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E
l ostión del Pacífico
Crassostrea gigas es una
de las 20 especies de este
género, tiene su origen
en el noreste de Asia y ha sido
introducido en Europa, América y
Nueva Zelanda, lo que lo convierte
en la especie más cultivada a nivel
mundial, destacando en la produc-
Por: Tania Lizbeth Enríquez-Espinoza
1
, José Manuel Grijalva-Chon
1
, Reina Castro-Longoria
1
, Marco Antonio López-
Torres
1
, Jorge Chávez-Villalba
2
, Luis Rafael Martínez-Córdova
1
*
Las amenazas exóticas a la
industria ostrícola
del Golfo de California
artículo de fondo
ción China, Corea, Japón, Francia,
EE.UU., y Taiwán.
C. gigas es un molusco bivalvo
muy apreciado por sus dimensio-
nes; logra alcanzar dimensiones
máximas de 35 cm de longitud, 8
cm de altura, 10 cm de ancho y
se considera de tamaño comercial
cuando adquiere más de 8 cm. Esta
especie resiste un amplio inter-
valo de temperatura y salinidad
afectando eso en su tasa de cre-
cimiento. Por ejemplo, en Sonora,
la talla comercial la alcanzan a los
10 meses de cultivo, mientras que
en la costa Atlántica de Francia
requieren de 2 años para obtener
ese mismo resultado.
En México, C. gigas fue introdu-
cido primero en Baja California Sur
a principios de la década de los
70’s, y desde entonces se cultiva en
los estados de Baja California, Baja
California Sur, Sonora y Sinaloa. La
ostricultura en México se realiza
en lagunas litorales y esteros; las
especies que más se cultivan son
C. gigas en el Pacífico y Crassostrea
virginica en el Golfo de México. En
2013, de acuerdo a la La Comisión
Nacional de Acuacultura y Pesca
(CONAPESCA), la producción de
ostión, sin hacer distinción de espe-
cies, representó el 2.93% de la pro-
ducción pesquera total de México,
ocupando el noveno lugar. La pro-
ducción total de ostión (pesca +
acuacultura), fue de 42,945 t, de
los cuales, el 90.15% (38,715 t) se
produjo por medio de la acuacultu-
ra. El 90% de esta producción total
proviene de la región del Golfo de
México y Mar Caribe, lo que impli-
ca que en el Pacífico mexicano se
produjeron solamente 3,842 t.
Sonora no se destaca en la pro-
ducción ostrícola, pero hay poco
más de treinta cooperativas ostrí-
colas a lo largo del Estado que
mantienen viva esta actividad. En el
pasado reciente, la cosecha máxima
se registró en 1995 con poco más
de 2,000 t, disminuyendo en los
años subsecuentes para alcanzar,
en el 2005, una producción de sólo
26 t.; aunque en el 2010 se cose-
charon 658 t, en los últimos cuatro
años las cosechas no rebasaron, o
apenas alcanzan, las 200 t anuales;
lejos de alcanzar los niveles de
Estados como Baja California, Baja
California Sur y Nayarit.
Patología del ostión
La producción de ostiones, a nivel
mundial, se ve afectada a lo largo de
los ciclos de cultivo y un ejemplo de
esto se ha dado en Europa, América
y Oceanía, donde se han registrado
muertes ocasionadas por múltiples
causas, destacándose los agentes
patógenos y también la denominada
“mortalidad de verano”, derivada de
factores ambientales y reproducti-
vos. Desde 1997 y hasta el 2009, la
ostricultura en las costas de Sonora
enfrentó una de las mayores crisis de
producción a causa de las altas mor-
talidades de sus cultivos. Durante
ese periodo, C. gigas, cultivado en
Sonora, había experimentado pérdi-
das por mortalidad masiva en todos
los sitios de cultivo, la cual alcanzó
niveles extremos hasta del 90%. Las
causas de dichas mortalidades han
sido atribuidas a una mezcla de fac-
tores bióticos y abióticos.
Dentro de los protozoarios res-
ponsables de epizootias en molus-
cos bivalvos que requieren notifica-
ción ante la Organización Mundial
para la Salud Animal (OIE, por sus
siglas en inglés), se encuentran
los protozoarios Marteilia refrin-
Dentro de los moluscos bivalvos, la familia
Ostreidae
incluye
algunas de las especies de bivalvos más importantes
comercialmente, en ella se encuentran los géneros
Crassostrea
y
Ostrea
.
Hipnosporas de Perkinsus marinus obtenidas de ostión japo-
nés cultivado en el Estero La Cruz, Sonora.
Cultivo de ostión japonés en canastas australianas en el Estero Morúa, Sonora.
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artículo de fondo
gens, Bonamia ostreae, B. exitiosa,
Haplosporidium nelsoni, Mickrocytos
mackini, Perkinsus marinus y P.
olseni. Además, el virus de ostreidos
tipo 1 (OsHV-1) también es una
seria amenaza para los cultivos,
pero no requiere ser notificado
ante la OIE. Todos estos patógenos
son inofensivos para el ser huma-
no, pero son un verdadero peligro
para el desarrollo de la actividad
económica, ya que afectan a una
amplia gama de especies de molus-
cos bivalvos (almejas, mejillones,
ostiones, hachas, etcétera); son res-
ponsables de enfermedades deno-
minadas Marteiliosis, Bonamiosis,
Haplosporidiosis, Mickrocytosis y
Perkinsosis.
Perkinsosis
La Perkinsosis es una infección
de moluscos marinos causada por
el parásito protista del género
Perkinsus, que ha sido clasificada
por la OIE como una enfermedad
que requiere notificación. Las espe-
cies del género Perkinsus están
distribuidas alrededor del mundo
y constituyen una seria amenaza
para los moluscos de relevancia
comercial y ecológica, tales como
ostiones, almejas y abulones. En
décadas pasadas, varios moluscos,
incluyendo ostiones y almejas, han
sido afectados por recurrentes epi-
zootias de Perkinsus.
En particular, P. marinus ha sido
responsable de dramáticos descen-
ocupación en el cultivo de molus-
cos, principalmente en Europa, ya
que es causante de recurrentes
mortalidades en la ostra plana
Ostrea edulis. También puede afec-
tar a otros moluscos de importancia
comercial, como lo son Mytillus
edulis, M. galloprovincialis, C.
gigas, C. virginica, Tiostrea chilen-
sis, O.angasi y O. puelchana. Este
parásito se encuentra dentro de la
lista de enfermedades de declara-
ción obligatoria ante la OIE.
El ciclo de vida de M. refringens
no es conocido en su totalidad y
suponía la existencia de hospe-
deros intermedios para completar
la infección, ya que la infección
horizontal experimental no había
sido posible en laboratorio. En el
año 2002, Audemart et al encontró
que el copépodo Paracartia grani
está involucrado en el ciclo de vida
de M. refringens, sin embargo, el
ciclo de vida de M. refringens aún
requiere ser esclarecido completa-
mente y podría involucrar a otros
hospederos intermedios.
Haplosporidiosis
El phylum Haplosporidia es un
grupo de parásitos protistas.
Haplosporidium nelsoni es el agen-
te causal de la Enfermedad de la
Esfera X Multinucleada (MSX por
sus siglas en inglés) en C. virgini-
ca, enfermedad notificable ante la
OIE. La distribución de H. nelsoni
comprende lo largo de la costa Este
de Norteamérica, donde epizootias
persistentes ocurren en Cana
y los EE.UU., con altos índices
de mortalidad. También se puede
encontrar en la costa Oeste de los
EE.UU., Korea, Japón y Francia
en el ostión del Pacífico C. gigas,
donde no ha causado daños signi-
ficativos. Es un parásito muy sen-
sible a la salinidad y las epizootias
están asociadas a salinidades ≥15
ppt. El ciclo de vida de las especies
de Haplosporidium no se conoce
en su totalidad y se cree que nece-
sita de un huésped intermediario
para completar su ciclo de vida, ya
que los experimentos de trasmisión
directa no han sido exitosos.
Bonamiosis
Bonamia spp., son parásitos pro-
tistas, intracelulares. Sus formas
celulares son pequeñas (<5 μm) y
más o menos esféricas con núcleos
grandes que dan la apariencia de
“huevo frito”, e infectan princi-
palmente hemocitos. Bonamiosis,
infección por B. ostreae, afecta prin-
Ostión japonés, Crassostrea gigas, del Estero La Cruz, Sonora.
La ostricultura en xico se realiza en
lagunas litorales y esteros; las especies que
más se cultivan son
C. gigas
en el Pacífico
y
C. virginica
en el Golfo de México.
sos en poblaciones de C. virginica
en los EE.UU., y es actualmente la
enfermedad infecciosa más letal
de esta especie. En México, el
primer reporte de P. marinus fue
emitido en 1994 por Burreson et
al., en Tabasco. La proliferación de
todas las especies de Perkinsus está
correlacionada con temperaturas
cálidas de verano (arriba de 20°C),
donde la patogenicidad y las mor-
talidades asociadas son más altas.
Marteiliosis
Marteilia refringens es un pará-
sito protozoario perteneciente al
Phylum Paramyxea causante de
marteiliosis o enfermedad de Abers.
Este protozoario es de gran pre-
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artículo de fondo
cipalmente a O. edulis. Es una
enfermedad endémica Europea, sin
embargo, también ha sido reportada
en Columbia Británica, Canadá y
en los Estados de Californa, Maine
y Washington. Por su parte, B. exi-
tiosus infecta T. chilensis en Nueva
Zelanda; así mismo, se sugiere que
C. gigas puede actuar como porta-
dor o reservorio de B. ostreae y B.
exitiosus.
No se conoce en su totalidad el
ciclo biológico fuera del hospedero,
sin embargo, ha sido posible la tras-
misión del B. ostreae en laboratorio
por cohabitación de ostiones infec-
tados o inoculación del parásito,
sugiriendo que no es necesario un
huésped intermediario.
Herpesvirus de ostreidos tipo 1
(OsHV-1)
Los herpevirus, en general, están
entre los más grandes y comple-
jos virus. En particular, el OsHV-1
es el único miembro de la familia
Herpesviridae que infecta inverte-
brados y se asocia con mortalidades
en algunas especies de bivalvos.
Este virus representa una tercera
clase dentro de los herpesvirus, ya
que se relaciona muy poco con la
clase asociada a mamíferos, aves y
reptiles; y a la de los peces óseos y
anfibios. Su diámetro es de aproxi-
madamente 116 nm y posee un
genoma de 207,439 pb. Una carac-
terística que posee OsHV-1 es que
no se restringe a una sola especie
de bivalvo o a un solo género, sino
que puede causar enfermedad en
una gran variedad de bivalvos, lo
que es único dentro de la familia
Herpesviridae. Existe evidencia de
una transmisión interespecífica de
OsHV-1 en bivalvos marinos, esta
habilidad del virus puede ser atri-
buida a las condiciones intensivas
de cultivo a las que los bivalvos
son sometidos.
Conclusiones
Para controlar la diseminación de
enfermedades y epizootias en la
acuacultura, es vital que se consi-
dere de máxima prioridad poner
en marcha métodos y técnicas que
permitan obtener un rápido diag-
nóstico. El control y tratamiento
efectivo de enfermedades en acua-
cultura requiere del acceso a prue-
bas diagnósticas que sean rápidas,
fiables y altamente sensibles, como
lo son las pruebas basadas en el
ADN.
Los eventos de mortalidades
masivas que afectaron a la región
de Sonora en años pasados lle-
varon a la generación de proyec-
tos de investigación encausados a
la búsqueda de patógenos invo-
lucrados en estos acontecimien-
tos. En 2012, Enquez-Espinoza
et al., identificaron la presencia
de P. marinus en ostión japonés
cultivado en Sonora, mediante la
secuencia de ADN de la región
ITS del complejo de genes del
ARNr. Este hallazgo constituyó el
primer reporte de P. marinus en C.
gigas en el Pacífico del continente
Americano. El origen de P. marinus
en las costas del Pacífico mexicano
es desconocido, sin embargo, el
movimiento de ostiones de cultivo
hacia dentro y fuera de las zonas
ostrícolas del Golfo de California,
así como la adquisición de lotes de
semilla infestados, pudieron haber
contribuido a la dispersión e intro-
ducción de este parásito.
Los primeros eventos de morta-
lidad en México (1997-1998) fueron
asociados a la presencia de OsHV-1
en los cultivos de ostión, sin embar-
go, no fue sino hasta el 2013 que
se reportó por primera vez una
secuencia de ADN de OsHV-1 en
México y que resultó ser una nueva
variante viral. Debido a que es
Cultivo de ostión japonés en el Estero Morúa, Sonora.
La producción de ostiones, a nivel mundial, se ve afectada a lo largo
de los ciclos de cultivo y un ejemplo de esto se ha dado en Europa,
América y Oceanía, donde se han registrado muertes ocasionadas por
múltiples causas, destacándose los agentes patógenos y también la
denominada “mortalidad de verano”, derivada de factores
ambientales y reproductivos.
El control y tratamiento efectivo de
enfermedades en acuacultura requiere del
acceso a pruebas diagnósticas que sean
rápidas, fiables y altamente sensibles, como
lo son las pruebas basadas en el ADN.
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artículo de fondo
prácticamente imposible erradicar
un patógeno (protozoarios, bacte-
rias, virus) de un área geográfica,
es de suma importancia implemen-
tar programas de sanidad acuícola
que permitan el monitoreo de las
condiciones ambientales, evaluar
el estado fisiológico de los orga-
nismos y determinar la presencia
y prevalencia de los patógenos
de los cultivos de bivalvos en la
región. Es por esto que algunos
países, incluyendo México, han
implementado estrictas normas
para regular el traslado de orga-
nismos de cultivo vivos para evitar
la dispersión de patógenos. Sin
embargo, el intercambio de pies de
cría, semilla o juveniles infectados,
antes de las regulaciones pudieron
haber afectado no sólo a los culti-
vos establecidos, sino también a las
poblaciones silvestres.
Así, los eventos de mortalidades
masivas en la región, ocurridos
años atrás, pudieron ser genera-
dos por una compleja interacción
hospedero-patógeno-ambiente. Es
fundamental señalar que, a pesar
de la ausencia de mortalidades
anormales en los sitios de cultivo
de la región durante los últimos
años, debemos estar preparados,
ya que sólo es cuestión de tiempo
para que desencadenen episodios
de altas mortalidades como en el
pasado reciente.
PAM
** 1 Universidad de Sonora. Departamento
de Investigaciones Científicas y
Tecnológicas, 2 Centro de Investigaciones
Biológicas del Noroeste. Unidad
Guaymas.
Cultivo de ostión japonés en canastas Nestier en el Estero La Cruz, Sonora.
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