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Vía Intraósea. Últimas recomendaciones del
Comité Europeo de Resucitación (ERC)
Mª Carmen Casal Angulo
Profesora Asociada. Departamento de Enfermería y
Fisioterapia. Universidad CEU Cardenal Herrera. Enfermera
del Servicio de Emergencias Sanitarias (SAMU) de
Valencia. Instructora en Trauma Pediátrico y Reanimación
Cardiopulmonar Pediátrico y Neonatal.
José Vte Carmona Simarro
Profesor Titular. Departamento de Enfermería y Fisio-
terapia. Universidad CEU Cardenal Herrera. Moncada,
Valencia, España.
La técnica del acceso sistémico por vía intraósea,
acceso intraóseo (IO), comenzó a utilizarse a
principios del siglo pasado para la inyección de
líquidos y medicamentos dentro de la circulación.
Como la mayoría de las técnicas de emergencia,
es en el ámbito militar donde más se ha aplicado
este sistema de infusión parenteral siendo un
ejemplo de referencia la guerra de Corea.
Actualmente, esta técnica está inmersa en la
secuencia del Soporte Vital Avanzado (SVA) conside-
rándose, según las últimas normas de la European
Resuscitation Council (ERC) publicadas en el 2.005
como segunda opción para un acceso a una vía venosa.
La vía intraósea es una técnica sencilla, sin compli-
caciones de gran importancia y que requiere muy
poco material específico.
Palabras Clave:
Comité Europeo de Resucitación (ERC), Acceso venoso,
Enfermería, Soporte Vital Avanzado.
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Vía de acceso intraósea
Su utilización se basa en el hecho de que la cavidad medular de
los huesos largos está ocupada por una rica red de capilares
sinusoides que drenan a un gran seno venoso central, que no se
colapsa ni siquiera en situación de parada cardiorrespiratoria,
pasando los fármacos y líquidos a la circulación general con una
rapidez similar a como lo harían por cualquier otra vena periférica.
Indicaciones
Se ha utilizado siempre para pacientes pediátricos menores de 6
años, en el caso de no obtener un acceso venoso periférico tras
tres intentos fallidos pero también puede ser efectiva en adultos.
En las últimas normas de la ERC publicadas en Noviembre del
2.005 se considera la vía intraósea tanto en los pacientes adultos y
pediátricos como una segunda opción en la obtención de un
acceso venoso, después de la vía periférica y antes de la vía traqueal.
Las ventajas de la vía intraósea son de una gran importancia a la
hora de realizar esta técnica en una situación que requiera un
acceso venoso precoz pues se trata de una vía “no colapsable”
pues la médula ósea se puede considerar como una vena rígida
de gran calibre que no se colapsa durante los procesos de shock;
así pues se considera una vía segura y rápida pues conlleva un
alto porcentaje de éxitos (>90%)
Los inconvenientes de esta vía están referidos a que trata de una
vía de urgencia pues no es recomendable que esté colocada más
de 24 horas; por lo tanto, en cuanto se realice una reposición de
volumen adecuada se debe realizar otro acceso venoso mediante
una vía periférica o central.
No es útil, por tanto, la vía intraósea para una reposición de la volemia
en grandes cantidades, con lo que en pacientes adultos en los que
el volumen es importante la vía IO no es capaz de infundirlo en las
necesidades exigidas. Sin embargo en pacientes pediátricos en los
que el volumen a infundir no suele ser excesivo sí es útil la vía IO.
Esta vía se puede utilizar en cualquier situación de urgencia de un
paciente adulto o pediátrico excepto en una extremidad fractu-
rada o ya puncionada, cuando exista infección, quemaduras,
celulitis u osteomielitis en el lugar de punción y en pacientes con
traumatismo abdominal grave no se debe colocar en los huesos
de los miembros inferiores.
Las complicaciones en general son raras, apareciendo un total de
1%, entre las que se encuentran la extravasación de líquidos
prefundidos y/o medicamentos por una mala colocación de la
aguja, celulitis localizada con/sin osteomielitis (más frecuente
con la utilización de soluciones hipertónicas y su frecuencia de
aparición aumenta con el tiempo de permanencia de la vía),
riesgo de embolización grasa, síndrome compartimental, lesión
cartílago de crecimiento (niños) y sepsis.
Lugares de punción
En Recién nacidos y niños hasta 6 años:
·Tibia proximal: el sitio de canulación se encuentra en la superficie
medial de la tibia, entre 1 a 3 cm por debajo de la tuberosidad
anterior. Su inserción debe realizarse con una inclinación de
la aguja de 20 – 30 º, aunque algunos autores recomiendan un
ángulo de 90º con respecto al eje de la pierna.
·Fémur distal: el lugar de inserción es a 2 – 3 centímetros del
cóndilo externo. La aguja debe seguir a una dirección hacia la
cabeza del paciente formando un ángulo de 10 – 20 º con
respecto a la vertical; con el propósito de evitar el cartílago
de crecimiento.
·Lugares alternativos: Tibia distal, Cresta ilíaca, Trocánter Mayor.
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A partir de 6 años y adultos:
·Tibia distal: a nivel de maléolo interno en su unión a la diáfisis
tibial y por detrás de la safena externa. La inserción de la
aguja debe tener una inclinación con dirección cefálica.
·Cresta Ilíaca: el lugar de punción está situado en la cara inferior
de la espina ilíaca, colocándose al paciente en decúbito lateral.
·Esternón: en el niño pequeño está contraindicado por la cerca-
nía de los grandes vasos y la disminución de grosor pero en
el adulto está indicado siempre y cuando no se requiera reali-
zar un masaje cardíaco. El punto elegido es a nivel del 2 – 3º
espacio intercostal, una vez localizado, la aguja se introduce
a 1 cm de la línea media del esternón.
·Lugares alternativos: Radio distal, Cúbito distal
Sustancias infundidas por vía intraósea
Cualquier droga o solución que pueda ser administrada por vía IV
puede ser administrada por vía IO en dosis y cantidades iguales
a las empleadas por vía venosa, con niveles séricos y eficacia
equivalentes, tanto en niños menores de 6 años como en adultos.
Para asegurar su llegada a la circulación sistémica, la administración
de medicamentos debe ser seguido de un bolo a presión de por
lo menos 5 ml de solución salina. Cuando se requiera infusión de
líquidos en grandes volúmenes puede aplicarse presión mediante
un manguito presurizador de sueros llegando a poder administrar
un volumen de infusión de hasta 400 ml/h.
También puede utilizarse como fuente de información diagnóstica
pudiendo utilizarse para la determinación de gases en sangre,
valores bioquímicos, electrólitos, hematocrito y hemoglobina y
para toma de muestras de sangre.
Material necesario para la punción intraósea
·Desinfectante, gasas, paños y guantes estériles.
·Jeringas de 10 ml y agujas.
·Anestésico local sin adrenalina (Lidocaína al1%) Si el paciente
está consciente se anestesia localmente la zona previamente
a la punción.
·Suero salino 0.9% y suero salino heparinizado.
·Sistema de perfusión.
·Llave de tres pasos.
·Pinzas de Kocher.
·Esparadrapo o Vendas de sujeción.
·Agujas o Pistolas de punción intraósea.
En caso de no disponer hay estudios que han realizado punciones
intraóseas con trócares para punción de médula ósea (13 – 16 G),
agujas de punción lumbar (18 – 20 G) y agujas hipodérmicas (18 – 20 G).
Dispositivos Punción Intraósea
·Catéter tipo “seta”:
El cuerpo de la seta apoyado en el talón de la mano y los dedos
índice y pulgar, dirigen la punta del catéter con una posición
similar a la de escritura. Estos dedos se dispondrán a una distan-
cia entre 1,5 a 2 cm del extremo de la aguja, llegando a 2,5 cm
en caso de pacientes adultos.
Realizar presión sobre el cuerpo del catéter con el talón de la
mano de forma perpendicular a la superficie ósea, utilizando los
dedos a modo de pinza sólo para dirigir la punta del catéter.
A la par que realizamos esta presión realizamos giros de 90 º a
derecha e izquierda, hasta que sintamos que atravesamos la cortical
ósea, notando como vencemosuna resistencia (podremos oir un “plop”)
La distancia de penetración de la aguja nos la marca los propios
dedos a modo de pinza que habíamos previsto anteriormente.
Una vez introducido el catéter, extraemos el mandril extrayendo
el cuerpo del catéter (o seta) y comprobamos si podemos aspirar
sangre y un poco de médula ósea. Si es positiva la aspiración
podemos aprovechar la muestra para analítica. Este paso nos
indicará que hemos introducido el catéter dentro del acceso
intraóseo aunque no siempre encontraremos este signo. Otras
señales que nos indican que estamos en el lugar adecuado son:
la ausencia de extravasación en los tejidos colindantes y que la
aguja queda firme sin ningún tipo de soporte.
Una vez realizado la aspiración conectamos un sistema, purgado
Localización sitio de punción Tibia proximal
Catéter tipo “seta” desmontado:
aguja y mandril o fiador
Catéter tipo “seta” montado
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previamente, de gotero con el fluido prescrito, comprobando su
funcionamiento.
Para fijar el cateter y evitar su salida accidental podemos utilizar
unas pinzas quirúrgicas tipo Kocher (o unas pinzas umbilicales)
que fijamos a la base de la aguja intraósea y junto a la piel del
paciente y siguiendo su eje longitudinal, la pinza se fija a la
extremidad mediante un vendaje.
·Sistema tipo pistola.
Podemos decidir previamente a la punción, la profundidad de
penetración gracias a una rosca anterior.
Una vez tengamos la pistola posicionada de forma perpendicular
sobre el punto elegido de punción colocamos la mano en posición
de disparo.
Colocamos los dedos índice y medio en las pestañas de la pistola de
forma que la flecha que está dibujada sobre la pistola va dirigida
hacia el punto de punción. Debemos fijarnos de la correcta posición
de la pistola para evitar accidentes. Una vez que nos cercioremos
de su correcta posición retiramos el seguro con la otra mano.
Sin dejar de realizar la presión con el talón de la mano, presionamos
con los dedos las pestañas, notando como se dispara la pistola.
Veremos que tenemos introducido el catéter con su mandril.
Retiramos el mandril y aspiramos. Una vez conectado al equipo
de fluidoterapia se puede fijar con el seguro de la pistola colocándolo
de la misma forma que las pinzas tipo Kocher.
Para una definitiva comprobación de su correcta inserción y la
ausencia de fracturas provocadas por la punción, se debe realizar
unas radiografías en 2 proyecciones.
Cuidados de Enfermería
Siempre que sea posible, debe utilizarse una técnica estéril con
previo lavado de manos. Se debe tomar siempre las precauciones
universales de bioseguridad.
Los cuidados de enfermería básicamente son los mismos que
cualquier vía venosa, teniendo en cuenta que es una vía de
urgencia, no prolongándose su uso más de 24 horas. Para evitar
infecciones en el lugar de punción es conveniente rodear la aguja
intraósea con un apósito estéril y desinfectar cada 4 – 6 horas la
zona de punción; así mismo cambiaremos el apósito siempre y
cuando nos lo encontremos manchado de sangre o húmedo. No
ocluiremos la zona de punción con apósitos transparentes para
evitar la maceración de la herida.
Para detectar la aparición del síndrome compartimental debemos
vigilar de forma periódica el aspecto de la piel y el volumen de las
masas musculares midiendo la circuferencia de las extremidades y
comparándolas entre sí. Así mismo se deberá comprobar la presencia
de pulsos periféricos en esa zona, y su temperatura. Todas las actua-
ciones que se realicen sobre esta vía (cambios apósito, lavados
con suero salino heparinizado…) deben quedar registradas en la
historia de enfermería del paciente haciendo constar fecha y hora.
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63 200
Extracción de sangre y médula
Fijación de intraósea con pinza tipo Kocher
Pistola de intraósea para adultos. Localización sitio de punción Tibia Proximal