Content uploaded by Alison Macnaughton
Author content
All content in this area was uploaded by Alison Macnaughton on Feb 10, 2016
Content may be subject to copyright.
14
LÍNEA DE BASE
Pesca artesanal en la
Amazonia boliviana:
un estudio de caso en
la Tierra Comunitaria
de Origen Multiétnico II
(Pando y Beni)
!
Pesca indígena en la Amazonia
boliviana: un estudio de caso en
la Tierra Comunitaria de Origen
Multiétnico II (Pando y Beni)
Adalid Argote Soliz, Paul A. Van Damme, Alison Macnaughton & Fernando M. Carvajal
Vallejos
INTRODUCCIÓN
La cuenca amazónica boliviana tiene una extensión territorial de unos 740 000 km2, lo que
representa 66% del territorio nacional (Molina & Vauchel, 2011) y 10% de la cuenca
amazónica. Más del 99% está sobre la cuenca del Madera (macrocuenca del Madera –
RAISG, 2012) y menos de 1% sobre la cuenca del Purus (río Acre) (macrocuenca del Alto
Amazonas – RAISG, 2012). El número de habitantes en la cuenca Amazónica ha sido
estimado por Camburn (2011) en base a datos del INE (censo 2001) con un total de 5 639
049 habitantes, es decir, el 68% del total de la población nacional (1 919 202 se
encuentran en zonas rurales y 3 719 847 en zonas urbanas). Sin embargo, Molina &
Vauchel (2011) estiman que el 75% de la población boliviana vive en esta cuenca. La
mayoría de los asentamientos rurales en esta región son pequeñas comunidades
indígenas y campesinas. En el año 2010, había 28 Territorios Indígenas Originarios y
Campesinos titulados en la región, con un área total de 6 921 km2 y una población de 69
000 habitantes (Soria, 2011). Se estima que esta cifra será mayor incluyendo las TCOs en
demanda actual de sus títulos. Estas comunidades se encuentran cerca de ríos o lagunas
y con pocas vías de acceso a los centros urbanos. Estos cuerpos de agua proveen de
alimentos frescos (p.e. pescado y otros tipos de carne) a los pobladores de las riberas, y
los ríos son utilizados como vías de transporte para el movimiento de personas y
productos.
Considerados con un valor ecológico muy significativo, los cuerpos de agua en esta
región de Bolivia forman importantes cabeceras de la cuenca Amazónica, y son el hábitat
de una importante diversidad de especies de peces (más de 700, Carvajal-Vallejos &
Zeballos Fernández, 2011, Carvajal-Vallejos et al., 2014). Varias de ellas tienen una
notable importancia para fines comerciales, de subsistencia y/o culturales. El pescado en
la Amazonía boliviana, en general, es un alimento de alta calidad, abundante y de fácil
acceso en ciertos territorios o cuerpos de agua donde operan las pesquerías.
La pesca es una actividad económica y de subsistencia importante para los medios de
vida de poblaciones rurales en toda la Amazonía. Su contribución es más notable en
zonas donde las inundaciones u otros factores ambientales dificultan o inviabilizan la
agricultura, y donde la cacería o la recolección de productos del bosque son menos
accesibles o están en disminución acelerada hoy en día. Se ha visto que en las zonas
tropicales la presión sobre la vida silvestre está en aumento y varios recursos terrestres
están disminuyendo drásticamente a nivel local y regional (p.e. ver Chicchón, 2000;
Townsend, 2001). La fuente de proteína animal silvestre en los bosques amazónicos
puede ser insuficiente para proveer la demanda mínima de las poblaciones rurales (p.e.
ver Parry et al., 2009; Diez Astete, 2012), y por lo tanto la vulnerabilidad de inseguridad
alimenticia puede incrementarse. En un estudio reciente (Baker-French, 2013), se
identificaron altas tasas de inseguridad alimentaria y retraso en el crecimiento de niños en
la ciudad de Riberalta (55% de hogares y 35% de niños) y comunidades rurales
contempladas en este capítulo (69% de hogares y 42% de niños). Esta autora calcula que
más del 80% de los hogares rurales de su estudio (incluyendo comunidades de la TCO
TIM II) consumen pescado obtenido diariamente mediante la pesca de subsistencia.
Frente a este problemática y realidad, la pesca es una alternativa accesible y permanente
de fuente de proteína animal de alta calidad en la dieta regional o local de comunidades
indígenas y campesinas. En este sentido, es importante comprender y conocer que
entendemos por pesca y sus dimensiones, y los patrones de aprovechamiento que siguen
las poblaciones en la Amazonía boliviana; de los cuales todavía sabemos poco hasta el
corriente.
En la legislación pesquera boliviana vigente (Reglamento de Pesca y Acuicultura de 1990,
anexo del decreto supremo N°22581, Gaceta Oficial de Bolivia n°1660), se define la pesca
ribereña (continental) en términos generales como ‘la extracción de peces de un medio
acuático natural, y que generalmente está asociado a la recolección de especies tales
como moluscos, crustáceos, algas y otras especies’. Como bien lo indica el mismo inciso,
‘esta actividad requiere de medios de control eficaces para evitar su agotamiento por
sobrepesca y/o utilización de métodos depredatorios (destructivos), y máxime (sobre todo)
si constituye un medio de vida de poblaciones rurales y fuente de abastecimiento de
proteína animal para los centros urbanos’. A su vez la actividad de pesca está clasificada
o definida según el uso de diversos métodos y herramientas en: a) pesca de subsistencia,
b) pesca artesanal, c) pesca comercial o industrial, d) pesca deportiva, y e) pesca
científica o experimental. La pesca de subsistencia se define como aquella ‘que se realiza
en forma directa y ocasionalmente empleando métodos rudimentarios y/o precarios de
pesca, combinándola con otras labores para satisfacer necesidades vitales’. A su vez, la
pesca artesanal es aquella ‘en que predomina el trabajo manual o utiliza embarcaciones
pequeñas o artes menores de pesca, pudiendo emplear personal no asalariado,
individualmente o en forma asociativa, e implica una fuente importante de trabajo
generalmente temporal’. Por otro lado, la pesca comercial o industrial se constituye
aquella ‘que se realiza en forma directa y permanente, empleando en sus faenas
unidades de pesca mayores y eficientes, constituyendo el principal medio de vida del
pescador por el cual percibe una remuneración o participación del producto’. La pesca
industrial, similar a la que ocurre en Brasil por ejemplo, no se observa en Bolivia. En la
Amazonía boliviana también se observa pesca deportiva y pesca científica o experimental,
pero casi en su totalidad están practicadas por personas foráneas a las áreas rurales de
pesca, que llegan ocasionalmente con fines recreativos o de investigación,
respectivamente. Otros reglamentos pesqueros departamentales, tienen definiciones
diferentes sobre los tipos de pesca, pero los elementos comunes que figuran en las
disposiciones legales son el tipo de herramientas que se utilizan (p.e. calidad y
dimensiones de los artes de pesca, porte de las embarcaciones) y el destino del producto
(p.e. consumo familiar, comercio).!No existe una legislación o reglamentación que se
encuentre vigente para su respectivo uso, el manejo donde se encuentra, es localmente
definido.
Existen otras formas y dimensiones de la pesca que engloban otros elementos sociales
y/o económicos, (p.e. pesca de subsistencia comunal, ver argumentos en Paz & Van
Damme, 2008), que pueden dar una mejor compresión y caracterización de las
pesquerías en la Amazonía boliviana. Sin embargo, en el presente capítulo abordamos
una experiencia puntual que puede ser definida tomando en cuenta los elementos de las
definiciones de la pesca comercial y pesca artesanal, y la cual definiremos con el término
pesca comercial artesanal. De manera general, se puede decir que en la Amazonía
boliviana todas las pesquerías son artesanales en relación a otras pesquerías que ocurren
en la cuenca Amazónica y que están mucho más tecnificadas (p.e. pesquerías en el
medio y bajo Amazonas y sus principales tributarios). Al mismo tiempo, varias de estas
pesquerías artesanales son sobre todo con fines comerciales. Similar al aspecto
artesanal, las dimensiones y escalas de operación que caracterizan las pesquerías
industriales en otras partes de la Amazonía (p.e. en el bajo Amazonas), son mayores en
magnitud a cualquier pesquería que se realiza en la Amazonía boliviana.
La pesca en la Amazonía boliviana, en la mayoría de los casos, juega un rol
preponderante pero relativamente invisible en la perspectiva nacional. Su contribución a la
alimentación varía de un lugar a otro en relación a la cultura y/o tradiciones, y se refleja en
las proporciones de consumo de animales del monte o domésticos. Se sabe que ciertos
grupos indígenas u originarios obtienen la mayor parte de proteínas por medio de la pesca
(p.e. Esse-Ejja, ver Herrera Sarmiento, 2001), mientras que otros poblados las obtienen
preferentemente de otras fuentes (Townsend, 1996). Por lo general, la dependencia y uso
del recurso pesquero (subsistencia y comercio) es mayor entre pobladores originarios
(indígenas), y menor entre personas foráneas que colonizaron áreas donde abundan
distintos recursos pesqueros en la región. La pesca, sobre todo la de subsistencia,
también juega otros papeles notables en el desenvolvimiento social. Por ejemplo, para
gran parte de los pueblos indígenas es importante para la manutención de tradiciones y
costumbres (cultura y saberes), y por lo tanto juega un rol social fundamental para la
consolidación y persistencia de la identidad cultural (Herrera Sarmiento, 2001).
La pesca en la Amazonía boliviana, sobre todo rural, ha tenido una larga trayectoria
histórica, pero son escasas, fragmentadas y recientes las informaciones disponibles que
contienen datos convincentes sobre la dinámica y la descripción de las pesquerías en
esta región del país. Al margen del valor irrefutable de la pesca de subsistencia, artesanal
y/o comercial para la permanencia de pobladores ribereños (indígenas y no indígenas), y
otras comunidades Amazónicas, pocos esfuerzos han sido dirigidos para caracterizar y
describir elementos fundamentales de las mismas (p.e. composición de capturas,
esfuerzos de captura, volúmenes de captura, entre otros). Es importante resaltar que los
derechos y acceso a los recursos naturales en los territorios de pueblos originarios están
reconocidos en la ley (Vadillo & Miranda, 2012), y que un mayor entendimiento de las
pesquerías es necesario para ayudar a formular planes de aprovechamiento adecuados a
la realidad de los diferentes usuarios, y diseñar seguimientos regulares para evaluar el
estado de salud de los stocks pesqueros. Al mismo tiempo, un mejor conocimiento de las
pesquerías puede ayudar a resolver dificultades que debe enfrentar el sector pesquero,
sujeto a diferentes factores (intrínsecos y extrínsecos) que influyen sobre su estabilidad y
dinámica.
En ese sentido, el presente capítulo muestra una propuesta metodológica y un caso de
estudio puntual sobre la pesca en siete comunidades indígenas de la Tierra Comunitaria
de Origen Territorio Indígena Multiétnico II, al norte de la Amazonía boliviana. Los
resultados presentados en este trabajo se limitan a mostrar principalmente aspectos
generales de la composición en las capturas, esfuerzo de pesca, volúmenes de
desembarque preliminares y rasgos biológicos de las especies más importantes, los
cuales son discutidos y comparados con otros estudios y pueden ser utilizados como una
línea de base para conocer las tendencias de aprovechamiento pesquero para el sector
indígena en la Amazonía boliviana (al menos para los grupos Tacana y Esse Ejja).
MATERIALES Y MÉTODOS
Área de estudio
El estudio fue llevado a cabo en la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Territorio Indígena
Multiétnico II (TIM II), ubicado al norte de Bolivia entre los paralelos (67°0'0'', 66°0'0'' W,
11°30'0'', 11°0'0'' S), entre los departamentos de Beni y Pando (Figura 14.1). El TIM II se
encuentra sobre la cuenca amazónica y está parcialmente delimitado por dos ríos
importantes para la pesca y el tránsito fluvial de Bolivia, el río Madre de Dios y Beni. Estos
ríos corresponden a los sistemas río-planicie de inundación, donde son abundantes las
lagunas de origen meándrico por la dinámica fluvial de los cursos principales (Navarro &
Maldonado, 2002).
Figura 14.1: Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Territorio Indígena Multiétnico II (TIM II)
entre los ríos Madre de Dios y Beni, en los departamentos de Beni y Pando, norte de
Bolivia. Dentro la TCO TIM II se puede ver la localización de las comunidades visitadas de
Trinidacito (área de Trinidacito), Portachuelo Bajo, Portachuelo Medio y Portachuelo Alto
(área de los Portachuelos), Flor de Octubre, Lago El Carmen y 27 de Mayo (área de
comunidades del Sur). (Diseño cartográfico M. Zapata/FAUNAGUA)
La región presenta bióclima pluviestacional, con un número de meses semiáridos de
mayo a septiembre, con un ombrotipo subhúmedo superior a húmedo inferior y un
termotipo infratropical (Navarro & Maldonado, 2002). Pertenece a la hidroecorregión
llanura aluvial pluviestacional de tirerras bajas, la cual es la más extensa del país
ubicándose en altitudes menores a los 300 m.s.n.m., sobre el departamento de Pando y
gran parte del departamento del Beni.
Las comunidades donde se realizó dicho monitoreo de la pesca fueron las comunidades
de Trinidacito, Portachuelo Bajo, Portachuelo Medio, Portachuelo Alto, y un conjunto de
tres comunidades de la zona sur de la TCO denominadas como Flor de Octubre, Lago el
Carmen, y 27 de Mayo (Figura 14.1). A pesar de que estas comunidades se encuentran
dentro de un territorio de uso común y geográficamente próximas, hay diferencias
notables entre ellas a nivel de su organización, condiciones sociales, aspectos culturales,
conflictos internos, vías de comunicación, y adaptaciones a la variabilidad del medio
natural que afectan su participación y estrategias en la pesca, similar a otras comunidades
estudiadas en la cuenca Amazónica (ver Castello et al. 2013). Sus pobladores, repartidos
en dos grupos étnicos denominados como Tacana y Esse-Ejja, posiblemente migraron
desde zonas más al sur de la Amazonía boliviana hacia aproximadamente 100 años.
Según Fischermann (2010), los Esse-Ejja, conocidos como gente del río y por sus hábitos
semi-nómadas, migraron hacia esta zona evitando el contacto con colonizadores
dedicados a la industria de la goma y otras actividades extractivistas con alta demanda de
mano de obra. Los Tacana, provenientes de la región del piedemonte andino e
históricamente considerado como pueblo agricultor, tuvieron un mayor contacto histórico
con los procesos de colonización y explotación (Incas, misioneros franciscanos, jesuitas,
industria de quinina, goma, madera), con una subsecuente asimilación de una cultura
foránea en detrimento de su propia identidad. Llegaron a la zona para trabajar (a menudo
en servidumbre forzada) en la colecta de caucho y plantaciones agrícolas a inicios del
siglo XX, perdiendo gran parte de su lengua materna, asimilando otras culturas, y
mezclándose con otros grupos. Algunas comunidades de Tacanas son más recientes, y
se establecieron en los últimos 30 años como parte de una segunda ola de migración y
establecimiento en búsqueda de su propia tierra para persistir básicamente a través de la
agricultura y estimulados por la reforma agraria que se dio a partir de 1970. Posterior a
esto, los procesos de establecimiento y delimitación de territorios indígenas tomó fuerza
desde 1990, cuando las organizaciones regionales de representación indígena se han
establecido y varias TCOs adquirieron un reconocimiento legal por parte del estado.
La comunidad de Trinidacito se encuentra al noreste de la TCO TIM II a orillas del río
Madre de Dios (coordenadas -11.16824 S / -66.57832 O), y está habitada por miembros
del pueblo indígena Tacana que se establecieron en las primeras décadas del siglo XX.
Esta comunidad fue una hacienda de extracción de caucho y producción agrícola,
comandada por un Jefe que vivía en la comunidad y varios caciques que dirigieron y
financiaron las pesquerías hasta antes de la creación de la TCO TIM II en la década de
los noventa. Según relatos de los residentes actuales, la comunidad tiene
aproximadamente 50 años de creación. Habitan más de 350 personas repartidas en 73
familias (edad promedio 20 años), las cuales se dedican principalmente a la recolección
de castaña, pesca, a la agricultura, y ocasionalmente a la minería de oro (garimpo)
(Ledezma, informe no publicado). La comunidad cuenta con un puesto de salud, una
escuela, una carretera hasta Riberalta (desde 2008), una torre de teléfono celular y un
generador de energía eléctrica de uso esporádico. Según los pescadores (Macnaughton
et al., en prep.) la pesca comercial se práctica en la comunidad desde hace 20 años, con
un inicio desordenado e ingreso de foráneos no controlado. Algunos de los primeros
pescadores comerciales de la comunidad fueran pescadores comerciales de Riberalta. Se
pescaba pacú y otras especies nativas, y había una percepción de recursos pesqueros
abundantes. Luego, en los años 90, hubo un interés repentino por la pesca de paiche
(especie introducida) y al mismo tiempo se notó una disminución en la abundancia de las
especies nativas. El pescado se vendía casi exclusivamente charqueado (salado y seco)
hasta el 2008, momento en el cual se construyó la carretera hacia Riberalta y permitió el
tránsito de pescado fresco. En la actualidad, hay reglas de acceso y uso de los recursos y
un sistema de multa para los que no las respetan. Entre las principales reglas, lo más
sobre saliente en las entrevistas es la restricción de equipamientos. Sin embargo, en la
práctica se observa que la mitad de los pescadores no se rigen a las reglas. Los
pescadores tienen ingresos económicos por la venta de castaña y una especie de
préstamos y pagos adelantados (localmente conocidos como habilito) por los principales
compradores de paiche en Riberalta.
Las comunidades de Portachuelo Bajo, Medio y Alto, también llamadas localmente como
los Portachuelos, se encuentran adyacentes uno al otro dentro la TCO TIM II en el
departamento de Pando (coordenadas -11.264171 S / -66.288122 O), y a las márgenes
de un lago meándrico del río Beni de reciente formación, denominado como lago
Portachuelo.
Estas comunidades se componen por dos grupos étnicos, los Esse-Ejja y los Tacana. Los
miembros del pueblo Esse-Ejja habitan en las comunidades de Portachuelo Bajo y
Portachuelo Alto, mientras que los Tacana viven en la comunidad de Portachuelo Medio.
Portachuelo Bajo es una de las mayores comunidades Esse-Ejja existentes en Bolivia,
con dos subgrupos lingüísticos presentes, Equijáti y Sonene. Fue fundada a inicios del
siglo XX por grupos que se desplazaban hacia el norte del río Beni y forzados a
establecerse en un territorio con el apoyo o las instrucciones de misioneros religiosos,
escapando de caucheros, otro tipo de explotación y los conflictos que explotaron en el
área de Rurrenabaque amenazando su persistencia. Sus costumbres tradicionales son la
convivencia en grandes grupos familiares, la caza, la recolección de productos del bosque
y la pesca. Son uno de los pocos grupos indígenas que resiste el contacto con otras
culturas, sobre todo con la colonia reciente, lo cual les ha permitido preservar su lengua y
cultura. Según Díez Astete (2011), a partir del inicio de 1960, una misión evangélica y el
Instituto de Lingüística de Verano (ILV) establecieron contacto con este grupo y una
pareja de antropólogos americanos fundaron la comunidad de Portachuelo Bajo, y
vivieron allá por aproximadamente 20 años observando la comunidad, documentando su
cultura y lenguaje. Se estima que su población no supera los 1200 miembros entre los
que habitan Bolivia y Perú.
Los Esse-Ejja pescan actualmente cerca de su comunidad sin trasladarse a grandes
distancias, o vivir temporalmente a orillas del río Beni, como lo hacían antiguamente. En el
pasado utilizaban artes de pesca fabricados localmente como trampas, arco y flecha,
arpones o envenenamiento con ictiotóxicos (barbasco). Actualmente, utilizan artes de
peca introducidos como mallas, tarrafas u otras herramientas de metal. Los Tacana, que
viven en Portachuelo Medio más recientemente, son menos dedicados a la actividad de la
pesca y por lo tanto su incidencia en esta actividad es menor en comparación a los Esse-
Ejja.
En la comunidad de Portachuelo Bajo habitan 365 personas repartidas en 62 familias,
mientras que en la comunidad de Portachuelo Alto viven 99 personas y 19 familias (Pérez
et al., en prep.). La comunidad de Portachuelo Medio se compone aproximadamente de
120 personas y 25 familias. Para los Esse Ejja en los Portachuelos Alto y Bajo, su
principal actividad es la pesca y la agricultura (chaco), mientras que para la comunidad de
Portachuelo Medio su principal actividad es la agricultura y solo algunas personas se
dedican a la pesca. De todas estas comunidades, principalmente de Portachuelo Bajo,
algunas personas dejan temporalmente sus hogares (enero-marzo) para dedicarse al
trabajo de recolección de castaña durante la zafra de este producto del bosque. La
recolección de castaña es una de las principales fuentes de ingreso para las comunidades
que tienen acceso a este recurso y su aprovechamiento está regido en base a derechos
de uso tradicional definido por todos los miembros en cada comunidad.
Las comunidades denominadas del Sur, por su posición al sur de la TCO TIM II, están
conformadas por poblados pequeños conocidos con los nombres de Flor de octubre
(coordenadas -11.41686 S / -66.37821 O), Lago el Carmen (coordenadas -11.41395 S / -
66.39616 O) y 27 de Mayo (coordenadas -11.40181 S / -66.41206 O). Su establecimiento
se inició en Lago El Carmenen 1959, con una familia proveniente de Pando que
estableció un puesto y se dedicó a la caza ya la pesca, y luego en la década de los
setenta, llegaron dos familias originalmente de la región de Rurrenabaque para dedicarse
a la agricultura. Anteriormente las tres familias trabajaron con la goma en el río Orthon,
Pando, actividad que continuaron realizando ocasionalmente después que disminuyo la
demanda de productos de la caza en el inicio de los años 1980, y por perder veces sus
cultivos y animales por inundación. Eventualmente para tener espacio para sus chacos,
establecieron la comunidad 27 de mayo (1977), y por último, Flor de Octubre (1978), que
fue inicialmente un pequeño puerto siringuero. Los hijos adultos de estas familias son
ahora los líderes de las tres comunidades estudiadas. La mayoría de los habitantes de
estas comunidades se identifican como parte del pueblo Tacana, pero hay algunos
miembros de otros grupos étnicos (p.e. Chacobos). Todas estas comunidades son
pequeñas; en la comunidad de Flor de Octubre habitan 55 personas repartidas en 11
familias, mientras que en Lago el Carmen y 27 de Mayo habitan 35 y 53 personas,
distribuidas en 9 y 13 familias, respectivamente. La edad promedio en cada una de las
tres comunidades es entre 19 y 20 años. (Ledezma, informe no publicado). Los indígenas
de las comunidades de Lago El Carmen y 27 de Mayo pescan en varias lagunas de
várzea (zonas de inundación) de origen meándrico (laguna en forma de herradura). A
orillas de dos de ellas (lago El Carmen y lago 27 de Mayo) edificaron sus viviendas para
tener acceso a agua fresca y proveerse casi diariamente de pescado. La comunidad de
Flor de Octubre se ubica a orillas del arroyo San Luis, lugar donde pescan la mayor parte
del año y por el que pueden acceder al río Beni durante época de aguas altas. Las tres
comunidades y la comunidad de Santuario forman parte de una asociación denominada
subcentral de pescadores indígenas Tacanas de la zona sur de la TCO TIM II. Hay una
escuela en cada comunidad, pero no cuentan con puesto de salud, energía eléctrica o
servicio de teléfono celular. La comunidad de Flor de Octubre se conecta por carretera
con Riberalta desde hace 10 años, y existe transporte diario por camión lo cual la
convierte en el puerto de desembarque regional para las tres comunidades del Sur. Casi
todas las familias en estas comunidades se identifican como agricultores (históricamente
los Tacana son agricultores), pero se dedican principalmente a la pesca durante todo el
año (en la última década), y temporalmente a la agricultura (época de aguas bajas) y a la
recolección de castaña (solo algunas familias entre enero-marzo) en áreas fuera de sus
comunidades. Las comunidades del Sur son altamente vulnerables a inundación y la
subsecuente pérdida de sus cultivos y animales de cría por estar en la planicie de
inundación del río Beni. En 2007 sufrieron una inundación extrema y la mitad de la
comunidad de Lago El Carmen se fue a otras áreas dentro de la TCO (p.e. comunidad
Anexo El Carmen).
Como resultado de la presión elevada de caza en zonas aledañas a estas comunidades
(p.e. Lago El Carmen), los recursos terrestres más grandes son escasos (p.e. jochi, anta,
etc) y la caza se focaliza principalmente sobre animales más pequeños (p.e. monos, aves)
(Diez Astete, 2011 y observaciones de los autores). Esta situación no es suficiente para
soportar las necesidades locales de proteína, y por lo tanto las comunidades están cada
vez más dependientes de la pesca como fuente de subsistencia e ingresos económicos
permanentes. En esta región, no existe evidencia histórica de reglas culturales para
restringir u ordenar las actividades de caza o de pesca. En la década de los noventa se
observó un aumento en el esfuerzo de pesca comercial con el ingreso ocasional de
foráneos (militares o pescadores urbanos de Riberalta) vía río Beni y pescando grandes
cantidades con redes. La pesca comercial como actividad de los comunarios se inició en
la década pasada coincidente con la construcción de la carretera de acceso, la llegada del
paiche e inicio de su explotación intensiva. Este incremento en la actividad pesquera y la
llegada de una nueva especie dieron origen a nuevos conflictos entre comunidades
indígenas, campesinas y pescadores de zonas urbanas (Riberalta). Los derechos de
acceso a los recursos pesqueros y normas para la pesca fueron negociados y
establecidos en 2009 frente al directorio de la TCO TIM II, antes de esto no había áreas
de pesca exclusivas para las comunidades (Martínez, 2011)
Colecta de datos pesqueros
Los datos presentados en este capítulo fueron obtenidos a través de un seguimiento de
campo a los desembarques en las siete comunidades de tres áreas de la TCO TIM II:
comunidad de Trinidacito (área de Trinidacito), Portachuelo Alto, Portachuelo Medio y
Portachuelo Bajo (comunidades de los Portachuelos), Flor de Octubre, Lago El Carmen y
27 de Mayo (comunidades del Sur).
Los datos de captura e informaciones de la pesca fueron obtenidos por un técnico
pesquero, con conocimientos mínimos sobre taxonomía de peces, mediante dos
procedimientos alternativos: a) recordatorio de la última faena: entrevista con preguntas
sobre la última captura realizada, incluyendo datos relativos al lugar de operación,
tripulación, tiempo empleado, retención de especies capturadas, herramientas empleadas,
tipo de embarcación, entre otros), ó b) medida directa: contabilización y obtención directa
de las capturas, complementado con una entrevista sobre los datos de la pesca realizada.
En la mayoría de los casos fue posible realizar solo un recordatorio de la última faena por
las dificultades de seguir la organización y dinámica de los pescadores o grupos de pesca
en cada comunidad.
Colecta de datos pesqueros en la comunidad de Trinidacito
Se realizaron tres colectas en esta comunidad. La primera fue realizada en octubre de
2011 (periodo de aguas bajas), en la cual se obtuvieron datos de 29 faenas. La segunda
fue llevada a cabo el mes de febrero de 2012 (periodo de aguas altas) y se levantaron
informaciones para 24 faenas. Por último, la tercera fue en noviembre de 2012 (periodo
de aguas bajas) y se registraron datos para 17 faenas. En total se tomaron registros de 70
faenas para la pesca en esta comunidad, siendo 20 de ellos de medida directa, y 50 de
recordatorio de la última faena (Cuadro 14.1).
Se registraron un total de 62 pescadores en las tres colectas de monitoreo (2011 – 2012),
siendo 52 de ellos varones y 10 mujeres. Los registros de mujeres en la pesca se dieron
solo en nueve faenas de pesca. Del total de pescadores registrados, solo 12 varones
fueron los más permanentes y experimentados durante los tres periodos de colecta de
datos (Cuadro 14.1).
La pesca de esta comunidad ocurre principalmente en el lago Mentiroso, el cual se ubica
aproximadamente a 5 km aguas arriba de la comunidad de Trinidacito (Figura 14.2). Casi
la totalidad de los registros obtenidos de la pesca provienen de este lago. Solo un registro
de la época de aguas bajas fue obtenido del lago Bombolito; mientras que otros dos
fueron tomados del lago San Luis durante el periodo de aguas alta (Figura 14.2).
También existen otros cuerpos de agua menores próximos al lago Mentiroso. Estos son el
lago Cedrillo, a 60 minutos de caminata del lago Mentiroso, y el Lago Mentirosito, a 50
minutos. El Arroyo Baure y el arroyo Serepapa, son otros dos lugares visitados para la
pesca comercial, y se encuentran a 30 y 25 minutos de caminata del lago Mentiroso,
respectivamente. En estas lagunas y arroyos adyacentes los pescadores utilizan
principalmente mallas que facilitan las capturas, pero por las distancias que deben
recorrer no ingresan frecuentemente.
Figura 14.2: Lago Mentiroso (cuenca del río Madre de Dios), principal cuerpo de agua
visitado por los pescadores de la comunidad de Trinidacito de la TCO TIM II para la
captura de paiche y otras especies nativas. (Fotografía: F.M. Carvajal-
Vallejos/FAUNAGUA)
Colecta de datos pesqueros en las comunidades de Portachuelo
Se realizó una sola colecta en estas comunidades en mayo de 2012 (época de aguas
bajas). Se obtuvieron registros para 68 faenas, siendo 18 de medida directa y 50 de
recordatorio. Cincuenta y nueve pescadores fueron registrados; 57 de los cuales
correspondieron a varones y dos a mujeres. Solo siete pescadores, todos varones, fueron
los más permanentes y experimentados en la actividad de la pesca (Cuadro 14.1).
En la actualidad los pescadores de los Portachuelos pescan en el río Beni y en cinco
lagunas sobre la várzea (zona de inundación) del río Beni: lago Grande (también llamado
lago Cesar, o lago Santa Cruz, o lago Verde), a 60 minutos de caminata
aproximadamente con dirección norte, lago Portachuelo, de reciente formación a orillas de
la comunidad de los portachuelos lago San Pedro, se encuentra a 45 minutos de caminata
desde la comunidad portachuelo alto con dirección sur, lago Suazo, y lago Seco. Para
llegar a estos lagos se viaja en peque-peque (canoa con motor fuera de borda de cola
larga horizontal) por el río Beni, río arriba (Figura 14.3). La pesca en los lagos Suazo y
Seco es poco frecuente por ser distante a las comunidades de los Portachuelos.
!
Figura 14.3: Lago Portachuelo (cuenca del río Beni), uno de los lagos visitados para la
pesca por los Portachuelos en la TCO TIM II (Fotografía: F.M. Carvajal-
Vallejos/FAUNAGUA).
Colecta de datos pesqueros en las comunidades del Sur
Se realizaron dos colectas en esta área. La primera fue en octubre de 2011 (época de
aguas bajas), en la que se registraron datos de 31 faenas. La segunda fue en febrero de
2012 (época de aguas altas), con 41 faenas registradas. Se contabilizaron un total de 72
faenas registradas, siendo 31 de medida directa y 41 de recordatorio de la última faena.
Se anotó la actividad de 33 pescadores, siendo 29 hombres y 4 mujeres respectivamente
(Cuadro 14.1).
La comunidad de Flor de Octubre pesca principalmente en el arroyo San Luis y, durante el
periodo de aguas bajas, en un complejo de pequeños lagos que ellos denominan como
Las Pozas. La comunidad de Lago El Carmen pesca principalmente en el lago del mismo
nombre y en la laguna Larga. Por su lado, los pescadores de la comunidad de 27 de Mayo
realizan sus pescas en el lago 27 de Mayo y en el lago Verde, el cual se encuentra a dos
horas de caminata de la comunidad (Figura 14.4).
Figura 14.4: Lago 27 de Mayo (cuenca del río Beni) durante el periodo de aguas bajas,
lugar de pesca de la comunidad que lleva el mismo nombre al sur de la TCO TIM II
(Fotografía: F. Machicao/FAUNAGUA).
Cuadro 14.1. Registros de faenas obtenidos durante el periodo de estudio (2011-2012) en
las tres áreas de estudio (Trinidacito, los Portachuelos, comunidades del Sur) de la TCO
TIM II. Mdir: Medida directa: Rec: Recordatorio de la última faena.
Comunidad
Periodo de colecta y n° de
registros de faenas
Total de registros
por medida
Pescadores
registrados
Oct.
2011
(aguas
bajas)
Feb.
2012
(aguas
altas)
May.
2012
(agua
bajas)
Nov.
2012
(aguas
bajas)
Total
Mdir : Rec
♂
♀
Trinidacito
29
24
17
70
20 : 50
52
10
Portachuelos
68
68
18 : 50
57
2
El Sur
31
41
72
31 : 41
29
4
Determinación de la composición, captura absoluta y relativa
La composición de las capturas fue determinada siguiendo claves específicas de
identificación y descripciones originales para peces de la cuenca del río Madera y de la
Amazonía boliviana. Para la denominación actual de los taxa y su correcta escritura se
consideró el ‘Catalog of Fishes’ (Eschmeyer, 2014), del ‘Californian Academy of Sciences’
(versión en línea actualizada el 07 febrero 2014). La constitución de las categorías de
orden y familia sigue la propuesta del mismo catálogo, con la inclusión de la propuesta de
Oliveira et al. (2011) y Netto-Ferreira et al. (2013) sobre la familia Characidae y familias
relacionadas.
La captura absoluta se refiere al volumen (peso) neto capturado y registrado por
especie(s), en una dimensión espacial (p.e. comunidad, área), o temporal (p.e. periodo de
colecta, año). Sin embargo, este volumen absoluto no debe ser interpretado como el
volumen total obtenido por una comunidad o comunidades, sino solo como una muestra
puntual a la que se pudo acceder con el esfuerzo dedicado durante el trabajo de campo.
La captura relativa se refiere a un volumen (peso) o cantidad (número) obtenido en
relación a parámetros de esfuerzo y/o tiempo involucrados independientemente en la
pesca. A este tipo de medida que relativiza la captura en función de un parámetro medible
y objetivo, se denomina Captura por Unidad de Esfuerzo (CPUE). Es un parámetro
calculado en base a una parte de los datos de las pesquerías (al menos en la práctica),
pero permite hacer inferencias sobre la captura o esfuerzo total.
En el marco del presente trabajo, se obtuvo el CPUE según la siguiente fórmula:
CPUE = volumen [kg] / (tiempo [h] * número de personas)
Donde el volumen se refiere a los kilogramos [kg] de pescado obtenidos en la pesca, el
tiempo a las horas [h] invertidas en la pesca, y el número de personas a los pescadores
que invirtieron tiempo para obtener el volumen resultante de la pesca.
El volumen total anual de captura por comunidad fue estimado utilizando los datos
promedios de CPUE, el número promedio de pescadores regulares en una semana, el
número promedio de veces que un pescador va a la pesca por semana, el tiempo
promedio que invierte un pescador en cada faena, y el número de meses que se dedican
a la pesca anualmente.
Determinación del nivel trófico de las especies importantes en la pesca
Se determinó el nivel trófico (NT) de las especies de peces presentes en las capturas de
la pesca para conocer la contribución de los diferentes gremios tróficos existentes en los
ríos y lagos a las pesquerías de la Amazonía boliviana.
El nivel trófico (NT o TROPH) de las especies de peces denota el número de pasos de
transferencia de energía a lo largo de la cadena trófica. Por definición, los productores
primarios (p.e. algas, plantas) y detritívoros (que se alimentan de materia vegetal o animal
en descomposición) tienen un NT = 1 (Matthews, 1993). El NT de peces varía de 2.0
(consumidores primarios) a 4.5 (consumidores terciarios o carnívoros) y se estima como:
Nivel trófico (NT o TROPH) = 1 + NT promedio de los ítems alimenticios
De esta manera, por ejemplo, una sardina cuya dieta hipotética consiste de 50% de
fitoplancton (productor primario, NT = 1) y 50% de insectos herbívoros (consumidor
primario, NT = 2), tendrá un NT de 2.5 (NT = 1 + ((1+2)/2)). Se debe notar que este último
valor con decimales (nivel trófico fraccional) difiere conceptual y numéricamente de
valores enteros que a veces se asumen para los niveles tróficos más altos, los cuales
pueden ser imprecisos en algunos casos porque la dieta varía dentro un continuo.
Como aproximación para este trabajo, en ausencia de datos específicos, se consideraron
los valores de NT disponibles en FishBase (diciembre/2013). Estos valores no son muy
exactos porque en su mayoría se basan en estimaciones realizadas para especies
congéneres, y en pocos casos se basan en estudios específicos sobre la composición de
la dieta (véase Van Damme et al., 2011c). Eso implica que en el futuro los datos utilizados
deberían ser reemplazados por datos más exactos, obtenidos de trabajos realizados en la
Amazonía boliviana.
Para definir los gremios tróficos en base a los valores de NT se consideraron los criterios
propuestos por Konstantinos & Vasiliki (2002) para peces del Mediterráneo. De esta
manera se definieron los gremios: (a) herbívoros estrictos (NT = 2.0-2.1, media = 2.02,
Desviación Estándar (DE) = 0.03); (b) omnívoros con preferencia por material vegetal (2.1
< NT < 2.9, media = 2.5, DE = 0.12 ); omnívoros con una preferencia por material de
origen animal (2.9 < NT < 3.7, media = 3.4, DE = 0.19), (d) carnívoros con una preferencia
por las grandes decápodos y peces (3.7 < NT < 4.5, media = 4.1, DE = 0.57) (3.7 < NT <
4.0, media = 3.85, DE = 0.09) (4.0 < NT < 4.5, media = 4.38, DE = 0.12). Un resumen de
estos criterios se encuentra en el Cuadro 14.2. Por motivos prácticos para simplificar la
presentación de los resultados, los incisos b y c fueron anidados dentro un solo gremio
denominado como omnívoros. Los valores de NT asignados a cada especie presente en
las pesquerías se pueden observar en el Anexo 14.1.!
Cuadro 14.2. Definición de los gremios tróficos en base a los valores del nivel trófico (NT)
y amplitudes propuestas por Konstantinos & Vasiliki (2002).
Gremio trófico
(Konstantinos &
Vasiliki 2002)
NT mínimo –
máximo
Media ± Desviación
Estándar
(Observado)
Gremio trófico
aplicado en el
presente capitulo
Herbívoros estrictos
2.0 – 2.1
2.0 ± 0
Herbívoros
Omnívoros con
preferencia por
material vegetal
2.1 < NT < 2.9
2.7 ± 0.18
Omnívoros
Omnívoros con
preferencia por
material de origen
animal
2.9 < NT < 3.7
3.3 ± 0.24
Carnívoros con una
preferencia por las
grandes decápodos
y peces
3.7 < NT < 4.5
4.3 ± 0.22
Carnívoros
Determinación de los hábitos migratorios de las especies importantes en la pesca
Todas las especies fueron categorizadas según su hábito migratorio conocido o estimado
en base a informaciones disponibles en la literatura o especies próximas
taxonómicamente. Se distinguieron las siguientes categorías: migratorio de mediana
distancia - MD (peces que se desplazan de 100 a 2000 km) y residentes - R (peces que
se desplazan menos de 100 km) en base al trabajo de Van Damme et al. (2011a). Las
asignaciones de hábitos migratorios a las especie aprovechadas por la pesca se pueden
ver en el Anexo 14.1.
Determinación de las estrategias de vida de las especies importantes para la pesca
Se determinaron las estrategias de vida de cada una de las especies registradas en la
pesca, para conocer la contribución de las mismas a las pesquerías en la Amazonía
boliviana. Las estrategias fueron asignadas a cada especie según los estudios realizados
por Winemiller & Taphorn (1989), e informaciones disponibles en Vazzoler & Menezes
(1992), y Agostinho et al. (2000). Para un grupo reducido de especies, se utilizó el
parámetro del tamaño del cuerpo para definir su estrategia de vida de acuerdo a los
criterios explicados por Winemiller & Taphorn (1989), Anexo 14.1.
Las estrategias de vida se entienden como tácticas de sobrevivencia, caracterizadas por
distintos parámetros de historia de vida, que siguen las especies para persistir en su
medio. Según Winemiller & Taphorn (1989), estas tácticas corresponden con los vértices
de un continuo tricótomo en un espacio tridimensional definido por los parámetros de
historia de vida. Estos mismos autores definen las tácticas de la siguiente manera:
k (equilibrado) - especies que poseen cuidado parental, época de reproducción larga,
varios episodios de reproducción en la época reproductiva (lo que da lugar a periodos de
reproducción acíclica o no controlada por lluvias), distribución de edades uniforme a lo
largo del año, alta sobrevivencia de juveniles como consecuencia del cuidado parental,
generación relativamente larga, cuerpo grande, tamaño de la nidada o puesta de huevos
pequeño (baja fecundidad), y diámetro de los oocitos grande.
r1 (oportunista) – especies de tallas pequeñas que no tienen (o tienen poca) protección
parental de las crías; poseen una época de reproducción prolongada, varios episodios de
reproducción durante la época, una distribución uniforme de edades a través de la época
de lluvias (y durante la sequía también para algunas especies), generaciones cortas,
nidadas o desoves pequeños (baja fecundidad), oocitos pequeños, y fluctuaciones
poblacionales intermedias. Estas especies de peces se caracterizan por tener una alta
capacidad de colonización.
r2 (periódico) – especies con poca o ninguna protección parental de las crías, su época de
reproducción es corta con un solo episodio de desove anual (reproducción estacional o
cíclica), los juveniles predominan durante la época lluviosa, poseen generaciones largas,
cuerpo grande o mediano, tamaños de puestas o desoves grandes (alta fecundidad), y
oocitos pequeños.
Artes de pesca
Para una mejor comprensión de las herramientas empleadas en la pesca y la definición
de sus características más notables, se realizó una breve descripción de todos los
aparejos que fueron observados durante el periodo de colecta al final de la presentación
de los resultados. Los aparejos reconocidos durante el trabajo de campo fueron el espinel
o espiñel, la lineada y anzuelo (incluye la “arma blanca” inventada y utilizada en la
comunidad de Trinidacito para la pesca de paiche), (Figura 14.11), la malla (red agallera),
la tarrafa o atarraya, el trinche o trinchi, y la varita. Ocasionalmente, se registraron
capturas con las manos, pero solo en las comunidades de los Portachuelos y del Sur.
RESULTADOS
Composición y volumen absoluto de las pesquerías en la TCO TIM II
Se capturaron un total de 67 especies en las tres áreas de estudio. Los órdenes más
importantes fueron los Characiformes (CHA - 28 especies - 10 familias), Siluriformes (SIL
- 23 especies – 6 familias), y Perciformes (PER - 11 especies – 2 familias).
Las familias más importantes, en término de número de especies, fueron Pimelodidae (14
especies - SIL), Serrasalmidae (11 especies – CHA), Cichlidae (10 especies - PER),
Curimatidae (4 especies – CHA), y Loricariidae (3 especies – SIL).
En términos de volumen absoluto de captura (7697.1 kg), se determinó que el 62% del
peso total registrado en las siete comunidades estudiadas (tres áreas de la TCO TIM II)
estuvo compuesto por la especie introducida paiche (Arapaima aff. gigas); por lo general
pescan individuos grandes con tallas promedio (X) de 1 061.6 mm (máximo – MX: 2 233.0
mm; mínimo – MN: 565.0 mm). A esta especie le siguieron en orden de importancia el
pacú (Colossoma macropomum, 6%; X = 234.0 mm; MX = 625.0 mm; MN = 138.0 mm), el
pintado (Pseudoplatystoma fasciatum, 4 %; X = 372.7 mm, MX = 452.0 mm, MN = 295.0
mm) y la llorona (Potamorhina altamazonica, 4%; X = 133.3 mm, MX = 238.0 mm; MN =
40.0 mm). La corvina (Plagioscion squamosissimus), la ñata (Pygocentrus nattereri), las
palometas o pirañas (Serrasalmus sp.), el seferino (Ageneiosus inermis), y el sábalo
(Prochilodus nigricans), representaron cada uno el 2% de las capturas, mientras que el
surubí (Pseudoplatystoma tigrinum) y las especies restantes representaron
respectivamente el 1% y 13% (Figura 14.5). En el Anexo 14.1 se pueden observar las
tallas de captura registradas para la mayoría de las especies que aparecen en las
capturas.
Figura 14.5: Contribución absoluta al volumen total (7697.1 kg, 210 faenas registradas)
de las especies de peces más importantes en las pesquerías de siete comunidades
(áreas: Trinidacito, comunidades de Portachuelo y comunidades del Sur) de la TCO TIM
II. Las principales especies identificadas corresponden a Arapaima aff. gigas (Aragi),
Colossoma macropomum (Colma), Pseudoplatystoma fasciatum (Psefa), Potamorhina
altamazonica (Potal), Plagioscion squamossisimus (Plasq), Pygocentrus nattereri (Pygna),
Serrasalmus spp. (Sersp), Ageneiosus inermis (Agein), Prochilodus nigricans (Proni),
Peudoplatystoma tigrinum (Pseti), Otras especies (otros).
Composición y volumen absoluto en la comunidad de Trinidacito
De acuerdo a los datos de monitoreo realizados en la Comunidad de Trinidacito, al menos
23 especies de peces son habitualmente capturadas (Cuadro 14.1). Las especies
pertenecieron a los órdenes Osteoglosiformes (1), Pristigasteridae (1), Characiformes
(13), Siluriformes (5), Perciformes (3).
En las tres colectas realizadas se reportaron desembarques de 2227.1, 616.8 y 1725.1 kg,
respectivamente, sumando un total de 4569.03 kg (~4.5 ton, 70 faenas registradas). Los
desembarques fueron dominados por la especie introducida A. aff. gigas que representó
el 82% del volumen total. Otras especies importantes en la pesca fueron el pacú (7%), el
Aragi-62%
Colma-6%
Psefa-4%
Potal-4%
Plasq-2%
Pygna-2%
Sersp-2%
Agein-2%
Proni-2%
Pseti-1%
otros-13%
sábalo (3%), la llorona (1%), y varias especies de pirañas (Serrasalmus spp., 1%) (Figura
14.6a).
Composición y volumen absoluto en comunidades de los Portachuelos
En los Portachuelos, cerca de 40 especies fueron capturadas durante el mes de
monitoreo. Las especies capturadas pertenecieron a los órdenes Osteoglossiformes (1),
Characiformes (17), Siluriformes (17), Symbrachiformes (1) y Perciformes (3).
En términos de volumen, se reportó un desembarque total de 1694.9 kg (~ 1,7 ton, 68
faenas registradas). Las especies más notables en los desembarques fueron el paiche
(47%), el surubí y el pintado (16%, conjuntamente), el pacú (7%), la corvina (6%) y la
llorona (5%) (Figura 14.6b).
Composición y volumen absoluto en comunidades del Sur
En las comunidades del sur, se registraron más de 50 especies. Las especies capturadas
estuvieron incluidas en los órdenes Myliobatiformes (1), Osteoglossiformes (1),
Clupeiformes (1), Characiformes (27), Siluriformes (16) y Perciformes (10).
En los periodos de colecta se registró un total de 1433.2 kg (~1,4 ton, 72 faenas
registradas) de pescado en los desembarques. Las especies más sobresalientes en los
volúmenes de captura fueron el paiche (12%), la ñata (Pygocentrus nattereri, 9%), la
llorona (8%), el seferino (7%), el carrancho (Pterigopliichtys disjuntivus, 6%) y varias
especies de palometas (6%) (Figura 14.6c).
a)
Aragi-82%
Colma-7%
Proni-3%
Potal-1%
Sersp-1% otros-6%
b)
c)
Figura 14.6: Contribución absoluta (kg) de las diferentes especies de peces a las
pesquerías en tres áreas (Trinidacito, comunidades de Portachuelo, comunidades del Sur)
de la TCO TIM II. (a) Comunidad de Trinidacito: 4569.0 kg registrados en 70 faenas de
pesca obtenidas en octubre/2011, febrero/2012 y noviembre/2012; (b) Comunidades de
Portachuelos: 1694.9 kg registrados en 68 faenas obtenidas durante un sola colecta en
mayo/2012; (c) Comunidades del Sur: 1433.2 kg registrados en 72 faenas anotadas en
octubre/2011 y febrero/2012.
Contribuciones relativas (CPUE) a las pesquerías en tres áreas de la TCO TIM II
El análisis de las capturas relativas (CPUE) en las tres áreas de estudio en conjunto
(Trinidacito, Portachuelos y comunidades del Sur) muestra que la especie más importante
para las pesquerías fue el paiche, con un tercio (33%) de las contribuciones totales. Le
siguieron con valores bajos en orden de relevancia las especies nativas pintado, la llorona
y el pacú (cada una con 6%), la corvina, la ñata y el seferino (cada una con 4%.) (Figura
14.7).
Aragi-47%
Psefa-16%
Colma-7%
Plasq-6%
Potal-5%
otros-19%
Aragi-12%
Pygna-9%
Potal-8%
Agein-7%
Ptedi-6%
Sersp-6%
Plasq-5%
Piabr-4%
Pseti-4%
Psefa-4%
Otros-35%
Figura 14.7: Contribución relativa global (CPUE) de las especies de peces más
importantes a las pesquerías e tres áreas de la TCO TIM II (Trinidacito, Portachuelos y
comunidades del Sur) entre los años 2011 y 2012.
En términos relativos por comunidad, se observó que los volúmenes de captura de la
comunidad de Trinidacito consistieron básicamente de cinco especies: el paiche (72%), el
sábalo (8%), el pacú el (7%), las pirañas (3%), y la llorona (3%) (Figura 14.8a).
De manera similar a Trinidacito, en las comunidades de los Portachuelos el paiche tuvo la
mayor contribución relativa a los volúmenes de pesca (28%), seguido en orden de
importancia por el pintado (15%), el chanana (10%), el pacú (10%), la corvina (8%), y la
llorona (6%)(Figura 14.8b).
Los volúmenes relativos en las pesquerías de las comunidades del Sur fueron variables y
se caracterizaron por tener capturas dominadas por la llorona (8%), bentón (8 %), la ñata
(8%), el seferino (7%), el paiche (6%), las palometas (6%), el buchere (6%), el surubí
(5%), el carrancho (5%) y la corvina (5%). Otras especies tuvieron una contribución
notable en conjunto a las pesquerías de estas comunidades (36%), lo cual denota el
aprovechamiento de un número elevado de especies en las comunidades del Sur. (Figura
14.8c).
Aragi-33%
Psefa-6%
Potal-6%
Colma-6%
Plasq-4%
Pygna-4%
Agein-4%
Sersp-3%
Hopma-3%
Zunzu-3%
otros-28%
a)
b)
c)
Figura 14.8: Contribución relativa (CPUE) de las diferentes especies de peces a las
pesquerías en tres áreas (Trinidacito, comunidades de Portachuelo, comunidades del Sur)
Aragi-72%
Proni-8%
Colma-7%
Serspp-3%
Potal-3%
otros-7%
Aragi-28%
Psefa-15%
Zunzu-10%
Colma-10%
Plasq-8%
Potal-6%
Agein-4%
Pygna-3%
Rapvu-2%
Pimspp-2%
otros-12%
Potal-8%
Hopma-8%
Pygna-8%
Agein-7%
Aragi-6%
Serspp-6%
Hopli-6%
Pseti-5%
Ptedi-5%
Plasq-5%
otros-36%
de la TCO TIM II (a) Comunidad de Trinidacito: 4569.0 kg capturados en 70 faenas
(1165.5 h) por 193 pescadores en tres colectas de datos pesqueros durante octubre/2011,
febrero/2012 y noviembre/2012; (b) Comunidades de Portachuelos: 1694.9 kg registrados
en 68 faenas (717.2 h) realizadas por 126 pescadores durante una colecta de datos en
mayo 2012, (c) Comunidades del Sur: 1433.2 kg correspondientes a 72 faenas (669.4 h)
de 113 pescadores colectados durante dos periodos de toma de datos en octubre/2011 y
febrero/2012.
Gremios tróficos de las especies en las pesquerías de la TCO TIM II
Los gremios tróficos a los desembarques de las pesquerías en tres áreas de pesca de la
TCO TIM II (Trinidacito, comunidades de Portachuelos, comunidades del Sur), estuvieron
dominados por los carnívoros y los omnívoros. Estos dos gremios sumaron en conjunto
más del 80% de las capturas (Figura 14.9). Los herbívoros tuvieron su mayor contribución
en las comunidades del Sur (Figura 14.9).
Figura 14.9: Contribución relativa (CPUE) de los gremios tróficos a las pesquerías de
siete comunidades en tres áreas de la TCO TIM II (Trinidacito, comunidades de
Portachuelo y comunidades del Sur) los años 2011-2012. Herbívoro: NT = 2.0-2.1;
Omnívoro: 2.1 < NT < 3.7; Carnívoro: 3.7 < NT < 4.5.
En la comunidad de Trinidacito las capturas estuvieron dominadas por el número de
especies carnívoras (75.2%), y en menor grado por las omnívoras (21.4%). Los
herbívoros (3.4%) tuvieron la menor representación específica y correspondieron
básicamente a las capturas de sábalo (Figura 14.9).
En las comunidades de los Portachuelos, la contribución de los gremios tróficos fue
similar a la de Trinidacito, dominando los carnívoros (73.3%) y en menor proporción por
los omnívoros (19.2%) (Figura 14.9). Los herbívoros solo representaron el 7.4%.
El aporte de los gremios tróficos a las pesquerías de las comunidades del Sur también se
caracterizó por una dominancia de los carnívoros (50.5%) y los omnívoros (33.6%), este
último con un valor más próximo al de los carnívoros, pero se notó una contribución
0%!
10%!
20%!
30%!
40%!
50%!
60%!
70%!
80%!
90%!
100%!
Trinidacito Portachuelos Comunidades
del sur
Carnívoros
Omnívoros
Herbívoros
relativa más notable de los herbívoros (15.9%) en comparación a las otras dos áreas de
pesca (Figura 14.9).
Hábitos migratorios de las especies en las pesquerías de la TCO TIM II
Los hábitos migratorios de las especies capturadas en las comunidades de la TCO TIM II
fueron solo de residentes (R) y migratorios de distancias medias (MD) (Figura 14.10). En
la comunidad de Trinidacito la contribución relativa (CPUE) a las pesquerías de las
especies residentes (77.6%), fue mayor en comparación a los migratorios de distancias
medias (22.4%). Por otro lado, en las comunidades de los Portachuelos y del Sur, la
contribución de los migratorios de distancias medias (56.6 y 53.7 %, respectivamente), fue
ligeramente superior a la contribución de las especies residentes (43.4 y 46.3%,
respectivamente) (Figura 14.10).
Figura 14.10: Contribución relativa (CPUE) de las especies de peces con hábitos
residentes (R) y migratorios de distancias medias (MD), a las pesquerías de las
comunidades de Trinidacito, Portachuelos y del Sur en la TCO TIM II durante los años
2011 y 2012.
Estrategias de vida de las especies en las pesquerías de la TCO TIM II
La composición de las capturas registradas en las pesquerías puede ser clasificada en
dos vértices del continuo de tres dimensiones propuesto por Winemiller & Taphorn (1989).
Se observó que las especies capturadas en las comunidades de la TCO TIM II, se ajustan
a las categorías de las estrategias periódico (r2) y equilibrado (k) (Figura 14.11).
En la comunidad de Trinidacito, los estrategas k contribuyeron a los desembarques con el
74.1% del volumen total, mientras que los r₂ con el 25.9%. Por otro lado, en las
comunidades de los Portachuelos y del Sur, los estrategas r₂ representaron el 61,4% y
65,6% de los desembarques, respectivamente (Figura 14.11).
0%!
10%!
20%!
30%!
40%!
50%!
60%!
70%!
80%!
90%!
100%!
Trinidacito Portachuelos Comunidades
del Sur
R
MD
Figura 14.11: Contribución relativa (CPUE) de las estrategias de vida equilibrado (k) y
periódico (r₂), a las pesquerías en las áreas de Trinidacito, los Portachuelos y
comunidades del Sur, de la TCO TIM II.
3.7 Artes de pesca empleadas en las pesquerías de la TCO TIM II
Se identificaron seis artes de pesca utilizados en las pesquerías de siete comunidades en
tres áreas de la TCO TIM II: espinel, malla (red agallera), lineada y anzuelo, tarrafa,
trinche o trinchi y varita. Ocasionalmente, se capturan peces con las manos durante el
periodo de aguas bajas en las comunidades de los Portachuelos y del Sur (Cuadro 14.3).
Los artes de pesca más frecuentes en los registros de pesca obtenidos fueron la malla, la
lineada y anzuelo, y el espinel (Cuadro 14.3).
Cuadro 14.3. Lista de las artes de pesca utilizadas por las distintas comunidades en tres
áreas de la TCO TIM II. Los números entre paréntesis representan al número de registros
obtenidos en cada área de pesca estudiada.
Artes de pesca
Trinidacito
(72 faenas)
Portachuelos
(68 faenas)
Comunidades Sur
(70 faenas)
Total
Malla
12
30
61
103
Lineada
30
30
16
76
Espinel
29
17
0
46
Varita
0
8
0
8
Tarrafa
0
4
0
4
Mano
0
1
1
2
Trinche
0
1
0
1
N° artes
3
7
3
A continuación se presenta una breve descripción de las distintas artes de pesca
utilizadas:
0%!
10%!
20%!
30%!
40%!
50%!
60%!
70%!
80%!
90%!
100%!
Trinidacito Portachuelos Comunidades
sur
r₂
k
Espinel: Consiste de una lineada (hilo de nylon) de 1.2 mm de grosor, de 50 metros o más
de longitud el cual presenta colgadores de 1 m, cada uno midiendo 4-5 m, cada uno con
un anzuelo. Es un arte exclusivo para la pesca de paiche; ocasionalmente se pesca
surubí y pacú.
Malla (red agallera): Red confeccionada de hilo perlón o nylon de diferentes medidas. En
su parte superior está provista de flotadores o boyas, y en la parte inferior posee pedazos
de plomo cada cierta distancia.
Anzuelo y lineada: Las dimensiones del anzuelo y la lineada varían dependiendo de la
especie que se captura. El tamaño de anzuelo por lo general es selectivo del tamaño de
peces a ser capturados. Una modificación de este arte de pesca es lo que localmente
inventaron y denominaron en Trinidacito como arma blanca, la cual es básicamente un
conjunto de varios anzuelos con una pieza metálica que ayude a sumergirse rápidamente
(normalmente es un rodamiento de moto en desuso). Se usa para la pesca de paiche
cuando los machos y/o hembras están con crías (septiembre-diciembre) y salen a respirar
con mayor frecuencia. El principio general de la pesca con arma blanca consiste en lanzar
el conjunto de anzuelos y enganchar de cualquier lugar del cuerpo al ejemplar que se
persigue. (Figura 14.12).
Figura 14.12: Arte de pesca “arma blanca” utilizada en las pesquerías de paiche en la
comunidad de Trinidacito de la TCO TIM II. (Fotografías: A. Argote/FAUNAGUA)
Varita: Consiste de un pedazo de ramo flexible o caña bambú de un metro de largo,
amarrado a uno de sus extremos con una lineada y anzuelo (el tamaño del anzuelo
dependerá de la especie que se quiere capturar). Generalmente se utilizada para la pesca
de palometas y especies de pequeño porte, y se atrae a los peces haciendo un golpeteo
sobre el agua.
Tarrafa o atarraya: La confección de la tarrafa consta de una red circular de 2 a 3 metros
de diámetro sujetada por una soga en su parte central. Se puede construir de hilo perlón
perlón o nylon, y el tamaño de los rombos por lo general son pequeños. En la TCO
generalmente la utilizan para capturar peces pequeños que serán utilizados de carnada.
Trinche o trinchi: Es un arte fabricado en fierro que se adjunta o inserta al extremo de una
barra de madera o rama. Tiene el aspecto de un tenedor de 3 a 4 puntas. Normalmente
se lo utiliza cuando llega un surazo y los peces comienzan a morir o se aproximan
lentamente a la superficie del agua.
En la comunidad de Trinidacito los artes de pesca utilizados fueron la lineada y anzuelo
(42%), el espinel (41%) y las mallas (17%); los dos primeros empleados casi con la misma
regularidad (Figura 14.13a). El uso de las mallas está prohibido por la comunidad y la
TCO, pero algunos lo emplean de manera regular y clandestina durante algunos periodos
y para algunas especies.
Las comunidades de los Portachuelos también emplearon prioritariamente la lineada y
anzuelo (33%), la malla (33%) y espinel (19%), pero además utilizaron en varias
ocasiones otros artes de pesca como la varita y la tarrafa (Figura 14.13b).
Para las comunidades del Sur, el uso de las mallas fue prioritario (78%), pero también
utilizaron en proporción notable la lineada y anzuelo (21%) (Figura 14.13c). El uso de
mallas en las comunidades de los Portachuelos y del Sur no está restringido por las
comunidades, pero sí por la dirección de la TCO TIM II.
a)
b)
Lineada-42%
Espinel-41%
Malla-17%
Lineada-33%
Malla-33%
Espinel-19%
Varita-9%
Tarrafa-4%
Mano1% Trinchi-1%
c)
Figura 14.13: Proporción de las artes de pesca utilizadas en las tres áreas estudiadas de
la TCO TIM II: a) Trinidacito (72 faenas), b) Portachuelos (68 faenas) y c) Comunidades
del Sur (70 faenas).
Tomando en cuenta los dos artes de pesca más utilizados en las pesquerías de la TCO
TIM II (malla, lineada y anzuelo), se puede notar que el empleo de la lineada y anzuelo en
la comunidad de Trinidacito fue más eficiente para la captura de paiche (74%), palometas
(9%), pacú (6%) y tucunaré (5%). El uso de las mallas en esta misma comunidad, fue más
eficiente para la captura de sábalo (39%), pacú (20%), paiche (15%) y llorona (15%)
(Figura 14.14a).
En la comunidad de los Portachuelos la lineada y anzuelo fue más eficiente en la captura
de cinco especies: el pacú (18%), el paiche (18%), el chanana (17%), la corvina (14%) y
el surubí (14%). El uso de las mallas en estas comunidades fue más eficiente sobre el
paiche (26%), la llorona (22%), el seferino (8%), el salmón (maduro) (7%) y el pintado
(7%) (Figura 14.14b).
Las comunidades del Sur capturaron básicamente 10 especies empleando la lineada y
anzuelo, dentro las cuales las más importantes fueron la ñata (17%), el bentón (17%), el
surubí (14%), las palometas (11%), el seferino (10%) y el pintado (7%). Con el uso de las
mallas estas comunidades pescaron sobre todo llorona (10%), buchere (7%), paiche (7%),
bentón (6%), seferino (6%), ñata (6%), carrancho (6%), y corvina (6%). La riqueza de
especies capturadas con mallas en estas comunidades, fue mayor a la observada en las
otras áreas de pesca estudiadas donde también se emplearon mallas (Figura 14.14c).
Malla-78%
Lineada-21%
Mano-1%
a)
b)
c)
Figura 14.14: Efectividad de las dos artes de pesca más utilizadas (línea y anzuelo -
izquierda, y malla – derecha; ver Cuadro 14.3) en las tres áreas de estudio de la TCO TIM
II: a) Trinidacito (30 registros de lineada y anzuelo, 12 registros de malla), b)
Portachuelos, (30 registros de lineada y anzuelo, 30 registros de malla), c) Comunidades
Aragi
74%
Sersp
9%
Colma
6%
Cicpl
5%
Schfa
2%
otros
4%
Proni
39%
Colma
20%
Aragi
15%
Potal
15%
Oxini
5%
otros
6%
Colma
18%
Aragi
18%
Zunzu
17%
Plasq
14%
Psefa
14%
otros
19%
Aragi
26%
Potal
22%
Agein
8%
Anoel
7%
Psefa
7%
otros
30%
Pygna
17%
Hopma
17%
Pseti
14%
Sersp
11%
Agein
10%
Psefa
7%
Bryce
6%
Cicpl
5%
Trial5%
Leima
2%
otros-6
%
Potal
10%
Hopli
7%
Aragi
7%
Hopma
6%
Agein
6%
Pygna
6%
Ptedi
6%
Plasq
6%
Sersp
5%
Rapvu
4%
otros
37%
del Sur (16 registros de lineada y anzuelo, 61 de malla). Las tortas fueron construidas en
base a los datos relativos de pesca (CPUE).
DISCUSIÓN
Composición y volumen absoluto de las pesquerías en la TCO TIM II
A nivel del número de especies, se ha observado que los órdenes Characiformes,
Siluriformes y Perciformes son los más importantes para las pesquerías de la TCO TIM II.
Se han registrado 67 especies pertenecientes a estos órdenes de las casi 70 que son
capturadas por las comunidades indígenas. La predominancia numérica de estos órdenes
es coincidente con su riqueza (número de especies) en el continente sudamericano (Reis
et al., 2003), y sistemas de la Amazonía (p.e. Saint-Paul et al. 2000; Carvajal-Vallejos &
Zeballos Fernández, 2011, Carvajal-Vallejos et al., 2014), del Plata (p.e. Agostinho et al.,
2000; Texira de Mello et al., 2011), y/o la Orinoquía (p.e. Rodríguez & Lewis, 1990).
Es importante notar que de las 67 especies registradas en las pesquerías, una especie es
introducida o no nativa (el paiche o paichi como lo denominan al norte de Bolivia –
Arapaima aff. gigas) a la Amazonía boliviana. Esta especie pertenece al órden de los
Osteoglossiformes (familia Arapaimidae), poco diversificado en América del Sur, y se
caracteriza por tener un hueso en la lengua. El paiche puede alcanzar tamaños mayores a
las especies nativas (> 2 m; > 100 kg). Es una especie originaria del eje principal del
Amazonas, de reciente presencia en Bolivia (Carvajal-Vallejos et al., 2011), y abundante
en cierto tipo de hábitats (p.e. lagunas grandes), donde su pesca es más intensa.
Entre las comunidades y áreas estudiadas se pudo notar que las comunidades del Sur
aprovechan una mayor cantidad de especies (50) en comparación a Trinidacito (23) y los
Portachuelos (40). Esta variación tiene una relación con arte de pesca utilizado y con los
periodos hidrológicos en los que opera la pesca.
En las comunidades del Sur se emplean redes (mallas agalleras) en la pesca (78% de los
registros), en comparación a Trinidacito, donde principalmente se utiliza lineada y anzuelo
(42%) y espinel (41%), y los Portachuelos, donde predomina el uso de lineada y anzuelo
(33%), las redes (33%) y el espinel (19%) (ver Figura 14.13). La eficiencia de las redes,
las cuales varían según el tamaño del rombo y el tipo de hilo, opera sobre el tamaño y
forma de las especies más que sobre sus hábitos alimenticios. Por otro lado, los artes de
pesca como la lineada y anzuelo, y el espinel, son artes de pesca más selectivas
empleadas para cierto grupo de peces con preferencias alimenticias y tamaños
estimables (según el tamaño, independiente de la morfología del cuerpo.
El periodo de pesca también influye sobre las capturas. Se ha visto en lagunas de los ríos
Mamoré (p.e. Pouilly et al., 2004), e Ichilo (p.e. Carvajal & Maldonado, 2007), que la
composición del conjunto de peces varía entre periodos hidrológicos extremos. Así, la
composición de la pesca durante el periodo de aguas bajas puede estar dominada y/o
caracterizada por ciertas especies, que no son necesariamente las mismas durante el
periodo de aguas altas. En las comunidades del Sur se pesca durante todo el año, a
diferencia de Trinidacito y los Portachuelos, y el periodo de aguas altas es una buena
temporada para la venta de pescado a pesar del mayor esfuerzo que se debe hacer.
Durante las aguas altas la pesca se dificulta por las lluvias intensas permanentes, la
reducción de la abundancia de las especies (las aguas crecen y se expanden), y el difícil
acceso a los hábitats donde se concentran la mayor cantidad de especies medianas a
grandes (p.e. bosque inundado). Sin embargo, el periodo de lluvias coincide con el
periodo de la recolección o zafra de la castaña, y una gran mayoría de las comunidades
con acceso a este recurso, vuelca su esfuerzo a esta actividad durante los tres meses que
dura (enero-marzo). La zafra de la castaña es una alternativa económica más atractiva en
relación a la pesca que se torna difícil durante este tiempo. Debido a esto, varias
comunidades (p.e. Trinidacito y parcialmente los Portachuelos) abandonan la pesca
temporalmente para dedicarse a la castaña, y dejan de proveer pescado fresco a los
centros urbanos próximos y del interior del país. A raíz de esto, queda un mercado abierto
e insatisfecho que demanda carne de pescado y los precios se incrementan frente a la
escasez. Para los que no tienen posibilidades de moverse a otras zonas con bosques de
castaña o simplemente no tienen acceso a este recurso, la pesca, con todas sus
dificultades, es una opción económicamente viable por el alza de los precios en los
mercados locales y nacionales, en relación a otras temporadas del año. De esta manera,
la variabilidad estacional y la disponibilidad de otros recursos como la castaña abren
oportunidades a la oferta de pescado por comunidades, como las del Sur, que
aprovechan este tiempo para ofrecer las especies accesibles de la temporada, a un precio
más elevado, a los mercados con los que se pueden comunicar.
En los registros absolutos de captura que se obtuvieron a lo largo del periodo de estudio
en las siete comunidades visitadas, se pudo notar que la especie introducida paiche
representó el 62% del peso total registrado (7697.1 kg), siendo la especie más importante
para las pesquerías. La contribución de las diferentes especies nativas fue más uniforme
y no estuvo dominada por alguna especie en particular, pero el pacú (6%), el pintado (4%)
y la llorona (4%) contribuyeron con un porcentaje ligeramente mayor respecto a las otras.
La mayor captura del paiche ocurrió en la comunidad de Trinidacito, donde esta especie
alcanzó una contribución del 82% a los volúmenes de los desembarques en los registros.
A diferencia de esta situación, en los Portachuelos esta especie permaneció como la más
representativa con el 47% del volumen capturado, pero otras especies nativas como el
pintado (16%), el pacú (7%), la corvina (6%), y la llorona (5%) tuvieron una contribución
más notable a las pesquerías (34% en total), respecto a Trinidacito. El caso más diferente
se observó en las comunidades del Sur, donde el paiche también fue la especie más
importante pero con una contribución menor (12%) a los volúmenes de desembarque. El
volumen restante de la pesca estuvo compuesto por un número importante de especies
nativas (50) con contribuciones variables a las capturas; las más sobresalientes fueron la
ñata (9%), la llorona (8%), el seferino (7%), el zapato (6%), varias especies de palometas
(6%) y la corvina (5%). La mayoría de estas especies nativas (p.e. seferino, zapato, entre
otras) estuvieron ausentes o fueron poco importantes en las otras dos áreas de estudio
(Trinidacito y los Portachuelos).
Considerando los datos relativos de captura (CPUE), también se observó una
predominancia del paiche (33%) en las capturas de las siete comunidades. Las especies
nativas más sobresalientes fueron el pintado, la llorona, el pacú, la corvina y la ñata, las
cuales conjuntamente representaron el 26% de las capturas.
En la comunidad de Trinidacito el paiche representó el 72% de las capturas relativas,
mientras que otras especies con contribución sobresaliente fueron el sábalo, el pacú, las
palometas y la llorona, que sumaron el 21% de las capturas. Es importante notar que el
sábalo tuvo una contribución baja frente a otras especies nativas en comparación a los
valores absolutos de pesca en esta comunidad.
En los Portachuelos la contribución relativa del paiche continuó como la más importante
(28% del CPUE total). Sin embargo, el pintado, el chanana, el pacú y la corvina,
contribuyeron al 43% de las capturas. Sobresale que la contribución absoluta del chanana
a las pesquerías es menor al 5%, mientras que ocupa el tercer lugar de importancia (10%)
en términos relativos.
En las comunidades del Sur, el paiche apareció como una de las principales especies
pero solo tuvo una contribución del 6%, al igual que el buchere y las palometas. En estas
comunidades las especies nativas fueron más importantes para las pesquerías pero
ninguna tuvo una dominancia notable sobre las otras. Los mayores contribuyentes a las
capturas fueron la llorona, el bentón, la ñata, y el seferino, con valores bajos y próximos
entre ellos y contabilizando un 31% del total. Las restantes especies tuvieron una
contribución igual o inferior al 6%. Al igual que en las contribuciones absolutas, la
composición de las capturas es un reflejo de los artes de pesca utilizados en cada área y
de la variación estacional, la cual está relacionada a otras actividades económicas como
la recolección de castaña. En entrevistas realizados a los pescadores de las comunidades
del Sur (Carvajal-Vallejos, en prep), se observó que a pesar de que el paiche estuvo
presente en el área desde la década de los noventa, estas comunidades todavía carecen
de materiales más especializados y de costo elevada (mallas, espinel, canoas) para la
captura de especies como el paiche o grandes carácidos (adultos de pacú, tambaquí,
yatorana) y bagres (adultos de pintado, surubí, chanana, entre otros).
Estos resultados resaltan la contribución notable de una especie introducida – el paiche -
a las pesquerías indígenas al norte de la Amazonía boliviana, y ejemplifica una parte de
los impactos que puede desencadenar este tipo de perturbaciones humanas poco
controladas hasta el corriente y sin un entendimiento claro de sus dimensiones (ver Van
Damme et al. 2011c para comentarios sobre las amenazas relacionadas a
introducciones). El paiche es una especie que prefiere vivir en lagos y arroyos, crece
rápidamente (hasta 10 kg/año), cuida sus crías y tiene respiración aérea preferentemente.
Puede llegar a medir hasta más de 3 m y pesar hasta 200 kg, se alimenta de diferentes
ítems alimenticios, entre los que sobresalen los peces. El paiche llegó a la cuenca del río
Madre de Dios en Perú alrededor del año 1965, y sus primeras capturas en Bolivia (río
Madre de Dios) datan de 1980 (Carvajal-Vallejos et al., 2011). La historia de su
introducción a la Amazonía boliviana está presentada en Carvajal-Vallejos et al. (2011);
en base a este trabajo y los pocos datos pesqueros de la Amazonía boliviana disponibles
para las últimas décadas (CDP, 1995), se puede ver que esta especie tuvo un impacto
notable en las pesquerías después de 25 a 30 años posterior a su introducción. Una serie
de factores ambientales, ecológicos, sociales y culturales, influyeron en la dispersión y
establecimiento de esta especie en la Amazonía boliviana (Carvajal-Vallejos et al., 2011),
antes de que sea identificada como un recurso explotable y con posibilidades de abrir una
nueva alternativa económica para comunidades rurales que podían acceder y controlar,
en cierta forma, el aprovechamiento de esta especie. El relativamente rápido avance del
paiche (~20 km/año, Carvajal-Vallejos et al., 2011) en las aguas bolivianas (ríos Madre de
Dios, Beni y Orthon), y su evidente abundancia en los lagos de la planicie de inundación,
dieron lugar al establecimiento de una cadena productiva de carne de pescado de paiche
que se formó y evolucionó rápidamente, y acorde a los cambios políticos, sociales y
económicos que siguió el norte de la Amazonía boliviana en las últimas décadas: se
delimitaron áreas comunes de uso (TCOs); surgieron organizaciones de pescadores; y la
demanda por carne de pescado tuvo un aumento en los centros poblados más
importantes del país. De esta manera, en la actualidad, el paiche soporta una cadena de
valor en constante evolución que representa una alternativa económica adicional para los
pobladores rurales del norte de la Amazonía boliviana, la cual está todavía poco estudiada
y entendida. Junto a las oportunidades económicas que llegaron con el paiche, también
surgieron nuevos conflictos entre los usuarios del recurso pesquero por el cambio en las
zonas tradicionales de pesca (p.e. ríos) a zonas con cierto grado de custodia o propiedad
de comunidades próximas (p.e. lagos). También, surgieron demandas y/o denuncias
sobre impactos negativos que el paiche podría estar causando a los stocks de especies
nativas, que forman parte de la dieta tradicional y cultura de muchas comunidades
indígenas y otras de reciente asentamiento en la región. Es a raíz de esto que existen
muchas interrogantes a nivel social, económico, ecológico y biológico, y se deben
identificar acciones prioritarias a ser abordadas desde una perspectiva nacional, más que
regional, en la cual el Estado boliviano debe ser uno de los actores principales en guiar la
toma de decisiones.
Gremios tróficos, hábitos migratorios y estrategias de vida de las especies en las
pesquerías de la TCO TIM II
En las pesquerías de la TCO TIM II, dominó el gremio de los carnívoros, representando
más del 50% del volumen de las capturas en cada una de las áreas de estudio. A
diferencia de Trinidacito y los Portachuelos, los omnívoros y herbívoros representaron
juntos casi el 50% de los volúmenes de las capturas en las comunidades del Sur. Esta
fuerte influencia de los carnívoros a los volúmenes de los desembarques es una influencia
del paiche a las capturas. En base a la clasificación de gremios tróficos según los valores
de NT, el paiche estaría clasificado como carnívoro por tener un valor de 3.8 (carnívoro:
3.7 NT < 4.5). Sin embargo, este valor está próximo a los límites entre carnívoro y
omnívoro, y una pequeña diminución en el valor de NT podría cambiar drásticamente la
contribución de los carnívoros y omnívoros a las pesquerías. El valor estimado de NT para
el paiche fue calculado por Villafan & Carvajal-Vallejos (en prep.) en función de datos
disponibles en la bibliografía sobre el nivel trófico de sus presas, por lo que podría haber
variaciones cuando se realicen estudios específicos sobre las mismas en Bolivia.
Adicionalmente, los mismos investigadores han observado que la relación longitud
estándar vs. longitud del intestino del paiche arroja una relación dentro los límites
establecidos para las especies omnívoras; y el estudio en curso sobre la dieta de la
especie muestra que los vegetales tienen una elevada frecuencia de aparición en los
estómagos. Considerando estos datos, podríamos asumir que el paiche puede ser
categorizado potencialmente como omnívoro y ver la contribución de este gremio trófico a
las pesquerías. De esta manera, en la Figura 14.15 se puede ver que la presencia de los
omnívoros en las pesquerías en las tres áreas de estudio es la más importante,
contribuyendo con 93% de las capturas en Trinidacito, 47% a los portachuelos y 40% a
las comunidades del Sur. En la comunidad de Trinidacito, donde la contribución de paiche
es predominante, se da un cambio drástico en el porcentaje de los omnívoros. En los
Portachuelos y las comunidades del Sur, el cambio es de moderado a bajo,
respectivamente, relacionado a la contribución en peso que el paiche tuvo en cada uno de
ellos.
Figura 14.15: Contribución de los gremios tróficos a los volúmenes de las pesquerías en
tres áreas de la TCO TIM II (Trinidacito, Portachuelos y comunidades del Sur). Los
histogramas “a” están construidos considerando al paiche como carnívoro, y los
histogramas “b” considerando al paiche como omnívoro. El valor de NT = 3.8 para el
paiche fue obtenido en base a un trabajo sobre la dieta del paiche en la Amazonía
boliviana y haciendo estimaciones sobre el nivel trófico de sus presas (Villafan & Carvajal-
Vallejos en prep.).
Respecto a los hábitos migratorios, se ha visto que la contribución de los residentes (R)
domina en la comunidad de Trinidacito a diferencia de los migratorios de distancias
medias (MD) que tienen una contribución relativa mayor, pero próxima, al 50% en los
Portachuelos y las comunidades de Sur. En la comunidad de Trinidacito se nota una
influencia notable del paiche, el cual fue categorizado como R y es la especie principal en
los desembarques. En los Portachuelos y las comunidades del Sur la contribución de las
especies nativas con hábitos MD y R fue más equilibrada y parecida a una situación
anterior a la llegada del paiche. Los escasos registros del pasado, o de áreas que todavía
no fueron invadidas por paiche, muestran que las pesquerías estuvieron dominadas por
especies migratorias más que residentes. Los datos del CDP (1990-1995, presentados
por Van Damme et al. 2011b), y los datos de la pesca entre 1998-2010 (Van Damme et al.
2011b) muestran que el surubí, el pintado, el pacú y el tambaquí (todas ellas
categorizadas como MD), fueron las principales especies en las capturas comerciales y
los mercados de la Amazonía boliviana.
A su vez, y similar a los hábitos migratorios, se puede ver que en las comunidades
estudiadas de la TCO TIM II estuvieron presentes en las capturas solo los estrategas r2
(periódico) y k (equilibrado). En la comunidad de Trinidacito, dominaron los equilibrados k
mientras en las comunidades de los Portachuelos lo hicieron los estrategas r2, en
proporciones similares. En la comunidad de Trinidacito, el aporte mayor de los k se debe
a las capturas predominantes de paiche, el cual es considerado un estratega k. En los
Portachuelos y comunidades del Sur la pesca aprovecha todavía una mayor proporción
de estrategas r2 (especies nativas), los cuales alcanzan un tamaño mediano y realizan
migraciones periódicas durante el periodo de aguas altas. Además del paiche, hay otros
0%!
10%!
20%!
30%!
40%!
50%!
60%!
70%!
80%!
90%!
100%!
a! b! a! b! a! b!
Trinidacito!(N=70)! Portachuelos!
(N=68)!
Comunidades!del!
Sur!(N=72)!
Carnívoro!
Omnívoro!
Herbívoro!
estrategas k que se aprovechan en estas comunidades (p.e. tucunaré, corvina, buchere),
pero su contribución relativa a las pesquerías todavía permanece inferior respecto a los
estrategas r2 que son más abundantes y preferidos (p.e. surubí, pintado, pacú, tambaquí,
sábalo, llorona, entre otros).
De manera general y en conclusión, podemos indicar que las pesquerías en el territorio de
las comunidades estudiadas en la TCO TIM II están compuestas predominantemente por
carnívoros y omnívoros, con hábitos migratorios de mediana distancia (en su mayoría), y
estrategas del tipo k y r2. Ninguna de las áreas estudiadas es igual a la otra pero existen
dos tendencias más o menos claras: en Trinidacito hay una predominancia de la pesca de
paiche (carnívoro, residente y estratega k), y en los Portachuelos y las comunidades del
Sur hay una tendencia a la dominancia de especies omnívoras, migratorias de distancias
medias y estrategas r2.
Estimación de los volúmenes anuales de pesca y de la pesca de subsistencia
Los datos de CPUE pueden ser utilizados como un parámetro que nos permite estimar los
volúmenes totales de captura si conocemos otras variables que influyen en la frecuencia e
intensidad de la pesca. De esta manera, tomando en cuenta los valor de CPUE promedio
obtenidos para las siete comunidades estudiadas, el número de pescadores que se
observaron en un día de faena (independiente de la identidad de las personas), el número
promedio de horas de una faena, la frecuencia observada semanal con la que realizaron
la pesca, el número de semanas que se dedican a la pesca anualmente según entrevistas
y talleres comunales, se realizó una estimación sobre los volúmenes de pescado que se
extraerían potencialmente a lo largo de un año.
Para hacer más claro el procedimiento del cálculo y la obtención de la cifra del volumen
total de captura anual, a continuación presentamos un ejemplo considerando las
informaciones del área la comunidad de Trinidacito.
En la comunidad (área) de Trinidacito se obtuvo un CPUE promedio de 1.64
kg/h/pescador. En promedio, un pecador invierte 16.7 h en la pesca y realiza tres faenas a
la semana. Considerando estos valores podemos calcular que un pescador captura a la
semana 1.64 kg * 16.65 h * 3 faenas = 81.7 kg de pescado. Si tomamos en cuenta que la
pesca es realizada de manera regular por 12 pescadores permanentes, tenemos que
semanalmente la comunidad de Trinidacito genera 81.7 kg * 12 = 980.7 kg de pescado.
Este valor multiplicado por las 34 semanas que dura el periodo de pesca, ya que 4 meses
se dedican casi exclusivamente a la zafra de la castaña, nos da un valor total de 980.7 kg
* 34 = 33343.3 kg, el cual representa el volumen de pescado que la comunidad de
Trinidacito generaría anualmente. Como medio de control independiente para conocer la
precisión de nuestra aproximación, comparamos el volumen mensual calculado en base al
CPUE obtenido con cifras que mencionaron algunos de los pescadores más
experimentados de la comunidad, y con datos pasados recientes que pudieron estar
registrados en algunos de sus archivos. De esta manera los pescadores mencionaron que
por lo general se producen 1000 kg/mes (sobre todo paiche) entre todos los pescadores
de la comunidad. Por otro lado, revisando un cuaderno de registros pasados del sindicato
de pescadores se pudo constatar que en el mes de junio de 2011 se anotaron siete
faenas realizadas por 10 pescadores y en las cuales se contabilizaron 1009 kg. De esta
manera, podemos asumir que la estimación a través de los datos de CPUE tiene una
buena aproximación a los volúmenes reales de pesca en esta comunidad.
En el Cuadro 14.4 se puede ver la estimación de los volúmenes totales de captura anual
estimados para cada comunidad estudiada de la TCO TIM II en base a sus propias
características y parámetros observados o medidos en campo. Se puede ver que el
volumen anual de las tres áreas totaliza 119701.4 kg, de los cuales las comunidades del
Sur contribuyen con el 62%.
Cuadro 14.4. Estimación del volumen anual de pescado obtenido por las tres áreas estudiadas de
la TCO TIM II considerando los valores de CPUE promedio estimados en base a datos colectados
y parámetros observados los años 2011 y 2012. NH: Número de habitantes; NF: Número de
familias; NP: Número de pescadores permanentes; FFS: Frecuencia de faenas por pescador en la
semana; CPUE: Captura por Unidad de Esfuerzo; TP/S: Tiempo promedio de pesca por semana
[h]; CPUE/S: CPUE por semana; VA [kg]: Volumen anual en kilogramos.
ÁREA
NH
NF
NP
FFS
CPUE
TP/S
CPUE/S
VA [kg]
Trinidacito
350
73
12
3
1.63
81.72
980.68
33343.34
Portachuelos
584
106
7
3
1.57
51.40
359.81
12233.63
Comunidades del Sur
143
33
15
5
1.97
91.75
1376.18
71561.10
Promedio
359
70.7
11.3
3.7
1.7
74.96
905.56
39046.02
Total
1077
212
34
11
5.17
224.9
2716.66
119701.44
Mientras que el CPUE puede ser útil para hacer estimaciones de capturas de pesca total
a diferentes escalas de tiempo (p.e. anual); la medida del consumo de pescado por familia
puede ser una buena aproximación para la pesca de subsistencia. Sin embargo, medir el
consumo de pescado de forma directa puede ser dificultoso o simplemente irrealizable en
la mayoría de las comunidades indígenas. Tomando en cuenta todo aquello, se decidió
aplicar un recordatorio (encuesta) de las últimas 24 h a las jefas de hogar para conocer el
consumo de alimentos de la familia del día anterior. Esta aproximación para conocer las
cantidades consumidas de pescado es menos invasiva y pragmática pero requiere de una
estadía bastante prolongada en las comunidades y de la construcción de un ambiente de
confianza con las esposas de los pescadores. De esta manera, en el área de Trinidacito y
del Sur se obtuvieron los recordatorios (192 y 148, respectivamente), para dos periodos,
coincidentes con la toma de datos pesqueros (octubre/2011 y febrero/2012). En los
Portachuelos se realizó solo una colecta (68 registros), durante el periodo de la toma de
datos pesqueros en mayo/2012. Los valores calculados indican que en el área de
Trinidacito el consumo promedio de pescado por familia diariamente fue de 0.860 kg. En
los Portachuelos, el consumo promedio diario por familia es un poco más elevado, 1.330
kg, pero el valor más elevado fue registrado para las comunidades del Sur con 1.520 kg
familia/día (Cuadro 14.5). El volumen total de pescado consumido estimado fue de 28170
kg, el cual representaría la cantidad de pescado que genera anualmente la pesca de
subsistencia (Cuadro 14.5).
Cuadro 14.5. Consumo de pescado promedio por familias de la TCO TIM II en las áreas
de Trinidacito, Portachuelos y comunidades del Sur los años 2011 y 2012. Los datos
provienen de una encuesta, sobre los alimentos consumidos por la familia en las últimas
24 h (recordatorio de 24 h), realizada a las jefas de hogar. CFD: Consumo familiar diario
(promedio); CFS: Consumo familiar semanal; CFA: Consumo familiar anual; CT: Consumo
total (todas las familias de un área), D. Día; S: Semana; F: Familia
Trinidacito (N = 192 entrevistas)
CFD [Kg]
CFS (3 D)
CFA (34 S)
CT (66 F)
Desayuno
0.29
0.87
29.82
2028,11
Almuerzo
0.37
1.12
38.15
2594,33
Cena
0.19
0.59
20.06
1364,59
Total
0.86
2.58
88.044
5987,03
Portachuelos (N = 68 entrevistas)
CFD [Kg]
CFS (3 D)
CFA (34 S)
CT (106 F)
Desayuno
0.58
1.75
59.64
6322,36
Almuerzo
0.43
1.29
44.04
4668,82
Cena
0.31
0.93
31.62
3352,13
Total
1.33
3.97
135.314
14343,31
Comunidades del sur (N = 148 entrevistas)
CFD [Kg]
CFS (3 D)
CFA (52 S)
CT (33 F)
Desayuno
0.55
1.66
86.57
2857,05
Almuerzo
0.63
1.90
98.89
3263,48
Cena
0.33
1.00
52.09
1719,24
Total
1.52
4.56
237.56
7839,77
Características de la pesca indígena como indicador
Las informaciones de la pesca indígena son un buen parámetro para medir el estado de
los stocks que aprovechan las comunidades de distintos grupos étnicos, y los cambios
potenciales que pueden surgir en su composición y volúmenes de desembarque a raíz de
perturbaciones humanas o ambientales. Los datos de la pesca indígena en la TCO TIM II
están parcialmente disponibles, pero deben hacerse completamente accesibles
paulatinamente mediante publicaciones formales como parte de una estrategia de
fortalecer al actor local, público y científico. En general, la obtención de los datos e
informaciones relacionadas a la pesca requiere de un entrenamiento académico y práctico
(trabajo de campo intenso y permanente) que se debe fomentar y fortalecer
continuamente. La dificultad mayor que se enfrenta con datos de la pesca es la manera
en cómo se sistematizan y se hacen disponibles las informaciones para una interpretación
adecuada de la realidad, considerando además las limitaciones inevitables que se
enfrentan durante la colecta. El valor de los datos pesqueros es alto, y la capacidad de
medir efectos de represas sobre especies nativas es elevada. Sin embargo, su
sensibilidad puede ser minimizada por la introducción de especies las cuales pueden
dominar las capturas y enmascarar los efectos negativos sobre especies migratorias, por
ejemplo. La introducción del paiche es un buen ejemplo a considerar y un caso de estudio
que demuestra las dificultades o desafíos que se originan por introducciones de especies
no nativas. La pesca indígena puede medir impactos de represas en la Amazonía
boliviana, al menos parcialmente, pero la ocurrencia o interacción con otro(s) fenómeno(s)
paralelo(s), con los que se puede confundir, puede minimizar su utilidad y por lo tanto su
especificidad y sensibilidad podría ser considerada relativamente baja. Sin embargo, las
fuentes de información que se disponen y que se están generando, son globalmente
fidedignas y pueden ser completadas o evaluadas permanentemente. Dependiendo del
tipo de otras amenazas que estén ejerciendo presión sobre los recursos pesqueros se
puede evaluar si es posible distinguir los efectos de represas sobre la pesca indígena,
mediante seguimiento a las capturas. Por lo general, la pesca responde bastante bien a
las condiciones y/o factores que pueden estar afectando el recurso pesquero.
AGRADECIMIENTOS
A Federico Machicao, Gustavo Rey Ortiz, José Daniel Barrozo y Alfredo Arteaga, por el
trabajo realizado en campo, por la colecta de pesca dentro la TCO TIM II. A los
pescadores de las comunidades de Trinidacito, Portachuelos y comunidades del Sur, por
el apoyo y confianza para realizar el presente trabajo, especialmente a los representantes
del sector pesquero: Franz Pérez y Jesús Justiniano de la comunidad de Trinidacito,
Guillermo Cuellar de la comunidad Flor de Octubre, Franklin Rivero y Mario Moreno de
comunidad Lago El Carmen, Vicente Cuellar de la comunidad 27 de Mayo, Tito Mamio
Cejas y Goster Tibi Callau de las comunidades de Portachuelo Bajo y Alto,
respectivamente. A Milton Zapata (FAUNAGUA) por el diseño cartográfico del mapa de la
zona de estudio. Este estudio fue realizado en el marco del proyecto PECES PARA LA
VIDA “Pesca, piscicultura, y seguridad alimentaria en la amazonia boliviana”
www.pecesvida.org, fruto de una cooperación entre FAUNAGUA, AGUA SUSTENTABLE
(ambos en Bolivia) y WORLD FISHERIES TRUST (Canadá). El proyecto fue realizado en
el marco del Fondo Internacional Canadiense de Investigación sobre la Seguridad
Alimentaria (CIFSRF), con el apoyo financiero del Centro Internacional de Investigaciones
para el Desarrollo (IDRC), www.idrc.ca, y el Gobierno de Canadá, a través del
Departamento de Relaciones Exteriores, Comercio y Desarrollo, www.acdi-cida.gc.ca.!
!
REFERENCIAS
Agostinho A.A., Thomaz S.M., Minte-Vera C.V.& Winemiller K.O. 2000. Biodiversity in the
High Paraná river floodplain. p. 89-118. In: Gopal B., Junk W.S., Davis J.A. (Eds.).
Biodiversity in wetlands: assessment, function and conservation, vol. 1 edited by Backhuys
Publishers, Leiden, the Netherlands.
Baker-French S.R. 2013. Food security and nutritional status in fishing communities in
Bolivia’s Northern Amazon: Results of a household survey. M.Sc. tesis, university of British
Columbia. 172 p.
Buckup P.A., Menezes N.A. & Ghazzi M.S. 2007. Catálogo das espécies de peixes de
água doce do Brasil. Río de Janeiro Museu Nacional Serie Livros 23. 11 p.
Camburn M. 2011. El consumo del pescado en la Amazonía boliviana. COPESCAALC
Documento Ocasional. N° 14, Roma, FAO. 2011. 64 p.
Castello L., McGrath D.G., Arantes C.C. & Almeida O.T. 2013. Accounting for
heterogeneity in small-scale fisheries management: The Amazon case. Marine policy, 38:
557-565.
Castellón R. 2011.(datos no publicados) Marco legal formal y consuetudinário de La pesca
(caso de estúdio: Riberalta). Proyecto Peces Para La Vida: seguridad alimentaria,
piscicultura y pesca em la Amazonia boliviana. 28 p.
Carvajal-Vallejos F.M. & Zeballos-Fernandez A.J. 2011. Diversidad y distribución de los
peces de La Amazonia boliviana. p. 101-148. En: Van Damme P.A., Carvajal-Vallejos
F.M., Molina Carpio J. (Eds.). Los peces y delfines de la Amazonía Boliviana: hábitats,
potencialidades y amenazas. Edit. INIA, Cochabamba, Bolivia. 490 p.
Carvajal-Vallejos F.M., Van Damme P.A., Cordova L., Coca C. 2011. La introducción de
Arapaima gigas (paiche) en la Amazonía boliviana. p. 367-395. En: Van Damme P.A.,
Carvajal-Vallejos F.M., Molina Carpio J. (Eds.). Los peces y delfines de la Amazonía
Boliviana: hábitats, potencialidades y amenazas. Edit. INIA, Cochabamba, Bolivia. 490 p.
Carvajal F. & Maldonado M. 2007. La ictiofauna lacustre de la llanura de inundación del
río Ichilo (Bolivia).!Revista Boliviana de Ecologia y Conservación Ambiental, 17: 15-32.
Carvajal-Vallejos F.M., Bigorne R., Zeballos-Fernandez A.J., Sarmiento J., Barrera
S.,Yunoki T., Pouilly M., Zubieta J., De La Barra E., Jegú M., Maldonado M., Van Damme
P., Céspedes R. & Oberdorff T. 2014. Fish-AMAZBOL: a database on freshwater
fishes of the Bolivian Amazon,Hydrobiologia, The$ International$ Journal$ of$Aquatic$Sciences$
732:19;27 $
Centro de Desarrollo Pesquero (CDP). 1995. Estadísticas e información pesquera de
Bolivia 1994. La Paz, Bolivia. 52 p.
Chicchón A. 2000. Fauna en la subsistencia de los Tsimane, Reserva de la Biosfera
Estación Biológica del Beni, Bolivia. p. 365-383. En: Herrera-MacBryde O., Dallmeier F.,
MacBryde B., Comiskey J.A., Miranda C. (Eds.). Biodiversidad, conservación y manejo en
la región de la Reserva de la Biosfera, Estación Biológica del Beni, Bolivia. SI/MAB Series
No. 4, Smithsonian Institution, Washington, D.C. 423 p.
Díez Astete A. 2011. Compendio de etnias indígenas y ecorregiones. Amazonía, Oriente
y Chaco. Editorial Plural, La Paz, Bolivia. 615 p.
Eschmeyer W.N. (Ed.). 2014. Catalog of fishes: genera, species, references.
(http://research.calacademy.org/research/ichthyology/catalog/fishcatmain.asp). Electronic
version accessed 07 feb 2014.
Fischermann B. 2010. Pueblos Indígenas y Nacionales Originarios en Bolivia Tierras
Bajas: Pueblo Esse-Ejja. P. 33-34. En: MDRyT-Viceministerio de Tierra (Ed.). Atlas
Territorios Indígenas y Originarios en Bolivia. La Paz, Bolivia. 33-34 p.
Froese R., Pauly D. (Eds.). 2013. FishBase. World Wide Web electronic publication.
(Consultado 12 diciembre 2013; www.fishbase.org).
Herrera Sarmiento E. 2001. La pesca en un pueblo de reciente sedentarización (Esse
Ejja). Tesis de Licenciatura, Carrera de Antropología de la UMSA. La Paz, Bolivia.
Konstantinos I.S. & Vasiliki S.K. 2002. Feeding habits and trophic levels of Mediterranean
fish. Fish Biology and Fishieries. Kluwer Academic Publishers. Printed in the Netherlands.
11: 217-254.
Ledezma J. 2011 (datos no publicados). Censo de comunidades de la Tierra Comunitaria
de Origen Territorio Indígena Multiétnico II. Proyecto Peces Para La Vida: seguridad
alimentaria, piscicultura y pesca en la Amazonía boliviana. Asociación FAUNAGUA,
Cochabamba, Bolivia.
Martínez N. 2011 (datos no publicados). Informe Mapeo de Derechos de Uso y Acceso al
recurso pesquero. Proyecto Peces para la vida: seguridad alimentaria, piscicultura y
pesca en la Amazonia boliviana. Asociación Agua Sustentable, La Paz, Bolivia.
Matthews C.P. 1993. Productivity and energy flows at all trophic levels in the River
Thames, England. En: Christensen V., Pauly D. (Eds.). Trophic models of aquatic
ecosystems. ICLARM Conference Proceedings. 161-171 p.
Molina J. & Vauchel P. 2011. Régimen hidrológico del río Madera y sus tributarios. p. 3-
14. En: Van Damme P.A., Carvajal-Vallejos F.M., Molina Carpio J. (Eds.). Los peces y
delfines de la Amazonía boliviana: hábitats, potencialidades y amenazas. Editorial INIA.
Cochabamba, Bolivia. 390 p.
Navarro G. & Maldonado M. 2002. Geografía Ecológica de Bolivia. Ed. Centro de Ecología
Simón I. Patiño-Departamento de difusión. Cochabamba, Bolivia. 719 p.
Nelson J. S. 2006. Fishes of the world. Fourth edition. John Wiley & Sons, Inc., USA. 601
p.
Netto-Ferreira A.L., Birindelli J.L., Sousa L., Mariguela T. & Oliveira C. 2013. A new
miniature Characid (Ostariophysi: Characiformes: Characidae), with phylogenetic position
inferred from morphological and molecular data. PLoS ONE 8(1): e52098.
doi:10.1371/journal.pone.0052098
Oliveira C., Avelino G.S., Abe K.T., Mariguela T., Benine R., Ortí G., Vari R. & Castro R.
2011. Phylogenetic relationships within the speciose family Characidae (Teleostei:
Ostariophysi: Characiformes) based on multilocus analysis and extensive ingroup
sampling. BMC Evolutionary Biology 11: 275. doi:10.1186/1471-2148-11-275
Parry L., Barlow J. & Peres C.A. 2009. Hunting for sustainability in tropical secondary
forests. Conservation Biology, 23: 1270-1280.
Paz S. & Van Damme P.A. 2008. Caracterización de las pesquerías en la Amazonía
boliviana. p. 205-234. En: Pinedo D., Soria C. (Eds.). El manejo de las pesquerías en ríos
tropicales de Sudamérica. IDRC/IBC. 459 p.
Pérez T. (en prep.). Encuesta nutricional de la Tierra Comunitaria de Origen Territorio
Indígena Multiétnico II. Asociación FAUNAGUA, Cochabamba, Bolivia.
Pouilly M. Lino F. & Yunoki T. 2004. Peces de las lagunas. p. 321-358. En: Pouilly M.
Beck S., Moraes M., Ibañez C. (Eds.). Diversidad biológica en la llanura de inundación del
río Mamoré: importancia ecológica de la dinámica fluvial. Fundación Simón I. Patiño,
Bolivia. 383 p.
Pouilly M., Jégu M., Camacho J., Quintanilla M., Miranda G., Zubieta J. & Takayuki C.
2010. Lista actualizada y distribución de los peces en las tierras bajas de la amazonia
boliviana. Revista Boliviana de Ecología y Conservacion Ambiental, 28: 73-97.
RAISG (Rede Amazonica de Informacao Socioambiental Georreferenciada). 2012.
Amazonia bajo presión (Consultado 15 febrero 2014; www.raisg.socioambiental.org).
Reis R.E., Kullander S.O. & Ferraris Jr C.J. (Eds.). 2003. Check list of the freshwater
fishes of South and Central America. EDIPUCRS, Porto Alegre, Brasil. 729 p.
Rodríguez M. & Lewis W. 1990. Diversity and species composition of fish communities of
Orinoco floodplain lakes. National Geographic Research, 6(3): 319-328.
Saint-Paul U., Zuanon J., Marle A., Correa V., García M., Fabréc N.N., Bergera U. & Junk
W.J. 2000. Fish communities in central Amazonian white- and blackwater floodplains.
Kluwer Academic Publishers. Printed in the Netherlands. Environmental Biology of Fishes,
57: 235–250.
Soria G.F. 2011. Territorios Indígena Originario Campesinos en Bolivia, entre la Loma
Santa y la Pachamama. Fundación Tierra. La Paz. Bolivia. 226 p.
Texira de Mello F., González-Bergonzoni I. & Loureiro M. 2011.Peces de agua dulce de
Uruguay PPR-MGAP. 188 p.
Townsend W.R. 1996. Nyao Itõ: Caza y pesca de los Sirionó. Instituto de Ecología, UMSA
/ FUND-ECO. La Paz, Bolivia. 130 p.
Townsend W.R. 2001. Investigación participativa en el manejo comunitaria de la fauna
silvestre: experiencia de la Reserva de la Biosfera-Tierra Comunitaria de Origen Pilón
Lajas. p. 206-212. En: Rodriguez L.O. (Ed.). El Manu y otras experiencias de investigación
y Manejo de Bosques tropicales.
Vadillo A.P. & Miranda C.E. 2012. Análisis de derecho internacional, legislación nacional,
fallos, e instituciones al interrelacionarse con territorios y áreas de conservación de los
pueblos indígenas y comunidades locales. Reporte no.7. Bolivia. Indigenous Peoples’ and
Community Conserved Areas and Territories Consortium.!Natural Justice, Bangalore,
Bangladesh. 73 p.
Van Damme P.A., Carvajal-Vallejos F.M., Camacho J., Muñoz H. & Coronel J. 2011a.
Peces migratorios de la Amazonía boliviana. p. 149-200. En: Van Damme P.A., Carvajal-
Vallejos F.M., Molina Carpio J. (Eds.). Peces y delfines de la Amazonía boliviana: hábitats,
potencialidades y amenazas. Editorial INIA, Cochabamba, Bolivia. 490 p.
Van Damme P.A., Carvajal-Vallejos F.M., Rua A., Córdova L. & Becerra P. 2011b. Pesca
comercial en la cuenca amazónica boliviana. p. 247-291. En: Van Damme P.A., Carvajal-
Vallejos F.M., Molina Carpio J. (Eds.). Los peces y delfines de la Amazonía boliviana:
hábitats, potencialidades y amenazas. Editorial INIA, Cochabamba, Bolivia. 490 p.
Van Damme P.A., Carvajal-Vallejos F.M., Sarmiento J. & Becerra P. 2011c. Vulnerabilidad
de los peces de las tierras bajas de la Amazonía Boliviana. p. 459-490. En: Van Damme
P.A., Carvajal-Vallejos F.M., Molina Carpio J. (Eds.). Los peces y delfines de la Amazonía
Boliviana hábitats, potencialidades y amenazas. Editorial INIA, Cochabamba, Bolivia. 490
p.
Vazzoler A.E.A. de M. & Menezes N.M. 1992. Síntese e conhecimientos sobre o
comportamiento reproductivo dos Characiformes da América do sul (Teleostei,
Ostariophysi). Revista Brasileira de Biologia, 52 (4): 627-640.
Villafan S. & Carvajal-Vallejos F.M. (en prep.). La dieta de Arapaima gigas en la Amazonía
boliviana.
Winemiller K.O. & Taphorn D.C. 1989. La evolución de las estrategias de vida en los
peces de los llanos occidentales de Venezuela. Biollania, 6: 77-100.