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Primera sistematización de las características estilísticas... | Revista del Museo de Antropología 4: 127-144
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Recibido 30-05-2011. Recibido con correcciones 25-10-2011. Aceptado 12-11-2011
Arqueología
Revista del Museo de Antropología 4: 127-144, 2011 / ISSN 1852-060X (impreso) / ISSN 1852-4826 (electrónico)
http://publicaciones.ffyh.unc.edu.ar/index.php/antropologia/index
Facultad de Filosofía y Humanidades – Universidad Nacional de Córdoba - Argentina
RMA
Primera sistematización de las características
estilísticas de la alfarería fina del sitio Soria 2
(Valle de Yocavil, Noroeste argentino)
Romina C. Spano
CONICET, Museo Etnográfico “Juan B. Ambrosetti”, Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad de Buenos Aires. E-mail: romina.spano@gmail.com
Resumen
Se presenta una primera sistematización de las características de la alfarería temprana del sitio Soria 2 (valle de Yocavil,
Noroeste Argentino), centrando el análisis en ejemplares pertenecientes al denominado conjunto fino. Se apunta a
la caracterización de una muestra del abundante material cerámico hallado en un contexto primario, para el cual
se cuenta con un fechado de inicios de la Era Cristiana. El material es clasificado recurriendo a la categoría estilo,
entendiendo a la misma como la integración de aspectos morfológicos, tecnológicos y decorativos, que convergen
en los “modos de hacer” vigentes durante la ocupación del sitio. Se detallan las variables analíticas puestas en juego:
forma, técnica de manufactura, pasta, cocción, tratamiento de la superficie y decoración. La conjunción de dichas
variables es la base para proponer modalidades estilísticas. Adicionalmente, se refiere brevemente a las prácticas en
las cuales las vasijas estuvieron involucradas, tomando en cuenta los contextos de hallazgo (doméstico y funerario).
El análisis sugiere que algunos ejemplares de la muestra estudiada exhiben afinidades con espacios circundantes.
Palabras clave: alfarería; modalidades estilísticas; contexto primario; Formativo; valle de Yocavil.
First systematization of stylistic characters of fine pottery from Soria 2 site (Yocavil valley, Northwestern Argentina)
Abstract
In this paper we present a first systematization of the features of early pottery found at the site Soria 2 (Yocavil Valley,
Northwestern Argentina), focusing the analysis on the specimens belonging to the so-called fine pottery group. We
aim at the characterization of a sample of the abundant ceramic material found in primary context for which there
is a radiocarbon date from the beginning of the Christian era. The material is classified using the style category,
considered here as the integration of morphological, technological and decorative aspects, which converge in the
current “ways of doing” at those times of the site occupation. The analytical variables used are detailed: shape,
manufacturing technique, paste, firing, surface treatment and decoration. The combination of these variables is
the basis for the proposed stylistic modes. Additionally, we briefly discuss the practices in which the vessels were
involved, taking into account the recovery contexts (domestic and funeral areas). The analysis suggests that some
vessels of the ensemble exhibit stylistic affinities with others from surrounding spaces.
Keywords: pottery; stylistics modes; primary context; Formative Period; Yocavil Valley.
Se presenta una primera sistematización de las
características de una muestra del abundante material
cerámico hallado en el sitio Soria 2 (Andalhuala-Banda,
sur del valle de Yocavil, Noroeste Argentino -NOA-), un
contexto primario interpretado como área de vivienda.
Se trata de uno de los pocos contextos de tipo doméstico
conocidos hasta el momento correspondiente a los inicios
del primer milenio, en el sector meridional de Yocavil,
que han podido ser fechados (Palamarczuk et al. 2007;
para una síntesis, véase Scattolin 2007). En virtud de
este hecho, consideramos que el corpus de información
generado a partir del estudio de un espacio doméstico, y
de alfarería hallada en posición primaria, puede resultar
de interés para la conformación del conocimiento acerca
de la cerámica temprana vallista en particular, y de las
sociedades agropastoriles en general.
Nuestra propuesta tiene como objetivo efectuar una
caracterización estilística del material; a partir de la
consideración de diversos atributos, efectuaremos un
acercamiento a los posibles modos de hacer objetos
cerámicos que estuvieron vigentes entre los antiguos
ocupantes del sitio estudiado. Si bien esta contribución
quizás podría considerarse como de índole eminentemente
descriptiva, entendemos que es preciso dar a conocer
los pasos que se siguieron en la construcción de las
categorías clasificatorias empleadas, como una primera
instancia necesaria en el proceso de indagación acerca de
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la comunidad que produjo y usó la alfarería en cuestión.
De este modo, se proporciona información de base,
abordada según las distintas variables analíticas puestas
en juego.
Asimismo, se alude a información contextual acerca de las
situaciones en las cuales las vasijas estuvieron involucradas.
Las características del conjunto se consideran, a su vez, a
la luz del universo alfarero conocido hasta el momento
para el Valle y sus alrededores.
Instrumentos teórico-metodológicos para el análisis
El estudio del conjunto alfarero fue encarado en términos
de análisis estilístico. Es necesario explicitar algunas
ideas que tomamos como punto de partida en relación
al concepto de estilo que deseamos emplear, ya que se
trata de una categoría polisémica que en los estudios de
materiales arqueológicos ha sido entendida de maneras
diversas, según el momento histórico de la disciplina y
las corrientes teórico-metodológicas en vigencia (Conkey
y Hastorf 1990; Hegmon 1992; Rice 1987). Nos interesa
retomar la propuesta de Hodder (1990) acerca del estilo
como modo de hacer, es decir, de elaborar los artefactos
de acuerdo a principios y prácticas propias de una
sociedad, a lo largo del tiempo; esto es, que la producción
de objetos materializa los modos en los que los sujetos y
los grupos sociales ven y ordenan la realidad (Earle 1990).
En un mismo sentido, Levine (1957) sostiene que el estilo
no sería independiente del contenido, porque expresa
el mundo perceptual del sujeto, condicionado a la vez
por su propia historia de vida y por el grupo humano
al cual pertenece. De este modo, el estilo implicaría
una relación dialéctica: por un lado, está condicionado
por la propia sociedad, que impone restricciones en
el abanico de expresiones posibles; por otro lado, los
sujetos en tanto actores sociales, a través de la práctica
(Ortiz y Delgado 2002) operan sobre estas expresiones,
generando resignificaciones, reelaboraciones e incluso
nuevas expresiones.
Teniendo en cuenta estos aportes, consideramos
aquí al estilo cerámico en sentido amplio, como
constituido por una serie de dimensiones -variables
morfológicas, tecnológicas y decorativas integradas-, que
definen un modo de hacer (Miller 1985; Rouse 1960),
contextualizado social e históricamente, y producto de
la conjunción de decisiones individuales y condicionantes
sociales. Se trata de aquello que posibilita reconocer a un
objeto individual como parte de un conjunto, asociado a
determinados espacio, tiempo y personas (Miller 1985). Al
respecto, Gell (1998) señala que los objetos con atributos
estilísticos compartidos poseen como elemento común,
además de determinada propiedad formal, un factor
mayor relativo a su carácter de expresión de la cultura;
es decir, los atributos estilísticos se asocian mediante un
esquema de transferencia a los valores compartidos de
una comunidad.
En el presente análisis, el empleo de la categoría estilo en
sentido amplio se plasmó en la integración de las variables
morfológicas, tecnológicas y decorativas relevadas, para
clasificar el material en modalidades estilísticas y además
como una primera instancia en el abordaje del estilo de
vida de las poblaciones agropastoriles tempranas del
área estudiada. Es necesario mencionar que la dimensión
tecnológica referida a la petrografía de pastas no fue
incluida en la propuesta de modalidades estilísticas en esta
instancia, por las razones que se exponen en la sección
correspondiente.
El sitio Soria 2 y su cerámica
En el sector oriental del sur del valle de Yocavil, entre el
pie de la cadena principal del Aconquija y el río Santa
María, se encuentra una antigua terraza del tercer nivel
pedemontano de la formación Caspinchango, sobre
cuyo sector meridional se ubica el poblado actual de
Andalhuala-Banda. En la superficie de esta formación
se emplazan estructuras arquitectónicas arqueológicas
conformadas por uno o más recintos, líneas irregulares
de piedras que definen amplias superficies aterrazadas,
montículos y grandes rocas con morteros (Palamarczuk
et al. 2007). Las características del terreno, sumadas a
la cercanía a cursos de aguas permanentes, sugieren
que se trató de una zona empleada para la producción
agropecuaria en tiempos prehispánicos (Álvarez Larrain
et al. 2009). La evidencia arquitectónica, así como
los estilos de la cerámica de superficie, señalan una
prolongada ocupación de este espacio, que se extiende
Figura 1. Mapa del valle de Yocavil, con ubicación del sitio Soria 2 y
otros sitios formativos.
Figure 1. Yocavil valley map showing Soria 2 and other Formative
sites location.
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hasta la actualidad. En base a la arquitectura remanente
en superficie, se infiere que en algún momento de ese
lapso el lugar presentaba una fisonomía aldeana; por el
momento no se conoce fehacientemente el tipo de patrón
de asentamiento involucrado. De este paisaje formaba
parte el sitio Soria 2 (Figura 1).
La excavación del sitio, llevada a cabo en sucesivas
campañas desde el año 20021, permitió identificar hasta el
momento al menos dos recintos adosados, denominados
1 y 2 (Figura 2). Se interpreta que se trata de un espacio
destinado al uso doméstico, en función de los rasgos
presentes en el piso de ocupación del recinto 1 -fogón,
pozo destinado al descarte, agujeros de poste, etc.-, el
cual es interpretado como un patio (Álvarez Larrain et
al. 2009; Palamarczuk et al. 2007), y a los abundantes
restos de piezas de alfarería encontrados, destinada a usos
culinarios y de servicio (Baigorria Di Scala 2009; Spano
2008). En ciertos momentos del lapso de ocupación, este
1 Campañas efectuadas en el marco del Proyecto Arqueológico Yocavil
(Museo Etnográfico J. B. Ambrosetti, FFyL, UBA), dirigido por la Dra.
M. Tarragó, y financiadas por los subsidios UBACyT F-018, ANPCyT
PICT 04-12163, PID-CONICET 2218, PIP 6148, ANPCyT PICT 19-34511
y UBACyT F029.
patio pudo tener alguna clase de techado en el sector
sur, considerando que se hallaron agujeros de poste a
diferentes profundidades (Álvarez Larrain et al. 2009).
Una muestra de carbones de la zona del fogón y sus
inmediaciones arrojó un fechado de 1940 + 80 ARCP (LP-
1541), es decir, 103 cal A.C. - 310 cal D.C. calibrados con
dos sigmas. Esta cronología ubica al sitio en el Formativo
o Temprano del NOA (extendido aproximadamente, entre
el 600 A.C. y el 600 D.C. sensu Tarragó 1999).
Además de los indicadores de uso doméstico, en la
vivienda se encontraron tres estructuras funerarias
empleadas para el entierro de infantes; a cada una
se le asignó un número, en base al orden en que las
mismas fueron descubiertas. En el recinto 1 ocurrieron
los denominados entierros 1 y 3. El 1 corresponde a
un entierro secundario: una línea simple de bloques de
piedra cerraba la esquina SE del recinto, conformando un
compartimento cerrado. Debajo de uno de esos bloques
fue hallado parte del cráneo de un subadulto. A pocos
centímetros, al interior del compartimento y directamente
sobre tierra, se disponían restos esqueletales de al menos
un subadulto, cubiertos con una mitad de olla de tipo
ordinario (Spano et al. 2011). El entierro 3 es primario,
Figura 2. Planta del sitio Soria 2, con indicación del área excavada de la cual procede la muestra cerámica analizada.
Figure 2. Map of Soria 2 site. The doted area shows the excavated area.
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se ubica en el sector sur del recinto y corresponde a
la inhumación de un neonato contenido en una olla
ordinaria (Palamarczuk et al. 2007).
El entierro 2, emplazado en el recinto 2, también de tipo
primario, combina en cierta manera las modalidades de las
otras dos inhumaciones: al interior de un compartimento
abierto generado por un bloque de piedras situado en
la esquina SO del recinto, se halló un neonato dentro de
una olla ordinaria.
Aunque pertenecen al mismo período arqueológico (las
piezas cerámicas asociadas comparten las características
estilísticas de los conjuntos domésticos), los entierros
son estratigráficamente posteriores a la formación del
depósito de piso (Álvarez Larrain et al. 2009); los pozos
correspondientes a las inhumaciones fueron excavados
luego del uso de este espacio como área de vivienda.
En ambos recintos la densidad artefactual del piso fue
notable; los restos culturales recuperados incluyen
objetos de piedra (instrumentos tallados, desechos de
talla, morteros, cuentas), artefactos sobre asta, huesos
de fauna -mayormente pertenecientes a camélidos
(Belotti L. de Medina 2007)-, entre otros elementos.
Pero sobre todo, tanto el estrato de piso como el relleno
del conjunto arquitectónico muestran un abrumador
número de fragmentos cerámicos: hasta la campaña
efectuada en 2010 se halló una cantidad que supera los
21.000; muchos evidenciaron ruptura in situ. El tamaño
de los fragmentos fue variable, registrándose ejemplares
que van desde 1 cm hasta 40 cm de largo máximo; el
porcentaje de cada vasija representada por los fragmentos
es variable, siendo el más común el 5%, pero superando
en algunos casos el 70%.
Siguiendo la propuesta de un trabajo anterior (Baigorria Di
Scala y Spano 2007), la alfarería del sitio es discriminada
en dos grandes conjuntos: ordinario y fino. La alfarería
ordinaria corresponde a piezas de pasta gruesa y porosa,
con mayoría de inclusiones de tamaño mediano a
grande, cocidas en atmósfera oxidante. Por conjunto
fino aludimos a fragmentos de pasta compacta de baja
porosidad, con inclusiones de tamaño pequeño o no
distinguibles macroscópicamente; corresponde en su
mayoría a piezas cocidas en atmósfera pobre en oxígeno.
Criterios semejantes fueron utilizados previamente en el
estudio de cerámica de otros sitios tempranos del valle
de Yocavil y áreas aledañas (Bugliani 2008, 2010; Bugliani
y Pereyra Domingorena 1999). El estudio específico del
conjunto ordinario ha sido encarado por Baigorria Di Scala
(2009); aquí nos enfocaremos en el grupo de alfarería fina.
En esta oportunidad presentamos el análisis efectuado
sobre una muestra del conjunto fino correspondiente a
ítems procedentes del contexto primario del recinto 1,
para el cual se cuenta con una superficie excavada de
alrededor de 46 m².
Análisis de la alfarería fina del recinto 1
En el estrato de piso del recinto 1 se contabilizaron 8707
fragmentos cerámicos; 25% (N 2142) corresponde al
conjunto fino.
Respecto al conjunto ordinario, mencionaremos algunas
generalidades de referencia, remitiendo para mayor
detalle a Baigorria Di Scala (2009). Se determinó la
presencia de formas restringidas, básicamente ollas
grandes de forma globular, halladas tanto en el piso de
ocupación como asociadas a los entierros; se incluyeron
además escudillas, pucos y cucharas. A la gran mayoría de
estas piezas se les aplicó alisado en la superficie externa;
también se hallaron algunos fragmentos pulidos con baño
y engobe, peinados y pulidos regulares e irregulares. Las
pastas son de compactación media a baja, con inclusiones
de biotita, cuarzo y clastos líticos de origen granítico;
la atmósfera de cocción es oxidante (Baigorria Di Scala
2009).
La muestra del conjunto fino de 2142 fragmentos,
denominada muestra 1, fue inspeccionada para
discriminar partes de vasijas (bordes, cuerpos, bases,
asas; v. Tabla 1).
Teniendo en cuenta que la muestra presentaba un
alto índice de fragmentación, el proceso de remontaje
demandó un trabajo intenso y un tiempo prolongado
de observación del material, poniendo en juego el cruce
entre fragmentos procedentes de diferentes unidades
estratigráficas (sensu Harris 1991).
De la muestra 1 se acotó el universo muestreado a:
- fragmentos diagnósticos en términos de forma (bordes,
bases, asas, puntos característicos - de inflexión o
angulares -)
- fragmentos con presencia de decoración
- fragmentos que remontan
Este procedimiento permitió conformar una muestra
diagnóstica y representativa en términos de composición
del universo total, denominada muestra 2, la cual fue
abordada mediante el método de familias de fragmentos
-FF- (Orton et al. 1997)2; a cada FF se le asignó un
número identificatorio. Asimismo, se incluyeron en la
cuantificación por FF, fragmentos de la muestra 1 que por
sus características de pasta, tratamiento de la superficie y
color presentaran similitudes lo suficientemente estrechas
con materiales de la muestra 2, como para ser agrupados
en FF. Esto dio un total de 569 fragmentos. La muestra 1
será abordada oportunamente.
2 Mediante este método se agrupan todos los fragmentos pertene-
cientes a una misma vasija (Orton et al. 1997); las agrupaciones en dis-
tintas familias responde a características macroscópicas de las pastas,
formas, espesor de las paredes, color y tratamiento de la superficie,
determinando así qué fragmentos del universo, potencialmente, po-
drían pertenecer a una misma vasija (Palamarczuk 2002).
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El conjunto incluyó 11 FF de estilos tardíos o de Desarrollos
Regionales -900 al 1480 años D.C. (Tarragó 1999)-:
Shiquimil, Santa María y Negro sobre Rojo Indeterminado.
En todos los casos se trató de tiestos pequeños y de aristas
muy desgastadas, lo cual nos lleva a interpretar que su
procedencia original fue el estrato de relleno; la presencia
detectada de perturbaciones causadas por roedores
es un factor que pudo haber ocasionado la migración
vertical de estos artefactos. El recinto 1, asimismo, no
fue reocupado como unidad habitacional en tiempos
tardíos, ya que no existe evidencia de pisos de ocupación
para esos momentos3. Estos fragmentos son parte de la
evidencia de un continuado uso del área en general por
parte de las sociedades agroalfareras. Estas FF tardías no
se consideraron en el análisis general, ya que el interés
está puesto en caracterizar el universo correspondiente a
las FF nativas del piso de ocupación (Harris 1991).
A continuación detallaremos los pasos seguidos para la
construcción de las categorías de modalidades estilísticas.
Formas
La clasificación morfológica fue aplicada a aquellas FF
correspondientes a contenedores cerámicos, es decir,
a la vajilla utilizada en el recinto (no se incluyó en la
contabilización a objetos no contenedores, como por
ejemplo pipas).
El término puco se utiliza aquí como sinónimo de cuenco
(sensu Balfet et al. 1992); esta categoría, en sus distintas
3 En cambio, los mampuestos originales de los recintos fueron reutili-
zados en tiempos tardíos en la conformación de aterrazados de carác-
ter probablemente agrícola (Palamarczuk et al. 2007).
Partes Nº de fragmentos
bordes 225
asas 8
bases 14
cuerpos 1894
TOTAL 2142
Figura 3. Vasijas del conjunto ordinario. a y b: ol-
las de contorno inflexionado; c: olla de contorno
compuesto; d: cuenco grande de contorno simple;
e: cuenco grande globular de perfil simple; f: olla
globular sin borde (elaborado a partir de Baigorria Di
Scala 2009: 81 figura 54d; 81: figura 53b; 83: figura
56d; 74: figura 45a; 75: figura 46a; 84: figura 57,
respectivamente).
Figure 3. Ordinary group pottery. a and b: pots with
inflexed contour; c: pot with composite contour; d:
large bowl with simple contour; e: simple section
globular large bowl; f: edgeless globular pot (modi-
fied from Baigorria Di Scala 2009: 81 figure 54d; 81:
figure 53b; 83: figure 56d; 74: figure 45a; 75: figure
46a; 84: figure 57 .
Tabla 1. Partes de vasijas presentes en la muestra 1.
Table 1. Sample 1 portions of pottery.
Figura 4. Distribución de FF según la cantidad de fragmentos que las
componen.
Figure 4. FF distribution according to fragments frequency.
Como resultado del método de cuantificación aplicado a
la muestra 2, se identificaron 315 FF. Si bien este número
puede parecer en primera instancia alto, debe tenerse
en cuenta el tamaño de la muestra de origen, y que un
alto porcentaje está constituido por FF conformadas
por un solo fragmento (Figura 4); la
familia con mayor cantidad de fragmentos
alcanza los 38 (FF 205). Por otro lado,
los datos deben leerse con miras a las
intenciones que se persiguen al cuantificar
un universo cerámico, esto es, determinar
la composición de un conjunto dado (Orton
et al. 1997).
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variantes, predomina por sobre el resto de las formas.
Se agregaron categorías a aquellas planteadas en los
esquemas clasificatorios generales (pucos globulares
o cubiletes, jarras de contorno inflexionado y simetría
dorsiventral), tomando en cuenta las clasificaciones
morfológicas empleadas para el área del sur de los Valles
Calchaquíes (Bugliani 2008), y denominaciones usadas
para otras áreas del NOA (Tarragó 1989). Los porcentajes
de formas identificadas se expresan en la Figura 5.
Dentro de la totalidad de formas, es llamativa la presencia
de dos FF (# 11 y 19) correspondientes a vasos cilíndricos
de base plana y un asa vertical, similares a aquellos
definidos por Krapovickas como de estilo Tebenquiche,
de la Puna meridional catamarqueña (Krapovickas 1955).
La categoría jarra de contorno inflexionado y simetría
dorsiventral correspondió a la FF 184; si bien solamente
se encontró parte de borde y cuello, su simetría es
inferida por la curvatura del borde, la cual impide que la
porción superior de la vasija genere sólidos de revolución
(Shepard 1957); esta simetría posee laterales reflejos y
frente y dorso distinguibles (Wolf y Kuhn 1977 [1952]
citado en Scattolin 2006). No se identificaron escudillas;
dado que suelen tener paredes delgadas, es probable
que las mismas, de haber estado, hayan sufrido un alto
índice de fragmentación (siguiendo esto, parte del 10%
de formas abiertas indistintas podrían corresponder a
esta categoría).
Resulta de interés revisar las categorías de bordes (Tabla
2), las cuales exhiben un predominio de bordes entrantes,
en consonancia con la alta presencia de pucos. Es curiosa
la detección de fragmentos de bordes ondeados (FF 47 y
174, v. Figura 6); si bien en un primer momento pensamos
que podían pertenecer a otra clase de forma abierta
(cucharas, por ejemplo), interpretamos que pertenecen
a pucos de borde ondeado, de boca asimétrica.
Por fuera de la clasificación de contenedores cerámicos,
encontramos dos FF correspondientes a pipas. La FF 27
es un fragmento de tubo; la FF 248 está conformada por
medio hornillo tronco-cónico y el remache que adhiere
parte de la base del mismo con el tubo; pertenece a
una pipa de tipo acodado; fue hallada como basura
primaria en el pozo de desechos del patio. Análisis
químicos efectuados sobre los contenidos del hornillo
identificaron la presencia de alcaloides compatibles con
Anadenanthera colubrina var. cebil, indicando que se
consumió dicha planta mediante prácticas fumatorias
(Rosso y Spano 2005-2006).
Técnicas de manufactura
A partir de la revisión de las fracturas y de las superficies
interna y externa de las piezas, se aprecia que la técnica
predominante de modelado es la de rollos. Las fracturas
son facetadas y las uniones de los rollos son visibles
a ojo desnudo; la fragmentación de los tiestos se ha
dado siguiendo las superficies de unión entre los rollos.
Mediante esta técnica primaria (Rye 1981) se modelaron
las FF que corresponden a las categorías puco (en todas
Figura 5. Porcentajes de formas presentes.
Figure 5. Frequency of identified shapes.
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sus variantes), vaso, botellón y jarra; adicionalmente, se
recurrió a la técnica de pinching de manera secundaria,
en la terminación de los bordes y en la aplicación de
apéndices al pastillaje. Como técnica primaria se aplicó
pinching en las FF que corresponden a las categorías
cucharas o cucharones y pipas.
Pastas
Las pastas fueron analizadas a ojo desnudo y con lupa
de 20 aumentos sobre fractura fresca. Las variables
consideradas (siguiendo a Orton et al. 1997 y Palamarczuk
2002) fueron color de la pasta, inclusiones (tamaño,
porcentaje, naturaleza y grado de desgaste), tipo de
fractura y porosidad. Para la determinación de color se
empleó la carta de colores Cailleux (s/f)4.
Con la excepción de cinco FF, el resto posee pastas
compactas finas, cuyas tonalidades van de gris claro a
4 La carta de colores Cailleux posee una alta correspondencia con la
carta Munsell: adopta el sistema de codificación Munsell (basado en
la combinación de tonos, valores y cromaticidades), pero consigna un
rango de colores algo más acotado.
oscuro, e incluyen también tonos rojizos5. Las inclusiones
en general aparecen en una proporción del 5 al 35%,
con tamaños de menos de 0,25 mm y de 0,25-0,50 mm;
la naturaleza de las mismas corresponde mayormente
a cuarzo, biotita y muscovita, y se presentan de forma
subangular o indeterminada (con lo cual el grado de
desgaste parece ser bajo). La fractura es subconcoidal.
La porosidad aparente fue baja en general (alrededor
del 6%).
Por otra parte, cuatro FF (#183, #184, #205, y #291)
presentan pasta mediana, de tonalidades anaranjadas6;
en todos los casos se trata de fragmentos de piezas de
cocción oxidante. Poseen una proporción de inclusiones
mayor al 10%, de tamaño mediano (de 0,25 mm a
0,50 mm); incluyen cuarzo, biotita y minerales ferrosos,
de forma subangular o redondeada (con un grado de
desgaste de medio a alto). La fractura es irregular. La
porosidad aparente fue de alrededor del 10%.
A los fines de lograr una primera aproximación más
ajustada a la caracterización de las pastas, se realizó el
análisis petrográfico de cortes delgados con microscopio
de polarización, de una pequeña muestra constituida
por cinco fragmentos, que pudiera servir de base para
la planificación de un número mayor de cortes (Spano
2008). La información petrográfica no fue incluida en
la propuesta de modalidades estilísticas, debido a la
reducida muestra con la que contamos por el momento.
Cocción
El 88% de las FF corresponde a fragmentos de piezas
cocidas en atmósfera pobre en oxígeno. En general
la cocción se dio de manera despareja; son visibles
variaciones en la tonalidad superficial aun en una
misma pieza, debido al ingreso de aire en la atmósfera
de cocción, ocasionando manchas parduscas o rojizas;
esta falta de homogeneidad puede ser atribuible a las
condiciones de control del horno durante el proceso
de cocción de las piezas. En este sentido, los análisis de
cortes delgados de piezas grises mostraron señales de
elementos oxidantes, como color pardo del núcleo, lo
cual estaría indicando que la atmósfera de cocción no
fue completamente reductora (Spano 2008). Esta cocción
dio como resultado pucos, vasos, botellones y cucharas
de color negro, negro grisáceo y gris7.
El 12% restante fue logrado mediante cocción en
atmósfera oxidante y oxidante incompleta, obteniéndose
piezas de tonalidades ante, anaranjada y rojiza8,
5 Gris claro: 7,5R 7/0 Gris y 7,5 R 6/0 Gris. Gris oscuro: 2,5 Y 5/0 Gris;
7,5 R 4/0 Gris oscuro; 5 Y 3/1 Gris muy oscuro. Rojizos: 5 YR 6/6 Ama-
rillo rojizo; 7,5 YR 7/4 Rojo.
6 10 R 6/8 Rojo claro; 5 YR 5/4 Marrón rojizo.
7 2,5 Y 3/0 Gris muy oscuro; 7,6 R 4/0 Gris oscuro; 2,5 Y 4/0 Gris oscu-
ro; 7,5 R 6/0 Gris; 2,5 Y 5/0 Gris; 10 YR 6/1 Gris y 2,5 Y 4/0 Gris oscuro.
8 5 YR 6/3 Marrón rojizo claro; 5 YR 6/4 Marrón rojizo claro; 5 YR 7/4
Clases de bordes Cantidad de FF
entrantes 174
evertidos directos 19
rectos 30
ondeados 2
evertidos modificados 1
indeterminados 9
TOTAL 235
Figura 6. Fragmento de borde ondeado (FF 174).
Figure 6. Ondulated edge fragment (FF174).
Tabla 2. Clases de bordes.
Table 2. Edge classes.
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que corresponden a pucos, botellones y jarras. Estas
tonalidades englobadas bajo los colores habitualmente
denominados ante o marrón rojizo, son claramente
diferenciables de los colores ladrillo de la cerámica
obtenida en atmósfera oxidante en momentos tardíos
en el Valle, en cuyo proceso de manufactura se contaba
con un control mayor sobre las condiciones de cocción.
Tratamiento de la superficie
El acabado o tratamiento de la superficie tiene el objeto
de regularizar imperfecciones y marcas dejadas por el
artesano durante la etapa de modelado, y de delinear el
contorno de la pieza (Shepard 1957). Asimismo, según
las técnicas que se utilicen, se le puede otorgar a la
pieza propiedades favorables a nivel funcional, como
impermeabilidad en las superficies internas mediante el
pulido; y al mismo tiempo, texturas particulares a nivel
estético, que inciden muchas veces en las definiciones
de modalidades estilísticas e intervienen en los aspectos
expresivos de la alfarería.
El tratamiento predominante es el pulido. En menor
medida, se utilizó el alisado.
-Se definieron tres clases de pulido:
Rosa; 5 YR 5/4 Marrón rojizo; 7,5 YR 4/2 Marrón oscuro y 5 YR 4/2
Gris rojizo oscuro.
- pulido con superficie irregular: se notan las líneas
de pulimento y se perciben sectores que no han sido
tratados, con irregularidades en la superficie
- pulido en líneas con superficie regularizada: se advierten
las líneas de pulimento, sobre una superficie que ha sido
regularizada; las líneas varían en su grosor (desde 3 mm
hasta 6 mm)
- pulido con superficie regular con brillo o bruñido: no
son visibles las líneas de pulimento; las superficies se
muestran con un regularizado parejo y aspecto lustroso
- pulido indeterminado: se advierte presencia de pulido,
pero por la erosión sufrida por los fragmentos no es
posible asignar los mismos a ninguno de los otros tres
grupos
Como se observa en la Figura 7, existe una cierta
tendencia de paridad en la aplicación de pulido tanto en
las superficies externas como internas de las vasijas. En el
caso de la modalidad de pulido en líneas con superficie
regularizada, se notó una tendencia hacia los trazados
horizontales en las superficies externas de los pucos,
dando como resultado líneas paralelas o subparalelas
entre sí; en los vasos, botellones y jarras, en cambio,
los trazados son verticales en la superficie externa,
siguiendo el eje mayor de la pieza. En otros casos, el
pulido se efectuó en sentido cruzado diagonal (“en
X”), dando como resultado líneas superpuestas y una
textura reticulada en la superficie interna de pucos, que
Figura 7. Tratamiento de la superficie, distribuido por FF.
Figure 7. Surface treatment, sorted by FF.
Primera sistematización de las características estilísticas... | Revista del Museo de Antropología 4: 127-144
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contrasta con el efecto del pulido en líneas horizontales
de la superficie externa (Figura 8).
Solamente seis FF presentaron aplicación de baño, de
color morado (un caso), ante (dos casos) y de color igual
a la pasta (tres casos).
Decoración
Un 26% de las FF evidenció la ejecución de técnicas
decorativas, entendiendo por las mismas el modelado, la
incisión, el grabado y la pintura. Estas técnicas también
podrían ser consideradas como parte del tratamiento
de la superficie, sin embargo fueron distinguidas por ser
las mismas el vehículo de expresión de los elementos
de diseño. Las técnicas detectadas y sus respectivas
proporciones por FF se expresan en la Figura 9.
La técnica de pintura fue diferenciada según el momento
en el cual la misma fue aplicada, respecto de la instancia
de cocción. Se registró pintura previa a la cocción en la
FF 304, de estilo Vaquerías (Figura 10a). Por pintura post
cocción aludimos a la aplicación de un pigmento de color
rojo intenso sobre la superficie de la vasija ya cocida, el
cual, por no haber sido expuesto a temperaturas elevadas,
no se fija a la pieza como en el caso de la pintura previa
a la cocción (Haber 2006). Se presentó en dos casos;
por un lado, la FF 248, correspondiente a una pipa en
cuyo hornillo se ejecutaron líneas en zig-zag en rojo, en
combinación con pintura negra, sumamente desvaída
(Figura 10b). En segundo término, en la FF 249, que
corresponde a un fragmento de puco sobre el que se
trazaron líneas superpuestas en el borde interno; esta
pieza fue hallada en el espacio del entierro 1 (véase Figura
14c, más adelante).
El grabado precocción y la incisión fueron aplicados
utilizando instrumentos de puntas simples. Se ejecutaron
en formas cerradas, con la salvedad de la FF 260, la cual
corresponde a un puco de paredes rectas; en otros casos,
no se pudo determinar forma para FF que presentaban
incisión (Figura 10c, 10d y 10e).
En el caso de las FF 184 y 205, la decoración por aplicación
de pastillaje y la incisión se combinaron en la conformación
de motivos complejos, los cuales representan rostros
(antropomorfo y zoomorfo, respectivamente), ejecutados
sobre el borde y el cuello en el primer caso, y sobre el
cuerpo de la vasija en el segundo (Figura 10f y 10g). Se
trata de dos vasijas efigie o prosopomorfas, es decir,
recipientes en los cuales la forma está involucrada en el
referente que se quiere representar.
Asimismo, se registró una llamativa modalidad de
ejecución de grabado post cocción en la superficie interna
de formas abiertas. El mismo se manifiesta claramente
por las marcas de saltado dejadas por el instrumento
utilizado, y la falta de control sobre los trazos, los
cuales son desprolijos. Los fragmentos que presentaron
esta modalidad decorativa en la muestra analizada
corresponden a dos FF de cocción oxidante incompleta, y
a ocho FF de cocción en atmósfera pobre en oxígeno; en
todos los casos pertenecen a pucos, formas que brindan
la posibilidad de ejecutar esta particular técnica por el
espacio disponible para el artesano (Figura 10h). En este
caso se puede apreciar la imbricación entre lo tecnológico
y lo decorativo: la aplicación de una determinada técnica
en un momento dado de la cadena operativa, a la vez,
puede estar generando un recurso estilístico.
Los apliques al pastillaje modelados en pucos constituyen
la técnica más popular de la muestra; se trata de
aditamentos que conforman por sí solos unidades de
Figura 8. A: detalle de pulido en líneas conformando una textura reticu-
lada; B: detalle de pulido en líneas en sentido horizontal.
Figure 8. A: detail of linear polish forming a reticulated texture. B:
detail of horizontally linear polish.
Figura 9. Técnicas decorativas presentes por FF.
Figure 9. Decorative techniques by FF.
R. Spano | Revista del Museo de Antropología 4: 127-144
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diseño: los artesanos optaron
por aplicar protuberancias
cónicas ó subesferoidales,
adheridas a los labios; las
mismas pueden presentar
incisiones, de modo de
mostrar una variedad de
representaciones de acuerdo
a la clase de trazo (líneas
cortas, puntos) y al número
de los mismos en cada
aditamento (Figura 10i). A su
vez, estos apliques pueden
ser dobles. De este modo se
lograron elementos de diseño
no figurativos y figurativos:
zoomorfos naturalistas -en
apariencia, cuerpos y cabezas
de murciélagos, roedores
o cánidos y batracios-, y
zoomorfos no naturalistas
o esquemáticos, es decir,
rostros cuyos componentes
se representan apelando a su
mínima expresión; en algunos
casos, se presentan sin ojos
(Figura 11). Estos recursos
plásticos han sido reportados
para Bañado Viejo en el norte
del valle de Yocavil (Bugliani y
Pereyra Domingorena 1999),
en Loma Alta -falda occidental
del Aconquija- y en Yutopián,
en el valle del Cajón (Bugliani
2008).
Se registró el repertorio
de elementos decorativos
o motivos de la muestra,
apuntando a reconocer las
representaciones aludidas
por los objetos cerámicos.
Una vez identificados los
elementos decorativos,
fueron clasificados en
figurativos (representaciones
de objetos identificables y/o
biomorfos) y no figurativos
(representaciones en las cuales
se desconoce el referente
objetivo) (Aschero 1988). Esta
clasificación se expresa en la
Tabla 3.
La determinación de los
elementos de diseño estuvo
acompañada por la definición
de campos decorativos, es
Figura 10. Distintas técnicas decorativas. a: fragmento Vaquerías -FF 304-, aplicación de pintura. b: pipa
con despliegue de diseños -FF 248-, aplicación de pintura post cocción muy desvaída; c: botellón inciso,
con reconstrucción y despliegue de diseños (vista superior) -FF 216-; d: fragmento grabado -FF 260-; e:
fragmento inciso -FF 285-; f: jarra prosopomorfa de contorno inflexionado y simetría dorsiventral, con
apliques al pastillaje e incisión que conforman un rostro antropomorfo -FF 184-; g: botellón con apliques
al pastillaje e incisión que conforman un rostro zoomorfo -FF 205-; h: puco con grabado post cocción en
la superficie interna -FF 165-; i: puco con apliques al pastillaje sobre el borde, conformando una cabeza
zoomorfa esquemática -FF 155-.
Figure 10. Different decorative techniques. a: Vaquerías fragment –FF304- paint application. b: pipe with
design deployment –FF248-, application of post firing paint; c: incise bottle with reconstruction and
design deployment (upper view) –FF216-; d: engraved fragment –FF260 -; e: incise fragment -FF 285-;
f: prosopomorphic jar with inflexed contour and dorsiventral symmetry, showing pastillage appliqués
and incision forming an anthropomorphic face -FF 184-; g: bottle with pastillage appliqués and incision
forming a zoomorphic face –FF205-; h: bowl with post firing engraving in inner surface –FF165-; i: bowl
with pastillage appliqués on the edge forming and schematic zoomorphic head -FF155-.
Primera sistematización de las características estilísticas... | Revista del Museo de Antropología 4: 127-144
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Técnica Elemento de diseño no figurativo Elemento de diseño figurativo
grabado líneas paralelas
campos romboidales rellenos con líneas paralelas
grabado post cocción
punto
línea recta
línea curva
zig-zag
chevrón
líneas paralelas
espigado
cruz doble
incisión
línea ondulada
líneas paralelas
zig-zag
chevrón
líneas oblicuas cruzadas entre sí
puntos no alineados
campos triangulares rellenos con puntos arrastrados
puntos entre líneas curvas
círculos entre líneas curvas
puntos en apéndices cónicos
puntos arrastrados en apéndices cónicos
volutas rellenas con puntos arrastrados
aplicaciones al pastillaje y
modelado
apéndice cónico/subesferoidal zoomorfo naturalista
apéndice cónico/subesferoidal
con puntos incisos
apéndice cónico/subesferoidal con puntos arrastrados zoomorfo / biomorfo esquemático
apéndice chato con líneas paralelas
botón elongado
botón con puntos incisos ojo en grano de café
ojo en grano de café
puntos
pintura chevrón
pintura post cocción zig-zag
líneas irregulares
Figura 11. Variedad de apliques modelados al pastillaje presentes en
pucos.
Figure 11. Variety of pastillage appliqués identified in bowls.
Tabla 3. Técnicas de ejecución y elementos de diseños.
Table 3. Techniques and design elements.
R. Spano | Revista del Museo de Antropología 4: 127-144
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decir, el establecimiento del sector de la pieza que ha sido
decorada (Shepard 1957); de este modo, se abordaron
como dos aspectos integrados la forma y la decoración.
Este objetivo se vio limitado en parte por la fragmentación
de la muestra, no obstante lo cual pudieron definirse
algunas recurrencias, expresadas en la Tabla 4.
Modalidades estilísticas
Teniendo en cuenta lo referido en la sección anterior,
se realizó una clasificación por modalidades estilísticas
de la muestra 2, considerando los atributos formales,
tecnológicos y decorativos de las FF, a los fines de contar
con un primer criterio que permita ordenar la variabilidad
presente y además, constituya una guía para el análisis de
la cerámica del sitio y del área de Andalhuala-Banda. El
material analizado en este estudio es fragmentario y, en
un punto, incompleto (por las restricciones de la muestra
y por el hecho de que no se concluyó la excavación del
recinto 1); por lo tanto, no sería adecuado realizar una
clasificación en la cual la aplicación de técnicas, por
ejemplo la incisión, incidiera en la definición de categorías
diferenciadas, debido a que fragmentos lisos (sin incisión)
pudieron formar parte de campos no decorados de vasijas
incisas. Consecuentemente, se proponen categorías
amplias, las cuales puedan ser afinadas en la medida en
que avance el proceso de estudio de esta alfarería. Las
particularidades introducidas por el tratamiento de la
superficie y la decoración fueron consignadas como un
elemento más de la caracterización, a fin de registrar su
presencia o ausencia. Asimismo, se tuvieron en cuenta las
designaciones para estilos conocidos, según la bibliografía
consultada. Esta primera clasificación se basó en aquellas
FF que permitieron un remontaje mayor, así como en FF
de un solo integrante diagnóstico en términos de forma
o atributos decorativos, a partir de comparaciones con
vasijas enteras procedentes de colecciones, relevadas por
nosotros o aludidas por otros autores (Bugliani 2008;
Scattolin y Bugliani 2005); este criterio comprometió a
89 FF. En el gráfico plasmado en la Figura 12 se informa
acerca de los porcentajes de FF en que se expresan las
modalidades propuestas.
En relación a las características petrográficas de las pastas,
esperamos que la realización de nuevos estudios de cortes
delgados con la consiguiente ampliación de la muestra,
nos permita integrar un análisis de pastas más detallado
a la propuesta planteada.
Las modalidades estilísticas resultantes fueron:
A) Alfarerías plomizas pulidas: engloba al grupo obtenido
en atmósfera de cocción pobre en oxígeno, que
constituye la mayor parte de la muestra. Las pastas son
finas y compactas. Presenta tonalidades 2,5 Y 5/0 Gris;
7,5 R 6/0 Gris; 10 YR 6/1 Gris; 2,5 Y 4/0 Gris oscuro; 7,6
R 4/0 Gris oscuro; 2,5 Y 3/0 Gris muy oscuro; 7,6 R 4/0
Gris oscuro; y 2,5 Y 4/0 Gris oscuro. Las formas incluyen:
- pucos no restringidos de contorno simple
- pucos restringidos de contorno simple
- botellones
- cucharas
Se registró el uso de incisión, grabado, grabado post
cocción, pulido en líneas y pulido con superficie regular
con brillo o bruñido (éste último solamente en pucos);
pueden presentar modelados y apliques al pastillaje
(Figura 13a).
B) Alfarerías café pulidas: alude a piezas de cocción
oxidante incompleta, con coloraciones que van desde
el ante hasta el marrón rojizo (5 YR 6/3 Marrón rojizo
claro; 5 YR 6/4 Marrón rojizo claro; 7,5 YR 4/2 Marrón
oscuro; y 5 YR 4/2 Gris rojizo oscuro). Las pastas son finas
y compactas. Las formas incluyen:
- pucos no restringidos de contorno simple
- pucos restringidos de contorno simple
Se aplicó la incisión, el grabado post cocción, la pintura
post cocción y el pulido en líneas; pueden presentar
asimismo modelados y apliques al pastillaje (Figura 13b).
C) Alfarerías alisadas: dado que el desgaste producido por
el paso del tiempo sobre los fragmentos puede ocasionar
la pérdida del tratamiento de la superficie original, se tuvo
cuidado al momento de considerar los casos alisados.
Forma Técnica de ejecución Campo decorativo
pucos y formas abiertas
indeterminadas
aplicación al pastillaje borde externo y sector superior externo del cuerpo
pintura post cocción sector superior externo del cuerpo (extensión indeterminada)
grabado post cocción superficie interna del cuerpo (extensión indeterminada)
pucos restringidos aplicación al pastillaje borde externo y sector superior externo del cuerpo
botellones incisión sector superior externo del cuerpo
aplicación al pastillaje cuello y sector superior externo del cuerpo
jarras prosopomorfas aplicación al pastillaje cuello (extensión indeterminada)
pipas pintura post cocción superficie externa del hornillo
incisión superficie externa del hornillo
Tabla 4. Campos decorativos según forma y técnica de ejecución de los diseños.
Table 4. Decorative fields by shape and design techniques.
Primera sistematización de las características estilísticas... | Revista del Museo de Antropología 4: 127-144
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Por lo tanto, esta categoría se basó en una sola FF, que
brindaba la seguridad para esta afirmación. Se trata de
una pieza obtenida en atmósfera de cocción pobre en
oxígeno, de pasta fina y compacta; la tonalidad es 2,5 Y
5/0 Gris. La forma corresponde a un puco no restringido
de contorno simple (Figura 13c).
D) Alfarerías naranja pulidas de pasta fina: tanto esta
categoría como la siguiente, se diferencian de las
alfarerías pulidas café por presentar una atmósfera de
cocción claramente oxidante, originando tonalidades
anaranjadas en la cerámica. La pasta es fina y compacta,
puede presentar pulido en líneas y aplicación de baño.
Poseen tonalidad 5 YR 5/4 Marrón rojizo. No fue posible
definir formas, aunque se alcanzó a reconocer formas
cerradas indeterminadas (Figura 13d).
E) Alfarerías naranja pulidas de pasta mediana: a
diferencia de la categoría anterior, en este caso las pastas
son de textura media y poco compactas, con inclusiones
de mayor tamaño. Presentan tonalidad 5 YR 7/4 Rosa.
Las formas corresponden a:
- botellones
- jarras prosopomorfas o efigies de simetría dorsiventral
Se empleó la combinación de decoración por modelado al
pastillaje y la incisión. Esta modalidad guarda semejanzas
con el estilo definido como Candelaria I fase El Mollar o
Tafí I (González 1960; Heredia 1974)9 (Figura 13e).
9 A su vez, se ha señalado la existencia de ciertas afinidades estilísticas
entre Candelaria I fase El Mollar / Tafí I, y alfarería hallada en sitios
de la tradición San Francisco (Garay de Fumagalli y Cremonte 2002;
González 1960; Heredia 1974).
F) Estilos definidos con anterioridad: Tebenquiche
(Krapovickas 1955); Vaquerías (Heredia et al. 1974;
Korstanje 1998) (Figuras 13f y 10a, respectivamente).
Objetos cerámicos y prácticas
En Soria 2, la recuperación de material en posición primaria
constituye una ventana al pasado con miras a relevar las
prácticas en las cuales las vasijas estuvieron involucradas;
en otra oportunidad se expondrá la puesta en juego de la
clasificación de modalidades estilísticas en vinculación con
información contextual y evidencia directa. A los fines de
complementar la presente propuesta, resumimos algunos
de esos planteos en lo que refiere al recinto 1.
Como mencionáramos líneas arriba, se interpreta al
recinto 1 como un patio; como tal, implicó un ámbito
de circulación cotidiana de un número determinado
de personas que residían en la vivienda, y la práctica
recurrente en el tiempo de actividades; de este modo, las
rutinas diarias construían el proceso de socialización de
los sujetos (Bourdieu 1977); las vasijas finas participaron
de esta reproducción social.
Este conjunto se distribuyó homogéneamente en el
patio, estando representadas todas las modalidades
estilísticas; a la vez, fragmentos pertenecientes a una
misma FF se hallaron concentrados en determinados
puntos, señalando los lugares de ruptura in situ de las
vasijas a las cuales pertenecieron. Se puede plantear, por
un lado, que existió una categoría de FF correspondientes
a objetos que intervinieron en situaciones cotidianas,
que se manifiestan en los restos dispuestos en el piso de
ocupación y el pozo de basura; corresponden a piezas
que se han reconstruido en porcentajes diversos, desde
Figura 12. Porcentajes de modalidades estilísticas definidas, en base a las familias de fragmentos consideradas.
Figure 12. Frequency of stylistic modes, based on considered fragment families.
R. Spano | Revista del Museo de Antropología 4: 127-144
140
un estimativo del 5% hasta un 80%. Pertenecen a todas
las categorías formales de contenedores, en su mayoría
formas abiertas, y sobre todo, pucos no restringidos,
tratados con distintas modalidades de pulido. Estas son
las vasijas que mejor se ajustan a prácticas de servicio
y consumo de comidas y bebidas (Orton et al. 1997;
Rice 1987) y para mezclar y almacenar temporalmente
alimentos (Bugliani 2008). Las bases identificadas como
pertenecientes a estas categorías de formas fueron
cóncavo-convexas, atributo que otorga estabilidad
a los recipientes. El tratamiento de las superficies
mediante pulido confiere impermeabilidad a las vasijas,
favoreciendo la contención de sustancias líquidas. Se
descartan prácticas como cocción de alimentos debido
a que las formas empleadas habitualmente, según se
puede apreciar merced a estudios actualísticos, responden
a categorías como ollas y cántaros (Menacho 2001), y a
que no se ha encontrado evidencia de termoalteración ni
restos de hollín en ninguna de estas FF. De todos modos,
no puede afirmarse que el servicio haya constituido
el único uso específico para estas vasijas. Los vasos y
botellones, por su parte, presentan condiciones óptimas
para la contención de líquidos, y en el caso de los vasos,
para su distribución individual (Bugliani 2008). La simetría
dorsiventral de la FF 184, de modalidad estilística E,
señala que la misma tuvo un cuello oblicuo, característica
que permite verter líquidos. Resultó curiosa la presencia
de formas denominadas cucharas o cucharones; los
fragmentos hallados pertenecen a bordes de las partes
cóncavas de estos objetos, en las cuales se contuvieron
sustancias de manera transitoria.
Por otro lado, se empleó alfarería fina para cumplir un
rol importante en eventos excepcionales significativos,
Figura 13. Algunos ejemplares de las modalidades estilísticas propuestas. a: alfarerías plomizas pulidas; b: alfarerías café pulidas; c: alfarerías
alisadas; d: alfarerías naranja pulidas de pasta fina; e: alfarerías naranja pulidas de pasta mediana; f: vaso de estilo Tebenquiche.
Figure 13. Some examples of the proposed stylistic modes: a: leaden polished potteries; b: polished brown pottery, c: smoothed pottery d: thin
paste polished orange pottery; e: medium paste polished orange potteries; f: Tebenquiche style vessel.
Primera sistematización de las características estilísticas... | Revista del Museo de Antropología 4: 127-144
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como son las prácticas funerarias que tuvieron lugar luego
del abandono de este espacio como área doméstica.
Se trata de piezas vinculadas al entierro 1. La FF 217,
correspondiente a medio puco no restringido de contorno
simple de la modalidad A (Figura 14a), se usó como
contenedor de huesos craneales de un subadulto. Media
olla de tipo ordinario (Figura 14d) -la cual fue reutilizada
para este uso funerario- cubría una diáfisis y dos porciones
petromastoideas de subadulto10 y un instrumento de
piedra (Spano et al. 2011). Junto a la olla, entre otros
ítems, se encontraron seis fragmentos correspondientes a
sendas FF dispuestos en posición horizontal; dado que se
trata de una inhumación secundaria, existe cierta reserva
respecto a la estricta asociación de estos fragmentos
al entierro: al haberse echado tierra sobre la fosa para
cubrirlo, cabe la posibilidad de que hayan sido incluidos
de manera no intencional (Spano et al. 2011). Una FF
corresponde a la modalidad A (#224), otra a la modalidad
B (#249) y cuatro pertenecen al conjunto de alfarería
fina sin asignación de modalidad estilística (#222, #223,
#227 y #241). Se trató en todos los casos de pucos no
restringidos de contorno simple; la única que permitió
la reconstrucción gráfica de forma fue la FF 224 (Figura
14b); el resto corresponde a fragmentos muy pequeños
de borde, el mayor de los cuales presenta un modelado
zoomorfo (¿murciélago?) sobre el borde y pintura roja
post cocción en la superficie interna (FF 249, Figura 14c).
Si consideramos las vasijas certeramente asociadas al
entierro -el medio puco #217 y la mitad de olla- vemos
10 No pudo establecerse que estos elementos pertenecieran a un mis-
mo individuo (Spano et al. 2011).
En la otra inhumación de este recinto, el entierro 3,
se empleó una olla ordinaria como contenedor de un
neonato, de características estilísticas similares a la media
olla asociada al entierro 1 y a los fragmentos de ese grupo
cerámico hallados en el piso de ocupación de la vivienda
(Palamarczuk et al. 2007).
Como puede interpretarse a partir de la información
contextual, las esferas de uso cotidiano y funerario no
necesariamente se corresponden con un empleo exclusivo
de alfarería ordinaria y fina, respectivamente: tanto en
el piso de ocupación y sus rasgos asociados como en los
entierros se emplearon ambas alfarerías, con predominio
de vasijas de la serie ordinaria en ambos tipos de contexto.
No se dio, tampoco, una presencia diferencial significativa
de las distintas modalidades estilísticas planteadas para la
serie fina, en relación a dichas esferas. En nuestro caso de
estudio, entonces, no sería aplicable una dicotomía entre
cerámica funeraria y doméstica: las personas hicieron uso
de las vasijas en prácticas diferentes independientemente
de las características de estilo de las mismas. Estas
observaciones se sostienen también en lo que respecta
al piso de ocupación y a la inhumación en el recinto 2
(Spano et al. 2011).
Por otra parte, a una escala espacial más amplia, la
caracterización de modalidades estilísticas permitió
observar una serie de elementos que exhiben afinidades
con espacios circundantes: la profusión de pucos no
restringidos grises y negros con pulido en líneas, el recurso
de las técnicas de apliques al pastillaje para generar
elementos de diseño no figurativos y biomorfos, los
Figura 14. Alfarería vinculada al entierro 1. a: FF 217,
puco de borde entrante y paredes convexas (izquierda:
fragmentos remontados; derecha: reconstrucción
gráfica de forma); b: FF 224, puco no restringido de
borde entrante y paredes convexas; c: FF 249, pequeño
fragmento de puco no restringido de borde entrante y
paredes convexas, con modelado zoomorfo naturalista
sobre el borde (vista del diseño modelado y de la apli-
cación de pintura roja post cocción sobre la superficie
interna); d: olla globular ordinaria (esta última, extraída
de Palamarczuk et al. 2007: 127, figura 5d).
Figure 14. Pottery associated with Burial 1: FF 217,
bowl with incoming edge and convex walls (left: refit-
ted fragments; right shape reconstruction); b: FF 224,
unrestricted bowl with incoming edge and convex
walls, with naturalistic zoomorphic modeling on the
edge (view of the modeled design and of the applica-
tion of post firing red paint on the inner surface); d:
ordinary globular pot (modified from Palamarczuk et
al. 2007: 127, figure 5d).
que en términos cuantitativos las series
ordinaria y fina se encuentran representadas
en igual proporción. Esta relación cambia
de considerarse las FF cuya asociación al
entierro no es segura: siete FF (87,5%) del
conjunto fino contra una FF (12,5%) del
conjunto ordinario.
R. Spano | Revista del Museo de Antropología 4: 127-144
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puntos incisos en representaciones de cejas y lágrimas,
son recursos estilísticos que han sido reportados para
los conjuntos finos de momentos formativos del valle de
Yocavil y espacios cercanos como las Yungas, el área de
Tafí del Valle, la falda occidental del Aconquija, el valle
del Cajón, el valle Calchaquí y el oasis de Laguna Blanca
(e. g. Bugliani 2008; Bugliani y Pereyra Domingorena
1999; Scattolin 2006). Este universo comparte a su vez
modos de elaboración de objetos de lugares de otros
ámbitos del NOA. La presencia de objetos de estilos
Vaquerías y Tebenquiche podría aludir a la circulación
a distancia de bienes y modos estilísticos, que desde
momentos muy tempranos operó a nivel regional (Albeck
2000), vinculando e integrando comunidades aldeanas
de distintas zonas.
Consideraciones finales
Esta caracterización representa una etapa en un proceso
colectivo de investigación a largo plazo, en el cual se
conjugan distintas líneas de evidencia, a los fines de
lograr una comprensión mayor de la vida social en el
pasado; la continuidad de los trabajos en laboratorio y
en terreno en un sitio en el cual la cerámica se presenta
en grandes cantidades, requiere de parámetros para un
ordenado proceso de identificación de los hallazgos y
para guiar el remontaje y la reconstrucción de formas. A
nivel instrumental, entonces, se intentó proporcionar un
corpus de información acerca de una parte del material
cerámico de Soria 2.
La sistematización efectuada proporciona un panorama
de la alfarería del sitio, la cual formó parte de la vida
cotidiana de las personas y de situaciones especiales
tales como los eventos de inhumación. La muestra
que aquí presentamos no constituye un conjunto
homogéneo; a través del análisis de atributos formales,
tecnológicos y decorativos considerados conjuntamente,
proponemos una clasificación posible de la variabilidad
registrada. A nivel de la construcción de herramientas
conceptuales para la comprensión de las prácticas
acaecidas en el pasado, esta clasificación provee una
primera aproximación a los modos de hacer vigentes en
momentos de la ocupación del sitio. Esta sistematización
puesta en juego con información contextual, permite
acercarnos al rol de las vasijas en las prácticas llevadas
a cabo en el recinto 1, y también comenzar a indagar
acerca de las posibles interrelaciones a distinta escala
que vincularon a los ocupantes entre sí y con personas
de otros ámbitos espaciales.
La continuidad en el estudio de esta cerámica posibilitará
ajustar, reformular o desechar los planteos aquí esbozados,
y contribuir a la construcción del conocimiento acerca del
estilo de vida de las sociedades agropastoriles tempranas
del sur de Yocavil.
Buenos Aires, 17 de octubre de 2011
Agradecimientos
Este artículo presenta una parte de la investigación de mi
tesis de licenciatura, destinada al estudio del conjunto
fino de la alfarería de Soria 2; agradezco a mi directora
de tesis, Dra. Myriam Tarragó, por su orientación y
acompañamiento durante el proceso, así como a todos los
compañeros con los que compartimos años de campañas
en Andalhuala. A Sol Grimoldi, Valeria Palamarczuk y
Jenny Baigorria Di Scala por su asistencia técnica. A los
evaluadores por sus observaciones y sugerencias; no
obstante, lo expresado es de mi entera responsabilidad.
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