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El parlamento de Quilín del año 1641: una aproximación a las relaciones interlinajes a partir de la vida fronteriza

Authors:

Abstract

In this document we’re going to analyze the relationships with the Spaniards from the indigenous perspective, showing a complementary proposal to the "border life" from the interlineage relations. We appreciated information about the relationships between different lineages in the Parliament of Quilín in 1641, especially of the "alliances" between the groupings that lived from Biobío River to Cruces river. These aspects can be identified since the attendance that some lineages granted to the Spaniards who denominated them "Indian friends". We detected the presence of common interests that they were not permanent, old quarrels, ancestral hatreds and pending revenges that hoped to take shape demographically aided for more powerful groups like it was his tradition and custom in reguas mapuches. This behavior of the different mapuche segments allows to recognize these alliances were unstable, what explains why the peace with the Spaniards was not permanent.
CUADERNOS
DE HISTORIA 42
DEPARTAMENTO DE CIENCIAS HISTÓRICAS
UNIVERSIDAD DE CHILE - JUNIO 2015: 7 - 31
EL PARLAMENTO DE QUILÍN DEL AÑO 1641:
UNA APROXIMACIÓN A LAS RELACIONES
INTERLINAJES A PARTIR DE LA VIDA FRONTERIZA
*
Carlos Ortiz Aguilera
**
Resumen: En el presente estudio analizamos desde la perspectiva indígena
las relaciones con los españoles, presentando desde las relaciones
interlinajes una propuesta complementaria a la “vida fronteriza”.
Apreciamos en el parlamento efectuado en Quilín el año 1641
información acerca de las relaciones interlinajes, especialmente de las
“alianzas” entre las agrupaciones que habitaban desde el río Biobío hasta
el Cruces. Estos aspectos se pueden identicar a partir de la asistencia
que otorgaron algunos linajes a los españoles y a quienes denominaron
como “indios amigos”.
Detectamos en las reguas mapuches la presencia de intereses comunes
que no eran permanentes, pues, antiguas rencillas, odiosidades ancestrales
y venganzas pendientes esperaban concretarse con la ayuda de grupos
más poderosos demográcamente como era su tradición y costumbre.
Este comportamiento de los distintos segmentos mapuches permite
reconocer que las alianzas entre ellos eran inestables, explicándose así
por qué la paz con los españoles no fue permanente.
PalabRas clave: alianzas, territorialidad, reguas, ayllareguas, frontera.
*
Esta investigación es parte de la tesis doctoral en Etnohistoria titulada Alianzas y territorialidad
entre los linajes mapuches al sur del Biobío en el siglo XVII: algunas consideraciones acerca de
los butalmapus, dirigida por el profesor Osvaldo Silva Galdames, realizada con el apoyo de la
Escuela de Postgrado de la Facultad de Filosofía y Humanidades y el Departamento de Ciencias
Históricas de la Universidad de Chile a través de la beca “Estimulo Académico” y MECESUP
N°11 “de estadía breve en el extranjero”.
**
Doctor en Etnohistoria. Universidad Andrés Bello. Correo electrónico:caortizaguilera@
gmail.com
CUADERNOS DE HISTORIA 42 / 2015 Estudios
8
THE PARLIAMENT OF QUILÍN OF 1641: AN APPROACH TO THE
INTERLINEAGE RELATIONS FROM THE BORDER LIFE
AbstrAct: In this document we’re going to analyze the relationships with
the Spaniards from the indigenous perspective, showing a complementary
proposal to the “border life” from the interlineage relations.
We appreciated information about the relationships between different
lineages in the Parliament of Quilín in 1641, especially of the “alliances”
between the groupings that lived from Biobío River to Cruces river. These
aspects can be identied since the attendance that some lineages granted
to the Spaniards who denominated them “Indian friends”.
We detected the presence of common interests that they were not
permanent, old quarrels, ancestral hatreds and pending revenges that
hoped to take shape demographically aided for more powerful groups
like it was his tradition and custom in reguas mapuches.
This behavior of the different mapuche segments allows to recognize
these alliances were unstable, what explains why the peace with the
Spaniards was not permanent.
Key words: Alliance, territoriality, reguas, ayllareguas, border life.
Recibido: octubre 2014 Aceptado: abril 2015
1. Introducción
U
na de las líneas de investigación implementada para explicar la
colonización del oeste norteamericano fue la “vida fronteriza”.
En el siglo XIX, Frederick Jackson Turner
1
sostuvo que en esa zona se
desarrollaron fronteras que se establecieron a partir de una diferenciación
en la ocupación territorial. Ésta a su vez fue incentivando la tenacidad
y perseverancia en los grupos que participaron de la decisión y ayudó a
definir la forma organizativa que adoptaron, especialmente en un territorio
baldío o desocupado.
Posteriormente otros intelectuales aplicaron la tesis de Turner a diferentes
realidades regionales y locales, como fue el caso de Walter Prescott Webb
2
,
1
Turner, Frederick Jackson, “The signicance of the Frontier in American History”, The
Annual Report of the American Historical Association for the Year 1893, pp. 199-203 y 207.
2
Prescott Webb, Walter, The Great Frontier, University of Nebraska Press (1951), 1986,
p. 12.
Carlos Ortiz Aguilera EL PARLAMENTO DE QUILÍN DEL AÑO 1641
9
quien atendió los procesos de transculturización generados por la interacción
entre un grupo “civilizado” y otro “no civilizado”
3
de acuerdo a antecedentes
derivados de la colonización en Canadá, Australia y otras regiones.
Para América Latina, Herbert Bolton acuñó el término de “Borderlands”
para diferenciarlo del concepto de “frontera”. A su juicio, este último obedecía
directamente a realidades locales y regionales cuyas particularidades se
podían apreciar en las instituciones existentes en aquella época. A diferencia
de Turner, Bolton sostuvo que el territorio americano no estaba despoblado y
que la Iglesia católica, a través de los misioneros, había desempeñado un papel
fundamental en el proceso de “civilización” ya que además de la difusión de la
fe inuyeron en los aspectos sociales, políticos y económicos al estar presentes
en las distintas instituciones hispanas en América
4
. Sin embargo, fue Arthur
Aiton
5
quien estableció una diferencia sustancial al señalar que la ocupación
de Norteamérica no fue igual a la de Latinoamérica, por cuanto la primera no
incorporó a la población indígena, en tanto que la segunda la utilizó como
mano de obra y con un fuerte mestizaje al interactuar españoles e indígenas en
el plano doméstico, laboral y guerrero.
En el caso de Chile, la fuerte resistencia al dominio español por parte de
los aborígenes que habitaban al sur del río Biobío impidió la consolidación del
asentamiento colonial en el siglo XVI, estableciéndose a principios de la siguiente
centuria una “frontera” que tuvo como límite geográco el mencionado río.
La creación de un ejército profesional en el siglo XVII, bajo la administración
del gobernador Alonso de Ribera, permitió retomar la iniciativa de ocupar esos
territorios perdidos
6
. En este sentido las disposiciones de la corona desde la
perspectiva administrativa, las malocas, la esclavitud indígena y el mejoramiento
3
Al respecto hemos abordado ampliamente este problema conceptual en un trabajo anterior
titulado “Las reguas: una aproximación a la identidad mapuche del siglo XVII”. En Revista de
Historia Indígena Nº 10, Facultad de Filosofía y Humanidades, Departamento de Ciencias Históricas,
Universidad de Chile, 2007.
4
Bolton, Herbert, “The Mission as a Frontier Institution in the Spanish American Colonies”,
American Historical Review 23, 1917, p. 59.
5
Véase “Latin American Frontiers”, Canadian Historical Association Report (1940), pp.
100-104.
6
Con anterioridad, las disposiciones del gobernador García Hurtado de Mendoza (1557-
1561) permitieron refundar las ciudades y fuertes al sur del río Biobío, ya que vino desde el
Perú con 500 hombres apertrechados y apoyo de las exiguas huestes locales; propósito que sus
sucesores continuaron hasta el año 1598, cuando se levantaron los naturales en la batalla de
Curalaba, dando muerte al entonces gobernador Martín García Oñez de Loyola e incendiando
nuevamente las ciudades al sur del mencionado río.
CUADERNOS DE HISTORIA 42 / 2015 Estudios
10
de estrategias bélicas –especialmente estas últimas por parte de los naturales–,
conguraron la vida de “frontera”; sobre todo cuando los estados de beligerancia
fueron postergados por el desarrollo de una vida comercial y de intercambio
que generó una interdependencia económica que gravitó fuertemente sobre
la voluntad de encuentro que tuvieron los peninsulares con algunos grupos
aborígenes.
En este sentido, la publicación de Relaciones fronterizas en la Araucanía en el
año 1982 presentó una innovadora propuesta que, según sus autores –Villalobos,
entre otros–, pretendía introducir una nueva forma de análisis en la investigación
histórica de la “frontera hispano-indígena” en Chile. Como consecuencia de esa
inquietud, los estudios fronterizos basados en los planteamientos iniciales de
Turner, enriquecidos más tarde por Bolton y Aiton, fueron aplicados por Sergio
Villalobos en sus prolijos y diversicados estudios sobre la interacción entre
hispano-criollos y mapuches, caracterizándolas como una “vida fronteriza”.
La “frontera” fue concebida como el área donde se realizó la ocupación del
espacio que estaba vacío o bien donde dos grupos distintos entraron en contacto,
ya sea de forma bélica o pacíca. El objetivo de Villalobos fue desarrollar un
análisis que permitiera comprender el proceso de conquista a través de las
diferentes relaciones que generaron estos grupos culturalmente distintos desde
la perspectiva occidental.
Así, la antigua idea de la lucha permanente durante trescientos años que
habrían mantenido españoles e indígenas al sur del Biobío a partir del siglo
XVI comenzó a abandonarse, pues se demostró que en ese período hubo tanto
enfrentamientos bélicos como momentos de paz; estos últimos cada vez eran
más prolongados.
Villalobos destaca los procesos de transculturación, donde la capacidad de
asombro del conquistado frente al conquistador estuvo inuenciada por objetos
materiales hasta entonces desconocidos para los indígenas, quienes fueron
accediendo e incorporando elementos y utensilios europeos que gradualmente
modicaron sus costumbres, generando dependencia respecto a las nuevas
necesidades adquiridas.
En el siglo XVIII, la beligerancia habría disminuido, suscitando momentos
de paz que proporcionaron el surgimiento de otras formas de relaciones, como
el comercio y las misiones, que en la centuria anterior habían presentado
diversas dicultades. Pero fue en el siglo XIX, con la llamada “Pacicación
de La Araucanía”, cuando el emergente Estado chileno decidió la dominación
nal mediante una ocupación militar que permitió ejercer la soberanía territorial
del Estado chileno.
Carlos Ortiz Aguilera EL PARLAMENTO DE QUILÍN DEL AÑO 1641
11
Sin embargo, el problema de fondo está en las explicaciones que se puedan
encontrar al desarrollo de los procesos y las maneras de responder que tuvo la
sociedad mapuche, ya que ella constituyó gran parte de esta “vida de frontera”
que plantea Villalobos. Desde su perspectiva, esto debe entenderse a partir del
análisis de las relaciones políticas entre españoles e indígenas, las cuales fueron
implementadas por los peninsulares a través del reconocimiento y nombramiento
de “caciques” y “caciques gobernadores”. A su juicio, esos vínculos fueron el
pilar de las relaciones de frontera, determinando el comportamiento evolutivo
de los mapuches y la asimilación cultural occidental que tuvieron a nes del
siglo XIX.
Para Sergio Villalobos, los estados de beligerancia masivos y más intensos
–sin considerar la Conquista– se iniciaron a partir del año 1598 con la batalla
de Curalaba, y se prolongaron con posterioridad al año 1610. Si fue así, ¿por
qué entonces 47 linajes o reguas
7
aceptaron la paz el año 1605? Los propios
“autos de las paces y perdón jeneral” del mencionado año realizados en Paicaví,
indican la presencia de un mayor número de reguas comparado con las que
asistieron a la paz de Concepción celebrada dos años más tarde, como se puede
apreciar en la tabla Nº 1. Es posible que las ausencias se debieran a la masiva
concurrencia a Paicaví. Sin embargo, ¿por qué las agrupaciones de Arauco,
Lebo, Tirúa, Paicaví, Catiray, Purén, Tucapel y Paillaco están presentes en
ambas instancias?
Una posible respuesta es la inuencia que ellas ejercieron sobre los demás
linajes por el respeto que habían adquirido durante la guerra librada intensamente
hacia nes del siglo XVI. En este sentido, la disponibilidad de alimentos
permitió mantener a una población de guerreros capaz de contrarrestar el avance
peninsular hacia el sur del río Biobío
8
.
7
Usaremos indistintamente los términos regua o linaje y entenderemos por ella aquella
división de la sociedad “…en partes independientes: los linajes o grupos locales de parentesco,
que viven sobre territorios reconocidos como propios y que actúan como grupos corporados,
apelando a la fuerza para solucionar sus conictos externos. Internamente el jefe suele poseer la
facultad para dictar órdenes, pero nadie puede dárselas a él”. En Silva, Osvaldo; Farga, Cristina,
“El surgimiento de hombres poderosos en las sociedades segmentadas de la frontera Inca”,
Revista de Historia Indígena Nº 2, Departamento de Ciencias Históricas, Facultad de Filosofía
y Humanidades, Universidad de Chile, diciembre 1997, p. 23.
8
Véase Ortiz Aguilera, Carlos, “Distribución territorial de las reguas mapuches a principios
del siglo XVII (1600-1620)”, Revista Tiempo y Espacio, Año 15, Volumen N° 18, Departamento
de Ciencias Sociales, Universidad del Bío-Bío, 2007.
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Tabla Nº 1
Reguas asistentes a las paces con los españoles: 1605 y 1608
Reguas Autos y paces de Paicaví año
1605
Paz de Concepción año 1608
ALTEMPEO
ANCAMILLA
ANGOL (37º48’-72º42’)
ARAUCO (37º15’-73º19’)
BULLUBUFILE
CAINEPIL
CANGUINGUENO
CANOPUYLLE
CARJUN
CATIRAI (37º20’-73º00’)
CAYOGUENO
CAYUMPEL
COLAIBO
CONILEBO (38º37’-71º40’)
CONUMO
COYUNCO (40º33’-73º10’)
CURANDERO
CURENCHICO
GUADAVA (37º55’-72º52’)
GUALQUE (36º58’-72º57’)
GUAVERILO
GUMCHEN
IMPERIAL (38º43’-73º09’)
INREGUA
ITATA (36º40’-72º27’)
LABAPIE (37º08’-73º35’)
LEBO (37º37’-73º40’)
LEMBO
LIENCURA (liucura:38º42’-
71º00’)
LINCOIA (37º52’-72º23’)
LLEU-LLEU (38º10`-
73º18’)
MAPREVE
MAQUELVON
NIDIREPUELCO
PAICAVÍ (37º57’-73º25’)
PAILLACO (41º06’-72º35’)
PENGEREGUA
PETEREGUE
Carlos Ortiz Aguilera EL PARLAMENTO DE QUILÍN DEL AÑO 1641
13
PILMAIQUÉN (37º40’-
73º25’)
PIRENMAGUIDA
POCOYÁN (39º02’-73º03’)
PUALUNCA
PUCHANGUI
PURÉN (38º02’-73º00’)
QUELPALEMO
QUENEL
QUIAPO (37º28’-73º36)
QUIDICO (38º15’-73º27’)
QUILACOYA (37º04’-
72º58’)
QUILENCO
ROLOMO
RONGOLME
TABUENO
TALCAMAVIDA (37º11’-
72º56’) (Santa Juana)
TIRÚA (38º23’-73º30’)
TORMECO
TUCAPEL (37º20’-71º59’)
UNEQUENTUÉ
Simbología
Presencia Ausencia
Asimismo, el descenso en el número de guerreros o conas producto de las
enfermedades y la beligerancia, la disminución del crecimiento de la población
como consecuencia del mestizaje y la incapacidad de cultivar, impidieron que
estos grupos continuaran con la defensa de sus territorios y protegieran a los
grupos más débiles, quienes advirtieron en los españoles la posibilidad de
ampararse, ofreciéndoles a cambio asistencia para que extendieran la conquista.
Pero todo ello no fue suciente para que se crearan lealtades incondicionales
con los foráneos ni que se olvidasen las ancestrales odiosidades, demostrándose
así que las relaciones interlinajes no fueron estables ni permanentes al interior
de la sociedad mapuche.
CUADERNOS DE HISTORIA 42 / 2015 Estudios
14
2. La inestabilidad de las “relaciones interétnicas” en el siglo XVII
Rolf Foerster e Iván Vergara han propuesto un análisis distinto al de las
“relaciones fronterizas”, pues consideran limitada esta perspectiva de estudio,
[p]rimero, porque supone la existencia física de una frontera; segundo, y como
consecuencia de lo anterior, por limitarse temporalmente al período en el cual
dicha frontera se mantuvo. Por último, porque el concepto señalado prejuzga
de antemano el sentido de la relación: hacia la incorporación progresiva de los
mapuches en la sociedad hispano-criolla. La noción propuesta de relaciones
interétnicas está libre de estos supuestos. En relación a lo temporal, porque las
relaciones interétnicas comienzan desde la misma llegada del español y aún
no concluyen, en cambio las relaciones fronterizas sólo se establecen de forma
sistemática desde mediados del siglo XVII y nalizan en las últimas décadas
del siglo XIX
9
.
En ese sentido, “las relaciones fronterizas deben ser comprendidas como
formando parte de un todo mayor...”
10
. Así, la relación hispano-indígena no
se habría congurado a partir de los enfrentamientos bélicos y mucho menos
habría denido su naturaleza. Sin embargo, Foerster y Vergara medianamente
intentan una propuesta metodológica diseñada a partir de la poscolonialidad
y cuya conceptualización frente a los procesos desarrollados en el período
colonial están vinculados a una idea basada en la relación de fuerzas donde no
caben exterioridades de ningún tipo.
Se distingue en sus planteamientos un infructuoso intento por someter
a la crítica el papel de las humanidades en la consolidación del dominio
colonial
11
, el nacionalismo tercermundista, la retórica imperial del marxismo, el
esencialismo de los discursos anticolonialistas, así como el carácter narcisista de
las representaciones europeas sobre el “otro” y sus implicaciones patriarcales.
Por lo tanto, su presencia en los estudios etnohistóricos ha prevalecido en un
plano ideológico y subjetivo, permitiendo debates teóricos dúctiles acerca de un
problema de estudio que debe abordarse con mayor rigurosidad y considerando
que los procesos sociales ocurridos en el siglo XVI presentaron comportamientos
distintos a los acontecidos en las siguientes centurias.
9
Foerster, Rolf; Iván Vergara, “Relaciones Fronterizas o relaciones interétnicas”, Revista
de Historia Indígena Nº 1. Departamento de Ciencias Históricas, Facultad de Filosofía y
Humanidades, Universidad de Chile, junio 1996, p. 15.
10
Foerster, Rolf; Iván Vergara, “Relaciones Fronterizas…, op. cit., p. 27.
11
Véase Guha, Ranajit; Spivak, Gayatri (Eds.), Selected Subaltern Studies, Oxford University
Press, Nueva York, 1988.
Carlos Ortiz Aguilera EL PARLAMENTO DE QUILÍN DEL AÑO 1641
15
Al respecto, los estudios latinoamericanos ya instalaron sobre la mesa
del debate poscolonial la objeción a estas nuevas estrategias con el continuo
cuestionamiento a su aplicabilidad heurística. Rolena Adorno
12
planteó que el
paradigma poscolonial no puede ser utilizado para un estudio de las situaciones
coloniales en Hispanoamérica durante los siglos XVI y XVII. Adorno se
apoya en la tesis del antropólogo Jorge Klor de Alva
13
, para quien las teorías
poscoloniales son construcciones aplicables únicamente al contexto mercantilista
de las herencias coloniales británicas en los siglos XVIII y XIX, pero de
ninguna manera a un mundo “descapitalizado”, por así decirlo, como era el de
las herencias coloniales españolas antes del ascenso de los borbones. Desde
este punto de vista, Adorno critica la adopción de metodologías posmodernas o
deconstruccionistas en el ámbito de la historiografía colonial hispanoamericana,
considerándolas una proyección inaceptable y arbitraria.
En nuestro caso esa “interetnicidad” de Foerster y Vergara se presentó en
el siglo XVII en planos distintos, por lo que nuestra aproximación propende a
explicar el comportamiento y funcionamiento de las reguas no solo a partir de
un determinado proceso como fue la guerra con los españoles, sino también
desde la manera cómo se fueron estableciendo las relaciones interlinajes
14
,
que es como preferimos denominar las relaciones entre las reguas. En los
distintos relatos sobre las relaciones entre los “indios amigos”
15
y los españoles
encontramos parte de nuestra respuesta.
Los “indios amigos” como integrantes de la vida fronteriza han proyectado
una imagen “disidente”, resultado del apoyo proporcionado a los peninsulares
en el sometimiento de aquellos que manifestaron resistencia e hicieron la guerra
12
Véase “Reconsidering colonial discourse for sixteenth and seventeenth-century spanish
América”, Latin American Research Review Nº 3, 1993.
13
Estas ideas se encuentran ampliamente desarrolladas en “Colonialism and postcolonialism
as latin american mirages”, Colonial Latin American Review Nº 1 y Nº 2, 1992.
14
En nuestro entender, los aborígenes que habitaron entre los ríos Itata y Cruces, a partir
del siglo XVI y hasta el siglo XVII, constituyeron una gran unidad segmentada, integrada por
grupos de parentescos que poseían una cultura común. Por esta razón disentimos de la propuesta
antropológica respecto de una multietnicidad en esta área geográca para el periodo que estudiamos.
15
Para Álvaro Jara, era en los indios amigos en quienes los españoles encontraron verdadera
ayuda porque combatían junto a ellos contra los que se resistían al sometimiento. Sin esta ayuda,
los peninsulares no habrían logrado muchos de sus éxitos. La colaboración se explica por las
rivalidades que tenían los grupos indígenas que frente a la llegada de los europeos vieron en ellos
un posible aliado. En Guerra y Sociedad en Chile, Editorial Universitaria, 4ª edición, Santiago,
1971, pp. 86-87. Véase además el estudio de Andrea Ruiz-Esquide, Los Indios Amigos en la
Frontera Araucana, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Dirección de Bibliotecas,
Archivos y Museos. Santiago, 1993.
CUADERNOS DE HISTORIA 42 / 2015 Estudios
16
para evitar el dominio colonial. Es importante recordar que los españoles durante
el siglo XVI aceptaron la ayuda de los indígenas debido a la insuciencia de
recursos económicos y armas, como también por la carencia de un ejército
profesional y el desconocimiento geográco.
En este sentido, los mapuches desarrollaron un apoyo logístico importante.
Realizaron sin mayores inconvenientes labores de “espionaje”, encabezaron las
exploraciones e incluso determinaron las acciones bélicas. Por la prestación de
esos servicios se les concedieron diversos privilegios que se prolongaron hasta
nes del siglo XVII. No obstante, esta asistencia se vio afectada por el temor
de los “amigos” a eventuales embestidas de los indígenas en resistencia, como
señala el siguiente testimonio:
Pasamos luego adelante los meses de julio agosto hasta n de noviembre, a dar
noticia a las provinçias de puren y la ymperial q’ son las primeras por la costa
y a la dos mas cercanas de la cordillera nebada embiandoles mensageros. Y al
principio hubo divission entre los yndios de puren…..y un capitan atrevido de
ellos llamado tureulipi, que no sentra bien de esta paz juntó 40 soldados de a
cavallo y vino a haçer daño a los yndios de catiray y Arauco para turbar a lo que
se trataba el qual se prendio y se le quitaron los 40 cavallos y se escaparon a
pie por el monte los yndios que en ellos venian. Y este fue el 1° successo bueno
de venir ellos a buscarnos aca. Con este prisionero q’ era muy estimado de los
enemigos se abrio la puerta al comerçio con puren, al que procuramos regalar y
tratar con mucho amor quatro meses q’ duro su presion y en este tiempo fueron
muchos mensageros nuestros a las dichas provinçias de costa y cordillera y entre
ellos fue un español que se ofrecio a ello que fue el sargento Pedro Melendez…
16
.
El documento permite inferir más que un apoyo estable de los “indios amigos”,
una diversidad de individuos que temporalmente auxiliaban a los españoles de
acuerdo a los intereses de las reguas o linajes, reservándose el derecho a dejar
de hacerlo o disentir cuando lo estimaban conveniente
17
. Esto explica por qué
16
“Carta del padre Luis de Valdivia al Rey, donde cuenta del estado de la guerra en Chile.
Concepción 1613”. En Archivo General de Indias (en adelante AGI), Fondo Patronato 229,
R18.2, imagen 2.
17
En este aspecto hemos recogido las principales ideas de Andrea Ruiz-Esquide, quien
establece una diferencia en los indios amigos: “Puede armarse entonces, que aquellos que actuaron
como amigos en el siglo XVI eran indios de servicio de los españoles: indígenas de encomienda
y yanaconas. Para distinguirlos de los de la centuria siguiente, se les puede denominar indios
auxiliares. En el siglo XVII esta situación cambió. Con la formación del ejército profesional, los
encomenderos fueron liberados de las pesadas tareas bélicas. Los indios de encomienda ya no
tuvieron que concurrir a la lucha con sus amos. Los contingentes de indios amigos que mencionan
los documentos de estos años provienen de los “nuevamente reducidos” de las provincias de
Carlos Ortiz Aguilera EL PARLAMENTO DE QUILÍN DEL AÑO 1641
17
el apoyo de ciertos grupos a los peninsulares no estuvo exento de dicultades
y desengaños en las relaciones tanto con sus congéneres como con otros linajes
y los ibéricos:
….fundado en que no se puede esta manera defender ni reparar el daño que los
yndios amigos de nuestras fronteras reciben de los enemigos, sino es haciendoles
la guerra. Lo qual es maniesto engaño porque el reparo de los dichos daños que
los yndios amigos reciben del enemigo está expreso en los medios de Vuestra
Majestad sin romper contra ellos reduciendo estos yndios amigos de las fronteras
de miedo que los cubran nuestras fuerças, que ahora estan indefensas, que no
pueden nuestros campos defenderlos sin mucho riesgo nuevo por estar esparcidos
en diez o doçe leguas de dos en dos, y de quatro en quatro que ni ellos por si
mismos pueden defenderse ni nuestras fuerças defenderlos. Y de reducir los
yndios amigos que están en las fronteras se siguen grandes bienes para su buen
gobierno temporal y espiritual, de mas de su mejor y mas segura defensa, y se
evitan algunos males. Porque estando esparcidos y divisos sin reducion, como
no son conocidos sirven algunos dellos al enemigo de secreto de lenguas, y de
espias y de soldados y les dan entradas
18
.
Estas situaciones demuestran la intención en ciertas reguas de encontrar protección
en los foráneos, quienes por su parte los reunían en “pueblos” para asegurar
sus lealtades; única manera de evitar sucesos como los relatados por un testigo:
A la hora que este escribio llegó Cabo Manriquez a mediodia, con una nueva
mui diferente a la que esperabamos: dice que llegó ayer tarde al bebedero de
Elicura donde entendió hallan los caciques i las noches tantos i no vio a nadie
en el bebedero, de que recibió mucha pena, i que vio en una Maera de cebada
vio bultos i fue para allá i eran Pillantan i Antenanco, de los cuales supo como
ayer de mañana a las nueve vino una gran junta de enemigos a dar en Ilicura
i mataron a nuestros tres padres i a otros caciques de Ilicura llevandoles sus
mujeres i chusma i que pelearon con los de Puren a la vuelta i los de Puren
despojaron a muchos dellos juntándoles las armas, veintidos, i han sentido mucho
los de Puren esta maldad i que estan a punto de estar de parte de los españoles
i que entrando el campo nuestro en Puren con toda su gente i que Ainavillo i
guerra. Se puede, entonces, distinguir claramente entre los amigos del siglo XVI y aquellos de
la siguiente centuria, pues su origen y su calidad eran distintos. Es por esas diferencias y clara
distinción entre uno y otro tipo de amigos, que es apropiado hablar de amigos propiamente tales,
sólo en el contexto de la historia fronteriza, es decir desde las últimas décadas del siglo XVII en
adelante”, op. cit., pp. 19-24.
18
“Sucesos acaecidos al Padre Luis de Valdivia: Indios Arauco y Tucapel, 1614”. En AGI,
Fondo Patronato 229. R. 48. imágenes 4-5.
CUADERNOS DE HISTORIA 42 / 2015 Estudios
18
Turilipe i Anganamon habian traido esta junta i para ello habian engañado a los
de Puren; esto dice i que los de Elicura se quieren venir a amparar de nosotros
19
.
Las rencillas y ánimos de venganza entre los linajes eran una conducta
permanente; especialmente contra los “amigos” de los hispanos, pues aquellos
que colaboraban con ellos eran considerados traidores cuando no acataban los
acuerdos dispuestos por la regua:
En carta que escrivi a Vuestra Magestad con el capitan juan de najera de 18 de
febrero del estero de Madrid di quenta a Vuestra Magestad de todo lo sucedido
asta aquel dia y como yba caminando a la provincia de Puren porque asi parecio
convenir al servicio de Vuestra Magestad y bien deste Reyno y para hazer esta
entrada, nos juntamos el padre Luis de Valdivia y yo y el maese de campo Pedro
cortes y el sargento mayor deste Reyno y el comisario general y otras personas
que podian dar pareçer en esto…. … las caussas que nos obligaron a ello que
son las entradas que los enemigos avian hecho a nuestra tierra y el daño que
avian hecho en nuestros yndios amigos matando muchos dellos y llevandoles
hijos y mugeres procurando levantarlos y destos daños estavan los amigos muy
pesaroso y lastimados y dezian muchas palabras dando a entender sus quexas q’
eran que no los ayudavamos ni defendiamos de los enemigos ni los dexabamos
enviar a tomar vengança y satisfaçion de sus agravios y cobrar sus prendas o
otras para rescatarlas y que los dexavamos de hazer de miedo
20
.
Asimismo, las desconanzas y temores no eran menores frente a la colaboración,
pues en algunas ocasiones la ayuda de algunos linajes tuvo por nalidad recuperar
familiares cautivos; situación que no siempre fue comprendida por las demás
reguas, según se evidencia en una carta del padre Valdivia al sostener que:
…en lugar de haçer las pazes con los yndios a donde fue, [se reere a Ancanamon
cuando se dirigió hacia los indios de Imperial y Valdivia] trato de excusarse de
la culpa q’ le imputaban en abrir puerta al comerçio y paz con nosotros diçiendo
que lo havia hecho solo por rescatar a su cona Tureulipi q’ ya q’ lo havia cobrado
no queria mas pazes
21
.
19
“Pareceres que se tomaron sobre ir por los cuerpos de dos padres jesuitas i un hermano
que mataron los indios de Elicura. Diciembre 21, 1612”. En Biblioteca Nacional. Biblioteca
Medina, Manuscritos. Tomo 111. Fj. 76.
20
“Carta de Francisco de Villaseñor, Francisco Ortiz, el padre Luis de Valdivia y el Gobernador
de Chile Alonso de Rivera, donde informan a su Magestad el estado de la Guerra. 1613”. En
AGI, Fondo Patronato 229, R.19.3, imagen 1.
21
“Carta del padre Luis de Valdivia al Rey, donde cuenta del estado de la guerra en Chile.
Concepción 1613”. En AGI, Fondo Patronato 229, R18.2, imagen 4 [Paréntesis nuestro].
Carlos Ortiz Aguilera EL PARLAMENTO DE QUILÍN DEL AÑO 1641
19
Es factible considerar que los grupos vinculados a los peninsulares no tenían una
superioridad demográca, impidiéndoles ejercer un control mayoritario sobre
los recursos naturales disponibles en su entorno
22
. La solución era protegerlos,
localizándolos alrededor de los fuertes, como lo expresa el jesuita:
...i tengo por cosa cierta que fundando el fuerte en Puren i otro en la costa donde
estaba Paycaví, todos los que quieren quietud, que son muchos se nos llegarán al
amparo destos fuertes, que son todos los de Elicura i Puren i Lleolleo, Rengaloe,
Videregua, Clanoa i Tirua que todas estas desean grandemente quietud i paz
i no les dejan gozar de ella los de Pellahuen i Caleuyumi i que son las reguas
mas poderosas de la provincia de Puren, que quedaran sin fuerzas para podernos
hacer daño
23
.
Para perjudicar a “los amigos” impidieron que los débiles linajes aliados con
los españoles volvieran a unirse con las reguas rebeladas al verse desamparados
por los peninsulares, evitándose su inclusión en eventuales ataque contra los
hispánicos, según se aprecia en el siguiente testimonio:
aunque las dos provinçias de la cordillera nebada y los yndios de elicura y de
la costa de puren q’ nos ofrecian la paz se an unido a los enemigos pero fue por
q’ no han podido mas por q’ estan fuera de la raya y no pudimos ampararlos.
Y viose claramente q’ los de elicura tubieron buen corazon porque quando
mataron los enemigos a los padres / les mataron dos caciques principales y les
cautivaron mas de cien piezas q’ oy dia estan en tolten y la ymperial y el dia q’
la raya es adelante, convocaron luego los enemigos una gran Junta para venir a
hacer mal a los yndios de catiray y de arauco y es q’ nos avian dado la paz que
son casi dos mill por los dos los que este año se an quitado con los medios que
les traximos e los quales estan muy contentos
24
.
Por otra parte, no podemos desconocer que la alianza con los ibéricos también
se presentó como una oportunidad de venganza. Múltiples implicancias tuvo
para un linaje esta asociación con españoles, ya que de una manera u otra las
reguas más débiles se “fortalecieron” y los más poderosos se “debilitaron”. Al
respecto el Padre Luis de Valdivia señala:
22
Véase a Ortiz Aguilera, Carlos, “Percepción espacial y descripción geográca entre los
ríos Biobío y Toltén”. Revista Historia, Departamento de Ciencias Históricas y Sociales, Facultad
de Humanidades y Arte, Universidad de Concepción, 1
er
semestre 2007.
23
“Carta del Padre Luis de Valdivia a S.M. Fuerte de la Esperanza, 20 de febrero de 1613”.
En Biblioteca Medina, Manuscritos. Tomo 111. Fj. 150.
24
“Carta del padre Luis de Valdivia al Rey, donde cuenta del estado de la guerra en Chile.
Concepción 1613”. En AGI, Fondo Patronato 229, R18.2, imágenes 6 -7.
CUADERNOS DE HISTORIA 42 / 2015 Estudios
20
de las mas cercanas provincias de guerra, que es Puren, la cual por si sola no
tiene fuerza para hacernos guerra i vencido recojidos nuestros amigos i con
fuerza suya i nuestra, jamas vendrá a hacernos sin que lleve mui gran daño,
i el no hará algunos porque no podrá porque Puren en toda su provincia i en
la cordillera nevada no tiene entre viejos i mozos, i soldados, cabales mill i
trescientos varones, i de estos los quinientos son soldados cuando mas, i estando
nuestros amigos juntos en Arauco i acá en el rio de Biobio, por cualquiera parte
que venga a Puren le somos superiores, porque en Arauco nuestro campo tiene
cuatrocientos españoles i hai mil indios amigos, i acá hai setenta amigos con los
de Catiray i otro campo de trecientos españoles sin que los que se desembarasen
de los fuertes, de modo que en la costa i la tierra adentro son mas nuestras fuerzas
i poblados estos indios mas adentro se pueden juntar i unir los dos campos
nuestros, i hacen ochocientos en campaña i mas de mill i quinientos amigos,
puestos en cabeza de V.M., que solo ayudan a hacer la guerra, sin los que sirven
a los españoles en las ciudades la tierra adentro
25
.
Capturar a lonkos y toquis de las reguas de mayor importancia fue otra estrategia
utilizada, pues generaban desestabilización en la relación promoviendo la
negociación para recuperar el equilibrio:
...que todo estaba quieto i que no se trataba de guerra i quel capitan de Chichaco
que es Quinganaguel i otro llamado Manganaguel tambien capitan del dicho
Chichaco le dijeron que ellos sabian por via de Los Lobos los disinios de los
españoles que era matar a todos los caciques cojiendoles sobre siguro i que
el cacique Tolpellanga habia pedido al cacique Pailaguala al gobernador para
matalle en una borrachera que queria hacer i todos fueron de acuerdo de venir
al dicho fuerte del Nacimiento a libertarle a este declarante
26
.
Los intereses comunes que compartían los linajes, como fue el caso de la
protección mutua, permitieron estrechar vínculos. Sin embargo, la formación
de estas agrupaciones los obligaba a subordinarse a un “jefe de guerra”, quien
solo era reconocido por aquellos grupos que participaban de la unión. Cuando
las reguas decidían retirarse de ella, cesaba también la obligación de seguir las
órdenes del toqui, volviendo el linaje a ser regido por su propio “jefe”, como
se puede apreciar en la carta enviada por Francisco de Villaseñor, Francisco
Ortiz, el padre Luis de Valdivia y Alonso de Rivera al Rey:
25
“Carta del Padre Luis de Valdivia a S.M. Fuerte de la Esperanza, 20 de febrero de 1613”.
En Medina, Manuscritos. Tomo 111. Fj. 152.
26
“Declaracion de Pailaguale cacique de los Quichireguas prisionero en el fuerte de
Nacimiento. Año 1614”. En Biblioteca Medina, Manuscritos. Tomo 112. Fjs. 106-107.
Carlos Ortiz Aguilera EL PARLAMENTO DE QUILÍN DEL AÑO 1641
21
los de cayogueno mexor porque prendieron a un gran casserio llamado Pailaguala
Toqui general de los quichireguas Y a su presente Licanlebo caçique muy
estimado y con ellos gran parte de su parentela que por todos fueron mas de 30
piezas con esta prission ha venido mensajeros de los quichireguas dos vezes a
ofreçer la paz de los Yndios sujetos a el dicho Pailaguala pero todo a parado que
no se a hecho nada y el propio pailaguala nos a dicho al padre Luis de Valdivia y
a mi que bien entiende que no an de venir de paz sus yndios que quando mucho
vendra algun pariente suyo de los mas cercanos pero mas no con todo despues
de su prission no mas a Hecho ninguna guerra la cordillera que a sido de alivio
para nuestra tierra voy procurando entretenerlos si pudiesse Hasta salir en
campaña y para esso e imbiado a palilaguala al fuerte de naçimiento donde sus
subditos y amigos le podran venir a hablar y a comunicar va [i]nportar mucho
su presençia por quanto es muy estimado de los suyos. De la costa vinieron dos
mensajeros a tratar de la paz de parte de la cienaga de puren y de elicura Tirua
Relomo calcoimo claroa Vidiregua lleolleo Rengaloe, dixeron grandes cossas
acerca de que todos querian la paz asta la ymperial dexaron fuera a Aynavilo y
a Anganamon aquí estubieron con el padre Luis de Valdivia y conmigo donde
se les hizo muy bien agazajo a los unos y a los otros y se les dio la rrespuesta
conforme su embaxada en conformidad de los que Vuestra Magestad manda y
estando aguardando la suya dieron con una junta muy gruessa sobre la Reducion
de lebo y mataron 12 yndios y huyieron otros tantos y prendieron 4 o 9 y entre
ellos al cacique cayoman principal de Moluilla el qual se escapo la noche
siguiente y vino con dos Heridas al fuerte y despues passo a esta… …donde dio
entera noticia del sucesso y de la gente quel vino en la junta dize que las hizo el
cacique guachalican que es el que tratava la paz y este embio a su Hermano…
…de mensagero que a de reconoscer la tierra y assi mismo dize que la gente la
junta eran los 140 d[e] elicura y los demas de puren y 40 de arauco y algunos
dellos de los que estan de paz de presente Y otros que de nuevo se an poblado
en la tierra que desocupo el fuerte de paicavi por su despoblacion
27
.
Las relaciones sociales entre las reguas generadas por sus intereses comunes
revisadas por nosotros permiten señalar que el planteamiento de Ruiz-Esquide
solo se limita a un plano fronterizo, atendiendo a que el español solo buscó en
la ayuda de los aborígenes alcanzar el dominio territorial al sur del río Biobío.
Sin embargo, no es extraño que fueran los sacerdotes y expedicionarios hispanos
cautivos quienes identicaran los microespacios sociales de las reguas, su
manera de organizarse y de implementar nexos.
27
“Carta de Francisco de Villaseñor, Francisco Ortiz, el padre Luis de Valdivia y el Gobernador
de Chile Alonso de Rivera, donde informan a su Magestad el estado de la Guerra. 1613”. En
AGI, Fondo Patronato 229, R.19.3, imágenes 10-11 [Paréntesis nuestro].
CUADERNOS DE HISTORIA 42 / 2015 Estudios
22
La diversidad de intereses que tenían las reguas también se presentaba en su
interior, demostrándose en ellas dicultades para alcanzar acuerdos unánimemente:
Es Ylicura la regua ó parcialidad más belicosa de la tierra de guerra, donde
jamás ha entradose cuerpo nuestro con quien no haya peleado á la entrada o á
la salida...y nunca ha dado toda esta regua entera la paz, cuya caveza principal
es un yndio viejo de mas de setenta años llamado utaame, y la segunda caveza
otro que se llama Painihuilli de cincuenta años, los cuales jamas han dado
la paz aunque otros caciques la han ofrecido varias veces de falso y asi dijo
Utalame quando entró á ver al padre Valdivia que había peleado con diez y
seis gobernadores desde el primer Villagrán hasta ahora
28
.
En las paces ofrecidas por los indios de Valdivia y Osorno el año 1615, el
capitán Juan Ramos señalaba que la renuencia a dejar las armas se debía al
temor por las represalias de los linajes más fuertes, demostrándose nuevamente
el descontento hacia las reguas que asistían a los españoles:
…las provincias de Osorno, Coyuncos, Tolguin, Isla Gaete, Llangiollan, Guilco i
llanos de Callecalle no son capaces de mantener la paz por la sujeción que tienen
a Purén, Imperial y Villarica de adonde suelen venir a pedirles o a quitarles por
fuerza caballos, armas blancas, mujeres e hijos
29
.
Por otra parte, el predominio de La Imperial –por su importancia marítima en la
proyección de la conquista hacia el sur y el resguardo de la isla de Chiloé–, la
destacaba de manera muy especial el padre Miguel de Olivares, estableciendo
algunas particularidades en las características físicas, temple y uso del lenguaje
en quienes integraban las reguas en aquella zona:
La parte de tierras que mira al lado austral del rio, está bien poblada de muchas
parcialidades de indios, en cuyos jénios y esteriores parece que inuye la
benignidad del clima y el suelo. Son comunmente de cuerpo bien dispuesto y
de rostro agradable no solo por la delicadeza y proporcion de las facciones, sino
por una sincera alegría que maniestan a los propios y a los huéspedes en su
conversacion y trato. Pero en medio de su halago y cariño, tienen estos indios,
como los de Maquegue y Boroa que le son vecinos, una rara altivez, cuando
les mueve la cólera alguna sinrazon. Este jénio puede venirles de ser los mas
descendientes de españoles cautivos, y su color lo dice, pues no solo es mas
28
“De cómo vino el señor Presidente con el campo de su Magestad a Paicaví y los caciques
Ylicura y mensageros de Purén a dar la Paz. 1613”. En Biblioteca Medina, Manuscritos. Tomo
114. Fj. 49.
29
“Testimonio de paces que ofecieron los indios de Valdivia y Osorno en 1615”. En Biblioteca
Medina, Manuscritos. Tomo 112. Fj. 96.
Carlos Ortiz Aguilera EL PARLAMENTO DE QUILÍN DEL AÑO 1641
23
claro que el de otros indios, sino que muchas personas especialmente mujeres,
son de un blanco tan no que pueden dar envidia, y la dan a veces al comun de
los españoles. En estos parajes tiene el idioma índico sonido mas blando: en
especial las indias lo pronuncian con gran suavidad. La r que es áspera, y por eso
los latinos la llaman canina, la truecan frecuentemente en s, por ejemplo, Vachi
rirni, has llegado acá: dicen Vachi psaumi Maoripillan–butú, la espalda, dice
-Busiruca: la casa dicen – ruca: así mesmo usan de partículas que precisamente
sirven al ornato por su buen sonido; como para conceder una cosa basta en su
lengua decir mai; y dicen machi, añadiendo la última partícula, únicamente
para delicia del oido. Mas volviendo de los habitadores de las sierras, no sé
que pueda njirse, en otras la imajinacion que aquí no encuentren los ojos. Si
se mira al mar que los rodea, es tan pacíco y blandamente que parece que los
halaga y acaricia, como que agrado de la hermosura de su cárcel, mirara con
dulce afecto su misma prision
30
.
A mediados del siglo XVII los conictos interlinajes experimentaron cambios,
y es, tal vez, el parlamento de 1641 uno de los documentos que mejor sintetiza
la importancia de la participación de los “indios amigos” en la conformación
parcial de la paz, como se aprecia en la disposición de los linajes rebelados:
… continuò el Toque Lincopichon, y los demas Caciques, y otros que
iva conuocando, las correspondencias de la paz prometida, embiando sus
Embaxadores, y viniendo en persona a ver a Su Señoria, llamádose los vnos a
los otros con las buenas nueuas que lleuauan a sus tierras, del agasajo, regalos,
presentes, y caricias, que les franqueaua su grande liberalidad, y calicada
nobleza.…. Sin embargo, porque la preuencion, y vigilancia nunca fue sobrada
en la guerra dio orden el Marques saliessen todas las compañias del exercito a
campaña, y que se formasse vn esquadron de la infanteria, y que la caualleria
y Indios amigos, tomassen sus puestos, dexando en medio del exercito cogidas
por todos lados las quadrillas de los Indios enemigos, que venian a dar la paz.
Donde fue mucho de ponderar y admirar, el animo y valor que mostraron en esta
ocasión estos valerosos guerreros, pues auiendo visto marchar nuestro campo
con este orden, y tomar los puestos, y hallandose cercados de nuestras armas,
mostraron tan estraña intrepidez y bizarria, que no solo no dieron señal de miedo,
o aqueza, o alteracion en sus semblantes, estando todos desarmados, sin que
ninguno hiziesse el menor amago de retirarse: pero todos se acercauan a pora,
30
Olivares, Miguel de, “Historia Militar, Civil y Sagrada de Chile”, Colección de Historiadores
de Chile y Documentos Relativos a la Historia Nacional. Tomo IV, Santiago de Chile 1884, p.
128.
CUADERNOS DE HISTORIA 42 / 2015 Estudios
24
con que acreditaron, no menos la verdad de su promessa, que la reputacion de
sus valerosos animos
31
.
El envío de representantes por parte de algunas reguas no solo expresa su
voluntad de paz, sino que además permite reconocer parcialmente la extensión
de sus territorios, lo cual pudo no implicar que la totalidad de las familias que
integraban el linaje estuvieran dispuestas a colaborar con los ibéricos:
Salio, pues, [desde Santiago] el Marques a quatro de Enero de 1640 a la primera
campeada que hizo, despues de auer tomado la possession deste Gouierno,
auiendo quemado y talado con su exercito las viuiendas, comidas, y sementeras
del Cacique Antegueno, y de todos sus vasallos, y auiendo passado por el rio de
la Imperial a las tierras del Toque (llaman assi el Capitan General) Lincopichon,
para hazer lo mismo, le embio sus Embaxadores, y tras ellos sus hijos; y lo que
es mas admirò, por la seueridad y grauedad del sujeto, vino en persona, y con
grandes cortesias y sumissiones pidio a su Señoría, no passasse adelante con el
estrago que amenazaua el exercito en sus tierras: porque prometia por si, y por
sus vassallos, la paz y obediencia a Su Magestad, y conucaria a otros Caciques
con vezinos a que hiziessen lo mismo: y para prenda de su fee ofrecio vna oueja
de la tierra, para que se matasse a su vsança y costumbre; ceremonia con que
entre ellos asseguran las pazes que prometen
32
.
La resistencia a la paz manifestada por algunos lonkos y toquis de las reguas
rebeladas complementa aún más esta visión:
Y porque nunca falta quien se oponga a los intentos de Dios, y el demonio se
desvela continuamènte pretendiendo desbaratarlos, tomò por instrumento en esta
ocasión para estoruar estas pazes, quatro Indios, que viendo salir al Marques
con tan luzido y bien disciplinado exercito, entraron la tierra adentro tocando
alarma, y publicando que no querian pazes los Españoles, sino que los ivá a
degollar, y que para el intento entrauan con mayor fuerça que nunca. Causò
31
“Relacion, verdadera de las pazes qve capitvlo con el araucano rebelado, el marques de
Baides, Conde de Pedroso, Gobernador, y Capitan General del Reyno de Chile, y Presidente de
la Real Audiencia. Sacada de sus informes, y cartas, y de los Padres de la Compañia de Iesus,
que acópañaron el Real exercito en la jornada que hizo para este efeto el Año passado de 1641”.
En Archivo Histórico Nacional de España (en adelante AHNE), fondo Diversos, colección 26, Nº
85. Fjs. 2-3. Agradecemos al Doctor Julio Aróstegui
, profesor de la Universidad Complutense
de Madrid, recientemente fallecido, la gentileza de enviarme copia del documento desde España.
32
“Relacion, verdadera de las pazes qve capitvlo con el araucano rebelado, el marques de
Baides, Conde de Pedroso, Gobernador, y Capitan General del Reyno de Chile, y Presidente de
la Real Audiencia. Sacada de sus informes, y cartas, y de los Padres de la Compañia de Iesus,
que acópañaron el Real exercito en la jornada que hizo para este efeto el Año passado de 1641”.
En AHNE, fondo Diversos, colección 26, Nº 85. Fj. 2 [Paréntesis nuestro].
Carlos Ortiz Aguilera EL PARLAMENTO DE QUILÍN DEL AÑO 1641
25
grande alboroto esta nueua, y aunque no se trocaron con ella los animos de los
Indios, quedaron suspensos, y a la mira del sucesso. Lo qual entédido por su
Señoria, para desmentir a los alborotadores que auian sembrado tan perniciosa
cizaña, despachò a diuersas parcialidades varios mensageros y Caciques, que
assegurassen en toda la tierra la fee de su palabra y promessa, y el buen animo
que lleuaua, no solo de estar en todo a lo capitulado con el Cacique Lincopichon,
sino tambien de hazerles todo buen passage, caricias, y regalo, como en efeto
lo cumplia, y a su tiempo se verà; y no fue de poca admiracion para apoyo
desto, que tanta multitud de soldados; vagaje, y cauallos, que como està dicho,
passaron de diez mil los de nuestro exercito, no quebrò vna espiga de trigo, ni
vna caña de maiz al enemigo en todo el viage
33
.
A partir de la información contenida en el documento, pensamos que los
territorios de los linajes se relacionaban con quienes habitaban los sectores de
la costa, el llano y la cordillera, como también con aquellos que vivían en la
zona sur del lelvunmapu
34
.
Por otra parte, en la franja litoral que se extendía desde Imperial hacia el sur
se unieron las reguas rebeladas con las del llano, demostrando una movilidad
que pudo provocar inestabilidad en ambos sectores debido a los disentimientos
de algunos grupos por integrar la “alianza” bélica.
No obstante, quienes no concurrieron al parlamento reclamaron su derecho
a celebrar uno en sus tierras, pues consideraron que los españoles debían
reconocerles su prestigio de manera similar a la realizada con Antegueno,
porque ellos también ejercían liderazgo sobre sus parientes en sus territorios:
…y el dia siguiente marchò el campo a Repocura, donde se hallaron otros
treinta Caciques, que preguntados de la causa de no auer llegado el dia antes
con los demas a celebrar las pazes en Quillin, respondieron, que no eran ellos
menos que Antegueno, y que pues èl auia recibido la honra de dar la paz en sus
tierras, tambien la querian dar ellos en las suyas, como se hizo con las mismas
ceremonias que el dia antecedente. Deste puesto pasò el campo a la Imperial,
n y remate desta jornada donde estauan esperandole setenta y tres Caciques
de todas parcialidades. Vieronse aquellas vegas cubiertas de gente, hombres;
33
Ibíd. En AHNE, fondo Diversos, colección 26, Nº 85. Fj. 2.
34
En un estudio anterior demostramos cómo se conguraban los linajes para impedir el
avance de los españoles hacia el sur, destacando la división de sus territorios en sector costero,
depresión intermedia y cordillera de los Andes. Véase “Las Alianzas interlinajes y divisiones
territoriales: el surgimiento de los Butalmapus”, Revista de Educación Media Nº 2. Facultad de
Ciencias Humanas y Educación, Escuela de Educación Media, Universidad del Pacíco, 2010,
pp. 51-75.
CUADERNOS DE HISTORIA 42 / 2015 Estudios
26
mugeres, y niños cultiuando sus sementeras de trigo, maiz y demas legumbres.
Es esta tierra muy amena y fecunda, abundantissima de todo, el cielo y suelo
brotando alegria muy despejada de montañas, y solo a manchas algunas que
le dan grande hermosura; en vnas partes se esplaya por vistosos, y apacibles
valles y en otras por muy tendidas; lo mas aparejadas para cria de ganados. La
gente muy bien dispuesta, generalmente blanca, de naturales dòciles, blandos,
y amorfos. Ay en toda la costa y ribera del rio muchos mestizos hijos de las
Españolas cautiuas, muy blancos, rubios, y garços, todos bautizados por los
cautiuos Españoles, aunque sin Olio, ni Crisma…
35
.
En consecuencia, la inestabilidad se originaba en las “disidencias” de algunos
lonkos a dar la paz persuadidos por los “indios amigos” y las incursiones de los
peninsulares a los territorios perdidos, como aconteció en el año 1641, cuando
al decir del Marqués de Baides los araucanos
…ganaron las cinco mas principales ciudades de Osorno, la Imperial, Angol,
Villarica, Valdiuia, y otras, y lleuaron cautiuos a los Españoles que quedaron,
con todas las mugeres y niños, de quienes se han seruido como de esclauos por
espacio demas de quarenta y tres años, en que no solamente se han hecho fuertes,
y defendidose de las armas Españolas del Real exercito que milita en el Estado
y castillo de Arauco, y en el campo de san Felipe, y fuerte de San Christoual,
Talcamahuida, y otros muchos…
36
.
Así, las comarcas de Imperial, Villarrica y Osorno fueron los principales lugares
por recuperar, razón por la cual el Marqués de Baides decidió concentrar sus
fuerzas en el fuerte de Nacimiento, según él mismo relata:
Estando ya todo a punto y preuenido los tercios de Arauco y Santa Maria, y dado
orden el Maesse de Campo del Reyno, y al Sargento Mayor, para que saliessen
cada vno con su gente, para incorp[o]rarse con el principal troço del exercito
en el fuerte de Nacimiento, que esta mas proxima a las tierras del enemigo
37
.
Desde este lugar, los españoles marcharon hacia Angol, Imperial, Repocura y
Liencura, para convocar a la paz a los naturales. Por consiguiente, desde el año
1641 el río Biobío dejó de ser la frontera –momentáneamente– que se estableció
en el año 1601, desplazándose hacia el río Toltén:
35
“Relacion, verdadera de las pazes qve capitvlo con el araucano rebelado…”, op. cit.,
colección 26, Nº 85. Fj. 4 Recto.
36
Ibíd., colección 26, Nº 85. Fj. 1.
37
Ibíd., colección 26, Nº 85. Fj. 2 vta.
Carlos Ortiz Aguilera EL PARLAMENTO DE QUILÍN DEL AÑO 1641
27
Llegando[desde Concepción] al Nacimiento salieron dos muy principales
Caciques, Clentaru, Liencura, acompañados de sus vassallos, todos sin armas,
en señal de que las tenian ya rendidas a los pies de su Rey, aclamando paz, y
ofreciendola de nuevo, y en prendas dellas truxeron de presente al Marques tres
Españolas cautiuas, y dos niñas nieta de la vna, las quales recibiò su Señoria
….Todos los quales, y los demas, assi cautiuos, como naturales de aquella
tierra, añaden, que fue en tàta[sic] cantidad la piedra que arrojò el bolcan, y tan
encendida, y tanta la multitud de ceniça ardiendo que cayò en el río de Alipen,
que ardian las aguas de manera, que cocieron quanto pescado auia en èl, y
corriendo su caudal hasta juntarse con el rio de Tolten, que es muy grande, le
calentaron, y hizieron heruir sus corrientes, causando los mismos efectos desde
que se juntaron los dos rios hasta la mar, de suerte, que por tiempo de quatro
meses, ni se pudieron beuer sus aguas, ni prouar el pescado que muerto dio en
sus playas, y margenò sus riberas, por el mal olor y sabor que el açufre les dava;
y lo que no menos espanto, con la abundancia de ceniça y piedras que el bolcan
arrojaua, rebalsaron estos rios, y reboçaron sus corrientes tanto, que llegaron sus
aguas espesas como argamasa, a inundarles sus campos, hasta entrarseles por las
puertas de sus casas, con tenerlas sitiadas en lomas, laderas, y sitios eminentes.
Prosiguio el fuego del bolcan con tal teson y violencia, que partio por medio el
cerro, por donde abrio boca quando rebentò, dexandole diuidido en dos pedaços,
el vno que cayò a la parte del Oriente, y el otro a la del Occidente, y la laguna
de la Villarrica crecio hasta derramarse por los campos, inundando las tierras y
pueblos de los Indios, que huyendo de la furia con que se les entrauan por sus
casas, no parauan hasta ganar las cumbres de los montes, donde aun se hallauan
mal seguros de tanto peligro.
Ni aumentò poco su pabor y miedo la espantosa vista de vn arbol, que vieron
correr sobre las aguas tan cesgo y desecho, que no lo estuuiera mas, asido de
sus raizes a la tierra que lo produxo. Iva todo èl ardiendo, y en su seguimiento
vna bestia era, llena de hasta retorcidas la cabeça, dando espantosos bramidos,
y lamentables vozes, vision que dio motiuo a la contemplacion piadosa… Oyò
el Marques al Cacique con agrado, y llamando a consejo, lastimandose de ver
perdidas tantas y tan fertiles tierras, y oridos Paises como vino reconociendo por
los caminos, y considerando quanto importaua al Real servicio que se lograssen
estos campos tan capaces para todo genero de labor, y criança de ganados, tan
amenos, con tanta diuersidad de fuentes, rios, y arroyos, de las mas saludables
y delicadas aguas que se conocen, por nacer y correr por minerales de oro, de
que estàn llenos aquellos montes y quebradas, y generalmente toda la tierra de
Chile; y quan inacabable era esta guerra por los inexpugnable de sus montañas,
cerros y laderas
38
.
38
Ibíd., “colección 26, Nº 85. Fjs. 1 Verso, 2 Recto y 2 Verso [Paréntesis nuestro].
CUADERNOS DE HISTORIA 42 / 2015 Estudios
28
Los líderes de las reguas acordaron nalmente dar la paz a los españoles,
tal como lo expresa el documento el que reproduciremos en extenso para
dimensionar adecuadamente el contexto en el cual se encontraban los españoles
y los mapuches:
Aviendo lo primero preuenido a Dios este Dia, ofreciendole los sacricios
de todas las Missas que se pudieron dezir por el buen sucesso destas pazes,
auiendose formado dos esquadrones de la infanteria de los dos tercios, tomando el
cuerpo derecho el del Maesse de Campo, y el hizquierdo el del Sargento Mayor,
y guarnecidos los costados con la caualleria de entrambos por sus mangas,
salio el Marques con su compañia de ciento y cincuenta Capitanes, y Maesses
de Campo reformados, todos armados de armas blancas tan tersas, y limpias,
que parecian espejos en quien pudo mirarse solo el Sol, no otro alguno, sin
deslumbrarse con la luz que en ellas reberueraua. Lleuaua por delante sesenta y
cinco Caciques, entre los quales los mas principales señores, que tenian debaxo
de su jurisdicion a diez y doze Caciques, era Lincopichon, Antegueno, Liencura,
D. Antonio Chicaguala, hijo de doña Aldonça de Castro, Señora Española muy
principal, y noble, y de vn Indio gran señor, que despues de cautiua la eligio
por su muger; Guaquilauquen, y otros, y a la salida los escuadrones, y demas
compañias dieron la carga con muy buen concierto, y passando por medio del
esquadron enemigo llegaron a vna grande ramada que se auia hecho para el
intento, donde se apeò con toda su compañia, y Caciques referidos, quedando
las demas de guardia repartidas por sus puestos, y formado el esquadron con
cuerdas encendidas para preuenir qualquier siniestro sucesso.
Auiendose apeado todos, y tomado cada qual su assiento, se hizo silencio, y
queriendo començar el parlamento el Capitan Miguel de Ibarzos Lengua General
del Reyno, se leuantò el Cacique Antegueno (que como el Señor de la tierra traia
en la mano la rama de canelo, señal de paz entre esta gente; como lo ha sido
el de oliua aun entre Dios, y los hombres) y tomando la mano, y en nombre de
todos los demas Caciques, dixo con mucha grauedad y señorio, que su vsança
era antes de capitular, y assentar cualquier concierto de paz, matar las ouejas
de la tierra para que quedassen mas xos, y ninguna de las partes pudiesse en
ningun tiempo reclamar sobre lo vna vez assentado: porque aquellos brutos
animales despues de muertos seruian de un vivo exemplar de lo q’ deuen guardar
los que se juntan a semejante accion: porque assi como ellos estauan rendidos,
y quietos, y testicauan con su sangre derramada, que no se podian ya menear,
ni apartar de aquel lugar; assi ellos no auian de mouerse mas, ni boluer atras
de vna vez prometido, ni faltar a la delidad deuida aunque para esto fuesse
necessario derramar la sangre de sus venas, y perder la vida.
Acabando Antegueno su razonamiento le mandò traer luego delante de todos
vna destas ouejas (q’ son a manera de camellos, y aunque no tan grandes,
siruen como ellos al tragin de las cargas que se lleua de vna parte a otra) y
leuantandose vno de los Toquis, o General de la guerra, y tomando en la mano
vn bastòn de hasta dos varas de alto, le dio vn feroz golpe con que la rindio a
Carlos Ortiz Aguilera EL PARLAMENTO DE QUILÍN DEL AÑO 1641
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sus pies, y assi fueron prosiguiendo los demas dexando muertas hasta numero
de veinte y ocho, y si tal vez no caia la oueja del primer golpe, se leuantaua
otro Cacique con mucha ligereza, y le daua el segundo, con que la tendia en
el suelo, y las que se quexauan, o con las ansias de la muerte agonizauan, las
acabauan los circunstantes de matar, y despues de muertas llegauan todos a
sacarles los coraçones, y rociar con su sangre el canelo que Antegueno tenia
en la mano. Ceremonia que (aunque Gentilica) parece tiene su fundamento en
muchas Historias, y aun en las sagradas no le falta, donde vemos, que en señal
de paz mandaua Dios rociar las puertas con sangre, como se ve en el capitulo
doze del Exodo, y assi lo entiende San Pablo en el capitulo nueue de la carta
que escriuiò a los Hebreos.
Despues desta ceremonia se sentaron todos alderredor de las ouejas muertas,
y hecho silencio començaron a tratar, y conferir entre si sobre el asiento de las
pazes perpetuas, y el modo, calidad y condiciones de jurarlas, y entablarlas:
auiendo hablado sobre esto con grande concierto y elegancia Lincopichon, y
Antegueno (que son naturalmente retoricos estos Indios, y se precian de hazer
vn buen parlamento) y replicado de nuestra parte lo q’ pareciò conueniente,
proponiendoles las condiciones, y pactos que parecieron mas importantes al
seruicio de entrambas Magestades, y auiendo dado y tomado sobre la materia,
se leuantò Liencura, Cacique muy principal, hombre sagaz, gran soldado, de
muy viuo ingenio, muy entendido y pratico, de edad de sesenta años, y que hasta
entonces se viuia con rezelo de sus astucias, y hizo tal razonamiento a los suyos
acerca de la paz, y condiciones de que se trataua, representandoles la infelicidad
y trabajos de las armas, y causò tal mocion en todos, que se levantaron en pie, y
clamaron apellidando a vozes la paz, y nombrando sus antiguas tierras de donde
los tenian desterrados las guerras; prometieron boluerse a ellas dentro de los
seis meses como se les auia propuesto.
Hizieron luego las capitulaciones, y la principal de parte de los Indios fue,
que no auian de ser encomendados a los Españoles, sino que auian de estar de
cabeça de su Magestad, y debaxo de su Real amparo, reconocerle vassallage
como a su señor, y que con esto se boluerian a poblar sus tierras, y los Españoles
podrian reedicar sus antiguas ciudades. Que estarian obligados a salir siempre
que fuesen apercibidos, con armas y cauallos, a qualquiera faccion que se
ofrezca del seruicio de Su Magestad y le entregaràn a rescate todos los cautiuos
Españoles, y Españolas que tuuiesen en sus pueblos y otras a este modo. Para
cuyo cumplimiento ofreciò cada Parcialidad dos Indios de los mas principales
en reenes, los quales le truxeron a nuestras tierras hasta que ellos pueblen las
suyas propias, y de hecho entregaron luego veinte y dos cautiuos Españoles que
avia en la ribera de la Imperial. Lo qual concluido, y hecho el juramento, se
leuantaron todos los Caciques, y abraçaron al Marques, y a los demas Capitulares,
y Religiosos de la Compañia de Iesus, que se hallaron en aquella junta, y luego
hiziesen sus presentes de los regalos que traian preuenidos de sus tierras.
Con esto quedasen los Indios incorporados con nuestros amigos, y estando
assi mezclados vnos con otros hizo silencio Antegueno, y oyendole todos muy
CUADERNOS DE HISTORIA 42 / 2015 Estudios
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atentos, teniendo el ramo de canelo en la mano, començo vn razonamiento tan
elegante, y con tan viuas razones, naturales tropas, y guras retoricas, acerca
de la paz, y apoyando lo capitulado, que pudieran muchos Oradores embidiar
la facundia, y energia con que el Indio hablaua poniendo por delante la mucha
sangre que derramada de entrambas partes estaua dando vozes por aquellos
campos, y quebradas, sus padres, hijos, antepasados, y parientes hechos pedaços,
o desnaturalizados, y desterrados a Reinos estraños, perdida de esperança de
boluerlos a ver, la desaprouechada, y aun perniciosa pora, y contienda de
tantos años, la inquietud con que han viuido, los sobresaltos q’ han passado
de noche por las montañas, y de dia con las armas en las manos, sin poderse
desembaraçar dellas aun quando las auian menester para labrar sus tierras, y
hazer sus sementeras.
Auiendo dicho estas, y otras cosas muy para oir y admirar, concluyò su oracion
dando a todos la enhorabuena de tan alegre dia, y auiendo repartido con nuestros
amigos las ouejas muertas, acompañandole todos lleuo a presentar al Marques
el jaspeado ramo de canelo con la sangre de aquellos animales, el qual recibio
su Señoria con grandes muestras de estimacion, y cortesía
39
.
La presencia de fenómenos naturales como fue el caso de la erupción del
volcán Llaima y su asociación con malos designios también fue consignada
en el parlamento:
Y començando esta relacion, dè principio a ella lo que parece le dio de parte de
nuestro Señor, a ablandar los duros coraçones de aquellos rebeldes Araucanos, y
mouerlos a rendir las armas, y tratar de las pazes que ofrecen. Y fue el auer visto
el año antecedente en sus tierras algunas señales y prodigios que interpretados a
su rustico modo de entender, le siruieron de presagios y pronostico, de que queria
el cielo se boluiessen a sujetar a los Españoles, y diessen la obediencia a su Rey.
El primero fue auerse visto Aguilas Reales, las quales tienen por tradicion se
vieron antes que entrassen la primera vez los Españoles en aquel Reyno, y que
despues acà no se han visto mas en èl hasta el año de quarenta, que dio principio
a estas pazes. La segunda señal fue la que por el mes de Febrero del mismo año
de quarenta, se vio y sintio en todas sus tierras, de que dan fee todos los Indios,
y los cautiuos Españoles lo testican con toda asseueracion, y aun en nuestros
presidios y tierra de paz resonò el eco, sin saber de donde naciesse, juzgando en
el campo de San Felipe, quando oyeron el estruendo, que disparauan mosquetes,
o pieçaz de artilleria en los demas fuertes vezinos a èl; y en estos, juzgando lo
mismo del de San Felipe, hasta que nuestros Reconocedores lo fueron tambien
del desengaño, aueriguando el caso. Y fue assi, que en la tierra y jurisdicion del
Cacique Aliante, rebentò vn bolcan, y començò a arder con tanta fuerça, que
arrojaua de dentro peñascos, y grandes montes encendidos, con tan formidable
39
Ibíd., “colección 26, Nº 85. Fj. 3 Recto, 3 Verso y 4 Recto.
Carlos Ortiz Aguilera EL PARLAMENTO DE QUILÍN DEL AÑO 1641
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estruendo, que del espanto y pauor arman mal parieron todas las mugeres que
en todo aquel contorno auia preñadas…Estas son las señales que parece ha
dado el cielo, (y assi lo interpretan los Indios, reriendolas con tan gran pabor,
temblor, y comocion de sus animos, que mudan semblantes; alteran la voz, y
tiemblan de admiracion y espanto)
40
.
Si bien esta descripción no representa necesariamente la verdadera interpretación
que debieron darle los mapuches, el ofrecimiento de la paz a los españoles es un
testimonio del impacto que provocó este fenómeno natural al ser entendido como
una advertencia de los riesgos que deberían asumir si se continuaba la guerra.
Las reguas rebeldes no estaban en posición de negarse a la paz por el
incremento de los “indios amigos” que acompañaban a los españoles. De esta
forma la tregua entre grupos tradicionalmente enemigos tuvo que predominar
frente a la amenazante adversidad en que se encontraban los linajes, postergando
para otra oportunidad la lucha pendiente.
3. Consideraciones nales
Las relaciones interlinajes fueron fundamentales en el desarrollo del conicto
hispano-indígena. Sin embargo, los estudios realizados si bien se han concentrado
en el conicto y se han hecho intentos por visualizar las características y
comportamientos de este tipo de vínculos, en ellas ha prevalecido una propuesta
metodológica apoltronada en teorías vanguardistas dúctiles que se limitan a un
análisis dialéctico inexistente en el contexto de los siglos XVI al XVIII.
Nuestra perspectiva de estudio considera las relaciones interlinajes a partir
del relato español pero identicando las formas de relaciones prevalecientes
entre las reguas mapuches.
El Parlamento de Quilín del año 1641 nos proporciona información al respecto
y por sobre todo permite que comencemos a revisar las funciones del “indio
amigo” y de las consideraciones que tenían las distintas reguas para acceder y
ofrecer la paz, pues evidenciamos que tanto la conducta bélica como pacíca
está condicionada por intereses comunes, como también por otros aspectos
presentes en la estructura cultural de los linajes. En un próximo estudio que
estamos nalizando complementaremos esta aproximación.
40
Ibíd., “colección 26, Nº 85. Fj. 1 vta. y 2.
... Hace énfasis en el rol del Estado, cuyas acciones forman parte de un proceso más largo que había comenzado con los intentos coloniales españoles de someter a los mapuche desde el siglo XVI en adelante, quienes no pudieron consolidar los asentamientos al sur del río Bíobio y llegaron a un acuerdo con líderes indígenas en el parlamento de Quilín (1641). Sin embargo, estas alianzas fueron frágiles (Ortiz, 2015). Tras la independencia de Chile (1810-1818), la intención de ocupar estas tierras comenzó a retomar fuerzas debido a su posición estratégica en la consolidación del dominio geopolítico y en la eventual expansión de la frontera agrícola. ...
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La invasión militar del Wallmapu tuvo como motivo principal el anexar al dominio estatal dicho territorio para transformarlo en un espacio funcional a la consolidación del predominio político, económico y cultural del Estado moderno. A través de una reflexión enmarcada en la historia ambiental y la ecología política histórica, se busca analizar el proceso de despojo que sostuvo el Estado chileno y la consolidación del capitalismo en la zona. Mediante el análisis de decretos, leyes y documentos oficiales, así como el testimonio de viajeros y cronistas, se destacan las motivaciones y medios utilizados en la ocupación. De esta manera, se reflexiona en torno a la complementariedad de las estrategias utilizadas poniendo el énfasis en la racionalidad sobre la naturaleza que la modernidad impuso, así como ésta es utilizada para someter y dominar los territorios mapuche que hasta la actualidad siguen en disputa
... La fundación de las ciudades de Imperial y Villarrica en 1552, junto con Los Con nes en 1553, fueron el resultado del intento por expandir el Imperio español en estas tierras (De Vibar, 1558). No obstante, los constantes alzamientos del pueblo mapuche terminaron con la quema y destrucción de estas ciudades, situación que llevó a los españoles a establecer un acuerdo de paz mediante el parlamento de Quilín en 1641, donde se reconocía que la frontera norte del territorio mapuche era el río Biobío (Ortiz, 2015). ...
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Las ciudades se han constituido desde sus orígenes en instrumentos de dominación. Surgen al alero de un espacio con recursos para explotar y así favorecer el intercambio comercial y el poblamiento. Este trabajo analiza en retrospectiva la trayectoria de las ciudades y la vida urbana que se instala a finales del siglo XIX en Wallmapu/Araucanía al alero del Granero de Chile. Mediante el uso de métodos mixtos que se orientan al análisis e interpretación de fuentes históricas de tipo documental, mapas y fotografías, y utilizando como campo de investigación la ecología política histórica, se plantea una discusión y se construye una narrativa respecto a cómo esta vida urbana que se impone, se enmarca en otra forma de dominación basada en las relaciones de poder que surgen desde el Estado y sus élites que influyeron en la «invención» de este far west del sur.
... Posterior a esta fecha, se produce un hiato en las ocupaciones en la isla Mocha, la cual se retoma de forma relativamente continua en el periodo Alfarero Temprano (400 a 1000 años DC), para luego volverse estable durante el periodo Intermedio Tardío (1000 a 1550 años DC) con la presencia de grupos asignables a la Cultura El Vergel y, posteriormente, en el periodo Tardío e Histórico con grupos Reche-Mapuche (Boccara 1999;Campbell y Quiroz 2015). Luego de más de 24 años de conflicto y de manera posterior a las Paces de Quilín en 1641 (Ortiz 2015), la ciudad de Concepción se encontraba en paz, aunque siempre alerta y con el recuerdo de las destrucciones de las que había sido objeto en el siglo XVI. Si bien el Reino de Chile se encontraba en el contexto histórico de la Guerra Defensiva (Boccara 2005), la idea del traslado de habitantes de la isla Mocha era un anhelo del entonces Gobernador de Chile, José de Garro, argumentando que estos mantenían comercio con piratas ingleses y holandeses, lo que suponía una rebeldía a la soberanía imperial y violación a las paces de 1641 (Cox 2002(Cox [1892; Goicovich y Quiroz 2008). ...
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In 1685 one of the most important acts of uprooting in the colonial history of Chile took place: the forced exile from Mocha Island of more than 500 people to the outskirts of Concepción, coming under the tutelage of the Jesuits in the San José de la Mocha Mission, which, over the years, also housed those considered outcasts in colonial society, until its disappearance in the 19th century. More than 300 years after this act, we were able to recover skeletal remains of the former inhabitants of the Mission, at the site Quinta Junge, in the area of Pedro de Valdivia, Concepción. In this paper we present the main bioarchaeological aspects of the findings of 127 individuals distributed in 26 primary burials and 50 secondary burials from a demographic perspective, focusing on their demographic structure, burial patterns, paleopathological conditions and diet reconstruction. Finally, we reflect on the social role of the discipline in relation to indigenous communities and their claims.
... Esta región es reconocida como la frontera entre el territorio mapuche y los españoles, primero y los mapuche y el Estado de Chile después, -en honor al río Biobío que marcó dicha frontera hacia fines del período de la Conquista española (1536-1598) (Goicovich, 2007) y la consolidación de una suerte de soberanía territorial y jurisdicción mapuche a partir del Tratado de Quilin en 1641 (Ortiz, 2015). Durante la llamada Guerra de Arauco, que se extendió entre los siglos XVI y XVII sin que exista a la fecha consenso respecto de sus inicios y términos exactos, el pueblo mapuche sufrió la disputa de su territorio ocurriendo sucesivas incursiones militares del ejército español (Bengoa, 1990). ...
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Resumen Analizamos los imaginarios sociales del bienestar subjetivo en personas que se auto identifican como mapuche en el Gran Concepción, Biobío, Chile. El bienestar subjetivo otorga importancia a aquellos factores que los sujetos consideran como un aporte positivo en su vida personal, familiar o comunitaria, que generan percepciones de satisfacción y felicidad. Esto también forma parte de lo que se considera como parte constitutiva del buen vivir de los pueblos originarios. Se trabajó con un enfoque cualitativo, a través de entrevistas semi-estructuradas. Los resultados indican que los imaginarios sociales del bienestar subjetivo son diversos y variados dependiendo de los niveles en los cuales la identidad es vivida: individual, colectivo o estructural. Todavía, los resultados indican que esos imaginarios se construyen en torno a la resignificación de la identidad individual y colectiva, como parte de un proceso de relación entre sujetos, entorno y/o naturaleza, donde confluyen percepciones, representaciones, valoraciones y emociones asociadas no solo a la felicidad, la seguridad y el respeto, sino también a la trascendencia como pueblo portador de una identidad Mapuche diferenciada.
... Due to Mapuche resistance, the Spanish were unable to consolidate settlements south of the Bíobio river and came to an agreement with "friendly" indigenous leaders at the parlamento de Quilín (1641). However, the nature of these alliances was fragile (Ortiz, 2015). It was only with Chilean independence in 1818 and the expulsion of the Spanish that the intent to occupy these lands became more strategic. ...
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The region of Araucania, since its incorporation into the Republic of Chile, has been subject to significant territorial transformations. The Chilean State, supported by economic elites, the political class, and intellectuals have all contributed to the discursive positioning of, and the creation of artefacts in, this regional space. These devices for mobilising power have enabled an appropriation of nature-through natural resource exploitation-and an appropriation of land rights through property titles. The occupation of Araucania from the end of the 19th century was achieved principally through the artefacts of larger settlement consolidation, the railway network, and the building of roads. These were designed and imposed from Santiago through political and administrative channels based on an internal colonialism logic. Conflicts with indigenous Mapuche in Wallmapu (the Mapudungun name for their territory) arose as a consequence of asymmetries of power and this appropriation of space, including expulsion from their land, deforestation , increasing poverty due to restricted access to traditional resources, and epistemic violence through specific constructions of development and the subal-terning of indigenous "others." This historical political ecology not only reveals the expanding frontiers of extractivism and processes of accumulation in favour of national political and economic elites, but more importantly shows how the construction of cultural landscapes became a device for exercising power and justifying appropriation in pursuit of modernity, progress, and development. These landscapes of power evolved over time as different demands were placed on this territory: first as a wheat bowl, and second as forestry plantation. A "landscapes of power" framework is presented in order to work through these constructions of landscape, building on phenomenological and dwelling perspectives in order to focus on the role of cultural hegemony and power relations. K E Y W O R D S Araucanía-Wallmapu, Chile, cultural hegemony, historical political ecology, landscapes of power
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El pueblo originario mapuche, habitante histórico de territorios argentinos y chilenos, ha sostenido una confrontación histórica frente a estos Estados sudamericanos. El conflicto, lejos de desaparecer, se ha transformado progresivamente desde una oposición política a una situación de lucha armada, cuyas consecuencias son imposibles de prever. Con la finalidad de entender la controversia existente en la región de la Araucanía, se expone la evolución de la oposición mapuche, identificándose la radicalización de los medios empleados por las fuerzas y cuerpos de seguridad chilenas, así como por los afectados de este pueblo.
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Resumen: Este artículo tiene como propósito entregar algunos elementos de análisis que permitan comprender la historia del reino de Chile como una parte de la historia de la globalización moderna. Para ello, recurriendo a nuevas corrientes historiográficas que muestran que la monarquía española desarrolló un modelo policéntrico de administración, el trabajo propone que considerar a los actores locales, especialmente en territorios de frontera, como conectores que lograron vincular e integrar realidades políticas, físicas y culturales lejanas rompiendo con el modelo explicativo centro-periferia. El caso de la "Plaza fuerte y Vecindad" de Valdivia en el siglo XVIII ejemplifica como núcleos urbanos de naturaleza híbrida son expresiones de relaciones complejas en el ámbito local, regional y global. Abstract: The purpose of this article is to provide some historical elements of analysis that allow us to understand the history of the kingdom of Chile in this period as a part of the history of modern globalization. Incorporating new historiographic currents that shows the Spanish monarchy as a polycentric monarchy, the paper proposes that local actors must be considered, especially in border territories, as a connectors who linked and integrate distant political, physical and cultural realities, breaking with the explanatory center-periphery model. The case of the city of Valdivia in the 18th century shows how hybrid urban centers were expressions of complex relationships on the local, regional and global scale.
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The region of Araucania, since its incorporation into the Republic of Chile, has been subject to significant territorial transformations. The Chilean state, supported by economic elites, the political class and intellectuals have all contributed to the discursive positioning of, and the creation of artefacts in, this regional space. These devices for mobilising power have enabled an appropriation of nature – through natural resource exploitation ‐ and an appropriation of land rights through property titles. The occupation of Araucania from the end of the nineteenth century was achieved principally through the artefacts of larger settlement consolidation, the railway network and the building of roads. These were designed and imposed from Santiago through political and administrative channels based on an internal colonialism logic. Conflicts with indigenous Mapuche in Wallmapu (the Mapudungun name for their territory) arose as a consequence of asymmetries of power and this appropriation of space, including expulsion from their land, deforestation, increasing poverty due to restricted access to traditional resources, and epistemic violence through specific constructions of development and the subalterning of indigenous ‘others’. This historical political ecology not only reveals the expanding frontiers of extractivism and processes of accumulation in favour of national political and economic elites, but more importantly shows how the construction of cultural landscapes became devices for exercising power and justifying appropriation in pursuit of modernity, progress and development. These landscapes of power evolved over time as different demands were placed on this territory: first as a wheat bowl, second as forestry plantation. A Landscapes of Power framework is offered in order to work through these constructions of landscape, building on phenomenological and dwelling perspectives in order to focus on the role of cultural hegemony and power relations.
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This article analyses the tension experienced by the contact groups in the Araucanía frontier in Chile in the colonial and post-colonial periods from the perspective of the study on captivity, especially of women. It is a qualitative study, based on the re-reading of primary sources and archives, using the theoretical and methodological guidelines of frontier and gender history. Captivity is characterized as a transversal practice on the contact groups, where the body and image of the captive, as a symbol of defeat, was the crucible of the mixing of blood, culture and identities and the object of political instrumentalization according to its interests and the transformation of the centuries covered.
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In a recent bulletin of the Superintendent of the Census for 1890 appear these significant words: "Up to and including 1880 the country had a frontier of settlement, but at present the unsettled area has been so broken into by isolated bodies of settlement that there can hardly be said to be a frontier line. In the discussion of its extent, its westward movement, etc., it can not, therefore, any longer have a place in the census reports." This brief official state-ment marks the closing of a great historic movement. Up to our own day American history has been in a large degree the history of the colonization of the Great West. The existence of an area of free land, its continuous recession, and the advance of American settlement westward, explain American development. Behind institutions, behind constitutional forms and modifications, lie the vital forces that call these organs into life and shape them to meet changing conditions. The peculiarity of American institutions is the fact that they have been compelled to adapt themselves to the changes of an expanding people-to the changes involved in crossing a continent, in winning a wilderness, and in developing at each area of this progress out of the primitive economic and political conditions of the frontier into the complexity of city life. Said Calhoun in 1817, '"We are great, and rapidly ---I was about to say fearfully ---growing!" So saying, he touched the distinguishing feature of American life. All peoples show development; the germ theory of politics has been sufficiently emphasized. In the case of most nations, however, the development has occurred in a limited area, and if the nation has expanded, it has met other growing peoples whom it has conquered. But in the case of the United States we have a different phenomenon. Limiting our attention to the Atlantic coast, we have the familiar phenomenon of the evolution of institutions in a limited area, such as the rise of representative government the differentiation of simple colonial governments into complex organs; the progress from primitive industrial society, without division of labor, up to manufacturing civilization. But we have in addition to this a recurrence of the process of evolution in each western area reached in the process of expansion. Thus American development has exhibited not merely advance along a single line, but a return to primitive conditions on a continually advancing frontier line, and a new development for that area. American social development has been continually beginning over again on the frontier. This perennial , this fluidity of American life, this expansion westward-with its few opportunities, its continuous touch with the simplicity of primitive society, furnish the forces dominating American character. The true point of view in the history of this nation is not the Atlantic coast, it is the Great West. Even the slavery struggle, which is made so exclusive an object of attention by writers like Professor von Holst, occupies its important place in American history because of its relation to westward expansion. In this advance, the frontier is the outer edge of the wave the meeting point between savagery and civilization. Much has been written about the frontier from the point of view of border warfare and the chase, but as a field for the serious study of the economist and the historian it has been neglected.
El surgimiento de hombres poderosos en las sociedades segmentadas de la frontera Inca
  • Osvaldo Silva
  • Cristina Farga
Distribución territorial de las reguas mapuches a principios del siglo XVII (1600-1620)
  • Carlos Ortiz Aguilera
Relaciones Fronterizas o relaciones interétnicas
  • Rolf Foerster
  • Iván Vergara