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© Copyright 2015: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia
Murcia (España)
ISSN edición impresa: 1578-8423
ISSN edición web (http://revistas.um.es/cpd): 1989-5879
Cuadernos de Psicología del Deporte, vol. 15, 3, 75-86
Recibido: 27/09/2014
Aceptado: 28/08/2015
Dirección para correspondencia [Correspondence address]: José Ignacio
Menéndez Santurio. Universidad de Oviedo. Departamento de Ciencias
de la Educación. Facultad de Formación del Profesorado y Educación.
C/ Aniceto Sela, s/n. Despacho 219. 33005, Oviedo (España). E-mail:
UO194643@uniovi.es
Niveles de ira en practicantes de boxeo y kickboxing: diferencias
en función de la disciplina y el nivel deportivo
Anger intensity in boxing and kickboxing practitioners:
dierences based on discipline and competitive level
Niveis do ira na prática e kickboxing boxe: diferenças
em termos de disciplina e nível esportivo
José Ignacio Menéndez Santurio y Javier Fernández-Río
Universidad de Oviedo, Facultad de Formación del Profesorado y Educación.
Resumen: El objetivo fundamental de este trabajo fue estudiar el perl de ira
desde una perspec tiva multidimensional en deportes de contacto pleno (al K .O.).
En el est udio participa ron 269 hombres entre 16 y 39 años divid idos en 5 grupos
por niveles deportivos: no practicantes, practicantes regulares, competidores re-
gionales, naciona les e internacionales. Se les administró un cuestionario sociode-
mográco y el Inventario de la Expresión de la Ira Estado-Rasgo (STAXI-2). Se
hallaron diferencias signicativas (p<,05) en función del nivel deportivo en to-
das las escalas y subescalas del inventario exceptuando en la expresión y control
interno de ira. Las pruebas post hoc revelaron cómo el grupo de deportistas in-
ternacionales presentó niveles signicativamente más bajos de ira que los practi-
cante s regulare s y los no practicante s. Asimismo, s e han establec ido correlaciones
signicativas entre la edad, los años, los días y las horas de práctica y diferentes
dimensiones de la ira. No se han encontrado diferencia s signicativas en el nivel
de ira entre los practicantes regulares de estas disciplinas y los no practicantes
de actividad física. Finalmente, tampoco se han encontrado diferencias signi-
cativas en los niveles de ira entre los practicantes de boxeo y los de kickboxing.
Se discuten los hallazgos del estudio, se exponen las limitaciones encontradas,
futuras líneas de investigación y aplicaciones prácticas.
Palabras clave: deportes de contacto, emoción, deportes de combate, artes
marciales.
Abstract: e main goal of this study was to assess the anger prole of
direct-contact (K.O.) sports’ sportsmen from a multidimensional per-
spective. A total of 269 men, ages between 16 and 39 years old, agreed
to participate. ey completed the State-Trait Anger Expression Inventory
(STAXI-2). Participants were placed in 5 groups based on their competitive
level: no-practice, regular practice, state competitors, national competitors,
and international competitors. Signicant dierences (p<,05) were found
among groups in the dierent scales and subscales of the inventory, except
expression and internal control of anger. Post hoc analyses revealed that
the international competitors showed signicant lower anger levels than
no-practice and regular practice participants. Signicant correlations were
found among variables such as age, years, days, hours of practice and dif-
ferent dimensions of anger. No signicant dierences were found between
no-practice and regular practice participants’ anger level. Finally, no signif-
icant dierences were found between boxing and kickboxing participants’
anger levels, either. Findings are discussed, limitations are exposed, future
lines of research are introduced, and practical applications are included.
Keywords: contact sports, emotion, combat sports, martial arts.
Resumo: O objetivo fundamental deste trabalho foi estudar o perl da ira
a partir de uma perspetiva multidimensional em desportos de contacto ple-
no (ao K.O.). No estudo participaram 269 homens entre os 16 e os 39 anos,
divididos em 5 grupos por níveis desportivos: não praticantes, praticantes re-
gulares, competidores regionais, nacionais e internacionais. Foi-lhes aplicado
um questionário sociodemográco e o Inventário da Expressão da Ira Estado-
-Traço (STAX I-2). Foram encontradas diferenças signicativas (p<,05) em
função do nível desportivo em todas as escalas e subescalas do inventário,
exceto na expressão e controlo interno da ira. Os post hoc revelaram que o gru-
po de desportistas internacionais apresentou níveis signicativamente mais
baixos de ira do que os praticantes regulares e os não praticantes. Além disso,
foram estabelecidas correlações signicativas entre a idade, os anos, os dias e
as horas de prática e diferentes dimensões da ira. Não foram encontradas di-
ferenças signicativas no nível de ira entre os praticantes regulares destas mo-
dalid ades e os não pratica ntes de atividade física. Finalmente, também não fo-
ram encontradas diferenç as signicativas nos n íveis de ira entre os praticantes
de boxe e os de kickboxing. São debatidos os resultados do estudo, e expostas
as limitações encontradas, futuras linha s de investigação e aplicações práticas.
Palavras-chave: desportos de contacto, emoção, desportos de combate, ar-
tes marciais.
Introducción
La práctica de artes marciales y deportes de combate (AA MM
y DDCC) ha crecido signicativamente en los últimos años
(van Bottenburg, Rijnen y Sterkenburg, 2005; Loftian, Ziaee,
Amini y Mansournia, 2011). Esto ha llevado a un creciente
interés por acercase al campo de estudio de estas modalida-
des deportivas por parte de investigadores de todo el mundo
(Vertonghen y eeboom, 2010). Los benecios psicológicos
de su práctica han sido muy discutidos a lo largo de los años
(Vertonghen y eeboom, 2010), a pesar de que diferentes
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Cuadernos de Psicología del Deporte, vol. 15, n.º 3 (octubre)
investigaciones han reportado tanto resultados negativos
(Reynes y Lorant, 2002) como positivos (McDiarmid, 2007;
eeboom y De Knop, 1999).
Las variables psicológicas que se han estudiado dentro del
campo de las AAMM y DDCC han sido muy diversas: ansie-
dad (Marks, Bukowska y Biéc, 2012), inteligencia emocional
(Szabo y Urbán, 2014), resolución de conictos (Björkqvist
y Varhama, 2001), hostilidad (Daniels y ornton, 1990) y
especialmente, agresividad (Adler, 2003; Ali, Emrah, Fahri,
Necmettin y Gülcan, 2010; Endresen y Olweus, 2005). La
ira también ha sido otra variable objeto de análisis (Foster,
1997; Oliva y Calleja, 2010; Steyn y Roux, 2009) aunque
tradicionalmente se ha estudiado a partir del constructo ira-
hostilidad-agresión sin atender a la multidimensionalidad de
esta emoción (Reynes y Lorant, 2001, 2002, 2004). En los
últimos años ha crecido el número de trabajos que han explo-
rado esta variable desde un prisma multidimensional, tanto
en el ámbito de las AAMM y DDCC como en el del deporte
en general (Bolgar, Janelle y Giaccobbi, 2008; Dunn, Got-
wals, Causgrove, Dunn y Syrotuik, 2006; Oliva y Hernández,
2009; Oliva, Calleja y Hernández, 2011, 2012; Robazza, Ber-
tollo y Bortoli, 2006; Ruiz y Hanin, 2011).
El término ira se ha empleado de forma intercambiable con
los términos hostilidad y agresión debido, principalmente, a
la ambigüedad de sus deniciones y al fuerte solapamiento
entre ellas (Carrasco y González, 2006). Esto ha llevado a
muchos a incluirlos bajo un continuo que denominó Síndro-
me AHA: Anger (ira), Hostility (hostilidad), Aggression (agre-
sión) (Spielberger, Jacobs, Russell y Crane, 1983; Spielberger
et al., 1985). Sin embargo, los tres conceptos pertenecen a
constructos diferenciados. La ira es un componente emocio-
nal constituido por sentimientos de diferentes intensidades,
desde el enfado a la irritación o la furia, que suele acompañar-
se de activación siológica, neuroquímica, experiencia subje-
tiva de sentimientos y un determinado modo de expresión y
afrontamiento (Spielberger et al., 1985). La hostilidad es una
actitud negativa hacia una o más personas que es reejada en
un juicio decididamente desfavorable del blanco (Berkowitz,
1996) y que generalmente motiva actos agresivos de destruc-
ción y daño físico de objetos y/o personas (Spielberger et al.,
1983, 1985). Finalmente, la agresión es entendida como aque-
lla conducta que tiene como objetivo principal herir física o
psicológicamente a otro individuo (Berkowitz, 1996). Por lo
tanto, podríamos decir que mientras que la ira representa el
componente emocional y la hostilidad el papel cognitivo-
evaluativo, la agresión conforma el rol comportamental del
continuo AHA.
Spielberger et al. (1985) arman que la ira puede estudiar-
se a partir de dos manifestaciones: el estado de ira y el rasgo
de ira. El estado de ira se deniría como la experiencia pasa-
jera de sentimientos subjetivos de tensión, enfado, irritación
o furia como respuesta a una serie de eventos y generalmen-
te acompañada de aumentos en la activación siológica. Por
otro lado, el rasgo de ira hace referencia a la disposición de
experimentar episodios de ira de forma frecuente y/o pronun-
ciada. Estos episodios de ira están causados por diferentes
motivos: la percepción de un amplio rango de situaciones
como provocadoras, la predisposición a experimentar situa-
ciones negativas intensas o bien debido a la interacción de
ambos factores (Spielberger et al., 1985).
El concepto de ira, además, implica dos dimensiones adi-
cionales: la expresión y el control de ira. Según la concep-
tualización de Miguel-Tobal, Casado, Can-Vindel y Spielber-
ger (2001), estas dimensiones están constituidas por cuatro
componentes diferenciados: la expresión interna, la expresión
externa, el control interno y el control externo. El primero de
ellos hace referencia al tipo de ira en el que tras experimen-
tar situaciones de irritación o furia, el individuo reprime esos
sentimientos redirigiéndolos hacia el interior. En el segundo
caso, por el contrario, la persona que experimenta los episo-
dios de ira los expresa externamente hacia personas u objetos
de su alrededor. En el tercer componente, la persona trata de
suprimir esos sentimientos a través de la calma y el sosiego
mientras que, nalmente, en el cuarto y último componen-
te, el individuo trata de controlar los sentimientos de furia o
enfado evitando su expresión hacia objetos o personas de su
entorno.
El deporte es un medio donde la presencia de componen-
tes como la ira juegan un papel fundamental para el correcto
desempeño de la actividad (Proios, 2012). Quizá por ello, la
gran mayoría de las investigaciones que se han realizado so-
bre esta variable dentro del ámbito de las AAMM y DDCC
se han centrado en explorar esta cuestión (Ali, Ichraf, Khaled,
Liwa y Ali; 2013; Brown et al., 1995; Chiodo et al., 2011;
Davenport, 2006; McGowan y Miller, 1989; Oliva, Calleja y
Hernández, 2011; Pieter y Pieter, 2008; Ruiz y Hanin, 2003,
2004a; 2004b; Szabo y Parkin, 2001). Han sido pocas in-
vestigaciones las que han tratado de estudiar la transferencia
emocional de la práctica deportiva a la vida diaria en AAMM
y DDCC, centrándose principalmente en el colectivo adoles-
cente (Egan, 1993; McDiarmid, 2007; McGowan, Pierce y
Jordan, 1991; Steyn y Roux, 2009: Vertonghen, eeboom
y Pieter, 2014; Ziaee, Loftian, Amini, Mansournia y Mema-
ni, 2012) y en el ámbito no competitivo (Focht, Bouchard y
Murphey, 2000) y dejando excluidos los relacionados con el
ámbito competitivo.
Boostani y Boostani (2012) realizaron una comparación
sobre los niveles de agresión y sus componentes en deportistas
de no contacto (natación), contacto controlado (karate), de
contacto pleno (kickboxing) y un grupo control de no prac-
ticantes. Los resultados señalaron diferencias signicativas en
las variables de ira, hostilidad, agresividad física y verbal en-
tre los practicantes de kickboxing y el resto de participantes.
En este trabajo fue el grupo de kickboxing el que presentó
Niveles de ira en practicantes de boxeo y kickboxing: diferencias en función de la disciplina y el nivel deportivo 77
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mayores niveles en las variables citadas anteriormente. Sofía
y Fernando (2010) analizaron la relación entre percepción de
amenaza subyacente a la experiencia de estrés y ansiedad, ira
y agresividad en deportes con diferentes grados de contacto
físico (defensa personal, kickboxing y fútbol). Los resultados
mostraron la correlación positiva entre ansiedad e ira y ansie-
dad y percepción de amenaza. Asimismo, se encontró que la
ansiedad tiende a aumentar en deportes colectivos, mientras
que la ira y la agresividad parecen decrecer. En este estudio,
los practicantes de fútbol fueron los que presentaron mayores
niveles de agresividad e ira, seguidos de los de kickboxing y
defensa personal. van Ingen (2011) analizó un proyecto de
boxeo recreativo destinado a mujeres y transexuales víctimas
de violencia. Las entrevistas realizadas a las participantes se-
ñalaron la especial vinculación de la ira con la violencia, así
como la utilidad del boxeo como deporte especialmente po-
deroso para reducir la ira por su efecto catártico.
Uno de los mayores benecios del deporte es su transfe-
rencia: la capacidad de trasladar lo aprendido en el contexto
deportivo a las situaciones cotidianas de nuestra vida. Danish,
Nellen y Owens (1996) plantean la necesidad de utilizar el
deporte como base para producir aprendizajes beneciosos
para el desarrollo psicosocial del individuo, más allá de la
inmediatez de lo que ocurre y se aprende en el contexto de-
portivo. Hasta la fecha son casi inexistentes los trabajos que
han tratado de explorar la ira en el contexto de la vida diaria
con competidores de AAMM y DDCC. La casi totalidad de
investigaciones han analizado las disciplinas donde el con-
tacto no existe o es controlado (judo, taekwondo y karate
principalmente), siendo escasos los trabajos relacionados con
deportes como el boxeo y las modalidades de kickboxing de
contacto pleno: K1 rules, low kick y full contact (WAKO,
2012). Los pocos estudios existentes sobre la ira en este tipo
de disciplinas han estudiado esta emoción sin profundizar en
las diferentes dimensiones que la conforman. No solo esto,
sino que además, ninguno de ellos ha explorado la interac-
ción de esta variable con otras como el tiempo de práctica o
el nivel deportivo.
En base a todo lo anterior, nos planteamos los siguientes
objetivos: 1) analizar si existen diferencias en los niveles de ira
en función de la disciplina y el nivel deportivo en una mues-
tra de deportistas de contacto pleno y un grupo de no practi-
cantes y 2) determinar las posibles correlaciones existentes en-
tre la ira y la edad, los años, los días y las horas semanales de
práctica. En base a estos dos objetivos anteriormente expues-
tos se plantearon las siguientes hipótesis: 1) habrá diferencias
signicativas en las diferentes dimensiones de la ira en fun-
ción del nivel deportivo, 2) los años de práctica, la edad, las
horas y los días semanales de entrenamiento correlacionarán
signicativamente con las diferentes dimensiones de la ira, 3)
no habrá diferencias signicativas entre los no practicantes y
los practicantes regulares de los dos deportes en las diferentes
dimensiones de la ira y 4) no habrá diferencias signicativas
en las diferentes dimensiones de la ira en función del deporte.
Método
Diseño y participantes
Se realizó un estudio cuantitativo de tipo comparativo transver-
sal que ha seguido un diseño transcultural de dos grupos dife-
renciados: deportistas y no deportistas (Ato, López y Benavente,
2013). En la investigación participaron 269 hombres de edades
comprendidas entre los 16 y los 39 años (M=26,5; DT=5,97) divi-
didos en 5 grupos por nivel: 1) no practicante (no practica activi-
dad física de forma regular), 2) practicante regular (entrena en la
modalidad que indica al menos 3 horas a la semana desde, como
mínimo, un año), 3) competidor regional (practica regularmen-
te y acude a competiciones de carácter regional), 4) competidor
nacional (practica regularmente y forma parte de las selecciones
autonómicas y/o compite profesionalmente a nivel nacional) y 5)
competidor internacional (practica regularmente y forma parte
de las selecciones nacionales y/o compite profesionalmente a nivel
internacional). En relación a la disciplina deportiva, en el caso
de ser multipracticante, los participantes tuvieron que seleccionar
aquella modalidad por la que se sentían más identicados.
De los participantes deportistas, 108 eran practicantes acti-
vos de boxeo y 107 de kickboxing. De media practican la dis-
ciplina desde hace 7,50 años (DT=6,06) y entrenan 9,92 horas
(DT=6,52) a lo largo de 4,50 días semanales (DT=1,28). Los
54 restantes pertenecían a población general no practicante
(M=23,8, DT=6,23). Este grupo procedía del entorno fami-
liar, laboral y de ocio de los investigadores. El objetivo era con-
formar un grupo de no practicantes de actividad física lo más
amplio y heterogéneo posible que pudiera representar a la po-
blación general y realizar comparaciones con los otros grupos.
En la tabla 1 se presenta el número y edad de los participantes.
Las medias de la tabla están referidas a su promedio de edad. Se
realizó una técnica de muestreo no probabilístico intencional
(Bisquerra, 2012) donde se garantizó que todos los practicantes
que competían estaban en activo en el momento de recoger los
datos. La participación fue anónima y consentida.
Tabla 1. Número y edad de los grupos participantes.
nMDT %
Boxeo
(n=108)
Kick-
boxing
(n=107)
Practicante regular 62 26,5 6,68 23%
Competidor Regional 52 25,8 5,49 19,3%
Competidor Nacional 54 28,2 4,44 20,1%
Competidor Internacional 47 28,5 5,53 17, 5%
No practicante 54 23,8 6,23 20,1%
Total muestra 269 26,5 5,97 100%
Notas: n=tamaño muestra, M=media aritmética, DT=desviación típica, %=porcenta-
je; las medias están referidas a su promedio de edad.
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Instrumentos
Cuestionario sociodemográco
Se elaboró con el objetivo de caracterizar a los sujetos de la
investigación respecto a variables como la edad, género, disci-
plina y nivel deportivo, así como años, días y horas semanales
de práctica.
Inventario de la Expresión de la Ira Estado-Rasgo (STAXI-2)
Se utilizó el Inventario de la Expresión de la Ira Estado-Rasgo
(STAXI-2) de Spielberger (1999) validado al contexto español
por Miguel-Tobal et al. (2001). Está compuesto por 49 reacti-
vos divididos en 6 escalas: Estado de Ira 15 ít e ms (p.e.: “Estoy
cabreado”), Rasgo de Ira 10 ítems (p.e.: “Me caliento rápida-
mente”), Expresión Externa de la Ira 6 ítems (p.e.: “Expreso
mi ira”), Expresión Interna de la Ira 6 ítems (p.e.: “Me guardo
para mí lo que siento”), Control Externo de la Ira 6 ítems (p.e.:
“Controlo mi temperamento”) y Control Interno de la Ira 6
ítems (p.e.: “Respiro profundamente y me relajo”). La escala
estado de ira está formada por 3 subescalas: Sentimiento de la
Ira 5 ítems (p.e.: “Estoy enfadado”), Expresión Verbal de la Ira
5 ítems (p.e.: “Me gustaría decir tacos”) Expresión Física de
la Ira 5 ítems (p.e.: “Le pegaría a alguien”), mientras que la
escala Rasgo de Ira está constituida por 2 subescalas: Te m p e -
ramento de Ira 5 ítems (p.e.: “Tengo un carácter irritable”) y
Reacción a la Ira 5 ítems (p.e.: “Me enfado cuando se me tra-
ta injustamente”). El cuestionario se puntúa con una escala
Likert de 4 puntos desde 1 (no, en absoluto) a 4 (mucho). La
escala estado de ira evalúa intensidad, mientras que el resto de
escalas miden frecuencia. A partir de las escalas de expresión
y control de la ira se puede extraer el Índice de Expresión de
Ira que ofrece una medida general para la expresión y control
de la ira. La autores reportaron una correlación test-retest de
,71 y un coeciente alpha de Cronbach de ,89 para la escala
Estado de Ira, de ,82 para Rasgo de Ira, y de ,69 para Expresión
de Ira (Miguel-Tobal et al., 2001). En el presente estudio, la
escala STAXI-2 obtuvo un índice de abilidad global de ,85
y por escalas y subescalas los valores fueron: Estado de Ira
,87, Rasgo de Ira ,81, Expresión Externa de Ira ,63, Expresión
Interna de Ira ,64, Control Interno de Ira ,82, Control Externo
de Ira , 77, Sentimiento de Ira ,79, Expresión Física de la Ira ,75,
Expresión Verbal de la Ira ,73, Temperamento de Ira ,83, Reac-
ción a la Ira ,72 e Índice de Expresión de Ira ,69. Los índices de
abilidad inferiores a ,70 son considerados aceptables ya que
el número de ítems es reducido (Nunally y Bernstein, 1994).
Procedimiento
En primer lugar se obtuvo el permiso del Comité de Ética
de la Universidad de los investigadores previo al inicio de la
toma de datos. Posteriormente, en el caso de los participantes
deportistas, se contactó con los entrenadores y los propios
practicantes para explicarles el objetivo del estudio. Tras su
aprobación, los cuestionarios fueron cumplimentados por los
deportistas en el propio gimnasio al nalizar una sesión de
entrenamiento y supervisados por un investigador experi-
mentado. En el caso de los no deportistas, se contactó con
personas no practicantes del entorno de los investigadores. La
duración aproximada para cubrir los cuestionarios en todos
los casos fue de unos 20 minutos. Se instó a los participantes
a que respondieran con la mayor sinceridad posible y se les
informó de que sus datos serían tratados condencialmente.
Respecto a las preguntas del cuestionario, se aclaró a los par-
ticipantes practicantes que los reactivos estaban referidos a la
vida diaria y no a la competición o práctica deportiva.
Análisis de datos
Los datos fueron tratados con el programa SPSS en su versión
22 (IBM, Chicago, IL). Como se verá en la siguiente anota-
ción, ha sido un error nuestro pues los alpha de Cronbach los
incluimos en el apartado anterior de “instrumentos” y no aquí.
Mejor eliminar lo coloreado para que quede: “...(IBM, Chicago,
IL). Se calcularon las medias, desviaciones típicas, mínimos,
máximos, asimetría y curtosis como descriptivos generales de
los participantes. Para la comparación entre grupos y dada la
distribución no normal de las variables tras realizar el test de
Kolmogorov-Smirnov (p<,05), se realizó la prueba no para-
métrica de contraste de medias H de Kruskal-Wallis (p<,05).
Posteriormente, y con el objeto de conocer entre qué grupos
había diferencias estadísticamente signicativas, se realizó la
prueba post hoc T2 de Tamhane. Asimismo, se ejecutó la prue-
ba Kruskal-Wallis (p<,05) previo a utilizar la prueba U Mann-
Whitney (p<,05) para conocer las posibles diferencias en fun-
ción del tipo de deporte. A continuación, y para determinar la
correlación entre las dimensiones de la ira, la edad, los años de
práctica, los días y las horas semanales de entrenamiento, se
realizó la prueba de correlaciones Rho de Spearman.
Resultados
Análisis descriptivos
En la tabla 2 se presentan las medias, desviaciones típicas,
mínimos, máximos, asimetría y curtosis de las diferentes di-
mensiones de la ira. Los participantes de este estudio mues-
tran medias más altas en el índice de expresión de ira y más
bajas en la subescala de expresión física de la ira. Todas las
dimensiones de la ira muestran niveles de asimetría y curtosis
adecuados (entre -2 y +2) exceptuando la subescala expresión
física de la ira en la que la curtosis se eleva por encima de los
valores descritos.
Niveles de ira en practicantes de boxeo y kickboxing: diferencias en función de la disciplina y el nivel deportivo 79
Cuadernos de Psicología del Deporte, vol. 15, n.º 3 (octubre)
Tabla 2. Estadísticos descriptivos.
Vari able s MDT MIN MAX ASIMETRIA CURTOSIS
Estado de Ira 23,05 5,96 15 49 ,99 1,45
Rasgo de Ira 19,56 5,10 10 35 ,52 ,06
Expresión Externa de Ira 10,27 2,74 619 ,55 -,02
Expresión Interna de Ira 12,17 3,20 622 ,37 -,38
Control Interno de Ira 14,25 4,17 624 ,26 -,40
Control Externo de Ira 18,15 4,46 624 -,56 -,51
Sentimiento de Ira 7,92 2,43 519 ,85 ,89
Expresión Física de la Ira 6,60 1,99 516 1,82 3,89
Expresión Verbal de la Ira 8,52 2,67 516 ,62 -,27
Temperamento de Ira 7,83 2,83 519 1,10 ,91
Reacción a la Ira 11,72 3,22 520 ,23 -,42
Índice Expresión Ira 26,04 8,77 652 ,26 -,28
Notas: M = media aritmética, DT= desviación típica, MIN= mínimos, MAX=máximos.
Análisis de contraste
Para conocer si existían diferencias signicativas en las varia-
bles de estudio en función de los grupos se realizó la prueba
no paramétrica de contraste de medias H de Kruskal-Wallis
(p<,05). Los resultados muestran la existencia de diferencias
signicativas en todas las variables objeto de estudio menos
en la expresión y control interno de ira (ver tabla 3).
Tabla 3. Medias, desviaciones típicas y prueba H de Kruskal-Wallis por grupos.
Vari able s No practicantes
M (DE)
Practicantes
regulares
M (DE)
Competidores
Regionales
M (DE)
Competidores
Nacionales
M (DE)
Competidores
Internacionales
M (DE)
Valores
p
Años de práctica 0 3,73 (3,72) 5,50 (4,56) 8,89 (5,36) 13,11 (6,13) ,00
Días semanales de práctica 0 3,32 (1,00) 4,37 (1,10) 5,04 (,97) 5,60 (,64) ,00
Horas semanales de práctica 0 4,69 (2,39) 7,35 (3,95) 11,52 (4,12) 17,81 (6,53) ,00
Estado de Ira 24,70 (6,02) 25,30 (6,56) 23,48 (5,64) 21,68 (5,13) 19,29 (3,98) ,00
Rasgo de Ira 20,83 (4,68) 20,48 (5,17) 19,63 (5,75) 18,79 (4,87) 17,68 (4,40) ,00
Expresión Externa de Ira 11,33 (2 ,94) 10,82 (2,63) 10,57 (2,62) 9,68 (2,56) 8,70 (2,14) ,00
Expresión Interna de Ira 12,87 (3,33) 12,20 (3,02) 11,98 (3,08) 12,57 (3,52) 11,06 (2 ,82) ,08
Control Interno de Ira 13,80 (4,47) 14,95 (4,16) 14,03 (3,66) 13,90 (4,22) 14,44 (4,32) ,45
Control Externo de Ira 17,50 (4,56) 16,82 (4,81) 18,46 (3,96) 18,77 (3,92) 19,59 (4,55) ,01
Sentimiento de Ira 8,59 (2,44) 8,74 (2,75) 7,7 5 ( 2 ,0 9) 7,51 (2, 2 2) 6,76 (2,00) ,00
Expresión Física de la Ira 6,85 (2,25) 7,24 (2 , 38) 6,80 (2,01) 6,14 (1,53) 5,78 (,99) ,00
Expresión Verbal de la Ira 9,25 (2,65) 9,32 (2,54) 8,92 (2,60) 8,01 (2 ,71) 6,74 (1,97) ,00
Temperamento de Ira 8,16 (2,89) 8,51 (3,0 0) 8,09 (2,97) 7,35 (2, 6 3) 6,82 (2,30) ,00
Reacción a la Ira 12,66 (2,85) 11,96 (3, 20) 11,53 (3,46 ) 11,44 (3,48) 10,85 (2,88) ,03
Índice Expresión Ira 28,87 (9,22) 27,25 (9,02) 26,05 (8, 31) 25,57 (8,42) 21, 7 2 ( 7, 30) ,00
Notas: p<,05; M=media aritmética, DT=desviación típica, p=valor de signicación.
Posteriormente, se realizó la prueba post hoc T2 de Tamhane
para conocer entre qué grupos había diferencias estadística-
mente signicativas (ver tabla 4). Se observa que las diferen-
cias siempre se producen entre los competidores internacio-
nales y los grupos de menor nivel, especialmente entre los
internacionales y los practicantes regulares y los no practi-
cantes. Solo en las escalas estado y expresión externa de ira y
en la subescala expresión física de ira los nacionales también
presentaron diferencias signicativas con otros grupos de me-
nor nivel.
80 José Ignacio Menéndez Santurio y Javier Fernández-Río
Cuadernos de Psicología del Deporte, vol. 15, n.º 3 (octubre)
Tabla 4. Prueba post hoc T2 de Tamhane.
Vari able s Grupos Diferencia de medias (I-J) Valores p
Estado de Ira Internacional – regional -4,18290* ,00
Internacional - practicante regular -6,00858* ,00
Internacional – no practicante -5,40583* ,00
Nacional - practicante regular -3,62127 * ,01
Rasgo de Ira Internacional - practicante regular -2,80302* ,02
Internacional - no practicante -3,15248* ,00
Expresión Externa de Ira Internacional – regional -1,87480* ,00
Internacional - practicante regular -2,12045* ,00
Internacional - no practicante -2,63121* ,00
Nacional - no practicante -1,6 4 815* ,00
Control Externo de Ira Internacional - practicante regular -2,7 7316* ,02
Sentimiento de Ira Internacional - practicante regular -1,97598* ,00
Internacional – no practicante -1,826 64* ,00
Expresión Física de la Ira Internacional - practicante regular -1,45470* ,00
Internacional – regional -1,02046* ,01
Internacional – no practicante -1,06462* ,02
Nacional – practicante regular -1,09379* ,03
Expresión Verbal de la Ira Internacional – regional -2,1784 0* ,00
Internacional – practicante regular -2,57790* ,00
Internacional – no practicante -2,51458* ,00
Temperamento de Ira Internacional - practicante regular -1,16 428* ,01
Reacción a la Ira Internacional - no practicante -1,81560* ,02
Índice de Expresión de Ira Internacional - practicante regular
Internacional - no practicante
-5,53466*
-7,14 697*
,00
,00
Notas: p<,05; *= diferencia de medias signicativa en ,05; p=valor de signicación.
Tabla 5. Medias, desviaciones típicas y prueba U Mann-Whitney
en función del deporte.
Vari able s Boxeo
M (DT)
Kickboxing
M (DT) ZValore s
p
Estado de Ira 22,70 (5,56) 22,57 (6,24) -,53 ,59
Rasgo de Ira 19,77 (4, 80) 18,70 (5,47) -1,94 ,05
Expresión Externa de Ira 10,14 (2,72) 9,87 (2,53) -,66 ,50
Expresión Interna de Ira 12,12 (2,95) 11,76 (3,3 4) -1,03 ,29
Control Interno de Ira 14,62 (4,25) 14,0 9 (3,93) -,93 ,35
Control Externo de Ira 18,27 (4,25) 18,35 (4,63) -,38 ,70
Sentimiento de Ira 7,8 9 ( 2 ,17) 7,62 (2,62) -1,43 ,15
Expresión Física de la Ira 6,59 (1,78) 6,49 (2,06) -,97 ,50
Expresión Verbal de la Ira 8,21 (2,64) 8,45 (2,67) -,67 ,33
Temperamento de Ira 8,01 (2,72) 7,48 (2,9 0 ) -1,94 ,05
Reacción a la Ira 11,75 (3,12) 11,21 (3,42) -1,27 ,20
Índice Expresión Iira 25,47 (8,39) 25,19 (8,71) -,09 ,92
Notas: p<,05; M=media aritmética, DT=desviación típica, Z=contraste de Kolmogorov-
Smirnov. p=valor de signicación.
Con el n de determinar si había diferencias signicativas
en función del deporte se realizó, en primer lugar, la prueba
no paramétrica de contraste de medias H de Kruskal-Wallis
(p<,05) y posteriormente la prueba no paramétrica U Mann-
Whitney (p<,05) (ver tabla 5). Los resultados muestran la
no existencia de diferencias signicativas entre los diferentes
componentes de la ira en función del deporte.
Análisis correlacional
Para determinar la correlación entre los diferentes componen-
tes de la ira y la edad, los años de práctica, los días y horas
semanales de entrenamiento de los participantes se realizó la
prueba de correlaciones Rho de Spearman (ver tabla 6). Se
observa una correlación signicativa negativa entre la edad y
el rasgo de ira (subescalas temperamento y reacción a la ira) y
la expresión externa. Los años de práctica correlacionan sig-
nicativamente (positiva y negativamente según el caso) con
todos los componentes de la ira, exceptuando con el control
interno. Los días semanales de entrenamiento correlacionan
Niveles de ira en practicantes de boxeo y kickboxing: diferencias en función de la disciplina y el nivel deportivo 81
Cuadernos de Psicología del Deporte, vol. 15, n.º 3 (octubre)
negativamente de manera signicativa con el estado de ira
(subescalas sentimiento y expresión verbal de la ira) y la ex-
presión externa de ira. Finalmente, las horas semanales de
práctica correlacionan signicativamente (positiva y negati-
vamente según el caso) con todas las escalas y subescalas del
inventario exceptuando con el control interno de ira.
Discusión
El objetivo de este estudio fue analizar si existían diferencias
en los niveles de ira en función de la disciplina y el nivel de-
portivo en una muestra de deportistas de contacto pleno y un
grupo de no practicantes y determinar las posibles correlacio-
nes existentes entre la ira y la edad, los años, los días y las ho-
ras semanales de práctica. Los resultados obtenidos muestran
que los deportistas internacionales presentan niveles signi-
cativamente más bajos de ira que los practicantes regulares y
que los no practicantes de actividad física. Asimismo, se han
establecido correlaciones signicativas entre la edad, los años,
los días y las horas de práctica y diferentes dimensiones de la
ira. No se han encontrado diferencias signicativas en el nivel
de ira entre los practicantes regulares de estas disciplinas y los
no practicantes de actividad física. Finalmente, tampoco se
han encontrado diferencias signicativas en los niveles de ira
entre los practicantes de boxeo y los de kickboxing.
Tabla 6. Correlaciones Rho de Spearman.
Factores 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16
1. Edad C.C.
p---
2. Años de práctica C.C.
p
,51**
,00 ---
3. Días sem. de práctica C.C.
p
,13*
,02
,68**
,00 ---
4. Horas sem. de práctica C.C.
p
,21* *
,00
,75**
,00
,90**
,00 ---
5. Estado de ira C.C.
p
-,08
,17
-,31**
,00
-,20**
,00
-,27**
,00 ---
6. Rasgo de ira C.C.
p
-,19 **
,00
-,31**
,00
-,11
,06
-,16**
,00
,53**
,00 ---
7. Expresión externa de ira C.C.
p
-,18**
,00
-,33**
,00
-,19 **
,00
-,23**
,00
,59**
,00
.56**
,00
---
8. Expresión interna de ira C.C.
p
-,05
,41
-,17 **
,00
-,09
,10
-,13*
,03
,36**
,00
,49**
,00
,25**
,00 ---
9. Control interno de ira C.C.
p
,02
,71
-,02
,71
-,03
,61
-,03
,61
-,04
,51
,01
,75
-,07
,23
,13*
,03 ---
10. Control externo de ira C.C.
p
,02
,72
,18**
,00
,11
,05
,15*
,01
-,37**
,00
-,36*
,00
-,41**
,00
-,02
,68
,24**
,00 ---
11. Sentimiento de ira C.C.
p
-,11
,06
-,28**
,00
-,15*
,01
-,22**
,00
,86**
,00
,52**
,00
,49**
,00
-,40**
,00
-,03
,55
-,29**
,00 ---
12. Expresión física de la ira C.C.
p
-,10
,08
-,18**
,00
-,11
,05
-,15*
,01
,74* *
,00
,43*
,00
,39**
,00
,27**
,00
-,01
,85
-,34**
,00
,56**
,00 ---
13. Expresión verbal de la ira C.C.
p
,01
,81
-,28**
,00
-,22**
,00
-,29**
,00
,84**
,00
,36**
,00
,53**
,00
,22**
,00
-,01
.85
-,28**
,00
,57**
,00
,48**
,00 ---
14. Temperamento de ira C.C.
p
-,12*
,04
-,27**
,00
-,11
,05
-,17 **
,00
,63**
,00
,78**
,00
,63**
,00
,39**
,00
-.07
.20
-,48**
,00
,51**
,00
,45**
,00
,46**
,00 ---
15. Reacción a la ira C.C.
p
-,20**
,00
-,28**
00
-,09
,10
-,13*
,03
,31**
,00
,87**
,00
,37**
,00
,43**
,00
.08
.15
-,19 **
,00
,32**
,00
,29**
,00
,19**
,00
,41**
,00 ---
16. Índice de expresión de ira C.C.
p
-,10
,09
-,25**
,00
-,15*
,01
-,19 **
,00
,50**
,00
,52**
,00
,62
,00
,38**
,00
-.56**
.00
,75**
,00
,45**
,00
,39**
,00
,38**
,00
,59**
,00
,34**
,00
---
Notas: *p<,05 **p<,01; C.C.=coeciente de correlación, p=valor de signicación.
Respecto a la primera hipótesis, se encontró que hubo dife-
rencias signicativas entre los internacionales y los practican-
tes regulares en las escalas de estado, rasgo, expresión externa
y control externo de ira, así como en todas las subescalas del
inventario, exceptuando la reacción a la ira. Los competido-
res de nivel internacional presentaban niveles más bajos que
82 José Ignacio Menéndez Santurio y Javier Fernández-Río
Cuadernos de Psicología del Deporte, vol. 15, n.º 3 (octubre)
los practicantes regulares. Asimismo, se encontró que tam-
bién hubo diferencias signicativas entre los internacionales y
los no practicantes en las escalas de estado, rasgo y expresión
externa y en las subescalas de sentimiento, expresión verbal,
física y reacción a la ira. Como en el caso anterior, los compe-
tidores internacionales presentaban niveles más bajos. Estos
datos revelan que el nivel deportivo es un elemento clave a
tener en cuenta en el estudio de la ira en deportes de contacto
pleno. Estos resultados están en consonancia con los encon-
trados por Maxwell, Visek y Moores (2009) en jugadores de
baloncesto, de fútbol y de squash, los cuales mostraban que
los deportistas de mayor nivel y más experimentados de estos
deportes mostraban menores niveles de ira; la excepción pro-
venía de los jugadores de rugby que no seguían esta misma
tendencia
No se conocen estudios que hayan analizado el nivel de ira
en practicantes de boxeo y kickboxing, pero los datos arro-
jados por Robazza, Bertollo y Bortoli (2006) con otro tipo
de deportistas de contacto (judo, lucha libre y lucha grecoro-
mana) revelaron la no existencia de diferencias signicativas
respecto a la ira en función del nivel de los participantes. Es-
tos resultados van en contra de los expuestos en el presente
trabajo, sin embargo, cabe destacar que tanto en el estudio de
Robazza et al. (2006) como en la gran mayoría de los trabajos
que han tratado de estudiar la ira multidimensionalmente en
otras AAMM y DDCC (Oliva y Hernández, 2009; Oliva,
Calleja y Hernández, 2011, Ruiz y Hanin, 2004b, 2011) los
reactivos estaban referidos a la competición y no a la vida
diaria, por lo que los resultados podrían haber sido diferentes
de haber enfocado las preguntas a otros contextos de la vida
diaria.
Las causas por las que los competidores internacionales
presentaron menores niveles de ira en comparación con los
grupos de nivel inferiores quizás puedan explorarse a partir
de la segunda hipótesis planteada en este trabajo. Por una
parte hay una correlación signicativa entre todas las escalas
y subescalas de la ira, exceptuando el control interno, y los
años de práctica del deporte. Cuanto mayor es el nivel del
deportista, más años lleva practicando la modalidad y más
horas y días semanales entrena. La edad solo se correlacionó
con la expresión externa y el rasgo (subescalas de tempera-
mento y reacción a la ira) por lo que se puede entender que
los años de práctica de estas disciplinas han contribuido, al
menos, a reducir el estado de ira (sentimiento, expresión fí-
sica y verbal de ira) y la expresión interna, así como a poten-
ciar el control externo de los participantes, especialmente en
el grupo de competidores internacionales que es el que más
años de práctica tiene. En esta misma línea de argumenta-
ción, se observó que las horas semanales de entrenamiento
correlacionaron de manera signicativa con todas las escalas
y subescalas de la ira, exceptuando el control interno. Quizá
una de las causas por la que los internacionales tienen un per-
l iracundo signicativamente mejor sea debido al efecto de
catarsis que puede tener el deporte sobre esta variable, por lo
que los competidores que durante más horas entrenan sema-
nalmente están expuestos a un desgaste físico y psicológico
que hace modicar su perl iracundo. Maxwell et al. (2009)
también plantean que a mayor número de tiempo de práctica
deportiva (en su caso baloncesto, futbol y squash) menores
niveles de ira. Los días semanales de entrenamiento solo co-
rrelacionaron signicativamente con el estado (subescalas de
sentimiento y expresión verbal) y la expresión externa de ira.
Esto indica que son más decisivas las horas que un deportista
entrena semanalmente que los días para observar diferencias
en el perl iracundo. Estos resultados coinciden con los apor-
tados por otros autores (van Ingen, 2011) que hablan de la
capacidad que tienen estas prácticas como forma de catarsis
y canalización de la ira. Por otro lado, Maxwell et al. (2009)
consideran que este fenómeno también se podría explicar
en base al aprendizaje que realizan los deportistas veteranos,
encontrando estrategias que les permiten manejar mejor sus
emociones, disminuyendo su agresividad y su ira.
Respecto a la tercera hipótesis, no se encontraron diferen-
cias entre los practicantes regulares y los no practicantes; lo
que reeja que la práctica de estos deportes, a nivel regular,
no hace aumentar los niveles de estado, rasgo y expresión de
ira, ni reducir los de control de esta emoción, muy al contra-
rio de la creencia popular existente. Estos datos concuerdan
con otros aportados por Focht, Bouchard y Murphey (2000)
en practicantes de otro tipo de AAMM y DDCC como judo
y karate, que no presentaron diferencias signicativas en las
puntuaciones de ira total, instrumental, reactiva y control de
ira en comparación con un grupo control de no practican-
tes. También concuerdan con los aportados por Ziaee et al.
(2012) en los que los no practicantes de actividad física pre-
sentaban niveles signicativamente superiores de ira que un
grupo de nadadores.
Respecto a la cuarta hipótesis, no se encontraron dife-
rencias signicativas en las múltiples dimensiones de la ira
estudiadas en relación al tipo de disciplina practicada. En
otros estudios relacionados con las AAMM y DDCC como
los de Boostani y Boostani (2012) y Soa y Fernando (2012),
sí que se encontraron diferencias en función del tipo de de-
porte practicado. No obstante, conviene aclarar que estas di-
ferencias se produjeron entre deportes que no guardaron una
fuerte relación entre sí; es decir, entre actividades sin contacto,
con contacto controlado y con contacto pleno. Los resultados
de nuestro estudio respecto a esta cuestión pueden deberse
a un factor sociocultural del deporte. Por norma general, el
kickboxing y el boxeo, aunque guardan ciertas diferencias
técnico-tácticas, tal como arman Vertonghen et al. (2014),
atraen a un tipo de perl poblacional muy similar, quizá por
el hecho de que son actividades muy parecidas (deportes de
ring y contacto pleno, utilizan una indumentaria parecida, se
Niveles de ira en practicantes de boxeo y kickboxing: diferencias en función de la disciplina y el nivel deportivo 83
Cuadernos de Psicología del Deporte, vol. 15, n.º 3 (octubre)
practican en los mismos lugares, los entrenadores en ocasio-
nes son los mismos para una u otra disciplina, la sensación
de desgaste físico y psicológico es similar…). Esto conduce
a que tanto los practicantes regulares que se inician en estos
deportes, como los propios competidores se muevan uida-
mente entre estas disciplinas, practicando y compitiendo en
ambas. Respecto a los niveles de ira encontrados en otros de-
portes, Maxwell et al. (2009) señalan que los jugadores de
rugby encuestados presentaban los más altos y los de squash
los más bajos, quedando los de fútbol y baloncesto en niveles
intermedios.
A modo de conclusión podemos señalar que este trabajo
ha abordado por primera vez el estudio de la ira desde un
prisma multidimensional en un contexto como la vida dia-
ria en deportes donde la bibliografía es casi inexistente. Los
pocos trabajos realizados sobre estas modalidades no se han
detenido a explorar variables determinantes en la práctica fí-
sica como el nivel, la edad, los años de experiencia y los días y
horas semanales de entrenamiento. Los resultados mostraron
cómo el nivel, los años de práctica y las horas que un deportis-
ta entrena semanalmente son variables de especial relevancia
en el estudio de la ira en deportes de contacto pleno. El tipo
de disciplina practicada no parece haber afectado signicati-
vamente a esta variable, lo que indica la similitud que guar-
dan estos deportes respecto a esta emoción.
Como limitaciones del estudio destacar, en primer lugar,
la muestra limitada de cada uno de los grupos de análisis, lo
que diculta hacer generalizaciones. En segundo lugar, no se
pudo controlar el momento en el que contestaron los cuestio-
narios los participantes del grupo de no practicantes. Hubiera
sido interesante que todos ellos hubieran realizado el cues-
tionario en un momento concreto del día como se hizo con
el grupo de deportistas (post-entrenamiento). Sin embargo,
esto no se pudo realizar por cuestiones prácticas y por ende,
los resultados podrían haberse modicado ligeramente.
Como futuras líneas de investigación sería interesante de-
terminar las posibles diferencias en los niveles de ira dentro de
las modalidades que constituyen el kickboxing, especialmen-
te, haciendo distinción entre las de contacto pleno (al K.O.) y
contacto controlado (sin K.O. intencional). Asimismo, consi-
deramos que sería importante seguir aportando trabajos que
exploraran la relación de esta variable con otras como la em-
patía o la violencia, no solo en el boxeo o el kickboxing, sino
también en otras modalidades de contacto pleno que están
en constante auge como el caso de las artes marciales mixtas
(MMA- mixed martial arts) o el muay thai.
Aplicaciones prácticas
Los resultados obtenidos en este trabajo pueden ayudar a que
se promueva la práctica de las modalidades de contacto pleno
de kickboxing ya que no se ha visto que incrementen signi-
cativamente los niveles de estado, rasgo o expresión de ira,
ni que reduzcan los de control de esta emoción, a pesar de
las creencias populares existentes sobre estas disciplinas. Esta
promoción, además, debería comenzar a darse desde la base
y en diferentes ámbitos, tanto en el educativo como en el pu-
ramente deportivo o incluso extraescolar. Por ello, las impli-
caciones prácticas de este trabajo afectan tanto a los docentes
como a los entrenadores y/o monitores encargados de enseñar
estos deportes en los respectivos centros. El hecho de que no
se hayan encontrado diferencias signicativas en las diferen-
tes escalas y subescalas del cuestionario entre practicantes y
no practicantes hace viable la inclusión del kickboxing como
un contenido válido para el contexto educativo. Esta impli-
cación es de suma importancia para todos los docentes de
Educación Física en aras de plantear la inclusión de nuevos
contenidos curriculares de carácter innovador tradicional-
mente no explotados en esta área, siempre desde la dimensión
educativa. Esto podría ayudar a romper con prejuicios que
afectan a deportes estereotipados y tradicionalmente relacio-
nados con la agresividad, la violencia y el género masculino.
Por otra parte, los entrenadores deben ser conscientes de
que el nivel deportivo afecta signicativamente a muchas
de las variables medidas en este estudio. Por lo tanto, pare-
ce necesario que estos y/o los deportistas, especialmente los
competidores de nivel regional, recurran a profesionales de
la psicología deportiva para aprender técnicas especícas
y/o protocolos mentales. Esto podría ayudarles a gestionar
adecuadamente variables como las analizadas en el presente
estudio y conseguir un mayor nivel de rendimiento físico y
mental en las competiciones.
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