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Leon Battista Alberti: Momus y De re aedificatoria, paralelismos, reciprocidades

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Abstract

Propone la lectura de Momus, del que la Biblioteca Marqués de Valdecilla conserva su edición princeps (Roma, 1520), en paralelo con el De re aedificatoria. Ambas obras tienen como tema de fondo la cultura arquitectónica y la ciudad. Pero, mientras que el De re aedificatoria es un tratado aséptico, en Momus Alberti se permite una libertad mucho mayor, con una carga crítica considerable y el despliegue de componentes personales
Pecia Complutense. Año 6 Num. 10 Enero 2009
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Leon Battista Alberti: Momus y De re aedificatoria,
paralelismos, reciprocidades
[i]
Diego Suárez Quevedo
Facultad de Geografía e Historia. UCM
Toda idea está dotada por sí misma, de una vida
inmortal, como una persona.
Charles Baudelaire
[ii
]
.
L
a base y punto focal de las siguientes consideraciones es el ejemplar, que
hemos consultado y estudiado, del Momus
, publicado en latín y en Roma (1520), de
Leon Battista Alberti (Génova: 1404-
Roma: 1472), existente en los fondos de la
Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla (Universidad Complutense de Madrid)
[iii]
,
que es su editio princeps
[iv]
.
Dado que autor y obra no precisan de presentación alguna
dejaremos a ambos “actuar-hablar” por solos -y, como veremos,
la dimensión teatral
es aquí muy importante-
sin que necesiten el apoyo de nadie más en esta empresa, tal
que, en consideración genérica al menos a priori, son los destina
tarios del relato a
desnuda -ego nudum proemium attuli, nos precisa
[v]
- redactada por este
VITRVVIO
FLORENTINO (...) PRINCEPS FVIT ERVDITIONVM, según calificativos de las Vite
cuenta su conce
pción humanista que preconiza que el hombre desnudo es el hombre
autorrefugia en su intelecto -baluarte constante de sus no menos frecuentes “huidas”-
y
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personales ideas
[vi]
, que hemos de entender, sí, como quasi
inmortales al modo expuesto
por Baudelaire, más de cuatro siglos después.
BH FLL 12839
La asimilación albertiana entre desnudez y sabiduría humanas, además de lo que
iremos comentando a propósito de la madurez y el carácter polifacético de la obra q
ue
nos ocupa, que no cabe ya calibrar sólo en claves políticas y de burla-
parodia crítica de
estirpe lucianesca
[vii]
, aunque también, nos está pautando de algún modo el camino a
seguir al respecto, con una lectura más atenta, apurada y contrastada en lo posible -
tarea
ardua y compleja- con otras obras de Alberti, con el contexto de redacción de la misma -
en este caso, singularmente la Roma coetánea-
y verla como un juego de espejos
respecto al propi
o autor, sus desengaños, pesimismos, resentimientos y constantes
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cambiante de su redacción
, conviene encarar y plantear aspectos del mismo, bajo un
hilo conductor preciso y casi inamovible -
que aquí será el de la cultura
arquitectónica
[viii]
, y la ciudad como su correlatio- y, de moment
o, dejarlo así planteado;
resultado metterlo a fuoco
[ix]
, según la contundente expresión de Stefano Borsi, acaso el
ca
mbio, que parece preciso, a la hora de afrontar los estudios albertianos, ésta o similar
preguntarse si es lícito, un trabajo o estudio sobre Alberti, sin tener en cue
nta la estrecha
con facetas y momentos puntuales y punteros aislables, sobre c
uyos contextos y
condicionantes conviene profundizar para lograr resultados fidedignos.
Definitivamente a partir de las dos primeras ediciones, Roma (1520), el opúsculo
albertiano, estructurado en un proemio y cuatro libros, es conocido como
Momo o del
prí
ncipe
. En relación a la posición adoptada por Alberti, ya comentada, en su proemio,
no resulta válida la expresión de “una introducción sin oropeles”
[x]
y, desde luego,
insuficiente cuando nudum proemium es utilizado desde las ediciones primigenias
[xi]
;
del mismo modo, en la edición en italiano de Cosimo Bartoli (1568), se explicita:
Io ho
introdotto un Proemio ignudo
[xii]
.
En su dedicatoria
[xiii]
G. Mazzocchi, de modo consciente y como apelando a la
virtus y sapiencia del que
bajo su nombre y prestigio queda su publicación, puntualiza
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que a la cultura y al saber (studiis tuis
), así como a su gravedad y estatus no parecerá
indigna, juzgándola inadecuada -confiando a la postre en su benevolencia-
la obra
Momus de Alberti, viri ingeniosissimi atque eruditissimi
. Estas prevenciones, como era
convierten en mero formulismo, toda vez que el destinatario era Pietro Accolti
[xiv]
detto
il cardinale d’Ancona
(“Petro. Accolto Card. Anconitano”) que, en su condición de
Abreviador Apostólico e íntimo Consejero de León X, fue el autor de la Bula
Exurge
Domine que condenaba como heréticas las ideas de Martí
n Lutero, y que se publicó el
15 de junio de 1520.
Tras lo comentado a guisa de presentación, puntualización de datos y referencias
publicación, ya en el siglo XVI, de la obr
a de nuestro interés aquí, hemos de retroceder
unos setenta años y situarnos hacia mediados del Quattrocento
y Alberti en Roma. La
redacción del Momus
se data usualmente c.1444 y siguientes, en general poniendo como
tope conclusivo 1450, es decir antes del
Jubileo de este último año promulgado por
Nicolás V (pontificado: 1447-1455); por su parte la conformación del
De re
aedificatoria
se considera ultimada durante 1452. Son cronologías, en todo caso, no
rotundas ni probadas documentalmente en todos sus aspe
ctos y perfiles, y siempre más
válidas para el comúnmente calificado como tratado mayor, el De re,
que para el
denominado libello, el Momus.
Este último no debe ser interpretado sólo en claves políticas y referido a la idea
más o menos exclusiva del prínc
ipe, genéricamente considerado y tal como entonces se
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ético-social del ejercicio del p
oder, en el sentido de no dejarse seducir por la idea de
la ciudadanía, asegurando un uso
equilibrado y justo de los medios y disponibilidades
con qué se cuenta y de qué se dispone; palmariamente no ceder al sueño de re-
crear el
obra desde los ideales intelectu
ales del autor que, en concreto, asigna un rango elevado
y de primer orden al arquitecto, conduce de inmediato al De re
que, de manera
posee una sólida formación y amplia base científica -
lo que hoy denominaríamos cultura
arquitectónica-, y con una proyección cívico-
social bajo parámetros éticos y estéticos.
de tal, el tratado mayor es prácticamente de una asepsia total, el libello
permite a su
sutileza, que nos mues
tra a un Alberti maduro, consciente de su propia modernidad,
fascinación en el lector act
ual, por su complejidad, ambigüedad y cambiante narrativa,
plena de paradojas y proyecciones personales caleidoscópicas y mimetizadas.
Contando con algún convincente planteamiento de lectura comparada de ambos
textos albertianos
[xv]
,
el camino, de algún modo, quedó señalado y pautado desde un
hito y referente tan fundamental en -y para-
la cultura occidental como E. Garin, más de
treinta años atrás; en efec
to su sabiduría de una interdisciplinaridad modélica y su
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finísimo olfato, ya intuía la conexión aludiendo a una paradossale corrispondeza
entre
las dos obras
[xvi]
, col libello come sottofondo del De re
, y apremiaba a insistir y
sugestivas puntualizaciones fueron formuladas, siguiendo esta senda, por A. Tenenti
[xvii]
y G. Ponte
[xviii]
que quedaron complementadas con las importantes consideraciones,
miradas y matices de M. Tafuri
[xix]
; éste insiste en que hay que situar el Momus
al lado
del De re aedificatoria
. Máscara y disimulo, como hemos señalado, inherentes al
olímpico beffardo o dio del biasimo
, quedan paradigmáticamente caracterizados como
armas y recursos de acción, de resistencia y
de supervivencia en las luchas por el poder.
1447, pero nada hay que se oponga a la hipótesis -opinaba Tafuri-
de que pueda, al
este sentido, afín plenamente al espíri
tu albertiano. Estas intuiciones parecen
a Momo con el propio autor, mediante apariciones y desapariciones, presencias-
ausencias constantes, según los presupuestos t
eatrales citados, así como diluyéndose y
sapiencia y hondura de conocimientos del bagaje cultura
l clasicista que, en un prurito de
entonces, en un alarde de distanciamiento intelectual respecto al contexto de la Urbs
y,
en especial, de los círculos culturales de la
corte pontificia, no tanto de un Flavio
Biondo
[xx]
(1392-1463), y de un Ciriaco d’Ancona
[xxi]
(1391-
1452) y, sobre todo, de
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un Giannozzo Manetti
[xxii]
(1396-
1459), auténtico panegirista de Nicolás V y su política
de una renovatio urbis centrada en Roma e incluso de la idea de una
Ecclesia semper
renovanda, por citar sólo a las más relevantes figuras del momento empeñadas
nel
ricupero di Roma.
BH FLL 35465
Giorgio VASARI: Vite... Florencia, apresso i Giunti, 1568, vol.1º
Superando dudas anteriores, presentes por ejemplo en el Theogenius (c. 1440-
presupuestos incluidos en el Potitus (c.
1433) que abundan en una anhelada figura de
Alberti a importantes y fundamentadas reflexiones y opiniones sobre el tandem
arquitectura-ciudad que cristalizan en el De re
que, ante todo, es un consumado elogio
del arquitecto, como decíamos, de formación completa y científica -
de cultura
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arquitectónica hablaríamos hoy-
, y de su papel primordial así como de sus deberes y
compromisos con ese contexto urbano-arquitectónico, qu
e avalan la figura de un
arquitecto-filósofo. Primacía que asimismo nos testimonia el Momus
, en consonancia
informar el Trivia (c. 1460), donde el cambiante y camaleón
ico Battista parece optar
decididamente ya por un arquitecto-filósofo-retórico.
Precisa y contundente resulta al respecto la cita del libello
, aún más
los filósofos
[xxiii]
. En efecto, tras desoír los prudentes consejos de Hércules que, al
de otros dioses, se disponía a acced
er y visitar el edificio de un teatro, en éste entra el
planteamiento del nuevo mundo que se
propone construir; con amargura lamenta no
excelsa como la que ante sus ojos se presenta (
suas ineptias accusabat: consiliique
tarditatem deplorabat, qui hostales tam mirifica operis architectos
[xxiv]
non adiuisset
potius quam philosophos: quibus uteretur ad operis futuri descriptionem
componendam).
Como hemos insinuado S. Borsi es, hoy por hoy, el estudioso que más
ha
alguna ocasión complementada con el eje Roma-
Florencia, y siempre con una loable
pr
udencia al tratarse de un tema de gran complejidad, con la ingente bibliografía
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respecto a
Alberti, su situación y papel en el conjunto de maestros florentinos
trabajando en Roma durante el Quattrocento
; ante todo con base en una apurada labor,
dentro de un equipo, de búsqueda, interpretación y valoración de datos de archivo
[xxv]
,
ensayístico sobre el Momus
albertiano, magnífico en nuestra opinión y, desde luego ya
un hito inexcusable sobre el tema
[xxvi]
. Posteriormente el que incide específicamente
sobre el tema señalado de Alberti y Roma
[xxvii]
recíprocamente ensamblados, así como
el dedicado a Alberti y l’antichità romana
[xxviii]
.
En el sentido dicho, sin pretender una visión y valoración completa del Momus -
una visione onnicomprensiva de la obra, nos confiesa- este autor -acaso
precisamente
cultura arquitectónica-
se interna en el texto albertiano, del que efectúa una profunda,
detenida y pormenorizada lectura
[xxix]
, que le permiten comprobar, en efecto y como
la celebración
del citado Jubileo’1450 que, entre otras cuestiones, invitan a retrasar la
data
[xxx]
de su redacción cuando menos al intervalo c. 1450-1455, y ya con el De re
ultimado tras su ardua y dilatada gestación; es decir, el Momus como preciso sottofondo
del tratado mayor, tal como pronosticara Garin. De este modo, puede -y debe-
encararse
con todo rigor la lectura, el estudio -total o parcial- y las visiones del De re
, también,
desde el libello; en otra
s palabras que la reciprocidad entre ambos textos albertianos es
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funesta la opción toma
da, que es ya irreversible, queda identificado con Nicolás V y sus
magnos proyectos de la renovatio urbis Romae, a modo de caput mundi
tal como se
concebía en el Imperio romano y con la idea asumida ahora de un Papa-
Emperador y la
Iglesia extendida por todo el orbe como su Imperio
[xxxi]
; y justamente, el príncipe de los
(tam mirifica operis architectos). Los t
érminos en que cifra su admiración no dejan
arquitectónicos utilizados, singularmente c
olumnas, algo impensable ni tan siquiera
proporciones que van conformando volúmenes sen
cillos, todo a una escala conveniente,
presiden y atraviesan de principio a fin el texto del De re
, sino que estamos ante un
“simple” theatrum. Así, pario ex marmore inge
ntes, innumerasque columnas
maximorum montium frusta gigantum opus admiratur
; o sea, el mítico mármol de
Alberti, pero el resto exorbitante e imposible de mensurar por el h
ombre; total
ampulosidad con columnas y columnas,
tantas numero, tam uastas, in eam regionem
locorum aut tractas esse, aut erectas obstupescebat intuens, (...)
tantum opus, & prae
admiratione & uidisse & laudasse plus satis non intermittebat
[xxxii]
. Se trata, pues, de un
arquitectura y arquitecto.
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Y arquitecto, además, en primera persona, pues de inmediato s
e proyectan los
resulta que un theatrum sea uno de los topoi arquitectónicos utilizados
por Giannozzo
Manetti en su ideal testamentum
de Nicolás V, a la hora de plasmar las iniciativas de
rehabilitación y sistematización del palacio vaticano
[xxxiii]
. Alberti que con toda
probabilida
d había asesorado ampliamente si no inspirado previamente los planes
del hebreo, ecl
ipsaron la estrella albertiana respecto al papa Parentucelli, sobre todo tras
su instalación en Roma c. 1453 -a tener presente, también, para la data del Momus-
por
Papa
y con un importante papel de asesoramiento final de la misma, se presentan como
mejor consultando y haciéndose asesorar por un arquitecto (un arquitecto profesional;
el
propio Alberti), que no por filósofos (en alusión a Manetti)
[xxxiv]
que, a su vez, inspirará
a Valery su Eupalinos
[xxxv]
. Es de tener en cuenta, también, que el Testamentum
y toda
su rica exposición están quasi
dirigidos a Calixto III Borgia, alarmado Manetti por los
Biblioteca nicolina para financiar una cruzada contra los turcos
[xxxvi]
.
El palacio de Nicolás V, que es lo único construido de facto
de todo su
ambicioso plan edilicio para Roma, diventa una fortezza tirannica
pero dotada de un
amplísimo atrio como el Templo de Salomón, que acoge a los dioses en concilio
[xxxvii]
;
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mundo, y de esta obra si accontenta di rimettere apunto la sua stanza
que, de alguna
manera es un toque-
cita de un tema tan querido por Alberti como es el del
planteamiento en paradoja macro-microcosmos
[xxxviii]
que, a su
vez, evidencian los dos
aspectos dialécticos e inseparables de su autor, uno espansivo e uno contrattivo
, uno
íntimo y otro universal, uno solar y otro lunar
[xxxix]
; son referencias que hay que
poner
en relación con la rocca del tiranno del De re
(V, IV). Giovanni Vitelleschi, brazo
armado de la Iglesia, parece ser el Marte del relato albertiano
[xl]
, respecto al cual se
adopta una posic
ión negativa en asociación a la fortaleza papal, tanto por la
primero, en el antagonismo familiar Colonna-
Vitelleschi; siempre con extrema sutileza
y en su calidad de Momus que ha asimilado perfectamente las artes dissimulandi
, o
mejor simulando ac disimulando
, expresión repetida, y no por casualidad, en los
enemigo de todos aquellos que simulaban
y disimulaban. En este sentido, la ambigua
leitmotiv de su De Porcaria coniuratione
(post. 1454). Semejante uso de las artes del
dios Momo, aplica Alberti a los comentarios negativos al
“cierre” del templo de los
Juno, identificada como la propia Iglesia, literalmente devorada por su
aedificandi
libidine, pero sobre todo ávida de oro y sól
o oro, entendido como las limosnas de los
misoginia.
Del mismo modo afloran en el Momus
referencias y conexiones con la albertiana
Descriptio urbis Romae (c. 1450)
[xli]
que, aún más si cabe, imprimen al libello
una
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de los errones, identificados con los peregrinos del Jubileo, que
vagabundean por calles,
templos, pórticos y, sobre todo, plazas
[xlii]
, aspectos que, como en todo el De re
, no
hacen más que confirmar en las tres obras el interés y consideración primigenia de
su
autor por el tandem arquitectura-
ciudad. Esta vocación urbana que así emerge en el
deambular de los errones
, es la de una ciudad connotada como tal, ante todo, por sus
espacios colectivos; en esta idea y teniendo in mente que la construcción de un nuevo
ideal asambleario romano del Comitium
del Foro, magnánimo como ninguno respecto a
los gastos en los fondamenta
de un único templo en pro de los fines conjuntos de la
dignitas urbis y de la deorum veneratio, en De re
(VII, III), adquiere toda su dimensión
e impor
tancia, mostrándose Alberti en el tratado mayor menos intransigente que la
actitud general mantenida en el Momus
, donde Battista piensa en la Iglesia y la
institución pontificia a su cabeza, como una comunidad de cives
, lo cual choca
frontalmente con la co
ncepción de Nicolás V en una dimensión supranacional y
ecuménica de la res publica cristiana
, y de ahí la denuncia de la arquitectura como
propaganda política: stulta rerum administrandarum ostentationes
del libro cuarto del
Momus, en esa corrosiva acritud
a las obras del nuevo San Pedro que tilda de edificar
como instrumentum regni
[xliii]
. Todo ello estaría en
la línea de las críticas que surgen en
momentos en que los ideales universalistas, dev
ienen en la puesta en marcha de amplios
constructivo; este último en Simia
de Andrea Guarna da Salerno pretende rehacer el
cielo, y amenaza ante sus puertas a San Pedro si no
le deja acceder al paraíso, de hacer
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lo propio en el infierno; significativamente esta comedia-
parodia ve la luz de la
en la Ciudad Eterna, no lo olvidemos, será publicado el Momus
albertiano; ¿simple
casualidad?; teniendo en cuenta el delicadísimo momento, c. 1517-
1520, que entonces
siendo precisamente el Cardenal de Ancona quien prom
ociona la publicación del
Momus que aquí tratamos, que ve la luz de la imprenta bajo Motu Proprio
de León X,
tanto el papa Medici de la impetuosa política edilicia de su
antecesor, así como de la
fuori i barbari
?; recordemos que el tema del logro de recursos pecuniarios para la
financiación de los ambiciosos programas del papa della R
overe, singularizados, ante
denuncias luteranas.
La reflexión final de Alberti, un guiño más de su Momus
, no deja de ser
sorprendente y genial por lo concisa y sencilla y,
desde luego, sin comprometerse lo
más mínimo -otro dato más de dominio absoluto del simular y disimular, aludidos-
; así,
buenas y deseables, otras malas y otras que no son ni lo uno ni lo otro. En
los espacios
públicos de la ciudad, en los espacios colectivos -
primacía del ámbito urbano, pues,
para todo y en todo-
su distribución compete a Laboriosidad, Atención, Celo,
Diligencia y Perseverancia, o bien a Envidia, Vanagloria
, Voluptuosidad, Pereza e
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queda al arbitrio de Fortuna; ésta da, quita y distr
ibuye riquezas y honores, escogiendo a
relación con sus méritos sino que es puro accidente de fortuna.
Una completa valoración y alcance, con rigor y verdadera perspectiva histórico-
esencial de las experiencias quattrocentistas -teoría y práctica artísticas, incluidas-
, sin
las que no se entienden los logros del Cinquecento, no puede quedar reducida sólo al
De
re aedificatoria
y al estudio y análisis de los propios proyectos de Battista, siempre
a las personalísimas e irónicas páginas del Momus, que
asimismo van conformando un
discurso de unas muy altas dimensiones intelectuales y ético-
sociales, cuajadas de
soterradas referencias autobiográficas; dicha obra reivindica per se
, y cada vez más, una
mayor atención y una lectura más apurada, detenida y en
total relación con su contexto,
tanto si el libello es considerado como Momo o del príncipe, o como
Momo o de la
arquitectura, pero sobre todo entendido, según lo expuesto, como
Momo o de la
arquitectura-ciudad, teniendo también en cuenta la Descriptio urbis Romae
, pero no
sutil “estado de las artes” que nos propone S. Borsi
[xliv]
.
Partiendo de esto
s presupuestos, y teniendo en cuenta que la visión albertiana es la
Momus, la reseña:
Tum et natura rerum maxima et invisa quaeque ita cum raritate
coniunxisse a vetere hominum memoria in hanc usque diem observatum est
, hace
referencia precisa al tema de la natura edocti, que es uno de los topoi
que vertebran la
cultura renacentista
[xlv]
, que es constante en el De re
y está presente ya en la albertiana
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Musca, escrita en latín c. 1442-
1443, donde se subraya el origen natural del
pero que atañe fundamentalmente a la geometría, la aritmética -matemáticas, por tanto-
,
proyecto global fruto del intelecto del arquitecto,
entendido como su labor única y
completa, con que inaugura las elucubraciones del De re.
En efecto, según su relato, una vez más, en claves lucianescas, los pitagóricos
aprendieron de las moscas la mayor parte de las buenas artes, come fu la rego
la delle
voci, & le maniere del cantare
, con que aquéllos se deleitaban. De igual modo, su
alas de las moscas, recubiertas de berilo y diamante, donde encontraron i geo
metri le
descrittioni & le proportioni di tutte le misure
. Fueron la fuente en que se basó Tolomeo
para mettere il mondo in disegno, expresión que, de algún modo, preludia el Momus
.
Completan estas elucubraciones albertianas, una serie de referencias geogr
áficas, la
figliuola della memoria
que este sabio romano olvidó, concluyendo con una alusión a
Arión y sus persuasivos cantos, que fueron su salvación
[xlvi]
.
Queda así planteado el origen natural de las matemáticas, tal como ya prescribía
E. Garin:
la matemática infatti, già per l’Alberti è la cifra segreta del tutto. Quando gli
avviene di disertare della pi
ttura “fiori d’ogni arte”, e vuol cercare la radice de quella
leggiandra e nobilísima arte
[xlvii]
. Tras esto, para terminar y realmente no concluir,
Pecia Complutense. Año 6 Num. 10 Enero 2009
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quisiéramos aludir a un pasaje del Momus
, siempre planteado bajo los ideales
intelectuales de su autor. Nos referimos a la al
usión a la pintura y a los pintores que
además, en boca de Caronte
[xlviii]
. Se trata nuevamente, ex Charonte
, de un rotundo no al
filósofo y un al pintor (non a philosopho... sed a pictore
), cuyos diseños son más
válidos y útiles, en esas tan albertianas consideraciones éti
ca y social, que todos los
argumentos y teorías filosóficas (quidem lineamentis [de los pintores]
contemplandis
plus solus: quam omnes philosophi caelo, commensurando: & disquirendo
). Y, además,
entendidas las obras de los pintores más como diseños para co
nstruir o edificar que
desde una tendenciosa primacía, trata Battista de hacer gravitar a otras artes (
Sic enim
conditurus
); en otras palabras, la cultura arquitectónica amparando el valor y primacía
del diseño, que es base y punto de partida de -y- para todas l
as artes. De este modo,
quedarían retomados -y en el Momus adidos-
planteamientos albertianos de unos
veinte años atrás del De pictura (1435) que, como es sabido, constituye
un manifesto
per
l’umanesimo
[xlix]
, y tal como quedaba explicitado por M. Baxandall como último
capítulo de su recorrido tre-quattrocentesco a propósito de la visión de la pintura
[l]
.
Apéndice documental.
Transcripción literal de fragmentos escogidos, con la oportuna aclaración a
renglones, por matizarlo con una doble barra [//].
I) Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla (Universidad Complutense de
Pecia Complutense. Año 6 Num. 10 Enero 2009
18
Madrid), sig. BH FLL 12839.
-medidas: alto: 19 cm.; ancho: 13,5 cm.
-portada: “LEONIS. BAPTISTAE// ALBERTI. FLOR
ENTINI// MOMVS”; en
ésta, manuscrito: “deLa (sic) Libreria del Collº. Imp
l
. de M
d
.”; sello de esta institución
jesuítica.
-
tras la portada, en página siguiente, es decir como contraportada: “MOTV.
PROPRIO. LEONIS. X.// PONT. OPT. MAX.// CAVTVM. EST// NE. Q
VIS. IN.
VENVNDARE// AVDEAT”.
-
siguen dos páginas con dedicatoria, con su propia capital, del editor:
“IACOBVS. MAZOCHIVS// PETRO. ACCOLTO// CARD. ANCONITANO// S.P.D.”
-una página al final: “Cartha.
5. corrigendum uidet.”; y colofón en la página
anterior: “ROMAE. EX. AEDIB. IACOBI. MAZ// RO. ACADEMIAE.
BIBLIOPOL//
M. D. XX”.
Por tanto, Momus. Roma, 1520, en latín, impreso por Giacomo Mazzocchi;
editio princeps, con privilegio de edición por siete años de León X;
carece de cualquier
proemio y de cada uno de los libros. De hecho el Proemio [u
n total de seis páginas]
páginas], “LIBER TERTIVS.” [un total de cuarenta y tres páginas
] y “LIBER
este cuarto libro, es donde se inserta el citado colofón.
-
extracto 1; corresponde a la dedicatoria: (...) pro tua singulari humanitate (...)
studiis tuis/ e
t grauitate non indignum/ et a mea in te beneuolentia non alienum
abs te (sic) summopere (s
ic) laudatum uidebam hunc cum suo qdem (sic) noie (sic; con
quasi instructus in publicum prodiret.
(...) Momus (...) relictis tenebris (...) in lucem
exeat/ et in
ter doctorum manus libere uerset. (…)Videtur uolisse noster hic scriptor
priscum illum philosophandi ritum reuocasse/ ut per fabulas/ et iocos ueritas (…).
Mitto
pulcherrimos e media phia locos inferat (¿inserat?).
Quid qd’ (sic; ¿quod? ¿quid?) tanto
in dicteriis non nimius/ in fabulis non fastidiosus/ in praeceptis non ineptus. Quo si
t ut
et osorem: in hac tamen parte Veneres oes (sic; con tilde sobre la “e”; ¿omnes?) (...)”.
-
extracto 2; corresponde al Proemio que, como tal no se señala, indicándose
solamente: “LEONIS BAPTISTAE// ALBERTI.
FLORENTINI// MOMVS”, es decir,
Pecia Complutense. Año 6 Num. 10 Enero 2009
19
repitiendo expresamente el título de la portada, con capital propia en cambio.
-[final p. 5-
inicios de p. 6]: “Ego nudum proemium attuli, tuisque tantis tanquam
uituperabunt.”.
-
extracto 3: [libro cuarto, p. 4]: “(...) Haec Hercules. sed dispreto Hercule in
theatrum ing
ressi, atque in primis Iuppiter pario ex marmore ingentes: innumerasque
intuens easque tam & si
coram intueretur: tn (sic; con tilde sobre la “n”) ¿tan? fieri
deplorabat, qui hostales tam m
irifica operis architectos non adiuisset potius quam
sapere: & in oire doctum esse fa
cile credas. haec Iuppiter. tandem lustrata urbe
por dos líneas) diuersoria corpori secoenisque dederant.”
-extracto 4: [libro cuarto, p. 19]: fábula de los pinto
res de Caronte: “Ex Charonte
adeo porticore disce ipsum te nosse.
Referam quae non a philosopho (nam uestra omnis
audiuisse. Is quidem lineamentis contemplandis plus uidi
t solus: quam uos omnes
hominem conditurus. (…)”.
II) Biblioteca Histórica Mar
qués de Valdecilla (Universidad Complutense de
Madrid), sig. BH FLL 28430.
“OPVSCOLI MORALI// DI LEON BATISTA (sic)// ALBERTI//
necesarij al viuer de l’Huomo, cosi posto// i
n dignità, come priuato.// Tradotti, & parte
Sanese, 1568”, que contiene el Momus (pp. 1-120) y Musca (pp. 358-368) albertianos.
-extracto 1: “Momo, ouero del Principe, LI
BRO QVARTO”, p. 94: “Queste cose
Marmo Pario, pezi grandissimi de i Monti & opera da
Giganti, & si marauigliaua che
edificio si marauiglioso, & non restaua per la marauiglia ueden
dole di lodarle di nuouo
stupenda machina, piutosto chi i Filosofi, per s
eruirse di loro in disegnare la forma della
nuoua Machina da farsi.”.
-extracto 2: “LEONBATISTA (sic) ALBERTI// DELLA MOSCA.”;
Pecia Complutense. Año 6 Num. 10 Enero 2009
20
Torriani [vid. SUÁREZ QUEVEDO, Diego: “D
e escultura (...) Cosimo Bartoli (1568)
c. 1442-
1443, cuya primera edición es ésta de Bartoli, hasta la de mediados del siglo
XX de Grayson (Florencia, 1954; reed.
Pisa, 2005). Va precedida de una más que
escribir esta obra le había devuelto la salud.
-p. 364: margen: “Le mosche mostrar
o
. la musica a pithag
i
.”; indica el párrafo:
parte delle buone arti, come fu la regola delle uoci, & le maniere del cantare,
del che i
Pitagorici sommamente si dilettano”.
-
p. 365: margen: “Matematici hanno apresso dalle mosche”; indica el párrafo: “Ma
stelle, mediante le alie de le
(sic) mosche? Ne Berilli & ne Diamanti de quali son
loro, di mettere il mondo i
n disegno. Conciosia che ei dicino che il Gange, lo Histro, &
che affermano che
in esse si discernono, le Pirámide del Cairo, & il tempio Eleusino,
Elicona, con le lo
re ondeaggianti acque sotto il sole”, que enlaza con el párrafo
siguiente:
-ibidem: margen: “sacrificio de (sic) Pith
a
.”; “Acconsentirò ancora fácilmente a
il
sacrificio delle cento uittime Muse como scriuono gli ignoranti librari, ma si bene alle
Mosche”.
-
p. 366: margen: “La prudentia è figliuola della memoria et dell’uso.// morte di
Plinio”; indica el párrafo: “Vsaua dir Afranio che la Prudentia era
figliiuola della
Noi leggiamo che Plinio quello huomo dottissimo che con la sua h
istoria abraciò tutte le
cascò dalla cima di esso monte nel fondo & nella uoragine di esso”.
-
p. 367: margen: “canto d’Arione”; indica el párrafo: “Arione mosse, con il suo
crudelissimi. & mediante la fatica de pesci si procacciò la salute. Et la mos
ca inuentrice
potuto impetrare dal crudelissimo Ragnatello compassione, o misericordia alcuna”.
Pecia Complutense. Año 6 Num. 10 Enero 2009
21
[i]
En principio este trabajo quedaba incluido en SUÁREZ QUEVEDO, Diego: “Sobre
Complutense, nº 9 (2008); con éste d
ebe ser relacionado y ambos necesariamente
(1404-
1472) que ideó, redactó y planteó su Momus como trasfondo del De re
aedificatoria. Al tiempo, y una vez más, esta edición
albertiana da idea y es testimonio
(Universidad Complutense de Madrid).
[ii]
Diarios íntimos, 1859-
1866, “El corazón al desnudo”, XLIII; citamos por ed.,
Córdoba-
Buenos Aires (Argentina), Leviatán, 1999; traducción, prólogo y notas de José
Pedro Díaz, p. 87.
[iii]
Para el título exa
cto y completo, así como para los datos y referencias bibliográficas,
remitimos al Apéndice documental, I.
[iv]
Realmente son dos las ediciones de esta obra albertiana, ambas de Roma, 1
520 [en la
que aquel mismo año alcanza dos ediciones, (...)”]. La obra fue impresa dos v
eces, en
manuscrita del Quattrocento en los fondos de la Biblioteca Vaticana (ms. vatica
no
intervalo 1689-1691], junto a otras obras del florentino; la que aquí nos ocupa, cc. 65-
143
v
, obviamente en latín, lleva el título: Polycratis de principe y, en la gin
a de
conocida como ‘edición Mazzocchi’, que es la nuestra -por así decirlo-
“abbastanza
rara”, lleva el título Momus y consta de cien folios de texto sin numeración. La edició
n
Guilleret, “anch’essa rara”, es más corta -ochenta folios de texto-
y ostenta el título: De
Leon Battista ALBERTI: Momus o del principe, testo critico, traduzione, introd
uzione e
MOMO.// La moral y muy graciosa historia del Mo// mo: compuesta en Latin p
or el
Agustín de Almazán, previo a los cuatro libros de Battista [citamos por eje
mplar de la
Biblioteca Nacional. Madrid, sig. R/ 555].
[v]
Apéndice documental, I, extracto 2.
[vi]
Vid. SUÁREZ QU
EVEDO, Diego: “Sobre Leon Battista Alberti en el sexto
Anales de Historia del Arte, nº 14 (2004), pp. 85-120.
[vii]
Precisa heredera, por tanto, de este género de la literatura clásica, una de cuyas
cúspides es precisamente Luciano de Samosata (125-
181), Lucianus en latín, escritor
sirio de expresión griega, perteneciente a la denominada Segunda Sofística, i
rónico y
Pecia Complutense. Año 6 Num. 10 Enero 2009
22
burlas, hijo del Sueño y de la Noche; solía representársele quitándose una
máscara y con
banquetes y de las danzas nocturnas, Momo es también dios de la ironía-satírica
, del
muñeca, símbolo de la locura. De este modo y en su faceta crítico-burlesca, Mom
o se
p
redeterminada, le son propios como tal deidad. Por tales procederes, es exiliado a la
disimulo. Para tratar de redimirle, Virtus, la diosa virtud es, a su vez, enviada
a la
loa, engendrando a la monstruosa Fama.
[viii]
Una cabal justificación podría ser la que nos proporciona la primera edición italiana
FLL 10833], que se refiere a Alberti haciendo hi
ncapié ante todo en la arquitectura, tal
FIORENTINO, Huomo in ogni altra dottrina eccellente, ma in questa singolare;
da la
de la Latina ne la Volgar Lingua con molta diligenza tradotti”, vid. SU
ÁREZ
singularidad e importancia”, pp. 2-
6, en “Arquitectura y Ciudad, siglos XVI y XVII”,
Pecia Complutense, nº 5 (2006).
[ix]
“Non è un problema marginale, e non è certo nostra pretesa guingere a una rapida o
Stefano BORSI: Leon Battista Alberti e Roma. Florencia, Polistampa/
Fondazione
estrechamente ligados entre que, en la línea que aquí insistimos, y tomando a Rom
a
element
os perfectamente ensamblados, son tres ensayos que se inician con “L’Alberti
curiale” (pp. 9-
153), con base en el testimonio y los silencios de las fuentes, todo
sabiamente interpretado; continúa con “Il sistema delle arti” (pp. 155-
278), valorando la
ampl
ia experiencia romana de Alberti en el complejo proceso de elaboración de su
teoría artística; concluyendo con “L’ultima cavalcata di Leon Battista” (pp. 279-
410),
conoscito
re dell’architettura e dell’antichità y como teórico del arte con especial
atención a la escultura, todo visto en el eje Roma-
Florencia; aquí ya un Alberti que se
ve a mismo y es visto como arquitecto-filósofo-
retórico, en los años que van desde
Pecia Complutense. Año 6 Num. 10 Enero 2009
23
1460, con intento frustrado de publicación del De Statua, a 1470-
1472, con idéntico
humanismo italiano.
Un capítulo de la cultura europea entre Petrarca y Valla. Madrid,
sugerente título: “Dos gigantes: Leon Battista Alberti, Lorenzo Valla”, pp. 225-
280, y
Battista Alberti: un intelectual multiforme”, pp. 227-
251. Con respecto exclusivamente
a est
e último, tema del que algo sabemos, se limita a reseñar una serie de obras del
aedificatoria y al Momus; este último considerado únicamente en claves político-
aquí del De statua.
[x]
Es la utilizada en Leon Battista ALBERTI: Momo o del príncipe, edición e
introducción de Francisco Jaraut
a; versión al castellano de Pedro Medina Reinón.
del Mediterráneo, 2002, [es la qu
e denominábamos: Momo, F. Jarauta; vid. supra];
“la edición crítica, latino-
italiana, de Rino Consolo, Leon Battista Alberti: Momo o del
principe. Génova, Costa & Nol
an, 1986” y reed., 1992, en la cual en su “Proemium”
esta última la que parece habe
rse seguido para la traducción española, ya que fronzoli es
el caso.
[xi]
Apéndice documental, I
, extracto, 1; lo mismo en De principe o edición Guilleret
(Roma, 1520).
[xii]
Momo incluido en los Opuscoli morali albertianos, editados por C. Bartoli [BH FLL
12839]; reseñada en: “LEON BATISTA (sic) ALBERTI/ GENTIL-
/ HVOMO
Bartoli (1568), con apostillas de Leonardo Torriani”, Ana
les de Historia del Arte, 16
(2006), pp. 185-228.
[xiii]
Aunque se trata de una introducción del editor romano, más de medio siglo después
de la redacción albertiana, hemos decidid
o reseñar algunos aspectos de la misma, toda
documental, I, extracto 1.
[xiv]
“Pietro degli Accolti di Arezzo” (Florencia: 1455-
Roma:1532); era hijo de
Ancona por Julio II que, asimismo, l
e concedió la púrpura cardenalicia en 1511 y, en
Pecia Complutense. Año 6 Num. 10 Enero 2009
24
episcopales (Palestrina, Arras e incl
uso Cádiz y Cremona); trayectoria que culminará
reseñados son los de dotto, prudente e benemerito
; ostentó otros cargos dentro de la
asumido tal título durante treinta y cuatro años, entr
e 1432 y 1466. Reseñable cuando
del Disegno, publicara, en 1625, un tratado de perspectiv
a [LO INGANNO/ DE
literatura artís
tica. Madrid, Cátedra, 1976, p. 530, dedicado, en efecto al cardenal Carlo
de’Medici (1595-
1666), tercer hijo de los Grandes Duques de Toscana Fernando I y
Cristina de Lorena].
[xv]
E
s el caso de ALUFFI BEGLIOMINI, L.: “Note sull’opera dell’Alberti: il Momus e
il De re aedificatoria”, en Rinascimento, serie II, XII (1972), pp. 267-283.
[xvi]
GARIN, Eugenio: Rinasc
ite e rivoluzioni. Movimenti culturali dal XIV al XVIII
secolo. Roma-
Bari, Laterza, 1976, p. 153; reed. 1990 y recientemente con una
su L. B. Alberti”.
[xvii]
TENENTI, Alberto: Il Momus nell’opera di Leon Battista Alberti”, en Credenze,
ideologia, libertinismi tra medioevo ad età moderna. Bolonia, Il Mulino, 1978.
[xviii]
PONTE, Giovanni: Alberti umanista e scrittore. Génova, Tilgher, 1981.
[xix]
TAFURI, Manfredo: “Cives esse non licere. Nicolás V y Leon Ba
ttista Alberti” (pp.
41-
87), en Sobre el Renacimiento. Principios, ciudades, arquitectos. Madrid, Cátedra,
1995; 1ª ed. Turín, Einaudi, 1992.
[xx]
Flavio Biondo auténtico hito de los
inicios de esa recuperación de Roma en todos los
sentidos y niveles, pionero de una “pre-
arqueología”, idea y conformación de dignidad
cívica y verdadera caput mundi, sobre todo tras el total
“abandono” de la Urbs durante
el denominado “cautiverio de Avig
non” con respecto al Papado, con obras que vieron
incunables, en los fondos de la Biblioteca H
istórica Marqués de Valdecilla (Universidad
Complutense de Madrid): Roma instaurata..., Verona, 1481 y 1482 [BH INC I-
214];
Roma triumphans, Brescia, 1482 [BH INC I-
203]; Historiarum ab inclinatione Imperii
decades..., Venecia, 1483 [BH INC I-230]; ...De R
oma instaurata libri tres..., Turín,
[BH FLL 28855]; ...De Roma triumphante lib. X..., Basilea, 1559.
[xxi]
Sobre Ciriaco Pizzecolli, detto Ciriaco d’Ancona, vid. Ciriaco d’Ancona e il suo
Pecia Complutense. Año 6 Num. 10 Enero 2009
25
tempo, a cura di Giuseppe A. Possedoni. Ancona, ed. Canonici, 2002.
[xxii]
Respecto a G. M
annetti, vid. Prosatori latini del Quattrocento, a cura di Eugenio
traducción y estudio de
Juan Mª. Montijano García. Málaga, Universidad de Málaga,
1995.
[xxiii]
Apéndice documental, I, extracto 3.
[xxiv]
Según ya puede colegirse, lo verdaderamente fijo y seguro es que el término que
traicionaría totalmente el espíritu e intención albertianos; así se explicita en esta e
dición
di non esserito à trouare queste tali architettori di si stupenda mach
ina, piutosto chi i
asimismo se insiste en que Júpiter accusaua se (sic) de nesci
o (sic) por no auerse
específicamente arquitectos que proporcionan trazas, pues sin solución de
continuidad
fols. 51 vuelto-52 recto]. En Momo, F. Jarauta, se opta por eludir e
l vocablo arquitecto
extraordinaria obra, en vez de a los filósofos, para planific
ar el mundo futuro, con lo
página, se alude a que “en todos los escritos de Alber
ti y, sobre todo, en el De re
re y, desde luego, en el Momus. Obviamente M. Tafuri [op. cit., p. 67]
alude a
iniciar su prólogo, en muy completo, coherente y cr
eemos que muy válido, de la
“constructor” en vez de “arquitecto” que es el que
corresponde, llega a rozar la idea y el
albertiano, que Júpiter (...) al planificar el modelo
del mundo futuro, en vez de dirigirse
hemos señalado, al muy poco adecu
ado párrafo: [Júpiter] en su interior se consideraba
genovés -lo que en la vida de Battista es un mero accidente-
resulta cuando menos
Pecia Complutense. Año 6 Num. 10 Enero 2009
26
que el prologuista ni siquiera atend
ió a la traducción del proemio de Alberti, al que sirve
duda ninguna es capaz de
conseguir que disfrutemos de nuestro tiempo libre amena,
recompensas por parte de la humanidad (...)”. Es decir, ese arquitecto-
filósofo anhelado
en el De re y en su trasfondo el Momus.
[xxv]
BORSI, Stefano: “L’Alberti a Roma” (pp. 45-74), en S. Borsi-F. Quinterio-
C. Vasic
Vatovec: Maestri fiorentini nei cantieri romani del Quattrocento, a cura di S. Da
nesi
Squarzina. Roma, Officina, 1989.
[xxvi]
Borsi, Stefano: Momus o del Principe. Leon Battista Alberti, i papi, il giubileo.
Florencia, Polistampa/ Fondazione Spadolini Nuova Antolo
gia, 1999, estructurado en
55-
97, denso, pleno de datos e interpretaciones, con significativos hilos conductores del
pensamiento albertiano, aunando aspectos varios con ot
ras obras del autor, con las de
presentando y profundizando en un espléndido confronto Alberti-
Giannozzo Manetti y
las consiguientes reflexiones. Pero es el primer capítul
o el que resulta en muchos
aspectos definitivo, constituyendo un magistral ensamblaje Momus-
De re y viceversa,
significativos puntos de ambos textos, que conforman un
más que elocuente capítulo:
“Momo o dell’architettura”, pp. 7-53; en adelante: Borsi-Momo.
[xxvii]
BORSI, Stefano: Leon Battista Alberti e Roma, 2003, op. cit., vid. supra.
[xxviii]
BORSI, Stefano: Leon Battista Alberti e l’antichità romana. Florencia,
sobre todo en Alberti, el rin
ascere all’antico y el estudio sistemático de las ruinas que,
de Battista, en Ide
m: Leon Battista Alberti e Napoli. Florencia, Polistampa/ Fondazione
Spadolini Nuova Antología, 2006.
[xxix]
Lo cual obviamente no está reñido, ni mucho menos, con la cantidad y calid
ad de
muchas con el contexto y de otros autores, singularmente, como hemos insinuado, con
Giannozzo Manetti y su producción literaria.
[xxx]
Incidente acaecido el 19 de diciembre de 1450 en Ponte Sant’Angelo, literalmente
colapsado por el gran flujo de peregrinos circula
ndo hacia y desde San Pedro del
Tíber (Boris-
Momo, p. 39); asimismo alusión a obras inequívocamente posteriores al
Jubileo (Borsi-Momo, p. 62); ecos de la caída de Constantinopla, 1453 (Borsi-
Momo,
Pecia Complutense. Año 6 Num. 10 Enero 2009
27
pp. 28-
29) y, de otra parte, toda una serie de problemáticas más corrientes durante el
pontificado de Nicolás V que del de Eugenio IV (Borsi-
Momo, p. 37 y p. 60) su
predecesor en el solio pontificio, del que aflora también algún
dato o episodio, sobre
permanecer en Italia, concediéndosele el nombramiento de
Cardenal de la Iglesia
Iglesia Ortodoxa; relaciones precisas con la Capella Nicolina del
Vaticano y las pinturas
laborando hasta su fallecimiento en 1455 (Borsi-Momo, pp. 40-41 y pp. 65-
66); alusión
a obras de restauración en Santa Maria delle Febbre, en par
ticular su tabernáculo con la
el Castel, fines 1452-inicios 1453, al que nominará a partir de ahora (Borsi-
Momo, p.
71).
[xxxi]
Mediante una suerte de testamento, que es más un auténtico manifiesto
que ahora, en el Quattrocento, queda prácticamente en el papel, pero
sobre el que
Rovere -
ante todo la capilla que lleva su nombre en el complejo vaticano y la
decoración de la misma; obviamente Capilla Sixtina y los frescos del siglo XV-
y, sobre
todo, ya en el siglo XVI las de Julio II della Rovere -
la conexión familiar es también
importante y de ello son prueba los frescos miguelangelescos de la bóveda de la Sixtina-
que, de forma clara y decidida asume importantes aspectos del programa
nicolino.
estancias de papas sucesivos, realmente lo único que llegó a realizarse,
pero se preveía
intervenciones arquitectónico-
urbanísticas en el Borgo vaticano, para conformar un
distrito urbano digno de la Curia, así como la restauración de las mura
llas de Roma y
pasaba por reformas, rehabilitaciones y adecuar dignamente los templo
s de muchas de
Santa María Mayor, San Pablo extramuros y San Pietro in Vincoli.
[xxxii]
Apéndic
e documental, I, extracto 3; asimismo en la versión italiana de Cosimo
locura de las p
irámides” (VI, III); sepulcros demasiado grandiosos, que reprueba (VIII,
II);
enormes mausoleos, de nuevo el tema de las pirámides (VIII, III); absolutamente
por los jero
glíficos egipcios, a la vez que rechazo de la escala y enormidad de las
construcciones que los contienen (VIII, IV), todas referencias al De re.
[xxxiii]
Borsi-Momo, p. 57: theatrum s
uper columnis marmoreis fornicatum in altum
elevabatur.
Pecia Complutense. Año 6 Num. 10 Enero 2009
28
[xxxiv]
Borsi-Momo, pp. 84-85.
[xxxv]
VALÉRY, Paul: Eu
palinos o el arquitecto (1923), que también toma inspiración
una actualización de la
de 1982, realizada sobre la traducción de Josep Carner seguida
de la paradoja sobre el arquitecto; traducción de Marta Nadal].
[xxxvi]
Borsi-Momo, p. 75.
[xxxvii]
Borsi-Momo, p. 24.
[xxxviii]
Borsi-Momo, p. 49.
[xxxix]
Borsi-Momo, p. 11.
[xl]
Borsi-Momo, pp. 89-90.
[xli]
Borsi-Momo, p.61 y pp. 75-76.
[xlii]
Borsi-Momo, pp. 26-27.
[xliii]
Borsi-Momo, pp. 48-49.
[xliv]
Borsi-
Momo, p. 5. Siempre es concebida la arquitectura en el Momus bajo un
diseño coherente, con una concepción orgánica y con elevado rango intelectual.
Duras
vuelta co
n el De re e importantes reflexiones sobre la arquitectura, nos propone este
del ábside de San Pedro, que implican a las relaciones Alberti-
Bernardo Rossellino; las
rel
aciones de Alberti con la familia Colonna, que son fundamentales, respecto a
Besarión y con P
omponio Leto y su accademia. Asimismo las muchas relaciones,
Battista por e
l tema de los acueductos y obras de infraestructura urbana, que, en una
expresión en la
cripta de San Sebastiano de Mantua (c.1460), incluso tal como hoy
Cybo en su Belvedere vati
cano, en De iustitia pingendi de Giovan Battista Fiera,
publicado en Mantua en 1515.
[xlv]
Ya aparece en la celebérrima dedicatoria del Della pittura, 1436, traducción al
vulgar del D
e pictura escrito el año anterior, que Alberti hace a Brunelleschi y muy en
aplicable
lo que nos asegura que a muchos ha oído decir, a saber, que “la naturaleza,
Pecia Complutense. Año 6 Num. 10 Enero 2009
29
sus ob
ras y en su estética, Naturaleza y Leonardo son prácticamente consustanciales.
de Rafael
en el Panteón de Roma: Ille hic est Raphael timuit quo sospite vinci rerum
muerto en l
a hoguera del romano Campo dei Fiori en 1600, para quien Dios era natura
naturans.
[xlvi]
Apéndice documental, II, extracto 2.
[xlvii]
GARIN, Eugenio: L’umanessimo italiano. Filosofia e vita civile nel Rinascimento.
Roma-Bari, Gius. Laterza & Figli Spa, 2000, pp. 79-80.
[xlviii]
Apéndice documental, I, extracto 4.
[xlix]
Vid. “Il De pictura. Un manifesto per l’umanesimo. Leon Battista Aberti”, (pp. 46-
47) recogido y espléndidamente expuesto con una cuidada selección de e
xtractos del
tratado, en BORSI, Franco-
BORSI, Stefano: Leon Battista Alberti. Florencia, Giunti,
1997.
[l]
Con precisa distinción entre la versión italiana (Della pittura) y la latina
más completa
pictórica, 1350-1450. Madrid, Visor, 1996, pp. 175-202.
Charles Baudelaire
[i]
.
© Biblioteca Histórica "Marqués de Valdecilla" http://www.ucm.es/BUCM/foa
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+34.91.394.66.12
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Con ocasión del sexto centenario del nacimiento de Leon Battista Alberti, hemos pretendido realizar una semblanza del mismo, cualificando su aportación teórica y proyectual en relación con los más destacados centros artísticos quattrocentistas, con particular hincapié en la capilla Rucellai y su comitente. A partir de ésta, y como hipótesis de trabajo, planteamos una suerte de genealogía arquitectónica que, pasando por el proyecto miguelangelesco de 1505 para el sepulcro de Julio II, llega a la capilla Junterón de la catedral de Murcia que, a su vez, debió formar parte del corpus vandelviriano de trazas de cortes de cantería y, como bóveda de... (Ver más) Murcia, recogida en los manuscritos de Felipe Lázaro de Goiti y Bartolomé Zumbigo y Salcedo, en pleno seiscientos español.
Il De pictura Un manifesto per l'umanesimo. Leon Battista Aberti 46- 47) recogido y espléndidamente expuesto con una cuidada selección de extractos del tratado, en BORSI
  • Vid
[xlix] Vid. " Il De pictura. Un manifesto per l'umanesimo. Leon Battista Aberti ", (pp. 46- 47) recogido y espléndidamente expuesto con una cuidada selección de extractos del tratado, en BORSI, Franco-BORSI, Stefano: Leon Battista Alberti. Florencia, Giunti, 1997.
Il De pictura. Un manifesto per l'umanesimo. Leon Battista Aberti
  • Vid
Vid. "Il De pictura. Un manifesto per l'umanesimo. Leon Battista Aberti", (pp. 46
recogido y espléndidamente expuesto con una cuidada selección de extractos del tratado
  • Borsi En
  • Borsi Franco
recogido y espléndidamente expuesto con una cuidada selección de extractos del tratado, en BORSI, Franco-BORSI, Stefano: Leon Battista Alberti. Florencia, Giunti, 1997.