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Las adicciones no relacionadas a sustancias (DSM-5, APA, 2013): Un primer paso hacia la inclusión de las Adicciones Conductuales en las clasificaciones categoriales vigentes

Authors:
  • World Psychiatric Association WPA

Abstract

Se evalúan los cambios en la nomenclatura de las Adicciones en el DSM-5 y la inclusión de una nueva categoría dentro de las mismas, a la que denomina “Trastornos no relacionados a sustancias” y con la cual se designa a las llamadas adicciones conductuales. Dentro ella se incluye incluye como única patología aprobada al juego patológico o ludopatía con un nuevo rótulo: “Trastorno por juego de apuestas”. El inconveniente de tal etiqueta diagnóstica para su aceptación y uso por el público en general es que puede dar lugar al supuesto erróneo de que la práctica del juego genera siempre enfermedad. Por otro lado, sin embargo, el considerar al juego patológico una adicción y no un trastorno del control de impulsos ha sido un gran avance. Lamentablemente no fue incluida la “Adicción a Internet” en el nuevo rubro, pese a su enorme y creciente importancia mundial. Se describen además las características clínicas de esta última enfermedad.
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ARTICULO ESPECIAL / SPECIAL ARTICLE
Rev Neuropsiquiatr 76 (4), 2013.
1Presidente, Asociación Psiquiátrica de América Latina. Santo Domingo República Dominicana.
Las adicciones no relacionadas a sustancias
(DSM-5, APA, 2013): un primer paso hacia la
inclusión de las Adicciones Conductuales en
las clasicaciones categoriales vigentes.
Non-substance related addictions (DSM-5, APA 2013): A rst step towards the inclusión of Behavioral
Addictions in current categorical classications.
Alfredo H. Cía 1
RESUMEN
Se evalúan los cambios en la nomenclatura de las Adicciones en el DSM-5 y la inclusión de una nueva categoría
dentro de las mismas, a la que denomina “Trastornos no relacionados a sustancias” y con la cual se designa a
las llamadas adicciones conductuales. Dentro ella se incluye incluye como única patología aprobada al juego
patológico o ludopatía con un nuevo rótulo: “Trastorno por juego de apuestas”. El inconveniente de tal etiqueta
diagnóstica para su aceptación y uso por el público en general es que puede dar lugar al supuesto erróneo de que la
práctica del juego genera siempre enfermedad. Por otro lado, sin embargo, el considerar al juego patológico una
adicción y no un trastorno del control de impulsos ha sido un gran avance. Lamentablemente no fue incluida
la “Adicción a Internet” en el nuevo rubro, pese a su enorme y creciente importancia mundial. Se describen
además las características clínicas de esta última enfermedad.
PALABRAS CLAVE: Diagnóstico, adicciones conductuales y a Internet, adicción al juego de apuestas, DSM-5.
SUMMARY
Changes in DSM-5 nomenclature of Addictions are evaluated and commented upon. Particular attention is paid to
the inclusión of a new category named “Non-substance related Disorders” which designates the so-called behavioral
addictions. The only entity accepted here is pathological gambling or ludopathy, using the new label “Gambling
Addiction”. The inconvenience of such label for its acceptance and use by the general public is that it may lead to
the erroneous assumption that the practice o gambling can always cause the illness. On the other hand, however,
considering pathological gambling as an addiction and not an impulse control disorder constitutes a great step
forward. Regrettably “Internet Addiction” has not been included under the new rubric, in spite of its enormous and
growing relevance across the world. The clinical characteristics of the latter are described.
KEY WORDS: Diagnosis, behavioral and internet addictions, gambling addiction, DSM-5.
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Introducción a las adicciones conductuales
Históricamente, cuando se hablaba de adicción
nos referíamos a adicción a las drogas. Sin embargo,
se ha descubierto que el elemento esencial de todos
los trastornos adictivos es la falta de control, es decir,
el descontrol de la persona afectada sobre determinada
conducta, que al comienzo le es placentera pero que
luego va ganando terreno entre sus preferencias hasta
llegar a dominar su vida.
En el momento actual está claro que las
adicciones no se limitan a las conductas generadas
por el consumo incontrolable de sustancias (por
ejemplo: cannabis, anfetaminas, cocaína, opiáceos,
cafeína, nicotina o alcohol), sino que existen hábitos
de conducta aparentemente inofensivos que, en
determinadas circunstancias, pueden convertirse en
adictivos e interferir gravemente en la vida cotidiana
de las personas afectadas (1-3).
Como ocurre en las adicciones químicas, las
personas adictas a determinada conducta experimentan,
cuando no pueden llevarla a cabo, un síndrome de
abstinencia caracterizado por un profundo malestar
emocional (estado de ánimo disfórico, insomnio,
irritabilidad e inquietud psicomotora). Tal como
ocurre en el ámbito de las drogas, es difícil que un
adicto conductual se considere como tal y acepte el
rótulo diagnóstico, por un tiempo prolongado.
Cuando la adicción conductual avanza, los
comportamientos se vuelven automáticos, son
activados por las emociones e impulsos, con pobre
control cognitivo y autocrítica sobre ellos. El adicto
está ávido de graticación inmediata y no repara en
las posibles consecuencias negativas de esa conducta.
El aspecto nuclear de la adicción conductual
no es el tipo de conducta implicada, sino la forma
de relación que el sujeto establece con ella (4). En
realidad, al decir de Echeburúa, cualquier actividad
normal que resulte placentera para un individuo puede
convertirse en una conducta adictiva. Lo esencial del
trastorno es que el enfermo pierde el control sobre la
actividad elegida y continúa con ella a pesar de las
consecuencias adversas de todo tipo que ella produce
(5).
El comportamiento se activa por una emoción que
puede oscilar desde un deseo intenso o avidez hasta
una auténtica obsesión y puede generar un síndrome
de abstinencia si se deja de concretarlo. El afectado,
focalizado totalmente en su adicción especíca, se
desinteresa por las actividades de tiempo libre que
antes consideraba placenteras (6, 7).
Desde una perspectiva conductual o de la teoría
del aprendizaje todas las conductas adictivas se
activan al comienzo mediante un mecanismo de
refuerzo positivo como es el placer experimentado
o euforia (high), pero a medida que la conducta se
perpetúa, dicho reforzador termina siendo negativo
y responde a la necesidad de no experimentar el
malestar o abstinencia que experimenta al no llevar a
cabo dicha conducta (8).
Una persona normal puede escribir un mensaje o
conectarse a la red por placer o por la funcionalidad de
la conducta en sí misma; por el contrario, una persona
adicta lo hace para aliviar su disforia o malestar
emocional (aburrimiento, soledad, rabia, o excitación)
(9). En síntesis, algunas conductas normales
incluso saludables- se pueden convertir en anormales
según la frecuencia, intensidad o tiempo y dinero
invertidos. Vale decir que una adicción sin droga es
toda aquella conducta repetitiva que produce placer
y alivio tensional, sobre todo en sus primeras etapas,
y que lleva a una pérdida de control de la misma,
perturbando severamente la vida cotidiana, a nivel
familiar, laboral o social, a medida que transcurre el
tiempo (10,11).
Finalmente, es frecuente la combinación de una
adicción conductual con una o más adicciones a
sustancias. Así, por ejemplo, el juego patológico se
asocia principalmente con el tabaquismo y el consumo
abusivo de alcohol (12).
En resumen, si una persona pierde el control
sobre una conducta placentera, que luego se destaca y
sobresale del resto de actividades en su vida, se ha
convertido en un adicto conductual.
Los síntomas principales de una adicción
conductual son:
- Intenso deseo, ansia o necesidad imparable de
concretar la actividad placentera.
- Pérdida progresiva del control sobre la misma, hasta
llegar al descontrol.
- Descuido de las actividades habituales previas,
tanto las familiares, como las académicas, laborales
o de tiempo libre.
- Estas consecuencias negativas suelen ser advertidas
por personas allegadas que se lo comunican al
adicto, quien, a pesar de ello, no detiene la actividad
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y se pone a la defensiva, negando el problema que
padece.
- Progresiva focalización de las relaciones, actividades
e intereses en torno a la adicción, con descuido o
abandono de los intereses y relaciones previos, ajenos
a la conducta adictiva.
- Irritabilidad y malestar ante la imposibilidad de
concretar el patrón o secuencia adictiva (abstinencia)
e imposibilidad de dejar de hacerlo, pasado un corto
período.
La dicultad para el afrontamiento de los
problemas, la baja autoestima, la impulsividad, la
no tolerancia a estímulos físicos o psicológicos
desagradables como el dolor o la tristeza, un estado
de ánimo depresivo o disfórico y la búsqueda de
sensaciones fuertes aumentan la predisposición y
la vulnerabilidad para que un sujeto desarrolle una
adicción en general y, de esta índole, en particular.
El consumo de ciertas sustancias o drogas, produce
en el sistema nervioso central un aumento considerable
de dopamina, llevando a una sensación de euforia. El
aumento de la dopamina, puede generarse además a
través de otro tipo de conductas como son el juego
problemático, las relaciones sexuales descontroladas
o las compras compulsivas.
Semejanzas entre adicciones a sustancias y
adicciones conductuales
Existe creciente evidencia que sugiere que las
adicciones conductuales se asemejan a las adicciones
a sustancias en muchos aspectos, incluyendo su:
- Clínica y fenomenología,
- Historia natural,
- Comorbilidad,
- Tolerancia y abstinencia,
- Aspectos genéticos superpuestos,
- Circuitos neurológicos implicados y
- Respuestas al tratamiento
Dentro de muchas adicciones conductuales, las
siguientes parecen ser las más frecuentes o conocidas:
- Trastorno por Juegos de Apuestas (Ludopatía o
Juego Patológico)
- Adicción a Internet y a las nuevas tecnologías
virtuales.
- Compras compulsivas (Oniomanía)
- Adicción al Sexo
- Adicción al Trabajo
Nueva caracterización de las Adicciones y
aparición de las adicciones conductuales en el
DSM-5 (APA, 2013)
En el DSM-5 (APA, 2013) (13) se ha propuesto
una nueva categoría denominada Trastornos adictivos
y relacionados a sustancias
Dentro de este capítulo, se incluyen los:
- Trastornos relacionados a sustancias.
- Trastornos no relacionados a sustancias.
Esta última categoría incluye solamente la que
denomina Gambling Disorder o Trastorno por
Juego de Apuestas (F63.0) (La traducción es del
autor, dado que aún no hay versión en castellano
del Manual). De este modo, el denominado Juego
Patológico por el DSM-IV-TR, APA, 2001(14) hasta
hace unos meses, ha pasado a formar parte del nuevo
capítulo de Adicciones del DSM-5 (13), en una nueva
subcategoría denominada trastornos adictivos no
relacionados a sustancias. Lamentablemente, el nuevo
manual clasicatorio no menciona explícitamente que
esta última subcategoría equivale a decir Adicciones
Conductuales.
Por otra parte, considero que el nuevo rótulo de
Trastorno por Juego (de apuestas) a secas, puede
llevar a la interpretación equivocada por parte de la
gente común, opinión pública y de la comunidad en
general, de que la práctica de todo juego de azar
o de apuestas lleva inexorablemente a padecer una
enfermedad adictiva al mismo, cuando los datos
epidemiológicos poblacionales han demostrado que
la prevalencia de por vida de este trastorno es de
un 0,5 a 1,5 %, en tanto que los juegos de azar son
practicados por un 70 a 80 % de la población general
adulta, en la mayoría de los países del orbe en los
cuales están permitidos legalmente.
En el nuevo trastorno por juego (F63.0) se
conservaron 9 criterios descriptivos presentes en
el DSM-IV-TR(14), eliminándose el de cometer
diversos actos ilegales para nanciar el juego,
tales como robo, estafa, malversación, emisión de
cheques sin fondo, etc. Se consideró que esto no era
relevante para efectuar el diagnóstico del trastorno.
Como dato favorable al cambio, se ha dado un paso
importante en la nueva clasicación al reconocer
que los problemas derivados del juego constituyen
una adicción y no son simplemente un trastorno
del control de impulsos. Ha sido un acierto que se
rescatara el término Adicción en el DSM-5 (13) al
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incluirse una nueva categoría o capítulo denominado
Trastornos Adictivos y Relacionados a sustancias. Es
igualmente positivo el que se haya descartado en el
mismo capítulo, el término dependencia, utilizado en
el DSM-IV-TR (14), en el cual el capítulo respectivo se
denominaba Trastornos relacionados a Sustancias y
cuya primera división o categoría, llamada trastorno
por uso de sustancias, los términos dependencia y
abuso.
Hace algunos años se había argumentado que
la palabra adicción era un término peyorativo que
podría contribuir a la estigmatización. El término
dependencia ha sido tradicionalmente usado en
medicina para describir la dependencia física que
se reere a las adaptaciones y desadaptaciones que
ocurren en el organismo como resultado del uso de
diversos fármacos. De otro lado, el término adicción
se reere a la pérdida de control, con intensa urgencia
para buscar y recibir una droga, aunque la misma
produzca consecuencias adversas.
El resultado de estas denominaciones equívocas
era que los clínicos que veían evidencias de tolerancia y
síntomas de abstinencia asumieran que esto signicaba
adicción, lo cual es totalmente equivocado. El mundo
médico necesitaba un cambio drástico en la rotulación
y se ha rescatado en el DSM-5 (13) la palabra adicción.
De esta manera se diferencia claramente y se evita el
daño que aún se inige a los pacientes que necesitan
de cierta medicación y se la han retirado porque su
médico creía que eran adictos, simplemente por ser
físicamente dependientes a la misma.
Por otra parte, la llamada Adicción a Internet
o a las nuevas tecnologías virtuales, pese a los
estudios que se han realizado y a la abundante
experiencia clínica y terapéutica acumulada, con una
alarmante prevalencia creciente en el mundo, sobre
todo en grupo etarios infanto-juveniles en las dos
últimas décadas, ya con méritos sucientes para ser
incorporada al nuevo Manual, no ha sido incluida.
Otro tanto ha ocurrido con la Adicción al sexo
no parafílico, que fue considerado por el respectivo
grupo de trabajo en el Comité del DSM-5 (13) aunque
la experiencia con el mismo era mucho menor.
Ha sido solamente en la Sección III del DSM-5,
Condiciones para más estudios en el futuro (13) que
se ha incluido el llamado Internet gaming disorder o
Trastorno por juegos de internet. Se le describe como
aquellos juegos virtuales que ocurren típicamente
en red y consumen al usuario un promedio 8 a 10
horas diarias (se aclara que esta categoría en estudio
no incluye a los juegos de apuestas por internet)
y que presenta una prevalencia elevada en niños
y adolescentes, sobre todo en países de Oriente,
como China y Corea del Sur. Su prevalencia ha sido
estimada en 8,4% en varones y 4,5% en mujeres (13).
Se aclara asimismo que el uso excesivo de Facebook
o de pornografía online no son consideradas análogos
a este trastorno, y que se necesitan futuros estudios
para su inclusión como adicciones (13).
Descripción de dos de las Adicciones Conductuales
más relevantes
Trastorno por Juego de Apuestas (13) o Ludopatía
(15):
La práctica de los juegos de azar está muy presente
en nuestra sociedad. La facilidad para acceder al
juego, la inmediatez de la recompensa y la falsa
sensación de control del sujeto sobre sus resultados
hacen que el juego suponga una conducta con riesgo
de transformarse en adictiva.
Existen diferentes motivos por los que un sujeto
mantiene la conducta: olvidar los problemas, obtener
ganancias, compensación de la ausencia de relaciones
sociales, la ilusión de control, etc. Esta pérdida de
control en el jugador, genera sensación de ansiedad
y depresión que pueden llevarle a poner en riesgo su
vida, por pensamientos y conductas suicidas en la
fase de desesperación y desesperanza, en etapas
avanzadas de la ludopatía.
Criterios diagnósticos de Gambling Disorder o
Trastorno por Juego de apuestas (F63.0) del DSM-
5.
A- Conducta problemática de juego de apuestas
recurrente y persistente, que lleva a incapacidad
o distrés clínicamente signicativos, como sucede
cuando el individuo exhibe 4 (o más) de los siguientes
síntomas durante un período de 12 meses:
1.- Necesidad de jugar cantidades crecientes de dinero
para lograr la excitación deseada.
2.- Está inquieto o irritable cuando intenta interrumpir
o detener el juego.
3.- Ha efectuado reiterados esfuerzos no exitosos
para controlar, interrumpir o detener el juego.
4.- Está frecuentemente preocupado por el juego de
apuestas (Ej.: pensamientos persistentes de revivir
experiencias pasadas, planear la próxima sesión,
pensar maneras de obtener el dinero para apostar).
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5.- Juega frecuentemente cuando se siente con distrés
(ej: desesperanzado, culpable, ansioso o deprimido).
6.- Después de perder dinero en el juego, vuelve con
frecuencia otro día para intentar recuperarlo (rescatar
o cazar (chasing) las propias pérdidas).
7.- Miente para ocultar su grado de implicación en el
juego.
8.- Ha arriesgado o perdido relaciones interpersonales
signicativas, oportunidades de trabajo y educativas o
profesionales debido al juego.
9.- Confía en que los demás le proporcionen el dinero
que alivie la desesperada situación nanciera causada
por el juego.
B- La conducta de juego de apuestas no puede
ser atribuible a un episodio maníaco.
Especicadores:
- Episódico: Reúne los criterios diagnósticos y luego
pueden pasar meses sin síntomas.
- Persistente: los síntomas son continuos y persisten
por años.
- En remisión temprana: Luego de haber sido
diagnosticado, no reúne luego ninguno de los criterios
durante un periodo de entre 3 a 12 meses.
- En remisión sostenida: similar al anterior, pero luego
asintomático por mas de 12 meses.
- Nivel de severidad:
- Leve (reúne 4 a 5 de los 9 criterios)
- Moderado (reúne de 6 a 7 criterios )
- Severo (reúne de 8 a 9 criterios)
A priori, podría armarse que con las nuevas
deniciones acerca de los criterios mínimos para
llegar a un diagnóstico, que son solo 4 de 9, en
lugar de reunir 5 de 10, como era en el DSM-IV-TR
(14) , los porcentajes de prevalencia se elevarán algo
en la población.
Trastorno por Juegos de Internet (Internet
gaming disorder). En la sección de condiciones
que requieren mayores estudios se ha incluido este
trastorno. Los criterios propuestos para su diagnóstico
son los siguientes:
1.- Preocupación por los juegos por Internet, que
pasan a ser la actividad dominante.
2.- Síntomas de abstinencia cuando se le impide
jugar ( irritabilidad, ansiedad o tristeza)
3.- Tolerancia: se necesitan cantidades mayores de
tiempo para practicarlos.
4.- Intentos fracasados para controlar la participación
en los juegos de Internet.
5.- Pérdida de interés en otros hobbies o aciones y
en otras formas de entretenimiento.
6.- Uso continuo de los juegos de Internet a pesar
de conocer los problemas psicosociales que generan.
7.- Ha engañado a familiares , terapeutas y otros
respecto a la cantidad de juego por Internet que
practica.
8.- Uso de los juegos desarrollados, aunque su
prevalencia creciente es universal por Internet para
escapar o aliviar un humor negativo (por ejemplo,
sentimientos de desesperanza, culpa o ansiedad)
9.- Ha descuidado o perdido relaciones signicativas,
su empleo u oportunidades educativas o laborales
debido a su participación en juegos por Internet.
Nota:
Este trastorno es distinto al Juego de apuestas
por Internet, que se incluye dentro del Trastorno
por Juegos de Apuestas.
Entre otras características, se menciona que los
juegos por Internet ocurren típicamente en red,
con otros participantes o competidores y un promedio
8 a 10 horas diarias, presentando una prevalencia
elevada en niños y adolescentes, sobre todo de países
orientales, aunque su presencia a nivel mundial es
creciente. Se aclara igualmente que el uso excesivo
de Facebook o de pornografía online no son
consideradas análogos a este trastorno, y que se
necesitan futuros estudios para su inclusión como
adicciones conductuales.
Adicción a Internet
Llama la atención la no inclusión en el Manual
de la Adicción a Internet y a las nuevas tecnologías
virtuales en su conjunto, con las múltiples variantes
actuales, dada la amplia experiencia clínica,
investigaciones y comprobaciones acerca de su
existencia como entidad a lo largo de casi tres
décadas.
El uso de internet está cada vez mas difundido
en el mundo globalizado en el que vivimos. Aunque
esta herramienta en un principio nos permite hacer
mejoras en nuestro día a día (recabar información,
mantener el contacto a través del correo electrónico,
etc.) su utilización con nes recreativos excesiva y
persistente puede conducir a una adicción. De hecho,
su importancia clínica y epidemiológica la sitúa como
una de las patologías emergentes de mayor impacto en
el siglo actual.
La persona que sufre adicción a internet, se
caracteriza por tiempos de conexión muy prolongados
con nes recreativos a lo largo de cada día, que
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pueden llevarle a descuidar otras áreas importantes
de su vida como el trabajo, las relaciones sociales, la
alimentación, el descanso, etc.
Existen una serie de antecedentes que actúan como
factores de riesgo de esta adicción: introversión,
depresión, baja autoestima, búsqueda de sensaciones,
ansiedad social y timidez. Los sujetos más proclives
a sufrir problemas de este tipo son las personas que
presentan décits especícos en sus habilidades de
relación y comunicación.
Los adictos a internet experimentan síntomas
ansiosos, irritabilidad, desajuste emocional y
problemas en la interacción social. La mayoría admite
que tecleando frente a la pantalla se expresa mucho
mejor que con una comunicación verbal presencial. A
veces crean un personaje idealizado a su medida. La
adicción a las actividades en línea incluye el chat, la
navegación en la web, los juegos de azar online, los
juegos en red, el relacionamiento social virtual, o
la búsqueda compulsiva de sexo, juegos violentos o
pornografía.
Los problemas con Internet surgen cuando sus
usuarios recreativos descuidan sus rutinas diarias para
permanecer conectados, o bien sustraen horas al sueño
nocturno, invirtiendo el ritmo circadiano (se levantan
al mediodía y permanecen conectados hasta el
amanecer). Algunos afectados, además de reducir
el número de horas de sueño o actividades, llegan a
eliminar comidas. Permanecer conectados más de 3 a
4 horas diarias facilita el aislamiento de la realidad,
el desinterés por otros temas, el bajo rendimiento
académico u laboral, los trastornos de conducta, así
como el sedentarismo y la obesidad o descuidos para
alimentarse.
Hay personas más vulnerables a padecer esta
adicción. A nivel demográco, los adolescentes
constituyen un grupo de riesgo para esta adicción
porque tienden a buscar sensaciones nuevas y son los
que más se conectan a Internet, además de estar más
familiarizados con las nuevas tecnologías (16). Sin
embargo, a pesar de que la disponibilidad actual de las
nuevas tecnologías en las sociedades desarrolladas de
Oriente y Occidente es muy amplia, sólo un reducido
número de personas muestran problemas de adicción
(17).
En algunos casos hay ciertas características de
personalidad o estados emocionales que aumentan
la vulnerabilidad psicológica a las adicciones: la
impulsividad; la disforia, la intolerancia a los estímulos
displacenteros, tanto físicos (dolores, insomnio o
fatiga) como psíquicos (disgustos, preocupaciones
o responsabilidades) y la búsqueda exagerada de
emociones fuertes. Sin embargo, a veces subyace a
la adicción un problema de personalidad -timidez
excesiva, baja autoestima o rechazo de la imagen
corporal, por ejemplo- o un estilo de afrontamiento
inadecuado ante las dicultades cotidianas. A su vez,
los problemas psiquiátricos previos (depresión, TDAH,
trastorno de ansiedad social u hostilidad) aumentan el
riesgo de “engancharse” a Internet (18,19).
Otras veces, se trata de personas que insatisfechos
con su vida o con carencias vinculares o afectivas,
intentan llenar esa falta con adicciones a sustancias o
mediante conductas adictivas como las que estamos
comentando (descontrol para gastos y compras, juego,
uso de internet o dispositivos móviles).
En resumen, un sujeto vulnerable corre el riesgo
de volverse adicto si comprueba que puede obtener
recompensas inmediatas, si cuenta con algún
tipo de adicción disponible que lo complazca
particularmente. El estar sometido a circunstancias
adversas en lo cotidiano (fracaso escolar, frustraciones
afectivas, bullying, o competencia desmedida); el
ser impulsado por el grupo de pares con quienes
se identica, o una sensación de vacío existencial
(aislamiento social o falta de objetivos) son todos
factores que pueden desencadenar el cuadro adictivo.
De este modo, más que de perl de adicto a las nuevas
tecnologías, hay que hablar de una persona propensa
a sufrir adicciones de cualquier tipo.
Señales de alarma.
Las principales señales de alarma que denotan una
adicción a Internet o a las redes sociales y que pueden
ser un reejo de la conversión de una ación en una
adicción son las siguientes (20,21):
a. Privarse de sueño (<5 horas) para estar conectado
a la red, a la que se dedica tiempos de conexión
anormalmente altos.
b. Descuidar otras actividades importantes como el
contacto y el compartir con la familia, las relaciones
sociales, el estudio o el cuidado de la salud.
c. Recibir quejas en relación con el uso de la red de
alguien cercano, como los padres o los hermanos, sin
prestarles atención o negando el uso desmedido.
d. Pensar en la red constantemente, incluso cuando no se
está conectado a ella y sentirse irritado excesivamente
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cuando la conexión falla o resulta muy lenta.
e. Intentar limitar el tiempo de conexión, pero sin
conseguirlo, y perder la noción del tiempo.
f. Mentir sobre el tiempo real que se está conectado o
manejando un videojuego.
g. Aislarse socialmente, mostrarse irritable y bajar el
rendimiento escolar o laboral.
h. Sentir euforia y activación anómalas cuando se está
delante de la computadora.
De este modo, conectarse al ordenador al llegar
a casa, o al levantarse y ser lo último que se hace
antes de acostarse, así como reducir el tiempo de las
tareas cotidianas tales como comer, dormir, estudiar o
charlar con la familia, conguran el perl de un adicto
a Internet. Más que el número de horas conectado a
la red, lo determinante es el grado de interferencia y
alteración en la vida cotidiana.
En denitiva, la dependencia a Internet o a las redes
sociales está ya instalada cuando: hay un uso excesivo
asociado a una pérdida de control, aparecen síntomas
de abstinencia (ansiedad, depresión, irritabilidad)
ante la imposibilidad temporal de acceder a la red, se
establece la tolerancia (es decir, la necesidad creciente
de aumentar el tiempo de conexión a Internet para
sentirse satisfecho) y se producen repercusiones
negativas en la vida cotidiana con reducción de la
actividad física. El sujeto muestra ansia desmedida por
las redes sociales y se produce un ujo de transrealidad
que recuerda la experiencia con drogas (22).
Tratamiento
En la mayoría de los casos, las personas que
padecen alguna adicción no siguen ningún tratamiento;
sin embargo, existen pruebas que conrman que
las personas que piden ayuda consiguen mejorar su
calidad de vida de manera importante. En la mayoría
de los casos, las adicciones se abordan desde una
perspectiva multidisciplinaria, siendo la terapia
psicológica un punto imprescindible y fundamental en
la intervención.
En cualquier tratamiento, ha de tenerse en cuenta
que cada individuo es único y por ello el plan de ayuda
será personalizado en cada caso, buscándose siempre
ayudarle a restablecer y mejorar de manera sustancial
cada una de las áreas importantes de su vida: salud
física y mental, relaciones familiares y sociales,
trabajo, etc.
El profesional, siempre con la colaboración del
paciente, trabajará sobre diferentes planos todos
igualmente importantes: autoestima, control de
impulsos, manejo de las emociones, estrategias de
afrontamiento, herramientas para prevenir recaídas,
etc. Para que el tratamiento resulte lo más ecaz
posible, la intervención no solo se centrará en el
propio sujeto sino que deberá fomentar la presencia
de personas de su entorno, como familiares, pareja,
amigos, etc. que deberán colaborar decisivamente en
el proceso terapéutico.
CONCLUSIONES
La descripción inicial de “Adicciones no
relacionadas a sustancias” en el DSM-5 ha sido un
importante paso inicial para incorporar gradualmente
las denominadas adicciones conductuales a las
clasicaciones categoriales actuales. Dada su
importancia creciente en lo que va del siglo, esta
inclusión marcará un hito para que la salud mental
mundial le otorgue la importancia que se merece y
continúe, bajo este estímulo, desarrollando nuevas
técnicas y recursos multidisciplinarios para su mejor
diagnóstico y un tratamiento integral.
Correspondencia:
Alfredo H. Cía
Avda Santa Fé 3946, 1ro A, CP 1425,Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, Argentina.
Tel.: 5411-48313192 o 48335363
Correo electrónico: alfredocia@gmail.com
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Madrid: Pirámide, 2009.p.189-200.
Recibido: 27/10/2013
Aceptado: 24/11/2013
... No debemos desconocer que las particularidades sociopsicológicas del adolescente le convierten en población vulnerable a las conductas adictivas. En el caso de las adicciones a internet y redes sociales, este fenómeno se agudiza por cuanto la conexión digital ofrece la posibilidad de explorar y descubrir nuevas sensaciones en un aparente escenario de menor compromiso personal, emocional y social (Cía, 2013). Por otra parte constituyen una generación tecnologizada por el vertiginoso aumento del número de productos digitales y técnicos a los que acceden los adolescentes contemporáneos y las horas de conexión; circunstancias que incrementan la potencialidad de riesgo de comportamientos adictivos. ...
... Se estima que el abordaje de esta problemática se debe orientar hacia el uso racional y salutogénico de Internet y redes Sociales. Postular acciones que se sustenten en el desarrollo de habilidades sociales y comunicativas, el autocontrol en el número de horas y tipo de uso de internet, la autoeficacia, el fortalecimiento de las redes sociales offline y la realización de actividades conjuntas en redes presenciales de adolescentes y jóvenes (Cía, 2013;Elias Arab, 2015). ...
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RESUMEN En la actualidad, la tecnología ha conseguido grandes avances, tanto internet como redes sociales se han convertido en una herramienta importante de comunicación a nivel mundial. Es fácil tener acceso a todo nivel y en todas partes a la red para obtener contacto con personas que se encuentran en lugares distantes en un tiempo mínimo; sin embargo, un uso inadecuado de ellos podría desencadenar dificultades en quienes abusan de estos medios. En la adolescencia, considerada una edad vulnerable, el abuso de las redes sociales predispone a una adicción, y en caso de presentarse podrá repercutir en aspectos importantes de su vida (a nivel personal, familiar, académico y social). Esta investigación se realizó con la finalidad de identificar la relación existente entre la adicción a internet y redes sociales y las dificultades interpersonales en un grupo etáreo determinado. En este trabajo participaron 202 adolescentes mujeres de la Unidad Académica Luisa de Jesús Cordero de la ciudad de Cuenca-Ecuador, las mismas que fueron valoradas con dos instrumentos validados: Prueba de adicción a Internet y Redes Sociales (IAP) y Cuestionario de Evaluación de Dificultades 1 Magister en Drogodependencias. Docente
... Algunos de los sujetos afectados, además de reducir el número de horas de sueño o actividades, llegan incluso a suprimir comidas o generar malos hábitos alimenticios. Permanecer conectado durante una gran cantidad de horas diarias propicia efectos contraproducentes, tales como el aislamiento de la realidad, el desinterés por otros temas, el bajo rendimiento académico o laboral, los trastornos de conducta, así como el sedentarismo y la obesidad o descuidos de la salud en general (Cia, 2013). ...
... En la misma línea,Greenfield (2009) sostiene que la dependencia de Internet o de las redes sociales puede verificarse cuando hay un uso excesivo asociado a una pérdida de control; aparecen síntomas de abstinencia (ansiedad, depresión, irritabilidad) ante la imposibilidad temporal de acceder a la red; se establece la tolerancia (es decir, la necesidad creciente de aumentar el tiempo de conexión a Internet para sentirse satisfecho), y se producen repercusiones negativas en la vida cotidiana con reducción de la actividad física.En la mayoría de los casos, las personas que padecen alguna adicción de este tipo no siguen ningún tratamiento; sin embargo, existen pruebas que confirman que quienes piden ayuda consiguen mejorar su calidad de vida de manera significativa. En la mayoría de los casos, estas adicciones se abordan desde una perspectiva multidisciplinaria, de modo que la terapia psicológica es una instancia imprescindible y fundamental en la intervención(Cia, 2013). También es importante trabajar en programas de prevención de adicción a Internet, sobre todo en los más jóvenes, que son los más afectados por este mal uso de la tecnología(Kurniasanti et al., 2019).5. ...
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Este capítulo aborda los aspectos más negativos vinculados al uso de la Internet y son aquellos que tienen que ver con las conductas adictivas, con las conductas disruptivas on-line (trolls) y con el acoso virtual y el ciberbullyng. Se incluyen también algunos conceptos vinculados al terrorismo digital. Asimismo, se incluyen predictores psicológicos de estas conductas denominadas contraproducentes.
... Conclui-se que quando a prática desportiva ultrapassa uma intensidade e se torna viciante, gera um efeito negativo no bem-estar, sendo este efeito especialmente relevante no caso dos homens, e quanto mais velhos, maior o risco. En síntesis, la adicción al ejercicio físico puede concebirse como la intensa necesidad percibida de realizar ejercicio físico, de modo excesivo e incontrolable, generando alteraciones conductuales, emocionales y físicas (Cia, 2013;Muñoz-Rivas et al., 2014). Estas manifestaciones incluirían: (a) una preocupación excesiva con pensamientos obsesivos sobre su práctica, (b) la ejecución voluntaria de ejercicio más allá de lo indicado en un patrón normalizado de éste, y (c) la experimentación de síndrome de abstinencia en situaciones donde se viera impedida la realización del ejercicio o se tornara imposible. ...
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Este es un artículo Open Access bajo la licencia http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/ La dependencia al ejercicio físico como factor de riesgo del bienestar psicológico en corredores RESUMEN: El objetivo de este estudio es comprobar la relación entre las variables de Dependencia del Ejercicio, medida con la Escala de Dependencia del Ejercicio (EDS-R) de Downs et al. (2004), y el Bienestar Psicológico evaluado con la escala de Ryff (1989) y su posible efecto diferencial en función del sexo y la edad. Se contó con una muestra de 316 runners (170 hombres y 146 mujeres), con una media de edad de 38.4 años (DT = 9.8). Los resultados muestran una correlación negativa entre la Dependencia del ejercicio (factores abstinencia, continuación y reducción de la actividad) y el Bienestar Psicológico. Además, las mujeres obtienen una puntuación mayor en Bienestar Psicológico y abstinencia (EDS-R) que los hombres. Los factores de Dependencia del Ejercicio (+tolerancia,-reducción de la actividad, +tiempo empleado y-efectos deseados) representan el 13.9% de la varianza explicada del Bienestar Psicológico. La edad también es un factor relevante, cuanta más edad se tiene mayor es el efecto negativo de la dependencia. Se concluye que cuando la práctica deportiva sobrepasa una intensidad y se hace adictiva, genera un efecto negativo sobre el bienestar, siendo especialmente relevante este efecto en el caso de los hombres, y cuanto más mayores más riesgo. PALABRAS CLAVES: dependencia al ejercicio físico, adicciones, bienestar psicológico, runners Dependence on physical exercise as a risk to psychological well-being in runners ABSTRACT: This objective of this study is to verify the existence of an inverse relationship between the exercise dependence variables, measured with the Exercise Dependence Scale (EDS-R) by Downs et al. (2004), and psychological well-being, evaluated with the Ryff scale (1989), and its possible differential effect due to sex and age. The study used a sample of 316 runners (170 men and 146 women), with an average age of 38.4 years (SD = 9.8). The results show a negative correlation between exercise dependence (abstinence, continuation and reduction of activity factors) and psychological well-being. In addition, women obtain a higher score in psychological well-being and abstinence (EDS-R) than men. The Exercise Dependence factors (+tolerance,-reduction of activity, +time spent and-desired effects) represent 13.9% of the explained variance of psychological well-being. Age is also a relevant factor, the older you are, the greater the negative effect of dependence. It is concluded that when sports practice exceeds a given intensity and becomes addictive, it generates a negative effect on well-being, this effect being especially relevant in the case of men, and the older they are, the greater the risk.
... Conclui-se que quando a prática desportiva ultrapassa uma intensidade e se torna viciante, gera um efeito negativo no bem-estar, sendo este efeito especialmente relevante no caso dos homens, e quanto mais velhos, maior o risco. En síntesis, la adicción al ejercicio físico puede concebirse como la intensa necesidad percibida de realizar ejercicio físico, de modo excesivo e incontrolable, generando alteraciones conductuales, emocionales y físicas (Cia, 2013;Muñoz-Rivas et al., 2014). Estas manifestaciones incluirían: (a) una preocupación excesiva con pensamientos obsesivos sobre su práctica, (b) la ejecución voluntaria de ejercicio más allá de lo indicado en un patrón normalizado de éste, y (c) la experimentación de síndrome de abstinencia en situaciones donde se viera impedida la realización del ejercicio o se tornara imposible. ...
... It has been proposed that individuals who suffer from behavioral addictions share a series of common traits: (1) they lose control over the chosen activity and continue to engage in it despite the negative consequences (irresistibility and impulsivity), (2) these addictions typically start voluntarily but can progress to become compulsive, (3) these behaviors have the potential to alter the individual's mood, and (4) the neurobiological changes observed are also present in individuals with compulsive internet use [7]. More specifically, neuropathological alterations have been observed in Internet gaming disorder and pornography addiction. ...
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Researchers have created optical masks using RGB LEDs to achieve the goal of facial skincare; among them, red light stimulates blood circulation, green light enhances endocrine functions, and blue light has antibacterial properties [1-3]. The current mask products are rigid in nature. Apart from being cumbersome, their design results in a distance of about 5 to 10 centimeters between the light source and the skin, causing uneven light distribution on the skin and posing a risk of eye damage due to direct exposure. Therefore, we propose the development of a flexible optical mask using a composite precision ceramic thermal-conductive material. This mask is soft and lightweight like silk, and it can snugly adhere to the facial skin through three-dimensional cutting, much like fabric. On each LED, a silicone lens with a refractive index of 1.4 is applied, increasing the LED’s emission angle from 130° to 150°, thus achieving the most uniform distribution of light and eliminating the drawbacks of direct eye exposure. The high thermal-conductive ceramic material within the mask elevates its thermal conductivity coefficient to 2W/meK, ensuring the even distribution of accumulated heat and uniformly heating the facial skin. Finally, through microscopic imaging of fingertip nail capillaries, we discovered that the use of the optical mask results in a 4.2-fold increase in microvascular flow velocity within 2 to 3 seconds, confirming its highly effective metabolism-enhancing effect.
... En el ansia de consumo, establece estados de excitación fisiológico semejantes a un síndrome de abstinencia de alcohol o drogas. Fuente: Organización Mundial de la Salud (2008) Pese a que los términos se encuentran direccionados a describir conceptos sobre la adicción en relación con el consumo de sustancias psicoactivas, de igual forma pueden verse relacionados al uso de internet, así como lo menciona Cía (2013): ...
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El objetivo de esta investigación es establecer una correlación entre los niveles de adicción a redes sociales con los síntomas de ansiedad y depresión de los estudiantes de la escuela de Psicología de la PUCE- Ambato; la metodología parte de un paradigma post – positivista, de diseño no experimental, enfoque cuantitativo, alcance descriptivo – correlacional, y corte transversal. La aplicación de esta investigación se realizó sobre una población de 176 sujetos, quienes presentaban una media de edad de 20,98 años. Se emplearon de instrumentos como: Cuestionario de Adicción a Redes Sociales (ARS); Inventario de Ansiedad de Beck (BAI); Inventario de Depresión de Beck (BDI – II), para medir las variables propuestas. Los resultados más representativos, indicaron que los niveles de adicción a las redes sociales fueron bajos en la población de estudiantes universitarios y que adicionalmente los resultados sobre la medición del grado de ansiedad y depresión de los participantes, fue representativamente baja para síntomas de ansiedad y depresión. Adicionalmente, los participantes de estudio presentaban síntomas subclínicos en su mayoría. Por último, las correlaciones halladas demostraron una relación baja entre las variables de estudio, demostrando que la adicción a redes sociales no es un causal para síntomas de ansiedad y depresión en la población estudiada, y que la correlación entre factores clínico y no clínicos no es significativa.
... Históricamente, una adicción se refería únicamente al consumo de algún tipo de sustancia o droga, pero actualmente se refiere también a las conductas repetitivas. Ambos tipos de adicciones tienen un factor en común: la falta de control sobre conductas específicas, las cuales al principio son meramente placenteras, pero que se convierten en prioridades absolutas que afectan el desarrollo e interfieren con la vida diaria (Cía, 2013). ...
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El presente artículo tiene como objetivo ayudar a comprender la influencia de la pandemia por covid-19 en los factores de desarrollo físico, cognitivo, social y emocional de los adolescentes, asociados a una conducta de adicción a internet y otros dispositivos electrónicos, así como mostrar algunas estrategias para su adecuada regulación emocional y bienestar psicológico. A este efecto, se realizó una revisión de los antecedentes de otras pandemias y cómo éstas han afectado a la población mundial, incluyendo a la actual crisis sanitaria y los factores que favorecen las conductas de adicción. Se discute el importante papel que pueden desempeñar los padres en esta adicción, con la expectativa que sean ellos mismos los modeladores de las conductas que se espera que sus hijos adolescentes pongan en práctica. Recibido: 22/06/2022 Aceptado: 09/08/2023
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Introduccion: El trastorno de adicción al internet se ha convertido en una patología emergente con un impacto significativo en la conducta, salud física y mental Objetivo: Evaluar la asociación entre el trastorno de adicción al internet y la composición corporal en estudiantes de la Universidad Nacional del Centro del Perú (UNCP). Materiales y métodos: Se realizó un estudio analítico, observacional y transversal en estudiantes de la UNCP, entre 16 y 27 años, seleccionados mediante muestreo probabilístico aleatorio. Se evaluó la composición corporal medida a través de antropometría, y el trastorno de adicción al internet usando la Escala de Adicción al Internet (EAIL). Para evaluar la asociación, se estimaron las Razones de Prevalencia (RP) crudos y ajustados con sus respectivos intervalos de confianza al 95%. Resultados: Se estudiaron 372 estudiantes universitarios, con un porcentaje de 66,1% de mujeres y 33,9% en varones, con una edad mediana de 20 años. Los resultados mostraron que el 52.4% presentaron trastorno de adicción al internet con respecto a la composición corporal. Se mostraron diferencias significativas en el pliegue tricipital. Además, el pliegue bicipital en mujeres fue mayor (14.93 mm ± 5.71) en comparación con los hombres (12.99 mm ± 6.47). Por otro lado, el porcentaje de grasa corporal en mujeres (27.51% ± 5.27) fue mayor al encontrado en hombres (18.47% ± 5.76). Existe relación significativa entre el trastorno de adicción al internet y la composición corporal, ya que un RP en el IMC de 5.25 significa que los jóvenes con trastorno de adicción al internet tienen una probabilidad casi cinco veces mayor de presentar bajo peso, sobrepeso y obesidad. Conclusiones: Existe una asociación significativa entre la composición corporal con el trastorno de adicción al Internet en estudiantes universitarios de la UNCP.
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In an increasingly digitalized world, social media has transformed communication and information consumption, but it has also raised ethical concerns regarding privacy and mental health, particularly among young people. The study of TikTok, one of the most popular platforms, offers an opportunity to examine how addictive design captures users' attention, while surveillance capitalism commodifies their data. This analysis highlights the need for ethical design, promoting practices that prioritize transparency and user well-being.
Thesis
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En el presente trabajo se abordan las dinámicas de los grupos coercitivos y la relación que guardan con las adicciones conductuales, comenzando con un análisis general de la sociabilidad humana, siguiendo con la caracterización psicológica de los grupos coercitivos y finalizando con la identificación de la pertenencia a grupos coercitivos como forma de adicción social. La creciente des-individuación de los últimos años durante esta era digital está facilitando la proliferación de nuevos movimientos religiosos, que aspiran a llenar el vacío espiritual y a satisfacer la necesidad de pertenencia presente en todos nosotros. En momentos donde la identidad individual se tambalea, emergen las sectas destructivas brindándonos soluciones rápidas y atractivas de todo tipo, y ofreciendo su propia identidad grupal como sustitución de la personal, convirtiéndose así en un objeto de dependencia para el sujeto captado.
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Information and Communication Technologies (ICT) are a hallmark of today's societies. These tools are necessary and useful for any successfully functioning organisation, and they are used by the majority of the population. The major factors that foster the ICT use to get in touch with other people are accessibility, availability, intimacy, high stimulation and anonymity. Nothing is wrong with the use of ICT. However, clinical evidence of overuse in numerous patients, in some cases with symptoms similar to those of addictive disorders, has been reported. Technological addictions may be particularly relevant to adolescents [1], a population of great vulnerability to addiction. Indeed, teenagers have less impulse control [2], are poorer at long-term planning, and tend to minimise the risks of potentially dangerous behaviours. This is due primarily to cortical immaturity [3], particularly in the prefrontal cortex [4]. Additionally, adolescence is a period during which individuals develop personal independence from adults. ICT support this independence in that the younger generation is more comfortable with these tools, which provide access to social relationships that teenagers find particularly important. With respect to addictions, both the DSM-IV-TR [5] and the ICD-10 [6] recognise the existence of only so-called substance dependence disorders (i.e., those that are traditionally known as drug addictions). Even pathological gambling disorder is not considered to be a disorder of this type, but instead is currently classified as an "impulse control disorder". However, it is probable that the next edition of the DSM (the DSM-5) will include "Addictive Disorders" as a new category, with "Gambling Addiction" as the only behavioural addiction included under this rubric. In fact, a near unanimous agreement in the scientific community that pathological gambling meets the main diagnostic criteria for an addictive disorder has been reached [7]. Technological addictions, despite its short history, also have a great deal of clinical, social, and scientific support for its inclusion as an addictive disorder [8], although it may still require some time and some additional research before this is reflected in the DSM. Early warning signs of potential ICT abuse are related to negative changes in school/work performance and psychosocial impairment. The main and most significant characteristic of an addictive disorder is that it involves dependency. Even if ICT abuse interferes with other activities and is harmful to the patient, the addict may be unable to stop engaging in this behaviour. The most significant technological addictions involve the Internet, mobile and video games. However, these tools are increasingly interrelated, to the extent that it is possible (and will become even more so in the future) to connect to a social network via a mobile phone to play a game online. It has become increasingly necessary to analyse the psychological processes involved in the development of dependence given that the three aforementioned technologies are characterised by three elements that are essential to such processes: 1) the sense of playfulness and experience of absorption provided by games, 2) the interactivity of and opportunities for social interaction provided by the Internet, and 3) the accessibility and availability of the mobile phone.
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The Information and Communication Technologies (ICT) generate new styles of meeting people or connecting with friends or strangers. In this context, the internet and the mobile phone deserve special attention. This article deals with the maladaptive use of these technologies. By reviewing the literature published between 1991 and 2005 and indexed in the databases of PsycINFO, Medline, Psicodoc, IME, and ISOC, we aim to determine whether maladaptive use of these technologies can be considered a mental disorder, and if so, of which type. We describe the psychological phenomena of maladaptive use of the internet and mobile phones, we review research on prevalence and possible risk groups, and finally we discuss some of the criticisms made with regard to the existence and classification of this disorder. It is concluded that excessive use of the internet can lead to a mental disorder of the addictive type, which can particularly affect individuals with special emotional needs, as well as adolescents and young adults. Among specific applications of the internet, a major risk is found for the use of communicative and synchronic applications, such as chats and online role games, since they permit hyperpersonal communication, playing with different identities, and projections and dissociation without consequences in real life. Furthermore, the internet can play an important role in the development and maintenance of other addictions, such as pathological gambling and sex addiction. In contrast to the case of the internet, maladaptive use of mobile phones may be considered abuse, but not addiction, since their use does not lead to the rapid emotional changes or the playing with identities that can take place in chats and online role games.
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Internet constituye una tecnología que ha impactado especialmente a las personas jóvenes y les ha proporcionado muchos beneficios. Pero algunas personas llegan a estar obsesionadas con Internet, se muestran incapaces de controlar su uso y pueden poner en peligro su trabajo y sus relaciones. Este artículo aborda el problema del uso inadecuado de estas tecnologías. El uso y abuso de Internet están relacionados con variables psicosociales, tales como la vulnerabilidad psicológica, los factores estresantes y el apoyo familiar y social. Hay algunos factores de riesgo específicos para el abuso de las redes sociales entre los jóvenes. Algunas señales de alarma se disparan antes de que una afición se convierta en una adicción. El concepto de �adicción a Internet� se ha propuesto como una explicación para comprender la pérdida de control y el uso dañino de esta tecnología. Los síntomas de la adicción a Internet son comparables a los manifestados en otras adicciones. Deben programarse estrategias preventivas tanto en el seno de la familia como en la escuela sobre la base de los factores de riesgo y de las características demográficas de los sujetos. El objetivo del tratamiento, a diferencia de otras adicciones, debe ser el uso controlado. El tratamiento psicológico de elección es el control de estímulos y la exposición gradual a Internet, seguido de un programa de prevención de recaídas. Se requiere más información sobre los programas más adecuados para los pacientes más jóvenes, así como estrategias motivacionales para el tratamiento. Se comentan las implicaciones de esta revisión para la práctica clínica y la investigación futura en este campo, así como las limitaciones actualmente existentes.
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Anecdotal reports indicated that some on-line users were becoming addicted to the Internet in much the same way that others became addicted to drugs or alcohol, which resulted in academic, social, and occupational impairment. However, research among sociologists, psychologists, or psychiatrists has not formally identified addictive use of the Internet as a problematic behavior. This study investigated the existence of Internet addiction and the extent of problems caused by such potential misuse. Of all the diagnoses referenced in the Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders - Fourth Edition (DSM-IV; American Psychiatric Association, 1995), Pathological Gambling was viewed as most akin to the pathological nature of Internet use. By using Pathological Gambling as a model, addictive Internet use can be defined as an impulse-control disorder that does not involve an intoxicant. Therefore, this study developed a brief eight-item questionnaire referred to as a Diagnostic Questionnaire (DQ), which modified criteria for pathological gambling to provide a screening instrument for classification of participants. On the basis of this criteria, case studies of 396 dependent Internet users (Dependents) and 100 nondependent Internet users (Nondependents) were classified. Qualitative analyses suggest significant behavioral and functional usage differences between the two groups such as the types of applications utilized, the degree of difficulty controlling weekly usage, and the severity of problems noted. Clinical and social implications of pathological Internet use and future directions for research are discussed.
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It has been alleged that social pathologies are beginning to surface in cyberspace (i.e., technological addictions). To date, there is very little empirical evidence that computing activities (i.e., internet use, hacking, programming) are addictive. Anecdotal evidence indicates that the typical "addict" is a teenager, usually male, with little or no social life, and little or no self-confidence. This article concentrates on five case studies of excessive computer usage. It is argued that of the five cases, only two of them describe "addicted" subjects. Addiction components criteria were used in the assessment. The excessive usage in the majority of cases was purely symptomatic and was highlighted how the subjects used the Internet/computer to counteract other deficiencies.
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This article introduces a cognitive-behavioral model of Pathological Internet Use (PIU). While previous studies on Internet addiction have described behavioral factors, such as withdrawal and tolerance, the present article focuses on the maladaptive cognitions associated with PIU. The cognitive-behavioral model of PIU distinguishes between specific PIU and generalized PIU. Specific PIU refers to the condition in which an individual pathologically uses the Internet for a particular purpose, such as online sex or online gambling, whereas generalized PIU describes a more global set of behaviors. The model implies a more important role of cognitions in PIU, and describes the means by which PIU is both developed and maintained. Furthermore, it provides a framework for the development of cognitive-behavioral interventions for PIU.
Article
In anticipation of the fifth edition of the Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-V), to consider whether addictive disorders should include non-substance use disorders. The author reviewed data and provided perspective to explore whether disorders such as pathological gambling (PG) should be grouped together with substance dependence, given that they share many features. PG and substance dependence currently reside in the DSM, fourth edition, text revision (DSM-IV-TR) within separate categories, with PG classified as an impulse control disorder (ICD) and substance dependence as a substance use disorder (SUD). Arguments can be forwarded to support each categorization, as well as to justify their inclusion together as addictions. The current state of knowledge suggests that there exist substantial similarities between PG and SUDs. Further research is indicated prior to categorizing PG and other ICDs together with SUDs.
¿Adicciones sin drogas? Las nuevas adicciones. Bilbao: Desclee de Brouwer
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Echeburúa E. ¿Adicciones sin drogas? Las nuevas adicciones. Bilbao: Desclee de Brouwer; 1999.
Relapse and addictive behaviour
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Gossop M. Relapse and addictive behaviour. London: Routledge; 1989.