Uno de los principales factores que afectan el bienestar y la productividad de los animales es la calidad de la relación existente con los humanos (Napolitano et al., 2011). En la producción animal generalmente existen problemas de bienestar independientemente de que los sistemas sean extensivos o intensivos (Petherick, 2005), ya que los animales son sometidos a diversas prácticas invasivas que a su vez se refuerzan negativamente, tales como; marcaje en orejas, administración de hierro, corte de colmillos, corte de cola, descorne, castración, tratamientos médicos, etc. (Raussi, 2003; Probst et al., 2012). Aunque algunas otras, no necesariamente lo sean, por ejemplo, el ingreso de los animales a las mangas de trabajo durante las prácticas de rutina puede ser percibido como neutral y no amenazante para algunos individuos, mientras que para otros, lo novedoso de esta práctica puede desencadenar diversos desajustes fisiológicos y conductuales que podrían disminuir su bienestar (Grandin, 1997), lo cual, dificultar su manipulación y como consecuencia una actitud negativa y enérgica de las personas hacia los animales (Rehn et al., 2014), volviéndolos más propensos a contraer lesiones u ocasionarlas a las personas encargadas de su manipulación (Petherick, 2005; Napolitano et al., 2011). Cuanto más aversiva es la manipulación, los animales se resistirán más a regresar a ese lugar y por lo tanto se requerirá de más fuerza y tiempo para moverlos (Pajor et al., 2000).
La reacción de los animales a los seres humanos no sólo es negativa, sino que también es posible una interacción positiva (Waiblinger et al., 2006). Misma que puede conseguirse mediante la habituación de los animales o el incremento del contacto positivo con los humanos, aumentando la docilidad, disminuyendo el miedo y nerviosismo hacia los seres humanos (Boivin et al., 2001; Probst et al., 2012). Algunas actitudes de los trabajadores, como, acariciar, tocar y hablar con voz baja se refleja en estados positivos en los animales y en menor evitación a los humanos (Ellingsen et al., 2014). Es por ello, que el objetivo del presente artículo es explicar la importancia de mantener una relación entre humanos y animales positiva, además, revisar algunas de las técnicas utilizadas para medir la interacción hombre animal en las unidades de producción.