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EL CONCEPTO DE EMPRENDIMIENTO Y SU RELACION
CON LA EDUCACION, EL EMPLEO Y EL DESARROLLO
LOCAL.
VII CONGRESO DE ADMINISTRACIÓN
“La Administración en un mundo complejo”
“La recuperación de la Competitividad, el Crecimiento y el
Trabajo”
Eje Temático: La necesidad de un crecimiento económico serio y sostenido
como base de sustento para un nuevo tiempo empresario. Revalorización de la
figura del emprendedor y comprensión del rol de vanguardia de las PYMES.
Respuestas asociativas e innovación en financiamiento.
Trabajo realizado en el marco de la Beca de Iniciación del INTA:
“Gestión del emprendimiento y la innovación”
Lugar: Chacra Experimental Integrada Barrow (Convenio MAAyP-INTA).
Fecha: Enero de 2004.
Autores: Lic. María Marta Formichella – Ing. José Ignacio Massigoge
Domicilio: Ruta Nacional № 3. KM 487.
Teléfono: 02983-431081/431083
Correo electrónico: jmassigoge@chacrabarrow.gov.ar
mformichella@chacrabarrow.gov.ar
Resumen
Ante la actual problemática de desempleo y exclusión, comienza a
vislumbrarse como una oportunidad el autoempleo y, en consecuencia, el
concepto de emprendimiento cobra mayor relevancia para nuestra sociedad,
resultando su estudio más necesario.
El objetivo de este trabajo es examinar algunos aportes teóricos sobre
emprendimiento, para poder profundizar este concepto, rescatar las
características que tiene un emprendedor, y examinar la importancia del
espíritu emprendedor en el orden social.
Específicamente se analiza si la educación puede favorecer a que los
individuos tengan actitudes emprendedoras y el rol que al Estado le compete
en este sentido; también si la existencia de emprendimientos disminuye el
desempleo; y la relación del emprendimiento con el desarrollo local.
Para cumplir los objetivos, se realizó un estudio teórico de estos temas,
basado en una revisión de los aportes hasta la actualidad. Se buscó,
seleccionó y sistematizó la bibliografía, para analizarla y finalmente presentar
las conclusiones.
Se concluye que existe una relación entre los conceptos de
emprendimiento, educación, desempleo y desarrollo local. Y que de esa
relación surge el siguiente círculo virtuoso: si se implementan medidas
tendientes a mejorar la educación en entrepreneurship, se logra aumentar el
espíritu emprendedor de los individuos y de esta forma existe una mayor
dotación social de cualidades emprendedoras. Esto provoca efectos positivos,
tales como la creación de empresas, el crecimiento de las empresas existentes
y la generación de autoempleo. Contribuyendo así a la disminución del
desempleo, lo cual favorece al desarrollo socioeconómico. Esto debido a que
disminuyen los recursos ociosos en la comunidad, favoreciéndose así el
crecimiento del producto, y debido a que los individuos, cuando tienen trabajo,
mejoran su autoestima y su calidad de vida.
A su vez, al aumentar las cualidades emprendedoras de la comunidad,
aumenta la aparición de nuevas e innovadoras iniciativas en la misma, y se
facilita la tarea de los agentes de desarrollo, favoreciéndose así la generación
de proyectos y la formación de redes sociales. De esta manera, se propicia el
desarrollo local en ese territorio, y una sociedad más desarrollada mejora sus
niveles de educación, mejorando también la educación en emprendimiento y
retroalimentándose así el círculo virtuoso. Además se concluye que, el Estado
tiene un importante rol a la hora de alimentarlo, sobre todo como proveedor del
bien “educación en emprendimiento”, ya que si se dejara únicamente en mano
privadas, la provisión sería subóptima y no podrían captarse las externalidades
positivas derivadas del mismo.
Índice temático
Introducción; 1-Algunos conceptos relacionados con el tema; 2-Principales
aportes teóricos sobre emprendimiento; 3-Emprendimiento y educación; 4-
Emprendimiento y desempleo; 5-Emprendimiento y desarrollo local; 6-
Conclusiones; 7-Bibliografía.
Introducción
Ante la actual falta de empleo comienza a vislumbrarse como una
oportunidad el autoempleo. En consecuencia, el concepto de emprendimiento
ha cobrado mayor relevancia para nuestra sociedad.
El objetivo de este trabajo es estudiar algunos aportes teóricos que se
han realizado sobre emprendimiento, y analizar la importancia del espíritu
emprendedor en el orden social.
Se pretende comprender la relación existente entre emprendimiento y
otros conceptos como, educación, empleo y desarrollo. Se intenta estudiar si la
educación puede propiciar que los individuos adquieran actitudes
emprendedoras y el rol que el Estado tiene en este sentido; si la existencia de
emprendimientos puede disminuir el desempleo; y si por haber espíritu
emprendedor en una comunidad, se generan efectos positivos para el
desarrollo de la misma.
1. Algunos conceptos relacionados con el tema.
El fenómeno emprendimiento puede definirse, como el desarrollo de un
proyecto (1) que persigue un determinado fin económico, político o social, entre
(1) Nassir Sapag Chain define a un proyecto de la siguiente manera: “Un proyecto es la
búsqueda de una solución inteligente al planteamiento de un problema tendiente a resolver,
entre tantas, una necesidad humana.”
otros, y que posee ciertas características, principalmente que tiene una cuota
de incertidumbre y de innovación (2).
La definición anterior puede complementarse con las siguientes
definiciones acerca de la actividad emprendedora:
“La actividad emprendedora es la gestión del cambio radical y
discontinuo, o renovación estratégica, sin importar si esta renovación
estratégica ocurre adentro o afuera de organizaciones existentes, y sin importar
si esta renovación da lugar, o no, a la creación de una nueva entidad de
negocio” (Kundel, 1991)(3)
“Emprender es perseguir la oportunidad más allá de los recursos que
se controlen en la actualidad” (Stevenson 1983, 1985, 1990, 2000).
Un emprendimiento es llevado a cabo por una persona a la que se
denomina emprendedor. La palabra emprendedor tiene su origen en el francés
entrepreneur (pionero), y en un inicio se usó para denominar a aquellos que se
lanzaban a la aventura de viajar hacia el Nuevo Mundo, sin tener certeza de
qué iban a encontrar. Justamente el actuar bajo incertidumbre es la principal
característica que distingue hoy a un emprendedor.
La diferencia entre el emprendedor y el individuo común la establece su
actitud. El emprendedor es una persona con capacidad de crear, de llevar
adelante sus ideas, de generar bienes y servicios, de asumir riesgos y de
enfrentar problemas. Es un individuo que sabe no sólo “mirar” su entorno, sino
(2) Según Peter F. Drucker la innovación es “el medio con el cual explotar el cambio como una
oportunidad para un negocio diferente.”
(3) Definición citada por Mario Dehter en su artículo “Intraempreneurship” (2001).
también “ver” y descubrir las oportunidades que en él están ocultas. Posee
iniciativa propia y sabe crear la estructura que necesita para emprender su
proyecto, se comunica y genera redes de comunicación, tiene capacidad de
convocatoria; sabe conformar un grupo de trabajo y comienza a realizar su
tarea sin dudar.
Ser emprendedor significa ser capaz de crear algo nuevo o de dar un
uso diferente a algo ya existente, y de esa manera generar un impacto en su
propia vida y en la de la comunidad en la que habita. A su vez, a este individuo
no sólo le surgen ideas, sino que también es lo suficientemente flexible como
para poder adaptarlas y posee la creatividad necesaria para transformar cada
acontecimiento, sea positivo o negativo, en una oportunidad.
El emprendedor tiene alta autoestima, confía en sí mismo y posee una
gran necesidad de logro. Trabaja duramente, es eficiente y se da la oportunidad
de pensar diferente. Es positivo para sí mismo y genera un ambiente positivo a
su alrededor, y este entorno le favorece para alcanzar las metas que se
proponga. Este es un punto para destacar, ya que el emprendedor no piensa su
proyecto en forma acotada, sino que siempre tiene visión de futuro.
Considerando al emprendedor que persigue fines económicos, puede
decirse que éste es autónomo, que sabe vislumbrar la ganancia y que a partir
de recursos escasos logra generar una propuesta. Es una persona que respeta
profundamente su idea, confía en la misma, y está dispuesto a correr los
riesgos que considere precisos. Descubre la oportunidad que ofrece el
mercado, y moviliza recursos para desarrollarla.
Como se mencionó anteriormente, un emprendimiento posee la
característica de ser innovador. Innovar significa introducir un cambio, éste
puede ocurrir en la estructura social, en la gestión pública, en la elaboración de
un producto o en la organización de una empresa, entre otros.
La innovación representa un camino mediante el cuál el conocimiento
se traslada y se convierte en un proceso, un producto o un servicio que
incorpora nuevas ventajas para el mercado o para la sociedad.
Si bien la innovación puede estar presente en cualquier sector, es
característica del sector empresarial. Peter Drucker (1986) expresa en su libro
La innovación y el empresario innovador: “El empresariado innovador ve el
cambio como una norma saludable. No necesariamente lleva a cabo el cambio
él mismo. Pero (y esto es lo que define al empresariado innovador) busca el
cambio, responde a él y lo explota como una oportunidad”.
En síntesis, puede decirse que innovar es ver lo que todos ven, pensar
lo que algunos piensan y hacer lo que nadie hace (Hernán Bucarini) (4).
De acuerdo a los párrafos anteriores, surge la idea de que la existencia
de espíritu emprendedor, junto con la capacidad que tenga una sociedad para
producir y asimilar cambios, son favorables para crecimiento y el desarrollo
económico.
En la literatura es posible hallar diferentes definiciones del concepto de
desarrollo (5), en términos generales coinciden en que éste concepto hace
(4) Primer Congreso Provincial sobre Emprendedorismo y Desarrollo Local, Pigüe, 2003.
referencia a factores y cambios cualitativos en la vida del hombre y de la
sociedad en que habita.
Para el propósito de este trabajo resulta útil la definición de desarrollo
ofrecida por Amartya Sen en su libro Libertad y Desarrollo: "El desarrollo es un
proceso de expansión de las libertades reales de que disfrutan los individuos".
Dentro de los determinantes de las libertades del hombre se pueden mencionar
las instituciones sociales y económicas, como por ejemplo los servicios de
educación y salud, o los derechos políticos y humanos.
Al crecimiento económico, Olivera lo definió como la expansión del
producto social en función del tiempo (Fernandez, 2002). Y si bien éste es
importante para el desarrollo, no puede considerarse como único determinante,
es tan solo un medio primordial para expandir las libertades de los individuos
que viven en sociedad, pero no el único factor que influye sobre las mismas. La
utilidad de la riqueza se manifiesta en que permite al individuo conseguir
libertades fundamentales. No obstante, esta función no es ni exclusiva (debido
a que hay muchos otros elementos que influyen de manera importante en la
vida del hombre) ni uniforme (esto porque la forma en que la riqueza afecta la
vida del hombre, varía a lo largo de la misma).
Según Sen (1999), es necesario considerar que si una sociedad desea
obtener mayores cantidades de riqueza o producto, no es porque lo desee en si
mismo, sino porque por medio de éste podrá conseguir una mejor calidad de
vida. Sin embargo, aclara que este crecimiento es una condición necesaria,
(5) Existen quienes definen al desarrollo relacionándolo íntimamente con el crecimiento del
producto per capita, como por ejemplo los autores clásicos. También están quienes lo definen
de manera más amplia y no limitándose al concepto de crecimiento, autores tales como
Schumpeter (1967) y Sen (1999), entre tantos otros.
pero no suficiente para que la población experimente mejoras en su standard
de vida, ya que el crecimiento del ingreso nada dice acerca de su distribución.
Por eso sugiere la necesidad de no sacar conclusiones teniendo sólo en cuenta
el concepto de crecimiento y propone ir más allá. Al igual que Aristóteles, define
al crecimiento del producto como "un instrumento para conseguir otro fin".
Como se vera más adelante, la actitud emprendedora favorece al
desarrollo, permitiendo a los individuos aumentar sus capacidades y
oportunidades. Y favorece, especialmente, a los procesos de desarrollo local.
Alburquerque definió al Desarrollo Local como el proceso que mejora la
calidad de vida, superando las dificultades por medio de la actuación de
diferentes agentes socioeconómicos locales (públicos y privados), con recursos
endógenos y fomentando el aumento de capacidades(6).
El concepto de Desarrollo Local también puede pensarse como la
aplicación, del concepto de Desarrollo planteado por Sen, a un determinado
territorio (7). Y al referirse a un territorio no se está teniendo en cuanta sólo un
determinado sitio geográfico, sino también una forma de vida determinada, una
cultura establecida, una realidad social y económica específica y un medio
(6) Expuesto por el Ing. Alfredo Vazquez, en la Jornada de Extensión del INTA (Mar del Plata,
2003)
(7) Aquí cabe aclarar la diferencia entre espacio y territorio. Al hablar de espacio se hace
referencia básicamente al lugar donde se desenvuelven las actividades socio económicas y lo
más importante pasa a ser el crecimiento económico, cómo lograrlo, cómo disminuir los costos,
sobre todo de transporte, en función de la distancia y si las actividades están aglomeradas o
no, entre otras cosas. Es un análisis parcial. En cambio el concepto de territorio es más
abarcativo, además de incluir lo anterior incorpora las características del medio ambiente
específico, los problemas socio-económicos de la región y las características de los agentes
sociales. El concepto de espacio reduce al concepto de territorio al contemplarlo únicamente
como espacio geográfico. El concepto de espacio se basa en la homogeneidad y se centra en
el espacio geográfico como lugar en que se desarrollan las actividades económicas, mientras
que el concepto de territorio incluye a todos los actores y a todos los problemas del mundo real,
siendo de esta manera un análisis más heterogéneo.
ambiente definido (con ciertos recursos naturales y ciertas potencialidades
productivas).
Por lo tanto, el desarrollo local es un desarrollo endógeno. Y por ello
resulta tan importante para el mismo, la existencia de cualidades
emprendedoras en los individuos habitantes del territorio que busca
desarrollarse.
2. PRINCIPALES APORTES TEÓRICOS SOBRE EMPRENDIMIENTO
El término entrepreneur fue introducido a la literatura económica por
primera vez en los inicios del siglo XVIII por el economista francés Richard
Cantillon. Su aporte ha sido verdaderamente relevante para comenzar a
comprender el concepto de emprendedor y el rol que juega el emprendimiento
en la economía (Castillo, 1999).
Cantillon define al entrepreneur como el “agente que compra los
medios de producción a ciertos precios y los combina en forma ordenada para
obtener de allí un nuevo producto”. Y afirma que es él, quien asume y soporta
los riesgos que dominan el comportamiento del mercado (Thornton, 1998).
Burnett (2000) expresa que tiempo después el economista francés
Say, hizo un interesante aporte a la definición de Cantillon. Say afirmó que el
“entrepreneur” es un individuo líder, previsor, tomador de riesgos y evaluador
de proyectos, y que moviliza recursos desde una zona de bajo rendimiento a
una de alta productividad. También expresa que Say rescata el hecho de que el
éxito emprendedor no sólo es importante para un individuo, sino también para
la sociedad; y que este autor afirma que un país dotado principalmente de
comerciantes, industriales y agricultores será más próspero que uno en el que
principalmente halla individuos dedicados al arte o a la ciencia.
También economistas británicos, como Adam Smith, trataron el tema
del “entrepreneurship” (8). Smith hizo referencia al mismo bajo el término inglés
“business management”. Sin embargo, cabe aclarar que la dinámica del
fenómeno emprendimiento no es acorde a la teoría clásica, porque la misma
realiza su análisis partiendo de que la economía optimiza lo que ya existe. Bajo
este contexto, la teoría clásica no puede explicar la dinámica del emprendedor
y lo incluye dentro de lo que denomina “fuerzas externas”. A su vez, Mill, otro
autor de origen británico, enfatizó más la importancia del emprendimiento para
el crecimiento económico y expresó que el desarrollo del “entrepreneurship”
requiere de habilidades no comunes. (Burnett, 2000).
La necesidad del entrepreneurship para la producción fue
formalmente reconocida por primera vez por Alfred Marshall, en 1880. Él
introdujo el concepto de que los factores de producción no son tres, sino
cuatro. A los factores tradicionales: tierra, trabajo y capital, le agregó la
organización, y la definió como el factor coordinador, el cual atrae a otros
factores y los agrupa. Él creyó que el entrepreneurship es el elemento que está
detrás de la organización, manejándola. Y estableció que los emprendedores
son líderes por naturaleza y están dispuestos a actuar bajo las condiciones de
incertidumbre que causa la ausencia de información completa. Por otra parte,
(8) Intrapreneurship se refiere a emprendimiento o espíritu emprendedor.
al igual que Mill, aseguró que los entrepreneurs poseen numerosas
habilidades especiales y que son pocas las personas que pueden definirse de
esa manera. De todas formas, reconoce que una persona puede aprender y
adquirir dichas habilidades (Burnett, 2000).
Sin embargo, el primer economista importante en retomar el
concepto de Say fue Joseph Schumpeter en 1911, en su libro “La Teoría de la
dinámica económica”. Este autor planteó la existencia del desequilibrio
dinámico, causado por el empresario innovador, y llamó “destrucción creativa”
a las tareas que realizan este tipo de empresarios (Drucker, 1985).
Schumpeter (1942) utiliza el término emprendedor para referirse a
aquellos individuos que con sus acciones causan instabilidades en los
mercados. Define al emprendedor como una persona dinámica y fuera de lo
común, que promueve nuevas combinaciones o innovaciones. Él lo expresa de
así en su libro Capitalismo, socialismo y democracia: “La función de los
emprendedores es reformar o revolucionar el patrón de producción al explotar
una invención, o mas comúnmente, una posibilidad técnica no probada, para
producir un nuevo producto o uno viejo de una nueva manera; o proveer de una
nueva fuente de insumos o un material nuevo; o reorganizar una industria, etc.”
Según este autor el equilibrio clásico sería obstaculizado por las
acciones de los emprendedores, por medio de la introducción de alguna
innovación. Ellos estarían incentivados a arriesgarse, a causa de las ganancias
que podrían obtener. Y estas ganancias monopólicas permitirían la creación de
otras innovaciones, ya que las anteriores habrían sido difundidas, y de esta
manera se generaría un proceso de retroalimentación que propiciaría al
crecimiento y al desarrollo. Sin la existencia de emprendedores que lleven a
cabo innovaciones, la tasa de crecimiento estaría limitada al crecimiento de los
factores de la producción y se dificultaría la generación de dicho proceso.
Otro autor que realizó importantes aportes sobre emprendimiento, es
Ludwig Von Mises. Este autor, citado por Gunning (2000), identifica tres
características que considera esenciales para que un individuo sea
considerado emprendedor. La primera tiene que ver con que el emprendedor
es un evaluador. Es decir que calcula beneficios y costos numéricos, en base a
los mismos realiza elecciones, y al realizarlas descubre nuevas necesidades y
nuevos factores de producción. A su vez, construye imágenes de las futuras
acciones que pueden realizar otros individuos que actúen en el mercado. La
segunda característica es la de empresario, el emprendedor construye la
decisión de cómo utilizar los factores, para producir mercaderías. Por último,
rescata que el emprendedor “soporta” la incertidumbre, ya que actúa en función
del futuro y no conoce exactamente las acciones que otros seres humanos
llevarán a cabo.
Ismael Kizner (1998), plantea que la función empresarial en el
mercado no es fácil de entender, y trata de explicarla mediante lo que
denomina elemento empresarial en la acción individual humana. Él lo define
como el elemento de impulso y perspicacia, que resulta necesario para definir
los fines a alcanzar y los medios que harán posible la consecución de dichos
fines.
Este autor afirma que, en toda acción humana está presente este
elemento y que dicha acción no se puede analizar en términos de eficiencia
económica. En este punto coincide con Schumpeter y reafirma la idea de que
las teorías basadas en la racionalidad en la toma de las decisiones de los
individuos, no logran explicar la función empresarial en el mercado. La teoría
económica tradicional, supone que la definición de fines y medios se han
realizado previamente y se preocupa sólo porque se lleven a cabo con
eficiencia. En cambio, al incluirse este elemento, el sujeto deja de tener una
actitud pasiva en la que simplemente toma la mejor decisión de acuerdo a las
circunstancias, y así puede descubrir nuevos caminos a seguir y recursos antes
inadvertidos.
Kizner también destaca que la teoría económica tradicional
presupone la existencia de conocimiento perfecto en el mundo, y que bajo ese
contexto no tendría sentido el análisis del elemento empresarial. Sin embargo,
expresa que ante la existencia de incertidumbre en el mundo, surge la
necesidad de analizar la toma de decisiones en este contexto. Y afirma que el
individuo decisor necesita estar atento para descubrir dónde están las nuevas e
inexploradas oportunidades.
Por otra parte, Peter Drucker (1985), uno de los autores más
importantes en el tema, define al entrepreneur como aquel empresario que es
innovador (y al entrepreneurship como el empresariado innovador), y aclara la
común confusión de creer que cualquier negocio pequeño y nuevo es un
emprendimiento, y quien lo lleva a cabo un emprendedor. Destaca que, aunque
quien abra un pequeño negocio corra riesgos, eso no quiere decir que sea
innovador y represente un emprendimiento.
Drucker plantea el caso de McDonald Hamburguer como un ejemplo.
Es verdad que en ese emprendimiento no se invento un nuevo producto, pero
sí fue innovador en el aumento del rendimiento (vía la tipificación del producto y
el entrenamiento del personal, entre otras cosas) y en la forma de
comercialización.
Este autor afirma que el ser emprendedor no es un rasgo del
carácter, sino una conducta. Según él, cualquiera que sea capaz de tomar
decisiones puede aprender a ser un empresario innovador. Considera que la
base del emprendimiento es teórica y no intuitiva. El emprendimiento resulta
entonces un rasgo característico de un individuo o institución, pero no de
personalidad.
A su vez, destaca que las personas que necesitan certezas no
poseen condiciones apropiadas para ser emprendedoras. Analiza como el
entrepreneur observa el cambio como norma saludable, y aclara que, aunque
no lo lleve a cabo él mismo, lo busca, responde ante éste y lo explota como
una oportunidad. Por otra parte, Drucker menciona que el concepto de
entrepreneur no debe estar limitado a la esfera económica porque está en
relación con todas las actividades humanas.
Howard Stevenson, profesor de la Universidad de Harvard, realizó en
la década de los ‘80 un análisis acerca de la mentalidad emprendedora, y
concluyó que se basaba más en las oportunidades que en los recursos
(Castillo, 1999).
Stevenson realiza un análisis similar al de Drucker, ya que expresa
que crear una empresa no es suficiente para ser considerado emprendedor. Ya
que éste además, busca continuamente la oportunidad, innovar y crear nueva
riqueza. Y cabe aclarar que innovar no implica sólo crear un nuevo producto,
puede innovarse al crearse una nueva organización, una nueva forma de
producción o una forma diferente de llevar adelante una determinada tarea.
Además, también menciona el ejemplo McDonald. Al igual que Drucker dice
que no se inventó un nuevo producto, pero que sin embargo lo innovador
estuvo en la gestión (Castillo, 1999).
Stevenson (2000), haciendo hincapié en el emprendimiento como un
fenómeno relacionado con el comportamiento, analizó las diferencias entre
emprendedores exitosos y ejecutivos exitosos. Básicamente plantea que los
emprendedores exitosos poseen una cultura emprendedora, mientras que los
ejecutivos exitosos una cultura administrativa.
Según él, la cultura administrativa tiene que ver con un estado más
estático y la emprendedora con un estado más dinámico. En la primera el
ejecutivo arma su estrategia en función de los recursos que controla, mientras
que en la segunda, el emprendedor arma su estrategia según la percepción de
la oportunidad. Por ello mientras que el emprendedor acepta riesgos
razonables y actúa revolucionariamente en el corto plazo, el ejecutivo trata de
minimizar los riesgos y actúa en el tiempo. Por otra parte, puede observarse
como el emprendedor desafía la jerarquía y destaca a la coordinación como
más importante que la propiedad de los recursos, la dirección se forma
mediante redes. En cambio para el ejecutivo la jerarquía es primordial, necesita
una clara definición de la responsabilidad y de la autoridad.
Stevenson (2000) afirma que la importancia en el estudio del
emprendedorismo ha ido aumentando en el tiempo y rescata ciertas hipótesis
que emergen de la observación en 40 países diferentes. Estas hipótesis son las
siguientes:
¾ El emprendedorismo se desarrolla en las comunidades donde existen
recursos móviles.
¾ El emprendedorismo es importante cuando los miembros exitosos de
una comunidad reinvierten sus excesos de capital en proyectos de otros
miembros de la comunidad. Es decir que existe capital disponible.
¾ El emprendedorismo es próspero en comunidades en las cuales los
éxitos de los miembros de la misma son celebrados por los demás
miembros.
El emprendedorismo es significativo en comunidades en las que el
cambio es visto como algo positivo.
Stevenson también afirma que el emprendedor persigue la
oportunidad, se compromete rápidamente y se responsabiliza ante diferentes
escenarios. Rescata especialmente el rol del emprendedor en la asimilación de
cambios, dado que el mundo está modificándose continuamente, y plantea al
futuro como un verdadero desafío.
Otro importante autor en el tema es Gifford Pinchot. Según él, los
emprendedores son personas que sueñan y logran hacer realidad lo que
imaginan. Son aquellos que pueden tomar una idea y hacerse responsables de
innovar y de obtener resultados.
Pinchot (1999) utilizó el termino intrapreneurship para referirse al
“espíritu empresarial” y hacer referencia a los emprendedores dentro de las
grandes empresas. Según él, este espíritu es el que hace que existan
iniciativas de proyectos y negocios en las mismas. Este autor expresa que el
emprendedor que habita en la empresa posee un importante rol, y que es quien
puede hacer realmente que una idea se desarrolle comercialmente, ya que
muchas empresas logran crear ideas, pero no llevarlas a cabo. Según él, los
intraemprendedores aportan su visión empresarial, su compromiso, su esfuerzo
y su investigación en pos de la compañía, y de esta manera se observa que
conforman un pilar fundamental para que la empresa crezca.
Scott Kundel, citado por Dehter (2001), también rescata la
importancia de los intraemprendedores. Él plantea la existencia de
emprendedores independientes y de emprendedores que se desenvuelven
dentro de las empresas como empleados. Y destaca que estos últimos también
pueden renovar las estructuras existentes, formar nuevas estructuras o crear
nuevos productos o nuevos procesos de producción o gestión.
Es importante incorporar al análisis esta visión planteada por Kundel
y Pinchot acerca del emprendedor que actúa dentro de las empresas, ya que
no es habitual tenerla en cuenta. Tradicionalmente al hablar de emprendedor
se hace referencia a quien crea una nueva empresa o negocio, dejándose de
lado el estudio de los intraemprendedores y perdiéndose, por lo tanto,
importantísimos conceptos que pueden dar luz a la investigación.
En resumen, en este capítulo se han analizado diversos aportes
teóricos acerca del emprendimiento, se ha observado como el concepto fue
evolucionando a lo largo del tiempo y, por último, se ha destacado la
importancia del concepto de emprendedor, tanto como creador de nuevas
empresas, como de actor dentro de una empresa existente.
3. EMPRENDIMIENTO Y EDUCACIÓN
Para poder analizar la relación existente entre los conceptos de
educación y de emprendimiento, es necesario definirlos. Como el término
emprendimiento ya ha sido definido, sólo resta hacer lo propio con el término
educación.
Resulta interesante la definición expresada por las Naciones Unidas
(1968), según la cual el concepto de educación incluye toda una gama de
medios complementarios por los cuales se trasmiten el conocimiento, los
valores y las especializaciones, y se modifican los patrones de comportamiento.
Comprender la relación entre estos conceptos ayuda a esclarecer una
pregunta frecuente que surge al estudiar el tema de emprendimiento, y que
tiene que ver con si los emprendedores nacen o se forman. Se considera
apropiado para responderla transcribir las palabras que la empresaria y
académica, Silvia Sioli de Torres Carbonel, expresó en el V Encuentro de
Empresarios organizado por Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas, y
realizado en Buenos Aires, en Abril de 2002: “Si la educación es el medio por el
cual logro modificar actitudes y comportamientos, casi diría que hay una
relación absoluta entre educación y entrepreneurship; vale la pena, entonces,
pensar en educar a los emprendedores. Puede ser que haya muchos
emprendedores que nazcan, pero seguro que todos necesitan hacerse y
capacitarse como tales”
Lo expresado en el párrafo anterior es coincidente con las, ya
expuestas, ideas de Drucker y Marshall, debido a que ambos, en diferentes
momentos históricos, han reconocido que los individuos son capaces de
adquirir nuevas actitudes y aprender a ser emprendedores.
Howard Rasheed (2000) expresa que la educación en
entrepreneurship puede afectar los atributos que tengan los individuos y puede
forjar actitudes emprendedoras en ellos. Puede promover cualidades
psicológicas favorables para la actividad emprendedora, tales como la auto
confianza, la autoestima, la auto eficacia y la necesidad de logro. Inclusive, la
educación en entrepreneurship para los jóvenes, puede colaborar en evitar la
generación de actitudes socialmente no deseables, como la vagancia o la
delincuencia
A su vez, Stevenson (2000) afirma que el entorno es importante y que
es más factible que un individuo pueda comenzar a tener actitudes
emprendedoras si actúa en un contexto en el que se facilita el reconocimiento
de la oportunidad y su persecución.
Lo expresado párrafos atrás puede comprenderse aún más, si se
analiza el proceso de socialización que atraviesan los individuos. Por otro lado,
al considerar que la educación puede influir en la conducta emprendedora,
cabe estudiar el rol que le compete al estado en ese sentido. Estos dos puntos
se desarrollan a continuación.
3.1 La socialización y el espíritu emprendedor
Los individuos se socializan de dos maneras. Por una parte existe la
socialización primaria. Esta es la que el individuo experimenta en sus primeros
años de vida y de aquellas personas que tienen contacto con él, que
generalmente pertenecen a su familia. Los niños reciben una imagen recortada
de la realidad y creen que así es LA REALIDAD. También adquieren actitudes
que sus mayores le transmiten, formas de comportamiento familiares que a
ellos se les impregnan y ven como la única manera de hacer las cosas. Esto
forma parte de la historia que cada individuo tiene consigo. (Berger y Luckman,
1984)
Por otra parte, aparece luego la socialización secundaria. Ésta tiene
lugar cuando el niño entra en contacto con otras personas y comienza a
involucrase en instituciones sociales. Es decir cuando comienza a ir al jardín, al
colegio, a un club, etc. Allí se encuentra con otra porción de la realidad y se da
cuenta que el mundo de su casa no es EL MUNDO y empieza a ampliar su
visión. En la sociedad encuentra modos nuevos de comportamiento y reglas de
convivencia, que comienza a conocerlas por medio del juego para luego
aplicarlas en su vida. (Berger y Luckman, 1984)
En ese sentido, puede observarse que las cualidades de los individuos
se van formando a lo largo de su vida y que las características que el individuo
posee en forma innata se van potenciando, atrofiando, o complementando, a
medida que el individuo se va socializando. Podría pensarse que el ser humano
logrará desarrollar un espíritu emprendedor en la medida que su proceso de
socialización lo acompañe en ese camino.
De esta manera cobra vital importancia la educación. No será igual el
comportamiento emprendedor de un individuo que en su proceso de
socialización no ha recibido ningún ejemplo de espíritu emprendedor, al de
aquel que si ha podido observar y aprender actitudes propias de un
emprendedor.
Peter Druker (1985) dice que el entrepreneurship es una práctica. Es
un comportamiento, es decir una conducta y una actitud. Por eso, y retomando
la idea de los párrafos anteriores que expresa cómo por medio de la educación
se modifican comportamientos, puede concluirse que existe una estrecha
relación entre espíritu emprendedor y educación (9).
Por ello resulta importante la inclusión del tema emprendedorismo en
la currícula escolar (10). Sin embargo todavía se está lejos de eso. El Centro
de Investigación Tecnológica de Chile (INTEC) realizó un estudio empírico en 4
países latinoamericanos (Argentina, Chile, Colombia y México) y obtuvo como
(9) Asimismo existen estudios empíricos que muestran que la enseñanza del entrepreneurship
en estudiantes de nivel intermedio provoca efectos positivos sobre las cualidades relacionadas
al perfil emprendedor. Por ejemplo el realizado por Rasheed (Newark, New Jersey Public,
EEUU)
(10) Chile ya puso en marcha un programa tendiente a impulsar la mentalidad emprendedora y
los emprendimientos, y uno de sus puntos trata de la inserción curricular del tema en la
educación básica y media.
resultado que los centros de formación para emprendedores se hallan
generalmente dentro de las universidades, no en las instituciones de educación
primaria o media (Dehter, 2002).
También resulta interesante estudiar el rol de las universidades.
Mario Dehter (11) (2001) planteó en su trabajo “Responsabilidad Social de las
Universidades Hispanoamericanas para la Animación de la Cultura
Emprendedora Regional”, que las universidades hispanoamericanas no han
logrado dar respuesta a las necesidades sociales relacionadas con el
desarrollo empresarial y la generación de empleo. Este autor cuestiona si las
mismas no se han concentrado demasiado en la formación del conocimiento, y
han dejado de lado transferirlo adecuadamente en función de los intereses y
necesidades específicas de las regiones. A su vez, este autor cita a Alan Gibb,
cuando éste critica a las metodologías tradicionales de enseñanza por no
favorecer y propiciar actitudes emprendedoras.
Dehter (2001) expresa que las universidades se han concentrado
en la enseñanza de habilidades, entonces el alumno logra acercarse al
conocimiento, pero principalmente en un contexto teórico y generalmente actúa
en forma pasiva. Agrega que el alumno necesita complementar lo que recibe
con su intuición o con otras herramientas como para salvar las diferencias entre
los conocimientos adquiridos y la realidad. Y este autor concluye que, es
necesario incluir en la formación de los profesionales, además de los
conocimientos teóricos, aquellos que les permitan tener características
(11) Profesor de la cátedra Desarrollo de Vocaciones Emprendedoras en la Universidad
Nacional de General San Martín.
emprendedoras, que no hay por qué considerar que ser científico y ser un
empresario exitoso es incompatible
Ante esta problemática, se observa que algunas universidades
argentinas (12) han comenzado a prestar mayor importancia al tema del
entrepreneurship. Sin embargo, es necesario que ésta crezca aún más, para
lograr que los profesionales que egresan de estas universidades, tengan las
cualidades necesarias como para generar su propio empleo y no depender de
conseguir que alguna empresa o el estado los emplee. Pero principalmente
para poder convertirse en agentes de cambio que promuevan la mejora en la
calidad de vida de su comunidad.
3.2 Estado y educación en emprendedorismo
Puede decirse que, así como la educación genera externalidades
positivas en una sociedad (Robert Lucas, 1988), la educación en
emprendedorismo también las generará. Por lo tanto, si se deja a la educación
en emprendedorismo únicamente en manos privadas, la cantidad de educación
de estas características que existirá en la sociedad, será inferior a la óptima.
Por ello resulta importante destacar la necesidad de la intervención del Estado
en este punto.
Ante la falta de percepción de los agentes privados acerca de los
beneficios sociales que brinda la educación en emprendedorismo, se presenta
la necesidad de que un ente supraindividual intervenga en este mercado para
(12) Como por ejemplo la Universidad Nacional de general San Martín o la Universidad Nacional
de General Sarmiento, entre otras.
poder captar las externalidades positivas que de lo contrario se perderían, ya
que la producción y consumo de equilibrio del bien “educación en
emprendedorismo” estarían en niveles por debajo de la cantidad optima, es
decir la que maximiza la utilidad de la sociedad y logra captar los beneficios
sociales que emanan de dicha educación.
Esto no significa que la educación en emprendedorismo no pueda ser
un bien suministrado en forma privada, de hecho en la mayoría de los países
coexisten la educación publica y privada referida a esta temática; sino que
quiere decir que dicha provisión no será suficiente para producir los beneficios
individuales y comunitarios que permitan poder alcanzar el optimo social.
4. EMPRENDIMIENTO Y DESEMPLEO
Audretsch (2002) afirma que la relación entre desempleo y
emprendimiento es ambigua. Por una parte, al existir desempleo disminuye el
costo de oportunidad de encarar un emprendimiento. En este caso el aumento
del desempleo guía el inicio de actividades independientes porque ha bajado el
costo de oportunidad de estar empleado en una empresa.
Por otra parte, dado que el desempleado tiende a poseer bajas
dotaciones de capital humano y poco del talento requerido para empezar y
sostener una nueva firma, en este aspecto el alto desempleo se asocia con un
bajo grado de inicio de actividades.
A su vez, un bajo porcentaje de emprendedorismo puede ser
consecuencia de bajos niveles de crecimiento económico. Lo cual refleja
también altos niveles de desempleo. En este punto, también estaría asociado el
alto desempleo con bajos niveles de emprendedorismo.
Por otro lado, también hay que considerar que si aumenta el
número de emprendimientos, tiende a disminuir el número de desempleados.
Porque el emprendedor ya no está desempleado y porque de su
emprendimiento pueden surgir nuevos puestos de trabajo.
Sin embargo, un bajo porcentaje de supervivencia de empresas
combinado con el limitado crecimiento de la mayoría de las pequeñas
empresas insinúa que la contribución al empleo es limitada, lo cual no es
acorde con plantear la segura disminución del desempleo.
Por otra parte, destaca que las oportunidades de emprender no se
asocian únicamente con la existencia de desempleo o de amenaza de
desempleo. También existen los efectos producidos por la prosperidad
económica, y por las actividades emprendedoras del pasado, entre otros.
En suma, este autor resalta que no existe una relación clara entre
desempleo y emprendedorismo, y se basa en evidencia empírica en relación a
los países de la OCDE, estudiados en un período reciente. Sin embargo
expresa la importancia que puede tener el rol del emprendedorismo para
disminuir el desempleo. Y expresa la necesidad de estudiar estas relaciones en
los países en vías de desarrollo.
Esta idea de la importancia del emprendedorismo en la generación
de empleo es coincidente con lo planteado por Alicia Chelen (1999). Ella
expresa que por medio del aumento en las cualidades emprendedoras se
crearían nuevas empresas pequeñas y medianas lo cual generaría aumentos
en el empleo.
Cabe destacar que por medio del emprendimiento no sólo puede
disminuir el desempleo, sino que también existen efectos positivos que se
generan en los individuos debido a que pasan de la baja autoestima de estar
desempleados a la autovaloración de su tarea y en consecuencia de si mismos
(Duran y Lukez, 2003).
A su vez, ayudar a la gente joven a adquirir un espíritu
emprendedor fomenta el desarrollo empresarial y propicia que los individuos
busquen ser empleadores y no empleados. Y esto, además de colaborar con la
disminución de la pobreza y el desempleo, representa uno de los motores más
importantes del crecimiento de una región (Roy Thomasson, 2003).
5. EMPRENDIMIENTO Y DESARROLLO LOCAL
En este capítulo se intenta explicar la relación entre el concepto de
emprendimiento y el de desarrollo local. Ya se ha mencionado la relación entre
emprendimiento y desarrollo al presentar las ideas de Say y Schumpeter,
capítulos atrás. El primero reconoce que la sociedad se beneficia con la
existencia de emprendedores y el segundo expresa que por medio de las
innovaciones reiteradas se logra un efecto dominó que provoca crecimiento y
desarrollo socio-económico. El análisis se centra ahora en el desarrollo local.
Si se aplica el concepto de desarrollo elaborado por Amartya Sen a
la teoría del desarrollo local, puede decirse que éste busca que los individuos
de un territorio aumenten sus libertades fundamentales. Y dentro de las
mismas, están incluidas las posibilidades que poseen los sujetos de tener
oportunidades de desarrollar procesos productivos, que les permitan generar
su propio empleo y riqueza.
El actor social que promueve el desarrollo se convierte en un
agente de desarrollo y a él le competen diferentes tareas. Por una parte debe
intentar integrar a los diferentes sectores y actores de la sociedad, también
debe mediar entre éstos, coordinar información, articular necesidades,
recursos, ideas e intentar que exista una fluida comunicación y una fuerte
conexión entre ellos. También tiene que articular entre lo económico, lo político
y lo social y tomar conciencia de los efectos de estas articulaciones. Además, si
bien el actor social no necesariamente está ligado a la toma de decisiones, él
puede conectarse con los organismos encargados de ésta y articular las
demandas sociales con los mismos, y puede generar las condiciones
necesarias para la toma de decisiones en torno a un proyecto.
Por último, cabe destacar que el agente de desarrollo tiene una tarea
innovadora, él debe escuchar y descubrir las necesidades de la población para
luego poder pensar nuevas maneras de responder a las demandas sociales.
Ante la realidad debe intentar buscar nuevos procesos, y sobre todo generar la
búsqueda en conjunto de nuevos procesos, que le permitan avanzar a la
comunidad hacia formas en las que la misma encuentre cómo mejorar su
calidad de vida.
Las capacidades emprendedoras pueden colaborar en el
desenvolvimiento de un proceso de desarrollo local. Esto, en forma
simplificada, se materializará a través de dos caminos: favoreciendo la creación
y el crecimiento de empresas, y cooperando con la organización social. A
continuación se explican estos puntos.
5.1 Creación y crecimiento de empresas
Un importante actor local es la empresa, y en especial la pequeña
empresa, que de acuerdo a su lógica de acción y a su dimensión, posee una
relación más estrecha con el medio que la rodea.
Si bien el emprendedor puede actuar dentro de la empresa en la
que trabaja como empleado, o puede actuar en su propia empresa, resulta
particularmente interesante analizar su capacidad de creación de nuevas
empresas y de tamaño pequeño o mediano. Esto porque la capacidad
emprendedora logra satisfacer las necesidades de autoempleo y resulta
especialmente interesante en el contexto actual en el que el empleo se halla en
crisis. De esta manera se convierte en uno de los pilares fundamentales para el
desarrollo.
Existen estudios (13) en los que se ha demostrado la importancia
de las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMES) en la economía de una
región. Aparecen como estratégicamente relevantes por su capacidad de
(13) Como por ejemplo OCDE Document, 1996. SMEs: Employment, innovation and growth. The
Washington Workshop. Estudio citado por Dánisa Chelen F. en su trabajo “Los emprendedores
como creadores de riqueza regional”(Chile, 1999).
generar empleo, y por su capacidad de crear nuevos productos atendiendo a
necesidades específicas y no masivas.
Por otra parte, este tipo de empresas generalmente poseen
personal con mayores iniciativas y motivaciones debido a que son más
importantes dentro de la estructura de la empresa. El personal se halla más
comprometido, debido a que su trabajo representa relativamente mayor
relevancia en una empresa PyME, que lo que representaría si trabajara en una
gran empresa. Su grado de responsabilidad es mayor (Chelen, 1999).
En conclusión, puede decirse que cuántas mayores actitudes
emprendedoras tengan los actores de una comunidad, más factible será la
creación de pequeñas y medianas empresas. De esta forma nacerán más
empresas con estas características, lo que contribuirá positivamente al
desarrollo de la región.
5.2 Organización Social
Por medio de las capacidades emprendedoras se favorece el
desarrollo de nuevas empresas y también el crecimiento de las empresas ya
existentes. Sin embargo, la capacidad emprendedora no se limita únicamente a
la creación de empresas (como muchas veces se cree), sino que representa
una manera de pensar y de actuar, orientada al crecimiento y al desarrollo, en
un marco integral.
Por ello, es importante estudiar al agente de desarrollo como
emprendedor. Teniendo en cuenta la amplitud de este concepto, puede
analizarse la necesidad de que un agente de desarrollo tenga cualidades
emprendedoras, es más, podría decirse que un agente de desarrollo no podría
actuar como tal sin dichas cualidades.
El agente de desarrollo debe estar en movimiento, buscando nuevas
alternativas ante los procesos, pensando a futuro, sin temores al riesgo que
puede producir el cambio, teniendo la iniciativa necesaria para convocar a otros
actores y servir de nexo entre ellos, generando así un modelo de gestión
participativa. Debe ser capaz de convertirse en un motor dentro de la sociedad,
y de innovar a partir de escuchar y descubrir las necesidades de la misma. Por
todo esto, de acuerdo a las características que posee un emprendedor, y que
han sido explicadas anteriormente, puede observarse que cuantas mayores
cualidades emprendedoras tengan los agentes, más factible será el proceso de
desarrollo.
6. CONCLUSIONES
A lo largo de esta monografía se ha perseguido el objetivo de
revisar algunos aportes teóricos sobre emprendimiento y analizar la
importancia del espíritu emprendedor en el orden social.
Se ha intentado explicar la fuerte relación que existe entre las
cualidades emprendedoras y la calidad de vida de una comunidad, y la manera
en que el proceso de socialización influye sobre las mismas.
De esta forma, ha quedado de manifiesto cómo la temática de
emprendimiento ha ido aumentando su importancia a través del tiempo, cómo
algunos autores la han ido desarrollando y por qué motivos es relevante
estudiarla.
De acuerdo a la bibliografía consultada, se puede decir que existe
una relación entre el concepto de emprendimiento y los conceptos de
educación, desempleo y desarrollo local. Por una parte, se deduce que las
aptitudes emprendedoras pueden forjarse y potenciarse a través de la
educación. También se puede mencionar que la existencia de emprendimientos
disminuye el desempleo. Y por último, se observa que las actitudes
emprendedoras contribuyen positivamente en el desarrollo de un proyecto y a
su vez, en el desarrollo de una comunidad.
Del estudio de las relaciones mencionadas en el párrafo anterior puede
concluirse que existe un círculo virtuoso entre los conceptos de
emprendimiento, educación, desempleo y desarrollo local. También, que el
Estado tiene un importante rol a la hora de alimentar el mencionado círculo,
sobre todo como proveedor del bien “educación en emprendimiento”, ya que si
se deja únicamente en mano privadas, la provisión sería subóptima y no
podrían captarse las externalidades positivas derivadas del mismo. En la
siguiente figura se esquematiza el círculo virtuoso al que se hace referencia:
Mayor educación
en
emprendimiento
•
Mejoras en la
organización social.
• Formación de redes
sociales.
• Generación de
proyectos sociales.
Mejores niveles de
educación en la
comunidad
Disminución del desempleo
• Creación de empresas.
• Crecimiento de
empresas ya existentes.
• Generación de
autoempleo.
Aumento de la dotación
social de cualidades
emprendedoras
Mayor desarrollo local de la
comunidad
El círculo virtuoso es el siguiente, si se implementan medidas
tendientes a mejorar la educación en entrepreneurship, en la cual el Estado
tiene un importante rol, se logra aumentar el espíritu emprendedor de los
individuos y de esta forma existe una mayor dotación social de cualidades
emprendedoras. Esto provoca efectos positivos, tales como la creación de
empresas, el crecimiento de las empresas existentes y la generación de
autoempleo. Contribuyendo así a la disminución del desempleo, lo cual
favorece al desarrollo socio económico. Esto debido a que disminuyen los
recursos ociosos en la comunidad, favoreciéndose así el crecimiento del
producto, y debido a que los individuos, cuando tienen trabajo, mejoran su
autoestima y su calidad de vida.
A su vez, al aumentar las cualidades emprendedoras de la
comunidad, aumenta la aparición de nuevas e innovadoras iniciativas en la
misma, y se facilita la tarea de los agentes de desarrollo, favoreciéndose así la
generación de proyectos y la formación de redes sociales. De esta manera, se
propicia el desarrollo local en ese territorio, y una sociedad más desarrollada
mejora sus niveles de educación, mejorando también la educación en
emprendimiento y retroalimentándose así el círculo virtuoso.
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