Content uploaded by José Jesús Sánchez-Escalante
Author content
All content in this area was uploaded by José Jesús Sánchez-Escalante on Jan 10, 2016
Content may be subject to copyright.
Flora y vegetación
La vegetación de las dunas costeras de México
Formas de crecimiento de la flora de las dunas
Zonación y microhábitats
Patricia Moreno-Casasola
Ileana Espejel
Óscar Jiménez-Orocio
Dulce Infante Mata
Natalia Rodríguez-Revelo
Francisco Casillas-Figueroa
Gonzalo Castillo-Campos
Merari Ferrer Cervantes
José Luis León de la Luz
Hugo López Rosas
Jesús Sánchez Escalante
Jesús Pale
Miguel Domínguez
Rafael Durán
Foto: Gerardo Sánchez Vigil
51
Flora y vegetación
w
La vegetación
de las dunas costeras de México
La flora y vegetación de las dunas costeras de México no es homogénea. Hay diferencias
a lo largo de su distribución geográfica (latitud y longitud) y de las regiones climáticas
donde se encuentran. También hay grandes variaciones dentro de los mismos sistemas
de dunas. Por ejemplo, en la playa crecen ciertos tipos de plantas que son diferentes de
las que hay en las dunas más interiores o tierra adentro. Por ello, estando parado en una
duna, se puede reconocer en que región del país se encuentra uno y ello también define
las plantas que se pueden usar en jardinería y para reforestar o restaurar.
La distribución de muchas de las especies características de dunas costeras está
determinada, entre otros factores, por la tolerancia a factores físicos climáticos como es
la precipitación, la temperatura y el tipo de arena. Es decir, en las zonas áridas de las cos-
tas del noroeste (la Península de Baja California y Sonora), noreste (norte de Tamaulipas)
y norte de Yucatán crecen cactáceas y agaves; mientras que en el resto de las costas
mexicanas abundan los árboles y las palmeras tropicales.
En México se han hecho estudios sobre la distribución de las plantas de dunas cos-
teras y las comunidades vegetales que forman. Los estudios de Johnson (1977 y 1982)
describen los cambios latitudinales observados en las costas del noroeste del México y
Moreno-Casasola y Espejel (1986) y Moreno-Casasola (1991) describen las diferentes
comunidades de dunas costeras en el Golfo de México y Caribe.
Las comunidades vegetales de las dunas costeras están definidas también por las
formas de crecimiento de las plantas. Dentro de un mismo ecosistema de dunas, las
plantas dependen de los factores microambientales que caracterizan a los diferentes
microhabitats como son las playas, las laderas con dos orientaciones (barlovento y so-
tavento), las crestas, las hondonadas que pueden o no inundarse. Estos microambientes
están muy bien diferenciados entre sí y las especies características de estos ambientes
presentan respuestas particulares que les permiten sobrevivir exitosamente. Los facto-
res que tienen un mayor impacto sobre las plantas de dunas son la salinidad, la tolerancia
a la inundación, a la sequía, al enterramiento y/o desenterramiento y su asociación con
micorrizas. Los factores arriba mencionados son sumamente importantes en proyectos
de restauración/reforestación porque la tolerancia de las especies a esas microvariacio-
nes ambientales pueden ser determinantes del éxito o fracaso de un proyecto que intente
reproducir el ecosistema original. En estos proyectos también deben tomarse en cuenta
la composición florística y las formas de crecimiento de las plantas que se van a usar.
Por un lado, el tipo de vegetación de dunas costeras tiene grupos de plantas que
caracterizan a las dunas de una región costera y por otro, dentro de cada tipo de vegeta-
ción de dunas a nivel regional, se conforman distintas asociaciones vegetales relaciona-
das con los microambientes. Por esta razón no se puede hablar de un tipo generalizado
de vegetación de dunas, sino más bien de comunidades vegetales de pioneras (cercanas
al mar) donde la cobertura vegetal es muy abierta, donde dominan rastreras, pastos o
arbustos bajos. Después de la zona de pioneras se desarrollan otras comunidades como
los pastizales, matorrales desérticos con cactáceas o matorrales con palmares, y más
lejos del mar se encuentran selvas y encinares. En las hondonadas o depresiones, es
decir zonas bajas donde se acumula humedad o aflora el manto freático, se desarrollan
comunidades de humedales.
Como ya se vio en el capítulo 3, las dunas costeras del país cubren alrededor de
808,711 ha, pero esta superficie no está totalmente cubierta de vegetación. Hay grandes
extensiones de dunas móviles donde no es posible que crezcan plantas. El primer listado
de plantas de las dunas de México se hizo con base en las publicaciones disponibles (Mo-
reno-Casasola et al., 1998) y resultó en 1,638 especies. Este primer estudio dio lugar a
la definición de las regiones costeras que se retoma en este diagnóstico. Recientemente,
a partir de un proyecto de CONABIO donde se revisaron los principales herbarios nacio-
nales, la riqueza de especies de plantas de las dunas costeras se ha elevado considera-
blemente ya que se tienen registradas 2,219 especies de 165 familias, es decir el 10% de
la flora de plantas vasculares del país (Espejel et al., 2013). En ambos trabajos se indica
que las familias botánicas con los porcentajes más altos de la flora de dunas costeras
a nivel nacional son las Asteráceas o Compuestas (familia de las margaritas), Fabáceas
(familia de las legumbres) y las Poáceas o Gramíneas (familia de los pastos). Junto con
las Euphorbiáceas y Cactáceas (familia de los cactos), son las familias que poseen un
mayor número de especies en las cinco regiones.
w
Formas de crecimiento
de la flora de las dunas
La gran variedad de plantas que existen en el mundo se pueden agrupar en unas
pocas formas de crecimiento. Como ejemplo de las formas de crecimiento están las
hierbas, los árboles, las lianas y las epífitas que viven sobre otras plantas. Éstas re-
presentan estrategias de formas de crecer que les permiten adaptarse al ambiente
en que viven.
En las dunas costeras estabilizadas de México se puede generalizar que las del
Golfo de México se caracterizan por la presencia de selvas con árboles ya sea altos, me-
dianos o bajos donde domina esta forma de crecimiento (de ahí que se les conozca como
selvas altas, medianas o bajas), aunque en la zona más seca del norte de Tamaulipas
dominan los matorrales; las del Caribe se diferencian del resto por sus selvas bajas con
abundantes palmares caribeños; las del Pacífico sur por sus selvas medianas y bajas
de árboles y lianas, y las del Golfo de California y el Pacífico norte por sus matorrales
desérticos de cactáceas y arbustos espinosos. Por tanto en las zonas secas del norte
del país dominan los matorrales con mayor o menor número de cactáceas, hacia la zona
lluviosa las selvas con gran diversidad de árboles y con lianas y bejucos y las especies
de palmas incrementan su número hacia la zona del sureste.
Es interesante notar que la primera franja de playa, la zona de dunas embrionarias
y el primer cordón de dunas, en general son parecidas en todo el país ya que comparten
las llamadas especies pantropicales que se distribuyen ampliamente. Las hay con forma
de arbustos bajos, de rastreras de tallos largos o pastos amacollados o bien estolonífe-
ros. Comparten numerosas especies, pero también hay algunas que les son particulares.
En este sentido, las dunas del norte del país tienen mayor abundancia de gramíneas y
hacia el sur predominan los arbustos bajos y rastreras, mientras que en el Caribe los
arbustos ganan altura (Moreno-Casasola, 1991). Se puede resumir diciendo que esta co-
munidad denominada de pioneras está constituida por hierbas rastreras, algunos pastos
y matorrales bajos a medianos y que hay una tendencia geográfica en su distribución.
Entre la arena se pueden ver aglomeraciones de plantas en montículos y otras veces cu-
bren grandes extensiones de playa. Se suele pensar que dicha franja de vegetación es la
que corresponde a la duna costera, pero como ya se ha visto, las dunas se extienden tie-
rra adentro y se combinan con otras vegetaciones. En la figura 1 aparecen fotogra-
fías que muestran las distintas formas de crecimiento de las plantas de dunas.
p
figura 1.
El mapa ilustra las formas de crecimiento predominantes
en las playas y dunas de cada región del país.
(Dibujos de Laura G. Rodríguez Lizárraga.)
52
Diagnóstico de las dunas costeras de México
p
figura 3.
Porcentajes de las especies de plantas con las distintas formas de crecimiento en cada una de las regiones.
Puede observarse el cambio cuantitativo de las hierbas y árboles en las distintas regiones.
En el norte del país, principalmente en el Pacífico Norte, la familia con mayor nú-
mero de especies es Asteraceae, que se caracterizan por la dominancia de plantas her-
báceas, las cuales representan más del 67% de la flora total de dunas de México. En
esta región el porcentaje de árboles es muy bajo y al conjuntar árboles y arbustos, el
elemento leñoso de la flora de dunas solo alcanza el 25% debido principalmente a la
presencia de arbustos. Por la aridez de esta región además hay Agaváceas y Cactáceas.
En cambio, en el Golfo de México, Caribe y Pacífico sur, los arbustos y árboles son
mucho más abundantes (entre el 40 y 50% de las formas de crecimiento de
cada sitio) y pertenecen a una gran variedad de familias, siendo las más frecuentes las
leguminosas, las rubiáceas y las euforbiáceas. En estas regiones pueden desarrollarse
algunas cactáceas mezcladas entre las selvas, pero en mucho menor número (por ejem-
plo, el norte de Yucatán que tiene un clima semiárido es común encontrar cactus sobre
la arena, sobre árboles y aún sobre las palmas nativas, lo que le añade una característica
singular a la vegetación de dunas costeras de la región). En el Golfo de México y Caribe,
pero sobre todo en el Golfo de México, hay pastizales sobre dunas estabilizadas (figura
2), además de matorrales y selvas con abundantes leguminosas.
Las dunas de México se distinguen también por otras formas especiales de creci-
miento, como son las plantas crasicaules, que son aquellas que tienen un tallo suculento,
es decir engrosado, por la cantidad de agua que acumulan. Esta forma de crecimiento es
característica de las zonas áridas y es una estrategia contra la sequía. Las agaváceas y
cactáceas son las familias típicas con esta forma de crecimiento (figura 3).
También hay otras formas interesantes de crecimiento que son los bejucos, las
epífitas y las lianas. En las selvas bajas y medianas del Pacífico sur, Golfo de México y Ca-
ribe, abundan plantas con este tipo de crecimiento (figura 4). En estas regiones se pueden
combinar dos formas de crecimiento, que no llegan nunca a ser dominantes, por ejemplo
hay lianas crasicaules como el cactus trepador Selenicereus donkelaarii en Yucatán. Hay
otras formas arrosetadas como las orquídeas, que son muy llamativas y pueden estar
sobre la arena como Cyrtopodium punctatum o como epífitas sobre los árboles y pal-
meras como es el caso de la orquídea Catasetum integerrimum y la bromelia Tillandsia
concolor. Es interesante notar que en zonas áridas donde hay humedad en el aire, como
el noreste de Yucatán y centro-sur de la península de Baja California, crecen líquenes
sobre algunas de las plantas dándoles un aspecto muy característico.
p
figura 2.
Los pastizales sobre dunas costeras son frecuentes en las dunas del Golfo de México. Esta fotografía corresponde a las dunas de La Mancha, Veracruz.
(Foto: M.L. Martínez).
53
Flora y vegetación
w
Zonación y microhábitats
El movimiento de arena es el principal mecanismo por medio del cual se forman las
dunas. Este movimiento puede alcanzar valores considerables (más de un metro en un
año), provocando el enterramiento (o desenterramiento) de plantas. Hay que diferenciar
entre las especies que toleran diversos grados de enterramiento de aquellas que crecen
más cuando hay acumulación de arena (Ehrenfeld, 1990; Martínez y Moreno-Casasola,
1996; Maun, 1998). Estas últimas son las especies pioneras o colonizadoras de ambien-
tes móviles. No son muchas las especies en el mundo adaptadas al enterramiento.
La arena tiene pocos nutrientes y no es capaz de retener el agua por lo que se pue-
de decir que el suelo es pobre y seco. Además, la cercanía con el mar hace que al romper
las olas, partículas minúsculas de agua salina queden en el aire y el viento las transporta
creando ambientes salinos, sobre todo en las dunas de cara al mar. Estas condiciones
producen estrés en las plantas. Por tanto, la salinidad tanto aérea como la derivada de
la inundación por el oleaje en la playa, la profundidad del manto freático de agua dulce y
su accesibilidad a las raíces de las plantas, la fuerza e impacto del viento, el movimiento
de arena que produce enterramiento o erosión, la temperatura que alcanza la arena a
mediodía y el grado de protección que la topografía brinda, producen numerosos mi-
croambientes (figura 5). Mientras mayores condiciones estresantes hay en un ambiente,
menor es el número de especies que se pueden establecer. Es decir que estas condicio-
nes limitan el tipo de especies que pueden colonizar y reproducirse exitosamente. Las
plantas modifican el ambiente poco a poco, añadiendo materia orgánica, enriqueciendo el
suelo con nutrientes, reduciendo la movilidad de la arena e incrementando su capacidad
para mantenerse húmedos. De esta manera, a través del tiempo, el sistema se va estabi-
lizando, los microambientes se van transformando y las condiciones ambientales se van
volviendo menos estresantes. A este proceso se le conoce como sucesión y es posible
“verlo” al caminar de la playa hacia tierra adentro.
p
figura 4.
Lianas presentes en las selvas sobre dunas costeras.
(Foto: Gerardo Sánchez Vigil)
p
figura 5.
Condiciones estresantes que predominan en cada uno de los
microambientes. El grosor de la línea de cada uno de los factores
o condiciones indica el grado de estrés que puede producir en ese
microambiente. Mientras más gruesa es la línea, mayor es el estrés.
En esta imagen aparece el gradiente que se forma en una isla de
barrera.
54
Diagnóstico de las dunas costeras de México
Desde el mar hacia el interior del continente, estos factores son cada vez menos
estresantes y conforme se van estabilizando las dunas, la intensidad de los factores físi-
cos decrece y se incrementan las interacciones biológicas. Ello permite que la cobertura
vegetal adquiera más continuidad, aumenta la diversidad de formas de crecimiento y de
especies, se forman redes de interacciones bióticas más complejas, apareciendo comuni-
dades muy semejantes a las de tierra adentro como matorrales, selvas y encinares. Las
plantas que favorecen que crezcan otras pueden ser rompevientos, porque les ofrecen
protección y también pueden ser nodrizas o nucleadoras, porque preparan un microam-
biente que favorece la germinación de otras especies.
Sin embargo, hay que recordar que a la orilla del mar, en la playa, en la duna frontal
y en las primeras pendientes de cara al mar, las condiciones estresantes siempre preva-
lecen y las plantas no logran modificar el ambiente lo suficiente para que pueda darse
una sucesión. La mayoría de las plantas que ahí crecen son exclusivas y representan
miles de años de adaptación a estos ambientes que son tan limitantes para la mayoría de
los seres vivos. Para fines de restauración/reforestación es importante saber que éstas
son especies muy importantes para estudiar y reproducir en los viveros y en el campo.
Para entender mejor este mosaico y gradiente de microambientes, se puede decir
que en las dunas se encuentran tres grandes ambientes (Castillo y Moreno-Casasola,
1998) que se distribuyen sobre un perfil topográfico de la playa hacia tierra adentro
(figura 6).
a. Ambientes propiamente de dunas en los cuales predomina el movimiento de arena,
lo cual conlleva a que haya acumulación de arena y enterramiento de plantas o bien
erosión y desenterramiento. En estos ambientes se acumula poca materia orgá-
nica en los suelos y ello resulta en una baja capacidad de retención de agua en la
arena. En la playa, en las dunas embrionarias y en la duna frontal frecuentemente
p
a)
p
b)
p
figura 6.
Perfil general de una zona de dunas mostrando los distintos ambientes que se establecen en función de la topografía y el grado de estabilización. Cerca de
la playa predominan las herbáceas rastreras y algunos arbustos de baja altura. Tierra adentro la vegetación es más compleja, con palmas y árboles. Caribe.
Dibujo Laura G. Rodríguez Lizárraga.
figura 7. Especies pioneras y colonizadoras de dunas móviles en distintas partes del país: a) Hazardia berberidis; b) Ipomoea stolonifera;
c) Palafoxia lindenii y d) Ipomoea pes-caprae (continúa en página 55).
a y b, fotos: Gerardo Sánchez Vigil; c y d fotos: M.L. Martínez
hay aspersión salina por su cercanía al mar y hay movimiento de arena. Además la
cobertura vegetal es abierta pues las plantas se distribuyen formando manchones
aislados y por tanto la superficie de la arena alcanza temperaturas muy altas.
Estas especies se consideran pioneras. Hay fuertes oscilaciones en la temperatura
entre el día y la noche y la superficie de la arena presenta fuertes cambios de más
de 30°C. En las dunas de Veracruz, a medio día, se han registrado temperaturas
de más de 60°C en superficies de arena desnuda. Las playas, dunas embrionarias,
duna frontal y dunas activas (desprovistas de vegetación y con arena en movimien-
to) pertenecen a este tipo de ambientes y en ellos se establecen especies toleran-
tes a condiciones de estrés producidas por los factores mencionados (figura 5).
Generalmente no cubren totalmente la arena y se percibe como una comunidad
abierta.
La playa es el ambiente más estresante. Su cercanía con el mar hace que el oleaje
llegue a barrer la zona de playa cada año durante el invierno así como con las mareas
de tormenta. Algunas plantas toleran la salinidad y logran mantenerse enraizadas, otras
no y tienen que volver a colonizar esa misma playa u otra. Las especies que habitan la
playa presentan diversas estrategias. Algunas son especies anuales que germinan, cre-
55
Flora y vegetación
cen, fructifican y liberan sus semillas durante unos cuantos meses (diversas especies de
Cakile). Otras son arbustos bajos y carnosos que también pueden dispersarse mediante
pedazos de tallos (Sesuvium portulacastrum). También hay especies con largos tallos
rastreros (Ipomoea pes-caprae y Canavalia rosea), arbustos (Croton punctatus, Tourne-
fortia gnaphalodes, Suriana maritima y Coccoloba uvifera) y pastos rastreros o amaco-
llados (Sporobolus virginicus, Uniola paniculata, Uniola pittieri y Jouvea pilosa). Muchas
de estas especies (como Canavalia rosea e Ipomoea pes-caprae y Cocos nucifera) poseen
semillas que flotan y que por lo tanto son dispersadas a grandes distancias por medio
de las corrientes oceánicas (figura 7).
Las plantas son capaces de crecer sobre arena desnuda y formar dunas compar-
ten un conjunto de características: tienen sistemas de raíces bien desarrollados, son ca-
paces de atrapar y detener la arena y además su crecimiento es estimulado cuando son
cubiertas con arena. Este conjunto de plantas se denominan pioneras o constructoras de
dunas por ser las primeras en colonizar los médanos. Pueden habitar la arena desnuda
de la playa y empezar a formar las dunas embrionarias o el cordón frontal, o bien colo-
nizar la arena de los médanos móviles en los sistemas de dunas parabólicas o sistemas
transgresivos. Las especies fijadoras de dunas móviles o especies pioneras, también son
características de cada región y algunas de ellas son endémicas. Algunas de estas es-
pecies son las mismas que forman las dunas embrionarias, pero en otros casos son
especies que forman poblaciones más grandes y vigorosas en las dunas activas atrás
de las embrionarias. Este conjunto de especies tiene un gran valor, especialmente en
proyectos de restauración ya que son las especies que inician el proceso de estabilización
de las dunas debido a su capacidad para tolerar el enterramiento por arena. En cambio
son especies de menor importancia durante la reforestación ya que muchas de ellas han
desaparecido para dar lugar a especies de ambientes estabilizados, que es donde se pue-
de llevar a cabo la reforestación (ver capítulos de Reforestación y de Restauración). En el
cuadro 1 se enlistan las principales especies pioneras para cada región del país.
p
c)
p
d)
p
figura 8.
Perfil de dunas embrionarias y dunas en proceso de estabilización en el Golfo de California.
Se observa la presencia de cactáceas en la zona más distante del mar.
Dibujo Laura G. Rodríguez Lizárraga.
Varias especies inician la formación de dunas embrionarias ya que toleran el en-
terramiento por arena. Entre sus ramas acumulan arena y comienzan a estabilizarla
formando grandes montículos en algunos casos y pequeños en otros. Ello depende de la
forma de crecimiento de la especie y de su tolerancia al enterramiento (Johnson, 1979,
Martínez y Moreno Casasola, 1996; Maun, 1998). Algunas de estas especies se encuen-
tran creciendo en la playa y también en las dunas activas, ya que son los ambientes con
un fuerte movimiento de arena y la tolerancia a éste es necesaria para que las plantas
puedan crecer en estos sitios (figura 8).
56
Diagnóstico de las dunas costeras de México
La vegetación de estos ambientes es la que se reconoce como más típica de dunas
y que comparten formas de vida relativamente iguales, se encuentra en la zona de dunas
embrionarias y dunas frontales. En general, en estas zonas crecen hierbas rastreras y
pastos entre una gran superficie de arena descubierta, carente de plantas. Lo que se
observa son plantas emergiendo de entre la arena. Cuando las plantas florecen (en la
primavera o el verano) se da una combinación muy colorida, predominan los morados y
amarillos que en contraste con las hojas y la arena, hacen paisajes muy hermosos, sobre
todo en Baja California. En las zonas del trópico húmedo predominan las tonalidades
de verdes con flores coloridas pero más aisladas. En algunos sitios como en Yucatán,
se forma una barrera natural de arbustos que funcionan como una cortina rompevien-
tos. Algunos de estos arbustos tienen olores dulces y follajes muy densos (por ejemplo
Tournefortia gnaphalodes). En cambio, en los desiertos en las dunas frontales crecen
hierbas anuales y arbustos espinosos y cactáceas. En las dunas del Pacífico sur después
de la franja de hierbas pioneras, se han sembrado cocotales pero quedan manchones
de selvas bajas con arbolitos con abundantes lianas, aunque también se establece en
algunas playas una cortina rompevientos con Conocarpus erectus y C. erectus var. seri-
ceus. En cambio en Tamaulipas pastos altos como Uniola paniculata estabilizan la arena,
forman dunas y también fungen como una cortina rompevientos. Entre los macollos se
establecen otras especies como Oenothera drumondii. En Veracruz y Tabasco, además de
algunos pastos, aunque menos abundantes, las rastreras de enormes ramas, a veces de
más de 30 m se extienden cubriendo la arena y su efecto se ha comparado con el de una
sábana que inmoviliza la arena. Entre ellas están Ipomoea pes-caprae, I. imperatii y Cana-
valia rosea. Sus flores son coloridas, rosas, lilas y blancas, y resaltan entre el follaje ver-
de de grandes hojas. En el Caribe, los arbustos predominan, entre ellos T. gnaphalodes,
pero también Coccoloba uvifera, Scaveola plumieri y Suriana maritima. (Figuras 9, 10).
b. El ambiente húmedo e inundable se encuentra en las depresiones o áreas más ba-
jas donde el viento ha erosionado tanto la arena que llega a aflorar el manto freáti-
co. Estos ambientes húmedos o inundables se pueden presentar en la playa, entre
cordones paralelos de dunas o en las partes más bajas entre los dos brazos de las
dunas parabólicas. El grado de humedad de estos ambientes está dado por el tiem-
po que permanecen inundados o con arena húmeda. Los suelos contienen mayor
cantidad de materia orgánica, el movimiento de arena es inapreciable y si llega a
darse inundación frecuente, se forma un humedal y en ocasiones se establece una
selva inundable donde predomina por ejemplo el anono (Annona glabra). En años
lluviosos el manto freático se eleva lo suficiente para producir inundaciones que
duran desde varias semanas, hasta cuatro o cinco meses. Pueden llegar a formar-
se lagos permanentes como en los sistemas de dunas próximos y aún dentro del
Puerto de Veracruz (donde predominan especies de humedales como Pontederia
sagittata y Thalia geniculata) o simplemente ambientes con mayor humedad que
favorecen el establecimiento de los primeros matorrales o mezclas con especies
de marismas y manglares. Cuando colindan con estos ecosistemas estuarinos
también se forman ambientes húmedos pero salinos y coinciden con las especies
de hondonadas húmedas de mayor salinidad. Algunas de estas marismas pueden
alcanzar valores muy altos de salinidad, dos o tres veces mayores que la del agua
de mar. En la figura 11 se ilustra un perfil en el que se muestran la topografía y la
vegetación que se establece en las hondonadas de las diferentes regiones del país.
Las especies de plantas de hondonadas húmedas son diferentes para cada región
de México (cuadro 2).
• en el Pacífico Norte: Abronia maritima, Atriplex barclayana, Oenothera drummondii
• en el Golfo de California: Atriplex barclayana, Sesuvium verrucosum
• en el Pacífico Sur: Uniola pittieri, Jouvea pilosa, Scaevola plumieri, Sesuvium portulacastrum,
Fimbristylis caroliniana, Ipomoea pes-caprae
• en el Golfo de México: Uniola paniculata, Coccoloba uvifera, Sesuvium portulacastrum,
Chamaecrista chamaecristoides, Palafoxia lindenii, Croton punctatus, Schizachyrium littorale,
Sporobolus virginicus
• en el Caribe: Sesuvium portulacastrum, Tournephortia gnaphalodes, Coccoloba uvifera, Suriana
maritima, Euphorbia buxifolia
cuadro 1.
Principales especies pioneras que colonizan la playa, las dunas embrionarias y
el primer cordón frontal en cada región del país.
p
figura 9.
Perfil de dunas embrionarias y dunas en proceso de estabilización en el Golfo de México.
Se observa la presencia de una selva tropical en la zona más distante del mar.
Dibujo Laura G. Rodríguez Lizárraga.
57
Flora y vegetación
p
figura 10.
Perfil de dunas embrionarias y dunas en proceso de estabilización en el Pacífico sur.
Se observa la presencia de matorrales en la zona más distante del mar.
Dibujo Laura G. Rodríguez Lizárraga.
En las hondonadas se establece desde vegetación herbácea, a veces con cobertu-
ras abiertas y otras muy cerradas, y a veces hasta arbóreas, formando selvas inunda-
bles. Estas comunidades se establecen en ambientes de agua dulce, salobre y en algunos
casos hasta hipersalinos (figura 12).
c. Los ambientes estabilizados son aquellos en los que la cubierta vegetal ha esta-
bilizado el sustrato, incorporando materia orgánica y convirtiendo la arena en un
mejor suelo en el que se llegan a establecer comunidades vegetales más estruc-
turadas tales como pastizales, matorrales y selvas. El movimiento de arena ha
cesado. La topografía se hace menos pronunciada y el paisaje es una ondulación de
pastizales y manchones arbolados, y palmas en el caso del Caribe (Torres-Avilez,
2007; Torres-Avilez et al., 2010). Estos constituyen los ambientes en los cuales una
reforestación puede tener éxito. En la figura 13 aparecen las principales especies
de los ambientes estabilizados que comprenden desde especies herbáceas hasta
arbóreas (cuadro 3). En las zonas más áridas predominan los matorrales y en las
zonas tropicales las selvas y en algunas zonas también pastizales.
• en el Pacífico Norte: Lippia nodiflora, Cyperus articulatus, Cyperus ligularis, Typha
domingensis.
• en el Golfo de California: Allenrolphea occidentalis, Suaeda nigra, Sesuvium verrucosum
Lycium brevipes, Atriplex linearis, Psorothamnus emoryi, Frankenia palmeri, Distichlis spicata y
Sporobolus airoides.
• en el Pacífico Sur: Dichelostemma capitatum, Salicornia subterminalis, Salicornia virginica,
Monanthochloe littoralis, Hippomanne mancinella.
• en el Golfo de México: Suaeda linearis, Salicornia spp., Monantochloe littoralis, Sesuvium
portulacastrum, Batis maritima (en contacto con lagunas costeras y marismas) y Typha
domingensis, Pontederia sagittata, Thalia geniculata, Cyperus articulatus, C. digitatus,
Sagittaria lancifolia, Pistia stratiotes, Eleocharis mutata (en depresiones de agua dulce), entre
otras.
• en el Caribe: Batis maritima, Salicornia bigelovi, Monanthochloe littoralis y Fimbristylis
spadiceae (en contacto con lagunas costeras y marismas), Bravaisia berlanderiana, Anthurium
tetragonum var. yucatanense
cuadro 2.
Especies de zonas húmedas e inundables que se encuentran
en diferentes dunas de México
p
figura 11.
Perfil de dunas embrionarias y dunas en proceso de estabilización en el Pacífico norte.
Se observa la presencia de matorrales en la zona más distante del mar.
Dibujo Laura G. Rodríguez Lizárraga.
58
Diagnóstico de las dunas costeras de México
• en el Pacífico Norte: Ephedra californica, Croton californicus, Encelia californica, Hazardia
squarrosa, Cryptantha maritima var. maritima, Acmispon strigosus, Cylindropuntia cholla,
Aesculus parryi, Oenothera wigginsii, Camissonia californica, Sphaeralcea fulva, Senecio
californicus, Lycium californicum, Atriplex julacea, Achyronychia cooperi, Astragalus
magdalenae.
• en el Golfo de California. Ambrosia dumosa, Ephedra trifurca, Larrea tridentata,
Stephanomeria pauciflora, Atriplex canecens, Oenothera drummondii, Jatropha cuneata
Amaranthus palmeri, Atriplex barclayana sonoriensis, Atriplex leucophylla, Bajacalia
crassifolia, Caesalpinia pannosa, Cylindropuntia alcahes, Cyrtocarpa edulis, Isocoma acradenia,
Wislizenia refracta.
• en el Pacífico Sur: Caesalpinia bonduc, Prosopis juliflora, Pithecellobium dulce, Guaiacum
coulteri, Opuntia excelsa, Bumelia celastrina, Thevetia peruviana, Diospyros aequoris, Bursera
linanoe, Jacquinia macrocarpa, Chrysobalanus icaco, Crataeva tapia.
• en el Golfo de México: Chrysobalanus icaco, Coccoloba uvifera, C. barbadensis, Manilkara
zapota, Quercus oleoides, varias especies de Ficus, Pouteria hypoplauca, Bursera simaruba,
Nectandra salicifolia, Sabal mexicana, Randia aculeata, Diphysa americana, Karwinskia
humboltiana, Enterolobium cyclocarpum, Brosimum alicastrum.
• en el Caribe: Thrinax radiata, Coccothrinax readii, Caesalpinia vesicaria, Pithecellobium keyense,
Bravaisia berlandieriana, Cascabela gaumeri, Cordia sebestena, Sideroxylon americanum,
Bonellia macrocarpa, Erithalis fruticosa, Agave angustifolia, Leucaena leucocephala, Coccoloba
uvifera, Metopium brownei, Bursera simaruba, Coccoloba barbadensis, Piscidia piscipula,
Diospyros yucatanensis.
cuadro 3.
Especies características de ambientes estabilizados de las dunas costeras
en las distintas regiones costeras de México.
p
figura 12.
Perfil de las hondonadas húmedas e inundables en el Golfo de México.
Dibujo Laura G. Rodríguez Lizárraga.
59
Flora y vegetación
p
a)
t
figura 13.
Imágenes de especies clave de los ambientes húmedos e
inundables donde se establecen especies herbáceas y arbóreas,
en ambientes de agua dulce en depresiones entre cordones de
dunas. Algunas especies herbáceas emergentes son: a) Sagittaria
lancifolia y b) Pontederia sagittata; y c) Nymphaea ampla es una
herbácea enraizada en el fondo del cuerpo del agua.
(Fotos: Gerardo Sánchez Vigil).
t
p
figura 14.
Especies clave en diferentes ambientes de dunas. Ejemplos de especies
formadoras de dunas son a) Abronia maritima y b) Sesuvium portulacastrum.
c) Chamaecrista chamaecristoides es colonizadora de dunas móviles que
posteriormente se cubren por pastos (Schyzachirium scoparium) y se
estabilizan. d) El nopal Opuntia stricta var. dillennii, atrae aves que se posan
para comer sus frutos y dispersan semillas de distintas especies, empezando
a formarse un núcleo de vegetación arbustiva en el pastizal.
(Fotos: Gerardo Sánchez Vigil).
En conclusión, la vegetación de las dunas costeras de México es muy diversa y va-
riable. Es distinta en las diferentes regiones geográficas. Localmente, la heterogeneidad
ambiental genera microambientes variados, aquellos con sustrato móvil, los húmedos
e inundables y los estabilizados, y en ellos también hay tipos de vegetación también di-
versos. Los proyectos de restauración y de reforestación deben tomar en cuenta esta
riqueza y variabilidad.
p
b)
p
c)
p
d)
p
a)
p
b)
p
c)
60
Referencias bibliográficas
Castillo, S. y P. Moreno-Casasola. 1998. Análisis de la flora de
dunas costeras del Golfo y Caribe de México. Acta Botánica
Mexicana 45: 55-80.
Ehrenfeld, J. G. 1990. Dynamics and processes of barrier-island
vegetation. Reviews in Aquatic Sciences 2(3-4): 437-480.
Espejel, E., Peña-Garcillán, P. y Jiménez-Orocio, O. 2013. Flora de
playas y dunas de México. Informe Técnico Final Conabio
HJ007.
Johnson, A. F. 1977. A survey of the strand and dune vegetation
along the Pacific and southern gulf coasts of Baja Califor-
nia, Mexico. Journal of Biogeography. 4(1): 83-99.
Johnson, A. F. 1979. Some aspects of the autecology of Abronia
maritima Nutt. ex Wats. Tesis Doctoral. Universidad de Ca-
lifornia, Davis.
Johnson, A. F. 1982. Dune vegetation along the eastern shore of
the Gulf of California. Journal of Biogeography. 9(4) 317-
330.
Maun, M. A. 1998. Adaptations of plants to burial in coastal sand
dunes. Canadian Journal of Botany 76(5): 713-738.
Martínez, M.L. y Moreno-Casasola, P. 1996. Effects of burial by
sand on seedling growth and survival in six tropical sand
dune species. Journal of Coastal Research 12 (2): 406-419.
Moreno-Casasola, P. 1991. Sand Dune Studies on the Eastern
Coast of Mexico. Proceedings Canadian Symposium on
Coastal Dunes 1990. Guelph, Ontario, Canada: 215-230.
Moreno-Casasola, P., y Espejel, I. 1986. Classification and ordina-
tion of coastal sand dune vegetation along the Gulf and Ca-
ribbean Sea of Mexico. Vegetatio 66(3): 147-182.
Moreno-Casasola, P., Espejel, I., Castillo, S., Castillo-Campos, G.,
Durán, R., Pérez-Navarro, J.J., León, J.L., Olmsted, I., Trejo-
Torres, J. 1998. Flora de los ambientes arenosos y rocosos
de las costas de México. En: Halffter, G. (Ed.). Biodiversidad
en Iberoamérica. Vol. II. CYTED- Instituto de Ecología A.C.
177-258.
Torres Avilez W. M. 2007. Caracterización del matorral de duna
costera a lo largo del litoral Yucateco. Tesis de Biología. Ins-
tituto Tecnológico de Conkal.
Torres Ailez, W., Méndez, M., Dorantes, A. y Durán, R. 2010. Es-
tructura, composición y diversidad del matorral de duna
costera en el litoral Yucateco. Boletín de la Sociedad Botá-
nica de México (86): 37-51.