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Revista semestral Año 5 número 8 Segundo semestre 2006
CIS
CENTRO DE INVESTIGACIÓN SOCIAL
Calidad de vida y necesidades de salud en campamentos:
Una mirada fundamental a la extrema pobreza en Chile
Nueva Ficha de Protección Social:
Un replanteamiento al sistema de protección social en Chile
Habilitación Social: Formando comunidades sustentables
Entrevista a Ignacio Irarrázaval
Plan de Habilitación Social: Los usuarios opinan
Por Irene de Federico
Las normas como bien público y como bien privado:
Reflexiones en las fronteras del enfoque AVEO
Por Rubén Kaztman y Fernando Filgueira
Organización Mesa de Trabajo campamento Las Lomas II:
Efecto de las relaciones sociales entre pobladores y voluntarios
Por Pamela Jorquera
Historias de Latinoamérica
12 de diciembre, Lima, Perú
Tertulias
Claudio Sapelli: Reformas necesarias al sistema educativo
Claudio Orrego: Peñalolén, un sinfín de desafíos
UN TECHO PARA CHILE
Publicación
CENTRO INVESTIGACIÓN SOCIAL
2Centro de Investigación Social Un Techo para Chile
3
CIS
investigación
I. INTRODUCCIÓN
En el contexto de un país cada día más desarrollado,
que avanza frenético gracias a su estabilidad institu-
cional y sus grandes cifras, es difícil encontrarse con
la extrema pobreza. Sin embargo, oculta en sectores
periféricos, o disimulada tras las grandes obras públi-
cas, la marginalidad urbana subsiste y se reproduce
cotidianamente.
Los análisis existentes sobre campamentos en Chile tien-
den a centrarse habitualmente en la condición socioeco-
nómica de sus habitantes, así como en el deficiente
acceso a servicios básicos o las insuficiencias en la cali-
dad de éstos. No obstante lo anterior, la extrema pobreza
cobra formas diversas, extendiéndose como una catego-
ría multidimensional, y por ende transversal a todos los
ámbitos de la vida de los individuos.
Una de las dimensiones más soslayadas en el estudio
de los campamentos es la salud, un déficit no despre-
ciable cuando se trata de uno de los factores que más
inciden en la calidad de vida de las personas, y con ello
en su satisfacción con el entorno y el país en general. El
presente artículo pretende contribuir al conocimiento de
estos temas, dejando al descubierto las múltiples nece-
sidades aún existentes para un porcentaje considerable
de ciudadanos de nuestro país, y con ello los enormes
desafíos que persisten en el diseño y proyección de polí-
ticas sociales integrales y eficientes que contribuyan a la
erradicación de la pobreza.
El Catastro Nacional de Campamentos 2005, del Centro
de Investigación Social (CIS) de Un Techo para Chile,
señala la existencia de 453 asentamientos en nuestro
país1. Pese a su reducción sostenida en la última década,
el problema de los campamentos sigue afectando a
Chile. De cualquier forma, la solución no sólo estriba en
otorgar una vivienda social sino en cómo fortalecer las
capacidades y satisfacer otras necesidades básicas de
sus habitantes con miras a lograr una situación de vida
más adecuada y satisfactoria para todas las familias que
componen a este grupo de la sociedad.
II. CONTEXTUALIZACIÓN
En nuestro país, existen dos instancias nacionales cana-
lizadas a través del Instituto Nacional de Estadísticas
(INE) y del Ministerio de Salud (MINSAL), a través de las
cuales se genera conocimiento en salud. La primera, es
la Encuesta Nacional de Salud (ENS) aplicada durante el
año 2003, que mide la prevalencia de diferentes patolo-
gías crónicas en la población chilena y las caracteriza de
acuerdo a variables sociodemográficas. La segunda es
la Encuesta de Calidad de Vida (ECV), también de pro-
yección nacional que mide las percepciones, creencias y
actitudes de las personas en relación a la salud, al acceso
a los servicios de salud y percepción de calidad de vida
de los chilenos, aplicada por primera vez el año 2000
y por segunda vez en 2006. Ambos instrumentos nos
permiten obtener valiosa información acerca de la con-
dición de salud de los chilenos y, por lo tanto, focalizar
los recursos y generar estrategias específicas de inter-
vención. Sin embargo, ambas instancias dejan fuera de
la medición a las personas habitantes de campamentos,
por lo que no disponemos de información específica de
este tipo de población que nos permita focalizar nues-
tras intervenciones a sus requerimientos, a sus percep-
ciones y a sus realidades.
Por otra parte, existe múltiple evidencia en la literatura,
acerca de cómo la pobreza, la percepción subjetiva de
nuestro lugar en la escala social y el nivel socio econó-
mico marcan diferencias importantes en relación a dife-
rentes resultados en salud; sin embargo, las políticas de
salud se han enfocado principalmente a lo curativo, al tra-
tamiento de las enfermedades ya producidas y no a inter-
venir sobre las causas que condicionan la generación y
progresión de estas enfermedades, muchas de las cuales
tienen su raíz en el contexto social de las personas.
En el mundo existe mucha evidencia, proveniente prin-
cipalmente de países desarrollados, que muestra que
intervenciones sobre las inequidades, sobre las conduc-
tas y sobre otros factores psicosociales pueden mejorar
resultados en salud. Además, existen datos que han per-
mitido evaluar la efectividad de diferentes acciones, de
manera que el costo – efectividad de diferentes interven-
ciones relacionadas con salud es conocida.
Es por estas razones que creemos que el evaluar las condi-
ciones de salud y las percepciones acerca de la calidad de
ésta y de la vida en general en la población habitante en
campamentos puede aportarnos información útil, enfo-
cada a hacer un buen diagnóstico y a diseñar estrategias
específicas de intervención enfocadas a esta población.
III. METODOLOGÍA
Se realizó un diseño transversal, usando como universo
muestral los 6061 hogares de campamentos de la región
metropolitana. Estos se estratificaron por tamaño del
campamento y por zonas (urbano/rural).
En paralelo, se diseñó una encuesta utilizando como
base el WHOQUOL2, un instrumento de calidad de vida
probado en Chile, propuesto por la OMS y validado en
países de habla hispana, el que se ajustó de acuerdo a
las referencias extraídas en el pretest, así como en entre-
vistas cualitativas. En conjunto con este instrumento, se
aplicaron preguntas ya validadas previamente, con base
CALIDAD DE VIDA Y NECESIDADES DE
SALUD EN CAMPAMENTOS:
UNA MIRADA FUNDAMENTAL A LA EXTREMA
POBREZA EN CHILE
Paula Bedregal Médico especialista en Salud Pública y Pediatría; Magíster en Salud Pública y Master in
Sciences in Health Systems Management, Profesora del Departamento de Salud Pública
de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Cynthia Zavala Estudiante de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Jorge Atria Magíster en Sociología, Pontificia Universidad Católica de Chile, Director del Centro de
Investigación Social de Un Techo para Chile.
Gabriela Núñez Socióloga, Universidad Alberto Hurtado, Coordinadora del
Plan de Salud de Un Techo para Chile.
1 Ver revista del catastro nacional de campamentos en Chile, 2005, disponible en la web www.untechoparachile.
cl/cis.
4Centro de Investigación Social Un Techo para Chile
5
CIS
investigación
en la Encuesta Nacional de Calidad de Vida y la Encuesta
Nacional de Salud, ambas del Ministerio de Salud de Chile.
Finalmente, se aplicaron algunas preguntas modificadas
del módulo de salud de la encuesta CASEN, destinadas a
evaluar el acceso a redes de salud y conocimiento acerca
de factores de riesgo modificables y prevalencia de
enfermedades crónicas. Este instrumento fue elaborado
por el equipo de investigación y revisado por el equipo
coordinador de Un Techo para Chile.
Las encuestas fueron aplicadas como pretest en 10 casos
para modificar problemas de lenguaje y comprensión.
Con posterioridad a los ajustes, se reclutó a encuesta-
dores de la Fundación Un Techo para Chile y estudiantes
de la Escuela de Medicina de la Pontificia Universidad
Católica de Chile. Los encuestadores fueron capacitados
a través de un manual de encuestaje y de charlas.
Finalmente, la aplicación de la encuesta se realizó en los
meses de junio y comienzos de julio de 2006. El tamaño
muestral, considerando un error de 5% y una confiabili-
dad de un 95%, fue de 361 casos. El tipo de muestreo a
realizar fue estratificado por zona, considerando además
el tamaño de los campamentos (de acuerdo al catastro
nacional de campamentos antes mencionado, existen
567 hogares en microcampamentos; 2294 hogares en
campamentos medianos y 3200 hogares en macrocam-
pamentos), considerándose a un total de 23.
Un criterio muestral fue realizar la encuesta a los jefes de
hogar. Cada familia definió qué integrante de su núcleo
cumple ese rol, el que, en su mayoría, recayó en las muje-
res, ayudado también porque a las horas del día en que
fue aplicada la encuesta fueron muchos los hombres que
se encontraban laborando, ya sea en fuentes formales o
informales de trabajo.
Las encuestas se digitaron y analizaron mediante el uso
de un software estadístico apropiado para estos fines
(SPSS 12.0). Se realizó un análisis descriptivo e inferencial
de la información de acuerdo a la naturaleza de las varia-
bles. El plan de análisis se ajustó a las necesidades de Un
Techo para Chile (y de los habitantes de campamentos),
de manera de realizar un trabajo atingente y productivo.
IV. RESULTADOS
Caracterización de la muestra
En la caracterización de la muestra apreciamos un predo-
minio de las mujeres y la fertilidad por sobre los niveles
nacionales, e índices de analfabetismo en campamentos
considerablemente mayores a los promedios en la RM, lo
que es consecuente con los menores promedios de esco-
laridad. Además, llama la atención la larga data de vida
en campamentos y los altos índices de allegamiento, que
alcanzan a un tercio de los encuestados.
Calidad de vida relacionada a salud
En el estudio se encontró que la satisfacción general con
la calidad de vida en promedio es baja, particularmente
entre las mujeres. Más de un tercio de ellas la calificó
como mala o muy mala. Entre los hombres, un 14,3%
tiene la misma percepción, siendo esta diferencia esta-
dísticamente significativa. No encontramos diferencias
significativas al ajustar por otras variables. Por otro lado,
al preguntar por la satisfacción en general con la salud,
un 31,6% de los encuestados se declararon insatisfechos
con su salud. No se encontró asociación con la situación
de allegado, tipo de campamento ni con alfabetización.
Un 35,9% de las mujeres calificaron su salud como mala/
muy mala, mientras que entre los hombres sólo un 11%
la catalogaron así, siendo esta diferencia importante.
Al analizar la calidad de vida por dimensiones, la dimen-
sión estructural, es decir, la referida al nivel de infraes-
tructura con la que cuenta el campamento, es la peor
evaluada (36% de satisfacción promedio), seguido de la
disponibilidad de redes (51% de satisfacción); aspectos
psicológicos (54,6% de satisfacción) y la salud (57,84%
de satisfacción). En general, las mujeres evalúan peor
que los hombres la dimensión sicológica, y aquellos con
menor alfabetización califican peor las áreas sicológicas
y de salud.
Con respecto a las temáticas específicas, menos de un
cuarto de los entrevistados señaló que el dolor físico le
dificulta de manera significativa realizar actividades físi-
cas habituales, siendo esto mucho más frecuente en los
analfabetos.
Un 28% de los encuestados señaló que necesita bastante o
excesivamente un tratamiento médico para funcionar en
su vida diaria y un cuarto de ellos señaló que tiene un poco
o nada de energía suficiente para realizar las actividades
cotidianas. Esta situación se asocia con ser mujer, con ser
analfabeto y con el tipo de campamento en el que habita
(rural 30%; urbano-medio 28,8%; urbano-macro 18%).
Señalaron insatisfacción con el sueño un 42% de los
encuestados, siendo esta percepción significativamente
mayor en mujeres que en hombres, y en analfabetos que
en alfabetos.
El 26% de los encuestados indicaron insatisfacción con
sus capacidades para trabajar, variable que no se asocia
con otras variables en estudio.
Un cuarto de la muestra señaló disfrutar poco y nada con
la vida, mientras que un 16,6% dijo que su vida tiene poco
o nada de sentido, y en esto encontramos una asocia-
ción significativa con la alfabetización. Más de un tercio
de los encuestados indicó tener sentimientos negativos
como tristeza, ansiedad, desesperanza o depresión, con
frecuencia o siempre, siendo esta situación más habitual
entre mujeres analfabetas.
Llama particularmente la atención que prácticamente la
mitad de los entrevistados, un 49,6%, señalaron tener
poca o nada de aceptación hacia su imagen física y un
21,6% dijeron estar insatisfechos consigo mismos. Esto
habla de una autoestima altamente lesionada, tema
sobre el cual se hace imperativo intervenir. Además, un
20,5% de las personas declararon sentirse muy insatis-
fechas e insatisfechas con sus relaciones personales;
39,9% se encuentran insatisfechas con el apoyo que reci-
ben de sus amigos y un 30% admitió estar insatisfecho
con sus relaciones sexuales. Esto último no se asoció
con ninguna variable en particular. Consecuentemente a
estos datos, un 40,3% de la muestra señaló percibir poco
o nada de seguridad en su vida.
A la luz de estos resultados, cabe cuestionarse cuáles
son las fuentes de apoyo de estas personas y se resalta
la necesidad de ayudar en la construcción de redes de
soporte, ya que la percepción de falta de apoyo, sumado
a la baja autoestima y a la alta prevalencia de sentimien-
tos de tristeza y desesperanza son factores explicativos
potentes de la elevada tasa de drogadicción y depresión
que se encontró.
Por otra parte, un 64,5% señaló que ha tenido poco o
nada de oportunidades para realizar actividades recrea-
tivas o de ocio. A mayor escolaridad, mayor posibilidad
de realizar este tipo de actividades. Vale recalcar que el
tiempo para efectuar actividades de ocio no va necesa-
riamente correlacionado al ingreso, y ésta es una situa-
ción sobre la que es posible intervenir y sobre la que se
puede hipotetizar que de lograr aumentar el tiempo para
recreación podrían, a su vez, mejorar otros parámetros.
Problemas específicos de salud y conducta
ante los mismos
Número total de casos 361 personas
Distribución por género 17,5% Hombres; 82,5% Mujeres
Edad promedio 36.3 años (rango: 15 -77)
Promedio de hijos 2.5 (RM 2000 – 2005: 2; RM 2005 – 2010: 1.9)
Porcentaje de analfabetismo 9,7% (nacional 8.2%; RM 4%)
Escolarización promedio 7,48 años (nacional 8.1; RM 9.1)
Promedio de años de vida en campamento 10.74 años (catastro CIS 2005: 7,8 años)
Porcentaje de allegados 33%
TABLA 1. CARACTERIZACIÓN DE LA MUESTRA
80
70
60
50
40
30
20
10
0Dolor de
cabeza Dolor de
espalda Dolor de
huesos Síntomas
depresivos
64,4
38,7
53
42 40
45,5 43,6
27,4
Figura 1: Prevalencia de algunas enfermedades. Respuesta múl-
tiple, la suma de los porcentajes da más de 100%.
Mujeres
Hombres
CALIDAD DE VIDA Y NECESIDADES DE SALUD EN CAMPAMENTOS:
UNA MIRADA FUNDAMENTAL A LA EXTREMA POBREZA EN CHILE
6Centro de Investigación Social Un Techo para Chile
7
CIS
investigación
El 26,9% de las mujeres y el 27,9% de los hombres señala-
ron haber tenido algún accidente los últimos seis meses,
lo que motivó atención de salud. Llama la atención la
similitud de la cifra entre hombres y mujeres cuando
habitualmente son los hombres quienes sufren significa-
tivamente una mayor tasa de accidentes.
Frente a un problema de salud, es interesante que un
7,3% de los encuestados admitió no hacer nada y un
31,4% prefiere automedicarse; sin embargo, la mayoría
acude a centros de salud (39,2%) o a los servicios de
urgencia (28,5%). No se encontraron diferencias signi-
ficativas por género, excepto en no hacer nada, con-
ducta más frecuentemente seguida por los hombres
(Figura 2).
esfuerzos importantes en materia de apoyo a la pobla-
ción infantil es la entrega de leche en los consultorios.
En esta muestra, el 68% de los encuestados con derecho
a este beneficio declaraban retirar la leche de su con-
sultorio, versus un 79% que lo hizo a nivel de la Región
Metropolitana y un 85% a nivel país. Probablemente, esto
se relaciona con que este beneficio se obtiene a través de
los consultorios, en los que la leche es entregada al reali-
zar los controles de salud a los niños, y hay que recordar
que un tercio de la muestra no se encontraba inscrita en
el consultorio y que un 26% indicó no tener los controles
sanos de los niños al día.
Figura 2: Conducta declarada ante el último episodio de enfermedad. Respuesta múltiple, la suma de los porcentajes da más de 100%.
Acceso a redes de salud
El acceso a estas redes es un factor importante en la
calidad de salud de la población, ya que es la principal
manera en que se accede a las políticas preventivas de
este ámbito.
En la R.M., según datos del Ministerio de Salud del año
2005, la satisfacción con el acceso a redes de salud per-
tenecientes al Sistema Nacional de Servicios de Salud
alcanza un 76%, y la insatisfacción un 17%. En la muestra
de esta investigación un 62% de los encuestados se mani-
festó insatisfecho o muy insatisfecho con su acceso a los
centros de salud. Los principales factores que explican
esta desaprobación son la insatisfacción con los niveles
de seguridad percibidos, con el transporte, con el apoyo
de los amigos y con la propia salud.
En relación a la previsión de salud, conviene recordar
que se trata de un beneficio garantizado por el Estado a
todos los ciudadanos, independientemente de sus ingre-
sos. En esta población específica pudimos observar que
un 20% declaró no tener previsión en salud, y un 32%
dijo no estar inscrito en un centro de atención primaria.
Entre quienes dijeron no tener previsión en salud, casi
tres cuartas partes no están inscritos en un consultorio
de atención primaria. Entre quienes declararon tener pre-
visión, un 85% declaró estar afiliado a FONASA, y un 9%
señaló tener previsión, pero no conocer cuál es.
A partir del siguiente modelo de regresión logística (con-
dicional), las únicas variables que resultaron significa-
tivas estadísticamente y que explican la inscripción en
centros de salud (pilar de la atención pública de salud)
fueron: edad (OR 0.978 [0.956 – 0.999]); sexo (OR:
2.1 [1.177 – 3.805]); número de hijos (OR 1.25 [1.049
– 1.492]) y ser allegado (OR 0.461 [0.285 – 0.745]). Así,
a medida que un individuo aumenta su edad, disminuye
ligeramente la probabilidad de inscribirse en el centro
de salud2. Esta disminución es mayor cuando se trata de
la condición de allegado (ser allegado reduce de manera
importante la probabilidad de estar inscrito en centros
de salud); como contraparte, ser mujer incrementa con-
siderablemente la probabilidad de estar inscrito, y a
medida que aumenta el número de hijos la probabilidad
también aumenta, aunque más sutilmente que en el caso
de la variable sexo.
En nuestro país, uno de los programas más importan-
tes es aquel destinado al control sano de niños menores
de seis años, y además es uno de los que tiene mejor
cobertura a nivel nacional. El programa ampliado de
inmunizaciones (PAI), según cifras ministeriales del año
2003, cubre aproximadamente al 96% de la población
del país. En este estudio encontramos que sólo el 77%
de los niños presentaron sus vacunas al día. Otro de los
100
80
60
40
20
0
77,7
96
73,8 68,1
85
74,1
94
48
61,7
85
70,7
8,8
0,9
Campamentos
Nacional
COMPARACIONES SOBRE DISTINTOS ÍTEMS
50
40
30
20
10
0
32,8
Mujeres (%)
Hombres (%)
CONDUCTA FRENTE A ENFERMEDAD
24,6
4,8
1,6
40,5
32,8
27,9
31,1
18,4
24,6
5,4
16,4
Figura 3: Con respecto a los escolares, tres cuartas partes de los niños entre 6 y 15 años asisten regularmente al colegio, 61%
participan del programa de alimentación complementaria y menos de la mitad, un 47%, ha sido evaluado en el programa de salud
escolar, gestionado por la JUNAEB y que consiste en la pesquisa de algunas condiciones frecuentes de detectar en escolares como
escoliosis y vicio de refracción, para los cuales existen fondos especiales designados para su tratamiento. En los ítems control niño
sano, programa de salud escolar JUNAEB y almuerzos en el colegio no fue posible obtener los porcentajes nacionales.
2 En el caso de la variable edad se da el fenómeno de aumento de inscripción en centros de salud en los extremos;
de esta forma, aunque el resultado de la regresión logística evidencia que decrece la probabilidad de estar inscrito
a medida que se avanza en edad, esto debería revertirse una vez que se llegue al último segmento etario.
Vac una ció n Control niño
sano
Retiro de
leche
Asistencia regu-
lar al colegio
Programa salud
escolar JUNAEB
Almuerza
en colegio
FONASA Desconoce su
previsión
ENFERMEDADES CRÓNICAS
Figura 3: Los datos nacionales fueron sacados de la Encuesta de Calidad de Vida (2000). Con respecto a la pregunta sobre los pro-
blemas con la pareja, la mayoría de las respuestas afirmativas en los campamentos fueron de mujeres. En la segunda pregunta,
de izquierda a derecha, las afirmaciones fueron significativamente mayores en hombres (55%) que en mujeres (34%), y en ambos
casos mayores a la población general (15%).
Automedicación Medicina
tradicional
Atención por prof. de
la salud
Atención en servicios
de urgencia
Reposo Nada
40
35
30
25
20
15
10
5
0¿Ha tenido problemas con
su pareja por el alcohol?
¿Le ocurre que ocacional-
mente termina tomando
más de lo que quería?
¿Ha tenido que consumir
alcohol en las mañanas?
¿Le molesta que lo criti-
quen cuando bebe alcohol?
¿Bebió alcohol en su
último embarazo?
(sólo mujeres)
38%
10,40%
38,70%
15,40%
26,60%
2,40%
37,30%
9,40%
26%
Campamentos
Nacional (ECV)
En relación al tabaquismo, un 60% de los encuestados
declaró estar expuesto al humo del cigarro dentro de
su casa, versus un 51% de la población general. Un 56%
señaló fumar activamente, versus un 42% encontrado en
promedio en la ENS 2003. De este porcentaje, un 31%
pertenece al estrato E (Figura 4).
CALIDAD DE VIDA Y NECESIDADES DE SALUD EN CAMPAMENTOS:
UNA MIRADA FUNDAMENTAL A LA EXTREMA POBREZA EN CHILE
8Centro de Investigación Social Un Techo para Chile
9
CIS
investigación
dificultando aún más la superación de los problemas de
pobreza que los aquejan.
- Lo anterior, sin embargo, contrasta con un mal aprovecha-
miento de la estructura de oportunidades que la sociedad
ofrece. A partir de este estudio, se comprueba que existe
una sub-utilización importante de los recursos de salud,
cuestión que se manifiesta principalmente en tres fenó-
menos: el distanciamiento de las redes de salud primarias
(visible en el alto nivel de individuos habitantes de campa-
mentos no inscritos en los consultorios aledaños al asen-
tamiento), el desconocimiento del tema previsional y en la
conducta mostrada ante el padecimiento de una enferme-
dad (de acuerdo al presente estudio, aparecen como opcio-
nes preferenciales la automedicación y el no hacer nada).
- De la misma forma, también hay una gran cantidad de
personas que no acceden a prestaciones que tradicional-
mente tienen alta cobertura en nuestro país, como el con-
trol de niño sano, los programas de vacunación y el retiro
de leche desde el consultorio. Las cifras de personas que
no acceden a estos beneficios son consistentes con las de
las personas que señalan no estar inscritas en su centro de
salud (lugar desde el que se accede a estas prestaciones).
- Todo lo anterior abre la interrogante acerca de las causas
que permitan entender el comportamiento anteriormente
descrito. A manera de hipótesis, es posible pensar en la
falta de información de este segmento, debido principal-
mente a un descuido por parte de los gobiernos locales,
así como también a la alta rotación de individuos y fami-
lias, dificultando un seguimiento sistemático de su situa-
ción social. Estas debilidades se apreciarían de manera
conjunta en la calidad de vida de los residentes de campa-
mentos, acentuando los problemas no sólo de salud, sino
de acceso a vivienda definitiva o a los múltiples subsidios
que el Estado ofrece. Otro tema que tiene relación es la
alta insatisfacción con el acceso a las redes de salud -casi
ocho veces mayor a la reportada en la Región Metropoli-
tana según cifras del Ministerio de Salud-. Se trata enton-
ces de una población especialmente insatisfecha (trato
indigno, poca deferencia, promesas incumplidas, etc.) lo
que de seguro ayuda a explicar el distanciamiento. Por
último, factores estructurales también tendrían incidencia
(como el transporte), concluyéndose que el mal aprove-
chamiento de las oportunidades existentes en salud puede
tener asociado un conjunto diverso de explicaciones.
En lo que toca específicamente a las condiciones de
salud de los habitantes de campamentos, resultan espe-
cialmente interesantes las siguientes conclusiones:
- Se evidencia una importante cantidad de problemas deri-
vados del alto consumo de alcohol en la población estu-
diada. Esto obliga a promover el diseño de estrategias
más focalizadas, entendiendo que el consumo de alcohol
es pernicioso no sólo por cuanto atenta contra las con-
diciones de salud, sino que también porque impide una
correcta inserción de los individuos en la sociedad, poten-
ciando los problemas sociales vinculados a la pobreza.
- En lo concerniente al consumo de tabaquismo, nueva-
mente ocurre en la población habitante de campamentos
una situación delicada, pero que es atípica respecto del
consumo esperado. De manera general, la prevalencia al
tabaquismo es mayor en los estratos socioeconómicos
altos, debido a la correlación importante que existe con
los recursos económicos (en los estratos socioeconómi-
cos bajos existe una limitación económica que puede
constreñir un mayor consumo de cigarrillos debido a su
alto costo). Esto es corroborado por la Encuesta Nacional
de Salud, donde se señala que el 42% de la población
nacional mayor de 18 años consume tabaco, a diferencia
del grupo socioeconómico E, donde el consumo equi-
vale al 31% de la población. No obstante estas cifras,
la población estudiada evidencia altísimos niveles de
tabaquismo, presentando un comportamiento diferente
a la gradiente socioeconómica del resto del país. Este
resultado, además de poner en jaque la correlación entre
recursos económicos y consumo de tabaco, provee de
una alerta especial para detener los altos índices de con-
sumo (56% de la población habitante de campamentos
declara fumar activamente, mientras que un 60% admite
estar expuesto al humo de cigarrillo en su casa), de lo
cual es preciso hacerse cargo de manera apremiante.
- En consonancia con los argumentos anteriores, es nece-
sario también realizar intervenciones más activas y efica-
ces en lo que toca a la mayor prevalencia de los síntomas
anímicos, depresivos y de sueño que lo acaecido con la
población nacional. Mientras en Chile un 17% de la pobla-
ción mayor de 18 años declara presentar estos síntomas,
en campamentos la cifra aumenta más del doble (40% pre-
senta síntomas). Existe, asimismo, una alta disconformidad
con la autoimagen, cuestión que bien puede interpretarse
como una muy baja satisfac-
ción con el cuerpo y la apa-
riencia física, repercutiendo
esto directamente en los esta-
dos de ánimo, la confianza y
los niveles de autoestima de
las personas. Este acápite ilus-
tra también la importancia de
diseñar estrategias integrales
de intervención en salud que
contemplen tanto la dimen-
sión física como la mental.
- Finalmente, a partir de esta
investigación se destaca la
carencia de tiempo destinada
por los habitantes de campa-
mentos a recreación y acti-
vidades de ocio en general,
lo que en estricto rigor no
debiese estar correlacionado
con los ingresos, pudiendo
existir factores adicionales.
Esto empeora los síntomas anímicos antes mencionados,
incrementando paralelamente el sedentarismo y sus pro-
blemas colaterales, además de una mayor prevalencia de
hipertensión. Lo anterior sugiere la oportunidad de trazar
intervenciones en salud juntando esta preocupación con la
práctica de deportes y actividades recreativas, obtenién-
dose beneficios múltiples (disminución del sedentarismo
y la obesidad, liberación de endorfinas, disminución del
riesgo cardiovascular y de los problemas de sueño, etc.).
A través de este estudio, ha sido posible percibir los enor-
mes desafíos de la sociedad chilena en lo que concierne
al ámbito de la salud y la calidad de vida. La pobreza en
sí representa exclusión: exclusión de recursos, de opor-
tunidades, de redes sociales. Las necesidades de salud
insatisfechas de la población habitante de campamentos
representan una exclusión adicional, debido a la incapa-
cidad que produce en las personas para acceder a las ya
escasas oportunidades existentes, aumentando la priva-
ción y las pérdidas económicas y sociales. Es tarea pen-
diente para las políticas de salud incentivar el desarrollo
de intervenciones multidimensionales y focalizadas, ten-
dientes a proveer de mínimos que efectivamente lleguen
al grupo objetivo, incrementando las oportunidades de
los individuos y mejorando la calidad de vida en general.
Alberto Hurtado decía que “El gran enemigo de Cristo en
Chile es la apatía, la indolencia y la superficialidad con
la que se miran todos los problemas”. El principal desa-
fío que enfrenta la sociedad chilena es hacer de estos
temas una cuestión apremiante y no ajena, asimilando
la enorme importancia que tiene en miles de personas y
ante la cual es necesario hacerse parte, por medio de la
denuncia, del voluntariado o de la promoción y difusión
de políticas públicas.
TABAQUISMO
60
50
40
30
20
10
0
Exposición intrado-
miciliaria a tabaco
59,20%
Fuma ocasionalmente o
uno o más cigarroos al día
51%
56,20%
40%
Campamentos Nacional (ECV)
En cuanto a enfermedades crónicas, en nuestra mues-
tra un 41,6% de los individuos se declaró hipertenso en
comparación al 10,3% que señaló lo mismo en la ECV, y
al 33.6% que corresponde al promedio país de hiperten-
sión, encontrado en la Encuesta Nacional de Salud (ENS).
En el análisis por NSE de la ENS, el grupo E presenta
niveles de hipertensión de un 42%, comparables a los
de la población de campamentos. Un 35% de la muestra
declaró estar actualmente en tratamiento antihiperten-
sivo y un 13% estar en control en el programa de hiper-
tensión de su consultorio.
Respecto a los diabéticos, un 36% de la muestra declaró
sufrir esa enfermedad (ECV 3,2%) y un 32% dijo estar en
tratamiento por la diabetes, pero de ellos sólo un 4% se
controla con el programa de diabetes de su consulto-
rio. Esta cifra es muchísimo más alta que la prevalencia
nacional de esta dolencia, que corresponde a un 4%, por
lo que es un dato que requiere mayor análisis.
Al preguntar por la actividad física, un 92% de la muestra
declaró ser sedentaria, definiendo sedentarismo como la
no realización de actividad física por un mínimo de 30
minutos, tres veces a la semana. Estos valores son simi-
lares a los encontrados en nuestra población en otras
encuestas.
V. CONCLUSIONES
A partir de los resultados anteriores, la presente investi-
gación arrojó las siguientes conclusiones:
- En la población habitante de campamentos existe una
alta insatisfacción con la calidad de vida en general, y en
específico en relación con la salud. Lo anterior, que se
ve reflejado en múltiples percepciones sobre prevalencia
de enfermedades y conductas de riesgo, se constituye
como un aspecto fundamental en la situación de pobreza
de los pobladores, afectando su bienestar cotidiano y
CALIDAD DE VIDA Y NECESIDADES DE SALUD EN CAMPAMENTOS:
UNA MIRADA FUNDAMENTAL A LA EXTREMA POBREZA EN CHILE