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Un momento de Virginia Woolf
José Angel García Landa
Universidad de Zaragoza
http://www.unizar.es
Comentaremos en modalidad de close reading este texto de Virginia
Woolf, un fragmento de A Room of One's Own:
The mind is certainly a very mysterious organ, I reflected, drawing my head in from
the window, about which nothing whatever is known, though we depend upon it so
completely. Why do I feel that there are severances and oppositions in the mind, as
there are strains from obvious causes on the body? What does one mean by 'the
unity of the mind', I pondered, for clearly the mind has so great a power of
concentrating at any point at any moment that it seems to have no single state of
being. It can separate itself from the people in the street, for example, and think of
itself as apart from them, at an upper window looking down on them. Or it can think
with other people spontaneously, as, for instance, in a crowd waiting to hear some
piece of news read out. It can think back through its fathers or through its mothers,
as I have said that a woman writing thinks back through her mothers. Again if one
is a woman one is often surprised by a sudden splitting off of consciousness, say in
walking down Whitehall,* when from being the natural inheritor of that civilization,
she becomes, on the contrary, outside of it, alien and critical. Clearly the mind is
always altering its focus, and bringing the world into different perspectives. But
some of these states of mind seem, even if adopted spontaneously, to be less
comfortable than others. In order to keep oneself continuing in them one is
unconsciously holding something back, and gradually the repression becomes an
effort. But there may be some state of mind in which one could continue without
effort because nothing is required to be held back. And this perhaps, I thought,
coming in from the window, is one of them. For certainly when I saw the couple get
into the taxi-cab the mind felt as if, after being divided, it had come together again
in a natural fusion. The obvious reason would be that it is natural for the sexes to
co-operate. (…)
Si algo quiero comentar al respecto, en incisos, es porque me parecen un
pasaje, y un momento, muy representativos de Virginia Woolf, eternity in
a moment casi:
The mind is certainly a very mysterious organ, I reflected,
Ciertamente reflexivo, lo de reflexionar o reflejar ad infinitum sobre la
mente. El órgano (?) seguirá siendo misterioso después de nuestras
reflexiones (o las de Woolf)—quizá más misterioso, pues podemos
descubrir profundidades o dimensiones insospechadas para quien no se ha
parado un momento a reflexionar. Y sin embargo también será más
conocido, en algún sentido, taking a new acquaintance of itself
observándose en sus procesos, asociaciones, y niveles o planos
simultáneos de funcionamiento. Woolf, en sus ensayos "Modern Fiction"
y "Mr Bennett and Mrs Brown", ya llamaba la atención sobre esta
dimensión extraña de la realidad que se da cuando la examinamos de
cerca y descubirmos nuevas dimensiones, sólo por el procedimiento de no
someternos a los hábitos de percepción o de representación manidos o
habituales. La mancha en la pared es otro magnífico ensayo donde la
mente de Woolf observa sus propios procesos, un ensayo a cuenta de
nada, podríamos decir, pero es un nada llena de productividad, como el
vacío cuántico. Otro ensayo de un momento perdido, con la mente en
blanco, por así decirlo, o en blanco palimpsesto. Los momentos
indefinidos están llenos de potencialidades y de pensamientos apenas
formulados que bullen bajo la superficie vacía, son el equivalente
perfecto de la página en blanco, una tentación a la creatividad, o un reto
para extraer de ellos lo que nadie veía y ya estaba, sin embargo, allí. En la
mente.
drawing my head in from the window,
Esta reflexión tendrá lugar en el momento en que Woolf se retira a la
habitación (a room of her own) tras mirar por las ventanas de la
percepción a la calle—todo transcurre en ese segundo, un segundo a
cámara lenta, denso como los de Joyce, o como esos excursos de Sterne
en Tristram Shandy. La habitación es la mente vuelta sobre sí; la ventana
es una ventana al mundo, y por ella acaba de ver Virginia Woolf una
escena que procederá a alegorizar, o que se ha alegorizado
espontáneamnente en su mente, proporcionándole la imagen que
necesitaba para aliviar las tensiones que bullían bajo su mente. Un
hombre y una mujer entran juntos en un taxi, y el taxi arranca. Desde una
ventana, los miraba Virginia Woolf, que ahora vuelve su atención sobre
sí.
about which nothing whatever is known, though we depend upon it
so completely.
No es desacertado. Eran los años en que se estaban empezando a formular
el psicoanálisis, la fenomenología, la psicología moderna, la neurología,
el interaccionismo simbólico de Mead. A la espera de la neurología
cognitiva y de la teoría de la mente. Y qué poco se sabe de la mente si se
descuentan estas aportaciones. También las percepciones e intuiciones de
Woolf merecerán explicación, y aún siguen necesitándola. Decir que
dependemos de la mente completamente es, sin embargo, algo un poco
chusco. Más acertado sería decir que vivimos en un entorno mental, o que
somos entidades mentales antes de ser nada más. Dicho en otro registro,
somos cuerpo y alma, pero somos más nuestra alma que nuestro cuerpo.
Cuerpo y mente tienen un paralelo sin embargo, y parece apuntar Woolf a
una corporeidad de la mente—a ciertas articulaciones o músculos o
estructuras que le dan su morfología, y que pueden estar sometidas a
tensión o a movimientos forzados:
Why do I feel that there are severances and oppositions in the mind,
as there are strains from obvious causes on the body?
Lo nota porque es mujer moderna, viviendo en las tensiones de la
modernidad, y la mujer está luchando por un nuevo papel en el espacio
público. Por eso escribe Woolf, y para eso necesita su habitación, su
espacio. La tensión entre el espacio masculino y el femenino se formula
de manera inolvidable en A Room of One's Own cuando le impiden la
entrada a la biblioteca universitaria por ser mujer. Esta tensión del
espacio público la vive Virginia Woolf como una tensión interna (también
una tensión en su matrimonio, con su esposo a la vez protector y
opresivo). Y esa tensión subyacente, personal y política (the personal is
the political, dirán las feministas) ha encontrado una imagen para
expresarse, y un alivio, en la imagen de la mujer y el hombre entrando en
el taxi, un automóvil que, no lo olvidemos, es un elemento y símbolo de
modernidad, mucho más para Woolf que para nosotros.
What does one mean by 'the unity of the mind', I pondered,
Aquí apunta todo un tema modernista, la multiplicidad subyacente al yo
—bien teorizada por entonces en la teoría sociológica de los roles que
propone el interaccionismo simbólico, de Cooley y de Mead, aunque en
la época de Woolf se pensaba más frecuentemente en los términos del
psicoanálisis, y las tensiones entre las pulsiones inconscientes y el yo
socializado (como hace el Freud de Das Unbehagen in der Kultur, 1929).
Quizá la crítica a la unidad de la mente, y su denuncia como una ilusión,
encuentre su expresión perfecta en este poema de E. E. Cummings:
so many selves(so many fiends and gods
each greedier than every)is a man
(so easily one in another hides;
yet man can,being all,escape from none)
so huge a tumult is the simplest wish:
so pitiless a massacre the hope
most innocent(so deep’s the mind of flesh
and so awake what waking calls asleep)
so never is most lonely man alone
(his briefest breathing lives some planet’s year,
his longest life’s a heartbeat of some sun;
his least unmotion roams the youngest star)
—how should a fool that calls him “I” presume
to comprehend not numerable whom?
Conservo la tipografía del original en sus detalles, porque para entender
este poema en toda su dimensión formal hay que tener en cuenta que
Cummings (que solía firmar "e. e. cummings") a veces dejaba de utilizar
las mayúsculas desafiando las convenciones ortográficas de la poesía o de
la prosa inglesa, como hace en este poema—en el que no es casual que la
única mayúscula corresponda al prepotente "Yo", I, que tantas veces era
escrito por cummings como un en tono menor. En fin, junto al carácter
menor del yo va expresada en este poema su precaria unidad, o su
difusión dispersa por todo el universo. Y sin embargo hay un yo, el yo
(mayúsculo) de I pondered, del mismo modo que en la deconstrucción del
yo pensada por Hume ofendía e irritaba la continua presencia de ese yo
sujeto filosófico (y firmante del libro). Un autor tiene que ser un yo, a un
cierto nivel, e incluso un punto de vista o voz privilegiados—aunque la
disolución o precariedad del yo sean su tema.
for clearly the mind has so great a power of concentrating at any
point at any moment that it seems to have no single state of being.
La mente como gestión de la atención, es lo que le llama la atención a
Virginia Woolf—y es esa capacidad de concentrar la atención lo que la
vuelve multiforme, o le posibilita el acceso a submundos dentro del
mundo, o dentro del momento—vuelve el momento, como vemos, en esta
frase del texto. La mente plástica, proteica, nos hace vivir en una
potencialidad permantente, en una encrucijada de infinitas posibilidades
que (por supuesto) apenas habían comenzado a intuirse a la hora de
estudiarla. Sobre la capacidad de atención, que ha sido considerada por
Tomasello como uno de los componentes básicos de la mente humana,
puede leerse más aquí, en "Atención a la atención". Disponiendo de una
mente multidimensional, es tanto más importante poder centrar la
atención. Este momento de Virginia Woolf es un caso ejemplar de cómo
se combinan esos dos aspectos de la mente, su apertura al mundo y su
multiplicidad—la ventana—y su capacidad de centrarse en sí y,
reflexivamente, transformarse y transformar el mundo, centrando la
atención.
It can separate itself from the people in the street, for example, and
think of itself as apart from them, at an upper window looking down
on them.
En esta frase ya la mente ha reconocido en la escena vivida por Virginia
Woolf, asomándose a la ventana, un modelo de su propio funcionamiento.
Aunque parecen apuntarse aquí, en realidad, dos fases: la primera, una
sensación vivida en ese momento de contemplación a la ventana, donde
empezaba a tomar cuerpo la imagen, en la percepción y en la reacción a
ella; la segunda, una vez se ha completado el momento de retirarse de la
ventana, y volver al escritorio, cuando puede ya expresarse plenamente la
sensación de aislamiento vivida, completada por el aislamiento aún más
perfecto de la escritora en su habitación, que termina de completar la
impresión producida y de perfilar el sentido que se le está dando.
Or it can think with other people spontaneously, as, for instance, in a
crowd waiting to hear some piece of news read out.
Somos individuos, y somos sociedad; somos uno y muchos a la vez—the
crowd inside—pero en una multitud podemos sentir en gran medida
como el resto de la multidud, y (por comunicación, por empatía) sabemos
que participamos de lo que viven los demás, y que ellos también están
dentro de nosotros pues el mundo comunicativo en que vivimos nos es
común al menos en gran medida. Hay un momento de proyeccción
empática, de hecho, también en la primera escena que contrasta con esta:
la escritora desde la ventana también siente y vive en parte lo que es
reunirse con su pareja y subir juntos al taxi. La unión espontánea con los
otros, en la experiencia colectiva de la muchedumbre, me hace pensar en
el activismo de Virginia Woolf, quizá en sus experiencias anteriores con
el movimiento sufragista (recogidas en The Voyage Out, 1915)—sin decir
nada al respecto, sugiere a un grupo de personas participando de una
empresa común y pendientes de una noticia... un momento de
participación en la vida de la comunidad que se vivía entonces de modo
espacialmente intenso y que puede haber sugerido esta imagen por
contraste a la imagen de la mente solitaria asomada a la ventana.
It can think back through its fathers or through its mothers, as I have
said that a woman writing thinks back through her mothers.
La experiencia mental no es sólo presente, sino que es una experiencia de
viaje en el tiempo, una experiencia de moverse a través de los mundos
construidos por la historia y la cultura, y de proyectarse en ellos, viviendo
experiencias ajenas a través de la literatura. Una literatura que es ante
todo la de la cultura patriarcal, fathers, y muy especialmente Leslie
Stephen, alias Mr. Ramsay en To the Lighthouse, hombre de letras y
editor nada menos que del Dictionary of National Biography, el registro
oficial de los padres de la patria. Y de las madres, claro—porque Virginia
estaba especialmente atenta a la tradición femenina soterrada e incluso
inventada, como en su historia de la genial Judith Shakespeare en A Room
of One's Own. Las feministas anglófonas de una generación posterior,
como Ellen Moers en Literary Women, Gilbert y Gubar con The
Madwoman in the Attic, o Elaine Showalter en A Literature of Their Own,
entroncarán directamente con esta voluntad de "pensar hacia atrás a
través de las madres", redescubriendo experiencias y condicionantes, y
haciéndose conscientes de ellas en esa reflexión. La escritura de Woolf y
textos como éste serán una inspiración potente en esa reflexión, y Virginia
Woolf ha resultado ser más feminista de lo que parecía ser, una vez
reinterpretada como ella misma sugería.
Again if one is a woman one is often surprised by a sudden splitting
off of consciousness,
Atención a la mente y a lo que pasa en ella—cómo se puede dividir
contra sí. La experiencia particular de ser una mujer conlleva esas
divisiones o tensiones a las que aludía antes el texto, tensiones en la
mente—casi una doble personalidad, la heredada de los padres y la de las
madres, o la que se descubre en momentos particulares. Porque volvemos
a encontrar una alusión al momento, al hecho de que que esa tensión se
percibe en momentos concretos—
say in walking down Whitehall,* when from being the natural
inheritor of that civilization, she becomes, on the contrary, outside of
it, alien and critical.
La mujer como el otro dentro de la civilización, o el otro dentro de sí,
porque esta división se vive dentro, no es entre la mujer y la sociedad
patriarcal, sino dentro de la mujer misma, un "splitting off of
consciousness". Vemos a Virginia cabreada con el rol limitado de la
mujer en el espacio público, como sufragista frustrada, viviendo ese
descontento como una alteración mental, una esquizofrenia—quizá parte
de esas mismas voces que no la dejaban vivir. Hay que recordar que se
tiró por una ventana una vez, Virginia Woolf, ya que hablamos de
ventanas, y que fueron en parte las voces que oía—alien voices—dentro
de sí lo que la hizo decidirse, una vez más, por el suicidio. Es decir, que
la separación del espectáculo de la vida no le era una experienica ajena; y
como vemos ese sentimiento de alienación iba en gran medida unido a la
condición femenina. Fue problemático para Woolf, lo de ser mujer—
sexualmente hablando, parece ser que nunca llegó a aceptarlo. De ahí en
parte sus fantasías lésbicas o transexuales como las que proyectó
imaginativamente en Orlando (1928)—novela escrita para su amada Vita
Sackville-West. No todas las mujeres, quizá, pero poniéndose aquí a sí
misma como arquetipo de mujer, la mujer educada y pensante es un
elemento inadaptado en la sociedad. Quizá en parte ya por una
consciencia de que el pensamiento no puede tomar asiento, pero las
tensiones son aquí más potentes—allí en los años 20—y llevan hasta el
borde de la patología. Le hacen desear a Virginia Woolf una experiencia
no traumática, armónica, una existencia sin divisiones como la que
proyectó en parte en Orlando o la que consigue imaginar a través de su
arte la pintora Lily Briscoe en To the Lighthouse. La imagen de la
integración de los opuestos, el elemento masculino y el femenino
reconciliados, subiéndose al taxi de la vida, es tentadora, aunque ni su
matrimonio ni su experiencia fuesen tan armónicos como ese sueño de
integración perfecta.
Clearly the mind is always altering its focus, and bringing the world
into different perspectives.
La mente reprsenta el mundo, y así lo constituye, y lo transforma—
apuntando aquí la noción de un mundo a modo de relato cinematográfico,
o de objeto fotografiable, modelable a través del foco de la atención
mental. Sea lo que sea el mundo, el mundo vivido es el resultado de estas
perspectivas que le dan una forma particular.
But some of these states of mind seem, even if adopted
spontaneously, to be less comfortable than others.
Habla la enferma, la persona sometida a tensiones internas, dolorida por
las posturas forzadas de la mente, y que busca ante todo alivio, un
posicionamiento menos forzado en el mundo. La cultura patriarcal es a la
vez espontánea y forzosa; el orden de los sexos es a la vez espontáneo y
forzado. Otro orden también se generaría espontáneamente, en
circunstancias distintas.
In order to keep oneself continuing in them one is unconsciously
holding something back, and gradually the repression becomes an
effort.
Aquí aparece el lenguaje del psicoanálisis; la Virginia que ha pasado por
psicoterapia y que se ha hecho consciente del peso de las represiones
victorianas que acarrea—la necesidad de modelar su foco de atención y el
mundo en que vive para aliviar las tensiones impuestas a la mente. Quizá
para hacerse consciente de cosas que ahora no puede ni pensar con
claridad, porque obviamente estas tensiones mentales impiden enfocar
con claridad las cuestiones.
But there may be some state of mind in which one could continue
without effort because nothing is required to be held back.
Aquí apunta la utopía—un estado de mente sin tensiones (quizá una vez
trascendido el orden sexual, lo cual nos llevaría más allá de la evolución
o al fin de la evolución...). Es una utopía que quizá no ordene nunca el
orden social, pero que sin embargo existe, en tanto que utopía—y en tanto
que experiencia vivida, crucialmente: no en una vida, sino apuntando en
momentos concretos. Un orden utópico que aparece como un estado de
mente, quizá para nunca realizarse más que como tal, pero ya es algo,
pues es una realidad en la que se ha habitado, y como decía Hamlet, nada
es bueno ni malo si no es que nuestra mente así lo juzga, una mente que
construye sus propios mundos y cárceles mentales (the mind-forg'd
manacles, que decía Blake).** Una mente que puede construir también su
habitación propia en la que refugiarse, y su utopía.
And this perhaps, I thought, coming in from the window, is one of
them.
Este momento. Un punto culminante del pasaje está aquí: en hacerse
consciente del momento, del presente —the present, the gift— porque
vemos ahora más claro que todo este stream of consciousness ha tenido
lugar en un momento intenso. ¿O no? Está el momento, y está su
reelaboración en el pensamiento, la reflexión sobre el momento, que
también (como hemos dicho antes) se echa de ver en la escritura de este
pasaje, sobre un momento tanto vivido y experimentado como recreado y
explorado con el pensamiento.
For certainly when I saw the couple get into the taxi-cab the mind felt
as if, after being divided, it had come together again in a natural
fusion.
Un alivio percibido, y experimentado más conscientemente al reflexionar
sobre él y convertirlo en una cierta alegoría. El elemento masculino y el
femenino, reconciliados, y partiendo en el taxi a seguir el viaje de la vida.
Tal vez, también, un matrimonio con éxito, que no se diferencia aquí de la
integración satisfactoria y no represiva de los principios masculinos y
femeninos.
The obvious reason would be that it is natural for the sexes to co-
operate. (…)
Y reaparece la naturaleza. Pero esa naturaleza, mediada y distorsionada
por la cultura, no dicta exactamente en qué manera han de estructurarse,
cooperar, o repartirse los papeles los sexos. Llevamos toda la historia, y la
evolución, a cuestas, a la hora de redistribuir estos papeles.*** Y siempre
es un dilema, porque también parece obvio que la cultura no está en
flotación libre por encima de la historia, ni de la naturaleza. Reaparece
ésta, lo natural, en esta línea donde dejamos el texto. No todas las
distribuciones de roles —internos y externos— serán igual de naturales, y
hemos visto los peligros y tensiones que generan las distribuciones
antinaturales. Materia para seguir pensando, cuál es la cooperación
natural de los sexos, dentro de la mente, y en la sociedad. Tema para
tratar, quizá, en otro momento.****
______
* Whitehall, la sede del poder político en Londres. (Nota de la Norton Anthology).
** Ver mi nota "Cárceles y mundos de la mente."
*** Ver mi introducción a Gender, I-deology—"Gender, I-deology and Addictive Representation."
**** Sobre los momentos en Virginia Woolf ver también el artículo de Kate Haffey "Exquisite Moments",
y mi nota al respecto.
Referencias
Freud, Sigmund. "El malestar en la cultura." En Freud, Obras completas. Madrid: Orbis, 1988. 17.3017-
66.
García Landa, José Angel. "Gender, I-deology and Addictive Representation: The Film of Familiarity."
En Gender, I-deology: Essays on Theory, Fiction and Film. Ed. Chantal Cornut-Gentille D'Arcy y José
Angel García Landa. Amsterdam: Rodopi, 1996. 1-54. En red en Academia.edu 29 oct. 2009.
https://www.academia.edu/194356/
2014
_____. "Atención a la atención." En García Landa, Vanity Fea 8 abril 2010.
http://vanityfea.blogspot.com/2010/04/atencion-la-atencion.html
2010
_____. "Exquisite Moments." Notas sobre un artículo de Kate Haffey. En García Landa, Vanity Fea 14
Nov. 2012.
http://vanityfea.blogspot.com.es/2012/11/exquisite-moments.html
2012
_____. "Atención a la atención: Sociobiología, estética y pragmática de la atención." Academia 22 agosto
2014.
https://www.academia.edu/8048155/
2014
_____. "Cárceles y mundos de la mente." En García Landa, Vanity Fea 28 agosto 2013.
http://vanityfea.blogspot.com.es/2013/08/carceles-y-mundos-de-la-mente.html
2013
Gilbert, Sandra M., y Susan Gubar. The Madwoman in the Attic: The Woman Writer and the Nineteenth-
Century Literary Imagination. New Haven: Yale UP, 1979.
Haffey, Kate. "Exquisite Moments and the Temporality of the Kiss in Mrs. Dalloway and The Hours."
Narrative 18.2 (May 2010): 137-62.
Mead, George Herbert. Mind, Self, and Society from the Standpoint of a Social Behaviorist. 1934. Ed. e
introd. Charles Morris. Chicago: U of Chicago P, 1962.
Moers, Ellen. Literary Women: The Great Writers. Garden City (NY): Doubleday, 1976.
Showalter, Elaine. A Literature of Their Own: British Women Novelists from Brontë to Lessing. Princeton:
Princeton UP, 1977.
Tomasello, Michael. Origins of Human Communication. (The Jean Nicod Lectures). Cambridge (MA) y
Londres: MIT Press- Bradford Books, 2008.
Woolf, Virgiania. "Modern Fiction." 1919. En Theory of the Novel: A Historical Approach. Ed. Michael
McKeon. Baltimore: Johns Hopkins UP, 2000. 739-44.
_____. "Mr. Bennett and Mrs. Brown." En Theory of the Novel: A Historical Approach. Ed. Michael
McKeon. Baltimore: Johns Hopkins UP, 2000. 745-58.
_____. A Room of One's Own. 1929. En The Norton Anthology of English Literature. 7ª ed. Ed. M. H.
Abrams, con Stephen Greenblatt et al. Nueva York: Norton, 1999. 2.2153-2214.