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Presence of Protozoa and microorganisms related to human immunosupression processes in coyotes (Canis latrans: Canidae) from Irazu Volcano National Park and limiting agricultural land in Costa Rica

Authors:
197
Artículo Original
Rev. Ibero-Latinoam. Parasitol. (2011); 70 (2): 197-205
Presencia de protozoarios y microorganismos
relacionados con procesos de inmunosupresión
humana en coyotes (Canis latrans: Canidae) del
Parque Nacional Volcán Irazú y campo agrícola
limítrofe en Costa Rica
NIEHAUS C.1, VALERIO I.2, BLANCO K.3 y CHINCHILLA M.2
1 Escuela de Medicina y Cirugía Veterinaria San Francisco de Asís, Universidad Veritas, San Rafael de Coronado,
San José, Costa Rica.
2 Departamento de Investigación y Cátedra de Parasitología, Universidad de Ciencias Médicas, San José, Costa Rica.
3 Direccción de Investigación, Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica.
Recibido:15 de Agosto de 2001. Aceptado 15 de Noviembre de 2011.
Correspondencia: Misael Chinchilla-Carmona Ph.D. Departamento de Investigación y Cátedra de Parasitología,
Universidad de Ciencias Médicas, San José, Costa Rica.
E-mail: chinchillacm@ucimed.com
ABSTRACT
PRESENCE OF PROTOZOA AND MICROORGANISMS RELATED TO HUMAN
IMMUNOSUPRESSION PROCESSES IN COYOTES (CANIS LATRANS: CANIDAE)
FROM IRAZU VOLCANO NATIONAL PARK AND LIMITING AGRICULTURAL
LAND IN COSTA RICA
To nd possible sources of opportunistic microorganisms in human-altered wild environments, coyote
feces from Irazu Volcano National Park (IVNP) and the surrounding potato elds in Costa Rica were
analyzed for microsporidia, Cyclospora sp., Cryptosporidium sp. and other coccidia. A monthly collection
of coyote feces was carried out for a year in IVNP, divided into three sub-areas named Irazu, Potato Fields
and Prusia. A total of 209 samples, 99 from Irazu, 11 from Potato Fields and 99 from Prusia, were collected
and analyzed. Direct examination, mechanical concentration and special staining techniques for protozoa
and for the opportunistic microorganisms were used to detect them, obtaining 46,4% positive samples for
at least one microorganism. Cryptosporidium sp. was observed in 17,2% of the samples, Sarcocystis sp.
was found in 7,7% and Eimeria sp. in 6,7%. In addition, microsporidia and protozoa including Isospora
sp., Cyclospora sp., Entamoeba coli and Endolimax nana were identied in less than 3% of the samples.
Signicance of the ndings is discussed given the zoonotic risks that emerging infectious diseases may
represent to wildlife, domestic animals as well as to immunosupressed humans, especially in the case of
Cryptosporidium, Cyclospora and microsporidia.
Key words: Coyotes, Canis latrans, intestinal parasites, immunosuppression, Costa Rica.
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RESUMEN
El rol ecológico del coyote en la cadena alimenticia y el hecho de que constituye un reservorio para
varias enfermedades de importancia zoonótica o para animales domésticos los hace adecuados indicadores
de salud ambiental, ya que pueden ayudar a identicar y monitorear enfermedades potencialmente patógenas
y otros parásitos emergentes en su ambiente. Para buscar posibles fuentes de microorganismos oportunistas,
se analizaron heces de coyotes (Canis latrans) del Parque Nacional Volcán Irazú (PNVI) en Costa Rica
para microsporidios, Cyclospora sp., Cryptosporidium sp. y otros coccidios. La colecta mensual de heces
de coyote se realizó durante un año en tres sub-áreas del Parque: Irazú, papales y Prusia, recogiéndose un
total de 209 muestras. Empleando examen directo, concentración mecánica y tinciones especiales para
los protozoarios y microorganismos oportunistas estudiados, se obtuvo 46,4% de muestras positivas para
al menos un microorganismo. Cryptosporidium sp. se observó en 17,2% de las muestras y Sarcocystis
sp. en 7,7%. Adicionalmente se identicó Eimeria sp. (6,7%), Isospora sp., Cyclospora sp., Entamoeba
coli, Endolimax nana y microsporidios en menos de 3% de las muestras. Se discute el signicado de los
hallazgos dada su importancia zoonótica, en especial de Cryptosporidium, Cyclospora y microsporidios.
Palabras clave: Coyotes, Canis latrans, intestinal parasites, inmunosupresión, Costa Rica.
INTRODUCCIÓN
Los coyotes (Canis latrans) son animales opor-
tunistas que se distribuyen en gran variedad de
ecosistemas dada su fácil adaptación a las diferen-
tes fuentes de alimentación locales (de la Rosa y
Nocke, 2000). Alteraciones en el hábitat, la cacería
indiscriminada de otros animales por parte del ser
humano, unido a la urbanización progresiva, han
ocasionado su expansión hacia zonas agrícolas y
suburbanas (Riley et al, 2003). Esta adaptación a
las condiciones humanas ha permitido el contacto
con animales domésticos (Trout et al, 2006) y el ser
humano, aumentándose la probabilidad de trans-
misión de enfermedades entre especies (Manning,
2007) y permitiendo la interrelación de varios pató-
genos (Aguirre, 2009).
El coyote cumple un importante rol en la cadena
tróca y actúa como regulador de poblaciones de
roedores oportunistas, involucrados en la transmi-
sión de enfermedades zoonóticas como erlichiosis,
leptospirosis, hantavirus, enfermedad de Lyme y la
plaga humana (Epstein, 2002). Sin embargo, tam-
bién es reservorio de varias enfermedades zoonóti-
cas y de animales domésticos, como rabia, distem-
per, parvovirus, sarna y otras parasitosis. Estas ca-
racterísticas lo convierten en una especie centinela
o en indicador de enfermedades, aprovechable para
monitorear diversas enfermedades en su ambiente
(Sangster et al, 2007).
Diversos estudios serológicos de Europa, Norte
y Suramérica evidencian la exposición de cánidos
silvestres a enfermedades y agentes infecciosos
como: rabia, distemper, parvovirus, adenovirus ca-
nino, toxoplasmosis, neosporosis, dirolariasis y
otras enfermedades (Holzman et al, 1992; Acha y
Szyfres, 2003; Arjo et al, 2003; Gese et al, 2004).
Microorganismos relacionados con deciencias
inmunitarias, tales como coccidios y microspori-
dios, han sido reportados en coyotes en otros países
(Dubey et al, 1978; Gompper et al, 2003; Foreyt y
Foreyt, 1982; Dunbar y Giordano 2003; Manning,
2007; Miller et al, 2009). Estudios similares no se
observan en el Neotrópico y mucho menos en Cos-
ta Rica, en donde incluso el estudio de los parásitos
comunes en cánidos silvestres es limitado (Niehaus
et al, datos no publicados). No obstante, en el país
se han reportado casos humanos de infecciones
por microsporidios como Enterocytozoon bieneusi
(Chinchilla et al., 1997) y Nosema sp. (Chinchilla
et al, 2002), así como por los protozoarios Cryptos-
poridium sp. (Mata et al, 1984) y Cyclospora ca-
yetanensis (Chinchilla et al, 1999), pero no se han
vinculado con reservorios.
Esta ausencia de información es preocupante
dado que algunos de los microorganismos oportu-
nistas presentes en los coyotes, tales como Cryptos-
poridium sp., Cyclospora sp. y los microsporidios,
pueden infectar al ser humano (Corradi y Keeling,
2009). Dicha preocupación es mayor, si se toma
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en cuenta la importancia creciente de las enferme-
dades infecciosas emergentes (EIE) para la salud
humana y para la conservacion de la biodiversidad
(Daszak y Cunningham, 2002). La posibilidad de
que guardaparques, turistas y agricultores entren en
contacto con heces infectadas, hace de las áreas sil-
vestres protegidas, como el Parque Nacional Volcán
Irazú, y los campos agrícolas colindantes en Costa
Rica, lugares ideales para monitorear la presencia
de los organismos oportunistas en animales locales
(Arjo et al, 2003, Sangster et al, 2007), permitiendo
conocer el estado de la salud ecosistémica, los po-
sibles reservorios y comprender mejor los riesgos
que representen. El determinar la presencia de estos
organismos en los coyotes de una área de fácil ac-
ceso al ser humano, es el objetivo fundamental de
este estudio.
MATERIAL Y MÉTODOS
Área de estudio y colecta de las muestras. Se
escogió el Parque Nacional Volcán Irazú (PNVI)
en Costa Rica (9°95´12"-9°99'63"N y -83°87'55"-
-83°83'87" W), tomando como base un sendero
que abarcó los sectores del Parque llamados Irazú
y Prusia, así como ncas adyacentes cultivadas
con papa (Solanum tuberosum). La zona está
constituida por distintas alturas, microclimas y
tipos de vegetación pertenecientes a bosque pluvial
montano, bosque muy húmedo montano y un área
de páramo (ACCVC 2008).
El muestreo se realizó en un sendero exclusivo
para los guardaparques, cuyo recorrido inició en
el sector Irazú. Las condiciones físicas del terreno
hacen que el sendero se salga de los límites del
Parque en un punto y atraviese ncas cultivadas con
papa (S. tuberosum), sector denominado “papales”.
El transecto se reintroduce luego en el área conocida
como el sector Prusia, de características boscosas y
constituido por vegetación tanto autóctona como
exótica, con la presencia de pino (Pinus sp.), ciprés
(Cupressus sp.) y eucalipto (Eucalyptus sp.). El
recorrido concluye en el área administrativa del
sector Prusia completándose un total de 5,15 km.
En la zona de Irazú no se disponía de estudios
documentados sobre poblaciones de mamíferos,
incluyendo coyotes, pero con evidencia de su
existencia. En efecto, la realización de monitoreos
mensuales previos por parte de los guardaparques
del PNVI ayudó al hallazgo de heces y huellas de los
animales. Además, se tenía reportes de avistamien-
tos y aullidos de coyotes por parte de nqueros de
la zona, así como evidencia fotográca obtenida por
cámaras trampa colocadas previamente en el Parque
(Mauricio Gamboa, comunicación personal).
La obtención mensual de heces de coyotes
se llevó a cabo entre agosto de 2008 y julio de
2009, para la cual se contó con la presencia de un
funcionario del PNVI durante el recorrido. Las
muestras fueron seleccionadas basándose en la
experiencia de los guardaparques y siguiendo las
características comparativas de rastros descritas
por Murie (1982) y Aranda (2000).
Para evitar al máximo la colecta de excretas de
otros animales, se tomó únicamente muestras de
aquellas heces sólidas mayores a 1cm de diámetro
y 10 cm de largo, que tuvieran restos de fragmentos
óseos y/o pelo, además del olor y la forma caracte-
rísticos de las excretas de coyote debido a su dieta.
No se recogieron muestras semilíquidas que no tu-
vieran un volumen considerable, ni aquellas que se
sospechara que pertenecieran a perros domésticos.
Análisis de muestras y pruebas de laborato-
rio. Las muestras se clasicaron según el sitio de
muestreo (Irazú, zona de papales y Prusia) y el tiem-
po de deyección estimado. Debido a que se encontró
gran cantidad de excretas viejas, se decidió recoger-
las además de las frescas, deniéndose que las fres-
cas tenían un tiempo de deyección menor a cuatro
días y las viejas, uno mayor a ese período. Esta cla-
sicación se basó en características organolépticas
tales como apariencia física, olor, consistencia y la
relación de materia fecal respecto a los restos per-
manentes (pelo y huesos). La prevalencia se calcu
como la frecuencia del número de muestras positi-
vas sobre el número de muestras examinadas.
En el Laboratorio de Parasitología de la Uni-
versidad de Ciencias Médicas (UCIMED) se desa-
rrolló el análisis de las muestras por medio de ob-
servación directa en solución salina al 0.85% y en
lugol de Antony. El mismo procedimiento se llevó
a cabo para las muestras concentradas por el méto-
do de sedimentación en solución salina descrita por
Tello y Canales (2000). Adicionalmente, se reali-
zaron las tinciones especiales para los protozoarios
y microorganismos oportunistas estudiados. Para el
diagnóstico de Cyclospora cayetanensis se utilizó
la técnica modicada de ácido resistencia de Ziehl
Neelsen descrita por Castro-Castillo y Guerrero-
PROTOZOARIOS Y MICROORGANISMOS RELACIONADOS CON INMUNOSUPRESIÓN EN COYOTES
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Bermudez (2004). En el caso de Cryptosporidium
sp. se empleó la técnica de Koster modicada
(Kagemura et al, 1984) mientras que la tinción de
Weber modicada por Ryan et al, (1993) se utilizó
para determinar la presencia de microsporidios. La
determinación de género de los coccidios Eimeria
sp. e Isospora sp. fue realizada en las preparaciones
directas pues, en algunos casos los ooquistes ya ha-
bían esporulado. Cuando estas formas no aparecie-
ron maduras, fue necesario colocar las heces en una
solución de dicromato de potasio al 2,5% durante
al menos una semana para lograr la esporulación
correspondiente.
En cuanto a Sarcocystis sp., se trató de desarro-
llar la fase tisular del ciclo en animales de labora-
torio. Para ello se inocularon vía oral siete ratones
Swiss con 0,3 ml del concentrado de las heces que
contenían los esporoquistes del parásito. Dos meses
después, los ratones fueron sacricados para estu-
diar las diferentes áreas musculares en busca de los
metrocitos propios del ciclo de estos organismos.
En el estudio se usó estadística no paramétrica
para la prueba t de student y la prueba de Mann
Whitney en los correspondientes análisis de varian-
cia, suponiendo, tanto igualdad como desigualdad
de variancias para la prueba de t.
RESULTADOS
De las 209 muestras fecales estudiadas, 46,4%
presentaron al menos un protozoario o microspo-
ridio, de las cuales 47,5% fueron positivas en las
heces frescas y 45,9% en las viejas. Las amebas En-
tamoeba coli y Endolimax nana predominaron en
las muestras viejas (8,11% en contraste con 3,3%)
y los microsporidios en las frescas (4,9% vs 1,4%).
Aunque la mayoría de los coccidios fue más pre-
valente en las muestras frescas (39,3%) que en las
viejas (36,5%), como fue el caso de Cyclospora sp.
(3,3% vs 2,7%), Eimeria sp. (8,2% vs 6,1%), Isos-
pora sp. (4,9% vs 2,0%) y Sarcocystis sp. (9,5% vs
6,8%), este no fue el caso de Cryptosporidium sp.,
el cual fue mayor en las muestras viejas (18,9% vs
13,1%) (Tabla 1). De acuerdo con los correspon-
dientes análisis, ninguna de las diferencias obser-
vadas fueron estadísticamente signicativas (p
0,05).
A lo largo del año de muestreo se observaron dos
picos en la prevalencia general de microorganismos
(Figura 1). El primer incremento se relaciona con
el número elevado de Sarcocystis sp. en octubre, de
criptosporidios en noviembre, y de Sarcocystis sp.
y Eimeria sp. en diciembre (Figura 2). Un segundo
aumento en las muestras positivas durante mayo y
junio se relaciona con Cryptosporidium sp. (30% y
33%). Asimismo, en febrero y marzo se observó la
prevalencia más baja del año para coccidios (23,1%
y 19,1%), amebas (0%) y microsporidios (0%),
acontecimiento que coincide con la época seca de
la región de estudio.
Cryptosporidium sp. fue el parásito más cons-
Tabla 1. Presencia de protozoarios y microsporidios en coyotes del PNVI según el tiempo estimado de
deyección de las heces
Parásitos Muestras frescas (< 4 días) Muestras viejas (≥ 4 días) Total
# % # % # %
Coccidios 24 39,3 54 36,5 78 37,3
Cryptosporidium
sp.
8 13,1 28 18,9 36 17,2
Cyclospora sp. 2 3,3 4 2,7 6 2,9
Eimeria sp. 5 8,2 9 6,1 14 6,7
Isospora sp. 3 4,9 3 2,0 6 2,9
Sarcocystis sp. 6 9,5 10 6,8 16 7,7
Amebas 2 3,3 12 8,1 14 6,7
Microsporidios 3 4,9 2 1,4 5 2,4
Muestras positivas 29 47,5 68 45,9 97 46,4
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Figura 1. Variación anual en la presencia de microorga-
nismos (coccidios, amebas y microsporidios) en heces de
coyotes del PNVI.
Figura 2. Variación anual en la presencia de coccidios en
heces de coyotes del PNVI.
Tabla 2. Distribución de protozoarios y microsporidios en heces de coyotes del PNVI
según la zona geográca de recolecta
Parásitos Irazú Papales Prusia
Papales % #%#%
Coccidios 39 39,4 4 36,4 35 35,4
Cryptosporidium sp. 17 17,2 4 36,4 15 15,2
Cyclospora sp. 4 4,0 0 0 2 2,0
Eimeria sp. 8 8,1 0 0 6 6,1
Isospora sp. 3 3,0 0 0 3 3,03
Sarcocystis sp. 7 7,1 0 0 9 9,1
Amebas 9 9,1 0 0 5 5,1
Endolimax nana 2 2,0 0 0 1 1,0
Entamoeba coli 7 7,1 0 0 4 4,04
Microsporidios 3 3,0 0 0 2 2,0
Muestras positivas 51 51,5 4 36,4 42 42,4
tante, presente durante los 12 meses del estudio, se-
guido por Sarcocystis, el cual apareció súbitamente
en octubre y desapareció en mayo, mientras que los
demás parásitos fueron más escasos y uctuantes a
lo largo del muestreo (Figuras 1 y 2).
En cuanto a la variación geográca de los ha-
llazgos, Cryptosporidium sp. gura como el único
género representativo en las tres zonas de muestreo
(Tabla 2).
Los demás microorganismos estudiados no
fueron observados en los papales y prevalecieron
en Irazú, a excepción de Sarcocystis sp., el cual
predominó en Prusia. Los resultados generales para
los microorganismos, según su ubicación geográca,
son los siguientes: Irazú (51,5%), seguido por
Prusia (42,4%) y nalmente los papales (36,4%).
Estos números se deben fundamentalmente a la
representación de Cryptosporidium sp. en los tres
sectores (17,2%, 15,2% y 36,4%, respectivamente).
La poca cantidad de muestras obtenidas en el área
de papales (11 muestras) hace que los resultados
expresados en porcentajes sean muy contrastantes
y por esta razón, las prevalencias en ese sector
podrían sobre o subestimarse. Las diferencias entre
los resultados para Irazú y Prusia, lugares con mayor
cantidad de muestras estudiadas (99 muestras para
cada sector), tampoco fueron estadísticamente
signicativas (p ≥ 0,05).
Tras llevar a cabo la inoculación de los ratones
con esporoquistes encontrados en las muestras, el
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experimento no permitió identicar la especie de
Sarcocystis observada, pues a pesar del cuidadoso
estudio de la musculatura de los ratones, no se logró
encontrar los quistes con metrocitos característicos
del género.
DISCUSIÓN
La presencia de los coccidios Cryptosporidium
sp. y Sarcocystis sp. a lo largo del muestreo y en
especial, durante los meses más secos del año,
puede explicarse por la elevada resistencia de los
ooquistes a las condiciones ambientales. El hallazgo
ocasional de microsporidios no se relacionó con
ninguna época especíca, pero su distribución
a lo largo del año puede deberse a las resistentes
esporas, ampliamente distribuidas en el ambiente.
Es raro el hallazgo de E. coli y E. nana, amebas
conocidas como no patógenas para el ser humano,
pues solamente en otro estudio coproparasitológico
de coyotes en Florida (Manning, 2007) se reportó
la presencia de la ameba E. histolytica junto a los
protozoarios Balantidium coli y Blastocystis sp.,
cuyas patologías se desconocen en estos animales.
La presencia de los coccidios Eimeria sp., Isospora
sp. y Sarcocystis sp. puede ser resultado de un para-
sitismo espurio, ya que en algunos casos, coccidios
de la familia Eimeriidae pueden encontrarse en las
heces debido a que las presas que los coyotes ingie-
ren se encuentran infectadas con estos organismos
(Conder y Loveless, 1978; Dubey et al, 1978; Le-
vine y Ivens, 1981; Bowman, 1999). El demostrar
esta hipótesis no es fácil, pues se debe realizar el
ciclo evolutivo del coccidio en los animales y estu-
diar los diferentes estados evolutivos, característi-
cos para cada especie (Levine y Ivens, 1981).
El hallazgo de Isospora sp. es cercano al de
Gompper et al, (2003) en coyotes de Nueva York,
en el que se encontraron tres especies diferentes (I.
canis, I. heydorni e I. ohioensis), pero la similitud
de los ooquistes no basta para identicar la especie.
En el caso de Eimeria sp., se reporta en lobos
ibéricos (Domínguez y de la Torre, 2002) y en
coyotes de Colorado (Arther y Post, 1977), y se
discute la posibilidad de que sea un pasante debido
al bajo número de ooquistes observado. Asimismo,
debe tomarse en cuenta la posibilidad de que los
coyotes funcionen como dispersores de coccidios,
pues los ooquistes aparecen esporulados y viables
en algunos casos (Arther y Post, 1977).
Las especies del género Sarcocystis llevan a
cabo un ciclo indirecto en el que intervienen pre-
sas, como roedores, y depredadores (Fayer, 2004),
por ejemplo el coyote, hospedero denitivo de va-
rias especies de Sarcocystis (Dubey et al, 1989).
Se ha descrito gran número de hospederos inter-
mediarios: conejos (Sylvilagus brasiliensis), tal-
tuzas (Orthogeomys heterodus) y varios roedores,
abundantes en el área de Irazú. Esto puede indicar
que la procedencia de los ooquistes de Sarcocystis
sp. se deba a parasitismo espurio, como también es
probable que corresponda a una infección propia.
Desafortunadamente, el intento de infectar ratones
blancos de laboratorio con estos ooquistes no fue
exitoso, lo cual puede atribuirse a la especicidad
del género por los hospederos intermediarios. Esto
hace necesario continuar la investigación para de-
terminar la especie, el hospedero intermediario y su
ciclo. Por otro lado, la aparición y desaparición de
Sarcocystis sp., observada a lo largo del año de co-
lecta, puede deberse al carácter autolimitante de la
infección del género y de los coccidios en general.
Los datos obtenidos para Cryptosporidium son
intermedios entre los encontrados en otros estu-
dios: 13% de las muestras de coyotes colectadas
en Florida (Manning, 2007) versus 27% en coyotes
muestreados en Pensilvania (Trout et al, 2006). El
género Cryptosporidium se asocia con deciencias
inmunitarias importantes (Velasco Benitez, 2009;
Carnevale et al, 2010) y se ha determinado que un
porcentaje alto de las criptosporidiosis humanas es
causado por C. hominis y C. parvum (Smith et al,
2006). Sin embargo, también C. canis se ha encon-
trado en perros, coyotes, zorros y el ser humano
(Xiao et al, 2004). Por lo tanto, la prevalencia del
parásito observada en este estudio (17,22%) resulta
de interés zoonótico y debe tomarse en cuenta de-
bido a su importancia en la salud humana.
Trout et al, (2006) detectaron C. canis y C. mu-
ris. Este último no ha sido reportado anteriormente
en coyotes y fue posiblemente adquirido al consu-
mir roedores infectados; esta situación perfecta-
mente puede haberse dado en este estudio. Varios
autores discuten que la alta prevalencia de Cryptos-
poridium spp. puede relacionarse con grupos eta-
rios, así como con condiciones de inmunosupresión
y estrés (Trout et al, 2006, Thompson et al, 2009),
puesto que los coyotes estudiados eran adultos y
algunos presentaban lesiones cutáneas por escabio-
sis (Sarcoptes scabiei). Asimismo, en humanos se
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observa una correlación entre inmunodeprimidos y
la sarna noruega (Anda y de González et al, 2010).
Aunque estos factores no se evaluaron en el PNVI
por tratarse de un estudio coprológico, estas corre-
laciones en los coyotes no se descartan.
Cyclospora spp. ha sido observada en heces
de varios animales, incluyendo perros (Chu et al,
2004), pero hasta el momento no se han identi-
cado sus reservorios. En el caso de los microspo-
ridios, estos estan ampliamente distribuidos en el
ambiente y son parásitos comunes en insectos, co-
nejos y ratones (Vemuganti et al, 2005), lo que hace
pensar que el hallazgo esporádico en el muestreo
se deba a la ingesta de estos animales y no a una
infección como tal. No obstante, se documentan
muertes fulminantes en zorros azules y otros cáni-
dos neonatos relacionadas con Encephalitozoon cu-
niculi (Wasson y Peper, 2000) y patologías impor-
tantes en personas inmunocomprometidas (Acha y
Szyfres, 2003; Shields y Olson, 2003; Vemuganti et
al, 2005). Se toma además en cuenta la posibilidad
de que los coyotes actúen como diseminadores im-
portantes de varios organismos en áreas agrícolas y
turísticas, recordándose que en Costa Rica se han
encontrado vegetales y agua de consumo humano
contaminados con Cryptosporidium spp, Cyclospo-
ra cayetanensis y microsporidios (Monge y Chin-
chilla, 1996, Luna et al, 2002; Calvo et al, 2004).
La aparición acrecentada de enfermedades in-
fecciosas emergentes (EIE) pone en peligro a la
vida silvestre, a los animales domésticos y a los hu-
manos. El hallazgo de estas enfermedades en vida
libre genera conictos para la conservación de la
biodiversidad debido a las amenazas reales o per-
cibidas hacia la salud pública o la agricultura, por
ejemplo, cuando especies silvestres portan patóge-
nos zoonóticos o se sospecha de su función como
reservorios, y son erradicadas por el ser humano
como medida de control (Daszak y Cunningham,
2002). Debe recordarse que muchas EIE son el re-
sultado de múltiples factores antropogénicos que
han incrementado el contacto entre las diferentes
especies; y debido a las complejas dinámicas eco-
sistémicas, es difícil comprender el origen y los pa-
trones de estas enfermedades (Aguirre, 2009). Este
trabajo da una idea inicial sobre los microorganis-
mos oportunistas presentes en coyotes y otros ani-
males que habitan el Parque Nacional Volcán Irazú
y los campos agrícolas colindantes. Ante la eviden-
cia limitada sobre la función ecológica que cum-
plen los microorganismos emergentes, el muestreo
periódico en coyotes -animales indicadores o cen-
tinelas- resulta una herramienta importante para
comprender mejor las interacciones y riesgos que
representan y denir medidas sostenibles para la
prevención y el manejo de los mismos.
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Agradecimientos: Se le agradece al Sistema Nacional de
Áreas de Conservación (SINAC), en especial a Mauricio
Gamboa Ramírez y a Daniel Núñez Montenegro del Parque
Nacional Volcán Irazú (PNVI) por su valiosa colaboración
en el estudio, así como a la Cátedra de Parasitología y al De-
partamento de Investigación de la Universidad de Ciencias
Medicas (UCIMED). También se agradece a Juan Carlos
Vanegas, de esta misma universidad, por los análisis esta-
dísticos realizados.
PROTOZOARIOS Y MICROORGANISMOS RELACIONADOS CON INMUNOSUPRESIÓN EN COYOTES
Rev. Ibero-Latinoam. Parasitol. (2011); 70 (2): 197-205
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Resumen: La Cyclospora cayetanensis es uno de los tantos parásitos que se están adaptando rápidamente al hombre y que en conjunto con las especies de la criptosporidiosis y de la microsporidiosis, hoy se encuentran afectando a individuos tanto inmunosupresos como inmunocompetentes. El sida parece ser en todos estos casos el elemento común de inicio de la parasitosis humana con estos organismos, presentes usualmente en animales de una escala zoológica lejana. Luego de romper las barreras, estos organismos se adaptan al ser humano inmunológicamente normal. La ciclosporosis es conocida en el mundo entero pero en Costa Rica no había sido reportada hasta ahora. Este trabajo informa del primer caso humano en Costa Rica y como corolario se presenta una revisión de la parasitosis con el propósito de ayudar a profesionales interesados en el área de la salud a conocer, diagnosticar y combatir mejor.
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RESUMEN La criptosporidiosis tiene tres principales escenarios epidemiológicos: esporádico, crónico, y en diarrea y desnutrición (DNT) en niños jóvenes en países en vía de desarrollo. Su prevalencia a nivel mundial está entre un 0 y 41%. Los estudios recientes epidemiológicos moleculares de alta resolución de la criptosporidiosis ha ayudado a los investigadores a entender mucho mejor su transmisión en humanos; y hay evidencia que sus manifestaciones clínicas, están de acuerdo con las especies y subtipos del Cryptosporidium. Las manifestaciones clínicas son variables, y su severidad depende de factores del huésped, como la competencia inmunitaria, la edad y el estado nutricional; del agente y del medio ambiente, ya que los ooquistes mantienen su infectividad durante un tiempo relativamente largo. Los factores de riesgo para adquirir criptosporidiosis pueden ser ambientales, clínicos, bioquímicos, sociodemográficos, entre otros. Su diagnóstico puede ser tan sencillo como por microscopía de luz y tan sofisticado como identificación molecular. En los últimos 20 años, los esfuerzos se han direccionado hacia el desarrollo de agentes terapéuticos efectivos y terapias medicamentosas para la criptosporidiosis humana, particularmente en pacientes con avanzado inmunocompromiso por infección por VIH/SIDA. El objetivo del presente trabajo es revisar la prevalencia, taxonomía, manifestaciones clínicas, SUMMARY The criptosporidiosis has three main scenes epidemiologists: sporadic, chronic, and in diarrhea and undernourishment (UNT) in young children in countries in developing. Its prevalence at world-wide level it is between a 0 and 41%. The recent studies molecular epidemiologists of hi resolution of the criptosporidiosis have helped the investigators to understand their transmission in humans far better; and there is evidence that their clinical manifestations, are in agreement with the species and subtypes of the Cryptosporidium. The clinical manifestations are variable, and its severity depends on factors of the guest, like the immune competition, the age and the nutritional status; of the agent and environment, since oocyst maintains their infectivity during a relatively long time. The risk factors to acquire criptosporidiosis can be environmental, clinical, biochemical, sociodemographics, among others. Its diagnosis can be as simple as by microscopy of light and so falsified as molecular identification. In the last 20 years, the efforts have directioned towards the development of effective therapeutic agents and drugs therapies for the human criptosporidiosis, particularly in patients with advanced immunocompetence by infection by HIV/AIDS. The objective of the present work is to review the clinical prevalence, taxonomy, manifestations, factors of risk, diagnosis and treatment of the infection by C. spp in children.
Chapter
Conservation medicine is an emerging discipline, focussing on the intersection of ecosystem health, animal health, and human health. Work in the biomedical and veterinary sciences is now being folded into conservation biology; to explore the connections between animal and human health; trace the environmental sources of pathogens and pollutants; develop an understanding of the ecological causes of changes in human and animal health; and understand the consequences of diseases to populations and ecological communities. Conservation Medicine defines this new discipline. It examines ecological health issues from various standpoints, including the emergence and resurgence of infectious disease agents; the increasing impacts of toxic chemicals and hazardous substances; and the health implications of habitat fragmentation and degradation and loss of biodiversity. It will provide a framework to examine the connections between the health of the planet and the health of all species and challenge practitioners and students in the health sciences and natural sciences to think about new, collaborative ways to address ecological health concerns.
Book
Sarcocystis is one of the most prevalent parasites of livestock and also infects many wild mammals, birds, and humans. Written by the authors who pioneered studies of Sarcocystosis of domestic animals, Sarcocystosis of Animals and Humans, Second Edition provides a current and comprehensive review of Sarcocystis and the infections it causes in animals and humans. The book reviews the history, structure, life cycle, pathogenesis, lesions, clinical signs, diagnosis, immunity, epidemiology, treatment, prevention, and control of Sarcocystosis.
Article
U.S. Fish and Wildlife Service staff at Hart Mountain National Antelope Refuge (HMNAR), southeastern Oregon, documented high pronghorn (Antilocapra americana) fawn mortality, subsequent low fawn recruitment, and declining pronghorn numbers from 1996 to 1999. Coyote (Canis latrans) predation was the primary cause, accounting for 60-85% of fawn mortalities each year, and fawns were not physiologically predisposed to predation. Therefore, we investigated certain coyote population parameters (age structure, survival, density, physiology) to evaluate how or if these factors influence coyote predation rates on pronghorn fawns. We captured 11 coyotes (5 male and 6 female) in December 1998. Age of captured animals ranged from 1.7 to 10.7 yrs (x̄ = 5.0 years), and all coyotes appeared healthy upon capture. There were no known mortalities through December 1999. We estimated pre-whelping (December through February 1997-1999) density from howling surveys conducted within HMNAR to be 0.40-0.53 km-2. Compared to other published studies, we found significant (P ≤ 0.05) differences in selected blood parameters (e.g., blood urea nitrogen, total protein, white blood cell counts), indicating coyote nutrition may be marginal to deficient during winter at HMNAR. A high percentage of coyotes (91%) tested positive for serum-neutralizing antibodies to canine parvovirus. We judged that parasite (Toxascaris spp., Alaria spp., Sarcocystis spp., and Isospora spp.) prevalence and intensity were not high enough to influence coyote condition. Based on our data, the coyote population at HMNAR is old aged, at a relatively high density, and stable, but their nutrition may be marginal to deficient during winter. Presently, we are unable to draw direct conclusions relating the parameters we sampled with predation rates by this unexploited coyote population.
Article
RESUMEN Las picaduras de insectos y artrópodos son causa frecuente de consulta, y ocasionalmente producen la muerte, sobre todo en niños. La escabiasis, llamada vulgarmente sarna o roña, es una infestación por ectoparásitos causada por Sarcoptes scabiei variedad hominis. Se comunican los hallazgos de la autopsia de un hombre de 29 años de edad con sarna "noruega o costrosa", forma poco frecuente de sarna que afecta a pacientes con inmunodeficiencias y que resulta de una falla en la respuesta inmunitaria del huésped para controlar la proliferación del ácaro en la piel. En este subtipo de escabiasis es frecuente la sepsis secundaria que puede ocasionar la muerte. Palabras clave: escabiasis, sarna noruega, sarna costrosa. ABSTRACT Bites of insects and arthropods are a frequent cause of visits to physician, and in some cases cause death, especially in children. Sca-bies is an ectoparasite infestation by Sarcoptes scabiei variety hominis. We report the findings of the autopsy of a 29 year-old man with Norwegian o crusted scabies, an atypical form present in patients with immunodeficiency. The Norwegian scabies results from a failure of the host immune response to control the proliferation of the scabies mite in the skin. In this subtype scabies, secondary sepsis and the subsequent death are frequent.
Article
Reimpresión en 2003 Incluye bibliografía e índice v. 1 Bacteriosis y micosis -- v. 2. Clamidiosis, rickettsiosis y virosis -- v. 3. Parasitosis