudad, haciendo hincapié en el
período rector de la Junta de Defensa de Madrid y de la Junta
Delegada de Defensa de Madrid, organismos que sentaron las bases
del control de los trabajos fotográficos, reporteros, de estudio y
minuteros, desde el mes de noviembre hasta el final de la guerra.
3.2.1. El control industrial y comercial: la Sociedad
de Fotógrafos y Similares de Madrid y el Sindicato
Provincial de Artes Gráficas de Madrid
La Federación Gráfica Española fue una organización que se cr
en la década de los años 20, aunque la Sección de Fotógrafos no se
incorporó oficialmente hasta meses después del estallido de la gue-
rra, concretamente cuando se puso en marcha el Sindicato Provincial
de Artes Gráficas de Madrid el 2 de mayo de 1938. Esta fecha no
aparece oficialmente en ninguno de los documentos localizados en
los distintos archivos estudiados, pero sí en el libro de contabilidad
del mismo, en cuya primera página se lee:
“Al constituirse el Sindicato Provincial de Artes Gráficas, se abre
este libro de gastos e ingresos del mismo, donde se reflejarán, como
está acordado, cuantos gastos e ingresos tenga el mismo.
Madrid, 2 de Mayo de 1938
El Presidente, Enrique Montejo
El Tesorero Contador, Cándido Bara.”37
37 Centro Documental de la Memoria Histórica -GC (S) PS Madrid 1426.
FotograFiar una ciudad sitiada62
También se anuncia la creación del Sindicato en el número del
mes de julio de la revista Obreros Fotógrafos.
“Nuevamente nos hallamos ante la necesidad de cubrir una etapa
sindical que desde hace tiempo remoto se hacía sentir. En el XXI
Congreso de la Federación Gráfica Española se recogió esta nece-
sidad y se tomó el acuerdo de ir derechamente a la creación del
organismo de cohesión en el movimiento obrero gráfico de Madrid
y su provincia.
Constituido ya, según determina el Reglamento-tipo confeccio-
nado por el Comité Central de la Federación, se disolvió automáti-
camente el Comité de Enlace, que nació o mejor dicho, renació, al
iniciarse el movimiento subversivo militar-fascista en julio de 1936.
Pero siendo el deseo de todas las Juntas directivas dotar a este
organismo de la autoridad precisa para que, puesta en su mano la
dirección del movimiento obrero, pueda obrar con máxima autori-
dad, y, a la vez que esto, su marcha, iniciativas y labor constructiva
vayan impregnadas de un sentido ágil y moderno, como resultante
del estudio de los procedimientos seguidos hasta hoy —algunos de
ellos superados ya por la marcha avante de las organizaciones—, se
ha convenido en darle un estructura de honda raíz democrática para
la máxima eficiencia.”38
Desconocemos, de manera oficial, en qué momento el Sindicato
Provincial de Artes Gráficas de Madrid finalizó su gestión, aunque
en el mismo libro de cuentas localizamos los balances económicos
del mes de enero de 1939, por lo que tenemos la certeza de que su
actuación se extendió hasta el mes de febrero de ese mismo año.
Lo que sí nos consta es que el proceso de creación del Sindicato
se prolongó en el tiempo. En el Pleno Nacional celebrado en Valen-
cia en 1938 (desde el 15 hasta el 25 de enero) se abordó el tema
del reajuste de las Federaciones Nacionales de Industria, con la
intención de “crear grandes concentraciones que además de impe-
dir el roce industrial o competencia de una a otra rama, permita
contrarrestar cualquier acometida enemiga, de donde quiera que
38 PS Madrid. Obreros Fotógrafos. Año VII. Julio de 1938. n.º IX. pág. 3.
Beatriz de las Heras 63
proceda”39. Eran 14 las ramas con las que contaba la organización,
entre ellas la Federación Nacional de las Industrias del Papel y Artes
Gráficas40. Estaba integrada por la Industria del Papel, Industria del
Cartón, Artes del Libro, Prensa, Material de escritorio y Fundiciones
de tipos, aunque al margen de estas secciones, se especificaban
otras 16 que habían de componer la Federación: Imprenta, Litogra-
fía, Fotografía, Fotograbado, Encuadernación, Prensa, Publicidad y
reparto, Periodistas, Bolsas y Sobres, Tubos para hilaturas, Cajas de
cartón, Papel y cartón, Platos de cartón, Bolsas de celofana, Vende-
dores de prensa y Almacenes de trapos para su aprovechamiento
en la industria del papel.
Es decir, a 25 de enero de 1938, la Sección de Fotografía no esta-
ba unida a la Federación Gráfica Española. Tan sólo se especificaba
que era una de las 16 secciones que debían incluirse. No se incor-
poró oficialmente hasta el mes de mayo, tal y como se puede con-
firmar a través del Artículo 3 del Reglamento del Sindicato de Artes
Gráficas de Madrid, el dedicado a la composición del Sindicato:
“El Sindicato Provincial de las Artes Gráficas de Madrid lo constitui-
rán las Secciones de la Federación Gráfica Española de las siguientes
especialidades: tipógrafos, impresores, litógrafos, encuadernadores,
estereotipadores, fundidores tipógrafos, fotógrafos, fotograbadores,
hueco-grabadores, grabadores, periodistas, administrativos de Prensa
y de la industria en general, agentes de publicidad, cerradores y repar-
tidores de diarios y revistas, vendedores de periódicos, constructoras
de sobres, bolseras, envases de cartón, productores de papel y sus
derivados.”41
39 Dictamen que emitió la ponencia designada para trazar las normas que se refieren al 12º
punto del orden del día “Reajuste de las Federaciones Nacionales de Industria”. Pleno Nacional
celebrado en Valencia del 15 al 25 de enero de 1938. 25 de enero de 1938. Centro Documental
de la Memoria Histórica -GC (S) PS Madrid 1106.
40 El resto era: Federación Nacional de las Industrias Agrícolas, Pesca y Alimentación, Federación
Nacional de las Industrias Sidero-Metalúrgicas, Federación Nacional de las Industrias de Cons-
trucción y Madera, Federación Nacional de las Industrias de Agua, Electricidad y Combustible,
Federación Nacional de las Industrias Textil, Vestir, Piel y anexos, Federación Nacional de las
Industrias Químicas, Federación Nacional de las Industrias del Espectáculo, Federación Nacional
de Transportes, Federación Nacional de Comunicaciones, Federación Nacional de Sanidad e
Higiene, Federación Nacional de Banca, Seguros y afines, Federación Nacional de Enseñanza y
Federación Nacional de Empleados Públicos, Administrativos y Judiciales.
41 Artículo 3º del Reglamento del Sindicato Provincial de Artes Gráficas de Madrid Centro Docu-
mental de la Memoria Histórica -GC (S) PS Madrid 588.
FotograFiar una ciudad sitiada64
Una vez estudiada la composición definitiva del Sindicato Pro-
vincial de Artes Gráficas de Madrid, es importante analizar su fun-
ción. Era el organismo de unión de las secciones de la provincia y
el responsable de mantener la relación con el Comité Central de
la Federación Gráfica Española. Tenía como fundición principal
“coordinar los esfuerzos de las organizaciones gráficas, con el fin
de dar homogeneidad y mantener la unidad de dirección en todos
los problemas fundamentales que deban resolver las Secciones que
lo forman”42, y su misión era:
a) “Establecer las condiciones generales de trabajo de acuerdo, si
es posible con las organizaciones patronales, y si no, contra ellas,
por los medios que las circunstancias determinen.
b) Intervenir en la confección y reforma de los contratos colectivos
de trabajo.
c) Extender y consolidar el control en la industria, formulando las
normas pertinentes para su mayor eficacia.
d) Propugnar el establecimiento, por parte de Estado y las empre-
sas, de toda clase de seguros sociales.
e) Articular la creación de una Cooperativa de producción en la industria
como medio de estructuración de una nueva economía proletaria.
f) Facilitar la solución de los conflictos de trabajo que surjan en la
industria dentro de la mayor armonía entre los obreros de las
diverass profesiones, impidiendo por todos los medios los actos
de despotismo patronal, individual o colectivo.
g) Regular la colocación de los parados y la admisión de aprendices
en la forma más conveniente.
h) Restablecer la Escuela de capacitación profesional poligráfica con
máxima amplitud, sin distinción de sexo y edad.
i) Laborar por el desarrollo y engrandecimiento de la industria,
impulsando su centralización y procurando que la dirección de la
misma esté en manos de los trabajadores.”43
Dentro del tema que nos ocupa, el Sindicato de Artes Gráficas
de Madrid fue el órgano responsable de la dirección de las casas
42 Artículo 1º del Reglamento del Sindicato Provincial de Artes Gráficas de Madrid Centro Docu-
mental de la Memoria Histórica -GC (S) PS Madrid 588.
43 Artículo 2º del Reglamento del Sindicato Provincial de Artes Gráficas de Madrid. PS Madrid 588.
Beatriz de las Heras 65
intervenidas e incautadas dedicadas a esta especialidad en la ciu-
dad. Para los procesos de incautación:
“1º. La Comisión, ejecutiva velará por que los talleres incautados
se desenvuelvan en inmejorables condiciones, tanto morales como
materiales.
2º. Quedará obligada a reunir a los mismos mensualmente, donde
escuchará a los compañeros su desarrollo industrial y recogerá las
necesidades y propuestas que expongan y las trasladará a un Pleno,
donde serán estudiadas.
3º. Los Consejos obreros están obligados a enviar las actas de
sus reuniones y estados de cuentas, y en ningún caso podrán llevar a
efecto acuerdos sin el visto bueno de la Ejecutiva.
4º. Queda facultado el Ejectivo para ampliar, reducir o suprimir los
talleres incautados, centralizándolos, con los personales y maquinaria
de los mismos, que a juicio de la Ejecutiva no marchen en debidas
condiciones. Para esto lo comunicará a las Juntas directivas de las
Secciones que les afecte en las Casas de referencia”.
Respecto a los procesos de intervención:
“1º. Los Comités de Control de las Casas intervenidas quedarán
obligados a enviar sus actas, y darán cuenta de su actuación mensual-
mente al Ejecutivo del Sindicato.
2º. En ningún caso podrán tomar acuerdos sin el visto bueno del
Ejecutivo del Sindicato.
3º. Se reunirá mensualmente con los asociados, donde les dará
cuenta de su labor, pudiendo intervenir al Ejecutivo, al cual le será
dado conocimiento con antelación, adjuntándole lo que se ha de
tratar.
4º. Cuando el Comité de Control de una Casa no marche en las
debidas condiciones, la Comisión ejecutiva, de acuerdo con las Direc-
tivas de las Secciones afectadas, reunirá al personal y le indicará el
procedimiento a seguir.
5º. En caso de indisciplina, queda facultada la Comisión ejecu-
tiva para suspender en todos sus derechos a los compañeros que
la comenta, comunicándolo a las Secciones respectivas la sanción
impuesta.
FotograFiar una ciudad sitiada66
6º. En ningún caso se podrá retirar del Comité de Control el repre-
sentante de una Sección sin que antes sean examinados los motivos
por la Comisión ejecutiva.44
Por tanto, y según el reglamento de la organización, el Sindica-
to de Artes Gráficas de Madrid fue el órgano sustituto de la labor
desarrollada por la Sociedad que, hasta el mes de mayo de 1938,
fue el máximo responsable del control industrial y comercial de los
locales, estudios y laboratorios de la ciudad. Esta transición, que
no supuso la desaparición de la Sociedad de Fotógrafos y Similares
de Madrid, se realizó de manera consensuada entre la Federación
Gráfica Española y la Sociedad.
El día 25 de julio de 1937 la Sociedad de Fotógrafos y Similares
de Madrid, comunicó al Comité Central de la Federación (con sede
en la calle de la Paz, Valencia) su intención de ingresar en la orga-
nización, tal y como se desprende de la misiva que la Federación
Gráfica Española envió el 6 de agosto de 1937 a la Directiva de la
Sociedad Obrera de Fotógrafos y Similares:
“Estimados camaradas:
Muy gustosamente, nos referimos a v/attª del 25 del p/p, recibida
el 5 del c/, en que nos manifestáis el acuerdo de la general de ingresar
en la Federación; que no habéis podido ejecutar éste a causa de la
situación presente; que vuestra actuación ha mostrado siempre las
devociones que siente por esta organización, y, por último, que dirigís
cariñoso saludo a este Comité central.
Mucho nos satisface el acuerdo vuestro de ingresar en esta Central.
Tanto más que significa la asimilación de una de las profesiones
que, hasta el presente, más ha necesitado de los lazos de solidaridad
de sus hermanos en explotación y arte.
Con gusto hemos visto siempre vuestros pasos, tan influídos por
nuestra táctica y nuestra organización sindical y profesional, que pare-
cía estaban calcados en nuestros procederes.
Lamentamos que, hasta el presente momento, no hayan tenido
realidad vuestros propósitos de ingreso en la Federación; pero cree-
44 Enmiendas presentadas por las Secciones al proyecto de Reglamento del Sindicato Provincial
de Artes Gráficas. 20 de agosto de 1938. Centro Documental de la Memoria Histórica -GC (S) PS
Madrid 739 y GC (S) PS Madrid 697.
Beatriz de las Heras 67
mos que la singular afinidad que entre vosotros y nosotros existe
sabrá obviar cuantas dificultades se presenten en la ejecución de ese
laudable acuerdo.
Correspondemos, con toda efusión a las salutaciones que nos diri-
gís, tened siempre presente que, en todo caso, nosostros tenemos
las mayores devociones por esa asociación proletaria, y que nuestro
mayor deseo es verlar a nuestro lado.
Cordialmente vuestros
Presidente Tesorero.”45
Sin embargo, no es hasta el mes de mayo de 1938 cuando la
Directiva de la Sociedad informó a sus afiliados de que en la Asam-
blea celebrada el 24 de abril de 1938 se decidió ingresar, definiti-
vamente, en la Federación Gráfica Española. Para comunicar esta
situación se envió a cada sindicado una carta tipo informando de
la decisión:
“Madrid, 25 de mayo de 1938
Compañero…
Estimado compañero, salud: En la última Asamblea celebrada el día
24 del pasado Abril, se tomó el acuerdo de ingresar en la Federación
Gráfica Española.
A tal efecto es necesario que llenes la adjunta solicitud de ingreso y
nos la remitas para darle curso juntamente con el importe de la cuota
de ingreso en la misma.
Te deseamos salud y quedamos tuyos y de la causa de los traba-
jadores
Por la Directiva.”46
También a través de una nota informativa en la prensa especiali-
zada, como en la revista Obreros Fotógrafos del número de marzo
de 1938:
“Ingreso en la Federación Gráfica Española. Siguiendo el mandato
de la última Asamblea, la Directiva ha hecho un estudio acabado de
45 Centro Documental de la Memoria Histórica -GC (S) PS Madrid 2134.
46 Centro Documental de la Memoria Histórica -GC (S) PS Madrid 2134.
FotograFiar una ciudad sitiada68
ello. Por lo cual, vistos los informes y orientaciones de este Organismo
sindical, considera que tanto en el orden material como en el moral
el robustecimiento de nuestra Organización depende en manera muy
esencial del ingreso en el mismo. Razones de solidaridad y obligacio-
nes espirituales con los demás trabajadores gráficos, han llevado al
convencimiento de la Directiva de la necesidad de ello.
La Junta informará de los trabajos realizados y de las obligaciones
y derechos que se adquieren al tomar el acuerdo de ingreso”.
Incluso Antonio Gavilán, Presidente de la Sociedad de Fotógrafos
y Similares de Madrid, escribió un artículo en ese mismo número
de la revista resaltando los beneficios que para los trabajadores del
sector tenía ingresar en la Federación. De hecho, insistió en que el
ingreso era una decisión tomada y cuya gestión se dificultó con el
inicio de la guerra, al igual que ocurrió con el colectivo de fotógrafos
de Barcelona y Valencia:
“Ha llegado el momento de estructurar sólidamente la Organización.
Las miles peripecias que hasta aquí retardaron la decisión han sido
superadas. La guerra que también fue un serio obstáculo al principio;
pues trastocó toda la marcha normal ha operado finalmente en pro... Al
iniciarse la convulsión que a todos nos trastorna, contábamos nosotros
con un plan de organización trazado. Plan a realizar y plan preparatorio
de acciones que pusieran a nuestro Sindicato a la altura que, siempre
soñamos, debía estar; liquidado el período negro que nos había retar-
dado en un lustro. En este plan entraba de lleno, y como una cosa
básica, el ingreso en la Federación Gráfica. Había o hay, mejor dicho,
subsistente un acuerdo expreso de Asamblea en este sentido y los
hombres que regimos los destinos de la Organización nos disponíamos
a llevarlo a la práctica cuando surge la sublevación fascista…
Sabemos que la idea —de ingresar en la Federación— tiene detrac-
tores. ¿Cuál no la tuvo? Esto no nos importa. Dispuestos estamos
siempre a contener dialécticamente con los que lo sean de buena fe…
Actualmente tenemos a los fotógrafos de Barcelona y Valencia
adheridos a la Federación Gráfica Española. Antes de la guerra esta-
ban ya federados también los de Bilbao, Santander, Sevilla y Málaga.
Esto es extraordinariamente sintomático, refleja haber una prepara-
ción. Sin embargo en Madrid no se ha cubierto todavía esta etapa.
Beatriz de las Heras 69
Tengo tal convencimiento en que este paso de hoy es precursor de
los definitivos que ello sólo constituye un aliento para seguir laborando”.
A pesar del apoyo que recibió la Sociedad de Fotógrafos y Simi-
lares de Madrid, su labor se vio oscurecida por el desarrollo del
enfrentamiento bélico, hasta tal punto que no existe prácticamente
documentación sobre la actividad que desempeñó antes de la ocu-
pación de Madrid el 28 de marzo de 1939.
3.2.2. El control gráfico: la Delegación de Prensa
y Propaganda de la Junta Delegada de Defensa
de Madrid
Con la creación de la primera Junta de Defensa de Madrid llegó
el verdadero control político de la fotografía en la capital. Aunque
se constituyó el 28 de septiembre de 1936, la primera noticia de su
existencia no se tiene hasta dos días después en el editorial “El fren-
te y la retaguardia al servicio de la defensa de Madrid”, publicado
en Milicia Popular el 30 de septiembre de 1936:
“Se ha constituido un Comité para la defensa de Madrid, que estará
encargado de organizar y movilizar la retaguardia a este efecto. Nadie
quedará al margen de este trabajo. Cada uno de los madrileños, el técni-
co, el obrero, el movilizado y el que aún está en la producción, se pondrán
al servicio, sin vacilaciones de las tareas que se le asigne este Comité”.
Sin embargo, no será hasta el 1 de octubre cuando “realmente la
«Comisión» de defensa de Madrid adquiera estado público al apa-
recer en la prensa un manifiesto en su apoyo que emitía la Casa del
Pueblo” (Arostegui y Martínez, 1994, pág. 36), más concretamente
en todos los periódicos entre el 1 y el 3 de ese mes. Esta Junta esta-
ba compuesta por un miembro de Izquierda Republicana, Partido
Socialista Obrero Español, Unión Republicana, Partido Comunista de
España y Partido Sindicalista, la Casa del Pueblo (U.G.T.) y la Fede-
ración Local de Sindicatos Únicos (C.N.T.), las Juventudes Socialistas
Unificadas, y un representante de la Diputación, del Ayuntamiento
de Madrid y de la Inspección Nacional de Milicias.
FotograFiar una ciudad sitiada70
El día 7 de octubre de 1936 la Junta ofreció su primera comunica-
ción oficial a través de un manifiesto publicado en prensa entre el 7
y el 9 de octubre de 1936 titulado “La Junta de Defensa de Madrid
a los luchadores de la libertad”:
“(…) Ante estos desesperados ataques del enemigo, el Gobierno
estimó necesario crear un organismo de la máxima autoridad política
y sindical, encargado de a la mayor brevedad posible, intensificar
cuanto se refiera a la defensa de Madrid, y que le propusiera solucio-
nes a los diversos problemas que pudieran afectar a dicha defensa.
Fruto de tal idea ha sido la creación de esta Junta, que no nace
para ser un organismo más entre los ya existentes, sino que debe
ser y será la única que entienda en todo lo que se relacione directa
o indirectamente con la defensa de Madrid, no sólo porque así lo
exigen los momentos en los que vivimos, sino que también porque
sus propuestas e iniciativas cuentan con el aval de todas las organi-
zaciones políticas y sindicales, que, sin excepción alguna, están en
ella representadas..”.
La primera junta se disolvió en los primeros días del mes de
noviembre de 1936 (aunque no tenemos constancia oficial de este
hecho) y el día 6 de noviembre (coincidiendo con el momento en el
que el gobierno republicano abandonaba la capital) se constituyó
un verdadero poder en la ciudad con plena entidad de gobierno: la
Junta de Defensa de Madrid, que se creó por Orden del Ministerio
de la Guerra y Presidente del Consejo de Ministros. Su funciona-
miento oficial se inició en la tarde del día 7 de noviembre, cuando
se determinó el número de las consejerías que la integrarían, las
competencias de cada una de ellas y los consejeros responsables. La
Junta se compuso de ocho Consejerías, un Secretariado y una Presi-
dencia, por lo que, de alguna manera, se convirtió en un “Gobierno
a escala de Madrid”(Arostegui y Martínez, 1994, pág. 86):
“Por mandato de las organizaciones y de acuerdo con el Gobierno
de la República, se ha constituido en Madrid la Junta de Defensa. Está
integrada esta Junta por todas las organizaciones que contribuyen con
su esfuerzo a la lucha que se libra a las puertas de la capital.
Beatriz de las Heras 71
En la reunión de constitución se ha procurado encuadrar todos los
servicios de guerra en las Consejerías siguientes, regentadas por las
organizaciones que se expresa. Son éstas:
Presidencia: General delegado del Gobierno, General Miaja
Guerra: Dos representantes del Partido Comunista
Orden Público: Dos representantes de Juventudes Socialista
Producción: Dos representantes de la C.N.T.
Abastecimientos: Dos representantes de la U.G.T.
Comunicaciones: Dos representantes de Izquierda Republicana
Finanzas: Dos representantes de Unión Republicana
Información: Dos representantes de Juventudes Libertarias
Evacuación: Dos representantes del Partido Sindicalista
Secretariado: Dos representantes del Partido Socialista
Después de celebrada esta junta, los diversos representantes que
constituyen las Consejerías se hicieron cargo de los respectivos depar-
tamentos para adoptar las medidas necesarias, encaminadas a que
éstos den el máximo rendimiento en estos momentos difíciles.”
No será hasta el día 9 de noviembre cuando a este listado publica-
do en prensa se le añada el nombre de los consejeros y suplementes
de cada Consejería, tal y como aparece en el primer número de la
voz oficial de la Junta de Defensa de Madrid, el Boletín Oficial de la
Junta de Defensa de Madrid, el 13 de noviembre de 1936:
“Hallase, pues, constituida la Junta por los representantes designa-
dos por las Directivas de los diferentes partidos, en la forma siguiente:
Presidencia: José Miaga Menant
Secretariado: Fernando Frade (socialista)
Suplente: Máximo de Dios (socialista)
Guerra: Antonio Mije García
Suplente: Isidoro Diéguez Dueñas (comunista)
Orden Público: Santiago Carrillo Solares
Suplente: José Cazorla Maure (de las Juventudes Socialistas Unificadas)
Industrias de Guera: Amor Nuño Pérez
Suplente: Enrique García Pérez (de la C.N.T.)
Abastecimientos: Pablo Yagüe Esteverá
Suplente: Luis Nieto de la Fuente (de la Casa del Pueblo)
Comunicaciones: José Carreño España
FotograFiar una ciudad sitiada72
Suplente: Gerardo Saura Mery (Izquierda Republicana)
Finanzas: Enrique Jiménez González
Suplente: Luis Ruiz Huidobro (Unión Republicana)
Información y Enlace: Mariano García Cascales
Suplente: Antonio Oñate (Juventudes Libertarias)
Evacuación: Francisco Caminero Rodríguez
Suplente: Antonio Prexés Costa (del Partido Sindicalista)
Posesionados inmediatamente los titulares de los cargos, comen-
zaron su actuación y acordaron la publicación del presente BOLETÍN
OFICIAL, en que se harán públicas las disposiciones oficiales que
adopte dicha Junta.
Fernando Frade”.
El 29 de noviembre de 1936, Julio Álvarez del Vayo (Ministro de
Estado en los gobiernos de Largo Caballero, fue nombrado comisario
general del Ejército el 17 de octubre de 1936 y miembro responsable
del control ideológico del ejército en el Consejo Superior de Guerra)
fue enviado por el Gobierno para redefinir las atribuciones propias
de la Junta de Defensa de Madrid y para despejar cualquier inten-
to de acción suplantadora del poder de la República. Se propuso
una re-estructuración de la Junta, que ahora concentraría “todos los
poderes en el mando militar, quedando desarticulada como poder
político” (Arostegui y Martínez, 1994, pág. 90), y cuya responsabilidad
recaería en el Gobierno. La Junta de Defensa de Madrid aceptó las
condiciones impuestas desde Valencia y el 1 de diciembre se creó la
Junta Delegada de Defensa de Madrid, cuya finalidad era, según se
describe en el boletín del 17 de diciembre de 1936:
“… observar y cumplimentar las órdenes emanadas del Gobierno
de la República, genuina representación de la voluntad del pueblo
español, expresada libremente en los comicios electorales del 16 de
febrero último. Al aceptar este mandato la Junta Delegada de Defensa
tiene interés en hacer resaltar el propósito que le anima para llevar a
feliz término la misión que le ha sido encomendada”.
La Junta Delegada de Defensa de Madrid, ahora el organismo cum-
plidor de los dictámenes del Gobierno de la República, sufrió una
Beatriz de las Heras 73
reestructuración respecto a su organización anterior ya que se eliminó
la Consejería de Finanzas y la Consejería de Información y Enlace, y la
Consejería de Guerra se dividió en una doble: la Consejería de Frente
y la Consejería de Milicias. Al margen de esto, los consejeros pasa-
ron a denominarse delegados y los suplentes fueron sustituidos por
secretarios generales. Estas modificaciones y el nombre de los nuevos
delegados no se conocieron hasta el 17 de diciembre de 1936, cuando
el organigrama se publicó en el boletín oficial:
“Presidencia: Excmo. Sr. General Miaja
Secretariado: Máximo de Dios Martín
Orden Público: Santiago Carrillo
Propaganda y Prensa: José Carreño
Frente: Francisco Caminero
Evacuación: Enrique Jiménez
Milicias: Isidoro Diéguez
Transportes: Amor Nuño
Industrias de Guerra: Lorenzo Iñigo
Abastecimientos: Pablo Yagüe”.
Aunque el equipo sufrió algunas bajas y nuevas incorporaciones,
el 15 de enero de 1937 quedó constituido hasta el final de la activi-
dad el 22 de abril de 1937, por:
Presidencia
Presidente: General José Miaja
Ayudante: José Pérez Martínez
Secretario General: Luis Fernández Castañeda
Secretariado
Delegado: Máximo de Dios
Secretario General: José Tolosa Hernandorena
Orden Público:
Delegado: José Cazorla
Secretario General: Emilio Barahona
Frente
Delegado: Francisco Caminero
Sub-Delegado: Antonio Percé
Secretario General: Gregorio Aparicio
FotograFiar una ciudad sitiada74
Evacuación:
Delegado: Enrique Jiménez
Secretario General: Teodoro López
Milicias:
Delegado: Isidoro Diéguez
Secretario General: Juan Alcántara
Transportes:
Delegado: Manuel González Marín
Secretario General de Transportes: Domingo Rodríguez Oterino
Secretario General Técnico: Moisés García Matilla
Industrias de Guerra:
Delegado: Lorenzo Iñiguez
Sub-Delegado: Enrique García
Secretario General: Acisclo Ramírez
Abastecimientos
Delegado: Luis Nieto de la Fuente
Secretario General: Enrique Palomero Martínez
Propaganda y Prensa
Delegado: José Carreño España
Secretario General de Propaganda: Gerardo Saura
Secretario General de Prensa: Ángel Herreros Bermejo
Fue esta última, la Delegación de Propaganda y Prensa, la res-
ponsable de controlar a los fotógrafos que trabajaron en Madrid. En
cinco de los 25 números que se publicaron en el boletín se mencionó
información relativa a la situación de los fotógrafos que trabajaron
en la ciudad entre diciembre y abril de 193747.
Según la primera disposición de la Consejería de Propaganda y
Prensa (publicada en el Boletín del 17 de diciembre de 1936) y dada
la magnitud de trabajo que el control de la Consejería llevaba, se
hacía necesario crear dos Secretarías Generales, una de Prensa y otra
de Propaganda, cuya responsabilidad, entre otras, era el control de
las fotografías tomadas en Madrid:
“Artículo 2º. Corresponden al Secretario General de Propagan-
da, bajo la autoridad inmediata del Delegado, todos los servicios de
47 En los seis números publicados del Boletín Oficial de la Junta de Defensa de Madrid no se
menciona información relativa a la situación de los fotógrafos de Madrid.
Beatriz de las Heras 75
fotografía, cinematografía, radio, impresos y carteles y, en general,
cualquier medio de propaganda con exclusión de los periódicos, cuya
misión tenga por objeto divulgar el verdadero significado de esta
guerra provocada por los elementos facciosos y dar a conocer los
desmanes por los mismos cometidos”.
La Secretaría General de Propaganda estaba coordinada por
Ángel Herreros y Bermejo48, que controlaba distintos servicios, tal
y como se dispuso por orden de 20 de febrero de 1937 respecto
a los módulos de coordinación de la Delegación de Propaganda
y Prensa:
“En uso de las facultades que tengo delegadas por el General Pre-
sidente de la Junta de Defensa de Madrid y de las que me han sido
conferidas por el Exmo. Sr. Ministro de Propaganda, como Delegado
de dicho Ministerio en Madrid, he acordado que los servicios de la
Delegación se organicen de la siguiente forma.
A) DELEGACIÓN
B) SECRETARÍA GENERAL DE PROPAGANDA
C) SECRETARÍA GENERAL DE PRENSA
A) Delegación. Son servicios que directamente dependen de la
misma, la siguientes secciones.
1º. Oficialía Mayor
2º. Inspección general de servicios
3º. Servicio de Radiodifusión
4º. Junta de Espectáculos
5º. Registro general de la Delegación
6º. Imprenta
B/ Secretaría General de Propaganda.- Dependen directamente de
esta Secretaría las secciones siguientes:
7º. Tipografía, grabado, litografía
8º. Fotografía
9º. Propaganda oral
10º. Archivo de la Revolución
11º. Cinematografía
48 El nombramiento de Ángel Herreros y Bermejo se produjo el 10 de diciembre de 1936 aunque
no se publicó en el Boletín Oficial de la Junta de Delegada de Defensa de Madrid hasta el 1 de
enero de 1937.
FotograFiar una ciudad sitiada76
C) Secretaría General de Prensa.- Dependen directamente de esta
Secretaría General las secciones siguientes:
12º. Servicios especiales de Prensa (Colecciones e Información),
que comprende: Hemeroteca, Archivo de Prensa y Fichero.
13º. Censura de Prensa
14º. Publicaciones
La Delegación de Propaganda y Prensa dictará un breve reglamen-
to con arreglo al cual actuarán los distintos servicios que anteriormen-
te quedan consignados”.
Fue tal la importancia que adquirió la Delegación de Prensa y
Propaganda que se tuvieron que publicar los teléfonos de contacto
de sus distintas secciones. Se hizo junto al resto de los números
de los distintos Delegados y Secretarios Generales de la Junta de
Defensa de Madrid en el Boletín de 16 de enero de 1937, aunque,
debido al interés que tuvo esta delegación, no sólo se hizo públi-
co el teléfono del Delegado y del Secretario General (como en el
resto de las delegaciones) sino que también el de los servicios que
coordinaba. Este hecho es muestra del papel relevante que tuvieron
durante el conflicto:
“Propaganda y Prensa
Delegado José Carreño España 23086/22830
Secretaría ptlar. de la Delegación 28549/22830
Secretario General de Propaganda Gerardo Saura 25728/22830
Secretario General de Prensa Ángel Herreros 26743/22830
Oficial Mayor 22830
Boletín de la Delegación 26645/22830
Jefe de los Servicios de Censura 26784/22830
Servicios de Censura 27622/26883/26749/26854/22830
Servicios de Fotografía 28737/22830
Servicios de Radio 22830
Portería Principal 22830
Estudio de Dibujo 11862/22830
Impresos y Carteles 22830
Imprenta 22830
Dpto. de Informaciones para el Ministerio de Propaganda 26713”.
Beatriz de las Heras 77
Es en la primera comunicación oficial de la Junta (la publicada
en el Boletín el 17 de diciembre de 1936) en la que, con más clari-
dad, se expresó la importancia del control de la fotografía, dadas
las circunstancias especiales por las que atravesaba la ciudad. Se
entendía que:
“Las reproducciones fotográficas son, al mismo tiempo que medios
eficacísimos para la propaganda, elementos peligrosos que pueden
revelar al enemigo datos de interés para la ofensiva.
Es, pues, elemental medida previsora, cuya omisión sería imperdona-
ble, emplear medios para tener la seguridad de que quienes utilizan las
reproducciones fotográficas son personas leales a la causa antifascista”.
Y este poder de la imagen hizo que la primera medida práctica del
Consejero de Propaganda y Prensa, José Carreño, fuera controlar la
venta de los almacenes y abastecedores fotográficos de la ciudad
a través de una disposición firmada el 14 de diciembre de 1936 y
publicada en el boletín el 17 de diciembre:
“Primero. Todos los almacenes de material fotográfico y cinema-
tográfico, así como los abastecedores del público, deben enviar a
la Delegación de Prensa y Propaganda de la citada Junta, antes de
las doce de la noche del día 20 de diciembre, relación detallada del
material de que dispone para la venta.
Segundo. A partir de la publicación de esta disposición, queda
terminantemente prohibido a los almacenes y abastecedores foto-
gráficos y cinematográficos, la venta de material que no vaya previa-
mente autorizado con el sello y con la firma del Delegado de Prensa
y Propaganda o del Secretario general de Propaganda.
Tercero. El anterior permiso de venta no exime la obligación de
pagar por parte del que adquiere el material.
Cuarto. Las adquisiciones hechas por el servicio de la Junta de Defen-
sa necesitarán inexcusablemente un vale autorizado por el Delegado de
este Departamento, y su pago correrá a cuenta de la Delegación, que
lo satisfará al finalizar el mes, con cargo al presupuesto de la misma.
Quinto. El incumplimiento de esta disposición será sancionado por
el fuero de guerra”.
FotograFiar una ciudad sitiada78
Pero este control no sólo se ejerció en la adquisición de mate-
rial, sino también en las mismas tomas fotográficas. Se anularon los
permisos concedidos a fotógrafos con anterioridad y se les obligó
a solicitar unos nuevos, ahora controlados por la Junta de Delegada
de Defensa de Madrid:
“Para poder obtener fotografías, tanto de la ciudad como de sus
frentes de guerra a que se extiende mi autoridad de Comandante de
la plaza, será preciso proveerse de licencia concedida por el Delegado
de Propaganda y Prensa de esta Junta que, necesariamente, habrá
estar firmada por el mismo”.
Si tras la entrada en vigor de esta disposición el 20 de diciembre
de 1936 se sorprendía a un fotógrafo sin permiso o con una cáma-
ra fotográfica que no hubiera obtenido la licencia adecuada, se le
consideraba faccioso y debía ser juzgado por tal causa por el fuero
militar. Este hecho hizo que los fotógrafos de la ciudad respetaran
al máximo las normas y que, en caso contrario, los mismos compa-
ñeros se sorprendieran, como relata Geoffrey Cox (2005, pág. 261):
“El único hombre en Madrid que se saltaba alegremente todos
los reglamentos era H.V. Drees, un fotógrafo londinense cuyo interés
por buenas fotografías le hacía olvidarse de pases y órdenes. Llevaba
una cámara abultada colgada de la espalda en una ciudad donde las
cámaras siempre resultaban sospechosas. Vestía un traje gris perla con
un chaleco cruzado, un abrigo de cuero marrón y un sombrero calado
hacia atrás, en lugares donde la norma era la ropa proletaria. A veces,
durante el paseo de quince minutos entre la embajada y la Gran Vía le
interrogaban tres o cuatro veces en una misma mañana. No hablaba
español. Durante diez días estuvo sin pases. Y sin embargo, gracias
a algún don excepcional —supongo que es lo que tienen los buenos
fotógrafos de prensa— siempre salió bien parado”.
En el caso del trabajo de los fotógrafos en el frente, era nece-
sario que el permiso expedido por la por la Junta de Defensa o la
Junta Delegada de Defensa de Madrid, estuviera acompañado de
la autorización de los jefes militares de los respectivos sectores, tal
Beatriz de las Heras 79
y como se detalla en la siguiente autorización sellada por la Junta
Delegada de Defensa de Madrid y la 40 Brigada Mixta del Estado
Mayor de la República Española, y firmada por el General Miaja el
17 de febrero de 193749:
49 Archivo General de la Administración. Sig. (8) 124 – 33/ARM.11 01.
FotograFiar una ciudad sitiada80
Estas licencias debían ser mostradas, en caso de requerimiento,
junto al carnet de la Delegación de Propaganda y Prensa de la Junta
o la Junta Delegada. Se trataba de una tarjeta identificativa auto-
rizada por el Delegado y el Secretario General de Prensa a modo
de aval, tal y como se describe en una disposición firmada el 26 de
marzo de 1937, publicada en el boletín:
“Complemento obligado de esta placa deber ser un documen-
to que acredite su personalidad en caso de duda, y, fundándose en
estas consideraciones, en virtud de las facultades que tengo conferi-
das como Presidente de la Junta Delegada de Defensa de Madrid y a
propuesta del Delegado de Propaganda y Prensa, vengo a disponer
lo siguiente:
1º. Para que los informadores gráficos de la Prensa madrileña puedan
debidamente acreditar su personalidad como tales profesionales, ade-
más de la placa metálica con número que creó la Disposición de 14 de
enero próximo pasado dictada por esta Delegación, deberán proveerse
de una tarjeta de identidad expedida por ésta, en la que constará el
nombre del titular, el sitio donde trabaja, el número de la insignia que
posee y el de la tarjeta. Esta, deberá ir autorizada por el Delegado y
por el Secretario General de Prensa y sellada con el de esta Delegación.
2º. Para proveerse de la tarjeta de identidad, los interesados lo solici-
tarán por escrito del Secretario General de Prensa, siendo preciso acom-
pañar certificados del Director de la Publicación y del Sindicato a que
pertenezca el solicitante, acreditativos, respectivamente, de figurar en la
plantilla de aquella y de hallarse afiliado en ésta. Los impresos necesa-
rios a este efecto serán facilitados por la Secretaría General de Prensa”.
Como ejemplo, proponemos la identificación de Alfonso (tarjeta
de identidad número 6 y placa número 22), firmada por el Delegado
de Propaganda y Prensa y el Secretario General de Prensa el 3 de
abril de 1937, y en cuyo reverso se lee:
“Esta tarjeta de identidad carece de todo valor si no va sellada por
la Delegación de Propaganda y Prensa y firmada por el Delegado y
Secretario general de Prensa.
Las autoridades facilitarán al portador de este documento, siempre
que vaya previsto de la placa distintivo para informadores gráficos de
Beatriz de las Heras 81
Prensa, el libre ejercicio de su profesión, auxiliándole, si fuera preciso,
para el mejor desempeño de su misión.”50
50 Archivo General de la Administración. Sig. (8) 124 – 33/ARM.11 01.
La cobertura en el frente se realizaba a modo de visitas guiadas
que eran organizadas a instancias de Francisco Caminero, Delegado
de Frentes durante la Junta Delegada de Defensa, razón por la cual
fotografías de distintos fotógrafos son prácticamente la misma toma.
A continuación, y como muestra del control que se ejercía sobre los
fotógrafos que tenían intención de retratar escenas en la primera línea,
FotograFiar una ciudad sitiada82
mostramos una fotografía51, en la anterior página, en la que tres mili-
cianos paran el vehículo en el que viaja un fotógrafo, que formaba
parte de un grupo, para solicitar los papeles que acreditaban haber
obtenido la licencia necesaria para trabajar allí.
Una vez finalizada la labor de la Junta de Defensa y la Junta Dele-
gada de Defensa de Madrid, también fueron necesarias las autoriza-
ciones, como esta expedida por el Director General de Seguridad
de Madrid el 10 de marzo de 1939:
“Por el presente se autoriza al fotógrafo corresponsal de Guerra «Alfon-
so» para que obtenga información gráfica en el interior de esta Capital.”52
Dado el gran número de personas que solicitaron autorización para
fotografiar Madrid, el Delegado de Prensa y Propaganda amplió el
permiso de solicitud que se prorrogó hasta el 26 de enero de 1937
(según la disposición de 20 de diciembre de 1936 y publicada en el
boletín el 1 de enero de 1937) y hasta el 3 de enero de 1937 (según
la disposición de 26 de diciembre de 1936, publicada en el mismo
boletín), e hizo lo propio (una ampliación hasta el 3 de enero de 1937)
con el plazo que se había dado a los almacenes y establecimientos de
material fotográfico y cinematográfico para que hicieran entrega del
listado de los equipos de los que disponían para la venta.
La Junta Delegada de Defensa de Madrid también controló los
medios gráficos de las revistas y periódicos de la ciudad, tal y como
se extrae de la siguiente disposición publicada en el mismo boletín:
“A partir de las doce de la noche del día 30 de diciembre de
1936, queda terminantemente prohibida la publicación en Madrid de
periódicos, diarios, revistas, boletines, tanto de empresas como de
organizaciones políticas, sindicales y de milicias, dibujos, litografías
y demás medios gráficos mencionados en el artículo segundo de la
51 Archivo General de la Nación Argentina. Fondo Fotográfico de Noticias Gráficas. Caja 362/
Sobre 12 (Doc. 1686).
52 Archivo General de la Administración. Sig. (8) 124 – 33/ARM.11 01.
Beatriz de las Heras 83
Ley de Imprenta, con excepción de libros, sin que previamente hayan
sido autorizados por la censura de la Delegación de Propaganda y
Prensa de esta Junta.
De toda publicación gráfica sometida a censura se presentarán tres
ejemplares: uno que se devolverá sellado cuando se autorice para que
salga a la luz, y dos que se conservarán en la referida Delegación, para
constituir el Archivo de la revolución que en su día será depositado
donde disponga el Gobierno legítimo de la República”.
Sobre los reporteros gráficos de la ciudad, y para facilitar su tra-
bajo, se dispuso una normativa especial (publicada en el boletín
del 16 de enero de 1937) que les distinguía de los fotógrafos que
trabajaban en estudios o eran aficionados. Debían proveerse de una
chapa metálica numerada que les identificara como reporteros para
así tener acceso libre a los espacios de la ciudad:
“Es pues, preciso, buscar una fórmula que facilite la labor de los
informadores gráficos sin merma de aquellas garantías que motivaron
la disposición, y fundándose en tales consideraciones, en virtud de las
facultades que tengo conferidas como Presidente de la Junta Delega-
da de Defensa de Madrid, a propuesta del Delegado de Propaganda
y Prensa, vengo a disponer lo siguiente:
1º. Los informadores gráficos de la Prensa madrileña, para que
puedan ejercitar libremente su profesión, deberán proveerse en
la Delegación de Propaganda y Prensa de la Junta Delegada de
Defensa de Madrid, además del permiso que estableció la ya citada
Disposición de 14 de Diciembre, de una chapa metálica numerada
en el reverso y cuyo modelo se reproduce a seguido en esta dis-
posición.
2º. Para obtener estas chapas, que acreditan la personalidad de
sus poseedores y le facultan para el libre ejercicio de la profesión,
será preciso que quien lo solicite venga avalado por la Dirección de
la Agrupación Unión de Informadores gráficos de Prensa.
3º. Bastará la exhibición de esta chapa para quienes la usen no
encuentren dificultades en el ejercicio de sus funciones de Redactores
gráficos y permitirán el acceso a los frentes, aunque, para obtener
fotografías en éstos, será preciso el oportuno permiso de los Jefes
de las fuerzas”.
FotograFiar una ciudad sitiada84
La chapa mantenía las siglas de la Unión de Informadores Gráficos
de Prensa (U.I.G.P.) sobre las que se dibujaba en azul un reportero
con su cámara, flanqueado por dos alas doradas y la bandera repu-
blicana, presidida por una corona y dos bandas blancas en las que
se escribía “Corresponsal Gráfico de Guerra”.
El mismo día que se firmó la disposición a través del Boletín Ofi-
cial de la Junta Delegada de Defensa de Madrid se hizo pública en
la prensa, tal y como se recogió en la edición de mañana del diario
ABC el 16 de enero de 1936:
“Los fotógrafos de Prensa. La Delegación de Propaganda y Prensa, en
relación con lo dispuesto el 14 de diciembre último, ha dispuesto que, a
fin de dar toda suerte de facilidades a los informadores gráficos, se pro-
vean de una chapa numerada, que les será concedida previa acreditación
de su profesionalismo y con el aval de la Unión de Informadores Gráficos
de Prensa. Bastará con la exhibición de dicha enseña para que no se les
ponga ningún impedimento en el desempeño de sus funciones”.
Sin embargo, la distribución de este distintivo se demoró, tal y
como se recoge en el mismo diario el 2 de febrero de 1937:
“Hace unos días, la Junta delegada de Defensa de Madrid dictó,
a propuesta del de Propaganda y Prensa, una acertada disposición
Beatriz de las Heras 85
por la que se dotaba de unos carnets y distintivos especiales a los
informadores gráficos madrileños, con objeto de que los queridos
compañeros disfrutaran de las máximas facilidades en el desempeño
de su fatigosa y —hoy— heroica misión.
No ocultamos que la satisfacción que la medida nos produjo se vio
mermada un tanto al ver el distingo que el adjetivo «gráfico» estable-
cía. Considerábamos que el indispensable documento acreditativo
de la personalidad debió ser extensivo, desde el primer momento, a
todos los informadores madrileños actualmente en activo, y que el Sr.
Carreño España —que tantas muestras de su capacidad viene dando
desde el elevado puesto que ocupa— había de comprenderlo así. En
este sentido se nos manifestaron personas suficientemente autoriza-
das, quienes nos prometieron que en plazo brevísimo se daría este
alcance a la disposición dictada.
Pero pasan los días y el justo broche no se produce”.
3.3. el trAbAjo del FotógrAFo
A pesar de las numerosas complicaciones, los fotógrafos desem-
peñaron su labor durante la guerra orientada a tres actividades pri-
mordiales: fotoperiodismo, fotografía oficial y otros trabajos, entre
los que podríamos incluir los de estudio y ambulantes, sobre todo
las fotografías de carnet, esenciales en una ciudad en la que todos
debían estar identificados:
“En tiempo de guerra hay fotógrafos que trabajan profesionalmente
en su estudio, también están los minuteros que siguen trabajando en
calles y plazas, más solicitados que nunca por los soldados de permiso
para conseguir esos retratos que luego enviarán a sus familias y por últi-
mo, los informadores gráficos. Hoy en día algunos estudios completan su
trabajo de galería con los reportajes para la prensa y las cámaras de pla-
cas van siendo desplazadas por modernas cámaras de pequeño formato,
que permiten mayor agilidad para capturar la inmediatez de la noticia.
(…) Los temas y los encargos son innumerables en estos días, mues-
tra de ello son las tarjetas postales que ha editado la Federación
Nacional del Transporte de la UGT que sirve a la vez de ayuda y reflejo
de la importancia que han cobrado las tareas de retaguardia en este
FotograFiar una ciudad sitiada86
sector. La diversidad de reportajes registran diferentes aspectos de la
retaguardia, recogiendo el esfuerzo del mundo del transporte, talleres,
tranvías, construcción de carreteras, reparto de combustible, víveres,
comida, trabajo en oficina, fabricación y reposición de armamento.
Proliferan también en la prensa periódica, en la prensa de guerra y
en los boletines, las imágenes de destrucción de la ciudad, escenas la
vida militar, del Ejército Popular y de las faenas agrícolas, esenciales
para alimentar a la población.”
Analizaremos ahora las dificultades que tuvieron que superar
estos profesionales, además de estudiar sus bases de trabajo: hora-
rio, salario y tarifas, en el caso de los trabajadores de los locales
fotográficos.
3.3.1. Dificultades de trabajo del fotógrafo-reportero
en una ciudad sitiada
Es muy difícil localizar el testimonio de fotógrafos que comenten
en primera persona su experiencia laboral en Madrid durante algún
momento en el que se desarrolló la guerra, entre otras cosas porque
la descripción en palabras de lo que allí estaba ocurriendo quedó
en manos de los periodistas y no de los reporteros gráficos. Sin
embargo, hemos podido recuperar una entrevista que Joseph Kessel
realizó a uno de los hermanos Mayo (al que no conocía y encontró
casualmente) en diciembre de 1938, que fue publicada en Paris-Soir
el 5 de diciembre de 1938, y que nos ayuda a comprender el trabajo
de los responsables de mantener la memoria visual del conflicto:
“- ¿De dónde ha salido esta colección? —pregunté a Legáis.
El hombrecito de uniforme se irguió y replicó:
- No se trata de ninguna colección. Me llamo Mayo y yo mismo he
tomado estas instantáneas.
Mis amigos ratificaron su comentario asintiendo con la cabeza.
- He estado en todas partes —prosiguió Mayo—. En Toledo y Aran-
juez, en la Ciudad Universitaria y en Carabanchel, en Teruel y en el Ebro.
Le dejé hablar mientras volvía pausadamente las páginas de los
álbumes hasta que, de repente, me detuve ante tres imágenes con-
Beatriz de las Heras 87
tiguas en las que se podía ver a un grupo de niños tumbados boca
abajo en mitad de una calle delante de un proyectil de artillería que,
tras ponerse en pie, salían huyendo del lugar.
- Buen tríptico, ¿no? —comentó Mayo—. Sucedió no muy lejos de aquí.
Estaba paseando sin pensar en nada. No era un día mejor que cualquier
otro. Y de repente vi cómo este mamotreto caía y se quedaba inmóvil.
Como siempre, llevaba encima la máquina de fotos, así que hice estas
tres fotos. Pero entonces en el aire apareció otro proyectil que cayó justo
detrás de mí, y éste sí que estalló. De repente sentí un mazazo en la nuca y
sólo me dio tiempo a volverme y apretar el botón de la cámara. Luego me
desperté en el hospital… Mire, pase la página… ¿la ve? Ésta es la explo-
sión. No fallé. Me quedé mirando aquel oscuro manantial y le pregunté:
- ¿Nunca tiene miedo?
Su menudo rostro simiesco se contrajo y esbozó una humilde mueca:
- ¿Quién, yo? Pues claro que sí. Constantemente. Y luego, tras
rascarse la cabeza, prosiguió:
- Lo que pasa es que por una buena fotografía sería capaz de irme
a cualquier sitio. Y cuando me llueven por todos lados pienso que son
gajes del oficio y consigo olvidarme un poco.
Mayo ojeó con gesto cariñoso aquellas imágenes que le habían
costado tres heridas de guerra.
- No soy una persona nada valiente —me confesó en tono con-
fidencial—. Al principio me presenté voluntario para ir a la sierra,
pero cuando se produjo la desbandada general tampoco fue el último
en salir corriendo. Y con el canguelo que tenía ni siquiera atinaba a
encontrar el gatillo. En cambio, con las fotos es distinto. Si la mano
te tiembla, te sale mal.
Le pregunté si había trabajado como fotógrafo militar.
- En absoluto —me respondió Mayo—. No fue hasta la última movi-
lización cuando me reclutaron como soldado. Nuestro sector está bas-
tante tranquilo, así que apenas tengo nada que hacer… o mejor dicho,
sí. Espere un momento.
Y guiñándome el ojo con expresión cándida se sacó del bolsillo
un fajo de clichés en que podía verse una serie bastante bonita de
desnudos femeninos”.
Estas palabras enuncian alguno de los problemas con los que se
encontraron los fotógrafos durante la guerra y que apuntaremos a
continuación.
FotograFiar una ciudad sitiada88
El Siglo xx ha sufrido 50 conflictos bélicos en distintas regiones,
con diferentes protagonistas y con consecuencias diversas. Estos
enfrentamientos fueron registrados visualmente gracias a la impor-
tancia que la fotografía fue adquiriendo, sobre todo a partir de los
años 20, con la aparición en el mercado de cámaras como las Erma-
nox y Rolleiflex, con las que el fotógrafo podía pasar más inadverti-
do. Esta revolución tecnológica se llevó al frente y a la retaguardia,
por primera vez en la historia, durante la Guerra Civil Española,
conflicto cubierto por corresponsales llegados de todo el mundo
que emplearon este tipo de cámaras. Sin embargo, los fotógrafos
españoles tuvieron, incluso, que recurrir a sus antiguas cámaras de
placas por el aumento del precio de las compactas (la Leica ascendió
a 3.000 pesetas en el año 1937), complicando así su trabajo (Dalmau,
2008, pág. 36-43):
“Las Leica y las Contax, que antes de la guerra se podían comprar
por mil y pico pesetas, hoy llega su precio a las tres mil y una caja
de papel fotográfico que costaba cincuenta pesetas, ahora cuesta
ciento cincuenta, además de la multitud de trámites que hay que
seguir para conseguirlas. La caja de cien postales ha incrementado el
precio de siete pesetas cincuenta céntimos a treinta y cuatro pesetas
ochenta céntimos, y el resto del material ha aumentado en la misma
proporción”.
De hecho, aunque algunos pudieron trabajar con esta tecnología
más manejable (tal y como puede observarse en la siguiente foto-
grafía tomada por Albero y Segovia tras la rendición en el Cuartel
de la Montaña53) lo cierto es que se toparon con otra complicación:
la dificultad para reponer material.
La actividad de los fotógrafos se vio afectada por el ritmo de la
contienda, sobre todo a partir del mes de noviembre de 1936 cuan-
do Madrid se convirtió en una ciudad asediada en la que el corte de
comunicaciones por carretera impedía la llegada del material básico
53 Albero y Segovia: “Cuartel de la Montaña: Fotógrafo conversando con un miliciano en los
primeros momentos de la rendición”. Julio de 1936. Archivo Rojo. AGA_33_F,04043_53575_001.
Beatriz de las Heras 89
para trabajar54 (algo que no afectó a la zona sublevada debido a
la distribución de los aliados alemanes), por lo que la escasez de
cámaras, películas de acetato, líquidos para las emulsiones y papel
fotográfico, obligaron a los profesionales a emplear al máximo sus
recursos y sacar del desván las cámaras de placas (López Mondéjar,
2005, pág. 89):
“La ausencia de negativos de paso universal llevó a muchos de
ellos —a los fotógrafos— a recuperar sus cámaras de placas y a uti-
lizar restos de películas de los noticieros cinematográficos. El propio
Alfonso debió recurrir a sus viejas cámaras estereoscópicas para rea-
lizar un reportaje, encargado por el Ayuntamiento, sobre los estragos
producidos por los bombardeos en las calles de Madrid”.
54 En momentos puntuales, los fotógrafos que trabajaron en Madrid recibieron suministros sovié-
ticos de muy mala calidad, tal y como confesó Julio Mayo al foto-historiador Publio López Mon-
déjar: “El material que usamos durante la guerra fue primero Agfa, hasta que se agotó; después
papel soviético, espantosamente malo, pues con el calor le salían ampollas, desprendiéndose la
emulsión del soporte” (López Mondéjar, 2005, pág. 309).
FotograFiar una ciudad sitiada90
También sufrieron la incautación de algunos imprescindibles para
su trabajo, como el ácido nítrico, empleado en la preparación de
grabados, que, partir de febrero de 1937, se hizo necesario para la
fabricación de explosivos. Y esto afectó más a los fotógrafos espa-
ñoles que a los extranjeros residentes en Madrid, a los que enviaban
el material por correo o lo recogían cuando realizaban viajes a sus
países de origen, tal y como recuerda Santos Yubero (López Mon-
déjar, 2010, pág. 54.):
“Lo peor era saber que junto a nosotros trabajaban muchos repor-
teros extranjeros con sus Leicas y películas de sobra. Los enviaban sus
periódicos perfectamente equipados, y hasta me temo que a algunos
los trataban los mandos militares y los comités obreros mejor que a
nosotros”.
Una de las razones por las que se agravó el problema del abaste-
cimiento de cámaras y materiales, al margen del propio sitio que los
sublevados hicieron a la ciudad de Madrid, fue que los propietarios
de Garriga y Negra, dos empresas de fabricación de material, se
exiliaron a Suiza y San Sebastián, respectivamente (Carrero, 2001,
pág. 87). De hecho, según se informa en una nota publicada en el
boletín Obreros Fotógrafos del número de julio del año 1938, algu-
nos locales de la ciudad se vieron obligados a cerrar sus puertas ante
la imposibilidad de lograr suministros:
“Las dificultades insuperables de la adquisición de materiales han
obligado a la Directiva a proceder al cierre de algunos talleres, a los
que la vida económica se les hacía imposible, mermándose por días
las posibilidades y llegando a constituir un peligro de desaparición,
cosa que, estudiada debidamente, se trata de cortar con las medidas
adoptadas. La Directiva informará ampliamente de ello”.
Sin embargo, no hemos localizado documentación relativa al cie-
rre de ningún estudio o laboratorio en concreto, ni en otros números
del boletín ni en documentos conservados en archivos. De la misma
manera, ignoramos cuáles fueron los intentos que las organizaciones
Beatriz de las Heras 91
de fotógrafos realizaron para solventar este problema, aunque, si
seguimos la información de la misma revista en su número de marzo
de 1938, sabemos que todos fueron frustrados:
“Escasez de materias primas. Este es un problema que preocupa
grandemente a la Directiva, ya que escapa a todos los esfuerzos que
puedan hacerse en estos momentos. Informará de ello la Asamblea”.
Unido a la escasez de recursos se encontraba el problema del
pago de los trabajos que, según el testimonio de Santos Yubero,
siempre llegaba tarde y, en muchas ocasiones, se sustituía por vales
(López Mondéjar, 2010, pág. 58):
“No fue fácil trabajar en aquellas circunstancias. Si profesionalmen-
te la situación era mala, laboralmente las cosas estaban peor, ya que
algunos periódicos nos pagaban a veces con los vales de los partidos
y sindicatos de los que dependían. Y tampoco se sacaba gran cosa
retratando a los milicianos y a los pocos clientes que encontrábamos,
que estaban tan pobres como nosotros”.
Ante este y otros problemas, algunos profesionales decidieron
unirse para sobrellevar las dificultades que imponía una guerra
enquistada en la ciudad de Madrid: la unión en agencias. Es el caso
de los Hermanos Mayo, creadores de la agencia España (respon-
sable de la distribución de instantáneas en el país y publicaciones
europeas como Smena o L´Humanité). También los hermanos Benítez
Casaux (Alberto y César Benítez Alcoba) y Santos Yubero, quienes
retomaron la agencia Yubero-Benítez Casaux que colaboró con los
diarios ABC, Crónica, La Libertad y Ahora, Estampa, Ahora y Mundo
Gráfico, al margen de sus reportajes en la prensa extranjera55, tal y
como comentó el propio Yubero (López Mondéjar, 2010, pág. 55-57):
55 El trabajo publicado de Yubero y Yubero-Casaux ha sido estudiado por los miembros del
proyecto I+D del Plan Nacional del Ministerio de Economía y Competitividad (HAR2012-35514),
“Descubriendo el Madrid de la Guerra Civil a través de la mirada de Santos Yubero”, años 2013-
2015. El resultado de la investigación se publicará en “Descubriendo el Madrid de la Guerra Civil
a través de la mirada de Santos Yubero” en 2015.
FotograFiar una ciudad sitiada92
“Me di cuenta de que yo solo no podía afrontar las dificultades
que entonces se nos presentaron a los fotógrafos. Ni era prudente
trabajar solo, ni era conveniente para el trabajo, ya que había muchos
frentes que atender. Así es que decidí estrechar la colaboración con los
hermanos Benítez, en especial con César, que había sido compañero
mío en Ya. Aunque pudimos mantener la firma en ABC republicano,
en Mundo Gráfico y en algunas publicaciones de Linares, tuvimos que
hacer muchas chapuzas para poder sobrevivir, como retratar a los sol-
dados y milicianos que iban a los frentes de la sierra y colaboraban en
la defensa de Madrid. Estos retratos se los vendíamos a ellos mismos y
luego los llevábamos a las redacciones de La Libertad, Crónica y Aho-
ra. Y hasta eso se acabó en 1937, en que nos quedamos sin material
fotográfico, sin películas, ni reveladores, ni papeles, ni nada, aunque la
vinculación de César Benítez con el mundo del cine, nos proporcionó
muchas colas de película, que nos servían para las cámaras de paso
universal. Fue una verdadera pena, porque podríamos haber trabajado
más en unos momentos tan decisivos de la historia española”.
Al margen de la falta de suministros, el número de fotografías
publicadas en la prensa de Madrid se fue reduciendo considerable-
mente con el avance de la guerra debido a la propia reducción de
páginas impresas por la falta de papel y tintas, tal y como afirmó
Miguel San Andrés, director del diario Política, en un acto inter-
sindical celebrado en Madrid y recogido por ABC el 10 de mayo
de 1938: “(…) los periódicos necesitan papel y necesitan que se
unifiquen los precios de venta de ejemplares”. Esta reducción fue
aprobada por la Junta de Defensa de Madrid el 10 de noviembre
de 1936, por primera vez.
Si estudiamos el número de fotografías publicadas en ABC
(por seleccionar un diario con amplia cobertura visual del con-
flicto) comprobaremos la reducción, tal y como presentamos en
el siguiente gráfico56 en el que se muestra ese decrecimiento de
las 6.267 instantáneas de la guerra publicadas en el período julio
1936-abril 1939:
56 Los datos han sido extraídos del estudio realizado para este estudio a partir de los ejemplares
del diario que se conservan en la hemeroteca digital de ABC.
Beatriz de las Heras 93
Como se puede visualizar en el gráfico, en los seis meses que van
de julio a diciembre de 1936, el diario publicó 2.463 fotografías,
mientras que en los 12 meses de 1937 y 1938 (año en el que las imá-
genes se concentraron en la portada de forma exclusiva) se publi-
caron 3.371 y 418 instantáneas, respectivamente. Finalmente, entre
enero y abril de 1939 ABC se ilustró con 15 imágenes publicadas el
2 de enero. Si analizamos los datos por meses, teniendo en cuenta
que el primer año de guerra va de julio a diciembre y que el último
finaliza en marzo, observaremos la diferencia con mayor claridad:
3.500
1936
1938
1938
1939
3.000
ABC
2.500
2.000
1.500
1.000
500
0
700
1936
1938
1938
1939
600
Enero
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre
500
400
300
200
100
0
FotograFiar una ciudad sitiada94
Por tanto, los porcentajes de publicación disminuyeron según
avanzó el conflicto: 39.30% en 1936 (a pesar de sólo cubrir el con-
flicto durante seis meses), 53.7% en 1937 y 6.66% en 1938 (contando
12 meses de cobertura), y 0.23% en los tres meses de 1939.
Este problema de falta de materiales se sumó a otros como la
movilización al frente de parte del personal empleado en los talleres
y estudios. Es el caso de Alfonso Sánchez Portela, hijo del fotógrafo
Alfonso, quien ingresó como voluntario en el Centro de Unidad de
Instrucción Militar del Ejército del Centro de Segismundo Casado;
Faustino del Castillo (creador del colectivo Foto Mayo), quien aban-
donó su puesto en El Heraldo de Madrid y El Liberal para trabajar
acompañando al V Regimiento de Enrique Lister; u Otto Pless, tal y
como se apunta en la ficha de identificación elaborada por la Junta
de Defensa de Madrid57 de este fotógrafo alemán que fue enviado a
España por Associated Press unas semanas antes de la sublevación
de julio. Incluso algunos fotógrafos ingresaron en Altavoz del Frente,
como César Benítez y Francisco Mayo.
57 Centro Documental de la Memoria Histórica-GC (S) PS Madrid 2134.
Beatriz de las Heras 95
Así contó Faustino del Castillo su experiencia en la guerra, en
diciembre de 1989:
“Yo trabajaba en El Heraldo y El Liberal cuando vino la guerra. Era
una cosa desesperada, decían que iban a tomar Madrid. Hice unas
fotografías de la defensa de la ciudad universitaria que Enrique Lís-
ter vio publicadas, llamó a la imprenta donde hacíamos el periódico
Pasaremos y dijo: «Quiero a este muchacho fotógrafo». Entonces dejé
a Casariego y me fui por la cámara. Tenía una pistola que me regaló
Lister y un día me iba a pegar un tiro porque nos iban a agarrar los
italianos. Estuve en todos los frentes: en Madrid desde que empezó
la guerra, en la Sierra de Guadarrama, en el Jarama, en el Ebro, en
Belchite. Pasamos a Francia, a los campos de concentración, en Saint
Cyprien. Eso fue la odisea más grande porque los franceses nos tra-
taron como criminales. Estuve en el campo de Saint Cyprien unos
meses; ahí nos daban un plato de lentejas para comer, pero cocidas
horriblemente y con mucho agua. Teníamos que cruzar una distancia
de unos cien metros desde la cocina; llovía mucho y entonces los
platos de lentejas tenían todavía más agua. Yo tiré mi plato y por eso
me mandaron al castillo de Colliure, la población donde murió Antonio
Machado. Ahí estuvimos detenidos con la gente de las brigadas inter-
nacionales: alemanes, ingleses, franceses; trabajábamos como negros
desde las seis de la mañana a las seis de la tarde, con pico y pala —en
mi vida lo había hecho. Cándido estaba conmigo y mandé una carta
a Paco desde el castillo del Colliure diciendo que estaba preso y que
no podía dejar a Cándido, que era un chamaco de unos 14 años. Un
día vino una carta de Paco diciendo, «Faustino, llegó la hora; Líster ya
sabe dónde estás y él va a ayudarnos a sacarlos de ahí». Los franceses
leyeron la carta y habían puesto en español, «!Qué te crees tú eso!».
Por fin llegó la hora y salimos del campo de concentración, dejando el
reloj que me había dado Lister y poco dinero que teníamos. Al salir de
ahí me encontré con Fernando Gamboa, que preparaba la expedición
a México. No teníamos ninguna identificación, nada de papeles, pero
él me dijo: «Súbete al barco». Me subí y ahí nos encontramos todos;
era el Sinaia, el primer barco.”58
58 “Acercamientos. Entrevista con los hermanos Mayo” en La Jornada (Suplemento semanal).
17 de diciembre de 1989, pág.17.
FotograFiar una ciudad sitiada96
Otro de los fotógrafos que vivió la guerra desde la primera línea
fue Robert Capa quien, tras su llegada a Madrid el 18 de noviembre
de 1936 después de haber cubierto el inicio de la contienda en Bar-
celona, Huesca, Zaragoza o Córdoba, se unió durante algún tiempo
a la XII Brigada Internacional del General Lukács, responsable de la
resistencia en los alrededores del Palacete de la Moncloa y la Uni-
versidad, sobre todo con una compañía del Batallón de la Commune
de París instalada en la Escuela de Medicina.
Alguno de los reporteros fue objetivo de las balas, como recuerda
el corresponsal británico Geoffrey Cox, que cubrió la guerra para el
periódico News Chronicle, y que vivió una experiencia terrible en
sus primeros días en Madrid junto a un fotógrafo alemán del que
no recuerda su nombre59:
“El segundo día, con un fotógrafo alemán quien trabajaba para
un periódico de los exiliados alemanes, me encontré en el área
donde la carretera va desde el Cerro de los Ángeles hacia el sur.
Condujimos por la carretera, pero no había ninguna indicación de
dónde estaba el frente, ni nada. Y entonces vimos algunos aviones,
que tenían que ser los enemigos ya que estaban bombardeando
algo. Así que paramos el coche, y subimos al cerro para ver lo
que estaba ocurriendo. Vi unas tropas, claramente republicanas,
al pie de la colina, no muy lejos de donde habíamos dejado el
coche. Había mucho movimiento, y bastante agitación, y pensé:
«La primera línea de frente no puede estar muy lejos». Y entonces
vimos, primero con curiosidad y después con creciente inquietud,
cómo las tropas se iban desplegando alrededor de la colina y
avanzando hacia nosotros. Uno de ellos me apuntó con el fusil
y se acercó a nosotros, gritando: «Manos arriba». Mi compañe-
ro alemán y yo pusimos las manos arriba. Hice entonces lo que
hubiera podido ser un error fatal; no estaríamos aquí hablando
hoy. Pensé que lo mejor sería mostrar mi pasaporte británico, y
59 Según los datos extraídos de las fichas de control y afiliación, seis fotógrafos alemanes trabaja-
ron en Madrid: Walter Reuter, Gerda Taro, Kúthru Erich Alexando, Otto Pless, Hermann Raduenz
Ristau y Jean Gutmam. Si eliminamos aquellos más conocidos (de los que Geoffrey Cox hubiera
recordado el nombre) y los que trabajaron para el V Regimiento, acotamos el nombre a un solo
profesional: Kúthru Erich Alexando.
Beatriz de las Heras 97
mi pase oficial, y puse la mano en el bolsillo. Uno de estos chicos
disparó inmediatamente. Era la primera vez en mi vida que había
oído una bala silbar, y afortunadamente no disparaba muy bien, o
igual no quiso matarme.”60
Vicente Video, reportero de prensa gráfica que desde los pri-
meros días de la contienda cubrió la sublevación en la sierra de
Madrid para Crónica y Mundo Gráfico, ante la pregunta de un perio-
dista de La Voz —que publicó un reportaje el 5 de diciembre de
1937— sobre los peligros de la guerra, comentó (al margen de dejar
patente cómo siempre estaba acompañado por guardias de asalto
para tomar sus fotos en primera línea) algunas cuestiones sobre los
peligros que aguardaban a los reporteros:
“Uno que tuvo por escenario las viejas piedras de Toledo. Pocos días
antes de que los fascistas llegaran allí, me mandó el director de Mundo
Gráfico a realizar un reportaje. Estando en el Hospital de Santa Cruz, a
pocos metros del Alcázar, los rebeldes enfilaron sus ametralladoras sobre
el grupo de guardias de Asalto que me acompañaba en el recorrido por
el edificio a la busca de un buen punto de mira para hacer mis fotos. Más
de una vez tuvimos que refugiarnos entre dos balcones porque una lluvia
de balas entraba por los huecos y se clavaban en la pared frontera. Los
guardias civiles del Alcázar eran buenos tiradores. Metían las balas por
las troneras abiertas entre los sacos terreros. Así y todo, logré varias fotos
interesantes. La mujer, la que me costó más riesgo, tuve que hacerla con
la cabeza fuera de los parapetos. Fue una de la famosa Posada de la
Sangre. No es espectacular. Parece una foto corriente y moliente. Pero
está hecha desde un ángulo de enfoque sobre el que los fascistas de
Toledo proyectaban una copiosa lluvia de plomo”.
También Mayo habló, aunque brevemente y forzado por las con-
tinuas preguntas del periodista Antonio Otero Seco en ese mismo
artículo, sobre las dificultades y peligros de su trabajo durante la
60 Entrevista de Martín Minchom a Geoffrey Cox en Gloucestershire (Inglaterra) en febrero de
2006 publicada en Frente de Madrid en el número de septiembre de 2008.
FotograFiar una ciudad sitiada98
contienda, incluido una mención a una herida de guerra, tema en
el que no quiso profundizar:
“– El momento más peligroso que he pasado duró quince minutos.
Un momento grandecito, como verás. Volvía yo de Brunete, cuando
sentí que sobre nuestro coche volaban cuatro aviones negros. Los que
veníamos en él tuvimos que dejar el auto y tirarnos al suelo, porque los
pajarracos empezaron a soltar bombas. Un cuarto de hora estuvieron
así. Seis u ocho píldoras cayeron muy cerca de donde yo estaba. Una de
ellas, a un par de metros escasos. Cuando terminó el bombardeo estaba
enterrado y rodeado de hoyos abiertos por las bombas. Ya ves qué sim-
ple es la cosa. Do esperabas alguna descripción sensacional, los siento.
Pero la verdad es que aquel día fue el más peligroso que he tenido en
los dieciséis meses largos de guerra. Más aún que el día que me hirieron.
– Cuéntame eso de la herida.
– ¿Para qué? Eso no tiene interés periodístico
Mayo no dice más. Cuando intento insistir me deja con la palabra
en la boca y sale corriendo. Acaba de descubrir una escena de interés.
Y no para hasta que la máquina se la engulle”.
Durante su estancia, fue fotografiado por Santos Yubero, tal y
como se muestra en esta fotografía en la que se retrata a Mayo junto
a dos enfermeras:61
61 Archivo Regional de la C.A.M, Fondo Santos Yubero, 41017.001.
Beatriz de las Heras 99
Otros fotógrafos llegaron a pagar con su vida, incluso en los prime-
ros momentos de la sublevación, como Campúa, director de Mundo
Gráfico (asesinado en la checa de Fomento el 22 de septiembre de
1936), Julio Duque, fotógrafo de ABC o el retratista Walken, a los que
se sumaron, avanzada la contienda, otros, como Germán Yusti que,
colaborando para ABC, falleció en el mes de abril de 1937, o la fotó-
grafa Gerda Taro, que trabajó para las revistas francesas Ce Soir62 y
Regards y que falleció, como consecuencia de un accidente, en el fren-
te de Brunete el 25 de julio de 1937, cuando se dirigía a Madrid para
recoger material fotográfico, tras una batalla (Olmeda, 2007, pág. 179):
“Caen bombas muy cerca de nuestra posición. Oímos el ruido estre-
mecedor de los bombardeos. Ted se cubre la cabeza, pero yo saco fotos
sin parar. Mantengo la sangre fría en medio de una escena apocalíptica,
con aviones descendiendo en picado, explosiones que agujerean la tie-
rra y soldados que huyen presos del pánico. Conservo la calma cuando
un avión abre fuego sobre nuestro hoyo. Me quedo tumbada de espal-
das y sigo disparando la Leica. Se me acaban los carretes”.
Fue precisamente la convivencia cercana con el peligro de muerte
lo que hizo que los fotógrafos, aquellos que debían captura a través
de sus cámaras sucesos y acontecimientos en la capital, se vieran
marcados para siempre, tal y como relató el corresponsal Lester
Ziffren (Brereton, pág. 37.):
“Durante la guerra me había acostumbrado a la falta de comida,
los bombardeos diarios, la ausencia de calefacción y agua caliente. El
cuerpo se iba amoldando al deterioro de la situación. Poco después
de llegar a Francia experimenté una reacción física muy fuerte. Veía
a la gente vivir la vida con calma, comiendo con tranquilidad y tanto
como querían, sin miedo a las bombas ni las balas. Cuando me pre-
guntaban sobre España, me sentía abatido y acongojado. Empecé
a tener pesadillas. Soñaba con cosas terribles. Me despertaba varias
62 El 28 de julio de 1937 el periódico Ce soir anunció la muerte de la fotógrafa en la portada bajo
el titular: “Notre reporter photographe Mlle Taro a ete tuee pres de Brunete où elle avait assité
à la Bataille. Un tank républicain tamponna la voiture sur le marchepied de laquelle elle ètait
montée pour quitter le village tombé aux mains des insurgés.”
FotograFiar una ciudad sitiada100
veces a lo largo de la noche con un sudor frío. Si conseguía dormir
cuatro horas tenía suerte. Estas eran las secuelas de haber vivido
un verdadero infierno en una ciudad que había sobrevivido días y
noches como no ha tenido que soportar ninguna otra ciudad en la
historia”.
También los fotógrafos que trabajaron en locales de la retaguar-
dia sufrieron los constantes bombardeos que los aviones enemigos
lanzaron sobre la ciudad puesto que como muchos de los locales
dedicados a la fotografía estaban ubicados en la zona centro corrían
un mayor riesgo. De hecho, conocemos que el fotógrafo Alfonso
se vio obligado a abandonar durante meses su estudio de la calle
Fuencarral e instalarse en el nuevo de la calle Santa Engracia que
ocupaban dos de sus hijos (Alfonso y Luis Sánchez Portela), por la
constante amenaza que significaba encontrarse cercano al edificio
de la Telefónica, el más alto de Madrid y, por tanto, objetivo priori-
tario de la aviación enemiga. A pesar de la mudanza, el estudio de
Santa Engracia, esquina Plaza de Chamberí, también fue dañado,
Beatriz de las Heras 101
tal y como se muestra en una fotografía tomada por su colega San-
tos Yubero63. Mayores fueron los daños sufridos por el estudio de
Fotos Galán, situado en la calle Alcalá número 9, que quedó total-
mente destruido tras un bombardeo aéreo, tal y como mostramos
en la segunda fotografía64.
A estos peligros se sumó, en el caso de los fotógrafos españoles,
el de la represión tras la guerra. Fue patente la urgencia con la que
el gobierno de Francisco Franco requirió a los profesionales de la
fotografía el trabajo realizado durante el conflicto con la intención de
elaborar un informe sobre su actividad. De hecho, el 13 de marzo de
1939 (tan sólo unas semanas tras la caída de Barcelona) el Departa-
mento de Plástica del Servicio Nacional de Propaganda del Ministerio
de la Gobernación solicitó a Agustí Centelles la entrega de su archivo
fotográfico, tal y como se explica en su biografía (2006, pág. 27.):
“Ministerio de la Gobernación
Servicio Nacional de Propaganda
Deberá Vd. pasar a la mayor brevedad por esta Sección de Foto-
grafía del Departamento de Plástica para entregar lo que falta del
archivo fotográfico del Sr. Centelles que interesa a esta Sección y para
completar informaciones sobre el mismo.
Por Dios, España y su Revolución Nacional sindicalista.
Barcelona 13 de marzo de 1939
III Año Triunfal
El Jefe de la Sección de Fotografía”.
Tras la entrada de las tropas comandadas por Franco en Madrid
se requirió el material fotográfico tomado antes y durante la guerra
(algo que hizo que se perdiera la mayoría de las fotografías de algu-
nos profesionales como Díaz Casariego). Algunos fotógrafos, como
Santos Yubero volvieron a ejercer su profesión sin consecuencias y
63 Archivo Regional de la C.A.M, Fondo Santos Yubero, 30.984.3.
64 A pesar de que en el letrero del local fotográfico se lee claramente “Fotos Galán”, en el
listado que hemos localizado en el Anuario General de España Bailly-Bailliére de 1936 figura el
nombre de Teodoro Orozco como el correspondiente al estudio fotográfico del número nueve
de la calle Alcalá.
FotograFiar una ciudad sitiada102
otros decidieron abandonar la fotografía e integrarse en otras activi-
dades, como Luis Ramón Marín que mantuvo su puesto funcionarial
en la Estación de Fitopatología del Instituto Nacional de Investiga-
ciones Agronómicas. Los menos afortunados padecieron la represión
por su identificación con la causa republicana, como Otto Pless,
detenido e internado en un campo de concentración donde murió
en 1940. Otros fueron condenados a muerte aunque, finalmente,
indultados y algunos inhabilitados por la Ley de Responsabilidades
Políticas que, en el caso de los periodistas y reporteros, era aplicada
por una Comisión Depuradora de Cultura y Enseñanza presidida
por José María Pemán. Entre ellos Albero y Segovia, los hermanos
Vidal, Gaspar, Torrents, Centelles, los hermanos Benítez-Casaux,
Díaz Casariego o Alfonso, que el 27 de septiembre de 1939 recibió
una comunicación de la Subsecretaría de Prensa y Propaganda en
la que se denegaba su inscripción en el registro de periodistas “en
resolución recaída en el expediente de depuración seguido por su
actuación político-profesional” (López Mondéjar, 2002, pág. 99). El
día 24 de octubre de 1939, a las 12:00h., se le citó como prisionero
de guerra y, tal y como se indica de forma manuscrita sobre la hoja
de citación, se presentó en el distrito de Chamberí65.
65 Archivo General de la Administración. Sig. (8) 124 – 33/ARM.11 01.
Beatriz de las Heras 103
En algunos casos, esta persecución se prolongó en el tiempo,
tal y como se señala en una carta inédita de Alfonso firmada el 23
de abril de 1978 en la que comenta (no consta a quien va dirigida
pero todo parece apuntar que se trata de un documento escrito
con la intención de denunciar ante una entidad pública su situación
ya que no podía cobrar una pensión de jubilación) como hasta el
20 de marzo de 1965 no fue inscrito en el Registro de Periodistas.
Transcribimos el documento a continuación:
“Efectivamente, de hecho, con fecha 20 de marzo de 1965, quedé
inscrito en el Registro de Periodistas. Ahora bien, mejor dicho mal, si
oficialmente fue así, mi situación siguió, por eso insisto mal, siendo la
misma que cuando me castigaron finalizada la guerra. Los periódicos no
solicitaron mis servicios como Redactor gráfico, pese a las comunicaciones
que les hice llegar sobre lo que entendía como rehabilitación en mi vieja
profesión. Los ALFONSO, tanto mi hermano Luis como yo, continuamos
marginados. La denegación del Carnet por mi actuación política, invali-
dándome para ejercer la profesión periodística en 1939, siguió pesando
siempre hasta la fecha sobre nosotros, sino de forma si de hecho.
Es más, cuando en el 65, nos dirigimos a la mutualidad para que-
darnos, una vez ya en el Registro a efectos de cotización, tampoco
fue posible el que tuviéramos acceso a sus beneficios, ya que nos
dijeron que para los mismos se precisaba estar en la plantilla de alguna
empresa y los ALFONSO no lo estaban en ninguna.
Ante este nuevo impedimento, tras numerosos trámites, logramos
constituir la Agencia de Información Gráfica «ALFONSO», que de
manera oficial fue reconocida y de la que además de propietarios
fuimos Subdirector y Director respectivamente mi hermano Luis y yo.
Volvimos de nuevo a la Mutualidad considerando solucionado el
caso y también nos denegaron y rechazaron la entrada. ¡Éramos autó-
nomos!
Por otro parte, la Comisión de Ingreso y Permanencia de la Aso-
ciación de la Prensa, en sus reuniones, trataron varias veces darnos
de baja en la Asociación por la falta de actividad periodística, ajena
por completo a nuestra voluntad. Sin embargo, puede que el peso
del nombre y nuestro viejo historial fueron sorteando innumerables
envites de tan grave determinación, por parte de algunos de sus com-
ponentes franquistas hacia nosotros.
FotograFiar una ciudad sitiada104
Y ahora cuando finalizado el largo período de los 40 años, creíamos
tener solución a nuestros derechos, a estas alturas de edad, en la recta
final de nuestra vida, nos encontramos sin la necesaria jubilación de
una profesión durante y desde los años 1919 con todas las campañas
de Marruecos (desde el desastre de Annual hasta el desembarco de
Alhucenas) y cuantos acontecimientos de la historia gráfica de España,
tenemos en nuestro Archivo, por causa de una trágica contienda en la
que nos correspondió estar en el campo de los vencidos, no tenemos
derecho a nada. Sólo un número en el Registro oficial de periodistas.
Sin antigüedad siquiera. Desde 1965. ¡Bien poco! y … ¿para qué?
Con todo respeto estimamos que como un caso especial se recon-
sidere nuestro caso.
Madrid 23 abril 1978.”66
Así Alfonso, Mayo, Casariego, Marín o Videa, que se habían encar-
gado de retratar el Madrid de la República, fueron sustituidos por otros,
como Antonio Verdugo, José Zegrí, Sanz Bermejo, Pablo Teresa, Miguel
Cortés, Pepito Campúa o Zarco, que, controlados por una férrea censura,
fotografiaron el Madrid del Franquismo. Incluso, como recordó Yubero a
López Mondéjar (2010, pág. 66), a principios de los años 40, ese control
—que acabó con la edad dorada del fotoperiodismo en España— llegó
a exigir que los profesionales tuvieran que vestir con un uniforme que
recordaba al de Falange Española y que se adquiría a través de los perió-
dicos, tal y como se recoge en una carta enviada por Juan José Pradera,
director de Ya, al fotógrafo el 27 de noviembre de 194267:
“A algunos no nos hizo mucha gracia aquella orden, pero la verdad
es que casi todos llegamos a vestir ese uniforme con correajes. Yo lo
llevé unos cuantos meses. Recuerdo que el propio director de Ya me
envió una carta indicándome la obligación de llevarlo, y hasta me
indicaba la sastrería a la que debía ir para que me lo confeccionasen.
Por supuesto, el uniforme lo pagaban los propios periódicos. A los
dos o tres años dejó de ser obligatorio. Alguien debió pensar que
tenía más de mascarada que de otra cosa, o quizá lo quitaron cuando
Alemania perdió la guerra”.
66 Archivo General de la Administración. Sig. (8) 124 – 33/ARM.11 01.
67 Archivo Regional de la C.A.M, Fondo Santos Yubero, 43100.001.
Beatriz de las Heras 105
3.3.2. Bases de trabajo. Los locales de fotografía
Es el momento de estudiar la situación laboral de los fotógra-
fos, no desde su vivencia, sino desde sus condiciones. Como ya
hemos mencionado, no se ha localizado el reglamento general
por el que se regían los fotógrafos en Madrid antes y durante
la guerra. Uno de los motivos podría ser que jamás se realiza-
ra, puesto que, a pesar de los muchos intentos de la Sociedad
Obrera de Fotógrafos y Similares de Madrid, no parecía ser una
cuestión prioritaria en el sector de las Artes Gráficas. La situación
de inestabilidad que esto pudiera generar se solventó durante el
período bélico a través del férreo control que la Junta Directiva
de la Sociedad ejerció sobre todos los trabajadores. De hecho,
cada decisión tomada por los comités de control de las casas,
talleres y laboratorios fotográficos debía ser ratificada por la Junta
FotograFiar una ciudad sitiada106
Directiva, más si cabe en lo relativo a tres aspectos esenciales y
problemáticos del trabajo del fotógrafo desde el mes de julio de
1936: horario, salario y tarifas.
3.3.2.1. Horario
Según el Artículo 21 de la propuesta presentada por la Asamblea
de la Sociedad de Obreros y Empleados de Fotografía y Cinemato-
grafía en el año 1932, el horario de los fotógrafos debía ser de 9:00
a 13:00 horas y de 15:00 a 19:00 horas, cumpliendo así un total de
44 horas semanales (según datos extraídos de la revista Obreros
Fotógrafos y Similares en febrero de 1932), por lo que debemos
suponer que el que se realizaba hasta ese momento era mayor.
No obstante, el ritmo de la contienda lo modificó ya que debió
adaptarse a las necesidades impuestas. Fueron muchas las restriccio-
nes que sufrió Madrid y que afectaron al mundo de la fotografía, sobre
todo las eléctricas, por lo que la jornada laboral tuvo que adecuarse a
estos requerimientos, como los dictados en una Orden de la Presiden-
cia del Consejo de Ministros firmada en octubre de 1938 y publicada
en la Gaceta de la República el 21 de octubre de 1938:
“Con el fin de limitar el consumo de energía eléctrica a lo estric-
tamente indispensable en las Oficinas públicas, esta Presidencia del
Consejo de Ministros ha resuelto que por los diversos Departamentos
ministeriales se señale el horario de trabajo con una duración mínima
de siete horas diarias, que habrán de estar comprendidas entre las
ocho y las diez y siete horas.
El día 24 del actual entrará en vigor en nuevo horario, sirviéndose
comunicar los Departamentos ministeriales a esta Presidencia, el que
cada uno fija”.
Al margen de las restricciones, el volumen de trabajo que tuvo
la mayoría de los estudios y laboratorios de la capital obligó a los
empleados a ocuparse unas horas más de las establecidas. Ante esta
situación, la decisión final era tomada por la Junta Directiva de la
Beatriz de las Heras 107
Sociedad Obrera de Fotógrafos y Similares de Madrid, previa peti-
ción del comité de control de cada local fotográfico que solicitaba
una ampliación de horario, tal y como se lee en la siguiente misiva
manuscrita y sin data del Comité de Fotografía Yruela:
“Habiendo sido requeridos, los compañeros de esta casa, el hacer
una hora extraordinaria y trabajar los domingos pagándolos a precio
de bases mientras dure el exceso de trabajo, solicitamos de los com-
pañeros de la Directiva la debida autorización.”68
Esta carta tuvo respuesta el 7 de abril de 1937 por parte de la
Junta Directiva de la Sociedad, que decidió aceptar el requerimien-
to, siempre y cuando los trabajadores lo acataran y sólo afectara a
obreros mayores de edad:
“Al compañero Delegado de la Fotografía Iruela:
Salud: En atención a las actuales circunstancias y por no haber
parados en la actualidad, esta Directiva accede a la petición que hace
el patrono para poder trabajar algunas horas extraordinarias.
Esta autorización debe entenderse de la siguiente forma:
1º. Quedan autorizados para trabajar una hora, previa aceptación
vuestra.
2º. Esta autorización no podrá extenderse en ningún caso a los
menores de 18 años a los cuales no les autoriza la Ley de la Jornada
Máxima Legal vigente.
Desde luego tomamos buena nota de la necesidad de personal que
existe en esa casa y tan pronto como quede algún compañero en paro
será enviado y cesará automáticamente esta autorización.
Por la Junta Directiva.”69
Por tanto, cada local de fotografía, previo acuerdo de sus obreros
y bajo la supervisión de la Junta Directiva, cumplía un horario deter-
minado muy influido por el desarrollo de la contienda y el trabajo
en cada momento.
68 Centro Documental de la Memoria Histórica-GC (S) PS Madrid 2134.
69 Centro Documental de la Memoria Histórica-GC (S) PS Madrid 799.
FotograFiar una ciudad sitiada108
3.3.2.2. Salario
Durante el conflicto se generó documentación, hoy conservada
en el Centro Documental de la Memoria Histórica, acerca de esta
parcela de la actividad de los fotógrafos que desempeñaron su oficio
en Madrid. Por un lado, contamos con alguna de las misivas que
las direcciones de distintos locales fotográficos enviaron al Comité
de Enlace de Artes Gráficas de Madrid para informar sobre este
particular, al margen de la información que los mismos comités de
control de los talleres generaron. Por otro, hemos recuperado docu-
mentación de los Jurados Mixtos de Artes Gráficas y Prensa con
información sobre los salarios y propuestas de aumento salarial, y
algunos datos extraídos de diversas fuentes hemerográficas.
Resulta de gran utilidad la información que se recoge en las actas
de reunión y de los controles económicos realizados por los comités
de control de los talleres fotográficos. Como ya comentamos, toda
decisión tomada por el comité de cualquier local de la ciudad debía
ser avalada por los empleados y ratificada por un órgano superior:
el Comité de Enlace de Artes Gráficas de Madrid, al que se debía
informar de cualquier modificación sobre el funcionamiento del local
o de las circunstancias laborales de sus trabajadores. La documen-
tación que generó esta constante comunicación nos puede ayudar
a recomponer la realidad salarial de los fotógrafos, como en el caso
de la siguiente acta firmada por los representantes del Comité de
Control de Fotografía Nira (Plaza del Progreso, 12) el 21 de septiem-
bre de 1936, en la que se establecía el sueldo semanal a percibir por
los trabajadores del local70.
Si comparamos estas cifras con las solicitadas en la propuesta
de las bases de trabajo firmadas por la Sociedad de Fotógrafos y
Similares, observamos que, en este caso, el sueldo solicitado por
el comité obrero de la casa está por debajo de lo que se requería
en 1932, entendiendo así que la propuesta llevada a cabo por la
Sociedad no se hizo efectiva y, por tanto, no mejoró la situación
laboral de los fotógrafos.
70 Centro Documental de la Memoria Histórica-GC (S) PS Madrid 2169.
Beatriz de las Heras 109
Un caso curioso, por el seguimiento que puede realizarse, es el
del establecimiento de la Casa de la Viuda de Braulio López. La
primera nota que hemos localizado sobre los sueldos percibidos por
FotograFiar una ciudad sitiada110
71 Centro Documental de la Memoria Histórica-GC (S) PS Madrid 2169.
los trabajadores del local es un resumen de las nóminas del mes de
septiembre de 193671:
Beatriz de las Heras 111
Esta información se completa con otro documento que recoge
datos sobre la nómina del personal, en el que, ahora sí, se pue-
de observar el sueldo percibido por los trabajadores de distintas
categorías profesionales del local dedicados, exclusivamente, a los
trabajos fotográficos:
“Nómina de sueldos del personal que presta sus servicios en el
establecimiento propiedad de Vda. de Braulio López, situado en la
calle del Príncipe n.º 23, correspondiente a la semana del 19 de sep-
tiembre al 25 del mismo de 1936:
72 Centro Documental de la Memoria Histórica-GC (S) PS Madrid 2169.
73 Centro Documental de la Memoria Histórica-GC (S) PS Madrid 2171.
También hemos localizado un documento que muestra la relación
de cargos y sueldos percibidos por los trabajadores de Fotografía
Yruela. Se trata de una nómina sin data en la que se señala el nombre,
el cargo ocupado en la casa y el sueldo mensual de cada empleado.
“Nómina de la Fotografía «Yruela»”
Nombre Clasificación Jornal diario Total
Ricardo Barragán Echandia Oficial de revelado
y ampliaciones
8,33 50,00
Nicolás Juanas Pérez Tirador de positivos
y ampliaciones
7´00 42,00
Dionisio Alarcón Lépez Tirador de positivos 7´00 36,00
Antonio Jiménez Corrochano Lavado y secado 5´83 35,00
Total 163,00”72
Nombre Cargos de los empleados Sueldos
Enrique Yruela Dirección, contabilidad 650 (semanal) y
despacho
Josefa Bartolomé Ayudante de Despacho 125 (semanal)
Enrique Yruela (hijo) Operador 105 (semanal)
Ricardo Ferrandiz Retocador de positivos y clichés 80 (semanal)
Eugenio Martín Tirador o positivista 80 (semanal)
Nicasio López Ayudante 45 (semanal)
Cesar Agudín Chico de recados 12 (semanal)73
FotograFiar una ciudad sitiada112
Podemos observar que los datos del sueldo percibido por los traba-
jadores de esta casa de fotografía no distan de los extraídos de la
misiva que Antonio Gavilán, en calidad de Presidente de la Sociedad
Obrera de Fotógrafos y Similares, envió al Ministerio de Industria en
1937 informando de esta cuestión74, excepto en el caso del opera-
dor quien, según los datos de la carta, percibía un sueldo de 162´70
pesetas semanales, mientras que en la información generada por el
local esta cifra desciende a 105´00 pesetas.
Sin embargo, no hemos localizado ningún documento del colecti-
vo en el que se indique el sueldo percibido por los obreros fotógra-
fos de la ciudad hasta el mes de julio de 1938, cuando se publicaron
en el número de julio de 1938 de la revista Obreros Fotógrafos y
Similares los datos del proyecto de aumento de jornales que se
sometía a aprobación de la Asamblea para, una vez aprobado, ele-
varlo a la Ponencia del Sindicato Provincial de Artes Gráficas. Este
documento resulta interesante por dos motivos: por un lado, mues-
tra el interés del organismo por incrementar los sueldos y, por otro,
nos ofrece la cifra oficial de lo que cobraban los fotógrafos hasta ese
momento. Presentamos la siguiente tabla confeccionada a partir de
los datos extraídos de la publicación:
Categoría Jornal que viene
cobrando (semanal)
Aumento que se
propone (semanal)
Operador 102,70 120,47
Oficial 86,40 108,00
Ayudante 60,30 79,20
Aprendiz de 3º y 4º año 41,10 55,50
Aprendiz de 1º y 2º año 16,80 22,68
Unos meses más tarde, la Federación Gráfica Española redactó un
informe elaborado por la Subponencia del organismo en el que se
recogían las cifras oficiales del salario de los fotógrafos de la ciudad
hasta el 14 de octubre de 1938, y en el que se proponía a los Jura-
dos Mixtos de Artes Gráficas y Prensa la aprobación del aumento
74 Centro Documental de la Memoria Histórica-GC (S) PS Madrid 2131.
Beatriz de las Heras 113
transitorio de éstos. De nuevo, descubrimos un documento que
nos informa de la situación salarial de los fotógrafos y del deseo de
mejorar ese estado75. A continuación presentamos una tabla en la
que se pueden observar las diferencias:
75 Centro Documental de la Memoria Histórica-GC (S) PS Madrid 2149.
Como podemos apreciar en la propuesta de aumento salarial,
excepto el ligero incremento de algo más de dos pesetas del sueldo
de operador, el resto de las categorías profesionales mantenía la
cifra que se manejaba en el mes de octubre de 1938. Si compara-
mos estos números con los expuestos en la propuesta de aumento
salarial publicada en la revista Obreros Fotógrafos y Similares del
mes de julio de 1938, podemos comprobar que en tan sólo cuatro
meses (los que van desde julio hasta octubre) los jornales aumenta-
ron considerablemente en todas las categorías, incluso por encima
de la propuesta que se publicó en la revista en el mes de julio. Aun
así, se solicitaba un nuevo aumento salarial para los operadores.
Ante esta situación no es de extrañar que surgieran conflictos
con otros trabajadores del gremio de las Artes Gráficas, como el
que enfrentó a los obreros fotógrafos y a la Asociación de Obreros
Encuadernadores “El Arte del Libro” en el mes de septiembre de
1937 respecto a la legitimidad de los jornales que debían cobrar
los primeros. No hemos localizado el inicio de la disputa (aunque
sabemos que se produjo por las acusaciones del Presidente de la
Categoría Jornal que viene
cobrando
Aumento
que se propone
Jefe 140,00 140,00
Operador 132,00 134,30
Ayudante 96,00 96,00
Aprendiz de 4º año 63,00 63,00
Aprendiz de 3º año 51,00 51,00
Aprendiz de 2º año 39,00 39,00
Aprendiz de 1º año 27,00 27,00
FotograFiar una ciudad sitiada114
Sociedad de Encuadernadores el día 10 de septiembre de 1937 en
un acto público), pero sí las consecuencias de la misma. El primer
rastro del conflicto lo encontramos en una carta que Antonio Gavi-
lán envió a Luis Benavente, Secretario del Jurado Mixto de Artes
Gráficas, en la que se lee:
“Muy señor mío y amigo: Para salir al paso de la incredulidad de
algunos elementos que han puesto en duda la legitimidad de los
jornales que deben cobrar los obreros fotógrafos, cosa que en ese
Jurado es oficial, le ruego me los COPE y me los envíe a la brevedad
que le sea posible.
En la seguridad de verme atendido y con gracias anticipadas quedo
de V. affmo y buen amigo q.l.e.l.m.”76
Éste contestó al responsable del Sindicato lo siguiente:
“Mi querido amigo: En respuesta a la consulta que me hace por
carta, tengo el gusto de comunicarle, que según los antecedentes que
obran en el Jurado, los jornales de los fotógrafos son los siguientes:
Aprendiz de primero y segundo año, 12 ptas.; id. de tercero y cuar-
to año, 30 ptas., Ayudante, 45 ptas., Oficial, 80 ptas., y Operador,
102,70 ptas.
Como el aspecto de su carta parece una consulta meramente par-
ticular, lo hago de esta forma, pero si a V., le interesa que le dé el
trámite oficial a ella, dígamelo y le contestaré por oficio.
Sabe es siempre su buen amigo que le abraza.”77
El día 28 de septiembre de 1937, la Junta Directiva de la Sociedad
Obrera de Fotógrafos y Similares de Madrid envió una copia de la
carta firmada el día 25 de septiembre de 1937 a la Sociedad de
Encuadernadores (con copia a “El Arte de Imprimir”, Impresores,
Estereotipadores, Cerradores, Vendedores, Sobreras, Fundidores,
Agentes de Publicidad, Administrativos de Prensa, Huecograbado-
res, Fotograbadores, Litógrafos y a la Federación Gráfica Española,
76 Centro Documental de la Memoria Histórica-GC (S) PS Madrid 2134.
77 Centro Documental de la Memoria Histórica-GC (S) PS Madrid 2134.
Beatriz de las Heras 115
según se indica al final de la carta de manera manuscrita) en respues-
ta a la imputación hecha por su Presidente, carta en la que se lee:
“Estimados compañeros, Salud: Esta Junta Directiva se dirige a
vosotros en demanda de rectificación de los conceptos vertidos por
la representación de esa Sociedad en el acto público celebrado el día
10 en el Salón-teatro de la Casa del Pueblo. En este acto se afirmó
que «los Fotógrafos se habían elevado los jornales al socaire de la
guerra», y esto es falso.
Para deshacer un argumento, expuesto alegremente y con desco-
nocimiento absoluto de la cuestión, bastan los archivos del Jurado
Mixto de Artes Gráficas, en donde se registran todos los conflictos
llevados por esta Organización, a dicho Tribunal Paritario, contra la
clase patronal y fallados en Derecho. (En Derecho). Entiéndase bien.
En Derecho y en momentos en que el Derecho estaba sojuzgado por
la situación política del «bienio negro».
Los sueldos de nuestro Contrato de Trabajo están en vigor desde
el momento mismo en que terminaron las sesiones que se discutía.
Estos están regulados en un texto legal cual es: «El Estatuto de sala-
rios mínimos». Vaya por delante —bajos como los que más— pero
lícitos. ¡Indiscutiblemente lícitos! Por serlo, todos los conflictos como
antes decimos, fueron fallados a nuestro favor, a partir de 1.932, en
las reclamaciones por diferencia de salarios planteadas.
Queda perfectamente claro que nuestra organización, consciente
como la que más, no ha hecho un uso indebido de poder, en circuns-
tancias más o menos favorables a la clase trabajadora. Si bien es cierto
también, que si esto se hubiera producido ello hubiera sido, en todo
caso, en beneficio de un sector de obreros explotados toda la vida. Y
no creemos tampoco a otro sector de obreros —so pena de negarse
a sí mismos—los más indicados para adoptar esa posición que solo
sería admisible a la burguesía.
Cerramos la hipótesis y solo nos resta añadir que el documento
acreditativo de nuestra razón se halla a disposición de quien para
apoyar su tesis, se lanza alegremente a hacer imputaciones que, solo
con manifiesta mala fe pueden hacerse.
En espera de vuestra rectificación, quedamos vuestros y de la Cau-
sa de los trabajadores.”78
78 Centro Documental de la Memoria Histórica-GC (S) PS Madrid 2134.
FotograFiar una ciudad sitiada116
En contestación a este escrito, la Junta Directiva de la Sociedad
de Obreros Encuadernadores “El Arte del Libro” envió una misiva el
día 30 de septiembre de 1937 a la Sociedad Obrera de Fotógrafos
y Similares de Madrid, que a continuación transcribimos:
“Estimados compañeros. Salud:
Examinada la vuestra de fecha 25 del actual pasamos a contestarla
en el sentido siguiente:
1º. Que bien a nuestro pesar y aun teniendo en cuenta vuestros
argumentos no podemos acceder a la rectificación solicitada, porque
admitiendo como ciertas las manifestaciones de nuestro compañero
Eusebio Abad, la implantación de vuestras condiciones de trabajo
actuales fueron conseguidas como manifestó nuestro representante
al socaire de la guerra.
2º. Que ateniéndonos a las manifestaciones de vuestro compañero
que al recoger la alusión, señaló que vuestro Contrato de Trabajo estaba
en el Mº de Trabajo recurrido desde que fue aprobado por los Jurados
Mixtos, entendemos nosotros que si aceptabais desde el 16 de febrero
la competencia y legalidad del Ministerio en materia de Recursos a Bases
de Trabajo, no fue este Organismo el que desestimara el presentado por
los patronos y si vuestra actuación en aquellos días la que hizo que se
implantaran. Independientemente de que los obreros en sentido general
rara vez aceptaron el que unas Condiciones de Trabajo fueran recurridas
tan insistentemente, pues cuando esto ocurría era la fuerza de su Orga-
nización la que hacía valer su Derecho, por encima de la clase capitalista
alentada y sostenida entonces por el Gobierno, pues mal se conjuga
la concepción de Derecho que vosotros alegáis logrando en el Jurado
Mixto, con la negación posterior del Ministerio a través del Consejo de
Trabajo, que en definitiva era el que determinaba. Creo que de esta
forma, no es posible sostener una tesis tan elástica, afirmando por una
parte lo que se niega por otra y mas habida cuenta de que los Jurados
Mixtos, que aprobaron vuestras Condiciones de Trabajo, son Órganos
de Derecho Público que entienden en la confección de Normas y Con-
diciones e Interpretaciones de Trabajo, pero es en primera instancia que
en definitiva estaba el Consejo de Trabajo, de una composición política
igual y admitido y aceptado entonces por los trabajadores.
No creemos sea oportuno contestar como debe a ciertas consi-
deraciones poco de clases que hacéis en la vuestra, esto nos llevaría
Beatriz de las Heras 117
a un terreno que por nuestra parte rehusamos, nos basta tan solo
reafirmarnos en lo dicho esperando reconoceréis lo injusto de vuestra
pretendida rectificación.
Os enviamos un saludo fraternal. Vuestros y de la Causa Obrera
Por la Junta Directiva.”79
La última información con respecto a este conflicto que hemos
localizado es una carta enviada a la Sociedad de Obreros Encua-
dernadores “El Arte del Libro” por la Junta Directiva de Fotógrafos
el día 13 de octubre de 1937, en la que se expresa la voluntad del
colectivo de finalizar el ambiente de tensión producido por la ele-
vación de salarios de su agrupación:
“Esta Junta directiva conociendo el requerimiento hecho por nues-
tro compañero Secretario de la F.G.E. en reunión con las Juntas Direc-
tivas Gráficas el día 11 del actual, para que cesaran las situaciones
existentes entre las mismas por consecuencia de nuestra elevación
de salarios, reconociendo la conveniencia del requerimiento expre-
sado, ha acordado aceptar el mismo y por lo tanto y por la presente
ponerse a disposición de las Juntas Directivas Gráficas, para resolver
conjuntamente la necesidad de elevación de salarios insuficientes,
según expresión por nosotros mantenida y repetida por el compañero
Rodríguez Vaga.
Por lo expuesto, os reiteramos lo manifestado, significándose que
por nuestra parte, estamos dispuestos de imprimir la mayor cordia-
lidad en nuestras relaciones, como igualmente la mayor y posible
celeridad a la resolución de lo que nos afecta.
Esperando nos indiquéis día para empezar las deliberaciones pre-
vias, aprovechando la ocasión de enviaros un saludo fraternal.
Vuestros y de la Causa de los Trabajadores
Por la Junta Directiva.”80
Lo interesante del análisis de este clima de crispación entre las
dos Juntas Directivas es comprobar si las afirmaciones de la Socie-
dad de Obreros Encuadernadores “El Arte del Libro” se basaron en
79 Centro Documental de la Memoria Histórica-GC (S) PS Madrid 2134.
80 Centro Documental de la Memoria Histórica-GC (S) PS Madrid 2134.
FotograFiar una ciudad sitiada118
una sospecha fundada. Si realmente los obreros fotógrafos se exce-
dieron en el aumento de sus sueldos. Todo indica que realmente
hubo una subida indiscriminada de honorarios y precio de los traba-
jos fotográficos en la ciudad. Pongamos como ejemplo el contenido
de una carta de la Directiva de la Sociedad de Fotógrafos y Similares
de Madrid dirigida al Comité del Taller de Prensa Gráfica y sellada
el 13 de agosto de 1937, en la que se informaba de la conveniencia
de la subida del salario de uno de los trabajadores, Carlos García,
por haber ascendido de categoría profesional:
“Al Comité de taller de Prensa Gráfica
Estimados compañeros, salud: Nos dirigimos a vosotros para expo-
neros el caso del compañero Carlos García que trabaja en esos talleres
en la sección de fotografía. Este compañero ha entrado en el 3ª año y
por tanto le corresponde el jornal de Pts. 30,00 semanales con arreglo
a nuestras «bases de trabajo».
En consecuencia os rogamos que toméis nota de ello a fin de que
dicho compañero empiece a disfrutar el jornal que le corresponde.
Sin otro particular quedamos vuestros y de la causa de los traba-
jadores.”81
Esta misiva nos aporta un dato nuevo respecto a la información que
conocíamos. Según la propuesta de aumento transitorio de salarios
que debían aprobar los Jurados Mixtos de Artes Gráficas y Prensa en
noviembre de 1938, el jornal de los aprendices de tercer año debía ser
51´0 pesetas semanales. Partiendo de este punto, y conociendo a tra-
vés de esta carta que se solicitaban 30´0 pesetas semanales para Carlos
García en el mes agosto de 1937, podemos afirmar que realmente se
produjo una subida cuantitativa de los salarios de los aprendices de
tercer año, y, por extensión, de los fotógrafos en general, ya que la
diferencia es de 21´0 pesetas en tan solo 15 meses, los que van desde
agosto de 1937 a noviembre de 1938.
Otra muestra indiscutible de la subida de sueldos y de los trabajos
realizados por los fotógrafos es una carta incompleta que hemos loca-
81 Centro Documental de la Memoria Histórica-GC (S) PS Madrid 2134.
Beatriz de las Heras 119
lizado en el archivo, firmada por Antonio Gavilán y Eduardo Martínez
Ibarra (Presidente y Vice-Secretario de la Sociedad Obrera de Fotógrafos
y Similares, respectivamente), y dirigida al Secretario General del Minis-
terio de Industria, José Capmany Arbot. Esta misiva, sin data, parece
responder a una petición de la Dirección General de Industria que soli-
citaba a la organización información sobre la actividad de los fotógrafos
con el fin de poder abrir un expediente y anular la subida de precios:
“Con el fin de poder incoar el correspondiente expediente, para la
anulación de la subida de precios que piden en su escrito de fecha 12
de Abril, ruégoles me remitan todos cuantos datos tengan sobre los
precios de las materias primas antes del 18 de Julio del año pasado
y lo actuales, así como las variaciones en jornales, alquileres y precios
de las fotografías como también el porcentaje de aumento de trabajo.
Valencia, 6 de Mayo de 1937.”82
82 Centro Documental de la Memoria Histórica-GC (S) PS Madrid 2131.
FotograFiar una ciudad sitiada120
Como consecuencia de este requerimiento, el Presidente de la
Sociedad Obrera de Fotógrafos y Similares elaboró un informe que,
aunque incompleto, resulta fundamental por dos motivos: nos infor-
ma del precio de los trabajos y sueldos de los fotógrafos, y es la cer-
tificación indiscutible de que la denuncia realizada por la Sociedad
de Obreros Encuadernadores “El Arte del Libro” estaba basada en
hechos fundados:
“La clase patronal de la fotografía en Madrid y basándose en supues-
tas circunstancias motivadas por la guerra, ha elevado caprichosamente
los precios en los trabajos, en proporciones tan enormes que exceden
con mucho las razones que pudieran aducirse en pro de ello; llegando en
algunos casos, comprobados por este Sindicato, a alcanzar la elevación
de cien por cien. Haciéndose con ello una labor francamente derrotista
como habremos de demostrar en el decurso del presente escrito.
La única razón en que podría apoyarse la elevación antedicha, sería
la del aumento en las materias primas, autorizada por ese Ministerio
en atención al problema de los cambios, ya que las materias a emplear
son de procedencia extranjera. Pero esto, tomado como base de ele-
vación, no podría en ningún caso serlo más que en una proporción
de un 15% sobre el precio de coste, dado que el cálculo del factor
material en el global del precio de producción se basa en el 30% del
valor intrínseco de la fotografía elaborada. Los jornales existentes en
la industria, son los aprobados en el Jurado Mixto de las Artes Gráfi-
cas con f