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Acevedo-Sandoval, Otilio;Ortiz-Hernández, Enrique;Cruz-Sánchez, Misael;Cruz-
Chávez, Enrique
El papel de óxidos de hierro en suelos
TERRA Latinoamericana, Vol. 22, Núm. 4, octubre-diciembre, 2004, pp. 485-497
Universidad Autónoma Chapingo
México
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TERRA Latinoamericana
ISSN (Versión impresa): 0187-5779
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Universidad Autónoma Chapingo
México
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Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
485
EL PAPEL DE ÓXIDOS DE HIERRO EN SUELOS
Role of Iron Oxides in Soils
Otilio Acevedo-Sandoval1‡, Enrique Ortiz-Hernández1, Misael Cruz-Sánchez1
y Enrique Cruz-Chávez1
RESUMEN
El hierro es uno de los elementos más frecuentes
en las rocas y en los suelos agrícolas. El color del
suelo y, en consecuencia, la diferenciación visual de
los horizontes del perfil se relaciona, frecuentemente,
con la forma y composición de los depósitos de
óxidos e hidróxidos de hierro, cuyo contenido en el
suelo suele expresarse en porcentajes. Los óxidos de
hierro son minerales de neoformación provenientes de
la alteración de rocas y suelos y, debido a que no se
encuentran unidos química o estructuralmente a los
silicatos, ocurren como óxidos libres. Los óxidos de
hierro en el suelo son importantes, ya que no existe
prácticamente un suelo donde no se encuentren,
aunque sea en pequeñas cantidades. El conocimiento
de estructura, propiedades y naturaleza de los óxidos
de hierro se ha aumentado en los últimos años, si bien
estos conocimientos indican las complejas relaciones
que se establecen entre los óxidos y los otros
componentes orgánicos e inorgánicos del suelo. Los
óxidos de hierro presentes en el suelo, en especial
depositados como recubrimiento de minerales
primarios y secundarios o infiltrados en agregados de
arcilla, alteran la carga eléctrica, modifican las
propiedades de superficie e incrementan la capacidad
amortiguadora del suelo; el hierro juega un papel
importante en la agregación de partículas y en la
formación de la estructura del suelo. El objetivo del
presente trabajo fue documentar los resultados de
varios estudios que sugieren la evolución del
conocimiento de los óxidos, hidróxidos y
oxihidróxidos de hierro en el ambiente edáfico y
discutir su significancia en el desarrollo de la
morfología de los suelos y sus propiedades.
Palabras clave: Óxido férrico, óxido ferroso,
agregación.
1 Centro de Investigaciones en Ciencias de la Tierra, Universidad
Autónoma del Estado de Hidalgo. km 4.5 Carr. Pachuca-
Tulancingo. 42084 Pachuca, Hidalgo, México.
Autor responsable (acevedo@uaeh.reduaeh.mx)
Recibido: Diciembre de 2002. Aceptado: Abril de 2004.
Publicado como ensayo en Terra Latinoamericana 22: 485-497.
SUMMARY
Iron is one of the most frequent elements in both
rocks and agricultural soils. The color of the soil as
well as the visual identification of soil horizons is
frequently correlated with the form and composition
of iron oxides and hydroxides. Iron content in soils is
expressed in percent. Iron oxides are minerals of neo-
formation produced by the alteration of rocks and
soils. Because they are not united chemically or
structurally to silicates, they occur in the form of free
oxides. Iron oxides in soils are important because they
can be found in variable proportions in every soil
type. The knowledge of the structure, properties, and
characteristics of iron oxides has increased in recent
years and indicates their complex relationship with
both the organic and inorganic components of the soil.
Iron oxides present in soils, especially coating particle
of other minerals or mixed with clayed aggregates,
alter the electrical charge, modify the surface
properties, and increase the buffer capacity of the soil.
Furthermore, iron plays an important role in particle
aggregation and in the formation of soil structure.
Index words: Ferric oxide, ferrous oxide,
aggregation.
INTRODUCCIÓN
Los óxidos de hierro son los óxidos metálicos más
abundantes en el suelo (Schwertmann y Taylor, 1989).
Los óxidos y los oxihidróxidos de hierro influyen en
las propiedades de los suelos altamente meteorizados.
Estos minerales se presentan en cristales muy
pequeños y se pueden agregar, dispersar a través del
suelo o revestir a otros minerales. Los óxidos de
hierro se emplean como indicadores de la pedogénesis
(Schwertmann, 1985), además, se usan para
determinar sus propiedades inherentes como son
hábito de cristalización, cristalinidad y sustitución
isomórfica (Heck y Mermut, 1999), propiedades que
pueden indicar las condiciones de medio ambiente en
las cuales se formaron, por ejemplo, el área de
sustitución de aluminio puede reflejar la actividad de
TERRA Latinoamericana VOLUMEN 22 NÚMERO 4, 2004
486
este elemento en la solución del suelo. Los cristales
pequeños de los óxidos de hierro presentan una mayor
área superficial, el cual aumenta la capacidad de
adsorción de fosfatos del suelo, propiedad de suma
importancia en agronomía (Prasetyo y Gilkes, 1994).
DISCUSIÓN
Hierro en el Suelo
Los óxidos en el suelo son importantes, ya que no
existe prácticamente un suelo donde no estén
presentes, aunque sea en pequeñas cantidades
(Besoain, 1985). Bodek et al. (1988) mencionaron que
el contenido de hierro en el suelo varía de 0.5 a 5% y
que la media estimada es de 3.8%. Este contenido
depende del tipo de suelo y de la roca madre, por
ejemplo Yeróshkina, citado por Kaúrichev (1980),
mencionó que el hierro no silícico [obtenido por el
método de Mehra y Jackson (1960)], constituye hasta
50% de la masa del suelo o de 10 a 70% del contenido
de hierro total (Cuadro 1). La reserva total en el suelo
es del orden de 0.7 a 55%; sin embargo, el hierro
intercambiable oscila entre 1 y 1000 mg kg-1 y el
soluble entre < 0.1 y 25 mg L-1 (Castellanos et al.,
2000). El contenido de hierro total (Fe2O3) en los
suelos de la corteza siálica de meteorización suele ser
de 2 a 6% y en la corteza alítica de meteorización
alcanza 30% (Kaúrichev, 1980).
Wild (1992) mencionó que las concentraciones de
Fe2+ y Fe3+ en la solución de suelos que presentan
condiciones aerobias son mayores que 10-7 M,
Cuadro 1. Formas de hierro en el suelo.
Formas de hierro Compuestos de hierro
Silícico Hierro en las composiciones de silicatos
de aluminio
No silícico libre Hierro en los compuestos de óxidos e
hidróxidos de hierro en distintos grados de
cristalización y amorfos, hierro de
complejos, hierro de intercambio y soluble
en agua
a) Amorfo
b) Cristalizado
c) De intercambio
d) Soluble en agua
Goethita, lepidocrocita magnetita,
ferrihidrita. Primordialmente en formas de
hierro bivalente, en forma iónica
(primordialmente en Fe2+) en forma
coloidal (protegido por algunas sustancias
orgánicas o por sílice coloidal) en forma
de complejos y de composiciones
intracomplejas
Fuente: Kaúrichev (1980).
fijándose estos iones en soluciones nutritivas. Se
desconoce la concentración de hierro en la solución
del suelo que garantice la velocidad óptima de
crecimiento para las distintas especies cultivadas. Es
probable que en la interfase suelo-raíz se
descompongan los complejos férricos y se reduzca el
Fe3+ antes de su absorción por las plantas (Römheld,
1991).
Formas Cristalinas, Paracristalinas y Amorfas de
Óxidos de Hierro
Químicamente, el óxido de hierro consiste de
simples compuestos en la forma pura de Fe, O e H
únicamente. El hierro es una estructura octaédrica en
el cual seis átomos de oxigeno y/o grupos oxidrilos se
arreglan en paquetes compactos hexagonales o
cúbicos, con pequeños intersticios entre ellos
(Figura 1). Estos intersticios son pequeños sitios para
iones de Fe3+, los cuales pueden ser desplazados por
otras especies iónicas trivalentes, pero es significativo
encontrar sustitución de Fe3+ únicamente (Murad y
Fischer, 1985; Zinder et al., 1986). Los dos
principales grupos de óxidos de hierro son: los óxidos
(Fe2O3) y los oxihidróxidos (FeOOH); los
trihidróxidos [Fe(OH)3] no existen. Al interior de cada
grupo existente son llamados forma • , que forman
paquetes cerrados de oxígeno hexagonal (hematita,
•-Fe
2O3 y goethita, • –FeOOH) y paquetes cerrados
de forma cúbica • (magnetita, • -Fe2O3 y
lepidocrocita • -FeOOH) (Taylor, 1990).
Figura 1. Estructura del óxido de hierro.
ACEVEDO ET AL. EL PAPEL DE LOS ÓXIDOS DE HIERRO EN SUELOS
487
Los óxidos de hierro son productos de
neoformación proveniente de la alteración de rocas y
suelo, debido a que no se encuentran unidos química o
estructuralmente a los silicatos, éstos se encuentran en
la forma de óxidos libres. El hidróxido férrico,
Fe(OH)3, es el resultado directo de la oxidación del
hierro ferroso y precipitado que, con el tiempo, es
mineralizado. En el sentido genético, es importante la
correlación de las formas de hierro con distinto grado
de cristalización; entre éstas las que se encuentran en
el suelo son:
- oxihidróxido férrico amorfo (Fe2O3·nH2O)
- maghemita ( -Fe2O3)
- lepidocrocita (• -FeOOH)
- hematita (• -Fe2O3)
- goethita (• -FeOOH).
los cuales difieren únicamente en el arreglo espacial
de la unidad estructural básica: el octaedro Fe(O,OH)6
(Lindsay, 1985).
La precipitación del hierro a partir de una solución
iónica puede lograrse por elevación del pH o por
oxidación del hierro ferroso en solución, debido a que
el producto de solubilidad del hidróxido férrico es
mucho más bajo que el del hidróxido ferroso (Taylor,
1990).
La valencia del hierro en el momento de la
precipitación es crítica con referencia a la estructura
del cristal, es decir, si se dispone sólo de iones férricos
durante la precipitación se obtiene siempre óxido
hidratado alfa, con agrupamiento hexagonal de
átomos de oxígeno; por el contrario, si se da la
disponibilidad simultánea de iones ferrosos y férricos
se permite la síntesis de hidróxidos ϒ que tiene
agrupamiento cúbico (Murad y Fisher, 1985;
Schwertmann, 1990; Taylor, 1990).
La rápida precipitación del ión férrico mediante la
adición de un álcali a una solución de iones férricos,
produce un gel voluminoso de color pardo, el cual
lentamente se transforma por envejecimiento a
hidróxido cristalino, siendo la reacción:
Fe3+ +3OH- Fe(OH)3
El gel resultante se engloba en la fórmula
Fe(OH)3·nH2O y se nombra como gel pardo u
oxihidróxido férrico amorfo; por envejecimiento de
éste se origina goethita, hematita e hidrohematita, así
como mezclas de dos o tres de estos componentes.
Los factores que influyen en la naturaleza de los
productos de envejecimiento del gel férrico son:
temperatura y pH; bajas temperaturas y pH elevados
favorecen la formación de goethita, altas temperaturas
y pH bajo estimulan la formación de hematita; bajas
temperaturas y pH neutro conducen a la formación de
hidrohematita, que es una forma amorfa y parda
precursora de la hematita. El envejecimiento es
acelerado por temperaturas elevadas, pero también es
retardado por la presencia de aniones, como los
fosfatos que pueden reemplazar al grupo hidroxilo
(Kaúrichev, 1980; Besoain, 1985; Lindsay, 1985;
Taylor, 1990). La ferrihidrita es una estructura
imperfecta de la hematita, con la fórmula
Fe5(OH)8·4H2O3 (Schwertmann, 1990).
La alta energía superficial de los óxidos de hierro
no llega a alcanzar un mayor grado de
sobresaturación, ya que todos los óxidos poseen una
baja solubilidad. Una sobresaturación puede conducir
a una nucleación elevada y, en consecuencia, a un
significativo número de cristales pequeños en
condiciones superficiales, los cuales pertenecen al
suelo.
Los óxidos de hierro se forman rápidamente por
disolución en pH bajos y, una vez que las condiciones
del suelo se estabilizan, la disolución es
extremadamente lenta. La disolución del hierro es
originada cuando el Fe (III) es reducido a Fe (II) por
la transferencia de electrones, dada por la condición
deficiente de oxígeno. Nuevos óxidos de hierro se
forman cuando se reintegra el oxígeno al sistema.
Los óxidos de hierro reductomórficos del suelo
pueden ser de formación joven dada por condiciones
de oxidación-reducción, por ejemplo mecanismos de
movilización e inmovilización del hierro dentro del
perfil.
Determinación de Óxidos de Hierro
La identificación de los materiales de hierro y de
los minerales de hierro plantea una gran dificultad
para su estudio. Parte del problema se debe al bajo
porcentaje que hay en los suelos y al empleo de
difracción de rayos X que no siempre produce buenos
resultados (Dahlgren, 1994). Para evaluar el contenido
de hierro en el suelo, se han empleado técnicas donde
se usan varios reactivos (Cuadro 2), cuyos resultados
dan una estimación de la cantidad de estos minerales
(Shuman, 1985; Parfitt y Childs, 1988; Zhang et al.,
1997).
El tratamiento con ditionito-citrato-bicarbonato
(Mehra y Jackson, 1960) extrae hierro (Fed) de la
mayoría de los minerales del hierro pedogénico, esta
técnica determina óxidos de hierro lábiles; el oxalato
ácido de amonio (Feo) extrae hierro amorfo, no
cristalino y pobremente ordenado (Smith, 1994), es
TERRA Latinoamericana VOLUMEN 22 NÚMERO 4, 2004
488
Cuadro 2. Eficiencia de algunos reactivos para disolver
componentes del suelo (Parfitt y Childs, 1988)
Componentes
del suelo Piro-
fosfato Oxalato Ditionito-
citrato
Ferrihidrita Eficiente Eficiente Eficiente
Goethita Deficiente --- Eficiente
Hamatita --- --- Eficiente
Lepidocrocita --- Deficiente-regular Eficiente
Maghemita --- Deficiente-regular Eficiente
Magnetita --- Deficiente-regular Regular
Deficiente: < 10%; regular: 10 a 80%; eficiente: > 80%.
selectivo de la ferrihidrita. El pirofosfato de sodio o
potasio (Fep) obtiene el hierro presente en el suelo
como parte de complejos orgánicos (Smith, 1994).
Algunas relaciones de hierro son usadas
paradeterminar la presencia de estos minerales en el
suelo, como: Feo/Fed es una medida de la proporción
del total de hierro pedogénico (amorfo más
ferrihidrita), Fe2O3(ditionito)/Fe2O3(total) es una
medida de la cantidad total de Fe que es retirado del
suelo, la diferencia Fed – Feo es usada para estimar el
hierro en la goethita y la hematita (Acevedo-Sandoval
et al., 2002).
Óxidos, Hidróxidos y Oxihidróxidos de Hierro:
Composición y Morfología en el Ambiente Edáfico
En el Cuadro 3, se presentan la composición y la
morfología de los óxidos de hierro; las formas son
principalmente gobernadas por los arreglos
específicos del mineral Fe(O,OH)6 octaédricos en la
estructura; algunas morfologías se pueden separar y
observar en el suelo. Sin embargo, las formas pueden
modificarse ligera o fuertemente, debido a las
interferencias de la solución del suelo desde el cual
los óxidos de hierro se forman. En particular, los
compuestos en solución que tienen alta afinidad por la
superficie de los óxidos de hierro (orgánicos, silicatos
y estructuras fosfatadas) pueden impedir la
cristalización y no alcanzan formas geométricas
regulares o típicas.
La morfología de los cristales de hierro del suelo
presenta alguna similitud con aquellos que se
sintetizan en el laboratorio. La naturaleza acicular de
las goethitas del suelo es claramente visible, pero es
menos desarrollada que la sintetizada; además, en
ocasiones pueden presentarse formas aciculares y
no aciculares (Besoain, 1985; Taylor, 1990).
Los óxidos de hierro desempeñan un papel
importante en los suelos, debido a su facilidad para
cambiar valencia y formar complejos con numerosos
productos orgánicos y minerales. Así, el hierro de los
minerales puede liberarse mediante dos mecanismos:
a) oxidación, transformación en Fe3+ y expulsión
subsiguiente de redes, y b) movilización como Fe2+
siempre que el medio esté exento de oxígeno.
Dentro de las formas movibles de hierro en los
suelos se encuentran: las cristalizadas, las amorfas y
las de intercambio movibles y asimilables.
Aparte de éstas, se distinguen las formas iónicas y
las coloidales, las composiciones complejas y las
intra complejas. El contenido de las distintas formas
de hierro está ligado, en sumo grado, a la génesis e
influye sobre la fertilidad del suelo. Las formas
móviles de hierro son las que más influyen sobre la
edafogénesis y el crecimiento de las plantas.
El hierro desempeña un papel importante
en los procesos de ferralitización, laterización,
podsolización, gleificación y solodización. A partir de
la proporción del contenido y de las formas de hierro
en distintos horizontes, puede evaluarse el grado de
desarrollo de los procesos edáficos antes indicados.
La distribución del hierro, en función de la
profundidad en los perfiles del suelo, es un reflejo de
los procesos pedogenéticos. En el horizonte
superficial, los patrones de distribución de estos
elementos pueden ser diferentes que en los horizontes
subsuperficiales, debido a las prácticas agrícolas que
el campesino realiza.
Zhang et al. (1997) encontraron en Alfisoles y
Oxisoles que el hierro se presenta en todo el perfil
asociado con las formas amorfas predominando en los
horizontes subsuperficiales y, en menor cantidad,
asociado como óxido de hierro. Estos resultados
coinciden con lo reportado por Acevedo-Sandoval
et al. (2002) en Inceptisoles y Alfisoles del estado de
México. En los Ultisoles, los óxidos de hierro se
presentan en los horizontes superficiales (los primeros
40 cm), mientras que las formas amorfas se
encuentran en todo el perfil. En los Oxisoles, la
mayor concentración de hierro se encuentra a 79 cm
Cuadro 3. Composición y morfología de los óxidos de hierro.
Especie Composición Morfología
Goethita FeOOH Agujas o listonado
Hematita Fe2O3 Láminas hexagonales
Maghemita Fe2O3
Magnetita Fe3O4 Cúbica
Lepidocrocita FeOOH Láminas alargadas
Ferrihidrita Fe5(OH)8·4H2O3 Esférica
ACEVEDO ET AL. EL PAPEL DE LOS ÓXIDOS DE HIERRO EN SUELOS
489
de profundidad; esto se atribuye a un intenso proceso
de ferralitización (Wild, 1992).
Fuentes de Procedencia de los Óxidos de Hierro en
los Suelos
Las fuentes de hierro en los suelos las constituyen
diversos minerales primarios ferromagnesianos,
destacando los piroxenos, anfíboles, algunas
variedades de granate, epidota, filosilicatos como
biotitas y olivino. Una pequeña parte de hierro se
incorpora a la estructura de los filosilicatos, en
particular en los Minerales 2:1 o se compleja con la
materia orgánica (Murad y Fischer, 1985).
El hierro en las rocas se presenta en estado
divalente y se libera a través de una reacción
combinada hidrolítica oxidativa del tipo (Besoain,
1985):
-Fe2+ - O - Si - + H2O = -Fe3+ - OH - Si + e-
en la cual el oxígeno atmosférico capta el electrón:
O2 + 4e- = 2O2-
La oxidación provoca la pérdida de electrones del
catión con lo que se modifican el tamaño y la carga
del mismo. Ello causa un desequilibrio en la
estructura del mineral, lo que obliga al catión a
abandonar la red, dejando un hueco hacia donde
puede ser atraído un H+, la solubilidad del hierro es
radicalmente modificada por la oxidación. El Fe2+ en
la forma catiónica o como hidróxido Fe(OH)2 es
relativamente fácil de remover del medio en solución;
en cambio, ante la presencia de oxígeno y si el pH es
superior a 3.5, el Fe2+ se oxida a Fe3+ que precipita
como Fe2O3·nH2O de muy baja solubilidad (Ford,
1984).
La descomposición del olivino es un buen ejemplo
de una oxidación asociada a una hidratación que da
lugar a la formación de óxidos e hidróxidos de hierro:
Hidróxido de hierro
FeMgSiO4 + 9/2 H2O + 1/2O2 Si(OH)4 + Fe(OH)3 + Mg(OH)2
Olivino Sílice Hidróxido de magnesio
En ocasiones aparecen, como productos
intermedios, la serpentina y la magnetita, pero si se
sigue oxidándose e hidratándose dará sucesivamente
hematita y goethita o estilpnosiderita (Murad y Fisher,
1985):
3(2SiO2·FeO·3MgO) + 6H2O + O2 3(2SiO2·3MgO• 2H2O) + Fe3O4
Olivino Serpentina Magnetita
El tamaño de los cristales de óxidos de
hierro en suelos oscila entre 10 y 100 nm junto con los
aluminosilicatos pobremente cristalinos, como son el
alófano y las sustancias húmicas. Los óxidos de hierro
se encuentran entre las partículas más pequeñas del
suelo (Figura 2).
Influencia de las Propiedades Físicas y Químicas
del Microambiente sobre los Óxidos de Hierro
La principal forma en que se presenta el hierro en
el suelo es como óxido e hidróxido Fe(III) en forma
de pequeños granos de mineral o revestimientos
amorfos sobre otros minerales. Los minerales de
Fe(II) son solubles y persisten en suelos que presenten
condiciones aerobias; cuando las condiciones se
cambian, se oxida y se precipita como óxido Fe(III)
(Scheinost y Schwertmann, 1999).
La formación de óxidos de hierro en el suelo es
afectada por la materia orgánica y por las bacterias, el
hierro forma quelatos metálicos con la materia
orgánica y algunas bacterias participan en el ciclo del
hierro. La distribución de hierro extraíble depende de
la presencia de la materia orgánica. Los ácidos
húmicos del suelo son fuertemente adsorbidos o
acomplejados con el hierro en pH > 3 (Duxbury et al.,
1989). El hierro debería ser el catión principal que se
uniera a la carga negativa de la materia orgánica y de
las arcillas, sin embargo, el hierro tiende a hidrolizarse
dentro de innumerables formas: policationes,
hidróxidos y óxidos (Zhang et al., 1997).
Otros constituyentes del suelo que son adsorbidos
por Fe(III) son óxidos cristalinos, minerales arcillosos
y oxihidróxidos de hierro y manganeso. En el
Cuadro 4, se dan las constantes de adsorción para
hierro en minerales arcillosos, sílice y materia
orgánica.
La solubilidad del hierro en el suelo depende de la
disolución de los oxihidróxidos de Fe(III), de los
procesos hidrolíticos, de la complejación del hierro y
del potencial redox. En resumen, la solubilidad del
hierro puede ser significativamente afectada por la
formación de otros compuestos de hierro, como:
sulfatos, sulfuros y carbonatos (Murad y Fischer,
1985; Schwertmann, 1990).
La solubilidad del Fe(III) es controlada por
muchos óxidos solubles presentes, como
suelo-Fe(OH)3, que gobiernan la actividad de Fe(III)
en el suelo. En esta discusión, suelo-Fe(OH)3
es definida como una fase amorfa que tiene un mayor
490
A = Cuarzo, feldespato, mica, etc. B = Caolinita, gibbsita. C = Esmectitas
D = Lepidocrocita. E = Goethita, hematita. F = Ferrihidrita, alofano.
Figura 2. Comparación del tamaño de minerales del suelo (Schwertmann, 1990).
orden estructural que un precipitado reciente de
Fe(OH)3 (amorfo).
Suelo-Fe(OH)3, magnetita, o siderita pueden
controlar la solubilidad de Fe(II) en los suelos,
dependiendo del potencial redox y del CO2.
En condiciones oxidantes (pe + pH > 11.5), el
Cuadro 4. Constante de adsorción para hierro.
Adsorbente Concentración
analítica (M) pH Am K
L A
§
Arcillas
Caolinita 10-5.5 - 10-5 3 4.3 5.5 -
Saturada con Ca 10-5.5 - 10-5 4 14.9 6.0 -
Forma Na 0 – 0.015 3 1430 2.6 -
Bentonita,
forma Na 0 – 0.015 3 6180 2.8 -
Illita, forma Na 0 – 0.015 3 4920 2.9 -
Montmorillonita 10-2.5 > 0.5 - - 220
Forma Na 10-2.5 > 1.0 - - 260
> 1.6 280
> 2.1 280
Forma H 10-2.5 – 10-2.2 - 460 4.2 -
Sílice
SiO2 10-39 2.7 - - 4.0
SiO2 0 – 10-3.4 2.5 0.5 6.4 -
3.0 1.0 6.7 -
Materia
orgánica
Ácido húmico 10-4.3 – 10-3.3 2.4 1760 3.2 -
Am = adsorción máxima de Langmuir (µmol g-1); KL = constante de
Langmuir (log M-1); § A = adsorción (µmol g-1).
Fuente: Bodek et al. (1988).
suelo-Fe(OH)3 (el cual es compuesto intermedio en
solubilidad para hidróxidos amorfos y óxidos
cristalinos) controla la solubilidad; si el pH < 11.5
forma magnetita (Fe3O4) que es la fase estable hasta
siderita (FeCO3), la cual está determinada por la
presión parcial de CO2 (Schwertmann, 1990; Taylor,
1990).
La reacción del hierro en los procesos de
alteración depende del sistema Eh-pH del medio
ambiente y del estado de oxidación de estos
compuestos. Valores bajos de pH 5 y del potencial
redox favorecen las formas ferrosas; pH de 8 ó valores
redox crea un medio ambiente estable para hierro
férrico. El potencial de electrodo para Fe(II)/Fe(III) es
–0.771 V (Bodek et al., 1988).
En la Figura 3, se muestra un esquema de algunos
de los parámetros físico-químicos que influyen en la
dirección de la mineralización del hierro.
Los caminos químicos que se presentan son
derivados de experimentos realizados en laboratorio y
que pueden asociarse significativamente con las
observaciones de campo.
La sustitución de aluminio en goethita se presenta
de forma continua en los suelos (Taylor, 1990), sin
embargo, ésta no puede ser sintetizada en el
laboratorio a partir de un sistema de hidróxido
Al(III)–Fe(III). En condiciones ambientales, este
sistema puede conducir únicamente a la formación de
1
1
0
100
1
10 100 1 10
•m
mm
A
B
C
D
E
F
491
Figura 3. Caminos químicos para la formación y transformación de óxidos de hierro en el suelo (Taylor, 1990).
hematita-Al con valores muy bajos de relación
Al/(Al+Fe). Por otro lado, el aluminio es causante de
la formación de goethita durante la oxidación de un
sistema Fe(II)-Al(III), en la ausencia de aluminio
puede normalmente conducir a otras fases.
Los óxidos de hierro (goethita, lepidocrocita,
magnetita, maghemita y ferrihidrita, cualquiera como
producto final o como un precursor de goethita y/o
hematita) pueden formarse a pH neutro a partir de la
oxidación de un sistema de Fe(II) por cambios ligeros
en el porcentaje de oxidación, concentración de hierro
y temperatura.
Taylor (1990) mencionó que otros óxidos de
hierro comunes en el suelo pueden ser transformados
a magnetita cuando se eleva la temperatura del suelo,
ocasionado por un incendio de pastos o bosques. La
temperatura necesaria para la transformación no puede
lograrse a una profundidad mayor que 1 cm en pastos
incinerados o mayor que 5 cm, en el caso de hojas
secas. En suelos de Australia, se han encontrado
cantidades considerables de material de magnetita,
resultado directo de varias quemas.
Como puede observarse en la Figura 3, la
formación de magnetita puede llevarse a cabo por la
vía de compuestos green rust. Estos compuestos
resultan de la combinación de Fe(II) e hidroxiespecies
de Fe(III) a través de una oxidación controlada de un
sistema Fe(II) oxidado debajo del agua para producir
Fe(III)
complejos
orgànicos
Fe3+
cationes
Fe2+
cationes
Fe(OH)x3-x
Fe(OH)y2-y
Compuestos
verdes oxidados
Magnetita
Fe3O4
Lepidocrocita
γ
γγ
γ-FeOOH
Maghenita
γ
γγ
γ-Fe2O3
Goetita
α
αα
α-FeOOH
Fe(OH)x3-x
Insoluble Soluble
Ferrihidrita
Fe5(OH)8.4H2O3
Hematita
α
αα
α-Fe2O3
Descomposiciòn
protolitica
Descomposición
hidrolítica
Precipitación
Protonación
Deshidratación,
reordenamiento
Disolución
Disolución
Deshidroxilación
200-400ºC
Disolución Nucleación
Hidrólisis
pH>3
Reducción, pH<8
Oxidación pH<3
Hidrólisis,
oxidación pH 5-8
Lavado,
compuesto
deshidratado
Proveer bajo vacío
Continua la oxidación
Deshidratación + oxidación lenta (elevadas temperaturas)
Oxidación
(bajas temperaturas)
Lenta oxidacn
acuosa de
complejos lavados
Reducción,
protonación
Provee en aire
Vía solución
pH elevado
Deshidratación
200-300ºC
Transformación termal
200-400ºC+ materia orgánica
Hexagonal óxidos fase - α
αα
α
Cúbica óxidos fase - γ
γγ
γ
Caminos químicos para la formación y
transformación de óxidos de Fe en suelo
TERRA Latinoamericana VOLUMEN 22 NÚMERO 4, 2004
492
goethita, lepidocrocita, ferrihidrita o maghemita, o
combinaciones de estas fases, dependiendo de las
condiciones en que se lleve a cabo la oxidación.
Es conocido que la lepidocrocita se presenta, en
particular, en ambientes pedogenéticos de regiones
húmedas y templadas. En diferentes condiciones
ambientales, la lepidocrocita puede transformarse a un
polimorfo de goethita, mientras que a temperaturas
elevadas (250 °C) durante un incendio forestal, la
lepidocrocita se transforma a maghemita,
presentándose ésta en mayor cantidad en suelos
tropicales y subtropicales (Gehring y Hofmeister,
1994).
Chiang et al. (1999) mencionaron que la presencia
de lepidocrocita como óxido de hierro predominante
en suelos puede ser el resultado de una temporada de
lluvia alta (por ejemplo, precipitación anual de
3000 mm y una temperatura media anual de 10.3 °C),
contenido de arcilla, hierro y aluminio alto, y un pobre
drenaje en los horizontes profundos, lo que puede
aumentar la reducción y la oxidación en los suelos.
Schwertmann (1990) mencionó que la formación
de lepidocrocita requiere de Fe(II) como precursor. El
Fe(II), el cual se derivó de la reducción de óxidos de
Fe(III), aparentemente se oxidó para formar
lepidocrocita. La lepidocrocita que se forma en
horizontes B de suelos forestales no alterados, puede
ser causada por la lixiviación de Fe(II) o Al desde el
horizonte A con pH bajo, contenido alto de materia
orgánica y en condiciones de reducción. La frecuencia
de la reducción y oxidación en el suelo afecta el
tamaño del cristal de los minerales de óxidos de
hierro.
Chiang et al. (1999) indicaron que, en ausencia de
citrato, los productos de precipitación de la oxidación
de Fe(II) formados en pH 6 después de un periodo de
120 min fueron la goethita y pequeñas cantidades de
lepidocrocita. Pequeñas cantidades de citrato en pH 6
pueden promover y estabilizar la formación de
lepidocrocita. La lepidocrocita se presenta en suelos
con drenaje pobre en áreas de clima templado o
tropical con un amplio rango de pH.
Influencia de las Especies Cristalinas de Óxidos de
Hierro sobre el Color de los Suelos
Los óxidos de hierro son empleados como
indicadores de medio ambiente pedogenético por tres
razones: a) incluyen algunos minerales, b) tienen
diferentes colores y c) el tipo de mineral formado es
influenciado por el medio ambiente (Schwertmann,
1993). Todos los óxidos de hierro presentan colores
llamativos entre rojos, amarillos y pardos, y pueden
ser identificados en el suelo; sin embargo, en una
mezcla de colores fuertes (como el rojo sangre de la
hematita) enmascara a los colores débiles, como es el
caso del amarillo de la goethita (Scheinost y
Schwertmann, 1999).
La hematita presente en el suelo es de color rojo
con hues entre 7.5YR y 10YR, la goethita de color
amarillo con hue entre 7.5YR y 2.5YR, la
lepidocrocita de color anaranjado con un hue de
7.5YR. La ferrihidrita puede ser distinguida de la
goethita porque ésta es más roja, hue de 5 a 7.5YR, y
de la lepidocrocita por valores menores que o iguales
a 6 (Schwertmann, 1993).
Estos colores específicos de los minerales varían
con relación a su concentración, tamaño del cristal,
grado de cementación y posibles sustituciones
isomórficas. En suelos aerobios, óxidos de hierro
(hematita, goethita, lepidocrocita, maghemita y
ferrihidrita) son compuestos inmóviles de baja
solubilidad que tienen colores entre amarillo y rojo.
En condiciones anaerobias, los óxidos de hierro
pueden ser solubilizados por respiración bacteriana. El
Fe2+ movible puede desplazarse a zonas aerobias
donde es oxidado para formar nuevos óxidos de
hierro. Este proceso provoca una distribución
heterogénea de FeO y color, mientras que, en
condiciones aerobias, se presenta más homogénea la
distribución de FeO2. En el Cuadro 5, se presentan la
forma y la presencia de color en los óxidos de hierro.
Scheinost y Schwertmann (1999) concluyeron que
las muestras de goethita, alcaganeita y la hematita se
separan claramente por el hue, mientras que la
maghemita y la jarosita pueden ser distinguidas por su
extremado value, y la lepidocrocita por su alto
chroma.
En cuanto a los demás óxidos de hierro que
presentan hues, values y chromas intermedios
(feroxita, ferrihidrita, akaganeita y schwertmanita), no
pueden identificarse con seguridad por su color,
debido a la semejanza en color, el cual se explica por
la estructura semejante del cristal Fe-Fe; además,
estos minerales presentan una mayor variabilidad en
el color debido al tamaño de la partícula y su forma, a
la agregación de partículas y a los defectos cristalinos
o impurezas, que privan esta clasificación, basada en
el color.
Los suelos que contienen hematita o lepidocrocita
pueden ser diferenciados con seguridad de los suelos
que contienen únicamente goethita.
493
Cuadro 5. Forma y presencia de óxidos de hierro cristalino y paracristalinos del suelo.
Grupo Fórmula Nombre
Sistema
cristalino Color Presencia en suelos
•-Fe
2O3 Hematita Hexagonal Rojo Principalmente en suelos de zonas tropicales
Ocasionalmente en zonas templadas o paleosuelos
Óxidos
anhidros •-Fe
2O3 Maghemita Tetragonal Pardo
rojizo Principalmente en suelos de climas cálidos tropicales
o subtropicales
Fe3O4 Magnetita Cúbico Negro Material primario no pedogenético
Oxihidróxidos -FeOOH Goethita Ortorrómbico Pardo
amar. Suelos de climas húmedos, templados. En suelos
tropicales y suelos hidromórficos con climas de
verano caliente
-FeOOH Lepidocrocita Ortorrómbico Anaran. Suelos hidromórficos, no calcáreos o suelos bien
drenados, climas de verano caliente
Óxidos
paracristalinos Fe5(OH8)·4H2O3 Ferrihidrita Romboédrica Pardo
rojizo Suelos ácidos de climas fríos o templados con
abundante materia orgánica
Fuente: Besoain (1985).
Superficie Específica de los Óxidos de Hierro
El conocimiento de la estructura, de las
propiedades y de la naturaleza de los óxidos de hierro
se ha aumentado en los últimos años; estos
conocimientos también indican las complejas
relaciones que se establecen entre los óxidos y los
otros componentes orgánicos e inorgánicos del suelo.
La presencia de los óxidos de hierro en el suelo, en
especial depositados como cubierta de las partículas
minerales o infiltrados en agregados de arcilla
(Figura 4), altera la carga eléctrica, modifica las
propiedades de superficie e incrementa la capacidad
amortiguadora del suelo. Los hidróxidos e
hidroprotóxidos de hierro poseen amplia superficie,
por lo tanto, en un medio ácido pueden absorber
complejos de microelementos y, en un medio alcalino,
cargas positivas adsorben aniones.
A la superficie, los óxidos de hierro en contacto
con la fase líquida de un suelo se les denomina grupos
funcionales hidróxidos. Algunas superficies
desarrollan cargas a través de la desorción o
adsorción, respectivamente de iones hidrógenos (H+) u
oxidrilos (OH-). El signo y la magnitud de la carga
pueden depender de la concentración de H+ en un
medio de fase líquida, y esta carga puede controlar las
características de absorción y adsorción de los óxidos
de hierro por un valor de compuestos iónicos y
no iónicos. La carga también puede conducir a la
interacción con otros sólidos de la fase del suelo
resultando en una agregación y cementación de las
partículas del suelo.
Pequeñas cantidades de ferrihidrita pueden
proporcionarle al suelo, mayor área superficial
específica (200 a 500 m2 g-1) y una alta proporción de
sitios activos, lo cual puede contribuir a un conjunto
de propiedades del suelo (Childs, 1992). Greenland et
al., citados por Schwertmann (1990), estimaron que el
área superficial de suelos rojos de Australia es de
150 a 300 m2 g-1 .
Borggaard, citado por Schwertmann (1990),
mencionó que las fases cristalinas de los óxidos de
hierro presentan una menor área superficial que los
amorfos. Las ferrihidritas que tienen un tamaño de
partícula de 3 a 7 nm presentan un área superficial
mayor que el resto de los óxidos de hierro del suelo;
valores que varían de 327 y 1082 m2 g
-1 de hierro
extraído por EDTA se han reportado en suelos de
Tasmania y Dinamarca. En cuanto al área superficial
de suelos con goethita y hematita, ésta es del intervalo
de 50 a 200 m2 g-1.
Papel de los Óxidos de Hierro como Secuestrantes
de Elementos Trazas y Contaminantes
En muchos suelos ácidos, los óxidos, hidróxidos y
oxihidróxidos de hierro constituyen un grupo de
coloides que son capaces de adsorber amplias
cantidades de metales traza y tienen, además, una
importante influencia en las concentraciones de los
mismos en la solución del suelo. Estos coloides
juegan un papel importante en la sorción y
disponibilidad de fosfatos. La sorción de metales traza
y de fosfatos en varios suelos está influenciada por la
presencia de diferentes formas de hierro en cantidades
variables y por el pH, la materia orgánica y otras
propiedades del suelo (Zhang et al., 1997).
494
Figura 4. Rasgos micromorfológicos con presencia de óxido de hierro (Fuente: Acevedo-Sandoval et al., 2002).
495
La elevada superficie específica de los óxidos
de hierro y la forma en que se dispongan como
cubiertas en torno a las partículas, implican que
muchas propiedades de superficie de los suelos sean
dependientes de los óxidos de hierro. Esta superficie
adsorbe algunos aniones, como fosfato, molibdato y
silicato, y oligoelementos como Cu, Pb, V, Zn, Co,
Ni, además algunos otros elementos esenciales para
las plantas (Besoain, 1985). Se ha demostrado que la
adsorción de fosfatos en suelos es debida
esencialmente a óxidos de hierro.
Parfitt, citado por Childs (1992), mostró que la
adsorción de fosfatos por ferrihidrita natural es
comparable con el alófano.
Los óxidos de hierro desempeñan un papel muy
importante en los suelos; esto se debe a las
propiedades específicas del metal y sus iones, y, en
especial, a la facilidad con que cambian valencia y
pueden formar complejos con numerosos productos
orgánicos y minerales. Los óxidos de hierro son
anfóteros con respecto a la reacción con los iones H+ y
OH-, y a valores de pH ácidos los protones son
retenidos por la superficie de los grupos funcionales
Fe-OH que promueven el incremento de la carga
positiva: Fe-OH + H+ = Fe-OH2+, mientras que en
pH alcalinos, el ión H+ puede ser liberado y crear una
carga negativa: Fe-OH = Fe-O- + H+.
Cargas positivas y negativas pueden ser
balanceadas por cantidades equivalentes de aniones y
cationes, respectivamente. El pH, en el cual la
superficie transporta igual cantidad de cargas positivas
y negativas, es llamado carga de punto cero (CPZ) o
punto cero de carga neta.
El CPZ es una propiedad importante de los óxidos
de hierro. En suelos que presentan estos óxidos, el pH
puede influir en la adsorción de cationes y aniones, así
como en arcillas dispersas en el agua, por la
interacción entre los óxidos y la carga negativa de las
arcillas silicatadas.
Agregación por Óxidos de Hierro
Varios autores han expresado que los óxidos de
hierro son ineficaces como agentes de la estabilidad
de agregados, debido a que estos óxidos se presentan
en el suelo como partículas libres o discontinuas.
Puede presentarse una correlación significativa falsa
entre la estabilidad de agregados y los óxidos de
hierro, a menos que se asegure por una inspección
visual que algún tipo de óxido de hierro forme una
película superficial sobre las partículas de las arcillas.
El efecto de la agregación de partículas por los
óxidos de hierro varía de un suelo a otro y esta
diferencia es causada por la cantidad y naturaleza de
los óxidos en el suelo, unido a la pedogénesis del
suelo.
Muggler et al. (1999) mencionaron que suelos de
tipo Oxisol presentan una fuerte agregación de
partículas primarias, culminando en una baja cantidad
de arcillas dispersas en los horizontes B. Muchas de
las partículas de arcilla, las cuales consisten en
general de caolinita y/o gibbsita, son agregadas dentro
de partículas secundarias de tamaño de 5 a 300 • m.
Esta agregación se atribuye al efecto de óxidos de
hierro pobremente cristalinos, pero al removerse
parcial o totalmente se conduce a una dispersión de
las partículas. Greenland et al., citados por Muggler et
al. (1999), establecieron que las partículas de la
fracción arcilla tienden a ser partículas discretas que
presentan un pequeño efecto sobre la agregación.
Muggler et al. (1999) reportaron que la mayor
agregación por óxidos de hierro se presenta en los
agregados de tamaño de los limos.
Schwertmann y Taylor (1989) mencionaron los
principales efectos de los óxidos de hierro en el suelo:
a) una correlación significativa entre el porcentaje de
agregados estables en agua y los óxidos de hierro;
b) en observaciones realizadas en microscopio
electrónico se presenta el óxido de hierro depositado
sobre plaquetas de caolinita; c) se manifiesta una
dispersión de agregados del suelo después de remover
los óxidos de hierro con agentes reductores; y d) al
adicionarse óxidos de hierro sintéticos se promueve el
efecto de agregación en el suelo. En general, los
óxidos de hierro estabilizan a las arcillas al disminuir
la concentración crítica de coagulación, la dispersión
de arcillas y las arcillas expandibles; en resumen,
contribuyen a la estabilidad de los agregados y a la
estructura del suelo.
La actividad catalítica de la ferrihidrita en algunas
transformaciones orgánicas se atribuye a su área
superficial específica alta. La interacción de los
óxidos de hierro con las arcillas depende del pH; a
bajos pH, los óxidos se precipitan sobre la superficie
de los minerales arcillosos y, una vez formados estos
revestimientos, son estables a pH elevados (Peacock y
Rimmer, 2000).
La agregación estable en suelos oxidados puede
atribuirse a una asociación entre óxidos de hierro y
arcillas silicatadas. En general, estas uniones no
pueden ser destruidas por fuerzas dispersivas, porque
se requiere de una disolución de los óxidos de hierro.
TERRA Latinoamericana VOLUMEN 22 NÚMERO 4, 2004
496
Para la agregación se requiere de muy bajo
contenido de óxidos de hierro; estos óxidos
reaccionan con las partículas del suelo a través de las
fuerzas de Coulomb y no Coulomb. La permanente
carga negativa de los silicatos puede interactuar con la
carga variable positiva de los óxidos de hierro.
La variación del pH influye en el sistema,
directamente en la agregación al incrementar
el área superficial de los óxidos de hierro
(ferrihidrita > goethita) al disminuir el pH. Sin
embargo, policationes pequeños de hidróxido de
hierro, con carga positiva alta es en particular efectiva,
algunos cationes son estables únicamente a pH bajos.
En suelos, (al removerse los óxidos de hierro con
ditionito, se presentó una dispersión de partículas
finas) correlaciones estadísticas significativas tienden
a ser encontradas entre el porcentaje de agregados
estables en agua, con las propiedades estructurales y
con el contenido de óxidos de hierro.
Se ha demostrado que se requiere de una mayor
cantidad de óxidos de hierro en la cementación que en
la agregación. En cementación, los óxidos de hierro
desarrollan cristales entre la matriz de las partículas,
donde este intercrecimiento del cristal puede conducir
a una matriz estable y no dispersa (Childs et al.,
1990).
Hierro en la Planta
El hierro es un elemento necesario en la síntesis
de clorofila y forma parte esencial del citocromo, el
cual actúa como portador de electrones en la
fotosíntesis y en la respiración. Sirve como un
catalizador en la división celular y en los procesos de
crecimiento. Forma parte esencial de la ferrodoxina,
de la nitratoreductasa y de la nitrogenasa; esta última
durante la fijación biológica de nitrógeno y es,
además, un activador de muchas otras enzimas. Su
movilidad en la planta es muy baja y su contenido
total varía de 20 a 3000 mg kg-1, aunque el intervalo
adecuado varía de 50 a 300 mg kg-1. El hierro es
absorbido por la raíz en forma activa como Fe2+ y Fe3+
o como quelato y como tal se transporta vía xilema y
su movilidad es media (Castellanos et al., 2000).
CONCLUSIÓN
El estudio de los óxidos de hierro en suelos de la
República Mexicana no se ha efectuado con detalle,
por tal motivo no se les ha valorado, ni se ha dado la
importancia fundamental que tienen estos óxidos en la
pedogénesis, así como en las propiedades físicas,
químicas y mineralógicas que se presentan en suelos
tanto ácidos, como calcáreos e inundados, por lo que
el presente documento pretendió dar un acercamiento
al conocimiento y a la trascendencia que tienen los
óxidos de hierro en el suelo.
LITERATURA CITADA
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... Los resultados acerca de la eficiencia de remoción de H 2 S se muestran en la Figura 4. Inicialmente RR2-G presentó una menor eficiencia de remoción, sin embargo, al llegar a un estado estable supero a RR3, con RE de 20% para RR3 y 23% para RR2-G. Esta discrepancia en la eficiencia de remoción de H 2 S se atribuye a una posible diferencia en el contenido de óxidos de hierro libres para los dos tipos de RR utilizadas [8], [24]. Es de esperar que RR3 tenga mayor RE por su mayor porcentaje de Fe 2 O 3 , pero los resultados fueron lo contrario. ...
... El tamaño de partícula se redujo de >6.3mm para RR2-G a un rango de 2.36-6.3 mm para RR2-P, lo que mejoró la eficiencia de remoción de H 2 S de 23% para RR2-G a 28% para RR2-P, lo cual se puede atribuir a un aumento del área superficial o una mayor exposición de óxidos de hierro libres [8], [24]. Para determinar si el tamaño de partícula es un parámetro determinante en la eficiencia de remoción de H 2 S mediante el uso de RR, se comparó la capacidad de absorción de agua de ambas muestras RR2-G y RR2-P, utilizando la norma ASTM C97/CM97-09 [17]. ...
Article
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Costa Rica podría generar 1,000,000 m3 de metano diariamente a partir de biogás, pero su aprovechamiento energético requiere del proceso de desulfuración, cuyos materiales filtrantes tienen elevados costos y no se producen localmente. En este estudio se analizaron sustratos naturales locales ricos en óxidos de hierro, suelos arcillosos (SR) y rocas rojas (RR), para la remoción del H2S del biogás. El desempeño de los medios filtrantes se estudió en un sistema de biodigestión anaerobia instalado en una finca porcina cuya producción diaria de biogás es 20-30 m3, 70% metano. Inicialmente se analizaron 6 muestras mediante Difracción de Rayos-X (XRD) y Fluorescencia de Rayos-X (XRF) para cuantificar los óxidos de hierro (Fe2O3) y se seleccionaron las 2 muestras de RR con mayor porcentaje de Fe2O3, RR2 con 4.8% w/w y RR3 con 7.2% w/w. La caracterización de las RR, antes y después de usarlas como medio filtrante, se realizó mediante Microscopia Electrónica de Barrido (SEM), Espectroscopía de Dispersión de Energía de Rayos-X (EDS), y XRD combinado con el método Rietveld (XRD-Rietveld). Tras la aplicación de las RR en el filtro desulfurizador, se comprobó la absorción superficial de azufre y una disminución de 4.8% wt. a 1.1% wt. de los Fe2O3. Las RR con un tamaño de partícula entre 2.4 y 6.3 mm tienen la capacidad de remover hasta un 28% de H2S. La baja eficiencia de remoción de H2S de las RR sugiere la búsqueda de materiales con mayor cantidad de óxidos de hierro para mejorar el proceso de desulfuración.
... Los agregados del suelo se establecen por fenómenos electroquímicos, donde partículas cargadas negativamente se unen a través de un puente de carga contraria y depende de la textura (Six et al., 2002). Los oxisoles, con altos contenidos de óxidos de Fe y Al, pueden presentar dificultades en la dispersión, debido a la presencia de microagregados de alta estabilidad, formados por agentes cementantes como la materia orgánica y los óxidos de Fe y Al (Acevedo- Sandoval et al., 2004). ...
... Six et al. (2002) refieren que la disminución del contenido de materia orgánica pudiera estar explicada por la textura más gruesa de los suelos, determinando una menor protección de estos. Se ha señalado previamente que los suelos ubicados en las zonas tropicales poseen bajos contenidos de materia orgánica de suelo;, sin embargo, los altos contenidos de óxidos de Fe y Al les pueden imprimir una alta estabilidad (Acevedo- Sandoval et al., 2004). ...
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In agroforestry systems (SAF), accurate measurement of the textural degree allows infering about the importance of otherphysical properties of the soils with functions in their ecosystem regulations in a season of low precipitation. The objective of this study was to evaluate the texture by the pipette and Bouyoucos methods in an Oxisol from Piedemonte Llanero in the dry season, in different uses and soil management: monoculture of Guanábana Annona muricata L. (MG) and monoculture of banana Musa paradisiaca (MP) with intensive agriculture, conventional and reduced tillage, respectively; compared to the agroforestry system (SAF) of cocoa Theobroma cacao L. associated with yopo Anadenanthera peregrina L. and acacia Acacia mangium Willd. (SAFC) and SAF of coffee Coffea arabica L. associated with banana M. paradisiaca (SAFCF) with zero tillage and conservation practices. The experiment was installed in an unrestricted random design (DIA) in a factorial arrangement (2 textural methods x 4 land uses) in 4 replications. The data from the evaluations were subjected to analysis of variance, and the means were compared by the Tukey test at 5% probability. It was observed that the sand and clay fractions were influenced by the land uses and the determination methods and their interaction, while the silt fraction only by the analytical method. In agroforestry systems, when evaluating the texture by Bouyoucos, the finest fraction of the soil corresponding to clay and silt is underestimated, and the sand fraction is overestimated. Being associated with loamy-sandy soils, hence the pipette method was more efficient in specifying these fractions, and they were associated with loamy soils, with a better textural balance, contributing to better regulation of the physicochemical properties in the SAFs.
... La presencia de goetita en los suelos 10 LC y 20 LC puede estar asociada a la disminución de la MO, dado que los complejos MO-Fe tienden a hidrolizarse y los hidróxidos de Fe con ligeros cambios de oxidación pasan a goetita (Malagón et al, 1991;Acevedo-Sandoval et al. 2004). La interacción de los componentes amorfos orgánicos e inorgánicos, como los de hierro, en los andisoles es compleja (Malagón et al, 1991) y dinámica con cambios en corto plazo, como se evidencia en estos suelos. ...
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La zona hortícola colombiana del oriente Antioqueño se encuentra en laderas donde se ha perdido gran parte de la capacidad productiva de sus suelos debido a la labranza continua. El objetivo de la investigación es determinar los cambios en contenido de la materia orgánica particulada (MOP) y en la mineralogía de un Andisol, en seis condiciones de manejo del suelo, en Marinilla (Antioquia, Colombia). Bajo el diseño en parcelas divididas, se realiza el muestreo de suelo (tres repeticiones por tratamiento) en parcelas con suelo virgen (SV), con 5, 10 y 20 años de labranza convencional (LC) y en parcelas con 5 y 10 años de barbecho (B). En cada una de las situaciones se muestrea con barreno hasta 0,2 m de profundidad. En cada muestra se cuantifica la MOP, se realizan análisis químicos (pH, Mg, K, P, S) y físicos (porosidad total, densidad aparente y diámetro medio ponderado en húmedo (DMPh)). La MOP fue sensible a los procesos de LC, disminuyendo en un 35 % y 75 % después de 5 y 10 años, respectivamente, en relación con el SV. El barbecho durante 5 años incrementó en forma significativa la MOP respecto de los suelos de LC. La MOP y DMPh presentaron una relación logarítmica (R2 = 0,80) que sugiere la influencia de la MOP en la estabilización de los agregados y en la fertilidad física del suelo. La dinámica de la MO con los óxidos amorfos de Fe y Al afectaron en corto tiempo la mineralogía de la fracción de arcilla debido al manejo del suelo.
... A look at the events that occurred in past decades allows us to recall that the original vegetation of the vertisol soils, in a large part of this region, was eliminated between 1970 and 1985 to promote rice planting in the country; however, since rice planting declined, most of these areas were converted to livestock, while another part has been incorporated to agriculture, dedicating itself mainly to sorghum monoculture [5]. Some properties, such as the type of expandable clay and the pore size distribution, give vertisols high retention of moisture [6] J. Medina [7] and therefore it meets more favorable conditions for the cultivation of sorghum than the Luvisol type soil during the autumn-winter cycle; and this allows to aspire to obtain in them a higher and more stable performance. Since much of the grain sorghum grown under these conditions is characterized by being a monoculture system, soil and rainwater, two important natural resources, are underutilized by producers. ...
... Por otro lado, las investigaciones recientes han demostrado que el uso del color puede ser considerado una técnica rápida para inferir la contaminación por metales pesados en polvo urbano (Cortés et al., 2015;García et al., 2019;Marín et al., 2019), así como también en la cantidad de materia orgánica edáfica (Dobos et al., 1990;Schulze et al., 1993;Bautista et al., 2003;Domínguez et al., 2012) y contenido de óxidos de Fe en el suelo (Curi y Franzmeier, 1984;Madeira et al., 1997;Acevedo-Sandoval et al., 2004;Levin et al., 2005;Viscarra et al., 2008;Kumaravel et al., 2009). ...
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El objetivo fue la evaluación del color como técnica rápida para la identificación de muestras de suelos urbanos contaminados con metales pesados en la Ciudad de México. Las concentraciones de los metales pesados se midieron por fluorescencia de rayos X, y el color se determinó con las tablas Munsell y con un colorímetro. A partir de los valores Hue, Value y Croma se formaron cinco grupos de suelo por color: I, Café rojizo oscuro, 5YR 4/2; II, Gris oscuro, 7.5YR 4/1; III, Gris olivo, 5Y 5/2; IV, Gris, 5YR 5/1; V, Gris rosáceo, 7.5YR 6/2. Con los valores colorimétricos en el sistema Rojo, Verde y Azul (RGB) se calcularon tres índices de color: Índice Hue, Índice de Rojez e Índice de saturación. La validación de los grupos de suelo formados con las tablas Munsell fue mayor con los índices de color que con los metales pesados. Los grupos de muestras de suelo urbano I y II de colores oscuros tuvieron las concentraciones mayores del Cr, Cu, Pb, Zn; también tuvieron los más altos porcentajes de Fe2O3, MnO, y TiO2. Por el contrario, los grupos IV y V con colores claros tuvieron los porcentajes mayores de Al2O3, MgO y SiO2. El grupo III tuvo valores intermedios de Cr, Cu, Pb, Zn, Fe2O3, MnO, y TiO2. Por primera vez se reporta que el color del suelo urbano de la Ciudad de México puede ser utilizado como técnica de análisis rápido para la identificación de sitios contaminados con metales pesados.
... From the point-of-view of environmental sustainability, iron (III) oxide (hematite) is a component present in farmlands, which is beneficial for plant species. For this reason, the rubbles generated after the stage in the service of buildings would not have a detrimental effect on the environment [23]. Keeping in mind these favorable properties, Fe2O3 powder has been selected as an additive to improve the thermal efficiency of lime mortar. ...
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One of the challenges in construction is the improvement of energy efficiency of buildings. Development of construction materials of low thermal conductivity is a straightforward way to improve heat isolating capability of an enclosure. Lime mortar has a number of advantageous and peculiar properties and was widely used until the "irruption" of Portland cement. Currently, lime mortar is still used in restoration of traditional buildings or, according to the urban regulations, in catalogued constructions. The goal of the present study is the improvement of the heat isolating capability of lime mortars. The strategy of this work is the addition of iron (III) oxide powder, which is one of the possible components forming the cements, to a base lime mortar. The reason to choose Fe2O3 was twofold. The first reason is low thermal conductivity of Fe2O3 compared to lime mortar. The second reason is that the low solubility and small size of iron (III) oxide particles have an effect on the thermal conductivity across the lime particles. The effect of iron (III) oxide powder on the thermal conductivity has been experimentally determined by the hot-box method. It has been found that the insulating capacity and thermal inertia of lime mortar is improved significantly by the addition of Fe2O3 powder, increasing the energy saving of the enclosure.
... El contenido de Fe 2 O 3 mostró un comportamiento inversamente proporcional con las mediciones magnéticas, comportamiento que puede ser atribuido al comportamiento antiferromagnético que presentan los óxidos de Fe, los cuales se forman por el intemperismo. En Colombia, las altas temperatura y la fuerte precipitación pluvial en los suelos tropicales provocan alteración de los minerales magnéticos que modifican su comportamiento fisicoquímico (Maher, 1986;Acevedo-Sandoval et al., 2004;Ghul, 2017). ...
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We present a study of environmental magnetism in order to determine the relationship between magnetic parameters and heavy metals in urban soils of the Metropolitan Area of Valle de Aburrá (MAVA), Colombia, in order to establish magnetic indicators that allow estimating concentrations of magnetic minerals, mayor elements, and Pb, and to determine the area of their accumulations in the urban zone of the Metropolitan Area of Valle de Aburrá. The study was carried out on 83 samples of topsoil, which were subject to magnetic analyses. The concentration of mayor elements (Al2O3, Fe2O3 y MnO) and Pb was determined by energy dispersive X Ray Fluorescence. A variation of magnetic material in the urban soils was found, which contain a mixture of magnetic minerals of low coercivity or natural magnetite of anthropogenic origin. Particles of superparamagnetic size were detected at medium and low concentrations in soils with low anthropic activity, suggesting a natural origin. On the other hand, by the combination of magnetic parameters and thermomagnetic curves we found high concentrations of magnetic minerals of anthropic origin in the soils. The concentrations of Al2O3 y Fe2O3 are high and similar in the urban soil. Soils from areas of residential and public space use, which have few emission sources of anthropogenic particles, showed low concentration of Pb. On the other hand, soils from areas of industrial and commercial use, with high anthropogenic activity (vehicular traffic), showed high concentration of Pb. Soils from public space areas with low anthropic activity were employed to determine the reference threshold value for each element and magnetic parameter. The statistical analyses showed that the magnetic mineral content in the MAVA soils has a direct proportional relationship with the Pb concentration, and an inverse proportional relationship with the Al2O3, Fe2O3 and MnO concentration. We developed a mathematic model that estimates the concentration of elements from magnetic parameters with a precision of 63 %. High accumulation of magnetic minerals and high Pb concentration occur in an area of 46 km2, which represents 25 % of the urban zone, and is the probable zone of health risk by accumulation of polluted material.
... Los óxidos de hierro presentes en el suelo, en especial depositados como recubrimiento de minerales primarios y secundarios o infiltrados en agregados de arcilla. alteran la carga eléctrica, modifican las propiedades de superficie e incrementan la capacidad amortiguadora del suelo (Acevedo et al.. 2004). Estos minerales se presentan en cristales muy pequeños y se pueden agregar, dispersar a través del suelo o revestir a otros minerales. ...
... A través de las técnicas geoestadísticas, es posible conocer la variabilidad de las propiedades de los suelos y facilita la predicción de tales propiedades en lugares no muestreados, con el fin de establecer el impacto de prácticas de manejo en cuencas altas (Monroy et al., 2017;Morataya, 2015). El hierro es un micronutriente que es esencial para el desarrollo de las plantas y de acuerdo formas químicas en el suelo está relacionado con su génesis especialmente las formas móviles del hierro (cristalizadas, amorfas y las de intercambio movibles y asimilables), muchos autores (Acevedo et al., 2004, Turrión et al., 2013 han estudiado éste elemento para poder comprender cómo han evolucionado los suelos y comprender su potencialidades o limitaciones en cuanto al soporte vegetal ya sea natural o para la producción agrícola (Roca et al., 2007y Vasquez et. al, 2010. ...
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El pH del suelo es una propiedad química que representa en forma general la reacción del mismo, mientras que el hierro en forma Fe2O3 constituye una fracción relacionada con el grado de evolución de los suelos. Con el fin de evaluar la variabilidad de dos propiedades químicas de los suelos de la cuenca del río Tabure del estado Lara, en especial el pH y el Fe2O3 se realizó un levantamiento de suelo sistemático en una malla de 100mx100m, y se estudiaron los parámetros estadísticos clásicos y un análisis de semivariografía con los datos brutos, obteniéndose un semivariograma omnidireccional ajustado a un modelo esférico con un rango de 580m; para el Fe2O3 se obtuvo el mejor ajuste para un semivariograma omnidireccional un modelo exponencial de 283 m, en el caso del pH se observó una ligera anisotropía en la dirección nw-se, mientras que el Fe2O3 tuvo un comportamiento isotrópico. En conclusión se logró determinar la distancia máxima de variación de las variables estudiadas y se reconoció la leve anisotropía del pH, éstos resultados son útiles en futuras investigaciones sobre la variabilidad espacial del pH y del Fe2O3 del suelo en la cuenca estudiada
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Comparative study of pre-Hispanic and colonial adobes in Mexico. Preliminary inferences on the effects of the granulometric distribution and used recycled materials in the state conservation of earth architecture: Boletín de la Sociedad Geológica Mexicana, 74 (3), A010422. http://dx.doi.org/10.18268/ BSGM2022v74n3a010422 Peer Reviewing under the responsibility of Universidad Nacional Autónoma de México. This is an open access article under the CC BY-NC-SA license(https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/) RESUMEN Se realizó la caracterización de los adobes prehis-pánicos y coloniales utilizados en la construcción de edificaciones en México para conocer las diferencias entre sus procesos y manufacturas. Las ocho muestras obtenidas corresponden a bloques de adobe de 0.45 m de largo x 0.35 m de ancho y 0.12 m de espesor, que formaban parte de los interiores de las casas, estructura de cercos y galeras de hacienda. Estas muestras se investigaron utilizando técnicas de difracción de rayos X, fluorescencia de rayos X y microscopía electrónica de barrido, para determinar la morfometría del material y su composición química y mineralógica. Asimismo, se realizaron algunos análisis para determinar sus propie-dades mecánicas (resistencia a la compresión simple), propiedades físicas (granulometría, densidad sólida, cohesión, índice de plasticidad, porosidad y contenido de humedad) y biológico (contenido de materia orgánica). Los resultados obtenidos en cuanto a la distribución granulométrica indican que el adobe prehispánico tiene un mayor contenido de arena, limo-arcillas y gravas, mientras que los adobes coloniales presentan un bajo o nulo contenido de gravas con un mayor contenido de limo-arcillas. En cuanto al contenido de materia orgánica, el adobe colonial presenta los porcentajes más altos en comparación con los de los adobes pre-hispánicos. Teniendo en cuenta lo anterior los adobes prehispánicos tienen mejor resistencia y durabilidad que los adobes coloniales debido a su distribución granu-lométrica, al bajo contenido de materia orgánica, a la buena cohesión, al alto índice de plasticidad y al uso de materiales que se encuentran en su medio natural, mientras que los adobes coloniales, su materia prima deriva de materiales reciclados, provenientes de la actividad económica a la que se dedicaba la hacienda, por ejemplo agrícola, minera, ganadera, esto ha dado lugar a diferentes técnicas de manufactura y estilos constructivos que reflejan el estado de conservación de las edificaciones a lo largo de la época prehispánica y colonial. La distribución granulométrica que presenta el adobe prehispánico brinda cualidades físicas y mecáni-cas favorables para cualquier técnica constructiva, por lo que se recomienda utilizar esta fórmula para fabricar adobes resistentes y duraderos. ABSTRACT The characterization of the pre-Hispanic and colonial adobes used in the construction of buildings in Mexico was carried out to know the differences between their processes and manufactures. The eight samples obtained correspond to adobe blocks 0.45 m long x 0.35 m wide and 0.12 m thick, which were part of the interiors of houses, the structure of fences, and hacienda galleys. These samples were investigated using X-ray Diffraction, X-ray Fluorescence, and Scanning Electron Microscopy techniques to determine the morphometry of the material and its chemical and mineralogical composition. Likewise, some analyzes were performed to determine their mechanical properties (simple compressive strength), physical properties (gran-ulometry, solid density, cohesion, plasticity index, porosity, and moisture content), and biological (organic matter content). The results obtained in terms of the granulometric distribution indicate that pre-Hispanic adobe has a higher content of sand than silt-clay and gravel, while the colonial adobes present a low or null content of gravel with a higher content of silt-clays. Regarding the organic matter content, the colonial adobe presents the highest percentages compared to those of the pre-Hispanic adobes. Taking into account the above the pre-Hispanic adobes have better resistance and durability than colonial adobes due to their granulometric distribution, low organic matter content, good cohesion, high plasticity index, and the use of materials found in their natural environment, while the colonial used recycled materials, coming from the economic activity to which the hacienda was dedicated, for example, agriculture, mining, livestock, this has given rise to different manufacturing techniques and construction styles that reflect the state of conservation of buildings throughout the pre-Hispanic and colonial times. The granulometric distribution that pre-Hispanic adobe provides favorable physical and mechanical qualities for any construction technique, so it is recommended to use this formula to manufacture resistant and durable adobe.
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Three methods have been used to extract iron (Fe) and aluminium (Al) from a wide range of soils. The three extractants were pyrophosphate reagent (p), acid-oxalate reagent (o), and dithionite-citrate reagent (d), and each reagent is thought to extract different forms of Fe and Al. The forms of Fe in the soils were studied before and after extraction using Moessbauer spectroscopy. Pyrophosphate-extractable Fe (Fep) does not specifically relate to any particular form of Fe in soils and it should not be used to estimate Fe in humus complexes. In some soils (e.g., Spodosol, Ochrept) Fep arises from Fe in ferrihydrite. In other soils (Ultisol, Hydrandept) Fep arises from goethite and ferrihydrite which is dispersed by pyrophosphate. Alp corresponds to Al in humus complexes and, in most soils, can be used to estimate Al in such complexes. Al and Si in allophane and imogolite were extracted in acid-oxalate reagent, and could be estimated from Alo-Alp and Sio, provided large amounts of ferrihydrite were not present. Ferrihydrite was also extracted in acid-oxalate reagent and, assuming complete extraction, could be estimated by multiplying Feo by the factor 1.7. Dithionite-citrate reagent dissolved goethite and hematite in addition to ferrihydrite. In some soils repeated extractions were required to dissoive most of the goethite and hematite. Quantitative estimates of Fe in goethite and hematite can be made from Fed -Feo. Other techniques, however, such as X-ray diffraction and Moessbauer spectroscopy, were necessary to identify iron oxides positively in most soils.
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Iron oxides have long been recognised by different disciplinary groups to be important constituents of most soils. This group of minerals (which includes the oxy-hydroxides and the hydrous oxides) influences such diverse properties as, for example, fertility, structure, permeability, soil colour, and profile differentiation. They can exercise a role in microbial respiration, and they can act as a sink and/or source of potentially toxic heavy metal pollutants. These minerals seem to be examined and categorised by each new analytical tool developed, and new techniques are constantly being tried to describe more precisely the concentrations of the different phases present, their inter-relationships, their compositions, and variabilities.
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Among the most important factors governing the geochemical behavior of Fe are the following: a) the relatively high abundance of this element; b) the fact that it can form stable compounds in both the divalent and trivalent states (and change its valence depending on extraneous conditions); c) the resemblances of the ionic radii of Fe in these oxidation states to those of other major elements; d) its affinity (in the earth’s crust) for both the lithophile and chalcophile groups; and e) its inclination to form insoluble hydrolysates.
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The sizes of Fe-oxide crystals in soils usually range between 10 and 100 nm. Together with the poorly crystalline Al-silicates, such as allophane and the humic substances, the iron oxides are among the smallest particles found in soils. From a comparison of the sizes of common soil minerals it can be seen that iron oxides usually belong to those soil minerals which have very small particle sizes. Consequently, iron oxide particles can contribute significantly to the total surface area of soils even when they compose only a few per cent of the components.
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At the beginning of this century, ideas on the composition of clay-size material were greatly influenced by van Bemmelen (1910) who suggested that this material existed as a completely amorphous colloidal complex. However, many mineralogists thought that clays could be a mixture, containing varying proportions of crystalline material (Mackenzie, 1963). The mixed-oxide hypothesis of van Bemmelen (1910), associating the colloidal state with non-crystallinity persisted until Hendricks and Fry (1930), using X-ray methods showed the presence of large amounts of crystalline material in soil clays. This resulted in the virtual rejection of ideas advocating an amorphous nature for clays. Also, researches were directed almost exclusively towards elucidation of the physico-chemical reactions within the crystal structure of clay minerals. Despite this emphasis on crystallinity, Mattson, in a series of papers on the colloidal chemistry of soil, continued to recognize the importance of inorganic, poorly ordered components in soils — a balanced view which has now become generally accepted (Rich and Thomas, 1960; Mitchell, Farmer and McHardy, 1964). Soil clay can, therefore, best be regarded as consisting of both crystalline and non-crystalline minerals.
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The sorption and downward transport of trace metals and phosphate in soils are dependent, in part, on the distribution of various forms of Fe, Al, and Mn. The objectives of this study were to investigate (i) the distribution of various forms (exchangeable, organically bound, associated with Mn oxide, amorphous, and associated with crystalline Fe oxide forms) of Fe, Mn, Al, and P in the surface horizons, and (ii) the distribution of these elements in different depth horizons in six soil series in Florida representing Spodosols, Alfisols, and Entisols. Variation in concentration of total Fe with depth of soil was significantly correlated with clay content. Greater than 60 and 80% of total Fe was present in the amorphous and crystalline Fe oxide forms in soils with pH < 6.5 and pH > 6.5, respectively. Total concentration of Mn was lower than that of Fe or Al in all the soils, and it changed very little with depth of sampling. Manganese in the surface horizon was present predominantly as the organically bound form in the Spodosols and as organically bound, oxide, and amorphous forms in the Alfisols and Entisols. The distribution of total and oxalate-extractable P was significantly related to the content of amorphous Al and Fe and crystalline Fe oxides in the soils. The distribution of various forms of the metals and P was significantly influenced by the soil pH and organic matter content. In the surface horizon soils, Mn and Al were present predominantly as organically bound forms at pH < 6.5 or as Mn oxide and amorphous associated forms at pH > 6.5.