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ReCAD – Revista electrónica de Ciencias Aplicadas al Deporte, Vol. 4, N°12, Marzo 2011
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NIVEL DE ACTIVIDAD FÍSICA EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS CON ESPECIAL
REFERENCIA A ESTUDIANTES DE PROFESORADO EN EDUCACIÓN FÍSICA.
Martín Farinola. Facultad de Actividad Física y Deporte. Universidad de Flores.
Contacto: martinfarinola@ymail.com.
Fecha de finalización: 30 de mayo de 2010
Resumen
Objetivo: Evaluar los niveles de actividad física de los estudiantes de la Universidad de Flores en
general y de los futuros docentes en educación física en particular.
Método: encuestadores entrenados administraron el Cuestionario Global de Actividad Física en
horario de clase a la totalidad de los estudiantes de ambos sexos del profesorado en educación física
(n=75) y a una muestra de estudiantes de las otras carreras (n=425) de la Universidad de Flores.
Para el tratamiento de los datos se utilizaron elementos de estadística descriptiva y se escogió la
prueba U de Mann-Whitney para conocer si existen diferencias entre los grupos. El nivel de
confianza se estableció en 95%. Para el tratamiento de los datos se utilizó software SPSS versión
11.5.
Resultados: el 87 % de los estudiantes de profesorado en educación física cuenta con niveles de
actividad física habitual altos, siendo este valor superior al de estudiantes de otras carreras de la
Universidad de Flores, en donde el valor alto fue alcanzado en el 40 % de los casos (p=0,000). Los
estudiantes de educación física realizan más actividad física que los estudiantes de otras carreras en
todos los dominios excepto en el transporte, en donde no se han encontrado diferencias
significativas entre ambos grupos (p=0,068). Las diferencias significativas entre los grupos se
mantuvieron cuando se analizaron por separado a ambos sexos y a los diferentes grupos de edad.
Conclusiones: los niveles de actividad física encontrados en estudiantes de educación física son
altos y además muy similares a los observados en otros profesorados de la Capital Federal, por lo
que parece ser que los estudiantes de educación física en general tienen un patrón común de
actividad física. En cuanto a los estudiantes de otras carreras, y hasta nuestro conocimiento, este ha
sido el primer trabajo en el que se han relevado niveles de actividad física en universitarios de
Argentina con este tipo de cuestionario. Pudimos ver que sus niveles de actividad física son
significativamente menores que los niveles de los estudiantes de educación física, y al menos la
tercera parte de ellos no alcanza a realizar la actividad física mínima necesaria como para promover
su salud. Sus niveles de actividad física en el tiempo libre son similares a los encontrados
internacionalmente, sin embargo no es en el tiempo libre donde realizan más actividad física sino en
el dominio del transporte, por lo que aquí vemos una oportunidad para promover el transporte
activo el cual además de aumentar la actividad física de quien lo lleve a cabo traerá beneficios
compartidos con el medioambiente. Por último destacamos la necesidad de relevar los dominios en
los que la actividad física se realiza cuando se lleven a cabo sondeos de actividad física tendientes a
generar información útil aplicable a futuras intervenciones.
Palabras claves: actividad física, estudiantes universitarios, dominios.
Introducción
Está bien documentado que si la actividad física (AF) se realiza regularmente en cantidad suficiente
resulta ser sumamente eficaz en la prevención primaria y secundaria de numerosas enfermedades
crónicas tales como enfermedad cardiovascular, diabetes, ciertos tipos de cáncer, hipertensión,
obesidad, depresión y osteoporosis (Department of Health and Human Services, 1996, 2008;
Warburton, Nicol & Verdín, 2006). También se han encontrado asociaciones inversas significativas
entre AF y mortalidad por enfermedad cardiovascular y por toda causa en diferentes poblaciones y
con diferentes técnicas de medición de AF (Department of Health and Human Services, 2008;
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Farinola, 2004; Manini, Everhart, Patel, Schoeller, Colbert, Visser, et al, 2006; Warburton, Nicol &
Verdín, 2006).
Además, una prevalencia elevada de insuficiente AF sobrecarga el sistema de salud comunitario y
el sector productivo, produciendo pérdidas económicas importantes (Chenoweth, 2005;
Katzmarzyk, Gledhill & Shephard, 2000; Keeler, Manning, Newhouse, Sloss, & Wasserman, 1989).
En Argentina la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte (Ministerio de Salud de
la Nación, 2008). El 49,1% de la población que vive en ciudades de más de 5.000 habitantes
presenta exceso de peso, compuesto por 34,5% de sobrepeso (Índice de Masa Corporal mayor o
igual a 25 kg/m2) y 14,6% de obesidad (Índice de Masa Corporal mayor o igual a 30 kg/m2), y más
del 45 % no realiza la suficiente actividad física como para mantenerse saludable (estimado con
cuestionario IPAQ) (Ministerio de Salud de la Nación, 2006). Por lo que creemos de importancia
investigar en actividad física en nuestro país.
Dentro de esta problemática, y sobre todo en la última década, ha sido de particular interés conocer
el nivel de AF de estudiantes universitarios. Uno de los propósitos más frecuentes fue la evaluación
de la salud en una edad que se encuentra comprendida entre la adolescencia y la adultez y por lo
que se sugiere crítica para la salud futura (Flores Allende, Ruíz Juan, García Montes, 2009;
Gagliardi caro Salve, 2007; Leslie, Owen, Salmon, Bauman, Sallis & Kai Lo, 1999; Pliego, Díaz
De León, Robles & Celis, 2007). En este sentido, se ha encontrado que el nivel de AF realizado
durante los años de estudios universitarios se asoció al nivel de AF realizado luego en la adultez
(Hultquist, Duckham, Stinson, & Thompson, 2009; Sparlin & Snow, 2002; Sparling, 2003), lo que
sugiere que la AF que realicen los estudiantes universitarios, además de mejorar su salud en ese
momento traerá beneficios a futuro.
Por otro lado, la AF se encuentra dentro de los cinco temas estratégicos que conforman a una
Universidad Saludable (Lange & Vio, 2006). Una Universidad Saludable ha sido definida como
“aquella que incorpora la Promoción de la Salud a su proyecto educativo y laboral, con
el fin de propiciar el desarrollo humano y mejorar la calidad de vida de quienes allí
estudian o trabajan y, a la vez, formarlos para que actúen como modelos o promotores
de conductas saludables a nivel de sus familias, en sus futuros entornos laborales, y en
la sociedad en general” (Lange & Vio, 2006, p 9).
Dentro del grupo de estudiantes universitarios es de particular interés lo que ocurra en los alumnos
cursantes de carreras relacionadas con la promoción de la AF, en nuestro caso nos interesan
particularmente los estudiantes de profesorados de educación física. Creemos que la capacidad y
motivación del profesor de educación física hacia la promoción de la AF aumentaría si el mismo
docente es suficientemente activo. Conjeturamos que docentes activos son más propensos a difundir
un estilo de vida activo que docentes sedentarios. Hasta nuestro conocimiento esto no ha sido
estudiado en docentes de educación física, sin embargo se comenzó a estudiar recientemente en
estudiantes de medicina y médicos recibidos en Estados Unidos y Colombia, y los resultados le dan
sustento a nuestra conjetura. En estos trabajos se ha encontrado que las prácticas de actividad física
a nivel personal de los estudiantes de medicina y médicos recibidos influyen positivamente en sus
actitudes y prácticas clínicas en relación a la recomendación de AF a sus pacientes (Lobelo,
Duperly & Frank, 2009). El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) sugiere
que los profesionales de la salud se ejerciten no sólo por su beneficio personal sino también para
hacer más creíble su intervención por un estilo de vida activo (Frank, Tong, Lobelo, Carrera &
Duperly, 2008).
Esto, sumado a que no hemos encontrado antecedentes de estudios descriptivos de AF en población
universitaria en Argentina, nos ha despertado el interés en estudiar en nuestra universidad los
niveles de actividad física de los futuros docentes en educación física en particular y de los
estudiantes universitarios en general.
Material y métodos
Instrumento
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El instrumento utilizado para relevar los niveles de AF en este estudio ha sido un cuestionario. Los
cuestionarios han sido ampliamente utilizados para relevar niveles de AF en estudiantes
universitarios (Keating, Guan, Piñero & Bridges, 2005). En particular hemos utilizado la versión en
español del Cuestionario Global de Actividad Física (GPAQ) disponible en el sitio web oficial de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) (2007), el cual ha sido traducido al español y
retrotraducido de nuevo al inglés para estandarizar la interpretación de los ítems (Riley, 2010). Las
propiedades de GPAQ son similares a las de otros cuestionarios, pero con la particularidad de
recoger información acerca de las diferentes dimensiones de la AF (especialmente el dominio), no
ser muy extenso y por lo tanto más práctico, y haberse puesto a prueba con muestras de sujetos
provenientes de diferentes contextos socio-culturales (Bull, Maslin & Armstrong, 2009). Entre otras
propiedades, GPAQ permite establecer el nivel de AF según una escala de tres categorías (nivel
Bajo, Medio, o Alto) basada en las recomendaciones internacionales de promoción de AF para la
salud.
Al cuestionario se le han introducido imágenes que facilitan la interpretación de los términos
utilizados, tal como se sugiere en los instructivos originales. También se ha agregado un último
módulo para recoger información demográfica general de los estudiantes e información acerca de
sus actividades en la universidad.
Sujetos
Durante los años 2008 y 2009 se administró el cuestionario anónimamente a la totalidad de alumnos
del profesorado en educación física que asistieron regularmente al cursado de las cátedras y a una
muestra de estudiantes de otras carreras de la Universidad de Flores (Uflo) (Cuadro 1).
Dentro de las carreras relevadas la única relacionada con la promoción de la AF es la de
profesorado en educación física, por lo que la muestra quedó dividida en dos grupos: estudiantes de
profesorado en educación física (EPEF) (n=75) y estudiantes de otras carreras (EOC) (n=425). En el
primer grupo hemos realizado una enumeración completa de sujetos (quedaron excluidos aquellos
alumnos que no asistan regularmente a tomar clases) y en el segundo grupo se realizó un muestreo
intencional descrito a continuación.
De cada año de cada carrera se tomó una asignatura en cada turno (si hubiera más de un turno) y se
procedió a hacer una enumeración completa de los alumnos presentes que decidan participar del
estudio. La asignatura se seleccionó según un criterio de conveniencia horaria de los encuestadores.
De todos modos creemos que lo que sucede en una asignatura es análogo a lo que sucede en las
demás del mismo año de cada carrera porque la mayoría de los alumnos son los mismos. A los
alumnos no se les notificó qué día se hará el relevamiento para evitar sesgo. Cuando fue necesario
se volvió un segundo día para encuestar ausentes. El cuestionario se administró de manera grupal
por un encuestador capacitado para tal fin. Previo permiso se ingresó a las aulas en los primeros
minutos de clase y en ese contexto se aplicó el instrumento de manera simultánea a todos los sujetos
que decidieron participar del estudio.
Procedimientos estadísticos
Para el tratamiento de los datos se utilizaron elementos de estadística descriptiva según se trató de
variables cuantitativas (nivel de AF expresado en METs-minuto/semana; tiempo de AF en minutos)
o cualitativas (nivel de AF expresado en una clasificación de tres categorías: Bajo, Moderado, Alto;
dominios en los que no se reporta AF: trabajo/estudio, tiempo libre, transporte). A su vez estas
variables fueron tratadas según sexo, edad, y carrera, utilizando una prueba estadística no
paramétrica para dos muestras independientes (prueba U de Mann-Whitney), la cual permite
conocer si existen diferencias entre grupos cuando la variable dependiente es cuantitativa u ordinal
y no se asume normalidad en la distribución de los valores (Leech, Barrett & Morgan, 2005). El
nivel de confianza se estableció en 95%. Para el tratamiento de los datos se utilizó el software SPSS
versión 11.5.
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Total muestra Hombres Mujeres
Edad (años) Edad (años) Edad (años)
Carrera n Promedio DS n Promedio DS
n Promedio DS
Educación física 75 23,4 4,9 39 24,3 5,4
36 22,4 4,1
Arquitectura 37 26,7 7,0 30 27,1 7,5
7 24,9 4,5
Contador y
Administración de
empresas
70 26,6 6,9 30 26,0 6,9
40 27,0 7,0
Derecho 49 30,3 9,8 22 28,4 7,0
27 31,9 11,4
Diseño gráfico 46 23,0 3,6 25 23,0 3,6
21 23,0 3,6
Psicología y
Psicopedagogía 176
29,8 10,0
43 30,1 8,8
133
29,6 10,4
Licenciatura en
Seguridad, higiene y
control ambiental laboral
47 28,0 8,5 37 29,0 8,9
10 24,3 5,7
Total 500
27,4 8,5 226
27,0 7,5
274
27,7 9,3
Cuadro 1. Características de la muestra.
Resultados
Nivel de actividad física
En el Gráfico 1 se muestra la frecuencia relativa de sujetos en cada categoría de nivel de AF según
carrera cursada y sexo. Se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los
estudiantes de Educación Física y de otras carreras en cuanto al nivel de AF que realizan (p=0,000).
La cantidad relativa de sujetos que realiza un nivel Alto de AF es del 87 % para EPEF y del 40 %
para EOC. La relación se invierte en las otras dos categorías de nivel de AF, esto es, son más los
alumnos que tienen un nivel Bajo y Moderado de AF en el grupo EOC que en el grupo EPEF. Esta
tendencia se mantiene cuando se analizan a ambos sexos por separado.
Tanto en EPEF como en EOC las mujeres tuvieron menor frecuencia relativa en la categoría Alto y
mayor frecuencia relativa en las categorías Bajo y Moderado que los varones. El grupo de mujeres
estudiantes de otras carreras fue el único en el cual la categoría Bajo fue la de mayor frecuencia
relativa.
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0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
BAJO
MODERADO
ALTO
BAJO
MODERADO
ALTO
BAJO
MODERADO
ALTO
Hombres Mujeres Total
Educación
Física
Otras
carreras
Gráfico 1. Nivel de actividad física según carrera y sexo.
Las diferencias entre sexos fueron estadísticamente significativas en ambos tipos de carrera cursada,
siendo el nivel de AF mayor en varones que en mujeres (p=0,039 para EPEF; y p=0,000 para EOC).
Pudiéndose deber esto a que el 33% de las mujeres estudiantes de educación física y el 65% de las
mujeres estudiantes de otras carreras no reportaron realizar AF intensa, mientras que en los varones
esto ocurrió en el 5 % y el 37 % de los casos respectivamente.
Variables cuantitativas de actividad física
En el Cuadro 2 se muestran se muestran los valores centrales de las variables cuantitativas de AF
según la carrera cursada.
Educación Física (n=75)
Otras carreras (n=475)
Variable Media IC 95 % Media IC 95 %
AF total semanal (Met-min/sem)* 6603 5671-7535 3635 3212-4058
AF por día (min)* 175 150-201 106 94-119
AF por día en el trabajo/estudio (min)* 52 39-66 34 26-41
AF por día en el transporte (min) 51 36-67 44 37-51
AF por día en el tiempo libre (min)* 72 60-84 29 25-33
Cuadro 2. Media e intervalo de confianza (IC) al 95 % de las variables cuantitativas de actividad
física según carrera cursada. *Diferencias significativas entre estudiantes de Educación Física y de
otras carreras (prueba U de Mann-Whitney p<0,05)
Existieron diferencias significativas entre EPEF y EOC para las variables mencionadas (p<0,05)
excepto para “AF por día en el transporte” (p=0,068). Los estudiantes de educación física realizan
más AF por día que sus pares de otras carreras.
Estas diferencias entre los grupos se mantuvieron cuando se analizaron a ambos sexos por separado.
Sin embargo dentro de cada grupo, el sexo se asoció de manera distinta a los patrones de AF de los
estudiantes. Dentro del grupo de EPEF no se encontraron diferencias significativas entre sexos en
ninguna de las variables mencionadas en el Cuadro 2, o sea varones y mujeres tienen patrones
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similares de AF (p>0,05). Sin embargo, en el grupo de EOC, sí encontramos diferencias
significativas (p<0,05) entre ambos sexos en “AF semanal (Met-min/sem)”, “AF por día (min)”,
“AF por día en el trabajo/estudio (min)” y “AF por día en el tiempo libre (min)”, en todas ellas los
varones reportaron más AF que las mujeres.
Para estudiar si la edad afecta a la relación entre AF y carrera cursada, dividimos a la muestra en 5
categorías de edad y luego realizamos el mismo tratamiento que para el grupo total en aquellas
categorías de edad que cuenten con una cantidad de sujetos suficientes.
En estudiantes de 17 a 24 años se encontró que se mantienen las diferencias estadísticamente
significativas para todas las variables (p<0,05) excepto para “AF por día en el transporte”
(p=0,909). En la segunda categoría (25 a 34 de edad) encontramos que las diferencias significativas
se mantienen entre ambos grupos pero en este caso en todas las variables, incluso en “AF por día en
el transporte” (p<0,05). El resto de las categorías de edad no se analizaron debido a la baja cantidad
de alumnos de educación física que se encuentran en ellas.
Luego analizamos la influencia simultánea del sexo y la edad sobre las variables de AF. Las
mujeres de 17 a 24 años de edad mantuvieron el mismo patrón que el grupo total, esto es,
diferencias significativas entre EPEF y EOC en todas las variables (p<0,05) excepto para “AF por
día en el transporte” (p=0,628). En el caso de los varones de 17 a 24 años encontramos diferencias
significativas entre ambos grupos sólo para “AF semanal (Met-min/sem)” y para “AF por día en el
tiempo libre” (p<0,05), para el resto de las variables las diferencias no alcanzaron a ser
significativas (p>0,05). En el resto de las categorías de edad no se encontraron suficientes
estudiantes de Educación Física como para aplicar el test estadístico.
Actividad física por dominio
Distintos indicadores muestran que la distribución de la AF realizada en cada dominio difiere según
se trate de EPEF o de EOC. En el Gráfico 2 observamos la distribución de la AF realizada por los
EPEF y EOC en cada dominio.
El dominio en el que realizan más AF los estudiantes de educación física es el tiempo libre. Los
valores medios de AF son mayores en el tiempo libre que en los otros dominios (Cuadro 2 y
Gráfico 2), también el tiempo libre es el dominio que contiene menos sujetos que no realizan AF (8
% para los varones y 14 % para las mujeres), además, de los minutos de AF reportados por cada
sujeto, la mayor parte se realiza en el tiempo libre (Cuadro 3).
42575 42575 42575N =
No Ed FísicaEd Física
300
200
100
0
Trabajo
Transporte
Tiempo libre
Gráfico 2. Minutos de actividad física realizada en cada dominio según carrera.
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En cuanto a los estudiantes de otras carreras, en el Gráfico 3 podemos observar que realizan más AF
en el dominio del transporte. Este es el único dominio en el cual no existen diferencias
significativas con los estudiantes de educación física (Cuadro 2). En los otros dominios la cantidad
de AF que realizan es menor que en el transporte y además es significativamente menor que en los
estudiantes de educación física (Gráfico 2 y Cuadro 2). También observamos que, de la cantidad
total de AF realizada por día por los estudiantes de otras carreras, el mayor porcentaje corresponde
a la AF realizada en el dominio del transporte, ya sea en el grupo total como cuando se los analiza
por sexo (Cuadro 3). Además el transporte es el dominio en el cual menos sujetos del grupo de EOC
reportaron no realizar AF (28 % de los varones y de las mujeres), mientras que para el grupo de
EPEF esto había sucedido en el dominio del tiempo libre.
Trabajo Transporte
Tiempo
libre Trabajo Transporte Tiempo
libre Trabajo Transporte
Tiempo
libre
(Media e
IC 95%)
(Media e
IC 95%)
(Media e
IC 95%)
(Media e
IC 95%)
(Media e
IC 95%)
(Media e
IC 95%)
(Media e
IC 95%)
(Media e
IC 95%)
(Media e
IC 95%)
Estudiantes de educación física
Hombres (n=39) Mujeres (n=36) Total (n=75)
27% 24% 49% 23% 30% 44% 25% 27% 47%
20-34 18-31 40-58 13-32 20-41 33-55 19-31 21-33 40-53
Estudiantes de otras carreras
Hombres (n=187) Mujeres (n=238) Total (n=425)
21% 38% 34% 13% 43% 30% 17% 41% 32%
16-25 33-43 29-39 10−17 39-48 26-34 14-19 37-44 29-35
Cuadro 3. Composición porcentual de los minutos de AF total por día en estudiantes de educación
física y de otras carreras.
Discusión
El presente trabajo arroja luz acerca de dos problemáticas de nuestro interés: nivel de AF de
estudiantes de profesorado de educación física en particular, y nivel de AF de estudiantes
universitarios en general. Hasta nuestro conocimiento esta es la primera vez que, en Argentina, el
nivel de AF de estudiantes de educación física es valorado en relación a estudiantes de otras
carreras, procedimiento que aporta información útil para realizar la evaluación. También es la
primera vez que, con este tipo de cuestionarios, se relevan niveles de AF en estudiantes
universitarios de nuestro país, aunque llamativamente en encuentros de la especialidad se ha
resaltado “la necesidad y la importancia de contar con datos epidemiológicos propios” (Universia,
2003).
Una fortaleza de nuestro estudio ha sido la alta tasa de respuesta (≈100 %) y que no haya habido
datos perdidos. Creemos que esto se debió al procedimiento utilizado en la administración del
cuestionario, esto es, en horario de clase y por lo tanto con control del contexto, y por la
administración a cargo de una persona capacitada. En un estudio internacional comentado más
abajo se administró el cuestionario al final de clase. En ese estudio se obtuvieron tasas de respuesta
importantes (≈90 %) pero inferiores a las nuestras (Haase, Steptoe, Sallis & Wardle, 2004).
Nivel de AF de estudiantes de educación física
La evaluación del nivel de AF de los estudiantes de educación física de la Uflo se realizó a través de
dos procedimientos. Por un lado se establecieron las frecuencias en las que se alcanzaron los valores
Alto, Medio, y Bajo propuestos por la OMS. Y por otro lado se comparó la población de estudiantes
de educación física con la de estudiantes de otras carreras.
Con respecto al primero de los procedimientos, nuestros resultados fueron similares a trabajos
previos llevados a cabo en institutos de formación docente de esfera pública de la ciudad de Buenos
Aires. Estos trabajos fueron realizados en el ISEF Nº 1 “E. R. Brest” (n=301) (Kormos, Elías,
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Delgado, Marrazzo & Bazán, 2007) y en el ISEF Nº 2 “F. W. Dickens” (n=475) (Farinola, Polo, La
Valle & Arcuri, 2009). Lo que se observó en estos trabajos fue que la amplia mayoría (alrededor del
88 % curiosamente en ambos casos) de los estudiantes que fueron sondeados reportaron un nivel
Alto de AF habitual (Cuadro 4).
En nuestro trabajo hemos utilizado el mismo instrumento de recolección de datos, lo que nos
permitió hacer una comparación. El nivel de AF de los estudiantes de educación física del
profesorado de la Uflo resultó ser similar al de los estudiantes de profesorados públicos, excepto
para mujeres en quienes se observa una frecuencia relativa menor de nivel de AF Alto y mayor de
nivel de AF Bajo.
Nivel de Actividad Física
Profesorado Alto Moderado Bajo
n % % %
Total
Uflo 75 86,7 6,7 6,7
Dickens 475
87,8 10,5 1,7
Romero Brest 301
88,7 4,7 6,6
Mujeres
Uflo 36 77,8 13,9 8,3
Dickens 258
87,4 12,2 0,3
Romero Brest 131
86,3 6,1 7,6
Varones
Uflo 39 94,9 0,0 5,1
Dickens 216
92,6 6,0 1,4
Romero Brest 170
90,6 3,5 5,9
Cuadro 4. Nivel de actividad física en alumnos de educación física de diferentes profesorados.
Por lo tanto los estudiantes de profesorado de educación física de la Uflo, a pesar de pertenecer a la
esfera privada, no se diferencian sustancialmente de los estudiantes de profesorados de esfera
pública en cuanto a su nivel de AF habitual. A partir de esto, una primera conclusión a la que
podemos arribar es que los estudiantes de educación física en general tienen un patrón particular de
AF habitual siendo lo ampliamente más frecuente un nivel de AF Alto en su vida cotidiana.
Sin embargo nos ha resultado llamativa la notoria similitud de los resultados entre las diferentes
muestras (Cuadro 4), lo que nos ha llevado a preguntar si este patrón es típico de los estudiantes de
profesorados de educación física o es común a todos los estudiantes terciarios o universitarios
independientemente de la carrera que estudien.
Para resolver este interrogante, y en relación al segundo de los procedimientos evaluativos
mencionados más arriba, nuestros resultados muestran que este elevado nivel de AF encontrado en
los sucesivos trabajos en estudiantes de profesorado de educación física es particular de esta
población y que el tipo de carrera estudiada es una variable que se encuentra asociada al nivel de
AF habitual. La diferencia entre los estudiantes de ambos tipos de carreras se mantiene incluso
cuando analizamos por sexo y edad por separado, por lo que estas diferencias no se explican por
diferente composición de las muestras.
Hasta aquí podemos concluir que los EPEF de la Uflo realizan más AF que los EOC.
Analizando ahora en dónde realizan la AF, encontramos que, si bien el nivel total de AF entre los
grupos es diferente, no pasa lo mismo cuando analizamos a los distintos dominios por separado. En
el Gráfico 2 observamos que los EPEF realizan más AF que los EOC en los dominios del tiempo
libre y del trabajo/estudio, pero esto no ocurre en el dominio del transporte en el cual no se
encontraron diferencias significativas entre los grupos. Aparentemente la modalidad de transporte
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elegida (activa o motorizada) no se ve afectada por el tipo de carrera cursada. Sin embargo se deja
ver que en el grupo de EOC, al ser el transporte el dominio en el que más AF realizan, éste emerge
como una opción de intervención útil para alcanzar el nivel de AF mínimo necesario para
mantenerse saludable y a la vez contribuir al mejoramiento medioambiental (OMS, 2002).
En cuanto a los EPEF, era de esperar que en el dominio de trabajo/estudio realicen más AF que los
EOC, ya que el cursar esta carrera implica la participación en asignaturas de carácter práctico
físico/deportivo en las cuales la AF realizada es superior que en el cursado de asignaturas de
carácter teórico. Sin embargo resulta interesante lo que ocurre en el dominio del tiempo libre, ya
que aquí, a diferencia de lo que ocurre en el dominio del trabajo/estudio, es el sujeto quien decide
qué actividades realizar. En este dominio encontramos que los EPEF realizan más AF que los EOC
(e incluso resultó ser el dominio en el que más AF realizan), lo que hace suponer que los estudiantes
de educación física participan de actividades físicas incluso cuando no están obligados a realizarlas.
Esto deja abierta la posibilidad de concluir que los sujetos más activos son más propensos a elegir la
carrera de profesorado en educación física que los sujetos menos activos y nó que el cursado de la
carrera es lo único que los vuelve más activos.
Nivel de actividad física de estudiantes universitarios en general
Además de estudiar el nivel de AF de los estudiantes de educación física por su influencia en sus
futuras intervenciones pedagógicas tendientes a fomentar las actividades físicas entre los jóvenes,
nos planteamos como objetivo el relevamiento del nivel de AF de estudiantes universitarios en
general.
En el grupo de EOC encontramos que un nivel de AF Alto sólo es alcanzado por el 40 % de los
sujetos, lo que indica que estos sujetos realizan suficiente AF como para promover su salud. Por
otro lado, el 31 % de los EOC reportó un nivel de AF Bajo, por lo que no alcanzan los niveles
mínimos de AF como para promover su salud. No es tan claro lo que sucede con el 29 % restante,
quienes reportaron niveles Medios de AF, en relación a si es o no es suficiente como para promover
su salud. A partir de esto una conclusión cautelosa sería que la cantidad de estudiantes
universitarios de la Uflo que no alcanzan los niveles mínimos de AF como para promover su salud
se encuentra entre el 31 y el 60 %. Conclusión que resulta ser concordante con lo hallado en
estudiantes universitarios estadounidenses en quienes se encontró que, si bien los criterios que se
utilizaron en diferentes estudios para armar la categoría de insuficientemente activo difirieron, entre
un 30 y un 50 % de ellos no alcanzó niveles mínimos de AF como para obtener beneficios en salud
(Keating, Guan, Piñero & Bridges, 2005).
En el plano internacional recientemente se ha llevado a cabo un estudio comparativo que involucró
a 23 países. Anne Haase y colaboradores (2004) tomaron la fuente de datos del Sondeo
Internacional de Conducta y Salud (IHBS, por sus siglas en inglés) que consistió en la aplicación de
un cuestionario a 19.298 estudiantes universitarios de 23 países de diferentes características (de
Sudamérica participaron Colombia y Venezuela) durante los años 1999 y 2001. En este sondeo se
relevó información acerca de la frecuencia de la AF realizada en el tiempo libre durante las últimas
dos semanas. La muestra estuvo conformada por estudiantes de 17 a 30 años que estén cursando
carreras no relacionadas con la salud. El cuestionario se administró mayormente al finalizar la clase
y la tasa de respuesta en cada país fue generalmente mayor al 90 %.
Encontraron que la prevalencia de insuficiente AF varió de acuerdo a las condiciones culturales y
económicas de cada país, siendo del 23 % para Europa Noroccidental y Estados Unidos, 30 % para
Europa Central y Oriental, 39 % para los países del Mediterráneo, 42 % para los países del Asia-
Pacífico, y 44 % para países en desarrollo (Venezuela, Colombia, y Sudáfrica) (Haase, Steptoe,
Sallis & Wardle, 2004). Utilizando el mismo indicador, en nuestro estudio hemos encontrado una
prevalencia de no AF en el tiempo libre de 36 % (n= 238 estudiantes de otras carrearas de ambos
sexos de 17 a 30 años de edad).
En cuanto al análisis por sexo, en general más mujeres que varones reportaron no realizar AF en el
tiempo libre en el estudio internacional (38 % y 27 % respectivamente), siendo estos valores del 53
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.
10
% y del 35 % respectivamente para mujeres y varones de los denominados países en desarrollo,
mientras que en nuestro estudio esto ocurrió en el 40 % de las mujeres y en el 30 % de los varones.
A partir de esto podemos concluir que los estudiantes de la Uflo tienen una prevalencia de no AF en
el tiempo libre que se encuentra muy cercano al promedio internacional, pero que es menor al de los
países de características socioeconómicas similares a la nuestra. Para esta comparación no se han
tenido en cuenta a los alumnos del profesorado en educación física, ya que en el estudio
internacional se han excluido a alumnos de carreras afines a la salud.
Conclusiones
Los estudiantes de profesorado de educación física tienen un nivel de AF habitual alto. Además
realizan más AF que los estudiantes de otras carreras, siendo estas diferencias significativas para la
AF total, la AF en el tiempo libre, y la AF en el trabajo/estudio, pero no así para la AF realizada en
el transporte. Parece ser que este nivel alto de AF es un patrón común en los estudiantes de
educación física en general, ya que las diferencias entre los tipos de carreras no se explicaron ni por
el sexo ni por la edad.
De esta manera, y de mantenerse estos valores de AF una vez egresados del profesorado, creemos
que las intervenciones tendientes a fomentar la AF en sus alumnos serán más efectivas que si sus
valores de AF fueran bajos, análogamente a lo que se ha visto que ocurre en otras disciplinas. Sin
embargo se necesitan estudios específicos para corroborar o refutar esta hipótesis.
En cuanto a los estudiantes de otras carreras, y hasta nuestro conocimiento, este ha sido el primer
trabajo en el que se han relevado niveles de actividad física en universitarios de Argentina con este
tipo de cuestionario. Pudimos ver que al menos la tercera parte de ellos no alcanza los niveles
mínimos de AF como para promover su salud. Además observamos que tienen valores de no AF en
el tiempo libre similares a lo encontrado internacionalmente, sin embargo en nuestro estudio
encontramos que el dominio en el cual realizan más AF estos estudiantes no es en el tiempo libre
sino en el transporte. Por lo que aquí vemos una oportunidad para promover el transporte activo el
cual además de aumentar la AF de quien lo practique traerá beneficios compartidos con el
medioambiente.
Se destaca la necesidad de relevar los dominios en los que la AF se realiza cuando se lleven a cabo
sondeos de AF tendientes a generar información útil para futuras intervenciones.
Por último creemos que el trabajo en la comunidad universitaria puede servir como modelo de lo
que pretendamos para nuestra sociedad, ya que quienes pasan por la universidad formarán parte de
un grupo de actores sociales cuya acción profesional es tomada como referencia por quienes
interactúen con él. Lograr una universidad activa y saludable es un paso más hacia una comunidad
activa y saludable.
Agradecimientos
Este trabajo fue llevado a cabo gracias al apoyo de la Secretaría Científica de la Universidad de
Flores.
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