Content uploaded by Andrés Teira-Brión
Author content
All content in this area was uploaded by Andrés Teira-Brión on Jan 27, 2021
Content may be subject to copyright.
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
Resumen
Durante la campaña de excavaciones del año 2013, se
halló parte de una posible necrópolis medieval (1300-
1400 d C.) en la fortaleza santiaguesa de A Rocha Forte.
Los restos humanos encontrados fueron estudiados
mediante análisis osteológicos, paleopatológicos
y tafonómicos. Se determinó un mínimo de tres
individuos adultos jóvenes probablemente masculinos,
los cuales mostraban marcas patológicas de haber
tenido una vida dura (infecciones crónicas, déficits
nutricionales en la infancia, etc.). Este yacimiento fue
habitado durante un periodo bien documentado, por lo
que el análisis antropológico se complementa con un
contexto histórico bien definido. Este estudio permite
acercarnos a las condiciones de vida de un castillo
medieval en el noroeste Ibérico.
Palabras clave
Fortaleza medieval; necropolis; enterramientos aislados;
hipoplasia de esmalte; líneas de Harris.
Abstract
The archaeological works that took place in 2013 within
the A Rocha Forte castle -Santiago de Compostela, NW
Spain discovered part of a medieval necropolis (dating
between AD 1300 and 1400). Complete osteological,
paleopathological and taphonomical analyses were
performed in human remains from three burials. A
minimum number of three male individuals, who may
have died at young age,was estimated. Their pathological
features suggest hard life conditions (infectious diseases,
nutritional deficiencies during infancy, etc.). The site was
settled during a well-known and relatively short period;
therefore, the study of the burials is supported by a well-
defined historical context. Both are used to reconstruct
the everyday life in a NW Spain medieval castle.
Key words
Medieval fortress; necropolis; isolated burials; enamel
hypoplasia; Harris lines.
Data de envío: 14-12-2014
Data de aceptación: 02-03-2015
Condiciones de vida reconstruidas mediante el
estudio de los restos humanos hallados en la fortaleza
Bajomedieval de A Rocha Forte, Santiago de Compostela
Insights into everyday life using human remains from the
Late Middle Age fortress of A Rocha Forte (NW Spain)
Olalla López-Costas
Universidade de Santiago de Compostela,
University of Granada1
olallalc@gmail.com / olalla.lopez@usc.es
Andrés Teira Brión
Universidade de Santiago de Compostela2
1 Research Group Earth System Science, Dept. Xeografía- Dept Edafoloxía e QuímicaE Agrícola, Universidade de Santiago de
Compostela, Santiago de Compostela, 15782, Spain.
Contacto: Laboratory of Anthropology, Department of Legal Medicine, Toxicology and Physical Anthropology, Faculty of
Medicine, University of Granada, Granada 18012, Spain.
Department of Archaeology, Universityof Reading, Whiteknights, PO Box 227, Reading, RG6 6AB, UK.
2 Grupo de Estudos para a Prehistoria do NW Ibérico (GEPN). Departamento de Historia I. Fac. de Xeografía e Historia. Univer-
sidade de Santiago de Compostela. 15782 Santiago de Compostela, Spain.
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
258 Olalla López-Costas, Andrés Teira Brión
IntroduccIón
El valor de los restos óseos humanos para conocer la vida cotidiana de las sociedades
pasadas es ampliamente reconocido en la arqueología actual. El estudio de un esqueleto
revela aspectos más relacionados con la vida del individuo al que pertenecía que con su
muerte (PARKER-PEARSON 2003). Determinados procesos de duración continuada,
como las enfermedades crónicas, la dieta o la actividad diaria, dejan marcas rastreables
en los huesos, de las que se vale la antropología física para reconstruir las características
previas a la muerte. Cuando el volumen de individuos analizados es representativo de la
población se pueden conocer aspectos concretos de sociedad, como su perl demográco
o su estado de salud. Incluso en periodos donde se han conservado abundantes testimo-
nios escritos como el medieval, esta información es en muchos casos inédita ya que la
vida diaria de determinados grupos humanos como los pobres, las mujeres o los niños
no suele quedar reejada en las crónicas. Por lo tanto, es cada día más normal observar
trabajos donde se combina la información histórica, arqueológica y antropológica para
reconstruir el modo de vida en sociedades pasadas.
En Galicia, la acidez de gran parte de los suelos, en incremento desde el Neolítico
(MARTÍNEZ CORTIZAS et al. 2009), ha favorecido la alteración de la parte inorgánica
del hueso dicultando la conservación de los restos humanos enterrados. Debido a ello,
el hallazgo de restos bien preservados es inusual y los estudios se centran, salvo algu-
na excepción, en el análisis de pequeñas colecciones (ver por ejemplo CARRO OTERO
1971; SERRULLA RECH 1989; LOPEZ-COSTAS 2010; PAZ RODRÍGUEZ 2011; LÓPEZ-
COSTAS 2012). Los conjuntos más amplios no superan el centenar de individuos y per-
tenecen al periodo romano y medieval (LÓPEZ-COSTAS 2012), muchas veces se trata
de excavaciones antiguas por lo que la documentación de las intervenciones es parcial
(ver por ejemplo las excavaciones en A Lanzada y Ouvigo (BLANCO FREIJEIRO et al.
1961; 1967; RODRÍGUEZ COLMENERO 1985; LÓPEZ-COSTAS 2012). A pesar de estas
limitaciones y problemas, el estudio de estas colecciones ha proporcionado numerosa
información sobre la vida diaria de Galicia en el pasado, lo que aumenta el valor de seguir
realizando nuevos análisis, independientemente del tamaño de la muestra. No obstante,
el problema de conocer cómo eran los antiguos pobladores de Galicia no está ni mucho
menos resuelto. Son necesarias nuevas investigaciones antropológicas en yacimientos
bien documentados y contextualizados para reconstruir las condiciones de vida en pe-
riodos complejos tales como la Baja Edad Media. En esta línea, las características del
yacimiento de A Rocha que se explican a continuación hacen que constituya un ejemplo
particularmente bueno para aproximarnos a la vida durante este periodo.
El lugar de A Rocha Forte puede ser objeto de diversas narrativas desde la Edad Me-
dia hasta llegar a nuestros días. Sin embargo, el hecho que ha articulado más profunda-
mente su paisaje es la existencia del castillo (g.1 y 2), construido a mediados del siglo
XIII y destruido en 1467 d.C., dentro del cual se ha hallado recientemente una serie de
enterramientos (BÓVEDA FERNÁNDEZ 2013). A Rocha Forte fue uno de los principales
centros del poder arzobispal compostelano en la Baja Edad Media. Entre sus muchas
funciones fue refugio del arzobispo en épocas de conicto y mantuvo atribuciones s-
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
en la fortaleza Bajomedieval de A Rocha Forte, Santiago de Compostela 259
Condiciones de vida reconstruidas mediante el estudio de los restos humanos hallados 259
cales como el cobro de portazgos y la recaudación de las rentas. Al mismo tiempo, su
condición militar materializaba el poder religioso sobre la ciudad de Santiago y desde
ella se ejercían diversas formas de represión. Para ello estaba emplazada en un punto
estratégico del acceso a la ciudad por el Sur, sobre los caminos que conducen a las villas
de Noia y Padrón (ver localización en g.1). La importancia de este yacimiento arqueo-
lógico viene demostrada por la existencia de publicaciones académicas centradas tanto
en aspectos arqueológicos como en información procedente de fuentes documentales,
además de numerosos documentos técnicos (entre otros CASAL et al. 2004; PORTELA
SILVA et al. 2004; CASAL et al. 2005; CASAL et al. 2006; SÁNCHEZ SÁNCHEZ 2007;
CASAL GARCÍA et al. 2009; SÁNCHEZ SÁNCHEZ 2011; FERNÁNDEZ ABELLA 2014).
La primera referencia de la fortaleza se fecha en 1253 d.C. en la sentencia dada por
Alfonso X en una querella entre el arzobispo Xoán Arias y el concejo de Compostela3. En
sus orígenes contaba con un séquito eclesiástico y posiblemente cumplía funciones de
residencia arzobispal durante la ejecución de las obras del Pazo de Xelmírez, contiguo
a la catedral4. De este periodo son la primera cerca, los cubos y la torre del homenaje,
realizados en un aparejo de sillares de gran calidad colocados a soga (CASAL GARCÍA
Figura 1. Localización del yacimiento. A la derecha en rojo, situación de A Rocha Forte en el vuelo americano del año 1956.
3 “Estudio de documentación histórica.” CronoloxíaXeral, páx. 1-2, realizado por la empresa Dehistoria en 2013. http://
rochaforte.info/web/uploads/arquivo/arquivo/bb9/52b19533b6-52a5ed8ea4-o-castelo-da-rocha-forte.pdf
(acceso 15-11-2014)
4 Ibid. “CronoloxíaXeral”, pág. 2. (acceso 15-11-2014)
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
260 Olalla López-Costas, Andrés Teira Brión
et al. 2009). Es probable que incluyera la construcción de una capilla dedicada a Santa
Eufemia, según se cita en las fuentes documentales (DÍAZ Y DÍAZ 1983), y que la forta-
leza estuviese dotada de civiles para hacer más confortable la residencia del arzobispo
(SÁNCHEZ SÁNCHEZ 2011). La designación de Berenguel de Landoira como arzobispo
a nales de 1317 acentuó las luchas de poder entre el concejo y la mitra compostelanos.
Este conicto terminó en 1320 con la ejecución de Alonso Suárez de Deza y demás líderes
de la revuelta en la propia fortaleza, acusados de causar un año antes el incendio y la
destrucción de varios edicios del palacio arzobispal (DÍAZ Y DÍAZ 1983). El hallazgo
de abundantes restos de teja y madera carbonizada de castaño (Castanea sativa) y roble
(Quercus sp. caducifolio) que provendrían de estructuras de la zona norte del castillo
(MARTÍN SEIJO 2013) podría relacionarse con el incendio de 1319 según las fuentes
(vid. DÍAZ Y DÍAZ 1983). Uno de los restos antracológicos se ha datado entre 1290 y1400
cal d.C. (Beta-363984: 630±30BP). Este hecho reforzó el poder eclesiástico en la ciudad
y, a su vez, acentuó el cariz militar y coercitivo de A Rocha Forte. Se iniciaron una serie
de reformas tomadas de los modelos concéntricos de las fortalezas europeas (SÁNCHEZ
SÁNCHEZ 2007) de inuencia francesa para adaptarla fortaleza al modelo de guerra
bajomedieval, incluyendo la construcción de estructuras en voladizo como cadahalsos
y matacanes (FERNÁNDEZ ABELLA 2014). Se edicó una segunda muralla y una liza
sobre-elevada para soportar los ingenios de artillería, aunque no hay consenso entre
los autores si dicha construcción tuvo lugar bien en el siglo XIV (CASAL GARCÍA et al.
2009) o bien en el siglo XV (BÓVEDA FERNÁNDEZ 2013).
Figura 2. Estado final de la intervención de 2013. Fotografía facilitada por A Citania Arqueoloxía S.L.
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
en la fortaleza Bajomedieval de A Rocha Forte, Santiago de Compostela 261
Condiciones de vida reconstruidas mediante el estudio de los restos humanos hallados 261
En 1458 se produjo el asedio de la hermandad de Santiago apoyada por Pedro Álvarez
Osorio como medida de presión contra el arzobispo Rodrigo de Luna. Durante el año
que duró el cerco, hasta que se levantó por mediación de Enrique IV, es probable que
sucediera la destrucción de alguna de las edicaciones debido a la gran cantidad de pro-
yectiles de piedra que pueden observarse musealizados en el yacimiento. No obstante,
el episodio que señaló el inicio del abandono denitivo de A Rocha Forte fue la toma en
1467 durante la Gran Guerra Irmandiña. El castillo contaría en ese momento no sólo con
edicaciones militares (tres cercas amuralladas, dos fosos, etc.) sino con un complejo de
construcciones residenciales y adjetivas para la vida en el interior de la fortaleza: caballe-
rizas, edicios de servicio, celero, fuentes, etc. La tercera cerca, la más exterior, cobijaba
un complejo de casas y casales que servían como lugares de habitación y producción a
una población dependiente del señorío (SÁNCHEZ SÁNCHEZ 2011; FERNÁNDEZ ABE-
LLA 2014). Tras un breve encastillamiento en 14715 sus materiales son reutilizados en la
construcción del castillo del Pico Sacro. Consecuencia de ello son la destrucción hasta
los cimientos de varias estructuras, entre ellas la torre del homenaje, y la formación de
escombreras identicadas en las intervenciones arqueológicas (vid. BÓVEDA FERNÁN-
DEZ 2013). Desde nales del siglo XV y hasta el XXI se han reaprovechado las piedras
del yacimiento como material constructivo, pero no se tiene constancia de nuevos asen-
tamientos.
A lo largo del siglo XXI la fortaleza ha sido objeto de varias campañas arqueológicas
de excavación y restauración que han permitido documentar diversas secuencias cons-
tructivas en la fortaleza y la distribución espacial de las edicaciones y de las actividades
que tuvieron lugar en su interior. Entre los años 2002 y 2006 los trabajos de la Univer-
sidade de Santiago de Compostela, dirigidos por Raquel Casal García y Fernando Acuña
Castroviejo (CASAL et al. 2004; CASAL et al. 2005; CASAL et al. 2006; CASAL GARCÍA
et al. 2009), permitieron reconocer gran parte de dos lienzos de muralla y del interior.
En 2009 la empresa Terra Arqueos realizó una intervención centrada en la restaura-
ción de las estructuras, con Miguel Angel López Marcos y Luis Francisco López González
como directores (LÓPEZ GONZÁLEZ et al. 2009). Y, nalmente, en 2013 tuvo lugar el
proyecto “Obras de escavación arqueolóxica e restauración do Castelo de A Rocha Forte
(Santiago de Compostela)”, a través de las empresas Eiriña S.L. y A Citania S.L. y bajo la
dirección de María José Bóveda Fernández (BÓVEDA FERNÁNDEZ 2013) con el obje-
tivo de excavar y consolidar una gran supercie del yacimiento para su puesta en valor
(ver resultados en http://rochaforte.info/). Durante esta última intervención se descu-
brieron tres tumbas con esqueletos relativamente bien conservados (g. 3). Todas ellas
se hallaron en torno a la torre central del lienzo sureste de la muralla del yacimiento. Por
otra parte, a lo largo de las excavaciones anteriores se encontraron abundantes restos de
fauna (véase por ejemplo CASAL et al. 2004; CASAL et al. 2005; CASAL et al. 2006; CA-
SAL GARCÍA et al. 2009; BEJEGA GARCÍA et al. 2013), mezclados con restos humanos
aislados que no habían sido estudiados hasta la fecha6.
5 Ibid. “A reconstrucción de 1471 “Pág. 57. (acceso 15-11-2014)
6 Comentario personal de Carlos Fernández Rodríguez.
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
262 Olalla López-Costas, Andrés Teira Brión
Hasta donde sabemos, estos constituyen los primeros restos humanos medievales
de Galicia relacionados con una forticación medieval. El valor de su estudio se ve in-
crementado por tratarse de un yacimiento bien investigado, con un periodo de uso corto
(h. 1253-1467 d.C.) y con abundante documentación histórica asociada. Esto unido al
relativamente bajo número de colecciones osteológicas de este periodo recuperadas de
contextos militares, no sólo en Galicia sino en otras partes de la Península, ha motivado
el presente análisis de las tumbas y de los restos humanos hallados en su interior. En
consecuencia, en este trabajo presentamos el estudio osteológico, tafonómico y paleo-
patológico de los restos óseos humanos descubiertos durante la campaña de 2013 en el
yacimiento de A Rocha, así como el contexto y la descripción de los enterramientos con
el n de reconstruir las condiciones de vida durante el uso de la forticación de A Rocha
Forte.
MaterIal y Métodos
Este trabajo comprende el análisis antropológico de un total de 103 piezas óseas y 45 pie-
zas dentales pertenecientes a las tumbas 1, 2 y 3 de A Rocha; cuyos códigos arqueológicos,
que incluyen las unidades estratigrácas, son respectivamente MO63-UE2377, MO82-
UE2378 y MO83-UE2379. También se incluye un astrágalo humano (MO38-UE2140)
encontrado entre los huesos de una muestra de fauna. Además se tiene constancia de la
Figura 3. Plano de A Rocha Forte con la localización de los enterramientos. E: enterramiento. A: astrágalo aislado (figura elaborada
sobre planimetría parcial de la intervención arqueológica de 2013).
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
Condiciones de vida reconstruidas mediante el estudio de los restos humanos hallados 263
en la fortaleza Bajomedieval de A Rocha Forte, Santiago de Compostela 263
aparición entre las evidencias de otra muestra zooarqueológica de un maxilar inferior
(MO08-UE2000) que no ha podido ser examinado y, por lo tanto, no se contempla en el
estudio. La excavación y registro de los enterramientos siguió el método Barker-Harris
(BARKER 1977, HARRIS 1991) y fue realizada por el equipo de arqueólogos entre los
meses de octubre y noviembre de 2013. Se agotó la estratigrafía en todos los casos, salvo
en la tumba 3 de la que no se han excavado los estratos inferiores. El enterramiento 1 se
hallaba depositado sobre un horizonte A enterrado (horizonte supercial, mineral, rico
en materia orgánica), el cual se ha conservado en varios puntos de la fortaleza y es previo
a su construcción. El enterramiento 2 corta una estructura pétrea que delimita al norte el
estrato de inhumación del enterramiento 1; mientras que la tumba 3 fue hallada bajo un
estrato con restos de fauna y materiales constructivos.
Se ha realizado una única datación radiocarbónica en los restos humanos conser-
vados, en concreto en la pieza dental 45 del esqueleto depositado en la tumba 1, cuyo
resultado se sitúa entre 1300 y 1419 cal d.C. (Beta-363985: 580±30BP)7. La inhumación
del enterramiento 2 corta una estructura desmantelada durante las reformas del arzobis-
pado de Berenguel de Landoira a partir de 1320 (BÓVEDA FERNÁNDEZ 2013), lo cual
proporciona una fecha post quem a dicho enterramiento. Un resto de fauna (suido) loca-
lizado en un estrato próximo, de características similares y con presencia de materiales
parecidos a los documentados en el depósito que cubre el enterramiento 3 (fecha ante
quem) ha sido también datado entre 1300 y 1419 cal d.C. (Beta-364957: 580±30BP).
En otros estratos que contienen abundantes restos de fauna y se sitúan en esta misma
zona se han recuperado numismas y cerámica de importación levantina y gres atlántico
de nales del siglo XIV y principios del siglo XV.El astrágalo (MO38) y a la mandíbula
(MO08) aislados aparecen en posición secundaria y asociados a muestras de fauna, no
existiendo correlación entre el momento de deposición y la cronología del estrato en el
que se encuentran. El astrágalo dentro del derrumbe interno de la muralla (UE2140), y
la mandíbula en la UE2000 que se corresponde con la capa vegetal (BÓVEDA FERNÁN-
DEZ 2013). En resumen, las evidencias indican que las tumbas pertenecen al siglo XIV.
La excavación de los enterramientos siguió los principios de identicación de unida-
des estratigrácas y de lectura estratigráca expuestos en Harris (1991). En la exhuma-
ción se utilizaron herramientas de madera. Asimismo, se controlaron los cambios bruscos
de humedad para minimizar las fracturas postmortem. El sedimento de los estratos de
las inhumaciones fue recogido para su posterior triado. Varias muestras fueron tomadas
para análisis polínicos, incluyendo algunas de la zona torácica del enterramiento 1 para
el análisis de tolitos (PORTILLO et al. 2013).Se registró la posición de cada esqueleto
mediante croquis (g. 4) georreferenciados en la planimetría del yacimientos (g. 3) y
se documentaron con chas especícas de registro y numeroso material fotográco. Los
huesos fueron embalados provisionalmente y etiquetados siguiendo las zonas anatómi-
cas. El cráneo del enterramiento 2 se extrajo en bloque para ser excavado en el labora-
torio. Finalmente, todos los restos fueron trasladados los laboratorios de la Facultad de
7 Ésta y las demás dataciones se ha calibrado con el programa OxCal v4.2.4 (BROCK et al. 2010) utilizando la curva
IntCal13(REIMER et al. 2013).
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
264 Olalla López-Costas, Andrés Teira Brión
Xeografía e Historia y de Bioloxía de la Universidade de Santiago de Compostela en el
interior de contenedores rígidos para proceder a su estudio. Los huesos se dejaron secar
en condiciones de humedad y temperatura controladas para evitar la extensión de las
colonias fúngicas. Se realizó una limpieza en seco y una restauración mínima con un
adhesivo soluble en acetona.
Una vez el material esquelético estuvo limpio y restaurado, se procedió al estudio
tafonómico, osteológico y paleopatológico de cada individuo. Dichos estudios se com-
plementaron con una descripción detallada de cada enterramiento teniendo en cuen-
ta la existencia de contexto anatómico, la posición y sentido del cuerpo, la vinculación
articular y la presencia de elementos o materiales asociados. El estudio tafonómico se
realizó siguiendo la evaluación de la abrasión en supercie descrita por McKinley (2004)
(escala de 0 a 5+) y los índices de conservación (IC== 100 x ∑Número de piezas conser-
vadas/200)(CAMPILLO 2001) y preservación parciales (huesos largos o IP1 = ∑Número
de piezas /12; huesos largos y cinturas o IP2 = ∑Número de piezas /19; las piezas ante-
riores y el cráneo o IP3 = ∑Número de piezas /22)(SAFONT MAS 2003). Asimismo, se
describieron los tipos de agentes causales de las alteraciones tafonómicas siguiendo las
indicaciones de Botella et al. (2001). Este tipo de análisis que evalúan la importancia de
los procesos y alteraciones postmortem y la conservación de los restos óseos, han demos-
trado ser útiles para entender las características de las necrópolis en trabajos anteriores
sobre Galicia (LÓPEZ-COSTAS 2012).
Se estimó el número mínimo de individuos (NMI) (ROBERTS 2009: 120 ), el sexo
y la edad, a la vez que se diagnosticaron las marcas patológicas, empleando para ello
estándares nacionales e internacionales aplicables a las piezas óseas preservadas (ver
resumen en MÁRQUEZ-GRANT et al. 2011). Especícamente, el sexo fue estimado en
base a la morfología craneal y pélvica y aplicando funciones discriminantes del esqueleto
postcraneal (ALEMAN et al. 1997; SAFONT et al. 2000). Para trabajar con las fórmu-
las discriminantes se tomaron las medidas postcraneales más importantes (ver resumen
en LÓPEZ-COSTAS 2012) utilizando un calibre y un antropómetro con una precisión
mínima de 0,5 mm. La edad en adultos fue estimada por la evolución del extremo ex-
ternal de la 4ª costilla (entre otros ISCAN et al. 1984; ISCAN 1991) y el desgaste dental
(BROTHWELL 1981; MILES 2001); otros métodos como los desarrollados para el coxal
no se incluyen al no haberse conservado dichos huesos. La edad en subadultos se estimó
mediante la secuencia de la formación y erupción dentaria (GUSTAFSON et al. 1974;
BROTHWELL 1981), la sincondrosis esfenobasilar y los estándares de crecimiento de-
sarrollados especícamente para poblaciones del oeste de Europa (RISSECH, C. et al.
2008; RISSECH, CARME et al. 2013).
Todas las piezas óseas conservadas fueron analizadas macroscópicamente en busca
de marcas paleopatológicas (para la descripción se siguieron los criterios estándar, ver
p.ej. AUFDERHEIDE et al. 1998; CAMPILLO 2001; ROBERTS et al. 2005) con el n de
reconstruir en la medida de lo posible el estado de salud. La patología oral fue analiza-
da y discutida aparte. En el texto las piezas dentales se nombran siguiendo las normas
de la Federación Dental Internacional (FDI; http://www.fdiworldental.org/). Se anotó
también la presencia de los caracteres cualitativos más destacados(BERRY et al. 1967;
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
en la fortaleza Bajomedieval de A Rocha Forte, Santiago de Compostela 265
Condiciones de vida reconstruidas mediante el estudio de los restos humanos hallados 265
HAUSER et al. 1989; TYRELL 2000), es decir, aquellos rasgos morfológicos o variantes
anatómicas normales (no patológicas) que no pueden ser medidos como variables esca-
lares. Durante el estudio se cubrió una cha para cada esqueleto y se tomaron fotografías
de los elementos más destacados. Se realizaron análisis radiográcos (RX) de las piezas
patológicas y de todos los huesos largos en busca de líneas de Harris. Éstas se han des-
crito como líneas radiopacas (densas a los rayos X) perpendiculares al eje mayor de las
diásis de huesos largos y situadas en la zona trabecular de los mismos que a pesar de
presentar una etiología variable se relacionan con retrasos del crecimiento causados por
estrés nutricional e infecciones (PLATT et al. 1962; CHHEM et al. 2008). Los diagnós-
ticos diferenciales y las marcas pseudopatológicas fueron consultadas con al menos otro
experto. Se enviaron muestras para el análisis isotópico en colágeno óseo de los indivi-
duos de las tres inhumaciones. Finalmente, se envió una muestra de la raíz dental de un
premolar del esqueleto de la tumba 1 a la empresa Beta Analytic Radiocarbon Dating
Laboratory para su datación.
resultados y dIscusIón
Tipo de enterramiento
En cada una de las tumbas aparecen restos de un solo esqueleto en contexto anatómico.
Los tres enterramientos son primarios y presentan unas características muy similares.
Los esqueletos han conservado la vinculación en sus articulaciones (g. 4), lo que sugiere
que los individuos fueron enterrados directamente en el suelo (p.ej. dentro de una mor-
taja) sin emplear para ello una caja o un sepulcro. La ausencia de clavos u otros objetos
similares apoya tal armación. Todos los enterramientos tenían una orientación Oeste-
Este (cabeza al Oeste) con un leve desvío en dirección Este-Sureste (g. 3). Los cuerpos se
hallaban en posición de decubito supino con los brazos extendidos ligeramente abiertos
y los antebrazos doblados (ver g. 4). Las manos se situaban a nivel de la cadera (sobre la
quinta lumbar o el sacro), salvo en la tumba 1 donde la mano derecha estaba ligeramen-
te adelantada, y reposaba sobre el vientre. La sepultura se encontraba cortada por una
expoliación, con lo que se desconoce la disposición del miembro inferior (gs. 4 y 5). En
el caso del esqueleto 2, las piernas estaban estiradas y paralelas (g. 4). En el esqueleto
3 se conservaron parte de los coxales y las cabezas de ambos fémur, aunque durante la
excavación se hallaron restos mal conservados de otras zonas del esqueleto postcraneal.
Los esqueletos de las tumbas 1 y 2 se posicionaban a escasos centímetros del mate-
rial de partida del suelo y en ningún enterramiento se encontró ajuar o se identicaron
construcciones asociadas (g. 5). En la tumba 1, un bolaño (proyectil lítico de gran peso y
tamaño) estaba depositado sobre el lateral izquierdo del esqueleto, separado por un pe-
queño nivel de tierra. No hay presencia de restos zoológicos en la tumba 1 y 2, en cambio,
en la zona del tórax del esqueleto 3 se hallaron pequeños restos de diásis de fauna. Se
halló numeroso material zooarqueológico en una cota superior a esta última sepultura.
Formando parte de este depósito superior, se localizó el astrágalo aislado que se incluye
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
266 Olalla López-Costas, Andrés Teira Brión
en este estudio (g. 3), por lo tanto, la posición de dicho hueso es secundaria, pudiendo
haber pertenecido a los esqueletos anteriores o a algún otro no descubierto aún.
Sexo, edad y caracteres osteológicos
Una vez analizadas todas las piezas óseas y teniendo en cuenta el tipo de hueso, latera-
lidad, color, patologías y otras características se ha llegado al resultado de que en cada
una de las tres tumbas analizadas el número mínimo de individuos depositado era de
uno (NMI total 3). Como se ha dicho anteriormente, no se ha podido determinar si el
astrágalo aislado perteneció a alguno de los esqueletos enterrados en las tumbas 1 y 3. La
estimación de la edad indica que los esqueletos de las tumbas 1 y 3 pertenecieron a indi-
viduos adultos y el de la tumba 2 a un subadulto (menor de 19 años). El extremo external
de la cuarta costilla, el desgaste dental y la maduración del esqueleto postcraneal indican
que el individuo de la tumba 1 era un adulto joven de entre 25 y 30 años de edad. La
Figura 4. Dibujos de campo de
los esqueletos. 1, 2 y 3 identifican
los tres enterramientos, izquierda.
Esquema indicativo de los huesos
cuya preservación permitió su aná-
lisis osteológico, derecha (imágenes
modificadas de BUIKSTRA y UBE-
LAKER 1994).
Figura 5. Enterramiento 1, fotos de la intervención de 2013.
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
en la fortaleza Bajomedieval de A Rocha Forte, Santiago de Compostela 267
Condiciones de vida reconstruidas mediante el estudio de los restos humanos hallados 267
escasez de restos humanos conservados en la tumba 3 sólo permite conocer que había su-
perado los 20 años de edad y probablemente no alcanzó la senilidad (menor de 60 años),
debido a la ausencia de signos degenerativos. Los restos de la tumba 2 son compatibles
con un individuo de 12 a 16 años de edad, basándonos en la secuencia de la formación y
erupción dentaria y el grado de desarrollo del esqueleto postcraneal.
El esqueleto 1 muestra características femeninas y masculinas tanto en el cráneo
como en el postcraneo, por lo que ha sido determinado como aloso o probablemente
masculino, al predominar estas últimas. La estimación del sexo en sujetos subadultos es
poco precisa y no suele hacerse salvo que el dimorsmo sexual sea muy evidente (pre-
dominando los caracteres masculinos). El individuo de la tumba 2 se hallaba próximo a
la adolescencia, esto unido a la observación de múltiples rasgos masculinos en el cráneo
nos ha llevado a estimar el sexo como probablemente masculino. La misma estimación
se realizó para el individuo de la tumba 3, en base a los diámetros y perímetros del es-
queleto postcraneal. Por último, la fórmula discriminante para la longitud máxima de la
tróclea (ALEMAN et al. 1997) del astrágalo que apareció aislado indican que se perte-
necía probablemente a un individuo masculino, considerándose dicha estimación como
preliminar al contar con una única pieza.
Tafonomía
Los esqueletos de las tres tumbas se hallaban muy incompletos, no superando el 30% en
el IC(ver tabla 1). Los miembros superiores y el cráneo son las zonas donde más piezas
óseas se pudieron recuperar (ver gs. 4 y 5). Debido a la importancia de dichos huesos en
el cálculo de los índices de preservación parciales (SAFONT MAS 2003), se obtuvieron
porcentajes relativamente altos en los mismos, sobre todo en IP2 e IP3 (tab. 1). Los restos
más alterados son los excavados en la tumba 2, la cual solo contenía el cráneo y pequeños
fragmentos de huesos largos. No obstante, el índice de conservación total de esta tumba
no es especialmente bajo, debido al buen estado de preservación del cráneo. El grado de
abrasión en supercie de los huesos se halla entre el 3 y el 5 (MCKINLEY 2004), lo cual
indica unas alteraciones moderadas y, en casos concretos, graves. En el esqueleto 2, el
cráneo muestra zonas con una abrasión muy escasa, lo cual ha permitido conservar los
tres huesecillos del oído medio derecho.
El astrágalo aislado presenta una buena conservación y un bajo grado de abrasión
supercial (grado 2 en escala de MCKINLEY 2004). Los principales agentes de las alte-
raciones tafonómicas son los químicos probablemente relacionados con el hecho de estar
enterrados en un suelo que propicia las alteraciones diagenéticas (por el momento no se
han realizado análisis edafológicos en el yacimiento). Tanto el esqueleto 1 como en el 3
muestran una alta fragmentación por presión en los miembros superiores. También se
han hallado alteraciones por agentes bióticos, numerosas marcas de raíces en el cráneo
del esqueleto 2 (g. 6) y colonias fúngicas en el hueso esponjoso de los tres esqueletos.
Las alteraciones por hongos son especialmente graves en el esqueleto postcraneal de la
tumba 1, donde los huesos largos se hallaron cubiertos parcialmente de una costra de
tonalidad oscura.
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
268 Olalla López-Costas, Andrés Teira Brión
Tabla 1. Resumen de los principales índices calculados para los esqueletos de las tumbas 1, 2 y 3.
Abrasión en superficie, IC índice de conservación total, IP índices de preservación parciales.
Tumba Abrasión Nº de piezas óseas IC IP1 IP2 IP3
T.1 Grado 4 55 27,5% 41,7% 57,9% 63,6%
T.2 Grado 5 35 17,5% 33,3% 41,7% 36,4%
T.3 Grado 3 11 6,5% 25,0% 42,1% 40,9%
Dentro de las alteraciones por presión destacan numerosos aplastamientos en el es-
queleto de la tumba 1 a nivel del tórax, brazo izquierdo, zona distal del antebrazo derecho
y ambas manos. Los aplastamientos en combinación con las alteraciones diagenéticas
han causado la pérdida de estructura en los huesos del tórax (vértebras, costillas y ester-
nón) (g. 7). El antebrazo y mano derecha muestran varias fracturas: las falanges pre-
sentan aplastamientos en sentido anterior-posterior y el radio y cúbito se encuentran
fragmentados en el extremo distal de la diásis (gs. 7 y 8). La diásis y epísis distal
del cúbito derecho se hayan impactadas en el resto de la diásis formando un ángulo de
120º en sentido disto-dorsal. La supercie irregular de la línea de fractura, la diferencia
de color, el recorrido y el tipo de alteraciones no se corresponden con las esperadas en
hueso fresco (g. 8). Todas las alteraciones son postmortem y fueron causadas por una
presión de intensidad elevada. La ausencia de desplazamientos en las piezas indica que
las alteraciones fueron causadas sobre el esqueleto enterrado. El área afectada coincidía
con la ocupada por un proyectil de trabuco en un estrato superior al cuerpo, cuya presen-
cia es compatible con las alteraciones observadas.
Figura 6. Fragmento de parietal derecho del esqueleto 2 con numerosas alteraciones tafonómicas. Destaca
la presencia de colonias fúngicas (circulares y de color negro) y marcas de raíces (escala mm).
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
en la fortaleza Bajomedieval de A Rocha Forte, Santiago de Compostela 269
Condiciones de vida reconstruidas mediante el estudio de los restos humanos hallados 269
Paleopatología y caracteres cualitativos
El esqueleto de la tumba 1 es el que muestra mayor número de marcas patológicas, a
pesar de que el elevado grado de abrasión en supercie limita el análisis paleopatológico,
no así el de la patología oral. Con respecto a esta última, se han conservado 9 piezas den-
tales de las cuales cinco muestran caries en fase inicial. Destaca la presencia de pequeñas
fracturas coronales en vida conocidas como chipping en el canino superior derecho y
primer molar inferior derecho (13 y 46) (g. 9) y la presencia de profundas marcas de
hipoplasia de esmalte (de 1 a 3) en todas las piezas, las cuales son especialmente acen-
tuadas en caninos (g. 9). Además, se han hallado cálculos dentales de grosor medio en
las piezas anteriores (BROTHWELL 1981) y no se observó ninguna infección o lesión
periapical en los maxilares. En el esqueleto postcraneal, no se han encontrado signos de
Figura 8. Radiografía del cúbito y radio derecho del esqueleto 1 con varias fracturas tafonómicas. Radiografía del extremo distal del
cúbito derecho, se observan líneas de fractura de bordes irregulares o dentados característicos de procesos postmortem.
Figura 7. Foto del individuo 1. El círculo marca la fractura tafonómica del cúbito y radio derechos.
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
270 Olalla López-Costas, Andrés Teira Brión
patologías traumáticas o infecciosas más allá de una aposición de hueso compatible con
osteítis a nivel de la cara interna de una costilla. El área afectada es un fragmento de 2 cm
perteneciente al extremo vertebral de una costilla izquierda entre la octava y la décima,
donde se observa también una profunda marca vascular (g. 10). Las zonas articulares
del esqueleto, así como la columna vertebral fueron examinadas en busca de alteraciones
o cambios degenerativos. Se observaron pequeñas deformidades del contorno articular
en la articulación atlantoaxoidea y en la cavidad glenoidea derecha compatibles con la
primera fase de cambios degenerativos que hubieran podido evolucionar en artrosis. Por
otro lado, el estudio radiográco mostró líneas de Harris claramente denidas en los
huesos largos y metacarpianos conservados, especialmente en el húmero derecho (g.
11). Se registró la presencia/ausencia de caracteres cualitativos en ambas escápulas y el
húmero derecho, observándose solo la presencia de foramen supraescapular de la es-
cápula derecha e izquierda.
Figura 9. Caninos superiores mostrando
claras líneas de hipoplasia (flechas rojas).
A la izquierda 13 presenta además fractu-
ras en la corona chipping (flecha blanca);
escala cm.
Figura 10. Costilla con osteítis en la cara
interna y marcas vasculares (escala cm).
Figura 11. Radiografía del húmero dere-
cho y metatarsianos donde se muestran
con flechas varias líneas de Harris. Las mar-
cas en la superficie externa del húmero son
tafonómicas.
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
en la fortaleza Bajomedieval de A Rocha Forte, Santiago de Compostela 271
Condiciones de vida reconstruidas mediante el estudio de los restos humanos hallados 271
El individuo de la tumba 2 muestra pocas marcas patológicas; no obstante, ha de
tenerse en cuenta la pérdida de casi todo el esqueleto postcraneal. En el estudio de los
maxilares, se observó que ambos caninos decíduos inferiores (73 y 83) estaban retenidos
causando la mal posición de las piezas permanentes (33 y 44) y la inclusión parcial del
canino inferior (43). Se observó una alta acumulación de cálculos dentales formando
depósitos gruesos en las piezas anteriores, probablemente relacionada con dicha mal po-
sición. Se observaron marcas de caries bilateral afectando a casi la totalidad de la corona
de las piezas 36 y 46, en ambos casos se observaron lesiones periapicales bajo ambas
piezas (g. 12). A nivel del molar 46, se observa una osteítis activa en la cara externa de
la mandíbula consecuencia de la lesión periapical en dicha pieza. No se han detectado
marcas de hipoplasia de esmalte, ni otra patología o carácter cualitativo en el esqueleto
craneal.
No se han observado marcas patológicas ni cambios degenerativos en los restos de la
tumba 3. Se analizaron el húmero y escápula derechos en busca de caracteres cualitativos
normales observándose solo la presencia de surco cincunejo en esta última. Además de
este surco, la única observación destacable es la existencia de cambios en la supercie
de la mayoría de las entesis del miembro superior derecho, es decir, las zonas de inser-
ción de tendones, músculos o ligamentos(JURMAIN et al. 2010), las cuales presentan
un borde rugosos y prominente. Las entesis del miembro inferior izquierdo no se han
conservado. Los cambios en las entesis se relacionan frecuentemente con un trabajo físi-
co intenso, pero patologías como el DISH (Hiperostosis esquelética idiopática difusa)o la
edad avanzada (mayor de 60 años) pueden causar alteraciones similares. Tampoco está
denido si se trata de un proceso patológico, ya que dichas marcas no provocan dolor
en todos los casos (JURMAIN et al. 2010), y su sintomatología es muy variable entre
individuos.
Discusión
El hallazgo de unas inhumaciones en el interior de la fortaleza de A Rocha abre muchas
cuestiones, tanto sobre el motivo de su enterramiento como sobre las personas allí en-
terradas. La construcción de un cementerio no parece haber sido concebido en la pla-
nicación original de la fortaleza, ni tampoco se han hallado indicios que indiquen la
existencia de tumbas durante su ocupación en las fuentes consultadas. Se trata, por lo
tanto, de una necrópolis amortizada en un espacio de tiempo relativamente corto dentro
Figura 12. Radiografía de la hemimandíbula derecha del
esqueleto de la tumba 2. El círculo marca la caries en la pieza
46, la flecha la lesión periapical subyacente. A la derecha se
observa la mal posición del canino.
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
272 Olalla López-Costas, Andrés Teira Brión
del desarrollo de la fortaleza, ceñido al siglo XIV d.C., de la que no se tenía noticia hasta
su descubrimiento en 2013. Asimismo, el uso funerario de ese lugar no parece haber
tenido importancia en el desarrollo posterior de la vida en el castillo. Este hecho, unido
al de encontrarnos ante individuos probablemente enterrados amortajados, sin caja y
carentes de lápida o sarcófago que conservasen la memoria social del enterrado sugiere
su posible pertenencia a una clase no privilegiada.
La distribución de los enterramientos puede vincularse a la existencia de una capi-
lla dedicada a Santa Eufemia mencionada en el pleito Tabera-Fonseca (RODRÍGUEZ
GONZÁLEZ 1984) y en el conicto de Berenguel de Landoira (DÍAZ Y DÍAZ 1983), pero
todavía no se ha hallado o identicado ningún resto que se pueda asociar con esta cons-
trucción. Hay ciertas evidencias que la situarían en torno a la torre central del lienzo
sureste, junto a los enterramientos: en la escombrera del siglo XV localizada en las proxi-
midades de las tumbas, se han hallado elementos arquitectónicos dispersos que presen-
tan correspondencias estilísticas con otras edicaciones compostelanas del siglo XIII: la
primera fase de Santo Domingos de Bonaval, los claustros de Conxo y Santa María de Sar
o del Pazo de Xelmírez de la época de Xoan Arias8. Por otra parte, se han documentado
otros materiales en las proximidades que refuerzan esta hipótesis: una pila bautismal
fragmentada, vidrios de ventanas con sus sujeciones de plomo y un fragmento de la tapa
de un sarcófago de doble estola. La tapa de sarcófago es, sin embargo, tipológicamente
anterior a la construcción del castillo (perduran hasta nales del siglo X o mediados del
XI), aunque es frecuente su reutilización en siglos posteriores (SUÁREZ OTERO 1997),
podríamos suponer su transporte a la fortaleza, o el reaprovechamiento del material de
una necrópolis próxima. No obstante, las disposiciones de los enterramientos salvo el
astrágalo aislado son primarias, por lo que no se ha producido un traslado de los restos.
Existe poca información en Galicia especíca sobre las zonas de enterramiento de
individuos ajenos al poder político y religioso durante estos siglos. La Iglesia era con-
traria a su enterramiento en el interior de las iglesias, reservado para las élites de poder
(MARTÍNEZ GIL 1996). Ante esta prohibición, los testamentos de los siglos XIII y XIV
indican que clérigos, nobles y acomodados urbanos, pedían ser enterrados preferente-
mente en el interior de los monasterios (MARTÍNEZ GIL 1996; ANDRADE CERNADAS
2005). Los “no nobles” quedaban relegados al camposanto exterior anejo a las iglesias
tanto conventuales como parroquiales (ARMAS CASTRO 1992; MARTÍNEZ GIL 1996;
ANDRADE CERNADAS 2005). Por lo tanto, los cementerios tanto de “ricos” como de
“pobres” se asientan en zonas próximas o en el interior de un edicio religioso por lo que
es de suponer que,en el caso de Rocha Forte, estos se hallarían cercanos a la capilla.
No está claro el papel que habría tenido la capilla dentro de la vida del castillo, y si
pudo haberse modicado a lo largo del tiempo. En la Gesta Berengarii se menciona
como lugar de encuentro entre el arzobispo y los representantes del concejo en 1320
(DÍAZ Y DÍAZ 1983). Sin embargo, esta ubicación puede ser un elemento más de un dis-
curso que pretendía ser ejemplarizante, recordemos la intercesión del apóstol Santiago
y la exculpación de Berenguel de Landoira en el ajusticiamiento acaecido después (vid.
8 Comentario personal de David Chao Castro y Marta Cendón Fernández.
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
en la fortaleza Bajomedieval de A Rocha Forte, Santiago de Compostela 273
Condiciones de vida reconstruidas mediante el estudio de los restos humanos hallados 273
DÍAZ Y DÍAZ 1983). También ignoramos la ritualidad que tenía lugar en ella, si accedía
un sector reducido de la fortaleza o si habrían participado habitantes de los casales de
la cerca exterior o de poblaciones extramuros. No obstante, y como ya hemos apuntado,
la conguración del espacio no parece haber sido diseñado como necrópolis desde su
origen, y dado que los enterramientos se encuentran amortizados ya en el siglo XIV y
su número es escaso existe la posibilidad de que tuvieran un carácter excepcional y/o se
sucedieron en un periodo breve de tiempo. Dicho carácter se ve reforzado por el uso de
la zona como vertedero (depósito de fauna) años después, lo cual puede ser indicativo de
la ocultación y la pérdida de elementos que perpetuasen la memoria colectiva del uso de
dicho espacio.
El análisis paleopatológico de los restos no ha podido discernir las causas de la muer-
te de los individuos. Sin embargo, la existencia de episodios violentos o epidémicos/
infecciosos podrían ser causas presumibles de la ejecución de un enterramiento inusual
o en un área no planicada para tal n. En este sentido son varios los ejemplos de con-
ictos armados de diversa índole a lo largo de la Baja Edad Media en los que podrían
originarse bajas en luchas, enfermedades o epidemias. A Rocha Forte además de su
condición militar y residencial, ejercía sobre su entorno diversas formas de represión.
La violencia es una conducta estructural ejercida por la nobleza para garantizar su po-
sición social predominante o ganar espacios de poder entre iguales (BARROS 1991). No
obstante, no se han observado marcas de violencia interpersonal en ninguno de los es-
queletos. Las marcas en las entesis localizadas en el individuo de la tumba 3 se pueden
interpretar como la existencia de un trabajo físico constante en el miembro superior,
pero no es posible relacionarlas con un tipo de actividad concreto ya que el uso de los
brazos está presente en muchas profesiones y no siendo exclusivo de personas con un
estilo de vida violento (p.ej. soldados). Una patología frecuentemente relacionada con
la violencia interpersonal es la traumática. Los únicos traumatismos observados en los
esqueletos son las fracturas coronales o chipping en dos piezas dentales (g. 9), una an-
terior y una posterior, del individuo de la tumba 1. El chipping en los dientes posteriores
se relaciona con patrones alimenticios y desgaste mientras que en las piezas anteriores
suelen ser causados por eventos traumáticos (LOCKER 2007; SCOTT et al. 2011). En la
actualidad los daños traumáticos en los dientes anteriores son relativamente habituales
(entre el 10-5% de los individuos) dependiendo del estilo de vida y nivel socioeconómico
(LOCKER 2007). La existencia de un solo microtraumatismo en dientes anteriores no
permite relacionarlo con un evento traumático concreto de carácter violento, por lo que
no se puede sacar ninguna conclusión sobre la existencia de un estilo de vida violento en
los individuos recuperados en este yacimiento.
Con respecto a las enfermedades epidémicas, en el año de 1348 se conoce la llega-
da de la peste a Compostela, y aunque no se ha conservado un recuento de víctimas,
hay indicios de que habría afectado a todas las clases sociales y aun número elevado
de personas. La peste podría haber estado detrás del descenso de las rentas urbanas
(ARMAS CASTRO, JOSÉ 2003:85), y fue la causa del fallecimiento de seis de los miem-
bros conocidos de la familia de cambiadores y notarios Fagúndez entre 1348-1350 (AR-
MAS CASTRO, JOSÉ 2003:85-86). Un proceso agudo como la peste no deja marcas
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
274 Olalla López-Costas, Andrés Teira Brión
observables en el esqueleto, por lo que no podemos saber si los enterramientos se re-
lacionan con esta causa de muerte. En el caso del esqueleto de la tumba 1, las osteítis
localizadas en el extremo vertebral de las costillas pertenecientes a las áreas superiores
y medias de la caja torácica son características de tuberculosis pulmonar (MATOS et al.
2006). No obstante, otras enfermedades respiratorias crónicas como la neumonía o la
bronquitis, y otras afecciones menos probables como peritonitis o neoplasias pueden
causar marcas semejantes (ROBERTS, CHARLOTTE et al. 2005; SANTOS et al. 2006).
No se puede descartar en este caso el carácter infeccioso de la marca patológica observa-
da en el esqueleto de la tumba 1; no obstante, se trata de un proceso crónico por lo que no
justicaría un enterramiento inusual en respuesta a un contagio. Asimismo, ha de tener-
se en cuenta el análisis del tipo de enterramiento que muestra que no se trata de una fosa
común y los cuerpos habían sido colocados con cuidado siguiendo los patrones cristianos
de la época. En base a tal armación, fuese o no la causa de dichos enterramientos un
proceso contagioso, este no parece haber alterado el ritual de inhumación.
El hecho de que todos los individuos estudiados hayan sido determinados como
probablemente masculinos puede ser consecuencia del tamaño muestral o tratarse de
un área de enterramiento masculino, compuesta por ejemplo por hombres de religión
o militares. A pesar de que el carácter militar del asentamiento sugiere la existencia de
una comunidad exclusivamente integrada por hombres, existen varias evidencias de la
presencia de mujeres, bien por razones de parentesco, de trabajo o forzadas. Con res-
pecto al primer caso, el casamiento entre miembros de la nobleza y la burguesía era una
práctica habitual (SÁNCHEZ SÁNCHEZ 2010); en concreto las fuentes documentales
aportan el nombre María González, procedente de una familia burguesa de Compostela,
primera mujer del último tenente de A Rocha, Álvaro Sánchez de Ávila. En relación al
trabajo, la tercera cerca de la fortaleza estaba integrada por un complejo de casas y casa-
les utilizadas como espacios de producción (FERNÁNDEZ ABELLA 2014), donde pro-
bablemente vivían familias enteras cuya actividad cubría las demandas de la comunidad
emplazada en A Rocha Forte. Los hallazgos arqueológicos han descubierto, además de
agujas del pelo, objetos como fusayolas empleados para el hilado y el tejido, actividades
frecuentemente desempeñadas por mujeres. Finalmente, existen algunas referencias de
su presencia forzada, en concreto en el pleito de Tabera-Fonseca se indica el rapto de
varias mujeres desde la fortaleza (vid. RODRÍGUEZ GONZÁLEZ 1984). Por lo tanto, a
pesar de que la actividad principal la fortaleza de A Rocha demandase un mayor número
de hombres, no existen razones que indiquen la ausencia de mujeres enterradas.
La fortaleza de A Rocha parece haber estado surtida de una importante variedad de
alimentos, incluyendo pescados y mariscos. Durante las excavaciones se han hallado va-
rios restos de bivalvos y un número elevado de huesos de peces marinos, en concreto mu-
cha abundancia de sardina (BEJEGA GARCÍA et al. 2013). En el análisis de la muestra
de sedimento de la zona torácica del enterramiento de la tumba1 se han encontrado to-
litos, primariamente de tipo Pooideae, y en una proporción menor al 5% de Panicoideae,
que podrían relacionare con los restos digestivos del contenido esofágico (PORTILLO
et al. 2013). La limitación del muestro ante la falta de sedimentos no asociados al in-
humado para su contrastación hace que debamos tomar esta interpretación con cautela
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
en la fortaleza Bajomedieval de A Rocha Forte, Santiago de Compostela 275
Condiciones de vida reconstruidas mediante el estudio de los restos humanos hallados 275
(PORTILLO et al. 2013). En el yacimiento se han encontrado un conjunto muy parco de
restos carpológicos entre los que se han identicado granos de centeno (Secale cereale)
y una semilla de mijo (Panicum miliaceum) (TEIRA BRIÓN 2013); sin embargo, en las
fuentes documentales se menciona frecuentemente el pago de las rentas al celero de la
Rocha en cereales (vid. RODRÍGUEZ GONZÁLEZ 1995). El estudio paleopatológico no
revela ninguna enfermedad metabólica ni signos de estrés alimenticio en la edad adulta,
aunque sí signos de estrés en la infancia. La hipoplasia de esmalte y las líneas de Harris
observadas en el individuo de la tumba 1 son indicadores no especícos de estrés, es decir
marcas de diferentes retrasos o parones en el proceso normal de crecimiento(ORTNER
1999). Tanto la formación del esmalte dentario como la osicación diasaria ocurren
principalmente en las dos primeras décadas de vida, por lo que este individuo sufrió más
de tres periodos de estrés durante su infancia-adolescencia. Es difícil designar una única
causa a estos retrasos, ya que pudieron desencadenarse por un estrés ambiental, escasez
de alimentos o debido a enfermedades como infecciones (entre otros PLATT et al. 1962;
GOODMAN et al. 1990). No se puede armar que este individuo se criase en la fortaleza,
por tanto, no es posible vincular el posible estrés nutricional a la variedad de alimentos
hallada en la misma.
conclusIones
Durante el año 2013, los trabajos arqueológicos en la zona este de la fortaleza medieval
de A Rocha Forte descubrieron parte de una posible necrópolis de la que no se tenía noti-
cia. No ha han hallado por el momento restos constructivos de ningún edicio religioso,
aunque es posible que hubiese una capilla dentro, cerca de una de las torres. Dicho ce-
menterio estuvo en uso durante un periodo corto durante el siglo XIV: se sitúa entre una
reforma constructiva posiblemente la realizada por Berenguel de Landoira –quizás entre
1320 y1330–, y el depósito de desechos alimenticios que indican su amortización. No se
percibe una continuidad temporal en la funcionalidad del espacio en el siglo XV. Poste-
riormente, la deposición de un gran proyectil de trabuco sobre uno de los enterramientos
causó graves alteraciones tafonómicas por presión postmortem en los restos esqueléticos
de una de las tumbas.
Los restos descubiertos hasta el día de hoy pertenecen a tres enterramientos indivi-
duales en posición primaria. Estos se corresponden a tres individuos jóvenes probable-
mente masculinos (un adolescente y dos adultos), los cuales fueron enterrados directa-
mente sin caja o sepulcro. La disposición de los cuerpos es característica de los rituales
cristianos: posición decubito supino en sentido Oeste-Este con los brazos estirados y las
manos situadas sobre el vientre o caderas. La ausencia de lápida o sepulcro es interpre-
tada como su pertenencia probable a un estrato social poco privilegiado. A pesar de que
en los relatos históricos se hace referencia constante a la condición militar y de control
de la fortaleza, la interpretación de los restos arqueológicos sugiere la presencia de di-
versos estratos sociales bajos y/o no relacionados con dicha condición militar (artesanos,
campesinos, etc.).
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
276 Olalla López-Costas, Andrés Teira Brión
Aunque no se ha podido determinar la causa de la muerte, se han hallado marcas
paleopatológicas que permiten reconstruir aspectos de la vida de estas tres personas.
Uno de los individuos presentaba marcas que apuntan a la existencia de un trabajo físi-
co intenso en vida, mientras que otro mostraba indicadores de haber soportado varios
periodos de estrés durante la infancia y adolescencia (líneas de Harris e hipoplasia de es-
malte). Este último sujeto mostraba una osteítis en la cara interna de una de sus costillas,
compatible con una enfermedad infecciosa crónica a nivel pulmonar (probablemente tu-
berculosis). Dichos datos son consistentes con las condiciones de vida duras imperantes
en las sociedades de la era preantibiótica.
Las características de los enterramientos y su omisión en las fuentes históricas sugie-
ren la posibilidad de que se tratase de enterramientos de carácter excepcional (p.ej. de
carácter violento o epidémico), en contra de la existencia de un cementerio bien estable-
cido. No obstante, no se han encontrado marcas en el estudio tafonómico que apunten
hacia inhumaciones poco cuidadas o enterramientos fuera del ritual imperante en esos
siglos. Con respecto al estudio paleopatológico, los sucesos epidémicos están causados
por procesos agudos que no dejan marcas en los esqueletos. Por todo ello, consideramos
que esta argumentación tiene un carácter preliminar, a la espera de que las nuevas exca-
vaciones en la fortaleza revelen más información sobre este yacimiento excepcional y su
necrópolis asociada.
agradecIMIentos
Esta investigación fue llevada a cabo bajo los proyectos de investigación GPC2014/009
y R2014/001 de la Xunta de Galicia. La primera rmante del artículo está nanciada
mediante el Plan Galego I2C mod. A con el proyecto “Estudo da inuencia da dieta e
os cambios climáticos no impacto das enfermidades infecciosas (tuberculose e brucelo-
se) en sociedades pretéritas”. Agradecemos a Miguel C. Botella López, Lluis Lloveras y
Carme Rissech sus aportaciones durante el estudio tafonómico. En una intervención de
la complejidad de la de 2013 son muchas las personas a las que agradecer su participa-
ción, entre ellas las que han estado más relacionadas con el objeto de este texto: Aldara
Rico Rey por sus consejos e indicaciones en la excavación, registro y tratamiento de los
enterramientos en campo; Siobhan Duffy por las primeras indicaciones sobre los restos
óseos; e Israel Picón Platas, y por extensión a A Citania Arqueoloxía S.L., por las todas
las facilidades dadas para su publicación.
BIBlIografía
ALEMAN, I., BOTELLA, M.C. y RUIZ, L. 1997. “Determinación del sexo en el esqueleto postcraneal.
Estudio de una población mediterránea actual”. Archivo Español de Morfología 2, pp. 7-17.
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
en la fortaleza Bajomedieval de A Rocha Forte, Santiago de Compostela 277
Condiciones de vida reconstruidas mediante el estudio de los restos humanos hallados 277
ANDRADE CERNADAS, J.M. 2005. “Los testamentos como reejo de los cambios de actitud ante la
muerte en la Galicia del siglo XIV”. Sémata 17(Journal Article), pp. 97-114.
ARMAS CASTRO, J. 1992. Pontevedra en los siglos XIII a XV, conguración y desarrollo de una villa
marinera en la Galicia Medieval. Fundación Pedro Barrié de la Maza Conde de Fenosa, Pontevedra.
ARMAS CASTRO, J. 2003. “El aanzamiento de la realidad urbana despues del año mil”.En:Portela
Silva, E. (ed.).Historia de la ciudad de Santiago de Compostela. Universidade de Santiago de
Compostela, Santiago de Compostela, pp. 81-126.
AUFDERHEIDE, A.C. y RODRÍGUEZ-MARTÍN, C. 1998. The Cambridge encyclopedia of human pa-
leopathology. Cambridge University Press.
BARKER, P. 1977. Techniques of Archaeological Excavation. Universe Books, London
BARROS, C. 1991. “Violencia y muerte del señor en Galicia a nales de la Edad Media”. Studia histori-
ca: Historia Medieval 9(Journal Article), pp. 111-157.
BEJEGA GARCÍA, V., GONZÁLEZ GÓMEZ DE AGÜERO, E. y FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, C. 2013.
Análisis zooarqueológico e industria ósea de a Rocha Forte (Santiago de Compostela – A Coru-
ña). Informe preliminar, campaña 2013. Universidad de León, León.
BERRY, A.C. y BERRY, R.J. 1967. “Epigenetic variation in the human cranium”. Journal of Anatomy
101(2), pp. 361-379.
BLANCO FREIJEIRO, A., FUSTÉ ARA, M.E. y GARCIA ALEN, A. 1961. “La necrópolis galaico-romana
de La Lanzada (Noalla, Pontevedra), I”. Cuadernos de Estudios Gallegos 16, pp. 141-158.
BLANCO FREIJEIRO, A., FUSTÉ ARA, M.E. y GARCIA ALEN, A. 1967. “La necrópolis galaico-romana
de La Lanzada (Noalla, Pontevedra), II”. Cuadernos de Estudios Gallegos 22, pp. 5-23, 129-155.
BOTELLA, M.C., ALEMAN, I. y GARCÍA, C.J. 2001. “Marcas en los huesos humanos”. En:Campillo, D.
(ed.). Introducción a la paleopatología. Bellaterra, Barcelona, pp. 408-420.
BÓVEDA FERNÁNDEZ, M.J. 2013. Actuación de escavación, restauración e estudo do castelo de A
Rocha Forte. Santiago de Compostela, Santiago de Compostela. Memoria.
BROCK, F., HIGHAM, T. y RAMSEY, C.B. 2010. “Pre-screening techniques for identication of sam-
ples suitable for radiocarbon dating of poorly preserved bones”. Journal of archaeological science
37(4), pp. 855-865.
BROTHWELL, D.R. 1981. Digging Up Bones. The excavation, treatment and study of human skeletal
remains. Oxford University Press. British Museum,Oxford.
BUIKSTRA, J.E. y UBELAKER, D.H. Eds. 1994.Standards for data collection from human skeletal
remains : proceedings of a seminar at the Field Museum of Natural History, organized by Jo-
nathan Haas (Vol. 44). Arkansas Archeological Survey Research Series. Fayetteville, Ark.
CAMPILLO, D. 2001. Introducción a la paleopatología. Bellaterra arqueología,Barcelona.
CARRO OTERO, J. 1971. Anatomía antropológica antigua del Pueblo Gallego: Siglos I al VII d.C.
Tesis doctoral. Facultad de Medicina. Universidad de Santiago de Compostela, Santiago de Com-
postela.
CASAL GARCÍA, R., ACUÑA CASTROVIEJO, F. y RODRÍGUEZ RESINO, A. 2009. “A evolución arqui-
tectónica dun castelo baixomedievalo caso da Rocha Forte”. Gallaecia 28, pp. 199-212.
CASAL, R., ACUÑA, F., VIDAL, L., NODAR, C. y GONZÁLEZ, G. 2006. “Fortaleza medieval de a Rocha
Forte (Santiago de Compostela)- campaña de 2005”. Gallaecia 25, pp. 147-171.
CASAL, R., ACUÑA, F., VIDAL, L., NODAR, C., RODRÍGUEZ, A. y ALLES, M.J. 2005. “La fortaleza de
a Rocha Forte (Santiago de Compostela)- campaña de 2004”. Gallaecia 24, pp. 193-218.
CASAL, R., ACUÑA, F., VIDAL, L., RODRÍGUEZ, A. y NODAR, C. 2004. “La fortaleza de “la Rocha
Forte” (Santiago de Compostela): trabajos arqueológicos 2002-2003”. Gallaecia 23, pp. 195-204.
CHHEM, R.K. y BROTHWELL, D.R. 2008. Paleoradiology. Imaging mummies and fossils. Springer
Berlin Heidelberg New York.
DÍAZ Y DÍAZ, M.C. 1983. Hechos de Don Berenguel de Landoira. Arzobispo de Santiago. Universidad
de Santiago de Compostela,Santiago de Compostela.
FERNÁNDEZ ABELLA, D. 2014. “El castillo de A Rocha Forte, un ejemplo para el estudio de la guerra
bajomedieval”. Roda da Fortuna 3(1-1), pp. 225-256.
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
278 Olalla López-Costas, Andrés Teira Brión
GOODMAN, A.H. y ROSE, J.C. 1990. “Assessment of systemic physiological perturbations from dental
enamel hypoplasias and associated histological structures”. American Journal of Physical Anthro-
pology 33(S11), pp. 59-110.
GUSTAFSON, G. y KOCH, G. 1974. “Age estimation up to 16 years based on dental development”.
Odontologisk Revy 25, pp. 297-305.
HARRIS, E.C. 1991.Principios de estratigrafía arqueológica.Crítica, Barcelona.
HAUSER, G. y DE STEFANO, G.F. 1989. Epigenetic Variants of the Human Skull. Schweizerbart,
Stuttgart.
ISCAN, M.Y. 1991. “The aging process in the rib- An analysis of sex-related and race-related morpho-
logical variation”. American Journal of Human Biology 3(6), pp. 617-623.
ISCAN, M.Y., LOTH, S.R. y WRIGHT, R.K. 1984. “Metamorphosis at the sternal rib end - A new method to
estimate age at death in white males”. American Journal of Physical Anthropology 65(2), pp. 147-156.
JURMAIN, R. y VILLOTTE, S. 2010. Terminology - Entheses in medical literature: a brief review.
Document composed in 18th January following the Workshop in Musculoskeletal Stress Markers
(MSM): limitations and achievements in the reconstruction of past activity patterns University
of Coimbra, July 2-3, 2009. Coimbra, CIAS.http://www.uc.pt/en/cia/msm/MSM_terminology3.
LOCKER, D. 2007. “Self-reported dental and oral injuries in a population of adults aged 18–50 years”.
Dental Traumatology 23(5), pp. 291-296.
LOPEZ-COSTAS, O. 2010. “Los esqueletos de A Capela do Pilar en la catedral de Lugo”.En:Gutiérrez-
Redomero, E., Sánchez Andrés, Á. y Galera Olmo, V. (ed.). Diversidad humana y antropología
aplicada. Congreso XVI de la SEAF. Alcalá de Henares-2009, pp. 509-518.
LÓPEZ-COSTAS, O. 2012. Antropología de los restos óseos humanos de Galicia: estudio de la pobla-
ción romano y medieval gallega. Doctoral thesis. University of Granada, Granada, pp. 555.
LÓPEZ GONZÁLEZ, L.F. y LÓPEZ MARCOS, M.Á. 2009. Acondicionamento, escavación arqueolóxi-
ca e restauración do castelo da Rocha Forte. Memoria.
MÁRQUEZ-GRANT, N., RISSECH, C., LOPEZ-COSTAS, O., ALEMÁN, I. y CARO DOBÓN, L. 2011.
“Spain/España”. En: Márquez-Grant, N.yFibiger, L. (ed.). The Routledge Handbook of Archaeo-
logical Human Remains and Legislation: an international guide to laws and practice in the ex-
cavation, study and treatment of archaeological human remains. Routledge, Taylor and Francis
group, London, pp. 423-438.
MARTÍN SEIJO, M. 2013. Análise xilo-antracolóxica e morfotecnolóxica das manufacturas en ma-
deira da Rocha Forte (Santiago de Compostela, A Coruña). Campaña 2013, Santiago de Compos-
tela. Informe.
MARTÍNEZ CORTIZAS, A., KAAL, J. y COSTA-CASAIS, M. 2009. “Human activities and Holocene
environmental change in NW Spain”. En: Sanchez Díaz, J. y Asins Velis, S. (ed.).Control de la
degradación de los suelos y cambio global. IV Simposio sobre control de la degradación de suelos
y cambio global Departamento de Planicación Territorial, CSIC, Valencia, pp. 193-208.
MARTÍNEZ GIL, F. 1996. La muerte vivida: muerte y sociedad en Castilla durante la Baja Edad
Media. Diputación Provincial de Toledo, Universidad de Castilla-La Mancha, Toledo.
MATOS, V. y SANTOS, A.L. 2006. “On the trail of pulmonary tuberculosis based on rib lesions: Results
from the human identied skeletal collection from the Museu Bocage (Lisbon, Portugal)”. Ameri-
can Journal of Physical Anthropology 130(2), pp. 190-200.
MCKINLEY, J.I. 2004. “Compiling a skeletal inventory: disarticulated and co-mingled remains”.
En:Brickley, M.yMckinley, J.I. (ed.). Guidelines to the standards for recording human remains.
BABAO, Dept. of Archaeology, University of Southampton. Institute of Field Archaeologists, Uni-
versity of Reading, pp. 14-17.
MILES, A.E.W. 2001. “The Miles method of assessing age from tooth wear revisited”. Journal of Ar-
chaeological Science 28, pp. 973-982.
ORTNER, D.J. 1999. “Paleopathology: implications for the history and evolution of tuberculosis”.En:
Pál, G., Dutour, O., Deák, J.yHutás, I. (ed.). Tuberculosis: Past and Present. Golden Book and
Tuberculosis Foundation, Budapest, Szeged, pp. 255-262.
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
en la fortaleza Bajomedieval de A Rocha Forte, Santiago de Compostela 279
Condiciones de vida reconstruidas mediante el estudio de los restos humanos hallados 279
PARKER-PEARSON, M. 2003. The archaeology of death and burial. The History Press.
PAZ RODRÍGUEZ, S. 2011. “Estudo antropolóxico da necrópole”.En:Rodríguez Cao, C. (ed.).A Domus
do Mitreo, catálogo da exposición. Vicerreitoría de Extensión Universitaria, Cultura e Sociedade,
Vicerreitoría de Coordinación e Planicación do Campus de Lugo. Universidade de Santiago de
Compostela, Lugo, pp. 102-111.
PLATT, B.S. y STEWART, R.J.C. 1962. “Transverse trabeculae and osteoporosis in bones in experi-
mental protein-calorie deciency”. British Journal of Nutrition 16, pp. 483-495.
PORTELA SILVA, E., PALLARES MÉNDEZ, M.C. y SÁNCHEZ SÁNCHEZ, X. 2004. Rocha Forte. El
castillo y su historia. Xunta de Galicia,Santiago de Compostela.
PORTILLO, M. y ALBERT, R.M. 2013. Análisis de tolitos sobre muestras de sedimento procedentes
de la fortaleza de A Rocha Forte (Santiago de Compostela), Barcelona. Informe.
REIMER, P.J., BARD, E., BAYLISS, A., BECK, J.W., BLACKWELL, P.G., RAMSEY, C.B., VAN DER
PLICHT, J. 2013. “IntCal13 and Marine13 Radiocarbon Age Calibration Curves 0–50,000 Years
cal BP”. Radiocarbon 55(4), pp. 1869-1887.
RISSECH, C., LÓPEZ-COSTAS, O. y TURBÓN, D. 2013. “Humeral development from neonatal period
to skeletal maturity—application in age and sex assessment”. International Journal of Legal Me-
dicine 127, pp. 1-12.
RISSECH, C., SCHAEFER, M. y MALGOSA, A. 2008. “Development of the femur—Implications for
age and sex determination”. Forensic Sci. Int. 180, pp. 1-9.
ROBERTS, C. y MANCHESTER, K. 2005. The archaeology of disease. Sutton publishing,Phoenix Mill,
Thrupp, Stroud, Gloucestershire.
ROBERTS, C.A. 2009. Human remains in archaeology: a handbook. Council for British Archaeology,
York.
RODRÍGUEZ COLMENERO, A. 1985. “Excavaciones arqueológicas en Ouvigo, Blancos (Orense )”.
Noticiario arqueológico hispánico 24, pp. 263-388.
RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, Á. 1984. Las fortalezas de la Mitra compostelana y los “Irmandiños”. Fun-
dación Pedro Barrié de la Maza Conde de Fenosa, A Coruña.
RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, Á. 1995. O Tumbo Vermello de D. Lope de Mendoza. Centro Superior de
Investigaciones Cientícas, Santiago de Compostela. 23, pp. 323.
SAFONT MAS, S. 2003. “Métodos antropológicos usados en paleopatología”.En:Isidro, A.yMalgosa, A.
(ed.).Paleopatología.La enfermedad no escrita. Masson, Barcelona, pp. 33-46.
SAFONT, S., MALGOSA, A. y SUBIRA, M.E. 2000. “Sex assessment on the basis of long bone cir-
cumference”. American Journal of Physical Anthropology 113(3), pp. 317-328.
SÁNCHEZ SÁNCHEZ, X. 2007. “La fortaleza de Rocha Forte. Un castillo concéntrico en las corrientes
constructivas europeas del siglo XIV”. Compostellanum 52(3-4), pp. 603-632.
SÁNCHEZ SÁNCHEZ, X. 2010. “Don Álvaro Sánchez de Ávila, tenente de Rocha Forte, o la nobleza
gallega bajo-medieval en la transición hacia la modernidad”. Cuadernos de Estudios Gallegos 58
(123), pp. 91-193.
SÁNCHEZ SÁNCHEZ, X. 2011. “La fortaleza de A Rocha Forte como simbolo del poder político del ar-
zobispado de Santiago de Compostela en la Galicia Medieval (siglos XIII-XV)”. Castillos de España
164-165-166(Journal Article), pp. 68-76.
SANTOS, A.L. y ROBERTS, C.A. 2006. “Anatomy of a serial killer: Differential diagnosis of tuber-
culosis based on rib lesions of adult individuals from the Coimbra identied skeletal collection,
Portugal”. American Journal of Physical Anthropology 130(1), pp. 38-49.
SCOTT, G.R. y WINN, J.R. 2011. “Dental chipping: Contrasting patterns of microtrauma in inuit and
European populations”. International Journal of Osteoarchaeology 21(6), pp. 723-731.
SERRULLA RECH, F. 1989. “54. Estudio antropolóxico dun sepulcro situado na acrópole de Monterrei
(Albarellos de Monterrei, Ourense)”. Arqueoloxía. Informes 3, pp. 269-270.
SUÁREZ OTERO, X. 1997. “Sobre las laudas de doble estola en Santiago de Compostela e Iria Flavia:
Apuntes cronológicos e iconográcos”. Abrente 29(Journal Article), pp. 41-77.
GALLÆCIA 33: 257-280 • 2014 • ISSN: 0211-8653
280 Olalla López-Costas, Andrés Teira Brión
TEIRA BRIÓN, A. 2013. Análise carpolóxica de mostras de A Rocha Forte 2013 (Santiago de Compos-
tela), Santiago de Compostela. Informe.
TYRELL, A. 2000. “Skeletal non-metric trails and the assessment of inter- and intra-population
diversity:past problems and future potential”. En: Cox, M.yMays, S. (ed.). Human Osteology In
Archaeology and Forensic Science. Cambridge University Press, Cambridge, pp. 289-306.