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Memorándum para el «poder popular»..Migración, precariedad y nuevos movimientos sociales en el post-apartheid en Sudáfrica

Authors:

Abstract

The article discusses migration, precarity and poor people’s mov ements. It relates a reproduction of poverty and unfree labour in postapartheid South Africa to shifting race-class alliances and the constitution of political hegemony under variable historical-structural conditions. It charts the development of migrancy system from apartheid’s centrally managed labour regime to a post-apartheid neoliberal regime driven by policies of «flexploitation». A contentious enigma of «xenophobia» is related to nation and citizenship in the remaking of hegemony in an exceedingly unequal society where poor people’s movements carve out spaces of an «insurgent citizenship» beyond the reach of neoliberal governance. The author asks whether a reconstituted South African left, with the anti-apartheid coalition’s Freedom Charter as a memorandum for current struggles, will be able to advance a renaissance of «people power» at a junction where migration, xenophobia and winning the loyalty of an unruly precariat have become increasingly crucial stratagems?
MIGRACIÓN Y DESARROLLO
VOLUMEN 13 • NÚMERO 24 • PRIMER SEMESTRE DE 2015
Migración y desarrollo es una publicación académica semestral orientada
a la investigación, reflexión y análisis sobre temas de migración y desarrollo
desde la perspectiva de las ciencias sociales y las humanidades, mediante
la colaboración de integrantes de la Red Internacional de Migración y
Desarrollo y de investigadores adscritos a otras instituciones interna-
cionales. La revista es editada por la Unidad Académica de Estudios del
Desarrollo. Número de ISSN: 1870–7599. Domicilio de la publicación:
Unidad Académica en Estudios del Desarrollo, Campus Universitario II,
Av. Preparatoria s.n., Col. Hidráulica, Zacatecas, Zac., CP 98065. Este
número se terminó de imprimir en el mes de junio de 2015 con un tira je
de 1,000 ejemplares. Los artículos contenidos en esta publicación son
responsabilidad de sus respectivos autores y no comprometen la posi-
ción oficial de Migración y desarrollo. La versión electrónica de la revista
está disponible en las páginas web www.migraciónydesarrollo.org y
www.estudiosdeldesarrollo.net. Migración y desarrollo forma parte del
Índice de Revistas Mexicanas de Investigación Científica y Tecnoló-
gica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y está
indexada en la Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe,
España y Portugal (Redalyc), el Sistema Regional de Información en Línea
para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
(Latindex), Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanida-
des (Clase) y Scientific Electronic Library Online (Scielo-México). Toda
contribución deberá enviarse a la siguiente dirección electrónica: revis-
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Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas. Hecho e impreso
en México / Printed in Mexico.
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Contenido
Artículos
Memorándum para el «poder popular».
Migración, precariedad y nuevos movimientos
sociales en el post-apartheid en Sudáfrica
Carl-Ulrik Schierup
3
Notas para entender la migración:
instituciones gubernamentales y política
migratoria mexicanas en los albores
del siglo xxi
Rodolfo Casillas R.
47
Migración de tránsito por la ruta
del occidente de México: actores, riesgos
y perfiles de vulnerabilidad
Adriana González Arias
Olga Aikin Araluce
81
Migración irregular extracontinental
en México. Apuntes para el diseño
de una política y gestión migratoria
Juan Carlos Narváez Gutiérrez
117
Pobreza rural multidimensional
en Zacatecas
Mireya Torres Ramírez
Juan Manuel Padilla
133
Coyuntura y Debate
Perfil laboral de migrantes mexicanos
deportados e inserción laboral en México
Jesús Javier Peña Muñoz
167
La voz de los actores
Entre la incertidumbre y la esperanza.
Narrativas de migrantes retornados
Liliana Rivera Sánchez
185
3
Memorándum para el «poder popular».
Migración, precariedad y nuevos movimientos
sociales en el post-apartheid en Sudáfrica
CARL-ULRIK SCHIERUP*
resumen: Este artículo discute temas de migración, precariedad y movimien-
tos sociales entre los pobres. Aborda la reproducción de la pobreza y el tra-
bajo no-libre en la Sudáfrica post-apartheid como vía para cambiar las alian-
zas de clase y raza y dar paso a la construcción de una hegemonía política
bajo cambiantes condiciones histórico-estructurales. Describe el desarrollo
del sistema migratorio sudafricano como itinerario de un régimen de migra-
ción laboral dirigido centralizadamente desde el apartheid hacia un régimen
neoliberal post-apartheid regido por políticas de «flexplotación». Un contro-
versial enigma de «xenofobia» emerge en torno a los conceptos de nación y
ciudadanía en la reconstrucción de la hegemonía en una sociedad excesiva-
mente desigual, donde los movimientos de los pobres crean espacios para
una «insurgencia ciudadana» que trasciende las posibilidades de alcanzar una
gobernanza neoliberal. El autor se pregunta: ¿una reconstituida izquierda
sudafricana, con el Tratado Libertario de la coalición anti-apartheid como
memorándum para los conflictos en curso, será capaz de propiciar un rena-
cimiento del «poder popular» en una coyuntura donde la migración, la xeno-
fobia y la creciente lealtad de un precariado rebelde se han convertido en
estratagemas crecientemente significativos?
palabras clave: Sudáfrica, migración laboral, neoliberalismo, movimientos
sociales, extractivismo.
* Director del Instituto de Investigación sobre Migraciones, Etnicidad y Sociedad (remeso) de
la Universidad de Linköping, Suecia.
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CARL-ULRIK SCHIERUP
abst ract : The article discusses migration, precarity and poor people’s
movements. It relates a reproduction of poverty and unfree labour in post-
apartheid South Africa to shifting race-class alliances and the constitution
of political hegemony under variable historical-structural conditions. It
charts the development of migrancy system from apartheid’s centrally
managed labour regime to a post-apartheid neoliberal regime driven by pol-
icies of «flexploitation». A contentious enigma of «xenophobia» is related to
nation and citizenship in the remaking of hegemony in an exceedingly un-
equal society where poor people’s movements carve out spaces of an «insur-
gent citizenship» beyond the reach of neoliberal governance. The author
asks whether a reconstituted South African left, with the anti-apartheid
coalition’s Freedom Charter as a memorandum for current struggles, will be
able to advance a renaissance of «people power» at a junction where migra-
tion, xenophobia and winning the loyalty of an unruly precariat have be-
come increasingly crucial stratagems?
key words: South Africa, labor migration, neoliberalism, social movements,
extractivism.
5
Nuestras comunidades están tan destruidas. Millones de sudafri-
canos se van a dormir con hambre. Hay tanta desesperanza. Vivi-
mos con tanta desigualdad, pobreza, hambre y desempleo. Cuando
emergen los movimientos sociales, esto infunde humanismo y con-
ciencia social en nuestra gente. Ellos ofrecen un espacio de urgencia
que se opone a la política del Mesías.
Kota ayanda
Presidente del movimiento de los desemPleados (2014).
El apartheid ha llegado a usarse como una densa metáfora en los
e|studios sobre migración y la noción de trabajo «no-libre» o «for-
zado» en contextos geográficos y sociales muy dispares del «norte
global» y el «sur global»,1 ha sido usada como un caso arquetípico de
hiperexplotación laboral, basado en la violencia de clase, exclusión de los
derechos ciudadanos, expulsión hacia «países de origen» sojuzgados y legiti-
mados a través de mitologías de raza, cultura, etnicidad o identidad nacio-
nal. Pero el movimiento anti-apartheid y su lucha por una sociedad democrá-
tica no racial fue, simultáneamente, una de las luchas emancipatorias
anticoloniales más importantes del siglo xx. En este doble sentido, el recuerdo
del apartheid ha permanecido como crucial para los estudios migratorios
críticos. Es así que los desafíos, rupturas y aún indefinidas trayectorias del
desarrollo sudafricano del post-apartheid todavía son esenciales para los es-
tudios sobre migración, poscolonialismo e imperialismo en su apariencia
neoliberal de «globalización», alegóricamente denominado «apartheid glo-
bal» (Bond, 2004; cfr. Richmond, 1994).
Una larga lucha contra el régimen sudafricano del apartheid dirigido por
el Congreso Nacional Africano (cna) se dirigía a la victoria al final de los años
ochenta. El cna —apoyado por su alianza tripartita con el Partido Comunis-
ta de Sudáfrica (Pcsa) y el poderoso Congreso de Sindicatos de Comercio de
Sudáfrica (cscsa)— inició negociaciones con el antiguo enemigo y pilar po-
lítico del apartheid, el Partido Nacional de los Afrikaners, desde inicios de los
1 E.g., las condiciones de la «sub-clase» racializada en Estados Unidos (Massey y Denton,
1993), el régimen de ciudadanía del siglo xxi de la Unión Europea (Balibar, 2004: 121), el
«apartheid económico» en la multicultural Canadá (Galabuzi, 2006), «apartheid social» en
Brasil (Hunt, 2007) y Arabia Saudita vista como «El Estado real de apartheid de medio
oriente» (Greenfield, 2014).
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CARL-ULRIK SCHIERUP
años noventa. Esto llevó a la eliminación formal del apartheid en 1994 junto
con el logro del poder político de un gobierno dirigido por el cna sobre la base
de elecciones democráticas libres. La nueva Sudáfrica nacida de esta «Revo-
lución Nacional Democrática»,2 sería transformada en una «Nación Arcoíris»
inclusiva; una seductora parábola hecha por el Premio Nobel Desmond Tutu
(1996) para designar la unidad multicultural del «Pueblo arcoíris de Dios» en
un Estado previamente definido por la profunda grieta del apartheid entre
blancos y negros. Era el sueño del «excepcionalismo» de la Sudáfrica no-racial
incorporado en la filosofía Ubuntu que habla de la «esencia misma del ser
humano» (Tutu, 1999: 31) en términos de los lazos universales de la compa-
sión, el compartir, el cuidado y la generosidad. Abraza el valor africano de la
hospitalidad simbolizado por la parábola de Nelson Mandela de «un viajero
que va por el país», que «se detendría en un pueblo y no tendría que pedir
comida o agua» (Mandela, 2012). Incluye la cualidad del perdón y pacifica-
ción que guía la célebre Comisión Sudafricana de Verdad y Reconciliación
(csvr), que se suponía cerraría la era del apartheid, un largo capítulo de
opresión de raza-clase y violencia de mutua destrucción. En este sentido,
Ubuntu representa esencialmente un tipo sudafricano de discurso humani-
tario que viene como un «puente de consenso entre la tradición colonial
racista reformada de la élite colonialista blanca que va de salida y el nacio-
nalismo africano reformado de los que vienen» (Neocosmos, 2011: 368).3 Sin
embargo, para las fuerzas políticas de izquierda en el movimiento contra el
apartheid, el establecimiento de la democracia liberal y la igualdad formal de
los ciudadanos fue todavía una «revolución inconclusa» (Alexander, 2010).
Desde esta perspectiva, Ubuntu significa más que un evangelio humanitario;
representa la visión anticapitalista de un contra-movimiento que construi-
ría el «poder popular» cristalizado como un memorando suplicatorio en el
2 La idea de la «Revolución Nacional Democrática» fue formulada inicialmente por el Pcsa en
1928 y más tarde fue adoptada como consigna política para la amplia lucha anti-apartheid
dirigida por el cna. El Pcsa partió en principio de la idea de Lenin de que la Revolución fran-
cesa y, más tarde, las revoluciones burguesas, incluyendo la primera revolución rusa de 1905,
eran revoluciones (socialistas) «inconclusas» (Sewell, 2004; Slovo, 1988).
3 Para una discusión crítica de la csvr, enfocada en sus limitaciones para establecer una base
sólida para la ciudadanía social en la era post-apartheid, véase Barchiesi (1999).
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MEMORÁNDUM PARA EL «PODER POPULAR»
Congreso del Pueblo del Freedom Charter en 1995 (anc, 1955). Se transferi-
ría la riqueza mineral de la república a la «propiedad del pueblo» y se redis-
tribuiría la tierra «a aquellos que la trabajan».
La Nación Arcoíris realmente existente se convertiría en un edificio ro-
coso diseñado por «arquitectos de la pobreza», sostiene Moeletsi Mbeki
(2009).4 El origen de las actuales élites de riqueza y poder es, como antes, los
recursos sudafricanos subterráneos de metales preciosos y minerales. Antes
bien, el cofre de oro de Sudáfrica, su poderoso complejo corporativo minero-
industrial, es —de acuerdo con el agudo análisis de Mbeki— como una tram-
pa tóxica al final del arcoíris. El ilimitado reino del extractivismo depredador
ha continuado generando la precariedad del trabajo y de la ciudadanía en un
enorme sector de pobres negros en una sociedad todavía profundamente
racializada. Además, no está el negro en el arcoíris, insiste Reshoketswe
Mapokgole (2014)5 en otra crítica exposición. Ella examina la multifacética
«xenofobia», como «afrofobia» o «negrofobia» que incita a los «nativos» negros
pobres en contra de los negros pobres «extranjeros», en una sociedad en que la
desigualdad es profunda como el océano y donde el régimen de hiperexplo-
tación migratoria continúa siendo uno de los problemas más controversiales.
En el contexto de estas y otras opiniones más extremas en el debate sobre
la actual crisis en la economía, política y sociedad, pretendemos explicar la
transición de Sudáfrica y su sistema migratorio que va desde una administra-
ción centralizada del trabajo forzado por la burocracia estatal del apartheid
hacia un estado neoliberal de precarización y «flexplotación» (Bourdieu,
1999: 84) determinado por la instrumentalización corporativa de la insegu-
ridad. Seguimos analizando el enigma de la «xenofobia» y su papel en el
mantenimiento y reproducción de la hegemonía en un momento marcado
por la «ciudadanía insurgente» determinada por una múltiple «sociedad in-
civil» a lo largo de «espacios inventados» y más allá del alcance del gobierno
neoliberal. Esto se completa con una discusión acerca las opciones de una
reconstituida y contrahegemónica izquierda sudafricana para construir el
4 El hermano menor de Thabo Mbeki, el segundo presidente post-apartheid de la república
estaba asociado con la drástica tendencia de reorientación neoliberal del cna.
5 Evocando el trabajo de Paul Gilroy (1987), There Ain’t No Black in the Union Black.
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CARL-ULRIK SCHIERUP
renacimiento del «poder popular» en una coyuntura marcada por la lucha
por los corazones, mentes y cuerpos de un incontrolable grupo precario en
ciudadelas multiétnicas y en un mundo laboral informalizado.
Trabajo no-libre como un legado colonial
El apartheid fue el marco en el que en 1948, el régimen migratorio y laboral
sudafricano se distinguió por «una extrema coerción extra-económica de la
mayor parte de la fuerza de trabajo» (Legassick, 1974: 255; cfr. Wolpe, 1972).
El trabajo forzado durante el apartheid (1948-1994) puede, como tal, ser
visto como una prueba en contra de la doctrina marxista que considera el
«trabajo libre» como la quintaesencia del trabajo en el capitalismo: esto es,
la libertad del sueldo del trabajador respecto a la propiedad de los medios
de producción, pero también la libertad básica de vender su trabajo a tra-
vés de la negociación, firma o conclusión de un contrato (Marx, 1976
[1885]). Más ampliamente, reflexionando en las nuevas tendencias de la
migración internacional del trabajo en los años ochenta, Miles (1987) y
Cohen (1987) sostienen que el trabajo «no libre» refleja más apropiada-
mente las condiciones reales de una amplia gama de trabajadores bajo el
capitalismo, en el pasado o el presente, expuestos a exclusión social, racismo,
segmentación discriminatoria del mercado laboral y diferentes maneras de
coerción formal e informal y, por tanto, no son capaces de ofrecer libremen-
te su trabajo en el mercado.
Siguiendo con el argumento de Phillips (2013: 172), éste considera que el
trabajo forzado como una «forma de incorporación adversa» crecientemente
común hoy en día, una inclusión excesivamente explotadora de trabajadores
pobres y vulnerables en las cadenas globales de producción, concomitan-
tes con la reestructuración neoliberal de los mercados de trabajo y de los
regímenes migratorios, los cuales en la mayoría de los casos sólo reproducen
desigualdad, pobreza y precariedad. Fudge y Strauss (2013) observan que la
falta de libertad producida e instituida por el empleo y la inmigración varía
en el tiempo y en el espacio, pero actualmente es típicamente contingente
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MEMORÁNDUM PARA EL «PODER POPULAR»
con las diferentes formas de «trabajo intermedio», temporal y «flexible» que
se ve facilitado por el crecimiento de la sub-contratación y una gran variedad
de agencias de empleo y agentes laborales. Esto implica restricciones en la
movilidad de los obreros, les prohíbe cambiar de empleo y limita su libertad
de agencia. En esa misma línea, Benjamin (2013a) insiste en la persisten-
cia de trabajo no-libre actualmente en Sudáfrica, aunque el régimen par-
ticular que reproduce la falta de libertad ha cambiado drásticamente, esa es
una perspectiva que seguimos en la discusión en las siguientes secciones
acerca de la transición en la economía política de Sudáfrica y en el cambio
en los regímenes administrativos de la fuerza de trabajo.
El apartheid implicó el fortalecimiento de los rasgos diacríticos del capi-
talismo colonial. Como tal, representó una tercera fase en la estrategia de
acumulación capitalista en Sudáfrica, en la desposesión de los negros-afri-
canos de su tierra y en la producción y reproducción de un gran sistema de
migración laboral, en principio establecido bajo el gobierno colonial britá-
nico desde el inicio de la minería de oro a mediados del siglo xix y que se
extendió por todo el sur de África. Después de finalizar la guerra sudafricana
y de que se estableciera la Unión Sudafricana como un dominio británico en
1910, la élite Afrikaner, que probó tener capacidades para la administración
del Estado y para disponer efectivamente de trabajo negro y barato, se convir-
tió en un aliado estratégico de los blancos anglo-capitalistas que controlaban
la industria minera y propició una potencial alianza con la élite negra pro-
fesional y de negocios con raíces en el colonialismo británico del siglo xix
(Mbeki, 2009). Las «Reservas Nativas» —instituidas a través del Código de
Tierras de 1913 y basadas en una alianza entre las compañías mineras con-
troladas por ingleses y los terratenientes Afrikaners— significaron un paso
más en la alienación colonialista de los negros africanos de sus tierras y
fortaleció los fundamentos del régimen de migración laboral. El apartheid
efectivamente modificó y además consolidó este proceso histórico de aliena-
ción fabricando «extranjeros» a partir de los antiguos «nativos», a través de la
lógica del así denominado «desarrollo separado» implícita en las empequeñe-
cidas tierras de los nativos llamadas bantustans, impedidos de tener ciudada-
nía en la «blanca» República de Sudáfrica, y a través de medidas reforzadas
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de administración y seguridad, han sido enjaulados en una permanente con-
dición de migrantes y «trabajo forzado» (Benjamin, 2013a).
El control de los granjeros blancos de la inmensa mayoría de la tierra
agrícola (tomada por los colonizadores durante el siglo xix) y la carga impo-
sitiva discriminatoria sobre los pequeños propietarios negros privó a la
población rural negra de la seguridad en la tenencia de la tierra. Esto se
combinó con la contratación de trabajo temporal administrado por agencias
centralizadas, con la construcción de recintos reglamentados de trabajadores
migrantes en las zonas mineras y leyes de movilidad y circulación restricti-
vas diseñadas para contener los asentamientos urbanos de negros (Frankel,
1979). Las políticas de segregación urbana incluyeron el arrasar barrios ra-
cialmente mixtos favoreciendo la creación de villas periurbanas negras. A
través de la bantustanización muchos habitantes urbanos perdieron la ciuda-
danía sudafricana y estuvieron sujetos al régimen laboral establecido. La relo-
calización de los negros sudafricanos de las villas y las áreas rurales de blancos
hacia los bantustans, incluyó políticas de «desalojo forzado» (Henrard,
1995-1996).
El apartheid forzó a millones de negros sudafricanos a migrar entre
«tierras nativas» rurales, sobrepobladas y empequeñecidas y recintos mine-
ros, granjas blancas y fábricas en áreas urbano-industriales. Esto fue acom-
pañado por un régimen regional sudafricano más amplio, que proveía tra-
bajo migrante contratado a las minas sudafricanas, a la agricultura comercial
y a las industrias. Al igual que la migración dentro del territorio de la poste-
rior República de Sudáfrica, esto se inició a mediados del siglo xix, cuando la
industria minera colonial del diamante y el oro se fundó y continuó durante
el siglo xx. En el periodo colonial, las comunidades proveedoras de mano de
obra a lo largo de la región del África del Sur fueron controladas por medio
de un «gobierno indirecto» en alianza con las autoridades «nativas» (e.g.,
Mamdani, 1996); durante el apartheid, esto continuó a través de la colabo-
ración de Pretoria por medio de los «jefes tradicionales» en los bantustans y
su influencia extendida a lo largo de la región. Los trabajadores migrantes
fueron tomados de todos los estados y territorios fronterizos,6 con la mayor
parte de los cuales la república logró acuerdos bilaterales de reclutamiento
6 Entre otros, los que actualmente son Mozambique, Lesotho, Zimbabwe, Malawi y Swaziland.
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MEMORÁNDUM PARA EL «PODER POPULAR»
(Wentzel y Tlabela, 2006). En las minas sudafricanas, 40 por ciento de la
fuerza laboral estaba constituida por no-sudafricanos a lo largo de la mayor
parte del siglo xx y cerca del momento de la liberación, la proporción era del
orden de 60 por ciento (Crush, 2003: 3). La migración a las minas estaba
en gran medida regulada formalmente durante el apartheid, mientras que el
trabajo indocumentado era más frecuente en la agricultura. Prevalecía la
migración circular, que era consistente con el control de los asentamientos
de negros en áreas urbanas. La bantustanización de la migración «interna»
implicó innumerables trabajadores no-asalariados, principalmente mujeres
en las comunidades de origen; una pre-condición para la reproducción de la
fuerza de trabajo migrante hiperexplotada. Pero, mientras se abandonó el
control del ingreso de los migrantes de los bantustans en 1986, los trabaja-
dores fronterizos nunca obtuvieron la residencia.
desde el fordismo racial hacia la precariedad neoliberal
El apartheid y su sistema integral de trabajo hiperexplotado negro-migrante-
forzado fue diseñado principalmente para atender las necesidades laborales
de la industria minera y la agricultura capitalista. Pero pasó a estar en con-
flicto con las demandas capitalistas en competencia en tanto Sudáfrica
se estaba convirtiendo en el Estado en desarrollo más industrializado de
África a través de políticas de sustitución de importaciones (e.g., Legassick
y Wolpe, 1976). Se trataba de una versión particular de «fordismo periférico»
(Lipietz, 1982); un «fordismo racial» (Gelb, 1987); el dinamismo industrial y
la diferenciación económica fueron frenados por el profundo dualismo racial
del apartheid, una economía política basada en la extracción de recursos
naturales y la estrategia de acumulación predominante heredada del colo-
nialismo. Esta disyuntiva ha sido identificada como un factor importante
del declive económico de largo plazo de los años ochenta; además de una
situación estructural que ha permanecido con la Sudáfrica democrática del
nuevo milenio a pesar de los cambios radicales en el contexto político y en
las relaciones de raza y clase (Mbeki, 2009).
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La década que precedió al derrumbe del apartheid, alrededor de 1990
estaba marcada por la recesión económica, sanciones internacionales y cre-
cientes rupturas en la hegemonía blanca. La exclusión de los negros africanos
de las profesiones calificadas se volvió cada vez más contraproducente para
sectores influyentes del capital. Y no fue menos importante un poderoso
movimiento social anti-apartheid —y en particular, la creciente fortaleza de
una tendencia de «unidad comunitaria» que se entrometía en los espacios
de trabajo, en las villas de negros, constituida enteramente por trabajadores
migrantes (Bramble, 2003)— que desarrolló la estrategia de suministrar ma-
no de obra barata en un callejón sin salida. Los beneficios del régimen de
acumulación fueron deducidos por las protestas de las masas y huelgas, y
para mantenerlos se requirió cada vez más recurrir a la policía y al ejército,
lo que implicó inversiones en un aparato de seguridad tan costoso como
endeble (e.g., Mbeki, 2009).
La Convención para la Democracia en Sudáfrica (Codesa), negoció con
el cna y el Partido Nacional a principios de los años noventa, logró el fin del
apartheid, se manifestó a través de las primeras elecciones universales mul-
tipartidistas en 1994. Aseguró la democracia política y la ciudadanía para los
negros y evitó una prolongada guerra civil, pero aceptó el precio de liquidar
valores de igualdad social y políticas de redistribución que eran centrales
para sindicatos de comercio y fracciones de izquierda del cna. También tuvo
que ver con el abandono de las demandas de cambios en la propiedad, que
durante la lucha contra el apartheid, se concibieron como las bases sobre las
cuales se lograría el desarrollo económico y social sudafricano justo y soste-
nible, tales como la nacionalización de las minas y una reforma agraria para
el beneficio de los pobres rurales.
En efecto, lo establecido aceleró el desarrollo que ya había despegado
durante el apartheid acosado por la crisis en los años ochenta, un caso espe-
cífico de transformación a partir de un régimen de regulación estatal, Estado
desarrollista característico del África postcolonial, hacia un régimen neo-
liberal (Buhlungu, 2010). El concepto de «redistribución para el crecimien-
to» originado en el cscsa e incrustado en el Programa de Reconstrucción y
Desarrollo (Prd) del cna, originalmente neo-keynesiano —con la ayuda de
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MEMORÁNDUM PARA EL «PODER POPULAR»
instituciones monetarias internacionales— ya en 1996, fue en gran medida
cambiado por la máxima «crecimiento para la redistribución», inscrita en el
programa de ajuste estructural neoliberal: la Estrategia de Crecimiento,
Empleo y Redistribución (ecer). Ésta implicó el desmantelamiento de las
regulaciones de la moneda nacional, la adopción de acuerdos de libre co-
mercio, reducción de impuestos, reestructuración de las corporaciones e
informatización perjudicial de los derechos laborales y de las organizaciones
de obreros, reducción del Estado de bienestar y la privatización de los servi-
cios públicos.7 Entre las consecuencias se cuenta la transferencia masiva de
utilidades corporativas fuera de Sudáfrica, ya que se permitió a los capitalis-
tas sudafricanos retirar sus inversiones de riqueza acumulada durante el
apartheid, lo que se combinó con una macro —tanto como micro— finan-
cialización tendiente a generar una inercia especulativa y una crisis econó-
mica durante los años 2000 (Bond, 2013).
En el proceso, Ronnie Kasrils (2013) —antiguo miembro del comité eje-
cutivo del cna— se lamenta en un tono retrospectivo: «la batalla por el alma
del Congreso Nacional Africano se ha perdido ante el poder y la influencia de
las corporaciones»; un «pacto de Fausto», que otorga a Sudáfrica una econo-
mía «tan atada a la fórmula neoliberal global y al fundamentalismo de mer-
cado que ha quedado muy poco espacio para aliviar las terribles condiciones
de las masas de [el] pueblo». Más aún, en el trasfondo, el escenario central de
lucha por las condiciones post-apartheid fue identificado por Terreblance
(2003: 95-96) como una «Codesa II» encubierta; es decir, negociaciones infor-
males entre miembros de la élite política del cna y la oligarquía blanca con
el control de la economía sudafricana.8 De ese modo, observa Mbeki (2009:
39-100), la transición refleja el persistente poder e influencia del post-apar-
theid del Complejo de Minería y Energía (cme) de Sudáfrica, dirigido por la
7 Para un análisis crítico y comprensivo, véase por ejemplo: Maharajh (2011), Hart (2013) y
Saul y Bond (2014).
8 Para tener perspectivas antagónicas y la crítica a Terreblance, véase Dollery (2006) y Tito
Mboweni, asesor de Goldman Sachs Internacional, ex gobernador del Banco de la Reserva
Sudafricana y presidente de la Compañía Minera Anglo Gold Ashanti, con base en Johan-
nesburgo. Para una discusión de las diversas interpretaciones y perspectivas de las políticas
de transición del cna y las causas para la adopción del neoliberalismo, véase Narsiah (2002).
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poderosa corporación angloamericana en una «cuarta fase» (Terreblance,
2003: 95-96) de la búsqueda de una estrategia ventajosa de acumulación
en el punto en que el apartheid centralizado por la burocracia de Estado y
su amplio aparato de seguridad ha cumplido su papel al proveer trabajo
barato a la industria minera bajo la influencia de la sindicalización y la
lucha anti-apartheid. Los «oligarcas» del cme han intensificado ahora la bús-
queda de una nueva alianza con la clase media negra moderna liberal y ur-
bana de Sudáfrica, cuyos orígenes se remontan al colonialismo británico y
que ha sido históricamente una fuerza importante en el interior del cna. La
clave de esta alianza —que depende de la «transición de la élite» consentida
(Bond, 2000), implicada en las políticas de reconciliación— consistía en lle-
gar a convertirse en las políticas del así llamado «empoderamiento económi-
co negro» (een). Ello implicó la transferencia de acciones corporativas a un
número limitado de negros seleccionados denominados «individuos ante-
riormente en desventaja» (iads) —incluyendo prominentes líderes de sindi-
catos—, se suponía que eventualmente sus efectos se «derramarían» y alivia-
rían la pobreza entre la mayoría negra. A través de la alianza con una
emergente élite política y económica negra, la oligarquía del cme podría re-
tener el control de los enormes recursos naturales de Sudáfrica, mientras que
al mismo tiempo, con la ayuda del bloque neoliberal, podrían resguardar su
capital contra posibles perturbaciones políticas transfiriendo las oficinas
centrales y los beneficios a Londres. Fue un trato ventajoso para el cme, pero
con el capital doméstico manufacturero y el trabajo organizado perdiendo
espacio. Estaba implícita en el acuerdo una instrumentalización de la globa-
lización en términos de una apertura radical hacia la importación de bienes
de consumo industrializados y baratos provenientes principalmente de Asia.
Ello reducía los costos del trabajo para el cme. Pero esto significó la compe-
tencia internacional destructiva para el sector industrial doméstico que no
era del cme, y en consecuencia, un proceso adverso de desindustrialización
(Mbeki, 2009), uno de los factores que ha contribuido a la formación de un
nuevo e inmenso post-apartheid sudafricano precario atrapado en una red
de agencias que generan empleo temporal, contingente e inseguro y la mer-
cantilización de los instrumentos públicos para luchar contra la pobreza.
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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MEMORÁNDUM PARA EL «PODER POPULAR»
En ésta que es la sociedad más desigual del mundo, cerca de la mitad de
la población vive por debajo de la línea nacional de pobreza, la cual, indiscuti-
blemente, desacredita la agenda neoliberal mercantilista que ha venido a orien-
tar la «guerra contra la pobreza» declarada por los líderes del cna (Maharaj,
Desai y Bond, 2011). El desempleo es alto —entre un 25 por ciento oficialmen-
te y una estimación de 40 por ciento—. Las provisiones compensatorias de
bienestar junto con las inversiones en vivienda, servicios municipales y has-
ta cierto punto, el creciente acceso a la educación, pueden haber servido
para plantear un contrato social entre el cna y los pobres del país, garanti-
zando la victoria en elecciones parlamentarias consecutivas, pero no alcan-
zan el imaginado y prolífico «derrame» de la riqueza de la nación hacia los
que tienen más desventajas.
La desigualdad promedio interracial de ingreso ha disminuido durante
el periodo post-apartheid, pero todavía es amplia. Por otro lado, la desigual-
dad intra-racial entre negros sudafricanos se ha elevado. La representación
de los negros entre los estratos de profesionales y administrativos ha crecido
sustancialmente. Existen cada vez más casos que han ingresado a la élite
corporativa a través de —entre otras— la acción afirmativa y el een, pero
esto ha sido a expensas de la continua explotación de una enorme masa de
trabajo barato y precario, particularmente, entre mujeres negras y jóvenes y
migrantes internos y fronterizos (Gentle, 2011). La pobreza y el desempleo
siguen concentrándose en las antiguas áreas bantustan, pero tendiendo cre-
cientemente hacia asentamientos informales periurbanos, villas negras en
condiciones similares a las «chabolas» o «favelas» en los países menos favo-
recidos del globo, y con un elevado flujo de migrantes internos y fronterizos;
ya sea que hayan sido despojados de sus casas en las fronteras de la privati-
zación de la vivienda, segregación o proyectos gubernamentales monumen-
tales y de prestigio —los pobres se han concentrado en las así denomina-
das «áreas de relocalización temporal» (e.g., Ranslem, 2015). La privatización
y corporativización de los servicios públicos y la institución de regímenes
automatizados de pre-pago para el caso de las necesidades básicas como el
agua y la electricidad en muchas ciudades, tensiona aún más las condiciones
de vida de los pobres (Narsiah, 2002). En correspondencia con el libreto
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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CARL-ULRIK SCHIERUP
neoliberal, la responsabilidad de ocuparse de la pobreza de los negros ha sido
asignada a los propios negros pobres —entre otras, bajo la forma de «auto-
ayuda» a través de microcréditos—. Sin embargo, esto muy difícilmente ha
funcionado como instrumento para promover condiciones de vida susten-
tables, más bien ha servido como un redituable mecanismo de expoliación
y, en efecto, ha exacerbado las divisiones de raza, clase y género (Bateman,
2012; Hietalahti, 2013).
VicisiTudes de la «flexploTación»
El post-apartheid sudafricano puede presumir algunas de las leyes de protec-
ción laboral más avanzadas en el mundo. Empero, en correspondencia con
la estrategia de acumulación con base en salarios bajos, que en realidad exis-
te y se mantiene, las reglas de las relaciones laborales han sido reajustadas
de acuerdo con el discurso neoliberal de la «flexibilidad» (Bezuidenhout y
Kenny, 2000). Esto se ha puesto de manifiesto en la legislación que promue-
ve la mercantilización del trabajo, pero nada menos que a través del esta-
blecimiento de una situación de flexibilización quo ante bellum a través de la
informalización que genera des-sindicalización y precarización del trabajo
(Benjamin, 2013a). La eliminación del apartheid como un sistema racial de
administración del trabajo legalmente establecido permitió un amplio mar-
gen de acción para el reclutamiento mejorado de negros sudafricanos para
ocupaciones calificadas para trabajos profesionales de clase media y puestos
gerenciales en instituciones del Estado y empresas privadas. Pero simultá-
neamente se desarrollaron estrategias de triangulación de empleo, orienta-
das a «externalizar el trabajo» a través de outsourcing, sub-contratación y, en
particular, el traslado de la responsabilidad de reclutamiento, empleo, salario
y condiciones laborales, desde enormes corporaciones rentables hacia la
práctica de una multitud de intermediarios laborales privados. Todo esto
ha sido identificado como un determinante de la informatización del em-
pleo (e.g., Altman, 2006) y el crecimiento de nuevas formas de trabajo bara-
to, inestable y precario (Benjamin, 2013a, 2013b; cfr. Bezuidenhout, Godfrey
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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MEMORÁNDUM PARA EL «PODER POPULAR»
y Theron, 2004). Por tanto, múltiples prácticas corporativas de «informatiza-
ción desde arriba» (Theron, 2010b) han reemplazado la fuerza extra-econó-
mica del apartheid de arriba hacia abajo —basado en la premisa del «desarro-
llo separado» y la exclusión de los sudafricanos negros de la
ciudadanía— como un factor para la producción y reproducción de un ejér-
cito de reserva enorme, barato y socialmente inseguro y para la «persistencia
de trabajo no-libre» (Benjamin, 2013a).
La enorme y precaria masa laboral está compuesta por una impresionan-
temente elevada proporción de negros, en un grado considerable por mi-
grantes y es crecientemente femenina. Los espacios que ocupa se convierten
en sitios de reproducción de la «informatización desde abajo» (Theron,
2010b) en términos de las estrategias clandestinas de vida desarrolladas por
los pobres y que están más allá del alcance de los contextos regulatorios. Un
área gris cada vez más amplia existe «donde las fronteras entre la producción
formal e informal se hacen borrosas e indistinguibles… y donde el empleo
difícilmente conduce a la inclusión y la ciudadanía» (Barchiesi, 2010: 68). Se
ha registrado que una mayoría de los empleados han caído en la precaria
categoría de «trabajadores pobres» (Altman, 2006: 11ss), la mayor parte de
los cuales «nunca tendrán un hogar decente, ni enviarán a sus hijos a buenas
escuelas o disfrutarán de atención a la salud de buena calidad (Bisseker,
2013). Ellos están ligados a nuevas formas de trabajo forzado, marcado por
la represión de la agencia organizada debido a la desregulación, desindicali-
zación, escasez, desánimo, servidumbre de deudas y la disolución etno-racial
de solidaridades más amplias.9 Es una precarización informal con la cual los
sindicatos laborales han perdido contacto (véase Paret, 2013; Hlatshwayo,
2010; Theron, 2010b; cfr. Schierup, 2015).
Los migrantes originarios de los antiguos bantustans estaban a la van-
guardia de la lucha contra el apartheid, pero siguen hoy en día entre los
más desaventajados de Sudáfrica. A pesar de que el sistema migratorio del
apartheid ha dejado de existir formalmente, el legado colonial todavía está
9 Véase Fudge y Strauss (2013), para una discusión general sobre «trabajo no-libre» en el capi-
talismo contemporáneo.
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CARL-ULRIK SCHIERUP
más o menos presente (Xulu, 2010: 212). El subdesarrollo y la pobreza en las
antiguas áreas bantustan generan las migraciones internas hacia las zonas
urbanas donde ellos experimentan el mismo tipo de pobreza que les impul-
sa a dejar sus comunidades rurales (Xulu, 2010: 212). En tanto trabajadores
informales precarios, comparten espacios con la diversidad de los más des-
aventajados de Sudáfrica, bajo condiciones sociales que a menudo no son
menos desgraciadas que bajo el reinado del apartheid. Aquí ellos encuentran
una creciente población de trabajadores migrantes irregulares transfronteri-
zos y hacen compañía con refugiados de entre los cuales, a muchos se les ha
rechazado el asilo. Los migrantes viajan desde regiones vecinas desde las
cuales el régimen del apartheid solía reclutar trabajadores, pero muchos
también vienen como trabajadores indocumentados de lejanas partes de
África, tales como el Congo y Somalia (Tati, 2008).
El centro gravitatorio de la migración transfronteriza se ha movido des-
de la preponderancia de contratos de trabajo formalmente regulados bajo el
apartheid hacia el empleo de trabajadores indocumentados en la década de
los años 2000 (Tati, 2008; Gordon, 2010). La adopción de la ortodoxia neo-
liberal como la orientación política de la Comunidad de Desarrollo de África
del Sur (cdas) y la implementación de programas de ajuste estructural mo-
nitoreados internacionalmente a lo largo del África subsahariana ha produ-
cido desposesión a través del sobre-endeudamiento, apropiación corporativa
de los bienes comunes, reducción del sector público, desregulación del mer-
cado laboral, desempleo, depreciación de los salarios y guerras internas de
mutua destrucción; ha producido una creciente confianza en estrategias
de sobrevivencia informales basadas en las migraciones fronterizas y el pe-
queño comercio, con Sudáfrica como destino principal. La constante res-
puesta sudafricana ha sido el contener la migración a través de la reafirma-
ción de la soberanía del Estado, políticas migratorias excluyentes y mayor
seguridad (Evans, 2010: 105; Trimikliniotis, Gordon y Zondo, 2008); una
condición reforzada por medio de nuevas restricciones legales sobre la migra-
ción transfronteriza y la adquisición de la ciudadanía en 2014 (Dube, 2014).
Además, el control inconsistente de las fronteras y las prácticas institucionales
en el aparato político-administrativo han dado lugar a «fronteras permeables»
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MEMORÁNDUM PARA EL «PODER POPULAR»
(Tsianos y Karakayali, 2010) a pesar del discurso oficial restrictivo. La «For-
taleza Sudáfrica» (Crush, 1999; Trimikliniotis, Gordon y Zondo, 2008) —de
manera similar a la «Fortaleza Europa» y los regímenes migratorios en las así
denominadas nuevas «economías de crecimiento» en el África subsaharia-
na (como Nigeria, Ghana y Botswana)— está aprovechando la migración
irregular y denunciándola al mismo tiempo (Tobias, 2012: 6, citando a
Guilfoyle, 2010: 1).
A lo largo del periodo post-apartheid, los «migrantes ilegales» han sido
el blanco favorito del desprecio de los políticos y los medios. Ellos están ex-
puestos al acoso cotidiano de los negros «nativos» que habitan las villas, una
condición que se exacerba por el empoderamiento de los oficiales de la po-
licía en el involucramiento con organizaciones de base comunitaria y al edu-
car a la ciudadanía en «asuntos migratorios» junto con la motivación para
«‘desarraigar’ y reportar ‘inmigrantes ilegales’ a las autoridades estatales»
(Neocosmos, 2006: 96-97). Rigurosas redadas policiales en villas periurbanas
informales, deportación continua y un régimen restrictivo de ciudadanía
junto con fronteras porosas y entradas a través de prácticas clandestinas de
transportistas privados, intermediarios laborales, la policía y otras agencias
públicas (Tshabalala, 2015) se activan a través del nepotismo condicional y
corrupción. Por tanto, la regulación principalmente formal de la migración
transfronteriza bajo el apartheid ha sido reemplazada por un régimen infor-
mal (Segatti, 2011: 56). De acuerdo con su lógica, «los periodos de ‘toleran-
cia’ y ‘rigurosidad’ alternan convenientemente con periodos de necesidad de
trabajo y exceso de trabajo» (Segatti, 2011: 56; cfr. Gordon, 2010); lo cual no
es lo mismo que decir que los migrantes tienen que ser necesariamente in-
documentados para que puedan ser incorporados en novedosos tipos de tra-
bajo precario informatizado.
Al analizar el caso de trabajadores migrantes de Zimbabwe contratados
en el sector agrícola en Sudáfrica, Theron (2010a) demuestra cómo los inter-
mediarios laborales que intervienen han eliminado la «ideología paterna-
lista» en la que solían encuadrarse las relaciones laborales en las granjas y por
tanto han facilitado la «flexibilización» cum precarización del empleo, que
se ha observado, en efecto, como la causa de divisiones en el interior de la
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CARL-ULRIK SCHIERUP
fuerza laboral, dificulta las relaciones laborales entre «locales» y «extranjeros»
y genera numerosos incidentes xenofóbicos (cfr., Munakamwe y Jinnah,
2014 [en preparación]). El estudio de Miraftab (2004a) sobre los servicios de
recolección de desechos en villas de negros en Ciudad del Cabo presenta otro
caso de reestructuración neoliberal enfocado en la privatización e informa-
tización de los servicios públicos municipales sobre la base de trabajo pre-
cario. Demuestra la compleja intersección del trabajo en la producción y
reproducción y cómo los intereses corporativos son asistidos por estrategias
de dominación establecidas a través de la raza o el género. Un creciente
grado de informalidad en el sector de hoteles y hospedaje ha reducido los
derechos de los trabajadores en su interior y ha hecho más tensa la ya difícil
relación entre empresas, trabajadores y sindicatos (miworc, 2014) y ha acre-
centado la precarización del empleo. Barchiesi (2010) observa que la prolife-
ración del trabajo eventual en el sector manufacturero, en combinación con
una creciente estratificación del mercado laboral, socava la solidaridad basa-
da en el lugar de trabajo y limita las posibilidades de organización colectiva.
En un estudio del sector de la construcción, Cottle y Rombaldi (2014) regis-
tran un creciente nivel de explotación debido a cambios drásticos en el lugar
de trabajo, con una decreciente fuerza laboral de empleo regular de tiempo
completo y un masivo incremento del trabajo no regulado y no protegido
desarrollado por trabajadores precarios no calificados, eventuales, no-orga-
nizados y predominantemente migrantes vinculados por intermediarios
laborales y subcontratistas; un arduo desafío para el movimiento sindical
comercial.
Además, es la precarización del trabajo y de las condiciones de vida alen-
tada por la estrategia de acumulación post-apartheid del cme lo que llevará
al «contrato social» del cna con los trabajadores pobres de Sudáfrica a un
punto de quiebre (Cohen, 2013). La masacre en agosto de 2012 de 34 traba-
jadores mineros por la policía sudafricana, en un intento por romper la huel-
ga contra la compañía minera Lonmin en los límites de la villa de Marikana
en el cinturón de platino Rustenburg, fue el clímax macabro de un prolonga-
do conflicto laboral, que involucraba —por un lado— a la compañía Lonmin,
el poderoso Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros y cuadros dirigentes
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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MEMORÁNDUM PARA EL «PODER POPULAR»
del cna, y —por otro lado— a mineros luchando por salarios y mejores con-
diciones laborales a través de la disidencia de la Asociación de Sindicatos de
Mineros y Constructores (asmc), incluyendo numerosos trabajadores mi-
grantes atrapados en los trabajos más riesgosos. El conflicto fue presagiado
por un largo proceso de luchas amargas por trabajo y la comunidad y se
convirtió en el preludio a todavía más momentos críticos por venir. Se basó en
los quiebres en la hegemonía de la alianza política tripartita de Sudáfrica,
en la división del trabajo, calificación, ingreso, estatus de identidad y en los
intereses y privilegios creados en lealtades verticales y horizontales transver-
sales a la fuerza laboral. Sigue un memorando separado de la cscsa y la lucha
de sus afiliados contra el apartheid que una vez unió a los trabajadores ne-
gros entre divisiones étnicas y nacionales y amplió una visión del trabajo
digno entre las villas de negros y los recintos de trabajadores migrantes.
A decir verdad, el jueves sangriento de Marikana, declara Frankel (2013:
163) burlonamente, ha sido una «pequeña atrocidad» en el océano menos
reportado de la destrucción cotidiana del trabajo, vidas humanas, tierra y
dinero en el interior de la industria sudafricana minera. Más allá de los impe-
cables reportes corporativos que muestran el manejo sostenible de la fuerza
de trabajo y el responsable desarrollo comunitario de Marikana, se expone
el fatal enredo de la reestructuración corporativa y la informalización pre-
datoria del trabajo y las condiciones de vida con la complicidad de los sindi-
catos, así como del gobierno. La intromisión de intermediarios laborales que
contratan trabajadores temporales es un medio frecuente para recortar los
estándares laborales (Forrest, 2013). Esto sucede en crecientes sectores del
trabajo, incluyendo operaciones mineras esenciales en los pozos (Frankel,
2013: 82ss; Bezuidenhout y Buhlungu, 2011: 251ss). Ello implica una hipe-
rexplotación intensiva del trabajo de un contingente contratado y formado
por migrantes laborales precarios provenientes de las mismas y empobreci-
das reservas de mano de obra donde el régimen del apartheid reclutaba tra-
bajadores para las minas, dentro de la misma Sudáfrica como en la región
más amplia de África del Sur. Expuestos a las prácticas ilícitas de interme-
diarios inescrupulosos, están forzados a aceptar cualquier empleo, trabajar en
áreas riesgosas donde los trabajadores permanentes no irían, aceptar largas
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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CARL-ULRIK SCHIERUP
jornadas que extienden cualquier regulación formal y, según enfatiza Frankel
(2013: 99), sin ninguna oportunidad de confiar en la capacidad del departa-
mento de trabajo de monitorear sus propias leyes y reglamentos.
La dependencia respecto a las redes criminales o de traficantes, locales o
internacionales, severas prácticas de usureros y cobradores matones y terra-
tenientes de duro puño, les fuerza a asumir una servidumbre por deuda y
una condición de facto de trabajo no-libre. El rol de los prestamistas de dinero
tradicionalmente basado en las comunidades, los mashonishas, ha sido cre-
cientemente asumido por poderosas —pero igualmente inescrupulosas—
instituciones micro-financieras administradas por bancos sudafricanos, los
cuales han encubierto en las zonas mineras, según reportan Bateman y Sharife
(2014), un lucrativo mercado en el «programa deliberado para comprometer
a los individuos más vulnerables y explotados del país». Se ha llevado a mu-
chos trabajadores mineros a que asuman deudas impagables, con bancos
como el Ubank entre otros, que tienen al num como principal accionista. Tal
vez éste sea uno de los factores que da lugar a la agonía y rabia que encendió
la sangrienta confrontación en Marikana (véase también Bond, 2013). Exis-
te un estado de inseguridad y represión entre muchos obreros que residen
en la localidad, al igual que entre los migrantes sudafricanos, pero son los
migrantes transfronterizos los que se encuentran especialmente en riesgo.
Por tanto, el régimen migratorio colonial y del apartheid, basado en la hipe-
rexplotación del trabajo forzado masculino y precario, se reproduce bajo las
actuales condiciones informales, junto con mujeres y familias en las zo-
nas rurales pobres que dependen de sus magros ingresos. Las mujeres jó-
venes víctimas de tráfico de personas tienen muy pocas oportunidades de
empleo y a menudo terminan como prostitutas en las villas miseria que
rodean las minas. Estos lugares son los peores barrios en ciudades como
Marikana. Estos lugares muestran, en su condición de reflejo espacial, las
jerarquías laborales y ocupacionales industriales en las que los trabajadores
migrantes externos están en el fondo y con una capa superior de gerencia y
control, todavía constituida en su mayoría por blancos, que ha sido mante-
nida a través de alianzas entre empleadores y sindicatos.
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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MEMORÁNDUM PARA EL «PODER POPULAR»
Junto a consensos transversalmente horizontales y esfuerzos que unen
trabajadores nacionales y extranjeros, surgen conflictos xenofóbicos y etno-
nacionalistas que son racialmente racionalizados entre las comunidades mi-
neras y en las propias minas. Ésta es la materia prima para nuevos modos de
control, permiten ver que se cierra todo el círculo de las relaciones capital-
trabajo. «[El] espacio puede ser usado para conformar, pero también para
fragmentar», afirman Bezuidenhout y Sakhela (2011: 254). El apartheid ge-
neró conglomerados regulares de migrantes en comunidades mineras segrega-
das como nodos de control en su sistema de trabajo forzado. Sin embargo, las
cosas no se dieron como se esperaba (Bezuidenhout y Buhlungu, 2011: 240),
ya que dicho espacio fue ocupado por el movimiento de trabajadores negros
como un bastión de la lucha por la liberación. En retrospectiva, 1994 fue el
momento en que los líderes sindicales y los activistas comenzaron a posicio-
narse en el interior del partido gobernante y en las instituciones del Estado
y muchos trabajadores negros ascendieron en la escala ocupacional hasta
asumir posiciones clave en la jerarquía empresarial. Pero esto también se vio
acompañado de nuevos modos de control corporativo. La era del conglome-
rado regular de trabajadores migrantes se terminó, dando lugar a una estra-
tificación profesional, de ingresos y de clase, especializada según los criterios
étnico-nacionalistas de los asentamientos de negros en el interior de comu-
nidades mineras racialmente segmentadas como Marikana (Frankel, 2013:
117ss). Bezuidenhout y Buhlungu (2011) concluyen que mientras que el
control en el régimen del apartheid dependía de la burocracia centralizada y
de la contención policíaca, el control corporativo actual está determinado
por la segmentación fragmentaria y la diferenciación definidas por «el mer-
cado» e inscrita en la política económica de re-racialización, con la compli-
cidad de la élite política negra y del movimiento obrero. Las políticas de
flexibilización e informalización del empleo el bloqueo represivo de las pro-
testas laborales combinado con una política migratoria indecisa enfrentan a
los sindicatos a enormes desafíos y difíciles elecciones. Según Hlatschwayo
(2010), los migrantes son muy rara vez vistos por los sindicatos como agentes
que puedan ser incluidos en una lucha más amplia para cambiar la relación
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CARL-ULRIK SCHIERUP
de fuerzas en el trabajo y las ciudades. Por tanto, los sindicatos tienen par-
te de responsabilidad en la persistencia de la xenofobia.
enigma de la «xenofobia»: ¿«VérTigo del aparTheid»
o precariedad del presenTe?
«Mi acento es ridiculizado y se burlan de mí cuando camino en la calle; muy
prejuzgado y discriminado por que mi piel es diferente. Mis hermanos de
sangre me llaman ‘Nigger’, ‘Kaffir ’, ‘Nyukunyuku’, ‘Kwerekwere’, cucaracha
y chocolate». Así resume Ndumiso Mbatha (2013) una extraña síntesis
trans-histórica y post-apartheid de «Kaffir» y «Kwerekwere»; siendo el pri-
mero un término de la colonia británica para el «nativo» negro africano y
una denominación común y peyorativa para el sudafricano negro bajo el
apartheid, y el segundo el mayor insulto actual que denota al «extranjero»
negro africano con un «acento peculiar», una cultura extraña y con una pig-
mentación imaginada más oscura que los negros sudafricanos «nativos».
Esta «xenofobia» post-apartheid implica un oximorón, es una «afrofobia»
(Mapokgole, 2014) que estigmatiza y vilipendia al «extranjero» y tiene su
personificación en el «migrante ilegal» originario del África subsahariana.
Lejos de ser compartidas por todos los sudafricanos, las actitudes xeno-
fóbicas han sido constatadas como igualmente representadas entre «los po-
bres y los ricos, los empleados y desempleados, hombres y mujeres, blancos
y negros, conservadores y radicales» (Crush y Pendleton, 2004: 2). Aún más,
es un acoso abierto de negros-contra-negros que sufren los migrantes en
las villas pobres de negros que ha venido a constituir el estigma de una
«enfermedad» viral de xenofobia en los medios nacionales e internacionales.
Alexandra es una de las localidades de negros más empobrecidas de Sudáfri-
ca, vecina de Sandhurst, una de las áreas residenciales más ricas de Johannes-
burgo y también el principal centro de negocios de Sudáfrica, de intercambio
de valores, oro y diamantes. Alexandra continúa siendo el símbolo concre-
to del mencionado estigma. En mayo de 2008, los ataques a los migrantes
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MEMORÁNDUM PARA EL «PODER POPULAR»
en dicha localidad estaban en los titulares de la prensa sudafricana e interna-
cional. Esta «chispa» se expandió como un incendio por todas las localidades
en el país. Dejó más de sesenta muertes de migrantes, cientos de heridos,
más de 150,000 personas sin hogar y propiedades demolidas o saqueadas; la
mayoría de las víctimas eran migrantes transfronterizos, pero también tra-
bajadores migrantes sudafricanos que se supone no pertenecían a la comu-
nidad local.
Aunque brutalmente separados, y a pesar de que parezcan realidades
independientes, los opulentos asentamientos como Sandhurst y las villas
miseria como Alexandra, actualmente y no menos que durante el apartheid,
se encuentran íntimamente conectados (Mingxitama, 2008: 197). Al igual
que en otras ciudades globales del mundo, la riqueza históricamente acumu-
lada de zonas como Sandhurst, Johannesburgo —que durante el apartheid las
habitaban solamente blancos y hoy en día son compartidas por un creciente
número de negros acaudalados— es producida por el arduo trabajo de un
creciente conglomerado laboral precario y multiétnico en localidades muy
pobres como Alexandra. Al mismo tiempo, los blancos y los negros ricos de
clase media fueron los que «expresaron la mayor sorpresa y disgusto por la
violencia que tuvo lugar» (Mapokgole, 2014: 45). Según observa Mapokgole,
«en un acto de mala fe, [ellos] se separaron a sí mismos de los residentes de
Alexandra que cometieron los violentos actos», los cuales fueron juzgados como
«incomprensibles». La autora concluye que ello dejó a la violencia en el vacío
«desconectado de la vida que ellos, los ricos, vivían», absolviéndolos —por
tanto— de cualquier responsabilidad.
Las diversas masacres en 2008 o pogroms (Neocosmos, 2008) fueron
solamente un episodio de la violencia infligida a los cuerpos, refugios y pro-
piedades de los trabajadores migrantes, refugiados y vendedores callejeros
extranjeros a lo largo de las ciudades sudafricanas. Todo ello ha sido una
característica de la era post-apartheid desde su inicio y sigue siendo una rea-
lidad persistente (Crush, 2000; Neocosmos, 2015). El 2015 fue el peor año
desde 2008 en términos de violencia contra los migrantes subsaharianos,
según el Foro de la Diáspora Africana (adf 2015) (en la previamente mencio-
nada carta-convocatoria al presidente) concluye que «como sociedad, estamos
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mucho peor que en 2008, ya que la actitud y los discursos xenófobos han
penetrado las instituciones del Estado y han afectado tanto la base como
la cúspide del Estado». Una nueva ola de violencia comenzó en enero de 2015
con ataques contra los pequeños comerciantes somalíes en Soweto. Conti-
nuó con ataques mortales a extranjeros que viven y trabajan en Durban,
supuestamente promovidos por maliciosas declaraciones en contra de los
extranjeros, realizadas por el Rey Zulú Goodwill Zwelithini y por Edward
Zuma, hijo mayor del presidente sudafricano Jacob Zuma. Finalmente, lue-
go de una larga demora, el 16 de abril de 2015 el propio presidente Zuma
declaró a la Asamblea Nacional, que condenaba los ataques xenofóbicos y
las acciones criminales, enfatizando el hecho de que los sudafricanos en
general no son xenófobos. Con una actitud políticamente correcta, convocó
al respeto por la vida, la dignidad humana, la cohesión social y a Ubuntu, y
urgió a todos los sudafricanos a movilizarse contra el racismo, la xenofobia,
la homofobia y el sexismo.
A través de una mezcla de cercanía y distancia, separación y rectitud,
preocupación moral y mala fe, discurso malicioso y negación políticamente
correcta del mismo, en el más alto nivel de la institucionalidad política, las
políticas migratorias brutalizadas y Ubuntu, transmitían el significado de
la «xenofobia» como una estratagema política con ramificaciones mucho
más extensas que las del comportamiento «incomprensible» de los más
pobres de la sociedad. Se trata de un enigma que sigue siendo un asunto de
interpretaciones críticas diversas.
Una perspectiva se tiene a través de la lectura de Franz Fanon y Steve
Biko, se puede ver la deplorable situación de xenofobia en la Nación Arcoíris,
como un «vértigo de apartheid» (Matsinhe, 2011), o como un odio del negro
infligido a sí mismo (Mbembe, 2015). La xenofobia se representa aquí como
un fantasma del pasado «que mancha a la nación con una excesiva negrura»
(Matsinhe, 2011: 133). Se ha visto como un antecedente de las prácticas
burocráticas post-apartheid bajo la forma de la identificación por catalogación,
marginando y separando poblaciones, teniendo a los «no-nacionales» como
el «equivalente funcional» de los negros sudafricanos bajo el viejo régimen
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MEMORÁNDUM PARA EL «PODER POPULAR»
(Misago, Landau y Monson, 2009). Esto devela la necesidad de «exorcizar los
demonios internos» (Landau, 2011).
Otra explicación que se encuentra a menudo busca exponer por qué
«ocurrió» la xenofobia (e.g., Bond, Ngwane y Amisi, 2010: 11) orientándose
hacia la violencia de pobres-contra-pobres como una consecuencia de persis-
tentes desigualdades de raza y clase. Gordon (2010) desarrolla un marco
explicativo más amplio, de leyes, política económica y luchas respecto a los
privilegios de la ciudadanía. El autor argumenta que la «división entre ciu-
dadano y extranjero» está estipulada a través de la discriminación jurídica
que hace eco en el sentido común del discurso político, los medios y la tra-
dición popular compartida entre la comunidad. Más aún, todo eso no fun-
ciona simplemente para destacar la «diferencia» genética o cultural, sino
para «crear la vulnerabilidad particularmente intensa que deja expuestos a
los migrantes a formas de violencia y explotación» (Gordon, 2010: 7). Para
que realice esta función «tales migrantes deben estar exentos de las normas
constitucionales que fueron diseñadas para proteger las libertades indivi-
duales». Esta es una condición forjada a través de la representación discur-
siva del «‘Estado de excepción’, visto como el derecho del Estado a la auto-
defensa».
La «xenofobia» realmente existente y producida por el Estado, articula-
da en el acoso diario de los migrantes en localidades en condiciones de po-
breza y crecientemente en los guetos del centro de las ciudades de Pretoria,
Johannesburgo y Durban, emerge aquí como una pre-condición y pena
corporal para la ingeniería de un régimen jurídico-político de una multitud
«xeno-racial» de «nuevos negros» (Aludiendo a Sivanandan, 2001) que son
trabajadores migrantes pobres, tan «terrible como se pueda entender»
(Mbembe, 2015). Ellos llegan a ser las principales víctimas, en tanto las lu-
chas por la obtención de la ciudadanía, derechos sociales y económicos, be-
neficios y acceso a los servicios públicos, prometidos por la transición a la
democracia se hacen cada vez más ásperas en las villas de negros en las que
se exponen a una perjudicial «flexibilización» del trabajo, des y sub-empleo,
la informalización de las condiciones de vida, la corporativización de los
servicios públicos y el encierro en una trampa de deuda de una industria de
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microcrédito que además destruye «escasas reservas de confianza comunita-
ria inter e intra-étnica, mutualidad, reciprocidad y solidaridad» (Bateman,
2014: 19) al punto de dar rienda suelta a la violencia mutuamente destructiva.
Por tanto, el sistema racista del apartheid, de «maximización del trabajo
barato con poca carga financiera para el Estado» (Desai y Walsh, 2010: 12)
ha sido suplantado por un
contingente barato de trabajo sin derechos al interior de un contingente de
trabajo barato formado por negros sudafricanos… miembros de una sociedad
sin el apoyo el estado… controlados por la violencia tanto del estado como de
otros sudafricanos pobres que se ven a sí mismos como portadores (y posibles
beneficiarios) de ciertos derechos y concesiones.
Una multitud de actores marginados, que tienen en común la falta de
protección, vulnerabilidad extrema y dependencia en acuerdos instituciona-
les difusos puede parecer —en efecto— un espacio fértil para la prolifera-
ción de una sociedad sin restricciones del tipo: todos-contra-todos, con la
«psicología de la violencia» operando «sobre la base del eslabón más débil»
(Mingxitama, 2008: 196). No obstante, las políticas discriminatorias que
procuran la precariedad para la flexplotación, al igual que el estigma postco-
lonial, la desigualdad y la exclusión racializada, pueden «conducir a cualquier
tipo de reacciones diferentes desde la auto-inmolación hasta la lucha de
clases» (Neocosmos, 2015); y —al final de cuentas— a pesar del diseño es-
pecífico del apartheid estatal de divisiones etnoraciales —los trabajadores
migrantes de la gran región de África del Sur, junto con los «nativos-extran-
jeros» desnacionalizados de los bantustans sudafricanos (Neocosmos, 2006),
fueron una parte esencial de la lucha común contra el apartheid.
Este es precisamente el acertijo en el centro del rompecabezas xenofó-
bico para abordar un análisis más complejo, argumenta Neocosmos (2006).
Desde esta perspectiva, la xenofobia aparece como un extraño producto de
la realmente existente «Revolución Nacional Democrática», lo que exige
implícitamente la reconstrucción de una peculiar discrepancia entre, por un
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MEMORÁNDUM PARA EL «PODER POPULAR»
lado, una práctica y un discurso pan-africano inclusivo y altamente movili-
zador, desarrollado por una ciudadanía activista durante el decisivo periodo
de la lucha anti-apartheid en los años ochenta —lo que incluye a los migran-
tes de los bantustans y de toda la vasta región de África del Sur— junto a
una amplia comunidad apoyada en el sindicalismo comercial como vanguar-
dia política; por el otro lado, una estrecha concepción de la ciudadanía xeno-
fóbica y pacifista que marca una ideología estatal post-apartheid de cons-
trucción nacional, sobre la base de una nueva y encubierta hegemonía de
raza-clase negra y blanca. Aquí, en nombre de los derechos humanos y ajus-
tando cuentas con las injusticias históricas, el fantasma del pasado está re-
presentado no como «xenofobia», pero como migración, igualada per se con el
maligno sistema de trabajo forzado, que debe ser justamente expulsado al
basurero de la historia. Esto se enmarca en declaraciones políticas afrofóbi-
cas y una legislación que exacerba la brutalidad policíaca, la corrupción y la
complicidad de la comunidad en la internalización del control de la migra-
ción y de la expulsión de los «migrantes ilegales». Esto refleja las profundas
estructuras del populismo chauvinista.
¿a dónde se dirige la «reVolución inconclusa»?
Una interminable violencia xenofóbica ha planteado las contradicciones
de una crisis política y social cada vez más profunda de manera abierta y ha
impulsado a la crítica sobre las discrepancias entre el sueño y la realidad en
un país «encerrado en la espiral descendente de la trampa de la pobreza
y una espiral ascendente de la trampa de la desigualdad» (Naudé, 2013). El
abrazo del neoliberalismo ha «robado el sueño sudafricano», se lamenta
Satgar (2011). Las pasadas dos décadas de integración de la república a los
circuitos globales de acumulación han dado fin a la credibilidad del discurso
positivo post-apartheid del «Excepcionalismo Sud Africano» y convirtió a
Sudáfrica en uno de los muchos «laboratorios» regionales y nacionales del
neoliberalismo africano discriminatorio (Satgar, 2012). Alexander (2010) se
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lamenta de encontrar en «Sudáfrica: una revolución inconclusa», las temi-
bles consecuencias del rumbo marcado por el acuerdo político neoliberal
post-apartheid;
un horrible mundo de… barbarie capitalista con sus devastadores resultados de
elevado y creciente desempleo, creciente desigualdad social, terrible violencia
criminal, conflictos racistas y xenofóbicos de mutua destrucción… muy lejos
de la casi utópica euforia revolucionaria con la cual muchos sudafricanos emi-
tieron tan orgullosamente sus votos, ignorantes de lo que se acordó en los dia-
bólicos detalles del proceso de negociación… [en] 1994 (Alexander, 2010).
Empero, a pesar de la caprichosa forma de su «maldición de los recursos
naturales» (Naudé, 2013) y un sector manufacturero cada vez menos com-
petitivo, Sudáfrica sigue siendo «excepcional» de alguna manera en el contexto
más amplio regional y africano; esto es, en su rol como una hegemonía sub-im-
perial heredada del Estado apartheid, aunque revestido con nuevas formas.
Sudáfrica sigue siendo la economía más grande de África y se perfila como
una fuerza regional en la «Nueva Carrera para el África» (uK, 2014) con de-
mandas para un «cambio de régimen» que tiene diversos nexos con la políti-
ca de inversiones y préstamos (e.g., Ndletyana, 2011). Es la «Fortaleza Sud
África» que ha reformado un sistema migratorio y de trabajo forzado con
orígenes coloniales, por toda la región de África del Sur y el África subsaha-
riana. Es al mismo tiempo una sociedad en que los imaginarios xenofóbicos
representan la concreción de una ideología de excepcionalismo que presen-
ta a los «Sudafricanos como superiores a los del resto del continente… [y] a
los estimados seres humanos que exhiben diferencias de las normas estable-
cidas como extranjeros en la comunidad y por tanto enemigos de la nación,
que pueden por lo tanto, convertirse en legítimos blancos de la violencia»
(Neocosmos, 2015).
El crisol de Marikana —«la democracia de Sharpeville» (Frankel, 2013:
4ss)— representa un punto de quiebre. Planteó que la crisis política y social
sudafricana requiere ser comprendida con el trasfondo de la crisis de la globa-
lización neoliberal en general y en particular, con la estrategia de acumulación
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post-apartheid con su dependencia unilateral en el extractivismo predatorio
forjado por la oligarquía cme sudafricana. Podríamos ver desde esta perspec-
tiva que el jueves sangriento de Marikana es el presagio de una nueva fase
crecientemente violenta en la búsqueda de una estrategia de acumulación
viable que, hasta ahora, no tiene ningún consenso a la vista. De manera más
optimista, en un tono como el de Polanyi (1957 [1944]) tal vez podríamos ver
una leve crisis en la estrategia de acumulación neoliberal que viene junto con
un «contra-movimiento» diverso y popular que cuestiona la «acumulación por
desposesión» (Harvey, 2005) que ha derrumbado el sueño y la lucha por justi-
cia social, bienestar y dignidad, que los sudafricanos pobres depositaron en
la «Revolución Nacional Democrática».
Para el movimiento de los trabajadores —destruido con la complicidad
de sus líderes en las estrategias de gestión neoliberal y separado de las comu-
nidades y trabajadores migrantes en el fondo de la sociedad (Theron,
2010b)— la trayectoria neoliberal significó «una paradoja de la victoria»
(Buhlungu, 2010). En tanto los sindicatos laborales son debilitados a través
de la reestructuración corporativa y la transición de la élite, y en tanto la
promesa del inicio del trabajo digno y la ciudadanía inclusiva es ensombre-
cida por la pobreza, el trabajo precario y la servidumbre por deudas, gran-
des sectores de trabajadores sindicalizados y muchos trabajadores migrantes
se estancan en los trabajos más difíciles a cambio de salarios insignifican-
tes. Esto ha sido radicalizado por el crisol de Marikana. Una tormenta sub-
secuente de inestabilidad laboral en todo el país ha producido una profunda
división en el movimiento laboral, el resultado de aquello todavía es incierto.
Mientras tanto y sin embargo, un sector informal precario permanece
en los márgenes del movimiento laboral que ha liquidado su celebrado «sin-
dicalismo comunitario», alguna vez arraigado entre las localidades pobres.
En su lugar, ha surgido una «ciudadanía insurgente» (Miraftab, 2009), que
tiene a «Los Pobres» como un nuevo sujeto político (Desai, 2002). Se expresa
durante los años 2000 como una resistencia micropolítica diaria a las priva-
tizaciones, desahucios forzados y la mercantilización de las necesidades
básicas como la electricidad o el agua (Ngwane, 2011; Gentle, 2011; Hart,
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2013). En contraste con los «espacios invitados» para la deliberación de accio-
nistas con la sociedad civil, empresas y Estado, los pobres crean sus propios
«espacios inventados» como lugares para la protesta y la acción comunitaria
no solicitada (Miraftab, 2009). Este movimiento informal de los pobres su-
dafricanos, al margen de cualquier derecho sustancial y más allá del control
del Estado también ha sido caracterizado, siguiendo a Chatterjee (2002)
como una «sociedad in-civil» activista (Neocosmos, 2011). Es un movimiento
de los desposeídos, seguido por un creciente movimiento de estudiantes ne-
gros militantes que cuestionan la supuesta subordinación de la élite política
al legado colonial de la nación. Se puede entender como separada de una
apreciada «sociedad civil» de organizaciones de la sociedad civil (osc) y orga-
nizaciones no gubernamentales (ong) orientadas a lograr la despolitización
de la agenda de derechos humanos y ligada a través de su incorporación en
el gobierno neoliberal.
Sin importar que suscribamos o no la controversial definición de preca-
riato de Guy Standing (2011) como una nueva y particular (peligrosa) clase,
podríamos estar de acuerdo con la premisa de que es —en efecto— «peli-
grosa». Pero es «peligrosa» en el sentido de que es una «sociedad in-civil». Es
decir, flotante pero un sujeto genuinamente «político» situado en los márge-
nes de la informalidad. Es indisciplinado y no confiable y está más allá del
alcance de la mentalidad gubernamental que coopta, disciplina y despolitiza
a la «sociedad civil» autorizada. Por tanto, la creativa «informalización des-
de abajo» de los pobres contiene en ella más que un ajuste flexible y afirma-
tivo a la «informalización desde arriba» corporativa. Es una semilla que pue-
de desarrollarse como rebelión. Una transmutación de facilitador de la
«flexplotación» a una resistencia guerrillera a la «tiranía de los mercados»
(Bourdieu, 1999). De tal manera concebida, la proliferación de la «sociedad
in-civil» sudafricana incluye una multitud de nuevos movimientos sociales
y comunitarios, entre ellos el Movimiento de los Desempleados, el Movi-
miento de los Sin Tierra inspirados por los movimientos latinoamericanos
de pobres. La cita del presidente del Movimiento de los Desempleados ilus-
tra esfuerzos vinculados con el mundo que podrían arraigarse en un «espacio
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MEMORÁNDUM PARA EL «PODER POPULAR»
inventado», más allá de actos espectaculares de protesta, pero también indica
una visión política más amplia:
En vez de apoyarse en la vieja retórica de lemas vacíos, estamos experimentando
con nuevas ideas de solidaridad. La gente está hambrienta, por eso estamos alen-
tando a los hogares a que construyan jardines. Tenemos iniciativas tales como
la cocina del pueblo, incluyendo panaderías. Algunas de las luchas más largas y
fuertes en el país han invertido mucho en proyectos de construcción tales como
guarderías. Tenemos que aprender de esto. Iniciativas como éstas ayudan a
construir nuestras comunidades y ayudan a crear nuestra plataforma nuestra
tarea secundaria de infundir conciencia social y política y construir un movi-
miento masivo (Kota, 2014).
La multitud rebelde sudafricana del presente cuenta también con orga-
nizaciones y movimientos críticos originados en las comunidades de la diás-
pora africana, que levantan sus voces en defensa de condiciones de vida
simples y contra la xenofobia (e.g., adf, 2015; Willén, 2015). Sin embargo,
estas voces son marginadas, argumentan Desai y Walsh (2010), a favor de
recomendaciones civiles al Estado a través de reportes inmaculados finan-
ciados por organizaciones internacionales de derechos humanos; el mismo
Estado es en muchas formas cómplice y oficialmente la denuncia juega con
fuego tanto al alentar como al explotar la violencia xenofóbica. En tanto las
profundas divisiones sociales en Sudáfrica se dirigen hacia un punto crítico
y en tanto se ha abierto un creciente mar de desconfianza entre los líderes
del cna y el electorado, la «xenofobia» resulta una estratagema crucial para
un bloque de poder aún hegemónico en la actual competencia política.
Salpicar un proyecto de transformación económica mal gestionado con
populismo limitado podría reflejar el propio y preclaro interés de la élite del
cna, de retener la legitimidad frente al pueblo, señalando las fronteras de
pertenencia (Peberdy, 2001). Para Hart (2013), se trata de una estrategia para
gobernar —en referencia a la teoría de la hegemonía de Gramsci (1971) y la
original perspectiva de Laclau sobre el populismo (1977)— para contener
la crisis social y para cooptar, redirigir, apaciguar y explotar políticamente al
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diverso y todavía difuso precariato en la Sudáfrica actual. Su trabajo explica
la articulación específica en Sudáfrica, del problema general de la transición
de la élite en el postcolonialismo. Este problema fue planteado por Franz
Fanon (1967) y consideraba que «los nacionalismos postcoloniales, son al
mismo tiempo, crucialmente importantes y tremendamente peligrosos» y
remarcaba lo difícil del trabajo implicado en la «desnaturalización del nacio-
nalismo» (Hart, 2013: 24). Con respecto a la Sudáfrica del post-apartheid, la
agenda política del cna se considera como, paradójicamente, portadora de
una reproducción peligrosa de las estructuras centrales del apartheid, a tra-
vés de la re-circulación mitológica del imaginario de la «Revolución Nacional
Democrática» por medio de la coalición hegemónica de raza y clase (Hart,
2013), re-circulación en el interior del cambiante comportamiento del orga-
nicismo integral que aprecia lo endógeno (cfr. Willén, 2015).
Una limitación a la creatividad política de los «espacios inventados» de
los pobres puede ser, y de hecho está, instrumentalizada por medio de la
política de «el azote hace a los perros». Los activistas que se atreven a ir más
allá de los estrechos «espacios de invitación» (Miraftab, 2004b) para la «deli-
beración democrática», «inventan» sus propios espacios no-solicitados para
realizar actos de protesta contra los desahucios, privatizaciones, corrupción,
nepotismo, desempleo y condiciones de vida y laborales en deterioro. Estos
activistas a menudo se encuentran con balas de goma, gases pimienta y
acusaciones criminales (e.g., uPm, 2013). Sin embargo, el uso excesivo de la
fuerza no es una señal de fortaleza de la hegemonía, sino de su inminente
crisis. La política de bienestar social es un dispositivo adecuado para el
consenso que genera hegemonía y se pueden mencionar diversos ejemplos
a lo largo de la historia, tales como las Leyes de los Pobres inglesa, la con-
tención de Bismark del incipiente movimiento laboral alemán, los conglo-
merados de trabajadores de élite en el socialismo realmente existente, el
New Deal y el Estado de bienestar, kemalismo, peronismo y las políticas de
la Nación Arcoíris de apoyo social y de provisión de servicios para los pobres.
Empero, su poder de integración ha sido crecientemente reducido por la
privatización, mercantilización y financiarización. En esta coyuntura, el
desarrollo de «ideo-políticas» neoconservadoras para monitorear la formación
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de identidad entre los más desaventajados, ha probado ser el esquema favo-
rito para re-estilizar la hegemonía bajo condiciones neoliberales (O’Brien y
Penna, 1998), lo cual parece tener un creciente impacto día a día.
Al igual que en otros lugares, y no menos que en los cambiantes escena-
rios políticos de una «Europa Completa» (Holmes, 2000), la política de nacio-
nalismo endógeno se ha convertido en la clave para el gobierno de los pobres
en Sudáfrica (Hart, 2013; Willén, 2015). Esta política expresa o configura la
re-tradicionalización actual de Sudáfrica, lo que conlleva entre otras cosas
un patriarcado estilizado posmodernamente, con los viriles modales del pro-
pio presidente Zuma como un modelo para las familias negras rotas entre
los pobres de la nación (Hart, 2013). También pareciera que se replicara la
intención del apartheid de aliarse con los «jefes tradicionales», manipulados
para contrarrestar las rebeliones urbanas de aquel entonces, así como al cada
vez más fuerte sindicalismo comunitario trans-étnico. En esta perspectiva,
una política tradicionalista de endogenismo puede volver bajo la forma de
una fragmentación etno-nacional balcanizante de la «democracia no-racial»10
liberal de la Nación Arcoíris, de la cual, la confrontación entre «nativos» y
«extranjeros» de las naciones fronterizas, será solamente una faceta.
No obstante, el cna no es el único que compite por los cuerpos, mentes
y almas del incontrolable precariato sudafricano. En un contexto de agrava-
da crisis económica, social y política, le hace compañía a los nuevos y cre-
cientemente articulados proyectos contra-hegemónicos de la izquierda
(Munusamy, 2015). El poder financiero alternativo que emerge entre los
brics puede considerarse como una ventaja. Constituye una opción poten-
cialmente más independiente y se vincula con la oligarquía interna, así como
con los inds tradicionales bajo la supervisión del norte global, lo que aparen-
ta ser una trayectoria cada vez más creíble.
Uno de los resultados más controversiales de la izquierda es el caris-
mático ex líder de la liga juvenil del cna, Julios Malena, quien fundó el par-
tido Luchadores por la Libertad Económica (lle), después de haber sido ex-
cluido del cna en funciones al haber acusado públicamente a sus líderes de
10 Como, por ejemplo, previsto por Marais (2001 [1998]).
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complicidad en el caso Marikana. A favor de Malena se puede mencionar que
es uno de los pocos líderes políticos y miembros del parlamento que se atre-
vió a visitar las localidades de negros relacionadas con la explosión xenofó-
bica del 2015. Al hablar en Alexandra, pidió a los nativos pobres, residentes
en hacinamiento, que dejaran de ser violentos con sus hermanos y hermanas
negras que viajaron para quedarse en Sudáfrica, desde más allá de las fron-
teras, que más bien se unieran con ellos para luchar contra la corrupta coa-
lición gobernante, identificada como el verdadero progenitor de una miseria
compartida. Sin embargo, lo que resulta más provocador es que el lle ha
vuelto a incluir en la agenda política de la nación, cuestiones del Freedom
Charter hace tiempo olvidadas, incluyendo en particular, la nacionalización
de las minas y una reforma agraria radical. Sin sorpresa alguna, esto ha lle-
vado a los oráculos del capital corporativo a pronosticar una devastadora
tormenta sobre el arcoíris. Esto hace recordar que los líderes africanos con
ambiciones antiimperialistas viven peligrosamente. El movimiento no re-
suena en los pobres y para muchos el lle se distingue como un germen de
esperanza, una potencial réplica sudafricana de los movimientos de izquier-
da populista en Venezuela, Bolivia, Grecia y España. Pero se mantiene en pie
a pesar de la dura crítica desde todo el espectro político. Malena es calificado
por diversos oponentes políticos como «populista» y demagógico, un «Hitler
en proceso» y sus partidarios uniformados (con sobretodos rojos) como una
réplica de las tropas de asalto SA.
Otro movimiento sudafricano contra-hegemónico es una amplia coali-
ción de fuerzas inclinadas a la izquierda que se reúnen alrededor del recien-
temente fundado Frente Unido (fu) con su columna vertebral en los sindi-
catos laborales que dejaron de estar alineados con la cscsa y con el cna
después de Marikana. El fu, que al igual que el lle, ha cambiado su dirección
en 180 grados hacia el pasado, podría convocar más convincentemente los
recuerdos que subsisten de las pasadas luchas por el «poder popular». Con la
atención enfocada en las promesas traicionadas del Freedom Charter, ejerce
presión desde la izquierda sobre el cna y su coalición tripartita para hacer
algo respecto a la trayectoria neoliberal que se dirige hacia un callejón sin
salida. El movimiento de los pobres, la migración y la xenofobia son sus tres
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temas principales; desde su perspectiva, el dar significado a una conciencia
que fortalece e impulsa una izquierda sudafricana revitalizada, requerirá
apoyarse en la renovada legitimidad de los pobres informales de la nación
y mantener la tendencia hacia un discurso orgánico excluyente de la na-
ción. Esto tendría que ver con la necesidad de los sindicatos laborales de
recuperar su propio patrimonio histórico de «sindicalismo comunitario». Por
tanto, retomando a Kota Ayanda en nuestro epígrafe: para ingresar en «un
terreno de urgencia como opuesto a la política del Mesías», a través de es-
cuchar a, aprender de y recuperando alianzas con movimientos de precari-
zación y despojo de «nativos» y «extranjeros», para conectar el problema de
clase y precarización con las cuestiones de migración y xenofobia.
El escenario está listo, pero no hay puntajes pre-ordenados. Brecha dijo
en otro tiempo y lugar de crisis: «Las revoluciones tienen lugar en callejones
sin salida. El futuro pertenece a aquellos que reconocen lo posible, antes de
que se vuelva obvio» (Brecht, 1967: 387f, vol. V; traducción del alemán rea-
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resumen: Durante la administración Calderón los niveles de agresión y daño a los migrantes
de paso, y luego también a migrantes mexicanos, llegaron a límites extremos con el secuestro
y asesinatos masivos. La atención se centró en el crimen organizado, pero no se analizaron las
insuficiencias, contradicciones y anacronismos de la ley, los problemas en su aplicación y los
errores estratégicos en las medidas prácticas del Instituto Nacional de Migración de México.
Sin analizar esos hechos, cualquier otra explicación sobredimensiona la parte delincuencial y
subdimensiona lo que corresponde a lo jurídico y político. En este texto se presentan, en con-
secuencia, elementos de juicio sobre la actuación del inm, sus cuadros directivos y el mandato
legal, en momentos en que el tema de la seguridad nacional subordinaba el tema migratorio.
El resultado es una implosión institucional que evidencia adicionalmente el desfase entre
realidad dinámica e instituciones anacrónicas y casi inmóviles.
palabras clave: migración de paso, seguridad nacional, marco legal, administración Cal-
derón, prioridades gubernamentales.
Notas para entender la migración:
instituciones gubernamentales y política
migratoria mexicanas en los albores del siglo xxi
RODOLFO CASILLAS R.*
* Profesor e investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), México.
Correo electrónico: rodolfo.casillas@flacso.edu.mx. Sitio web: www.rodolfocasillasr.org.
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
48
RODOLFO CASILLAS R.
abstract:
key words:
49
En el siglo xxi, los gobiernos mexicanos han tardado en contar con
una agenda clara para atender la migración que transita por el país,
pero hasta 2015 no lo han logrado. No hay elementos de juicio que
permitan marcar un derrotero distinto al de subordinar ese flujo
migratorio a prioridades nacionales distintas, como el combate al crimen
organizado. Atender a quienes transitan sin documentos por México no ha
sido un asunto de alta prioridad para la administración pública federal.
A México le urge una política migratoria de atención a los indocumen-
tados, instituciones sólidas y burocracias profesionales que orienten las es-
tructuras gubernamentales. La falta de estos componentes básicos ha per-
mitido que desde 2007 el tráfico de personas terminara bajo el control de la
delincuencia organizada. La descomposición de las instituciones y grupos
organizados para controlar el tráfico resulta de la anacrónica agenda interna
en materia migratoria. ¿Cómo se llegó a este nivel de gravedad, de partici-
pación polémica de la autoridad migratoria mexicana, de agresiones y daños
inimaginables a los indocumentados, primero extranjeros y luego también
mexicanos, y de consolidación de un nuevo nicho delictivo que hacía y hace
del migrante su principal víctima?
Para dar elementos de respuesta es más que pertinente analizar la legis-
lación mexicana vigente en materia migratoria, cómo se elaboran las políti-
cas gubernamentales y establecen sus prioridades y cómo se nombran auto-
ridades y las implicaciones de su nombramiento y actuación cuando su
perfil no corresponde al mandato asignado. Para decirlo de manera llana: es
necesario analizar el interior de las instituciones, no sólo las motivaciones de
los migrantes, las instancias solidarias y las redes delictivas. Así sea de ma-
nera limitada y exploratoria, este texto propone ver esos interiores. Para ello,
se recurre a fuentes orales que no son del todo identificadas,1 pues en su
momento fueron funcionarios de mando medio superior a nivel central o
superior en varias entidades federales, de instancias de gobierno federal en
materias de seguridad, inteligencia y migración; de su testimonio y de su
1 De esas personas sólo se anotan sus siglas para tranquilidad de quien legítimamente reclame
saber la fuente de consulta, sin que se haga cita textual de sus palabras, pues no hubo per-
miso para grabar las entrevistas, mismas que se realizaron entre 2010 y 2011.
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
50
RODOLFO CASILLAS R.
cotejo con otros informantes, así como de consulta de material documental
que se cita, se extraen los argumentos centrales que aquí se exponen.
anTecedenTes
En la administración pública federal no ha existido una responsabilidad cla-
ra sobre la definición de estrategias2 para las instancias que administran los
flujos migratorios indocumentados,3 la Policía Federal coadyuvante, el órga-
no de inteligencia y el ministerio público que investiga los ilícitos. Esta au-
sencia no había sido tan grave en el siglo xx, pero a partir de que se iniciaron
los secuestros exprés de migrantes, en las postrimerías de la presidencia de
Vicente Fox, la necesidad de subsumir la migración se volvió una urgencia
social, pero inercias institucionales y otro tipo de prioridades impidieron la
corrección, como se verá a continuación.
En la década de los noventa, el tema migratorio adquirió algún grado de
importancia con la creación del Instituto Nacional de Migración (inm), el 9
de junio de 1993, con objeto de planear y administrar los servicios migrato-
rios en la lógica de la integración de México al bloque económico del Tratado
de Libre Comercio de América del Norte (tlcan) que entró en vigor en 1994.
Parte de lo novedoso de esta institución fue la creación de dos áreas sus-
tantivas para la atención de la migración: la Coordinación de Regulación
Migratoria, enfocada al creciente volumen de los flujos que empezaban a
ingresar al país de manera documentada,4 y la Coordinación de Inspección
2 Más allá de lo que digan las disposiciones legales, en los hechos cada dependencia trabaja
generalmente de manera aislada, siempre bajo el prurito de la desconfianza mutua.
3 Es pertinente recordar que hasta el 18 de mayo de 2005 el inm fue una entidad administra-
tiva más, un órgano desconcentrado de la Secretaría de Gobernación, que no pertenecía al
gabinete de seguridad; mas, como se vería luego, su adscripción a dicho gabinete sólo servi-
ría para securitizar la migración; es decir, subordinar la atención de los flujos migratorios a
la alta prioridad de atacar los cárteles de drogas ilícitas.
4 Como resultado de la promoción turística, el crecimiento económico y el asentamiento de
diversas empresas transnacionales.
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
51
NOTAS PARA ENTENDER LA MIGRACIÓN
y Asuntos Jurídicos,5 que en 1998 se convertiría en la Coordinación de Con-
trol y Verificación Migratoria, cuya finalidad es administrar los flujos indo-
cumentados. Asimismo, se estableció un despliegue territorial más amplio a
través de sus delegaciones regionales6 que, ya para 2000, se habían transfor-
mado en delegaciones estatales, es decir, se instaló una delegación en cada
estado del país. En las postrimerías de la presidencia de Felipe Calderón,
habría una nueva modificación: las coordinaciones pasaron a llamarse direc-
ciones generales. Pero la eventual trascendencia de esos cambios, junto a la
vigencia de la Ley de Migración, expedida en 2011, marcan una temática
para otro análisis.
Pese a que su nueva estructura lo permitía por su despliegue territorial,
desde sus primeros años el inm nunca logró establecer mecanismos para reco-
lectar, sistematizar y analizar la información generada a partir del quehacer
institucional7 sobre rutas de tráfico de personas y redes de traficantes, entre
otras razones, porque no estaba claramente establecido que, como parte de
la Secretaría de Gobernación (Segob), el inm tuviera facultades de investiga-
ción en esa materia. En efecto, en el ámbito de atribuciones de la Segob, las
facultades para investigar estaban asignadas al Centro de Investigación y
Seguridad Nacional (Cisen); sin embargo, el hecho mismo de que el Cisen
contara, y cuente, con tales facultades no necesariamente implicaba que
dentro de su agenda de seguridad nacional el tema migratorio haya sido un
asunto relevante, como empezó a serlo a partir de 2001.8
El problema con esa división tajante de atribuciones es que las depen-
dencias que producían información no tenían facultades de investigación y
las que investigaban no contaban con insumos suficientes para hacerlo; en
5 El 31 de agosto de 1998 se creó la Coordinación Jurídica, de acuerdo con lo dispuesto en el
artículo 53 del Reglamento Interior de la Secretaría de Gobernación.
6 Generalmente una delegación regional comprendía dos estados de la República, por ejem-
plo, Tlaxcala y Puebla conformaban la Delegación Regional de Puebla.
7 Específicamente la que se deriva de los procesos de aseguramientos.
8 A partir de los ataques a Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001, tanto este país como
su zona de influencia inmediata reevalúan el tema migratorio como parte fundamental de
la seguridad nacional. En el caso de México, ello ocurre sobre el acuerdo previo, llamado Plan
de Acción para la Cooperación sobre Seguridad Fronteriza, el cual fue anunciado por el
subsecretario de Relaciones Exteriores de México, Enrique Berruga, el 28 de junio de 2001.
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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RODOLFO CASILLAS R.
tanto, la autoridad investigadora por excelencia en materia penal, de acuerdo
con el sistema legal, era el Ministerio Público (mP),9 y éste no tenía entre sus
funciones la de retroalimentar a otras dependencias con información rele-
vante que ayudara a reformular estrategias institucionales. Lo que ocurría
era una falta de conexión entre las dependencias federales.
Se entiende que ese enfoque de la administración pública sobre la divi-
sión tajante de competencias partía del supuesto erróneo de que, al ser todas
integrantes del gobierno federal, tendrían esquemas de cooperación y coor-
dinación para atender fines comunes, situación que en la práctica ocurría
sólo en algunos ámbitos,10 pero no para la atención de los flujos migratorios
de extranjeros indocumentados. En este sentido, lo que se tenía era un cúmu-
lo de información desagregada y almacenada en cada dependencia, que por
sí sola no explicaba nada y menos aún permitía generar un diagnóstico claro
para la elaboración de políticas públicas integrales de atención al fenómeno
en cada fase, según su complejidad y evolución.
Dado que no se tenía un sistema interno en el inm o interinstitucional
que permitiera el intercambio permanente de información entre la depen-
dencia que generaba la información y la encargada de hacer la investigación
de inteligencia, sobre detenciones, tráfico y redes delictivas, poco podía es-
perarse sobre la elaboración de estrategias de largo plazo o aplicación con
sentido prospectivo de medidas coyunturales para la atención de la migra-
ción indocumentada y el tráfico de personas.
Lo más relevante que se conocía sobre las rutas de tráfico en la adminis-
tración pública federal eran los mapas que casi todas las dependencias de
seguridad dibujaban a lo largo y ancho del país para tratar de explicar lo
9 El Ministerio Público no investiga más allá de un caso y cuando logra hacerlo, como es
sabido, difícilmente progresan las querellas, pues, aunque sus facultades son amplias, sus
capacidades son estrechas y su presupuesto insuficiente, para no hablar de prácticas que se
apartan del proceder debido.
10 A diferencia de la Coordinación de Control y Verificación Migratoria, la Coordinación de
Regulación Migratoria, hasta 2000, tenía mecanismos claros y coordinados con otras depen-
dencias para regular adecuadamente el flujo migratorio documentado. No así en materia
de flujos indocumentados, donde el inm nunca logró articular mecanismos de atención
interinstitucional.
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NOTAS PARA ENTENDER LA MIGRACIÓN
evidente: todas las rutas se originaban en el sur, se desagregaban en el centro
y terminaban en las fronteras del norte de México (aunque no se veía que,
de vuelta, esas mismas rutas servían para el traslado de armas, dinero y otros
bienes, ilícitos o no). Sin embargo, eran materiales intuitivos, elaboraciones
casi domésticas, carentes de la precisión georreferencial técnicamente posible.
No se conoce cuál pudo ser la metodología11 para el levantamiento de
datos que llevara a algunas dependencias de seguridad a determinar la exis-
tencia de una ruta u otra. Hasta 200412 no se hizo un trabajo sistemático
para investigar redes de tráfico o establecer una cooperación interinstitucio-
nal entre la dependencia que administra y la que investiga para entrevistar
a los migrantes extranjeros con el fin de conocer datos específicos sobre los
costos, redes y contactos13 que pudieran ayudar a la definición de estrategias
de atención claras, permitieran a la autoridad mantener su presencia y ga-
rantizaran la vida social en la legalidad.
Durante el primer año de la presidencia de Fox, el inm no contaba con
información sobre rutas de tráfico de personas,14 y menos aún tenía cifras
fidedignas sobre sus propios asegurados,15 como se dice en el argot guberna-
11 El trazo de rutas generalmente obedecía a que, si un grupo de indocumentados centroame-
ricanos era detectado en cualquier estado, se trazaba una nueva ruta desde ese estado hacia
cualquier otro del sur, sin mayor detalle. Como cada dependencia hacía lo mismo, el Cisen
trazaba sus propias rutas, la policía hacía lo mismo, pero el inm no se atrevía a hacer lo
propio, simplemente daba por sentado que si las dependencias encargadas de seguridad
lo decían, debía ser verdad.
12 Antes de 2000 y hasta 2005.
13 Con esto sólo se quiere señalar que no existió sistematización de información y de ninguna
manera se niega que no hayan existido casos.
14 Aunque existan cifras oficiales sobre el número de eventos de detención de migrantes in-
documentados, éstas no pueden tomarse como totalmente confiables, toda vez que el mé-
todo para contar a los detenidos en aquellos años, con frecuencia daba lugar a contar a un
asegurado varias veces, según el número de estaciones donde estuviera la persona durante
su detención. Cada delegación en cada informe contaba el número de detenidos que había
atendido, lo que estaba bien. Empero, al hacerse el agregado nacional no se consideraba que
un mismo asegurado podría haber sido contado para ese mismo mes en otra delegación
donde hubiera estado previamente en resguardo gubernamental. Para ver la complejidad en
la construcción del dato estadístico se recomienda consultar Casillas (2012).
15 De hecho, se puede hablar de que existen tres momentos distintos en la generación de
datos estadísticos sobre migrantes indocumentados en México en el inm: 1) la apreciación,
con nulas posibilidades de cotejo; 2) la estimación, que se practica de manera retrospectiva,
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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RODOLFO CASILLAS R.
mental cuando se habla de migrantes extranjeros detenidos por carecer del
permiso correspondiente, de tal suerte que con frecuencia se presentaba
el caso de que cada dependencia de seguridad manejaba cifras elaboradas con
criterios propios y sin que ninguna ellas citara sus fuentes; con el tiempo y
la llegada de nuevas generaciones, el propio inm desconocería las cifras que
previamente emitiera el mismo instituto.
Hasta 2004, pese a que el inm podía generar información de inteligencia
a partir del desempeño de sus funciones, esta institución mantuvo una po-
sición relegada en temas de investigación sobre tráfico de personas por ser
una dependencia administrativa, sin funciones definidas en materia de in-
vestigación16 y fuera del ámbito del gabinete de seguridad nacional.17 Su
función era emitir resoluciones, prestar servicios, no obstante que desde
2002, en el Reglamento Interior de la Segob, se le otorgaban facultades al inm
para investigar a extranjeros, aunque nunca para llevar a cabo investigacio-
nes respecto a la delincuencia, puesto que eran funciones exclusivas del
Ministerio Público Federal (mPf).
Por lo anterior, no se conocen documentos o análisis sobre estudios que
refieran cuáles eran los esquemas de operación de las redes de traficantes de
migrantes antes de 2000; las únicas constancias sobre la actuación de la
autoridad migratoria hasta 2004 respecto a las medidas adoptadas sobre el
tráfico de personas son las referencias internas —desagregadas en cada dele-
gación tanto del inm como de la Pgr— sobre las querellas presentadas en
cada delegación, sin que dejen de ser atendidos como casos aislados y con las
vicisitudes y limitaciones antes expuestas.
de 2008 hacia atrás, hasta 2002 aproximadamente, y cuenta con datos verificables pero
carentes de amplia representación territorial o de continuidad en el tiempo, y 3) el dato
duro verificable, con representación por entidad y con niveles de desagregación novedosos.
16 Artículo 57 XVIII del Reglamento Interior del inm: «Investigar si los extranjeros cumplen
con las obligaciones migratorias establecidas, y en caso de violación a las disposiciones so-
bre la materia, presentarlos ante las autoridades competentes».
17 En algunos casos, sólo aquéllos que se daban en flagrancia o por la gravedad del asunto, las
resoluciones podrían desvelar alguna información que terminaría en una querella por parte
del inm; sin embargo, éstos serían casos excepcionales porque investigar a los migrantes y
sus propias circunstancias no ha sido una tarea institucional.
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NOTAS PARA ENTENDER LA MIGRACIÓN
Hasta 2004, si bien no existía un trabajo sistemático sobre los flujos
indocumentados y menos aún sobre los de origen centroamericano,18 había
conocimiento de la existencia del traficante, cuya finalidad es la de prestar
un servicio de traslado a cambio del pago de honorarios (a quien por lo re-
gular se le confunde con el pollero, que en esencia es, o fue, un migrante que
guía a un novicio del lugar de residencia hasta el de destino, de manera soli-
daria, así sea que reciba una compensación económica, pero no como acti-
vidad comercial o contractual ex profeso; esta confusión permitía que entre
los empleados de Migración se generara cierta tolerancia hacia el traficante,
al confundirlo con el pollero). Empero, dicho conocimiento no tenía su ori-
gen necesariamente en un trabajo sistemático de inteligencia, sino en el
hecho real y concreto de la función de control y verificación de la autoridad
migratoria en carreteras y puntos de revisión terrestres, es decir, a partir del
encuentro con la realidad, y no como resultado de un trabajo estratégico
para saber de, e incidir en, el tráfico de migrantes.19
Estas razones y prácticas constituyen las razones que llevaron, en parte,
a la descomposición interna del inm (de mayor visibilidad social desde el
asesinato de 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas, en agosto de 2010)
y su incapacidad jurídica e institucional para responder oportuna y eficiente-
mente ante la complejidad lograda en el tráfico internacional de migran-
tes y de la incursión del crimen organizado en dicha actividad. De ahí las
interrogantes: ¿qué clase de política migratoria podía formular el gobierno
mexicano para atender correctamente el tráfico de migrantes de paso ante
esas limitaciones, además de que es poco lo que sabía y este conocimiento
estaba disperso y metodológicamente elaborado con propósitos y medios
que no eran complementarios entre sí?, ¿cómo podría el gobierno mexicano
anticiparse a la espiral de violencia y complejidad del fenómeno si no había
una adecuada coordinación para que el responsable (inm), el coadyuvante
18 Estos flujos, por su volumen y, sobre todo, porque nunca han sido considerados un riesgo
para la seguridad nacional, no son de interés especial en el ámbito gubernamental, hasta el
punto que durante muchos años no dejaron de ser un número en la estadística general.
19 Ilícito en ambos sentidos, no sólo de quien traficaba, sino del propio migrante, pues hasta
2008 la Ley General de Población criminalizaba a los migrantes.
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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RODOLFO CASILLAS R.
(Cisen) y el investigador (mPf) hicieran un frente común para atender el
problema? La explicación es la misma que se expuso al inicio: no era priori-
dad de las autoridades mexicanas elaborar una agenda sobre la migración
indocumentada de paso. Así de sencillo y grave.
En sí mismo, el problema no corresponde del todo a la institución que
tiene mayores facultades para coordinar los servicios migratorios, el inm. Se
trata de un conflicto en la definición de atribuciones en la estructura de la
administración pública, de suerte que de continuar el modelo prevaleciente
hasta la fecha (2015), ninguna ley, reglamento o disposición de menor jerar-
quía podrá reunir y dirigir los esfuerzos gubernamentales en esta materia.
En ese contexto, cualquier información que pudiera existir sobre este tema
se encuentra dispersa y sin posibilidad de servir para entender las evolucio-
nes de los flujos migratorios y de las redes de tráfico que dan lugar a articu-
laciones con redes delictivas de alta peligrosidad.
marco legal: de la persecución
a la despenalización Tardía
La Ley General de Población (lgP) publicada el 7 de enero de 1974, vigente
desde entonces y hasta mayo de 2011, tuvo a lo largo de su existencia 14
reformas legales, de las cuales sólo dos incidieron de manera decisiva en el
marco regulatorio de la migración indocumentada: las de 1999 y 2008.
Desde la publicación de la primera versión de 1974, se establecían san-
ciones para penalizar los flujos de migrantes indocumentados. En el artículo
103 de la lgP se señalaba lo siguiente: «Se impondrá pena de hasta dos años
de prisión y multa de trescientos a cinco pesos al extranjero que se interne
ilegalmente en el país».
En tanto que para casos de reincidencia, el artículo 98 preveía una san-
ción mayor al establecer:
Se impondrá pena de diez años de prisión y multa de hasta cinco mil pesos
al extranjero que habiendo sido expulsado se interne nuevamente a territorio
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NOTAS PARA ENTENDER LA MIGRACIÓN
nacional sin haber obtenido acuerdo de readmisión. Igual sanción se aplicará al
extranjero que no exprese u oculte su condición de expulsado para que se le
autorice y obtenga un nuevo permiso de internación.
Las sanciones tuvieron pocas variaciones en las subsecuentes reformas
y estas condiciones prevalecieron hasta la reforma de 21 de julio de 2008,
mediante la cual se modifica, entre otros, el artículo 118 y 125 de la lgP con
la finalidad de despenalizar la migración indocumentada de extranjeros. De
acuerdo con este nuevo precepto legal (artículo 118), los migrantes indocu-
mentados únicamente se harían acreedores a una multa de 20 a 100 sala-
rios mínimos vigentes en el Distrito Federal, en tanto que el artículo 125
prevenía la aplicación de sanciones penales en caso de tipificación de otros
delitos (para efectos prácticos, dicha sanción no se aplica; resulta más eco-
nómico y expedito deportar al indocumentado detenido que iniciar y reali-
zar todo el proceso jurídico administrativo para sancionar al infractor y lo-
grar que éste pague la multa).
Es importante señalar que hasta 1999, la materia migratoria fue exclu-
sivamente facultad y competencia de la Segob y de la Secretaría de Relacio-
nes Exteriores (sre), como autoridad coadyuvante en el exterior. Sin embar-
go, ese año se llevó a cabo una importante reforma20 con motivo de la
creación de la entonces Policía Federal Preventiva (PfP), corporación a la que
se le otorgaron atribuciones específicas en materia de verificación migrato-
ria en todos los puntos de internación y dentro del territorio nacional.
Para tal efecto, se modificaron los artículos 16, 17 y 151 de la lgP, que en
conjunto establecen la prioridad del inm y la PfP para inspeccionar la entrada
y salida de personas en cualquier forma que lo hicieran y en cualquier punto
de internación. De manera exclusiva, el artículo 17 otorgaba a la PfP todas las
facultades de inspección dentro de territorio nacional21 de toda persona en
tránsito internacional, medida que en sentido estricto enfatizó el sentido
20 Diario Oficial de la Federación, 4 de enero de 1999.
21 La diferencia de competencias no es de menor relevancia, pues mientras el inm estaba suje-
to a un procedimiento interno —no se podía establecer un punto de revisión interno sin
previa comisión de autoridad competente— para realizar tareas de verificación en puntos
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RODOLFO CASILLAS R.
persecutorio a la migración indocumentada, al otorgar mayores facultades
a la PfP para revisar y detener a cualquier migrante sin que mediara orden de
verificación previa.
La reforma, mediante la cual se facultó a la policía para entrar de lleno
al ejercicio del control migratorio, estuvo acompañada de una medida para-
lela: la cancelación de permisos de portación de armas para los agentes mi-
gratorios, dejando de esta manera el uso de la fuerza exclusivamente a la PfP
y las funciones administrativas al inm. Ante la incapacidad legal para portar
armas, los operativos sorpresa (llamados volantas) en cualquier lugar de las
rutas migratorias ya no fueron posibles de hacer con seguridad para el per-
sonal operativo, pues ante un transporte que fuera encabezado por gente
armada, simplemente ese personal indefenso tenía, como lo hizo con fre-
cuencia, que franquear el paso y luego dar parte a la autoridad judicial, sin
que exista registro de que esos reportes hayan conducido a detenciones de
traficantes. En Tamaulipas este proceder fue frecuente, pero no sólo en esa
entidad.
Todo lo relativo a los asuntos de indocumentados, en consecuencia, des-
de hace cuando menos 15 años, estuvo sujeto a dos estrategias no siempre
homogéneas y muchas veces opuestas: por un lado, la promovida desde el
enfoque policial con su propia autonomía y visión de la migración y, por
otro, el enfoque administrativo que promovió el inm, con resultados poco
efectivos. Sobre esta dualidad ha discurrido la suerte de la migración indo-
cumentada y el destino de los propios migrantes.
En 2008 el gobierno mexicano decidió promover una reforma a la lgP en
materia de migración indocumentada para despenalizar con sanciones de
privación de la libertad a los extranjeros que ingresaran a México sin papeles.
La decisión resultó un éxito mediático en la medida que dio congruencia al
discurso político, pero no como una disposición que impactara en las condi-
ciones generales de los migrantes, habida cuenta de que hacía más de 10 años
que esa determinación había dejado de ser viable y, por ende, era de nula
distintos a los puntos de internación (carreteras) la Policía Federal sí tenía autorización
para detener migrantes sin sujetarse a ninguna formalidad.
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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NOTAS PARA ENTENDER LA MIGRACIÓN
aplicación. Por lo anterior, se puede decir que la reforma de facto se hizo con
anticipación a la norma de jure. No obstante, vale reconocer el esfuerzo de
ir logrando correspondencia entre realidad y norma jurídica.
La reforma de 2008, si bien despenalizó la migración para quien ingre-
saba de manera indocumentada, no lo hizo respecto a quienes lo hacían
utilizando documentación falsa. A favor de la visión administrativa instru-
mentada por el inm, se puede afirmar que esta sanción también tiende a
desaparecer de facto, sobre todo para los migrantes centroamericanos. La ra-
zón de fondo para que la administración haya sido omisa respecto a las san-
ciones dispuestas en la lgP hasta el 25 de mayo de 2011 obedecía a las mismas
que motivaron la despenalización: aplicación inviable.22 En este sentido,
debe hacerse notar que desde 2008 las diferencias abismales entre los precep-
tos legales y las disposiciones administrativas operaron a favor de los mi-
grantes, pero sobre todo quienes más se aprovecharon de esas diferencias
han sido, y son, las redes delictivas.
Si bien la reforma no dejó de ser importante, al dar mayor certeza jurí-
dica a los migrantes, estuvo muy lejos de responder a las necesidades del inm
y de los propios migrantes. No se comprenden las razones que motivaron al
Ejecutivo a mantener la vigencia de sanciones pecuniarias que de facto ha-
bían dejado de aplicarse de manera generalizada a los migrantes centroame-
ricanos, por inviables, al incidir directamente en el entorpecimiento de la
repatriación de éstos.
Ciertamente, la reforma satisfizo un aspecto político, pero no logró nor-
mar el fenómeno migratorio ni otorgar mayores beneficios a los migrantes,
así como tampoco dio al inm mayor margen de maniobra en atención al
volumen creciente de migrantes centroamericanos. La incapacidad de éstos
para cubrir cualquier multa por ínfima que fuera,23 la falta de capacidad
22 Es frecuente que entre los migrantes centroamericanos el traficante distribuya credenciales
mexicanas para votar ya sea falsas o robadas con la finalidad de sorprender a la autoridad
en caso de revisión y solamente cuando éstos son detenidos por la policía son puestos direc-
tamente ante el mPf. En caso de detención por parte del inm, se privilegian criterios admi-
nistrativos por encima de los judiciales y son inmediatamente repatriados sin que sean
acreedores a sanción alguna.
23 Pese a que se reafirmó la sanción pecuniaria, para el caso particular de los migrantes indo-
cumentados centroamericanos, es letra muerta.
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RODOLFO CASILLAS R.
instalada en las estaciones migratorias para albergar por largos periodos a los
migrantes insolventes, y la inviabilidad para presentar ante el mPf al crecien-
te flujo de migrantes indocumentados, multar o presentar ante el mPf a los
reincidentes y portadores de documentación falsa, hicieron que las disposi-
ciones de los artículos 118 y 125 reformados en 2008 (algo que se mantiene
en la Ley de Migración de 2011) hayan nacido muertas para el caso específico
de los migrantes centroamericanos indocumentados detenidos.
En los hechos, para el caso de los migrantes centroamericanos, estas dili-
gencias ministeriales terminaron en simulación de la autoridad, que los pre-
sentaba por procedimiento para eximirse de responsabilidad, y del mPf, que
evitaba a toda costa encontrar elementos para consignar las averiguaciones
previas, ante la amenaza de tener bajo su custodia a los migrantes.24
Sobre lo anterior, es pertinente destacar que la inobservancia de las san-
ciones pecuniarias previstas (artículo 118) a los migrantes indocumentados
centroamericanos, paradójicamente, terminó siendo un beneficio más real
y tangible que la despenalización de la reforma de 2008.
En este sentido, debe destacarse que, más allá de la despenalización de
la migración y dada la vulnerabilidad de las circunstancias de los migran-
tes, lo que realmente opera a su favor es: a) agilizar la resolución de las expul-
siones; b) facilitar las repatriaciones; c) despresurizar las estaciones mi-
gratorias;25 d) evitar el riesgo de motines,26 y e) incrementar la seguridad en
las estaciones migratorias.
Por lo anterior, mientras el conjunto de dependencias federales vivía
procesos de ajuste que no abonaban a una mejor coordinación interinstitu-
cional, las modificaciones legales, aunque contradictorias, flexibilizaban
(cuando no alejaban) el control estatal sobre los flujos indocumentados, que
24 Migrantes que ninguna dependencia quiere tener, pues deben proveérseles alimentos cuan-
do menos durante el término de 48 horas si no se trata de un migrante solvente, cosa que no
ocurre con los centroamericanos.
25 En el caso particular de la estación migratoria El Vergel, acondicionada para poco más de 400
personas, entre 2000 y 2004 registraba poblaciones de entre 800 y hasta 1,500 detenidos.
26 La alta concentración de migrantes y la larga permanencia de éstos por asuntos procedi-
mentales como los referidos, motivó que entre 2000 y 2006 se incrementaran los motines
en el interior de las estaciones migratorias, hechos poco conocidos públicamente.
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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NOTAS PARA ENTENDER LA MIGRACIÓN
seguían engrosando y quedando más cercanos y desprotegidos frente a la
mano delictiva (Strange, 2003).
migración inTernacional:
¿un Tema de seguridad nacional?
A partir de 2001, después de los ataques en territorio estadounidense, la
Segob inició un proceso de vinculación entre dos entidades de la misma de-
pendencia que previamente no habían tenido una relación de trabajo directa:27
el inm y el Cisen. De esta manera, se estableció que el inm colaborara exclusi-
vamente28 con información para la elaboración de una agenda de riesgos sobre
el tema migratorio. Sin embargo, siguiendo el esquema de fragmentación de
facultades en la administración pública en estas materias, no se estableció
que el inm también pudiera participar en el diseño de la agenda de riesgos
para lograr mejores resultados en la ejecución de la misma. Ello tendría re-
percusiones en la actuación diaria.
Desde 2001, la agenda de riesgos ha estado orientada a vigilar los flujos
migratorios documentados por nacionalidades, es decir, recayó sobre las fun-
ciones reguladoras de la institución, y no necesariamente sobre las impli-
caciones y riesgos que pudiera representar la migración indocumentada, no
obstante que el gobierno de México carece de un efectivo control fronterizo
en el sur del país. Para atender esta problemática no resuelta, el inm impulsó
diversos proyectos, entre los cuales estaba el de Frontera Sur29 que, por sus
27 El Cisen, como dependencia investigadora, no establecía una relación de trabajo horizontal
y compartido con otras dependencias. Esto no se refiere a las relaciones cupulares que pu-
dieran existir entre los titulares en la materia, sino a la instrumentación de medidas inte-
rinstitucionales que conlleven trabajo cotidiano y una agenda compartida.
28 El sentido de la colaboración es reafirmado en el acuerdo mediante el cual se reconoce al
inm como entidad de seguridad nacional.
29 Desde la perspectiva de seguridad no tenía ninguna viabilidad un proyecto que por princi-
pio empezaba por trasladar las fronteras y los servicios migratorios al interior del país en
lugar de ubicarlos en las fronteras jurídicamente establecidas del Estado-nación; por eso no
contó con la aceptación de las instancias de seguridad e inteligencia nacionales y quedó como
PRIMER SEMESTRE 2015
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RODOLFO CASILLAS R.
limitaciones conceptuales en materia de seguridad, no pasó de ser una pro-
puesta con limitadas implicaciones concretas en el presupuesto y labor ins-
titucional. No obstante, desde 2008 las corrientes migratorias centroameri-
canas se han engrosado con migraciones extracontinentales de asiáticos y
africanos; no es que éstas no ocurrieran previamente, sino que eran de me-
nor volumen y ocurrían de manera paralela a las centroamericanas, pero se
subvaloraba la importancia estratégica de las redes de traficantes que los
introducían y conducían por suelo mexicano (Celorio, 2014). Su peligrosi-
dad quedaría evidenciada de manera irrefutable con el asesinato de los 72
migrantes de San Fernando en 2010, en donde había un nacional de India,
y ratificada con las otras fosas descubiertas también en San Fernando en
2011. Es decir, en esos 72 migrantes asesinados estaba la evidencia irrefu-
table de la labor convenida entre redes de traficantes centroamericanas y
extracontinentales.
En 2000 el inm, después de haber consolidado su despliegue territorial a
través de sus delegaciones, instrumentó diversos acuerdos delegatorios
de facultades, con la finalidad de desregular y desconcentrar la prestación de
servicios a través de las delegaciones regionales. Sin embargo, tras lo ocurri-
do el 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, y como parte de las me-
didas de emergencia ante riesgos desconocidos, se dio marcha atrás a la des-
concentración de facultades (que permitía a los delegados resolver cualquier
trámite migratorio sin excepción de nacionalidad) para centralizar nueva-
mente las decisiones sobre internación de nacionalidades del denominado
grupo uno o de permiso previo, comúnmente conocido como nacionalidades
restringidas,30 sobre la base de la recién elaborada agenda de riesgos a la se-
guridad nacional de México en materia migratoria, la cual no era otra cosa
que la extensión de la agenda de riesgos del gobierno estadounidense en la
misma materia en suelo e instituciones gubernamentales mexicanos.
mera propuesta del inm, por cierto no compartida internamente por la totalidad de las coor-
dinaciones del propio instituto ni de quienes estaban al frente de las delegaciones estatales.
30 Para mayor referencia véase su publicación en el dof.
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
63
NOTAS PARA ENTENDER LA MIGRACIÓN
Es frecuente que la administración pública mexicana en ciertas materias
tome como parámetros de referencia algunas prácticas del gobierno estadou-
nidense para aplicarlas como propias en el país.31 En lo que concierne a la
agenda de riesgo instrumentada desde 2001, se actuó de igual manera. Desde
esta perspectiva, se asumía que los agentes de riesgo para la seguridad nacio-
nal de Estados Unidos eran los mismos que los de México, tanto en la iden-
tificación de los objetivos de riesgo como en los mecanismos para evitarlos.32
De lo anterior se puede inferir que la decisión de convertir al inm en
entidad de seguridad nacional el 18 de mayo de 2005, casi cuatro años des-
pués de lo ocurrido en Estados Unidos, no deviene de una necesidad propia
o de un riesgo inminente a la seguridad interna, sino como resultado de la
transformación de la seguridad regional de América del Norte para vigilar
los flujos migratorios de su interés;33 en otras palabras, como parte de los
acuerdos bilaterales de cooperación para realizar una serie de tareas encami-
nadas a evitar el posible tránsito de agentes de riesgo cuyo destino final
fuera el territorio estadounidense, con excepción de los migrantes centroa-
mericanos que nunca han sido considerados agentes de riesgo, aunque se
intente disminuir el flujo indocumentado, pero por otras razones.
Desde 2001 a la fecha no se conoce públicamente de algún riesgo inmi-
nente a la seguridad nacional como para urgir la transformación del inm en
entidad de seguridad nacional. En ese sentido, los argumentos34 del acuerdo
31 El ejemplo más claro es el de la expedición de la visa mexicana. Durante muchos años la
lista de requisitos no dejó de ser un símil de la estadounidense. El 1º de mayo de 2010 entró
en vigor la medida que permite a los extranjeros con visa estadounidense ingresar a México
con la misma certeza jurídica que quienes tramitan una visa mexicana.
32 Durante años se creyó que los agentes de riesgos tenían que vigilarse desde la trinchera más
fácil de registrar e identificar, la del flujo documentado. Se partía del supuesto de que el
terrorista solicitaría una visa para viajar a México y lo haría con su propia identidad, sin
tomar en consideración que también era posible que ingresara caminando o por cualquier
otro medio con documentos falsos. El ejemplo más claro de esto fue el ingreso al territorio
nacional del terrorista cubano-venezolano Posada Carriles.
33 Cualquier nacionalidad de origen árabe.
34 «La seguridad nacional tiene como metas principales velar por la protección y preservación
del interés colectivo, evitando en lo posible o minimizando cualquier riesgo o amenaza a la
integridad física de la población y de las instituciones…», y propone «concebir la seguridad
nacional desde una visión amplia destinada a prever y hacer frente a situaciones que ame-
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RODOLFO CASILLAS R.
por el cual se reconoce al inm como tal permiten afirmar que responden a un
modelo de operación y a necesidades fuera del territorio nacional.
En 2001, Estados Unidos toma una serie de medidas que modificarán la
agenda en las relaciones bilaterales con México y que impactarán profunda-
mente en ciertas áreas de la administración pública federal. Redimensiona
los riesgos de la migración documentada e indocumentada en los términos
ya mencionados previamente, en tanto que a nivel externo establece nuevos
esquemas de cooperación estratégica,35 especialmente con México, en diver-
sas materias para reforzar su seguridad. Dentro de la gama de cuestiones
están de manera preponderante los asuntos migratorios.36
Esta circunstancia modifica para el inm las condiciones de operación in-
terna y relaciones externas. Por primera vez se crean mecanismos para tomar
el control de procesos de recolección, automatización37 y sistematización de
nacen la paz, la vigencia del orden jurídico, el bienestar y la integridad física de la población
y que pongan en riesgo la permanencia de las instituciones o vulneren la integridad del
territorio». «Que las atribuciones del Instituto Nacional de Migración tienen relación direc-
ta con la Seguridad Nacional, ya que de acuerdo con la Ley General de Población y el Regla-
mento Interior de la Secretaría de Gobernación, dicho Instituto tiene la facultad y respon-
sabilidad de proteger y tutelar la seguridad nacional a través de la restricción de la emigración
de nacionales (…) (;) prohibir la admisión de extranjeros cuando así lo determine el interés
nacional; expulsar a los extranjeros en casos de que se atente en contra de la soberanía o la
seguridad nacional; (…); investigar si los extranjeros cumplen con las obligaciones migra-
torias establecidas (…). Que para una adecuada realización de sus actividades y, con el fin
de que éstas se encaminen dentro del contexto de la seguridad nacional, es necesario que
exista una colaboración con el Centro de Investigación y Seguridad Nacional para que éste se cons-
tituya como la institución rectora de la Red Nacional de Investigación y por lo tanto funja como
órgano de coordinación, definición y articulación de las acciones tendientes a la constitución
y operación de la Red Nacional de Investigación (…)».
35 El redimensionamiento de los riesgos de la migración, como cambios en la navegación aérea
y las condiciones del viajero, de tal suerte que dentro de la estrategia global de Estados
Unidos esté la de extender sus servicios de inteligencia a los aeropuertos de origen, de esta
manera, a través de la agencia ice, sus agentes revisan las listas de pasajeros con destino a
Estados Unidos, desde Madrid, México o Beijing.
36 Las fuentes refieren que hasta 2004 prevalecía una regla no escrita, en el sentido de que
ninguna agencia extranjera podía establecer relación directa con ninguna dependencia del
gobierno federal que no fuera el centro de inteligencia de la Segob o con intermediación
de ésta.
37 Se impulsan proyectos tecnológicos como el siom para hacer más efectivo el control de los
flujos documentados, aparentemente con apoyos del gobierno de Estados Unidos, que bien
puede ser el antecedente del Plan Mérida.
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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NOTAS PARA ENTENDER LA MIGRACIÓN
la información que genera, no con el propósito final de llevar a cabo trabajo
de inteligencia o suplantar las funciones del Cisen, sino para tomar el con-
trol del eslabón de seguridad que le correspondía y que, por ser facultad
exclusiva del inm, no pudo ser transferido, salvo alguna excepción,38 a ningu-
na otra dependencia por mucho que se desconfiara de la fortaleza institu-
cional y se dudara de la honestidad de su personal. Sin embargo, debe seña-
larse que estos procesos no han logrado consolidarse ni por el lado de la
tecnología ni por cuanto se refiere a la sistematización de la información que
generan las delegaciones regionales ni las oficinas centrales. Quizá la pregun-
ta de fondo no respondida en ese entonces, ni ahora, es ¿qué quiere decir
seguridad nacional en la lógica propia del inm?
A nivel externo se establecieron mecanismos de cooperación directa,
nacionales e internacionales, para la operación cotidiana de los flujos migra-
torios, de suerte que el hecho de que el inm se haya convertido en una entidad
de seguridad nacional para formar parte de la red de investigación coordi-
nada por el Cisen, no ha tenido ninguna repercusión a nivel interno, es decir,
a nivel de la elaboración de políticas públicas. Por el contrario, el inm en la
presidencia de Calderón cayó en la orfandad —visto desde el contexto del
gabinete de seguridad— y, desde esa posición, se convirtió en una fuente
de información externa que abonaba más a la agenda de riesgos del gobierno
estadounidense39 que a los intereses nacionales.
38 Una herramienta fundamental para verificar las listas de pasajeros son las denominadas
listas aPis, que son la versión electrónica de las listas de pasajeros que la lgP exigía a las aero-
líneas. El uso de éstas no fueron asignadas al inm por un asunto de desconfianza institucio-
nal y fueron entregadas a Aduanas, mediante una reforma que le da atribuciones para ad-
ministrar listas de pasajeros, mandato que previamente la lgP había otorgado al inm. De
acuerdo con la división interna de facultades, las aduanas en México únicamente revisan
mercancía. Pero como se trata de un proyecto bilateral con Estados Unidos, se hizo una
adecuación a modo que desde la perspectiva estadounidense su homólogo en México sea
Aduanas y no el inm; otra pequeña concesión del gobierno de México a su vecino del norte.
39 La comisionada del inm en ese entonces, Cecilia Romero, hizo declaraciones del siguiente
tenor: «sí se permitió que hubiera alguna entrevista a algún indocumentado, pero no cen-
troamericanos, más bien de otras nacionalidades», y aclaró que las autoridades estadouni-
denses no entraban a entrevistar a todos los que quisieran, ya que se tenía que seguir un pro-
tocolo muy concreto, el cual tenía que ser validado por las autoridades mexicanas. «Entonces
sí se permitía que se hiciera una breve entrevista, con un cuestionario realizado por noso-
PRIMER SEMESTRE 2015
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RODOLFO CASILLAS R.
sobre la descomposición insTiTucional del inm
El inm, desde su creación en 1993, define claramente dos áreas estratégicas
para la atención de la migración: la Coordinación de Regulación Migrato-
ria, para atender la migración documentada, normar los criterios de interna-
ción y autorizar la internación de los extranjeros, entre otras funciones;
para controlar y verificar los flujos migratorios documentados e indocumen-
tados, se creó la Coordinación de Control y Asuntos Jurídicos.40 La evolución
de las medidas para favorecer corrientes migratorias documentadas, ya sea
con fines turísticos y por motivos de residencia temporal o definitiva, ha
sido notable a partir de las medidas de desregulación instrumentadas pro-
gresivamente desde el inicio del siglo xxi, si bien es cierto que su incidencia
en el número total de extranjeros sigue siendo menor a 1 por ciento.
La falta de interés y la inoperancia institucional para el control de la
migración indocumentada han contribuido, sin duda, en la configuración
del problema del tráfico, que ha devenido en una espiral de violencia para los
indocumentados; pero también han puesto de manifiesto cómo la incapaci-
dad institucional ha favorecido y fortalecido a la delincuencia para hacerse
del control de los migrantes. No menos relevante es el hecho de que, frente
al debilitamiento institucional, distintos agentes migratorios terminen sien-
do colaboradores de la delincuencia organizada.41
La migración indocumentada ha sido parte de la realidad histórica mexi-
cana. Un centroamericano que migra a Estados Unidos tiene que pasar por
territorio mexicano de manera documentada o no. Así ha sido, lo han hecho
por sus propios medios o con ayuda de un tercero; forma parte de una reali-
dad durante el siglo xx y lo que va del xxi.42 Frente a estas corrientes migratorias
tros, pero en un espacio distinto a las estaciones migratorias». Véase http://www.animal-
politico.com/2011/01/si-el-fbi-entrevisto-a-migrantes-en-mexico-pero-no-como-lo-revelo-
wikileaks-cecilia-romero/
40 Esta coordinación, en 1998 dio origen a la Coordinación Jurídica.
41 El 9 de mayo de 2011, la siedo arraigó a seis agentes federales de migración, tras haber sido
reconocidos por las víctimas de haberlos entregado a los zetas.
42 La porosidad institucional de la frontera sur de México, con el tiempo, también ha favore-
cido las rutas de migración extracontinental, las fronteras de Chiapas y Tabasco ven pasar
migrantes de todo origen.
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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NOTAS PARA ENTENDER LA MIGRACIÓN
había una presencia del Estado para contenerla o administrarla,43 como par-
te de las medidas vigentes hasta 2000.44
Dentro de todas las variables que convergen en este fenómeno histórico,
migrantes, autoridad y traficantes, únicamente subsiste una constante con
sus mismas características: los migrantes; son los mismos de siempre y su
volumen aumenta por factores diversos —crisis económicas, desastres natu-
rales, etcétera— que agravan las condiciones económicas de las naciones y
estratos medios y bajos, de manera que eso lleva a pensar que en la nueva
configuración de fenómeno migratorio —marcado por la violencia y la inse-
guridad— lo que ha cambiado y empeorado el problema en los últimos años
son los errores e involuciones de la política migratoria gubernamental y el
perfeccionado modus operandi de los traficantes. En este nuevo escenario,
también emerge otro actor muy destacado: la llamada sociedad civil,45 la cual
requiere un estudio aparte (Casillas, 2011).
¿Qué había en materia migratoria hasta 2000? Una legislación que pena-
lizaba la migración indocumentada, es decir, que criminalizaba al migrante
y lo hacía perseguible; una presencia del Estado (el inm, Pf y todas las policías)
con autoridad suficiente para actuar como tal, para bien y para mal, pero con
mayor capacidad para controlar46 los flujos migratorios. El engranaje opera-
tivo del sistema institucional en esos años permitía que ninguna ruta de
tráfico o traficante pasara de manera independiente o por «la libre», es decir,
sin participación de agentes del gobierno, todos debían pagar su cuota a la
autoridad.47 Los traficantes tenían la imperiosa necesidad de entenderse con
43 Entiéndase con esto la facultad discrecional de la autoridad migratoria para asegurar al
extranjero o bien permitir su paso mediante la aceptación de sobornos.
44 No había una segunda lectura al mandato de la lgP que asegurar al indocumentado y pro-
ceder a su expulsión como lo establece ésta. En términos administrativos se consideraban
las cifras de aseguramientos como sinónimo de eficiencia administrativa.
45 Las instituciones pierden credibilidad y respeto cuando se empieza a negociar la ley, y en el
caso de la lgP, ésta se empezó a negociar con la Iglesia católica a partir de 2000, cuando se
convino no llevar a cabo visitas de verificación a los albergues y casas del migrante, que en
México son, en poco más de 90 por ciento, de impronta católica.
46 En este caso, controlar significa que lo hacía con fines institucionales y de tráfico, es decir,
controlaban ambas partes.
47 La autoridad no era sino los agentes migratorios, especialmente de Chiapas; usaban la inves-
tidura y las facultades para sus negocios personales porque con salarios mensuales de 4,000
pesos de entonces, resultaba inexplicable su enriquecimiento.
PRIMER SEMESTRE 2015
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RODOLFO CASILLAS R.
ellos, pero también con otros que en su calidad de autoridad hacían funcio-
nes de control migratorio extralimitándose en sus atribuciones, como las
policías municipales y estatales.48
A partir de 2005 el inm toma medidas49 para hacer valer las disposiciones
legales sobre las facultades exclusivas de las autoridades federales (inm, Pf)
en materia de detenciones, excluyendo con ello a otras dependencias guber-
namentales que, de manera irregular y permanente, venían haciendo un
trabajo de «autoridad». A partir de este momento y de otras situaciones que
convergen, se configura un nuevo escenario que en el mediano plazo abona-
ría a la descomposición que aqueja al propio inm y su actuación en la aten-
ción a la migración indocumentada:
1) Se debilita la presencia institucional del Estado en las zonas fronterizas, es
decir, la suma de fuerzas institucionales que conformaban el inm, Pf, policías
estatales y policías municipales —que lo mismo servían para asegurar que
para traficar— se rompe por completo.50
2) La desautorización a los policías municipales y estatales para llevar a cabo
funciones migratorias que habían efectuado por años implicó un alejamien-
to de autoridad, pero no un retiro del personal operativo de la actividad.51
Del nicho migratorio se eliminó la presencia de la institución de seguridad,
pero se «independizó» a los agentes físicos que la encarnaban. Así, al no po-
der ocuparse del asunto como autoridad —para detener o extorsionar— los
agentes empezaron a incursionar en la extorsión al migrante a título personal
48 Para bien o para mal, todas las policías más el inm conformaban un bloque con poder fren-
te a la migración y la delincuencia.
49 Hacer la recepción de extranjeros con la correspondiente notificación al policía local de que
se haría una queja al órgano interno correspondiente por llevar a cabo funciones para las
cuales no era competente. En algunos casos, se les negó a las policías locales la recepción
de los migrantes.
50 Paradójicamente, años después, con motivo de la promulgación de la nueva Ley Migratoria,
el presidente Calderón señaló: «La división de competencias no será, no debe ser ya un
pretexto para no atender los delitos ofensivos, graves, contra quienes migran, como son el
secuestro, la extorsión, el tráfico de personas, la violación y muchas otras».
51 Como ejemplo está la policía municipal de Tierra Blanca, señalada por las víctimas de se-
cuestro de internos y por entregarlos al jefe de la plaza de los Zetas. El 15 de marzo de 2010,
fueron detenidos 90 policías municipales por vínculos con la delincuencia organizada.
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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NOTAS PARA ENTENDER LA MIGRACIÓN
o como delincuente coludido con las organizaciones delictivas, hasta devenir
en empleado de las mismas.
3) Al mismo tiempo, ocurre que cuando las policías locales son replegadas como
autoridad, ni la Pf ni el inm tienen fuerza para contener el creciente problema,
lo que facilita que los agentes físicos puedan ponerse al servicio de la delin-
cuencia. A manera de ejemplo, para 2012, el inm tenía como personal de
campo en el estado de Chiapas a 120 personas, 40 en volantas en Oaxaca y
15 en San Luis Potosí, por turno, cifras irrisorias si se tiene presente la den-
sidad territorial de esas entidades, sus carreteras, red ferroviaria y configu-
ración del suelo.
4) El detonante más grave de la medida tomada en 2005 fue que en el cambio
de mandos en 2006, la nueva administración del inm tomó la decisión de «no
actuar», es decir, dejó de hacer operativos para la detención de migrantes
extranjeros indocumentados y se limitó a labores circunscritas al ámbito
inmediato de las delegaciones regionales. Como consecuencia de ello, hubo
una significativa reducción en eventos de detención, como lo muestran las
estadísticas oficiales.52
El resultado de la cadena de errores y omisiones es el escenario que se
observa y padecen los migrantes a partir de 2008 (aunque las autoridades
actuales han logrado, con relativo éxito tender un manto de invisibilidad
sobre él): una autoridad que, al dejar de cumplir sus obligaciones (Wacquant,
2010), abre los espacios para que entren de lleno otros actores sociales y la
delincuencia organizada se haga del control de las rutas, de los flujos migra-
torios y, en consecuencia, del destino y la vida de los migrantes. El nicho
social migratorio abandonado por la autoridad fue ocupado por las redes
delictivas.
Hasta 2004 lo que había era un esquema ampliado de corrupción insti-
tucional y con eso tenía que navegar el traficante, pero no necesariamente
en todos los casos el migrante. El funcionario de migración corrupto que
controlaba el tráfico era complacido con dinero;53 el migrante sólo salía afec-
52 Se recomienda ver el artículo «La construcción del dato oficial…» ya referido.
53 El móvil era la extorsión, no el secuestro o la privación de la vida.
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RODOLFO CASILLAS R.
tado con la detención en caso de que su traficante no lograra buenas nego-
ciaciones con la(s) autoridad(es), de suerte que bajo este esquema, el trafi-
cante garantizaba por el mismo precio hasta tres intentos para pasar por
territorio mexicano. En este sentido, la suerte del migrante estaba determi-
nada por los negocios del binomio funcionarios públicos corruptos—trafi-
cantes tradicionales, cuyo peor escenario era la detención y la expulsión,
pero no el riesgo de perder la vida,54 como sucedería al poco tiempo.
Hasta hace pocos años, el migrante huía de «la migra», mientras que con
el cambio de estrategia gubernamental quedó sin escapatoria: fue entregado
directamente a la delincuencia organizada y la posibilidad de que fuera de-
tenido por migración se redujo de manera significativa. El inm, en virtud de
sus políticas de «no hacer» en los espacios ilegalmente convenidos con acto-
res religiosos, perdió el control de sus funciones.55
¿Qué medidas instrumentó el inm a partir de 2007 para administrar la
migración indocumentada? Se configuraron distintos factores que facilita-
ron el rápido incremento de la violencia de los grupos delictivos, que pasaron
de secuestros exprés de migrantes a secuestros masivos en trenes y al asesi-
nato masivo de los mismos; fueron los primeros signos alarmantes de la
crisis institucional del inm, que evidenció el informe sobre secuestros de
migrantes de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (cndh, 2009a).
Los elementos en la actuación del inm que se conjugaron de manera
negativa fueron, básicamente, tres:
1. Política de no hacer. Lo primero que se observa es una caída notable en
el número de detenciones sobre las cifras sostenidas en los años anteriores.56
54 Con esto no se quiere decir que lo que ocurría era mejor en términos institucionales, pues
la corrupción en el inm ha sido un viejo lastre que no se ha podido remontar.
55 En el análisis de lo que ha ocurrido con la transmigración y secuestros de migrantes, se
cayó en una defensa insostenible al decir que no era competencia del inm el tema de segu-
ridad pública, lo cual es una verdad a medias, pues por distintas razones el inm dejó de hacer
labores propias de su mandato legal, acotó participaciones institucionales que le servían de
contrapeso y privó de participación de otras que ya estaban involucradas en el proceso, li-
berando a actores físicos compenetrados en el modus operandi del tráfico de la migración.
De ahí que sin tomar en cuenta estos equívocos internos resulte imposible elaborar una
estrategia operativa de corto y mediano plazo en lo que es materia propia del inm.
56 Se recomienda ver el artículo «La construcción del dato oficial…» ya referido.
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NOTAS PARA ENTENDER LA MIGRACIÓN
Para 2007 el total de detenciones se redujo a 51,700. En la composición de
las estadísticas destaca el hecho de que por primera vez el bloque de los
cuatro países que históricamente han aparecido en los primeros cuatro
(ca4)57 lugares se vería acompañado de nacionalidades distintas, pues hubo
un incremento en el número de cubanos (1,438), ecuatorianos (1,364) y
brasileños (1,067).
Hay pocas razones para pensar que de un año a otro cambiaron radical-
mente las condiciones que favorecían la migración centroamericana (Zúñiga,
2010). Por el contrario, la creciente presencia de nacionalidades de América
del Sur sugiere que la tendencia de la migración indocumentada se mantenía
constante. Lo que se observa es un cambio en la estrategia institucional
sobre qué hacer con sus funciones en materia de control y verificación mi-
gratoria; si el inm hiciera públicos sus archivos de las volantas, que los
tiene en Excel, por entidad, por ejemplo, se vería cómo los cambios de ubi-
cación el número y frecuencia de ellas, incide en el total de indocumentados
asegurados.
A partir de la administración federal que iniciara labores en 2006 se
instrumenta la medida de reducir la atención al flujo de migrantes de paso
indocumentados. No hubo una instrucción precisa y escrita que lo determi-
nara; sin embargo, la fuentes orales consultadas señalan que a diferencia de
la administración que le antecedió, basada en la exigencia de resultados en
detenciones, ésta privilegió una visión asistencialista —muy cercana a las
posiciones de la Iglesia católica— de consentir que el migrante de paso tran-
sitara sin ser molestado. Para ello se llevaron a cabo medidas como la cance-
lación de puntos de revisión migratoria,58 que durante años cumplieron una
función de control. Esta decisión, con los años demostraría ser errónea y
carente de sentido de responsabilidad administrativa.
57 Nombre técnico que recibe el grupo de los cuatro países centroamericanos con mayor nú-
mero de migrantes.
58 Sólo por poner un ejemplo, el Manguito y el Hueyate, en Chiapas, que siempre fueron los
primeros filtros de revisión, fueron cancelados. Ciertamente, en ellos había abusos y extor-
siones. Al cancelar esos filtros migratorios se retiró la autoridad, pero quedaron las prácticas
de abuso y extorsión, ahora por agentes liberados de la presencia y tutela institucionales.
PRIMER SEMESTRE 2015
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RODOLFO CASILLAS R.
Antes del gobierno de Calderón no había ocurrido que un estado fron-
terizo, como Chiapas, que por razones geográficas siempre ocupó el primer
lugar en detenciones por ser la gran puerta de ingreso a México, en 2007
tuviera 1,131 migrantes detenidos,59 es decir, sólo 2.2 por ciento del total
nacional, por debajo de Tabasco (31.7 por ciento), Veracruz (17.9 por ciento),
Oaxaca (8.7 por ciento), Tamaulipas (8.5 por ciento), San Luis Potosí (6.3 por
ciento), sólo por mencionar esa ruta de migrantes centroamericanos de paso.
Algo extraño parecía ocurrir. Pero no tan extraño si se toma en cuenta que,
en 2005, con los desastres naturales ocurridos, literalmente desapareció toda
la infraestructura de la red ferroviaria en Tapachula, lo que llevó al flujo a ir
directamente a Arriaga, en el norte chiapaneco, y a donde el inm siguió man-
dando escaso personal, como si el grueso del flujo siguiera en Tapachula. Por
alguna razón no se quería ver que el flujo había modificado su ruta migra-
toria en suelo chiapaneco.
El repunte en detenciones60 llega con el replanteamiento de la estrategia,
al considerar la necesidad de detener el creciente secuestro de migrantes,
específicamente en los trenes. Las atrocidades documentadas (Martínez,
2010), los testimonios de las pocas víctimas atendidas (cndh, 2009b), la
presión de las osc y los medios de comunicación, obligan al inm a cambiar su
estrategia. Sólo cuando la situación empezó a ser insostenible la autoridad
migratoria entendió, sin reconocer, que al haber faltado a sus obligaciones
no favoreció a los migrantes, sino a la delincuencia organizada. Lo que se ne-
cesitaba no era ausentar a la autoridad, sino perfeccionar su presencia.
La administración central decide que la mejor manera de proteger a los
migrantes de paso era mediante su detención y no dejándolos en manos de
la delincuencia, como había ocurrido. Sin embargo, después de años de no
exigirse resultados en los indicadores de detenciones, los propios agentes
migratorios habían encontrado nuevas formas de adaptarse a las condi-
ciones que le imponía la delincuencia organizada. Para 2008 la colusión de
59 Esta cifra constituyó apenas 9.89 por ciento del nivel de aseguramiento del mes de marzo
de 2006, que llegó a 11,435.
60 En 2009 se logró asegurar a 69,033 migrantes y a 69,903 migrantes en 2010, cuando en 2005
se había llegado a la cúspide histórica de poco más de 250,000 eventos de detención.
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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NOTAS PARA ENTENDER LA MIGRACIÓN
agentes migratorios con miembros de la delincuencia organizada, específi-
camente los Zetas, era un tema puntual y reiteradamente denunciado por
las víctimas y organismos humanitarios.
Fuentes consultadas que prestaron sus servicios para el inm en el estado
de Tabasco refieren la clara vinculación de los agentes migratorios con los
Zetas para el secuestro de migrantes del tren y el manejo de casas de seguri-
dad. Hubo empleados de bajo rango administrativo que dieron parte a la
autoridad competente en su institución, por ejemplo en Tamaulipas, sin que
se modificara el curso de las cosas.
2. Negociar la Ley. El debilitamiento institucional empezó con la ne-
gociación de la ley, desde los actos de corrupción de los agentes migrato-
rios para permitir o no el paso a cambio de extorsiones, hasta las negociacio-
nes de buena voluntad con quienes hacen un trabajo humanitario a favor de
los migrantes.
Con la instalación de las casas de migrantes, abiertas a instancias del acuer-
do con la Pastoral de la Movilidad Humana de la Iglesia católica, se inició a
nivel interno —en las reuniones que el inm convocaba para sus delegados—
el conflicto que se presentaba entre las disposiciones legales sobre albergue
de migrantes y las posiciones de la Iglesia católica, que solicitaba que la auto-
ridad dejara de efectuar sus funciones de verificación migratoria. El conflic-
to estuvo presente por años, sobre todo en San Luis Potosí, debido a la posi-
ción tildada de «legalista» de la entonces delegada de apegarse a la ley sin
excepciones.61
El acuerdo inm-Iglesia católica llegó en 2007. La cercanía religiosa de la
entonces titular del inm con la Iglesia católica no sólo evitó que las casas de
migrantes fueran sujetas de revisión migratorias, sino que además propició
que agentes de la Pastoral tuvieran una injerencia activa en los procesos de
atención y desahogo de entrevistas a las probables víctimas de delitos en el
interior del propio inm. Por la vía de los hechos, se inició una política prag-
mática de colaboración con algunos organismos civiles; como posible propó-
61 La funcionaria mencionada fue entrevistada un día antes de que fuera enterada de que
sería removida del cargo.
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RODOLFO CASILLAS R.
sito de transparencia en la gestión pública, no es criticable. Empero, desde
un punto de vista legal, era improcedente. Faltó creatividad para iniciar una
colaboración benéfica entre dependencias de gobierno e instancias civiles, se
trastocó la ley, no se convocó a organismos civiles, sino que se prefirió un
arreglo privado con instancias superiores de una iglesia en particular.
El acuerdo práctico que permitía que las casas de migrantes siguieran
albergando migrantes sin presencia alguna de la autoridad migratoria,62 de-
vino contrario a los propósitos que lo originaron, dado que esos espacios
humanitarios fueron convertidos en trampas mortales para muchos migran-
tes por los delincuentes: quienes delinquen a costa de los migrantes encon-
traron en esos albergues y casas de migrantes espacios libres de autoridad
estatal (Žižek, 2009). Testimonios de víctimas, voluntarios y responsables
de esos espacios humanitarios dejan en claro que sus inmuebles no están
exentas de control de la delincuencia organizada, específicamente de los
Zetas, un control a contrapelo de los dirigentes de dichas casas y albergues,
pero control a fin de cuentas. Miembros o colaboradores de redes delictivas
han solido viajar con los migrantes en el tren (que es el medio utilizado por
excelencia por los migrantes que llegan a esos espacios humanitarios), ingre-
san con ellos a las casas de migrantes, dentro de las mismas ubican al que
guía al grupo, al que trae consigo más dinero y a los que tienen familiares en
Estados Unidos. Llegada la hora de abordar el siguiente tren ocurre que, a
unos metros de la casa o albergue, generalmente los migrantes son secues-
trados, maltratados y los familiares extorsionados.63 Adicionalmente, volun-
62 Para el análisis de las construcciones sociales dentro de la sociedad en general, particular-
mente las que se distinguen por su carácter emergente, se encuentra en la obra de Niklas
Luhmann. De su vasta obra se recomienda consultar Luhmann (2007a, 2007b).
63 Esta realidad, además de que los migrantes lo saben, también los propios funcionarios se
han dado cuenta de ello. Nótese lo que indica un delegado regional: «también se nos ha
dado el caso que ahora los enganchadores son los propios connacionales de ellos, los propios
centroamericanos. Entonces, qué es que va pasando…que llegan a veces a los albergues a
la casa de caridad y empiezan a comunicarse entre ellos de qué país son, no que soy de
Nicaragua, que yo también, que de dónde, que de la Ceiba; y ahí empieza la plática de ellos
y entonces deciden viajar juntos para protegerse…toman el tren…y ahí sigue la amistad…
luego, ese enganchador que es su propio connacional le dice: oye, cuando nos bajemos en
Tamaulipas, conozco ahí una casa de un señor muy bueno que nos da asilo y nos da comida.
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NOTAS PARA ENTENDER LA MIGRACIÓN
tarios y personal eclesial se han vuelto blanco de los delincuentes, en la
medida en que defienden a los migrantes que albergan.
Desde 2008, cuando empezaron a cobrar visibilidad los casos de secues-
tros de migrantes. La autoridad migratoria tuvo conocimiento de que los
Zetas estaban haciendo un trabajo de reclutamiento con migrantes centro-
americanos, los que formarían parte de la red delictiva bajo distinta forma
de adscripción, pero sólo dio parte a las autoridades judiciales, en el mejor de
los casos. Ese proceder de la autoridad migratoria explica el éxito delictivo
que desde esos años desarrolló la red Zetas para enganchar o secuestrar a
migrantes.
3. Deficiencias en el perfil de mando. La fortaleza de una institución recae
en gran medida en la solvencia ética y la capacidad profesional de quienes la
conforman, una no pueda estar sobre la otra. Tradicionalmente en México
la administración pública ha sido el botín repartido por parte del partido
político gobernante y en el inm se ha llevado al extremo esta regla no escrita.
Sería muy cuestionable que el secretario(a) de Salud fuera un ingeniero agró-
nomo o que el secretario de Hacienda fuera un antropólogo. Sin embargo, pa-
reciera que a nadie sorprende que en otras posiciones quien tome la dirección
de los asuntos desconozca por completo la materia.
La reflexión es pertinente porque una parte de lo ocurrido en los últimos
años en relación con la migración indocumentada se encuentra relacionada
con el perfil de los nombramientos de los funcionarios de alto nivel en el
interior del inm y lo que ha ocurrido en la conducción de éste: su trayectoria
pública no brinda elementos de juicio que permitan valorar su sapiencia en
la materia. Las personas que han sido titulares de dicho instituto, todas menos
una (que por cierto sólo duró unos meses en el cargo), han carecido de cono-
cimiento previo de la materia migratoria. El o la titular ha practicado de
manera regular un proceder similar con quienes conforman sus instancias
subordinadas de mando a nivel central y en los estados. Antes, no existían con-
troles de confianza y cuando se aplicaron durante la presidencia de Calderón,
Y llegando, pues es ahí donde los entrega a las bandas delictivas para su secuestro. Ese caso
nos repitió en dos o tres ocasiones» (eg).
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por lo regular se encontró la manera de darles la vuelta y sólo aplicarlos a
personal caído en desgracia. Ante la falta de confianza en el área interna, el
último subsecretario del ramo de la administración Calderón decidió man-
dar al personal del inm a presentar la prueba correspondiente con el personal
e instrumental del Cisen, una medida que sólo alcanzó a unos cuantos. Con
la llegada de la nueva administración y la entrada de una nueva camada de
funcionarios, imberbes en lo migratorio, se volvió a cambiar el procedimiento.
Por la naturaleza de la materia, el área de control y verificación migrato-
ria hasta 2007 estuvo en manos de abogados que combinaban lo que enten-
dían en planeación estratégica y coordinaban las acciones operativas en te-
rritorio nacional. Al igual que sus predecesores, el gobierno de Calderón en
el inm designó al frente a personal con escasa experiencia para hacer frente
a la complejidad del fenómeno. Las fuentes consultadas en las delegaciones
señalan la pérdida de objetivos y la incapacidad para definir estrategias claras
de operación. Al tiempo se hizo un nuevo nombramiento; esta vez recayó
en un ingeniero en sistemas, que tampoco pudo hacer gran cosa, pues no
contaba con formación y conocimiento en la materia. Es decir, la ausencia
de formación y conocimiento no sólo se notaba en las instancias superiores de
mando, sino también en mandos medios centrales, así como en la designa-
ción de nuevas camadas de delegados estatales que, como referente de valor
para el nombramiento, contaban con la misma filiación partidaria del presi-
dente constitucional.
En la administración pública no se puede renunciar a las obligaciones
encomendadas sin que medie responsabilidad legal, como tampoco se puede
negociar la ley, por nobles que sean las intenciones de quienes buscan ayudar
a resolver el problema. Desde esta perspectiva, los secuestros y las masacres
no sólo son el resultado de la acción de los grupos criminales: son también
producto de los yerros y negligencia de las autoridades responsables de la
materia migratoria que, cuando se hace evidente su errar, son enviados a otros
puestos públicos sin sanción por lo equívoco de su proceder; también puede
que se les sustituya con el cambio de administración o que llegue un nuevo
partido al poder federal, pero igual, sin sanción por lo mal hecho o lo omitido.
Ese proceder, sin fincar responsabilidad, es un valor entendido y practicado en
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
77
NOTAS PARA ENTENDER LA MIGRACIÓN
el inm desde su origen hasta la fecha, al menos para sus titulares, sus direc-
tores centrales y delegados estatales.
para cerrar
Por lo regular, en el análisis de las migraciones de paso en México, en parti-
cular, se omite escudriñar qué pasa en los interiores de las instituciones de
gobierno que se encargan del tema migratorio. Si no se sabe de ellos, es difí-
cil justipreciar qué hacen y qué dejan de hacer esas instituciones y su perso-
nal. En la medida en que se mantienen en la invisibilidad las limitaciones y
contradicciones de la ley, los distintos problemas para su operación, la tras-
cendencia de que se cuente o no con personal debidamente capacitado en
las instancias de mando y la conjugación negativa de esos elementos, más las
inercias de la burocracia y la corrupción, resulta imposible entender por qué
los gravísimos daños a los migrantes de paso han llegado a ser lo que son:
una constante que sigue sin ser revertida.
Lamentablemente, lo ocurrido no se debe en exclusiva a lo que pasa den-
tro del inm; hace falta, y eso debiera ser materia de otro análisis, investigar
qué hacen y qué dejan de hacer otras instancias, como la propia Subsecreta-
ría del ramo, la Segob, así como otras dependencias como la Secretaría de
Relaciones Exteriores (que por mucho tiempo ha sido contrapeso de la Segob
en materia migratoria al menos), las casi invisibles secretarías del Trabajo y
Previsión Social, de Educación Pública, Desarrollo Social y Economía, que
durante decenios han estado en ayunas de asumir su responsabilidad insti-
tucional en materia migratoria, así como el Sistema de Seguridad Nacional
y de lucha contra el crimen organizado, que han hecho particular hincapié
en sus prioridades sobre las cuestiones migratorias, etcétera. Es decir, existe,
sólo desde esta breve señalización, un conjunto de instituciones de gobierno
que participan, por mandato de ley, de lo migratorio y que no han sido debi-
damente analizadas. Desde este amplio horizonte, lo argumentado es, como
dice el título, «Notas…», que podrán tener mejor dimensión cuando se cuente
con esos análisis mencionados y hoy ausentes.
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
78
RODOLFO CASILLAS R.
En México, en abundancia de referentes necesarios, las deficiencias en la
actuación institucional y sus problemas organizativos, de operación y coor-
dinación interinstitucional, conjugados con la extensa colaboración de au-
toridades locales, municipales, estatales y federales con grupos criminales, y
el hecho de que por otra parte, se carece de un sistema adecuado y eficiente
para atender a las víctimas migrantes,64 dan por resultado una permanente
violación a los derechos humanos de los mismos migrantes. En este sentido,
es importante analizar los efectos de las políticas migratorias gubernamen-
tales, sin duda, pero es igualmente importante conocer cómo se gestan esas
políticas, quiénes son los actores intra-institucionales que formulan, diseñan
y ordenan que esas políticas se apliquen. De otra forma, las propuestas de
mejora de política pública pueden ser presentadas o canalizadas a instancias
equívocas. En el caso de México, son varias las instancias federales que tienen
que ver con lo migratorio, como se ha dicho un poco antes, aunque en este
texto se ha dado, por razones de espacio y necesidad de abundar en lo espe-
cífico de la dependencia, atención prioritaria al acontecer interno del Insti-
tuto Nacional de Migración. En su momento, habrá que analizar el papel
formal y real de esas otras instancias de gobierno, hoy omisas no sólo en la
actuación, sino en los análisis sobre la actuación gubernamental en materia
migratoria internacional.
La violación a los derechos humanos, por acción o por omisión, de parte
de las instancias gubernamentales, se conjugan con los abusos y violencias de
distinta índole que ejercen miembros de las comunidades por donde transitan
64 Las entrevistas indican que, en caso de que el migrante sea víctima de algún delito, no es
función propia de la autoridad migratoria hacer el procedimiento correspondiente, sino tan
sólo remitirlos a las instancias convenientes para hacer su denuncia (Entrevistas con LA,
EG, GL y RR). Para poner un ejemplo del procedimiento: «Nosotros lo que hacemos es el
acompañamiento jurídico, le tomamos su declaración, no con preguntas, la declaración que
ellos nos hacen y le damos la opción al migrante, porque eso es un tema de derechos huma-
nos, que nosotros no podemos presionarles y decirles: tú tienes que ir a denunciar, [no], tienes
la posibilidad de denuncia, se les dice sus derechos; tú eres víctima de un delito, es impor-
tante que denuncies, quieres hacerlo. Sí quiero hacerlo. Entonces vamos y lo presentamos
ante la Pgr, si es delito de fuero federal y si es una cuestión de fuero común ante la Pgje. Se
presenta, se le toma toda su declaración y se inician las investigaciones correspondientes a
partir de la autoridad ministerial» (am).
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
79
NOTAS PARA ENTENDER LA MIGRACIÓN
los(as) migrantes y, ciertamente, por parte de los grupos dedicados al crimen
(Keane, 2000; Labica, 2008; Sanmartín, 2004). Es decir, la violencia social, en
sus infinitos vestidos sociales, es otra vertiente por investigar. Sin ella, cual-
quier análisis es parcial, aunque sea difícil elaborarlo, como es el caso del
presente escrito que se centró en el inm.
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81
resumen: Este trabajo analiza las condiciones de vulnerabilidad que presen-
tan distintos grupos de migrantes que transitan por la ruta del occidente de
México. A partir de un concepto de vulnerabilidad centrado en los factores
de riesgo y en las capacidades o recursos que los sujetos poseen para afron-
tarlos, se aplicaron entrevistas a 78 migrantes encontrados a lo largo de la
ruta y se construyeron varias categorías de vulnerabilidad que nos permiten
conocer las condiciones de tránsito. Encontramos que la vulnerabilidad de
los migrantes entrevistados está fuertemente permeada por factores como
la nacionalidad, el género, la edad, la experiencia previa del viaje, las redes de
apoyo y la condición socioeconómica. En este sentido, los grupos menos
vulnerables lo son básicamente por el factor de nacionalidad, en donde sólo
un grupo de mexicanos y mexicanas muestran relativamente mayores recur-
Migración de tránsito por la ruta del occidente
de México: actores, riesgos y perfiles
de vulnerabilidad
ADRIANA GONZÁLEZ ARIAS*
OLGA AIKIN ARALUCE**
*
Profesora e investigadora del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente,
México.
** Profesora e investigadora del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente,
México.
Agradecemos la colaboración de los estudiantes del iteso, Alejandra Sandoval en la aplicación
de entrevistas y sistematización de datos; Óscar Limón en la aplicación de entrevistas, y
Gabriela Rangel en la sistematización de datos; así como a las voluntarias de la Iniciativa
Kino Ashley Edgette y Natalia en la realización de entrevistas; Programa de Asuntos Migra-
torios de iteso en contactos; fm4 Paso Libre en información y uso de instalaciones en
Guadalajara; proyecto Iniciativa Kino para la Frontera en información y uso de instalaciones
en Nogales; Daniel David González Arias en el diseño de mapas.
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
82
ADRIANA GONZÁLEZ ARIAS Y OLGA AIKIN ARALUCE
sos para afrontar los peligros (el tránsito legal o la existencia de redes de
apoyo más sólidas).
palabras clave: migración de tránsito, ruta de occidente, migración, violaciones de dere-
chos, seguridad.
abstract: This study analyzes the conditions of vulnerability exhibited by certain migrant
groups that transit through the western route in Mexico. Derived from a concept of vulnera-
bility based on risk factors and on the capabilities or resources that the enable the subjects to
confront them, interviews were conducted with 78 migrants encountered along this route
and which reside within various vulnerability categories that allow us to understand the
conditions of transit. We find that the vulnerability of the interviewed migrants is strongly
permeated by factors such as nationality, gender, age, previous migratory experience, net-
works of support and socio-economic conditions. In this sense, the least vulnerable groups
are those of a single nationality, in which a group of male and female Mexicans exhibits
greater resources with which to confront dangers (legal transit or the existence of more relia-
ble networks of support).
key words: transit migration, western route, migration, violation of rights, security.
83
inTroducción
Desde 2000, la migración de tránsito por el territorio mexicano
con dirección a Estados Unidos ha sido denunciada a nivel na-
cional e internacional debido a la vulnerabilidad, riesgos y vio-
laciones a los derechos humanos que padecen en ese recorrido
los migrantes centroamericanos y mexicanos. Informes de la Comisión Na-
cional de Derechos Humanos (cndh, 2009, 2011) señalan escalofriantes ci-
fras sobre abusos a migrantes, donde destacan los secuestros y extorsiones.
Otras organizaciones prestigiadas afirman que las autoridades migratorias
o las fuerzas de seguridad mexicanas suelen participar directamente en es-
tos abusos y que las agresiones se dan en un marco de total impunidad
(Amnistía Internacional, 2010; Meyer y Brewer, 2010). Calificada como
una «tragedia humanitaria» por actores internacionales,1 esta problemática
cobró su punto más álgido en los medios internacionales a raíz de la matan-
za de 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas, en agosto de 2010, fecha
en que fueron hallados los cuerpos. Para mayo de 2011, posiblemente vincu-
lado a la denuncia y presión política, el gobierno federal publicaba la nueva
Ley de Migración como un intento (malogrado para algunos) de humanizar
la regulación de la migración en México. Frente a la política de criminaliza-
ción del migrante y la militarización de la frontera sur como parte del entra-
mado regional de contención migratoria, la nueva ley reconoce la necesidad
de salvaguardar los derechos humanos de los migrantes y les otorga derechos
puntuales en el campo de la salud, la educación, la sanidad y el registro civil.
Si bien la migración de tránsito por el corredor mexicano ha cobrado un
auge mediático reciente, la literatura académica viene haciendo mención de
este fenómeno desde la década de los años ochenta, cuando los flujos proce-
dentes de Centroamérica arribaban a México en busca del estatus de refu-
giados o con la intención de llegar a Estados Unidos para escapar de las
1 Este es el calificativo que le dio la Comisión Interamericana a la referida situación durante
la audiencia titulada «Situación de los derechos humanos de migrantes en tránsito por terri-
torio mexicano» celebrada en marzo de 2010. Disponible en http://www.oas.org/es/cidh/
audiencias/TopicsList.aspx?Lang=es&Topic=20
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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ADRIANA GONZÁLEZ ARIAS Y OLGA AIKIN ARALUCE
atrocidades de las guerras civiles de la época, captaron la atención de las
autoridades mexicanas y marcaron el rumbo de la política migratoria. A
partir de 2000 y desde la óptica de la sociología, antropología, economía y
ciencia política, la literatura académica analiza múltiples ángulos: perfil del
migrante de tránsito y estrategias de supervivencia en el camino, redes so-
ciales de apoyo, redes criminales que lo acechan, grupos de apoyo, discrimi-
nación o maltrato por ciudadanos mexicanos, violencia estructural de la que
huyen, violaciones a los derechos humanos y política migratoria nacional o
regional de los gobiernos involucrados para regular el fenómeno.
Entre los estudiosos, especial interés han suscitado las rutas de tránsito
de los migrantes —principalmente de centroamericanos, aunque también
mexicanos— y los peligros que enfrentan. Como soporte material del re-
corrido, las rutas son el punto de referencia para la actuación de los actores
involucrados. Más allá del trazado genérico que encontramos en el mapa de
Casillas y otros posteriores, poco sabemos de la ruta de occidente, que pue-
de observarse de sur a norte del Océano Pacífico. Sin embargo, para efec-
tos de esta investigación se tomará como ruta de occidente la que parte de
Irapuato, Guanajuato, avanza por Jalisco, Nayarit y Sinaloa, y finaliza en
Sonora o Baja California, siguiendo el trazado ferroviario. Si bien para la
Zona Metropolitana de Guadalajara se publicaron dos diagnósticos acerca
del perfil y características de los migrantes en tránsito (véase Rocha, Escalo-
na y Gutiérrez, 2011; fm4 Paso Libre, 2013), no encontramos más datos de
esta ruta en su totalidad. Por tanto, este trabajo intenta cubrir ese vacío y
simultáneamente hace una contribución a la literatura académica sobre
migración de tránsito por México.
El objetivo principal de esta investigación consiste en describir y anali-
zar las condiciones de movilidad humana de los grupos migratorios que
transitan por la ruta del occidente de México camino a la frontera norte.
Para ello realizamos una descripción inicial de la ruta y analizamos a los acto-
res que por ella viajan, haciendo especial énfasis en los riesgos a la seguridad
del migrante y en las capacidades de éstos para afrontarlos. A partir de los
conceptos de riesgo y capacidades o recursos, logramos construir varias cate-
gorías de vulnerabilidad que nos ayudan a comprender las condiciones del
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
85
MIGRACIÓN DE TRÁNSITO POR LA RUTA DEL OCCIDENTE DE MÉXICO
viaje para los distintos grupos migratorios. Las preguntas que guiaron este
proceso de búsqueda fueron: ¿quiénes transitan la ruta?, ¿qué riesgos los
acechan y cómo los enfrentan?, ¿cuál es su capacidad de respuesta ante el
peligro?, ¿quiénes tienen más posibilidades de éxito en este arriesgado viaje?
La investigación, básicamente de corte cualitativo, recupera fuentes
documentales que arrojan luz sobre aspectos teóricos de interés, si bien se
basa principalmente en una investigación de campo realizada entre enero y
mayo de 2014. En ésta se aplicaron 78 entrevistas semiestructuradas a mi-
grantes en tránsito hacia la frontera norte (46 realizadas en Guadalajara,
Jalisco, y 32 en Nogales, Sonora) y se realizaron cinco entrevistas a informan-
tes clave (investigadores y encargados de comedores para migrantes). En el
cuadro 1 se describe el grupo de estudio. Los instrumentos aplicados fueron
diseñados a partir de la técnica de etnografía multisituada.
CUADRO 1
Descripción del grupo de estudio por lugar de entrevista
POR NACIONALIDAD LUGAR DE LA ENTREVISTA GUADALAJARA NOGALES TOTALES
Mexicanos Total 4 9 13
Hombres 3 5 8
Mujeres 1 4 5
Menores 1 1
Hondureños Total 19 13 32
Hombres 17 10 27
Mujeres 2 3 5
Menores 1 2 3
Salvadoreños Total 12 4 16
Hombres 12 4 16
Mujeres – –
Menores 1 – 1
Guatemaltecos Total 12 5 17
Hombres 9 3 12
Mujeres 3 2 5
Menores 1 – 1
Total 47 31 78
Fuente: Elaboración propia con datos del trabajo de campo de esta investigación.
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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ADRIANA GONZÁLEZ ARIAS Y OLGA AIKIN ARALUCE
Vulnerabilidad
El concepto de vulnerabilidad ha incursionado con fuerza en los últimos 40
años en las ciencias sociales, específicamente en el campo de estudios del
desarrollo. Según Pérez de Armiño (2009), dicho concepto constituye un
«fértil instrumento de estudio de la realidad social, de disección de sus causas
profundas, de análisis multidimensional que atiende no sólo a lo económico,
sino también a los vínculos sociales, el peso político, el entorno físico y
medioambiental o las relaciones de género, entre otros factores» (2009: 2).
De ahí que sea un punto de partida importante para orientar las políticas
públicas en cuestiones de desarrollo, así como las intervenciones de acción
humanitaria.
Pérez de Armiño define la vulnerabilidad como:
El nivel de riesgo que afronta una familia o individuo a perder la vida, sus bienes
y propiedades o su sistema de sustento, ante una posible catástrofe. Dicho nivel
guarda también correspondencia con el grado de dificultad para recuperarse
después de tal catástrofe, la indefensión o falta de medios para afrontar la situa-
ción sin pérdidas perjudiciales (Pérez de Armiño, 2009: 11).
De esta definición se desprenden dos componentes básicos: uno exter-
no, constituido por los riesgos o conjunto de amenazas potenciales y, otro
interno, constituido por las capacidades de un individuo o grupo para afron-
tar dichos riesgos.
En una definición simplificada podemos decir que la vulnerabilidad es el
nivel de exposición a riesgos y la dificultad para afrontarlos.2 Los riesgos
2 Un análisis más complejo de la vulnerabilidad incluye el conjunto de factores estructurales
que condicionan y constriñen las capacidades del individuo y su posibilidad de respuesta,
esto es, las causas profundas de la vulnerabilidad (Vogt, 2013; Pérez de Armiño, 2009). Para
Pérez de Armiño la vulnerabilidad «responde a una combinación de múltiples factores geo-
gráficos, económicos, sociales, políticos y personales». Sus causas son de tres tipos: causas
raíces o estructurales, los procesos de crisis a medio o corto plazo y los determinantes per-
sonales, constituyéndose de esta forma «toda una cadena explicativa que va de lo macro»
y estructural a lo «micro; desde las relaciones sociales globales hasta las condiciones especí-
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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MIGRACIÓN DE TRÁNSITO POR LA RUTA DEL OCCIDENTE DE MÉXICO
están asociados a situaciones de inseguridad, incertidumbre y desprotec-
ción, las cuales constituyen un conjunto de amenazas potenciales o reales.
La capacidad de defensa/respuesta o situación de indefensión propia de la
vulnerabilidad deriva de la carencia de recursos del individuo dadas sus carac-
terísticas personales (edad, sexo, escolaridad, condición étnica, situación mi-
gratoria o condición socioeconómica) y otros factores estructurales. Todo
ello condiciona las posibilidades de acción y estrategia del individuo o grupo.
Según Kazman (citado en Ibarra, 2009: 206), la capacidad de respuesta de-
pende de los activos disponibles (como conjunto de recursos materiales e
inmateriales sobre los que se posee control) y de los mecanismos de apoyo
externo a los que se tiene acceso. Parte de estos activos también lo constitu-
yen las habilidades adaptativas o estrategias de afrontamiento que imple-
mentan los actores.
El concepto de vulnerabilidad que aquí presentamos incorpora la noción
de agencia, la idea del actor social, en donde se atribuye que el migrante, más
allá de ser una víctima o sujeto pasivo constreñido por las condiciones es-
tructurales adversas, posee «la capacidad para procesar la experiencia social
y diseñar maneras de lidiar con la vida, aún bajo las formas más extremas de
coerción» (Long, citado en Rivas, 2011: 17).
La vulnerabilidad como dificultad para resistir riesgos, o la capacidad/
incapacidad para reponerse después de que éstos se hayan materializado,
depende de diversos factores, como la edad, el nivel de salud, la escolaridad, la
situación socioeconómica o el capital social que posee el sujeto. Depende del
conjunto de características personales del individuo, los activos que posea,
los apoyos que recibe y las estrategias que es capaz de implementar.
ficas de cada individuo» (2009: 13). Si bien la definición de vulnerabilidad propuesta en
este artículo está, por cuestiones operativas, básicamente centrada en el nivel individual,
no ignora la importancia que reviste contemplar los constreñimientos estructurales y los
procesos de crisis en los lugares de origen y tránsito de los grupos migratorios estudiados.
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ADRIANA GONZÁLEZ ARIAS Y OLGA AIKIN ARALUCE
capacidades = caracTerísTicas personales + acTiVos
(capiTal social + apoyos + habilidades adapTaTiVas)
Desde la perspectiva del actor social resulta especialmente interesante el
concepto de capital social como activo fundamental para enfrentar situacio-
nes de vulnerabilidad. Este concepto, importante dentro de la teoría de re-
des, remite al poder de agencia de los migrantes y sus comunidades a la
hora de organizar los procesos de migración e incorporación en lugares de
destino. El capital social, como lazos familiares, amistosos y de la comuni-
dad, proveen al migrante de un gran apoyo en el proceso migratorio, incre-
mentando las posibilidades migratorias y disminuyendo los costos o riesgos
del desplazamiento. Estas redes que forman el capital social representan
«mecanismos de transmisión de capital cultural» que proveen información
sobre las oportunidades migratorias, las rutas y las posibles estrategias
(Castles, 2010).
Con ánimo de lograr indicadores que nos ayudarán a dimensionar la
vulnerabilidad en sus distintos aspectos, construimos la siguiente matriz:
CUADRO 2
Perfil de vulnerabilidad = riesgos + capacidades
RIESGOS DURANTE LA RUTA CAPACIDADES
NATURALES INSEGURIDAD
PÚBLICA INSTITUCIONALES CONDICIONES PERSONALES ACTIVOS
Climáticos.
Propios del
medio de
transporte
(tren, autobús,
etc.).
Hechos delicti-
vos cometidos
por distintos
grupos de
actores.
Control migratorio
(retenes, operativos,
estaciones migra-
torias, etc.).
Características físicas
y de salud.
Perfil socioeconómico:
Nacionalidad,
Sexo,
Edad,
Escolaridad,
Oficio.
Estatus jurídico:
Identificación personal
Documentación
migratoria.
Capital social
(familia, redes de
apoyo, redes
sociales, acceso a
información).
Habilidades
adaptativas o
estrategias.
Apoyos externos.
Fuente: Elaboración propia a partir del cuaderno Seguridad para el Migrante: una agenda por construir de
inedim (2011).
CUADRO 3
Niveles de vulnerabilidad e indicadores para migrantes en tránsito
INDICADORES MODERADA MEDIA ALTA EXTREMA
GÉNERO HOMBRES Y MUJERES HOMBRES HOMBRES Y MUJERES HOMBRES MENORES Y MUJERES
Edad 25-40 25-40 18-45 0-55
Estatus jurídico Documentado en su tránsito
por México
Indocumentado en su tránsito
por México
Indocumentado en su tránsito
por México
Indocumentado en su tránsito
por México
Profesión
consolidada
No necesariamente No No
Medio de transporte Autobús y van Mixto autobús/tren Tren Tren
Experiencia previa de viaje No necesariamente No No
Redes de apoyo (1) Densidad alta Densidad media Densidad baja Muy escasas o inexistentes
Planeación de viaje (2) Alta Media Baja Muy escasa o inexistente
Acceso a la información y
comunicación (3)
Alta Media Baja Muy escasa o inexistente
Estrategias de supervivencia Viajar en autobús
Contratar coyote
Uso de hoteles
Viajar en autobús
Charolear
Trabajar durante el tránsito
Viajar en grupo desde origen
Rodear zonas peligrosas
Charolear
Viajar en grupo que se forma
de manera espontánea duran-
te el viaje
Charolear
Viajar en grupo que se forma
de manera espontánea duran-
te el viaje
(1) Alta: redes de tres tipos: origen, destino y tránsito. Media: redes de dos tipos: en lugar de destino y origen o a veces tránsito. Baja: sólo un tipo de red, a menudo sólo en
origen y sin redes en destino. Sí cuenta con redes espontáneas creadas durante el tránsito. Muy escasas o inexistentes: migrante no tiene redes o sólo cuenta con las espon-
táneas creadas durante el tránsito.
(2) Alta: migrante manifiesta haber planeado ahorrando dinero, contratando coyote, consultando mapas y a otros migrantes, tiene claro el destino en Estados Unidos,
dónde trabajará y cuánto tiempo se quedará en destino. Media: sí planeó viaje, ahorró, a veces consultó mapas, pero no contrató coyote. Tiene claro lugar de destino pero
no necesariamente en dónde trabajará o cuánto tiempo se quedará en destino. Baja y muy escasa o inexistente: planeación muy precaria, a veces ahorró para el viaje y con-
sulta a otros migrantes en lugar de origen. Otras veces viaja sin información previa (salvo el boca a boca), sin uso de coyote y sin tener claro lugar de destino o tipo de tra-
bajo que realizará.
(3) Se gradúa dependiendo de a cuántas fuentes accedió antes y durante el viaje; uso de celular, whatsapp, correo electrónico, mapas, noticias, información proveniente de
otros migrantes en origen o tránsito. Alta: acceso a cuatro o más fuentes. Media: acceso a máximo tres fuentes. Baja: acceso máximo a dos fuentes. Muy escasa: acceso a
una fuente, generalmente información de otros migrantes.
Fuente: Elaboración propia a partir del trabajo de campo de esta investigación.
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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ADRIANA GONZÁLEZ ARIAS Y OLGA AIKIN ARALUCE
Los riesgos responden a tres tipos de categorías: naturales (condiciones
climáticas y riesgos inherentes al tipo de transporte), inseguridad pública
(incluyen la tipología de hechos delictivos a los que están expuestos u otros
tipos de violencia social que los acechan) e institucionales (los obstáculos y
violaciones a los derechos humanos que derivan del control migratorio).
Asimismo, las capacidades las dividimos en las condiciones personales del
migrante (perfil socioeconómico y estatus migratorio) y activos disponibles
(básicamente el capital social, habilidades adaptativas o estrategias y apoyos
externos que encuentra por la ruta). A partir de estos elementos construi-
mos una entrevista semiestructurada que aplicamos a 78 migrantes que via-
jaban por la ruta. El grupo de estudio, si bien no tiene un valor estadístico, nos
permitió llegar a un efecto de «saturación», donde al repetirse ciertas carac-
terísticas y patrones, logramos establecer cuatro perfiles de vulnerabilidad
básicos. Estos perfiles responden a ciertos indicadores relacionados con gé-
nero, edad, estatus jurídico, profesión, experiencia previa de viaje, redes de
apoyo, planeación de viaje y acceso a la información. El siguiente cuadro
expone los indicadores a los que responde cada categoría de vulnerabilidad.
En los siguientes tres apartados presentamos los resultados de la investi-
gación. Iniciamos con una descripción de la ruta y los riesgos inherentes a la
misma, en una segunda sección categorizamos a los grupos en tránsito a par-
tir de sus condiciones personales y capacidad de respuesta ante los peligros.
ruTa de occidenTe: una descripción inicial
La ruta del occidente de México tiene una historia que se puede remontar a
más de 100 años, ya que enlaza el norte con estados tradicionalmente expul-
sores de migrantes como Guanajuato, Michoacán, Jalisco y Zacatecas (Ma-
chuca, 2014). No obstante, su visibilidad mediática acontece en los últimos
años, notablemente a partir de 2010, cuando los migrantes cambian el itine-
rario por el incremento de la violencia en las rutas del este de México. Entre
2008 y 2014, fuentes de información mexicanas observan un incremento en
los flujos de migrantes mexicanos y centroamericanos que pasan por el occi-
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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MIGRACIÓN DE TRÁNSITO POR LA RUTA DEL OCCIDENTE DE MÉXICO
dente de México.3 La ruta de occidente, si bien fue históricamente la más
transitada en el territorio mexicano, en los últimos años ha presentado un
flujo migratorio descendente en relación con las otras rutas. De acuerdo con
las detenciones realizadas por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos entre
2000 y 2014 (Southwest Border Sectors, 2014), se registró un decrecimiento
de 86 por ciento en las detenciones operadas en San Diego y Tucson, mien-
tras que en los puntos fronterizos de la ruta del golfo éstas se incrementaron,
entre 2011 y 2014, en 326 por ciento. Asimismo, las cifras de la Patrulla
Fronteriza arrojan que el flujo de centroamericanos ha incrementado en
general, siendo que del total de aprehendidos en la frontera en 2014, 53 por
ciento fueron centroamericanos, lo que contrasta con las cifras de años an-
teriores, en donde entre 2000 y 2009, el grupo de centroamericanos sólo re-
presentaba 6 por ciento de los detenidos. Si bien históricamente el tránsito
por el occidente ha descendido comparativamente en relación con otras ru-
tas, en términos absolutos ha incrementado en los últimos años, lo que
parcialmente podría explicarse por el aumento del flujo de centroamericanos
que transitan por todo México, así como por la intensa violencia asociada a
las rutas del este del país.
Grosso modo, de acuerdo con los lugares de viaje que obtuvimos en las
entrevistas, podemos decir que el trazado de la ruta coincide con la línea
ferroviaria que va a Estados Unidos, iniciando en Irapuato, Guanajuato, y
concluyendo en diversos puntos de la frontera occidental. Si observamos el
mapa anterior, vemos que el camino es básicamente unidireccional desde
Irapuato hasta Santa Ana, Sonora, donde se bifurca en dos direcciones: a
3 El aumento de mexicanos se observa en la muestra de la Encuesta sobre Migración en las
Fronteras Norte y Sur de México (Emif-Norte, 2011: 259). En ésta, los migrantes que llega-
ron a alguna ciudad fronteriza del oeste del país en los últimos 5 años reportados represen-
tan, con respecto al total de los levantamientos de las zonas centro y este de México, 13.3
por ciento en 2007, 31.52 por ciento en 2008, 27.4 por ciento en 2009, 45 por ciento en 2010
y 41.9 por ciento en 2011. En lo que corresponde a los centroamericanos, los boletines esta-
dísticos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob), señalan
un aumento en las detenciones en los estados que corresponden a la ruta de occidente (Baja
California, Guanajuato, Jalisco, Nayarit, Sinaloa y Sonora), en donde en 2011 hubo 3,434
centroamericanos detenidos; 3,962 en 2012; 3,413 en 2013, y 4,298 en 2014 (http://www.
gobernacion.gob.mx/es_mx/SEGOB/Boletines_Estadisticos, revisados en enero de 2015).
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ADRIANA GONZÁLEZ ARIAS Y OLGA AIKIN ARALUCE
Nogales y a Mexicali. Muchos de los migrantes que optan por viajar hacia
Mexicali deciden, un poco más adelante, en Caborca, bajarse del tren y llegar
caminando o en autobús a Altar, Sonora, donde esperan unos días para bus-
car un coyote que los lleve a Sásabe, punto de cruce muy recurrido. Otros se
dirigen hacia Sonoyta, Sonora, buscando un cruce solitario o asistido, mien-
tras que otros se van a Mexicali. Casi todos buscan cruzar la frontera, si bien
muchos lo retrasan para trabajar y ahorrar el dinero suficiente para pagar a
coyotes y mafias. Otros, ante el fracaso del cruce, se quedan en las zonas
fronterizas, también buscando trabajo y nuevas oportunidades de paso.
Ruta de tránsito migratorio por el occidente de México
Fuente: Elaboración propia con datos del trabajo de campo de esta investigación.
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MIGRACIÓN DE TRÁNSITO POR LA RUTA DEL OCCIDENTE DE MÉXICO
Perfil general de los migrantes
Nuestra investigación de campo se realizó en Guadalajara (en el comedor de
fm4) y Nogales (en el comedor de la Iniciativa Kino) y se enfocó a estudiar
los flujos migratorios hacia el norte, con intención de llegar a la frontera o
ya una vez en ella. En las 78 entrevistas encontramos cuatro grandes grupos
nacionales que transitan la ruta hacia el norte: mexicanos, hondureños, sal-
vadoreños y guatemaltecos. Buscamos obtener un grupo mínimamente re-
presentativo de todas las nacionalidades encontradas, si bien el grupo de
entrevistados más numeroso fue de hondureños (41.7 por ciento) seguido
de guatemaltecos (21.5 por ciento), salvadoreños (20.2 por ciento) y mexi-
canos (16.4 por ciento).4 En el grupo de estudio predominaron los hombres
adultos (80.7 por ciento frente a 19.23 por ciento de mujeres) con un rango
de edad de entre 20 y 29 años (40.7 por ciento), grupo de edad que predomi-
nó frente a los menores (8 por ciento) o mayores de 50 años (5 por ciento).
Los migrantes entrevistados siguieron este trazado principal viajando,
ya fuera exclusivamente en tren (41 por ciento), en autobús (12.8 por ciento) o
mezclando ambos transportes (44.8 por ciento), y pasaron por las ciudades
principales de la ruta. La racionalidad que permea esta decisión responde,
según Chávez y Landa (2012), a factores de nacionalidad y de clase socioe-
conómica. Mientras que los grupos más pobres suelen viajar en tren (un medio
más peligroso, pero que esquiva los controles migratorios), los que tienen más
recursos o una situación de tránsito regular (como los mexicanos) tienden a
tomar el autobús, el cual proporciona mayor seguridad pero supone más
costo monetario por el pago de transporte y las constantes extorsiones de
las autoridades. En nuestro grupo de estudio predominó la decisión de com-
binar ambos medios de transporte, una estrategia recurrente que rompe con
4 Estos porcentajes no reflejan cuál de los grupos es el más numeroso, ya que no era el objetivo
de la muestra y existe esa información en otros estudios. Por ejemplo, el reporte de fm4
(2013) estima que el grupo en tránsito más numeroso por la Zona Metropolitana de Gua-
dalajara es el de los hondureños (que representan 43 por ciento), seguido del grupo de
mexicanos (30.2 por ciento), los guatemaltecos (9.6 por ciento), salvadoreños (9.6 por ciento)
y nicaragüenses (1.5 por ciento). No obstante, en nuestra investigación de campo no encon-
tramos nicaragüenses para entrevistar.
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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ADRIANA GONZÁLEZ ARIAS Y OLGA AIKIN ARALUCE
el criterio de condición económica y en la que predomina la búsqueda de
seguridad como condición prioritaria.
Gran parte de los entrevistados respondían al perfil del migrante por
razones económicas (76.9 por ciento) y casi 9 por ciento manifestó haber
salido de su país por cuestiones de violencia (básicamente la agresión propia
de un ambiente social permeado por el narcotráfico y el pandillerismo). No
obstante, para 30.7 por ciento la mezcla de ambos motivos (económicos y
de violencia) fueron la causa determinante de la migración. En este sentido,
es importante señalar que la pobreza es el motor principal de expulsión de esta
población, variable que a menudo se conjunta y refuerza con el factor violencia.
47.43 por ciento de los entrevistados viajaba a Estados Unidos por pri-
mera vez y casi la otra mitad (47.33 por ciento) ya habían realizado el viaje
una o varias veces. Esto corresponde con otro dato significativo: 52 por cien-
to había sido deportado de Estados Unidos y buscaba regresar.
Dentro del grupo de mexicanos encontramos muchos deportados que
albergaban la intención de volver a Estados Unidos y también algunos jor-
naleros en busca de trabajos temporales en lugares como Nayarit, Baja Cali-
fornia, Sinaloa o Sonora. En este sentido, la ruta es transitada en ambas direc-
ciones. Sin embargo, la mayoría de los centroamericanos, deportados o no,
se dirigían a la frontera norte con la intención de cruzarla lo más pronto posi-
ble. Una parte considerable de los entrevistados se dirigían a California (31
por ciento), mientras que otros destinos de relevancia eran Arizona (10 por
ciento), Texas (10 por ciento) y Nuevo México (10 por ciento). Estos datos po-
drían indicar que en la racionalidad de la elección de la ruta, además de la bús-
queda de seguridad, también influyen factores como el destino final del viaje.
Si bien nuestro trabajo se centró en observar el flujo «hacia arriba», no obs-
tante esta ruta también es transitada «hacia abajo», incluso lateralmente; los
flujos son complejos y circulan en distintas direcciones. Es más, el flujo circula,
pero también se estanca. Así lo señala Iliana Martínez, investigadora del Progra-
ma de Asuntos Migratorios (Prami) del Instituto Tecnológico y de Estudios
Superiores de Occidente (iteso), quien estudia grupos de depor tados que se es-
tancan en alguna población del Bajío, o circulan acotadamente por sub-rutas, si
bien siguen albergando la intención de cruzar de nueva cuenta. La ruta, en este
sentido, presenta un fenómeno de movilidad humana complejo,
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MIGRACIÓN DE TRÁNSITO POR LA RUTA DEL OCCIDENTE DE MÉXICO
difícil de cuantificar y comprender, frecuentemente permeado por el fracaso
migratorio y en el que el movimiento se da en varias direcciones. El viaje y el
tránsito se prolongan y la zona del Bajío a menudo funciona como un oasis
donde los migrantes pueden estar temporadas largas, moverse por las sub-rutas
del corredor y sobrevivir (Martínez, 2014).
El fenómeno de estancamiento o tapón también se presenta en la zona
fronteriza y está relacionado con el fracaso migratorio y las políticas de con-
tención implementadas por Estados Unidos. En este sentido, las entrevistas
arrojan muchos casos de personas cuyo viaje se alarga ante los múltiples
obstáculos (institucionales y criminales) y que esperan reunir los recursos
necesarios para cruzar por primera o sucesivas veces.
El mapa del peligro
Según el reporte de Foote y Small (2013), Inseguridad permanente: abusos
contra centroamericanos en México, en la ruta de occidente el crimen organiza-
do está menos presente, pero la extorsión de la policía es muy elevada y las
condiciones climáticas de la ruta son más peligrosas que otras. Esta afirma-
ción coincide con nuestros hallazgos, en donde el problema más recurrente
reportado por los migrantes fue el abuso de las autoridades5 (policías federa-
les y locales, aunque también agentes de migración que extorsionaron a los
migrantes). 59 por ciento de los entrevistados manifiesta haber tenido este
tipo de problema, señalando especialmente lugares como Celaya e Irapuato,
Guanajuato, y Mazatlán, Sinaloa.
No obstante, 37 por ciento de los entrevistados afirmó haber sido agre-
dido por el crimen organizado, mafias y grupos pandilleros durante el trán-
sito por México, si bien casi 73 por ciento de estas agresiones ocurrieron en
5 En el análisis de datos no fue posible separar las agresiones de policías en relación con las
que se dieron por agentes de migración. Esto debido a que los migrantes no saben identifi-
car con claridad quién pertenece a qué institución, los mencionan en la mayoría de las
veces de manera generalizada.
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ADRIANA GONZÁLEZ ARIAS Y OLGA AIKIN ARALUCE
CUADRO 4
Problemas y abusos experimentados por los migrantes en la ruta del Pacífico
TIPOS DE PROBLEMAS/ABUSOS
DURANTE EL VIAJE
% DE ENTREVISTADOS QUE SUFRIERON
ESTOS PROBLEMAS/ABUSOS
Extorsión de policías y agentes de migración 59
Agresión de grupos criminales (pandilleros, mafias y
narcotraficantes) 37
Agresión de otros ciudadanos mexicanos 32
Accidentes en el tren o por el camino 20.5
Problemas de salud 69
Fuente: Elaboración propia con datos del trabajo de campo de esta investigación.
la parte sur y centro del país. 10 por ciento señala como zonas «calientes» a
Sinaloa (específicamente Mazatlán, por la presencia de pandillas) y Sonora
(específicamente Altar, Nogales y otros puntos de la frontera debido a la
presencia de crimen organizado y mafias). Estos datos no nos permiten afir-
mar, de forma contundente, que la ruta del occidente es la más segura, o
cuantificar puntualmente la incidencia de la agresión de los distintos grupos
criminales. No obstante, la mayoría de los migrantes afirma que optaron
por esta ruta por presentar condiciones más seguras: concretamente me-
nos presencia de crimen organizado y de operativos migratorios. Si bien
ésta parece ser la percepción que predomina entre ellos, las condiciones de
la ruta podrían agravarse en un futuro si tenemos en cuenta que, en la me-
dida en que los migrantes ajustan los itinerarios del viaje en búsqueda de
mayor seguridad, sus victimarios también lo hacen, por lo que el abuso tien-
de a perseguirlos (Casillas, 2008; Foote y Small, 2013).
Si bien las extorsiones de autoridades y las agresiones de grupos crimi-
nales presentan la fuente de mayor preocupación de los migrantes, no obs-
tante 32 por ciento afirma haber sido agredido por otros ciudadanos mexi-
canos mediante insultos, robos, extorsiones y otras agresiones. Los eventos
más frecuentes se produjeron con trabajadores de la línea ferroviaria más
que con ciudadanos de a pie.
2015 PRIMER SEMESTRE
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MIGRACIÓN DE TRÁNSITO POR LA RUTA DEL OCCIDENTE DE MÉXICO
CUADRO 5
Agresiones del crimen organizado, las mafias y pandilleros contra migrantes
por estados en las que ocurrieron
ESTADO
NÚMERO DE
AGRESIONES
(EVENTOS)
VALOR
PORCENTUAL
Veracruz 19 39.58
Estado de México 8 16.6
Chiapas 5 10.4
Sinaloa 5 10.4
Sonora 5 10.4
Tabasco 3 6.25
Guanajuato 1 2.08
Jalisco 1 2.08
Nayarit 1 2.08
Total: 48 100
Fuente: Elaboración propia con datos del trabajo de campo de esta investigación.
Los accidentes de tren o durante el camino representan un cuarto grupo
de problemas que enfrentan los migrantes durante su tránsito por este
corredor: 20.5 por ciento manifiesta haberlos sufrido. Asimismo, 69 por
ciento presentó problemas de salud durante el viaje, condición que podría-
mos explicar como consecuencia, en gran medida, de las agresiones y pro-
blemas anteriormente citados.
flujos migraTorios y Vulnerabilidad:
un inTenTo de caTegorización
Los migrantes encontrados en nuestro trabajo de campo constituyen un
universo variopinto de nacionalidades, edades, itinerarios, motivaciones,
condiciones socioeconómicas y recursos. Más allá de lo difícil que resulta
describir, con un mínimo de fidelidad, una realidad tan diversa y compleja,
o las limitaciones que tenemos los científicos sociales para encajar la realidad
en categorías construidas, pretendemos encontrar patrones comunes que
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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ADRIANA GONZÁLEZ ARIAS Y OLGA AIKIN ARALUCE
nos permitan hacer ciertas generalizaciones. Con las limitaciones señaladas,
a partir de la observación de ciertas regularidades en las entrevistas, cons-
truimos cuatro categorías básicas de vulnerabilidad a las que esta población
aparentemente respondía. Encontramos que casi 70 por ciento del grupo de
estudio se ubica dentro de cuatro tipos de vulnerabilidad: moderada, media,
alta y extrema, si bien 32 por ciento difícilmente encaja en éstos y presenta
indicadores en varios de ellos. No obstante, este porcentaje quedó incluido
en alguna de las modalidades de vulnerabilidad. La sistematización y clasi-
ficación de los datos, de acuerdo con nuestros indicadores, arroja que gran
parte de la población encuestada se ubica en los rangos medios de vulne-
rabilidad (80 por ciento responde a las características de las categorías me-
dia y alta), mientras que un porcentaje menor (18.4 por ciento) encaja en
las categorías de los extremos (vulnerabilidad moderada y vulnerabilidad
extrema) presentando la característica forma acampanada de la curva de
Bell.
CUADRO 6
Categorías de vulnerabilidad del grupo de estudio en porcentajes
VULNERABILIDAD
MODERADA
VULNERABILIDAD
MEDIA
VULNERABILIDAD
ALTA
VULNERABILIDAD
EXTREMA
Total de la muestra en porcentajes 9.2 46 35.5 9.2
Fuente: Elaboración propia con datos del trabajo de campo de esta investigación.
Perfiles predominantes y categorías de vulnerabilidad
Si bien pudimos apreciar que el viaje y sus peligros son muy elevados para
una población en circunstancias precarias, no obstante se observa que el
nivel de vulnerabilidad varía de acuerdo con factores como nacionalidad,
experiencia previa de viaje, género y edad. A continuación describimos las
categorías de vulnerabilidad encontradas y los perfiles de migrantes que pre-
dominan en ellas.
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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MIGRACIÓN DE TRÁNSITO POR LA RUTA DEL OCCIDENTE DE MÉXICO
Vulnerabilidad moderada: la nacionalidad ayuda
Un primer grupo detectado es el que llamamos de vulnerabilidad moderada,
en el cual se ubican hombres o mujeres mexicanos que viajan a Estados
Unidos de forma documentada y cuyos activos más importantes consisten
en poseer la nacionalidad mexicana y densas redes de apoyo en Estados
Unidos, su propio país y durante el mismo viaje. Cuentan con varios fami-
liares en Estados Unidos que les proporcionan recursos económicos y logís-
ticos para pagar un coyote, organizar el viaje de la manera menos riesgosa
posible y ser recibidos en el lugar de destino, si es que logran llegar. Al viajar
de forma documentada por su propio país no enfrentan el riesgo de la depor-
tación, lo que les permite un tránsito más cómodo, casi siempre en autobús,
camionetas vans y a veces en avión, incluso algunos pueden alojarse en hote-
les en ciertos puntos críticos. Suelen viajar en grupo desde el inicio del viaje, y
si bien en este grupo encontramos menores y mujeres, los factores edad,
experiencia previa o género no resultan tan determinantes, dado el nivel de
protección con el que viajan. Aunque estas condiciones permiten mantener
los riesgos relativamente bajos durante gran parte del viaje, el riesgo del «cruce»
sigue siendo elevado y no están exentos de extorsiones y abusos de la policía
o mafias locales en ciertos puntos del viaje.
Este grupo utiliza estrategias de seguridad efectivas (forma de transporte
más seguro, uso de coyote u hospedaje en hoteles) y logra mantener buena
comunicación con sus redes de apoyo mediante el uso de teléfono celular,
facebook o aplicaciones de mensajes instantáneos como el whatsapp. Para el
cruce de la frontera el riesgo es muy alto, aunque cuentan con mayores recur-
sos para afrontar el peligro. Si son deportados podrán esperar en la frontera a
que sus familiares les subvencionen y organicen un segundo cruce.
Un caso que ilustra bien esta categoría es el grupo de cuatro mexicanos
entrevistados procedentes de Zitácuaro, Michoacán, formado por una pare-
ja de 40 y 42 años (Aurelio y Verónica) que viajaban con dos vecinos de 18 y
23 años (Brianda y Gustavo). Aurelio y Verónica vivieron 11 años en Estados
Unidos (Anaheim, California) y salieron del país para visitar a su familia en
México y ahora intentan volver. Son campesinos y tienen hermanos e hijos
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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ADRIANA GONZÁLEZ ARIAS Y OLGA AIKIN ARALUCE
en California, los cuales les mandan dinero para el viaje y les consiguieron
coyote desde el inicio del viaje. Después de vivir tantos años en Estados
Unidos tienen amigos y familiares que los apoyan para hacer el viaje con
consejos, dinero, logística o recargándoles el teléfono. Brianda y Gustavo
también tienen vínculos importantes en California (padres y hermanos) que
les patrocinan el viaje, si bien es la primera vez que lo hacen. Inclusive el
equipo de basquetbol de Brianda, en Michoacán, se organizó para recaudar
dinero y le dieron algo para los gastos. Lograron reunir 8,500 pesos cada uno
y salieron de Zitácuaro con coyote, dirigiéndose en autobús hasta Nogales.
Algunas noches dormían en hotel y como grupo compacto se apoyaban
entre todos. Además del uso de celular, también durante el camino accedie-
ron a facebook y correo electrónico para mantener una buena comunicación
con sus redes. Junto con sus contactos en Estados Unidos planearon con
cuidado el viaje para evitar algunos peligros. Todos tienen claro qué quieren
hacer en la vida. Aurelio quiere estar 10 años más en Estados Unidos, reunir
dinero y retirarse en Michoacán junto con su esposa para disfrutar su casa
y familia. Brianda planea trabajar un año en Estados Unidos (con un familiar
que dirige una fábrica), ahorrar y poder pagar su título de licenciada en con-
tabilidad para posteriormente poner su propio despacho en su lugar de origen.
A pesar del perfil de vulnerabilidad moderada en el que inicialmente
caen, el cruce está lleno de peligros y riesgos a veces letales. El coyote inten-
tó hacer el cruce rodeando el muro de Nogales, Sonora, adentrándose en el
cerro. Alegaba que era más seguro y rápido. Les ahorró el trato con la mafia
local del cerro. Sin embargo, una vez pasada la «línea», los abandonó, perdie-
ron la suma pagada (6,000 pesos cada uno). Verónica se lastimó el pie y, en
esa situación, tuvieron que deambular por lugares inhóspitos y dormir a la
intemperie dos días. Finalmente, la Border Patrol los rescató y deportó. Ahora
están de nuevo en Nogales esperando a que su familia ahorre y pueda volver
a mandarles dinero para intentar un segundo cruce.
Vulnerabilidad media o la ventaja del deportado
Para aquellos que no cuentan con la nacionalidad mexicana, un activo so-
corrido es haber hecho el viaje previamente, contar con un oficio consoli-
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MIGRACIÓN DE TRÁNSITO POR LA RUTA DEL OCCIDENTE DE MÉXICO
dado y haber vivido en Estados Unidos. En este grupo se ubican, mayorita-
riamente, hombres centroamericanos, entre 25 y 40 años, de escasos recursos
y que fueron deportados de Estados Unidos. Al haber vivido y trabajado
cierto tiempo en ese país, aunque de forma indocumentada, adquirieron
buena experiencia laboral como carpinteros, obreros de fábrica, jornaleros,
etcétera, y lograron crear ciertas redes de apoyo (amigos, familia, patrones),
fraguando una vida súbitamente interrumpida que ahora desean retomar a
cualquier precio. A menudo no tienen grandes redes de apoyo en su país de
origen (aunque sí familiares de muy escasos recursos que pueden depender
de ellos), pero sí tienen algunas en Estados Unidos que les apoyan económi-
ca y logísticamente (aunque de forma modesta) para realizar el viaje o al
menos para recibirlos cuando lleguen. El tener un oficio —a menudo conso-
lidado en un mercado laboral competitivo como el de Estados Unidos— les
permite sobrevivir el viaje y lograr ganar cierto dinero, en tránsito o destino,
a través de su trabajo. Fruto de su experiencia previa de tránsito por México,
poseen información y son capaces de implementar múltiples estrategias de
sobrevivencia. Sus posibilidades de llegar al destino final son menores que las
del grupo de vulnerabilidad moderada, pero superiores a los grupos de alta
y extrema.
A menudo viajan solos y durante el camino forman grupos de apoyo que
les proporcionan información y protección durante el viaje. Son vínculos
espontáneos y frágiles (perentorios) pero de gran ayuda en el terreno. Viajan
indocumentados por México, predominantemente en tren. Deciden esqui-
var los tramos más peligrosos —como Mazatlán, Orizaba y otros lugares del
sur— tomando autobús o a pie. Al tener menos recursos que la categoría
anterior, no suelen viajar con coyote por México, si bien algunos esperan
poder contratar uno para el cruce de frontera, donde muchos dicen que tra-
bajarán para poder pagarlo. Conocen el camino y sus riesgos, ante lo cual im-
plementan un repertorio considerable de estrategias de supervivencia: ahorran
algo para el viaje y calculan que sus mayores gastos serán en agua, comida
y pago de extorsiones (policía, mafia…). En cierto punto del viaje se quedan
sin dinero y a menudo charolean en puntos urbanos seguros o consiguen
trabajos precarios para cubrir las necesidades básicas. El tren es un transporte
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ADRIANA GONZÁLEZ ARIAS Y OLGA AIKIN ARALUCE
conveniente porque ahí no hay operativos del Instituto Nacional de Migra-
ción (inm) y, por lo tanto, riesgo de deportación, pese a que las cuotas de las
mafias y los robos del crimen organizado son frecuentes. No llevan mucho
dinero encima porque saben que se lo robarán, de tener algunos recursos
monetarios prefieren que sus familiares (de contar con su apoyo) se lo man-
den en puntos concretos del camino. Saben que el tren es muy peligroso y
tienen estrategias precisas para no accidentarse, como no subirse cuando
pasa deprisa, amarrarse siempre, meterse dentro de las góndolas para aguan-
tar las pedradas de los «cholos» en su paso por Mazatlán e incluso reunir pie-
dras para defenderse de los «bajadores». No llevan celular (porque se lo roban)
pero suelen mantener contacto con sus redes mediante el uso de teléfonos
públicos y, ocasionalmente, por facebook o correo electrónico en cibercafés o
casas de migrantes. Aunque consultan mapas en las casas de migrantes, u
ocasionalmente se ilustran a través de las noticias de los periódicos, la mayor
fuente de información sobre la ruta y los peligros es su propia experiencia o
la de otros migrantes. Por lo anterior, deducimos que el acceso a la informa-
ción es escaso y que, salvo los vínculos espontáneos que forman en el trayecto,
suelen estar solos.
Un caso que ilustra bien este tipo es el de José Santos, original de Varso-
via, Honduras, un agricultor de 33 años. Vivió en Estados Unidos dos años
y medio y ha sido deportado varias veces. Esta es la cuarta vez que realiza el
viaje por la ruta del Pacífico. Tiene dos hermanos en Estados Unidos y otros
amigos que le dan un poco de dinero para el viaje y lo recibirán cuando lle-
gue. Viaja en tren por falta de recursos y para evitar a la «migra», pero el tramo
de Orizaba a Lechería decidió esquivarlo tomando un autobús. En ciertos
lugares charolea para obtener la comida diaria. Fruto de la experiencia acumu-
lada, tiene muchos consejos que dar: «no confiar en nadie, no tomar alcohol,
llevar poco dinero, mejor que te lo manden, amarrarse al tren aunque vayas
despierto, sólo dormirse si te metes en una góndola, no acercarse a las ruedas».
Para el paso por Mazatlán, advierte: «mucho cuidado, tiran piedras e intentan
treparse al tren, son grupos de unos 10, chamacos de 15 a 17 años. Hay que
buscar vagones que estén cubiertos para aguantar las pedradas. Si la mafia
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MIGRACIÓN DE TRÁNSITO POR LA RUTA DEL OCCIDENTE DE MÉXICO
logra subir y te atraca, dales todo lo que llevas para que no te agredan. Mejor
ir solo, ellos buscan al grupo».
Si bien José Santos no tiene dinero para pagar coyote en ningún tramo
del viaje, su experiencia previa es su guía. Pretende cruzar por Río Rico,
Nogales, rodeando el cerro. Caminará durante cinco días para llegar a Tuc-
son, Arizona, en donde trabajará para juntar dinero e ir a Phoenix, lugar en
que sus patrones le darán trabajo. Lo que no nos contó es qué hará para es-
quivar a la mafia de Nogales, los «puntos», que monitorean constantemente
el cruce del cerro para cobrar su obligado derecho de paso.
José Santos forma parte del 46 por ciento del grupo que encaja en la
categoría de vulnerabilidad media. Este es el grupo más numeroso, un grupo
casi exclusivo para varones con la excepción de una mexicana que con tra-
bajos pudimos ubicar aquí, siendo que formaba finalmente parte de ese 32
por ciento de casos atípicos.
Vulnerabilidad alta o el factor de «ser mujer»,
«ser muy joven» o «muy viejo» (para el viaje)
35.5 por ciento del grupo de estudio responde a esta categoría, el segundo
grupo más numeroso. Los tipos más recurrentes son mujeres con muy pocos
recursos, migrantes varones muy jóvenes (entre 18 y 25 años) u otros mi-
grantes de mediana edad (entre 40 y 57), muchos sin profesión y que reali-
zan el viaje por primera vez. Ocasionalmente nos encontramos con menores
de edad que viajaban acompañados por adultos desde el punto de origen.
Este grupo viaja predominantemente en tren y de forma indocumentada, si
bien su condición altamente vulnerable los empuja, en algunos casos, a uti-
lizar el autobús en pequeños tramos. Aquí observamos que las redes de apo-
yo en el origen, destino o tránsito son muy escasas. Esta categoría se distin-
gue de la anterior por la falta de experiencia previa de viaje, la ausencia de
un oficio mínimamente consolidado y por el propio perfil del grupo (edad y
sexo), el cual resulta menos favorable para acometer una aventura tan peli-
grosa. Como consecuencia de lo anterior, los que están en la categoría de
vulnerabilidad alta, poseen notablemente menos recursos para afrontar las
adversidades del viaje. En Estados Unidos suelen tener pocas redes (a veces
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ADRIANA GONZÁLEZ ARIAS Y OLGA AIKIN ARALUCE
ninguna), ya que nunca se establecieron ahí, quizás una tía, un familiar que
apoya con algo de dinero. Muchas veces no saben a dónde llegarán en Esta-
dos Unidos, no tienen destino fijo y están «a lo que salga». Llama la atención
la escasa planeación que hicieron del viaje. Si bien este tipo utiliza las estra-
tegias de sobrevivencia del tipo anterior, su repertorio es más limitado (care-
ce de experiencia propia que no suele ser suplida por redes de apoyo), aunque
a veces, como veremos en el caso de las mujeres, más cuidado.
Podemos ilustrar esta categoría con el caso de Víctor, un salvadoreño de
22 años, sin oficio consolidado pero con cierta experiencia laboral, que viaja
por primera vez a Estados Unidos. Viaja solo pero ha creado vínculos espon-
táneos durante el trayecto y viaja únicamente en tren a lo largo de la ruta del
Pacífico. No conoce a nadie en Estados Unidos y su familia, en El Salvador,
sólo lo apoya moralmente. Sabe que llegará a Tijuana, pero no sabe a dónde
ir en Estados Unidos: «voy a ciegas», explica. No ahorró para hacer el viaje y
sólo lleva 20 pesos encima. Ante la pregunta, ¿y cómo vas a seguir el camino
sin dinero?, responde: «charoleo con mi grupito para comprar taco o gaseosa».
Como Víctor, encontramos predominantemente en esta categoría a jo-
vencitos centroamericanos que viajan con lo puesto (si bien mayores de
edad), personas mayores de cuarenta años o mujeres, todos con muy escasos
recursos.
El grupo de mujeres que encontramos en esta categoría resulta digno de
mención. Del total de mujeres entrevistadas, casi la mitad (46 por ciento) se
ubica en vulnerabilidad alta. El grupo lo componen mujeres jóvenes, de un
promedio de 29 años, en su mayoría amas de casa que viajan por primera vez
a Estados Unidos. 33 por ciento de ellas huye de situaciones de violencia
intrafamiliar y 66.6 por ciento ha dejado hijos pequeños atrás. Otras viajan
para reunirse con su pareja en Estados Unidos. Para este grupo el factor
«familia» está muy presente en el motivo de la migración, además de la po-
breza o falta de oportunidades. Salen para poder mandar dinero a sus hijos
menores o para reunirse con la pareja que migró hace ya tiempo.
Ninguna ha estudiado más allá de primaria, todas hacen el viaje por pri-
mera vez, no han vivido en Estados Unidos y 66 por ciento dice no tener
profesión. Esta falta de experiencia previa y de oficio, junto con el factor de
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
105
MIGRACIÓN DE TRÁNSITO POR LA RUTA DEL OCCIDENTE DE MÉXICO
«género», las hace especialmente vulnerables, aunque no tanto como las mu-
jeres que encontramos en la categoría de vulnerabilidad extrema, en la cual
se juntan otros factores aún más agravantes.
Vulnerabilidad extrema: menores no acompañados
y mujeres en circunstancias agravantes
Si bien los grupos ubicados en vulnerabilidad alta se encuentran en condicio-
nes muy adversas, no obstante existen situaciones aún peores. La vulnera-
bilidad extrema presenta características similares a la alta, pero con circuns-
tancias agravantes. El factor de género y edad siguen siendo determinantes
en esta categoría, si bien en ella encontramos migrantes que presentan cir-
cunstancias personales muy desfavorables: menores de edad que viajan sin
acompañamiento y mujeres en condiciones especialmente difíciles; embaraza-
das, jovencitas que viajan con niños o menores a su cargo, mujeres agredidas
durante el tránsito (entre otros casos). Estas circunstancias personales desfa-
vorables, unidas al uso casi exclusivo de un medio de transporte especialmente
peligroso (el tren), a la falta de experiencia previa del viaje, al nivel de violencia
social e intrafamiliar que a menudo los golpea, la carencia de oficio y la preca-
riedad de redes de apoyo, hace de éste el grupo más vulnerable de todos.
En este grupo observamos que los migrantes casi no tienen redes de
apoyo en Estados Unidos o en su lugar de origen. Casi no planean su viaje y
utilizan un repertorio menos surtido de estrategias de supervivencia, nota-
blemente pedir dinero, formar grupos durante el viaje y, en ocasiones, ahorrar
algo de dinero antes de salir o utilizar el autobús en algún pequeño tramo
del sur de México. Incluso las mujeres que encontramos en esta categoría
(a diferencia de las de vulnerabilidad alta) no manifestaron implementar
estrategias especiales para protegerse durante el tránsito. La mejor fuente de
información para este grupo parece ser el «boca a boca», la información que
consiguen de otros migrantes (en sus países o durante el viaje), así como la
que le proporcionan los albergues y casas de migrantes en México. En este
sentido no acuden a fuentes adicionales de información.
Eva entra dentro de esta categoría extrema. Es una hondureña de 27 años,
no tiene profesión y viaja exclusivamente en tren con cuatro hijos de entre
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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ADRIANA GONZÁLEZ ARIAS Y OLGA AIKIN ARALUCE
4 y 7 años. Se dirige a Altar para trabajar en sembradíos de uva y pepino.
Inició sola el viaje y en Arriaga conoció a un hombre, también en tránsito,
con el que viaja hacia ese destino. Este acompañante esporádico no quiso ser
entrevistado y alegó ser el padre de los niños, información que Eva negó
posteriormente. Finalmente, nunca supimos qué papel desempeñaba en
este pequeño grupo familiar en tránsito, pero los peores pensamientos nos
asaltaron. Es la primera vez que Eva hace el viaje hacia el norte. Dice que
emigra por razones de pobreza y violencia en su país. No lleva dinero encima,
pero afirma que lo conseguirá pidiendo en vías públicas y trabajando.
Wilmer es un hondureño de 16 años que conocimos en Nogales. Cruzó
México en tren, solo, sin conocer el país, pero logró hacer un grupo de ami-
gos durante el viaje. Escapó de su casa sin informar a su madre (única fa-
milia que dice tener, junto con un hermano). Relata que en su país fue
amenazado de muerte por grupos mareros al negarse a pertenecer a la pan-
dilla. Viaja a Estados Unidos, pero dice no tener familia ahí (sólo unos cono-
cidos en Nueva York, los cuales conoció en Honduras en el mercado en donde
trabaja su madre) y no tiene un lugar de destino claro en ese país, ni en
dónde, ni en qué trabajar. Su hermano en Comayagua, Honduras, le dio
algo de dinero para el viaje y ha logrado sobrevivir haciendo uso de albergues
y casas de migrantes. Un pequeño tramo del sur de México lo cubrió en
autobús para evadir las zonas más peligrosas. Llegó hasta Nogales en tren e
intentó cruzar la frontera en grupo, rodeando el muro, sin coyote y sin di-
nero. Relata que la mafia de Nogales los detuvo en el cerro, los amenazaron
con pistola y los obligaron a continuar el cruce cargando una mochila reple-
ta de mariguana. Wilmer logró escapar y volvió a Nogales, en donde obtuvo
el apoyo y asesoría de la Iniciativa Kino. Se encuentra solo, sin dinero ni
más apoyo que esta organización, donde le recomiendan que se entregue a
las autoridades de migración de Estados Unidos y pida refugio por cuestiones
humanitarias.
Wilmer es uno de los seis menores que entrevistamos para esta investi-
gación. Todos se encontraban en circunstancias similares. Los niños centro-
americanos del grupo de estudio (cinco de seis entrevistados) mencionaron
—todos— que salieron de su país, además de por cuestiones de pobreza, por
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
107
MIGRACIÓN DE TRÁNSITO POR LA RUTA DEL OCCIDENTE DE MÉXICO
problemas de violencia, principalmente la causada por el narcotráfico o los
grupos pandilleros. Nos llamó la atención el hecho de que estos menores, en
su mayoría (cuatro de seis), se dirigían a Estados Unidos sin tener familiares
o conocidos en ese país, ni saber a dónde llegar o en qué trabajar. Con respec-
to a sus redes de apoyo en el país de origen, una mayoría manifestó tener fa-
milia que, en algunos casos, les apoyaron con un poco de dinero para hacer
el viaje. Tres menores de seis mencionan que el padre no estaba presente en el
núcleo familiar. Un menor menciona que fue abandonado por ambos padres.
Estos datos reflejan la vida de niños que provienen de familias precarias y
desmembradas. Están solos y son proclives a caer en redes de narcotráfico
(usados como «burreros», como en el caso de Wilmer) o en el tráfico de per-
sonas. Son, como sugiere Vogt (2013), una mercancía con un alto valor de
uso y cambio.
Perfiles atípicos
Dentro de la muestra, 32 por ciento no responde plenamente a las categorías
anteriores y presenta indicadores en varias de ellas. Los casos atípicos fueron
ubicados finalmente en alguna de las categorías cuando la mayoría de los
indicadores respondían a alguna de ellas, no obstante surgió la pregunta de
quiénes integraban estos perfiles difíciles de clasificar. Observamos que mu-
chos de ellos eran mujeres cuya condición de género hacía que se rompieran
las categorías más comunes. Por ejemplo, mujeres que aunque presentan
fuertes indicadores de vulnerabilidad alta (falta de experiencia previa en el
viaje, no deportadas, sin oficio y que viajaban por primera vez), deciden
hacer el viaje porque poseen redes densas de apoyo y, por su condición de
mujer, son especialmente cuidadosas al planear y llevar a cabo el viaje (hacen
uso de coyotes, viajan en autobús, duermen en hoteles, etcétera). En este
sentido, las mujeres merecen una sección aparte y una explicación a partir
de la mirada de género. Otros casos atípicos corresponden a hombres de-
portados de mediana edad, con desorientación y desarraigo en su retorno
a México, sin rumbo claro por la geografía mexicana y sin planes claros para
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
108
ADRIANA GONZÁLEZ ARIAS Y OLGA AIKIN ARALUCE
el futuro. Hombres que por su edad, dinámica de movimiento y circunstan-
cias especiales, no responden a las categorías comunes pero que están dentro
del flujo hacia el norte. También se inscriben, en este grupo, casos de migran-
tes aventureros con motivaciones distintas al migrante económico o mexica-
nos y mexicanas jornaleros que hacen un tramo del viaje y cuyas circunstan-
cias son muy particulares. También jóvenes que, si bien presentan indicadores
importantes en vulnerabilidad alta, caen en la media o moderada por los
considerables recursos que poseen para el viaje (como fuertes redes de apoyo,
mucha planeación y acceso a la información).
facTor de género y facTor de nacionalidad
como condicionanTes del Viaje
Como se demuestra en los apartados anteriores, la vulnerabilidad de los
grupos estudiados está fuertemente determinada por factores como la edad,
la experiencia previa del viaje, el oficio, las redes de apoyo, el género o la
nacionalidad, no obstante estos últimos dos factores ameritan mayor análi-
sis y explicación por resultar, en algunos casos, factores especialmente con-
dicionantes.
Factor de género
Las mujeres entrevistadas representan 18.6 por ciento del grupo estudiado
y muchas son migrantes independientes. La mayoría de ellas (69 por ciento)
se ubica en las categorías de vulnerabilidad alta y extrema, lo que contrasta
con los resultados obtenidos dentro del grupo de hombres adultos, en don-
de 33.3 por ciento se ubica dentro de la categoría de alta y ninguno en la de
extrema.
De acuerdo con el grupo de estudio, la mujer presenta mayor vulnerabi-
lidad que el hombre migrante, pero la mujer centroamericana tiene un perfil
de vulnerabilidad aún más acusado: mientras que la mayoría de las mexica-
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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MIGRACIÓN DE TRÁNSITO POR LA RUTA DEL OCCIDENTE DE MÉXICO
CUADRO 7
Categorías de vulnerabilidad diferenciada por sexo
VULNERABILIDAD
MODERADA
VULNERABILIDAD
MEDIA
VULNERABILIDAD
ALTA
VULNERABILIDAD
EXTREMA
Mujeres 23% 7.6% 46% 23%
Hombres (adultos) 11.6% 55% 33.3% 0%
Fuente: Elaboración propia a partir del trabajo de campo de esta investigación.
nas se ubican dentro de la categoría moderada y media, todas las guatemal-
tecas y hondureñas encontradas clasifican dentro de las categorías de alta y
extrema. No encontramos en el trabajo de campo mujeres salvadoreñas, dato
para el cual no tenemos ninguna explicación.
Esta vulnerabilidad especial de la mujer indica que el factor de género
tiene un peso crítico, dado el nivel de peligro que «ser mujer» tiene a la hora
de hacer el viaje.6 Este abuso se relaciona, según Vogt, con la manera en que
se ha construido la imagen de la mujer centroamericana en México: «las
migrantes se han transformado en objetos de deseo sexual y la industria del
sexo es altamente redituable, ya que las mujeres y los niños o niñas pueden
venderse varias veces» (Vogt, 2013: 774). El cuerpo de la mujer migrante se
ha mercantilizado y es objeto de abuso y lucro para distintos grupos. Si en
México, en la construcción social que se hace de los hombres centroameri-
canos se les asocia con «violencia pandillera, delincuencia e introducción de
vicios como el uso de drogas y alcohol», a las mujeres se les asocia con «pros-
titución e inmoralidad sexual, viéndolas como malas madres que dejan a sus
hijos atrás» (Vogt, 2013: 770).
Frente a esta vulnerabilidad por razones de género la mujer migrante se
distingue del varón en su forma de tomar decisiones y comportarse durante
el viaje. Es más cuidadosa en la planeación del mismo y toma medidas pro-
6 Se ha documentado ampliamente el abuso sexual contra la mujer migrante en México, así
como los peligros de caer en redes de prostitución o trata de personas. Por ejemplo, véase
el reporte de Amnistía Internacional (2010) o de la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos (2011).
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
110
ADRIANA GONZÁLEZ ARIAS Y OLGA AIKIN ARALUCE
tectoras. Aunque muchas de estas mujeres se encuentran en el rango alto de
vulnerabilidad y son de bajos recursos, no obstante optan por estrategias
muy cuidadas (propias de la moderada o media) y viajan en autobús por los
tramos más peligrosos, hacen uso de hoteles en ciertos puntos o incluso
atraviesan México con coyote. En su recorrido en tren (cuando no hay más
remedio), una estrategia recurrente es buscar la protección del grupo de
hombres que han conocido por el camino.
Factor de nacionalidad
El factor de nacionalidad incide en el nivel de vulnerabilidad por el hecho
de permitir a un grupo, el mexicano, viajar de forma documentada por el
país. Sin embargo, no tenemos resultados conclusivos acerca de las posibles
diferencias entre las nacionalidades centroamericanas y su relación con la
vulnerabilidad. Esto se debe a que no logramos hacer el mismo número de
entrevistas para todos los grupos analizados. Aunque salta a la vista que una
mayoría de los mexicanos (y exclusivamente ellos) se ubican en la catego-
ría moderada, lo cual podríamos explicar en función del tránsito regular que
realizan por México y su mayor capital social específico en la migración,
siendo que tienen tradiciones migratorias bien establecidas en Estados Uni-
dos. Con todo, la vulnerabilidad sigue siendo elevada en este grupo, dado
que 23 por ciento se ubica en la categoría de alta y 7.6 por ciento en extrema.
Por contraste, el grupo de guatemaltecos, según estos resultados, es el más
vulnerable de todos, siendo que 62.5 por ciento cae en las categorías alta y
extrema. No encontramos una explicación para estos resultados, siendo que
a menudo los hondureños son los considerados como más vulnerables en los
reportes nacionales. Este grupo se muestra como el más numeroso dentro de
la categoría media (58 por ciento) e incluso muestra los mayores niveles de es-
tudio y de profesionalidad después de los salvadoreños.
Los salvadoreños se ubican en su mayoría en la vulnerabilidad media (53
por ciento) y un importante porcentaje (40 por ciento) está en alta. No
obstante, resultan ser el grupo con el mayor grado de profesionalización
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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MIGRACIÓN DE TRÁNSITO POR LA RUTA DEL OCCIDENTE DE MÉXICO
CUADRO 8
Comparativa de vulnerabilidad por nacionalidad en porcentajes
VULNERABILIDAD
MODERADA
VULNERABILIDAD
MEDIA
VULNERABILIDAD
ALTA
VULNERABILIDAD
EXTREMA
Hondureños 58% 35.4% 6.4%
Guatemaltecos – 37.5% 37.5% 25%
Salvadoreños – 53% 40% 6.6%
Mexicanos 53.8% 15.3% 23% 7.6%
Fuente: Elaboración propia a partir del trabajo de campo de esta investigación.
(73.3 por ciento manifestaron tener un oficio consolidado) y educación (46.6
por ciento habían cursado algunos semestres de preparatoria). Posteriores
investigaciones más centradas en la comparación de factores como educa-
ción, oficio y vulnerabilidad entre nacionalidades (sobre todo entre los grupos
centroamericanos) podrían esclarecer muchas de las preguntas que resultan
de estos hallazgos preliminares.
CUADRO 9
Comparativa de escolaridad y oficio por nacionalidad
SÍ TIENE PROFESIÓN
PREPARATORIA
(FINALIZADA Y/O INICIADA)
SECUNDARIA
(FINALIZADA Y/O INICIADA)
PRIMARIA
(FINALIZADA Y/O INICIADA)
Hondureños 66.6% 24.2% 15% 54.5%
Guatemaltecos 56% 6.25% 50% 37%
Salvadoreños 73.3% 46.6% 26.6% 26.6%
Mexicanos 61.5% 7.7% 92.3%
Fuente: Elaboración propia a partir del trabajo de campo de esta investigación.
consideraciones finales
El concepto de vulnerabilidad utilizado en este trabajo se construye a partir
de la relación entre los riesgos y la capacidad que tienen los migrantes para
afrontarlos como consecuencia de una serie de recursos que convierten en
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
112
ADRIANA GONZÁLEZ ARIAS Y OLGA AIKIN ARALUCE
estrategias de supervivencia. En este sentido, la perspectiva del actor social es
enfatizada dentro del innegable contexto de constreñimientos estructura-
les. Las distintas categorías de vulnerabilidad que derivan del análisis de los
grupos migratorios resultan de utilidad para lograr entender, con mayor
profundidad y de manera más científica, las condiciones de agencia y despro-
tección de la población estudiada. Esto puede derivar en el establecimiento
de mayores medidas de apoyo y cuidado para esta población en su tránsito
por México.
Encontramos que la vulnerabilidad de los grupos estudiados está fuerte-
mente permeada por factores como nacionalidad, género, edad, experiencia
previa de viaje, redes de apoyo y condición socioeconómica. Los grupos me-
nos vulnerables lo son básicamente por el factor de nacionalidad, donde
sólo un grupo de mexicanos y mexicanas muestran relativamente mayores
recursos para afrontar los peligros (el tránsito legal o la existencia de redes de
apoyo más sólidas). Ciertas mujeres y niños, por su condición de género y
edad, muestran una vulnerabilidad más alta y en ocasiones extrema. La
yuxtaposición de ciertos factores dan como resultado la vulnerabilidad extre-
ma, factores como ser mujer y/o ser menor que viaja solo; no poseer expe-
riencia laboral o experiencia previa del viaje; la falta de capital social, e in-
cluso huir de situaciones de violencia social e intrafamiliar en los países de
origen. En cambio, una mayoría del grupo de estudio, predominantemente
masculina, califica en una vulnerabilidad media en donde los activos más
importantes consisten en tener la edad ideal para el viaje, la condición mas-
culina y la experiencia previa del tránsito por México y en el lugar de destino.
Si bien el grupo de estudio refleja mayoritariamente la existencia de
grupos con escasos recursos y elevadísimos riesgos en el tránsito, no obstan-
te los migrantes muestran capacidades para generar estrategias de supervi-
vencia ante el peligro, haciendo uso de sus redes de apoyo en origen o destino,
creando vínculos espontáneos con otros migrantes durante el viaje, planean-
do el itinerario y los medios de transporte, utilizando medios electrónicos
o de telefonía, etcétera. Como es lógico, encontramos que a mayor cantidad
y calidad de recursos, los migrantes son capaces de implementar más y mejores
estrategias, lo que los coloca en un menor grado de vulnerabilidad relativa.
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
113
MIGRACIÓN DE TRÁNSITO POR LA RUTA DEL OCCIDENTE DE MÉXICO
La ruta de occidente, actualmente considerada por los mismos migran-
tes como la más segura, podría ser una bomba de tiempo en el futuro, en el
sentido de que a mayor flujo migratorio, mayor número de grupos criminales
(clandestinos y de origen gubernamental o públicos con índices de corrup-
ción preocupantes) tenderán a formarse alrededor de este tránsito. Si este
flujo sigue incrementándose, sería de esperar que el nivel de abuso también
lo haga, así como la inseguridad ciudadana en general. Asimismo, la política
de contención migratoria implementada por Estados Unidos perjudica a
México, dado que genera un «tapón humano» en la frontera que eventual-
mente se dispersa y recircula pero formando bolsas de estancamiento en
puntos concretos del corredor. Esto genera problemas sociales y de seguridad
en dichos puntos. Asumiendo este movimiento humano con mayores nive-
les de transparencia (saber quiénes son y en qué condiciones viajan) pode-
mos «tempranamente» tomar medidas de protección y de desarticulación
prematura de grupos criminales, a la vez que se cumple con la legislación in-
ternacional y, de ser el caso, devolver a las personas a sus países con la garan-
tía de que éstos tomarán las medidas necesarias para crear condiciones favo-
rables para su reinserción. En este sentido, necesitamos políticas migratorias
regionales que atajen de raíz las causas perversas que generan la necesidad
de migrar y, como muchos han dicho ya, cambiar el actual paradigma de
seguridad nacional por otro de seguridad humana y económica.
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117
resumen: En el presente artículo se pretende responder a tres preguntas cen-
trales: qué es la migración extracontinental, quiénes son los migrantes que
componen este flujo migratorio y qué hace México para atender este fenó-
meno. Para ello se analizan los principales flujos de migrantes extraconti-
nentales procedentes de África y Asia que se internan de manera irregular
en México; algunas de sus características sociodemográficas, rutas y estra-
tegias migratorias; así como algunos de los retos que impone este flujo a la
gestión migratoria. A manera de cierre se presentan algunas posibles líneas
de acción para el diseño de política migratoria. La propuesta se basa en in-
formación estadística de los registros administrativos sobre migrantes que
son alojados en las estaciones migratorias del Instituto Nacional de Migra-
ción (inm), así como fuentes de información complementarias.
palabras clave: migración irregular de tránsito, migración irregular extra-
continental, Conferencia Regional sobre Migración (crm), política migrato-
ria (falta una).
Migración irregular extracontinental en México.
Apuntes para el diseño de una política
y gestión migratoria
JUAN CARLOS NARVÁEZ GUTIÉRREZ*
* Centro de Estudios Migratorios. Unidad de Política Migratoria.
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
118
JUAN CARLOS NARVÁEZ GUTIÉRREZ
abstract: This article intends to answer three central questions: What is
extra-continental migration? Who are the migrants that make up this migra-
tory flow? and, What is Mexico doing to address this phenomenon? To that
end, we analyze the key extra-continental migratory flows originating in
Africa and Asia that are directed toward Mexico; certain socio-demographic
characteristics, routes and migratory strategies; as well as some of the cha-
llenges that this flow represents to the management of migration. Concluding
the article, we present some possible lines of action for the design of migra-
tory policy. These proposals are based on statistical information from admi-
nistrative registries on migrants maintained by the National Migration Insti-
tute (inm) as well as complementary information sources.
key words: irregular transit migration, irregular extra-continental migra-
tion, Regional Migration Conference (crm), migratory policy.
119
inTroducción1
Ya no resulta nuevo hablar de México como un país que posee más
de una dimensión migratoria —emigración, inmigración, tránsi-
to o retorno migratorio—, sin embargo, es relativamente recien-
te que, cada vez más, en el discurso académico, político e incluso
en los medios de comunicación se comparta la preocupación sobre la políti-
ca y la gestión migratoria en México; particularmente es relevante entender
cómo tendrían que atenderse de manera integral las causas y los efectos de
las migraciones.
Sobre la larga tradición emigratoria de mexicanos hacia Estados Unidos
y en menor medida hacia Canadá, en la actualidad se cuenta con un cúmu-
lo de conocimiento y experiencias que han sido útiles para el diseño de me-
didas y programas de atención. No obstante, con respecto a la producción
de investigaciones sobre otras dimensiones del fenómeno en México, aún
existe una en deuda pendiente.
Es cierto que en los últimos 10 años ha adquirido importancia el estudio
y la investigación sobre la inmigración, el tránsito irregular y el retorno en
México, además de temas transversales como la migración y los derechos
humanos, la violencia, el desarrollo y actores emergentes como migrantes
menores de edad, e incluso se puede afirmar que son líneas de investigación
en proceso de consolidación que han aportado importantes resultados a la
política pública (Casillas, 2008; Rodríguez, 2010; Rodríguez et al., 2010,
2012).
Dada la dinámica global del fenómeno migratorio, permanentemente
emergen nuevos temas, enfoques y actores en este contexto, un caso parti-
cular resulta el de la migración extracontinental irregular en México. En
1 Una versión preliminar de este trabajo se presentó en el marco del Taller sobre flujos migra-
torios extracontinentales de la Comisión Especial de Asuntos Migratorios de la Organización
de Estados Americanos (oea), el 8 de mayo de 2012 en Washington. Se agradece a Ernesto
Rodríguez Chávez por los valiosos comentarios y aportes al trabajo que antecede a este
documento; a Nina Frías Valle, quien colaboró en las versiones previas; a Edna T. Guzmán,
por su lectura crítica; y a Salvador Cobo. Las opiniones aquí vertidas no necesariamente
corresponden a la institución de adscripción del autor.
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
120
JUAN CARLOS NARVÁEZ GUTIÉRREZ
este texto se pretende responder a tres preguntas centrales: qué es la migra-
ción extracontinental, quiénes son los migrantes que la componen y qué
hace México para atender este fenómeno. Para ello, se analizan los principa-
les flujos de migrantes extracontinentales procedentes de África y Asia que
se internan de manera irregular en México, algunas de las características
sociodemográficas, las rutas y estrategias migratorias, y algunos de los retos
que impone este flujo a la gestión migratoria. Finalmente, a manera de cierre
se presentan algunas posibles líneas de acción para el diseño de política mi-
gratoria. La propuesta se basa en información estadística de los registros
administrativos sobre migrantes que son alojados en las estaciones migrato-
rias del Instituto Nacional de Migración (inm), así como fuentes de informa-
ción complementarias.
¿Q es la migración exTraconTinenTal?
Actualmente son pocos los estudios de largo alcance en América Latina2 que
abordan el fenómeno de las migraciones irregulares de origen extracontinen-
tal. De acuerdo con uno de los trabajos más relevantes, se definen como
aquellos «flujos mixtos compuestos por migrantes económicos y, en menor
medida, por personas refugiadas, solicitantes de asilo y otras categorías de
personas, entre los cuales también se identifica a víctimas de trata de perso-
nas y tráfico ilícito de migrantes, provenientes de algunos países específicos
de África y Asia» (Flacso, 2011: 5), entre los cuales destacan los procedentes
de las naciones africanas de Eritrea, Etiopia, Nigeria y Somalia, y de las na-
ciones asiáticas de China, Bangladesh, India, Sri Lanka y Nepal (oea, 2010).
Aunque la migración extracontinental no representa aún un flujo de
gran magnitud o volumen, se trata de un fenómeno complejo en cuanto a
2 Uno de los trabajos más detallados sobre el fenómeno es el elaborado por la Facultad Lati-
noamericana de Ciencias Sociales (2011) a solicitud de los gobiernos que conforman la
Conferencia Regional sobre Migración (crm), dicho estudio dota de algunos elementos que
permiten conocer un poco más sobre estos flujos irregulares migratorios y construir, a
partir de esto, algunas definiciones, así como preguntas de investigación que abonen ele-
mentos para la política migratoria.
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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MIGRACIÓN IRREGULAR EXTRACONTINENTAL EN MÉXICO
su atención desde la política y gestión migratoria, ya que, por un lado, se
está frente a frente ante una gran diversidad étnica y distanciamiento geo-
gráfico, cultural e idiomático derivada de los orígenes continentales —Áfri-
ca/Asia—, y, por otro lado, se presenta la condición de irregularidad en la
que se internan o desplazan las personas que componen este flujo por los
territorios de tránsito migratorio —el continente americano— colocándolos
como potenciales víctimas de tráfico, trata y otros riesgos intrínsecos a la
movilidad irregular.3
Las motivaciones de esta migración hacia el continente americano son
diversas, sin embargo, destacan en este tipo de flujos migratorios la persecu-
ción social, cultural, política y religiosa; los conflictos armados; las violacio-
nes masivas y permanentes de los derechos humanos; y otras clases de ries-
gos que vulneran y ponen en peligro la vida de las personas en sus lugares de
origen, además de las razones económicas.
En este sentido, se trata de un fenómeno de alcance global e impacto
regional que se enmarca en el plano de la corresponsabilidad (coordinación
o cooperación) migratoria entre los países de origen, destino y tránsito, que
además adquiere particularidades en cuanto a la política y gestión migrato-
ria para cada uno de los países por los que atraviesa este flujo de migrantes,
las cuales se asocian, principalmente, al contexto político, social y económi-
co del país de tránsito como del país del cual proviene el migrante.
Dicho esto, en el caso de México sería imposible desmarcar el análisis de
esta migración extracontinental del flujo migratorio centroamericano de
tránsito irregular que se desplaza por territorio nacional para llegar a Estados
Unidos o Canadá, ya que comparten, entre otros factores, la condición de
irregularidad —con toda la carga de vulnerabilidad social que ello implica—
y un destino migratorio compartido (Rodríguez, 2010: 32).
3 En abril de 2010, la Organización de Estados Americanos (oea), a través de la Comisión
Especial de Asuntos Migratorios, convocó a representantes de los Estados miembro a un
taller en la ciudad de Washington para analizar y compartir información sobre la reciente
llegada al continente americano de flujos de migrantes irregulares procedentes de África y
en menor medida de Asia. Dicho taller se enmarcó dentro las acciones que lleva a cabo el
Programa de Migración y Desarrollo de la oea, que a solicitud del secretario general puso
en la agenda un tema de preocupación regional (oea, 2010).
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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JUAN CARLOS NARVÁEZ GUTIÉRREZ
¿Quiénes son los migranTes irregulares
exTraconTinenTales en méxico?
De acuerdo con algunos hallazgos de la Organización Internacional para las
Migraciones (oim), la mayoría de los migrantes extracontinentales, tanto los
procedentes de África como de Asia, se internan en el continente americano
por vía aérea o marítima de manera regular, por lo general utilizando países
que no solicitan visa como puerto de entrada, presentando algún documen-
to de viaje en los países de arribo o plataforma (se trata principalmente de
países que no exigen visado a algunos países de África o Asia, o bien a los que
estos migrantes pueden arribar solicitando asilo).
En este sentido, un migrante en tránsito de origen extracontinental pue-
de ingresar a México de manera regular, y una vez dentro del territorio —al
dejar vencer sus visas o permisos de estancia temporal y permanecer en el
territorio—, pasar a una condición de irregularidad por el carácter de overs-
tayer, o bien, desde su ingreso al país por tierra o mar sin presentar documen-
tos migratorios válidos y vigentes, se convierten en migrantes de tránsito
irregular (Scott, 2010: 13).
En el contexto latinoamericano, por lo general, la irregularidad de los
migrantes extracontinentales inicia realmente en el momento en que deci-
den continuar su ruta hacia Norteamérica, ingresando y atravesando por los
países de la región sin documentación migratoria o solicitando de manera
recurrente en cada uno de estos países el refugio.
Aunque se ha visto que el problema de lo público que genera este flujo
migratorio de tránsito irregular impacta a más de un país de la región, como
Colombia, Panamá, Costa Rica, El Salvador o Guatemala, en el contexto
actual de México, visibilizar y ocuparse de este fenómeno resulta relevante,
ya que el país —por su posición geográfica de vecindad al norte con Estados
Unidos y al sur con Centroamérica— se impone como ruta obligada para
estos migrantes y para los miles de migrantes centroamericanos que anual-
mente tratan de llegar a Estados Unidos atravesando de manera irregular el
territorio mexicano (Flacso, 2011; oim, 2013).
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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MIGRACIÓN IRREGULAR EXTRACONTINENTAL EN MÉXICO
El flujo migratorio histórico que se interna y transita de forma irregular
por México se compone en su mayoría (94 por ciento) de migrantes proce-
dentes de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras). Aunque en
los últimos años la participación del flujo de migrantes extracontinentales
no ha superado 5 por ciento4 de los eventos de migración irregular, es nece-
sario saber más del fenómeno migratorio extracontinental para detectar y
atender sus necesidades desde la política y gestión migratoria.
Durante 2013, el número de africanos y asiáticos presentados5 ante el
Instituto Nacional de Migración (inm) no sobrepasó 2 por ciento de los even-
tos de extranjeros irregulares, sin embargo, su incorporación a estos flujos
migratorios llamó la atención de los sectores gubernamental y académico en
2010 al observarse un repunte inesperado que representó alrededor de 4 por
ciento de los eventos de migrantes alojados en una estación migratoria del
inm (véase gráfica 1).
GRÁFICA 1
Eventos de extranjeros presentados (alojados) ante la autoridad migratoria, 2013
Fuente: Elaboración con base en el Boletín de Estadística del Centro de Estudios Migratorios de la Unidad
de Política Migratoria. http://www.politicamigratoria.gob.mx/es_mx/SEGOB/Boletines_Estadisticos
4 En 2010, año en que registró este flujo una mayor participación, representaron alrededor
de 2,300 eventos.
5 El proceso de aseguramiento que se sigue con los nacionales de África y Asia es el mismo
que se sigue con los demás extranjeros (en su mayoría originarios de Centroamérica) que
no pueden comprobar legal estancia en el territorio nacional. Los extranjeros son alojados
en las estaciones migratorias en donde se les brinda alimentación y dormitorio, así como
todas las garantías de Ley.
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JUAN CARLOS NARVÁEZ GUTIÉRREZ
Con base en estos registros se puede observar, en una línea de tiempo
(véase gráfica 2), que el comportamiento de estos flujos por México coincide
con las tendencias que registran otras migraciones en tránsito irregular por
el país.6 En 2005, cuando también se registró el máximo histórico de eventos
de migrantes irregulares procedentes de Centroamérica transitando por Mé-
xico, se observa un repunte en el flujo de los migrantes procedentes de Áfri-
ca y de Asia.
Dicho incremento se expresa y se hace visible en 2010 cuando ambos
flujos (africanos y asiáticos) alcanzan un máximo de 1,282 eventos los pri-
meros y 1,049 los segundos. Sin embargo, en 2011 se presenta una reducción
de los eventos descendiendo a 287 y 831, respectivamente, tendencia que
comienza a revertirse en 2013, ascendiendo a 545 y 894 eventos procedentes
de África y Asia.
GRÁFICA 2
Eventos de extranjeros procedentes de África y Asia presentados (alojados)
en estaciones migratorias, de 1995 a 2013
Fuente: Elaboración con base en el Boletín de Estadística Migratoria del Centro de Estudios Migratorios de
la Unidad de Política Migratoria. http://www.politicamigratoria.gob.mx/es_mx/SEGOB/Boletines_Esta-
disticos
<<NO SE DISTINGUEN LAS MARCAS DE CENTROAMÉRICA>>
6 Es importante señalar que dichos cálculos son producto de una estimación indirecta —a
partir de los registros de eventos de extranjeros retenidos por la autoridad migratoria y alo-
jados en las estaciones migratorias del inm— del volumen de migrantes africanos y asiáticos
que ingresan y transitan de manera irregular por territorio mexicano, por lo tanto, se limita
a los migrantes que de manera voluntaria o no voluntaria fueron registrados por este proceso
administrativo.
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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MIGRACIÓN IRREGULAR EXTRACONTINENTAL EN MÉXICO
En cuanto a la distribución por nacionalidad de la población migrante
extracontinental alojada en las estaciones migratorias del inm durante 2013,
de acuerdo con los datos de la siguiente gráfica, 67.2 por ciento de los alo-
jados procedentes de Asia corresponde a los nacionales de India, seguidos,
aunque de manera muy distante, de China (11.3 por ciento), Bangladesh
(9.4 por ciento), Nepal (4.5 por ciento) y otros. Respecto a las nacionalidades
más frecuentes procedentes de África, 62.2 por ciento corresponde a Somalia,
12.7 por ciento a Eritrea, 11.9 por ciento a Ghana y el resto a Etiopia, Nige-
ria y a otros países del continente.
GRÁFICA 3
Eventos de extranjeros asiáticos y africanos presentados (alojados)
ante la autoridad migratoria, 2013
Fuente: Elaboración con base en el Boletín de Estadística Migratoria del Centro de Estudios Migratorios de
la Unidad de Política Migratoria. http://www.politicamigratoria.gob.mx/es_mx/SEGOB/Boletines_Esta-
disticos.
<<FALTA TAMAÑO ¿???>>
Ambos flujos comparten un patrón en cuanto a las características socio-
demográficas generales, es decir, se trata en su mayoría de migrantes hom-
bres (89 por ciento), solteros (87 por ciento), con instrucción y educación
básica (63 por ciento) y con manejo de un segundo idioma (73 por ciento);
en el cuadro 1 se muestran algunas diferencias entre variables que podrían ser
significativas y potencialmente útiles a lo largo de las trayectorias migrato-
rias e incorporación de ambas poblaciones: escolaridad y manejo de idioma.
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JUAN CARLOS NARVÁEZ GUTIÉRREZ
CUADRO 1
Características seleccionadas de la población migrante extracontinental irregular
en México, según continente del país de nacionalidad, 2012. Proporciones
CARACTERÍSTICAS SELECCIONADAS CONTINENTE
ASIA ÁFRICA TOTAL
Sexo
Proporción de hombres 86 91 89
Edad
Mediana 28 27 28
Escolaridad
Proporción sin instrucción 22 7 14
Proporción con educación básica 48 77 63
Estado civil
Proporción de solteros 83 91 87
Idioma
Proporción que habla inglés 25 62 45
Proporción que habla español 19 36 28
N 286 318 604
Fuente: Elaboración propia con base en los registros administrativos del Instituto Nacional de Migración,
relacionados con personas presentadas por no acreditar legal estancia en México. Información preliminar.
Nota: La información contenida en el cuadro 1 es un ejercicio que pretende dibujar, de manera indicativa,
los posibles perfiles sociodemográficos de los migrantes extracontinentales en su tránsito por México. El
número de casos por continente no corresponde necesariamente al total de migrantes extracontinentales
mostrados en este documento, debido a la no disponibilidad de la información en bases de datos
(microdatos). El Centro de Estudios Migratorios de la Unidad de Política Migratoria, a través del área de
estadística, trabaja desde hace un par de años en la revisión y en la mejora continua de la información
reportada por las delegaciones regionales, oficinas de trámite y estaciones y/o estancias migratorias del
Instituto Nacional de Migración.
Entre los migrantes extracontinentales que ingresan de manera irregu-
lar, algunos que proceden de países donde la vida se encuentra en riesgo,
solicitan la condición de refugiados desde las estaciones migratorias y son
canalizados a las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados
para iniciar los trámites.
Si no se les reconoce la condición como refugiados, y no puede ser efec-
tuado el proceso de repatriación a su país de origen debido a que no cuentan
con las condiciones necesarias para su retorno como la ausencia de represen-
tación diplomática o consular, no hay reconocimiento del extranjero por
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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MIGRACIÓN IRREGULAR EXTRACONTINENTAL EN MÉXICO
parte de su gobierno porque sobrepasan los 60 días permitidos por la Ley de
Migración para permanecer en las estaciones migratorias —por ejemplo, los
nacionales de Etiopia no pueden ser retornados a su país por falta de un
salvoconducto de viaje para la repatriación—, se les otorga un oficio de salida,
ya sea para que dejen el país o bien regularicen su situación migratoria en
México.
En los últimos años, de acuerdo con los registros administrativos del
inm, del total de eventos de migración extracontinental procedentes de Asia
en promedio son repatriados 13 por ciento, y de los procedentes de África 3
por ciento, el resto sale por sus propios medios del país; regularizan su situa-
ción, siguen el camino hacia Estados Unidos o bien permanecen en México
de manera irregular. Lo anterior, aunque es indicativo y no hay suficiente
evidencia empírica para profundizar, habla de la complejidad que representa
este flujo para la gestión migratoria.
¿Q hace méxico para aTender esTe flujo migraTorio
desde la políTica y gesTión migraToria?
El incremento sustancial de los flujos migratorios irregulares procedentes de
Asia y África, experimentado en México en los últimos años —puntualmen-
te en 2010— visibilizó las dificultades institucionales que impone el trata-
miento de este flujo para el gobierno de México y los de la región. Dado que,
por un lado, se trata de un flujo migratorio en tránsito irregular que tiene
como objetivo final llegar a Estados Unidos o Canadá —dimensión del fenó-
meno que en sí misma es contenedora de diferentes problemáticas públi-
cas—, y, por otro, muchos de estos migrantes proceden de países en con-
flicto, por lo que los gobiernos, para su atención, se rigen en las directrices
que señala el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados
(acnur).
El gobierno de México, con base en lo anterior, les informa a los migrantes
extracontinentales las vías y posibilidades que tienen para regularizar su es-
tancia, así como también se les informa acerca de la posibilidad de presentar
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
128
JUAN CARLOS NARVÁEZ GUTIÉRREZ
una solicitud para ser reconocidos como refugiados e incluso de recibir pro-
tección complementaria. Sin embargo, no todos los migrantes están dis-
puestos o reúnen el perfil para poder acogerse a alguna de estas medidas, ya
sea porque su plan es continuar hacia Estados Unidos en el menor tiempo
posible o no buscan en México un destino migratorio (temporal o perma-
nente).
En cuanto a la gestión de los flujos migratorios extracontinentales, el
Estado mexicano se enfrenta a más de un obstáculo tanto de orden institu-
cional como de cooperación y coordinación internacional. Además de otros
factores que dificultan una buena gestión migratoria, como la diversidad de
idiomas,7 las particularidades alimenticias, religiosas y culturales de los
migrantes que también son elementos relevantes que requieren atención
inmediata.
De acuerdo con la normatividad nacional y otras de carácter internacio-
nal (Ley de Migración, Ley General de Población, y Ley sobre Refugiados y
Protección Complementaria), el Estado mexicano, frente a los flujos de migran-
tes irregulares procedentes de Asia y África, ha procurado distintas alterna-
tivas para brindar atención a los migrantes extracontinentales.8
Entre las acciones gubernamentales que se han propuesto por parte de
las distintas instituciones que gestionan la migración irregular en México se
cuentan protocolos específicos para población en situación de vulnerabili-
dad; atención y seguimiento a los solicitantes de reconocimiento como re-
fugiados o de protección complementaria; la incorporación de la población
de origen extracontinental al Programa de Retornos Voluntarios Asistidos;
en casos particulares se invita al migrante irregular y extracontinental a
7 Entre los idiomas que se han documentado en los registros administrativos se encuentran
el alemán, árabe, bengalí, chino, coreano, español, francés, hindi, indonesio, inglés, manda-
rín y variantes, penjabi, persa, tailandés, urdu, turco, iraní, esloveno, nepalí, entre otros.
8 La Ley de Migración contempla entre sus títulos: De la protección a los migrantes que
transitan por el territorio nacional; De la presentación de los extranjeros (en estaciones
migratorias); De los derechos de los alojados en las estaciones migratorias; Del retorno
asistido y la deportación de extranjeros que se encuentren irregularmente en territorio
nacional; Del procedimiento administrativo migratorio en materia de regulación migrato-
ria (Ley de Migración, 2011).
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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MIGRACIÓN IRREGULAR EXTRACONTINENTAL EN MÉXICO
acogerse a la alternativa de la regularización migratoria; la expedición y el
otorgamiento de oficio de salida para su egreso del país; y «en teoría» una
atención especial en las estaciones migratorias del inm, como servicios de
traducción, información y en ocasiones de alimentación especial.
Sin embargo, se trata de medidas intermedias y poco monitoreadas di-
rigidas a una población migrante que se encuentra en un estado de alta
vulnerabilidad debido al poco manejo del idioma, códigos culturales distin-
tos, con grado alto de desgaste emocional, y que ha transitado por más de
un continente utilizando redes de tráfico e incluso de trata de personas.
a manera de cierre
Los gobiernos de los países de la región enfrentan dificultades comunes en
cuanto al fenómeno de la migración extracontinental, entre ellas, el estable-
cimiento de mecanismos de recepción que sirvan para determinar la identi-
dad, los perfiles y por ende el tipo de protección o tratamiento para cada
migrante; para llevar a cabo el proceso de deportación; para implementar
mecanismos de cooperación y coordinación internacional que permitan
trasladar al migrante al país de tránsito anterior; para contactar a las auto-
ridades consulares de los países de origen. Por ello, es necesario impulsar
desde la investigación aplicada iniciativas que permitan profundizar en el
conocimiento de estos flujos y en consecuencia diseñar políticas migratorias
ad hoc.
Hasta el momento, en el marco de la Conferencia Regional de Migración
(crm) se han trabajado algunas propuestas y acciones encaminadas a forta-
lecer el diálogo entre países que comparten esta problemática; se constituyó,
por ejemplo, el grupo de trabajo ad hoc para discutir, analizar y definir los
objetivos que debe seguir la crm, sumando esfuerzos con la Conferencia
Sudamericana de Migración (csm), en el ánimo de la atención de estos flujos.
Resultado de ello, destacan recomendaciones orientadas a la facilitación,
protección y asistencia en el retorno de los migrantes irregulares procedentes
de Asia y África, así como para mejorar los sistemas de información que
apoyen en la notificación rápida entre los ministerios de migración de la
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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JUAN CARLOS NARVÁEZ GUTIÉRREZ
región y atención a refugiados; y otras, como generar un registro de abusos
y violaciones a migrantes, con el fin de identificar patrones y posibles re-
des delictivas; promover la cooperación entre los organismos internaciona-
les vinculados con los temas de migración y asilo.
Para atender los desafíos que plantea la migración extracontinental en
tránsito irregular por la región e impulsar la integración a la sociedad para
aquellos solicitantes de refugio, en términos de cooperación internacional,
se ha propuesto homologar en los países de la región el requisito de solicitud
de visa a personas procedentes de Asia y África, para desincentivar a los tra-
ficantes que usan ciertos países como plataforma o trampolín para internarse
en territorio del continente americano.
En México se llevó a cabo en 2012 una reunión de diálogo entre los paí-
ses miembros de la crm y algunos países de origen de migrantes extraconti-
nentales, cuyo propósito fue promover el acercamiento entre regiones de
origen, tránsito y destino, con el fin de identificar y analizar los desafíos y
sus vías de resolución por parte de los países miembros de la crm y/o de los
países de África y Asia.
CUADRO 2
Acciones en materia de diálogo internacional para el tratamiento de la migración
irregular extracontinental en la región de América Latina
SEDE Y FECHA ACCIONES
El Salvador, 2003 Taller para el retorno digno, seguro y ordenado de migrantes regionales y extra-
rregionales
Costa Rica, 2009 Conferencia regional sobre protección de refugiados y de flujos migratorios mixtos
México, 2010 XV Reunión de la Conferencia Regional sobre Migración
Ecuador, 2011 Conferencia Sudamericana sobre Migraciones (csm). Presidencia Pro-Témpore
(en diversos años) e intercambio sobre migración extracontinental
Costa Rica, 2011 Diagnóstico sobre la situación actual, tendencias y necesidades de protección y
asistencia de las personas migrantes y refugiadas extra-continentales en México
y América Central
México, 2012 Reunión de diálogo entre los países miembros de la crm y algunos países de ori-
gen de flujos migratorios irregulares extracontinentales
Fuente: Elaboración propia con base en expedientes de la Conferencia Regional sobre Migraciones y otros
documentos en línea http://www.crmsv.org/
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
131
MIGRACIÓN IRREGULAR EXTRACONTINENTAL EN MÉXICO
Si bien México no es la primera opción como país de destino para los
flujos de migrantes irregulares procedentes de Asia y África, en el contexto
actual de endurecimiento de fronteras en el norte (Estados Unidos) y fuertes
restricciones para el tránsito en el interior del país —derivadas de la violencia
y otros factores— podrían ser variables de influencia e impacto en el rumbo
de estas migraciones internacionales.
Para poder apuntar a conclusiones sobre el futuro de estos flujos migra-
torios, hay que considerar que los esfuerzos orquestados desde los organis-
mos internacionales, la academia y el sector gubernamental son incipientes;
se cuenta con poca información sobre el destino inmediato de población
migrante de origen extracontinental en México.
Saber ¿qué pasa con aquellos que se regularizan?, o ¿cuáles son sus di-
námicas y estrategias de inserción social a la sociedad mexicana?, e incluso,
¿cuál es su percepción o su cálculo costo-beneficio sobre su situación de
irregularidad en México?, son preguntas aún por responder.
La migración de tránsito irregular por México es parte de una agenda
cotidiana en los medios de comunicación; la política migratoria en cambio
no es tema de todos los días, vive debajo del iceberg. El Estado mexicano
concibe actualmente el fenómeno migratorio como un hecho observable de
manera integral y transversal, sin embargo, alcanzar esto desde la política
pública va más allá del discurso, es necesario llevar a cabo diagnósticos e
investigaciones de corte cualitativo y cuantitativo, analizando los flujos mi-
gratorios, no sólo eventos descriptivos del México actual, sino del México
migrante del futuro.
bibliografía
casillas, Rodolfo (2008), Una vida discreta y fugaz. Los centroamericanos transmigrantes
en México, México, Comisión Nacional de Derechos Humanos, Organización
Internacional para las Migraciones.
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) (2011), Diagnóstico sobre la
situación actual, tendencias y necesidades de protección y asistencia de las personas
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
132
JUAN CARLOS NARVÁEZ GUTIÉRREZ
migrantes y refugiadas extracontinentales en México y América Central, Costa Rica,
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Organización Internacional para
las Migraciones, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
rodríguez, Ernesto (2010), Extranjeros en México. Continuidades y nuevas aproximacio-
nes, México, Centro de Estudios Migratorios del Instituto Nacional de Migración.
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troamericana de tránsito irregular por México. Estimaciones y características
generales», Apuntes sobre Migración, núm.1, México, Centro de Estudios Migra-
torios del Instituto Nacional de Migración.
rodríguez, Ernesto, Luz María Salazar y Graciela Martínez (2012), Construyendo
estadísticas. Movilidad y migración internacional, México, Centro de Estudios Mi-
gratorios de la Unidad de Política Migratoria, Tilde Editores.
Organización de los Estados Americanos (2010), Migración extracontinental en las
Américas, Washington, Comisión Especial de Asuntos Migratorios de la Organi-
zación de los Estados Americanos.
133
resumen: Este trabajo presenta los resultados de la medición de la pobreza
rural en el estado de Zacatecas, con base en una encuesta diseñada para tal
fin. Los datos se refieren a 2009 y se usa el enfoque multidimensional pro-
puesto por el Coneval. El trabajo se conforma por tres apartados: en el prime-
ro se discute el concepto de pobreza; en el segundo se presentan datos relevan-
tes sobre ésta y de población a nivel nacional y para Zacatecas; en el tercero
se analizan los resultados de las mediciones de pobreza rural en la entidad.
El trabajo se centra en la discusión de los resultados mediante un análisis
comparativo con datos nacionales y estatales. El objetivo del documento es
presentar los indicadores de pobreza para las zonas rurales de Zacatecas, de
forma que se localicen las causas de esta pobreza para cada región, causas
que se asocian con diferentes dimensiones de las vidas de las personas.
palabras clave: pobreza rural, Zacatecas, pobreza multidimensional, vulne-
rabilidad por carencias sociales, marginación.
Pobreza rural multidimensional en Zacatecas
MIREYA TORRES RAMÍREZ*
JUAN MANUEL PADILLA**
* Estudiante del Doctorado en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zaca-
tecas, México. Correo electrónico: mujik_o@yahoo.com.mx.
** Decente-investigador de la Unidad Académica de Economía de la Universidad Autónoma
de Zacatecas, México. Correo electrónico: padilladoc@hotmail.com.
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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MIREYA TORRES RAMÍREZ Y JUAN MANUEL PADILLA
abstract:
key words:
135
inTroducción
La pobreza, sobre todo la extrema, es un fenómeno eminentemente
rural: en ese ámbito se ubican tres cuartas partes de la población
mundial. Estudiar ese problema es fundamental para formular cual-
quier estrategia de desarrollo que pretenda reducirlo. En América
Latina los actuales niveles de pobreza corresponden a los de hace casi 20
años, lo cual muestra que el flagelo no cede ante las políticas sociales diseña-
das para superarlos. La informalidad y la precariedad en el empleo son fac-
tores clave de la pobreza rural, según Klein (2012). El hecho de que la pobla-
ción tienda a concentrarse cada vez más en localidades urbanas ha generado
un desinterés por los espacios rurales, especialmente en el diseño de políticas
que atiendan la especificidad de la problemática.
Zacatecas es una entidad con un alto índice de ruralidad. Para 2010, se-
gún datos del censo, la población residente en localidades con menos de
2,500 habitantes llegaba a 40.5 por ciento (604,070 individuos). En ese año
era la sexta entidad del país con mayor población rural y la sexta con mayor
pobreza, esto último según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política
de Desarrollo Social (Coneval). Por ello se afirma con frecuencia que en Zaca-
tecas existe una extensa pobreza rural que tiende a asociarse con alta mar-
ginación, bajo desarrollo humano y emigración. Se supone muy extendida,
pero hasta el momento no se ha calculado su dimensión.
El objetivo del documento es presentar los indicadores de pobreza rural
de Zacatecas con base en una encuesta levantada para tal fin y la metodolo-
gía multidimensional propuesta por el Coneval. El total de hogares entrevis-
tados fue de 1,162 elegidos de manera aleatoria; el tamaño de la muestra fue
determinado mediante un esquema de muestreo estratificado y por conglo-
merados.1 Por razones de espacio se omiten las características de la muestra
y su diseño.
1 La muestra fue diseñada por el actuario Jaime Mojica del inegi, le agradecemos el apoyo
brindado.
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
136
MIREYA TORRES RAMÍREZ Y JUAN MANUEL PADILLA
El trabajo se conforma por tres apartados. En el primero se discute el
concepto de pobreza; en el segundo se presentan datos relevantes sobre po-
breza y población a nivel nacional y para Zacatecas; en el tercero se analizan
los resultados de las mediciones de pobreza rural en la entidad.
concepTo de pobreza
En América Latina, los primeros estudios para analizar el problema fueron
los referidos a la marginación, concepto muy relacionado al de pobreza. La
marginación se refiere a las personas cuyo acceso a educación, servicios de sa-
lud, empleo formal y condiciones de vivienda digna es limitado, precario o
nulo (Kay, 2006). Los dos enfoques que se desarrollaron sobre marginación en
América Latina se inspiraron en las teorías de la modernización y la marxista.
Kay (2006) indica que el enfoque basado en la primera considera que la mar-
ginación surge de la falta de participación e integración de algunos individuos
y grupos al sistema económico, político y social. La población marginada es
vista como responsable e incapaz de superar su situación de marginalidad,
por lo que el gobierno debe diseñar programas especiales para facilitar su
integración al proceso de modernización. Por su parte, desde la teoría marxis-
ta la marginación se debe a la forma en que los países en desarrollo se han
integrado al sistema capitalista. Para Kay, este enfoque se ubica en la teoría
de la dependencia. La «masa marginal», concepto creado por José Nun (Kay,
2006) emerge del proceso de «desarrollo dependiente», término forjado por
Cardoso, o del «desarrollo del subdesarrollo», según la expresión de Gunder
Frank, que crea una fuerza de trabajo excedente que el país dependiente es
incapaz de absorber en el sector formal de la economía, lo cual lleva a la emer-
gencia de un polo marginal, término de Quijano, o a lo que más tarde sería
referido como un sector informal, que al ser incapaz de encontrar empleo
formal tiene que crear sus propios mecanismos de sobrevivencia.
Lo relevante para los estudios sobre pobreza y marginación rural es que
el enfoque de la modernización reduce éstas a atributos de grupos o indivi-
duos que los incapacita para participar en la vida económica, social, política
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
137
POBREZA RURAL MULTIDIMENSIONAL EN ZACATECAS
y cultural del país; el enfoque marxista-dependentista considera a la margi-
nación como una condición estructural creada y reproducida por el actual
sistema capitalista y el proceso de globalización (Kay, 2006).
Si nos apegamos a este segundo enfoque para abordar el problema de la
pobreza rural, entonces aceptamos que se trata de un fenómeno estructu-
ral. Como señala Rubio (2004: 949) para el caso de México: la ruina produc-
tiva de los productores rurales de bienes básicos responde a una nueva forma
de dominio impulsado por las transnacionales, una «subordinación desestruc-
turante, en tanto que no permite reproducirlos y tiende a excluirlos de la
esfera productiva».
A continuación se expondrán algunos conceptos de pobreza tanto de
organismos que tienen a su cargo la medición, como de algunos teóricos
destacados en el tema. Empecemos con los últimos.
De acuerdo con Spicker (2009), el concepto de pobreza se asocia direc-
tamente con cuatro condiciones: la material, que se refiere a la falta de re-
cursos para alcanzar un nivel de vida digno, y que a su vez puede ser enten-
dida mediante los conceptos de necesidad, patrón de privaciones y limitación
de recursos; la económica, que se relaciona directamente con el ingreso,
mediante los conceptos de nivel de vida, desigualdad y posición económica;
la social, la cual refleja el modo en que vive la población de acuerdo con la
clase social, el grado de dependencia, la carencia de seguridad básica, la ausen-
cia de titularidades y la exclusión; y una última, que se denomina condición
moral, que expresa el grado de aceptabilidad o inaceptabilidad de las carencias
que conlleva la pobreza. Estas definiciones tienen la característica de que son
distintas, específicas, se superponen y también se vinculan entre sí.
Por su parte, Townsend (citado por Boltvinik, 2003: 708) dice:
La pobreza se puede definir de manera objetiva y aplicarse de modo consistente
sólo en términos del concepto de privación relativa […]. El término se entiende
de manera objetiva y no subjetivamente. Se puede decir que los individuos, las
familias y los grupos de la población se encuentran en pobreza cuando carecen
de los recursos para obtener los tipos de dietas, participar en las actividades y
tener las condiciones de vida y las comodidades que se acostumbran, o que al
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
138
MIREYA TORRES RAMÍREZ Y JUAN MANUEL PADILLA
menos son ampliamente promovidos o aprobados, en las sociedades a las que
pertenecen. Sus recursos están tan significativamente por debajo de los del in-
dividuo o la familia promedio que resultan, en efecto, excluidos de los patrones
ordinarios de vida, costumbres y actividades.
De particular importancia es la definición de Sen (2000: 114):
La pobreza debe concebirse como la privación de las capacidades básicas y no
meramente como la falta de ingresos, que es el criterio habitual con el que se
identifica la pobreza. La perspectiva de la pobreza basada en las capacidades no
entraña el rechazo de la razonable idea de que la falta de renta (ingreso) es una
de las principales causas de la pobreza, ya que la falta de renta puede ser una im-
portante razón por la que una persona está privada de capacidades.
Entre tales capacidades, sobresalen la perspectiva de una vida larga sin
padecer enfermedades evitables, así como la posibilidad de adquirir conoci-
mientos para articular las habilidades de reflexión y comprender el entorno
en que se vive.
Existe una discusión teórico-conceptual acerca de qué criterio habrá de
emplearse para definirla, la propuesta por Townsend, la relativa, o la de Sen,
la absoluta. La discusión entre Townsend y Sen gira en torno a cómo consi-
derar pobre a un individuo: el primero afirma que se encuentra en pobreza
si no cuenta con los recursos suficientes para acceder a las condiciones de
vida, costumbres y actividades, tomando en cuenta el tiempo y el lugar, es
decir, que los satisfactores necesarios para la vida no son iguales en todas las
sociedades y que la pobreza depende del nivel general de riqueza. En cambio,
Sen sostiene que «existe un núcleo irreductible en la idea de pobreza. Si hay
evidencias de hambre e inanición, entonces hay pobreza, independiente-
mente de cualquier situación relativa» (Sen, citado por Spicker, 2009); las
necesidades de cada sociedad pobre son las mismas, y no tienen una depen-
dencia ni del tiempo ni del espacio, sino que la pobreza depende del nivel
general de riqueza.
Gordon (2004) afirma, por su parte, que la pobreza es un fenómeno que
causa daño social y que hace que los individuos sufran de inanición, carezcan
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
139
POBREZA RURAL MULTIDIMENSIONAL EN ZACATECAS
de agua potable, servicios sanitarios, salud y educación, todo esto provocado
por algo que denomina «una opción política», en referencia a que no es un
hecho fortuito o inevitable, o que sea provocado por la falta de dinero, sino
por la falta de voluntad política para acabarla.
Boltvinik (2003: 454) define a la pobreza como un fenómeno multidi-
mensional, en el que el bienestar de los hogares depende de: 1) el ingreso
corriente; 2) los activos no básicos y la capacidad de endeudamiento del
hogar; 3) el patrimonio familiar, concebido como el conjunto de activos y
bienes durables que proporcionan servicios básicos a los hogares (vivienda
y equipamiento doméstico básico); 4) el acceso a bienes y servicios gratuitos
(consumo público); 5) los conocimientos de las personas, considerados no
como medio para la obtención de ingresos, sino como satisfactores directos
de la necesidad humana de entendimiento, y 6) el tiempo libre disponible.
Siendo pobre aquel que carece de una o más fuentes de bienestar.
Puede apreciarse que la pobreza es un concepto con definiciones diferen-
tes. Cada autor emite o elige una definición, pero en general todos coinciden
en que se refiere a garantizar el bienestar social de las personas. Aunque el
significado de pobreza, generalmente, se dirige a considerar los aspectos ma-
teriales que permiten desarrollar la vida y se mide de una forma indirecta
mediante el ingreso monetario, en la actualidad los métodos de medición
más completos son los que toman en cuenta, además, indicadores que tie-
nen que ver con garantizar un nivel de vida digno.
Enseguida se aborda la definición de pobreza según algunas instituciones.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (cePal) la defi-
ne como un síndrome situacional en el que se asocian el infraconsumo, la
desnutrición, las precarias condiciones de vivienda, los bajos niveles educa-
cionales, las malas condiciones sanitarias, una inserción inestable en el apa-
rato productivo, actitudes de desaliento y anomia, poca participación en los
mecanismos de integración social, y quizá la adscripción a una escala particu-
lar de valores diferenciada en alguna medida de la del resto de la sociedad,
como una situación que expresa la carencia de recursos económicos o de con-
diciones de vida que la sociedad considera básicos, de acuerdo con normas
sociales de referencia que reflejan derechos sociales mínimos y objetivos
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
140
MIREYA TORRES RAMÍREZ Y JUAN MANUEL PADILLA
públicos. Estas normas se expresan en términos tanto absolutos como re-
lativos, y son variables en el tiempo y los diferentes espacios nacionales
(Hopenhayan, 2003).
Para el Banco Mundial,
la pobreza es hambre; es la carencia de protección; es estar enfermo y no tener
con qué ir al médico; es no poder asistir a la escuela, no saber leer, no poder ha-
blar correctamente; no tener un trabajo; es tener miedo al futuro, es vivir al día;
la pobreza es perder un hijo debido a enfermedades provocadas por el uso de
agua contaminada; es impotencia, es carecer de representación y libertad
(Romero, 2002: 88).
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) en 1997 pre-
sentó por primera vez la expresión pobreza humana basada en el concepto
de capacidades de Sen y la definió como la negación de opciones y oportu-
nidades de vivir una vida tolerable (Mathus, 2008).
En México, los estudios oficiales sobre pobreza son importantes porque
proporcionan información indispensable sobre la magnitud y distribución
espacial. Éstos recibieron especial atención en el sexenio de José López Por-
tillo. En 1977 se creó la Coordinación General del Plan Nacional de Zonas
Deprimidas y Grupos Marginados (Coplamar). Los estudios coordinados por
Coplamar sobre mínimos de bienestar incluyen la construcción de un «índice
de marginación» basado en 19 indicadores.2 Con base en éste se determina el
grado de marginación a nivel nacional, regional y municipal (González Montes,
1994). A partir de 1990, el Consejo Nacional de Población (Conapo) calcula
los índices de marginación con base en la información generada por los Cen-
sos de Población y Vivienda y los conteos generales de 1995 y 2005 del Ins-
tituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (inegi), considerando
cuatro dimensiones: educación, vivienda, ingreso de la población ocupada y
2 Según este índice la marginación se expresa en: 1) bajos niveles de ingreso de la Pea; 2) altos
niveles de subempleo; 3) altos porcentajes de población rural agrícola; 4) incomunicación
de las localidades; 5) alimentación inadecuada; 6) bajos niveles de escolaridad; 7) bajos
niveles de salud y dificultad de acceso a servicios médicos; 8) viviendas inadecuadas y sin
servicios; 9) escaso acceso a otros satisfactores como calzado, radio y televisión.
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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POBREZA RURAL MULTIDIMENSIONAL EN ZACATECAS
la distribución territorial de la población, de donde se generan nueve indica-
dores. Los índices se presentan a nivel de entidad, municipio, localidad y
áreas geoestadísticas básicas (ageb) urbanas.
Las fuentes oficiales para medir la pobreza provienen de las Encuestas
de Ingreso y Gasto de los Hogares, levantadas por el inegi. Durante la admi-
nistración de Vicente Fox (2000-2006), la Secretaría de Desarrollo Social
(Sedesol) se propuso construir una medición oficial de la pobreza; en diciem-
bre de 2003 se aprobaría la Ley General de Desarrollo Social, con la que se
definió el marco para que fuese el Coneval quien definiera los lineamientos
y criterios para la definición, identificación y medición de la pobreza.
Hasta 2007, en México el Coneval estuvo empleando tres líneas de po-
breza: la alimentaria, la de capacidades y la patrimonial. El primer tipo es la
que vive un hogar al que, aun dedicando todo su ingreso para la adquisición
de alimentos, no le alcanza para cubrir el costo de dicha canasta. La segunda
es la que padecen aquellos hogares que, comparando su ingreso con el costo
de alimentos, educación y salud, éste resulta inferior. Finalmente, la última
es la que padecen los hogares que aun destinando todo su ingreso no les al-
canza para alimentos, salud, educación, vivienda, transporte y vestido. Sa-
bemos que el gobierno está combatiendo la pobreza extrema y no la mode-
rada, omisión que contribuye al aumento de la última. Es un caso de medición
unidimensional de la problemática, al considerar al ingreso como el determi-
nante del bienestar de las familias.
Hacia 2007, el Coneval modificaría el concepto adoptando el de pobreza
multidimensional que refiere a que «una persona se encuentra en situación
de pobreza multidimensional cuando no tiene garantizado el ejercicio de al
menos uno de sus derechos para el desarrollo social, y si sus ingresos son
insuficientes para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer
sus necesidades» (Coneval, 2010: 38).
La pobreza, de acuerdo con el Coneval, se desagrega según la situación
de la población en pobreza moderada y extrema; conforme a su vulnerabi-
lidad: por carencias sociales (rezago educativo, carencias de acceso a los servi-
cios de salud, seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios
básicos en la vivienda, y alimentación) y por ingresos. La identificación de
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MIREYA TORRES RAMÍREZ Y JUAN MANUEL PADILLA
la población en situación de pobreza se realiza en dos etapas: en la primera,
se determina si los ingresos de una persona son insuficientes para la satis-
facción de sus necesidades y si padece al menos una de las seis carencias
anteriormente mencionadas; y, en la segunda, se combinan los indicadores
generados en la etapa previa, con el fin de identificar a la población en situa-
ción de pobreza multidimensional. Cualquier persona podrá ser clasificada
en uno y sólo uno de los siguientes cuatro cuadrantes:
I. Pobres multidimensionales. Individuos con ingreso inferior al valor de la línea
de bienestar y que padecen al menos una carencia social.
II. Vulnerables por carencias sociales. Aquel que presenta una o más carencias
sociales, pero cuyo ingreso es superior a la línea de bienestar.
III. Vulnerables por ingresos. Quien que no presenta carencias sociales y cuyo
ingreso es inferior o igual a la línea de bienestar.
IV. No pobre multidimensional y no vulnerable. Población cuyo ingreso es su-
perior a la línea de bienestar y que no tiene carencia social alguna (Coneval,
2010: 42).
La modificación referida representa un avance en cuanto a su carácter
multidimensional, pero no se puede negar que subestima las cifras. Esto
ocurre al considerar pobres a las personas con un ingreso inferior a la línea
del bienestar y que sufren al menos una carencia, o cuando denomina pobres
extremos a quienes tengan un nivel de ingreso inferior a la línea de bienestar
mínimo y padezcan tres carencias, de tal forma que una persona con dos
carencias (aunque sean alimentarias o de salud) no es considerada un pobre
extremo, además sigue comparando ingreso corriente total con el costo de
la canasta alimentaria, a pesar de ser imposible que un hogar pueda dedicar
todo su ingreso para alimentarse, puesto que tiene que satisfacer otras nece-
sidades de igual importancia, como la salud o el aseo personal.
Como ya se indicó anteriormente, esta metodología es la usada en el
presente trabajo. Antes de pasar a los resultados, se expone brevemente la
importancia de la población rural en México y en Zacatecas, y la incidencia
de la pobreza en estos niveles.
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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POBREZA RURAL MULTIDIMENSIONAL EN ZACATECAS
población rural y pobreza en méxico y zacaTecas
El reciente interés por el desarrollo en el ámbito rural se debe principal mente
a que es ahí en donde se concentra la mayoría de la población que vive en con-
diciones de pobreza y marginación. En el caso de América Latina, según
datos de la cePal, para 2010 52.6 por ciento de la población rural vivía en
condiciones de pobreza y 30 por ciento en pobreza extrema.
En 2010, México tenía 26 millones de personas (23 por ciento) residien-
do en localidades rurales. Los datos sobre pobreza medida según el enfoque
multidimensional propuesto por el Coneval indican que 64.9 por ciento de
ésta vivía en condiciones de pobreza y 23.9 por ciento, en pobreza extrema.
A pesar de los programas focalizados para superarla, el flagelo persiste, pues
se trata de un problema estructural profundizado debido a las políticas de
corte neoliberal implementadas desde la década de los ochenta.
Según Tetreault (2012), dichas políticas se tradujeron en la desaparición
de programas de desarrollo iniciados en la década anterior, como el Programa
Integral para el Desarrollo Rural (Pider), la Coplamar y el Sistema Alimen-
tario Mexicano (sam), así como la reducción de aranceles y cuotas para las
importaciones agrícolas, que culminaría después en el Tratado de Libre Co-
mercio de América del Norte (tlcan). Se suprimieron o privatizaron organis-
mos gubernamentales vinculados al sector agrícola y se eliminaron precios
de garantía y diversos subsidios; todo esto llevó a la caída vertiginosa de los
precios del sector en la década de los noventa, el aumento de las importacio-
nes provenientes de Estados Unidos y, al mismo tiempo, el aumento en el
costo de los insumos para los agricultores.
El resultado de lo anterior fue el aumento de la pobreza, al grado de
preocupar a los propios organismos multinacionales encargados de promo-
ver dicho modelo. Fueron ellos quienes recomendaron políticas focalizadas
en los pobres, centradas en la transferencia de recursos monetarios. En el
caso particular de México, éstas ahora se cristalizan bajo el Programa Opor-
tunidades, antes Progresa, implementado desde 1997 durante el gobierno de
Ernesto Zedillo. No obstante, después de 15 años del programa, la pobreza
persiste en sus manifestaciones más agudas, como la alimentaria.
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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MIREYA TORRES RAMÍREZ Y JUAN MANUEL PADILLA
En cuanto a Zacatecas, esta entidad se caracteriza por tener un alto
porcentaje de población rural. Para 2010 es la sexta con mayor población que
reside en localidades con menos de 2,500 habitantes. Lo que caracteriza a la
población rural es su dispersión en un gran número de localidades, esto
complica su acceso a mercados de trabajo y de servicios, y justifica el aban-
dono del gobierno argumentando altos costos para dotarles de los servicios
básicos que constitucionalmente tiene obligación de proveer.
Para 2000, 46.7 por ciento de la población del estado residía en localida-
des rurales, en 2010 el porcentaje se redujo a 40.5 por ciento. Las localidades
urbanas (con más de 15 mil habitantes) concentran para este último año un
porcentaje similar al de las rurales (40.2 por ciento). Véase cuadro 1.
CUADRO 1
Zacatecas, distribución de la población según tamaño de localidad, 2000-2010
TIPO DE
LOCALIDAD
2000
LOCALIDADES %
POBLACIÓN
TOTAL %
Rural 4,821 98.8 631,546 46.7
Semirural 33 0.7 114,648 8.5
Semiurbana 18 0.4 153,135 11.3
Urbana 10 0.2 454,281 33.6
Total 4,882 100.0 1’353,610 100.0
2010
Rural 4,605 98.6 604,070 40.5
Semirrural 33 0.7 114,214 7.7
Semiurbana 22 0.5 173,875 40.2
Urbana 12 0.3 598,509 40.2
Total 4,672 100.0 1’490,668 100.0
Rural: Menos de 2,500 habitantes; Semirrural: de 2,500 a 4,999 habitantes; Semiurbana: de 5,000 a 14,999
habitantes; Urbanas: más de 15,000 habitantes.
Fuente: Elaborado con base en Censos de Población y Vivienda.
Aunque gran parte de la población de la entidad se ubica en zonas rura-
les, el sector agropecuario ha ido perdiendo importancia, en 2010 aportaba
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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POBREZA RURAL MULTIDIMENSIONAL EN ZACATECAS
8.9 por ciento del producto interno bruto (Pib). En el nivel nacional los ho-
gares rurales dependen cada vez más de ingresos no agropecuarios para sub-
sistir; en Zacatecas las remesas internacionales se han convertido en una
fuente preponderante del ingreso en el medio rural. Según cálculos oficiales,
para 2010 la entidad tiene el más alto índice de intensidad migratoria inter-
nacional y el mayor porcentaje de hogares receptores de remesas (11.4 por
ciento; en 2000 eran de 13 por ciento).
La crisis de las actividades agropecuarias y la debilidad del resto de los
sectores económicos traen como consecuencia un mercado laboral regional
poco dinámico, incapaz de absorber la población excedente del campo y han
generado una fuerte expulsión de población a otras entidades del país y,
sobre todo, a Estados Unidos. Hasta 2005, Zacatecas se caracterizaba por ser
una de las entidades con menor tasa de crecimiento demográfico a nivel
nacional.
GRÁFICA 1
Zacatecas: población en pobreza, 2008-20103 (%)
Fuente: Elaborado con base en datos en línea disponibles en www.coneval.gob.mx
3 Para 2010 la líneas de bienestar (equivalentes a las líneas de pobreza) que ayudan a clasifi-
car a la población en pobreza y pobreza extrema, fueron, la mínima de 697.93 pesos per
cápita mensuales para las localidades rurales, y de 990.77 pesos para las localidades urbanas.
La de bienestar fue de 1,348.62 y 2,140.05 pesos para el medio rural y urbano, respectiva-
mente. El lector interesado puede consultar la metodología en www.coneval.gob.mx
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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MIREYA TORRES RAMÍREZ Y JUAN MANUEL PADILLA
No disponemos de datos de pobreza por localidad para Zacatecas, por lo
que revisaremos la incidencia a nivel estatal. Para 2010, 60.2 por ciento de la
población del estado vivía en condiciones de pobreza. En dos años (2008-
2010) su incidencia aumentó 10 puntos porcentuales, lo que la ubicó como
la de mayor crecimiento en el número de pobres. Esto último asociado con
la caída de las remesas provenientes de Estados Unidos, pero también con el
mal temporal para las actividades agrícolas, que de paso ha afectado a la
ganadería, otra importante actividad económica del estado (véase gráfica 1).
pobreza rural en zacaTecas
En este apartado se presentan los resultados de la encuesta a hogares rurales
levantada entre junio y diciembre de 2010 en localidades rurales de Zacate-
cas. La información fue captada en 2009. Los resultados que se presentan se
refieren a la muestra, 1,162 hogares, 4,803 personas. La muestra tiene repre-
sentatividad para las localidades menores a 2,500 habitantes. La metodolo-
gía aplicada es la recomendada por el Coneval bajo el enfoque multidimen-
sional, la única diferencia es que usamos gasto corriente en lugar del ingreso.
La variable de gasto corriente se construyó según criterios indicados en la
Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (enigh, 2010): gasto
corriente monetario más gasto corriente no monetario, excluyendo, como
lo hace el Coneval, los rubros de autoconsumo, los regalos recibidos una
sola vez durante el año y el costo imputado por alquiler de la vivienda.4
Asimismo, se determinó excluir del gasto corriente monetario los robos y
pérdidas de dinero, puesto que se consideran gastos extraordinarios para los
hogares. En la encuesta hubo casos de extorsiones y los hogares tuvieron que
vender activos o recurrir a familiares en el exterior para poder cubrir los
pagos exigidos. El criterio para excluirlos fue el señalamiento en la metodo-
logía del Coneval, que indica que se deben incluir aquellas entradas que le
4 Esto se verificó en los archivos disponibles para el cálculo de la pobreza en sPss, que se
pueden bajar de la página web del Coneval.
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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POBREZA RURAL MULTIDIMENSIONAL EN ZACATECAS
permiten a los hogares obtener los satisfactores que requieren sin disminuir
los bienes o activos que poseen. La ventaja de medir la pobreza a través del
gasto y no del ingreso es que el primero se percibe como un método directo,
que mide el nivel de consumo efectivo realizado por los hogares. Se cuenta
con datos para medir el ingreso del hogar, pero hacerlo por esa vía es más com-
plejo dadas las características de la encuesta, esta tarea se ha dejado para una
fecha posterior y tendremos la oportunidad de comparar resultados.
El gasto corriente fue deflactado para ponerlo a precios de julio de 2009
y se usaron las líneas de bienestar actualizadas por el Coneval, promedio
2009. Los cálculos per cápita se hicieron ajustando el tamaño del hogar por
economías de escala y escalas de adulto equivalente, según propone el mis-
mo Consejo.
El cuadro 2 muestra los resultados de las mediciones sobre pobreza rural
de la encuesta, última columna. Se incluyen los datos a nivel nacional (total
y para localidades rurales) y el total estatal, con el fin de comparar. Para 2009,
61 por ciento de la población rural del estado se encontraba en pobreza, es
decir, no tenía garantizado al menos uno de sus derechos sociales y su gasto
fue menor a la línea de bienestar. Este indicador es cercano al total estatal y
superior al nacional, pero está por debajo del correspondiente a localidades
rurales a nivel nacional (64.9 por ciento). En cambio, el indicador de pobreza
moderada en el medio rural de Zacatecas es parecido a nivel nacional, lo
mismo pasa con la pobreza extrema, aunque en las zonas rurales del estado
es ligeramente inferior al total rural nacional.
De la comparación entre la incidencia total y rural a nivel nacional y los
datos rurales a nivel estatal, podemos captar las diferencias en la composi-
ción de pobreza en zonas rurales: mientras que la pobreza moderada en
promedios nacionales y estatales triplica o cuadruplica a la extrema, en zonas
rurales la diferencia entre una y otra no es tan grande, es menos del doble,
es decir, en las zonas rurales la severidad de la pobreza es muy superior a las
no rurales. Recordemos que, según el enfoque multidimensional, una persona
se encuentra en pobreza extrema cuando presenta al menos tres carencias so-
ciales y su ingreso es inferior a la línea de bienestar mínimo, y está en pobreza
moderada cuando presenta menos de tres carencias sociales y su ingreso es
superior a la línea de bienestar mínimo pero inferior a la línea de bienestar.
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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MIREYA TORRES RAMÍREZ Y JUAN MANUEL PADILLA
CUADRO 2
Pobreza multidimensional: Comparación de resultados de la encuesta
a hogares rurales 2009 y datos del Coneval, 2010 (% de personas)
CONEVAL EHRURZAC
ZAC RURALNACIONAL RURAL NAC ZACATECAS
INDICADORES 2010 2010 2010 2009
Pobreza
Población en situación de pobreza 46.2 64.9 60.2 61.0
En pobreza moderada 35.8 40.9 49.8 39.9
En pobreza extrema 10.4 23.9 10.4 21.2
Población vulnerable por carencias sociales 28.7 28.8 18.7 35.5
Población vulnerable por ingresos 5.8 1.1 6.8 0.0
Población no pobre y no vulnerable 19.3 5.2 14.3 3.5
Privación Social
Población con al menos una carencia 74.9 93.6 78.9 96.5
Población con al menos tres carencias sociales 26.6 50.3 22.8 62.0
Indicadores de carencia social
Rezago educativo 20.6 33.9 22.8 33.9
Carencia por acceso a servicios de salud 31.8 32.2 27 30.5
Carencia por acceso a la seguridad social 60.7 81.9 66.4 85.3
Carencia por calidad y espacios de la vivienda 15.2 29.2 5.9 41.7
Carencia por acceso a los servicios básicos en
la vivienda
16.5 46.6 16.1 46.2
Carencia por acceso a la alimentación 24.9 33.6 24.8 59.6
Bienestar
Población con un ingreso inferior a la línea de
bienestar mínimo
19.4 35 29.5 23.1
Población con un ingreso inferior a la línea de
bienestar
52 66 67.0 61.0
Fuente: Coneval (2011) y Encuesta a Hogares Rurales de Zacatecas, 2009.
Nota: Los datos de la Ehrurzac se refieren a la población de la muestra, 4,803 personas en total.
La metodología permite identificar a dos grupos de población vulnera-
ble: por carencias sociales y por ingresos. En el primero estaría la población
que tiene un ingreso superior a la línea de bienestar pero presenta una o más
carencias sociales; en el segundo, quienes no presentan carencias sociales y
cuyo ingreso es inferior o igual a la línea de bienestar. El porcentaje de po-
blación vulnerable a carencias sociales en el medio rural de Zacatecas es
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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POBREZA RURAL MULTIDIMENSIONAL EN ZACATECAS
superior al nacional, también está muy por encima del promedio estatal. En
los indicadores de privación social, vemos cómo 96.5 por ciento de la pobla-
ción padece al menos una carencia social, indicador también por encima del
resto de los datos sujetos a comparación.
Los indicadores de privación social de las localidades rurales de Zacate-
cas son muy cercanos a los nacionales, excepto en dos: carencia por calidad
y espacios de la vivienda y por acceso a alimentación. Este último se obtuvo
según la medida complementaria propuesta por el Coneval: comparar el
gasto de alimentos per cápita con el costo de la canasta básica alimentaria.
El resultado indica que 59.6 por ciento de las personas tiene un gasto en
alimentos menor a la línea de bienestar mínimo. Se procedió de esta manera,
pues en la encuesta no se incluyó el conjunto de preguntas usado para medir
dicha carencia. Digamos que la medida complementaria es mejor que la
medición usada por el Coneval, con la acotación de que sería más precisa, y
seguramente menor aunque no tenemos la certeza sobre la magnitud, si se
incluyera el valor de los alimentos producidos y consumidos en el hogar, el
autoconsumo. Como ya se indicó anteriormente, éste no fue considerado,
puesto que tampoco el Coneval lo incluye en el ingreso corriente de los hoga-
res. En el caso de calidad y espacios de la vivienda, sorprende el resultado tan
alto; se recalculó para verificar que no hubiera errores y el resultado fue el
mismo. Aquí la única diferencia con respecto al Coneval es que para medir
el hacinamiento, indicador que resultó más alto en esta dimensión, se tomó el
número de cuartos usados para dormir en vez del total de cuartos en la vi-
vienda. A nivel de hogares, 33 por ciento presenta carencias por calidad y
espacios de la vivienda, a nivel de personas se eleva considerablemente hasta
alcanzar 41.7 por ciento, indicado en el cuadro 2, muy por encima del nivel
que muestran los promedios nacionales y estatales. En campo se constata-
ron situaciones graves de hacinamiento, especialmente en las localidades
con alto y muy alto grado de marginación social. Al respecto, tampoco esta-
mos de acuerdo con las normas establecidas por el Coneval, pues en el caso
del material de techos de las viviendas, todas superan la condición de caren-
cia si su techo es diferente al material de desecho. En Zacatecas abundan las
viviendas con techo de terrado con viguería realmente precarias, que no
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
150
MIREYA TORRES RAMÍREZ Y JUAN MANUEL PADILLA
garantizan la protección de sus moradores en tiempos de lluvia, incluso los
techos con lámina de cartón se consideran suficientes para superar esta caren-
cia. De este modo, se asume que un muy alto porcentaje de población tiene
viviendas adecuadas, cuando la realidad es distinta. Un programa de vivienda
rural es urgente, para que las familias tengan un espacio adecuado para su
convivencia. La antigüedad de la vivienda no se toma en cuenta, los muros
pueden estar derrumbándose, lo mismo se puede decir de los techos, pero
sólo importa el tipo de material. Esto sin mencionar aspectos subjetivos
como el nivel de satisfacción de las personas, especialmente de las mujeres,
con la casa que habitan. Esto se señala porque muchas mujeres comentaron
que su casa era incómoda y quisieran tener mejores muebles, más cómodos,
en donde realmente pudieran descansar.
En fin, las mediciones de pobreza son muy vulnerables a los umbrales
que se establezcan. A pesar de ser un problema social importante, quizá el
acento no debiera ponerse tanto en medirla, sino en superarla; en las discu-
siones sobre pobreza hay mucho sobre medición y menos sobre lo segundo.
Educación, alimentación, acceso a servicios de salud y una vivienda digna
pueden ser los elementos más importantes y puntos de partida para superar
este problema tan relacionado con la dignidad humana y con la justicia so-
cial. El ingreso seguirá siendo importante en la medida en que el mercado
sea el medio para obtener los satisfactores, es decir, mientras las relaciones
capitalistas sean las que predominen, por lo que también se deben buscar
mecanismos para una integración más justa de los pequeños productores,
capacitación para el trabajo, uso eficiente de los recursos y aumento de la
productividad.
Al final del cuadro se muestran los indicadores de bienestar, relacionados
con el ingreso (para Zacatecas rural con el gasto). La población con gasto
inferior a la línea de bienestar mínimo es 23.1 y 61 por ciento, menor al
promedio estatal y al de zonas rurales del país. Es importante comentar algo
en lo que Boltvinik insiste, para medir la pobreza extrema es incorrecto
comparar el costo de la canasta alimentaria con el ingreso total del hogar,
puesto que las personas además de alimentos tienen que adquirir otros sa-
tisfactores de igual importancia para la supervivencia, como salud e incluso
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
151
POBREZA RURAL MULTIDIMENSIONAL EN ZACATECAS
educación. Como ya se indicó, al comparar el gasto en alimentación con la
línea de bienestar mínimo resulta que 59.6 por ciento de los hogares tiene
un gasto en alimentos inferior a dicha línea, al compararlo con su gasto total
sólo 23.1 por ciento estaría en pobreza extrema por ingresos, pero en nuestro
caso dicho gasto incluye educación, salud, servicios para la vivienda, trans-
porte y artículos para el aseo y cuidado personal, principalmente. Al usar el
gasto corriente en lugar del ingreso corriente, es más evidente lo ilógico que
resulta comparar ingreso total con costo de la canasta alimenticia.
La gráfica 2 presenta una mirada rápida sobre la situación de pobreza
multidimensional para las localidades rurales. Los datos de la población en
dicha situación ya fueron comentados. El grupo de no pobres puede estar
en condiciones de vulnerabilidad por carencias sociales, es decir, con ingreso
superior a la línea de bienestar pero con alguna carencia en derechos sociales,
en esa posición estaría la mayoría de los no pobres (35.5 por ciento), vulne-
rabilidad por ingreso, es decir, con todos sus derechos sociales cubiertos pero
con ingreso inferior a la línea de bienestar, sólo una persona de la muestra
estaba en esta situación, pues como ya se comentó, la vulnerabilidad por
carencias es especialmente aguda en el ámbito rural. Sólo 3.5 por ciento de
la población de la muestra (de un total de 4,803 personas) resultó no pobre
y no vulnerable, porcentaje menor al rural nacional (5.2 por ciento).
En el cuadro 3 se presentan los indicadores de profundidad e intensidad
de la pobreza. Una vez identificados los individuos, se debe conocer qué tan
pobres son. El Coneval recomienda dos medidas de profundidad, una en el
espacio del bienestar, para lo cual se usa el índice fgt (Foster, Greer y Thor-
becke), que mide la distancia promedio del ingreso de la población con un
ingreso inferior a la línea de bienestar respecto a esta misma línea; la otra es
sobre el índice de privación social a través de la proporción promedio de
carencias sociales. La intensidad se obtiene multiplicando una medida de
incidencia por una de profundidad, según propuestas hechas por Alkire y
Foster (2007, citados en Coneval, 2010). Se proponen, de conformidad con
el marco conceptual de la institución, las tres medidas indicadas en el cuadro
3, las cuales se comentan enseguida.
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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MIREYA TORRES RAMÍREZ Y JUAN MANUEL PADILLA
GRÁFICA 2
Distribución de la población rural de Zacatecas según situación de pobreza, 2009
Fuente: Elaboración con base en el cuadro 2.
No sólo en el medio rural viven las personas más pobres, también las
más vulnerables y carentes de sus derechos sociales básicos. El número
promedio de carencias sociales de la población que vive en zonas rurales es
mayor a los promedios nacionales, esto no es nuevo. Aunque estén acostum-
brados, los habitantes rurales tienen derecho a mejor educación, servicios de
salud y seguridad social, una vivienda digna y, desde luego, alimentación.
Heredera de condiciones realmente precarias, la gente a veces no percibe
estas carencias como injustas. Muchos sienten que su situación es mejor que
la de sus padres, comparado en el tiempo quizá tengan razón, antes no te-
nían luz, agua en sus viviendas, se transportaban en el lomo de mulas, no
había escuela; ésos fueron los principales argumentos señalados por los y las
entrevistados/as cuando se les cuestionó al respecto; no obstante, sus pará-
metros de referencia deben ser sus contemporáneos y sus derechos humanos
y civiles.
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
153
POBREZA RURAL MULTIDIMENSIONAL EN ZACATECAS
El número de carencias promedio de la población rural en Zacatecas es
de 3 (50 por ciento de los derechos sociales reconocidos por el Coneval), de
la población en pobreza es de 3.6; la población en pobreza extrema padece
4.3 carencias en promedio, lo que significa que carece de cerca de 72 por
ciento de los derechos sociales. En todos los casos, los indicadores de profun-
didad de privaciones sociales para Zacatecas son mayores a los rurales nacio-
nales, salvo en la población vulnerable por carencias sociales (es decir, con
ingreso superior a la línea de bienestar), en ese caso, el promedio en ambos
rubros es de 2.2 (véase cuadro 3).
CUADRO 3
Indicadores de intensidad y profundidad de la pobreza, nacional
y para localidades rurales de Zacatecas
INDICADORES
NACIONAL
2010
RURAL NAC
2010
EHRURZAC
1009
Profundidad de la privación social1
Población total 1.7 nd 3.0
Población en situación de pobreza 2.5 3.0 3.6
Población en situación de pobreza moderada 2.1 2.5 3.2
Población en situación de pobreza extrema 3.7 3.9 4.3
Población con al menos una carencia social 2.3 2.8 3.1
Población vulnerable por carencias sociales 1.9 2.2 2.2
Intensidad de la pobreza
Población en situación de pobreza 0.19 0.32 0.37
Población en situción de pobreza extrema 0.06 0.16 0.15
Población con al menos una carencia social 0.28 0.44 0.50
1 Se reporta el número promedio de carencias sociales del grupo de referencia.
2 Corresponde al producto de la proporción de la población en el grupo de referencia y la proporción pro-
medio del total de carencias que presenta el mismo grupo.
Fuente: Coneval (2012) y estimaciones con base en la Encuesta a Hogares Rurales de Zacatecas.
La intensidad de la pobreza mide, como el nombre lo indica, qué tan
pobres son los individuos. No es lo mismo sufrir una sola carencia social y
contar con un ingreso ligeramente inferior a la línea de bienestar, que padecer
seis carencias sociales y percibir un ingreso mucho menor al del umbral. De
esta forma, el valor máximo que el coeficiente de intensidad puede alcanzar
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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MIREYA TORRES RAMÍREZ Y JUAN MANUEL PADILLA
es el correspondiente al de incidencia (H), es decir, proporción de población
en pobreza, en nuestro caso, pobreza multidimensional; mientras más cer-
cano sea con H el valor de intensidad, más pobres serán los sujetos en cues-
tión. Los cálculos de intensidad para la población rural de Zacatecas, calcu-
lados con base en la Ehrurzac, son superiores a los rurales nacionales. El índice
de la población en situación de pobreza es de 0.37, comparado con una inciden-
cia de 0.61, podemos hablar de una intensidad media alta, es decir, los pobres
sufren más de 50 por ciento de carencias. La intensidad de la pobreza extre-
ma es de 0.15, comparada con una incidencia de 0.2, lo cual nos indica que
entre los pobres extremos la intensidad de la problemática es más alta
que entre los pobres, con carencias mayores a 70 por ciento.
Siguiendo con la profundidad en el espacio del bienestar, el índice fgt
para los pobres rurales de Zacatecas fue de 0.389, lo que indica que en prome-
dio, el ingreso (gasto en nuestro caso) de dichos sujetos se aleja en 39 por
ciento de la línea de bienestar, de tal manera que si se quisiera eliminar la
pobreza por ingresos, en promedio, se le tendrían que transferir 502 pesos
mensuales a la población en esta situación. El índice para los pobres extre-
mos es de 0.275, de tal manera que si se quiere superar la pobreza extrema,
se tendría que dar a quienes la padecen, en promedio, 165.5 pesos por mes,
aunque eso sólo les permitiría dejar esa situación extrema. Bien podría ser
combatida aumentando la frecuencia de las despensas con alimentos de ma-
yor calidad, mismas que entraron en la medición del gasto corriente en nues-
tro caso. Esas despensas podrían incluir no sólo alimentos, sino también
artículos para la higiene y cuidado personal.
El cuadro 4 muestra los indicadores correspondientes al contexto terri-
torial. Se pusieron los datos a nivel nacional con el fin de tener un patrón de
referencia. En cuanto a desigualdad, vemos que el índice de Gini para las lo-
calidades rurales de la muestra es mucho menor al nacional, menos des-
igualdad. Cabe recordar que la medición de Zacatecas se basó en gasto y no
en ingreso corriente, como el obtenido de los cuadros del Coneval. La razón
del gasto es parecida en ambos casos, en Zacatecas rural los no pobres y no
vulnerables tienen un gasto 4.2 veces superior a los pobres extremos, a nivel
nacional es 4.4 veces. La polarización social identifica al porcentaje de pobla-
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
155
POBREZA RURAL MULTIDIMENSIONAL EN ZACATECAS
ción según el grado de marginación social calculado por Conapo. Son muni-
cipios polarizados si menos de 20 por ciento de su población reside en loca-
lidades de grado «medio» de marginación y cada extremo («alto» y «muy
alto»; «bajo» y «muy bajo») cuenta con más de 30 por ciento. Los municipios
con polo de alta marginación son los que tienen más de 70 por ciento de su
población en localidades de «alta» y «muy alta» marginación. Los de polo de
baja marginación tienen más de 70 por ciento de su población en localidades
de «baja» y «muy baja» marginación. Municipios sin polo son los que no es-
tán en ninguna de las situaciones anteriores, es decir, la distribución de su
población es más pareja entre los distintos estratos de marginación. El grado
de polarización indicado en la columna de la Ehrurzac fue calculado con base
en datos del Conapo (2011) referidos a 2010, y se refiere a la población total
del estado. Vemos que la población del estado reside principalmente en muni-
cipios sin polo (59.5 por ciento), otro porcentaje importante se ubicaba en
polos de baja marginación y sólo 0.3 por ciento vivía para 2010 en municipios
con más de 70 por ciento de población en alta y muy alta marginación.
El índice de percepción de redes sociales es interesante al compararlo con
el nacional. Una persona tendrá un grado de percepción alto si respondió que
le sería fácil o muy fácil conseguir ayuda de la gente de la localidad ante di-
ferentes opciones que se le presentaron, como conseguir dinero prestado,
que alguien la cuide en caso de enfermedad, que le presten dinero para cubrir
gastos médicos mayores, etcétera. En el medio rural de Zacatecas, 21.4 por
ciento de los entrevistados mostró un alto grado de percepción, muy supe-
rior al nivel nacional. Aquellos con grado medio de percepción son quienes
tuvieron igual número de respuestas positivas (fácil o muy fácil) que nega-
tivas (difícil o muy difícil) sobre la posibilidad de obtener ayuda ante los
diferentes escenarios que se le plantearon. Su grado de percepción será bajo
si considera que le sería difícil o imposible conseguir ayuda en la mayoría de
las situaciones. La mayoría de la población rural tuvo un grado bajo de per-
cepción de redes sociales. La gran diferencia se muestra con el dato nacional
en percepción media de redes, lo que quizá tenga que ver con una modifica-
ción en las opciones de respuestas consideradas en la Ehrurzac. En más de
50 por ciento de los hogares se eliminó la opción de respuesta «ni fácil ni
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MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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MIREYA TORRES RAMÍREZ Y JUAN MANUEL PADILLA
difícil», considerada en la enigh, pues se observó que a la gente le costaba
trabajo entender qué significaba eso. Además, como el cuestionario es exten-
so, era pesado ofrecer tantas opciones de respuesta para cada reactivo con-
siderado en esta sección. Era cansado tanto para el encuestador como para
el entrevistado.
CUADRO 4
Indicadores de contexto territorial (Grado de cohesión social)
INDICADORES
CONEVAL
NACIONAL
2010
EHRURZAC
2009
Coeficiente de Gini 0.51 0.33
Razón de gasto entre la población pobre extrema y la población no
pobre y no vulnerable 4.4 4.2
Grado de polarización social*
Población en municipios polarizados 9.5 0.7
Población en municipios con polo de alta marginación 4.3 0.3
Población municipios con polo de baja marginación 59.5 39.5
Población en municipios sin polo 26.8 59.5
Índice de percepción de redes sociales
Población con alto grado de percepción de redes sociales 9.9 21.4
Población con grado medio de percepción de redes sociales 68.8 1.9
Población con grado bajo de percepción de redes sociales 21.3 76.7
*A nivel nacional se refiere a «población en entidades…». El grado de polarización para Zacatecas se obtu-
vo a partir de los indicadores de marginación por localidad calculados por el Consejo Nacional de Población
para 2010.
El contexto territorial desde luego que es importante para explicar la
pobreza, pero lo es más en el sentido de los recursos naturales locales. Como
vemos, en Zacatecas la polarización social es baja; no obstante, la pobreza
es alta. La desigualdad medida a través de Gini es baja; en nuestro caso, in-
dicaría que entonces la mayoría es igualmente pobre. A veces la concentra-
ción de recursos productivos genera cierto dinamismo en las localidades,
fuentes de empleo, hay trabajo todo el año para el resto de la gente.
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
157
POBREZA RURAL MULTIDIMENSIONAL EN ZACATECAS
El cuadro 5 muestra la contribución de cada uno de los indicadores de
carencia social en la explicación de la pobreza. También se presentan las
carencias que más afectan al grupo de los no pobres, pues según la definición
del Coneval, una persona puede ser no pobre a pesar de padecer carencias
sociales. Entre los pobres, la carencia que más contribuye a esa situación es
el acceso a la seguridad social (25.6 por ciento); le sigue el acceso a la alimen-
tación (24.1 por ciento). Entre los pobres extremos, la carencia de mayor
contribución es el acceso a la alimentación (23.4 por ciento), seguida del
acceso a la seguridad social (22.2 por ciento), la carencia de servicios básicos
en la vivienda también tiene una participación significativa (19.5 por cien-
to). Para los no pobres, sólo estarían los vulnerables por carencias sociales:
casi 40 por ciento de su situación de vulnerabilidad se explica por la falta de
seguridad social; seguiría el rezago educativo, que aporta 15.7 por ciento, el
de menor contribución promedio es la carencia de alimentos.
CUADRO 5
Localidades rurales de Zacatecas:
contribución de cada indicador de carencia social, 2009 (%)
GRUPO
REZAGO
EDUCATIVO
ACCESO
A LOS
SERVICIOS
DE SALUD
ACCESO
A LA
SEGURIDAD
SOCIAL
CALIDAD Y
ESPACIOS
DE LA
VIVIENDA
SERVICIOS
BÁSICOS
EN LA
VIVIENDA
ACCESO A LA
ALIMENTACIÓN TOTAL
Pobres 9.9 9.0 25.6 14.7 16.7 24.1 100.0
Pobres extremos 9.3 8.9 22.2 16.8 19.5 23.4 100.0
No pobres 15.7 13.8 37.6 12.1 12.2 8.5 100.0
Fuente: Estimaciones con base en la Ehrurzac.
Los datos del cuadro 5 permiten enfocar las medidas de política pública
prioritarias para superar la pobreza. El acceso a seguridad social proviene de
trabajos estables, se tiene que pensar en la forma de beneficiar con esto, a través
de algún fondo de aportación solidaria, a los jornaleros agrícolas y trabaja-
dores por cuenta propia (muchos de ellos pequeños productores agropecua-
rios). Garantizar el acceso a la alimentación no equivale a regalar alimentos
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
158
MIREYA TORRES RAMÍREZ Y JUAN MANUEL PADILLA
o despensas, sino también a fomentar la producción de huevo, leche y deri-
vados, carne, frutas, verduras, granos básicos, plantas y frutos silvestres,
como tuna y nopal en Zacatecas. Se debe invertir en la conservación y am-
pliación no sólo de éstos, sino en general de los recursos naturales con que
cuenta el estado. Hay que invertir en mejorar la infraestructura de riego
pero también en la captación de agua de lluvia. Se debe invertir en servicios
al medio ambiente a través de programas de empleo, para que los propios
habitantes rurales reforesten sus regiones. Toda medida de este tipo, enfo-
cada hacia los recursos, tendrá efectos multiplicadores que no sólo benefi-
ciarían a los habitantes rurales, sino también a los no rurales. Urge en México
el apoyo a la producción de alimentos para recuperar la soberanía alimentaria.
Urge ver a la gente del campo como actores clave para el desarrollo. Un de-
sarrollo alternativo al actual, que privilegia y favorece a la gran empresa.
El acceso a servicios de salud entre la población rural se debe principal-
mente al Seguro Popular, lo cual está bien, pero no es suficiente. Éste debe
aumentar la calidad en el servicio y la cobertura de enfermedades. El rezago
educativo también ha mejorado a través del programa Oportunidades y
campañas de alfabetización de adultos (muchas madres de familia de beca-
rios de este programa han concluido su primaria o secundaria en el sistema
abierto; aunque sea cuestionable la calidad de la educación que reciben, ob-
tienen el grado y eso impacta en el indicador). Sin duda, es fundamental
invertir en educación. Se debe garantizar a todo pueblo la posibilidad de
contar con un educador, hay localidades con muy pocos niños, adonde no
mandan maestro. El Estado tiene que cumplir con esta obligación, especial-
mente en aquellas localidades aisladas, en las que es prácticamente imposi-
ble que los niños y niñas se trasladen a otra localidad.
migración, pobreza y remesas
Zacatecas es considerada como una de las entidades más atrasadas del país
por su nivel de desarrollo económico. De forma resumida, su economía des-
cansa en la ganadería extensiva, los granos básicos y la migración de mano
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
159
POBREZA RURAL MULTIDIMENSIONAL EN ZACATECAS
de obra hacia otras entidades del país y, sobre todo, a Estados Unidos. El
turismo también es importante, aunque se concentra en la ciudad capital.
El atraso económico incide sobre la capacidad para retener a su pobla-
ción: hasta 2005 era una de las entidades con menor tasa de crecimiento
demográfico, aunque para 2010 se frena esa tendencia. Para este año sólo
seis de sus municipios perdieron población, mientras que en 2000, 34 habían
tenido tasas de crecimiento negativas y en 2005 el número había aumentado
a 41 (Padilla, 2012).
En la entidad, la migración internacional se ha constituido, después de
una larga trayectoria histórica, en un motor importante para la economía
estatal. En 2007 recibió 687.1 millones de dólares por concepto de remesas
internacionales, equivalentes a 11.43 por ciento del Pib local, la proporción
más alta en el país (Moctezuma, 2011: 166). Para 2010, fue la entidad con
el mayor índice de intensidad migratoria a Estados Unidos, en ese año 11.04
por ciento de sus viviendas recibieron remesas de aquel país (Conapo, 2012).
La mayor parte de las personas que emigran a Estados Unidos en la entidad
provienen de localidades rurales: entre 2005 y 2010, del total de personas que
salieron a Estados Unidos, 58 por ciento tenían ese tipo de residencia; entre
2000 y 2005 ese porcentaje fue de 63.8, esto según los datos de las muestras
del Conteo y Censo de Población de 2005 y 2010.
En este apartado vinculamos la recepción de remesas de los hogares con
su situación de pobreza. Hallazgos al respecto indican que si bien las remesas
son una fuente importante de ingreso para las familias perceptoras, su im-
pacto en la reducción de la pobreza es limitado debido a que constituyen
un fondo salarial, y como tal, contribuyen a mejorar el nivel de vida de los
hogares perceptores y sólo de manera reducida generan movilidad social
(Canales, 2008).
Según resultados de la Ehrurzac, 29.4 por ciento de los hogares rurales
de Zacatecas reciben remesas,5 cifra mayor a la de la muestra del Censo de
Población de 2010 para el sector rural (17.1 por ciento). En los hogares percep-
5 Este indicador incluye las transferencias monetarias que recibieron los hogares por parte de
hijos e hijas, o cónyuges, del jefe(a) de familia, que radicaban en Estados Unidos, más el
dinero por concepto de pensiones. Si se agrega el número de hogares que recibieron trans-
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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MIREYA TORRES RAMÍREZ Y JUAN MANUEL PADILLA
tores de remesas residía, para 2009, 26.5 por ciento de la población total
captada en la muestra. En la gráfica 3 se comparan los datos de pobreza
rural de Zacatecas (con remesas, sin remesas y el promedio rural estatal) con
la situación de los hogares rurales a nivel nacional.
En Zacatecas, los hogares rurales perceptores de remesas son menos
pobres que los no perceptores. En los primeros, 50.6 por ciento de la pobla-
ción eran pobres multidimensionales, en los segundos, 64.7 por ciento. Ade-
más, la incidencia de pobreza en estos hogares también es menor al prome-
dio estatal (61 por ciento) y nacional (64.8 por ciento). Como se aprecia en
la gráfica 3, los niveles de pobreza moderada son semejantes en cada uno de
los grupos destacados, por tanto, es la pobreza extrema la que marca dife-
rencia. Ésta afecta sólo a 11.5 por ciento de la población con remesas, com-
parado con 24.7 por ciento de los no perceptores, 21.2 por ciento del prome-
dio rural estatal y 23.9 por ciento del promedio rural nacional. La situación
de pobreza de estos últimos es parecida al promedio estatal y nacional.
La población no pobre puede ser vulnerable por carencias sociales, por
ingreso, o bien ni pobre ni vulnerable, tal como se ha indicado anteriormen-
te. Encontramos que la vulnerabilidad por carencias sociales es especialmente
aguda en los hogares perceptores de remesas, 48 por ciento de esta población
estaba en tal condición, comparado con 31 por ciento en los hogares sin re-
mesas, 35.5 por ciento del promedio estatal y 28.8 por ciento del promedio
nacional. En el cuadro 6 se muestra cuáles son las carencias que afectan a
estos hogares.
Las carencias sociales que afectan más a la población de hogares con
remesas, en comparación con el resto, son el rezago educativo (42 por cien-
to) y el acceso a servicios de salud (35.6 por ciento). El primero se explica por
la mayor proporción de adultos mayores en estos hogares: 33.8 por ciento
de su población tiene 50 años o más, en cambio, sólo 16.4 por ciento de los
no perceptores se ubicaron en ese rango para 2009. En el trabajo de campo
se constató que la gente de mayor edad en el medio rural tiene bajos niveles
ferencias esporádicas de otros parientes o amigos que vivían en aquel país, el porcentaje de
hogares receptores aumenta a 33.5 por ciento.
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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POBREZA RURAL MULTIDIMENSIONAL EN ZACATECAS
educativos porque antes no había escuelas o bien sólo se podía cursar hasta
3ero o 4to grado de primaria, y el umbral para superar el rezago educativo
en este grupo de edad es, según la metodología del Coneval, primaria termi-
nada. El menor acceso relativo que tienen a servicios de salud puede vincu-
larse con la mayor capacidad para pagar emergencias médicas, gracias a las
remesas, de ahí un posible menor interés por darse de alta en las institucio-
nes públicas.
GRÁFICA 3
Distribución de la población según situación de pobreza (porcentaje)*
*El dato rural nacional se refiere a 2010, los de Zacatecas a 2009.
Fuente: Coneval (2011) y Encuesta a Hogares Rurales de Zacatecas, 2009.
En el cuadro 6 se puede apreciar, además, que los hogares perceptores
están en mejor situación con respecto a los otros grupos en cuanto a calidad
y servicios básicos en la vivienda; y tienen menor carencia en acceso a la
alimentación que los hogares sin remesas. Sus niveles de ingreso (gasto en
el caso de Zacatecas) también son mayores, pues sólo 12.7 por ciento de
su población tenía un ingreso menor a la línea de bienestar mínimo y 50.6
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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MIREYA TORRES RAMÍREZ Y JUAN MANUEL PADILLA
CUADRO 6
Pobreza multidimensional: indicadores de privación social
CONEVAL 2010 EHRURZAC 2009
INDICADORES (PORCENTAJE DE PERSONAS)
RURAL
NACIONAL
RURAL
ZACATECAS
RURAL ZAC
CON REMESAS
RURAL ZAC SIN
REMESAS
Privación social
Población con al menos una carencia 93.6 96.5 98.7 95.7
Población con al menos tres carencias so-
ciales 50.3 62.0 54.1 64.9
Indicadores de carencia social
Rezago educativo 33.9 33.9 42.0 30.9
Carencia por acceso a servicios de salud 32.2 30.5 35.6 28.7
Carencia por acceso a la seguridad social 81.9 85.3 84.2 85.7
Carencia por calidad y espacios de la vi-
vienda 29.2 41.7 26.1 47.3
Carencia por acceso a los servicios básicos
en la vivienda 46.6 46.2 39.6 48.5
Carencia por acceso a la alimentación 33.6 59.6 52.2 62.2
Bienestar
Población con un ingreso inferior a la lí-
nea de bienestar mínimo 35 23.1 12.7 26.8
Población con un ingreso inferior a la línea
de bienestar 66 61.0 50.6 64.7
Fuente: Coneval (2011) y Encuesta a Hogares Rurales de Zacatecas, 2009.
por ciento menor a la de bienestar (comparados con 26.8 por ciento y 64.7 por
ciento en los hogares sin remesas). Obviamente, el impacto mayor de las
remesas se ubica en este rubro.
La mirada multidimensional de la pobreza permite sopesar mejor los
efectos de las remesas internacionales en la superación de ésta. Los indica-
dores de carencia social se relacionan con bienes y servicios que el Estado
debe proveer a sus ciudadanos. Vemos que las remesas son importantes para
mejorar la condición de pobreza de los hogares vía mayor ingreso y mejoras
en la vivienda. No obstante, el que parte importante de la población percep-
tora de estos recursos pertenezca a grupos de mayor edad, aminora su impac-
to, ya que laboran en actividades por cuenta propia (sin acceso a seguridad
social) y tienen bajos niveles educativos porque en su tiempo no había escuela.
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
163
POBREZA RURAL MULTIDIMENSIONAL EN ZACATECAS
conclusiones
Sin duda la pobreza rural se explica en gran medida por la profunda crisis
que padece el campo desde hace por lo menos 40 años. En la década de los
cincuenta la preocupación de académicos e instituciones era promover la
industrialización en países en vías de desarrollo, ello se hizo en detrimento
del desarrollo agropecuario, a través de sistemas de intercambio desiguales,
con precios relativos favorables al sector industrial, lo que generó la transfe-
rencia de excedente de un sector a otro. Se generó una situación de desequi-
librio favorable al crecimiento de actividades no agrícolas, concentradas en
las ciudades, generando un proceso acelerado de urbanización. La llamada
revolución verde, estrategia puesta en marcha en la década de los cincuenta,
que promovió el uso de fertilizantes químicos, semillas mejoradas y maqui-
nización de la producción para aumentar la productividad, tuvo efectos di-
ferenciados sobre los productores rurales. Los que tenían capacidad para
adaptarse al cambio tecnológico y acceso a irrigación se vieron favorecidos,
los pequeños productores salieron perdiendo. La década de los sesenta marca
el inicio de la crisis del agro que se padece actualmente, y que se ha profun-
dizado por el desmantelamiento del Estado y la apertura comercial vigentes
en México desde finales de la década de los ochenta.
Los costos de haber ignorado el equilibrio que debe procurarse entre
desarrollo agrícola e industrial se están viviendo actualmente: una pobreza
testaruda que no cede a las transferencias monetarias focalizadas hacia los
pobres.
Esa crisis ha llevado al país a la pérdida de soberanía alimentaria, pero
aun así se insiste en seguir ignorando al campo. La gente que sigue en loca-
lidades rurales se ha vuelto cada vez más dependiente de ingresos ajenos a
las actividades agropecuarias, como las transferencias, el comercio y el tra-
bajo asalariado fuera de la parcela.
El enfoque multidimensional propuesto por el Coneval y retomado en
este trabajo para dar cuenta de la pobreza en las zonas rurales del estado
tiene la virtud de asumir que ésta se asocia con diferentes dimensiones de la
vida de las personas. Los recursos monetarios son importantes para cubrir
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
164
MIREYA TORRES RAMÍREZ Y JUAN MANUEL PADILLA
las necesidades básicas, pero no es suficiente concentrarse en ellos para de-
terminar la magnitud del problema. Para superar la pobreza, el Estado debe
asumir su responsabilidad de proveer los bienes y servicios reconocidos como
derechos constitucionales.
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167
resumen: Presentamos el perfil laboral de mexicanos deportados de Estados Unidos y ana-
lizamos sus implicaciones para su inserción laboral en México. Basamos nuestro reporte en
información de la Encuesta sobre Migración en la Frontera Norte de México (Emif), corres-
pondiente a 2014. Los datos dibujan un perfil laboral de hombres jóvenes con algún nivel de
secundaria cursado, sin conocimientos del idioma inglés, con experiencia laboral en el sector
agrícola, en la construcción y en establecimientos de preparación y venta de alimentos. Reco-
nocer la diversidad interna de este flujo, en especial en relación con el tiempo de residencia en
Estados Unidos, es importante para diseñar políticas dedicadas a estos migrantes.
palabras clave: repatriados, inserción laboral, perfil laboral, México, Estados Unidos.
COYUNTURA Y DEBATE
Perfil laboral de migrantes mexicanos deportados
e inserción laboral en México
JESÚS JAVIER PEÑA MUÑOZ
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
168
MARÍA FERNANDA MOSCOSO
abstract: Using data from the Emif for 2014, we profile men and women
of Mexican nationality who were deported to Mexico by U.S. authorities to
analyze their labor qualifications and economic insertion in Mexico. The
data presents a labor force composed of young males, with twelve years of
education, who do not speak English, and with work experience in agricul-
ture, construction and the food and beverage industry. Recognizing the in-
ternal diversity of these migrants, especially in regards to time of residence
in the United States, is crucial to design public policy aimed at their econo-
mic integration.
key words: deportees, labor qualifications, economic insertion, Mexico,
United States.
169
inTroducción
Durante 2014, un promedio de 23 mil mexicanos al mes fueron
deportados tanto del interior como de la franja fronteriza sur
del territorio estadounidense. Entre enero y agosto de ese año,
142,482 de estos repatriados aceptaron apoyos de programas
federales (uPm, 2014). Los apoyos incluyen ayuda inmediata, como atención
médica, alimentación, llamadas telefónicas y ayuda para transportarse a sus
lugares de origen, así como asistencia para reinsertarse en México al sector
educativo o al mercado laboral. Entre estos apoyos, el empleo, siendo fuente
importante de cohesión social y bienestar individual, debe ser uno de los
pilares de la política pública y de los programas de apoyo orientados a com-
binar seguridad humana, desarrollo integral e inclusión social; también debe
ser la base de la reinserción socioeconómica de migrantes deportados. El
desarrollo de mecanismos institucionales eficientes de inserción laboral co-
mienza por conocer el perfil laboral de dichos migrantes.
El presente trabajo tiene como objetivo principal presentar el perfil la-
boral de hombres y mujeres de nacionalidad mexicana que fueron deporta-
dos de Estados Unidos y analizar las implicaciones para su inserción laboral
en México. Por perfil laboral nos referimos a educación, entrenamiento, cono-
cimientos, experiencia de trabajo en México y en Estados Unidos, y las ca-
racterísticas demográficas mencionadas relevantes en vacantes de empleo.
Este reporte se basa en información de la Encuesta sobre Migración en la
Frontera Norte de México (Emif) correspondiente a 2014. Durante más de
20 años la Emif Norte ha cubierto este flujo migratorio en diversos puntos
de la frontera México-Estados Unidos, así como en otros puntos de llegada
a México, lo que la convierte en una de las fuentes principales de informa-
ción para el análisis. La información y las conclusiones de este reporte son
especialmente importantes para los programas y las políticas dedicadas
atender este flujo. Tal es el caso del programa Repatriados Trabajando, cuyo
objetivo general es apoyar económicamente a connacionales repatriados que
buscan empleo. Se aprovecha el perfil laboral para cubrir las necesidades de
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
170
JESÚS JAVIER PEÑA MUÑOZ
mano de obra en los lugares de origen o residencia en México y ofrecer alter-
nativas a la migración a Estados Unidos.
La primera sección de este trabajo está dedicada a las características
demográficas relevantes para el empleo, como género, edad, lugar de origen
y escolaridad. A continuación, el lector encontrará una sección sobre el nivel
de conocimiento del idioma inglés, seguida por una tercera sección dedicada
a la experiencia laboral en México y en Estados Unidos. Finalizamos con una
sección sobre entrenamiento y capacitan laboral y un apartado de conclusiones.
caracTerísTicas demográficas
Hasta finales de octubre de 2014, la Emif Norte captó 5,228 migrantes mexi-
canos deportados que arribaron a México por vía terrestre o aérea. Para aden-
trarnos en el análisis de este grupo, debemos recordar que, como otros tipos
de migrantes, este flujo presenta variaciones internas. Primero, tenemos que
atender a las posibles diferencias entre los migrantes deportados después de
residir en Estados Unidos por varios años y los que fueron aprehendidos en
el momento de cruzar la frontera o al poco tiempo de residir en Estados
Unidos.1 Asimismo, es necesario tener en cuenta la circularidad de la migra-
ción mexicana hacia Estados Unidos. Como nos ha mostrado la investigación
en el tema, estamos ante migrantes que pueden permanecer y trabajar en di-
cho país por largos periodos, pero que conceptualmente su lugar de residen-
cia es México. Lo anterior influye en los perfiles y metas laborales, ya que
muchos deportados entienden la condición laboral en relación con esta di-
námica circular. Igual de importante es distinguir entre el flujo y la migra-
ción de retorno voluntario. Estos flujos no sólo muestran diferencias en los
motivos para retornar a México, sino también en las cuestiones que influyen
1 Durante el segundo trimestre de 2014, entre los encuestados que declaran tener su lugar de
residencia en México, predominan quienes estuvieron de un día a menos de un mes en el
país del norte. Representan 60.2 por ciento de este flujo. Entre los que definen su lugar de
residencia en Estados Unidos, 88.1 por ciento contaba con tres o más años de residencia en
esa nación.
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
171
PERFIL LABORAL DE MIGRANTES MEXICANOS DEPORTADOS
en el perfil laboral, como tiempo de estancia en Estados Unidos, experiencia
laboral y patrimonio en el momento de regresar.
Respecto al diseño de programas y políticas públicas de inserción, el
retorno voluntario ofrece mayores alternativas de planeación que el retorno
por deportación. Debemos tomar en cuenta estas diferencias al diseñar pro-
gramas de inserción laboral para estos flujos.
Sexo
Con base en lo registrado por la Emif Norte en años anteriores, sabemos que
el flujo de deportados se caracteriza por una selectividad de acuerdo con el
sexo. Del total de casos de repatriación entre mayores de 18 años registrados
por las autoridades migratorias mexicanas, 156,893 fueron hombres y 16,869
mujeres. En cambio, entre menores de 18 años, fueron 8,576 hombres y
1,599 mujeres.2 Los datos de la Emif 2014 reafirman esta selectividad con
87.7 por ciento de hombres.3 Lo anterior representa un aumento de casi 4
por ciento en relación con lo registrado en 2014. Las vacantes publicadas en
los periódicos de ofertas de empleo del Servicio Nacional de Empleo ligadas
al programa Repatriados Trabajando no hacen distinción por el sexo. Por
ello, habríamos de suponer que el sexo del candidato no es un factor decisivo
en su posibilidad de obtener empleo.4 Sin embargo, es importante asentar
2 Las diferentes fuentes de información estadística sobre migración mexicana nos muestran
un aumento en el número de mujeres. No obstante, la llamada «feminización» de la migra-
ción mexicana se presenta con mayor claridad en otro tipo de migrantes y en otros destinos;
por ejemplo, la migración calificada a Canadá y a Alemania.
3 Como punto de comparación podemos remontarnos a los datos de la Emif de 2004, que
muestran una participación promedio de 87.7 de hombres y de 15.3 de mujeres, según cifras
de la Emif.
4 No obstante, en las vacantes publicadas en listados colocados en la osne en Ciudad Juárez,
Chihuahua, las vacantes de empleo especifican el sexo del candidato. Otros requisitos que
aparecen en algunas vacantes y que no se mencionan en los periódicos se refieren a la apa-
riencia física del candidato. Por lo general, se pide no tener tatuajes visibles o una buena
presentación.
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
172
JESÚS JAVIER PEÑA MUÑOZ
que estamos ante una potencial fuerza laboral compuesta casi por completo
por hombres.
GRÁFICA 1
Composición del flujo de deportados por sexo
Fuente: Elaboración propia con datos de la Emif Norte (2014).
Edad
Respecto de la edad, los datos de la Emif Norte arrojan una moda de 20 años
y una media de 29.7 años. 87 por ciento tiene entre 15 y 40 años. Este flujo
migratorio continúa dominado por jóvenes como lo ha sido desde hace dé-
cadas. Se trata de individuos cuyas experiencias migratorias comienzan a tem-
prana edad. Emigran jóvenes a Estados Unidos y regresan jóvenes a México.
Por delante poseen una considerable etapa productiva laboral. Por eso el
empleo debe ser una de sus prioridades (y necesidades).
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
173
PERFIL LABORAL DE MIGRANTES MEXICANOS DEPORTADOS
TABLA 1
Estructura del flujo de deportados por edad, 2014
GRUPO DE EDAD ABSOLUTOS PORCENTAJES PORCENTAJE ACUMULADO
15 a 20 años 10,819 15.2 16.8
21 a 25 años 14,575 22.7 39.4
26 a 30 años 12,316 19.1 58.5
31 a 35 años 10,851 16.9 75.3
36 a 40 años 7,559 11.8 87.0
41 a 45 años 5,218 8.1 95.1
46 a 50 años 1,929 3.1 98.1
51 a 55 años 898 1.3 99.5
56 o más 330 0.5 100.0
Total 5,228 100.0
Fuente: Elaboración con datos de la Emif Norte (2014).
Lugar de origen o residencia
Los datos de la Emif muestran que 76.5 por ciento de los deportados reside
en sus lugares de nacimiento. Durante 2014, los seis principales lugares
de nacimiento de los deportados fueron Oaxaca (11.6 por ciento), Michoa-
cán (10.1 por ciento), Guerrero (7.8 por ciento), Puebla (7.6 por ciento) y
Guanajuato (6.0 por ciento). De tal modo, un primer paso es analizar el
perfil laboral de dicho flujo en relación con la oferta laboral de sus lugares de
origen, dado que éstos serían los destinos más probables donde buscarían
trabajo. No obstante, el regreso al lugar de origen puede no ser la mejor
opción para algunos deportados. La frontera norte, los grandes centros ur-
banos, así como el trabajo temporal en los puntos de deportación en la es-
pera de oportunidades para regresar a Estados Unidos son preferidos al lugar
de origen, cuyos mercados laborales sufren las limitaciones surgidas en gran
parte de la dinámica misma de la migración circular.
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
174
JESÚS JAVIER PEÑA MUÑOZ
Escolaridad
43.2 por ciento de los deportados captados por la Emif Norte en 2014 tiene una
escolaridad a nivel secundaria, seguida por la primaria con 28.6 por ciento.
Junto con la preparatoria, estos niveles abarcan 92 por ciento de los devuel-
tos. El fenómeno anterior sugiere que la mayoría cuenta con habilidades
básicas de escritura y lectura en español, así como de cálculo y matemáticas.
TABLA 2
Último año de escuela aprobada (2014)
NIVEL ABSOLUTOS PORCENTAJE PORCENTAJE ACUMULADO
Ninguno 1,099 1.7 1.7
Primaria 18,456 28.6 30.3
Secundaria 30,711 47.6 77.9
Preparatoria 9,526 14.8 92.7
Escuela técnica con secundaria 214 .3 93.0
Normal 32 .0 93.1
Profesional 765 1.2 94.3
Elementary 81 .1 94.4
High School 3,201 5.0 99.4
College 344 .5 99.9
Maestría/ Masters 12 .0 99.9
No sabe 39 .1 100.0
No especificado 14 .0 100.0
Total 6,4493 100.0
Fuente: Elaboración con datos de la Emif Norte (2013).
Otro dato importante sobre la escolaridad de los deportados es si cursa-
ron algún nivel de escolaridad en Estados Unidos. Como podemos verificar
en la gráfica 2, solamente 5.6 por ciento cursó el último año de escuela en el
mencionado país.5
5 Esto representa un aumento en relación con 4 por ciento reportado por la Emif Norte en
2013. Dicho aumento se explica en parte por el incremento de deportaciones de personas
que han estado viviendo en Estados Unidos por periodos prolongados.
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
175
PERFIL LABORAL DE MIGRANTES MEXICANOS DEPORTADOS
GRÁFICA 2
País donde se aprobó el último año de escolaridad (2014)
Fuente: Elaboración propia con datos de la Emif Norte (2014).
idioma inglés
Relacionado con su educación y tiempo de residencia en Estados Unidos, el
conocimiento del idioma inglés luce útil en el momento de buscar empleo
en ciertos sectores. No obstante, sólo 25.8 por ciento de los encuestados
declaró hablar inglés.
GRÁFICA 3
Conocimiento del idioma inglés
Fuente: Elaboración propia con datos de la Emif Norte (2014).
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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JESÚS JAVIER PEÑA MUÑOZ
Entre quienes reportaron hablar inglés, 10 por ciento describió su mane-
jo del idioma como muy bien o bien. La mayoría considera que lo habla de
manera regular a muy mal.
GRÁFICA 4
Nivel en el que hablan inglés (2014)
Fuente: Elaboración propia con base en datos de la Emif Norte (2014).
TABLA 3
Conocimiento para leer y escribir en inglés y español
¿SABE ESCRIBIR EN ESPAÑOL, INGLÉS O EN AMBOS IDIOMAS?
FRECUENCIA PORCENTAJE
PORCENTAJE
VÁLIDO
PORCENTAJE
ACUMULADO
Válidos No sabe leer y
escribir
1,182 1.8 1.8 1.8
Español 55,409 85.9 85.9 87.7
Inglés 389 .6 .6 88.4
Ambos idiomas 7,482 11.6 11.6 100.0
No sabe 30 .0 .0 100.0
Total 64,493 100.0 100.0
Fuente: Emif Norte, octubre de 2014.
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
177
PERFIL LABORAL DE MIGRANTES MEXICANOS DEPORTADOS
En cuanto a los conocimientos de escritura y lectura, 85.9 por ciento
sabe leer y escribir en español. En la tabla 3 se aprecia que son pocos los
encuestados que saben leer y escribir en inglés y español, pero con 11.6 por
ciento es mayor al porcentaje que no sabe leer ni escribir en ningún idioma.
experiencia laboral
Las siguientes dos tablas muestran la experiencia laboral en los últimos 30
días a la deportación. Cuando analizamos la experiencia laboral de estos
migrantes, debemos prestar atención al tiempo de residencia en Estados
Unidos. En un extremo, tenemos a los migrantes detenidos por las autori-
dades migratorias estadounidenses en el intento de cruzar la frontera. En el
otro extremo, se hallan los migrantes deportados después de haber vivido en
Estados Unidos por años. Otro grupo intermedio está formado por migran-
tes cuya estancia en Estados Unidos ha sido de manera intermitente e inclu-
so han sido deportados en más de una ocasión. Respecto al primer grupo
cuya experiencia laboral ha sido solamente en México, encontramos que
menos de 40 por ciento ha trabajado en los últimos 30 días en su lugar de
residencia. Estos bajos porcentajes se deben a la falta de empleo en los luga-
res de residencia (uno de los motivos principales de la migración) y al hecho
de haber pasado parte de ese tiempo en el intento por llegar a Estados Unidos.
Entre quienes lograron cruzar a Estados Unidos y permanecer en ese país
por lo menos un año, 46.3 por ciento trabajó allí en los 30 días previos a la
deportación. Es una cifra baja para un flujo considerado primordialmente
laboral. Lo anterior nos sugiere que una parte de esta movilidad está moti-
vada por objetivos no laborales y por una falta de puestos de trabajo en los
sectores de colocación de migración indocumentada. Esta última resulta una
tendencia que, de 2007 a la fecha, se muestra como uno de los principales
factores en los flujos de retorno voluntario.
En cuanto a los oficios o profesiones comunes entre quienes reportaron
haber trabajado en los últimos 30 días en sus lugares de residencia en México,
en los resultados hasta octubre de 2014, la encuesta de la Emif Norte registra
gran diversidad, con más de 90 oficios o profesiones diferentes. Sin embargo,
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
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JESÚS JAVIER PEÑA MUÑOZ
TABLA 4
Experiencia laboral en los últimos 30 días en el lugar de residencia
DURANTE LOS ÚLTIMOS 30 DÍAS QUE ESTUVO, ¿TRABAJÓ USTED EN ESE LUGAR O EN ALGÚN LUGAR CERCANO
FRECUENCIA PORCENTAJE
PORCENTAJE
VÁLIDO
PORCENTAJE
ACUMULADO
Válidos Naicó en otro
país
36 .1 .1 .1
Vive en EUA o
vive en México
y permaneció
un año o más
en EUA
17,591 27.3 27.3 27.3
No ha trabaja-
do donde vive o
lugar cercano
9,243 14.3 14.3 41.7
22,597 35.0 35.0 76.7
No 15,025 23.3 23.3 100.0
Total 64,493 100.0 100.0
Fuente: Emif Norte (2014).
los trabajos relacionados con la agricultura y la construcción logran concen-
trar casi la mitad de los casos. El siguiente cuadro muestra las 11 profesiones
u oficios que registraron el mayor número de menciones.
TABLA 5
Experiencia laboral en los últimos 30 días en Estados Unidos
DURANTE LOS ÚLTIMOS 30 DÍAS QUE ESTUVO EN ESTADOS UNIDOS, ¿TRABAJÓ USTED?
FRECUENCIA PORCENTAJE
PORCENTAJE
VÁLIDO
PORCENTAJE
ACUMULADO
Válidos
Nació en otro país 36 .1 .1 .1
Vive en México y permane-
ció menos de un año en EUA 46,865 72.7 72.7 72.7
No ha trabajado en EUA 1,732 2.7 2.7 75.4
8,148 12.6 12.6 88.0
No 7,711 12.0 12.0 100.0
Total 64,493 100.0 100.0
Fuente: Emif Norte (2014).
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
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PERFIL LABORAL DE MIGRANTES MEXICANOS DEPORTADOS
TABLA 6
Experiencia laboral en el lugar de origen en los últimos 30 días
antes de la deportación
OFICIO O PROFESIÓN ABSOLUTOS
PORCENTAJE DEL TOTAL QUE SÍ TRABAJÓ
EN LOS ÚLTIMOS 30 MESES
Actividades agrícolas 8,304 36.7
Albañilería y otros trabajos en la edificación de cons-
trucciones
2,554 11.30
Trabajadores de apoyo en la construcción y plomería 1,886 8.3
Conductores de transporte terrestre con motor 1,882 8.3
Trabajador de apoyo en la industria 1,153 5.1
Preparación y servicio de alimentos y bebidas en esta-
blecimientos
924 4.1
Comerciantes en establecimientos 660 2.9
Herreros, cerrajeros, joyeros y artesanos en la elabo-
ración de productos de metal
636 2.8
Empleados de ventas y vendedores por teléfono 607 2.6
Trabajadores de limpieza, recamaristas, mozos de
limpieza y limpiadores de calzado
459 2.0
Yeseros, instaladores de pisos, impermeabilizante,
vidrio, plomeros y pintores
293 1.3
Fuente: Elaboración propia con datos de la Emif Norte (2014).
TABLA 7
Giro productivo del lugar de trabajo
SECTOR ABSOLUTOS PORCENTAJE DEL TOTAL ENCUESTADO
Agricultura 7,965 12.4
Edificación 4,410 6.8
Servicios de reparación y mantenimiento 1,152 1.8
Transporte terrestre de pasajeros excepto
ferrocarril 1,195 1.9
Comercio al por menor de alimentos, be-
bidas y tabaco 1,126 1.7
Industria alimentaria 848 1.3
Fuente: Elaboración propia con datos de la Emif Norte (2014).
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
180
JESÚS JAVIER PEÑA MUÑOZ
Si distinguimos la experiencia laboral por sector o industria, encontra-
mos que el sector agrícola y el de construcción continúan siendo uno de los
nichos laborales principales entre los que tuvieron en México su último em-
pleo previo a la deportación. A pesar de que el perfil de la migración indocu-
mentada se ha ido diversificando en favor de una migración urbana, una
parte considerable de los migrantes que componen este flujo continúa rea-
lizando actividades laborales en el sector agrícola.
Ahora veamos qué oficios o profesiones son las más comunes entre quienes
reportaron haber trabajado en los últimos 30 días en Estados Unidos. Halla-
mos también gran variedad de oficios y profesiones. No obstante, es posible
observar una concentración en profesiones relacionadas con la construcción
y con establecimientos de venta de alimentos. El sector de la construcción es
uno de los principales empleadores de estos migrantes en ambos lados de la
TABLA 8
Experiencia laboral en Estados Unidos en los últimos 30 días
OFICIO O PROFESIÓN ABSOLUTOS
PORCENTAJE DEL TOTAL
QUE SÍ TRABAJÓ EN LOS ÚLTIMOS
30 DÍAS EN ESTADOS UNIDOS
Albañilería y otros trabajos en la edificación de construcciones 1,900 23.3
Preparación y servicio de alimentos y bebidas en estableci-
mientos 1,110 13.6
Yeseros, instaladores de pisos, climas, impermeabilizante, vi-
drio, plomeros y pintores 874 10.7
Jardineros 803 9.8
Actividades agrícolas 785 9.6
Mecánicos y técnicos en mantenimiento y reparación de equi-
po mecánico, vehículos de motor, instrumentos industriales 462 5.6
Artesanos y trabajadores en la elaboración de productos de
madera 185 2.3
Técnicos en electrónica y de equipo de telecomunicaciones y
electromecánicos 150 1.8
Moldeadores, soldadores, hojalateros y pintores de metales 136 1.6
Cajeros, cobradores y pagadores 128 1.5
Supervisores de trabajadores en la extracción, albañiles y en
acabados de construcción 122 1.4
Fuente: Elaboración propia con datos de la Emif Norte (2014).
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
181
PERFIL LABORAL DE MIGRANTES MEXICANOS DEPORTADOS
frontera. Por el contrario, en Estados Unidos el sector agrícola pierde rele-
vancia ante trabajos en establecimientos de venta de comida, como restau-
rantes. La siguiente tabla muestra los 11 sectores laborales con mayor nú-
mero de menciones por parte de los encuestados.
capaciTación laboral
Entre quienes trabajaron en los últimos 30 días en sus lugares de origen, es
poco común que hayan recibido algún tipo de capacitación laboral. Como
muestra el cuadro 9, solamente 5.2 por ciento del total captado por la Emif
Norte hasta octubre de 2014 reportó haber recibido algún curso de capacita-
ción por parte de la empresa donde trabajaba antes de emigrar.
Algo similar observamos en relación con las prestaciones laborales y los
beneficios. 5.4 por ciento reportó haber tenido alguna prestación en el pues-
to laboral anterior a la migración. En conjunto, estas cifras presentan la
imagen de un mercado laboral de origen precario, con pocas posibilidades de
desarrollo y de estabilidad económica, condiciones que hacen de la migra-
ción internacional indocumentada una opción forzada para muchos.
TABLA 9
Capacitación en trabajo anterior
¿RECIBIÓ ALGÚN CURSO DE CAPACITACIÓN EN LA EMPRESA QUE TRABAJÓ?
FRECUENCIA PORCENTAJE
PORCENTAJE
VÁLIDO
PORCENTAJE
ACUMULADO
Válidos Naicó en otro país 36 .1 .1 .1
Vive en EUA o vive en
México y permaneció un
año o más en EUA
17,591 27.3 27.3 27.3
No trabajó en los últimos
30 días donde vive por
diferentes razones
3,421 5.3 5.3 32.6
No trabajó, pero buscó
trabajo
10,345 16.0 16.0 48.7
No ha trabajado donde
vive o lugar cercano
9,243 14.3 14.3 63.0
5.2 5.2 68.2
No 3,343 31.8 31.8 100.0
Total 64,493 100.0 100.0
Fuente: Emif Norte (2014).
TABLA 10
Prestaciones en trabajo anterior
EN EL TRABAJO QUE DESEMEPÑÓ, ¿TENÍA ALGUNA PRESTACIÓN O BENEFICIO?
FRECUENCIA PORCENTAJE
PORCENTAJE
VÁLIDO
PORCENTAJE
ACUMULADO
Válidos Nació en otro país 36 .1 .1 .1
Vive en EUA o vive en
México y permaneció un
año o más en EUA
17,591 27.3 27.3 27.3
No trabajó en los últimos
30 días donde vive por
diferentes razones
3,421 5.3 5.3 32.6
No trabajó, pero buscó
trabajo
10,345 16.0 16.0 48.7
No ha trabajado donde
vive o lugar cercano
9,243 14.3 14.3 63.0
5.4 5.4 68.2
No 3,460 31.6 31.6 100.0
Total 64,493 100.0 100.0
Fuente: Emif Norte (2014).
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
183
PERFIL LABORAL DE MIGRANTES MEXICANOS DEPORTADOS
conclusiones
Los flujos de deportados representan una fuerza de trabajo compuesta de
hombres jóvenes que han cursado algún nivel de secundaria o preparatoria
en México, por lo que saben leer y escribir en español. Hablan poco inglés y
no lo leen o escriben. Han formado sus conocimientos, habilidades y expe-
riencia laboral en el campo y en la construcción, sin opciones de capacitación
ni prestaciones o beneficios. El tiempo de estancia en Estados Unidos inyec-
ta cierta variación en el perfil laboral. Sin embargo, esta variación se basa
más en el tipo de sector laboral que en habilidades adquiridas, como el co-
nocimiento del idioma inglés. El sector agrícola, importante empleador en
algunos lugares de origen, parece haber alcanzado un límite en su capacidad
de absorber migración laboral indocumentada. En su lugar, otros sectores,
como la venta de alimentos y profesiones relacionadas con la construcción,
emplean un alto porcentaje de estos migrantes. Este último es el sector la-
boral que podríamos considerar como un nicho para este tipo de migración.
Por ello, este sector, a través del sector público y privado, luce como vía
importante para la integración laboral de los migrantes. Por medio de pro-
gramas públicos, se podría lograr la inserción laboral de los repatriados, quie-
nes serían ocupados en actividades de construcción y mantenimiento de
infraestructura pública en sus lugares de origen.
El desarrollo de mecanismos institucionales eficientes de inserción laboral
comienza por tener claro que los deportados conforman un tipo particular
de migración de retorno que debe ser atendida de manera particular median-
te programas especializados, como el programa social Repatriados Traba-
jando, un programa de la Secretaría del Trabajo y Prestación Social (stPs) que
ofrece apoyos económicos y de canalización a migrantes deportados para
que encuentren empleo en sus lugares de residencia en México. El vínculo
interinstitucional de este programa con otros y con instituciones públicas,
así como con el sector privado, es clave para aumentar las opciones de inser-
ción laboral ofrecidas por dicho programa. El aprovechamiento de nuevas
habilidades y de experiencia laboral adquiridos por los migrantes implica
dotar a los programas de inserción laboral, de herramientas de orientación,
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
184
JESÚS JAVIER PEÑA MUÑOZ
apoyo económico, estudio de mercado, educación y capacitación que agre-
guen el autoempleo a las alternativas de inserción laboral.
Un reto importante para el diseño institucional de mecanismos de in-
serción laboral de la migración de retorno consiste en los cambios demográ-
ficos que se proyectan para estos flujos. Si bien por varias décadas estos
flujos han estado compuestos principalmente de migración joven en edad
laboral, dentro de 20 años podremos estar ante el retorno, ya sea por depor-
tación o voluntario, de una migración envejecida que busca en México alter-
nativas de retiro. Aun cuando para el retorno por deportación este cambio
luce más tardado y en menor proporción, debemos comenzar a tomar en
cuenta lo anterior en las políticas de inserción laboral de estos migrantes.
bibliografía
El Colegio de la Frontera Norte (2014), «Encuesta sobre Migración en la Frontera
Norte de México», en www.colef.mx/emif (consultado el 10 de noviembre de
2014).
Secretaría de Gobernación, Unidad de Política Migratoria (2014) <<FALTA TÍTU-
LO DEL DOCUMENTO CONSULTADO>>, http://www.politicamigratoria.
gob.mx/es_mx/ SEGOB/Estadística (consultado el 21 de noviembre de 2014).
185
inTroducción1
En este documento se presentan cuatro viñetas construidas a partir de una
estrategia descriptiva de las experiencias y las condiciones de circulación
de los migrantes de retorno de Estados Unidos a México, específicamente de
quienes han regresado después de 2008 al municipio de Nezahualcóyotl,
Estado de México. Las narrativas fueron construidas a partir de una descrip-
ción densa por caso, cuyos relatos fueron recabados a partir de entrevistas
semi-estructuradas de corte biográfico2 en las cuales se entrecruzan expe-
riencias de vida y trabajo, y se evidencia la complejidad de las circulaciones
* Profesora-investigadora del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México. Co-
rreo electrónico: rivesanl@colmex.mx.
1 Las narrativas que se presentan en este texto corresponden a una investigación en proceso
intitulada «Pertenencias urbanas contemporáneas. Experiencias y prácticas de inserción
social en contextos urbanos».
2 Hasta ahora se han realizado 45 entrevistas de corte biográfico, entre 2010-2015, en el mu-
nicipio de Nezahualcóyotl, Estado de México. Los entrevistados comparten las siguientes
características: a) regresaron de Estados Unidos a México en el mismo periodo (después de
2008), marcado por el inicio de la crisis de los mercados internacionales de trabajo; b) cuen-
tan con experiencia migratoria en Estados Unidos mayor a dos años, y c) registran al menos
dos años de haber vuelto a México, específicamente a Nezahualcóyotl. Se introdujo como
criterio para la selección de estos cuatro casos la diversidad de experiencias tanto laboral
como social, lo mismo en relación con el sexo, edad, lugar de procedencia en Estados Unidos,
lugar de origen y variaciones en términos de la experiencia de reinserción, motivos del re-
torno y resultado.
LA VOZ DE LOS ACTORES
Entre la incertidumbre y la esperanza.
Narrativas de migrantes retornados
LILIANA RIVERA SÁNCHEZ*
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
186
LILIANA RIVERA SÁNCHEZ
y los desplazamientos múltiples, para mostrar finalmente cómo regresar a
casa —como habitualmente se interpreta el retorno— supone desafíos per-
sonales, familiares y sociales, incluye desplazamientos diversos, no sólo es-
paciales y territoriales, sino posicionales, por lo que implica también reloca-
lización en el espacio social.
A continuación se resume y ordena cada narrativa para que el lector
consiga una lectura transversal de las viñetas. Se han seleccionado y cons-
truido cuatro casos, a través de los cuales se observa cómo se despliega una
constelación de factores intervinientes en los resultados entre retorno/rein-
serción, y cómo estos factores se ensamblan de manera contingente, se aco-
modan particularmente según la interconexión entre personas, lugares y
procesos (Abbott, 1995). A partir de la implementación de esta estrategia
narrativa, se ofrece una lectura de las experiencias de retorno/reinserción/
re-emigración de los migrantes retornados de Estados Unidos a Nezahual-
cóyotl, con base en una descripción del ensamblaje de movilidades (Adey, 2010;
Savage, 2009) ordenada por el relato de la experiencia vivida desde una mis-
ma localidad de retorno.
Este texto no tiene como objetivo realizar una lectura analítica de las
viñetas, sino colocar en primer plano la experiencia de vida y trabajo de estos
migrantes de retorno contemporáneo a México.3 Se prioriza entonces la pre-
sentación de las narrativas que recogen la voz de los actores, y por ahora se
deja al lector la tarea de la interpretación analítica a partir de una lectura
transversal de los casos.
ViñeTas. los ensamblajes de la experiencia
Luis
(Entrevistado en febrero de 2011, en Nezahualcóyotl) 35 años, soltero, retor-
nado de Estados Unidos a finales de 2008. Originario de Michoacán, inmigran-
te en Nezahualcóyotl, arribó a la edad de 4 años. Salió de Nezahualcóyotl,
3 Un artículo analítico basado en este tipo de narrativas de migrantes retornados puede con-
sultarse en Rivera Sánchez (2015).
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
187
ENTRE LA INCERTIDUMBRE Y LA ESPERANZA
Estado de México, en enero de 2002 con destino a Nueva York, a la edad de
27 años. Era soltero, vivía en el mismo hogar que sus padres y una hermana
en la colonia San Agustín, en Nezahualcóyotl; era el mayor de tres herma-
nos, tenía un hermano que radicaba en la ciudad de Nueva York y que lleva-
ba cuatro años como inmigrante en aquella ciudad, cuando Luis decidió
emigrar. Es hijo de inmigrantes internos, procedentes del estado de Michoa-
cán, sin experiencia migratoria internacional. Tiene como nivel máximo de
estudios el segundo año de secundaria, es decir, cursó y aprobó ocho años
escolares.
Luis cruzó la frontera en Nogales, Sonora, y desde Arizona viajó en avión
directamente a la ciudad de Nueva York, con el plan original de permanecer
por dos años para contribuir en la construcción de la casa paterna y solven-
tar los gastos de la familia; no obstante, tuvo una estancia de seis años
continuos en Estados Unidos, es decir, realizó un solo viaje internacional y
había realizado previamente uno de migración interna cuando era un niño.
Durante los seis años en Estados Unidos vivió cinco años y nueve meses en
Nueva York, dos meses en Atlantic City, y uno más en Pennsylvania.
Cuando Luis decidió emigrar a Nueva York (nyc) trabajaba como em-
pleado en una fábrica de embutidos en Nezahualcóyotl, donde se desempeña-
ba como un obrero general y contaba con seguridad social (aguinaldo, segu-
ro médico, vacaciones), ganaba un poco más del salario mínimo establecido
en la zona metropolitana. Emigró solo, orientado por su hermano que esta-
ba en nyc, quien le prestó dinero para hacer el viaje, préstamo que reembol-
só en un periodo de un año y medio. Los primeros 18 meses de estancia en
Estados Unidos, Luis no envió remesas a su familia en Nezahualcóyotl, sólo
consiguió financiar su estancia y cubrir el préstamo recibido para su viaje
(ascendió a 28 mil pesos mexicanos el cruce y viaje por avión hasta nyc). Los
siguientes cuatro años y medio, Luis envió remesas mensuales a su familia
establecida en Nezahualcóyotl, quienes contaban con un terreno que adqui-
rieron previamente. Las remesas permitieron construir la casa paterna y
avanzar en la construcción de un cuarto anexo donde él planea vivir, una vez
que lo concluya.
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
188
LILIANA RIVERA SÁNCHEZ
La historia laboral de Luis inicia a la edad de 14 años, como obrero even-
tual en fábricas en la zona metropolitana, y trabajando como peón de alba-
ñil conjuntamente con su padre, quien era un maestro albañil. A la edad de
27 años llega a Nueva York y se emplea de inmediato en la misma compañía
en la que trabajaba su hermano, como ayudante en el manejo de materiales
para la construcción de casas por un periodo de tres años. Su segundo em-
pleo fue en un restaurante, el cual consiguió sin el contacto de su hermano,
como ayudante de cocina, pero conservó adicionalmente el empleo como
ayudante de especialista en pegar azulejo, en las construcciones de casas y
edificios. Es decir, tomar un segundo empleo implicaba para Luis tener una
doble jornada, por la mañana en la compañía de materiales de construcción
y, en la tarde y noche en el restaurante, donde aprendió a cocinar comida
rápida. Posteriormente, después de 18 meses de desempeñarse en ambos
empleos, el restaurante cerró sus puertas y se quedó laborando en un solo
empleo, pero de manera paralela tomaba trabajos temporales por una jorna-
da o una semana, y mantenía el empleo en la compañía. Los últimos ocho
meses trabajó como empleado en una compañía que realizaba reparaciones
de casas y edificios, donde previamente ya había trabajado, antes de ir a
Atlantic City.
Durante la estancia de seis años en Estados Unidos, Luis tuvo una incur-
sión por dos meses y medio en Atlantic City, donde trabajó por un mes en
un restaurante chino (como ayudante de cocina) y un mes y medio como
empleado general en una compañía de instalación de cocinas integrales. Es-
te viaje lo realizó cuando tenía cinco años residiendo en Nueva York, enton-
ces decidió probar suerte en otro lugar.
Finalmente, después de dos meses y medio fuera de la ciudad de Nueva
York y de constatar que percibía un sueldo menor en Atlantic City (aproxi-
madamente 40 por ciento menos que en nyc), decidió volver a Nueva York.
Allí se empleó por ocho meses con un patrón puertorriqueño con quien ya
había trabajado y estuvo como empleado hasta que decidió volver a Neza-
hualcóyotl. La decisión de regresar la tomó a finales de 2008 porque recibió
un video donde sus padres le mostraron la casa casi concluida y entonces eso
lo motivó a volver, pues había alcanzado la meta propuesta. Paralelamente,
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
189
ENTRE LA INCERTIDUMBRE Y LA ESPERANZA
un evento familiar (la muerte de una sobrina en nyc) le hizo reflexionar so-
bre el momento de su regreso. Así tomó la decisión de volver, trayendo
consigo ahorros y el plan de establecer un negocio. Regresó a Nezahualcó-
yotl a principios de enero de 2009 y estuvo un mes y medio sin trabajar (por
decisión propia), hasta que finalmente ingresó a la misma compañía de em-
butidos, en el puesto de obrero general, el mismo en el que se desempeñaba
antes de viajar a Nueva York.
Luis fue entrevistado en febrero de 2011, entonces tenía dos años y un
mes de haber retornado a Nezahualcóyotl, y estaba haciendo planes para
reemigrar a Estados Unidos un mes más tarde, con el objetivo de trabajar
por dos años en la ciudad de Nueva York para luego volver a Nezahualcóyotl,
una vez construida su casa. Contaba con los recursos económicos para finan-
ciar el viaje y planeaba realizarlo llevando a un amigo primerizo (primer
viaje a Estados Unidos) del municipio de Los Reyes La Paz, un municipio
vecino en la zona conurbada del Distrito Federal.
Dos años después de la entrevista, en marzo de 2013, el padre de Luis
confirmó que su hijo había emigrado a Nueva York en agosto de 2011 (seis
meses después de la primera entrevista), y que había tenido dificultades
para cruzar la frontera. Luis intentó cruzar en repetidas ocasiones durante
dos meses, los mismos en los que estuvo trabajando eventualmente en algu-
na ciudad de la frontera (al parecer en Piedras Negras, Coahuila). Finalmente
arribó a la ciudad de Nueva York hacia finales de 2011 y desde entonces se
encuentra en esa ciudad, donde encontró un empleo en un restaurante, el
mismo donde ha permanecido desde entonces. Luis continúa enviando di-
nero a sus padres (con menor frecuencia que en su primera estancia), pues
se casó unos meses antes de viajar a Estados Unidos. La esposa de Luis vive
en Nezahualcóyotl, en la casa de los suegros, y planeaba ir a Nueva York el
próximo año, para reunirse con su esposo.
Roberto
(Entrevistado en mayo de 2013, en Nezahualcóyotl) 48 años, casado, retor-
nado de Estados Unidos en enero de 2010, después de vivir en aquel país por
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
190
LILIANA RIVERA SÁNCHEZ
20 años. Actualmente es trabajador por cuenta propia, tiene un pequeño
taller de carpintería y herrería en la colonia La Perla, en Nezahualcóyotl,
localizado a dos casas de la casa de su madre, donde él y su familia residen.
Roberto es un inmigrante de Michoacán en Nezahualcóyotl, a donde llegó
con sus padres a la edad de 4 años, procedente de un pequeño pueblo. Ocu-
pa el lugar 5 de 13 hermanos. Viajó en 1990 a California a la edad de 25 años,
específicamente a Long Beach, donde vivía una hermana que estaba casada
y trabajaba como baby sitter en aquella ciudad. Roberto vivía con su hijo de
4 años y su esposa, los tres miembros de la familia emigraron y realizaron
juntos el viaje.
En Nezahualcóyotl, Roberto trabajaba como empleado en una fábrica,
donde hacía trabajo de herrería, eventualmente también carpintería, ambos
oficios los había aprendido con su padre y hermanos. Una de las motivacio-
nes para emigrar no fue la falta de empleo, asegura que «nunca conoció en
Neza la carestía de trabajo», sino un evento que lo desmoralizó: le robaron
la herramienta de carpintería que había llevado a la fábrica donde trabajaba
para realizar una labor especial. Decide entonces emigrar apoyado por su
hermana, quien financió el viaje a Long Beach, California, en octubre de
1990, pero la decisión fue tomada por Roberto y su familia en junio del mis-
mo año, es decir, consideró cuatro meses para no abandonar de inmediato
su empleo.
En el periodo de 20 años que vivió en Estados Unidos no realizó un via-
je a Nezahualcóyotl (es decir, a México), de tal forma que Roberto ha reali-
zado en su vida un viaje al interior del país, cuando se mudó de Michoacán
a Nezahualcóyotl, y un solo viaje de México a Estados Unidos, cuando emi-
gró a aquel país.
Roberto y su familia cruzaron la frontera en Tijuana y llegaron por tierra
a Long Beach, vivieron con la hermana y su familia en un espacio pequeño
donde además habitaban al menos seis personas más, entre primos y sobri-
nos. Asegura que por primera vez en su vida «sintió que no podía conseguir
un empleo». Llegó a principios de octubre de 1990 y consiguió su primer
empleo a finales de enero de 1991, después de obtener documentos tales
como el social security number y la green card falsos. Su primer empleo fue
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
191
ENTRE LA INCERTIDUMBRE Y LA ESPERANZA
como ayudante en una tintorería, en la cual trabajaba su cuñado; en este
sitio laboró como empleado durante un año y medio, planchando ropa. En
ese periodo pasó de la posición de ayudante a empleado general (plancha-
dor), cuando su cuñado llegó a ser el encargado de la tintorería. Luego de un
año y medio en Long Beach se mudó al estado de Washington, muy cerca de
Seattle, lugar al que se movieron los patrones de su hermana y junto con
ellos, la hermana decidió emigrar con toda la familia, incluidos Roberto y los
suyos. Allá se empleó nuevamente en una tintorería, como planchador, don-
de laboró por siete años y medio aproximadamente. En el mismo sitio su
esposa trabajó hasta 1999, también por siete años, como empleada, encarga-
da de doblar las prendas y etiquetarlas, pero nunca en la atención al público.
Roberto decidió tomar otro empleo, después de siete años y medio en la
tintorería, en donde renunció por problemas de salud, debido a la exposición
constante a las altas temperaturas. Se empleó como obrero en una fábrica
de ventanas y aluminio, en donde por sus conocimientos y habilidades
adquiridas como herrero en Nezahualcóyotl, rápidamente aprendió el oficio
de «aluminero» (especialista en trabajar el aluminio). Trabajó por 10 años en
esa fábrica (1999-2009), haciendo uso siempre de sus documentos apócrifos.
En 2009 se enfrentó a dos dilemas: a) la expiración de la tarjeta que
contenía el número de seguridad social y adicionalmente de su green card
que le permitían ser contratado en la fábrica, no obstante que los patrones
sabían que eran falsos —suponía Roberto—, y b) su esposa había sido diag-
nosticada con una enfermedad degenerativa algunos años antes y para en-
tonces se había agravado su condición. Adicionalmente, en 2005 habían
experimentado una crisis familiar que le llevó a Roberto a acercarse a, y más
tarde afiliarse como miembro de, la congregación Testigos de Jehová, tam-
bién por intermediación de su hermana, quien se había convertido a esa re-
ligión años atrás. Después de cuatro años de converso, Roberto enfrentó el
dilema «moral y ético» —así lo llama— de si renovaba sus documentos de la
misma forma que los había obtenido, o bien declaraba en la fábrica que los
documentos eran falsos y se sometía a la decisión del patrón, de ser contra-
tado o no sin documentos. Tomó la segunda opción y fue despedido en los
primeros meses de 2009.
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
192
LILIANA RIVERA SÁNCHEZ
Durante 2009 consiguió solamente empleos eventuales debido a la falta
de documentos y a la escasez de empleo. Los empleos que tomaba eran por
un día, una semana o si acaso 15 días continuos. En 2010 empeoró la condi-
ción de su esposa, y como ya no tenía un empleo con seguridad social, decidió
pedir ayuda a la familia de la esposa que radicaba en la delegación Iztapalapa,
Distrito Federal. Finalmente, Roberto y su hijo decidieron también volver a
Nezahualcóyotl en diciembre de 2010, junto con la esposa.
Regresó a México con una camioneta, seis mil dólares y herramienta
para realizar trabajo tanto de carpintería como de herrería; aunque la mayor
parte de esa herramienta y de las técnicas aprendidas no las ha podido im-
plementar, por ejemplo técnicas relacionadas con la fabricación de portones/
zaguanes debido a que en Nezahualcóyotl se «acostumbra» colocar portones
en las entradas de las viviendas «prácticamente blindados». Cuenta con herra-
mienta que tiene un valor comercial importante, tales como tornos y ma-
quinaria con la que podría fabricar en serie, sillas con tubulares. No obstante,
Roberto decidió poner un pequeño taller de carpintería y herrería, que se
localiza en la cochera de la casa de un hermano, a dos casas del lugar que actual-
mente habita. Adicionalmente, durante su estadía en Estados Unidos compró
una casa en la periferia de Seattle, en el estado de Washington, en un terreno
de dos acres y medio, la cual aparentemente vendió antes de viajar de regreso
a México, pero aún no ha recibido el pago.
Roberto fue entrevistado a dos años y seis meses de haber retornado a
Nezahualcóyotl, en donde de inmediato empezó a trabajar como carpintero
y herrero. Asimismo, se ha insertado en un salón del Reino de los Testigos
de Jehová localizado en la colonia donde reside. Ha enfrentado algunas difi-
cultades porque lo ven «diferente» comparativamente con la imagen que
proyectaba en el momento de su partida, hace 20 años, ahora con una nueva
religión y otra forma de relacionarse con los vecinos, «más respetuosa y
distante», por no compartir sus festividades religiosas y cívicas.
Asimismo, su madre y demás familiares —lo afirmó Roberto— reconocen
que no se integra igual en las celebraciones con la familia porque no consume
alcohol, aunque al regresar visitó a las familias que viven en la calle donde
residía antes de viajar, la misma donde actualmente reside; algunos lo recor-
2015 PRIMER SEMESTRE
MIGRACIÓN Y DESARROLLO VOL. 13
193
ENTRE LA INCERTIDUMBRE Y LA ESPERANZA
daban, otros no lo conocían. Reconoce que observa muchos cambios en
Nezahualcóyotl, ocurridos en 20 años, los lugares se han transformado, las
calles ahora lucen pavimentadas, ha crecido la colonia (en términos espacia-
les y poblacionales, por supuesto) y se han agregado varias nuevas, entre
otros cambios que registra. Asegura que no volverá a Estados Unidos, no obs-
tante que su sueño era regresar siendo «un inmigrante legal» y no sin docu-
mentos, pero no consiguió esa meta.
En 2014, Roberto y su familia permanecían en Nezahualcóyotl, y no
tenían planes de reemigrar a otro sitio.
Moisés
(Entrevistado el 25 de abril de 2013) 23 años, soltero, retornado de Estados
Unidos en 2011. Originario de Nezahualcóyotl, Estado de México; su padre
es originario de la ciudad de San Luis Potosí y su madre es originaria de Toluca,
Estado de México. Ambos padres tienen experiencia migratoria a Estados
Unidos. Moisés salió de Nezahualcóyotl en septiembre de 2004 con destino
a Los Ángeles, California a la edad de 14 años. En California radicaban una
hermana, cuatro hermanos y su padre. El hermano mayor había emigrado
10 años antes que Moisés (en 1994) y luego se habían sumado los demás
hermanos. Moisés es el penúltimo de una familia de ocho hermanos. En
suma, este joven vivió en California por siete años, aprendió a hablar inglés,
pues cursó el high school en Los Ángeles, y estudió un año en la universidad,
es decir, tiene 13 años de escolaridad.
Moisés cruzó la frontera en Tijuana, Baja California, con una visa de
turista. Viajó en avión de la ciudad de México a Tijuana, donde tomó un
autobús a Los Ángeles, California, donde lo esperaban sus hermanos que
vivían en la periferia de la ciudad. Pasó la frontera acompañado de un sobri-
no menor que contaba con una visa de otra persona, pues sus padres también
vivían en Los Ángeles. Asimismo, iban acompañados por al menos cinco
personas más que residían en la misma calle donde él vivía en Nezahualcó-
yotl, eran vecinos y parientes de la colonia Esperanza. Estos acompañantes
PRIMER SEMESTRE 2015
MIGRACIÓN Y DESARROLLO NÚM. 24
194
LILIANA RIVERA SÁNCHEZ
tenían visas de turista —algunas propias y otras prestadas—, pero el objetivo
de éstos era quedarse a trabajar allá. Moisés cuenta que no tenía un proyecto
específico cuando emigró, sólo lo invitaron sus hermanos y le pareció que
debía ir a «conocer Estados Unidos». Durante este periodo de siete años de
estancia en Estados Unidos, Moisés sólo realizó un viaje a México, perma-
neciendo por tres meses en Nezahualcóyotl, el motivo de su viaje fue acom-
pañar a su madre por la muerte de su abuela materna, quien radicaba en
Toluca, Estado de México. Moisés y su hermana mayor viajaron a México
para acompañar a la madre que vivía en Nezahualcóyotl y tres meses más
tarde volvieron a California.
Cuando Moisés decidió emigrar a Los Ángeles era estudiante de escuela
secundaria y no trabajaba. Debía permanecer en Nezahualcóyotl por ser el
hermano varón más joven, y tenía como encargo «cuidar a su madre». La ma-
dre de Moisés también había viajado varias veces a Los Ángeles y pasado
temporadas en esa ciudad (de varios meses), pero siempre volvía a Nezahual-
cóyotl. Ella nunca tomó un empleo en Estados Unidos, pero dos años des-
pués de que Moisés emigró, ella se fue a radicar a Los Ángeles, junto con la
hermana menor que aun vivía con ella en Nezahualcóyotl.
Así, Moisés tuvo su primer empleo una vez que llegó a Los Ángeles,
aunque a la vez ingresó a la escuela, pues sus hermanos insistieron en que
debía estudiar y aprender inglés. De tal forma que inició su carrera laboral
con los hermanos y el padre, quienes tenían una compañía dedicada a arre-
glar y remodelar casas y departamentos. Él trabajaba los fines de semana y
cada uno de los hermanos se había especializado en un oficio relativo a la
construcción, uno de sus hermanos era especialista en techos, otro en azu-
lejos, otro más en pisos de cerámica y él se especializó en la colocación de pisos
de maderas finas, para lo cual tomó un curso de capacitación que le permi-
tió desarrollarse en ese oficio y desempeñarlo durante varios años. Su padre
fungía como el maestro albañil, coordinador de la obra.
Adicionalmente, Moisés compraba ropa y zapatos en Los Ángeles y los
vendía entre otros paisanos mexicanos que radicaban en el condado donde
residía con sus hermanos, hacia afuera de la ciudad de Los Ángeles. Cuando
Moisés ingresa a la universidad, decide mudarse a la ciudad de Los Ángeles
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ENTRE LA INCERTIDUMBRE Y LA ESPERANZA
y allí empieza a trabajar en un club de Golf, como jardinero y eventualmente
como parrillero en los fines de semana, y a tiempo parcial durante la semana.
Cuando este joven fue entrevistado en 2011, tenía dos años de haber
regresado a Nezahualcóyotl. Dijo no tener algún plan para retornar a México,
ni siquiera intenciones de hacerlo, pero un día su padre tuvo que venirse
porque estaban por despojarlo de su casa, y como su padre, quien no sabe
leer ni escribir, iba a viajar para arreglar ese problema, su familia decidió que
él lo acompañara y se vinieron a México. No obstante, también señala que una
parte de la decisión de que fuera él quien lo acompañara y no otro de sus
hermanos o hermanas fue que él ya estaba ganando poco dinero, le habían
empezado a restar horas de trabajo en el club de Golf desde finales de 2008,
y mucho más cuando inició en 2009.
Cuando recién regresó a Nezahualcóyotl, añoraba la vida en California,
pues «comparativamente todo estaba mucho más caro aquí». Los primeros
tres meses no trabajó, pues traía consigo dinero suficiente para vivir por tres
meses, también trajo ropa para él y sus primos, regalos y su computadora
portátil. Sus excompañeros de la escuela secundaria lo recibieron con gusto
y «lo invitaron a tomar» bebidas alcohólicas para celebrar su regreso. Una vez
que se acabó el dinero, tuvo que volver a trabajar y una vez más lo hizo con
su padre, esta vez trabajando en la colocación de tablaroca, pues en Nezahual-
cóyotl «nadie coloca pisos de madera y sólo a veces trabaja con una tienda
que vende pisos de maderas finas en las Lomas, en la ciudad de México…»,
pero esto ocurre si acaso una vez al mes.
Moisés dice que no volverá a viajar a Estados Unidos, pues quisiera seguir
una carrera universitaria, para lo cual ha iniciado los trámites de revalidación
de estudios ante la Secretaría de Educación Pública. No obstante, unos mi-
nutos luego de asegurar que no quiere volver, asegura que lo que no quiere
es volver a ser «un inmigrante sin papeles». Señala que su estancia en Estados
Unidos fue altamente positiva, pues de haberse quedado en Nezahualcóyotl
no hubiera concluido los estudios ni de secundaria, se hubiera casado hace
varios años.
Un año después de la entrevista, se sabe que Moisés viajó a California,
pero se desconoce la fecha de su partida.
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LILIANA RIVERA SÁNCHEZ
Esperanza
(Entrevistada en mayo de 2012) 34 años, soltera, con dos hijos, retornada de
Estados Unidos en 2010. Originaria de Oaxaca, emigró al Distrito Federal y
a los 18 años emigró con su familia a Nezahualcóyotl, Estado de México,
donde su papá había construido una casa, finalmente había logrado con-
cluirla. A los 21 años se unió a un hombre de origen michoacano que vivía
en Nezahualcóyotl, donde tuvieron dos hijos. Ella se separó luego de cerca
de tres años de vivir con su pareja, y se fue a Estados Unidos en enero de 2004,
apoyada por un hermano que vivía en Las Vegas, Nevada y que trabajaba en
casinos. Ella decidió irse con el objetivo de ayudar a su padre y enviar dinero
a sus hijos, no obstante que tenía un empleo como educadora asistente en
un jardín de niños localizado en Chimalhuacán, municipio vecino de Neza-
hualcóyotl. Ella tenía menos de un año de trabajar allí, antes no había teni-
do un empleo remunerado, había sido ama de casa hasta que se separó de su
pareja. Esperanza cuenta con estudios no concluidos como educadora. En
total tiene 13 años de escolaridad.
Esperanza viajó a Estados Unidos, no obstante que su padre no quería
que emigrara. Los dos hijos de Esperanza quedaron a cargo de los abuelos
maternos por un año y medio. Su hermano que estaba en Las Vegas (Alberto)
le financió el viaje y le recomendó que fuera a Michoacán (no recordó el
nombre del municipio) a buscar a un amigo que la acompañó hasta El
Sásabe,4 por donde cruzó conjuntamente con dos personas más, conocidos
de su familia. Ella vivió y trabajó un total de cinco años en Estados Unidos, sin
realizar un solo viaje a México. Estuvo en diversas ciudades, se cuentan al
menos ocho lugares distintos. Esperanza tiene así dos viajes internos en
México, luego de salir de Oaxaca a la Ciudad de México, se movió de la de-
legación Iztapalapa en el Distrito Federal a Nezahualcóyotl. Finalmente tie-
ne un viaje internacional, cuando decidió emigrar a Estados Unidos y como
se observará, en el interior de Estados Unidos registra diversas movilidades
entre ciudades.
4 Un pequeño pueblo en medio del desierto, ubicado en la frontera entre Sonora, México y
Arizona, Estados Unidos.
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ENTRE LA INCERTIDUMBRE Y LA ESPERANZA
El primer lugar donde arribó fue a Las Vegas, allí trabajó por un año,
conjuntamente con su hermano. Ella realizaba trabajo de limpieza en un
hotel y eventualmente tomaba horas adicionales como camarera en otro
hotel. Esos empleos habían sido conseguidos por sus primos de Oaxaca, pues
en Las Vegas tienen muchos familiares trabajando allí desde hace tiempo.
Luego, decidieron emigrar porque el trabajo empezó a volverse escaso a partir
de 2006. A finales de 2006 empezó a tomar empleos por tres días a la sema-
na. Decidieron irse a Los Ángeles, California, por seis meses, donde nueva-
mente se emplearon realizando trabajo de limpieza y jardinería en casas de
conocidos de unos familiares de Oaxaca que vivían en Madera, California,
pero que hace algunos años habían trabajado con esos patrones. Allí en Los
Ángeles decidieron viajar a Santa Ana, California, donde trabajó en un esta-
blecimiento que desarmaba computadoras y aparatos diversos, para el reci-
claje de piezas de estos aparatos. Sólo seis meses más tarde decidieron emigrar
a Miami, Florida, por recomendación de un amigo de su hermano, quien les
aseguró que allá conseguirían empleos con mejores sueldos.
Cuando llegaron a Miami, ambos se emplearon de inmediato. Ella se
empleó en una tienda de productos latinoamericanos, como dependiente de
la tienda de abarrotes, y él en una tintorería. Seis meses más tarde arribaron
a Miami sus dos hijos y la esposa del hermano, así como sus dos sobrinos, a
quienes les enviaron dinero para que los alcanzaran en esa ciudad. Luego el
empleo se volvió difícil a partir de 2008. Esperanza tuvo diversos empleos en
los que la contrataban por corto tiempo o bien los abandonaban porque eran
muy mal pagados. Fue empleada de limpieza en la construcción, barriendo
edificios donde estaban haciendo reparaciones, también como ayudante de
albañilería, lo mismo en sitios donde lavaban autos y luego pasó a trabajar
en una agencia de autos, donde duró un poco más de tiempo, hasta que la
agencia quebró y cerró sus puertas.
Después de Miami donde trabajó en esa agencia de autos, se fue con sus
hijos a Chicago por dos meses, luego a Indiana, Houston y volvió nuevamen-
te a Miami a la casa de su hermano y cuñada. En todos esos lugares trabajó
en restaurantes de comida rápida, sea en la limpieza o en la cocina, pero ya
no se movió hacia otro tipo de empleo, para entonces ya hablaba algo de
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LILIANA RIVERA SÁNCHEZ
inglés, según comentó. No obstante, al regresar a Miami en 2008 se volvió
difícil conseguir un empleo y tuvo que «usar unos papeles falsos de un nica-
ragüense», para emplearse como trabajadora de limpieza en una escuela, allí
estuvo hasta que finalmente regresó a México, pues al final vivía en «una
traila» (un camión o tráiler adaptado como vivienda) con «pobreza y pensó
que para eso mejor se regresaba a México». En 2009 Esperanza y sus familia-
res tomaron la decisión de regresar porque estaban acumulando deudas allá
y tanto la familia de su hermano como ella y sus hijos volvieron —según el
relato de Esperanza—, primero se fueron a un municipio de la zona metro-
politana de Guadalajara, Jalisco (no refirió el nombre) y unos meses después
decidieron volver a Nezahualcóyotl, donde asegura que se encuentra mucho
mejor que en otro sitio, pues tiene familiares que la apoyan en tiempos difí-
ciles y que les organizaron incluso una fiesta para recibirlos, cuando ellos
volvieron.
Esperanza regresó con algunos ahorros a México, a diferencia de su her-
mano, quien regresó sin dinero y «dejando varias cuentas pendientes por
pagar». Ella asegura que allá aprendió realmente a trabajar y eso le ha permi-
tido remodelar su departamento, lo mismo que amueblarlo, pero no vive en
él, lo tiene alquilado a unos amigos de Oaxaca. En Nezahualcóyotl, ella no
tiene un empleo, atiende la tienda de abarrotes de su papá y éste le ofrece
víveres a cambio, para que ella viva y cocine para él y sus hijos, lo mismo sus
dos hermanos le dan dinero para que ella mantenga a sus hijos. Ella está
encargada de atender a su padre que es una persona mayor con problemas
de salud, por lo que vive en la casa paterna y no piensa volver a trabajar
fuera de casa, pues no la dejan sus hermanos, ni su papá.
Asimismo, Esperanza rememora con gusto y añoranza su trabajo e in-
dependencia económica que tenía en Estados Unidos, pues llegó a «ganar
mucho dinero, pero no logró ahorrar tanto». No obstante prefiere que sus
hijos crezcan y vivan acá.
Después de dos años de la entrevista con Esperanza, fue visitada nueva-
mente en la tienda de su padre, la cual sigue siendo atendida por ella. Allí su
padre relató que, cuatro años atrás, Alberto, el hermano de Esperanza había
sido «deportado» por cruzar un semáforo peatonal cuando se indicaba hacer
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ENTRE LA INCERTIDUMBRE Y LA ESPERANZA
un alto. De tal forma que, tanto el retorno de Esperanza, su cuñada, hijos y
sobrinos fue a consecuencia de la devolución de Alberto, quien había sido
removido por la policía de inmigración y enviado a la ciudad de Reynosa en
Tamaulipas, en 2010. Alberto no quería volver a Nezahualcóyotl porque
«había sido regresado» y por ello decidieron en ese momento asentarse en
Guadalajara, pero luego volvieron a Nezahualcóyotl, porque el padre comen-
zó a tener problemas de salud. Tres años después de la devolución de Alberto,
éste regresó a Estados Unidos y actualmente se encuentra en la ciudad de
Nueva York.
bibliografía
abbott, Andrew (1995), «Sequence Analysis: New Methods for Old Ideas», Annual
Review of Sociology, vol. 21.
adey, Peter (2010), Mobility, Londres, Routledge.
rivera Sánchez, Liliana (en prensa), «Narrativas de retorno y movilidad. Entre prácti-
cas de involucramiento y espacialidades múltiples», en Estudios políticos y sociales.
savage, Mike (2009), «Contemporary Sociology and the Challenge of Descriptive
Assemblage», European Journal of Social Theory, vol. 12, núm. 1.
201
1. Migración y Desarrollo es una revista semestral de investigación científica
arbitrada y publicada por la Red Internacional de Migración y Desarrollo.
2. Los trabajos deberán ser inéditos y sus autores se comprometen a no
someterlos simultáneamente a la consideración de otras publicaciones.
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pañol y en inglés; serán publicados en esos idiomas. Los autores conceden
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teres con espacios e interlineado doble, los trabajos tendrán una extensión
de entre 20 y 25 cuartillas; los textos destinados a la sección «La voz de los
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5. Los trabajos deberán acompañarse de los siguientes datos, con una exten-
sión no mayor de diez líneas: nombre completo del autor o los autores,
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ciliten su inclusión en los índices y bases de datos bibliográficos. Migración
y Desarrollo traducirá, en su caso, el resumen al inglés y utilizará esa sín-
tesis para su difusión en el portal de Internet de la propia Red.
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del texto, en orden alfabético y de acuerdo con el siguiente formato:
libro
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Petras, James y Henry Veltmeyer (2003), La globalización desenmascarada. El
imperialismo en el siglo xxi, México, Miguel Ángel Porrúa.
capíTulo de libro
Apellido del autor, nombre [en caso de haber otro u otros autores, nombre
y apellido] (año), «título del capítulo» en autor (es) del libro, título del
libro, ciudad de publicación, editorial.
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Orozco, Manuel y Steven Wilson (2005), «Para que las remesas produzcan
resultados», en Donald Terry y Steven Wilson, Remesas de inmigrantes.
Moneda de cambio económico y social, Washington, bid.
arTículo de reVisTa
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consulTa en línea
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Banco Mundial (bm) (2002), «Empowerment and poverty reduction: A sour-
cebook», en http://siteresources.worldbank.org/INTEMPOWER-
MENT/Resources/486312-1095094954594/draft.pdf (12/11/2009).
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escribirse el nombre completo; luego, entre paréntesis, la forma que se
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Banco Mundial (bm), Consejo Nacional de Población (Conapo), produc-
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nados entre expertos del tema tratado por el artículo. En razón de lo
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Chapter
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En este texto se analizan, de forma crítica, los tres caminos alternativos para salir de la pobreza propuestos recientemente por el Banco Mundial, a saber: agricultura, labor y migración. Para dicha crítica se toman en cuenta las siguientes preguntas: ¿Ha habido una reducción en la incidencia de pobreza de ingresos en el México rural durante el período neoliberal? ¿Es la migración laboral (nacional e internacional) la mejor salida de la pobreza rural, tomando en cuenta las condiciones laborales enfrentadas por los migrantes tanto en el ámbito nacional como en el internacional? ¿En qué medida el comercio justo y la producción orgánica representan un camino de salida de la pobreza? ¿El gobierno de México debe impulsar políticas para que la agricultura sea un camino más viable para los pobres del campo? Si es así, ¿cuáles son las políticas adecuadas? Con respecto a estas últimas dos preguntas, al final de este trabajo se retoman las demandas y propuestas de las organizaciones campesinas independientes, particularmente las asociadas con el movimiento “sin maíz no hay país”. Se argumenta que éstas apuntan hacia un camino alternativo, uno que crea condiciones favorables para los pequeños productores excedentarios del México rural, además de cumplir con las demandas del movimiento indígena encabezado por los Zapatistas.
Article
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This article revisits the notion of radical planning from the standpoint of the global South. Emerging struggles for citizenship in the global South, seasoned by the complexities of state—citizen relations within colonial and post-colonial regimes, offer an historicized view indispensable to counter-hegemonic planning practices. The article articulates the notion of insurgent planning as radical planning practices that respond to neoliberal specifics of dominance through inclusion — that is, inclusive governance. It characterizes the guiding principles for insurgent planning practices as counter-hegemonic, transgressive and imaginative. The article contributes to two current conversations within planning scholarship: on the implication of grassroots insurgent citizenship for planning, and on (de)colonization of planning theory.
Article
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This article situates the Marikana massacre, in which 34 mine workers were gunned down by police in South Africa, in the context of what the South African state has become, and questions the characterisation of the post-Apartheid state as a "developmental state". This contribution first highlights what is at stake when the post-Apartheid state is portrayed as a "developmental state" and how this misrecognition of the state is ideologically constituted. Second, it argues for an approach to understanding the post-Apartheid state by locating it within the context of the rise of transnational neoliberalism and the process of indigenising neoliberalism on the African continent. Third, it examines the actual economic practices of the state that constitute it as an Afro-neoliberal state. Such economic practices are historicised to show the convergence between the post-Apartheid state and the ideal type neoliberal state coming to the fore in the context of global neoliberal restructuring and crisis management. The article concludes by recognising that South Africa's deep globalisation and globalised state affirm a form of state practice beyond utilising market mechanisms that includes perpetrating violence to secure its existence. Marikana makes this point.
Article
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This short conceptual piece calls for a careful rethinking of what feminist scholars have articulated as an expanded notion of politics. Rejecting the binary constructs of formal/informal, feminists have demonstrated the significance of community-based activism as an informal arena of politics and citizenship construction ae one in which women and disadvantaged groups are most active and effective. The present essay aims to extend that feminist insight by illuminating the inherent variety in collective actions that grassroots mobilize. The analysis offered warns of the risk arising from the literature's focus on strategies of survival: the likelihood of a bifurcated conceptualization of informal, community-based politics that distinguishes as "legitimate civil society" the grassroots actions and informal politics that build participatory democracy; and dismisses as an "outcast civil society" any otherwise patterned grassroots actions and informal politics, which are rhetorically criminalized as undertakings by "extremists." To elucidate that point, the essay introduces the interacting and mutually constitutive concepts of "invited" and "invented" spaces of citizenship, and urges recognition of the full range of spaces within the informal arena where citizenship is practiced. "Invited" spaces[1] are defined as the ones occupied by those grassroots and their allied non-governmental organizations that are legitimized by donors and government interventions. "Invented" spaces are those, also occupied by the grassroots and claimed by their collective action, but directly confronting the authorities and the status quo. While the former grassroots actions are geared mostly toward providing the poor with coping mechanisms and propositions to support survival of their informal membership, the grassroots activity of the latter challenges the status quo in the hope of larger societal change and resistance to the dominant power relations. In this neoliberal moment, when relations between the state and civil society are central to the project of state legitimization, it is particularly important to formulate an inclusive definition of the informal arena of politics. Such a realistic understanding should account for the fluidity of grassroots collective action across both the invited and the invented spaces of citizenship and acknowledge, as well, the significance of the invented spaces of insurgency and resistance.
Article
The transition from a regime based on racial oppression and authoritarianism to a multiracial democracy has produced a multitude of new democratic and social rights for South Africa’s citizens. However, this transition has at the same time created a deep conflict over the realisation of these rights. As the status of citizenship becomes the key to economic and social resources, this status becomes the scene of contestation. The shift in political power and status has produced a range of new discriminatory practices as the struggle to realise social and economic rights becomes more intense. One of the most prominent victims of this struggle is the foreign national, particularly the ‘black’ African foreign national. Emergent as an especially vulnerable group in post-apartheid society, immigrants have become the target of violence, exploitation and discrimination. As struggles to realise the social and economic promises of the transition have deepened, incidences of antiimmigrant violence have intensified. However, while local individuals and communities are themselves accountable for this trend, this climate of xenophobia has been shaped in large part by South Africa’s own immigration policy.
Article
Employment creation is a national priority, and it is often said that agriculture is a sector in which jobs should be created. This has not happened. A study of employment in the Hex River Valley confirms this. Although the area under cultivation expanded by half, the number of jobs had fallen by 30 percent over a thirty-year period. How, then, are the job statistics reconciled with burgeoning informal settlements? The most plausible explanation seemed to be a growth of indirect employment. The primary aim of this study was to investigate whether there had indeed been a growth of indirect employment, and to what extent this was attributable to the labour law regime, as well as its consequences for that regime. A second aim is to interrogate the argument that labour legislation has introduced “rigidities” in the labour market and trade unions (through collective bargaining) have pushed up minimum wages to unrealistic levels.
Article
Purpose – This study aims to examine how temporary relocation areas (TRAs), urban forms that facilitate evictions and forced relocations, have been written into South African legal and governmental structures through contested urban planning and legal regimes. Design/methodology/approach – Proceeding from the macro-scale of TRAs spread across the nation, to the mezzo-scale of the Delft Symphony Way TRA in Cape Town, to the micro-scale of an individual “blikkie” (housing unit) within this camp, the article looks at the form and function of the TRA in urban resettlement practices. Special attention is given to relocation areas’ designation as “temporary” spaces and the consequences of this temporal designation in law and on the ground. Findings – These sites have developed as technologies for negotiating competing demands on the state, and their presence foregrounds some of the deeply rooted contradictions in post-apartheid South Africa. They are places both within and apart from the city, often managed by city officials according to municipal specifications, but located proximally to key urban amenities, utilities services and employment centers. They also place contradictory demands on their residents, for whom making the TRA liveable also legitimates it as a form of housing. Originality/value – This article uncovers several concerns about TRAs, including their inadequacy for long-term settlement, their problematic usage as tools of dispossession and the spatial-material-legal imbrications by which TRAs exist, persist and act back upon both individual lives and policy spheres.
Article
The growing precariousness of the working class and the declining significance of unions has given rise to precarious politics: non-union struggles by insecurely employed and low-income groups. Under what conditions do unions incorporate these struggles as part of a broader labor movement? This article examines how unions responded to two particularly visible examples of precarious politics in the late 1990s and early 2000s: the struggles of low-wage noncitizen workers and communities in California, USA; and the struggles of poor citizen communities with high unemployment in Gauteng, South Africa. Contrary to what the legacy of unionism in each context would predict, unions became fused with precarious politics in California but were separated from them in Gauteng. This surprising divergence stemmed from the reconfiguration of unions in each place, most notably due to steady union decline in California and democratization in Gauteng. Whereas unions in California understood noncitizen workers as central to their own revitalization, the close relationship between unions and the state in Gauteng created distance from community struggles. Both cases underscore the importance of workers’ citizenship status and the role of the state for understanding how unions relate to precarious politics.