El Patrimonio Cultural se ha enriquecido con nuevas categorías y conceptos en las últimas décadas del siglo pasado, e inicios del presente siglo XXI. Este culto que otorga reconocimiento a la labor del hombre que trasforma meritoriamente su medio contextual y geográfico, nos revela los interrogantes de una sociedad en contradicciones. Una sociedad posmoderna y tecnologizada que minimiza su pasado, a la vez, rememora y busca en la valoración de sus orígenes-memoria, los valores de sus ancestros. La investigación y estudio de la preservación del patrimonio artístico e histórico es una contribución al conocimiento de la historia, e identidad cultural, sin los cuales no existe el patrimonio. Su carácter multidisciplinario incorpora todas las disciplinas necesarias para el reconocimiento y la conservación de sus valores. Sin embargo, en nuestros tiempos líquidos, la identidad es ambivalente, busquemos nuevos lineamientos y posturas, frente a las amenazas de la especulación inmobiliaria, lo que nos convoca a lograr validaciones identitarias, a través de políticas culturales que incentiven la preservación, y resignificación de nuestro patrimonio cultural.