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Anales
de
Geografla
de
la
Universidad
complutense
ISSN:
0211-9803
2001,21:11-30
La
capacidad
de
carga
turística.
Aspectos
conceptuales
y
normas
de
aplicación
Pablo ECIIAMENDI
LoRENTE*
Recibido:
16-111-2001.
Aceptado:
6-VI-2001
RESUMEN
Entre
las
pretensiones
de
este
articulo
se
encuentra
el
iniciar
una
aproximación
a
un
tema
tan
fundamental
y
actual
como
son
los estudios
de
capacidad
de
carga
en
el
campo
del
turismo
y
que
no
ha
suscitado
un
gran
interés
hasta el
momento
entre
los
geógrafos
españoles.
No
es
nuestro
objetivo
el
profundizar
ahora
en
esta
cuestión sino
el
de
aportar algunas
bases
conceptuales
y
metodológicas
que
resul
-
ten
útiles
para
posteriores estudios
aplicados.
Hemos
intentado sintetizar
en
estas
páginas
la
evolución
histórica
de
este
concepto
desde
su
aparición, con
los
autores
y
trabajos más destacados
de
cada
momento,
las
críticas más importantes
que
se
han
enunciado
en
su
contra
así
como
algunas experiencias
de
aplicación.
Palabras
clave:
Planificación
turística.
Capacidad
de
carga.
Metodología.
SUMMARY
This
article
pretends
to
initiate
an
approach
to
carrying capacity
studies
in
Tourism.
This
topic
has
not
produced
a great
interest
until
now
between
te
Spanish
geographers.
Our
objective
is
not
to
deepen now
in
this
question
but
to
contribute with
some
conceptual
ami
methodological
frames
that becorne
useful
for
later
applied
studies.
We
have tried
to
sum
up
in
these
pages
the
background
of
tbis
concept,
the
most important
autbors
and works,
sorne
critiques
and
finally
sorne experiences
of
application.
Key
words:
Regional
Tourism
Planning.
Tourism
carrying
capacity.
Methodology.
*
Departamento
de
Geografia
Humana,
U.C.M.
11
Pablo
Echamendí
Lorente
La
capacidad
de carga
turística
RÉSUMÉ
Entre
les
prétensions
de
cet
article
se
trouve
le
début d’une
approche d’un
sujet
aussi
fondamental
et
actuel
que les
études
de
capacité
de
charge
dans
le
domaine
du
tourisme
et
qui
n’a
pas
suscité
jusqu’á
présent
un
grand
intérét
parmi
les
géographes
espagnols.
Notre
objectif
n’est
pas d’analyser
maintenant
cette
question
mais
d’apporter
quelques
notions
conceptuelles
et
méthodologiques
qui
soient
utiles pour
des
études appliquées postéricures.
Nous
avons
tenté
de
résumer
dans
ces pages
l’évolution
historique
de ce
concept
depuis
son
apparition,
ayee les
auteurs
et
travaux
les
plus significatifs
á
chaque
moment,
les
critiques
les
plus
importantes
qui ont été énoncées
ainsi
que
quelques
expériences
d’application.
Most
cié:
Planification
regional.
Capacité
de charge touristique.
Méthodologie.
-
REVISIÓN
DEL
CONCEPTO
DE
CAPACIDAD
DE
CARGA
TURÍSTICA
La capacidad
de
carga
es
un
concepto muy utilizado en el
campo
de
la
ecología.
La palabra
capacidad
sugiere,
en
sentido
estricto,
la
posibilidad
de
contener
o
acomodar
en un
determinado
espacio.
Desde
hace
varias
décadas,
los
investigadores
del
turismo
han
venido
utilizando
ésta
para
referirse
al
númeromáximo
de
turistas
que
puede
albergar
un
área
de
destino
(O’Reilly,
1991).
Sin
embargo,
este
concepto
es
mucho
más
complejo
de lo
que
en
prin
-
cipio
se
podría
pensarpues
plantea
numerosas
controversias,
tanto
en
su
defi
-
nición
como
en
su
aplicación. Existennumerosos
trabajos
en
Ja
literatura
especializada
que
han
tratadode
definir
el
concepto
de
capacidad
de
carga
turistica
con
más
o
menos
éxito.
En
estas
líneas
trataremos
de presentar
algu
-
nos
de
los
que han tenido mayor
reconocimiento
por
parte
de
los
expertos.
Para
ampliaresta
cuestión,
sugerimos
la
lectura
del
artículo
de
Watson
y
Kopachevsky (1996)
así
como el trabajo
de
Mitchell (1979),
en los que
se
recopilan
las
definiciones
de
capacidad
de
carga más
interesantes.
Una
de
las
más ampliamente aceptadas
es
la sugerida por
Mathieson
y
Wall
(1986):
«el
número máximo
de
visitantes que puede usar
un
espacio
sin
una alteración
inaceptable
del
medio fisico y sin
una
disminución
en
la
cali
-
dad
de
la experiencia conseguida por
los
visitantes». En la misma línea
se
sitúan
Lime
y
Stankey
(1971)
aunque
incluyendo
el
aspecto
temporal:«El
tipo
dc
uso
(lo
que
hacen
y
cómo
lo
hacen)
que
se
puede
soportar
en un
periodo
determinado
sobre
un
área
sin
causar
un
excesivo
dalio
tanto
al
medio fisico
como
a la
experiencia
del
visitante».
12
Anales
de
Geograj¡a
de
la
Universidad
Complutense
2001,2!:
11-30
Pablo
Echamendi
Lorente
La
capacidad
de carga
turística
Existen
otras
definiciones
en
las
que
se
encuentra implícita la idea
de
que
la
capacidad
de
carga turística
es
dependiente
en cada caso de los beneficios
esperados,
de
los objetivos especificados
de
desarrollo:
«el
nivel
de
uso
que
mejor
consigue
los objetivos propuestos en el
sistema».
(Stynes,
1977);
«el
nivel
de
uso
con el que
se
maximiza la total
satisfacción
y los
beneficios»
(Greist,
1976).
Por el
contrario,
otros
se
centran
en
los impactos en la zona
de
acogida
(Tburot,
1980):
«La
capacidad
de carga turística
es
la frecuentación turística
que puede
admitir
continuamente el
sistema
socioeconóinico
regional
sin que
se
modifiquen:
a) en
el
nivel
de
las
estructuras
económicas, sin
tener
necesidad de
lla
-
mar
continuamente
a
las
estructuras
no
regionales
o
extranjeras;
b) en el
nivel
de
las
estructuras
sociales,
sin
modificar radicalmente
los
equilibrios
sociales anteriores;
c) en el
nivel
cultural, sin
modificar
profundamente
los sistemas
de
valor
imperantes;
d)
en el
nivel
medioanzbiental,
sin
modificar
las
grandes
caracteristicas
ecológicas
iniciales»
La
sostenibilidad,
a la que haremos mención más adelante,
es
otra
de
las
ideas recurrentes
en
el concepto
de
capacidad
de
carga
apreciable,
por
ejem
-
pío, en la
definición
de
Wagar (1964):
«el
nivel
de
uso
turístico
que
propor
-
ciona
una calidad sostenida de la recreación»
Resulta más completa la
definición
del término
que
hace la OMT al
con
-
templar
diversos
puntos
de
vista:
«El
concepto de
capacidad
de
carga trata
de
establecer
en
términos
mensurables
el número de visitantes y el
grado
de
desarrollo
que
es
susceptible de alcanzarse sin que
se
produzcan situaciones
perjudiciales para los
recursos
(..)
Es
la capacidad que
se
puede
alcanzar
sin
daño
fisico
para
el
medio
natural
y
para
el
medio
artificial,
sin daño
social/económico
para
la
comunidad
y
para
la cultura locales o sin perjudicar
el
justo
equilibrio entre
desarrollo
y
conservación
(.4
En
términos
estadísti
-
cos, es
e[
número
de
visitantes que pueden
darse
en
un
lugar a
cualquier
hora
punta o
durante
un
año sin que resulte
en
una
pérdida
de atracción o
en
daños
para
el medio ambiente...
Se
puede
decir,
en términos generales, que
existe
una
saturación
o
un
sobrepaso
de
la
capacidad
de
carga cuando los
movi
-
mientos
de
las
personas, nacionales o internacionales, excede
temporalmente
el
nivel
aceptable
por
el medio
ambiente
fisico y humano de la
zona
de
aco
-
gida
o
destino»
(Informe
de
la
OMT,
cit.
por
Cazes,
1992).
Para
no
perdemos
entre tanta definición, podemos
resumir,
siguiendo a
O’Reilly
(1991),
que
existen
dos
lineas
de
pensamiento acerca
de
la
naturale
-
13
Anales
de
Geografla
de
la
Universidad
Complutense
2001,21:11-30
Pablo
Echamendí
Lorente
La
capacidad
de carga
turística
za e interpretación de la
capacidad
de carga turística que conviene tener en
cuenta:
a)
En
la primera de ellas, la capacidad
de
carga
se
trata como la
capaci
-
dad
de
un
área
de
destino para absorber el turismo sin que
se
lleguen
a manifestar impactos
negativos
en
las
comunidades
de
acogida.
El
acento
se
pone en el medio receptor y
no
en
el
turista.
b)
La
segunda
vertiente
propone
que la capacidad
de
carga
se
considere
como el
nivel
a
partir
del
cual
los
flujos
turísticos
se
reducen al ser
patente una disminución en la satisfacción
de
la experiencia
adquiri
-
da.
Ese destino deja de
atraer
a los turistas que buscan
un
lugar
alter
-
nativo
para
pasar
sus
vacaciones.
La atención
se
centra
en
el turista y
en
su
valoración
subjetiva.
2.
TIPOS
DE
CAPACIDAD
DE CARGA
La
mayor
parte
de
los autores que han
investigado
esta
cuestión
apuntan
que
no
se
debe
considerar
una sola capacidad
de
carga
sino
varias,
en función
de los impactos que produce el
turismo.
Ya
hemos visto
las
dos
líneas
de
pen
-
samiento principales apuntadas por
O’Reilly
sobre
esta
cuestión.
Williams
y
Gilí
(1994),
completan esta división distinguiendo cuatro
puntos
de vista
dife
-
rentes:
Hablan
de
una
perspectiva tradicional, centrada en la idea
del
umbral,
del
número máximo
de
turistas y
de
la búsqueda
de
indicadores
de
capacidad,
pero que
presenta
numerosos
problemas
de
aplicación.
También
se
refieren a
una perspectiva medioambiental, enfocada en prevenir la alteración
del
medio
fisico;
una
económica, ligada
a
la maximización
de
la rentabilidad económica
a largo
plazo
y,
por tanto, a la
satisfacción
de los turistas
y,
finalmente, hacen
mención
de una perspectiva basada
en
la comunidad
de
acogida.
Creemos
que
estas
vertientes
deben
ser afrontadas conjuntamente y
no
por
separado
dado
que
este
concepto debe
buscar
la
preservación
de
los lugares
turísticos
pero
también
de
las
llegadas
de visitantes
en
busca
del
nivel
óptimo de utilización
y frecuentación.
Siguiendo la misma
línea,
Watson
y Kopachevsky
(1996),
en
su
completa
síntesis,
distinguen hasta
cinco
tipos
de
capacidad
de
carga:
a)
Ecológico-medioambiental:
«El
nivel
de
desarrollo turístico
o
activi
-
dad
recreacional
más allá del
cual
el medio ambiente que hemos
conocido
se
degrada o
se
ve
comprometido»
(Watson
y
Kopachevsky,
1996). Por
tanto, afecta al aire, el
suelo,
la vegetación y
fauna,
el
agua, y todos los
demás
elementos fisicos que componen
un
ecosiste
-
14
Anales
de
Geografía
de
la
Universidad
Complutense
2001,
II:
11-30
Pablo Echamendi Lorente
La
capacidad
de carga
turística
ma.
Este
es
uno
de
los
aspectos
más considerados
en
la actualidad
a
la hora de
configurar
un
producto
turístico.
1,)
Física:
En
este
caso
se
refiere
a la
capacidad
espacial
de
un
lugar y
de
sus
infraestructuras para acoger
las
actividades turisticas.
La
can
-
tidad
de
espacio
disponible
es
inalterable,
sólo
sc
puede mejorar su
utilización mediante
un
aprovechamiento más racional
del
mismo. En
cuanto
a
las
infraestructuras, su
capacidad
y rendimiento
es
casi
siem
-
pre
mejorable
en función del
dinero
que
se
destine a
ello.
e)
Socio-perceptual: Este tipo
de
capacidad
hace
referencia al
nivel
de
tolerancia
de
las poblaciones
de
acogida
hacia la presencia y
compor
-
tamiento
de
los
turístas
y está
en
relación con los impactos
culturales.
En
este
caso, y más que en los
anteriores,
su
medición
se
debe
reali
-
zar a
partir
de
juicios
de
valor en los que el componente
subjetivo
los
hace
difícilmente extrapolables
de
una situación a otra.
d)
Económica:
Para O’Reilly
(1991),
es
la capacidad
para
absorber
fun
-
ciones
turísticas sin que
se
excluyan
otras
actividades que
se
conside
-
ran
de
interés.
El tema
económico,
en la práctica,
es
uno
de los
prin
-
cipales
argumentos contra la noción
de
capacidad
y la imposición de
límites
(Getz,
1983).
Los
estudios
de
coste-beneficio
tienden a
supri
-
mir
cualquier
limite a
la
actividad
turística,
incluso asumiendo la
exis
-
tencia de
un
coste. El problema
es
determinar
un
balance óptimo
entre
las
ventajas
e inconvenientes que
implica
una
actividad
de
ese
tipo
la
capacidad
óptima a la que hacíamos
mención
antes.
Desgra
-
ciadamente,
se
impone
a menudo la
estrategia
del
máximo
beneficio
a corto plazo sin
pensar
en el
futuro.
e)
Psicológica:
La
capacidad
de
carga psicológica
es
estrictamente
expe
-
riencial.
Sólo
los turistas
mismos
pueden
determinar
si
han logrado
una
satisfacción
personal en
sus
vacaciones
en función
de
muchos
factores como la actitud
percibida
de la población
local,
el
grado
de
saturación
del
destino turístico,
Ja
calidad medioambiental,
etc.
Vemos
por tanto
las
diversas
vertientes que
se
presentan cuando
se
pre
-
tende abordar el problema
de
la capacidad
de
carga turística
de
un
territorio,
la gran diversidad
de
puntos
de
vista y perspectivas diferentes que
es
preciso
recoger y valorar
con
objetividad.
3.
EVOLUCIÓN
DEL PENSAMIENTO TEÓRICO
A pesar
de
la gran actualidad
de
este
concepto en los foros
de
turismo,
no
se
trata
de
una
idea
nueva,
todo
lo
contrario.
En
Estados
Unidos
se
han
reali
-
15
Anales
de
Geografla
de
la
Universidad
Complutense
2001,21:
11-30
Pablo
Echamendi
Lorente
La
capacidad
de carga
turística
zado investigaciones en
este
campo
desde
hace ya
varias
décadas.
Sin
embar
-
go,
por
los motivos que expondremos más tarde, la cuestión
no
ha
experi
-
mentado cl
desarrollo
metodológico que cabría esperar
de
una herramienta
de
tanto
interés
y que posee ya una cierta tradición.
Ya
se
hace mención a los
riesgos
de
la masificación y a
sus
consecuencias
en el deterioro de los recursos recreacionales en trabajos tan tempranos como
los de
Meineeke
y
Wagar (Shelby
y Heberlein,
1986).
Estos trabajos, aunque
no
abundan en las cuestiones empíricas, suponen
un
punto
de
partida,
un
apo
-
yo
para
la
definición
posterior
dcl
concepto
de
Capacidad de
Carga
Turística.
Algunos
apuntan que ya
fue
propuesto
en
1838
(Budd,
1990,
cit.
en
Watson
y
Kopachevsky,
1996).
Hasta
la década de los sesenta
no
se
producen
avances
teóricos y
aplicados
significativos,
principalmente
a
partir
de
la
preocupación
del
US
Forest
Servi
-
ce por los problemas
detectados
en
algunas áreas y por la
convergencia
de
un
doble
interés:
conservar
sus
caracteristicas
naturales y
promover
a la
vez
las
oportunidades
de
recreación en
ellos.
Los
trabajos
del
Forest
Service
tuvieron
importantes
repercusiones,
como
indican Shelby
y
Heberlein
(1986),
puesto
que
supusieron,
en
primer
lugar,
la aparición de una
preocupación
sobre
las
consecuencias sociales
de
la presencia
de
visitantes
al tiempo que
se
legitima
-
ban el estudio
de
estas
cuestiones
en
recursos
naturales.
En
segundo
lugar,
pro
-
vocó la
realización
de
estudios
de
este tipo
por parte
de
otros
cuerpos
de
exper
-
tos.
A
partir
de
entonces, muestra de
ese
interés por la
evaluación
de
los
impactos causados por el turismo,
se
multipLican las
publicaciones
y
conferen
-
cias, principalmente en
Estados Unidos.
Este
creciente interés
se
puede
com
-
probar
perfectamente
en los
ensayos
bibliográficos
de Baretje (1977 y
1980).
En los
sesenta,
el interés
por
la limitación de las
actividades recreativas
no
fue
aún grande, aunque cabría
destacar
la
preocupación
de
Wolfe
(1966)
por
el
rápido
crecimiento del turismo y
de
sus
impactos en
las
áreas
de
destino
y
de
Clawson
(1963)
por la necesidad de dar
acogida
a
un
número
cada
vez
mayor
de
turistas.
También
conviene
destacar el estudio
llevado
a cabo por el
Irish
Tourist
Board
(An
Foras
Forbatha,
1966)
que intentó definir los limites
del
uso
turístico
en función
de
las
características medioambientales
del
área
de estudio.
Sin
embargo,
se
centra en los
aspectos
fisicos sin tener
en
cuenta
los aspectos
socioeconómicos.
Los
años
setenta vieron el nacimiento de una fuerte corriente
en
el
mun
-
do
de los expertos
en
turismo muy critica con los
efectos
negativos
de
esta
actividad.
Es
significativo el cambio
de
orientación
en
muchas
investigaciones
que
pasan
de tratar de calcular el número
de
turistas que
puede
soportar
un
área a
un
reconocimiento de la existencia
de
una serie
de
alternativas
en la
determinación
de
la
capacidad, algunas
basadas
en
preferencias
humanas
(Butíer,
1996).
Este enfoque ha
sido
el
predominante
hasta nuestros
días-
Los
16
Anales
de
Geografla
de
la
Universidad
Complutense
200
1,
2!:
11-30
Pablo Echamendí
Lorente
La
capacidad
de
carga
turística
profesionales
del planeamiento han dirigido su atención hacia
el
cálculo
de
un
nivel
permisible
de
uso
tanto
para
el
recurso
como
para
el
usuario.
Este
pen
-
samiento,
sin
embargo,
ha
llevado
en muchas ocasiones a la degradación
de
los recursos turisticos
por
su mala
gestión.
En la segunda mitad de la
década
aparecen
en
Europa
las primeras
pre
-
ocupaciones
de los
expertos
sobre
esta
cuestión.
Thurot
profundiza
en el
concepto
de
Capacidad
de Carga al
explicar
las
nociones
de
sistema
turísti
-
co,
espacio turístico
y
capacidad
de
carga de las
estructuras
de
producción
y
recepción
desde
una
triple
perspectiva: económica,
social y
ecológica
(OCDE,
1977).
En,
1978,
se
hace la primera
reflexión profunda
en
un
semi
-
nario en
Grindewald
sobre los
problemas
de
la
carga
turística
relativos a las
zonas
receptoras
y
sus
estructuras
(Conseil
de
l’Europe,
1978).
Baretje
(1977 y
1980)
realiza
una
interesante recopilación
de la
bibliografia
existen
-
te sobre esta
materia
hasta
ese
momento
en sendos
Cahiers
del
CHET
de
Aix-en-Provence.
En la
década
siguiente
se
mantuvo
la
tendencia anteriormente
expues
-
ta. Los
expertos creyeron
que
era
inútil
la
búsqueda
de
ese
númeromágico
que
indicara
con
precisión
el
flujo
de
turistas
que debían ser acogidos en
un
determinado
recurso
e, incluso,
no
fueron
pocos los que
cuestionaron
seriamente
la
validez
del
concepto
de
Capacidad
de Carga en el campo del
turismo
(Shelby y
Heberlein,
1986).
Asi,
se
concentraron
en la
identifica
-
ción
de los niveles
aceptables
o
inaceptables
de cambio.
Además,
en la
mayor
parte
de los
casos
no
es
correcto
hablar
de
una
cifra que
represente
el máximo
número
de
visitantes permitidos
puesto
que
diferentes
tipos de
visitantes provocan diferentes
tipos
de
impactos.
Los
estudios
de
capacidad
de
carga medioambiental
se
identificaron
con
las
Evaluaciones
de
Impacto
Ambiental.
Los mayores
avances
se
produjeron
en el campo de la
capaci
-
dad
de
carga
social y
psicológica.
En este
contexto
se
circunscriben
nume
-
rosos
trabajos
de
este tipo
basados
en la
saturación
percibida
por
los
turis
-
tas,
incluyendo
densidad
y niveles de uso,
frecuencia
de
encuentros
con
otros
turistas,
normas
de
tolerancia
y
expectativas
de
Ja
experiencia
(Tarrant y
English,
1996).
Destaca
la
aportación
de Shelby y
Heberlein
(1986) que
traza
el marco
conceptual
en
que
se
inscriben
los
estudios
de
capacidad
de
carga
social.
Es
de
interés
reseñar también a Getz
(1983),
quien identifica variables e
indicadores que
deberian
considerarse
en
los
estudios
de
capacidad de carga;
O’Reilly
(1986),
sobre aspectos conceptuales y Mathieson y
Wall
(1982),
que
tratan
de
los impactos y efectos
del
turismo, entre
otros
muchos.
En los años
noventa,
por
la gran
difusión
de
las
prácticas
turísticas
alter
-
nativas, que
ponen
en valor
nuevos espacios
hasta
hace
poco
ignorados
por los
flujos
turísticos,
se
ha producido
un
aumento
del
interés
por
los
problemas de
17
Anales
de Geograjia de
la
Universidad
Complutense
2001,21:
11-30
Pablo Echamendi
Lorente
La
capacidad
de carga
turística
capacidad
de
las
áreas turísticas
de
destino.
Del mismo modo, la
aceptación
del concepto de
desarrollo
sostenible
(Informe
Brundtland
de
la Comisión
Mundial sobre
Medio
Ambiente y Desarrollo,
1987, cit.
en
Coccosis,
1996
y
Vera
et
al?,
1997
y Comisión
de
las
Comunidades
Europeas,
1992)
introduce
una
nueva
línea de
pensamiento
que
sostiene
la
necesidad
de
que
todo
desa
-
rrollo social
resuelva
las necesidades
del
presente sin comprometer
las
de
las
futuras
generaciones
(Figura
1).
El turismo
no
fue
una
excepción
y
rápida
-
mente adoptó este principio. La
sostenibilidad
se
convirtió
en
una cuestión
prioritaria
también
en
el campo
del
turismo.
Los
estudios
de
capacidad de
car
-
ga
recobraron
así
un
papel
de
primer
orden
como
herramientas
para la
plani
-
ficación
y ordenación
del
sector.
EFICIENCIA
ECONÓMICA
EQUIDAD CONSERVACION
SOCIAL MEDIOAMBIENTAL
Figura
1.—Principios
del
turismo
sostenible.
Fuente:
Coccossis,
1996.
El
concepto
de
desarrollo
sostenibJe enlaza
con otro tema interesante
en
el
que
se
venia trabajando desde hacia ya
tiempo:
la relación entre la capacidad
de
carga y el
ciclo
de vida
de
los
destinos
turísticos.
Para el
geógrafo
francés
Chadefaud
un
producto turístico
es
un
bien
no
durable cuya vida
se
descom
-
pone teóricamente
en
tres
grandes momentos,
creación,
madurez y
obsoles
-
cencia,
para
normalmente suftir después procesos de
reconversión-mutación
que nos deberían
llevar
hacia la
sostenibilidad
del
recurso.
Martin y
Uysal
(1990) defienden que
no
es
posible
determinar
la
capacidad
de
carga sin
con
-
18
Anales de
Geografia
de
la
Universidad
Cotnplatense
2001,21:
11-30
Pablo Echamendi
Lorente
La
capacidad
de carga
turística
siderar
la posición del
área
de destino en este
ciclo.
En la siguiente figura
se
muestra la evolución
de
la calidad
ambiental
que
se
puede detectar en
un
des
-
tino
turístico con el paso del
tiempo.
t
4’
<1)
W
Z
1
-
_
o,
c
—
•0
—
—
o,
W
~
4’
Co
o,
4’
-~
e
o
4’Cb
O)
O O
—
o, 40
Co
t
ci
VISITANTES
TIEMPO
-~
—
— — —
-
CALIDAD
AMBIENTAL
Figura
2.—Ciclo
evolutivo
de
la
calidad de
un
recurso
turistíco.
Fuente:
ENVIREO, 1994,
cit.
en
Vera
eta?,
1997.
En
resumen,
y siguiendo a Butler
(1996),
eJ
estudio de la capacidad de
carga
en
las
últimas décadas ha pasado
de
ser una cuestión ignorada a uno
de
Jos
elementos claves en
las
investigaciones
de
turismo.
Se
ha pasado
por
varias
etapas,
de
la búsqueda
de
números
específicos
al enfoque
de
gestión
basado
en
las
expectativas
sociales
y experimentales. De
todas
maneras, y en
palabras del mismo
autor,
hasta la década
de
los
90,
los
investigadores
de
turismo, distinguiéndose de
los
de
la recreación,
no
desarrollaron una atención
específica
a esta
materia
aunque,
en
general,
muchos de ellos
no
se
han
fami
-
liarizado con la abundante literatura
existente
(Butíer,
1996).
4.
CRÍTICAS
AL
CONCEPTO
Y ALGUNAS EXPERIENCIAS
DE APLICACIÓN
La
medición
de
la
capacidad
de carga
presenta
una
gran dificultad
intrín
-
seca
lo
que ha hecho que
muchos
autores desistan o
busquen
otras
alternati
-
19
ti
Anales
de
Geografía
de
la
Universidad
Complutense
2001,
21:
11-30
Pablo
Echamendí
Lorente
La
capacidad
de carga
turística
vas.
Aunque existe
un
cierto
consenso
entre los
expertos
a la hora de
definir
ta
Capacidad
de
carga,
no
hay
aún
un
acuerdo sobre tos métodos de
medición
y
cuantificación
a
emplear,
ni mucho menos sobre los
umbrales
de
permisibi
-
lidad que
se
consideran
adecuados
en
cada caso.
Este
es,
quizás, la principal
critica que
se
hace al
concepto.
Autores como
O’Reilly (1991)
indican que
esto
está
provocado,
entre
otros
factores por el
hecho
de
que
las
políticas de
ordenación
que
se
empleen
en
un
lugar pueden afectar considerablemente a su
capacidad
de carga y también porque los
niveles
aceptables
de
densidad
turís
-
tica
a
partir
de
los cuales
aparecen
problemas
de
saturación,
difieren
notable
-
mente de unos enclaves a otros.
Estas
dificultades
de
mediciónprovienen
también
de
la ambición de
con
-
siderar
simultáneamente parámetros fisicos y ecológicos, sociales y
econó
-
micos,
psicológicos,
antropológicos y culturales,
es
decir,
variables
mensura
-
bles y otras puramente
subjetivas
y
no
solamente
en
el
espacio receptor sino
también
se
piensa
en
las
zonas
emisoras e
intermedias
o
de
tránsito
(Cazes,
1992).
Mathieson y
Wall
(1986)
añaden
que los
niveles
de
capacidad
están
influidos
por
dos
grupos
de
factores,
que
son:
a)
Características
de los turistas: Características
socioeconómicas
de
los
visitantes;
nivel
de
uso,
número de visitantes,
estancia,
densidad, etc.;
Duración
de
la
estancia,
los tipos
de
actividades turísticas; los
niveles
de
satisfacción
turística.
b)
Características
del
área
de
destino y
de
sus
habitantes:
Rasgos
natu
-
rales ambientales y
sus
procesos; estructura económica y
desarrollo
económico; estructura
social y organización; organización
política;
nivel
de
desarrollo
turístico.
El
concepto
cuenta con una
gran
aceptación
por toda la
comunidad
científi
-
ca
pero
ya
hemos comentado
que
apenas
se
ha
avanzado
en
su
aplicación.
Entre
las
causas
que han
motivado
ese
escaso
desarrollo
se
encuentra
en
primer
lugar,
siguiendo
a
Butíer
(1996),
una errónea
identificación
del
concepto
con
un
núme
-
ro
que
representara
claramente
el
máximo número
de
visitantes
que
deberian
visitar
un
sitio
sin
llegar
a
deteriorarlo.
Como
ya
antes
apuntábamos,
cada
tipo
de
turistas provoca impactos
diferentes.
Además,
la
tecnología
permite
que
algu
-
nos
lugares
sean
capaces
de
acoger
sin
peligro muchos
más
visitantes
que
otros.
Esto
hizo que la
capacidad
fuera
considerada como
un
concepto
de
gestión,
ta
-
zar
unos
aceptables
niveles
de
cambio
a
partir
de
unos objetivos
planteados.
En
segundo
lugar,
hay
que
destacar
que la
aplicación
de
límites al
desa
-
rrollo turístico representa una restricción para
muchos
de los
agentes
implica
-
dos
en
el
sector
que piensan que
cuanto
menos
control
exista
en el
sector
pri
-
vado,
mucho
mejor
Los límites
se
identifican entonces por
un
no-crecimiento
20
Anales
de
Geografia
de
la
Universidad
Complutense
2001,21:
11-30
Pablo Echamendí Lorente
La
capacidad
de carga
turística
a
partir
de
un
cierto nivel.
Además, hay que mencionar en muchos casos la
ausencia
de una
figura
que
se
preocupe
específicamente
de la
calidad
de
los
recursos turísticos
y,
mucho menos,
por
el respeto de los límites establecidos
de
uso
de
los mismos.
Dada
esta
multiplicidad
de
factores que estamos apuntando,
es
dificil,
si
no
imposible,
calcular
valores absolutos de capacidad
de
carga,
excepto
en
casos muy
puntuales.
Los
estudios
son
dificilmente
extrapolables,
existe una
metodología distinta
casi
para cada
caso.
Cualquier
aproximación
a
esta
cues
-
tión debe
partir
de
la
identificación
de
las
condiciones ambientales, sociales y
económicas
deseadas
por
una
comunidad y sentar
las
estrategias
de
desarrollo
que permitan gestionar la
capacidad
de
carga turística
en
esa
dirección
(Vera
el
aL,
1997).
Una de
las
principales críticas que
se
realizan a
los
estudios
de
capacidad
de carga es que, a
menudo,
no
consideran
la
integración
entre los
componen
-
tes
descriptivo-empíricos y los evaluativo-normativos
(Watson
y
Kopachevsky,
1996).
En
resumen,
y siguiendo a
Shelby
y Heberlein
(1986), existen
tres
gran
-
des
dificultades
a la
hora
de
establecer
las
capacidades:
1.
Las personas
tienen
diferentes necesidades y buscan diferentes cosas
en
sus
experiencias turísticas. Hay diferentes
capacidades
para
cada
tipo
de
experiencia.
2.
Cualquier
uso
produce
un
cambio pero lo
dificil
es
precisar
a
partir
de qué momento
ese
cambio
es
admisible.
3.
El
número de usuarios es, a menudo,
un
pobre
indicador del grado y
de la naturaleza
del
impacto.
Comentarnos a
continuación
algunos
ejemplos que
nos
dan una idea de la
diversidad de situaciones y
de
soluciones encontradas.
Un
interesante
intento
de
obtener
un
índice de
capacidad
de
un
destino turístico aplicando
un
mode
-
lo estadístico
para
el cálculo
del
impacto
económico
del turismo a
partir
de
varíables
socioeconómicas
es
el de
Saleem (1994).
Para
ello distingue tres
tipos
de
determinantes
potenciales que influyen en
las
capacidades
de
carga
turística.
En
el medio
sociocconómico,
considera a los multiplicadores de los
ingresos (MI).
Los
beneficios económicos que aporta la actividad pueden con
el tiempo transformarse en situaciones
no
deseadas, por
ejemplo
en tendencias
inflacionarias, tensiones sociales ante el flujo de trabajadores
o
inversores
foráneos,
desarrollo
descontrolado,
aumentos vertiginosos
de
las
importacio
-
nes,
etc.
En
el medio sociocultural, la densidad relativa de visitantes
en
rela
-
ción con los
residentes
es
el factor
determinante
(DRV).
En
el ecológico y
socio-psicológico, la
intensidad
relativa
del
uso
del
suelo
(IRUS).
Se
mide por
21
Anales
de
Geografía
de
la
Universidad
Complutense
2001,21:
11-30
Pablo
Echamendi
Lorente
La
capacidad
de cargo
turística
la proporción
de
espacio destinado al
desarrollo
y
uso
turístico
con respecto
al total disponible en
esa
región.
El índice de capacidad de
carga
de Saleem
parte
de
tres
postulados:
Es
directamente proporcional al multiplicador
de
los ingresos
en
el
destino.
Es
inversamente proporcional a la
densidad
relativa de visitantes.
—
Es
inversamente proporcional a la
intensidad
relativa del
uso
del
sue
-
lo en el
destino.
La
fórmula
se
puede expresar entonces
de
la siguiente
forma:
1 1
ICD=KxMIx
DRV
IRUS
Algunos autores como Lozato-Giotart
(1992)
defienden,
como
muy
reve
-
ladores, el
uso
de
indicadores tradicionales como los visitantes
por
unidad de
superficie o de tiempo, el número
de
camas turísticas por residente, el
núme
-
ro
de
casas
dedicadas al turismo por cada casa
de
residentes,
etc.
El
problema
es
que
si
bien
estos
índices
son
de
fácil
cálculo,
no
son
útiles
para
ver
el
medio socioeconómico ni
para
comparar el
estado
del
medio
social
ni
los
impactos sociales
del
turismo.
Muchos trabajos que tratan el
tema
del
turismo
en
regiones
costeras o
en
áreas naturales
de
especial protección,
intentan
relacionar
la superficie que
se
considera
conveniente
dedicar
a la
práctica
recreativa
con el espacio que
nece
-
sita cada turista
para
que su experiencia
sea
gratificante o
con
el número de
plazas
de
alojamiento
disponibles.
En
esa
línea,
Boullón (1985)
propone una
fórmula
para
calcular la capacidad de
acogida
turística
en
una
zona
determi
-
nada y que consiste en dividir la superficie total que utilizarán los turistas
por
el promedio individual requerido. Para hallar el número total
de
visitas
diarias
hay que
relacionar
esta
capacidad de
acogida
con
un
coeficiente de
rotación
obtenido a
partir
del
número
de
horas
diarias
de
apertura
de
la atracción a los
turistas y del tiempo medio de la visita.
Más
completo
es
el estudio realizado en la
isla
de
Goa
(WTO,
1994),
que
calcula el número
máximo
de
turistas que pueden hacer
uso
de
los recursos
costeros
contemplando también los impactos
sociales,
los problemas
de
abas
-
tecimiento
y
las
necesidades dc mano de
obra.
Canestrelíl y Costa (1991)
investigan
la
capacidad
de carga en ciudades
históricas,
concretamente en
Venecia
desde la
perspectiva
coste-beneficio. Distinguen la existencia
de
dos
22
Anales de
Geografía
de
la
Universidad
Complutense
2001,21:
11-30
Pablo Echamendi Lorente
La
capacidad
de carga
turística
grupos
en la población según sean dependientes o
no
del
turismo.
En cada
caso, el
nivel
óptimo
de
uso
difiere
notablemente.
En
nuestro país destacamos
dos
casos en
áreas
naturales
de
gran
interés
(Vera
et
aL,
1997).
El Parque
Nacional-Marítimo
del
Archipiélago de
Cabre
-
ra
incluye
en su normativa
un
estudio
de
capacidad
de
carga que
determina
con claridad el
nivel
de
actividad
turística que
se
considera
permitida, tanto el
número
de
personas que
pueden
permanecer
simultáneamente en tierra como
el número de embarcaciones que
pueden
fondear
en
las
zonas habilitadas al
respecto. En
las
islas
Medes,
en
plena
Costa Erava,
se
han regulado incluso
las
inmersiones
permitidas.
Merece
la pena citar también la labor realizada
en
el
Centro de Investigaciones
de
Espacios Naturales
Protegidos
Femando
Gon
-
zález Bernáldez.
En
esta
misma línea
resultan
muy
interesantes
los
trabajos
que recogen experiencias
de
gestión
de
afluencias
masivas
en áreas protegidas
como,
por
ejemplo,
Parques
Nacionales
(Wendt,
1992;
Shelby
y
Heberlein,
1986).
Tarrant y English
(1996),
por
ejemplo,
aplican un
modelo
de
capaci
-
dad
de
carga
social
basado en la
saturación
percibida
por los practicantes
de
actividades recreativas en un medio fluvial.
5.
ASPECTOS
A CONSIDERAR
PARA
REALIZAR UN
ESTUDIO
DE
CAPACIDAD
DE CARGA TURÍSTICA
Hasta el momento nos hemos limitado
a
revisar los principales trabajos y
autores que en
las
últimas décadas
han
trabajado
sobre
este
tema.
Sin
embar
-
go, queremos
completar
esta
perspectiva fundamentalmente
teórica
con
algu
-
nas
cuestiones
de
tipo
aplicado.
La existencia de
una
multiplicidad de puntos
de vista y la gran cantidad
de
profesionales
de
distinto
signo
que
han
acome
-
tido
esta
cuestión, resultan
una
dificultad
añadida
a
la
hora
de
emprender
estos estudios.
Existen
tantas metodologías como
estudios
de
capacidad
de
carga turística,
lo
que desemboca en
una
confusión y falta de concreción
pre
-
ocupantes. Por
este
motivo, vamos a tratar de
puntualizar
las cuestiones
prin
-
cipales que
se
deben
abordar en
un
estudio
de
esta
naturaleza y
que
se
resu
-
men
en el esquema de la
Figura
3.
La diversidad de situaciones que afectan al
hecho
turístico
provoca el que
sea
una
tarea
casi
imposible
encontrar
fórmu
-
las
mágicas aplicables universalmente.
Cualquier estudio que
se
quiera elaborar sobre la
capacidad
de
carga
apli
-
cada al turismo en
un
determinado
enclave,
debe
tener
muy presente
una
serie
de consideraciones
(Watson
y
Kopachevsky,
1996):
En
primer
lugar,
hay que
asumir
que existe
un
equilibrio ideal deseado
tanto
por los visitantes como
por
los visitados
que
es
el máximo número de personas que pueden
hacer
uso de
un
producto
turístico
sin
que
se
produzca
una
depreciación
del
mismo de cual-
23
Anales de
Geografía
de
la
Universidad
Complutense
2001,21:
11-30
Pablo Echa,nendi Lorente
La
capacidad
de carga
turística
ESTUDIO DE
CAPACIDAD
DE
CARGA
TURISTICA
IE~E
I~I
i~I
I~E
I~E
I~I
FORMULACION
DE
ESTABLECIMIENTO
DE
OBJETIVOS OBJETIVOS
ESPECíFICOS
Figura
3—Marco
metodológico
de
un
estudio
de
capacidad
de
carga
turística.
Fuente:
Elaboración
propia.
quier
tipo.
En
segundo
lugar,
debemos
tener
presente que antes o
después,
en
cualquier
destino turístico,
se
puede
alcanzar el límite a
partir
del
cual
no
es
conveniente
que
se
produzca más desarrollo, uso o
cambio.
Otro aspecto a
considerar
es
que el concepto de
capacidad
de
carga
está
directamente
rela
-
cionado
con los impactos
del
turismo y
viceversa.
La seriedad o
gravedad
del
impacto
es
lo que
determinará
qué
es
aceptable,
preferible o normal.
Final
-
mente,
según
estos
autores,
no
hay que olvidar que
siempre
se
puede
interve
-
nir en este proceso para frenar los impactos
negativos
y para ampliar
las
capa
-
cidades
de
carga.
El
progreso técnico y científico puede influir notablemente
en la modificación de los umbrales aconsejables.
Ya
hemos
hablado
repetidamente
de
la
compleja naturaleza
del
hecho
turis
-
tico que
se
trasluce
obviamente
al tratar la
capacidad
de
carga
turistica.
Debe
-
mos
tener
presente
como punto
de
partida que
determinar
una
capacidad
de
car
-
ga
implica
una
serie
de
juicios
de
valor,
es
decir,
decidir que
unas
cosas
son
24
FASE
DE
PREPARACIÓN
DEL
ESTUDIO
FASE
DESCRIPTIVA
FASE
EVALUATIVA
RONDA
DE
CONSULTAS
Y
CONSENSO
ESTIMACIÓN
DE
NIVELES
PREVIOS
DE
CAPACIDAD
IMPLEMENTACIÓN
DE
ESTRATEGIAS DE
DESARROLLO
TURISTICO
EVALUACIÓN Y
REVISIÓN
DE
LOS
OBJETIVOS
Anales de
Geografía
de
la
Universidad
Cotnplutense
2001,21:
11-30
Pablo Echa,nendi Lorente
La
capacidad
de carga
turística
mejores que
otras,
y
ahí
comienza
la
dificultad.
Mientras
que para
un
ganade
-
ro, la capacidad de carga del
lobo seria
muy
baja,
para
un
biólogo
o
un
ecólo
-
go,
sin
duda,
seria mucho
mayor
y
así
se
podrían
poner infinidad
de
ejemplos
en
turismo.
Un
comerciante
de
un
pueblo
de
cualquier
área
de montaña
desea
-
rá
seguramente
una
mayor
ftecuentación
turística,
y
no
le importará
tanto
como
a
un
ganadero
o a
un
jubilado
del
lugar el mido, la
contaminación
y la
conges
-
tión que
se
puedan producir en
un
fin
de
semana
de
verano en
dicho
pueblo.
Por
este
motivo,
emprender
un
estudio
de
capacidad
de
carga
debe
ir
prece
-
dido de
una
primera
fase,
de
cuya
realización, dependerá
en
buena
parte el
éxi
-
to
del
mismo.
Esta
primera
fase
deberá
conseguir,
por
medio
de
una
ronda
pre
-
via
de
consultas,
el
consenso
de
los
distintos
agentes
implicados
y el
establecimiento
de
unos objetivos generales
de
gestión.
En
otras
palabras,
con
-
cretar
qué
grado
de
actividad
turística
se
pretende alcanzar
y
cuáles deben
ser
los
niveles
de
uso
de
dicha
actividad.
Como
se
afirma en
Vera
et
al.
(1997),
«una
vía
de
éxito
consiste
en
identificar
las
condiciones ambientales,
sociales
y
económi
-
cas
deseadas
por una comunidad y
sentar estrategias
de
desarrollo
que
permitan
gestionar
la
capacidad
de
carga
turística
desde
el
necesario
compromiso
social».
Una
vez
establecidos los
objetivos
generales
del
estudio,
se
puede
comen
-
zar ya con el trabajo
propiamente
dicho,
en una primera etapa
de
carácter
des
-
criptivo
(Figura 4). Para ello
se
parte
de
la descripción
del
contexto
general
—
-
Geográfico.
Contexto
general
-
Poiitico-juridico
Descripción
físico Perfil
socioeconómco
Factores
específicos
del recurso
dei
turista
del
recomo
-
Gestión
dei recurso
Deterrn¡nacjón
de
conflictos
entre actividades
Deleitninación
de
inc
impactos
Descripción
dei
turista
Descripción
de
las
-
Descripción
de
la
actividad
actIvidades
turleticas
-
Descripción
de
los
niveles
de
uso
Figura
4.—Fase descríptiva de un estudio de capacidad de carga turística.
Fuente:
Elaboración propia.
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Geografía
de
la
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Complutense
2001,21:
11-30
Pablo
Echamendi
Lorente La
capacidad
de
carga
turística
del
lugar de
estudio,
determinando y profundizando
en
los factores
geográfi
-
cos y político-jurídicos. Este último punto
es
muy importante porque
convie
-
ne
conocer
cómo
piensan
los diferentes
grupos
de
interés,
los propietarios de
la
tierra,
ganaderos, comerciantes,
grupos
de
opinión,
políticos, etc.
así
como
la legislación vigente
en
cada
lugar.
De esta manera
se
puede
evitar algo que,
desgraciadamente,
ocurre
muy
a
menudo,
y
es
que
la tarea
científica
perma
-
nezca alejada de
la
realidad.
En segundo
lugar,
también
es
necesario
conocer
bien el recurso que
es
susceptible de aprovechamiento turístico, la descripción
fisica
del
mismo: el
terreno, la
propiedad
de
la tierra, puntos de entrada y
salida,
aparcamientos,
puntos
de
atracción,
sistemas
de
transporte
y infraestructuras
de
alojamiento,
etc.
Del
mismo
modo,
es
de particular interés conocer a
las
personas que
ges
-
tionan el recurso y
sus
objetivos
de
gestión.
Finalmente, y como punto final
de
esta
primera fase
de
aproximación,
hay
que emprender
un
estudio
de
las
actividades turísticas que
se
llevan
a cabo
desde
un
triple punto
de
vista:
caracterización
del
perfil
del
turista,
descrip
-
ción
de
las
actividades que
realiza,
determinando los
posibles
conflictos
que
pudieran
surgir,
y finalmente el
análisis
de los
niveles
de
uso
que
se
están
dan
-
do, que
ayudarán
a
la
cuantificación
de
los impactos inducidos por el
turismo.
En definitiva,
se
trata
de
saber ¿por qué viene la gente a
ese
lugar?,
¿cómo
viaja?,
¿cuánto tiempo permanece?, ¿qué experiencias
está
buscando?,
¿qué
problemas
detecta?
Estas
descripciones
deben
incluir información
acerca
de
las
características ecológicas deseables, el espacio fisico
necesario,
las
infra
-
estructuras requeridas y los
niveles
apropiados
de
uso
para que
no
se
produz
-
can
problemas
de saturación (Shelby y
lleberlein,
1986).
Esto debe ir
acom
-
pañado
de
una
descripción
de
los
niveles
de uso pasados y presentes.
Toda
esta
información
nos ayudará a una estimación seria
de
los
niveles
de
capacidad
de
carga
de
la zona estudiada y a
un
establecimiento
detallado
de
los
objetivos
concretos. En definitiva,
una
vez
que
conocemos
bien el
pro
-
blema,
podemos establecer
el
nivel
de
desarrollo
turístico que, sin suponer
un
riesgo
para
la
supervivencia
del
recurso,
se
va a
alcanzar
Tras
esta etapa de
carácter
descriptivo,
ya estaremos en
condiciones
de
emprender la tarea
de
mayor
importancia,
y también la
de
mayor
dificultad
en
todo estudio de
capacidad
de
carga,
la evaluación
(Figura
5).
Ya
hemos dicho
en
varias
ocasiones que esta fase implica un alto
grado
de
subjetividad para la
toma de decisiones, pero, al mismo tiempo, la singularidad de cada caso
requiere una
gran
originalidad
en
la búsqueda de soluciones
adecuadas.
La fase
evaluativa
nos
enfrenta directamente con el desafio
de
gestionar la
capacidad
de carga de
un
asentamiento turístico y
ron
la
implementación de
una verdadera estrategia de
desarrollo
turístico.
En
caso
de
que
fiera
necesa
-
rio
el establecimiento
de
límites al
desarrollo
turístico,
lo
cual,
por
otra
parte,
26
Anales de
Geografía
de
la
Universidad
Complutense
2001,21:
11-30
Pablo
Echamendi
Lorente
La
capacidad
de
carga
turística
Figura
5.—Fase
evaluativa
de
un
estudio
de
capacidad
de
carga
turística.
Fuente:
Elaboración
propia.
parece algo
obvio
en la
mayoría
de
las situaciones, hay que decidir qué
pará
-
metros de medida
se
van a utilizar, qué variables y valores
nos
servirán como
indicadores del desarrollo turístico.
Quedan pendientes
dos
cuestiones básicas y que
no
deben olvidarse en
ningún estudio de
capacidad
de
carga,
la
gestión
de
los
impactos provocados
por
el turismo y
las
medidas
de
control y
seguimiento.
Las medidas que
se
emplean
para
el control y la regulación de
las
prácticas turísticas
se
clasifican
en blandas y
duras. Tanto
unas
como
otras
pueden
ser igualmente eficaces,
dependerá
de
cada
caso.
Una medida blanda puede ser la exigencia
del
pago
de una entrada
para
entrar a
un
determinado
parque y una
dura,
por
ejemplo,
la restricción
del
número de entradas
diarias.
En otro momento
ya
dijimos
que el turismo
posee
un
fuerte componente
modificador
del
paisaje, más acusado
en
determinadas prácticas como
las
de
sol y playa, pero siempre provoca impactos de alguna
naturaleza
en las áreas
en
las
que
se
instala,
positivos y
negativos.
No debemos pensar que regular el
grado
de actividad turística
es
sinónimo
de
que el
recurso
permanecerá
inal
-
terado
para
siempre.
De
ahí
la importancia
del
seguimiento de los impactos
provocados
por
el turismo, ya sean fisicos, sociales o económicos y de
las
medidas
correctoras.
Todo
esto último
nos
debe conducir a
una
periódica
revi
-
sión
de
los
objetivos
previstos y de los realmente
alcanzados
ya que el
turis
-
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Geografía
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Complutense
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11-30
Pablo
Echainendí
Lorente
La
capacidad
de carga
turística
mo
es
una
actividad
cambiante
y difusa en el tiempo y el espacio y lo que
es
válido hoy
podría
carecer de sentido mañana.
6.
CONCLUSIONES
El
concepto
de capacidad
de
carga
no
debe contemplarse como una
fór
-
mula
matemática
o como
un
método
mecánico
de
determinar
los límites
ópti
-
mos
de
crecimiento
del
desarrollo
turístico o de identificar los impactos de la
actividad turística
(Getz,
1983).
Más bien debe
insertarse
en
los procesos
de
planificación
a
nivel local
como
un
medio
de
prevenir dichos
impactos.
No
es
un
límite absoluto
sino
una
manera de
determinar
los umbrales críticos a
par
-
tir
de
los cuales
cualquier
cambio
en
los
componentes
del
sistema
ya
no
es
admisible.
Por
eso
es
tan
importante la revisión y
control
de
los resultados y
el estudio
de
las reacciones
del
sistema a los
impactos
del
turismo.
El establecimiento
de
una
serie
de
objetivos
generales
para
el proceso de
planificación
se
revela como el primer paso a
dar
en
la tarea de determinar
la
capacidad
de carga
de
un
recurso turístico. Para ello
es
fundamental
partir
de
una
visión
integradora y sintética
de
todos
los
componentes
del
sistema. El
éxito
del
trabajo depende en gran medida de
un
correcto análisis
del
funcio
-
namiento
del
sistema
y
de
los actores
del
mismo.
Apuntan
Vera
et
aL
(1997)
que el tema más importante
es
la gestión
de
la
capacidad
de carga turística y el grado
de
consenso social que
requiere
su
aplicación.
El
concepto
de
capacidad
de carga
está
indisolublemente unido al
desarrollo
local y
a
la sostenibilidad
de
los recursos.
Por
tanto,
estos
estudios,
por
su
capacidad
de
determinación
y
medición
de
los impactos
turísticos,
deben
integrarse con todas
las
consecuencias
en la
planificación
territorial. La
Geografia
del
Turismo
tiene
entre
sus
objetos
principales
de
estudio,
el
análi
-
sis
de
los modelos
de
desarrollo
del
espacio
turístico
y
los
impactos inducidos
por
esta
actividad.
Los
estudios
de
capacidad
turística, al igual que
las
otras
herramientas
de
ordenación
del
territorio,
han merecido poca atención hasta el
momento
por
los geógrafos
españoles
aunque esta situación está cambiando
rápidamente.
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