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Clases de capital territorial y desarrollo sostenible

Authors:
  • ASISTENCIAS TECNICAS CLAVE, S.L.

Abstract

La utilización del concepto taumatúrgico “desarrollo sostenible” por parte de múltiples grupos sociales, políticos y comunicadores mediáticos ha generado una rápida depreciación del término, y ya de paso, del concepto. La definición procedente del Informe Bruntland se ha repetido hasta el cansancio y la mejor forma de que una sala de conferencias se esponje y pierda una buena parte de su audiencia es que el conferenciante inicie su intervención con estas disquisiciones y la cita literal del dichoso Informe. Sin embargo, lo cierto es que muchos miembros del complejo entramado de técnicos que operan en el ámbito de las políticas públicas necesitamos dar contenido al concepto y desarrollarlo instrumentalmente, porque hay una demanda social en este sentido y, en el caso posible de ausencia de esta demanda, porque identificamos situaciones donde el enfoque del desarrollo sostenible es una necesidad objetiva para dar respuesta a los problemas y retos actuales. En esta ponencia se plantea una propuesta de análisis y programación del desarrollo sostenible, en torno a la idea de capital territorial, entendiendo éste como el resultante de cinco clases básicas: natural, físico-construido, humano, social y de imagen. Actuar en un determinado territorio con enfoque de desarrollo sostenible supone analizar las dotaciones de capital existentes, la generación de flujos (recurso naturales, renta, empleo, etc…) y los procesos que establecen relaciones reforzadoras o consumidoras de capital. El papel del plan debe consistir en identificar la forma de actuación que mejor contribuye a reforzar las dotaciones de capital, en todas sus clases, especialmente de aquellas dotaciones que no tienen reposición (especialmente las correspondientes al capital natural). Además del reforzamientos de dotaciones, el plan de desarrollo sostenible, puede actuar sobre procesos, estimulando la formación de determinadas formas de capital o reduciendo las causas de pérdidas de capital no deseables.
DOCUMENTO PARA USO EXCLUSIVO DE LOS PARTICIPANTES EN EL V CONGRESO INTERNACIONAL DE ORDENACIÓN DEL TERRITORIO
PATRIMONIO
Clases de capital territorial y desarrollo sostenible
Juan Requejo Liberal, consultor de planificación. Arenal Grupo Consultor s.l.
Asistencias Técnicas Clave s.l.
1. RESUMEN
La utilización del concepto taumatúrgico “desarrollo sostenible” por parte de
múltiples grupos sociales, políticos y comunicadores mediáticos ha generado una
rápida depreciación del término, y ya de paso, del concepto.
La definición procedente del Informe Bruntland se ha repetido hasta el cansancio
y la mejor forma de que una sala de conferencias se esponje y pierda una buena
parte de su audiencia es que el conferenciante inicie su intervención con estas
disquisiciones y la cita literal del dichoso Informe. Sin embargo, lo cierto es que
muchos miembros del complejo entramado de técnicos que operan en el ámbito
de las políticas públicas necesitamos dar contenido al concepto y desarrollarlo
instrumentalmente, porque hay una demanda social en este sentido y, en el caso
posible de ausencia de esta demanda, porque identificamos situaciones donde el
enfoque del desarrollo sostenible es una necesidad objetiva para dar respuesta a
los problemas y retos actuales.
En esta ponencia se plantea una propuesta de análisis y programación del
desarrollo sostenible, en torno a la idea de capital territorial, entendiendo éste
como el resultante de cinco clases básicas: natural, físico-construido, humano,
social y de imagen.
Actuar en un determinado territorio con enfoque de desarrollo sostenible supone
analizar las dotaciones de capital existentes, la generación de flujos (recurso
naturales, renta, empleo, etc…) y los procesos que establecen relaciones
reforzadoras o consumidoras de capital. El papel del plan debe consistir en
identificar la forma de actuación que mejor contribuye a reforzar las dotaciones de
capital, en todas sus clases, especialmente de aquellas dotaciones que no tienen
reposición (especialmente las correspondientes al capital natural). Además del
reforzamientos de dotaciones, el plan de desarrollo sostenible, puede actuar
sobre procesos, estimulando la formación de determinadas formas de capital o
reduciendo las causas de pérdidas de capital no deseables.
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2. PRESENTACION
La planificación del desarrollo sostenible tropieza con las positivas connotaciones
mediáticas y sociales asociadas al término, lo cual constituye un regalo
envenenado, una tentación para usar el calificativo “sostenible” como etiqueta,
como titular de la iniciativa de planificación, tenga o no el plan características que
lo hagan acreedor de dicho calificativo.
Cuando se formula un plan de desarrollo y sus promotores se posicionan desde
los primeros momentos en el enfoque sostenible, se debe asumir el reto y el
esfuerzo adicional que este propósito lleva consigo. Un plan no es sostenible solo
porque incorpore medidas con impactos ligeros o moderados sobre el medio
natural, o porque dedique cierta cantidad de recursos a la conservación y
regeneración de los espacios naturales más valiosos. Será sostenible si
contribuye a que sus activos (el conjunto de sus clases de capital) se
incrementen, se garantice la renovabilidad de los recursos naturales, se
incremente el flujo de renta y empleo que generan estos activos y, no se
produzcan mermas en componentes de capital no renovables o insustituibles.
Los planes de desarrollo convencionales estudian las potencialidades y tratan de
concentrar recursos financieros, técnicos y humanos para eliminar obstáculos y
desencadenar procesos de acumulación de capital productivo y dotaciones para
el bienestar. En estos procesos se sustituye, con frecuencia, capital natural por
capital físico-construido, o se disipa y se degrada parte del capital social
preexistente.
Esta relación de intercambio / sustitución de unas clases de capital por otras, es
uno de los asuntos de mayor calado en el enfoque del desarrollo sostenible. La
planificación no sólo debe procurar que el capital de un territorio, en su conjunto,
no se reduzca mediante una conversión de stocks en flujos, sino que debe velar
también por la bondad de las sustituciones de tipos de capital que se están
registrando y propiciar las que serían deseables.
El proceso inmobiliario registrado en el litoral español, por ejemplo, es un caso
claro de sustitución de capital natural por capital físico-construido en el cual se
genera, además, una pérdida de capital de imagen por el deterioro del atractivo
turístico del territorio urbanizado de forma densa. Además, esta sustitución
incorpora un nuevo esquema de flujos (consumo de recursos naturales,
generación de renta, ingresos públicos, gastos públicos, empleo, etc…)
asociados a las viviendas con un balance global que arroja un saldo negativo
para todo el ciclo de vida de las viviendas.
Según el Department for International Development británico “la viabilidad /
admisibilidad de los tipos de capital intercambiables dependerá del tipo de
entorno en el que vivan las poblaciones (es decir, de los tipos de choques y
tendencias a los que tengan que enfrentarse, de la fiabilidad de los mercados e
instituciones, etc.)”.
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La planificación territorial, así como otras planificaciones con incidencia territorial
tales como la planificación del desarrollo, la de espacios naturales o la turística,
se enfrentan al problema que representa realizar un esfuerzo de comprensión
global de la realidad, establecer una cierta formulación de propósito para el futuro
con visión integral y después, en la fase programática del plan, tener que recurrir
a la programación fragmentada de actuaciones como única fórmula de organizar
la intervención.
Desde mi punto de vista, es preciso reforzar el método de planificación para
mantener una perspectiva interrelacionada, una visión global, en el proceso de
ejecución de las actuaciones identificadas y programadas.
Un territorio goza de un patrimonio, en parte valorizable y en parte no. A este
patrimonio podemos denominarle capital territorial y utilizar esta forma de
interpretación para apoyar conceptualmente la elaboración de planes de
desarrollo sostenibles.
A lo largo de las sesiones dictadas en los últimos años en el master de Gestión
de Espacios Naturales organizado por la Fundación González Bernaldez he ido
configurando una interpretación sobre las distintas formas de capital territorial
que, al tiempo, he tratado de trasladar y aplicar a la práctica profesional de
planificación territorial y del desarrollo.
Este concepto podría recibir la denominación de patrimonio territorial y conectaría
mejor con la visión interdisciplinar de esta temática, puesto que es preciso
reconocer que el término de capital surge en el ámbito disciplinar de la economía,
mientras que en otras disciplinas adquiere connotaciones que contaminan el
debate y dificultan la comunicación. No obstante, es preciso reconocer que el
avance conceptual que conecta con los planteamientos que aquí se propugnan
corresponde al ámbito de la economía ecológica y a la de los sociólogos del
capital social, y proponer en este momento de la maduración de los conceptos un
cambio terminológico es provocar un debate formal e improductivo.
La ponencia que aquí se presenta es una propuesta, relativamente acabada y
consistente, que proviene de la reflexión, que coincide y confluye con otras
propuestas, pero que tiene elementos de singularidad y adaptación a la práctica
planificadora que la hacen útil e interesante.
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3. CLASES DE CAPITAL
3.1. Propuesta de clases básicas del capital territorial
En todo territorio delimitado es posible identificar una dotación de capital en un
determinado momento que puede clasificarse en estas cinco clases:
Natural Medio natural
Construido Histórico, edificaciones, infraestructuras...
Humano Recursos humanos y sus capacidades
Social Capacidad de autoorganizarse
Imagen Reconocimiento de valor asociado a la identidad
Es evidente que a esta clasificación básica de capitales habría que añadir el
capital financiero. No obstante, no se debe incluir aquí esta sexta clase por su
carácter ubicuo, que lo hace no asociable a un territorio. El capital financiero es la
forma de referencia del capital, puesto que la moneda es el soporte de las
relaciones mercantiles y el soporte para trasferir capital entre territorios. Las otras
clases de capital tienden a expresar su valor en función de su conversión en
moneda, por tanto en capital financiero. Su ubicuidad permite utilizarlo como
medida de valor, aunque no sea apropiado para muchas formas de capital, y
como soporte para intercambios y transferencias espaciales de valor. Así
decimos, que construir una autovía cuesta 200 millones de euros, o que treinta
viviendas valen 5 millones de euros. Sin embargo, esta capacidad de comparar,
de otorgar valor a los distintos componentes de capital tropieza con la
imposibilidad de expresar en euros el valor de los endemismos, o la valoración
monetaria de la capacidad de una población para organizarse frente a los
desastres naturales.
Este capital territorial proporciona una base patrimonial con potencial para
generar flujos de renta, de empleo, de utilidad, de bienestar etc... El nivel de
desarrollo de un territorio y su situación comparativa en términos de riqueza y
bienestar se mide en base a variables de flujo (renta, empleo anual, ahorro,
inversión, producción, consumo, etc...) pero no se contabiliza las ganancias o
pérdidas de capital territorial que se experimenta con el modelo de organización
de usos, actividades y producción existente. De hecho, hay muchos casos de
territorios cuyo modelo descansa en el consumo de capital territorial, convirtiendo
su patrimonio en flujos de renta y empleo, normalmente a costa de reducciones
irrecuperables de capital natural.
En el proceso de elaboración del II Plan de Desarrollo Sostenible de Doñana
hemos utilizado un cruce entre los seis objetivos específicos y las cinco clases de
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capital que aquí se propugnan para analizar la contribución de cada uno al
reforzamiento de dotaciones y mejora de procesos.
II Plan de Desarrollo Sostenible de Doñana. En elaboración
CLASES DE CAPITAL TERRITORIAL
OBJETIVOS
ESPECIFICOS NATURAL FISICO-CONSTR. HUMANO SOCIAL IMAGEN
Sistema hídrico
Agricultura
Cambio global
Uso público
Desarrollo económico
Desarrollo social
Esta interpretación de la realidad permite relacionar tanto los objetivos de la
intervención (o de la ordenación, en su caso) con las interacciones entre clases
de capital y con el reforzamiento o amortiguación de procesos que inciden
directamente sobre la conservación de las distintas clases de capital. En el caso
del Plan de Doñana, por su carácter de espacio natural de gran valor, es crucial
que los objetivos y las medidas se organicen en torno a un principio general de
salvaguarda y regeneración de capital natural, y la aplicación de este criterio
metodológico es mucho más accesible con la utilización de esta clasificación de
capital territorial.
3.2. Capital natural
El capital natural es básicamente nuestro medio ambiente y se define como el
stock de bienes que provienen del medio ambiente (como el suelo, los microbios
y la fauna, la atmósfera, los bosques, el agua, los humedales), que proveen de un
flujo de bienes y servicios (Pimentel et al, 1992). A esta definición convendría
añadir los componentes del medio natural que, en alguna medida contienen un
valor intrínseco no relacionable con este flujo de bienes y servicios.
A partir de la utilización del término de capital natural por parte de la Sociedad
Internacional de Economía Ecológica en 1992, se ha convertido en un término
corriente y aceptado en el lenguaje técnico. El concepto es formulado de forma
explícita por Pearce y Turner (1990), aunque puede considerarse que ya lo
apuntaba Scumaker (1973)1.
El minoritario grupo de planes de desarrollo que parten de un enfoque centrado
en el capital natural, actúan para recomponer partes del territorio dañadas, para
corregir impactos y, de alguna forma, tratar de contener procesos de deterioro de
los ecosistemas. Los planes de ordenación territorial, especialmente, los planes
de ordenación de los recursos naturales, centran su atención en esta finalidad
1 Quiroga, Rayén. 1999
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incorporando intervenciones y normas de regulación de actividades que pueden
ser muy eficaces para la contención de procesos de degradación del capital
natural.
En el cuadro que sigue se recoge una relación de los tipos de medias o
intervenciones públicas más frecuentes en planes y su correspondencia con el
nivel de administración español que es competente, tanto de forma exclusiva
como compartida. En el resto de las clases de capital territorial se incluye una
tabla similar.
CAPITAL NATURAL
NIVEL DE ADMINISTRACION
INTERVENCIONES LOCAL AUTONOMICA CENTRAL
Regulación de actividades
Regeneración de ecosistemas
Corrección de impactos
Modificación de procesos
Sensibilización
3.3. Capital físico-construido
La modalidad o clase de capital denominada físico o construido es el conjunto de
bienes que la humanidad ha ido acumulando en un territorio. El capital físico
comprende tanto las infraestructuras básicas, como las edificaciones
residenciales, equipamientos públicos, instalaciones productivas y de cualquier
otro tipo, así como los equipos de producción, servicios públicos y consumo
asociados a un territorio. Incluye, también, trasformaciones históricas del medio
que han sido incorporadas al mismo, tales como el patrimonio cultural tangible,
restos arqueológicos o acondicionamientos del medio agrícola para la producción.
Esta clase de capital territorial suele concentrar el esfuerzo inversor de los planes
de desarrollo y la atención de los planes de ordenación del territorio. De hecho, es
el objeto básico de los planes urbanísticos.
El nivel de dotaciones en esta clase de capital es uno de componentes más
contundentes de la interpretación convencional de “nivel de desarrollo”. Una
región con un elevado nivel de urbanización, bien dotada de fábricas e
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instalaciones productivas y con una dotación de equipamientos públicos que
satisface las demandas de su población, es el paradigma de prosperidad
contemporánea.
Una parte del capital físico/construido tiene naturaleza de capital cultural,
especialmente todo el que recibe la consideración de bienes de interés cultural.
CAPITAL FISICO - CONSTRUIDO
NIVEL DE ADMINISTRACIÓN
INTERVENCIONES LOCAL AUTONOMICA CENTRAL
Regulación de actividades
Inversiones en infraestructuras
Inversiones en equipamientos
Inversiones en capacidad productiva
Modificación de procesos
3.4. Capital humano
El capital humano representa la capacidad de la población para afrontar procesos
productivos y adquisición de mayores niveles de bienestar y calidad de vida. Esta
clase de capital se manifiesta en forma de aptitudes, conocimientos, capacidades
laborales y buena salud que en conjunción permiten a las poblaciones entablar
distintas estrategias y alcanzar sus objetivos.
A nivel de los hogares, el capital humano es un factor que determina la cantidad y
calidad de la mano de obra disponible. Esto varía de acuerdo con el tamaño de la
unidad familiar, con los niveles de formación, con el potencial de liderazgo, con el
estatus sanitario, etc.
El reforzamiento de esta clase de capital en un territorio es también objeto
preferente de muchos planes de desarrollo y es identificada como factor
desencadenante de transformaciones sociales profundas por diversos modelos
teóricos de desarrollo social y económico.
La aplicación de medidas potentes en este ámbito, no siempre va acompañada
de una visión que contemple el respeto a la conservación del capital natural o el
capital social, dando lugar a pérdidas y disfunciones en estas relaciones.
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CAPITAL HUMANO
NIVEL DE ADMINISTRACION
INTERVENCIONES LOCAL AUTONOMICA CENTRAL
Reforzamiento de capacidades
Apoyo a emprendedores
Refuerzo de la innovación
Información empresarial
Incentivos para el cambio
Implantación de control de calidad
Mejora de servicios públicos. Población
Mejora de servicios públicos. Empresas
3.5. Capital social
El capital social se corresponde con la capacidad de una sociedad de dar
respuesta eficaz a sus necesidades y desarrollar sus anhelos. Es distinto del
capital humano, puesto que el capital humano es la suma de las capacidades de
los componentes de una población, en tanto que el capital social hace referencia
a la capacidad como organización social para adaptarse a las realidades
cambiantes. Se registran muchos casos de territorios con un buen nivel de
instrucción y capacidades productivas adaptadas a sus recursos, y sin embargo
carecen de condiciones para organizar sus proyectos o para dar respuesta
colectiva a sus dificultades. Representa, en resumen, la capacidad de adaptarse y
de autoorganizarse.
La interpretación del concepto que propugno, está directamente vinculada con la
que formula Putnan en sus trabajos y publicaciones (Putnan, 2002),
complementada con el concepto de capacidad de adaptación.
También debe encuadrarse en esta clase de capital el conocimiento acumulado
por una sociedad sobre como manejar el territorio (manejo de perturbaciones
naturales, por ejemplo), cómo diseñar las viviendas para adaptarse, o la mejor
organización agrícola para aprovechar bien el recurso hídrico. En su mayor parte
este capital social y territorialmente acumulado pertenecería también al
denominado capital cultural intangible.
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Muy pocos planes incluyen medidas contundentes en esta clase capital, a pesar
constituir el factor de estrangulamiento más significativo de muchos territorios que
aspiran a otra forma de vida, porque se han quedado en posición postrada tras
décadas de procesos sociales traumáticos como el de la emigración crónica. De
hecho, hemos podido comprobar como en territorios con excelentes dotaciones
de capital natural, cuando se resuelven sus estrangulamientos infraestructurales y
de dotaciones de servicios públicos y se refuerzo el capital humano, no es fácil
que se desencadene un proceso de desarrollo debido a las enormes resistencias
relacionadas con el bajo nivel de capital social existente.
El capital cultural intangible debe ser adscrito a esta clase de capital, no sin
dificultades, puesto que procede del saber acumulado y reconocido socialmente.
CAPITAL SOCIAL
NIVEL DE ADMINISTRACION
INTERVENCIONES LOCAL AUTONOMICA CENTRAL
Coordinación administrativa
Reorganización
Apoyo al asociacionismo
Apoyo al voluntariado
Sensibilización
3.6. Capital de imagen
Se puede entender el capital de imagen como reconocimiento de valor asociado a
la identidad. El valor, el reconocimiento lo hace la sociedad, en función de sus
atributos como espacio dotado de atractivo, como valor emocional positivo a
asociado a la marca territorial. Puede ser la propia sociedad residente en el
territorio, en forma de sentimiento de pertenencia y de identidad grupal, o bien
como marca territorial reconocible por otros territorios y que aporta valor a todo lo
relacionado con el territorio de origen: turismo, productos alimentarios, aceptación
positiva, etc… Quiere ello decir, que el valor del capital de imagen reside en la
sociedad. Es una construcción social (Berger y Luckman, 1979) y su sentido,
significado y valor debe estar referido siempre a una determinada sociedad, o
incluso, en su caso, a un determinado grupo social.
En alguna medida esta clase conecta con el concepto de capital simbólico de
Pierre Bourdieu, el cual lo define como “una propiedad cualquiera, fuerza física,
valor guerrero, que, percibida por unos agentes sociales dotados de las
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categorías de percepción y de valoración que permiten percibirla, conocerla y
reconocerla, se vuelve simbólicamente eficiente, como una verdadera fuerza
mágica: una propiedad que, porque responde a unas ‘expectativas colectivas’,
socialmente constituidas, a unas creencias, ejerce una especie de acción a
distancia, sin contacto físico.”2 Cuando estas propiedades son compartidas por la
colectividad que reside en un territorio, y son interpretadas como valor por otras
sociedades externas (expectativas constituidas), debemos contabilizar dichas
propiedades entre los activos del territorio en cuestión.
En la sociedad contemporánea esta clase de capital ha cobrado una fuerza
inusitada. La importancia de las telecomunicaciones y la sociedad en red, junto a
otros factores relacionados con la evolución de los factores determinantes de los
mercados de consumo, explican el que multinacionales tan paradigmáticas y
potentes como Coca-Cola tengan como activo principal el de su marca, por
encima de su formidable patrimonio material.
Para un territorio el deterioro de su capital de imagen puede representar una
grave pérdida, tanto para el beneficio que deja de obtener respecto a su propia
identidad como sociedad, como por los beneficios derivados de su identificación
externa como “hecho diferencial” socialmente valorado por otros. La pérdida de
reconocimiento de valor de las propiedades mágicas de un territorio, de la imagen
y de los valores sociales predominantes, por parte de los “otros”, de otras
sociedades constituye la mejor demostración del activo que representa y su papel
potencial en el desarrollo sostenible.
En esta clase de capital se encuadra el paisaje, puesto que, en nuestra
interpretación el paisaje es una realidad socialmente construida. Consideramos
que el paisaje no es un atributo físico, perteneciente a la realidad territorial que es
percibida por las personas o por los técnicos y valorada. Más bien pensamos que
el paisaje, y su significado, son valores que residen en un determinado grupo
social y que solo podemos interpretar el valor de este paisaje en función de la
construcción social de esa realidad, la cual varia con el tiempo y el espacio. Así,
una misma realidad física es valorada como paisaje positivo y deseable por un
grupo social y otro, a la misma realidad, le asocia otro significado y otra
valoración. Así, se han dado casos en los cuales una obsoleta instalación
industrial ha sido objeto de una reivindicación social para que fuera eliminada, en
función de su significado de icono de una realidad superada y no deseada y,
posteriormente, el mismo artefacto, ha sido reivindicado como componente
básico de la identidad del lugar.
Normalmente en los espacios naturales este valor de imagen es elevado y
permite resolver muchos de los conflictos iniciales entre producción, formas de
producción y valor de mercado. Así, por ejemplo, las dificultades para competir en
precio de un determinado producto alimentario que está pensionando los
ecosistemas relacionados con ecosistemas naturales valiosos, pueden ser
superadas si el producto consigue diferenciarse en el mercado y obtener mejor
2 Bourdieu, Pierre. 1997
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precio, asociando el producto a una marca territorial de espacio natural y buenas
prácticas agrícolas.
Hay una parte del capital de imagen, que toma forma de capital cultural, pues
representa un valor socialmente construido representativo de una sociedad
vinculada a un territorio determinado.
CAPITAL DE IMAGEN
NIVEL DE ADMINISTRACION
INTERVENCIONES LOCAL AUTONOMICA CENTRAL
Diseño y adecuación
Valorización del “modo de vida”
Adecuaciones paisajísticas
Adaptación de marcas y orígenes
Campañas de comunicación
Campañas de promoción de marcas y
productos
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4. CONCLUSIONES
1. El concepto de sostenibilidad no es útil si no se traslada al terreno operativo de
los análisis de la realidad, de su interpretación y de la planificación pública.
2. Tanto para la planificación del desarrollo con enfoque convencional, como la
planificación territorial clásica, es suficiente con operar con el capital
físico/construido y con el capital humano.
3. El concepto de capital territorial, entendido como dotación amplia del conjunto
de recursos, bienes, conocimiento, capacidades, valores intangibles y
capacidad de adaptación social, contiene cualidades muy útiles para analizar
las dotaciones patrimoniales de un territorio y las interacciones entre ellas y
para diseñar medidas que actúen eficazmente en un entorno de sostenibiliadd
ambiental, económica y social.
4. La planificación del desarrollo con enfoque de sostenibilidad puede utilizar el
concepto de capital territorial como fundamento de su modelo teórico y
establecer la finalidad inicial de que el modelo de vida y productivo debe ser
capaz de generar bienestar, garantizando la preservación del capital territorial,
sin ninguna de la sustituciones de clases de capital se produzca a costa de
capital no renovable (condición especialmente aplicable al capital natural).
5. Se propone una clasificación del capital territorial en cinco clases: natural,
físico/construido, humano, social y de imagen. Con estas cinco clases se
puede dar una respuesta operativa e instrumental a los requerimientos de
planificación con enfoque sostenible.
6. El capital cultural puede ser tratado como una superposición de valores
interrelacionados de componentes de capital físico/construido, capital humano,
capital social y capital de imagen.
7. La clasificación del capital territorial en estas cinco clases, y sus instrumentos
de análisis asociados, permiten hacer planificación con visión integral, que
supere la obligatoriedad clásica de fragmentar las intervenciones de los
programas en materias organizadas por competencias administrativas o por
naturaleza de las medidas (materias) que se diseñan.
8. Estas cinco clases de capital territorial permiten aplicar el enfoque del
desarrollo sostenible, con una perspectiva de transversalidad y de integralidad
en la realidad, buscando la definición de un modelo de organización que
considere la mutua incidencia de las dimensiones ambiental, económica y
social, en forma de dotación de capital y que ordene las interacciones y los
flujos para que no se deterioren los ecosistemas y otros valores patrimoniales
del territorio.
Juan Requejo Liberal
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Ponencia presentada y publicada en el Simposio Hispano-Suizo sobre Integración
social de los espacios naturales protegidos. Salamanca 2004.
http://www.livelihoods.org/ Department For International Development livelihoods
... This immersion stage involves field work to experience, recognise and learn about territorial capital and its five scopes: natural, physical/built, human, social and image. By understanding these categories, an effective and practical approach to sustainable planning can be developed (Requejo, 2009). The data for this stage is collected through a micro-context analysis, which produces an inventory of local assets of excellence. ...
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Este documento plantea la iniciativa BIG barrio, desde un proceso investigativo-proyectual, orientado a la transformación digital de los territorios, articulándose como una estrategia viable para la innovación social y pública en la ciudad, cercana a las necesidades, que, de modo latente, se expresan en las comunidades de usuarios y residentes de los barrios, dentro de un nuevo ciclo sociotecnológico del habitar, y una nueva relación con el espacio y tiempo, post experiencia de confinamiento. Esta arena de innovación que es el barrio, convoca el hacer de diversos actores: académicos, públicos, privados y a la comunidad barrial, en un modelo de trabajo conjunto de codiseño, transdisciplinario y transectorial, bajo un formato de operación de laboratorio vivo urbano. BIG barrio funciona como una plataforma de gestión inteligente barrial, que permite mitigar la desigualdad socio-territorial local, impulsando un desarrollo policéntrico de ciudad cercana y, a la vez, ingrávida desde su interoperabilidad en red digital; poniendo en el centro a los ciudadanos y sus intereses, para potenciar su asociatividad y relación con lo común y lo público; en un diseño de ciudad que amplía el valor de uso de su infraestructura existente, dotándola de prestaciones ampliadas de naturaleza físico-digital, habilitante de oportunidades para los ciudadanos.
... Básicamente, este concepto se refiere a tres aspectos: primero, la articulación física (articulación interna y conexión con el exterior) de un territorio determinado aportada por las redes de infraestructuras de transporte; segundo, la equidad territorial en las condiciones de accesibilidad de los ciudadanos a las infraestructuras, equipamientos y servicios públicos en las diferentes áreas que integran un territorio, y, por último, el desarrollo socioeconómico equilibrado territorialmente, un objetivo clásico de la ordenación del territorio que esta comparte con la política económica regional. El capital territorial es un factor clave del desarrollo local y regional (Camagni, 2008;Requejo, 2007;Albertos, Caravaca y otros, 2004;Alburquerque, 2011). En consonancia con las definiciones de la oecd (informe Territorial Economy, oecd Territorial Outlook 2001) y de la ue (ate 2020), por capital territorial se entienden las capacidades o el potencial específico que caracterizan un determinado ámbito territorial (ciudad, región, etc.). ...
... Para aplicar este modelo, es preciso que al tiempo que se inicia la actividad minera se inicien los estudios biofísicos y socioeconómicos para conocer la composición del capital territorial, los procesos territoriales en los que están involucrados o los procesos potenciales que podrían ser promovidos. Esta valoración del capital territorial puede ser abordada a partir de las cinco dimensiones de capital territorial: natural, construido, humano, social y de imagen (Requejo, 2009). ...
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RESUMEN La sociedad actual es fuertemente dependiente de los minerales, en particular de los metales. Esta dependencia nace con la revolución neolítica 1 , con la agricultura y con el sedentarismo. El incremento de consumo mundial de metales en las últimas décadas está presionando fuertemente sobre la extracción minera. Las actividades mineras han mejorado notablemente sus procedimientos y se están reduciendo los impactos y los riesgos. No obstante, es preciso avanzar más en tecnologías que minimicen los efectos perjudiciales de la actividad, desde las fases de exploración a la restauración, pasando por la explotación. En este sentido el proyecto INFACT contribuye a la consolidación y generalización del desarrollo y uso de tecnologías no invasivas para la exploración de minerales. Europa es un gran consumidor de minerales metálicos en sus diversos niveles de transformación. La mayor parte de estos metales proceden del exterior. En 2017 se importaron 29 millones de toneladas con un valor de 17.843 millones de euros, frente a una exportación de 6 millones de toneladas con un valor de 4.708 millones de euros. En esta comunicación se defiende que Europa tiene una gran responsabilidad: aunque reduzca su consumo y maximice el reciclaje, no puede dejar de extraer minerales metálicos, por ello, nuestro continente debe liderar el cambio mundial hacia una nueva minería que minimice impactos y riesgos ambientales y que ofrezca un modelo de desarrollo sostenible a los territorios donde se practica la minería. 1 Incluso en el paleolítico las herramientas de piedra fueron fundamentales para la construcción del ser humano.
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Cuantificando el Capital Natural Mas Allá del Valor. Ponencia Conferencia Internacional de Economía Ecológica
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NAREDO, José Manuel (1998): "Cuantificando el Capital Natural Mas Allá del Valor. Ponencia Conferencia Internacional de Economía Ecológica. Santiago de Chile.
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