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Abstract and Figures

Results of the I Monk Parakeet Spanish Census, aimed on population size and distribution. Around 20.000 Monk parakeets were estimated across Spain and it is present in 14 Regions out of 17, mainly in Madrid city and Mediterranean coast, but also Canary Island, Balearic Islands and some populations inland. Resultados del I Censo Nacional de Cotorra Argentina enfocado a estimar el tamaño poblacional y la distribución de la especie. Alrededor de 20.000 cotorras argentinas fueron estimadas por toda España, estando presente en 14 de las 17 comunidades autónomas, principalmente en Madrid y la costa Mediterránea, aunque también en los archipiélagos canarios y balear y algunas poblaciones en el interior Peninsular.
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LA COTORRA
ARGENTINA
EN ESPAÑA
Población reproductora
en 2015 y método de censo
El trabajo de cientos de personas que aportan
información y de quienes coordinan el Grupo
de Trabajo de Aves Exóticas de SEO/BirdLife
hace posible que este grupo de aves sea cada
vez mejor conocido.
¡Muchas gracias!
I.S.B.N.: 978-84-945165-1-1
Impreso en España/Printed in Spain - Febrero 2016
Autores:
Blas Molina, José Luis Postigo, Antonio Román Muñoz y Juan Carlos del Moral
Coordinación de la colección:
Juan Carlos del Moral (SEO/BirdLife)
Fotografía de portada:
Antonio Roman Munoz
Maquetación:
MOEBO.es
Impresión:
Netaigraf S.L.L.
© Fotografías interior:
Antonio Román Muñoz, José Postigo, Juan Luis Muñoz, Juan Ramírez, Luis Javier Palomo
y Niko López
© Dibujos:
Juan Varela Simó
Cita recomendada:
General
Molina, B., Postigo, J. L., Muñoz, A. R. y Del Moral, J. C. (Eds.), 2016. La cotorra argentina en
España, población reproductora en 2015 y método de censo. SEO/BirdLife. Madrid.
Capítulos
Muñoz, A. R., 2016. Modelo predictivo de distribución, pp. 54. En: B, Molina, J. L. Postigo, A. R.
Muñoz y J. C. del Moral (Eds.), 2016. La cotorra argentina en España, población reproductora en
2015 y método de censo. SEO/BirdLife. Madrid.
© De la Edición: SEO/BirdLife
C/ Melquiades Biencinto, 34
28053 Madrid
Tel. 914340910 – Fax 914340911
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Editores:
Blas Molina, José Luis Postigo,
Antonio Román Muñoz y Juan Carlos del Moral
Coordinación nacional:
Juan Carlos del Moral, Blas Molina
y Emilio Escudero
Asesores:
Juan Carlos Senar, Tomás Montalvo,
José Luis Postigo, Antonio R. Muñoz
y Grupo de Trabajo de Exóticas de SEO/BirdLife
Publicado por:
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
Población reproductora en 2015
y método de censo
© Juan Luis Muñoz
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA ÍNDICE 3
ÍNDICE
PRÓLOGO 4
AGRADECIMIENTOS 6
INTRODUCCIÓN 8
SOBRE LA ESPECIE 10
METODOLOGÍA 15
RESULTADOS GENERALES 19
RESULTADOS POR COMUNIDADES AUTÓNOMAS Y PROVINCIAS 31
Andalucía 31
Aragón 32
Canarias 34
Castilla y León 35
Castilla-La Mancha 37
Cataluña 38
Ceuta y Melilla 40
Comunidad Valenciana 41
Extremadura 43
Galicia 44
Islas Baleares 45
Madrid 46
Murcia 49
País Vasco 49
METODOLOGÍA DE CENSO RECOMENDADA 51
MODELO PREDICTIVO DE DISTRIBUCIÓN 54
RESUMEN 65
SUMMARY 67
BIBLIOGRAFÍA 69
EQUIPOS DE CENSO 81
ANEXOS 87
PRÓLOGO
4PRÓLOGO LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
Los problemas causados por las especies
invasoras han despertado un creciente in-
terés entre la comunidad científica, y la so-
ciedad en general, por intentar comprender
los factores que promueven su aparición y
expansión. Este interés, relacionado tam-
bién en gran medida con los costos que se
derivan de su manejo (sólo en Europa se
destinan anualmente entre 12 y 20 billones
de euros para el manejo de especies inva-
soras), ha supuesto que hoy en día poda-
mos contar con información detallada de
algunos grupos taxonómicos así como con
estudios que permiten identificar las prin-
cipales vías de entrada de muchas espe-
cies exóticas invasoras. De entre todas es-
tas vías, el transporte internacional de
especies es actualmente la principal fuente
de introducción de vertebrados exóticos en
todo el mundo. En Europa, la Plataforma
sobre Especies Exóticas Invasoras (DAISIE)
lista 80 especies exóticas de vertebrados
terrestres establecidas como consecuen-
cia directa del comercio de especies sil-
vestres. Dentro de este grupo, cabe men-
cionar el caso de las aves, comercializadas
por millones a lo largo de los años, primero
para su uso ornamental y explotación ci-
negética y, más recientemente, para su te-
nencia como animales de compañía.
En España y Portugal, las aves exóticas
constituyen una proporción importante
frente al total de aves nativas conocidas:
hasta el año 2012, se han registrados de
370 especies de aves exóticas introducidas,
de las cuales 32 han establecido poblacio-
nes viables en la naturaleza. Entre ellas
destaca el caso de algunos psitácidos,
como la cotorra argentina, objeto de la pre-
sente monografía. Individuos de esta es-
pecie, capturados principalmente en una
zona restringida de Sudamérica que com-
prende el centro-este de Argentina y Uru-
guay, fueron exportados en ingentes can-
tidades a diversos países del mundo para
su tenencia como mascotas. El escape,
mayormente accidental, de individuos ha
permitido el establecimiento y expansión
de la especie en numerosos países, cau-
sando a menudo daños a la agricultura y
las infraestructuras. En España, los prime-
ros individuos escapados fueron observa-
dos a mediados de los años 70 en la ciudad
de Barcelona. Posteriormente fueron apa-
reciendo nuevas poblaciones introducidas a
lo largo de la geografía peninsular, Islas Ca-
narias y Baleares. Esta rápida expansión de
la especie, junto a sus potenciales impac-
tos económicos y medioambientales, hizo
que fuese incluida en el Catálogo Español
de Especies Exóticas Invasoras (Real De-
creto 1628/2011 y 630/2013). Sin embargo,
hasta la fecha tan sólo se disponía de in-
formación detallada sobre la evolución de
algunas poblaciones, destacando la de
Barcelona gracias a un seguimiento por-
menorizado de su población desarrollado a
largo plazo, careciendo de información pre-
cisa a escala nacional sobre la distribución
y abundancia de la especie, dos aspectos
fundamentales de cara a comprender la di-
mensión real de la invasión, su problemá-
tica, y diseñar estrategias de manejo efec-
tivas que ayuden a reducir sus impactos.
Dentro de este marco de necesidades,
SEO/Birdlife ha organizado el primer censo
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA PRÓLOGO 5
nacional de la población reproductora de
cotorra argentina en España. La metodolo-
gía empleada, diseñada por investigadores
que cuentan con una larga trayectoria en el
estudio de esta especie, ha permitido obte-
ner información de calidad, comparable en-
tre distintas zonas. Los datos muestran que
la especie se encuentra establecida en nú-
cleos grandes, principalmente ciudades
como Madrid y Barcelona, aunque también
existen poblaciones más pequeñas distri-
buidas por buena parte del centro y sur pe-
ninsular, así como varias poblaciones insu-
lares. Los resultados son preocupantes, con
un tamaño poblacional a escala nacional
que ronda ya los 20.000 individuos repro-
ductores, apenas cuatro décadas tras ha-
ber sido detectados los primeros escapes
de esta especie. No obstante, si bien las
densidades son elevadas, la especie aún
presenta tamaños poblacionales menores
que los observados en lugares como Esta-
dos Unidos, donde las incidencias sobre las
infraestructuras suponen anualmente un
importante coste de gestión.
Finalmente, nos gustaría destacar el valor
del esfuerzo realizado. En el mundo exis-
ten pocos precedentes de censos de es-
pecies de aves exóticas introducidas a una
escala nacional, y éste es el primero que
se acomete en España. Frente a los cen-
sos de especies de aves nativas, sobre las
que habitualmente se dispone de infor-
mación sobre su distribución y abundan-
cia acumulada durante décadas, el censo
de aves exóticas supone todo un reto al
carecer de esa detallada información.
SEO/BirdLife ha conseguido, a través de la
involucración de numerosos de sus gru-
pos locales y la participación de más de
500 voluntarios, afrontar este reto con no-
table éxito. Aun aceptando que alguna pe-
queña población pueda haber pasado de-
sapercibida o ser infravalorada en su
número, este primer censo supone todo un
hito y a la vez una herramienta fundamen-
tal para conocer el estatus actual de la es-
pecie a escala nacional. A partir de aquí, el
análisis de la información permitirá com-
prender mejor su dinámica de crecimiento
y expansión, y establecer directrices de
manejo efectivas para esta especie inva-
sora en nuestro país. Queda por delante
además el reto importante de transmitir a
la sociedad la necesidad de actuar contun-
dentemente frente a las especies invaso-
ras, pero el primer paso fundamental, que
es saber dónde están sus núcleos princi-
pales y la magnitud de sus poblaciones, ya
está dado.
Martina Carrete y José Luis Tella
Universidad Pablo de Olavide
Estación Biológica de Doñana
Como en el resto de los trabajos de segui-
miento de avifauna de SEO/BirdLife dedi-
camos nuestro principal agradecimiento a
todos los voluntarios que dedicaron su
tiempo libre en la realización de este censo
y su apoyo a esta organización en su tarea
continua de búsqueda de información para
contribuir a la conservación de las aves.
También desempeñaron una labor de gran
valor las personas que asesoraron en el
diseño del método seguido para la reali-
zación del censo aportando sus conoci-
mientos y experiencia por su trabajo pre-
vio con la especie: Juan Carlos Senar
(Museo de Ciencias Naturales de Barce-
lona), Antonio Román Muñoz (Equipo de
Biogeografía del Departamento de Biolo-
gía Animal, Facultad de Ciencias, Univer-
sidad de Málaga), Tomás Montalvo (Servei
de Vigilància i Control de Plagues Urba-
nes de la Agència de Salut Pública de Bar-
celona), José Luis Postigo (Equipo de Bio-
geografía del Departamento de Biología
Animal, Facultad de Ciencias, Universidad
de Málaga) y al grupo de trabajo de aves
exóticas de SEO/BirdLife, especialmente
David M. Santos.
Distintas personas del Ayuntamiento de
Madrid hicieron lo posible para apoyar y
ayudar en este censo, especialmente José
María Cámara (Jefe de la Unidad de Con-
trol de Vectores de Madrid Salud, Ayunta-
miento de Madrid) y Rafael Ruiz (Jefe de
Departamento de Educación Ambiental,
D.G. Sostenibilidad y Control Ambiental,
Área de Medio Ambiente y Movilidad del
Ayuntamiento de Madrid).
El Ayuntamiento de Barcelona, a través del
Servei de Vigilància i Control de Plagues
Urbanes de la Agència de Salut Pública de
Barcelona facilitó el censo completo de su
término municipal, dirigimos un especial
agradecimiento en este caso a Tomás
Montalvo. La Unidad Verde del Ayunta-
miento de Zaragoza facilitó los datos de la
gestión y nidos existentes de la especie en
su municipio, en este caso agradecemos
especialmente la ayuda prestada a Alberto
Esteban.
Numerosos cuarteles de la provincia de
Madrid facilitaron el acceso a sus recintos,
agradecemos la ayuda prestada por el Ge-
neral de Brigada retirado Jesús Arpón Ja-
rreta que nos abrió el camino para contac-
tar con el Ejército de Tierra, el Comandante
Enrique Campesino de la Sección de Coor-
dinación Centro de la Dirección de Acuarte-
lamiento del Ejército de Tierra que nos fa-
cilitó el acceso a los Acuartelamientos del
Ejército de Tierra en la provincia de Madrid
y a todas aquellas personas que nos aten-
dieron muy amablemente en dichos cen-
tros. También agradecemos a la dirección
del Parador Málaga Golf, en la ciudad de
Málaga, su colaboración por facilitar el ac-
ceso a sus instalaciones.
La sección de Vida Silvestre del Servicio
de Montes y Espacios Naturales de Ciu-
dad Real, de la Dirección General de Mon-
tes y Espacios Naturales de la Consejería
de Agricultura y Medio Ambiente de Cas-
tilla-La Mancha, aportó los datos y la revi-
sión de la especie realizada bajo los tra-
bajos “Detección, diagnóstico y gestión de
6AGRADECIMIENTOS LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
AGRADECIMIENTOS
especies exóticas invasoras en la provincia
de Ciudad Real (2015)”. Especialmente
agradecemos el apoyo de Víctor Díez e Ig-
nacio Mosqueda por la puesta en marcha
de dichos trabajos y la aportación de la in-
formación al censo nacional.
Patrimonio Nacional facilitó el acceso a to-
dos los recintos que gestiona; agradece-
mos especialmente la ayuda prestada a
Alicia Jacoste.
El Instituto Catalán de Ornitología facilitó la
información de sus bases de datos gene-
radas a través de sus programas de se-
guimiento relativa a observaciones de la
especie en la comunidad autónoma. Esta
información sirvió de base para dirigir el
esfuerzo de censo en esa autonomía.
Nuestro agradecimiento a todo el personal
SEO/BirdLife que de una forma u otra con-
tribuyeron para que todo el trabajo admi-
nistrativo y a veces el de campo, se llevara
a buen término. También los Grupos Loca-
les de la organización facilitaron con su tra-
bajo la cobertura conseguida en el censo.
Finalmente y de forma especialmente im-
portante agradecemos el apoyo prestado
por el Ministerio de Agricultura, Alimenta-
ción y Medio ambiente a través de la Fun-
dación Biodiversidad.
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA AGRADECIMIENTOS 7
Habitualmente se alimenta de frutas como aguacates, nísperos, naranjas e higos.
© Luis Javier Palomo
INTRODUCCIÓN
8INTRODUCCIÓN LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
SEO/BirdLife ha trabajado en censos de
aves desde su fundación (1954), pero hasta
ahora no había censado ninguna especie
exótica. Así, éste sería el primer censo na-
cional de una especie exótica que promueve
esta organización, el primer censo nacional
que se realiza para un ave de estas carac-
terísticas en España y probablemente el
censo de esta especie más ambicioso que
se ha realizado fuera de su área de distri-
bución natural.
El Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto,
por el que se regula el Catálogo español de
especies exóticas invasoras, publicado en el
BOE N.º 185 del 3 de agosto de 2013, esta-
blece que las especies exóticas invasoras
constituyen una de las principales causas
de pérdida de biodiversidad en el mundo,
circunstancia que se agrava en hábitats y
ecosistemas especialmente vulnerables,
como son las islas y las aguas continenta-
les. La introducción de estas especies in-
vasoras también puede ocasionar graves
perjuicios a la economía, especialmente a
la producción agrícola, ganadera y forestal,
e incluso a la salud pública. Por tanto, el
objeto de este Real Decreto 630/2013 es
regular el Catálogo Español de Especies
Exóticas Invasoras y, en concreto, estable-
cer las características, contenidos, crite-
rios y procedimientos de inclusión o exclu-
sión de especies en el catálogo; las
medidas necesarias para prevenir la intro-
ducción de especies exóticas invasoras,
para su control y posible erradicación; y las
características y el contenido de las estra-
tegias de gestión, control y posible erradi-
cación de las especies exóticas invasoras.
El censo de la especie, es decir, dónde se
encuentra y cuáles son sus efectivos es la
pieza clave y básica para establecer una
estrategia de gestión y su control, por lo
que la contribución de SEO/BirdLife a la
conservación de nuestro entorno es clara.
Por otra parte la Ley 42/2007 del Patrimo-
nio Natural y de la Biodiversidad obliga a
informar periódicamente sobre el estado
de la fauna a escala autonómica y estatal.
Dicha Ley establece en su artículo 9 los ob-
jetivos y contenido del Inventario Español
del Patrimonio Natural y de la Biodiversi-
dad. Según este artículo: “El Ministerio de
Medio Ambiente, con la colaboración de las
comunidades autónomas y de las institu-
ciones y organizaciones de carácter cientí-
fico, elaborará y mantendrá actualizado un
Inventario Español del Patrimonio Natural
y de la Biodiversidad que recogerá la dis-
tribución, abundancia, estado de conserva-
ción y la utilización, así como cualquier otra
información que se considere necesaria, de
todos los elementos terrestres y marinos
integrantes del patrimonio natural, con es-
pecial atención a los que precisen medidas
específicas de conservación o hayan sido
declarados de interés comunitario”.
El contenido y estructura del Inventario
Español del Patrimonio Natural y de la
Biodiversidad se determinarán reglamen-
tariamente, previa consulta con las comu-
nidades autónomas, debiendo formar
parte del mismo, al menos, la información
relativa a varios aspectos y en el número
tres de de ellos figura el catálogo español
de especies exóticas invasoras.
Además, el Capítulo III de la Ley de Patri-
monio, en su apartado de Prevención y con-
trol de las especies exóticas invasoras, en
su Artículo 61. Catálogo Español de Espe-
cies Exóticas Invasoras, establece en su
punto 4 que ”por parte de las comunida-
des autónomas se llevará a cabo un segui-
miento de las especies exóticas con poten-
cial invasor, en especial de aquellas que
han demostrado ese carácter en otros pa-
íses o regiones, con el fin de proponer, lle-
gado el caso, su inclusión en el Catálogo
Español de Especies Exóticas Invasoras”.
Este capítulo, en su punto 5 establece que
“El Ministerio de Medio Ambiente y las co-
munidades autónomas, en el marco de la
Comisión Estatal del Patrimonio Natural y
la Biodiversidad, elaborarán Estrategias
que contengan las directrices de gestión,
control y posible erradicación de las espe-
cies del Catálogo Español de Especies Exó-
ticas Invasoras”.
Por todo ello, el trabajo que ha realizado
SEO/BirdLife llevando a cabo el primer
censo estatal de una especie exótica consi-
derada invasora, la cotorra argentina, con-
tribuye de forma muy importante al cum-
plimiento de las leyes y decretos citados y
un apoyo decisivo a comunidades autóno-
mas y del Ministerio de Agricultura, Ali-
mentación y Medio Ambiente para cumplir
dichas leyes y decretos.
Independientemente de las estimas pobla-
cionales previas de la especie, éste ha sido
el primer censo con metodología uniforme
desarrollado a escala nacional, por lo que
supone un gran avance en el conocimiento
de su área de distribución y tamaño pobla-
cional. Aunque posee las limitaciones pro-
pias que implican la realización de un censo
a escala estatal por primera vez, conside-
ramos que este trabajo es un buen reflejo
de la situación de la especie en nuestro país.
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA INTRODUCCIÓN 9
Cotorra argentina alimentándose de brotes de árbol.
© Niko López
SOBRE LA ESPECIE
10 SOBRE LA ESPECIE LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
El área de distribución natural de la coto-
rra argentina (Myiopsitta monachus) se ex-
tiende por las zonas templadas y subtropi-
cales de sudamérica, desde el sudeste de
Brasil hasta Argentina, ocupando parte de
Bolivia, Paraguay y Uruguay (Arndt y Pitt-
man, 1996; Juniper y Parr, 1998).
Existen cuatro subespecies: M. m. mona-
chus, Boddaert 1783, M. m. calita, Jardine y
Selby 1830, M. m. cotorra, Vieillot 1818 y M.
m. luchsi, Finsch 1868.El área de distribu-
ción que ocupan las tres primeras es con-
tinua, entre Paraguay, Brasil y el sur de Ar-
gentina, mientras M. m. luchsitiene un área
de distribución aislada del resto, en Bolivia
(Arndt y Pittman, 1996; Del Hoyo et al.,
1997). Los individuos que se han analizado
en España correspondían todos a la subes-
pecie nominal M. monachus monachus
(Amdt y Pittman, 1996: Edelaar et al., 2015).
Se trata de un ave que se ha utilizado como
mascota, por lo que ha sido comercializada
por todo el mundo y fruto de ese comercio
se ha expandido por cuatro continentes:
Asia, África, América del norte y Europa oc-
cidental, especialmente en Italia, Bélgica y
España y en menores cantidades en Portu-
gal, Francia, Reino Unido y Holanda (Truffi
y Stastny, 1997; Hatzofe y Yom-Tov, 2002;
Iriarte et al., 2002; Lever, 2010; BirdLife,
2015; Mori et al., 2013; Edelaar et al., 2015).
En la mayor parte de su área de distribu-
ción natural no era una especie abundante
pero en las últimas décadas su población
ha crecido y su comportamiento está cam-
biando; antes habitaba únicamente zonas
rurales y ahora es frecuente también en
ambientes urbanos (BirdLife Argentina,
com. pers.). Sin embargo la subespecie
luchsi es mucho más escasa e incluso po-
dría presentar problemas de conservación
(Arndt y Pittman, 1996), ya que está res-
tringida a una región de Bolivia y aislada
del resto de subespecies (Del Hoyo et al.,
1997).
En su hábitat nativo ocupa hábitats muy va-
riados: pastizales, agrícolas, bosques tropi-
cales degradados o sabanas y ambientes
urbanos, entre altitudes de 0 a 1.000 m
s.n.m. (Arndt y Pittman, 1996; BirdLife,
2015), mientras que en los países donde
se ha introducido por la acción del hombre
está prácticamente restringida a hábitats
urbanos o semiurbanos (Burger y Goch-
feld, 2009; Rodríguez-Pastor et al., 2012;
Mori et al., 2013). Puede formar grandes
colonias ocupando grandes nidos comu-
nales durante todo el año (en ocasiones
con más de 30 cámaras) y es el único
miembro de la familia Psittacidae que fa-
brica nidos (Collar, 1997; Forshaw y Coo-
per, 1989). Los nidos están hechos de ra-
mas entrelazadas y pueden ser simples o
comunales; un nido sencillo simple con-
siste en una galería que comunica una
única cámara con el exterior, a menudo
otras cotorras construyen sus cámaras
adosadas a otras ya existentes, formando
nidos compuestos comunales donde cada
cámara tiene una única galería de salida.
Durante la época reproductora las cáma-
ras pueden estar ocupadas por parejas re-
productoras, por un número variable de in-
dividuos no reproductores o desocupadas
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA SOBRE LA ESPECIE 11
(Martella, 1985); durante el resto del año
las cotorras que ocupan las cámaras va-
rían de 0 a 8 (Domènech et al., 2003). Los
nidos se pueden instalar sobre sustratos
naturales, como árboles y palmeras o ar-
tificiales como postes eléctricos. El periodo
reproductor se extiende de noviembre a
marzo en el hemisferio sur y de abril a sep-
tiembre en el hemisferio norte, aunque
puede hacerlo todo el año en cautividad y
posiblemente en algunas zonas costeras
de la península Ibérica en libertad se
puede llegar a reproducir todo el año pues
en Barcelona se han detectado pollos en el
mes de diciembre (Batllori y Nos, 1985). Su
puesta puede variar de 4 a 8 huevos. Suele
alimentarse en grupo, de semillas, frutos,
bayas, flores, insectos y sus larvas, sobre
plantas o en el suelo. También se alimenta
en cultivos de fruta y grano (Del Hoyo et
al., 1997).
Interacción con el ser humano:
impacto potencial
La cotorra argentina ha sido y es objeto de
un importante comercio por ser una espe-
cie frecuentemente utilizada como mas-
cota, lo que ha llevado, a partir de escapes
o liberaciones intencionadas, a que se es-
tablezca con éxito por todo el mundo (Le-
ver, 2005). Ha sido exportada en grandes
cantidades desde comienzos del siglo XX.
Entre 1981 y 2014 se exportaron más de
1.300.000 cotorras argentinas a muchos
países, de las cuales 258.000 tuvieron
como destino España, según las estadísti-
cas de comercio de especies de la base de
datos de CITES (CITES Trade Data Base,
UNEP-World Conservation Monitoring
Centre, Cambridge, UK). Estas cifras evi-
dencian que el comercio de mascotas se-
ría al menos una de las causas del éxito
invasor de esta especie (Russello et al.,
2008) ya que tales volúmenes de cotorras
exportadas deben responder a una fuerte
demanda en los países de destino y es
probable que un alto número de cotorras
en cautividad se corresponda con un alto
número de escapes, accidentales o inten-
cionados, que faciliten la instalación de
colonias viables y su posterior refuerzo po-
blacional. Así, parece ser que la principal
vía de entrada de la especie al medio na-
tural son los escapes accidentales e in-
tencionados en todo el mundo.
Aunque está prohibida su comercialización
en muchos países como Estados Unidos
desde 1992, Chile desde 1997 o España
desde 2011, la importante población exis-
tente en cautividad unida a una esperanza
de vida en cautividad de 20 años (Stafford,
2003), puede reducir la efectividad de cual-
quier programa de control de la especie.
En algunos lugares de España existe mer-
cado negro donde comprar ejemplares de
esta especie, alimentado tanto por los
ejemplares existentes en cautividad como
por la recolección de pollos y volantones
de las colonias de cría existentes en con-
diciones de libertad.
La cotorra argentina es considerada plaga
en su área nativa, donde ocasiona pérdidas
de hasta el 46% en algunos cultivos, prin-
cipalmente maíz y girasol (Lever, 2005). En
el área donde ha sido introducida ocupa so-
bre todo hábitats urbanos o semi-urbanos
por lo que es lógico que los informes de
daños en cultivos sean escasos. En Norte
América se han registrado daños locales
en cultivos de litchi y mango en Florida
(South y Pruett-Jones, 2000). También se
producen daños en las ciudades, como la
defoliación de árboles o el corte de ramas
para la construcción de nidos donde las po-
blaciones son abundantes, como se ha re-
gistrado en el estado de New Jersey o en
Chile (Shields et al., 1974; Iriarte et al.,
2005), aunque el daño más cuantioso lo
produce en las torretas y subestaciones
eléctricas, donde los nidos pueden causar
cortocircuitos y cuya prevención y averías
costaron 585.000 $ en el año 2001 a una de
las empresas de abastecimiento eléctrico
de Florida (Avery et al., 2002).
En nuestro país se han registrado daños
sobre campos de maíz en Galicia (Rodrí-
guez, 2004), sobre árboles frutales y silos
de grano en Torralba de Calatrava (Ciudad
Real; Arredondo et al., 2015) y se han cuan-
tificado en Cataluña, donde en el año 2001,
una población estimada de 1.441 individuos
ocasionó daños en tomates por valor de
7.800 . Considerando el crecimiento tan
12 SOBRE LA ESPECIE LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
Grupo de cotorras en el barrio Huelin, Málaga.
© Juan Ramírez
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA SOBRE LA ESPECIE 13
notable registrado por la especie es de es-
perar que estos daños se agraven en los
próximos años si no se toman medidas
para evitarlos, en estas y otras zonas de
cultivos próximas a colonias de cría (Conroy
y Senar, 2009). En España los sustratos ar-
tificiales como puntos de nidificación han
sido minoritarios hasta la fecha (Domènech
et al., 2003; Martín Pajares, 2006), aunque
habrá que prestar especial atención a su
proliferación debido al carácter gregario de
la especie y la información previa de daños
registrados en Estados Unidos.
La cotorra argentina ha sido citada en oca-
siones como responsable del declive de las
aves urbanas, tanto por ataques como por
competencia, aunque no existen trabajos
científicos que documenten esta teoría. Si
bien se han registrado ataques de cotorra
a otras aves (Long, 1981; MacGregor-Fors
et al., 2011) estas citas parecen puntuales,
mientras existen evidencias de coexistencia
pacífica con el resto de especies urbanas,
llegando a compartir nido con grajillas, go-
rriones, palomas y cernícalo común y ali-
mentándose junto a palomas, gorriones y
cotorra de Kramer (Batllori y Nos, 1985),
comportamientos observados en ocasiones
también durante este censo (datos propios).
La cotorra argentina es potencial transmi-
sor de enfermedades al ser humano como
la psitacosis, gripe aviar o salmonelosis
mientras puede transmitir a otras aves
afecciones como la enfermedad de New-
Castle (Menchetti y Mori, 2014), aunque
son necesarios estudios concretos para
determinar el riesgo real de infecciones.
Legislación referente a especies
invasoras exóticas
La especie está catalogada por el Grupo
de Aves Exóticas (GAE) de la Sociedad Es-
pañola de Ornitología SEO/BirdLife, en la
categoría C en la península Ibérica, Bale-
ares y en el Archipiélago Canario.
Categoría C: Especies que, a pesar de ha-
ber sido introducidas por el hombre, deli-
berada o accidentalmente, han establecido
poblaciones reproductoras derivadas del
grupo introducido, que se mantienen a
ellas mismas sin recurrir necesariamente
a posteriores introducciones.
Convenios internacionales
Convención sobre el Comercio Internacio-
nal de Especies Amenazadas de Fauna y
Flora y Silvestres (CITES): La cotorra ar-
gentina está incluida en el apéndice II
desde el año 1981, donde se incluyen es-
pecies cuyo comercio puede llegar a ame-
nazar su supervivencia.
Convenio sobre la Diversidad Biológica 1992
(CBD): Tratado internacional jurídicamente
vinculante, cuyo objetivo general es pro-
mover medidas que conduzcan a un futuro
sostenible.
Legislación comunitaria
Reglamento (CE) n.º 338/97 del Consejo,
relativo a la protección de especies de la
fauna y flora silvestres mediante el control
de su comercio, que regula la aplicación
14 SOBRE LA ESPECIE LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
del Convenio CITES en la Unión Europea.
La cotorra argentina figura en el Anexo B,
equivalente al Apéndice II de CITES.
Directiva 1999/22/CE, relativa al manteni-
miento de animales salvajes en parques
zoológicos, en su art. 3 se establecen re-
quisitos para “prevenir la huida de anima-
les y así prevenir la introducción de plagas
de procedencia exterior”.
Reglamento (CE) n.º 318/2007 de la Comi-
sión, por el que se establecen condiciones
zoosanitarias para la importación de de-
terminadas aves en la Comunidad Euro-
pea y las correspondientes condiciones de
cuarentena.
Directiva 2009/147/CE, relativa a la con-
servación de las aves silvestres. Los Esta-
dos miembros velarán por evitar la intro-
ducción de especies de aves exóticas
(artículo 11).
Reglamento (UE) n.º 1143/2014 del Parla-
mento Europeo, sobre la prevención y la
gestión de la introducción y propagación
de especies exóticas invasoras, de aplica-
ción directa en España, si bien la “lista de
especies exóticas preocupantes para la
Unión” empezará a discutirse a principios de
2016 (cuando ya esté publicado este libro).
Estrategia Europea sobre especies Exóticas
Invasoras: destacan DAISIE (Inventarios de
Especies Exóticas para Europa) y ALARM
(Evaluación a gran escala de los riesgos
medioambientales para la biodiversidad con
métodos probados) entre otros.
Legislación Nacional
Ley orgánica 10/1995 y 5/2010, del Código
Penal. Prohíbe la liberación de especies
alóctonas en el medio natural, calificán-
dola de delito contra el medio ambiente
(artículo 333).
La Ley 26/2007, de Responsabilidad Me-
dioambiental, identifica las especies exóti-
cas invasoras como agente causante de
daño biológico (artículo 2.4).
Ley 42/2007, del Patrimonio Natural y de la
Biodiversidad, prohíbe la introducción de
especies que puedan causar daño ecoló-
gico (artículo 54.2-3). Además se creó el
Catálogo Español de Especies Exóticas In-
vasoras, en el que se incluyen las especies
que amenazan la biodiversidad (artículo
64.1). El artículo 64 bis define las “Especies
exóticas invasoras de preocupación para
la Unión”.
Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por
el que se regula el Catálogo español de
especies exóticas invasoras: La cotorra ar-
gentina está incluida en el anexo del catá-
logo por lo que queda prohibida su pose-
sión, transporte, tráfico y comercio (artículo
7.1). Los ejemplares autorizados antes de
la entrada en vigor del Catálogo podrán ser
mantenidos por sus propietarios si infor-
man en el plazo máximo de un año a las
autoridades autonómicas competentes.
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA METODOLOGÍA 15
Método de censo
El trabajo de campo se realizó casi en su to-
talidad por voluntarios convocados desde
SEO/BirdLife. Se contrataron muy pocas per-
sonas para la prospección de algunos muni-
cipios de Barcelona, Girona y Tarragona.
Con el objetivo de obtener información es-
tandarizada a través de voluntarios, se ela-
boraron unas instrucciones que permitían
una amplia participación y la realización de
un trabajo a través de una acción de Cien-
cia Ciudadana genérico y de gran participa-
ción para el establecimiento del área de dis-
tribución y determinación de las zonas de
nidificación de la cotorra argentina en Es-
paña (anexo 1). A la vez, se incluyó en di-
chas instrucciones la recopilación de cier-
tas variables que no podían ser recogidas
por cualquier observador sin experiencia en
el censo de la especie y que fueron recogi-
das por personas contratadas u ornitólogos
con experiencia en este tipo de censo.
Para la recogida de los datos se elaboraron
unas fichas que permitían a los partici-
pantes completar toda la información ne-
cesaria para cubrir todos los objetivos
marcados en el censo. Estas fichas se in-
cluyen en el anexo 2.
Además de las instrucciones en texto des-
cargables desde la web de SEO/BirdLife,
se confeccionaron unas instrucciones vi-
suales en la plataforma “prezi”:
https://prezi.com/honyzopag_x0/i-censo-
nacional-cotorra-argentina-y-cotorra-de-
kramer/.
La información recopilada por los volunta-
rios fue entregada a los coordinadores re-
gionales o a la coordinación estatal me-
diante tres sistemas:
• Fichas en papel. Incluidas en el anexo 2.
• Libro Excel. Creado específicamente para
este censo.
• Aplicación móvil. También creada espe-
cíficamente para este censo.
El censo se organizó a través de una coor-
dinación nacional llevada a cabo por el per-
sonal del Área de Estudio y Seguimiento
de Avifauna de SEO/BirdLife y una coordi-
nación regional por zonas, provincias o co-
munidades autónomas.
La red de coordinadores siempre estuvo
disponible a través de la página web de
SEO/BirdLife y se facilitó el contacto de
cada coordinador para que cualquier per-
sona interesada en participar pudiera ase-
sorarse directamente con el encargado del
censo en la zona o que los participantes
pudieran resolver sus dudas en cualquier
momento. El listado de coordinadores, for-
mado por 50 personas figura en el apar-
tado de Equipos de censo.
Los participantes se incorporaron al censo
a través de las convocatorias realizadas
por SEO/BirdLife a escala nacional o por
los coordinadores regionales y locales re-
alizadas a escala local.
La oficina central de SEO/BirdLife emitió
anuncios en prensa, radio, página web y
redes sociales. Además se habilitó un
METODOLOGÍA
hashtag “#aquicotorra” desde donde se di-
fundió el censo y las distintas noticias so-
bre el mismo a lo largo de su desarrollo.
También desde SEO/BirdLife se hizo un lla-
mamiento de participación a todos los so-
cios de la organización mediante un co-
municado directo a cada uno.
El equipo de colaboradores estuvo formado
por más de 600 personas y su listado se
incluye en el apartado de Equipo de censo.
De forma resumida, la metodología con-
sistió en los siguientes pasos:
1. Localización de áreas o puntos con nidos
(colonias). Se consideró colonia cada
nido o conjunto de nidos separado 200 m
de otro nido o conjunto de nidos. En de-
terminadas zonas con largos paseos o
zonas extensas con nidos ininterrumpi-
damente, éstas se consideraron como
una sola colonia. En este caso se solicitó
la coordenada de cada nido o una cada
200 m, indicando el número de nidos en
cada uno de esos sectores.
2. El segundo aspecto a cuantificar en cada
punto de nidificación (colonia o nido ais-
lado) fue el número de nidos.
3. El tercer paso consistió en la identifi-
cación del número de cámaras por
nido. Con el paso de los años los nidos
van creciendo por nuevas cámaras
construidas por la población ya exis-
tente o por nuevas parejas, mientras
que otras van siendo abandonadas y a
veces desaparecen, por lo que es nor-
mal que haya cámaras (nidos indivi-
duales dentro del nido comunal) ocu-
padas y desocupadas. En este caso se
registró el número total de cámaras ob-
servadas en cada nido.
Por otra parte, siguiendo las instrucciones
del equipo asesor de este censo (Juan Car-
los Senar, Tomás Montalvo, José Luis Pos-
tigo, Antonio R. Muñoz y el Grupo de Tra-
bajo de Exóticas de SEO/BirdLife) y los
métodos utilizados en censos previos de la
especie (Domènech et al., 2003; Martín Pa-
jares, 2006; Postigo et al., 2014) se esta-
bleció una metodología específica que mi-
dió el grado de ocupación de cada cámara
por nido. Con este valor se calculó el nú-
mero de ejemplares existentes en libertad
según se especifica en el capítulo de Mé-
todo de análisis.
Para ello, el observador evaluó el grado de
ocupación en una muestra de nidos y cá-
maras en la colonia según se registraban
entradas y salidas de las mismas. Esto
solo se hizo en las horas previas al ano-
checer y solo en una muestra muy con-
creta de nidos con observación directa en
horario adecuado. En las colonias grandes
esto se intentó realizar en el 10% de los
nidos existentes, mientras que en las co-
lonias más pequeñas, con muy pocos ni-
dos, se intentó registrar la ocupación en
todas las cámaras de todos los nidos. En
cada caso se registró:
• El número de cámaras de las que se
hace seguimiento en cada nido.
16 METODOLOGÍA LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA METODOLOGÍA 17
• En cuántas de ellas se detectaban
individuos.
• En cuántas de ellas no entraban
individuos.
• Cuántos individuos se registraron
entrando y saliendo en las cámaras en
las que se hizo seguimiento.
El censo se centró en el mes de marzo,
momento en el que el periodo reproduc-
tor está en sus inicios. Aun así, hubo loca-
lidades que se censaron fuera de ese mes,
aunque sí fueron censadas todas durante
la primavera.
La identificación de zonas de reproducción,
búsqueda de nidos y número de cámaras
se realizó durante todo el día. La estima
de cámaras ocupadas se realizó preferi-
blemente al anochecer, comprobando en-
tradas y salidas a las mismas.
Para cada colonia o nido aislado se regis-
traron las siguientes variables: Nombre
colonia (Cualquier nombre que permitiera
reconocer el sitio), Provincia, Término mu-
nicipal, Calle y n.º, Localización (Zona, In-
dicando el nombre del barrio o zona que
valiera de identificador): Coordenada, Da-
tum (preferiblemente ETRS89), UTM
(ejemplo Huso: 30T, Coord. X: 469027 y Co-
ord. Y: 4480720) o Coord. geográfica (Ejem-
plo coord. geográfica decimal: Latitud
40,351078, Longitud -3,253325); Tipo de
zona (Urbana, periurbana o rural), Fecha,
N.º máximo de ejemplares vistos (N.º de
ejemplares vistos en los nidos y alrededo-
res en el tiempo que se permanecieron en
la zona) y Hora.
Además se registró lo observado en cada
nido, estructura o conjunto de nidos: N.º
total cámaras, N.º total de cámaras o agu-
jeros que se identificaron en el nido que
aparentemente estaban activas (por en-
trada y ocupación de individuos al anoche-
cer), N.º de cámaras en las que no se es-
taba seguro de cuál era su situación (resta
de las dos cifras anteriores), Sustrato (se
registró si se ubicaba sobre árbol o en una
estructura artificial, etc.), Tipo Sustrato
(Detalle de especie de árbol, arbusto o pal-
mera, tipo de estructura) y otras observa-
ciones que pudieran ser de interés.
La zona a prospectar por cada participante
(barrio, parque, calle, etc.) quedó pactada
previamente con el coordinador regional.
El listado de coordinadores regionales es-
tuvo siempre disponible en un link con ac-
ceso desde internet:
http://www.seo.org/2012/04/09/censos-de-
especies/.
En ese mismo link, incluido en la página de
SEO/BirdLife http://www.seo.org/2012/04/
09/censos-de-especies/ estuvieron dispo-
nibles las localizaciones conocidas previa-
mente. Se facilitó una tabla con el listado
de cuadrículas UTM de 10x10 km con da-
tos de cría en los últimos años (Atlas de
aves reproductoras en España 1998-2002).
A cada participante se le recomendó visitar
los principales parques y avenidas arbola-
das del municipio del que era responsa-
ble, prestando especial atención a zonas
de palmeras datileras (Phoenix sp.), euca-
liptos y yucas en las zonas más cálidas, y
18 METODOLOGÍA LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
cedros, pinos y árboles de hoja caduca,
como plátano (Platanus sp.) en zonas de
interior. En las cercanías de las zonas en
las que se detectaron cotorras también se
prestó atención a las estructuras artificia-
les como torretas eléctricas y estructuras
de iluminación.
En los casos que se identificaron ejempla-
res y no nidos, se registraron los diferentes
bandos detectados en la zona intentando
establecer el número mínimo de cotorras
en la misma.
Dado que existen distintos sistemas de re-
coger la coordenada de un punto, se faci-
litaron a los participantes distintas posibi-
lidades, siempre con la obligatoriedad de
anotar el sistema elegido y que luego se
pudieran estandarizar todas las coordena-
das a un mismo formato (UTM en ETRS89).
Método de análisis
El cálculo del número de localidades
donde está presente la especie, número
de nidos construidos y número de cáma-
ras existentes en los nidos encontrados,
se realizó mediante la suma de las cifras
dadas por cada uno de estos parámetros
por los observadores.
El tamaño de población en número de in-
dividuos que existen en libertad actual-
mente en España se calculó en función del
seguimiento detallado que se hizo en una
muestra de los nidos según se detalla en el
apartado anterior (Método de censo) y en el
que se comprobaba el número de ejem-
plares presentes por cámara/nido. Este
muestreo se realizó en nidos con distinto
tamaño de población. Los lugares con ma-
yor número de muestras se obtuvieron en
el área de Madrid (533 cámaras) y Barce-
lona (se desconoce la muestra), variando
este índice de ocupación entre el 1,30 y
1,47 por cámara.
Estos grados de ocupación están com-
prendidos entre los valores obtenidos en
censos anteriores con idéntica metodolo-
gía en Israel (1,28; SD: 1,32; rango: 0-6;
Postigo et al., en revisión) y algo menores
que los obtenidos en Barcelona (1,52; SD:
1,8; rango: 0-8) en 2001 (Domènech y Se-
nar, 2003), aunque este último se realizó
en época post-reproductora y es de espe-
rar que los pollos del año estuvieran in-
corporados a la población y tuviera un ma-
yor índice de ocupación.
Así, el número de individuos presentes en
cada cámara se estableció multiplicando
el número total de cámaras por los valo-
res mínimo y máximo obtenidos en las cá-
maras muestreadas. Esta cifra se facilita
para cada municipio, provincia o comuni-
dad autónoma en función del número de
cámaras total encontrado en cada una de
esas áreas.
Cobertura
Se han prospectado más de 450 municipios
en España, en muchos de los cuáles ya ha-
bía referencias de la presencia de la especie.
Además se ha contado con la información
que la red de coordinadores provinciales,
uno al menos para cada provincia, dispone
sobre la especie en cada una de ellas. De
esta forma, se puede asegurar el resultado
negativo en prácticamente todos aquellos
lugares que figuran con tamaño de pobla-
ción cero en los resultados que aquí se ex-
ponen (tablas 1 y 2), pues aunque no se ha-
yan prospectado esas provincias en esta
primavera, se sabe con bastante seguridad
que no está presente la especie en la zona,
al menos en un número relevante. No obs-
tante sí es posible que hayan podido pasar
desapercibidas determinadas localidades
(barrios o municipios) con pequeñas pobla-
ciones en provincias para las que sí se da
censo positivo en estos resultados.
Tamaño y distribución
de la población reproductora
Todas las cifras que aquí se exponen de-
ben ser entendidas como mínimas, pues
es seguro que con un solo año de mues-
treo a escala estatal el número de locali-
dades con presencia de la especie, nidos y
cámaras en los mismos es mayor. Esto es
debido a la imposibilidad de tener una co-
bertura del 100% para un censo de una es-
pecie tan extendida y con distribución tan
dispersa, a la gran dificultad de identificar
todas las cámaras existentes en todos los
nidos detectados (muchas veces no visibles
desde ningún punto desde el suelo) y a lo
complicado de determinar el grado de ocu-
pación exacto de cada nido o cámara con el
tiempo limitado que han podido dedicar los
voluntarios y gracias al cual se ha estimado
el número total de ejemplares en libertad.
Después de las consideraciones previas,
se puede decir que la población actual de
cotorra argentina en España es, al menos,
de 18.980-21.455 ejemplares. Esta pobla-
ción se distribuye por 13 comunidades au-
tónomas y las dos ciudades autónomas
(tabla 1), 27 provincias (tabla 2) y 142 mu-
nicipios (anexo 3).
Madrid en primer lugar y Cataluña en se-
gundo, son las autonomías con mayor po-
blación, 7.248-8.193 y 6.891-7.792 ejem-
plares respectivamente. En estas dos
comunidades se concentra el 75% de la
población. También es considerable la po-
blación de Andalucía que con cerca de
3.000 ejemplares acumula el otro 16% de
la población española.
Su distribución no es continua, pues se en-
cuentra muy asociada a los núcleos urba-
nos y atiende en gran medida a los lugares
con mayor densidad de población, donde
suele ser más frecuente la afición a tener
mascotas en cautividad y, por tanto, más
probable que se produzcan escapes o libe-
raciones de aves cautivas. Su área de ocu-
pación se extiende a lo largo del litoral me-
diterráneo, exceptuando Madrid y alguna
otra capital o municipio del interior. El clima
es un condicionante de su distribución en
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA RESULTADOS GENERALES 19
RESULTADOS GENERALES
Europa (Strubbe y Matthysen, 2009), aun-
que en España, por el momento, parece te-
ner un papel secundario ya que son la ac-
tividad humana y la topografía las que
explican en su mayor parte su patrón de
distribución (Muñoz y Real, 2006). Además
de la costa mediterránea y algunas locali-
dades del interior, también existen pobla-
ciones reproductoras en las Islas Baleares
y Canarias. Está presente en ambas pro-
vincias, Tenerife y Las Palmas de Gran Ca-
naria en este caso (figuras 1a y 1b).
La distribución obtenida es relativamente
parecida a la del primer atlas nacional (Pu-
rroy, 1997), algo más aun a la establecida
en el último atlas de aves reproductoras en
España (Martí y Del Moral, 2003; figuras 1, 3,
4 y 5) y muy parecida a la descrita por Mu-
ñoz y Real (2006) en un estudio en el que se
predijo su distribución potencial en España.
Las provincias con mayor número de
ejemplares, nidos y puntos de nidificación
son Madrid y Barcelona con más de 2.000
nidos y más de 6.000-7.000 ejemplares
cada una. Ambas provincias tienen más
del 70% de la población estatal. Son tam-
bién destacables las poblaciones de Má-
laga y Valencia (tablas 1 y 2).
De forma paralela a lo que ocurre a escala au-
tonómica y provincial, los municipios con ma-
yores contingentes son Madrid y Barcelona,
20 RESULTADOS GENERALES LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
Comunidad Autónoma N.º apoyos N.º nidos N. cámaras N.º ind. Mín. N.º ind. Máx. % total % Acumulado
Madrid 1.267 2.478 5.575 7.248 8.193 38 40
Cataluña >1.009 2.720 5.301 6.891 7.792 36 73
Andalucía 410 1.056 2.154 2.800 3.166 15 89
Comunidad Valenciana 264 321 663 862 975 5 94
Murcia 138 185 372 484 547 3 91
Aragón 195 284 284 369 417 2 98
Canarias 26 45 96 125 141 1 99
Galicia 38 52 73 95 107 0 100
Islas Baleares 27 27 51 66 75 0 100
Castilla-La Mancha 66717 17 0 100
Melilla 277 8 90100
Extremadura 224 5 60100
Ceuta 111 4 40100
Castilla y León 112 3 30100
País Vasco 111 3 30100
La Rioja 000 0 00100
Cantabria 000 0 00100
Navarra 000 0 00100
Asturias 000 0 00100
Total >3.387 7.186 14.591 18.980 21.455
Tabla 1. Resultados del censo reproductor de cotorra argentina en 2015 por comunidades autónomas.
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA RESULTADOS GENERALES 21
Figura 1a. Distribución de la cotorra argentina en 2015. Se representan puntos por colonia de nidificación o nidos o
ejemplares aislados.
Figura 1b. Distribución de la cotorra argentina en 2015. Se representa la abundancia en individuos estimados por
provincia.
con cerca de 2.500 y 2.200 nidos respectiva-
mente cada una, más de 5.000 ejemplares
en Barcelona y más de 7.000 en Madrid.
También tiene casi 2.000 ejemplares Málaga
y a distancia le siguen Cartagena y Hospita-
let de Llobregat, pero éstos ya con algo me-
nos de 500 ejemplares estimados (anexo 3).
Aunque en su área de distribución natural
ocupa distintos ambientes tanto urbanos
como rurales (Bucher et al., 1991; Bu-
cher, 1993), en los territorios donde ha
sido introducida su comportamiento suele
ser típicamente urbano. En este censo la
mayoría de la población se encuentra en
hábitat urbano (78%) o periurbano (16%),
medios urbanos o su entorno, aunque
siempre en zonas arboladas; una por-
ción reducida de la población se en-
cuentra en hábitat un tanto alejado de los
22 RESULTADOS GENERALES LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
Provincia N.º apoyos N.º nidos N. cámaras N.º ind. Mín. N.º ind. Máx. % total % Acumulado
Madrid 1.267 2.478 5.575 7.248 8.193 38,2 38,2
Barcelona >864 2.442 4.846 6.300 7.124 33,2 71,4
Málaga 268 839 1.678 2.181 2.467 11,5 82,9
Valencia 242 290 565 735 831 3,9 86,8
Murcia 138 185 372 484 547 2,5 89,3
Zaragoza 195 284 284 369 417 1,9 91,3
Tarragona 79 112 218 283 320 1,5 92,7
Cádiz 69 101 185 241 272 1,3 94,0
Granada 7 33 127 165 187 0,9 94,9
Lleida 32 56 127 165 186 0,9 95,8
Girona 34 110 110 143 162 0,8 96,5
Alicante 22 31 98 127 144 0,7 97,2
Almería 31 44 88 114 129 0,6 97,8
Pontevedra 38 52 73 95 107 0,5 98,3
Santa Cruz de Tenerife 19 26 66 86 97 0,5 98,7
Sevilla 26 30 65 85 96 0,4 99,2
Islas Baleares 27 27 51 66 75 0,3 99,5
Las Palmas 7 19 30 39 44 0,2 99,7
Jaén 9911 14 16 0,1 99,8
Ciudad Real 33 3 11 11 0,1 99,9
Melilla 27 7 8 90,0 99,9
Cáceres 22 4 5 60,0 99,9
Ceuta 11 1 4 40,0 99,9
Albacete 22 2 3 30,0 100,0
Salamanca 11 2 3 30,0 100,0
Toledo 11 2 3 30,0 100,0
Vizcaya 11 1 3 30,0 100,0
Total >3.387 7.186 14.591 18.980 21.455
Tabla 2. Resultados del censo de cotorra argentina reproductor en 2015 por provincias.
núcleos urbanos pero habitualmente li-
gado a construcciones o paisajes con al-
gún uso humano (Arganda del Rey, en
Madrid es un ejemplo). Los núcleos en-
contrados en áreas alejadas de los nú-
cleos urbanos siempre estuvieron en me-
dios agrícolas o con mosaicos de cultivos,
viviendas o mosaicos agropecuarios, por
lo general, zonas arboladas o estructuras
que permitan la construcción de sus nidos
y muchas veces con estructuras artificia-
les o nidos de cigüeñas. Siempre en zonas
transformadas por el uso de las activida-
des humanas y nunca en zonas forestales
o arbustivas.
Composición y estructura
de nidificación
Por lo general, todos los miembros de la fa-
milia Psittacidae son cavernícolas, utilizando
huecos en árboles o en otros lugares para
criar. Sin embargo, la cotorra argentina es el
único caso de la familia que construye ni-
dos para el desarrollo de su reproducción
(Collar, 1997; Forshaw y Cooper, 1989). Esos
nidos tienen carácter comunal (Del Hoyo et
al., 1997) y a partir de la estructura cons-
truida por una pareja, pueden construir otros
nuevos unidos al primero. Así, se encuen-
tran nidos comunales con “departamentos”
independientes que se identifican por sus
entradas o “cámaras” y que varían de 1 a 25
en España según lo encontrado en este
censo (figura 2). No obstante, en los censos
previos realizados en distintas provincias el
máximo de cámaras descrito era de 12 en
nuestro territorio (Martín Pajares, 2006; Sol
y Santos, 1995). Tampoco son comunes ni-
dos con más de la docena de cámaras en
su área de distribución natural (Bucher et
al., 1991).
Según la muestra de 5.706 nidos (89%) para
la que se ha obtenido información detallada
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA RESULTADOS GENERALES 23
Figura 2. Proporción de cámaras por nido según la muestra para la que se obtuvieron datos bien relacionados
(n=5.706).
del número de cámaras en cada nido, los
sencillos han supuesto la mayoría de la po-
blación (52%; figura 2). La frecuencia del tipo
de nido según número de cámaras dismi-
nuye con el incremento de éstas, así los ni-
dos de 2 cámaras suponen el 21%, los de 3
el 11% y los de 4 el 5%. Estos cuatro tipos de
nidos suponen el 90% de los mismos. El ma-
yor nido detectado en España fue de 25 cá-
maras, mientras en su hábitat nativo se en-
contraron tres nidos contiguos que sumaron
200 cámaras (Bucher et al., 1991; Domè-
nech y Senar, 2003). Estos nidos tan grandes
son extraordinarios, ya que la distribución
de cámaras es similar tanto en la población
nativa, donde lo más común son nidos de 1-
4 cámaras (Navarro et al., 1992; Eberhard,
1998); en su área de distribución como es-
pecie introducida se detectó que la mayoría
de nidos tenía una cámara, tanto en Barce-
lona como en Israel (Rodríguez-Pastor et
al., 2012; Postigo et al., en revisión).
Cabría pensar que esta proporción tan ele-
vada de nidos de una sola cámara se debe a
la retirada de los nidos mayores realizada en
muchos municipios para prevenir acciden-
tes, aunque se ha descrito que los nidos más
grandes tienen mayores posibilidades de ser
derribados por fenómenos meteorológicos
adversos; además, se sabe que el 50% de
las cotorras cambia de nido cada año, pro-
bablemente para evitar la proliferación de
parásitos (Bucher, 1993), por todo ello se su-
pone que la eliminación de nidos realizada
por la administración tiene un efecto similar
a las tormentas en su área nativa, eliminado
los nidos más pesados y que la distribución
de cámaras es bastante similar a la distri-
bución natural de cámaras en su área na-
tiva, como indica Navarro (1992).
Sustrato de nidificación
Se pudo conocer la descripción detallada
del sustrato de nidificación en el trabajo de
campo de este censo en una muestra de
casi 6.000 nidos (83%). Sobre esa base, algo
más del 80% de los nidos fueron instala-
dos sobre árboles, seguidos muy de lejos
por los nidos en estructuras artificiales
(1,13%), como torres eléctricas o de telefo-
nía (tabla 3). Son excepcionales los nidos
24 RESULTADOS GENERALES LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
© Niko López
Cotorra reposando en su nido.
en arbustos de gran tamaño, en huecos de
paredes o en nidos de cigüeñas. Estas pre-
ferencias de nidificación coinciden con las
detectadas previamente en España y en
otras zonas invadidas como Bélgica o Is-
rael (Belinchón Navarro et al., 1999; Martín
Pajares, 2006; Domènech y Senar, 2003;
Dangoisse, 2009; Postigo et al., en revisión)
Estas preferencias de nidificación contras-
tan con las de Estados Unidos donde el
sustrato mayoritario es artificial, tanto en el
norte como en el sur (Newman et al., 2008;
Pruett-Jones et al., 2012; Reed et al., 2014).
Sustrato Proporción
Árbol* 81,50%
Arbusto 0,03%
Estructura artificial 1,03%
Pared 0,08%
Indefinido 17,34%
*Las palmeras se han incluido entre los árboles
Tabla 3. Sustrato de nidificación de cotorra
argentina según la información del censo de 2015.
El sustrato “árbol” descrito anteriormente
comprende varias especies, que se pue-
den agrupar en seis categorías (tabla 4). El
sustrato mayoritario en España son las
palmeras, que predominan en las zonas
costeras; el segundo en importancia son
las cupresáceas y afines (como cedros),
que predominan en las zonas de interior,
donde las palmeras no son muy numero-
sas; el tercer sustrato en importancia son
las distintas especies de pinos y el último
los árboles caducifolios y frondosas. Es-
tos resultados coinciden con los de censos
locales previos (Santos y Sol, 1995; Martín
Pajares, 2006; Postigo datos inéditos).
Tipo de sustrato Proporción
Palmera* 38,41%
Cupresáceas y afines** 31,15%
Árbol caducifolio 6,85%
Pino 10,13%
Frondosa 3,84%
Otros*** 1,13%
Indefinido 8,50%
100,00%
* Las palmeras, por su porte, se han incluido dentro
del tipo de sustrato “árbol”.
** Cupresáceas y afines, como los cedros.
*** Básicamente estructuras eléctricas y de telefo-
nía o nidos de cigüeña blanca.
Tabla 4. Tipo de árbol utilizado como sustrato de
nidificación por la cotorra argentina según la
información del censo en España de 2015.
En los grupos descritos en el apartado an-
terior (tabla 4) el número de especies es
variable entre diferentes zonas de España.
En la zona mediterránea la palmera pre-
dominante pertenece al género Phoenix
sp., seguido por Washingtonia sp. (López
González, 2002; Domènech y Senar, 2003).
En el grupo de cupresáceas y afines, las
especies dominantes son los cedros (Ce-
drus deodora, Cedrus libani, etc.) y cipre-
ses, Cupressus sp. Las especies predomi-
nantes de pinos son Pinus halepensis y
Pinus pinea, aunque suelen ser un sus-
trato secundario tanto en el interior como
en las zonas costeras. Entre las frondosas
figuran numerosas especies como el
fresno, olmo, plátano y álamo. Estos re-
sultados son similares a los obtenidos en
los censos anteriores realizados (De Ayala,
2002; López González, 2002; Martín Paja-
res, 2006; Domènech et al., 2003). El euca-
lipto, que ha sido descrito como sustrato
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA RESULTADOS GENERALES 25
26 RESULTADOS GENERALES LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
óptimo para la especie en su área nativa
(Bucher et al., 1991), fue un sustrato prio-
ritario para la especie en Andalucía tiempo
atrás (García et al., 1991; Muñoz y Ferrer,
1997; Sol et al., 1997) pero el presente
censo ha puesto de manifiesto que ha pa-
sado a ser un sustrato secundario a favor
de las palmeras.
Evolución de la población
En los atlas previos de distribución de la
avifauna en nuestro territorio (Purroy,
1997; Martí y Del Moral, 2003), incluido el
reciente atlas de aves invernantes de Es-
paña (SEO/BirdLife, 2012), se describía una
distribución muy fragmentada, bastante si-
milar a la encontrada en este censo a
grandes rasgos (figuras 3, 4a, 4b y 5),
donde los mayores núcleos de población
ya eran Madrid, Barcelona, Málaga y Va-
lencia. Esta distribución es típica de espe-
cies invasoras con múltiples focos de apa-
rición, normalmente centrados en las
grandes ciudades, donde es más probable
que un mayor número de cotorras se es-
capen, intencionada o accidentalmente y
tengan así mayor probabilidad de formar
poblaciones estables que facilitan el creci-
miento del número de efectivos.
La capacidad de dispersión de la cotorra
argentina es muy limitada, ya que se trata
Figura 3. Distribución de la cotorra argentina en el primer atlas de aves reproductoras en España (1975-1995;
Purroy, 1997). Se representa la presencia de la especie por hoja cartográfica del ejército a escala 1:50.000.
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA RESULTADOS GENERALES 27
Figura 4a. Distribución de la cotorra argentina en el segundo atlas de aves reproductoras en España (1985-2002;
Martí y Del Moral, 2003). Se representa la presencia de la especie por cuadrícula UTM de 10x10 km.
Figura 4b. Distribución de la cotorra argentina en el censo nacional de 2015. Se representa la presencia de la
especie por cuadrícula UTM de 10x10 km.
28 RESULTADOS GENERALES LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
de una especie sedentaria (Del Hoyo et al.,
1997; Truffi y Stastny, 1997; Martín y Bu-
cher, 1993), por lo que habría que distin-
guir los procesos de invasión de los de dis-
persión. Se considera proceso de invasión
a la aparición de cotorras a más de 50 km
de municipios con presencia de la especie,
que normalmente coinciden con capitales
de provincia o ciudades de cierto tamaño.
Por el contrario se considera que el pro-
ceso de dispersión depende de la presen-
cia de cotorras en municipios próximos ya
ocupados, siempre que exista un entra-
mado urbano más o menos continuo entre
dos localidades y que en total estén sepa-
radas menos de 20 km como sucede en los
alrededores de Madrid, Barcelona y en la
costa de Málaga, Valencia y Cartagena.
Las citas puntuales y las revisiones de in-
formación realizadas para reconstruir la
colonización de la cotorra argentina en Es-
paña son numerosas, a escala estatal y re-
gional, y gracias a ello se conoce con bas-
tante detalle el proceso de establecimiento
y crecimiento en tamaño de la población de
la especie en nuestro país (Batllori y Nos,
1985; GOB, 1987; 2002; 2003; Martí, 1987;
Domingo, 1988; Hernández Navarro, 1988;
Lorenzo, 1988 y 1993; Muñoz y Palomo,
1996; Paterson, 1988; Del Moral, 1989; Pas-
cual y Aparicio, 1990; 1996; Rodríguez,
1990; Clavell et al., 1991; Urios et al., 1991;
Barrio y De Juana, 1993; Fernández de la
Cigoña y Morales, 1993; Fraga, 1993; De la
Puente y Lorenzo, 2000; Ojeda Gimeno,
2000; Clavel, 2002; Torralvo, 2002; 2004;
Figura 5. Distribución de la cotorra argentina en el primer atlas de aves en invierno en España (2007-2010;
SEO/BirdLife, 2012). Se representa la probabilidad de presencia de la especie por cuadrícula UTM de 10x10 km.
Domènech y Senar, 2004; Santos, 2005; Ca-
sas y Carrasco, 2007; Oliva y Lorenzo, 2007;
Ferrer y Herrando, 2008; Sullivan et al.,
2009; Martín Pajares, 2006; Rallo y García-
Arberas, 2012; Rodríguez et al., 2012; Mo-
lina et al., 2013, Barrena-Pavón y Jiménez-
Cintado, 2014; Postigo et al., 2014).
Estas citas y revisiones documentan cómo
la cotorra argentina se detectó por primera
vez en libertad en España en 1975 en el
municipio de Barcelona (Clavell et al.,
1991) y Murcia (Hernández Navarro, 2016),
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA RESULTADOS GENERALES 29
Figura 6. Estimas de la población de la cotorra
argentina en España realizadas hasta 2015 (Fuentes:
Muñoz y Ferrer, 1997; Muñoz, 2003: Censo
SEO/BirdLife 2015).
Pareja de cotorras en su nido mientras una segunda pareja inicia la construcción de otro nido.
© Juan Ramírez
a continuación fue citada en 1978 en Má-
laga (Paterson, 1998 y Rodríguez, 1990) y
en Tenerife (Lorenzo, 1988 y 1993). En los
siguientes años las observaciones se hicie-
ron frecuentes en otras provincias, normal-
mente en sus capitales o grandes ciudades,
y ya a partir de 1985 las observaciones se
generalizaron por gran parte de la geogra-
fía española, incluidas zonas de interior y
norte de España, registrándose citas en
Aragón, Asturias, Castilla-La Mancha, Cas-
tilla y León, La Rioja, Extremadura y Nava-
rra (Muñoz, 2003; Sullivan et al., 2009), hasta
llegar a la costa de Galicia (Fernández de la
Cigoña y Morales, 1993).
También está presente desde hace años
en las islas Canarias y Baleares (Lorenzo,
1993; Muñoz, 2003;) igual que en Ceuta
(Navarrete, 2013) y Melilla (Jerez, 2013).
A pesar del crecimiento generalizado a es-
cala nacional desde el momento de su apa-
rición como reproductor en libertad, en al-
gunos lugares sí se ha observado una
tendencia negativa o incluso la desapari-
ción de pequeñas colonias de cría (Sol et
al., 1997). En algunos municipios se ha ges-
tionado la especie mediante medidas de
extracción de ejemplares, puestas y pollos
de la población en libertad, como en Zara-
goza (Alberto Esteban com. pers.) y Palma
de Mallorca (Manuel Suárez, com. pers.).
En el resto de España, las colonias crecen
lentamente al comienzo y más rápido
cuanto mayor tamaño alcanzan sus nú-
cleos establecidos, siguiendo un creci-
miento exponencial (Domènech et al., 2003;
Martín Pajares, 2006, Postigo et al., 2014).
Existe un modelo de distribución de espe-
cies realizado por Muñoz y Real (2006) que
predice un fuerte incremento en el área de
distribución de la especie en España, lo
que conllevaría también un aumento po-
blacional, por lo que apuntan a la puesta
en marcha de mecanismos de gestión de
la especie. La retirada de nidos se ha de-
mostrado como una medida ineficaz para
controlar las poblaciones, ya que comien-
zan a construir un nuevo nido que en me-
nos de dos semanas está terminado, ge-
neralmente a menos de 300 m de la
ubicación original, si no en el mismo punto
(Avery et al., 2002; Conroy y Senar, 2009;
Martín y Bucher, 1993), como sucede en
las poblaciones de Madrid, Barcelona y
Málaga. Además, esta medida de elimina-
ción de nidos sin más, promueve la dis-
persión de la especie y la colonización de
áreas nuevas. En ausencia de medidas de
control efectivas es probable que la cotorra
argentina continúe su expansión territorial
y su incremento numérico.
30 RESULTADOS GENERALES LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
Las flores también forman parte de su dieta.
© José Postigo
Andalucía
Tamaño y distribución de la población
Se calcula una población de cotorra ar-
gentina de 2.800-3.166 ejemplares en An-
dalucía (tabla 5) que se distribuye por seis
de las ocho provincias de la comunidad y
muy especialmente por las localidades
costeras de Málaga, donde se encuentra
casi el 80% de la población andaluza, ocu-
pando 19 municipios (tabla 5, figura 7,
anexo 3).
Se han localizado 32 municipios ocupados
por la especie (anexo 3) y entre ellos des-
taca, con mucha diferencia, la población de
Málaga capital, que con 1.689-1.910 coto-
rras argentinas concentra la mayor parte
de la población provincial (78%) y autonó-
mica (63%), con 668 nidos. En el resto de
Andalucía las mayores poblaciones se sue-
len concentrar en las capitales de provincia,
como en Granada, que cuenta con 125-163
cotorras estimadas en la capital, un núcleo
secundario en Armilla y un pequeño núcleo
sin cuantificar en la costa, entre Motril y La
Herradura. Cádiz cuenta con 4 núcleos: la
ciudad de Cádiz con 159-179 cotorras esti-
madas, un núcleo secundario en San Ro-
que (64-72 cotorras) y otros dos minorita-
rios en la misma bahía (Puerto de Santa
María y Rota). En Almería se estima una
población de 93-105 cotorras, mientras en
Roquetas de Mar unas 21-24. En Sevilla la
población también se concentra en la capi-
tal de la provincia con unas 79-90 aves y un
núcleo minoritario en Osuna. La pequeña
población de Jaén se reparte entre Linares
y Baeza, con 9 y 5 cotorras estimadas res-
pectivamente (anexo 3). En Córdoba se sos-
pecha que existe una pequeña población,
pero no se han detectado los nidos, mien-
tras en Huelva se considera que no está es-
tablecida. Como se ve, las principales po-
blaciones se encuentran en los grandes
núcleos urbanos del centro sur andaluz.
El sustrato utilizado mayoritariamente para
la instalación de los nidos en la comunidad
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS 31
RESULTADOS POR COMUNIDADES AUTÓNOMAS
Y PROVINCIAS
N.º de municipios con nidos N.º apoyos N.º nidos Nº. cámaras N.º ind. Mín. N.º ind. Máx. % Total
Almería 3 31 44 88 114 129 4
Cádiz 4 69 101 185 241 272 9
Córdoba 0000000
Granada 2733 127 165 187 6
Huelva 0000000
Jaén 29911 14 16 1
Málaga 19 268 839 1.678 2.181 2.467 78
Sevilla 2 26 30 65 85 96 3
Andalucía 32 410 1.056 2.154 2.800 3.166
Tabla 5. Población reproductora de cotorra argentina en Andalucía en 2015.
es palmera (63%), seguido de frondosas
(17%) y pino (11%). La única provincia donde
cambia el sustrato mayoritario es Granada,
donde la mayoría de los nidos se encuen-
tran en árboles caducifolios (35%) seguido
de palmeras (17%), aunque en el 33% de
los nidos de Granada no se ha recopilado
información del sustrato.
Evolución de la población
Andalucía fue uno de los primeros lugares
en los que se detectó la nidificación de la
cotorra argentina en España. La primera
cita procede de Málaga y data de 1978 (Pa-
terson, 1998 y Rodríguez, 1990), en el año
1992 apareció en Cádiz y en Linares (Jaén),
en 1993 en Granada y en 1998 en Almería
(Barrena-Pavón y Jiménez-Cintado, 2014;
Juan M. Miguel y Juan Pérez com. pers.).
La distribución registrada en el presente
trabajo es similar a la obtenida en el último
atlas de las aves reproductoras (Martí y Del
Moral, 2003), por lo que el proceso expan-
sivo territorial sucedió en la década de 1980
y 1990, aunque sus efectivos no han dejado
de aumentar.
Aragón
Tamaño y distribución de la población
En el presente censo todos los nidos en-
contrados se encontraron solo en el muni-
cipio de Zaragoza, donde se han hallado
284 nidos que albergan una población que
se podría estimar en cerca de 400 cotorras
argentinas según el grado de ocupación
por nido y cámara calculado para este
censo (tabla 6, figura 8 y anexo 3). No obs-
tante cabe destacar que Zaragoza es una
de las pocas ciudades donde se está tra-
bajando actualmente en la eliminación de
32 RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
Figura 7. Núcleos de nidificación de cotorra argentina en Andalucía en 2015. Se representan puntos por colonia de
nidificación o nidos o ejemplares aislados.
la especie en libertad mediante distintas
técnicas (Maluenda, 2012; Hernández-
Martín, 2013; Anónimo 2014, 2015). Este
manejo ha permitido que no se expanda
por la ciudad ni municipios próximos y ha
originado un declive importante respecto
a las cifras de años previos (Alberto Este-
ban com. pers.).
Considerando una estima realizada por el
personal que gestiona la especie en el mu-
nicipio de Zaragoza, la población actual po-
dría estar en torno a los 400 ejemplares
(Alberto Esteban com. pers.).
En Huesca se han detectado cotorras con
anterioridad, pero no en este censo.
La mayoría de los nidos en Aragón se en-
contraron en árboles caducifolios (45%) se-
guidos por los pinos (39,2%), palmeras
(7%) y cupresáceas (4%); los nidos en es-
tructuras artificiales y frondosas resultaron
minoritarios (<3%).
Evolución de la población
La cotorra argentina se considera estable-
cida en Aragón desde 1991 (Edelaar et al.,
2015), concretamente en la ciudad de Za-
ragoza e independientemente de citas que
se hayan producido en otras provincias o
municipios en años previos y que esas aves
ya han desaparecido de esos lugares, se
puede confirmar una gran expansión en el
municipio de Zaragoza en la década de
1990 y un declive pronunciado a partir de
las distintas medidas de gestión de la es-
pecie desde finales de la década de 2000
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS 33
N.º de municipios con nidos N.º apoyos N.º nidos Nº. cámaras N.º ind. Mín. N.º ind. Máx. % Total
Huesca 0000000
Teruel 0000000
Zaragoza 1 195 284 284 369 417 100
Aragón 1 195 284 284 369 417
Tabla 6. Población reproductora de cotorra argentina en Aragón en 2015.
Figura 8. Distribución de los nidos de cotorra argentina
existentes en Aragón en 2015. Se representan puntos
por colonia de nidificación o nidos o ejemplares
aislados.
(Maluenda, 2012; Hernández-Martín y Es-
teban, 2012; Anónimo 2014, 2015).
La población en el núcleo urbano de Za-
ragoza llegó a superar el millar de ejem-
plares y solo en 2015 se han retirado casi
900 ejemplares adultos y 1.500 pollos/hue-
vos, quedando actualmente muy pocos
centenares de ejemplares (Alberto Este-
ban com. pers.).
Canarias
Tamaño y distribución de la población
En el presente censo se han detectado 45
nidos, repartidos en 7 municipios de Tenerife
(2), Gran Canaria (3), Fuerteventura (1) y
La Palma (1), con una población estimada
de unas 125-141 cotorras (tabla 7). Espo-
rádicamente se detectan individuos en
Lanzarote y en menor medida en La Go-
mera y en el Hierro, pero parece tratarse
de individuos aislados ya que no se han
detectado poblaciones establecidas hasta
la fecha en dichas islas (Toño Lorenzo
com. pers.).
El sustrato mayoritario para la colocación
de los nidos en el archipiélago han sido las
palmeras (60%) seguido de los árboles ca-
ducifolios (23%), un 4% se reparte entre pi-
nos y otros tipos de árboles y no se obtuvo
detalle del sustrato de nidificación para el
21% de los nidos.
Evolución de la población
La cotorra argentina se estableció en el ar-
chipiélago canario en la década de 1980,
(Lorenzo, 1988) llegando a crear poblacio-
nes más o menos relevantes en Tenerife,
Gran Canaria, Fuerteventura y de menor
tamaño en La Palma, donde llegaron a de-
saparecer en 1999 pero volvieron a detec-
tarse individuos pocos años después (Oliva
y Lorenzo, 2007).
34 RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
Figura 9. Núcleos de nidificación de cotorra argentina en Canarias en 2015. Se representan puntos por colonia de
nidificación o pareja aislada.
Se estimó una población e 150-200 ejem-
plares a mediados de la década del 2000
(Oliva y Lorenzo, 2007) pero sin realizarse
un censo directo de la especie. Aunque ha
habido desapariciones de poblaciones res-
pecto al atlas de aves reproductoras en Ca-
narias, si su población se considera acerta-
dasegún dicho atlas (Oliva y Lorenzo, 2007),
la población parece más o menos estable.
Castilla y León
Tamaño y distribución de la población
En el presente censo solo se ha localizado
un nido en el municipio de Cabrerizo, en
la provincia de Salamanca (tabla 8). El nido
se encontraba sobre un cedro y tenía dos
cámaras. Así, la población se podría cifrar
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS 35
En el sur de España comienza a ser frecuente en ambientes suburbanos y agrícolas.
© Antonio Román Muñoz
N.º de municipios con nidos N.º apoyos N.º nidos Nº. cámaras N.º ind. Mín. N.º ind. Máx. % Total
Las Palmas 4719 30 39 44 31
Santa Cruz de Tenerife 3 19 26 66 86 97 69
Canarias 7 26 45 96 125 141
Tabla 7. Población reproductora de cotorra argentina en Canarias en 2015.
en 2-3 ejemplares y, por lo tanto, es muy
escasa.
Parece que la especie tiene dificultades
para establecer poblaciones en Castilla y
León. Como ya se ha comentado anterior-
mente, la cotorra argentina se ve favore-
cida en poblaciones mayores de 100.000
habitantes (Muñoz y Real, 2006) y por la
densidad de población, mientras que se ve
perjudicada por el número medio anual de
días de heladas (Strubbe y Matthysen,
2009), que en la ciudad de Salamanca, a
modo de ejemplo, es de 76,8 (información
elaborada por la Agencia Estatal de Meteo-
rología). Las características demográficas y
36 RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
N.º de municipios con nidos N.º apoyos N.º nidos Nº. cámaras N.º ind. Mín. N.º ind. Máx. % Total
Ávila 0000000
Burgos 0000000
León 0000000
Palencia 0000000
Salamanca 111233100
Segovia 0000000
Soria 0000000
Valladolid 0000000
Zamora 0000000
Castilla y León 111233
Tabla 8. Población reproductora de cotorra argentina en Castilla y León en 2015.
Figura 10. Núcleos de nidificación de cotorra argentina en Castilla y León en 2015. Se representan puntos por
colonia de nidificación o nidos o ejemplares aislados.
climatológicas, unidas a acciones de con-
trol desarrolladas en algunos municipios
(en prensa: http://www.abc.es/local-casti-
lla-leon/20130510/abci-junta-intenta-evi-
tar-asentamiento-201305101336.html), po-
drían ser las responsables de evitar su
asentamiento en la comunidad autónoma.
Evolución de la población
La cotorra argentina ha sido citada oca-
sionalmente en diferentes ciudades de
Castilla y León y aparece en los atlas pre-
vios de distribución de aves en Burgos,
León, Salamanca, Valladolid y Zamora,
siempre en bajo número (Martí y Del Moral,
2003; SEO/BirdLife, 2012).
Castilla-La Mancha
Tamaño y distribución de la población
Durante este censo se han detectado nidos
en tres de las cinco provincias: Albacete, Ciu-
dad Real y Toledo y su población se estima en
17 ejemplares (tabla 9, figura 11, anexo 3).
En Albacete se detectaron dos nidos, cada
uno con una única cámara y ambos regen-
tados por cotorras. Se sitúan uno en árbol
caducifolio y otro en un pino. El número de
aves estimada es de tres ejemplares.
En Ciudad Real se han detectado cotorras
en tres municipios: siete ejemplares en
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS 37
Figura 11. Núcleos de nidificación de cotorra argentina en Castilla-La Mancha en 2015. Se representan puntos por
colonia de nidificación o nidos o ejemplares aislados.
Manzanares, dos en Malagón y dos ejem-
plares en Torralba de Calatrava. En el muni-
cipio de Ciudad Real se conoce un solo nido
pero no se detectaron ejemplares este año.
En Toledo se ha detectado un solo nido en
el término municipal de Cazalegas, tenía
dos cámaras y estaba construido en un ce-
dro. El número de aves estimada es de tres
ejemplares.
Evolución de la población
En Castilla-La Mancha la población posi-
blemente era inexistente antes de 1995 pues
no es citada en el primer atlas nacional (Mu-
ñoz y Ferrer, 1997) y son escasas las citas
posteriormente hasta la edición del segundo
atlas nacional (Muñoz, 2003). Parece que en
ningún caso se citaron en Cuenca y Guada-
lajara y sí en las otras tres provincias de la
comunidad, como ha sucedido en el actual
censo. Las primeras citas proceden de Po-
zuelo de Calatrava (C. Real) en 1995 y Car-
celén (Albacete en 1996, David Cañizares
com. pers.), ambos nidos desaparecieron
tiempo después, presumiblemente por de-
rribo. (Torralvo, 2002; D. Cañizares, com.
pers.). En Toledo se conocen nidos al me-
nos desde el año 2013 (Molina et al., 2013).
La provincia mejor documentada es la de
Ciudad Real (Arredondo et al., 2015), donde
se ha detectado la especie en cinco muni-
cipios desde 1995 hasta la actualidad (To-
rralba de Calatrava, Pozuelo de Calatrava,
Manzanares, Malagón y Ciudad Real), pero
en años dispersos y con pocos ejemplares
en cada caso. El total de aves en la zona no
supera los 20 ejemplares en estas últimas
décadas (De la Puente y Lorenzo, 2000; To-
rralvo, 2002; 2004; Casas y Carrasco, 2007;
Arredondo et al., 2015), aunque en la ac-
tualidad esta población ha quedado redu-
cida a 11 ejemplares.
Cataluña
Tamaño y distribución de la población
La población catalana de cotorra argentina
se estima en 6.891-7.792 individuos. Ésta
se encuentra repartida por todas las pro-
vincias excepto Lleida. El mayor contin-
gente se encuentra en la provincia de Bar-
celona, con el 91% de la población y cerca
de 7.124 ejemplares, le sigue en impor-
tancia numérica Tarragona, con más de
300 cotorras, Lleida con 186 y Girona, con
cerca de 160 (tabla 10, figura 12, anexo 3).
38 RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
N.º de municipios con nidos N.º apoyos N.º nidos Nº. cámaras N.º ind. Mín. N.º ind. Máx. % Total
Albacete 12223317
Ciudad Real 333311 11 65
Cuenca 0000000
Guadalajara 0000000
Toledo 11123317
Castilla-La Mancha 566717 17
Tabla 9. Población reproductora de cotorra argentina en Castilla-La Mancha en 2015.
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS 39
La mayoría de su área de distribución,
atendiendo al número de municipios con
nidos encontrados es Barcelona, donde se
ha detectado en 24 términos municipales,
aunque en Tarragona se ha encontrado en
10 municipios. En Lleida solo se ha encon-
trado en 3 municipios, pero hay una po-
blación grande en su capital. En Girona
solo se detectó como nidificante en dos
municipios Empuria Brava y Figueres, con
casi cincuenta nidos cada una de ellas.
El sustrato mayoritario en Cataluña son
las palmeras (70%), seguido por pinos
(10%) y cupresáceas (9%). Este orden de
ocupación por sustrato de nidificación es
Figura 12. Núcleos de nidificación de cotorra argentina en Cataluña en 2015. Se representan puntos por colonia de
nidificación o nidos o ejemplares aislados.
N.º de municipios con nidos N.º apoyos N.º nidos Nº. cámaras N.º ind. Mín. N.º ind. Máx. % Total
Barcelona >24 864 2.442 4.846 6.300 7.124 91,4
Girona 2 34 110 110 143 162 2,1
Lleida 3 32 56 127 165 186 2,4
Tarragona 10 79 112 218 283 320 4,1
Cataluña >39 1.009 2.720 5.301 6.891 7.792
Tabla 10. Población reproductora de cotorra argentina en Cataluña en 2015.
40 RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
idéntico en Barcelona y Tarragona mien-
tras en Girona el segundo lugar lo ocupan
las frondosas (19%).
Evolución de la población
La cotorra argentina se detectó por pri-
mera vez en Cataluña en el año 1975, en el
Parc de la Ciutadella de Barcelona y fue la
primera cita de la especie en libertad en
España junto con otra en el mismo año en
Murcia (Hernández Navarro, 2016). En 1981
la población de la ciudad de Barcelona ha-
bía aumentado a 12 ejemplares, en 1985 a
44 ejemplares, en el año 1994 ya se calcu-
laron 850 individuos, en 2001 cerca de
1.441 cotorras y en el año 2010 se estima-
ron 2.851 cotorras (Batllori y Nos, 1985;
Clavel et al., 1991; Sol y Santos, 1995;
Domènech et al., 2003; Rodríguez-Pastor
et al., 2012).
En el año 1991 se detectaron cotorras en 26
municipios de los cuales 13 tenían nidos,
éstos se pueden agrupar en tres subpobla-
ciones: una ubicada en Barcelona y las ciu-
dades adyacentes, otra en las proximida-
des del Delta del Ebro (Tarragona) y otra en
la zona de L’Empordà (Girona). La comarca
de Barcelona contenía el 85% de los nidos
estudiados (Clavel et al., 1991). Ésta parece
que, a grandes rasgos, se mantienen ac-
tualmente. La subpoblación de la provin-
cia de Barcelona ha crecido principalmente
hacia el interior y está constituida por unas
5.525 cotorras, mientras que la subpobla-
ción de L’Emporse extiende por dos mu-
nicipios y contiene alrededor de 143 coto-
rras estimadas. La población de la comarca
de Delta del Ebro parece que se ha exten-
dido a este y oeste de Tarragona, desde
Cambrils hasta Torredembarra y algunos
municipios del interior. Aunque realmente
no se puede saber si se trata de descen-
dientes de aquellas cotorras o son producto
de nuevas liberaciones, ya que pequeñas
poblaciones pueden llegar a desaparecer
o crecer de forma exponencial, como ha
pasado en otras zonas de Cataluña (Sol et
al., 1997; Carrillo-Ortiz y Doménech en He-
rrando et al., 2011).
Ceuta y Melilla
Tamaño y distribución de la población
Se ha detectado población reproductora en
las dos ciudades autónomas. En Ceuta
solo se ha hallado un nido en el que se de-
tectaron cuatro ejemplares, mientras que
en Melilla se han detectado siete nidos
para los que se estima una población solo
de 8-9 cotorras (tablas 11 y 12, figura 13,
anexo 3).
Como en la mayoría de zonas costeras me-
diterráneas la palmera es un sustrato de
N.º de municipios con nidos N.º apoyos N.º nidos Nº. cámaras N.º ind. Mín. N.º ind. Máx.
Ceuta 111144
Tabla 11. Población reproductora de cotorra argentina en Ceuta en 2015.
nidificación importante, donde se encon-
traba situado el nido de Ceuta y dos de Me-
lilla. Los otros cinco nidos de Melilla se en-
contraban situados en eucalipto.
Evolución de la población
La cotorra argentina no ha nidificado en
las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla
hasta fechas muy recientes. La primera
cita de nidificación en Melilla data de
agosto 2012, cuando se detectaron seis
ejemplares regentando un solo nido, mien-
tras en Ceuta el primer nido se detectó en
abril 2013 (Molina et al., 2013).
Es de resaltar que estas dos ciudades po-
drían suponer las primeras poblaciones de
esta especie invasora en el norte de África,
continente que hasta la fecha solo había
registrado cotorras en Kenia (Lever, 2005).
En 2014 se detectaron nidos de cotorra ar-
gentina por primera vez en Marruecos en
la ciudad de Marraketch y en 2015 se han
detectado por primera vez nidos en Tánger
(Marruecos; Fareh et al., 2016), una po-
blación desconocida hasta la fecha que
podría albergar hasta 16 individuos (Esca-
jadillo et al., 2015). La posibilidad de que
esta población pudiera ser fruto de las po-
blaciones descritas en Ceuta y Melilla se
considera remota, en primer lugar por los
bajos efectivos con que cuentan y en se-
gundo lugar por la distancia que las se-
para (40 km) dado que las cotorras tienen
un rango de dispersión 20 veces menor
(Bucher, 1993), por lo que se considera
producto de una liberación local.
Comunidad Valenciana
Tamaño y distribución de la población
La cotorra argentina actualmente se dis-
tribuye en dos de las tres provincias de la
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS 41
N.º de municipios con nidos N.º apoyos N.º nidos Nº. cámaras N.º ind. Mín. N.º ind. Máx.
Melilla 127789
Tabla 12. Población reproductora de cotorra argentina en Melilla en 2015.
Figura 13. Núcleos de nidificación de cotorra argentina en Ceuta y Melilla en 2015. Se representan puntos por
colonia de nidificación o pareja aislada.
comunidad. Se ha detectado un núcleo
principal situado en Valencia y los munici-
pios colindantes que alberga el 85% de la
población y dos núcleos secundarios en la
comarca de la Marina Alta y en Torrevieja
(ambos en Alicante) que tienen el 15% res-
tante de la población (tabla 13, figura 14,
anexo 3). Pese a producirse citas esporá-
dicas y prospectar más de 60 municipios,
no se han detectado nidos en Castellón,
única provincia mediterránea española sin
nidos de la especie.
En la provincia de Valencia se detectaron
290 nidos que albergaban 565 cámaras y
735-831cotorras en la misma. Se han de-
tectado nidos de cotorra en 21 municipios
(Denia y Jávea no figuran en el anexo 3
porque sus datos se recibieron demasiado
tarde), siendo los que tienen mayor po-
blación son Valencia y Bétera con cerca
del 28% de la ejemplares cada una (210-
237 ejemplares Valencia y 205-232 Bé-
tera). Son importantes numéricamente
también los municipios de Moncada (76
ejemplares) y Godella (60 ejemplares).
En Alicante se han detectado 31 nidos en 6
municipios, lo que supone una estima de
127-144 cotorras. En este caso el 52% de
42 RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
Figura 14. Núcleos de nidificación de cotorra argentina
en Comunidad Valenciana en 2015. Se representan
puntos por colonia de nidificación o pareja aislada.
N.º de municipios con nidos N.º apoyos N.º nidos Nº. cámaras N.º ind. Mín. N.º ind. Máx. % Total
Alicante 5 22 31 98 127 144 15
Castellón 0000000
Valencia 19 242 290 565 735 831 85
C. Valenciana 24 264 321 663 862 975
* En Denia y Jávea también hay población de cotorra argentina asentada pero no se recibieron a tiempo los datos
para ser incluidos en el censo, Las cifras de población de la especie de estos dos términos no figuran en esta tabla
Tabla 13. Población reproductora de cotorra argentina en Comunidad Valenciana en 2015.
los efectivos se encuentran en Altea y otro
28% en Torrevieja.
La mayoría de los nidos de la Comunidad
Valenciana se encuentran situados en pi-
nos (61%), casi el doble que la proporción
de nidos en palmera (32%). En Alicante la
mayoría de los nidos se sitúan en palmera
(58%) y en pinos (20%).
Evolución de la población
La cotorra argentina se detecpor primera
vez en la Comunidad Valenciana en el mu-
nicipio de Jávea (Alicante) en el año 1983,
procedente de un escape de aves de una
pajarera, estableciéndose en las inmedia-
ciones una colonia que aún se mantiene en
la actualidad (Pablo Vera com. pers.).
En Valencia fue detectada por primera vez
en el puerto de Valencia en 1985, regis-
trándose la primera reproducción confir-
mada en 1988, en la ciudad de Valencia
(García et al., 1991). En Castellón, desde
1989 hasta 1991 se reprodujo en Moncofa
(Dies y Dies, 1990; Dies y Dies, 1992). Tras
desaparecer esta colonia de nidificación se
sucedieron citas de pequeños grupos por
diferente puntos de la misma sin que nin-
guno llegara a desarrollar una población
estable hasta el momento (Pablo Vera com.
pers.). En el año 2003 se consideraba que
había dos núcleos principales, uno en Va-
lencia y otro en Alicante (Muñoz, 2003).
Extremadura
Tamaño y distribución de la población
Sólo se ha detectado presencia de cotorra
argentina en el municipio de Cáceres,
donde se han localizado 2 nidos con 2 cá-
maras cada uno, lo que permite estimar
una población de 5-6 ejemplares (tabla 14,
figura 15, anexo 3).
Ambos nidos están construidos sobre ce-
dros, aunque en la misma zona se encon-
tró un nido en una palmera en el año 2013
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS 43
Figura 15. Núcleos de nidificación de cotorra argentina
en Extremadura en 2015. Se representan puntos por
colonia de nidificación o pareja aislada.
y en un eucalipto en el 2014, lo que mues-
tra la flexibilidad de la especie para esco-
ger sustrato en esta zona.
Evolución de la población
La cotorra argentina figura como ausente
en los atlas nacionales de aves reproduc-
toras (Purroy, 1997 y Martí y Del Moral,
2003). Parece estar presente en Cáceres
al menos desde 2010 y también en -
rida se han registrado hasta 2 ejempla-
res pero sin detectar nunca nidos.
Los primeros nidos se detectan en 2013
en Cáceres y es el único municipio donde
se han encontrado en este censo, donde
se han localizado 2 nidos con 2 cámaras
cada uno, lo que permite estimar una po-
blación de 5-6 ejemplares.
Galicia
Tamaño y distribución de la población
En la primavera de 2015 solo se detectó la
presencia de cotorra argentina en la pro-
vincia de Pontevedra. La población esti-
mada es de de 95-107 cotorras concentra-
das en 38 colonias que tienen 52 nidos
(tabla 15, figura 16, anexo 3).
Esta población se reparte en tres munici-
pios: Vigo, Moaña y A Guarda. Vigo es el
principal núcleo con el 70% de la pobla-
ción estimada (66-75 ejemplares), seguido
de A Guarda con otro 26% (23-26 ejempla-
res). En Moaña solo se detectó un nido re-
gentado por cuatro individuos.
Curiosamente los tres sustratos principa-
les fueron palmera (24%), cupresácea
(22%) y árbol caducifolio (23%) con valores
prácticamente idénticos, seguidos de lejos
por pino (9%) y frondosa (3%).
44 RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
N.º de municipios con nidos N.º apoyos N.º nidos Nº. cámaras N.º ind. Mín. N.º ind. Máx. % Total
A Coruña 0000000
Lugo 0000000
Ourense 0000000
Pontevedra 3 38 52 73 95 107 100
Galicia 3 38 52 73 95 107
Tabla 15. Población reproductora de cotorra argentina en Galicia en 2015.
N.º de municipios con nidos N.º apoyos N.º nidos Nº. cámaras N.º ind. Mín. N.º ind. Máx. % Total
Badajoz 0000000
Cáceres 122456100
Extremadura 122456
Tabla 14. Población reproductora de cotorra argentina en Extremadura en 2015.
Aunque la población gallega representa
menos del 1% de la población nacional se
trata de una población aislada muy dis-
tante del resto de la población reproduc-
tora peninsular. Además, es una de las po-
cas poblaciones donde se han registrado
daños a cultivos (Rodríguez, 2004),
Evolución de la población
La cotorra argentina se reproduce en Ga-
licia desde al menos 1990 en la provincia
de Pontevedra (Rodríguez, 2004). Su po-
blación siempre ha sido muy escasa y con
un área de distribución muy restringida
(Purroy, 1997; Martí y Del Moral, 2003). En
los atlas citados no se encontró la especie
en las décadas de 1970 y 1980, mientras
que ya fue encontrada en el mismo punto
donde cría actualmente en el atlas de aves
reproductoras de España de 2003 (Martí y
Del Moral, 2003).
Islas Baleares
Tamaño y distribución de la población
En el presente censo solo se han detectado
cotorras en la isla de Mallorca, concreta-
mente en los municipios de Calviá y Palma
de Mallorca. Se detectaron 27 nidos con
una población estimada en 66-75 cotorras.
En esta comunidad el sustrato de nidifica-
ción predominante es la palmera, donde
se encontraron el 81% de las plataformas
de cría. El restante 19% se sitúan en pino.
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS 45
Figura 16. Núcleos de nidificación de cotorra argentina en Galicia en 2015. Se representan puntos por colonia de
nidificación o nidos o ejemplares aislados.
Aunque se habían descrito como sustra-
tos preferentes para la especie cipreses y
pinos en años previos (López-Jurado, 1995;
Esteban, 1997) parece que se ha impuesto
la palmera como el sustrato preferente en
el área mediterránea.
Evolución de la población
En las Islas Baleares la cotorra argentina
se reproduce, al menos, desde 1987, año
en que se registró en Menorca, aunque ya
se conocía una población en Mallorca de
15 individuos (GOB, 1987). En el año 1999 se
estimó una población de 99 parejas en Ma-
llorca y otros 115-135 ejemplares en Ibiza,
repartidos en 7 núcleos reproductores
(GOB, 2002; 2003). Gran parte de la pobla-
ción ha desaparecido debido a la gestión
realizada sobre la misma.
Madrid
Tamaño y distribución de la población
En 2015 se han detectado en la Comunidad
de Madrid 2.478 nidos con 5.575 cámaras
y una población estimada de 7.248-8.193
cotorras, lo que supone el 40% de la po-
blación española. Esta población se re-
parte por 20 municipios, generalmente
contiguos al de Madrid y especialmente en
la zona oeste, municipios colindantes con
46 RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
N.º de municipios con nidos N.º apoyos N.º nidos Nº. cámaras N.º ind. Mín. N.º ind. Máx.
Islas Baleares 2 27 27 51 66 75
Tabla 16. Población reproductora de cotorra argentina en Islas Baleares en 2015.
Figura 17. Núcleos de nidificación de cotorra argentina en Islas Baleares en 2015. Se representan puntos por
colonia de nidificación o nidos o ejemplares aislados.
el parque de la Casa de Campo donde co-
menzó a instalarse la especie como repro-
ductora en esta comunidad.
El municipio de Madrid contiene 2.198 ni-
dos y su población se estima en 6.291-
7.113 ejemplares, lo que supone un 35%
de la población nacional y el 87% de la au-
tonómica. Son importantes las poblacio-
nes de Leganés, Pozuelo de Alarcón, Mós-
toles y Getafe con 235, 178, 156 y 150
ejemplares estimados en esos lugares res-
pectivamente. El resto de los municipios
no superan por lo general los 50 individuos.
El sustrato de nidificación mayoritario en
la comunidad de Madrid son los árboles
de la familia de las cupresáceas y afines
(81%) mayoritariamente cedros, seguido
de árbol caducifolio (6%), generalmente
plátanos, y pino (6%). Hay nidos instala-
dos en otro tipo de apoyos como estructu-
ras artificiales (torres y tendidos eléctri-
cos) y otras especies de árboles, pero
éstos no ocupan más del 3% de los nidos.
Este predominio del cedro en la provincia
con más nidos convierte a esta especie de
árbol en uno de los sustratos mayoritario
a escala nacional, cuando en realidad
fuera de Madrid nunca es mayoritario.
Evolución de la población
La cotorra argentina fue observada en Ma-
drid por primera vez en 1985 en el barrio
de Canillejas, en el noroeste de la ciudad,
donde en 1989 se registró su reproducción
por primera vez y donde se llegaron a con-
tabilizar 12 ejemplares (Pascual y Aparicio,
1990). En 1992 se citó por primera vez en la
Casa de Campo, parque urbano de 1.722 ha
situado al oeste de la ciudad de Madrid (Lu-
cini y Gandoy, 1993), al año siguiente se de-
tectaron 9 nidos en la zona de “El Reser-
vado” de la casa de Campo (Barrio y De
Juana, 1993), en los años siguientes se fue
expandiendo por otras zonas de La Casa de
Campo (Pascual y Aparicio, 1996) y en los si-
guientes años las citas se fueron multipli-
cando por numerosos barrios de Madrid y
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS 47
N.º de municipios con nidos N.º apoyos N.º nidos Nº. cámaras N.º ind. Mín. N.º ind. Máx.
Madrid 23 1.267 2.478 5.575 7.248 8.193
Tabla 17. Población reproductora de cotorra argentina en Madrid en 2015.
Figura 18. Núcleos de nidificación de cotorra argentina
en Madrid en 2015. Se representan puntos por colonia
de nidificación o nidos o ejemplares aislados.
los municipios de alrededor (Belinchón Na-
varro et al., 1999; Ojeda Gimeno, 2000; De
Ayala, 2002; Moreno-Opo y Seoane, 2004).
Las primeras citas fuera del casco urbano
de Madrid se dieron en 1986 en el entorno
del embalse de Santillana (Martí, 1987) y
en ese mismo año se constató la cons-
trucción de un nido en Villar del Olmo (Del
Moral, 1989) ejemplares que desaparecie-
ron en los siguientes años de la zona.
En 1993 se estimó una población de unas
25 parejas para Madrid (Muñoz y Ferrer,
1997). En 1998 se realizó un censo parcial,
centrado en la zona oeste de la ciudad y los
lugares con citas previas de la especie, oca-
sión en la que se localizaron 37 nidos y un
mínimo de 123 cotorras (Belinchón Navarro
et al., 1999). Una nueva estima del año 2000
estableció la población en un mínimo de
1.000 individuos (De Ayala, 2002). Por último,
una nueva estima de 2005 elevó la población
a 1.367±177 individuos (Martín Pajares,
2006). Así, se constata que la evolución de la
población de cotorra argentina en la Comu-
nidad desde su instalación a mediados de
la década de 1980 ha sido enorme, experi-
mentando un crecimiento muy alto con una
tasa de incremento del 31% y duplicándose
la población cada 4,5 años en el periodo
2005-2015.
48 RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
Nido en palmera del género Phoenix.
© José Postigo
Murcia
Tamaño y distribución de la población
En la Región de Murcia se han localizado
185 nidos que contenían 372 cámaras y se
calcula una población de 484-547 cotorras
(tabla 18, figura 19, anexo 3).
Esta población se encuentra repartida en
cinco municipios. La principal población se
encuentra en Cartagena y concentra el
85% de la población (412-466 ejemplares).
Le sigue en importancia San Javier, donde
se han encontrado 14 nidos con una po-
blación de 65-74 ejemplares. Molina de Se-
gura, Jumilla y Yecla tienen una población
muy escasa, con menos de 4 ejemplares
en cada caso.
El sustrato utilizado para la colocación de
los nidos es la palmera de forma mayori-
taria (74%), seguido de pino (8%). Son muy
escasos los nidos situados en estructuras
artificiales (1%) y cupresáceas (1%).
Evolución de la población
El primer registro de cotorra argentina en
Murcia data de 1975 y la primera cita de
reproducción de 1987 en Cartagena (Her-
nández Navarro, 2016). La evolución desde
entonces es claramente positiva pero no
existen censos autonómicos realizados que
permitan conocer el proceso de aumento
con detalle.
País Vasco
Tamaño y distribución de la población
En el País Vasco solo se ha detectado pre-
sencia de cotorra argentina en la provincia
de Vizcaya, en el término municipal de Por-
tugalete (tabla 19, figura 20, anexo 3). El nido
se sitúa en uno de los parques del munici-
pio y en él se observaron tres ejemplares.
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS 49
N.º de municipios con nidos N.º apoyos N.º nidos Nº. cámaras N.º ind. Mín. N.º ind. Máx.
Murcia 3 138 185 372 484 547
Tabla 18. Población reproductora de cotorra argentina en Murcia en 2015.
Figura 19. Núcleos de nidificación de cotorra argentina
en Murcia en 2015. Se representan puntos por colonia
de nidificación o nidos o ejemplares aislados.
Evolución de la población
En el País Vasco, hasta el presente censo
se habían detectado ejemplares solitarios
de cotorra argentina en Bilbao (Rallo y Gar-
cía-Arberas, 2012), pero no había indicios
que hicieran pensar en establecimiento de
la especie.
No se detectaron cotorras argentinas du-
rante la realización de los dos atlas nacio-
nales publicados en 1997 y 2003 (Muñoz y
Ferrer 1997; Muñoz, 2003), por lo que su
evolución es estable entre su ausencia o
presencia puntual.
50 RESULTADOS POR CCAA Y PROVINCIAS LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
N.º de municipios con nidos N.º apoyos N.º nidos Nº. cámaras N.º ind. Mín. N.º ind. Máx. % Total
Álava 0000000
Guipúzcoa 0000000
Vizcaya 111111100
País Vasco 111133
Tabla 19. Población reproductora de cotorra argentina en País Vasco en 2015.
Figura 20. Núcleos de nidificación de cotorra argentina en País Vasco en 2015. Se representan puntos por colonia
de nidificación o nidos o ejemplares aislados.
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA METODOLOGÍA DE CENSO RECOMENDADA 51
Se recomienda seguir la metodología rea-
lizada en este censo, pero quizá se deban
destacar pequeños cambios en algunos
aspectos o incorporar los muestreos ya
existentes para reforzar futuros censos.
En esta ocasión se han recogido todas las
localizaciones de lugares prospectados con
censo positivo y un gran número de ellas
con censo negativo. Es recomendable utili-
zar esta base para seguir confirmando la
ocupación o no ocupación de lo ya existente.
De forma resumida, se recomienda seguir
los siguientes pasos.
1. Localización de áreas o puntos con nidos
(colonias). En numerosas ocasiones esta
especie se concentra en colonias y su
área de campeo es más bien pequeña,
en ocasiones no superior a un kilómetro,
por lo que la localización de ejemplares
es un buen indicador para encontrar los
núcleos de nidificación en aquellas zo-
nas de nueva ocupación. Así, conviene
intentar registrar estas áreas para co-
nocer los núcleos en los que se con-
centra la población. En ocasiones no
está clara esta concentración y en de-
terminadas áreas se encuentran nidifi-
cando a lo largo de toda una zona arbo-
lada larga (paseo de centenares de
metros o kilómetros de longitud). Se re-
comienda realizar cortes en esos casos
para delimitar áreas y poder sectorizar
su distribución. De forma subjetiva se
recomienda considerar una colonia cada
nido o conjunto de nidos separado 200 m
de otro nido o conjunto de nidos.
2. El segundo aspecto a cuantificar en cada
punto de nidificación (colonia o nido ais-
lado) es el número de nidos existentes.
Conviene registrar todas las estructu-
ras o nidos visibles que se detecten en
cada punto de cría o colonia conside-
rando como nido simple aquellos que
solo tienen una cámara y como nido
compuesto aquellos que tienen más de
una cámara. Las estructuras donde cría
esta especie de cotorra suelen ser ni-
dos compuestos, se deben registrar to-
dos los nidos y las cámaras que estén
en uso o abandonadas.
3. El tercer paso debe estar dirigido a iden-
tificar el número de cámaras por nido.
Las cámaras son habitáculos en los que
se divide el nido y cada orificio del nido
se corresponde con una cámara. El 50%
de las cotorras cambia de cámara de un
año a otro y el 30% construye una nueva
cuando empieza la temporada repro-
ductiva (Eberhard, 1998). Este muestreo
se debe realizar antes de que comience
la época reproductora, es decir antes de
abril (incluso si es posible antes de
marzo) porque en la época reproductora
se construyen muchas cámaras nuevas
y se complica más el trabajo.
4. La identificación de zonas de reproduc-
ción, búsqueda de nidos y número de
cámaras se puede realizar durante todo
el día.
Para cada colonia o nido aislado se reco-
mienda registrar las siguientes variables:
Nombre colonia (cualquier nombre que
METODOLOGÍA DE CENSO RECOMENDADA
permitiera reconocer el sitio), Provincia,
Término municipal, Calle y n.º, Localiza-
ción (Zona; indicando el nombre del barrio
o zona que sirva de identificador): Coorde-
nada UTM o geográfica, Datum (preferi-
blemente ETRS89), Tipo de zona (urbana,
periurbana o rural), Fecha, N.º máximo de
ejemplares vistos (n.º de ejemplares vis-
tos en los nidos y alrededores en el tiempo
que se permanecieron en la zona) y Hora.
Además: Sustrato (árbol, estructura artifi-
cial, etc.), Tipo Sustrato (detalle de especie
de árbol, arbusto o palmera, tipo estruc-
tura) y Observaciones.
Una vez hecho esto se conocerá el área de
distribución que ocupa o ha ocupado la es-
pecie. En segundo lugar se debe intentar
cuantificar la población. Para ello se reco-
mienda seguir una metodología específica
que determine el grado de ocupación de
las cámaras. Con este valor se extrapolará,
multiplicando por el número de cámaras
detectado, la población existente. En este
caso se seguirán los siguientes pasos:
1. Sobre todas las colonias y plataformas
detectadas se seleccionará una muestra
de ellas más o menos grande en función
52 METODOLOGÍA DE CENSO RECOMENDADA LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
Cotorras argentinas en cañaverales de zonas agrícolas en Málaga.
© Antonio Román Muñoz
de los medios (personal y tiempo dispo-
nible). Es recomendable intentar alcan-
zar el 10% de un área grande o término
municipal para asegurarse la represen-
tatividad de la muestra. Esta muestra
debe contener pequeñas, medianas y
grandes colonias o núcleos de población
y debe de repartirse por áreas distribui-
das homogéneamente por la geografía,
intentando recopilar información de
aquellos lugares que absorban la mayor
variabilidad ambiental y geográfica po-
sible y lugares de nueva y vieja ocupa-
ción. Si no, también bastaría escoger una
muestra a partir de una selección al azar
realizada con metodología estadística-
mente analizable.
2. El siguiente paso será evaluar el grado
de ocupación en una muestra de nidos y
cámaras en cada una de las colonias se-
leccionadas. Este muestreo se debe rea-
lizar en las primeras horas de la ma-
ñana o en las previas al anochecer y solo
en una muestra muy concreta de nidos
con observación directa en horario ade-
cuado. En ese periodo se anotarán to-
dos los individuos que permanecen al
anochecer entrando y saliendo de cada
cámara. En cada caso se registrará:
• Nombre de la colonia, coordenada y fe-
cha. Si es posible el número de nidos
dentro de la colonia.
• Sustrato (árbol, estructura artificial,
etcétera).
• Tipo sustrato (detalle de especie de ár-
bol, arbusto o palmera, tipo estructura).
• Número de cámaras de las que se
hace seguimiento en cada nido.
• Número de cámaras en las que se de-
tectaban individuos.
• Número de cámaras en las que no en-
traban individuos.
• Cuántos individuos se registraron per-
maneciendo dentro de cada cámara en
las que se ha hecho seguimiento.
• Horario y tiempo de muestreo.
El número de aves permaneciendo dentro
de las cámaras se debe dividir entre el to-
tal de cámaras seguidas (incluidas las que
no estaban ocupadas) y el número obte-
nido será el grado medio de ocupación de
las cámaras, que se podrá multiplicar por
el total de cámaras halladas para estimar
la población de cotorras.
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA METODOLOGÍA DE CENSO RECOMENDADA 53
54 MODELO PREDICTIVO DE DISTRIBUCIÓN LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
Antonio-Román Muñoz
Grupo de Biogeografía, Diversidad y
Conservación, Departamento de Biología
Animal, Facultad de Ciencias,
Universidad de Málaga, E-29071, Málaga
Los modelos de distribución de especies se
han convertido en una herramienta impor-
tante en estudios de biogeografía, ecología,
evolución, biología de la conservación y
cambio climático debido, principalmente, a
la enorme cantidad de información am-
biental disponible. Los modelos, en última
instancia, estiman los requerimientos eco-
lógicos de las especies mediante la asocia-
ción de sus distribuciones geográficas con
los conjuntos de variables predictoras utili-
zadas en su construcción, de modo que per-
miten simular procesos ecológicos con el
objetivo de predecir respuestas. Por tanto,
constituyen un instrumento de gran utilidad
en biogeografía, ya que nos acercan al co-
nocimiento de las relaciones entre las es-
pecies y su entorno abiótico y biótico.
En la actualidad hay disponible una gran
variedad de métodos de modelación (p. ej.
Busby, 1991; Guisan y Zimmermann, 2000;
Austin, 2002; Gahegan, 2003; Guisan y
Thuiller, 2005; Real et al., 2006; Rotenberry
et al.; 2006, Elith et al., 2008), que confor-
man una lista muy amplia que segura-
mente seguirá creciendo. Una recopilación
relativamente reciente puede verse en
Franklin (2009, pp.105-112). Algunas de las
aplicaciones se han dado en el campo de la
biología de la conservación y el diseño de
zonas protegidas (p. ej. Li et al., 1999; Real
et al., 2009), en el campo de la restauración
ecológica, para determinar zonas favora-
bles para la reintroducción de especies (p.
ej. Pearcey Lindenmayer, 1998), en el ma-
nejo de los recursos y la predicción de im-
pactos (p. ej. Bradbury et al., 2000; Mas-
solo et al., 2007), en estudios encaminados
a conocer el efecto del cambio del clima
en las especies y los ecosistemas (p. ej.
Walther et al., 2002; Rosenzweig et al.,
2008; Real et al., 2013; Muñoz et al., 2015),
y también para determinar las zonas de
establecimiento potencial de especies na-
tivas e invasoras (p. ej. Andersen et al.,
2004; Muñoz y Real, 2006; Castro et al.,
2008; Strubbe et al., 2015).
¿Por qué usar modelos de
distribución para las especies
invasoras?
Las invasiones biológicas son un compo-
nente importante del cambio global, ya que
conllevan un intercambio de especies y una
homogeneización biótica a escala de todo
el planeta (Vitousek et al., 1997). A ello con-
tribuye de manera muy notable el creciente
volumen internacional de comercio, que
transporta de manera intencionada o acci-
dental un gran número de especies (Levine
y D’Antonio, 2003). Una vez transportada
una especie fuera de su área natural de dis-
tribución, para convertirse en invasora debe
establecerse, reproducirse con éxito y, por
último, dispersarse desde la zona de intro-
ducción (Cassey et al., 2005). Es de destacar
que tan sólo una pequeña fracción de las
especies que consiguen establecerse fuera
MODELO PREDICTIVO DE DISTRIBUCIÓN
de su área de distribución nativa se con-
vierte en invasora (Williamson, 1996), aun-
que pueden llegar a ocasionar daños muy
destacables y afectar al funcionamiento de
los ecosistemas (Mack et al., 2000).
Dicho lo anterior, la comprensión del pro-
ceso invasor y la caracterización ecogeo-
gráfica de las zonas ocupadas por las es-
pecies invasoras resultan fundamentales
frente a la necesidad de proponer medi-
das de manejo y control y de desarrollar
políticas de prevención. Es en este punto
donde los modelos de distribución de es-
pecies pueden ayudarnos a predecir la dis-
tribución potencial de un taxón invasor en
una zona determinada, así como facilitar-
nos la comprensión de su propia dinámica
de invasión.
¿Cómo se ha elaborado el modelo
para la cotorra argentina?
Área de estudio y datos de distribución
El territorio analizado en este capítulo ha sido
la España peninsular. Su situación geográfica
entre dos continentes, Europa y África, y dos
grandes extensiones marinas, el mar Medi-
terráneo y el océano Atlántico, la definen
como una unidad biogeográfica de gran in-
terés. Dada su posición latitudinal, alrede-
dor de los 40º N, y su heterogeneidad topo-
gráfica España posee un clima muy diverso
(Font, 2000). A grandes rasgos, se pueden
considerar tres áreas climáticas: Atlántica,
Mediterránea y las zonas de interior (Capel,
1981). El área Atlántica incluye toda la costa
norte, y se caracteriza por poseer inviernos
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA MODELO PREDICTIVO DE DISTRIBUCIÓN 55
© José Postigo
Son habituales en parques y jardines, alimentándose junto a palomas.
suaves y regulares. El área Mediterránea
abarca las costas sur y este de España,
donde se dan veranos calurosos, inviernos
suaves y precipitaciones que rara vez sobre-
pasan los 500 mm anuales. Por último, el
área climática de Interior posee altas tem-
peraturas en verano y bajas en invierno, con
precipitaciones que son generalmente irre-
gulares y escasas.
Para la elaboración del modelo la unidad
geográfica utilizada ha sido la cuadrícula
UTM de 10x10 km, la cual se ha usado en
numerosos estudios de modelación am-
biental y, además, constituye la base car-
tográfica de la mayor parte de los atlas de
distribución de especies realizados en Es-
paña (p. ej. Doadrio, 2001; Martí y Del Mo-
ral, 2003; Pleguezuelos et al., 2004; Palomo
et al., 2007). El área de estas cuadrículas
permite detectar procesos macroambien-
tales que acontecen en el entorno de los
puntos de muestreo y que pueden condi-
cionar los patrones de distribución de las
especies (Pearson y Dawson, 2003). El te-
rritorio español peninsular consta de 5.167
de estas cuadrículas.
La información relativa a la distribución de
la cotorra argentina en España peninsular
ha sido la obtenida en 2015, en el seno del
primer censo realizado a escala nacional,
promovido por SEO/BirdLife y que forma
parte de esta monografía.
Variables ambientales
El modelo de distribución de la cotorra ar-
gentina se ha construido en función de un
conjunto de variables que describen las
condiciones ambientales del área de estu-
dio. Para facilitar la caracterización de las
zonas ocupadas por la especie éstas se han
agrupado en los siguientes factores, topo-
grafía, clima, situación espacial y actividad
humana. En la tabla 20 se muestran todas
las variables usadas, agrupadas en factores.
La elección de las variables se ha basado en
su potencial predictivo, asumiéndose su re-
lación con factores que afectan a la propia
fisiología de las especies (Barbosa, 2006).
Las variables espaciales, topográficas y de
influencia humana se han tomado de Bar-
bosa et al. (2003) y Muñoz et al. (2005).
Construcción del modelo
Para elaborar el modelo de distribución se
ha utilizado la Función de Favorabilidad
(Real et al., 2006), mediante la cual se puede
conocer el grado en el que un determinado
ambiente proporciona condiciones favora-
bles para la presencia de una especie con-
creta. Se ha elegido esta función porque
presenta ventajas con respecto a otros al-
goritmos diseñados para la modelación de
la distribución de las especies, como la re-
gresión logística (Kleinbaum y Klein, 2010),
los Modelos Aditivos Generalizados (GAM;
Yee y Mitchell, 1991), los Modelos de Má-
xima Entropía (MaxEnt; Phillips et al., 2006)
o los árboles de regresión (Elith et al., 2008),
entre otros. Con respecto a la regresión lo-
gística o los árboles de regresión, la Función
de Favorabilidad proporciona un resultado
que es independiente de la probabilidad es-
tocástica de encontrar una especie en una
localidad, la cual viene determinada por el
56 MODELO PREDICTIVO DE DISTRIBUCIÓN LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
tamaño relativo de su área de distribución
en el contexto del área de estudio, o lo que
es lo mismo, la prevalencia (Hosmer y Le-
meshow, 2000; Real et al., 2006; Acevedo y
Real, 2012). A diferencia de otros algorit-
mos cuyo resultado es un valor de probabi-
lidad, la favorabilidad para una especie en
una localidad concreta es función, única-
mente, del conjunto de variables utilizadas
para la construcción del modelo. Si la re-
gresión logística proporciona la probabili-
dad de que una especie se encuentre en un
lugar, la Función de Favorabilidad indica en
qué grado dicha probabilidad difiere de lo
esperado por azar, ya que contempla el ta-
maño de su área de distribución (Acevedo y
Real, 2012). Así, usando esta función se
puede hacer la comparación directa entre
modelos obtenidos para diferentes espe-
cies, ya que son modelos independientes
con respecto a la prevalencia (p. ej. Estrada
et al., 2008; Barbosa et al., 2010). Otra ca-
racterística importante de esta función es
que cada unidad de muestreo, cuadrículas
de 10x10 km en nuestro caso, no es abso-
lutamente favorable o desfavorable para la
especie, sino que presenta un cierto grado
de favorabilidad, lo que permite que se apli-
que la lógica difusa.
La fórmula de la Función de Favorabilidad
es la siguiente:
donde P es la probabilidad de presencia de
la especie, n1y n0se corresponden con el
número de cuadrículas con presencias y
ausencias de la especie, respectivamente,
erepresenta el número e, mientras que y
es la ecuación de regresión obtenida.
En modelos de distribución de especies
en los que se dispone de un número ele-
vado de variables que potencialmente
pueden predecir la presencia o ausencia
de una especie, se puede dar el caso de
que se incorporen algunas de ellas por
puro azar. Por ello, siguiendo la reco-
mendación de García (2003), se ha con-
trolado este tipo de error (error de tipo I)
evaluando la tasa de descubrimiento
falso (FDR, del inglés False Discovery
Rate) propuesta por Benjamini y Hoch-
berg (1995). Esta tasa de descubrimiento
falso se corresponde con la proporción es-
perada de hipótesis falsas aceptadas. An-
tes de construir el modelo se han hecho
regresiones logísticas considerando a
cada una de las variables propuestas por
separado, y de este modo se ha calculado
el nivel de significación individual de cada
variable con vistas a explicar las presen-
cias y ausencias de la especie. El procedi-
miento de Benjamini y Hochberg (1995)
señala la significación mínima requerida a
una variable para garantizar que su inclu-
sión en el modelo no venga determinada
por el error de tipo I. Por ello, se han eli-
minado del análisis aquellas variables
cuya significación no superó el valor re-
querido por la tasa de descubrimiento
falso. A continuación se ha construido el
modelo efectndose la selección por
pasos sólo con las variables que resul-
taron significativas.
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA MODELO PREDICTIVO DE DISTRIBUCIÓN 57
Una vez controlado el error tipo I, a partir
del FDR, se ha aplicado la regresión múlti-
ple por pasos hacia adelante, una herra-
mienta ampliamente utilizada en modela-
ción (Texeira et al., 2001; Araujo y Pearson,
2005; Márquez et al., 2011). En el primer
paso el procedimiento selecciona, de entre
un conjunto de variables independientes, la
variable con la relación más significativa
con respecto a la distribución de la especie.
En los pasos sucesivos, se añade al mo-
delo la variable más relacionada significa-
tivamente con los residuos no explicados
en el paso anterior, hasta que se alcanza el
paso en el que ninguna variable incrementa
significativamente la capacidad predictiva
del modelo (Legendre y Legendre, 1998).
En este caso se ha utilizado el procedi-
miento por pasos “hacia adelante y hacia
atrás”, de manera que antes de añadir una
nueva variable al modelo, se evalúa la po-
sibilidad de mejorar su capacidad predictiva
mediante la eliminación de alguna de las
variables introducidas en un paso previo.
58 MODELO PREDICTIVO DE DISTRIBUCIÓN LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA
Figura 21. Favorabilidad ambiental para la cotorra argentina en cada una de las cuadrículas UTM 10×10 km de la
España peninsular. En verde se muestran las cuadrículas con valores más bajos de favorabilidad y en rojo las que
poseen los valores máximos, tal y como se indica en la escala.
El efecto combinado de las variables, que a
menudo resulta en colinearidad espacial en-
tre ellas (Borcard et al., 1992; Legendre, 1993),
se analizó mediante un procedimiento de
partición de la variación (véase en detalle
en Muñoz y Real, 2006). De este modo es
posible especificar qué porcentaje de la va-
riación del modelo final es explicado por el
efecto puro de cada factor, sin verse afec-
tado por la colinearidad con los otros facto-
res incluidos en el modelo, y qué propor-
ción es atribuible a su efecto compartido.
LA COTORRA ARGENTINA EN ESPAÑA MODELO PREDICTIVO DE DISTRIBUCIÓN 59
Factor Variable Cod.
Altitud media (m) (1)