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opini
ó
n
15
DOMINGO
2
6
DE
ABRIL
DE 2015
G
UATEMALA
El
j
ueves 16 de abril el escenario
pol
í
tico
g
uatemalteco sufri
ó
un
fuerte si smo. La CICIG (la Comisión
Internacional Contra la Impunidad
en Guatemala)
p
resent
ó
una in
-
v
esti
g
aci
ó
n que puso en evidencia
l
a man
e
ra fra
udu
l
e
n
t
a
có
m
o
e
n
e
l
país operan las aduanas. Ese día, de
forma simultánea, se capturó al jefe
y
al ex
j
e
f
e de la o
f
icina encar
g
ada de
reco
l
ectar
l
os impuestos
y
a
d
minis
-
trar
l
as a
d
uanas, a varios cua
d
ros
d
e
nivel de dirección de esa inst itución
,
al secretario
g
eneral del sindicato;
h
asta
ll
e
g
ar a
l
secretario priva
d
o
d
e
l
a Vicepresidencia (quien hasta el
momento de escribir esta columna
se halla ba prófugo); y a varia s perso
-
nas m
á
s. La CICIG desta
pó
as
í
una
alcantarilla en la
q
ue funcionarios
rateros se
d
e
d
ica
b
an a engor
d
ar sus
finanzas. Claro, ellos actuaban para
otros, distin
g
uidos empresarios
g
uatema
l
tec os; pero no so
l
o, porque
l
o m
á
s valioso que pasaba por esas
aduanas eran mares de cocaína. Sí
,
l
as aduanas guatemaltecas
f
ueron
convert idas en el punto de entrad a
(y
de salida) de la coca, en la ruta hacia el
g
ran merca
d
o,
l
os Esta
d
os Uni
d
os.
Hace algu nos meses –en septiem
-
bre de 2014– la CICIG coron
ó
con otra
serie de capturas una investi
g
aci
ó
n
contra la mafia que dirig
í
a las c
á
rce
-
l
es. Si en aquel momento (septiembre
de 2014) el escándalo llegaba hasta
Mauricio L
óp
ez Bonilla, el ministro
de Gobernaci
ó
n; ahora, la CICIG
l
levó al borde a Roxana Baldetti, la
v
icepresidenta del Gobierno. Lo cier
-
to es
q
ue a hora , com o en se
p
tiembre
d
e 2014,
l
os ma
l
os o
l
ores
d
e a
q
ue
ll
as
a
l
cantari
ll
as
ll
egan
h
asta
l
a 6a. ave
-
nida, entre 5a. y 6a. calles de la zona
1:
la
C
asa Presidencial
.
No
p
udo esta r m
á
s acertado el Pre
-
si
d
ente
y
l
a Vicepresi
d
enta cuan
d
o
–meses atrás– decían, categóricos,
que no iban a extender el mandato
de la CICIG. El
j
ueves 16 de abril la
CICIG misma se encar
gó
de demos
-
trar
l
es
l
as
d
imensiones rea
l
es
d
e
l
pe
-
l
igro que dicha C omisión representa
para la cúpula del Partido Patriota
y
para las mafias que este coad
y
uv
ó
a
enra izar en e
l
Esta
d
o.
Y sin em
b
argo, contra su vo
l
un
-
tad, a regañadientes, el jueves 23
de abril, le toc
ó
al
p
residente Otto
MANOLO E. VELA
CASTAÑEDA
M
ANOLO.VELA@IBERO.M
X
Retratos del
p
oder
Pérez Molina aceptar que la CICIG
se
q
uede en Guatemala. Contra las
cuerdas, como
p
arte de lo
q
ue en
pol
í
tica se conoce como estrate
g
ia
de control de daños, que no es más
que intentar controlar una crisis,
y
prote
g
er su pro
y
ecto
(
mafioso
)
, las
circunstancias
l
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bl
i
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aron a tra
-
g
arse sus pa
l
a
b
ras y tener que sa
l
ir a
decir lo que nunca quiso. Como siem
-
p
re o cur re en la v ida, todo moment o
lle
g
a;
y
este no iba a ser la excepci
ó
n.
Le lle
gó
el d
í
a
y
la hora al presiden
-
te Pérez Molina, cuando tuvo que
a
ceptar que la CICIG continuara.
Esta
f
ue otra batalla
p
erdida, como
muc
h
as otras,
d
urante estos años en
e
l
go
b
ierno.
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medio di
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,
Sandra
S
ebasti
á
n, ca
p
t
ó
con su c
á
mara el
preciso instante cuan
d
o –como
parte del protocolo, durante el acto
en el
q
ue se anunc i
ó
la continuidad de
la CICIG– el
p
residente P
é
rez Molina
e Iv
á
n Vel
á
squez, el jefe de la CICIG,
se
d
an
l
a mano
.
Era este e
l
momento
en el que Velásquez entraba al salón
y
tomaba su lu
g
ar en la mesa princi
-
pa
l
. E
l
acto tuvo
l
u
g
ar en e
l
Pa
l
acio
Naciona
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tura e
l
jueves 23
de abril
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Atr
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s –de
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ie– a
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are cen los m iem
-
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ros
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Ga
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inete,
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os ministr os y
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os
secret arios de Es tado,
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ue a
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lauden.
A
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unos
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a
p
rinci
p
al, el a
p
ret
ó
n de manos.
El
contraste entre
l
as expresiones
del presidente Pérez y el comisiona
-
do Vel
á
s
q
uez es abismal. Vel
á
s
q
uez
sonr
í
e, su postura corporal se de
ja
v
er re
l
aja
d
a; en tanto que e
l
Pre
-
s
i
de
n
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P
é
r
e
z M
o
lina
se
m
uest
r
a
rígido, cabizbajo, y con una mueca de
resi
g
naci
ó
n. Vel
á
squez busca hacer
contacto visua
l
con e
l
Presi
d
ente –
l
e
mira a los ojos– mientras que Pérez
Molina, baja la mirada , al piso. Dicen
q
ue los
p
ol
í
ticos son (o deben ser)
maestros en e
l
arte
d
e
l
a mentira;
p
ero esta vez el presidente P
é
rez Mo
-
lina no pudo fingir y lograr que sus
ex
p
resiones también nos mintiera n.
S
in
q
uererlo, cua ndo
f
ue ca
p
tado
p
or
la lente de Sandra Sebasti
á
n, Otto
Pérez nos contó todo
.
Al lado derecho del presidente
est
á
la vice
p
residenta, Roxana Bal
-
detti. Ella se ha lla
f
uera de la escen
a
p
rincipal (el apret
ó
n de manos). En
e
l
momento
d
e
l
os ap
l
ausos, B a
ld
etti
también aplaude (y qué le quedaba).
Pero ella no fi
jó
su mirada en el sa
-
ludo entre P
é
rez
y
Vel
á
squez; mir
a
d
e reojo y
h
acia a
b
ajo, en senti
d
o
contrario a la escena principal. Est
á
meditando,
q
uiz
á
, en lo
q
ue –con
este apretón de manos– se le vendr
á
encima. A di
f
erencia de todos los
p
re
-
sentes, ella a
p
arece sentada, como en
otra escena, en otro
l
u
g
ar. Sa
b
emos
q u e – p o r l o q u e f u e r a – e l l a n o a l c a n zó
a
ponerse de pie para saludar al co
-
misionado.
E
ntre el
p
residente P
é
rez Molin
a
y
el comisionado Vel
á
squez se hall
a
otro personaje: José Felipe Baquiax,
el
p
residente de la Corte Su
p
rema de
J
usticia. Este tambi
é
n
,
con una mue
-
ca r
íg
ida
y
compun
g
ida, mira haci
a
a
bajo. La posición del presidente de
la Corte Suprema no pudo quedar
me
j
or retratada, porque Baquiax
re
p
resenta eso: la
ú
ltima contenci
ó
n
p
osi
bl
e entre
l
as investigaciones
d
e
la
C
ICIG y la Vic epresi denta y el propi o
Presidente
.
C
on la
f
orma como –en
se
p
tiembre de 2014– se or
q
uest
ó
l
a
conformaci
ó
n de la Corte Su
p
rema de
J
usticia, él representa la garantía de
impunidad. Pero llegará el momento
en el
q
ue –como en esta escena–
a
Baquiax
y
a
l
os otros ma
g
istra
d
os,
no les quedar
á
m
á
s que hacerse a un
l
a
d
o, y
d
ejar
d
e proteger a quienes
l
es
llevaron a tan altos cargos.
E
s este un retrato del
p
oder. Es un
a
foto
g
raf
í
a que nos dice mucho, por
-
que Sandra Seba stián logró c aptarlos
a
todos
,
como realmente son
,
sin las
m
á
scaras
q
ue em
p
lean a diario.
F
OTO: CORTESÍA DE SANDRA SEBASTI
Á
N Y PLAZA PÚBLIC
A