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Teniendo en cuenta el rol fundamental del apego parental en el desarrollo de diferentes recursos socio-emocionales, el objetivo de este trabajo fue estudiar si la percepción del apego parental se relaciona específicamente con la conducta prosocial adolescente. Método: se trabajó con una muestra no probabilística intencional de 285 adolescentes (216 mujeres y 69 varones) de entre 14 y 18 años (M = 15,68; DE = 1,14), de Córdoba, Argentina. Previa autorización de los padres y consentimiento informado, se les administró la versión traducida y validada en Argentina del Cuestionario de Apego Parental de Kenny (1987) y la versión traducida y validada para adolescentes argentinos del Prosocial Tendencies Measure (PTM) de Carlo & Randall (2002). Se realizó un Análisis Multivariado de Variancia (MANOVA), cuyos resultados indicaron diferencias significativas en el perfil de prosocialidad en función del apego seguro/positivo (F de Hotelling (8.556) = 3.33; p = .001). Los resultados de los análisis univariados correspondientes a cada una de las dimensiones de la conducta prosocial evaluada, se discuten en función de los desarrollos teóricos y empíricos encontrados hasta el momento, hallando una consistencia general entre los mismos.
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APEGO PERCIBIDO Y CONDUCTA PROSOCIAL
EN ADOLESCENTES
PERCEIVED ATTACHMENT AND PROSOCIAL BEHAVIOR IN
ADOLESCENTS
Cinthia Balabanian*, Viviana Lemos**, Jael Vargas Rubilar***
Universidad Adventista del Plata, Argentina
Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Psicología Matemática y Experimental (CIIPME), Consejo Nacional de
Investigaciones Cientícas y Técnicas (CONICET), Argentina
Recibido: 27 de abril de 2015 – Aceptado: 9 de junio de 2015
Forma de citar este artículo en APA:
Balabanian, C., Lemos, V. y Vargas Rubilar, J. (julio-diciembre, 2015). Apego percibido y conducta prosocial en adolescentes. Revista Colombiana
de Ciencias Sociales, 6(2), 278-294.
Resumen
Teniendo en cuenta el rol fundamental del apego parental en el desarrollo de diferentes recursos socio-emocionales, el
objetivo de este trabajo fue estudiar si la percepción del apego parental se relaciona especícamente con la conducta pro-
social adolescente. Método: se trabajó con una muestra no probabilística intencional de 285 adolescentes (216 mujeres
y 69 varones) de entre 14 y 18 años (M = 15,68; DE = 1,14), de Córdoba, Argentina. Previa autorización de los padres
y consentimiento informado, se les administró la versión traducida y validada en Argentina del Cuestionario de Apego
Parental de Kenny (1987) y la versión traducida y validada para adolescentes argentinos del Prosocial Tendencies Mea-
sure (PTM) de Carlo & Randall (2002). Se realizó un Análisis Multivariado de Variancia (MANOVA), cuyos resultados
indicaron diferencias signicativas en el perl de prosocialidad en función del apego seguro/positivo (F de Hotelling
(8.556) = 3.33; p = .001). Los resultados de los análisis univariados correspondientes a cada una de las dimensiones de la
conducta prosocial evaluada, se discuten en función de los desarrollos teóricos y empíricos encontrados hasta el momento,
hallando una consistencia general entre los mismos.
Palabras clave:
Conducta prosocial, apego parental, adolescentes
*
Licenciada y profesora en Psicología. Docente del Instituto Adventista del Plata y de la Universidad Adventista del Plata. Correo electrónico:
cinthiabalabanian@
gmail.com
**
Doctora en Psicología. Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Psicología Matemática y Experimental (CIIPME). Consejo Nacional de Investigaciones
Cientícas y Técnicas (CONICET). Docente de la Universidad Adventista del Plata (UAP). Correo electrónico:
viviananoemilemos@gmail.com
***
Doctora en Psicología. Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Psicología Matemática y Experimental (CIIPME). Consejo Nacional de Investigaciones
Cientícas y Técnicas (CONICET). Docente de la Universidad Adventista del Plata. Correo electrónico:
psicojael@gmail.com
Revista Colombiana de Ciencias Sociales |Vol. 6| No. 2 | pp. 278-294 | julio-diciembre | 2015 | Medellín-Colombia
Apego percibido y conducta prosocial en adolescentes
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Revista Colombiana de Ciencias Sociales |Vol. 6| No. 2 | julio-diciembre | 2015
Abstract
Considering the fundamental role of parental attachment in the development of different socio-emotional resources, the
aim of this research was to study if the perception of parental attachment is specically related to adolescent’s prosocial
behavior. Method: We worked with an intentional non-probabilistic sample of 285 adolescents (216 females and 69 ma-
les) aged between 14 and 18 years (M = 15.68, SD = 1.14), of Cordoba, Argentina. After obtaining informed consent from
their parents, the translated and validated in Argentina version of Parental Attachment Questionnaire of Kenny (1987) and
the translated and validated version for Argentinean adolescents of the Prosocial Tendencies Measure (PTM) of Carlo &
Randall (2002) were administered. A Multivariate Variance (MANOVA) analysis was performed, the results indicated
signicant differences in the prole of prosocial behavior in function of secure/positive attachment (F de Hotelling (8.56)
= 3.33; p = .001). The results of univariate analysis corresponding to each one of the prosocial dimensions evaluated are
discussed in terms of theoretical and empirical developments found until now, nding an overall consistency between
them.
Keywords:
prosocial behavior, attachment, adolescents
Cinthia Balabanian, Viviana Lemos, Jael Vargas Rubilar
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Introducción
La psicología positiva consolida un enfoque proactivo en relación al estudio de la conducta
de las personas (Seligman, & Csikszentmihalyi, 2000). Desde esta línea, el mayor interés se centra
en analizar los factores que contribuyen al desarrollo de la personalidad socialmente ajustada, siendo
el objetivo principal el fortalecimiento de los factores protectores, que actúan como inhibidores de
conductas desadaptadas y desajustes emocionales (Llorca Mestre, Mesurado y Samper García, 2014).
En este contexto, la conducta prosocial ha sido denida como una conducta intencional que
tiene el propósito de beneciar a otros (Inglés et al., 2009, Roche Olivar, 2011). Se trataría de una
conducta positiva, constructiva y provechosa, contraria al comportamiento antisocial (Myers, 2005).
Los comportamientos prosociales aumentarían la probabilidad de generar una reciprocidad positiva,
solidaria y cálida en las relaciones interpersonales (Redondo Pacheco, Rueda Rueda y Amado Vega,
2013; Roche Olivar, 2011). Incluirían actos de condolencia, cooperación, ayuda física o verbal, res-
cate, consuelo en algún momento de angustia o dicultad, revalorización positiva del otro (Eisenberg,
Fabes, & Spinrad, 2006; Samper, Tur, Cortés y Nácher, 2006; Roche Olivar, 2011; Lemos, & Richaud
de Minzi, 2013; Lemos, 2014).
El estudio de los comportamientos prosociales tiene relevancia social y permite analizar los
procesos psicológicos implicados en las relaciones interpersonales desde una perspectiva positiva
(Seligman, & Csikszentmihalyi, 2000). La investigación y la evaluación de la conducta prosocial
tiene principalmente dos nes: por un lado, prevenir las conductas antisociales, como por ejemplo la
agresión, la delincuencia, la violencia y la indiferencia frente a los problemas de los otros; y por otro
lado, potenciar desde la infancia los comportamientos de solidaridad, cooperación, ayuda y tolerancia
(Moñivas, 1996).
Es bien sabido que los comportamientos sociales en general, son inherentemente complejos, y
las conductas prosociales no están exentas de dicha complejidad, ya que podrían ocurrir en una gran
variedad de contextos y estar impulsadas por una amplia gama de motivaciones (McGinley, Opal, Ri-
chaud & Mesurado, 2014). Muchos de los comportamientos prosociales están motivados por factores
tales como la esperanza de recibir una recompensa, aprobación social o el deseo de aliviar estados
internos negativos (Carlo & Randall, 2002). Sin embargo, las conductas prosociales también inclu-
yen el comportamiento altruista, es decir, las conductas motivadas por la compasión hacia los demás
o por el deseo de apoyar los principios morales internalizados (Mesurado et al., 2014); entonces, el
altruismo es siempre prosocial, pero no toda conducta prosocial es altruista (Richaud, Mesurado, &
Cortada, 2012; Lemos, & Richaud de Minzi, 2013).
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Por otro lado, la teoría del apego, formulada por John Bowlby (1969; 2009) y denida como
“el vínculo afectivo que se establece entre madre e hijo”, ha sido y constituye actualmente uno de los
planteamientos teóricos más sólidos en el área del desarrollo socio-emocional (Ainsworth & Bell,
1970, citado en Oliva Delgado, 2004). Los hallazgos en esta línea han ido expandiéndose para pro-
porcionar una explicación acerca de las relaciones que se producen entre el niño y sus cuidadores a lo
largo de la primera infancia (Oliva Delgado, 2011).
John Bowlby (2009), en especial, postuló que el vínculo madre-hijo se sustenta en el apego,
entendido como un sistema motivacional innato que aumenta las posibilidades de supervivencia del
niño al mantener la cercanía o proximidad con su cuidador principal. Desde esta perspectiva, el apego
inuye durante todo el ciclo vital, a través de la progresiva internalización de la relación como mo-
delo operante interno. Así, diferentes experiencias en el vínculo primario, se reejarían en diferentes
expectativas sobre la disponibilidad del cuidador, el sí mismo y la mirada sobre las relaciones sociales
y el mundo. El apego, desde la concepción de Bowlby, es el proceso que lleva al niño del estrés a la
calma, de sentirse amenazado a sentirse seguro (Bowlby, 2009).
Las diferentes investigaciones sobre el apego nos han permitido saber que el niño tiene la
capacidad innata para vincularse. Su supervivencia depende de esta capacidad. Los apegos de buena
calidad, continuos y seguros en el tiempo, son los que permiten el desarrollo de una conanza de
base en los hijos, un elemento que les resulta fundamental para crecer psicológicamente sanos y ser
capaces de enfrentar desafíos y dicultades manteniendo un desarrollo saludable (Barudy y Marque-
breucq, 2006).
El establecimiento del vínculo de apego permite no solo que el niño distinga las guras sig-
nicativas de las extrañas, sino que además permite que disponga de una representación interna de
sus guras de apego como disponibles (Bowlby, 1973; Main, 1995). Cuando se ha desarrollado un
apego seguro, el infante tendrá más probabilidad de explorar el mundo sobre una base de seguridad
y conanza, favoreciendo un adecuado desarrollo socioemocional en las distintas etapas evolutivas
(Grossmann, Grossmann, & Zimmermann, 1999).
Por lo tanto, la calidad del apego será fundamental para aspectos esenciales como el desarrollo
de la empatía, la autorregulación emocional, la construcción del sentimiento de pertenencia y las ca-
pacidades de dar y recibir en la adultez (Bowlby, 1973). En ese sentido, las conductas que los padres
proporcionan en respuesta a las necesidades de sus hijos, modelan la conducta prosocial o antisocial
de estos (Krevans & Gibbs, 1996).
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Los padres actúan como agentes de socialización, transmitiendo de forma explícita e implícita
los valores sociales, representando al niño la cultura. Por tal motivo, el contexto familiar tiene gran
inuencia sobre el desarrollo de la conducta prosocial (Garaigordobil Landazabal, 2005); tanto el
modelado de actitudes empáticas parentales como los modos de interacción parental aparecen como
precursores del comportamiento prosocial (Richaud de Minzi, Lemos y Mesurado, 2011). Es así que
la relación con los padres es clave para el establecimiento de las relaciones sociales, pues proveen una
base segura para el posterior desarrollo cognitivo y socioemocional. Los estilos relacionales, las habi-
lidades sociales y los patrones conductuales aprendidos en el seno familiar durante los primeros años,
se generalizarán posteriormente al grupo de iguales y a otros contextos de desarrollo. De esta manera
se subraya que la existencia de un vínculo seguro con al menos uno de los dos progenitores resulta
suciente para que exista una vinculación positiva con los iguales (Sánchez-Queija y Oliva, 2003).
En el contexto de las relaciones de apego, los niños y adolescentes pueden manifestar los
sentimientos e intercambios afectivos, sobre los cuales se asienta la empatía. En este marco se facilita
el aprendizaje de estrategias altruistas y modos de responder a las situaciones de un modo favorable
(Otiz et al., 1993; Oros, Vargas Rubilar y Krumm, 2014). Siguiendo con esta idea, Oliva Delgado
(2011) destaca que los diferentes estilos de apego construidos durante la primera infancia, servirán
en gran medida para predecir los procesos relacionales que tienen lugar tras la pubertad, incidiendo
en la capacidad de regulación emocional, promoviendo así un mejor ajuste social. Por tales conside-
raciones, es cada vez más frecuente la utilización de la teoría del apego para comprender algunos de
los cambios producidos a lo largo del desarrollo vital.
Particularmente la adolescencia es un período donde el desarrollo cognitivo está constituido,
y donde aparece como factor muy importante la regulación emocional como mecanismo inhibitorio
de la agresión (Mestre et al., 2006). La capacidad de autorregulación, los procesos evaluativos y aten-
cionales, la competencia social y el razonamiento moral, son características propias del desarrollo
psicológico de los adolescentes. El comportamiento prosocial en este grupo etario se ve estimulado
por dichas características evolutivas, favoreciendo tanto el desarrollo como la estabilidad de las con-
ductas prosociales (Caprara, Steca, Zelli, & Capanna, 2005). Entre muchos otros aspectos positivos
que conlleva el período de la adolescencia, se menciona a la prosocialidad como un factor protector
frente a la depresión (Llorca Mestre et al., 2014).
En este contexto y teniendo en cuenta el rol fundamental del apego parental en el desarrollo
de diferentes recursos socioemocionales, se considera que existen diversas razones para predecir una
relación estrecha entre la seguridad del apego y el comportamiento prosocial-altruista (Otiz et al.,
1993). Por tanto, en este trabajo se considerará especícamente de qué modo el apego positivo se
vincula con la prosocialidad adolescente.
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Es preciso mencionar que, aunque existen numerosos estudios sobre el apego en las primeras
etapas, especícamente tipológicos y observacionales, no son tantas las investigaciones acerca de la
incidencia del apego seguro en la adolescencia. Este trabajo pretende aportar evidencias de que una
relación basada en el afecto, la cercanía y la buena comunicación entre padres e hijos adolescentes,
es tan importante como en los primeros años. Es, por tanto, el objetivo de este estudio analizar si los
adolescentes con un mayor vínculo de apego seguro-positivo con sus padres o tutores se muestran
más prosociales que aquellos otros adolescentes que tienen con sus padres o cuidadores una relación
más distante y menos afectiva.
Método
El presente es un estudio de tipo ex-post-facto, en el cual se investigó retrospectivamente y de
forma transversal una muestra de adolescentes de Institutos Secundarios de la provincia de Córdoba,
Argentina. Las variables que se tuvieron en cuenta fueron: la percepción del apego desarrollado por
los adolescentes hacia una gura signicativa (madre, padre u otra) y la conducta prosocial de los
mismos.
Participantes
Se trabajó con una muestra no probabilística intencional de 285 adolescentes de clase media,
residentes en la capital de la provincia de Córdoba, Argentina. De la muestra total, 216 participantes
fueron mujeres, y 69 varones, de edades comprendidas entre 14 y 18 años (M= 15,68; DE =1,14).
Instrumentos
Para la evaluación del apego se administró una versión traducida y validada en Argentina del
Cuestionario de Apego Parental de Kenny (1987 en Balabanian, Lemos y Vargas Rubilar, 2014). Este
instrumento consta de 41 ítems que permiten evaluar la forma en que los adolescentes perciben a sus
padres y su relación con ellos, mediante dos factores denominados “apego positivo” (i.e. apego segu-
ro) y “apego negativo” (i.e. apego inseguro), los cuales explican el 36,59% de la varianza total. Los
24 ítems correspondientes al primer factor procuran identicar altos niveles de conanza y cercanía,
patrones adecuados de autonomía y buena comunicación. El segundo factor, compuesto por los 17
ítems restantes, apunta a evaluar preocupación, inseguridad y temor en la relación con los padres,
patrones inadecuados de comunicación, niveles bajos de proximidad y dicultades emocionales. La
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conabilidad del instrumento fue estudiada mediante el coeciente alpha de Cronbach, el cual arrojó
valores satisfactorios: 0.92 para la escala general, y α = 0.93 y α = 82 para los factores, respectiva-
mente.
Para evaluar la prosocialidad se utilizó la versión traducida y validada para adolescentes ar-
gentinos (Richaud et al., 2012) del Prosocial Tendencies Measure (PTM) de Carlo, & Randall (2002).
El PTM, según sus autores, incluye seis tipos de conductas prosociales: 1) altruista: ayudar motivado
por la preocupación por el bienestar de los demás, 2) complaciente: ayudar a los demás en respuesta
a la solicitud, 3) emocional: ayudar a los demás bajo circunstancias emocionalmente evocadoras, 4)
pública: realizado, al menos en parte, por el deseo de obtener la aprobación y el respeto de los demás
y mejorar la autoestima de uno, 5) anónima: aquellas conductas que se realizan sin conocimiento de
quién es el que provee la ayuda, y 6) grave/extrema: ayudar en crisis o situaciones de emergencia.
La conabilidad –mediante la aplicación de test-retest– y la validez del PTM se estudiaron
en una muestra de 40 estudiantes universitarios (28 mujeres, edad M = 22,9 años). Los resultados
obtenidos a partir de los análisis correspondientes arrojaron evidencias de una adecuada abilidad y
validez de la PTM y apoyan la noción de formas diferenciadas de ayuda.
En este estudio se consideraron las dimensiones obtenidas en la versión traducida y valida-
da para adolescentes argentinos del PTM, realizada por Richaud et al. (2012). En dicha versión se
obtuvieron, según el análisis factorial realizado, cuatro dimensiones principales del comportamiento
prosocial: 1) altruista: esta dimensión está relacionada con la motivación intrínseca para ayudar con
base en los procesos afectivos internos; 2) público: dimensión que hace referencia a la motivación
extrínseca de recibir un benecio o un reconocimiento por parte de los demás; 3) anónimo: pretende
evaluar la motivación de las personas que ayudan sin que los demás sepan que han sido ayudados; y
4) respuesta: las dimensiones de “extremo”, “emocional” y “complaciente” propuestas por Carlo &
Randall (2002) parecían hacer referencia a una conducta impulsada por una intensa demanda externa:
una grave crisis, un fuerte estado emocional de otra persona, o una petición concreta.
Cabe mencionar que en el modelo de seis factores (Carlo, & Randall, 2002) las correlaciones
estuvieron por encima de 0.90 entre las dimensiones “extremo”, “emocional” y “complaciente”, lo
cual indicó redundancia en estas. Por lo tanto, estos tres comportamientos prosociales fueron conside-
rados como sub-dimensiones de un comportamiento general que Richaud et al. (2012) denominaron
Respuesta de conducta prosocial.
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Procedimiento
La recolección de datos, se realizó en cuatro colegios secundarios, en la provincia de Córdoba,
Argentina. Dos de ellos de gestión pública, y dos de gestión privada. Los instrumentos de autoinforme
fueron administrados luego de obtener el consentimiento escrito por parte de los respectivos padres
o tutores legales de los jóvenes. La participación fue voluntaria, de forma grupal y bajo supervisión.
Los datos recogidos fueron ingresados a la planilla de cálculos estadísticos Statistical Packa-
ge for the Social Science (SPSS). En primera instancia, para describir el apego y la prosocialidad de
los adolescentes evaluados, se calcularon estadísticos descriptivos, comparación de medias y desvíos.
Luego, con el objetivo de establecer las diferencias en el comportamiento prosocial adolescente en
función del apego parental, se realizó un Análisis Multivariado de Variancia (MANOVA). Para rea-
lizar este último objetivo, el apego parental fue recodicado en: alto, medio y bajo. Para formar los
grupos se siguió el criterio de homogeneidad de frecuencias en cada grupo en función de la distribu-
ción de la variable en la muestra.
Resultados
El promedio de las puntuaciones obtenidas en la variable apego seguro (positivo) fue de 3.78
puntos, con una desviación típica de 0.47. Teniendo en consideración que los puntajes de la escala
uctúan entre 1 y 5, es posible observar que la media obtenida en este grupo fue relativamente alta.
Con respecto a la prosocialidad, la escala de respuesta también oscila entre 1 y 5 puntos, y los
valores observados fueron para el factor público: M = 2.35, DE = 1.08; para el factor respuesta: M =
4.01, DE = 0.63; para el factor altruismo: M = 3.57, DE = 0.92; y para el factor anónimo: M = 2.71,
DE = 1.02. Es posible observar que el valor más elevado correspondió al factor respuesta (ver Tabla
1).
Tabla 1
Media y desviación típica de las escalas de prosocialidad
M DE
Público 2.35 1.08
Respuesta 4.01 0.63
Altruismo 3.57 0.92
Anónimo 2.71 1.02
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Los resultados del análisis multivariado de variancia indicaron diferencias signicativas en el
perl de prosocialidad en función del apego seguro/positivo (F de Hotelling (8.56) = 3.33; p = 0.001).
La diferencia en el perl de prosocialidad se observó especícamente en la dimensión de respuesta
(F (2.28) = 4.36; p = 0.014).
Los contrastes post hoc indicaron que las diferencias estadísticamente signicativas en cuanto
a la conducta prosocial se dan entre los grupos con menores y mayores puntajes de apego seguro (p
= 0.016). Los sujetos que obtuvieron puntajes más elevados de apego seguro/positivo poseen una
puntuación superior en la dimensión respuesta de la conducta prosocial (M = 4.12; DE = 0.06), que
aquellos sujetos que obtuvieron menores puntajes (M = 3.86; DE= 0.07) (ver Tabla 2 y Figura 1).
Tabla 2
Medias y desvíos típicos de las puntuaciones de prosocialidad según el grado de apego
Grupo alto Grupo medio Grupo bajo Valores estadísticos
M DE M DE M DE F p
Público 2.26 0.11 2.25 0.11 2.56 0.11 2.55 0.080
Respuesta 4.12 0.06 4.04 0.06 3.86 0.07 4.36 0.014
Altruismo 3.60 0.09 3.61 0.09 3.50 0.10 0.42 0.659
Anónimo 2.54 0.10 2.90 0.10 2.70 0.11 2.96 0.053
Figura 1. Media de respuesta prosocial en función del grado de apego seguro/positivo.
0
Alto
0
Bajo
Grados apego seguro/positivo
0
Medio
3,00
3,50
4,00
4,50
5,00
Media de Respuesta prosocial
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Discusión
En primer lugar, a partir de la distribución de las puntuaciones en los adolescentes de la mues-
tra de estudio, pudo observarse un apego positivo moderadamente alto. Resultados similares han sido
encontrados por Sánchez Herrero (2011) en una muestra de adultos de entre 19 y 32 años. En este
grupo, la media de apego seguro obtenida fue signicativamente mayor, en comparación con los tipos
de apego “negativos”: temeroso, preocupado y alejado. En esta misma dirección, diversas investiga-
ciones realizadas en niños y adolescentes indican que es frecuente observar en gran proporción un
apego seguro (Oliva Delgado, 2004; Stassen-Berger, 2004; Penagos, Rodríguez, Carillo y Castro,
2006). Para encontrar valores signicativos de apego inseguro, como del tipo evitativo o ambivalente,
sería preciso evaluar el constructo en una muestra clínica, en una población de riesgo o en situación
desfavorable.
Como lo sugieren diferentes estudios, las formas de apego que se desarrollan tempranamente,
persisten durante toda la vida (Grifn, & Bartholomew, 1994); así, es posible encontrar durante la
adolescencia y la adultez, patrones similares en cuanto al apego que se desarrolló años atrás (Stassen-
Berger, 2004). Consistentemente, Hautamäki, Hautamäki, Neuvonen, & Maliniemi-Piispanen (2010),
en un estudio longitudinal, observaron que las experiencias tempranas de apego son persistentes a lo
largo de los años y además son transmitidas a los hijos, especialmente si el modelo ha sido positivo.
Así mismo, en relación al comportamiento prosocial evaluado en el grupo de adolescentes
que participaron de este estudio, se pudo observar que en general las puntuaciones indican también
un perl de prosocialidad moderadamente alto. En concordancia con estos resultados, Mestre et al.
(2006) igualmente observaron que las medias de prosocialidad obtenidas a partir de un estudio longi-
tudinal en adolescentes fueron altas, concluyendo que, en general, la población adolescente parecería
tender a actuar de modo prosocial. Sin embargo, otras investigaciones han sugerido que la conducta
prosocial aumenta durante la infancia y declina en la adolescencia media (Lindeman, Harak-ka, &
Keltikangas-Järvinen, 1997, citado en Inglés et. al., 2009). Estos mismos investigadores, señalan que
luego, con el paso de los años, se observa una mayor empatía, una toma de perspectiva más amplia y
un aumento del razonamiento moral prosocial, lo cual favorece la conducta prosocial, que alcanza su
máximo desarrollo en la adolescencia tardía.
A partir de estas consideraciones, se sugiere, para futuros estudios, un análisis más exhaustivo
que permita discriminar las puntuaciones de prosocialidad en grupos de edad con intervalos de al
menos dos años, obteniendo de esa manera valores especícos respecto de las diferentes edades. Así
también, dada la naturaleza transversal del diseño de este estudio no ha sido posible conocer si el per-
l de prosocialidad aumenta o disminuye con la edad. A partir de esta limitación, se sugiere el uso de
Cinthia Balabanian, Viviana Lemos, Jael Vargas Rubilar
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diseños de estudio más sosticados (e.g. longitudinales) para evaluar de este modo posibles cambios
en la tendencia de los resultados (aumento, permanencia o disminución) a través de los años en la
conducta prosocial adolescente. Además de la utilización de diseños longitudinales, se sugiere tam-
bién, complementar la información a través de una evaluación multicomponente, teniendo en cuenta,
por un lado, diferentes tipos de instrumentos y por otro, múltiples evaluadores. El uso exclusivo de
autoinformes podría sesgar, por deseabilidad social, la valoración en este caso, de la conducta proso-
cial. De este modo, como menciona Sattler (1992), sería conveniente complementar la evaluación con
entrevistas, observaciones e información incidental. Por otra parte, si bien desde el enfoque cognitivo
es fundamental considerar la perspectiva del propio adolescente, ya que es su particular percepción la
que incide sobre su comportamiento, otros informantes pueden aportar mayor comprensión. En este
sentido, sería importante complementar la percepción del adolescente con la perspectiva de los pares,
padres y/o docentes, es decir, personas signicativas, ya que el comportamiento del adolescente po-
dría diferir en distintos ambientes.
Otras limitaciones que deberían considerarse para tener en cuenta en futuros estudios es que
la muestra esté más homogéneamente distribuida en función del sexo, ya que en este estudio, las mu-
jeres triplicaron al número de varones.
Pasando a la relación de las variables implicadas en el estudio, si bien es posible encontrar
numerosos estudios que examinan la relación de los vínculos tempranos y la prosocialidad en la etapa
de la niñez, existen escasas investigaciones que evalúen tales relaciones en la adolescencia. Por tanto,
el objetivo principal de este estudio ha sido examinar la conducta prosocial y la vinculación con el
apego en la adolescencia. A partir de los resultados obtenidos es posible concluir que un mayor grado
de apego seguro o positivo se vincularía positivamente con la conducta prosocial, especícamente en
cuanto a acciones realizadas como respuesta ante una demanda o necesidad concreta.
Con relación a las otras tendencias prosociales evaluadas, es posible que no se hayan obteni-
do diferencias signicativas en función del grado de apego, debido a que las demás dimensiones no
operacionalizarían conductas prosociales propiamente dichas, sino situaciones que podrían motivar
o impulsar este tipo de conductas. En este sentido, cabe mencionar que la dimensión respuesta hace
referencia a conductas prosociales que son impulsadas por una intensa demanda externa. En esta di-
mensión se estarían agrupando tres tipos de conductas prosociales especícas previamente descritas
por Eisenberg, & Fabes (1998, citados en Carlo, & Randall, 2002): 1) conductas realizadas como
respuesta a una petición concreta (complaciente), 2) conductas prosociales llevadas a cabo frente a
una grave crisis (extrema), y 3) aquellas acciones impulsadas por un fuerte estado emocional de otra
persona (emocional).
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Aunque no se ha encontrado un gran número de investigaciones especícas referidas a la inci-
dencia del apego en la conducta prosocial en los adolescentes, la bibliografía destaca que hay diversas
variables contextuales e intrapersonales que actúan como mediadoras en dicha relación. Por ejemplo,
Carlo, McGinley, Hayes, Batenhorst, & Wilkinson (2007) encontraron evidencias de que las prác-
ticas parentales fueron asociadas signicativamente con la conducta prosocial de los adolescentes.
Destacan además que esta vinculación no es directa, sino que ocurre la mayoría de las veces a través
de relaciones indirectas con la simpatía. En este sentido, Eisenberg, & Fabes (1998, citados en Carlo
& Randall, 2002) mencionan que la simpatía es uno de los principales motivadores de conductas
prosociales altruistas. Aunque la investigación acerca del potencial rol mediador de la simpatía en las
relaciones entre la parentalidad y las conductas morales es inexistente, Carlo et al. (2007) han encon-
trado que las prácticas parentales podrían fomentar los dos componentes principales de la simpatía:
la toma de perspectiva (e.g. consideración de los puntos de vista de otras personas) y la sensibilidad
emocional en situaciones ajenas.
De esta forma, parecería que el modelado de los padres a través de su propio comportamiento
frente a situaciones de necesidad ajena, podría fomentar acciones prosociales más proactivamente
altruistas en los adolescentes (Krevans, & Gibbs, 1996; Richaud de Minzi et al., 2011). Según Carlo
et al. (2007), las prácticas parentales especícas (más que los estilos parentales) estarían signicati-
vamente asociadas con las conductas prosociales de los adolescentes; estas prácticas actuarían como
predictoras de la simpatía, la cual a su vez, fomentaría conductas prosociales. Se han encontrado re-
laciones entre la simpatía y la prosocialidad: Lemos, Hendrie y Oros (2015) observaron que los niños
con mayores índices de simpatía, presentaban también un grado mayor de prosocialidad, demostran-
do así la existencia de una relación positiva entre la simpatía y las acciones prosociales.
Por otra parte, el establecimiento de una adecuada relación de apego, además de favorecer el
contacto diario con los progenitores, propicia que dicha relación pueda extrapolarse a otros contextos
y a otras personas (López, Apodaca, Etxebarria, Fuentes y Ortiz, 1998). Tal es así, que con el tiempo,
este lazo emocional establecido con personas que rodean el sistema familiar, favorece la interioriza-
ción de comportamientos prosociales-altruistas (Garaigordobil Landazabal, 2004).
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En este sentido se ha observado también que resulta más fácil realizar acciones en favor de
los demás cuando las propias necesidades afectivas están cubiertas, que cuando dichas demandas
están errónea o débilmente formadas. Son diversos los estudios empíricos que destacan que el apego
seguro facilita tanto el aprendizaje como la realización de conductas prosociales-altruistas (Otiz et.
al. 1993; López et. al. 1998). Por otro lado, Gillath et al., (2005) mencionan que el apego inseguro
conlleva consecuencias desfavorables, ya que interere en la realización de actos de ayuda voluntaria,
mientras que el apego seguro se asocia con la empatía, con valores humanos y con una buena predis-
posición para ayudar a otros.
A partir de los resultados encontrados en el presente trabajo, se destaca la importancia de fo-
mentar buenas relaciones tempranas entre padres o cuidadores e hijos ya que el vínculo de apego en
la adolescencia es en gran medida un reejo de los patrones construidos durante la infancia (Sánchez-
Queija y Oliva, 2003). Asimismo, es necesario desarrollar y fortalecer vínculos familiares caracteri-
zados por niveles adecuados de control y autonomía, basados en la disponibilidad, la conanza y la
cercanía emocional, favoreciendo de este modo las respuestas prosociales de los adolescentes, con el
consecuente impacto que la prosocialidad tiene sobre el desarrollo social, emocional y cognitivo de
los mismos (Roche Olivar, 2011; Lemos, & Richaud de Minzi, 2013).
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... Estudios en Brasil (Neves Nunes, Xavier Faraco, Vieira & Rubin, 2013), Venezuela (Morillo, Birkbeck & Crespo, 2011;Rodríguez, 2011;Rodríguez & Godoy, 2014) y Colombia (Cáceres, Salazar, Varela & Tovar, 2006;Díaz, Arévalo, Angarita, & Ruiz, 2010) han respaldado la evidencia encontrada en otros países del mundo en muestras de niños, adolescentes y adultos. En Argentina, algunos estudios han evaluado el apego, el autocontrol o la conducta delictiva en diferentes poblaciones (Balabanian, Lemos & Vargas Rubilar, 2015;Garrido, Cupani & Arbach, 2015;Imach, Caballero & Mejail, 2012;Nardecchia, Casari & Briccola, 2016;Richaud de Minzi, 2010). Por ejemplo, un estudio con niños de 8 a 12 años de edad residentes en Buenos Aires encontró que un apego menos seguro con el padre predecía más depresión en los niños, mientras que menor seguridad en el vínculo con la madre correlacionaba con más aislamiento o soledad (Richaud de Minzi, 2010). ...
... Por ejemplo, un estudio con niños de 8 a 12 años de edad residentes en Buenos Aires encontró que un apego menos seguro con el padre predecía más depresión en los niños, mientras que menor seguridad en el vínculo con la madre correlacionaba con más aislamiento o soledad (Richaud de Minzi, 2010). En la misma dirección, puntuaciones más elevadas en apego seguro se correlacionaron con mayor prosocialidad en adolescentes cordobeses de 14 a 18 años de edad (Balabanian et al., 2015). Por su parte, trabajos con estudiantes universitarios de Córdoba encontraron asociaciones negativas entre el autocontrol y la conducta delictiva (Garrido et al., 2015). ...
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The relationship between self-control, attachment and crime has been established in numerous scientific studies, mostly from developed countries. In Latin America there are scarce works that have been devoted to the study of the relationship between these variables. The present investigation explored the influence of self-control and attachment on two criteria variables: on one hand, general criminal behavior and, on the other, physical aggression behavior, in a sample formed by 86 adolescents in conflict with criminal law and 86 adolescents from the general male population of Argentina. Two independent logistic regression analyzes indicated that the predictors of both criteria differ from each other. Insecure type attachment styles discriminated between juvenile offenders and nonoffenders, and self-control was the only variable that differentiated young people with physical aggression behaviors from those who did not manifest these behaviors. Likewise, offending adolescents presented a higher risk of presenting physical aggression behaviors compared to those of the general population. From a theoretical perspective, the work contemplated the role of two variables included in internationally recognized theories in the explanation of criminal behavior. From a practical point of view, the study of risk factors that demonstrate an empirical relationship with crime is essential for the design of prevention and intervention strategies in criminal matters.
... Resultan interesantes las diferencias signi%cativas entre las niñas y niños del estudio en cuanto a la prosocialidad, así como las diferencias en la mayoría de las dimensiones que conforman la escala utilizada en esta medición (a excepción del liderazgo). Ello con-%rma los hallazgos encontrados en investigaciones anteriores, en las cuales se resalta la existencia de mayores niveles de interés empático de las mujeres, mayor solidaridad, mayores comportamientos altruistas, tanto en estudios con menores, adolescentes y con personas adultas (Balabanian et al., 2015;Garaigordobil, 2014;Garaigordobil & Machimbarrena 2019;Gómez-Tabares, 2019b;Linares, 2020;Tur-Porcar et al., 2016). Se suele atribuir esta capacidad empática y prosocial al género femenino debido al rol culturalmente establecido que tienen como cuidadoras y de ser mayormente sensibles en el nivel emocional. ...
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(analítico)En Colombia no existen estudios consolidados que muestren la existencia de conductas prosociales y menos indicadores que reflejen cómo estas conductas pueden influir en la reducción de los comportamientos agresivos. Lo que sí se sabe por estudios previos es que las conductas de naturaleza altruista parecen incompatibles con la agresividad. El artículo recoge los resultados de una investigación que describe las conductas prosociales de los niños de este contexto. El estudio de tipo transversal se realizó con 587 niños entre los 9 y 12 años. Los resultados evidencian niveles elevados de prosocialidad y diferencias significativas a favor de las niñas en casi todas las dimensiones evaluadas. Con la presencia de estos comportamientos se puede inferir que la prosocialidad representa un activo muy importante para prevenir manifestaciones agresivas en las escuelas. Palabras clave: Altruismo; agresión; empatía; liderazgo; prosocialidad; respeto; solidaridad.
... En cuanto al análisis de resultados, la prueba de Kolmogorov-Smirnov determinó que no existe una normosis en la distribución de la población, por tanto, se estableció la aplicación de pruebas no paramétricas. En el estudio descriptivo se evidencia que el tipo de apego de mayor prevalencia es el seguro con el 44,5 %, en concordancia con diversas investigaciones previas (Balabanian et al., 2015;Lozano et al., 2017) esto revela que los adolescentes identificados con este tipo de apego cuentan con una representación mental de confianza, aceptación y Como resultado se identificó que en el indicador de soporte no existen diferencias significativas, mientras que en las competencias parentales de cercanía, monitoreo, comunicación, conflicto y aprobación entre pares existen diferencias estadísticamente significativas al comparar las competencias parentales de la madre con el padre, lo cual concuerda con la investigación realizada por Delgado et al., (2011) quienes señalan que el vínculo disponibilidad de sus figuras de apego, quienes han satisfecho sus necesidades biológicas y afectivas desde la infancia (Lacasa y Muela, 2014), seguido por un apego inseguro ambivalente-preocupado con el 38,9 %, Faas, (2017), señala que en este tipo de apego es predominante frente a una historia vincular configurada por la frustración, puesto que ante la búsqueda de la proximidad del cuidador se genera un rechazo intermitente por parte de la figura de apego, lo que genera una sensación de inquietud permanente en el infante. Finalmente, un apego inseguro evitativo con el 16,6 %, Retana y Sánchez (2020) refieren que este tipo de apego se caracteriza por una inaccesibilidad del cuidador frente a las demandas del niño, sin embargo, frente a la presencia de la figura de apego exhiben una aparente indiferencia, es así que evitan el contacto y lo rechazan. ...
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El apego es el vínculo afectivo creado entre el infante y el cuidador, quien a través de las competencias parentales satisface las necesidades biológicas y afectivas del niño. El presente estudio tiene el propósito de analizar la relación entre el apego y las competencias parentales percibidas en los adolescentes de la ciudad de Ambato. La investigación se desarrolló con enfoque cuantitativo, de alcance descriptivo y correlacional de corte transversal. El muestreo fue no probabilístico de tipo bola de nieve. Participaron un total de 265 adolescentes de ambos sexos, 41,9 % hombres y 58,1 % mujeres, escolarizados en instituciones educativas del sector urbano de la ciudad de Ambato, Ecuador. Para la evaluación de las variables se aplicaron dos reactivos psicológicos: el cuestionario de apego CAMIR R y la escala Adolescent Family Process. Los resultados obtenidos determinan que el apego seguro presenta una correlación positiva significativa con las competencias parentales maternas y paternas de cercanía, soporte y comunicación. El apego inseguro preocupado mantiene una correlación negativa significativa con la competencia parental materna y paterna de soporte y el apego inseguro evitativo se explica mediante una correlación negativa con la competencia parental de soporte y comunicación. Se concluye que los tipos de apego tienen una correlación con las dimensiones de las competencias parentales maternas y paternas.
... Rubilar & Oros, 2011), las habilidades sociales(Schulz, 2008), el desarrollo del razonamiento moral prosocial y la conducta prosocial (e.g.,Balabanian et al., 2015; Richaud de Minzi, 2009).Adicionalmente, se encontró que el estilo de crianza actúa como facilitador de la socialización y el desarrollo prosocial de los niños, y se estudió su funcionamiento como predictor de los comportamientos agresivos. Estos hallazgos recalcan la necesidad de estilos de crianza positivos caracterizados por el apoyo, el afecto y la participación activa de ambos padres(Malonda et al., 2019).Numerosos autores han observado que últimamente los padres están más involucrados en la crianza que años atrás, adquiriendo un importante papel en la educación de sus hijos, que antes era desarrollado casi de forma exclusiva por las madres(Ruiz- Hernández et al., 2018). ...
... Desde el mismo nacimiento, los niños requieren la estimulación permanente de sus padres, que además de ser sus cuidadores se transforman en sus primeros modelos y educadores, siendo responsables de la satisfacción de sus necesidades emocionales, sociales y cognitivas (Barudy y Dantagnan, 2010). Los antecedentes en el área muestran un importante número de estudios que han destacado la influencia que tiene la parentalidad en el desarrollo de recursos socioemocionales de los hijos tales como: el afrontamiento al estrés (Richaud de Minzi, 2005), la empatía (Richaud de Minzi, 2009), la autoestima (Vargas Rubilar y Oros, 2011), las habilidades sociales (Schulz, 2008), el desarrollo del razonamiento moral prosocial y la conducta prosocial (e.g., Balabanian et al., 2015;Richaud de Minzi, 2009). ...
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El objetivo del presente estudio fue operacionalizar el constructo modelado parental de la conducta prosocial para su evaluación en adolescentes. Participaron 358 adolescentes escolarizados de 12 a 18 años (M= 14.66; DE= 1.71) de ambos sexos, de la provincia de Córdoba, Argentina. Se realizaron diferentes análisis psicométricos a partir de los cuales se observó que todos los ítems resultaron discriminativos y con un índice de homogeneidad corregido ≥ .30. La consistencia interna fue adecuada (FC = .91). Los análisis factoriales exploratorios y confirmatorios indicaron una estructura unidimensional de la prueba, que explicó el 36% de la varianza. La escala final, quedó conformada por 18 ítems que presentaron un adecuado funcionamiento psicométrico, permitiendo una evaluación válida y confiable del constructo.
... The attachment bond is a fundamental affective bond for the survival of the human race, it would be convenient to plan early interventions to promote secure attachment (Muñoz-Molina et al., 2014), it currently constitutes one of the most solid theoretical approaches in the area of socio-emotional development. (Rubilar, 2015) the dissemination and awareness of society on this issue is vital to reduce the cases of chronic diseases, since the attachment bond is considered a factor of vulnerability to chronic diseases (Lemos, 2015) aggressiveness, bullyng, mistreatment, it is convenient to break the vicious intergenerational cycles that are repeated and harm people, love can transform everything and the education of the educational community will favor positive changes to stop socioemotional sufferingThe affective and cognitive level go hand in hand to start the interdisciplinarity of the areas constantly in a multidisciplinary, plural, interdisciplinarity and transdisciplinarity context, that is, with a globalizing approach. ...
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El vínculo de apego es un lazo afectivo fundamental para la supervivencia del género humano, convendría planificar intervenciones precoces para favorecer el apego seguro. El vínculo de apego constituye actualmente uno de los planteamientos teóricos más sólidos en el área del desarrollo socio-emocional. La difusión y sensibilización a la sociedad sobre este tema es vital para disminuir los casos de enfermedades crónicas, ya que el vínculo de apego está considerado como factor de vulnerabilidad a las enfermedades crónicas, además de la agresividad, el bullyng, el maltrato, conviene romper los círculos viciosos intergeneracionales que se repiten y dañan a las personas, el amor lo puede transformar todo y la educación de la comunidad educativa favorecerá los cambios positivos para detener el sufrimiento socioemocional.
... Con la finalidad de fomentar y potenciar la prosocialidad, muchos autores han estudiado factores que pudieran tener una incidencia en la tendencia a ser prosocial. Entre estos se encuentran variables propias del sujeto como la empatía (Auné, Abal y Attorresi, 2015; López, Arán y Richaud, 2014;Richaud, 2014Richaud, , 2015, la motivación (Carlo y Randall, 2002;Rodríguez, 2014), el locus de control (Manassero Mas y Vázquez Alonso, 1995), el razonamiento moral prosocial (Eisenberg, Hofer, Sulik y Liew, 2014), el autoconcepto y la autoeficacia (Bandura, Caprara, Barbaranelli, Gerbino y Pastorelli, 2003); factores que tienen más que ver con el desarrollo temprano, como el apego parental (Balabanian, Lemos y Vargas Rubilar, 2015) y los estilos de crianza (Lemos, 2012;Richaud de Minzi, Lemos y Mesurado, 2011); y variables provenientes del contexto, como la relación con los hermanos y los pares (Carlo, Fabes, Laible y Kupanoff, 1999). Así también, un estudio reciente destaca las relaciones positivas con los pares, la competencia social y el apoyo social percibido como los principales predictores de la conducta prosocial en adolescentes (Palomar Lever y Victorio Estrada, 2018). ...
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La prosocialidad comprende aquellas conductas intencionales que se realizan para el beneficio de otras personas. Entre las variables que tienen una incidencia en la decisión de ayudar, se incluyen los patrones atribucionales: interpretaciones que se realizan sobre las causas de un determinado acontecimiento. El objetivo de este trabajo fue evaluar el rol que tiene la atribución que un individuo realiza sobre una situación de potencial ayuda en la elicitación de la conducta prosocial. A partir de un muestreo intencional, no probabilístico, participaron 359 adolescentes de clase media, de una institución privada de la provincia de Córdoba, Argentina. Se aplicó la Escala de Conducta Prosocial Adolescente y, para la evaluación del estilo atribucional ligado a las conductas de ayuda, se redactaron cuatro situaciones con el objetivo de identificar la atribución causal predominante. Se realizó un ANOVA unifactorial para conocer si la conducta prosocial presenta una variabilidad en función del estilo atribucional. Se encontró que la puntuación promedio de conducta prosocial obtenida por los sujetos con un patrón atribucional externo incontrolable fue significativamente superior al de quienes presentaron un estilo atribucional neutro e interno controlable. Estos hallazgos aportan evidencias a favor de que la conducta es influida por patrones de atribuciones causales. Estos resultados se encuentran en concordancia con estudios previos, los cuales encontraron que las representaciones dinámicas y los modelos mentales sustentados en las propias creencias sobre el mundo, más que los hechos en sí, ejercen un control sobre las acciones que se llevan a cabo.
... Según lo destaca Balabanian, Lemos & Vargas Rubilar (2015) siguiendo las ideas propuestas por Barudy & Marquebreucq (2006), las diferentes investigaciones muestran que el apego de buena calidad, continuo y que se mantiene en el tiempo, es esencial para que las personas se desarrollen sanas, psicológica y emocionalmente, cuenten con herramientas que les permita afrontar distintas dificultades y se mantengan saludables durante la adolescencia y adultez. ...
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La teoría de apego es un aporte importante en el campo psicológico para comprender la forma en que los niños establecen sus vínculos con una persona significativa y, la manera en que este esquema afecta su desarrollo en la adolescencia y la adultez, tanto en el establecimiento de vínculos como en otros aspectos importantes como el aprendizaje y las relaciones sociales. Se analizan las posibles repercusiones sobre procesos afectivos y cognitivos cuando se producen alteraciones en la conformación de un apego seguro, a lo largo del ciclo vital pero, particularmente, en la adultez joven debido a las áreas importantes de desempeño en esta edad, como son la universidad, la formación de pareja y el trabajo. Es así que, en el artículo se realiza una revisión sobre aspectos teóricos del apego, sus implicaciones relacionales y su impacto en la construcción de modelos representacionales que determinan el devenir de las personas y sus relaciones. Se analizan también los tipos de apego y luego, se describen algunas investigaciones realizadas usando este marco teórico, así como también las diversas formas de evaluar el apego a través de escalas y otros instrumentos que han sido validados en Europa y Asia. Se concluye que existe un débil desarrollo de la parte psicométrica en Latinoamérica y se plantea la importancia y necesidad de ampliar esta área en el contexto ecuatoriano
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Young people who are in a situation of residential care are considered to be in a condition of multidimensional poverty. Research aims to achieve the following general objectives: first, to identify the level of delinquency of young people and its determining factors and, second, to propose strategies and programs. This research will follow a two-stage research process in which different research methods will be applied. Along with the main results, the authors point out that the most frequent crimes refer to these youngsters getting involved in gang fights; alcohol consumption; in attacking classmates, parents, and teachers; they steal money and or other objects from the collaborating family; they consume pornography and go out to discotheques, pubs, and nightclubs. In the educational field, although they are dedicated to their education, they obtain very low grades. They only participate moderately in sports activities and have very low participation in religious services; furthermore, the young men have a moderately high level of belief in the legal system.
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Young people who are in a situation of residential care are considered to be in a condition of multidimensional poverty. Research aims to achieve the following general objectives: first, to identify the level of delinquency of young people and its determining factors and, second, to propose strategies and programs. This research will follow a two-stage research process in which different research methods will be applied. Along with the main results, the authors point out that the most frequent crimes refer to these youngsters getting involved in gang fights; alcohol consumption; in attacking classmates, parents, and teachers; they steal money and or other objects from the collaborating family; they consume pornography and go out to discotheques, pubs, and nightclubs. In the educational field, although they are dedicated to their education, they obtain very low grades. They only participate moderately in sports activities and have very low participation in religious services; furthermore, the young men have a moderately high level of belief in the legal system.
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Resumen La presente investigación se realizó para a) analizar la capacidad predictora de las siguientes variables en la conducta prosocial altruista: la empatía disposicional y situational, la toma de perspectiva, la imagen del ser humano, la seguridad del apego, el modelo de conducta prosocial de los padres y el tipo de disciplina utilizada más frecuentemente por los progenitores, y b) establecer las variables más discriminantes entre los grupos de sujetos más extremos en el continuo altruismo-no altruismo. Muestra: El estudio se realizó con 165 sujetos de ambos sexos, de edades compredidas entre los 10 y los 12 años, en diversos centros de Salamanca y San Sebastián. Resultados: Todos los factores estudiados, salvo el role taking, mostraron su capacidad predictiva en el comportamiento altruista prosocial, siendo los más discriminantes los siguientes: la empatía disposicional, la seguridad del apego, la empatía situacional centrada en la víctima y la disciplina inductiva.
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El vínculo de apego es un componente básico de la naturaleza humana, una necesidad primaria, presente durante toda la vida. Los estilos de apego construidos en la infancia, sirven en gran medida, como predictores de los procesos relacionales posteriores. En el presente trabajo se realizó un análisis psicométrico del Cuestionario de Apego Parental (PAQ) de Kenny [20], en una muestra compuesta por 285 adolescentes de entre 14 y 18 años de la provincia de Córdoba, Argentina. Se evaluó la capacidad discriminativa de los ítems, la fiabilidad de la prueba en cuanto a su consistencia interna y se estudió la validez de constructo a partir de un análisis factorial exploratorio (AFE). Los resultados obtenidos indican que todos los ítems que conforman la escala final discriminan de forma significativa, reagrupándose, a partir del AFE, en torno a dos dimensiones generales, que fueron denominadas ?apego positivo? y ?apego negativo?. El valor de consistencia interna obtenido mediante el coeficiente Alpha de Cronbach fue de .92 para la escala general. Puesto que los resultados psicométricos obtenidos fueron satisfactorios, se concluye que la escala resulta factible de ser utilizada para evaluar el Apego Parental adolescente, con un adecuado grado de fiabilidad y validez en el contexto en que fue estudiada.
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The current study aims to examine the mediating role of prosocial behavior with empathy and aggressive behavior in depression and anxiety. Participants are 937 Spanish adolescents, 48% girls and 54% boys, aged between 15 and 16 years old (M = 15.32; SD = .47), with medium to medium-low income levels. The structural equation modeling shows that aggressiveness has a direct positive influence on depression. On the contrary, prosocial behavior has a direct and negative influence. That is, prosocial behavior protects adolescents from depression. Emotional instability has a direct relationship with depression and anxiety. Finally, results and their possible implications are discussed.
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Teniendo en cuenta los múltiples beneficios que produce la conducta prosocial en el desarrollo del niño a nivel social, emocional y cognitivo, en los últimos años ha habido un importante crecimiento en los estudios vinculados a la misma. El objetivo de este trabajo es estudiar particularmente la incidencia de la simpatía en las conductas prosociales, evaluando posibles diferencias en función del sexo y la edad. Previo consentimiento informado, fueron evaluados 275 niños de ambos sexos, de entre 6 y 7 años de las provincias de Corrientes y Chaco de la República Argentina. Los instrumentos utilizados fueron la Escala de simpatía para niños de 6 y 7 años de edad de Oros, (2006), el Behavior Scale (CP) de Caprara y Pastorelli (1993), y el Cuestionario de Conducta prosocial (PBQ) de Weiner y Duveen (1981). Para el análisis de los datos se realizaron estadísticos descriptivos, ANOVAs y MANOVAs. Los resultados encontrados indicaron que la simpatía influye sobre la conducta prosocial. Aunque las mujeres presentaron una mayor tendencia a la simpatía y conducta prosocial en comparación con los varones, en ambos sexos se observaron diferencias significativas en la conducta prosocial en función de la simpatía. En relación a la edad, se observó que sólo a los siete años la simpatía influye significativamente en la conducta prosocial.
Conference Paper
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Prosocial behaviours refer to voluntary actions undertaken to benefit others. They include a variety of behaviours such as sharing, donating, caring, comforting and helping. According to the principles of positive psychology, the promotion of prosocial behavior involves strengthening a repertoire of alternative behaviors that inhibit negative and antisocial behaviors in children while providing an adequate remedy to the expression of aggressiveness, violence, and indifference towards others. Although there are research that links prosocial behavior with certain aspects of the personality (Barbaranelli & Fida, 2006) and specifically with the dimension of Agreeableness (Caprara, Alessandri, Di Giunta, Paneral, & Eisenberg, 2009), there are no studies analyzing the modulator role of personality in the results of intervention programs designed to promote prosocial behavior. The objective of this study is precisely analyzing this issue. The sample consisted of 56 children in social vulnerability to poverty in the city of Parana, Entre Rios, Argentina, who participated in the said program, (male = 27 and female = 29) from 4th grade of elementary school (M = 10.43 , SD =1.16). Prosociality was evaluated before and after the intervention, through a longitudinal research design. To assessed prosocial behavior, we used the Prosocial Behavior Scale (CP) (Caprara and Pastorelli, 1993) translated and adapted to Spanish by Del Barrio, Moreno and Lopez (2001) and PBQ (Weiner and Duveen 1981), the personality was assessed with the Children´s personality Questionnaire Argentine (CAPI, Lemos, 2004), based on the model of the Big Five personality factors. The results are discussed in terms of theoretical and empirical developments found so far, finding a general consistency between them.
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The study of child prosocial behavior is not recent. However, in the last decade the growth of works on this topic is remarkable, probably due to the alarming increase of violence and aggression in social contexts. The promotion of prosocial behavior in children involves the strengthening an alternative behavioral repertoire that restrains and prevents negative and antisocial behaviors and, at the same time, favors an adequate coping strategy. There are several positive effects produced by prosocial behavior at social, emotional and cognitive levels during children’s development. In this chapter, we will analyze reasons why schools provide an appropriate setting to promote behaviors such us, helping, giving and sharing, verbal comfort, positive assessment of others and cooperation. Bibliographic research will be discusses with the results obtained after implementing a pilot program in schools. Results highlight the importance of strengthening prosociality in educational settings through adequate strategies and models. Teaching children to cooperate with and help others, to share and to be altruistic, to accept and to apologize other’s mistakes, and to show sympathy, empathy and compassion, is part of the aim of schools interested stimulating an integral child development.
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Three studies assessed the construct validity of the self- and other-model dimensions underlying the 4-category model of adult attachment (Bartholomew, 1990). Five methods were used to assess the hypothesized dimensions: self-reports, friend-reports, romantic partner reports, trained judges' ratings of peer attachment, and trained judges' ratings of family attachment. In each study, the convergent and discriminant validity of the dimensions were assessed by multitrait-multimethod matrices and by confirmatory factor analysis. Study 2 related the latent attachment dimensions to theoretically relevant outcome latent variables. As predicted, individuals' self models converged with direct measures of the positivity of their self-concepts, and individuals' other models converged with direct measures of the positivity of their interpersonal orientations. Study 3 related the latent attachment dimensions to 3 alternate self-report measures of adult attachment and showed that the 2 dimensions serve as an organizing framework for the different measurement approaches.