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Abstract

Se ha detectado que la variable ansiedad tiene un gran impacto en la práctica del médico, el setenta por ciento presenta una ansiedad media y el dieciocho por ciento, un nivel de ansiedad alto. Asimismo se detecta depresión, importante en un 5%. Respecto al paciente, la falta de satisfacción en la relación y el sufrimiento de éste son las variables que causan mayor ansiedad. A nivel institucional las variables más estresantes son el estrés laboral, la falta de apoyo social, de formación y de tiempo. La variable más ansiógena refernte a la enfermedad es el error en el tratamiento o en el diagnóstico. La satisfacción laboral se correlaciona directamente con la organización, el buen funcionamiento del centro, el trabajo en equipo y las relaciones interpersonales con los compañeros y jefes. Se constata que le trabajo en equipo es un factor de contención de la ansiedad de los médicos.
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Rosa Gómez Esteban
EL ESTRÉS LABORAL DEL MÉDICO: BURNOUT Y
TRABAJO EN EQUIPO
PROFESSIONAL STRESS IN DOCTORS: BURNOUT AND TEAMWORK
RESUMEN
Se ha detectado que la variable an-
siedad tiene un gran impacto en la prác-
tica del médico, el setenta por ciento
presenta una ansiedad media y el diecio-
cho por ciento, un nivel de ansiedad alto.
Asimismo se detecta depresión, impor-
tante en un 5% Respecto al paciente, la
falta de satisfacción en la relación y el
sufrimiento de éste son las variables que
causan mayor ansiedad. A nivel
institucional las variables más estresantes
son el estrés laboral, la falta de apoyo
social, de formación y de tiempo. La va-
riable más ansiógena referente a la en-
fermedad es el error en el tratamiento o
en el diagnóstico. La satisfacción labo-
ral se correlaciona directamente con la
organización, el buen funcionamiento del
Centro, el trabajo en equipo y las rela-
ciones interpersonales con los compañe-
ros y jefes. Se constata que el trabajo en
equipo es un factor de contención de la
ansiedad de los médicos.
Palabras clave: Relación médico –
paciente. Grupo Operativo. Ansiedad y
Estrés en los profesionales de la medici-
na. Burn–out. Atención Primaria. Calidad
asistencial. Salud Mental. Interconsulta.
Trabajo en equipo.
SUMMARY
It has been noticed that the variable
of anxiety has a relevant impact on the
work of the physicians, showing the
seventy percent a medium level of
anxiety, and the eighteen percent a high
level of anxiety. In the same way we
detect an important depression in a 5%.
The lack of satisfaction in the relationship
and the state of suffering of the patient
are the variables that create the most
anxiety. In terms of the medical
organization, the lack of public support,
education and time are the most stressing
aspects. In terms of dealing with illness,
the physician»s fears are giving a wrong
diagnosis and treatment. The work
satisfaction is directly related to the
medical organization they belong to, and
of how this institution functions, as weil
as the relationship they has with their
boss and peers when doing team work.
Team work can make physicians keep their
anxiety internally.
Key words: Doctor–patient»s
relationship. Operative Group. Doctor»s
anxiety. Doctor»s stress. Burn–out. Primary
Health Care. Quality improvement. Mental
Health. Consultation - liaison. Team-Work.
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El estrés laboral del médico:...
ORIGINALES Y REVISIONES
INTRODUCCIÓN
En 1978, en Alma Ata, se plantea un nuevo modelo de organización de los Servi-
cios de Salud que será adoptado en muchos países, el primer nivel se denomina
Atención Primaria de Salud. En ese mismo año en España se regula la especialidad en
Medicina Familiar y Comunitaria. A partir de los años 80 en nuestro país, se producen
importantes cambios políticos, en 1982 gana el Partido Socialista en España, que
van a posibilitar otros, y en esa década se desarrollan profundas transformaciones,
tanto en el marco jurídico como en las estructuras sanitarias españolas. En el 84 se
regulan las estructuras básicas de salud y se crean los Centros de Salud. El nuevo
modelo se plantea integrar lo asistencial y preventivo, fomentar el trabajo en equipo
y apoyarse en una territorialización que apuesta por lo comunitario.
En 1986, la Ley General de Sanidad enmarcará los cambios en la reforma sanita-
ria. Después de casi 20 años se han conseguido muchos logros, pero, en el momento
actual, con el desarrollo del modelo de Atención Primaria ha aparecido un problema
similar al de otros países europeos, la sobrecarga asistencial (1). La demanda de la
población sube anualmente, la exigencia de los pacientes también y los recursos
asistenciales no se incrementan. Esta sobrecarga asistencial es un obstáculo para
una asistencia de calidad, que prime las actividades centradas en el paciente y que,
a su vez, se preocupe por sus profesionales.
El estrés laboral es la principal variable generadora de ansiedad en la práctica
clínica según el trabajo de investigación que he realizado con todos los médicos de
Atención primaria del Área 10 de la C.A.M.. Constatamos que la variable ansiedad
tiene un gran impacto en la práctica del médico, el setenta por ciento presentaba
una ansiedad media y el dieciocho por ciento, un nivel de ansiedad alto. Asimismo se
detectaba depresión importante en un 5%. Este estrés es mayor al sumarse otras
variables que también producen alto nivel de ansiedad al médico: la insatisfacción
en la relación médico-paciente, el sufrimiento del paciente, la falta de apoyo social,
la carencia de formación acerca de la relación médico-paciente y la escasez de tiem-
po. Referente a la enfermedad, el error en el tratamiento o en el diagnóstico, ocupa-
ba un nivel medio de ansiedad, similar al paciente «difícil».
En las respuestas al estrés, al principio se da una respuesta de alarma, después,
una activación sostenida y, si no cesa el estrés, se da la fase de agotamiento, con el
riesgo de desarrollar una enfermedad psiquiátrica si la evolución es desfavorable y no
existen los apoyos adecuados (2). Mientras que el estrés laboral en población general
se da en un 5 a 10%, en los médicos, como muestran nuestros resultados, el 18% de
los médicos padecen un nivel de ansiedad alto, siendo el estrés laboral el principal
responsable.
Dos formas de expresión de estrés laboral crónico, son el Síndrome de Burnout y
el Mobbing o Acoso Institucional. El primero se genera más por la dinámica
institucional: organización del trabajo, liderazgo dictatorial, aumento constante de
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El estrés laboral del médico:...
ORIGINALES Y REVISIONES
la presión asistencial y de la responsabilidad, a la que se une la falta de autonomía y
decisión del médico (3,4,5). Sin embargo, el Síndrome de Acoso Institucional o Mobbing
es una forma de estrés laboral que tiene su origen en las relaciones interpersonales
dentro de la institución.
Se refiere al maltrato verbal y moral que recibe un trabajador por parte del jefe,
de los compañeros o de ambos. Este síndrome es frecuente en los médicos y profesio-
nales sanitarios, hasta un 38% según datos publicados en el British Medical Journal
(6). La clínica del Mobbing es muy parecida a la del Burnout, aunque con mayores
dudas sobre la autoidentidad. El cuadro clínico puede tener una forma depresiva o la
de estrés-ansiedad. Cuando ambos síndromes se dan en el mismo profesional, los
riesgos sobre su salud son mayores.
Además de esta violencia sutil, difícilmente demostrable que es el mobbing,
otros fenómenos nuevos que han surgido en la relación médico – paciente son los
actos de violencia por parte de pacientes o familiares, a veces sólo verbales, y, en
ocasiones, también físicas. Esta violencia ha sido motivo de varias denuncias en
editoriales médicas (Madrid Médico, nº 70, Sept., 2003; Noticias Médicas, nº 3835,
Jul. 2003), y, en algunos casos, ha producido la muerte de algún profesional, por
temas como la disparidad de criterios en relación a la baja laboral.
El Burnout ha sido motivo de reflexión en periódicos nacionales en varias ocasio-
nes durante este año, se ha reseñado la sobrecarga asistencial y sus efectos sobre los
médicos: depresión, alcoholismo, drogadicciones, y una mayor tasa de suicidios (El
País, 26 de febrero, 20 de Abril, 2003). La sobrecarga asistencial de los médicos
españoles llega a un 40% o un 50% más que en otros países y, sin embargo, los
honorarios parece que son una tercera parte de los de Europa.
Erradicar la violencia y el maltrato institucional es fundamental para que no se
generen problemáticas mayores, si la situación se cronifica. Así, para Mansilla (7), la
hipótesis de la cadena de estrés laboral atraviesa tres estadíos: El primero es el
Síndrome del Mobbing, el S. Burnout o el Estrés Laboral. El segundo estadío es la
Fatiga Laboral, de la que puede recuperarse con descanso o cambio de trabajo. Y, por
último, el S. de Fatiga Crónica, que no se recupera ni con el tiempo, ni con cambio de
trabajo, y se caracteriza por una fatiga intensa al realizar mínimos esfuerzos. González
de Rivera(8), plantea que las autoridades sanitarias deberían tomarse el mismo inte-
rés para erradicar estos problemas de estrés que otros problemas de salud pública, ya
que aunque de menor gravedad, tienen mucha mayor prevalencia.
Es preciso tomar conciencia de esta situación porque la mayor parte de los pro-
fesionales lo sufren en silencio, con las consiguientes repercusiones familiares y
laborales, si la situación se cronifica. Cuando se produce la enfermedad también se
silencia, sobre todo, si es psíquica, porque la enfermedad mental del médico ha sido
un tema tabú. Frente a este ocultamiento, la Asociación Médica Americana, en 1973,
elaboró un proyecto de ley en el que se señalaba la obligación moral de los médicos
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de comunicar los casos de compañeros con trastornos mentales, siempre y cuando
afectara a su práctica profesional y éste no quisiera ponerse en tratamiento (9).
Sin embargo, en España, sigue siendo una problemática que no se sabe cómo abor-
dar. Probablemente, uno de los emergentes dramáticos de este conflicto ha sido la
muerte de tres pacientes en un hospital de Madrid, a principios de este año. Este caso
extremo ha permitido denunciar en los periódicos nacionales lo que denominan «El
estrés de las batas blancas», por la insostenible situación de la atención ambulatoria,
como dicen los dos titulares de El País (26. febrero, 2003; 20 Abril, 2003). Esta actitud
de ocultamiento personal y social, la constatan Helm et al (10), cuando confirman una
elevada tasa de suicidio en los médicos (el 4.3% de las muertes se debieron a suicidio)
y una tasa baja de intentos de suicidio (1.6%), lo que apoya la hipótesis de que los
médicos no piden ayuda, como hace la población general. En ésta los intentos de suici-
dio son muy altos en relación a las tasas de suicidio.
En los grupos operativos y Balint que hemos realizado en los centros de salud,
numerosos emergentes hacen referencia al mismo: «En la atención primaria no se te
reconoce y eso te quema», «Algunos estamos tirando la toalla», «Queríamos arreglar
el mundo y luego te quemas», «Puedes resolver cosas, pero la pregunta es, ¿A costa de
qué?, y ¿Hasta cuándo puedes hacerlo?», «Hago lo que me interesa, para no quemar-
me tanto, que no lo pueda hacer», «Tienes la sensación de que no das más de sí, de
que nunca lo haces bien», «Trabajamos más horas y hacemos más actividades, pero
uno no siente que se le reconoce».
El «Síndrome de Burnout» o «Síndrome del quemado», como se ha denominado
en nuestro país (11,12),es un síndrome clínico descrito por Freudenberger (13), en el
que se hace referencia a aquellos profesionales sanitarios que, con el paso del tiem-
po, se vuelven menos sensibles, comprensivos e incluso agresivos con los pacientes,
con un trato distanciado, cínico y con tendencia a culparles de los problemas que
padecen. Este cuadro también se denomina Síndrome de Agotamiento Emocional,
con sentimientos de incapacidad, desesperanza, alienación, despersonalización y
baja realización personal descrito por Maslach (14). Este autor propone que el sín-
drome se inicia con el cansancio emocional fruto de un desequilibrio entre las de-
mandas organizacionales y los recursos personales. Continúa con la despersonalización
que se ofrece como única salida a la situación creada.
Los profesionales más afectados por el «Burnout» son aquellos que han estado
más implicados en su trabajo y han intentado encontrar soluciones eficaces para la
colectividad. En el grupo pudimos observar este mayor compromiso previo con su
quehacer: «Ibas a arreglar las cosas, teníamos un espíritu de cambio...». Este males-
tar es mayor si además ha habido una idealización previa: «Queríamos arreglar el
mundo y luego te quemas». Álvarez Gallego et al (15), nos recuerdan que para
Freudenberg, «el Burnout» es consecuencia de la caída de un ideal que se expresa con
elementos de la dinámica del duelo.
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ORIGINALES Y REVISIONES
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En nuestros grupos constatamos que si el profesional no encuentra resultados en
su trabajo y pierde el sentido de su quehacer se instala en la frustración, la queja y
la impotencia. Estas vivencias y sentimientos, si no son elaborados, desencadenan
síntomas como la tristeza, apatía, desinterés, irritabilidad, disminución de la
autoestima y repliegue en uno mismo. Por ello compartimos la idea de Leal (43),
cuando considera que el «Burnout» hace referencia a una sintomatología depresiva
que surge ante lo que siente como fracaso de sus intervenciones, pérdida de autoestima
por la vivencia de que su trabajo y esfuerzo no son útiles.
En España, Mingote Adán (27), considera que es un grave y creciente problema
que afecta a más del 10% de los médicos. Generado por la confrontación con el
sufrimiento humano, la enfermedad, la invalidez, la muerte, la alta responsabilidad
de las decisiones a tomar, el trato a pacientes difíciles y el manejo de la información.
Este porcentaje es mayor en los médicos que trabajan con pacientes de alta mortali-
dad, en ellos es también más alto el nivel subjetivo de estrés y el consumo excesivo
de café, tabaco y alcohol.
De la Torre Prados et al (16), Blasco y Huet (17), también lo han descrito en
médicos intensivistas que atienden a pacientes graves, con mal pronóstico, por las
vivencias frente a la muerte, la urgencia y la falta de reconocimiento social. Asimis-
mo por las condiciones laborales: escasez de tiempo, falta de trabajo en equipo,
carencias en la formación y nombramiento de responsables por criterios políticos y
no académicos. Otros estudios lo relacionan además de con los pacientes terminales,
con los poco colaboradores y los no respondedores al tratamiento (30), y por el trato
con pacientes difíciles (25).
Gérvas et al (18), plantean que en su etiología hay factores predisponentes y
desencadenantes. Entre los primeros, una formación sólo dirigida a curar y no a
cuidar, y la falta de objetivos y prioridades en la institución. Entre los segundos, la
falta de agradecimiento del paciente, que convierte los deseos de éstos en exigen-
cias. Este síndrome es más frecuente en los médicos de Atención Primaria y Salud
Mental, probablemente porque la sobrecarga asistencial y la implicación emocional
en la relación con el paciente son mayores.
En las primeras publicaciones acerca del tema se destacaba más la importancia
de la personalidad previa (rasgos de perfeccionismo, idealismo y excesiva implica-
ción en el trabajo), que la influencia de las condiciones objetivas laborales. Perso-
nalmente, en base a nuestros resultados, sin descartar los factores personales, estoy
de acuerdo con los autores que priorizan los factores institucionales (19):
En nuestro trabajo de investigación las variables más relevantes, como hemos
señalado, son: estrés laboral, dificultades en la relación médico-paciente, sufrimien-
to del paciente, carencias en la formación psicológica, y falta de apoyo social y
tiempo en la consulta. Los pacientes difíciles y los errores en el diagnóstico y trata-
miento ocupan un nivel medio de ansiedad. Las fuertes demandas, tanto de la insti-
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tución como de la enfermedad y del paciente pueden hacer entrar en crisis al profe-
sional, ya sea porque estas demandas sean excesivas o porque el profesional está
atravesando un momento de mayor vulnerabilidad, debido a problemáticas persona-
les o familiares.
EFECTOS DEL ESTRÉS LABORAL SOBRE LA SALUD DEL MÉDICO: SÍNDROME DE
BURNOUT
En 1930 la Organización Interterritorial de Trabajo concluye que los médicos
constituyen uno de los grupos profesionales en los que el estrés y el agotamiento se
presenta con mayor frecuencia, produciendo efectos psíquicos: ansiedad, depresión,
enfermedades psicosomáticas y trastornos neuróticos, motivados por la gravedad de
los pacientes (20). A partir de los años 50, los profesionales sanitarios muestran su
interés en la interrelación existente entre el trabajo y su salud. La O.M.S. auspicia un
grupo de trabajo sobre los riesgos profesionales en el ámbito hospitalario observán-
dose que la sobrecarga asistencial, las urgencias, los turnos rotatorios y la situación
crítica de los pacientes genera intensa ansiedad y estrés.
El trabajo del médico implica fuertes tensiones emocionales y mucha responsabi-
lidad, ya que el apoyo de otras vidas resulta una tarea muy dura y con riesgos psíqui-
cos para el que la realiza (24). Se constatan trastornos asociados a estrés ocupacio-
nal crónico y una tasa de prevalencia psiquiátrica, depresión y drogadicción, más
alta que en la población general (21), (22), (23), (24).
Asimismo, existe depresión importante en un 4% (25). Se han hallado niveles de
ansiedad entre moderada y grave en un 10 a 20% (24), (25), (26), (27), (28). El
30%, en los trabajos de De las Cuevas y González de Rivera (29) en Atención Prima-
ria. Mingote Adán (27), señala que los médicos van diez veces más al psiquiatra para
tratamiento de la depresión que la población general.
Se ha constatado mayores porcentajes de enfermedades cardiovasculares y acci-
dentes. Los porcentajes de infartos, suicidios y muerte son más elevados. El doble de
suicidios que en población general para Charlton J. et al , y dos o tres veces más para
Mc Cue (30). La explicación que se da a este hecho es la conjunción entre factores
estresantes y personalidad del profesional. La tasa de suicidio es más alta entre los
médicos que tienen la especialidad de psiquiatría (31), (32).
Los médicos en ejercicio presentan tasas más altas de cirrosis hepáticas que la
población general. Ésta es una de las causas más frecuentes de incapacidad del
médico para el ejercicio profesional. Un 12% de consumo excesivo o abuso de alco-
hol (33). También la tendencia al consumo de analgésicos, estimulantes, tranquili-
zantes e inductores del sueño es más alta en los médicos (23), (24) que en otras
profesiones de edad y sexo similar. Asimismo, el Síndrome de Burnout se asocia a
mayor consumo de cigarrillos (más de 20 al día).
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Reig Ferrer y Caruana Bañó (34), plantean que la insatisfacción laboral es la que
actúa sobre el estado de salud de los médicos. Algunos de los factores que influyen
en la satisfacción laboral, para estos autores, son: número de horas de trabajo,
guardias, falta de ocio, escasez de tiempo en la consulta, dificultad de los diagnós-
ticos, relación con pacientes disfuncionales, ansiedad sobre el futuro, relaciones con
los compañeros, urgencias inesperadas y excesivo trabajo administrativo. Estos auto-
res concluyen con la interesante idea de que buena parte de la insatisfacción se
produce cuando el médico tiene expectativas irreales en relación con su trabajo y
cuando se compromete excesivamente a nivel emocional.
En nuestro trabajo (35) y, el de otros autores, la mitad de los médicos presentan
insatisfacción laboral (36), (37), (38), (39), (40). Este porcentaje es similar a la
insatisfacción de los pacientes encontrada por Korsch et al (41). La satisfacción de
los pacientes está en función de que el médico tenga en cuenta las expectativas,
preocupaciones y ansiedades acerca de su enfermedad. La mayor insatisfacción se
produce cuando no se tiene en cuenta estas expectativas, hecho importante ya que el
65% de los pacientes no las verbalizan, circunstancia que está en función del nivel
cultural.
En nuestros resultados (42), casi la totalidad de los médicos considera que la
relación médico - paciente influye en su salud, la mayoría sobre la salud psíquica y la
mitad respecto a la física. Para la mitad de los médicos su trabajo es una fuente
generadora de estrés y ansiedad, para un 18% el nivel de ansiedad es alto, y un 20%
padece insomnio. Por otro lado, también un 20% acepta padecer problemas de salud
física. La práctica clínica les afecta anímicamente al 27.6%, y a casi un 5% les
deprime bastante o mucho, proporción que consideramos debe tenerse en cuenta por
los responsables sanitarios.
La investigación de Linn et al (25), coincide básicamente con nuestros resulta-
dos, encuentra puntuaciones compatibles con depresión importante en el 4% de los
médicos, ansiedad entre moderada y grave en el 13% y algunos problemas de salud
en el 27%. En cuanto al consumo de alcohol y psicofármacos, un 3,4% siente la
necesidad de beber ante la tensión generada por su trabajo. Sumando el «sí» y «a
veces», la tercera parte consume analgésicos, uno de cada 10 consume hipnóticos y,
en el mismo porcentaje, ansiolíticos.
EL EQUIPO Y LA SALUD DEL MÉDICO
En los equipos de los Centros de Salud, como en todo grupo humano, se genera
una dinámica grupal que influye de manera importante en el comportamiento de
cada uno de los sujetos. Estas dinámicas más o menos complejas se dan en todos los
equipos, aunque esta complejidad aumenta cuando los equipos son multidisciplina-
res, como es el caso de la Atención Primaria. Los conflictos institucionales se mani-
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fiestan por enfrentamientos, rivalidades, relaciones de poder entre los diversos co-
lectivos y relaciones personales conflictivas entre los diferentes profesionales. Estos
conflictos, a su vez, podemos considerar que son también emergentes de la resisten-
cia al cambio institucional. Expresiones de esta problemática son los emergentes
inicial, central y final de una de las sesiones grupales:
E.I.: « Envidia y rivalidad hay, pero entre los médicos no. Yo, estoy cabreada con
enfermería y administrativos».
E.C.: « Siempre que hay reunión de equipo, hay follón».
E.F.: « Aquí todo el mundo tiene claro lo que tiene que hacer; si no es función de
nadie, para el médico».
En nuestros grupos, los médicos relatan el sufrimiento y las vivencias de ansie-
dad y depresión motivadas por los conflictos que se producen en la dinámica
institucional. El estrés laboral genera ansiedad y aumenta la conflictividad con los
pacientes, familiares y compañeros. Si la dinámica grupal se hace patológica, se
generan afectos y sentimientos que no pueden ser elaborados y se produce la este-
reotipia de los profesionales y de la institución. Esta dinámica institucional puede
enfermar a los profesionales y afectar el proceso terapéutico de los pacientes.
En nuestros resultados, sólo la mitad de los médicos trabajaba en equipo. La
ansiedad en los médicos que trabajan en equipo era menor, datos similares a los
obtenidos en la relación con los familiares. Esta ansiedad era de un 25 %, si trabaja-
ban en equipo, un 75%, si no lo hacían. De estos resultados podemos deducir que
aunque las relaciones de equipo pueden ser una fuente de malestar para el médico, el
equipo se puede considerar un factor protector frente a las tensiones derivadas de la
práctica clínica.
Se constató que la satisfacción laboral se correlaciona directamente con la organiza-
ción, el buen funcionamiento del Centro, el trabajo en equipo y las relaciones
interpersonales con los compañeros y jefes. Así, a mayor satisfacción, menor conflictividad
y menor ansiedad y estrés. Los médicos que se reconocían satisfechos atendían a una
media de 36.5 pacientes, dedicando a cada uno 7.7 minutos, frente a los 44.4 pacientes
de media que atendían los «no satisfechos», con una media de 5.3 minutos por paciente.
Estos resultados contrastan con el tiempo de consulta de los médicos europeos, que
tienen 20 ó 25 minutos por paciente, y cobran hasta tres veces más que los médicos
españoles (datos facilitados por la Presidenta del colegio de Médicos en la Revista de la
Organización Médica Colegial, O.M.C. julio, 2002). En esta entrevista señalaba un tiem-
po medio de consulta médica de dos a tres minutos en España.
Para no sucumbir a la dinámica institucional es fundamental el trabajo en equipo
o, cuando no sea posible, al menos con algún compañero con el que compartir esta
problemática. En el grupo explicitaban esta necesidad: «Para no quemarse, hay que
buscarse más actividades en equipo y no resquebrajarnos ante las demandas
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institucionales». En esta línea Leal (43), plantea que: «Sobrevivir en una situación
de equipo de fuerte contradicción entre lo que uno cree que debe hacer y lo que
recibe como obligatorio de ser hecho, presupone encontrar aliados que compartan
los mismos valores éticos y sirvan de apoyo para poder seguir afrontando las incohe-
rencias de la intervención».
El trabajo en equipo requiere tres dimensiones, como dice Leal Rubio (43): cui-
dar, cuidarse y ser cuidado. A pesar de las contradicciones y dificultades, es una
estrategia que permite al médico participar en las decisiones y en el desarrollo de un
proyecto en común con otros. El trabajo en equipo permite pensar, hablar, reflexio-
nar, intercambiar y elaborar estrategias que permitan una mejor atención al pacien-
te. Asimismo evita la fragmentación del enfermo, que se realiza cuando se trabaja en
la institución de manera aislada y con escasa comunicación, a pesar de que haya un
enfoque biopsicosocial de los procesos de salud – enfermedad en los profesionales.
Como plantea Scotti (44) disminuye los riesgos que conlleva la superespecialización
de la medicina, la fragmentación del organismo, al dar las condiciones para que
algunos profesionales tengan en cuenta la totalidad del organismo y el ser persona
del paciente ya que, cuando no se trabaja en equipo, es más difícil pensar en la
elaboración de los aspectos emocionales que depara el contacto con el enfermo.
ESTRATEGIAS PARA MEJORAR EL TRABAJO DE EQUIPO EN LAS INSTITUCIONES
SANITARIAS
Balint, hace referencia a los beneficios que el trabajo en equipo procura a la
práctica asistencial. Señala que los fenómenos de «Dilución de responsabilidades» y
«La complicidad en el anonimato», se dan en menor intensidad cuando se trabaja
con esta modalidad. El equipo posibilita realizar indicaciones más adecuadas al tener
en cuenta aspectos más amplios de la realidad y de la relación terapéutica, disminu-
yendo la petición de pruebas y análisis ante el sufrimiento del paciente, así como
derivaciones innecesarias a otros especialistas. Asimismo, facilita una atención inte-
gral al paciente, tanto de los aspectos biológicos como psicosociales, diferencia que es
reconocida por los médicos en el grupo: «Antes era un médico al que le iban a pedir
medicinas, era impensable tener un médico donde sentarse y, menos aún, donde poder
hablar».
En el grupo surgieron interrogantes acerca de las tareas específicas de cada
profesional, dificultades que fueron manifestadas a través de la queja: «Aquí todo el
mundo tiene claro lo que tiene que hacer, menos nosotros». Los obstáculos y
malentendidos en la comunicación se agravaban por la carencia en la delimitación de
funciones y por aspectos de la tarea que no querían ser asumidos por nadie. Surgie-
ron frecuentes protestas por las tareas administrativas que les ocupaba mucho tiem-
po del trabajo diario, algunos decían que hasta el cuarenta por ciento de su tiempo.
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Esta situación creaba intenso malestar y era motivo de fricción con los otros compa-
ñeros: «Me tienen mosqueado los administrativos».
Para que no se generen ansiedades confusionales y persecutorias que dificultan
en gran medida la tarea asistencial, es preciso que los responsables sanitarios hayan
definido las funciones de cada profesional. Si los roles están bien estructurados y hay
una delimitación de funciones y responsabilidades, podrán cumplirse los objetivos.
Cuando estas cuestiones no se abordan es habitual que algunos profesionales sólo
puedan reivindicar lo que no es su función, lo que con frecuencia aumenta la rigidez
y la estereotipia de los profesionales y, por tanto, de la institución.
Una figura central para la dinámica del equipo, como ya señalara Lewin (45), es
el rol del coordinador. Éste ha de tener una formación pertinente y un prestigio
personal y profesional para acometer los diferentes cambios que se van dando a lo
largo del proceso. Si no es de este modo, no puede potenciar que el grupo encuentre
los liderazgos rotatorios necesarios para la consecución de los objetivos, en función
de los diversos momentos y tareas del proceso. Cuando puede ejercer dicho rol puede
ayudar a los otros miembros del equipo a atravesar las diversas etapas, desde la
dependencia del líder, al inicio, con sentimientos ambivalentes con respecto al gru-
po, a la superación de las divergencias acerca del proyecto y de las metas a alcanzar.
De este modo, podrá ayudar a clarificar las tareas y responsabilidades de cada miem-
bro en el equipo.
Si el trabajo en equipo es un objetivo institucional prioritario, el coordinador
podrá responsabilizarse de que las reuniones de equipo tengan la periodicidad nece-
saria, para transmitir la información y trabajar los objetivos pertinentes para cada
momento del proceso. Una de sus funciones más importantes es potenciar la comuni-
cación para que todos los miembros del equipo puedan hablar y ser escuchados.
Asimismo, facilitar las diferencias en el análisis y solución de los problemas y los
acuerdos en la toma de decisiones para que éstas tengan el apoyo de todos los
miembros del equipo. Estas decisiones acordadas han de anotarse para su seguimien-
to posterior. De este modo, podrán realizarse evaluaciones anuales del trabajo de
equipo, en función de los objetivos propuestos por la institución, y los asumidos por
el equipo.
Cuando se reúnen las condiciones institucionales, el coordinador puede ejercer
su función y el equipo compartir unos objetivos y definir unas prioridades. En este
caso, el equipo funciona como un «Grupo de Trabajo», en palabras de Bion (46), y
no, como un «Grupo de Supuesto Básico», en el que predominan los factores emocio-
nales y no los racionales, y, por lo tanto, no se puede abordar la tarea. Cuando se
funciona como Grupo de Trabajo, poco a poco, se puede incluir lo afectivo, además
de lo profesional, y las relaciones interpersonales son de mayor apoyo y confianza.
Este cambio en la dinámica grupal permite enfrentar los conflictos de una manera
constructiva y enfocarlos hacia su resolución.
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Para funcionar como grupo de trabajo es importante implementar métodos que
faciliten la participación. El coordinador ha de tener una escucha activa y hacer
preguntas y señalamientos para obtener información y confirmar acuerdos. Si los
conflictos se abordan adecuadamente se incrementa la confianza y se genera mayor
interrelación e intercambio de ideas. Este proceso disminuye las conductas de evita-
ción, incrementa la motivación, la productividad de los profesionales y, por tanto, es
la mejor prevención del Burnout.
Para que las reuniones sean eficaces han de ser necesarias, estar preparadas, y
concluir con actuaciones que permitan la puesta en práctica de los acuerdos y el
seguimiento de las decisiones tomadas. Para conocer si son necesarias hay que tener
en cuenta tanto las necesidades técnicas, como las de interrelación. Señalar los
motivos, los objetivos, el tiempo preciso y los asistentes a cada reunión, en función
de los objetivos propuestos. Si la dinámica es adecuada, los miembros se implican en
las decisiones y definen los responsables de cada actuación. Este proceso de toma de
decisiones que permite la reflexión sobre quién, qué, cómo y cuándo se decide, es
muy importante para el buen desarrollo de la tarea asistencial, siempre teniendo en
cuenta que el análisis de problemas y la toma de decisiones es un proceso que parte
de una realidad que se quiere transformar y regresa a una realidad que se modifica.
Esta dinámica grupal permite al equipo realizar una planificación a medio y largo
plazo. En ésta hay que tener en cuenta: el qué (los objetivos), el cómo (el método)
y el cuándo (las prioridades). Para alcanzar los objetivos, tres aspectos son impor-
tantes: la información, la comunicación y el seguimiento, que permite una valora-
ción de los resultados.
El aprendizaje del trabajo en equipo en Atención Primaria ha sido uno de los objeti-
vos prioritarios en las diversas conferencias mundiales sobre formación continuada. La
concepción integral de los problemas de salud y de las intervenciones terapéuticas exige
un funcionamiento en equipo interdisciplinario capaz de abordar la mayor complejidad.
Este funcionamiento en equipo exige una tarea y un proyecto común, tareas y proyectos
que irán consolidándose en la medida en que se puedan abordar y elaborar los diversos
momentos de cambio y resistencia al mismo que se generan a lo largo del proceso.
La cuestión del equipo es central para la sanidad pública por lo que supone de
cambio en la atención a los pacientes. Pero precisa, como señalamos, de responsa-
bles de los Servicios con prestigio personal y buena formación que, por un lado,
sepan realizar su función y, por otro, sean reconocidos institucionalmente. Esta pro-
blemática es central, ya que el trabajo en equipo repercute en la calidad de atención
a los pacientes y en la contención de los profesionales, lo que previene de los riesgos
psicopatológicos que supone el trabajo del médico. Éste es un deseo que se expresa-
ba con frecuencia en los grupos: «Hay que buscar más actividades en equipo y no
resquebrajarse ante las demandas institucionales», «El planteamiento que menos te
quema es hacer lo que nos interesa como equipo».
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Si, como hemos constatado, el trabajo en equipo es un factor de contención y de
prevención del Burnout, las administraciones sanitarias deberían velar por el buen
funcionamiento del trabajo de los equipos. Asimismo, tomar las decisiones pertinen-
tes cuando éstos tengan una dinámica disfuncional, ya que ello supone un riesgo
para la salud de los profesionales y de los pacientes, además de generar un mayor
coste económico.
Es preciso organizar programas de prevención y tratamiento del Burnout y del
Acoso Institucional con los profesionales afectados. Los Grupos Balint y los Grupos
Operativos han demostrado ser de gran utilidad. Pero lo más importante es incidir
sobre las variables institucionales que generan ansiedad al médico, entre ellas, la
insatisfacción que los pacientes y familiares tienen hacia el sistema sanitario. La
intervención sobre estas variables posibilita que la relación médico-paciente ocupe
su lugar, que es nuclear en la asistencia sanitaria, en la atención del enfermo, en la
satisfacción del profesional y, por tanto, en la prevención de la salud física y psíquica
de los médicos y de los profesionales sanitarios.
CONCLUSIONES
1. El estrés laboral es la variable principal en la ansiedad del médico. Los niveles de
estrés y satisfacción laboral se asocian con la salud mental y física de los médi-
cos y de los profesionales sanitarios. Si el estrés se cronifica puede generar el
Síndrome de Burnout en los profesionales sanitarios, que afecta a un porcentaje
entre el 10 y el 20% de los médicos. Se manifiesta con sintomatología depresivo-
ansiosa y, si se agrava, puede conducir a problemas somáticos o psíquicos graves
y abuso de fármacos o alcohol.
2. Para prevenir el Burnout en los profesionales sanitarios es fundamental incidir
sobre las principales variables que generan ansiedad, sobre todo, las
institucionales: el estrés laboral, la insatisfacción en la relación médico-pacien-
te, la falta de formación psicológica, la carencia de apoyo social y la escasez de
tiempo. La disminución de estas ansiedades le posibilitará al médico abordar
mejor las que se refieren a dificultades específicas de la enfermedad y de sus
pacientes.
3. Es fundamental lograr la distancia adecuada frente a aquellas demandas tanto
institucionales como de los pacientes que aumentan el estrés y la ansiedad, y
conseguir que la implicación emocional sea pertinente con la tarea, disminuyen-
do la autoexigencia, la hiperresponsabilidad y las expectativas, que tienen más
relación con un proyecto ideal y no real. De este modo, se podrán adecuar los
recursos personales e institucionales a las necesidades de los pacientes.
4. Es imprescindible facilitar una formación más pertinente para el médico de Aten-
ción Primaria en la que se incluyan los factores psicológicos y sociales que influ-
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(53)
yen en el proceso de salud-enfermedad. La coordinación entre el nivel de Aten-
ción Primaria y Salud Mental con reuniones periódicas, para que el médico aprenda
a tener en cuenta además de la patología orgánica, la problemática psicológica y
social, así como su interrelación, ha de ser un objetivo prioritario.
5. Es preciso potenciar el trabajo en equipo para abordar las diferentes problemáti-
cas de los Servicios y para que los profesionales puedan tomar las decisiones para
una mejor atención a los pacientes. Grupo de trabajo cuyo coordinador sea res-
ponsable de este funcionamiento en equipo, y, que a su vez, sea reconocido por
la institución sanitaria.
6. Implementar técnicas grupales para que los profesionales puedan hablar de sus
relaciones tanto laborales como con los pacientes, y aprender técnicas que
disminuyan la ansiedad y los efectos del estrés laboral. Las Técnicas Cognitivo-
Conductuales, los Grupos Balint y Operativos, se han demostrado de gran utilidad
en la prevención y tratamiento del Burnout.
7. En resumen, es preciso la urgente intervención de los responsables políticos y
sanitarios sobre aquellas variables institucionales que generan ansiedad al mé-
dico, y ejecutar las medidas pertinentes para dignificar la relación médico-pa-
ciente. Dar prioridad a mejorar la gestión de la organización en los Centros, a
través de la participación de los profesionales, el trabajo en equipo y un tiempo
adecuado de atención a los pacientes. Estos objetivos son prioritarios si se quie-
re preservar la salud del médico y de los profesionales sanitarios y, de este modo,
mejorar la calidad asistencial.
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3115
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Rosa Gómez Esteban
Psiquiatra Adjunto de los Servicios de Salud Mental de Alcorcón, C.A.M., Ex–Secre-
taria General de la Asociación Española de Neuropsiquiatría,
C/. Prado del Rey, 71, 2º C
28223 MADRID
Tel.: 917119942
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... Por otra parte, se plantea que el tener expectativas excesivamente altas en relación con compañeras/os de trabajo (Cherniss, 1982), y la percepción de no ser adecuadamente valorados laboralmente por los compañeras/os y/o la jefatura (Grau et al., 2005) serían también factores de riesgo. Asimismo, la falta de trabajo en equipo y el carácter interdisciplinario de los equipos puede aumentar el grado de conflictividad (Gómez, 2004). ...
... Por su parte, entre las manifestaciones psicológicas-emocionales destacan el cansancio emocional, la tensión, ansiedad (Grau et al., 2005), frustración, queja e impotencia, tristeza, apatía, desinterés e irritabilidad (Gómez, 2004). Además, se han observado vivencias de incompetencia, de ambivalencia (oscilar por polos de impotencia y omnipotencia), de hiper-culpabilización propia o de los demás y de traumatización vicaria -frente a la complejidad de los problemas psicosociales que abordan los programas- (Arón & Llanos, 2004). ...
... A nivel de los equipos, entendidos no solo como la suma de personas, sino que como una unidad caracterizada por ciertas dinámicas relacionales, se ha observado que el desgaste genera un aumento de los conflictos interpersonales (Marrau, 2009), del trabajo en equipo y de los estereotipos en relación a las/os compañeras/os que los conforman (Gómez, 2004). También se ha reportado que el desgaste puede originar la desintegración de los equipos, y la transmisión de desesperanza hacia aquellos equipos en formación (Quintana, 2005). ...
... Por otra parte, se plantea que el tener expectativas excesivamente altas en relación con compañeras/os de trabajo (Cherniss, 1982), y la percepción de no ser adecuadamente valorados laboralmente por los compañeras/os y/o la jefatura (Grau et al., 2005) serían también factores de riesgo. Asimismo, la falta de trabajo en equipo y el carácter interdisciplinario de los equipos puede aumentar el grado de conflictividad (Gómez, 2004). ...
... Por su parte, entre las manifestaciones psicológicas-emocionales destacan el cansancio emocional, la tensión, ansiedad (Grau et al., 2005), frustración, queja e impotencia, tristeza, apatía, desinterés e irritabilidad (Gómez, 2004). Además, se han observado vivencias de incompetencia, de ambivalencia (oscilar por polos de impotencia y omnipotencia), de hiper-culpabilización propia o de los demás y de traumatización vicaria -frente a la complejidad de los problemas psicosociales que abordan los programas- (Arón & Llanos, 2004). ...
... A nivel de los equipos, entendidos no solo como la suma de personas, sino que como una unidad caracterizada por ciertas dinámicas relacionales, se ha observado que el desgaste genera un aumento de los conflictos interpersonales (Marrau, 2009), del trabajo en equipo y de los estereotipos en relación a las/os compañeras/os que los conforman (Gómez, 2004). También se ha reportado que el desgaste puede originar la desintegración de los equipos, y la transmisión de desesperanza hacia aquellos equipos en formación (Quintana, 2005). ...
... Aunque las tasas de desgaste profesional pueden variar en función de contextos organizacionales y poblaciones específicas, hay datos que indican tasas altas de prevalencia en la población médica. 8 El trabajo del médico implica fuertes tensiones emocionales y mucha responsabilidad, ya que el apoyo de otras vidas resulta una tarea muy dura y con riesgos psíquicos para el que la realiza. Se constatan trastornos asociados a estrés ocupacional crónico y una tasa de prevalencia psiquiátrica, depresión y drogadicción, más alta que en la población general. ...
... Se constatan trastornos asociados a estrés ocupacional crónico y una tasa de prevalencia psiquiátrica, depresión y drogadicción, más alta que en la población general. 8 El estrés laboral es la variable principal en la ansiedad del médico. Los niveles de estrés y satisfacción laboral se asocian con la salud mental y física de los médicos y de los profesionales sanitarios. ...
... Varios estudios, entre ellos La organización del trabajo y El estrés laboral del médico: Burnout y trabajo en equipo demuestran que el estrés laboral es por mucho la mayor fuente de estrés para los adultos. 2,8 Los niveles elevados de estrés en el trabajo según la evaluación de la percepción de tener poco control, pero una gran cantidad de exigencias han demostrado estar asociados con mayores tasas de ataque al corazón, hipertensión y otros trastornos. 14 La depresión es una condición médica grave y común con síntomas muy específicos. ...
Thesis
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A survey of descriptive, observational, transversal and prospective data collection was performed; with the aim of determining the prevalence of stress, depression and anxiety in department of surgery personnel at Hospital Salvador B. Gautier, during the months from February to July 2016. 73 percent of respondents reported stress levels from moderate to high. 79.4 percent of males was found under moderate to high stress having the highest percentage, instead, 68% of females are under the same. Females obtained twice the percentage on depression and anxiety than their male counterparts; 21 percent male in moderate to severe depression, 44 percent female. For moderate to severe anxiety sample showed 24 percent male, 48 percent female. Resident physicians obtained the highest percentage of stress, depression and anxiety compared to other surgical personnel. The specialties that obtained the highest percentage of suffering from high stress were urology and plastic surgery with 25 percent of its members under this classification, followed by anesthesiology with 17 percent. Medical specialties with the highest percentage in severe depression were anesthesiology with 22 percent of its members and general surgery with 13 percent. In terms of anxiety, plastic surgery staff had the highest percentage of its members under severe anxiety (50%), followed by anesthesiology (39%). work- related stress was found to be the major contributor to stress, depression and anxiety symptoms. 54 percent of respondents considered stress at work their main ailment.
... El estrés laboral en la muestra en estudio ha sido medido con la escala de Holmes y Rahe, escala que contiene los ítems de sucesos vitales o inventario de experiencias recientes (12) , y ha facilitado determinar la carga social a que están sometidos los militares, que puede afectar negativamente la salud de los mismos refiriéndose a situaciones estresantes que pueden ser limitadas y a corto plazo o extremas y crónicas (13) , respecto a los de largo plazo, el estrés puede asociarse a dificultades experimentadas por personas que están implicadas en roles sociales más o menos típicos que consisten en relaciones interpersonales, actividades y responsabilidades que son relativamente estables; estas dificultades señaladas por el autor, se presentan también en el caso de la muestra en estudio, al respecto entre los roles de la carrera militar tenemos, el desempeño de cargos, los frecuentes cambios por traslado, y entre otros factores, como sobrecarga de trabajo, escasa motivación, rigidez del servicio, problemas económicos; que son factores que representan serias dificultades y que asociadas a situaciones diversas pueden resultar muy estresantes y tener efectos muy negativos sobre la salud (8,10,11,(13)(14)(15) . ...
... Al comparar los resultados del presente trabajo con otros resultados se determinó que los porcentajes de estrés hallados se aproximan a los resultados de diversas investigaciones, así, el síndrome de Burnout que es una forma de expresión de estrés laboral, en los médicos y el personal sanitario, alcanzó hasta un 38% (15) ; en la evaluación a 3016 pacientes, en un grupo con dispepsia funcional, el 50% de ellos asociaban su malestar al estrés (21) ; en universitarios de la Universidad Autónoma de México se reporta 53% de estrés (19) y en pacientes externos del hospital de Yakarta se encuentra que un 30,5% de pacientes presentaban síndrome múltiple psicosomático por estrés (22) ; en un grupo de 353 sujetos aparentemente sanos, el 23,5% de pacientes padecían dispepsia funcional; otros autores determinan un rango de depresión o ansiedad de 54,2% (8) . ...
Article
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Objective: To determine the relationship between the frequency of work-related stress and prevalence of functional dyspepsia in a sample of 218 military older 50 years in 2010 in Lima Military Hospital Geriatric. Materials and methods: Descriptive and explanatory study and for the data collection on stress, were used the Vital Events Scale Holmes-Rahe and clinical records for clinical and upper endoscopy registration that comply the criteria of Rome III for functional dyspepsia. For processing and data analysis the statistical software package SPSS (Statistical Package for Social Sciences) was used. Results: 100% of military showed some level of work stress during the study year; thus, 36.7% had a high level, 31.2% medium or moderate level, and 32.1% had low stress level; these percentages medium and high stress levels accounted for 67.9%. These results establish that job stress is a common discomfort in the study population (tabulated Chi2 = 3.841, chi2 observed = 27,908). Regarding functional dyspepsia prevalence of 37.2%, which indicates that it is a common condition in those military (tabular Z = 1.96, Z c = 9.163) it was determined. Conclusions: There is a significant relationship between the frequency of work-related stress and prevalence of functional dyspepsia in military activity in older than 50 years (tabulated Chi2 = 5.991, chi2 observed = 28,878, contingency coefficient = 0.342).
... De manera que, Lozano-Vargas reportó que el 29% del personal de salud enfrentado a la infección por COVID-19 tuvo cuadros de ansiedad en el Perú (Lozano-Vargas, 2020).En cuanto al estrés, uno de los hallazgos más relevantes fue que a más horas de trabajo existía mayor asociación con cuadros de estrés moderado y severo. Gómez Esteban realizó un estudio que encontró, al igual que nuestros resultados, que a más carga laboral el personal de salud tenía mayor predisposición a episodios de estrés y, en algunos casos, el desarrollo de patologías más complejas -como el síndrome de Burnout-(Gómez Esteban, 2004). Por otro lado, se observó que a más años de ejercicio profesional había menor frecuencia de desarrollar estrés moderado y severo. ...
Article
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La COVID-19 ha generado una pandemia sin precedentes. Este escenario podría afectar la salud mental del personal sanitario, influyendo en su desempeño laboral con la posibilidad de dejar secuelas a largo plazo. El objetivo fue determinar los factores socio-laborales asociados a padecer ansiedad, depresión y estrés en profesionales de la salud de la serranía peruana durante la pandemia. Estudio transversal analítico. Se encuestó de forma virtual a médicos y otros profesionales del Hospital Nacional Ramiro Prialé Prialé, en la sierra peruana. La depresión, ansiedad y estrés se midieron con la escala DASS-21; a estos se les asoció distintas variables socio-laborales. Tuvieron más depresión severa a mayor edad y si algún familiar se había enfermado en casa, pero menos depresión severa los que tuvieron hijos, los que tuvieron más años de ejercicio profesional y al tener seguro social. Tuvieron menos ansiedad los que tuvieron hijos; menos ansiedad severa y los que tuvieron a un familiar fuera de casa que se enfermó; por el contrario, tuvieron mayor ansiedad moderada los que trabajaban más horas al día, severa si es que el encuestado se había enfermado y de ambos tipos si es que algún familiar había fallecido. Tuvieron más estrés los que trabajaban más horas al día y los que tenían un familiar fallecido. Las características más relevantes del personal de salud con problemas de su salud mental fueron tener mayor edad, antecedente familiar de COVID-19, antecedente de muerte de un familiar por COVID-19 y el tener más horas de trabajo.
... La demanda emocional propia del encuentro clínico en condiciones de insuficiencia de medios sería la primera fuente de desgaste, mientras que los elementos de insatisfacción profesional previamente señalados supondrían una frustración diaria de las elevadas expectativas con las que suelen afrontar su labor los miembros de tipo comunitario. La dificultad para construir una relación de equipo efectiva, basada en la coordinación, el intercambio de experiencias vitales y la elaboración de la angustia pensamos, junto con otros autores (13,14,15,16) que contribuye al desgaste profesional. Sabemos que los factores de tipo institucional y organizativo influyen notablemente en la satisfacción de los profesionales sanitarios, especialmente cuando deben trabajar en el seno de equipos de tipo multidisciplinar. ...
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Satisfaction perceived by service users constitutes a valuable indicator of the quality of care offered in Mental Health Centers. Professionals satisfaction, however, is evaluated less frequently despite its possible influence on healthcare quality. We consider of particular relevance the evaluation of psychosocial risks in mental health workers due to their work methodology and the type of problems they address daily. Objetive: The objective of the present cross-section study is to assess the satisfaction of the users of a Mental Health Center, as well as the satisfaction and levels of professional burnout of its staff. Method: a set of validated questionnaires as well as a professional satisfaction survey designed for the present study were delivered to each worker of the Mental Health Center. Results: The results show high satisfaction perceived by users, but also a a relevant rate of burnout among the workforce in the Mental Health Center. We discuss the possible relationship between these results as well as the implications for both the health of professionals and the quality of care.
... Al respecto, estudios en Estados Unidos y Europa, reportan un alto porcentaje de trabajadores de la salud que manifiestan estrés debido a las fuertes tensiones emocionales y la gran responsabilidad que representa brindar apoyo a otras vidas. Asimismo refieren trastornos asociados al estrés ocupacional crónico, incidencias en enfermedades psiquiátricas y adicciones con mayor frecuencia que la población general (29)(30) . Estas observaciones concuerdan con el nivel de asociación encontrado en esta investigación, sin embargo es importante señalar que para este trabajo no se consideró discriminar a los grupos de estudio por turnicidad, factor determinante en la frecuencia del tabaquismo y por tanto en el NDN (11,31) . ...
Article
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Smoking is a global public health problem. Nicotine dependence and its degrees are determined by individual genetic and psychosocial factors, as well as the combination of these. This research evaluated nicotine dependence and its relationship with stress in personnel of hospital institutions of the Naguanagua Municipality of Carabobo State. The research was descriptive, with a transversal and non-experimental design. The sample consisted of 50 subjects categorized as a group of health professionals (GS) of the Naguanagua Municipality, all with smoking and a control group of 50 smokers (GC), with similar educational level, but without working in health care centers. The Fagerström Test was applied to measure the degree of nicotine dependence, and the psychosomatic test was used for the degree of stress. The groups were homogenous in terms of age and the predominance of the male gender was evident in both study groups. There was an association between the work area and the degree of nicotine dependence (DND), the GS presented higher DND (p = 0.000). The DND and the degree of stress were not associated with gender. A significant and positive association was found (r: 0.064 p = 0.000) between the DND and the degree of stress. In conclusion, the degree of nicotine dependence was moderate to high in the group of health workers and was significantly associated with stress.
... Algunos autores y autoras se refieren a la existencia de estresores en la vida laboral de los profesionales de la medicina (37)(38)(39). Mingote y su equipo afirman que esos estresores se asocian a cambios en tres dimensiones que resultan especialmente relevantes para la salud médica de hoy: a) una mayor sobrecarga en la atención a pacientes, lo que conlleva un incremento en la carga emocional y mental; b) mayores requerimientos en los niveles macroeconómicos, que han llevado a maximizar las exigencias de adaptación de los trabajadores y trabajadoras sanitarios y c) un deterioro de las condiciones laborales actuales, lo que ha implicado, entre otras, incrementos en los turnos de trabajo, escasa promoción, movilidad descendente o forzosa y desempleo (39). A esta realidad, de la que no escapan las protagonistas de este estudio, se añade su condición de género que implica afrontar a la vez una carga laboral y familiar y el estado de embarazo, toda vez que como lo expone Ku Chung, la gestación es en sí misma una experiencia estresante, ya que la mujer se ve expuesta a una serie de molestias por los cambios biológicos del embarazo (40). ...
Article
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Objective: To explore how their pregnancies were from the experiences of doctors working in the health care sector in Bogotá. Materials and Methods: A qualitative phenomenological study was conducted using in-depth interviews, among voluntary participants between November and December 2015; the analysis of the data was performed using the software Atlas.ti 7. Results: The respondents believe that they worked in excess in their pregnancies. Stress caused by their activity and workload are mentioned as occupational risk situations for their pregnancies by the participants who in seven cases had pregnant complications (preterm labor and birth, miscarriage, hemorrhage, pre-eclampsia, eclampsia and gestational hypertension among others). The employment conditions often by service delivery are valued as difficult by several of the participants. They recommend reducing labor time and also that the work conditions of the health organizations meet their health needs. Conclusions: It is imperative to advance in the study of the possible relationship between workload and pregnancy complications in women physicians; insist in the importance of care during pregnancy for physician’s women and persevere in achieving regulations developments especially on health workers’ protection during their pregnancies.
Article
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ORIGINALES Alteraciones de sensibilidad al contraste y estereopsis en trabajadores expuestos a hidrocarburos aromáticos
Technical Report
Enlace al documento: https://www.comunidad.madrid/publicacion/ref/20304
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Este trabajo supone una aproximación empírica al síndrome de "Burnout". Para ello se ha tomado un grupo de profesionales gallegos del área de Salud Mental. Los instrumentos utilizados para operativizar las variables han sido, el Maslach Burnout Inventory (M.B.I.) de Maslach and Jackson para la medición del "desgaste profesional" y la Escala de Clima Social en el Trabajo (W.E.S.) de R.H. Moos. Los resultados muestran la presencia de un considerable cansancio emocional como resultado del contexto laboral, y dentro de los factores intervinientes, es la variable presión la que de manera más clara influye en el surgimiento del stress crónico en los profesionales de Salud Mental
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A scale designed to assess various aspects of the burnout syndrome was administered to a wide range of human services professionals. Three subscales emerged from the data analysis: emotional exhaustion, depersonalization, and personal accomplishment. Various psychometric analyses showed that the scale has both high reliability and validity as a measure of burnout. Since the publication of this article in 1981, more extensive research was done on the MBI, which resulted in some modifications of the original measure. The present article has been re-edited to reflect those modifications. However, it does not include other new additions (which are contained in the MBI Manual distributed by the publisher, Mind Garden).
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A pesar de la gran atención suscitada por el fenómeno burnout en los últimos tiempos todavía persisten numerosas cuestiones por dilucidar en el mismo. Una de ellas es la relación existente entre los factores individuales y el desarrollo de desgaste profesional. Para una adecuada comprensión de los factores individuales subyacentes al burnout es imprescindible la valoración de la reactividad individual ante el estrés. En este artículo se analizan la presencia, distribución, y relación con la reactividad al estrés de las tres dimensiones reconocidas en el síndrome de desgaste profesional (agotamiento emocional, despersonalización y ausencia de logros personales) en una muestra representativa de los distintos profesionales involucrados en el Sistema de Atención Primaria a la Salud. Nuestros resultados son indicativos de que la reactividad al estrés puede ser una variable moduladora de la psicopatología padecida, siendo así mismo indicativa de una predisposición que incrementa la susceptibilidad general para el desarrollo de burnout.
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Resumen Los médicos tienen una tasa de suicidio más alta que la población general u otros universita- rios. Se sabe poco sobre las razones que lo motivan. Analizar los factores de riesgo puede ser una manera útil de identificar razones para la elevada tasa de suicidio entre los médicos y, de este modo, llevar a tentativas de prevención. El presente estudio es uno de los primeros artículos sobre los pensamientos sui-cidas e intentos de suicidio entre los médicos. Mil sesenta y tres de 1.476 médicos noruegos en activo (72%) respondieron a un cuestionario sobre pensamientos suicidas (desarrollado por E. S. Paykel). La prevalencia vital iba de 51,1% para los sentimientos de que la vida no merece ser vivida a 1,6% para intento de suicidio. Los factores de riesgo eran ser mujer, vivir solo y la depresión. Sin embargo, los pensamientos suicidas no se atribuían apenas a las condiciones laborales. Una elevada tasa de suicidio y una tasa baja de intentos de suicidio apoya la hipótesis de que los médicos no dan un “grito de ayuda”, sino que tienden a materializar sus impulsos suicidas.
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One Hundred Doctors at the Retreat: Ten Year Survival - Volume 147 Issue 5 - Robert A. Franklin
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Objective. —To estimate the prevalence of substance use among US physicians.Design. —A mailed, anonymous, self-report survey that assessed use of 13 substances and permitted comparison with results of the National Household Survey on Drug Abuse. Rates of physician substance use were weighted to provide national prevalence estimates.Participants. —A national sample of 9600 physicians, stratified by specialty and career stage, and randomly selected from the American Medical Association master file. The response rate after three mailings was 59%. Demographic characteristics of respondents closely reflected those of the US physician population.Main Outcome Measures. —Subjects' self-reported use of 13 substances in their lifetime, the past year, and the past month; reasons for use; self-admitted substance abuse or dependence; and whether treatment was received. For controlled prescription substances, respondents were asked to report only use "not prescribed by another physician for a legitimate medical or psychiatric condition."Results. —Physicians were less likely to have used cigarettes and illicit substances, such as marijuana, cocaine, and heroin, in the past year than their age and gender counterparts in the National Household Survey on Drug Abuse. They were more likely to have used alcohol and two types of prescription medications—minor opiates and benzodiazepine tranquilizers. Prescription substances were used primarily for self-treatment, whereas illicit substances and alcohol were used primarily for recreation. Current daily use of illicit or controlled substances was rare.Conclusions. —Although physicians were as likely to have experimented with illicit substances in their lifetime as their age and gender peers in society, they were far less likely to be current users of illicit substances. The higher prevalence of alcohol use among respondents may be more a characteristic of their socioeconomic class than of their profession. A unique concern for physicians, however, is their high rate of self-treatment with controlled medications—a practice that could increase their risk of drug abuse or dependence. Uniform national guidelines are needed to sensitize medical students and physicians to the dangers of self-treatment with controlled prescription substances.(JAMA. 1992;267:2333-2339)