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Nutr Hosp. 2015;32(3):1334-1343
ISSN 0212-1611 • CODEN NUHOEQ
S.V.R. 318
Original / Otros
Hábitos alimentarios, sobrecarga ponderal y autopercepción del peso en el
ámbito escolar
Juan Diego Hernández Camacho1, María Rodríguez Lazo1, Patricia Bolaños Ríos1,
Inmaculada Ruiz Prieto1 e Ignacio Jáuregui-Lobera1,2
1Instituto de Ciencias de la Conducta, Sevilla. 2Área de Nutrición y Bromatología, Universidad Pablo de Olavide, Sevilla.
España.
Resumen
Introducción: en los últimos tiempos se ha observa-
do un aumento exponencial de las tasas de sobrepeso y
obesidad en la población infanto-juvenil, a la vez que un
abandono del patrón alimentario mediterráneo. Además,
gran parte de la población adolescente autopercibe erró-
neamente su peso.
Objetivos: analizar la prevalencia de exceso de peso, la
autopercepción del peso y los hábitos alimentarios en una
muestra infanto-juvenil. Buscar relaciones entre dichas
variables y el bienestar psicosocial.
Método: 87 alumnos de la ESO participaron volunta-
riamente en el proyecto mediante la cumplimentación de
cuestionarios y la recogida de peso y talla tanto reales
como autopercibidos.
Resultados: un 28,73% de la muestra presentaba so-
brepeso y un 9,19% obesidad. El 27,48 % del total de los
encuestados autopercibía erróneamente su peso y única-
mente la cuarta parte de la muestra presentó un patrón
alimentario mediterráneo correcto. Se obtiene una ma-
yor frecuencia de control del peso a medida que la auto-
percepción de este aumenta.
Discusión y conclusiones: gran parte de la muestra
subestima su peso y existe una posible asociación entre la
ausencia de desayuno y mayores tasas de exceso de peso
infanto-juvenil. Se observa un aumento progresivo de la
prevalencia de sobrepeso y obesidad en adolescentes, así
como la necesidad de implementar labores de educación
nutricional tras analizar sus hábitos alimentarios.
(Nutr Hosp. 2015;32:1334-1343)
DOI:10.3305/nh.2015.32.3.9351
Palabras clave: Hábitos alimentarios. Sobrepeso. Obesi-
dad. Autopercepción del peso. Dieta mediterránea.
EATING HABITS, EXCESS WEIGHT AND
WEIGHT SELF-PERCEPTION AT SCHOOL
Abstract
Introduction: in the last years the rates of overweight
and obesity in adolescents have been increasing
simultaneously with a progressive abandon of the
Mediterranean dietary patterns. In addition many
adolescents misperceive their weight.
Objectives: to analyse the prevalence of overweight/
obesity, to assess the self-perception of weight and to
explore the eating habits in a child and adolescent
sample. The relationship among these variables and the
influence on the psychosocial wellbeing are also analysed.
Method: a total of 87 secondary school students
participated in this project. Weight and height were
obtained, the self-perceived weight was assessed and a
series of questionnaires were applied in order to explore
the participants´ wellbeing.
Results: 28.73% of the sample had overweight and
9.19% obesity, 27.48% of the students misperceived
their weight and only a quarter of the sample had a
proper Mediterranean dietary pattern. The frequency
of weight control was related positively with a higher
weight perception.
Discussion and conclusions: many participants
underestimated their weight and a possible association
between overweight/obesity and skipping breakfast was
observed. A progressive increase in the prevalence of
overweight and obesity in adolescents is confirmed and
the need to implement nutrition education programs
after analyzing the eating habits is proposed.
(Nutr Hosp. 2015;32:1334-1343)
DOI:10.3305/nh.2015.32.3.9351
Key words: Eating habits. Overweight. Obesity. Weight
self-perception. Mediterranean diet.
Correspondencia: Ignacio Jáuregui-Lobera.
Fernando IV, 24-26.
Seville 41011, Spain.
E-mail: igjl@upo.es & ijl@tcasevilla.com
Recibido: 5-VI-2015.
Aceptado: 8-VII-2015.
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Nutr Hosp. 2015;32(3):1334-1343Hábitos alimentarios, sobrecarga ponderal
y autopercepción del peso en el ámbito
escolar
Introducción
En el último medio siglo ha tenido lugar un aumento
exponencial de la prevalencia de obesidad infantil y
además se ha observado una disminución de la acepta-
ción social del sobrepeso y la obesidad1. La obesidad
incrementa el riesgo de diversas enfermedades cróni-
cas, que constituyen la principal causa de muerte, por
lo cual es necesario intervenir en la población infan-
to-juvenil, ya que en las primeras etapas de la vida se
es más susceptible a la modificación de los patrones
alimentarios para establecer unos hábitos alimentarios
y unas pautas de actividad física saludables, con ob-
jeto de disminuir la incidencia de estas enfermedades
en el futuro2. En los últimos años se observa una dis-
minución de la adherencia a la dieta mediterránea en
muchas familias, estableciéndose una relación inversa
con el exceso de peso en los hijos de dichas familias3.
Sobre la base de la Estrategia NAOS4 se pueden obser-
var los valores de sobrepeso y obesidad infanto-juvenil
en el ámbito nacional y que han oscilado entre 15,77
y 18,26% de sobrepeso y 13,76 y 15,15% de obesidad
entre 2001 y 2012.
Actualmente existe una percepción social negativa
de las personas obesas, atribuyendo a alguien una serie
de características negativas referidas a su personalidad
por presentar sobrepeso u obesidad5. Al mismo tiempo
se ha observado que las personas que padecen obesidad
tienen una percepción social más positiva de la obesi-
dad en cuanto a personalidad y forma de ser se refiere6.
La sobreestimación del peso es entendida como una
percepción errónea del peso frente al peso real, aso-
ciándose síntomas de depresión a la sobreestimación.
Los adolescentes que sobreestiman su peso presentan
una peor percepción de su imagen corporal lo que pue-
de repercutir tanto en sus patrones de actividad física y
alimentarios como en otras conductas no saludables7.
Se ha observado asimismo que personas que presentan
sobrepeso u obesidad y al mismo tiempo subestiman
su peso, presentan falta de interés hacía la adopción
de hábitos saludables y actividades relacionadas con la
pérdida de peso, posiblemente por falta de motivación
debida a la percepción errónea de su peso8. También se
ha demostrado que mujeres con exceso de peso y que
lo sobreestiman muestran una pérdida mayor o una ga-
nancia menor de peso a lo largo del tiempo en compa-
ración con quienes subestiman su peso9. Una posible
explicación sería que la percepción de exceso de peso
habría ayudado a conseguir el objetivo de pérdida de
peso o una ganancia menor mientras que quienes pre-
sentaron una subestimación quizás no tuvieron la sufi-
ciente motivación para controlar o perder peso.
Los adolescentes presentan mayor probabilidad de
subestimar su peso mientras que las adolescentes pre-
sentan una mayor probabilidad de sobrestimarlo10. Se
ha observado una relación entre la sobrestimación en
adolescentes de ambos sexos y síntomas depresivos en
la edad adulta, así como problemas de salud mental,
relación mayor en mujeres que en hombres, por lo que
sería de gran interés una intervención preventiva en la
adolescencia ante una percepción errónea del peso11.
Incluso se han llegado a correlacionar pensamientos
suicidas o intentos de suicidio con la percepción del
peso y el Índice de Masa Corporal (IMC), obtenién-
dose como resultado que la percepción del peso es un
factor mucho más importante que el peso o el IMC en
la aparición de una conducta suicida12. También se han
visto diferencias respecto al sexo en la asociación de la
percepción del peso con pensamientos suicidas, siendo
más frecuente en mujeres.
Sobre la base de todo lo mencionado anteriormente
los objetivos del presente trabajo han sido: a) analizar
la prevalencia de sobrepeso y obesidad infanto-juve-
nil y la autopercepción del peso en una muestra infan-
to-juvenil; b) evaluar la relación entre la prevalencia
de sobrepeso-obesidad y la autopercepción del peso
con la realización de conductas de riesgo para el con-
trol del mismo; c) analizar los hábitos alimentarios en
la muestra estudiada; y d) analizar la relación entre la
autopercepción del peso y el bienestar psicosocial (ni-
vel de autoestima, restricción cognitiva, ingesta emo-
cional, ingesta descontrolada y posibles trastornos de
la conducta alimentaria) y hábitos alimentarios.
Materiales y métodos
Participantes
Fueron invitados a participar 225 alumnos de los
cuatro cursos de ESO de un Centro Educativo de Se-
villa. De ellos, 87 respondieron de forma afirmativa
aportando su consentimiento informado. Todos los
participantes eran varones, debido a que el Centro no
es mixto. La recogida de datos tuvo lugar durante una
semana en el horario lectivo dedicado a tutorías.
Instrumentos
Cuestionario de autopercepción del peso
Se evaluó mediante la pregunta: “Con relación a tu
peso, ¿cómo consideras que es tu situación actual?”.
Las posibles respuestas son: a) “muy por debajo de
mi peso”; b) “ligeramente por debajo de mi peso”; c)
“más o menos en mi peso”; d) “ligeramente por enci-
ma de mi peso”; y e) “muy por encima de mi peso”.
Como en estudios previos13,14 se valoró como subes-
timación aquellos encuestados que, presentando nor-
mopeso, se autopercibían como “muy por debajo de mi
peso” o “ligeramente por debajo de mi peso” y aque-
llos participantes que, presentando sobrepeso u obe-
sidad, se autopercibían como “muy por debajo de mi
peso”, “ligeramente por debajo de mi peso” o “más o
menos en mi peso”. Se valoró como sobreestimación a
aquellos que presentando normopeso se autopercibían
como “ligeramente por encima de mi peso” o “muy
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por encima de mi peso”. Se valoró como una adecuada
percepción la de aquellos participantes que presentan-
do bajo peso se autovaloraron como “muy por debajo
de mi peso” o “ligeramente por debajo de mi peso”,
aquellos que encontrándose en normopeso se autoper-
cibían como “más o menos en mi peso” y por último a
los participantes que presentando sobrepeso-obesidad
se consideraban como “ligeramente por encima de mi
peso” o “muy por encima de mi peso”.
Cuestionario de autopercepción de la forma física
Siguiendo la metodología de estudios anteriores13,14
se valoró a través de la cuestión: “Con relación a tu
forma física, ¿cómo consideras que es tu situación
actual?”, siendo las posibles respuestas: a) “mala”; b)
“regular”; c) “normal”; d) “buena”; y e) “excelente”.
Realización de dieta
Al igual que en estudios previos13,14 se valoró si los
encuestados se encontraban haciendo dieta (si/no), el
motivo por el que la realizaban (perder peso, colesterol
elevado, alguna enfermedad, intolerancias o alergias,
verte mejor), si su realización había tenido lugar por
recomendación médica (si/no) y el origen de dicha die-
ta (profesional médico, dietista-nutricionista, autoim-
puesta o alguna fuente conocida). En el caso de que
no estuvieran realizando dieta se les preguntaba si se
plateaban realizarla en el futuro en lugar de realizarla
en ese momento (si/no) o si habían pensado alguna vez
realizar dieta para disminuir peso por razones estéticas.
Control del peso corporal
Se les preguntó acerca de la frecuencia con que se
pesaban, siendo las respuestas: a) “varias veces al día”;
b) “una vez al día”; c) “varias veces a la semana”; d)
“una vez a la semana”; y e) “ocasionalmente”. Tam-
bién se les preguntó sobre “¿Cuál es el motivo de pe-
sarse?”, siendo las posibles respuestas: a) “controlar
mi peso”; b) “no engordar”; y c) “sentirme mejor”.
Escala de siluetas corporales de Stunkard et al.
Se les indicó a los encuestados que señalaran en una
escala de siluetas corporales con qué imagen corpo-
ral se sentían más identificados. Para ello se utilizaron
nueve siluetas que corresponden a un rango de IMC
entre 17 y 27, numeradas de uno a nueve15.
Índice de Masa Corporal (IMC)
Se obtuvo mediante la relación del peso (kg) dividido
por la altura del encuestado elevado al cuadrado (m²).
Además se determinó el IMC autoinformado a partir
del peso y la talla autopercibidos. Se utilizó una balanza
Sensa con 0,1kg de precisión y una capacidad máxima
de 150 kg y una cinta métrica de antropometría situada
sobre la pared. Las medidas se realizaron con el indivi-
duo descalzo con los bolsillos vacíos, en posición bípe-
da y con la cabeza colocada sobre el plano de Frankurt.
Cuestionario Eating Disorders Inventory-26 (EAT-26)
Se trata de una herramienta de cribado de trastornos
de la conducta alimentaria (TCA) en la población ge-
neral, siendo una versión corta del EAT-40. Consta de
26 ítems, los cuales son valorados a través de una esca-
la tipo Likert de 6 posibles respuestas. La puntuación
va de 0 a 78, siendo el punto de corte 20, entendiendo
como población de riesgo aquellas puntuaciones por
encima de 30 y como posible caso clínico puntuacio-
nes superiores a 5016.
Cuestionario Three Eating Factors Questionnaire-
R18-SP (TEFQ-R18-SP)
Este cuestionario constituye una versión abreviada
del original TEFQ de 51 ítems. Valora tres aspectos
diferentes de la conducta alimentaria: la restricción
cognitiva, la ingesta descontrolada y la ingesta emo-
cional. El cuestionario está formado por 18 ítems con
4 posibles respuestas, que se cuantifican como 1 (Muy
de acuerdo), 2 (De acuerdo), 3 (En desacuerdo) y 4
(Muy en desacuerdo). La puntuación de cada una de
las subescalas se corresponde con la suma de deter-
minadas preguntas asociadas a una única subescala17.
Escala de autoestima Self Esteem Scale (SES) de
Rosenberg
Esta escala utiliza 10 ítems con una única respuesta
posible de tipo Likert. En cuanto al resultado, niveles
de autoestima más altos se relacionan con puntuacio-
nes más altas18.
Cuestionario Kidmed
Este cuestionario19 valora la adherencia a la die-
ta mediterránea. Consta de 16 cuestiones, la cuales
pueden responderse de forma afirmativa/negativa.
Las respuestas afirmativas que se correlacionan con
aspectos positivos suman 1 punto (preguntas 1-5,7-
11,13,15) y las respuestas afirmativas que representan
una correlación negativa (preguntas 6,12,14,16) restan
1 punto. La puntuación resulta en un valor conocido
como índice Kidmed, que se sitúa en tres categorías:
– Puntuación final ≥ 8: adherencia alta.
– Puntuación final 4-7: adherencia media.
– Puntuación final < 3: adherencia baja.
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Nutr Hosp. 2015;32(3):1334-1343Hábitos alimentarios, sobrecarga ponderal
y autopercepción del peso en el ámbito
escolar
Diseño y procedimiento
Los participantes fueron reclutados mediante mues-
treo no probabilístico intencional. Se invitó a partici-
par a los estudiantes de ESO del Centro Educativo.
La recogida de medidas antropométricas la realizaron
seis dietistas-nutricionistas correctamente entrenados.
También fueron los encargados de la supervisión y re-
solución de dudas durante la cumplimentación de los
cuestionarios.
El protocolo de recogida de datos fue aprobado por
el director del Instituto de Ciencias de la Conducta
de Sevilla y por el Director del Centro. El protocolo
de trabajo se realizó siguiendo las normas éticas del
Comité de Investigación correspondiente a la Decla-
ración de Helsinki. Todos los participantes, habían
entregado previamente el consentimiento informado
firmado por sus padres o tutores legales o en el caso de
que fueran mayores de edad por ellos mismos. Todos
participaron de forma voluntaria y sin recibir recom-
pensa alguna.
Análisis estadísticos
Los datos fueron tratados de forma anónima me-
diante un sistema de códigos y se analizaron en el pro-
grama estadístico SPSS versión 20. Se determinaron
las características de la muestra mediante estadísticos
descriptivos. Para analizar las diferencias entre varia-
bles categóricas se utilizaron análisis de proporciones
(Chi-cuadrado). Para detectar diferencias entre las dis-
tintas variables cuantitativas se llevó a cabo un ANO-
VA previa comprobación del ajuste de las variables a
la distribución normal mediante la prueba de Kolmo-
gorov-Smirnov. También se analizaron las correlacio-
nes entre diferentes variables mediante el coeficiente
de correlación de Pearson. Para los análisis utilizados
los niveles de significación usados fueron p<0,01 y
p<0,05.
Resultados
La edad media fue 13,52 ± 1,51 con un rango 12-18.
El 40,22% del total provenía de 1º de ESO, el 26,43%
de 2º de ESO, el 19,54% de 3º de ESO y el 13,79%
de 4º de ESO. El IMC medio fue 21,97 ± 4,04 y el
autopercibido 21,15 ± 4,13. El peso medio fue 57,93
kg ± 13,96 y el autopercibido 56,05 kg ± 13,73. La
correlación entre la percepción de peso y el peso real
fue 0,92 mientras que la correlación entre el IMC y el
IMC autopercibido fue 0,77.
En cuanto a la percepción del peso, el 6,89% se
autopercibió como “muy por debajo de mi peso”, el
5,74% como “ligeramente por debajo de mi peso”, el
51,72% como “más o menos en mi peso”, el 32,18%
como “ligeramente por encima de mi peso” y el 3,44%
como “muy por encima de mi peso”. El 2,29% se au-
topercibió con una forma física “mala”, el 22,98%
como “regular”, el 36,8% como “normal”, el 32,20%
“buena” y el 5,74% como “excelente”. El 9,19% del
total de la muestra realizaba dieta. El motivo que les
llevó a realizarla fue perder peso (62,50%), alguna
enfermedad (12,50%) y otros motivos (25%). De los
encuestados que realizaban dieta el 37,50% fue por re-
comendación médica mientras que el 62,50% no había
sido por recomendación médica. Respecto al origen de
las dietas el 50% habían sido prescritas por médicos, el
25% por dietistas-nutricionistas y el 25% habían sido
autoimpuestas.
La prevalencia se sobrepeso y obesidad se calculó
según el criterio de Cole20 con el cual se realiza una
adaptación del IMC en función de la edad y sexo hasta
18 años. Se observó que el 62,06% presentaba norma-
lidad, el 28,73% sobrepeso y el 9,19% obesidad. Tam-
bién se calculó la prevalencia de sobrepeso, obesidad
y bajo peso en función de las Tablas de Orbegozo21,
estableciéndose los puntos de corte en función de los
percentiles de IMC 85 (sobrepeso), 97 (obesidad) y 3
(bajo peso). Con dichas tablas el 65,51% presentaba
normalidad, el 27,58% sobrepeso y el 6,89% obesidad.
Tabla I
Distribución de las tasas de sobrepeso y obesidad en los distintos cursos
Curso Indicador
Cole Orbegozo
Sb Ob Sb Ob
Primero 37,14% 8,57% 34,28% 8,57%
Segundo 17,39% 17,39% 26,08% 8,69%
Tercero 11,76% 5,88% 5,88% 5,88%
Cuarto 50% 0% 41,66% 0%
Total 28,73% 9,19% 27,58% 6,89%
Sb: Sobrepeso; Ob: Obesidad
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En la tabla I puede observarse la distribución de la pre-
valencia de exceso de peso en los diferentes cursos es-
tudiados mediante los dos indicadores utilizados.
Realización de dieta y control de peso
El 14,94% se planteaba realizar dieta, mientras que
el 36,78% de los encuestados se había planteado rea-
lizar dietas por razones estéticas. El 2,29% se pesa-
ba diariamente, el 18,39% una vez a la semana y el
79,31% ocasionalmente. El principal motivo para pe-
sarse era “controlar mi peso” (66,66%), siendo otras
razones “no engordar” (9,19%), “sentirme mejor”
(5,74%) y “otros motivos” (18,39%).
Los pacientes que presentaban obesidad, según el
criterio de Cole, no realizaban dieta durante el período
de la recogida de datos, el 20% de los que presentaban
sobrepeso realizaban dieta así como el 5,56% de los
que se encontraban en normalidad ponderal.
Identificación con las siluetas corporales
El 5,74% se identificó con la figura corporal 1 (IMC
17), el 24,13% con la figura corporal 2 (IMC 19), el
28,73% con la figura 3 (IMC 21), el 22,98% con la
figura 4 (IMC 23), el 13,79% con la figura 5 (IMC
25) y el 4,59% con la figura 6 (IMC 27). La diferen-
te elección de siluetas se corresponde con diferencias
significativas en IMC (F=11,089; p<0,01). Especial-
mente hubo una diferencia significativa al comparar la
elección de la silueta 1 y las siluetas 5-6.
Cuestionario EAT-26
Respecto al cuestionario EAT-26, el 87,35% pre-
sentaba una puntuación inferior al punto de corte, el
9,19% presentaba una puntuación situada entre el pun-
to de corte y valor que se considera como población de
riesgo. Por último el 3,44% mostraba una puntuación
considerada como población de riesgo.
Escala de Autoestima (SES)
El 12,64% presenta un nivel bajo de autoestima, el
12,64% un nivel medio y el 74,71% un nivel elevado.
Cuestionario TEFQ-R18-SP
Las puntuaciones en las diferentes subescalas fue-
ron: a) restricción cognitiva: 16,80 ± 3,32; b) ingesta
descontrolada: 25,97 ± 6,06; y c) ingesta emocional:
10,23 ± 2,44.
Cuestionario Kidmed
En cuanto a la adherencia a la dieta mediterránea
se observó que el 12,64% presentaba adherencia baja,
el 60,91% adherencia media y el 26,43% adherencia
alta. El 81,60% consumía al menos una fruta diaria, el
34,48% tomaba una segunda fruta, el 58,62% ingería
una ración diaria de verduras y el 24,13% consumía
una segunda ración de verduras cada día. Mientras que
Fig. 1.—Relación entre la cla-
sificación según el criterio de
Cole y la autopercepción del
peso.
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Nutr Hosp. 2015;32(3):1334-1343Hábitos alimentarios, sobrecarga ponderal
y autopercepción del peso en el ámbito
escolar
el 49,42% consumía diariamente una ración de fruta
y una de verduras, el 14,94% ingería a diario dos fru-
tas y dos raciones de verduras. El 35,63% decía acudir
una vez o más veces a la semana a un restaurante de
comida rápida, el 13,79% no desayunaba, el 41,37%
desayunaba bollería industrial y el 34,48% tomaba ca-
ramelos y/o golosinas varias veces al día.
Autopercepción del peso
Como se ve en la figura 1, en cuanto a los que pre-
sentaban sobrepeso u obesidad (37,93% según el crite-
rio Cole) el 75,75% se autopercibía como “ligeramen-
te por encima de mi peso” o “muy por encima de mi
peso” mientras que el 24,25% no era consciente de su
exceso de peso. El 21,21% se autopercibía como “más
o menos en mi peso” y el 3,03% como “muy por deba-
jo de mi peso”. Además el 18,51% de los que presen-
taban normopeso se autopercibía como “ligeramente
por debajo de mi peso” o como “muy por debajo de mi
peso”. En resumen el 20,59% del total subestimaban
su peso. En cuanto a los encuestados que presentaban
un estado de normalidad (62,06%), el 11,11% de ellos
se autopercibía como “ligeramente por encima de mi
peso”, concluyendo que el 6,89% sobreestimaba su
peso (χ²=41,205; p<0,01).
En cuanto a la relación entre la autopercepción del
peso y la clasificación a través de las Tablas de Orbe-
gozo se encuentra que entre los que presentaban un ex-
ceso de peso el 23,33% se autopercibía como “muy por
debajo de mi peso” o “más o menos en mi peso”. De
aquellos que presentaban normopeso el 17,60% se au-
topercibió como “ligeramente por debajo de mi peso”
o como “muy por debajo de mi peso”. El 19,54% sub-
estimaba su peso. Entre quienes presentaban un estado
de normalidad un 14,03% se autopercibía como “lige-
ramente por encima de mi peso” o “muy por encima
de mi peso”. El 9,19% del total sobrestimaba su peso
corporal (χ²=38,82; p<0,01).
Frecuencia de control de peso
Como se ve en la figura 2, la totalidad de los encues-
tados que se pesaban a diario se autopercibían con ex-
ceso de peso. Entre quienes se pesaban semanalmente
el 50% se autopercibía con exceso de peso. De aquellos
que se pesaban ocasionalmente el 30,43% se autoper-
cibía con exceso de peso (χ²=18,264 p=0,019 p<0,05).
Asociaciones entre variables
Se relacionó la pregunta 6 del cuestionario Kidmed
(“Acude una vez o más a la semana a un centro de
comida rápida tipo hamburguesería”) con la autoper-
cepción del peso (χ²=0,717 y p<0,1). También se re-
lacionó la pregunta 3 del cuestionario Kidmed (“Toma
verduras regularmente una vez al día”) y la autoper-
cepción del peso (χ²=0,469 y p<0,05).
Relación entre estado ponderal (Cole) y planes de
realización de dieta
Como se observa en la figura 3, entre los participan-
tes que presentaban un estado de normalidad el 5,55%
se planteaba realizar dieta, entre los que presentaban
sobrepeso el 28,00% se la planteaba y entre los que
presentaban obesidad el 37,50% se planteaba hacer
dieta. (χ²=10,30; p<0,01)
Fig. 2.—Relación entre la
autopercepción del peso y la
frecuencia de control de peso.
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1340 Nutr Hosp. 2015;32(3):1334-1343 Autor y cols. / et al. (en inglés)
Como se observa en la tabla II, se encontraron corre-
laciones directas entre la escala de siluetas y diversas
variables como el percentil de peso, el estado ponderal
según el criterio de Cole, el peso y la autopercepción
del peso. Mientras que se correlaciono de forma inversa
esta misma variable con la forma física autoinformada.
Discusión
Comparando las tasas obtenidas en la estrate-
gia NAOS4 de prevalencia de sobrepeso y obesidad
22,18 y 4,25% (criterio de Cole) 12,94 y 5,50% (Ta-
blas de Orbegozo) en varones de edades similares,
Tabla II
Correlaciones entre algunas variables analizadas
Variables relacionadas r p
TEFQ-ID / TEFQ-IE 0,66 <0,01
Autopercepción de peso / siluetas 0,53 <0,01
Autopercepción de peso / estado ponderal (Cole) 0,60 <0,01
Percentil de peso / siluetas 0,49 <0,01
Estado ponderal (Cole) / siluetas 0,62 <0,01
IMC autopercibido / forma física autoinformada -0,41 <0,01
Estado ponderal (Cole) / forma física autoinformada -0,48 <0,01
Siluetas / forma física autoinformada -0,52 <0,01
TEFQ-RC / EAT-26 -0,48 <0,01
IMC autopercibido / EAT-26 0,21 <0,05
TEFQ-IE / EAT-26 -0,21 <0,05
IMC / TEFQ-RC -0,23 <0,05
TEFQ-ID / SES 0,30 <0,01
Pregunta número 3 Kidmed / TEFQ-RC 0,24 <0,05
Peso / siluetas 0,50 <0,01
TEFQ: Three Eating Factors Questionnaire; ID: ingesta descontrolada; IE: ingesta emocional; RC: restricción cognitiva; IMC: Índice de Masa
Corporal; EAT-26:Eating Disorders Inventory-26; SES: Self Esteem Scale.
Fig. 3.—Relación entre la
clasificación según el criterio
de Cole y la planificación de
hacer dieta.
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1341
Nutr Hosp. 2015;32(3):1334-1343Hábitos alimentarios, sobrecarga ponderal
y autopercepción del peso en el ámbito
escolar
se obtienen mayores tasas de sobrepeso y obesidad
en este estudio. Al analizar los hábitos alimentarios
de la estrategia NAOS, se encuentra una menor pre-
valencia de niños que no desayunan (1,80%) frente
al resultado de este estudio (13,79%). Esta ausencia
del desayuno podría explicar, entre otros factores, la
mayor prevalencia de exceso de peso, ya que existen
asociaciones entre dichas variables22. Al comparar
los resultados con el estudio THAO23 desarrollado
en Sevilla (prevalencia de sobrepeso y obesidad por
Cole 25,4 y 10,8% y por Orbegozo 13,20 y 13%) los
resultados obtenidos en la muestra analizada resul-
tan ser peores en cuanto al porcentaje de sobrepeso
y obesidad. Se observa menor prevalencia de ausen-
cia de desayuno (6,60%), lo que podría ser, como se
ha indicado, un factor que contribuyera a la mayor
prevalencia de sobrepeso y obesidad en la muestra
analizada22. En dicho estudio THAO el 41% consume
una vez al día alimentos del grupo de bollería, zu-
mos industriales, refrescos, snack o chucherías. En la
muestra estudiada el 41,37% desayunaba bollería in-
dustrial y el 34,48 % consumía caramelos y/o golosi-
nas y de forma global el 55,17% desayunaba bollería
industrial o consumía caramelos y/o golosinas, por
lo que podría asociarse el mayor consumo de estos
productos con la mayor prevalencia de sobrepeso y
obesidad24.
En el proyecto OBIN, se obtienen tasas de exce-
so de peso inferiores por Cole 21,74 y 13,04% y por
Orbegozo 10,14 y 18,84%, en varones de enseñanza
primaria25. En este sentido los encuestados presentan
mayores tasas de sobrepeso y obesidad que las del
resto de estudios analizados, lo que indica el aumento
progresivo de dichas tasas en la población infanto-ju-
venil. Concretamente en la muestra analizada podría
deberse a determinados hábitos alimentarios como
ausencia de desayuno, consumo de golosinas y desa-
yuno de bollería industrial, así como una posible baja
frecuencia de realización de actividad física, aspecto
no analizado.
El peso real medio fue 57,93 ± 13,96 kg y el IMC
real 21,97 ± 4,04, mientras que los valores autoinfor-
mados de peso e IMC fueron 56,05 ± 13,73 kg y 21,15
± 4,13, lo que indica una falta de precisión respecto a
la talla autoinformada. Dado que la muestra era solo
de varones se observa, como se había comprobado11,26,
una mayor tendencia a subestimar el peso en varones
adolescentes. Un elevado porcentaje (27,48%) auto-
percibió su peso erróneamente, como en estudios an-
teriores14. Se obtuvo que el 20,59 % del total subes-
timaba su peso y que el 28% de los que presentaban
sobrepeso subestimaba su peso mientras que ningún
obeso y únicamente el 20% de los participantes con
sobrepeso realizaban dieta. Es conocido que la sub-
estimación del peso, en personas con exceso de peso,
conlleva mayor dificultad para adoptar hábitos de vida
saludables encaminados hacía la pérdida de peso, que
podría deberse a una falta de motivación por una per-
cepción errónea del peso8.
Se ha asociado27 una mayor probabilidad de realizar
dieta con un peso más elevado. Se ha encontrado que
cuanto mayor es el peso, mayor es la proporción de po-
blación que se plantea realizar dieta, pudiendo deber-
se a que las personas con mayor peso presentarían un
mayor deseo de perderlo y más esperanza de ello en el
futuro. Se ha obtenido que los que se autoperciben con
exceso de peso presentan mayor frecuencia de control
del peso, pudiendo deberse a la mayor importancia que
le dan al peso28.
Se encontró una relación significativa entre las
subescalas ID e IE del TEFQ así como una correlación
entre ambas variables reflejada en la Tabla II. Parece
que la pérdida de control en la ingesta (ID) estaría re-
lacionado con estados emocionales negativos que faci-
litarían la pérdida de dicho control29.
Previamente30 se ha encontrado una asociación entre
el consumo de comida rápida y obesidad. En este estu-
dio se ha observado una asociación entre el consumo
de comida rápida (pregunta número 6 del test Kidmed
“Acude una vez o más a la semana a un centro de co-
mida rápida”) y la autopercepción del peso. Asimismo
se han visto asociaciones31 entre el bajo consumo de
verduras y menores niveles de obesidad. En este estu-
dio se encuentra una asociación entre el consumo de
verduras y la autopercepción del peso, cuantificando
el consumo de verduras a través de la pregunta 3 del
cuestionario Kidmed (“Toma verduras regularmente
un vez al día”). No se sabe con certeza si el consumo
de estos alimentos afectaría posteriormente a la au-
topercepción de estado ponderal, es decir, un mayor
consumo de comida rápida (con el resultado negativo
que esto reporta sobre el peso) llevaría asociado una
mayor autopercepción del peso. Por contra, un mayor
consumo de verduras, con las connotaciones positivas
que conlleva podría cambiar de forma positiva la au-
topercepción del peso dado que dichas connotaciones
suelen ser conocidas. A la inversa en algún estudio
previo32 se ha señalado que una autopercepción del
estado ponderal previo determinaría el consumo de
determinados alimentos. Así, la autopercepción de un
mayor peso condicionaría un mayor consumo de ver-
duras. Por lo que sería necesario seguir investigando
este punto.
En el ámbito nacional, se observa33,34 menor adhe-
rencia a la dieta mediterránea evaluada por el cues-
tionario Kidmed en varones de edades similares. Lo
que muestra un mayor abandono del patrón alimenta-
rio mediterráneo. No se encontró asociación entre el
exceso de peso y la adherencia a la dieta mediterránea
a través del cuestionario Kidmed, como se refleja en
estudios anteriores33.
Previamente se han descrito asociación entre la
escala de figuras corporales utilizada y medidas que
indican tamaño corporal tanto reales como autoperci-
bidas35. En el presente estudio, como se observa en la
tabla II, se encuentra esta correlación tanto con medi-
das reales (peso, percentil de peso, estado ponderal por
Cole) como autopercibidas (autopercepción del peso).
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1342 Nutr Hosp. 2015;32(3):1334-1343 Autor y cols. / et al. (en inglés)
Conclusiones
1. Hay una alta prevalencia de sobrepeso (28,73%)
y obesidad (9,19%) en la muestra lo que confirma el
incremento de las tasas de sobrepeso y obesidad en la
adolescencia en los últimos años.
2. Existe un mayor planteamiento de realización de
dieta cuando mayor es el peso del individuo.
3. Se observa una baja adherencia a la dieta medite-
rránea por parte de los encuestados.
4. La ausencia del desayuno puede estar asociada
con mayor prevalencia de exceso de peso en adoles-
centes, tal como se ha sugerido en estudios previos.
5. Cabe destacar la escasa utilidad del índice de ad-
herencia a la dieta mediterránea del cuestionario Kid-
med para valorar hábitos alimenticios concretos y pre-
decir mayor o menor tasa de exceso de peso.
6. En cuanto a la evaluación de los hábitos alimen-
tarios mediante el cuestionario Kidmed, deja patente
la necesidad de una adecuada educación nutricional en
adolescentes.
7. Hay una tendencia hacia la subestimación del
peso en varones. Más de la cuarta parte de los partici-
pantes autopercibían su estado ponderal erróneamente.
8. La autopercepción del peso podría condicionar la
realización de actividades para disminuir el peso (rea-
lización de dieta). Así como una mayor frecuencia de
control del peso.
9. El consumo de determinados alimentos, como
comida rápida o verduras, podría alterar la autoper-
cepción del peso. La autopercepción del peso podría
condicionar el consumo de alimentos concretos.
10. La puntuación obtenida en la de escala ingesta
descontrolada aparece asociada a la puntuación en la
escala de ingesta emocional del TEFQ.
Limitaciones
El presente trabajo tiene algunas limitaciones. Una
es la ausencia de cuantificación de la actividad física
real de los encuestados. Por otro lado falta una valora-
ción cuantitativa de los hábitos alimentarios, ya que el
cuestionario Kidmed no incluye dicha valoración.
El hecho de que la muestra sea de varones impide
comparar los resultados obtenidos en ambos sexos
así como con la mayoría estudios existentes, donde la
muestra es mixta. No obstante, ello supone una forta-
leza del estudio dada la escasez de trabajos similares
con varones.
Otro aspecto a considerar sería que únicamente se
recogieron datos en un centro educativo de una zona
concreta, por lo que todos los encuestados procederían
del mismo estrato socio-económico, lo que impide la
generalización de resultados.
Por último el rango de edad escogido para la reco-
gida de datos también supone cierta limitación, ya que
en edades superiores suelen presentarse mayor preocu-
pación por el peso y la imagen corporal.
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