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LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 84, número 697, julio-agosto 2015, p. 5-19.
La Isoprolaxis no es Homeoprolaxis ni inmunización homeopática, sino Inmunización Isopática, y no se Fundamenta en el Modelo Epistemológico Homeopático: Respuesta a Golden (parte 2 de 2)
*La Isoprolaxis no es Homeoprolaxis
ni Inmunización Homeopática, sino
Inmunización Isopática, y no se
Fundamenta en el Modelo Epistemológico
Homeopático: Respuesta a Golden
(parte 2 de 2)
Resumen
Existen opiniones controversiales dentro de la Homeopatía en relación con la in-
munización tradicional, las cuales señalan que ésta puede producir efectos adver-
sos en algún porcentaje de la población que la recibe, e incluso agravar enferme-
dades crónicas, por lo que se ha propuesto una vacunación con preparados de
elementos bacterianos llevados a dinamizaciones homeopáticas en un esquema
de vacunación isoproláctica que podría sustituir a la vacunación tradicional.
En esta publicación, el doctor Teixeira realiza un análisis de este tipo de
propuestas, señalando las ventajas y desventajas de las mismas. Desde su propio
enfoque analiza también las opiniones que tienen varios organismos internacio-
nales al respecto, y arma que nada se compara en protección y seguridad a una
prescripción homeopática individualizada que siga las premisas epistemológicas
de este método.
Del mismo modo, el autor establece que, mientras no se tengan estudios
clínicos de alta calidad metodológica que demuestren la seguridad y ecacia de
una isoprolaxis, ésta no podrá sustituir a los esquemas de vacunación tradicional.
**Marcus Zulian Teixeira
*Artículo publicado original-
mente en el International Jour-
nal of High Dilution Research,
volumen 13, número 46 (2014).
Se publica en La Homeopatía
de México con la autorización
expresa del autor. Disponi-
ble en: http://www.feg.unesp.
br/~ojs/index.php/ijhdr/article/
view/707/687
Traducción del inglés al es-
pañol: Gustavo Aguilar Veláz-
quez.
**Escuela de Medicina de la
Universidad de São Paulo
(FMUSP), São Paulo, Brasil.
Artículo de revisión
Recibido: febrero, 2015. Aceptado: marzo, 2015
www.latindex.unam.mx periodica.unam.mx
PALABRAS CLAVE:
Vacunación,
Genio epidémico,
Isoprolaxis,
Homeoprolaxis,
Enfermedades
infecciosas,
Epistemología
homeopática.
Abstract
There are controversial opinions within homeopathy regarding traditional
immunization, which refer that this may cause side effects in some percentage of
the population receiving it, and may even aggravate some chronic diseases, this has
led to propose a vaccination with bacterial elements homeopathically prepared in
an isprophylactic vaccination scheme that could replace the traditional vaccination.
lilacs.bvsalud.org/es/
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LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 84, número 697, julio-agosto 2015, p. 5-19.
Marcus Zulian Teixeira
La Isoprolaxis no es
homeoprolaxis ni inmunización
homeopática, sino una
immunización isopatica que no
es posible sostener por el modelo
epistemológico homeopático
Aunque Hahnemann reconoció los benecios que
brindaba la vacuna de la viruela —la cual fue intro-
ducida por Edward Jenner en 1796, después de una
cuidadosa observación y descripción de una serie de
27 casos—, también condenó el uso indiscriminado de
diluciones altas, de partes o de subproductos de una
enfermedad, así como de algún agente patógeno (lla-
mados nosodes o bioterápicos) ya sea para nes pro-
lácticos o como un tratamiento isopático (“principio
de identidad etiológica”; aequalia aequalibus curentur)
sin que previamente hubiese habido pruebas patoge-
nésicas de que en esas sustancias se aplicara la ley
de la semejanza basada en una individualización ob-
tenida de los síntomas. Según Hahnemann, la vacuna
de la viruela sólo podría ser utilizada como un remedio
homeopático cuando el conjunto de los síntomas de
esa enfermedad fuera similar a la de la viruela.
“Una tercera manera de emplear los medica-
mentos homeopáticos en las enfermedades intentó
crearse mediante la isopatía, como es llamada, es de-
cir, un método de curación de una enfermedad dada,
por el mismo principio contagioso que la produce. [...]
Para intentar curar mediante la misma potencia mor-
bosa (por Idem) lo que contradice toda comprensión
humana normal y por lo tanto, toda experiencia. Aque-
llos que llevaron la isopatía a la notoriedad, probable-
mente pensaron en los benecios que la humanidad
había recibido de las vacunas por el hecho de que
un individuo vacunado estaba protegido contra la in-
fección de viruela que pudiera contraer en un futuro,
como si fuera curada por adelantado. Ambos, vacuna
y viruela, son parecidas, pero de ninguna manera son
la misma enfermedad. Existen muchos aspectos en
que son diferentes, a saber: la vacuna tiene un cur-
so más rápido y de mayor suavidad que la viruela, y,
lo más importante, no es contagiosa para el hombre
por más cercanía que exista. La vacunación univer-
sal puso n a todas las epidemias de la tan temida
y mortal viruela, a tal punto que la generación actual
ya no tiene un concepto claro de lo que eran las temi-
bles epidemias de viruela. Más aún, de esta manera,
sin lugar a dudas, ciertas enfermedades propias de
los animales pueden proporcionarnos remedios y así
felizmente agrandar nuestro arsenal de remedios ho-
meopáticos. ¿Pero usar la materia morbíca humana
(un Psorinum tomado de una lesión de sarna en el
hombre) como un remedio para el mismo picor o mal
originado? Nada puede resultar de esto más que pro-
blemas y un agravamiento de la enfermedad” (Orga-
non de la medicina, nota al §56).
“Sera sólo de acuerdo con mi bien conoci-
da máxima (el nuevo principio) que la viruela, para
dar un ejemplo entre muchos, tiene un importante
proláctico en la vacuna de la viruela, la cual es una
enfermedad exantemática, cuyas pústulas aparecen
después del sexto día de la inoculación, con dolor
e inamación de las glándulas axilares, dolor en la
espalda y en los lomos con presencia de ebre y ro-
deado por una inamación eritematosa, es decir, que
en conjunto constituyen una enfermedad muy similar
a la viruela”1.
Como se discutió anteriormente, para que
cualquier sustancia (simple o compleja) sea consi-
derada como un remedio homeopático y pueda em-
plearse terapéutica o preventivamente de una mane-
ra “segura” y “ecaz”, según el principio de similitud
basado en los síntomas, ésta debe ser sometida a
pruebas en seres humanos para investigar sus “efec-
In this paper, Dr. Texeira performs an analysis of such proposals, showing
their advantages and disadvantages. From his own approach he also analyzes the
opinions of several international organizations, he says that nothing compares in
safety and security as an individualized homeopathic prescription guided by the
homeopathic epistemological premises.
In the same way, the author states that as long as clinical studies of high
methodological quality demonstrating the safety and effectiveness of a isoprolaxis,
don’t exist, this type of prophylaxis cannot replace the traditional vaccination
schedules.
KEYWORDS:
Vaccination, Epidemic
genius, Isoprolaxis,
Homeoprophylaxis,
Infectious diseases,
Homeopathic
epistemology.
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LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 84, número 697, julio-agosto 2015, p. 5-19.
La Isoprolaxis no es Homeoprolaxis ni inmunización homeopática, sino Inmunización Isopática, y no se Fundamenta en el Modelo Epistemológico Homeopático: Respuesta a Golden (parte 2 de 2)
tos primarios”, “síntomas patogénicos” o “efectos
adversos”. De esta manera, cualquier producto ani-
mal podría ser utilizado homeopáticamente y sumi-
nistrado después de que se observen dichas premi-
sas. Esto es, de hecho, el caso de muchos nosodes
(Medhorrinum, Psorinum, Tuberculinum, etcétera),
los cuales fueron primeramente sometidos a prue-
bas patogénicas y posteriormente se utilizaron con el
cumplimiento del requisito homeopático de individua-
lización sintomática.
Por el contrario, según Hahnemann, la uti-
lización de nosodes seleccionados basados en el
“principio de identidad etiológica” (isopatía), es decir,
la administración de productos obtenidos de agentes
infecciosos para tratar enfermedades causadas por
un agente etiológico idéntico (o para prevenirlo), no es
compatible con el modelo epistemológico homeopá-
tico. Apropiadamente llamada “isoprolaxis” o “inmu-
nización isopática” (en lugar de “homeoprolaxis” o
“inmunización homeopática”), este enfoque ha sido
sugerido por Golden y colaboradores como un pro-
cedimiento proláctico aplicable a todas las enferme-
dades epidémicas de la infancia. Consistentemente,
han propuesto sustituir el calendario convencional de
vacunación por un programa de isoprolaxis (tabla
1), que según ellos es “comparable en ecacia a las
vacunas convencionales y no es tóxico”2.
Tabla 1. Programa preventivo propuesto en contra de las enfermedades infecciosas.
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LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 84, número 697, julio-agosto 2015, p. 5-19.
Marcus Zulian Teixeira
Golden ha cometido varios errores cayendo
en contradicciones al criticar mis comentarios, al tra-
tar de justicar el uso de nosodes preparados a partir
de agentes infecciosos, como una práctica prolác-
tica estándar3, como lo ha hecho también en otros
debates, con defensores del modelo epistemológico
homeopático4, 5.
Para empezar, aunque Hahnemann clara-
mente denió a la “isopatía” (isoterapia) como “un
método para curar una enfermedad particular, por el
mismo principio contagioso que la produjo” basado
en el “principio de identidad etiológica” (aequalia ae-
qualibus curentur), Golden arma que su “programa
preventivo”6 no es una isopatía, sino que se basa en
el “principio de los semejantes”, aduciendo los si-
guientes conceptos erróneos:
• Un remedio isopático se elabora con base en
sustancias propias del paciente (lo que nal-
mente sería un remedio autoisopático; los re-
medios preparados a partir de sustancias obte-
nidas de otras personas serían propiamente los
isopáticos).
• Los remedios isopáticos son preparados a par-
tir de “cepas” o “subtipos” de microorganismos
que probablemente no sean “idénticos” al ger-
men que causa una epidemia dada (de hecho,
no importa si son “idénticos” o “no idénticos”) ya
que son prescritos con base en el principio de
identidad etiológica, en vez del principio de simi-
litud basada en los síntomas.
• Los nosodes son utilizados más como “pre-
ventivos” que como “curativos”, cumpliendo así
con la prohibición de Hahnemann (de hecho,
cualquiera de las indicaciones de los remedios
isopáticos se basa en el mismo principio de la
identidad etiológica, mientras que en la Homeo-
patía se aplica el principio de similitud basado
en los síntomas para la cura y prevención de
enfermedades).
• Arma que durante el proceso de “potencia-
ción”, el remedio “isoterápico” se convierte en
un “simillimum” (y aunque esta idea ha sido de-
fendida por Hering y Stapf, esto se ha hecho, sin
ningún fundamento en la doctrina homeopática,
según la cual el simillimum es el remedio ho-
meopático ideal).
Golden ha dicho lo siguiente: “Teixeira no ha
logrado comprender plenamente el principio de los
semejantes”, y se apoya en una endeble argumen-
tación para justicar su práctica isopática como una
aproximación homeopática legitima. Pese a esos es-
fuerzos equivocados, Golden basa su enfoque pre-
ventivo en el “principio de identidad etiológica” y des-
precia totalmente el principio de “similitud basada en
los síntomas” que caracteriza el “principio homeopá-
tico de los similares”.
Evidencias sobre la seguridad de
la homeoprolaxis y la isoprolaxis
Según Hahnemann, la única forma (segura y ecaz)
de utilizar el método de tratamiento homeopático es
con el uso de “remedios dinamizados” con base en la
hipótesis de la “individualización de un solo remedio”,
tanto en el tratamiento como en la prevención, ya que
sólo la “totalidad de la síntomas” será lo que reeje “la
alteración de la fuerza vital”, y “debe ser el director, o
el único medio, por el cual la enfermedad maniesta
el remedio que necesita” (Organon de la medicina,
§7). Por lo tanto, además del tratamiento homeopáti-
co “constitucional”, cuyo objetivo es reducir al mínimo
la susceptibilidad del individuo a la predisposición de
la enfermedad, deberá usarse el “remedio homeopá-
tico del genio epidémico en cada caso” como terapéu-
tico o proláctico para obtener la manera más segura
de una homeoprolaxis especíca.
Aunque Golden no elige remedios potencia-
dos basado en la totalidad de los síntomas (indivi-
dualización), que es la condición sine qua non para
la aplicación “segura” y “ecaz” del “principio de simi-
litud basado en los síntomas”, los remedios que se
seleccionan para su programa preventivo (Lathyrus
sativus, Pneumococcinum, Tetanus toxin, y otros) -
nalmente se convierten en ensayos homeopáticos en
seres humanos, en donde aparecen una gran varie-
dad de “efectos patogénicos” considerados “efectos
adversos” en niños susceptibles en el momento en
que son recetados, despreciando las tres premisas
homeopáticas fundamentales. Al armar que su pro-
grama “ofrece un nivel comparable de protección
contra las enfermedades infecciosas para las cua-
les están destinadas las vacunas, sin riesgo alguno
agregado de daño tóxico”7, Golden ignora la premisa
principal relativa al principio de similitud basado en
los síntomas.
Hahnemann menciona: “...los medicamentos
tampoco presentan nada de curativo salvo su facul-
tad de producir síntomas morbosos en los hombres
sanos y de hacerlos desaparecer en los enfermos”
(Organon de la medicina, §22). Esta es la razón por
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LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 84, número 697, julio-agosto 2015, p. 5-19.
La Isoprolaxis no es Homeoprolaxis ni inmunización homeopática, sino Inmunización Isopática, y no se Fundamenta en el Modelo Epistemológico Homeopático: Respuesta a Golden (parte 2 de 2)
la que cualquier sustancia sólo podrá curar los sín-
tomas que sea capaz de inducir, y por lo tanto no
podrá exhibir una “ecacia” (protección) comparable
a la de las vacunas “sin riesgo alguno agregado de
daño tóxico”. En otras palabras, si una sustancia es
intrínsecamente capaz de provocar síntomas mórbi-
dos, ésta no estará exenta de causar efectos tóxicos/
adversos.
En lo que se reere a la seguridad de su
“programa preventivo”8, Golden señala que la tasa
de efectos adversos observados por individuo es
de 9.2% (un total de 215 reacciones en 2,342 indivi-
duos) y la tasa de efectos adversos por dosis es de
1.5%, siendo estas reacciones generalmente “leves y
breves”. En los estudios previos a la comercialización
(ensayos clínicos de fase II) rigurosamente controla-
dos para poder asegurar la validez y reproducibilidad
de los resultados (a diferencia de los presuntos ha-
llazgos reportados por Golden), “las reacciones ad-
versas comunes en las vacunas ocurren en un rango
que va del 1% a menos del 10% de las dosis admi-
nistradas”9.
Contrariamente a las estimaciones de Gol-
den, y señalando el poder de las “sustancias dinami-
zadas” para causar síntomas patogénicos (eventos
adversos) cuando se administran sin tomar en cuenta
la premisa homeopática de la “individualización basa-
da en los síntomas” (nosodes, por ejemplo), un estu-
dio llamado Una revisión sistemática de la calidad de
los estudios patogenésicos homeopáticos publicados
de 1945 a 199510 demostró que “156 estudios patoge-
nésicos homeopáticos (HPT, por sus siglas en inglés)
de 143 medicamentos, que involucraron a 2,815 vo-
luntarios, produjeron 20,538 efectos patogénicos (con
una media de 6.5 por voluntario)”. Llama la atención el
alto porcentaje de “síntomas mórbidos” causado por
sustancias potenciadas; en promedio, “alrededor del
84% de los voluntarios que recibieron tratamiento ho-
meopático activo desarrollaron síntomas”.
Varios ejemplos de la aparición de estos
“eventos iatrogénicos” (“síntomas patogénicos” o
“síntomas mórbidos”) que podrían servir como ad-
vertencia acerca del peligro potencial implícito en
el “programa preventivo” de Golden se han descrito
en la materia médica de nosodes; uno de ellos es
“una prueba involuntaria del Diphtherinum”, en la que
se le administró este remedio a una niña con nes
preventivos11. Basado en el modelo homeopático, es
posible predecir que lo mismo podría suceder en el
caso de otros nosodes o de cualquier otro remedio
homeopático que no hubiese sido prescrito con base
en la “individualización basada en los síntomas”, sus
síntomas patogénicos o el patrón individual de sus-
ceptibilidad del paciente (idiosincrasia).
“Una niña de nueve años de edad, después
de haber sido expuesta a la difteria maligna, el 13
de noviembre, recibió Diphtherinum 1M (Skinner)
tres veces al día durante once días como proláctico;
posteriormente la paciente desarrolló escalofrío, ele-
vación de temperatura y enrojecimiento de la cara. La
paciente manifestó sentirse cansada y fría, se quejó
de dolor al tragar y al duodécimo día de la administra-
ción las amígdalas y la pared posterior de la faringe
se cubrieron de membranas grises de aspecto sucio,
corrugadas verticalmente, como una supercie de la-
vadero volteado hacia arriba.
“El jueves 14 de noviembre de 1907 se le ini-
ciaron polvos, tres cada día durante ocho días, y lue-
go dos al día durante dos días. El 23 de noviembre
mencionó estar cansada, se sentó a descansar en
tres ocasiones; el 24 de noviembre, el cansancio la
llevaba a estar acostada aunque por momentos vol-
vía a sentirse juguetona. El 25 de noviembre presen-
taba temperatura de 103º F, pulso 148, completo; se
apreciaba el latir de las carótidas, los ojos brillantes,
enrojecimiento de la cara, y en el centro de las meji-
llas una coloración casi púrpura.
“La garganta presentaba un color rojo oscu-
ro, sin membranas; pero en la pared posterior de la
misma había una coloración amarillenta como crema
sucia, con la presencia de membranas secas dis-
puestas en pliegues tanto en la parte de arriba como
de abajo. El lunes por la noche comenzó a hablar
dormida con los ojos bien abiertos. En su delirio bus-
caba objetos imaginarios tomados de su habitación,
y pedía que ‘esas personas se salgan’. Se sentaba y
buscaba entre la ropa de cama la correa de sus libros
escolares.
“El 26 de noviembre la ebre es de 101.2º F,
el pulso de 116, la membrana que está en medio de
la garganta se encuentra más ligera, húmeda y na.
El 27 de noviembre la temperatura se encuentra en
99.2º F, su pulso es de 100, se aclara la garganta en
su parte media. Se observan sacudidas de una sola
extremidad, en el hombro o en algún dedo. Para el 28
de noviembre la temperatura es de 101.2º F, el pulso
de 116, y desea que su madre le sostenga la mano,
su lengua está blanquecina, con la punta excesiva-
mente roja (húmeda).
“El 29 de noviembre tiene 101.2º F de tem-
peratura, el pulso de 116, y con un aliento ofensivo.
El 30 de noviembre, la temperatura es de 99.4º F, el
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LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 84, número 697, julio-agosto 2015, p. 5-19.
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pulso es de 100. Presenta membrana blanca, espe-
cialmente en la parte delantera y borrada del centro
de la pared posterior de la garganta. La lengua tiene
una cubierta blanquecina, con papilas rojas; y la pun-
ta muy roja, con una mancha de color rojo oscuro en
el centro de la punta roja.
“Dormimos bien ayer por la noche, hasta las
4:00 de la mañana, entonces estaba inquieta y des-
pierta; se movía y cambiaba de posición, moviendo
los brazos y las piernas con frecuencia; roncaba y
movía las alas de la nariz, la piel parecía seca, la
frente húmeda a lo largo del borde del cabello en el
momento en que se dormía, cuando intentaba conci-
liar el sueño (Diphtherinum: an involuntary proving,
disponible en: The materia medica of the nosodes
with provings of the x-ray)12.
Cualquier discusión sobre la exactitud de los
hallazgos de Golden requiere un análisis más pro-
fundo en relación a la presencia de un “error siste-
mático” o tendencia en los métodos que empleó13,
los cuales son evidentemente pobres en virtud de
no haberse realizado este análisis, ya que muestran
muchas fallas relativas a los criterios clínicos epide-
miológicos y sus conclusiones son inferidas a partir
de datos insucientes. Por estas razones los resul-
tados de Golden son cientícamente cuestionables
en relación a los requerimientos mínimos, a saber, la
“seguridad” (subestimación de los eventos adversos)
y la “ecacia” (sobreestimación de efectividad).
“Un resumen más detallado de mis resultados
se muestran en la tabla 2. Los datos están basados en
las respuestas obtenidas del cuestionario aplicado a los
padres cuyos hijos estaban utilizado mi programa de ho-
meoprolaxis (HP). Cada respuesta cubría un año de
vida del niño. Algunos padres contestaron cuestionarios
que abarcaban más de 6 años, y en algunos casos sólo
el primer año del programa. Los quince grupos de datos
obtenidos se dividieron en tres grupos de cinco, basa-
dos en las diferencias leves en los programas de HP
utilizados. El tercer grupo (series 11-15) fue estudiado
en mayor detalle para validar los hallazgos de series an-
teriores. Siete pruebas diferentes se llevaron a cabo en
los datos de las series 11-15”14.
De acuerdo con The Cochrane Collaboration15,
“un sesgo es un error sistemático o una desviación de la
verdad, en los resultados o inferencias. Los sesgos pue-
den intervenir en cualquier dirección: sesgos diferentes
pueden dar lugar a la subestimación o la sobrestimación
del verdadero efecto de la intervención. Los sesgos pue-
den variar en cuanto a magnitud: algunos son peque-
ños (y triviales, comparados con el efecto observado)
y otros son signicativos (de manera que un hallazgo
evidente puede deberse completamente a un sesgo).
Incluso una fuente especíca de sesgo puede variar en
su dirección: el sesgo debido a un determinado defecto
del diseño (por ejemplo, falta de ocultación de la asigna-
ción) puede dar lugar a la subestimación de un efecto
en un estudio, y por otra parte a la sobrestimación en
otro estudio. Habitualmente no es posible conocer hasta
qué grado los sesgos han afectado los resultados de un
estudio concreto, aunque existe evidencia empírica de
buena calidad de que defectos especícos en el diseño,
la realización y el análisis de los ensayos clínicos alea-
torizados, dan lugar a sesgo. Es más apropiado consi-
derar el riesgo de sesgo debido a que los resultados de
un estudio pueden de hecho no estar sesgados a pesar
de los defectos metodológicos”.
Los sesgos pueden ser de distintos tipos: de se-
lección (generación de la secuencia aleatoria o la ocul-
tación de la asignación), de realización (el cegamiento
de los participantes y las evaluaciones de personal debe
hacerse para cada resultado principal), de detección (el
cegamiento de la evaluación de resultados debe ha-
cerse para cada resultado principal), de deserción (los
datos incompletos de la evaluación de resultados debe
hacerse para cada resultado principal) y de información
(informe selectivo), entre otros tipos.
Como resultado de fallas metodológicas en el
diseño y la conducción de su estudio (falta de aleatoriza-
ción, de cegamiento, falta de un grupo control así como
de examinadores independientes), el cual estuvo basa-
do en una intervención proláctica en su comunidad16,
Golden incurrió en varios tipos de sesgos que pudieron
originar una “desviación de la realidad en sus resulta-
dos, así como en sus inferencias”, a saber: el sesgo de
selección (asignación sesgada de las intervenciones,
debido una falta de aleatorización, falta de un grupo
control efectivo, así como un muestreo no aleatorio y
pacientes voluntarios) y el sesgo de realización (falta de
cegamiento, debido a que el personal y los participantes
tenían conocimiento de las intervenciones asignadas
durante el estudio); también existieron sesgo de detec-
ción (falta de cegamiento de los evaluadores de resulta-
do, debido a que los evaluadores del resultado también
tenían conocimiento de las intervenciones asignadas),
sesgo de deserción (debido a la cantidad, naturaleza o
la manipulación de los datos de resultados incompletos:
respuesta incompleta a los cuestionarios a largo plazo o
la pérdida de participantes del estudio) y sesgo de infor-
mación (debido al informe selectivo de resultado: al uso
de cuestionarios incompletos, y al análisis de grupos
parciales).
El hecho de que no exista un grupo control
efectivo que asegure la normalidad de las variables
de los grupos sujetos a analizar no permite que se
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La Isoprolaxis no es Homeoprolaxis ni inmunización homeopática, sino Inmunización Isopática, y no se Fundamenta en el Modelo Epistemológico Homeopático: Respuesta a Golden (parte 2 de 2)
realice una evaluación adecuada de la seguridad y
hace imposible la valoración de la efectividad de la
intervención (por ejemplo: debido a la dicultad de
valorar individuos expuestos a enfermedades preve-
nibles), en virtud de que la comparación con las fre-
cuencias nacionales de incidencia no provee un grupo
control “efectivo” (la muestra de Golden es de pacien-
tes que no corresponden con la distribución nacional,
por ejemplo). Otros factores confusos son el hecho de
que el 12% de los pacientes había sido previamente
vacunado, o bien, la expectación positiva de los pa-
dres (que genera un efecto placebo), entre otros.
A posteriori, con la esperanza de reducir al
mínimo los defectos metodológicos estructurales,
Golden aplicó “pruebas para validar las medidas”
siendo fuertemente criticado por la comunidad cien-
tíca, lo que hizo difícil admitir los hallazgos repor-
tados en “la evidencia de la seguridad de la HP utili-
zando nosodes”, “en donde demostraba claramente
que el uso a largo plazo de una HP es mucho menos
dañino que la vacunación, y de hecho no parece ser
menos seguro que el uso de tratamiento general o
constitucional como una opción de inmunización”17, 18.
Las mismas dudas derivadas de la mala
calidad metodológica de la investigación de Golden
obstaculizan la posibilidad de admitir los resultados
reportados en “la evidencia cientíca de la ecacia de
la HP utilizando nosodes”, según la cual “ofrece un
nivel comparable de protección contra las enferme-
dades infecciosas para las cuales están destinadas
las vacunas”19, 20. El hecho de que tales resultados no
fuesen publicados en una revista cientíca arbitrada,
donde la metodología y la obtención de datos son so-
metidos sistemáticamente a una evaluación, aprueba
la presente crítica.
Otras revisiones también señalaron la baja
calidad metodológica de la investigación sobre la
isoprolaxis; de la misma forma destaca el hecho de
que deberán realizarse estudios cientícos muy bien
diseñados antes de que se pueda recomendar a la
isoprolaxis como una alternativa segura y efectiva a
la inmunización convencional en los niños. “El subs-
tituir nosodes isopáticos para la vacunación con una
falsa promesa de seguridad y la esperanza de una
ecacia es solamente una mala medicina”21.
“Durante los últimos 100 años la medicina
alopática ha desarrollado vacunas para casi todas las
enfermedades epidémicas serias, y el desarrollo de
nuevas vacunas para enfermedades severas continúa
activamente. En el ánimo de prevenir enfermedades
infecciosas serias y sin tomar en cuenta los efectos
colaterales de la vacunación, algunos homeópatas
han desarrollado un sistema paralelo de homeopro-
laxis utilizando remedios que son nosodes de la enfer-
medad especica o remedios que han sido altamente
efectivos en el tratamiento de esa enfermedad[…],
pero gran cantidad de la evidencia de la seguridad y
ecacia de la homeoprolaxis es anecdótica.
“El doctor Grimmer reportó que ninguno de
los más de 30,000 niños que recibieron Lathyrus sati-
va para prevenir la poliomielitis presentó efectos cola-
terales, hasta su saber. Isaac Golden reportó que de
un grupo de más de 1,300 niños que recibió homeo-
prolaxis generalizada para múltiples enfermedades,
sólo el 10% presentó efectos colaterales, siendo la
mayoría de éstos muy leves y por muy poco tiempo.
“Pero sus resultados fueros obtenidos por
una encuesta en la que únicamente el 70% de la
población respondió […]. Aunque es poco probable,
podría suceder algún día que la homeoprolaxis sea
una herramienta valiosa para el profesionista. Pero
antes de que eso suceda, se deberán realizar múl-
tiples estudios prospectivos estandarizados al estilo
alopático. También deberán obtenerse estudios de
análisis de seguridad.
“La investigación en esta área deberá ser
sostenida en relación con la comprobación de la e-
cacia que señalan los datos actuales. La instauración
de una homeoprolaxis generalizada como una alter-
nativa segura a la vacunación alopática no deberá
realizarse hasta que el médico esté preparado para
esclarecer la naturaleza y los riegos potenciales de
esta aproximación. Nuestros pacientes se están en-
frentando a decisiones difíciles en relación con las
vacunaciones.
“Muchos médicos homeópatas han expre-
sado apropiadamente sus preocupaciones sobre los
procesos de vacunación. Pero el sustituir la vacuna-
ción tradicional por nosodes isopáticos en una falsa
promesa de seguridad y la esperanza de una ecacia
es simplemente una mala medicina”22.
Evidencia de la efectividad de la
homeoprolaxis y la isoprolaxis
En su artículo de respuesta23, Golden arma: “utilicé
un doble control cuando se compararon la evidencia
del uso de remedios del [genio epidémico] (GE) y los
nosodes” y “pretendí desconocer la evidencia cientí-
ca disponible que apoyaba el uso proláctico de no-
14
LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 84, número 697, julio-agosto 2015, p. 5-19.
Marcus Zulian Teixeira
sodes”. En mi revisión anterior24 no utilicé “un doble
control al comparar la evidencia del uso de remedios
del GE y los nosodes”, pero informé de la falta de
evidencia able en apoyo de uno u otro enfoque.
“De acuerdo con la semiología homeopáti-
ca clásica como la planteó Hahnemann, después de
encontrar el medicamento individualizado (el genio
epidémico) para los diferentes estadios de una en-
fermedad epidémica dada, y luego de la aplicación a
gran escala de un medicamento para la prevención
y el tratamiento de una epidemia, se tendrá que dar
seguimiento a ésta por medio de estudios observa-
cionales y experimentales adecuadamente diseña-
dos, a n de que los resultados puedan analizarse
debidamente, cumpliendo con los principios de la
epidemiología clínica moderna e impidiendo errores
sistemáticos como desviaciones o efectos al azar
que contaminen los resultados obtenidos.
“A pesar de evidencias de cientos de años,
descritas en este artículo, la mayoría de los intentos
en esta área sólo se presentan como reportes de ‘ca-
sos tratados’ con un nivel muy bajo de signicancia
cientíca, haciendo de esta manera imposible inferir
conclusiones denitivas. Dentro de los intentos que se
han llevado a cabo en Brasil, solamente Marino en la
evaluación que plasmó en su tesis de maestría sobre
la acción del uso individualizado y único de Eupato-
rium perfoliatum en la prevención del dengue en la
epidemia de 2001 en San José del Río Negro, en Sao
Paulo, decidió incluir un grupo control y un análisis es-
tadístico, demostrando una caída en la incidencia de
la enfermedad después de la intervención homeopá-
tica. Este mismo criterio metodológico debería repro-
ducirse en el diseño de proyectos de investigación en
donde se emplee isoprolaxis dinamizada. Como ya
se mencionó, este método ha sido ampliamente pu-
blicitado como preventivo en contra de enfermedades
epidémicas, pero sin ninguna base en la epistemolo-
gía homeopática hahnemanniana y sin demostrar nin-
guna evidencia cientíca en relación con los riesgos y
benecios de ese método”25.
Sobre esas declaraciones, no obstante, debe
admitirse que los estudios en donde se utilizaron re-
medios individualizados (basados en los síntomas
del GE) para el tratamiento y la prevención de las
enfermedades epidémicas (homeoprolaxis) fueron
mucho más consistentes, exhibieron un mejor diseño
y una mejor documentación cientíca y metodológica
que los que se realizaron con isoprolaxis; esto ha
sido así desde los primeros y cuidadosos informes
de Hahnemann acerca de una serie de casos y de
su prevención (escarlatina, tifus, ebres remitentes,
cólera)26-31 hasta los protocolos terapéuticos y pre-
ventivos más recientes (gripe, cólera, dengue)32-39.
Dentro de los estudios más recientes se en-
cuentra el protocolo multicéntrico para ensayo con-
trolado y aleatorizado (ECA o RCT, por sus siglas
en inglés), formulado por Dantas y colaboradores40,
el cual se basa rigurosamente en las premisas ho-
meopáticas epistemológicas, tanto en los concep-
tos éticos como cientícos fundamentales, y busca
conformar un “diseño metodológico riguroso”. Inicial-
mente formulado para el tratamiento de una enfer-
medad epidémica (inuenza) e indicando el uso de
los remedios del GE individualizados, éste podría ser
adaptado para la homeoprolaxis “utilizando los mis-
mos remedios que presentaran similitud con la totali-
dad de los síntomas característicos del estado inicial
de la epidemia” y la isoprolaxis, es decir, cuando se
utilicen nosodes (siempre que el mismo “diseño me-
todológico riguroso” se cumpla).
El mismo diseño metodológico riguroso es uti-
lizado en la actualidad por un grupo de investigadores
en la elaboración de un ECA multicéntrico, valorando
la efectividad y la ecacia de los remedios individuali-
zados del GE para la prevención y el tratamiento del
dengue en varios estados y municipios brasileños con
alta incidencia y niveles de prevalencia de la infección
(Protocolo para la prevención y el tratamiento de la
ebre del dengue y sus complicaciones)41. De esta
manera se intentan añadir datos más exactos a aque-
llos obtenidos por protocolos previos no controlados o
que utilizaron medicamentos no individualizados. Por
cierto, sugeriría a estos investigadores que hagan lo
posible por documentar las diferentes etapas y formas
de la enfermedad para seleccionar de una manera
más acuciosa los remedios preventivos y curativos, tal
como lo hizo Hahnemann.
Más que criticar mis sugerencias42 para me-
jorar los datos obtenidos por estudios previos, los
cuales presentaban una pobre calidad metodológica
por no ser “estudios experimentales y observaciona-
les propiamente diseñados” (‘se ha observado en la
literatura alopática que el uso de los ECA puede ser
problemático debido a fallas fundamentales en el di-
seño, lo que signica que la relevancia práctica de
sus resultados se ve frecuentemente comprometi-
da’43), Golden debería aprovechar los ejemplos antes
mencionados, en los cuales los diseños metodológi-
cos son muy rigurosos, para mejorar la calidad cien-
tíca de los estudios de evaluación de la isoprolaxis,
ya que la mayoría de ellos reportan datos insucien-
tes y presentan fallas metodológicas importantes44.
15
LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 84, número 697, julio-agosto 2015, p. 5-19.
La Isoprolaxis no es Homeoprolaxis ni inmunización homeopática, sino Inmunización Isopática, y no se Fundamenta en el Modelo Epistemológico Homeopático: Respuesta a Golden (parte 2 de 2)
Aunque algunos modelos de estudios obser-
vacionales están en condiciones de demostrar la cre-
dibilidad de la Homeopatía, los estudios experimen-
tales como los ECA pueden y deben ser adaptados al
modelo homeopático para minimizar la aparición de
errores sistemáticos (efecto placebo)45 que podrían
confundir los resultados.
Bracho y colaboradores46, en un ejemplo de
un estudio de cohorte “bien diseñado”, realizaron una
intervención a gran escala de isoprolaxis contra la
leptospirosis en Cuba. Se preparó un nosode a partir
de cuatro cepas inactivadas de Leptospira circulan-
tes (200C y 10M), el cual se administró a 2.3 millones
de personas en alto riesgo, en una región afectada
por la epidemia y los desastres naturales.
Se utilizaron datos de vigilancia para medir
el impacto de la intervención, comparándola con las
tendencias históricas y las regiones donde no se
realizó la intervención. Se observó una disminución
signicativa en la incidencia de la enfermedad en las
regiones donde se realizó la intervención (por debajo
de la media histórica), sin que se observaran tales
modicaciones en las regiones donde no se realizó
la intervención.
El número de casos de leptospirosis se redu-
jo de 38 casos/semana por cada 100,000 personas
en el inicio del estudio, a 3-4 casos/semana por cada
100,000, luego de tres semanas. Aunque la falta de
aleatorización y el uso de medidas prolácticas con-
vencionales (vacunación y quimioprolaxis) en sólo
el 3% de la población fueron citados como posibles
sesgos, los resultados obtenidos en una muestra
tan grande son prometedores y pueden minimizar
las sospechas47. Sin embargo, otro tipo de ensayos,
como los ECA con muestras más pequeñas, podrían
proporcionar mayor evidencia para obtener conclu-
siones más sólidas.
En ésta y otros tipos de epidemias similares
en las que las medidas terapéuticas y/o prolácticas
disponibles son insucientes o inexistentes, la iso-
prolaxis podría utilizarse experimentalmente como
un intento de minimizar los daños a la población sin
ocasionar consecuencias importantes. Sin embargo,
hasta que no exista evidencia cientíca conable que
la señale como una alternativa segura y ecaz para
el “calendario de vacunación clásico” de las enfer-
medades infantiles, que protege ecazmente a los
niños de enfermedades graves y mortales, el uso
indiscriminado de la “inmunización isopática” debe
desaconsejarse debido a que transgrede las normas
bioéticas48.
Problemas éticos de la sustitución
de la “inmunización clásica” por la
“inmunización isopática”
Con base en las premisas epistemológicas y ho-
meopáticas mencionadas en mi opinión anterior49, he
criticado el uso indiscriminado tanto de la homeopro-
laxis no individualizada como de la isoprolaxis sin
el apoyo de evidencias cientícas que certiquen su
seguridad y ecacia.
Además, he dicho que esa práctica “trans-
grede los principios bioéticos de benecencia y no
malecencia”, lo que fue decepcionante para “mu-
chos miles de practicantes homeopáticos interna-
cionales que utilizan programas apropiados de HP,
basados en nosodes”, según Golden50. Además de
las implicaciones éticas, cualquier exceso cometido
“en nombre de la Homeopatía” podría dañar su repu-
tación, como explico a continuación.
“Lamentablemente, en los últimos años se
han hecho una serie de propuestas en Brasil para la
prolaxis y/o el tratamiento de epidemias de dengue
e inuenza que no cumplen con la epistemología ho-
meopática de Hahnemann, y que indican el uso de
complejos homeopáticos (asociaciones de medica-
mentos homeopáticos y/o isopáticos, sin tomar en
cuenta su experimentación patogénica previa ni la in-
dividualización del caso de acuerdo con la característi-
ca totalidad sintomática de cada etapa de la epidemia
en curso) en toda la población de una zona determi-
nada, sin haber llevado a cabo un protocolo de inves-
tigación estructurado que pudiera evaluar la ecacia y
seguridad de este tipo de prácticas.
“La distribución indiscriminada de medicamen-
tos homeopáticos que prometen inmunizar a la pobla-
ción contra una epidemia dada sin datos sobre su e-
cacia y los posibles efectos secundarios, representa un
riesgo para la salud pública que puede dar lugar a que
las poblaciones ignoren las medias higiénicas y prolác-
ticas que han demostrado su ecacia, al sentirse ‘prote-
gidas’ por la Homeopatía. En el caso de la isoprolaxis
dinamizada, que desestima la experimentación patogé-
nica y el principio de similitud —los principales pilares de
la práctica homeopática racional—, el problema es toda-
vía más grave: debido a la irresponsabilidad de sugerir
el reemplazo de los programas ociales de vacunación
con ‘esquemas de vacunaciones isopáticas’ sin una evi-
dencia cientíca de ecacia y seguridad, los proponen-
tes de esta idea transgreden los principios bioéticos de
benecencia y no malecencia”51.
16
LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 84, número 697, julio-agosto 2015, p. 5-19.
Marcus Zulian Teixeira
En lo que se reere a la utilización de “los
programas de inmunización isopáticos” en Australia,
en lugar de la inmunización convencional, el Centro
Nacional de Investigación y Vigilancia de la Inmuni-
zación de ese país publicó una hoja informativa titu-
lada La Homeopatía y la vacunación52, en el que ana-
liza los aspectos éticos de este enfoque ante la falta
de evidencias cientícas para apoyarlo. El Registro
Australiano de Homeópatas (AROH, por sus siglas
en inglés) publicó una Declaración para el uso de
medicamentos homeopáticos para la prolaxis53, el
cual es un protocolo estricto que deben seguir todos
los “practicantes de la Homeopatía” que prescriben la
inmunización isopática (HP), “después de que el pa-
ciente ha discutido la inmunización con su médico, y
ha tomado la decisión cuidadosamente considerada
de no utilizarla”.
“[...] A diferencia de las vacunas convencio-
nales, los preparados homeopáticos utilizan nosodes
que se diluyen hasta el punto de que ningún rastro
del patógeno original (nosode) permanece. Estas
preparaciones se administran por vía oral a los bebés
sobre una metodología regular (generalmente men-
sual a bimestral) desde 1 mes a 26 meses de edad
con un costo de alrededor de 95 dólares, más gastos
de envío y manipulación, para el esquema completo.
“[...] A diferencia de la inmunización conven-
cional, no hay evidencia de investigación probada
rigurosamente que apoye esta forma de terapia en
la prevención de enfermedades infecciosas de la in-
fancia. Algunas personas creen que los preparados
homeopáticos ofrecerán protección contra enferme-
dades infecciosas aunque exista muy poca evidencia
de que esto suceda. Por ejemplo, en un trabajo no
publicado de Golden se realizó una prueba con 150
niños que habían recibido inmunización homeopática
de 5 a 10 años antes del estudio; se encontró que
entre el 72% y el 100% de los niños que recibieron
las preparaciones homeopáticas no habían desarro-
llado las enfermedades para las que habían recibi-
do el medicamento homeopático indicado, aaunque
entre el 20 y el 30% de estos niños también habían
recibido inmunización convencional.
“Estos hallazgos no son sorprendentes de-
bido a que los programas de inmunización conven-
cional han erradicado o reducido sustancialmente la
presencia de estas enfermedades en nuestro país
[Australia]. Así pues, la incidencia de estas enferme-
dades es tan baja que no esperaríamos encontrar
casos de estas enfermedades en una muestra tan
pequeña como 150 niños, ya sea que hubieran reci-
bido Homeopatía o no.
“Curiosamente, 15 de los niños del estudio
de Golden reportaron efectos colaterales de las ‘va-
cunas’ homeopáticas. [...] El AROH señala que los ho-
meópatas ‘no deben de recomendarla como sustituto
de la inmunización [convencional]’. A menos que se
conduzcan investigaciones cientícas conables que
demuestren la efectividad y seguridad de las prepara-
ciones homeopáticas para prevenir la enfermedades
infecciosas, éstas no pueden ser recomendadas como
una alternativa a la inmunización convencional [...]”54.
“[...] Si la ecacia o la efectividad de la HP no
ha sido tan bien demostrada como la inmunización
disponible para una enfermedad dada, tomando en
cuenta cualquier factor relevante (por ejemplo, com-
parabilidad y conabilidad de los grupos de datos,
relevancia de las condiciones que rodeaban la ob-
tención de datos en relación a los relatados por el pa-
ciente en cuestión), la HP no deberá recomendarse
como sustituto de la inmunización tradicional, y sólo
podrá considerarse después del que el paciente haya
discutido la inmunización con el médico y se haya
tomado una decisión cuidadosamente considerada
para no utilizar la inmunización.
“Cualquier practicante que aconseje la HP de-
berá estar preparado para sostener esta recomenda-
ción con datos (en una corte si fuera necesario). Sin
embargo, un paciente (después de examinar la infor-
mación pertinente), teniendo en cuenta los riesgos y
benecios, puede optar por utilizar la HP después de
decidirse en contra de una vacuna disponible, para
prevenir una enfermedad que no tiene vacuna dispo-
nible, o como parte de un ensayo clínico ético. Sin em-
bargo, en ciertas circunstancias estas decisiones han
llevado a los padres a procedimientos judiciales [...]”55.
De acuerdo con los lineamientos del Depar-
tamento de Salud local, la Asociación Homeopática
Británica recomienda que la inmunización se reali-
ce de la manera convencional, utilizando las vacu-
nas probadas y aprobadas. De hecho, en una hoja
informativa titulada Homeopatía e inmunización56,
aparece una crítica hacia la “inmunización isopáti-
ca” junto con la advertencia de que apoyarse en los
nosodes podrá crear un falso sentido de seguridad
ya que, como lo he señalado, su ecacia no ha sido
probada57. Análogamente, el Royal London Hospital
de medicina integrativa no recomienda ni prescribe
remedios homeopáticos en sustitución del programa
ocial de vacunación del Departamento de Salud58.
“[...] No existen sustitutos homeopáticos pro-
bados para la inmunización. Algunas personas han
sugerido utilizar ‘nosodes’ (preparaciones homeopá-
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LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 84, número 697, julio-agosto 2015, p. 5-19.
La Isoprolaxis no es Homeoprolaxis ni inmunización homeopática, sino Inmunización Isopática, y no se Fundamenta en el Modelo Epistemológico Homeopático: Respuesta a Golden (parte 2 de 2)
ticas de los gérmenes que causan las enfermedades,
pero actualmente no existe evidencia sustancial de
que los nosodes sean efectivos en humanos. Conar
en los nosodes en lugar de la inmunización puede
crear una falsa sensación de seguridad, ya que su
ecacia no ha sido probada.
“[...] Los medicamentos homeopáticos pres-
critos por un médico entrenado pueden tratar exito-
samente epidemias de enfermedades infecciosas,
aun cuando no existan otras alternativas. Por ejem-
plo, los medicamentos homeopáticos han demostra-
do que pueden aliviar y acortar la duración de los sín-
tomas durante un brote de inuenza [...]. Se puede
recetar un medicamento homeopático que ha sido
seleccionado individualmente para el paciente. Este
medicamento puede aumentar su bienestar general
y su salud, por lo que es menos probable que el pa-
ciente pueda contagiarse de una infección, además
de que le ayudará a recuperarse con más rapidez en
caso de enfermarse. Esto se conoce como una pres-
cripción constitucional. [...] La Facultad de Homeo-
patía se alinea con las directrices del Departamento
de Salud sobre la inmunización y recomienda que la
vacunación se practique de la forma habitual, a me-
nos de que existan contraindicaciones médicas”59.
En los Estados Unidos, el Centro Nacional para
la Medicina Alternativa y Complementaria (NCCAM,
por sus siglas en inglés) también se ha manifestado
en contra de la “Inmunización homeopática” y da pre-
ferencia a la inmunización clásica: “ciertos productos
homeopáticos (llamados ‘nosodes’ o ‘inmunizaciones
homeopáticas’) han sido promovidos por algunos como
un sustituto para las inmunizaciones convencionales,
pero no existen datos para sustentar estas armacio-
nes. El NCCAM apoya las recomendaciones sobre la
inmunización/vacunación de los Centros para el Control
y Prevención de las Enfermedades”60.
Haciendo hincapié en el hecho de que “ha
habido un resurgimiento de ciertas enfermedades
prevenibles por vacunas en los Estados Unidos en los
años recientes” y que “muy probablemente los niños
que han recibido atención médica por parte de profe-
sionales en salud complementaria habrían tenido me-
nos probabilidades de recibir las vacunas recomen-
dadas y, por lo tanto, han sido más propensos a ser
diagnosticados con una enfermedad prevenible por
vacunación”, el NCCAM recomienda a sus miembros
que “es esencial que reconozcamos el éxito extraor-
dinario de la vacunación infantil, y que observemos
la abundante evidencia cientíca que documenta el
papel vital y de seguridad de las vacunas en la salud
general de nuestra nación [Estados Unidos]”61.
La postura adoptada por la Asociación Médi-
co Homeopática Brasileña (AMHB), aún para los mé-
dicos acreditados como especialistas en Homeopatía,
es que cumplan con las normas formuladas por el
“Programa Nacional de Vacunación” y advierte a sus
miembros que el evitar las vacunas para la prevención
de enfermedades infantiles y “dejar a esa población
vulnerable a ciertas enfermedades, las cuales podrían
ser evitadas por la vacunación, es una agrante trans-
gresión al Código Brasileño de Ética Médica (artículo
32: “está prohibido que el médico no utilice todos los
medios disponibles que estén en sus manos para el
diagnóstico y el tratamiento del paciente”).
Además, al impedir que sus pacientes sean
vacunados o incluso advertirlos en contra de la vacu-
nación, los médicos no sólo crean un problema para las
autoridades de salud sino que también transgreden el
decreto 12,342 del 27 de septiembre de 1978, el cual
establece a la vacunación como obligatoria en Brasil (ar-
tículo 14: “el médico debe tratar de mejorar las condicio-
nes generales de salud y los estándares de los servicios
médicos, así como asumir su parte de responsabilidad
en lo que respecta a la salud pública, la educación sani-
taria y la legislación de salud”; artículo 21: “está prohibi-
do al médico no cooperar con las autoridades de salud o
contravenir la legislación pertinente”). De acuerdo con el
decreto mencionado anteriormente, cuando un médico
considere que una vacuna dada puede ser dañina para
un paciente, en un caso individual el medico la contrain-
dicará y asumirá la responsabilidad de tal decisión62.
Así pues, al sustituir los programas ociales
de inmunización efectivos (seguros) por un programa
de inmunización isopático no sostenido por evidencia
cientíca, algunos médicos homeópatas “transgreden
los principios éticos de benecio y no malecencia”
al no emplear “todos los medios de diagnóstico y tra-
tamiento que estén en sus manos para el benecio
de sus pacientes”, lo que podría causar eventos inde-
seables al entorpecer las condiciones de salud públi-
ca de su país, permitiendo que ciertas enfermedades
que podrían controladarse o erradicarse mediante la
inmunización clásica, afecten a su población.
Además, al prevenir en contra de la vacuna-
ción, los homeópatas promueven una crítica hacia la
Homeopatía que es injusticada, ya que la Homeo-
patía no avala esa recomendación. Esta postura des-
acredita la práctica de la Homeopatía y contribuye a
minar su aceptación y diseminación global. Es muy
importante también señalar que algunos estudios
han demostrado que los médicos homeopatías reco-
miendan más frecuentemente la vacunación clásica
que los practicantes homeópatas “legos”63-68.
18
LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 84, número 697, julio-agosto 2015, p. 5-19.
Marcus Zulian Teixeira
“Vacunación en la niñez, vital para
la salud de nuestros niños”
La doctora Josephine P. Briggs, directora del NCCAM,
escribió la siguiente carta fechada el 7 de abril de
2011; se reproduce en su totalidad por considerarse
apropiada para los nes de este artículo.
“La población que acude a la medicina al-
ternativa y complementaria (CAM, por sus siglas en
inglés) está en busca de una mejor salud. Varios es-
tudios han encontrado una asociación entre el uso de
la CAM y la aparición de hábitos saludables, como la
realización regular de ejercicio, el abandono del ta-
baquismo y el seguimiento de una dieta saludable.
La utilización de la CAM también se asocia con una
mayor tasa de vacunación contra la inuenza, el neu-
mococo y la hepatitis B en la población adulta. Des-
afortunadamente, este no es siempre el caso cuando
se trata de la inmunización en los niños.
“Un estudio nanciado por el NCCAM, reciente-
mente publicado en la Revista de salud materno infantil
(Maternal and child health journal), demostró que los ni-
ños que recibían atención médica por practicantes de la
CAM en el estado de Washington habían tenido sustan-
cialmente menos probabilidades de recibir las vacunas
recomendadas, y eran más propensos a ser diagnosti-
cados con una enfermedad prevenible por vacunación.
Los investigadores señalaron que sus hallazgos no pro-
porcionaban una explicación para este hecho. Por ejem-
plo, es posible que los resultados de la investigación re-
ejen una tendencia en aumento de padres que dudan
de las vacunas y que acuden a profesionales de la CAM;
una inuencia directa de los proveedores de CAM en las
actitudes de los padres, o tal vez otra explicación. No
obstante, como médico y directora del NCCAM, encuen-
tro estos resultados preocupantes por sí mismos.
“Es muy difícil para la mayoría de los esta-
dounidenses recordar que la poliomielitis y la difteria
fueron una causa frecuente de lesiones permanentes
o que mataron a miles de personas en los Estados
Unidos cada año, en fechas tan recientes como el si-
glo pasado. De hecho, la poliomielitis ha sido erradi-
cada de los Estados Unidos y la difteria es muy rara
debido a la vacunación, y ya que estas enfermeda-
des no han sido eliminadas a nivel mundial todavía
podrían regresar fácilmente a los Estados Unidos. El
estudio del estado de Washington es especialmente
preocupante en relación con los reportes de los Cen-
tros de Control y Prevención de las Enfermedades
Transmisibles (CDC, por sus siglas en inglés) ya que
en años recientes se ha observado en los Estados
Unidos un resurgimiento de ciertas enfermedades
prevenibles por vacunas. Por ejemplo, en 2010 se
reportaron 8,627 casos de tosferina (pertusis), entre
los cuales se incluyeron 10 muertes infantiles regis-
tradas a lo largo de California —el número más gran-
de de casos reportado en 63 años.
“Los benecios de la vacunación para preve-
nir enfermedades y muertes han sido repetidamente
probados, y éstos pesan más que los riesgos. Apoyo
completamente las recomendaciones basadas en la
evidencia de la CDC en lo que se reere a la vacu-
nación pediátrica, y exhorto a los padres a proteger a
sus hijos siguiendo estas recomendaciones. También
exhorto a todas las organizaciones proveedoras de
servicios de salud, incluyendo a las agrupaciones de
CAM y a sus miembros, a difundir los hechos relacio-
nados con las vacunas y a seguirse esforzando por
aumentar la adherencia a la vacunación en la niñez.
“Es esencial que reconozcamos el éxito ex-
traordinario de la vacunación infantil y que revisemos
la evidencia cientíca abundante que documenta la
seguridad y el papel vital de la vacunación de nuestra
nación [Estados Unidos]”69.
Conclusiones
El modelo homeopático de tratamiento (y prevención)
utiliza el principio de similitud basada en los síntomas
para prescribir aquellos remedios individualizados
que producen manifestaciones similares en los estu-
dios patogenéticos. En este sentido, cualquier tipo de
sustancia (ya sea mineral, vegetal o animal, natural o
sintética) puede utilizarse de una manera homeopá-
tica, en dosis ponderables o innitesimales. Por esa
razón, también las drogas modernas podrían utilizar-
se de acuerdo con el principio de similitud basado
en los síntomas, lo que representaría una adición de
miles de nuevos remedios para la materia médica ho-
meopática70-73.
De la misma manera, cualquier tratamiento
que simplemente utiliza “remedios potenciados” des-
preciando las premisas epistemológicas homeopáti-
cas no puede considerarse como “homeopático”. Tal
es el caso, por ejemplo, de la isoprolaxis, que utiliza
nosodes basados en el principio de la identidad etio-
lógica, con pleno descuido de la similitud de los sín-
tomas, los estudios patogénicos y la individualización
del tratamiento.
19
LA HOMEOPATÍA DE MÉXICO. Volumen 84, número 697, julio-agosto 2015, p. 5-19.
La Isoprolaxis no es Homeoprolaxis ni inmunización homeopática, sino Inmunización Isopática, y no se Fundamenta en el Modelo Epistemológico Homeopático: Respuesta a Golden (parte 2 de 2)
Mediante la aplicación de esas mismas supo-
siciones básicas para la prevención de las enfermeda-
des epidémicas (homeoprolaxis), podrían utilizarse
de manera proláctica homeopáticamente los reme-
dios similares al genio epidémico de la etapa inicial
de un brote epidémico para prevenir la transmisión a
los individuos susceptibles. Aunque todos los brotes
de una misma enfermedad epidémica son causadas
por el mismo microorganismo (agente etiológico), los
síntomas de cada brote individual se inspeccionarán
de nuevo, con el n de seleccionar un remedio indivi-
dualizado para cada etapa en particular.
Aunque la mayoría de los estudios ho-
meopáticos dirigidos a la prevención de epidemias
ha venido utilizado métodos impropios para dar res-
puestas precisas a las preguntas sobre la ecacia y
la seguridad de la homeoprolaxis y la isoprolaxis,
están surgiendo nuevos modelos de estudios experi-
mentales y de observación cuyos resultados podrían
proporcionar (o no) las evidencias necesarias vis-à-
vis a la principal corriente médica actual. El ejemplo
proporcionado por esos estudios deberá seguirse por
los médicos homeópatas dedicados a la propagación
de la homeo y la isoprolaxis, en aras del bienestar
de sus pacientes y la salud de la comunidad en ge-
neral. En este sentido, vale la pena tener en cuenta
que el consenso de las instituciones homeopáticas
en todo el mundo arma que “si no se realiza una
investigación cientíca conable que demuestre la
ecacia y seguridad de los preparados ‘homeopáti-
cos’ en la prevención de enfermedades infecciosas,
estos métodos no pueden ser recomendados como
alternativa a la inmunización convencional”.
A pesar de lo enormes benecios de los pro-
gramas de inmunización convencional realizados en
la esfera de la salud pública, también se han podi-
do documentar reacciones adversas y agravaciones
de enfermedades crónicas cuando sus efectos son
evaluados, con base en patrones de susceptibilidad
individual. Apoyados en razones cientícas bien justi-
cadas74, 75, los médicos homeópatas tienen derecho
a contraindicar cualquier vacuna para evitar mayores
daños en la salud del paciente.
La misma crítica que realicé en otro artículo76
sobre la práctica homeopática no basada por criterios
epistemológicos sólidos y cientícos (medicación no in-
dividualizada, uso de complejos, interrupción sistemáti-
ca de la medicación convencional sin motivo aparente,
etcétera) también se aplica a la isoprolaxis:
“¡La homeopatía es un asunto muy serio! No pue-
de ser considerado como un ofuscamiento de los
médicos ‘alternativos’ que desprecian la integri-
dad de sus pacientes porque creen en un ‘poder
absoluto e inmediato’ de cualquier sustancia ho-
meopática prescrita sin tener en cuenta, en la ma-
yoría de los casos, el criterio de individualización
de los medicamentos, fundamental para el éxito
del tratamiento homeopático”77.
REFERENCIAS
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geon RE, editor. The lesser writings of Samuel Hahnemann. Nue-
va Delhi: B. Jain Publishers, 1995.
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16 Dic 2006. Disponible en: http://hpathy.com/scientic-research/
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La Isoprolaxis no es Homeoprolaxis ni inmunización homeopática, sino Inmunización Isopática, y no se Fundamenta en el Modelo Epistemológico Homeopático: Respuesta a Golden (parte 2 de 2)
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