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Abstract and Figures

We present the perception of 10 patients hospitalized for attempted suicide/suicidal ideation, about the aid received during the period of their hospitalization. We used a qualitative technique through an interview performed one week after the medical discharge. The results show that patients evaluate favorably the aid received. They distinguish the technical and the relational aspects in the interactions both with professionals as well as with the other patients. In the results there is an emphasis in the characteristics of the "talking" and "sharing", factors considered as particularly therapeutic. The novelty of this research approach is that the results are based on the point of view of the patients and the value they assign to the relationship with other patients as therapeutic. In addition, there is collection of perceptions regarding a variety of other interventions.
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REVISTA ARGENTINA
DE CLÍNICA PSICOLÓGICA
Vol. XXIV 1ABRIL 2014
* Susana Morales, Orietta Echávarri, Jorge Barros, Ronit Fischman,
Fabiola Zuloaga, Tracy Taylor y Fernanda Peñaloza, Departamento
de Psiquiatría, Escuela de Medicina, Pontificia Universidad Católica
de Chile, Santiago, Chile
E-Mail: sus.mosi@gmail.com; sumorales@med.puc.cl
REVISTA ARGENTINA DE CLÍNICA PSICOLÓGICA XXIV
© 2015 Fundación AIGLÉ.
La elaboración de este artículo contó con financiamiento otorgado por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico FONDECYT de
Iniciación de Investigación N° 11121390.
p.p. 67-78
Pacientes HosPitalizados Por riesgo suicida:
¿cómo pErcibEn la ayuda rEcibida?
Susana Morales, Orietta Echávarri, Jorge Barros,
Ronit Fischman, Fabiola Zuloaga,
Tracy Taylor y Fernanda Peñaloza*
Resumen
Se presenta la percepción de 10 pacientes hospitalizados por intento/ideación suicida, acerca
de la ayuda recibida durante su período de hospitalización. Se utilizó una técnica cualitativa a
través de una entrevista efectuada una semana después del alta médica. Los resultados muestran
que los pacientes evalúan favorablemente la ayuda recibida. Ellos distinguen aspectos técnicos
y relacionales en la interacción, tanto con los profesionales, como con los otros pacientes. En los
resultados se detallan las características del “conversar” y “compartir” considerados como facto-
res especialmente terapéuticos. Lo novedoso es que los resultados se basan en el punto de vista
de pacientes y la valoración de la relación con otros pacientes como factor de ayuda. Además, se
diferencia la percepción de las diferentes intervenciones.
Palabras clave: intento suicida, ideación suicida, tratamiento, perspectiva pacientes.
Key words: attempted suicide, suicidal ideation, treatment, patient perspective.
Introducción
El suicidio se ha convertido en un problema de
salud pública a nivel mundial. Según la Organiza-
ción Mundial de la Salud (OMS, 2014), anualmente
se suicidan alrededor de 804.000 personas al año y
se calcula que para el año 2020 serán 1,5 millones.
En América mueren por suicidio alrededor de 60.000
personas al año (OMS, 2013). Chile tiene una tasa de
suicidio de 13,3 por 100.000 habitantes, ocupando
el número 13 en los 37 países miembros de la OCDE
(OCDE, 2013). Los analistas relacionan este creci-
miento con baja calidad de vida, estados depresivos
y consumo de alcohol que sufre esta población (Mi-
nisterio de Salud – MINSAL-, 2011; OCDE, 2011).
Existen distintos programas de intervención que
han demostrado mayor efectividad en prevenir la
conducta suicida, entre ellos se encuentran inter-
venciones de tipo comunitario e individual, tanto
intrahospitalario como ambulatorio. En Europa, a ni-
vel comunitario, la Alianza Europea contra la Depre-
sión, diseñó un programa preventivo de salud pú-
blica, que utiliza cuatro estrategias: Entrenamiento
del personal de atención primaria; campañas masi-
vas por medios de comunicación; entrenamiento de
facilitadores comunitarios; psico-educación y aten-
ción prioritaria a pacientes deprimidos junto a sus
familias (OMS, 2013).
En Chile, la Subsecretaría de Salud Pública di-
señó un sistema que consta de cuatro áreas de
intervención: Capacitación del personal de salud;
intervenciones preventivas en los colegios, siste-
mas de ayuda en situaciones de crisis y trabajo con
los medios de comunicación. En esta misma línea,
la Alianza Chilena contra la Depresión y el Suicidio
(ACHID) ha desarrollado un programa de prevención
e intervención que promueve la relación de cuida-
do con personas de la comunidad. Esto puede ser a
través de profesores, líderes de agrupaciones socia-
les y participantes de la comunidad. Este programa
se basa en la evidencia que el entrenamiento a las
familias y la participación de la comunidad puede
cambiar el conocimiento y las actitudes de las per-
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sonas que están en posición de ayudar y de prevenir
el riesgo suicida (Baader, 2012).
En el tratamiento del período agudo, en los Es-
tados Unidos, se destaca la propuesta de Linehan
(1993a) y de Jacobs, Baldessarini, Cornwell, Fawcett,
Horton et al. (2014). Ellos desarrollaron un trata-
miento multifase que involucra, tanto acciones co-
munitarias, como intervenciones individuales. Estas
consisten en: Atención telefónica para disuadir en
el momento agudo; sistemas de atención primaria
y secundaria; hospitalización involuntaria en alto
riesgo; atención móvil; planes de salvataje; y psico-
educación de la familia. Complementariamente a
esto, Debski, Dubord, Jacob, Poole y Hixson (2007),
en el trabajo con adolescentes en riesgo suicida, su-
gieren entrenar al personal de los colegios e inter-
venciones con las personas cercanas a quienes han
muerto por suicidio. Los mismos autores, proponen
evaluar constantemente el riesgo durante la hospi-
talización, preparar al paciente para volver a su en-
torno y proseguir su tratamiento ambulatoriamente.
En este proceso incorporan a la familia, realizando
un plan de tratamiento y de acción para manejar una
eventual crisis suicida. Por su parte, Shneidman y
Farberow (2010) proponen aplicar, en el momento
de la intervención aguda, tres principios de base
que promueven un cambio en la forma en que los
equipos tratantes abordan al paciente suicida: el
principio de autoridad (actitud de competencia y
conocimiento); el principio de actividad (diligencia
y disposición a ayudar); y el principio de implicación
de otros (reconstrucción de lazos afectivos). Ellos
enfatizan la necesidad de actuar en tiempos acota-
dos y con un mínimo de información. Destaca ade-
más que otros autores agregan el seguimiento del
paciente posteriormente al alta psiquiátrica como
un factor relevante en la prevención del riesgo suici-
da, además de la farmacoterapia, psicoterapia y psi-
coeducación del paciente y su familia (Mann, Apter,
Bertolote, Beautrais, Currier et al., 2005). Stanley y
Brown (2008), proponen además de la atención pro-
fesional por especialistas, un tratamiento para redu-
cir el riesgo suicida que considera una evaluación
comprehensiva de este y el desarrollo de un plan de
seguridad, que incluye: 1) Reconocer las señales de
alarma, 2) Promover las estrategia de afrontamien-
to de situaciones estresantes, 3) Aprovechar los
contactos sociales para la distracción de los pensa-
mientos suicidas y para la obtención de apoyo, 4)
Contactar a familiares y amigos que puedan ofrecer
ayuda para resolver la crisis y 5) Alejamiento de los
medios para suicidarse.
Los pacientes entrevistados en este estudio re-
cibieron intervenciones intra-hospitalarias para en-
frentar la crisis. Estas intervenciones tienen como
objetivos reducir el riesgo suicida, conseguir alivio
sintomatológico, promover una comprensión de la
situación crítica, sentar las bases para un cambio en
el modo de funcionamiento personal y establecer
estrategias para el tratamiento posterior a la hos-
pitalización. Para cada paciente se busca establecer
aquellos factores que dinamizan el riesgo suicida.
Se prioriza la alianza terapéutica, fomentando el
compromiso del paciente con su tratamiento. De
manera paralela a las intervenciones psiquiátricas
y psicológicas, el paciente se integra a las activida-
des de terapia ocupacional y a la rutina diaria del
Servicio, con períodos de descanso, interacción con
otros hospitalizados, con horarios de visitas y even-
tuales salidas de la unidad de hospitalización. Estas
actividades se ajustan en su tipo y periodicidad, se-
gún el estado y posibilidades de la persona hospi-
talizada. Las intervenciones propician la contención
emocional y se transita entre la labor de apoyo y la
elaboración de la situación crítica. Se destacan los
recursos personales y familiares que permitirán
potenciar los aspectos saludables, definiéndose el
enfoque terapéutico más conveniente para el trata-
miento posterior al alta hospitalaria. La inclusión de
la familia es un pilar fundamental, ya que se busca
tanto acogerlos y contenerlos, como aportar en la
comprensión de lo que está ocurriendo. Además se
fomenta que sean capaces de reconocer las señales
de alarma, los factores protectores y los factores de
riesgo en cada caso en particular. En la preparación
del alta, se realiza un proceso de permisos progresi-
vos. Esto permite evaluar en qué medida el paciente
y su ambiente se ajustan a la reinserción y la capa-
cidad de mantener los logros alcanzados. Al final de
la hospitalización se acuerda cómo proceder ante
situaciones de emergencia, si vuelven los deseos de
morir (Fuentes, Echávarri, Morales, Zuloaga, Parada
et al., 2009; Linehan, Schmidt, Dimeff, Craft, Kanter
et al., 1999).
En cuanto a la efectividad de las intervenciones
en crisis, algunos autores no recomiendan la hos-
pitalización psiquiátrica, considerando más efecti-
vas las hospitalizaciones parciales. En esta línea, la
investigación ha demostrado que a los dos y cinco
años con posterioridad al alta psiquiátrica, existe
persistencia de un 25% de suicidalidad, sintoma-
tología depresiva-ansiosa y alta disfunción familiar
(Rutter, Bishop, Pine, Scott, Stevenson et al., 2008).
En algunos casos de pacientes con trastorno de per-
sonalidad, se recomienda la hospitalización parcial,
la que ha demostrado efectividad, observándose
una disminución significativa en la frecuencia de in-
tentos suicidas, de conductas automutilatorias, de
hospitalizaciones, y de uso de medicación psicotró-
pica en sintomatología depresiva-ansiosa. Concor-
dantemente, se observa una mejoría en la adapta-
ción social (Bateman y Fonagy, 1999). Por otro lado,
Linehan (1993a, 1993b) propone intervenciones con
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pacientes con trastorno de personalidad focalizán-
dose en la validación de la emociones, en técnicas
para el enfrentamiento de problemas, en habilida-
des de comunicación y en el autocontrol. Por su par-
te, para este tipo de casos, Clarkin, Yeomans y Ker-
nberg (2006), sugieren un modelo de intervención
que promueve la integración de aspectos amorosos
y agresivos, lo que también ha demostrado una dis-
minución de la suicidalidad en pacientes con tras-
torno de la personalidad.
Si bien las intervenciones descritas cuentan con
evidencia respecto a su efectividad, aún se requie-
re continuar investigando para esclarecer factores
terapéuticos relevantes del riesgo suicida. Llama
la atención que en los estudios sobre resultados y
efectividad de diferentes intervenciones terapéuti-
cas con pacientes con riesgo suicida, son escasos
los trabajos que consideran el punto de vista de los
mismos pacientes acerca de qué les ayuda en su ali-
vio y alejamiento del riesgo suicida. Por esto, es cru-
cial acceder a la perspectiva de los propios pacien-
tes acerca de los factores protectores y de riesgo.
Del mismo modo, es fundamental considerar cómo
los pacientes evalúan las intervenciones recibidas.
En el presente artículo presentamos los resulta-
dos de la percepción de los propios pacientes acer-
ca de la ayuda recibida durante su hospitalización.
Este punto de vista fue evaluado a través de una
entrevista que nos permitió profundizar en el en-
tendimiento de la vivencia del paciente. Al respecto,
Lindner (2006) argumenta que esta forma de inves-
tigar permite una comprensión creativa del paciente
que permite comprenderlos en su individualidad e
integrar estos hallazgos a la generalidad.
Método
Se entrevistó a 10 pacientes acerca de su per-
cepción de la experiencia de hospitalización y de la
ayuda que recibieron a través de las distintas inter-
venciones, enfocando hacia los aspectos sustanti-
vos considerados por los pacientes. A través de este
modo de abordaje, es posible precisar la compren-
sión de estos factores en los pacientes con riesgo
suicida, ya que entendemos esta conducta como
producto de una combinación de factores que inte-
ractúan de manera única para cada individuo (Dour,
Cha y Nock, 2011; OMS, 2014). Este estudio cuenta
con la aprobación de los Comités de Ética asociados
al servicio de hospitalización psiquiátrica.
Instrumento
Se utilizó una entrevista focalizada, diseñada
por el equipo de investigación, en conjunto con pro-
fesionales del Servicio de Hospitalización Psiquiátri-
ca. Se trata de una entrevista abierta que comienza
indagando sobre las expectativas acerca de la hos-
pitalización y su cumplimiento. Continúa explorando
cuán involucrado estuvo el paciente en las distintas
instancias y actividades del servicio, recogiendo su
opinión y calificación respecto de cada una de ellas.
Finalmente se indagó acerca de qué considera que
lo ayudó, qué no lo ayudó, qué pudo haber faltado y
se recogieron sus sugerencias.
Procedimiento de selección de los participantes
Se realizó un muestreo intencionado de 10 pa-
cientes hospitalizados por intento o por ideación
suicida. Se consideró como criterios de inclusión:
Ser adulto (mayor de 18 años), presentar diagnós-
tico de trastorno del ánimo, encontrarse en condi-
ciones cognitivas para participar en una entrevista
y consentir informadamente su participación. El
propósito de seleccionar pacientes con trastorno
del ánimo contribuye a indagar el riesgo suicida en
los cuadros clínicos más frecuentemente asociados
a este riesgo (OMS, 2011). Fueron excluidos de este
estudio pacientes con diagnóstico de dependencia
a sustancias, trastornos alimentarios, trastornos
psicóticos y trastornos cognitivos. En estos casos,
la sintomatología dominante y los requerimientos
de tratamiento intrahospitalario, no se relacionan
directamente con el riesgo suicida, aunque este
puede ser parte de la comorbilidad. La selección de
casos con diagnóstico de trastorno del ánimo nos
permite entrevistar pacientes con el juicio de rea-
lidad conservado y que están en condiciones, tan-
to de consentir informadamente su participación,
como de observar y analizar su experiencia. Fueron
excluidos también aquellos pacientes que recha-
zaron participar de este estudio. El diagnóstico del
Trastorno del ánimo fue realizado por el psiquia-
tra tratante a cargo durante la hospitalización, en
conjunto con el equipo conformado por psicóloga,
terapeuta ocupacional y enfermera. Este se realizó
según los criterios del Eje I del Manual Diagnóstico
de los Trastornos Psiquiátricos DSMIV-R (López-Ibor
y Valdés (2002/1994).
Procedimiento de recolección de la información
Durante la primera semana de estadía en el ser-
vicio de psiquiatría, los pacientes fueron invitados
a participar en el estudio, informándoles en qué
consistía y sus derechos como paciente. A quienes
otorgaron su consentimiento, al cabo de una sema-
na del alta, se los entrevistó sobre su percepción
de la ayuda recibida durante la hospitalización. Los
pacientes, además de haber logrado la suficiente
mejoría como para no seguir hospitalizados, habían
vuelto a su realidad y estaban en condiciones de re-
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flexionar acerca de la experiencia y la ayuda recibi-
da. Esta entrevista fue realizada y analizada por tres
psicólogas clínicas investigadores (SM, FZ y TT), en
las dependencias del Centro Asistencial y tuvo una
duración aproximada de una hora, fue video graba-
da y transcrita para sus análisis.
Procedimiento de análisis de la información
No se realizó un análisis estadístico de los datos,
ya que se trata de un estudio cualitativo, basado
en el contenido de las entrevistas a diez pacientes.
Tampoco se calculan porcentajes, ya que en diez
casos, no corresponde el cálculo de proporciones,
las que representan tendencias, y esto no es posible
observar en un grupo reducido de casos. El análisis
de contenido permite indagar acerca de los signifi-
cados atribuidos a la experiencia, aportando a su
comprensión, sin la finalidad de una generalización
de los resultados.
El análisis cualitativo del contenido de las entre-
vistas fue realizado en forma progresiva en la me-
dida en que avanzaba el proceso de recolección de
información, en un sistema generativo basado en
la información recopilada, a partir del discurso de
los participantes. Las etapas del análisis consistie-
ron en una primera codificación abierta, donde se
analizaron línea a línea las entrevistas que habían
sido transcritas, realizando una triangulación por
pares para disminuir los sesgos en los análisis. Los
distintos contenidos entregados por los pacientes,
codificados en esta primera etapa, fueron luego
analizados realizando una codificación axial, donde
se establecieron las relaciones existentes entre los
conceptos emergentes de las entrevistas. Finalmen-
te, se realizó una etapa de análisis selectivo donde
se determinó el fenómeno central y sus interrelacio-
nes, diseñándose un modelo comprensivo de cómo
perciben la ayuda recibida los pacientes hospitaliza-
dos por intento o por ideación suicida. Este sistema
de análisis corresponde a la técnica de la Teoría Fun-
damentada propuesta en 1967 por Glaser y Strauss
y luego desarrollada por Flick (2006), Strauss y Cor-
bin (1998) y, por Taylor y Bogdan (1987). Participa-
ron de este proceso, tres psicólogas investigadoras.
Participantes
Se entrevistaron 10 pacientes entre los 24 y 60
años. Siete de ellos son hombres y tres mujeres.
Siete de ellos fueron hospitalizados por intento de
suicidio y tres ingresaron por presentar ideación
suicida, todos atravesando por un estado depresivo.
De los siete pacientes que presentaban un intento
de suicidio, seis de ellos realizaron una intoxicación
farmacológica y un caso se disparó con un revólver.
Seis de estos intentos fueron calificados de una
gravedad moderada o baja. La intención suicida fue
considerada media-alta en los siete casos. (Detalle
de las características de la muestra en Tabla 1).
Resultados
Los resultados se presentan en dos partes. La
primera parte contiene los resultados descriptivos
de las diferentes categorías en que se agruparon
los conceptos referidos por los pacientes, los que
se organizaron en relación con los siguientes con-
tenidos: a) Expectativas; b) Quién decide la hospi-
talización; c) Participación en actividades de la hos-
pitalización; d) Evaluación de atención psiquiátrica;
e) Evaluación de atención psicológica; f) Evaluación
de terapia ocupacional; g) Evaluación de enferme-
ría; h) Evaluación de cuidadoras; i) Evaluación de
kinesiología; j) Evaluación de sesiones familiares;
k) Impacto de la relación con otros pacientes; l)
Percepción de cambio; m) Evaluación general de la
hospitalización. En la segunda parte se muestran
los resultados del análisis de relaciones entre los
conceptos, donde se observaron ciertas particula-
ridades y relaciones entre los distintos contenidos,
especialmente respecto al proceso experimentado
durante la hospitalización y a la ayuda que recibie-
ron los pacientes entrevistados.
Resultados Descriptivos
Los casos entrevistados consideran la hospitali-
zación como un suceso significativo y presentaron
una reducción de la sintomatología observada en la
evaluación al ingreso. A través de las entrevistas se
pudo constatar que los pacientes dan cuenta de un
proceso desde el inicio hasta el fin del período de
hospitalización. Los pacientes no solo evolucionan
clínicamente, sino que también evolucionan en su
experiencia de la hospitalización y en cuanto a su
visión acerca de ella.
a. Expectativas de la hospitalización psiquiá-
trica. La mitad de los pacientes manifiesta ha-
ber tenido poca claridad en las expectativas
de la hospitalización, ya que no sospechaban
de qué se trataba. Consideraban el lugar como
desconocido o “de locos”. Tres de los pacien-
tes tenían expectativas idealizadas, creían que
en este lugar iban a obtener una mejoría total y
rápida. Aunque otros dos pacientes expresaron
expectativas realistas respecto de su período
de hospitalización, ellos esperaban salir de su
estado depresivo y de su riesgo suicida. ”Yo creí
que iba a estar un par de días y me iban a poner
algo…me van a hacer dormir y…se solucionó el
problema…No fue así, fue mucho más largo de
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Tabla 1. Descripción de pacientes entrevistados
ID GÉNERO EDAD OCUPACIÓN DIAGNÓSTICO MOTIVO DE
HOSPITALIZACIÓN MÉTODO
GRAVEDAD GRAL DEL
INTENTO
(ESCALA WEISMAN Y
BORDEN)
INTENTO SUICIDA
(ESCALA PIERCE)
1 8 M 58 Ingeniero Episodio Depresivo Mayor Intento suicida Disparo Alta Alta
2 12 M 30 Ingeniero Episodio Depresivo Mayor Intento suicida Ingesta de fármacos Moderada Alta
3 18 F 53 Profesora Trastorno del Ánimo Bipolar Intento suicida Ingesta de fármacos + ahorcamiento Moderada Moderada
4 3 M 60 Desempleado Trastorno del Ánimo Bipolar Intento suicida Ingesta de OH+ farmacos Baja Moderada
5 10 M 24 Estudiante Episodio Depresivo Mayor Intento suicida Ingesta de fármacos Baja Moderada
6 14 M 25 Estudiante Trastorno Depresivo Mayor Intento suicida Ingesta de fármacos Baja Moderada
7 16 F 30 Socióloga Trastorno Depresivo Mayor Intento suicida Ingesta de fármacos Baja Moderada
8 5 M 24 Estudiante Episodio Depresivo Mayor Ideación suicida No realizó intento suicida No realizó intento suicida No realizó intento suicida
9 13 F 50 Dueña de Casa Episodio Depresivo Mayor Ideación suicida No realizó intento suicida No realizó intento suicida No realizó intento suicida
10 15 M 26 Seminarista Episodio Depresivo Mayor Ideación suicida No realizó intento suicida No realizó intento suicida No realizó intento suicida
susana morales, orietta eChÁvarri, jorge barros, ronit FisChman, Fabiola zuloaga, traCy taylor y Fernanda peñaloza
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lo que pensé”. (III, 14p). ”Mis expectativas prin-
cipales eran no volver a intentar matarme de
nuevo y segundo salir bien, mirando hacia ade-
lante, y con planes a futuro, que en ese minuto
no los tenía, tenía un caos”. (X, 2p).
b. Quién decide la hospitalización. Los diez
pacientes atribuyen la decisión de haber sido
hospitalizados a un familiar cercano, en acuer-
do con el psiquiatra tratante. En algunos de los
casos, los pacientes estuvieron de acuerdo con
ser hospitalizados “Me trajeron mis hermanos,
y yo por qué voy a estar internada decía, por qué
voy a estar internada y bueno me internaron no
más, hay que hacer caso no más”. (XIII, 8p).
c. Participación en actividades de la hospitali-
zación. Todos los pacientes, algunos desde el
principio y otros después de los primeros días,
declararon haber participado motivadamente
en la mayor cantidad de actividades en la hos-
pitalización, tanto en terapia ocupacional, como
ejercicio físico y talleres grupales. Dos pacien-
tes señalan que al principio pensaban que estas
actividades no les iban a ayudar y se rehusaban
a participar, pero luego las aceptaron, involu-
crándose y sintiéndose a gusto con ellas. Des-
tacan la posibilidad de compartir y relacionarse
con los otros pacientes, como uno de los as-
pectos más relevantes de las actividades de la
hospitalización y mencionan las actividades de
terapia ocupacional como uno de los espacios
de compartir con otros. Ellos valoran conversar
con los otros pacientes, consideran estas activi-
dades “útiles” y las esperaban con entusiasmo
día a día. ”Al principio me rehusaba, no me iba
a ayudar, me aislé… Al principio miraba, me iba,
hasta que el tercer día me puse a hacer todas
las cosas que podía, participé después en todo,
incluso después esperaba la hora para partici-
par”. (VIII. 6p).
d. Evaluación de la atención psiquiátrica. Siete
pacientes realizan una valoración positiva del
psiquiatra como persona, consideran haber
establecido una relación de confianza, con un
buen vínculo y consideran que recibieron un
buen trato por parte del profesional. Cuatro pa-
cientes destacan una evaluación positiva de as-
pectos más técnicos, como por ejemplo un diag-
nóstico acertado y que su psiquiatra les aportó
“una buena retroalimentación e interpretacio-
nes”. Dos pacientes descalificaron al psiquiatra
y su atención, consideran que hubo una mala
relación, poca empatía y distancia por parte
del médico. Uno de ellos señala que el médico
“Solo sirve para dar los fármacos”. Otro pacien-
te mostró una evolución en su relación con el
psiquiatra en la que inicialmente se sintió muy
abandonado (durante una ausencia de este).
Sin embargo, pudieron conversar acerca de lo
ocurrido y la paciente señala que la relación con
el psiquiatra terminó siendo cercana, comunica-
tiva y que su psiquiatra estuvo disponible. “Fue
súper buena…. de a poco fui teniendo más con-
fianza en ellos y me fui sintiendo bien con… cada
sesión iba sacando más cosas de adentro”. (XII,
4p).
e. Evaluación de la atención psicológica. Todos
los entrevistados valoran positivamente la ayu-
da recibida en la atención psicológica, llegando
a calificarla como “excelente” o “muy buena”
y se refieren también a aspectos de la relación
profesional y a aspectos de tipo técnico de las
intervenciones. De la relación con la psicóloga,
lo que más destacan es haber sentido confian-
za, acogida, escucha y no haber sido juzgados.
Los pacientes consideran que las sesiones psi-
cológicas fueron un espacio donde podían ha-
blar y “sacar todo a la luz”. Opinan que en esos
momentos pudieron profundizar en sus temas
y buscar más allá e irse “aclarando” en sus
problemas. Para ellos, esta experiencia abrió
“puertas”, “perspectivas nuevas” para abor-
dar problemas desde otro ángulo. “Excelente,
súper buena empatía, me sentí al tiro (inmedia-
tamente) en confianza, me sentí al tiro acogida,
entendida, sin juzgar, me dejó hablar todo, y no
me hacía sentir un bicho raro y vi que lo que me
pasaba a mí no era la única, si no que a todo
el mundo le pasan cosas parecidas a las mías”.
(XIII, 44p).
f. Evaluación de terapia ocupacional. Todos
los pacientes evalúan muy favorablemente las
actividades de terapia ocupacional. Se refieren
a ellas como “extraordinarias” (III, 33p), “muy
buenas” (V, 16p). “esenciales para mi sanación”
(VIII, 14p). Nueve de los diez pacientes señala
que participaron motivadamente de estas acti-
vidades y destacan los aspectos terapéuticos y
entretenidos de estas sesiones, los ejercicios fí-
sicos, las manualidades, las sesiones grupales,
los talleres de temas, y que estas actividades se
realizaban en interacción con los otros pacien-
tes. “Creo que eso fue lo que me encauzó para
poder sacar todo afuera, las terapeutas hacen
una labor que realmente es muy esencial,…yo
ahí partí contando a otras personas que esta-
ban igual que yo, cosas íntimas que no se las
he contado a nadie, y ellas lograron con juegos
y buena predisposición a que yo contara todo”.
(VIII, 12 p).
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g. Evaluación de enfermería. Todos los pacien-
tes entrevistados evalúan positivamente la
atención de enfermería y, tal como lo hicieron
con los otros profesionales, también hacen la
distinción entre aspectos personales y aspectos
técnicos. Relacionan la atención de enfermería
con la administración de los medicamentos y la
implementación de las normas del servicio. En
cuanto a los aspectos personales, se expresan
con calificativos como: “Son realmente muy
buenas personas y bien capacitadas”. (VIII,
32p). A lo anterior, tres pacientes agregan as-
pectos negativos respecto al personal de en-
fermería, señalando que “Trataban mal a los
enfermos, muy intransigentes, estrictos con las
normas, se atrasan con los remedios, pienso
que están presionados”. (XIII, 32, 34, 36, 76p).
h. Evaluación de cuidadoras. Aquellos pacien-
tes que tuvieron cuidadora personal (4) du-
rante su período de hospitalización (Debido a
una calificación de riesgo de mayor gravedad),
consideran que no era un servicio necesario.
Sin embargo, reportan haber tenido una bue-
na relación con las cuidadoras. “Eran un siete,
demasiado preocupadas, aunque los cuidados
eran excesivos”. (XVI, 38p).
i. Evaluación de kinesiología. Los pacientes
que tuvieron sesiones kinesiológicas (4) (solo
algunos las tienen, según indicación de sus tra-
tantes), consideran que es una actividad nece-
saria, entretenida y que resulta un aporte, pero
que fue insuficiente. Califican positivamente a
los profesionales y proponen que haya más se-
siones con kinesiólogos y que fueran obligato-
rias. “Muy externos, nada especial, poco rato y
liviano… sería mejor terapia de ejercicio obliga-
toria”. (XIII, 22p).
j. Evaluación de sesiones familiares. Existe
consenso entre los pacientes que las sesiones
familiares fueron beneficiosas. Aunque para
algunos fueron difíciles al principio, luego les
ayudaron mucho. Estas intervenciones les per-
mitieron hablar temas, que en algunos casos,
no se habían hablado nunca. También pudieron
hacerse preguntas y expresar sentimientos po-
sitivos a veces olvidados. Consideran que fue
una oportunidad para darse cuenta de lo que
sintieron los demás frente a su conducta suici-
da. Algunos pacientes pudieron darse cuenta
cuán importantes son para sus familiares y pu-
dieron explicar lo que les pasó en el momento
crítico. Por otro lado, refieren que los profesio-
nales aclararon a los familiares el tratamiento e
indicaciones de cuidados post alta. ”Fue de uti-
lidad en la medida en que todos pudimos decir
qué nos había pasado con mi intento de suicidio
y qué les había pasado a ellos. Yo conocer lo de
ellos”. (XVI, 42p).
k. Impacto de la relación con los otros pacien-
tes. Los pacientes relatan el impacto de haber
visto y compartido con otros pacientes. En algu-
nas ocasiones los otros fueron percibidos como
mucho peor que ellos mismos; otras veces se
identificaron con los otros pacientes o percibie-
ron como fueron cambiando y mejorando. “Me
di cuenta que había gente que tenía peores pro-
blemas”. (V, 4p). Todos los entrevistados desta-
can la relación que establecieron con los otros
pacientes como algo importante que les ocurrió
durante el período que estuvieron internados.
Refieren haberse sentido acogidos, apoyados,
que pudieron establecer relaciones de amistad,
de conversar, sincerarse y encariñarse unos con
otros. ”Participé en el grupo con las amigas que
uno se hace, es sincerarse, darte cuenta que to-
das tenemos problemas, que no eres la única”.
(XIII, 10p). Por otro lado, señalan sentirse identi-
ficados con otros que están viviendo situaciones
similares. ”Estábamos pasando por las mismas
dificultades, compartíamos a pesar de que so-
mos diferentes, en forma de ser, edad, estatus“.
(XVIII, 12, 36p). Los entrevistados refieren que
fue especialmente significativa la relación que
establecieron con sus compañeros en la hospi-
talización. Para algunos de ellos son lazos que
van a permanecer “Mis compañeros están en la
misma situación, fueron mi apoyo”. (XIV, 78p).
l. Percepción de cambio. Los entrevistados dan
cuenta de una percepción de cambio favorable:
Haberse dado cuenta de cosas nuevas; haber
logrado mayor “claridad” y “visión de futuro”;
sentirse más calmados; ser capaces de hablar
con mayor apertura sus temas; pensar más en
ellos mismos y en cómo protegerse; y estar más
abiertos a recibir ayuda. ”El programa me sirvió
para calmarme, para despejar la mente...para
hablar de mi tema”, lo que hice abiertamente y
sin vergüenza con lo que hice. Entonces ahora
estoy más propenso a recibir ayuda, que era
algo que a mí me había fallado” (XIV, 84p). Dos
pacientes señalan que si bien ahora no se suici-
darían, mantienen una sensación de no apego a
la vida o de tristeza que sentían anteriormente.
”Siento que no me suicidaría, eso lo tengo claro,
pero sigo teniéndole un no apego a la vida. Esto
es desde la niñez”. (XIII, 72p).
m. Evaluación general de la hospitalización. To-
dos los pacientes están agradecidos de la ayuda
recibida durante el período de hospitalización.
También indican que al principio les resultaron
susana morales, orietta eChÁvarri, jorge barros, ronit FisChman, Fabiola zuloaga, traCy taylor y Fernanda peñaloza
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chocantes las normas del servicio, pero en su
mayoría, a los pocos días logran entenderlas y
adaptarse. “La hospitalización fue para mí nece-
saria, estuve cuatro años con esta depresión y
me trató un neurólogo solo con medicamentos…
uno tiene que ser apoyado con actividades, con
profesionales”. (VIII, 42p). En relación a los as-
pectos que los entrevistados evalúan negativa-
mente, mencionan algunas normas del servicio
que percibieron que no fueron suficientemente
explicadas. ”No entendí por qué me cerraron la
puerta del baño y del closet”. (XVIII, 38, 40, 42p).
Otro aspecto evaluado negativamente es la can-
tidad de tiempo libre, especialmente durante el
fin de semana, se sentían con demasiado tiem-
po desocupado. Relacionado con esto, está la
necesidad de un espacio al aire libre, donde po-
der caminar y un espacio físico para poder hacer
ejercicio. “A veces se pasaban un poco largo los
días, sobre todo los fines de semana, hubiese
sido agradable haber caminado en un gimnasio
o más me gustaría una plaza donde respirar aire
libre”. (XVIII, 58p).
Resultados de relaciones entre los conceptos
El proceso de hospitalización y la ayuda
recibida: Relaciones que sanan a través del
compartir y conversar.
En el relato de los pacientes es posible observar
que existió un proceso, desde el inicio hasta el fi-
nal de la hospitalización. Al comienzo, la mayoría de
ellos no sospechaba de qué se trataba este tipo hos-
pitalización y no tenían expectativas claras de lo que
sucedería en ese período. En un inicio, tuvieron du-
das y escepticismo, se resistían a participar de algu-
nas actividades y ciertas situaciones les provocaban
rechazo. Sin embargo, todos, después de los prime-
ros días, refieren haber sentido confianza y haberse
abierto a las distintas actividades e intervenciones.
Finalmente, destacan que fue de utilidad y que esta
experiencia les sirvió de ayuda. De manera paralela
al conocimiento y adaptación al Servicio de Hospita-
lización, se fue produciendo una mayor conciencia y
aceptación de lo que a ellos mismos les estaba ocu-
rriendo y respecto de su necesidad ser apoyados. Es
decir, progresivamente ellos fueron comprendiendo
su situación de riesgo y abriéndose a recibir ayuda.
Así, en este proceso, los pacientes no solo evolucio-
nan en su experiencia y visión respecto del servicio
de hospitalización, sino que, al mismo tiempo evo-
lucionan en su visión y comprensión de mismos.
En la evaluación que realizan los entrevistados de
las distintas instancias del tratamiento recibido, es
posible apreciar que, repetidamente, resaltan lo im-
portante que fue para ellos compartir y conversar
con los otros pacientes y con los diferentes profe-
sionales.
Respecto de las instancias de intervención, los
pacientes aluden a un aspecto técnico, propio de
cada especialidad y a un aspecto de la relación
humana con el otro. Por ejemplo, dentro de los as-
pectos técnicos, en cuanto al psiquiatra destacan lo
acertado de su diagnóstico; con la psicóloga, la po-
sibilidad de profundizar en sus temas; en la terapia
ocupacional, el poder compartir de una manera más
entretenida; en enfermería la administración de los
fármacos y la regulación a través de las normas del
servicio. En cuanto a los aspectos de la relación, el
compartir y conversar es descrito por los entrevis-
tados, con ciertas particularidades. Ellos enfatizan
que sintieron a los otros interesados, preocupados y
disponibles. Ellos mismos se sintieron bien tratados,
contenidos, escuchados, acogidos, no juzgados, li-
bres para hablar de sus temas y abiertos a través del
diálogo. Asimismo, resaltan la posibilidad de hacer
su propia introspección en un ambiente seguro.
Discusión
En el presente trabajo se estudió la percepción
de pacientes que fueron hospitalizados por riesgo
suicida, acerca de la ayuda recibida. Esta percep-
ción fue evaluada una semana después del alta,
en una muestra de 10 casos. Al realizar estas en-
trevistas observamos que ésta se configuró en una
intervención psicoterapéutica en sí misma. La ex-
ploración promovió una reflexión y elaboración de
la experiencia por parte del paciente, que se encon-
traba de regreso a su contexto habitual, a unos días
de alejamiento de la hospitalización.
En relación a cada una de las instancias de la
hospitalización los entrevistados se refieren a as-
pectos técnicos y a aspectos relacionales, enfatizan-
do la importancia del encuentro con otros, compartir
y conversar. Destacan el impacto de la relación con
los otros pacientes, principalmente a través de acti-
vidades grupales, tanto informales, como organiza-
das por el equipo de terapia ocupacional. Es posible
considerar que el énfasis que realizan respecto del
aporte de la relación con los otros pacientes, puede
relacionarse con lo inesperado de esta experiencia.
Las intervenciones profesionales, médicas, psico-
terapéuticas y de enfermería, pueden haber estado
dentro de lo más esperable en el contexto de una
hospitalización. Esto también se relaciona con que
la mayoría dice no haber tenido expectativas cla-
ras inicialmente. Más bien nos relatan su sorpresa
y cómo fueron evolucionando después de los pri-
meros días. Inicialmente, temían encontrarse con
pacientes muy graves o muy diferentes a ellos y a
veces, ellos mismos, o sus familiares, manifesta-
Pacientes HosPitalizados Por riesgo suicida: ¿Cómo perCiben la ayuda reCibida?
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Vol. XXIV 1ABRIL 2015
ron preocupación respecto a que pudieran recibir
alguna influencia perjudicial por parte de los otros
pacientes. Con el transcurso de los días fueron cam-
biando estas creencias y los pacientes declaran ha-
berse enriquecido del compartir y dialogar con sus
compañeros. Muchos se sintieron identificados con
algunos, y en posición de aportar, individual y gru-
palmente. Finalmente, dan cuenta de una imagen de
la hospitalización psiquiátrica benigna y desmitifi-
cada, tanto en aspectos idealizados de cura mágica,
como en cuanto a aspectos persecutorios de salir
dañado.
En cuanto a la relación con los otros pacientes, y
con los profesionales, destacan que sintieron a los
otros interesados, preocupados y disponibles. Ellos
mismos se sintieron bien tratados, contenidos, es-
cuchados, acogidos y no juzgados. También valoran
haber sentido libertad para hablar sus temas y haber
tenido la posibilidad de abrirse a través del diálogo.
Este énfasis en los aspectos relacionales, concuer-
da con lo divulgado en la literatura en cuanto a la
relevancia de los factores inespecíficos o comunes,
en el resultado de las intervenciones psicoterapéu-
ticas (Santibáñez, Román, Lucero, Espinoza, Iribarra
et al., 2008). Lo novedoso en este estudio es que
estos factores han sido resaltados por los mismos
pacientes. Ellos se refieren a características indivi-
duales y de disposición, tanto del terapeuta como
de los entrevistados, que al presentarse en conjunto
con una interacción constructiva entre ambos, per-
mite el éxito en la psicoterapia. Así, el relato de los
pacientes concuerda con la evidencia que la alianza
terapéutica constituye el factor que por solo, ha
mostrado la mayor capacidad predictiva de resul-
tados en diversas intervenciones psicoterapéuticas
(Barber, Connolly, Crits-Christoph, Gladis y Sique-
land, 2000).
Del relato en las entrevistas también fue posible
identificar elementos distintivos de las instancias
terapéuticas. Por ejemplo, en la relación con la psi-
cóloga destacan la oportunidad de profundizar en
temas difíciles que no hablaban en otros espacios.
De terapia ocupacional mencionan la posibilidad de
compartir en actividades grupales, constatar que
no son los únicos, ponderar sus problemas respec-
to de los otros, y lo refieren como el espacio don-
de encuentran entretención, distensión y apoyo.
En cuanto a las intervenciones familiares destacan
la posibilidad de conversar temas que no hablaban
y observar el impacto de su conducta en sus seres
queridos.
Estos hallazgos nos permiten aportar al diseño
de intervenciones ambulatorias e intrahospitala-
rias, integrando la visión de los propios pacientes
respecto de lo que más los ayuda. Es así como se
refuerza la importancia de promover vínculos de ca-
lidad, donde los pacientes en riesgo suicida puedan
sentirse acogidos, acompañados y comprendidos
en sus dificultades. Este punto ha sido resaltado por
otros autores que consideran que la clave de la con-
ducta suicida está en la interacción con otros, en la
medida que las relaciones estrechas y las redes pro-
tectoras ayudan en la regulación emocional y alejan
de la desesperanza. Es así que estudios también
señalan que los lazos cercanos protegen del riesgo
suicida (Bearman y Moody, 2004; Gunnel, Harbord,
Singleton, Jenkins y Lewis, 2004; Morales, Echáva-
rri, Zuloaga, Barros y Taylor, 2014). Estos lazos afec-
tivos también promueven un sentido de pertenencia
social y de efectividad personal (Joiner, 2007), entre-
Figura 1. Percepción de la ayuda recibida durante la hospitalizacion. Percepción de la ayuda
recibida durante la hospitalización, por intento o por ideación suicida.
susana morales, orietta eChÁvarri, jorge barros, ronit FisChman, Fabiola zuloaga, traCy taylor y Fernanda peñaloza
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gando bienestar y gratificando la necesidad de los
pacientes de ser amados y comprendidos (Chance,
Bakeman, Kaslow, Farber y Burge-Callaway, 2000).
Por otro lado, las relaciones conflictivas pueden
llevar a la desregulación emocional y ser una fuente
de agobio psíquico, aumentando el riesgo suicida
(De Jong, Overholser y Stockmeier, 2010; Morales et
al., 2014). En esta línea entonces, junto con promo-
ver vínculos de calidad, resulta necesario alejar al
paciente de relaciones conflictivas que los puedan
desregular emocionalmente o promover en ellos
sentimientos de agobio o incapacidad.
Los resultados de este estudio refuerzan estra-
tegias de tratamiento intrahospitalario que: Ponen
énfasis en el restablecimiento de la autoestima y la
autoconfianza en el proceso de elaboración de la
crisis suicida; se enfocan en los elementos manifies-
tos del problema, en lo que ocurre en el momento
actual, más que ir al origen del problema (Blumen-
thal, 1988); promueven la reconstrucción de lazos
efectivos que hayan sido deteriorados en la crisis
(Shneidman y Farberow, 2010); se orientan a des-
cubrir los significados de los pacientes, detectando
cuando las personas muestran que pueden estar en
riesgo suicida, tomándose el tiempo para hacerles
saber que a nosotros nos importa (Firestone, 2014).
Al mismo tiempo, se recomienda la creación de un
significado que esté fuera de la adversidad, como
por ejemplo haber sobrevivido a un intento de suici-
dio con un método letal, lo que puede conectar con
el deseo de vivir y de encontrar un propósito por
haber quedado vivo (Firestone, 2012). Asimismo es
relevante realizar sesiones de seguimiento en forma
paralela al tratamiento ambulatorio, con el propósi-
to de monitorizar el cumplimiento de las indicacio-
nes post alta (Baader, Richter y Mundt, 2004). Por
su parte, Firestone (2012) recomienda la orientación
hacia el futuro, mediante la creación de significados.
En aquellos casos en que el riesgo suicida se pre-
senta en un trastorno grave de la personalidad, pue-
de que la hospitalización aguda no sea la alternativa
más efectiva. Debido a la inestabilidad emocional
que suele caracterizar a estos pacientes, puede re-
sultar más indicado un acompañamiento sostenido
a través del tiempo. En esta línea, nos parece ade-
cuado lo sugerido por Rutter et al., (2008) en cuanto
a la hospitalización parcial, la que permite que, en
períodos prolongados de tiempo, los pacientes re-
ciban tratamientos multifase, con acompañamiento
permanente. Otros autores argumentan que la hos-
pitalización parcial es de menor costo y no se retira
al paciente de su sistema, con lo cual los tratamien-
tos y el proceso de cambios se van integrando y
ajustando a la realidad cotidiana (Martínez, 2005).
El problema surge cuando en el sistema no existe
una red familiar o social capaz de hacerse cargo de
la protección del paciente. Otra alternativa es que
después de la hospitalización aguda se continúe
con la implementación de una hospitalización domi-
ciliaria.
En este estudio participaron pacientes con dife-
rente evolución desde el punto de vista de la reduc-
ción de la sintomatología y del riesgo suicida. Sin
embargo, hubo casos que no dieron su consenti-
miento y otros que negaban la conducta suicida, por
lo que era muy difícil explorar con ellos su riesgo o la
percepción de la ayuda recibida. Por lo tanto, existe
un subgrupo de pacientes con riesgo suicida que,
cumpliendo con los criterios de inclusión, no está
representado en este estudio. A futuro, resulta ne-
cesario un seguimiento a mediano y a largo plazo,
con un diseño longitudinal, que permita visualizar
lo que ocurrirá con los pacientes, tanto respecto a
la evolución del riesgo suicida, como respecto a las
intervenciones terapéuticas recibidas y la percep-
ción de su efectividad. Se podría complementar un
abordaje cuantitativo y cualitativo que evalúe en
qué medida la visión de los pacientes se mantiene
o cambia con el tiempo post hospitalizado. Este es-
tudio de seguimiento nos parece aún más relevante
si tomamos en cuenta que hasta un año después de
la hospitalización se considera un periodo crítico de
riesgo suicida (Appleby, Shaw, Amos, McDonnel,
Harris et al., 1999; Baader et al, 2004; Hawton y Van
Heeringen 2009); especialmente entre una semana
y un mes desde el alta (Appleby et al., 1999).
A través de este estudio cualitativo fue posible
establecer variables relevantes para las intervencio-
nes orientadas a reducir el riesgo suicida, que re-
quieren ser investigadas de manera cuantitativa, en
grandes muestras. Esto con la finalidad de precisar
cuán significativo es cada aspecto del tratamiento. A
la luz de estos resultados se destaca la importancia
de los aspectos de cuidado del vínculo del equipo
tratante con el paciente y de incorporar las relacio-
nes familiares como parte del tratamiento.
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Recibido: 13-11-12
Aceptado: 10-7-13
Abstract: We present the perception of 10 patients
hospitalized for attempted suicide/suicidal ideation, about
the aid received during the period of their hospitalization. We
used a qualitative technique through an interview performed
one week after the medical discharge. The results show that
patients evaluate favorably the aid received. They distinguish the
technical and the relational aspects in the interactions both with
professionals as well as with the other patients.
In the results there is an emphasis in the characteristics of
the “talking” and “sharing”, factors considered as particularly
therapeutic. The novelty of this research approach is that the
results are based on the point of view of the patients and the value
they assign to the relationship with other patients as therapeutic.
In addition, there is collection of perceptions regarding a variety
of other interventions.
... Using prior qualitative-quantitative studies, results were obtained with regard to selecting the relevant clinical variables and personalities that protect from suicide risk or place someone at risk. These include psychological distress resulting in dysfunctionality, a dysfunctional experience and expression of aggression, reasons that prevent suicidal behavior, destructive depressive experiences, and satisfaction with family functioning (29)(30)(31). These findings led to the selection of the instruments detailed below, which introduced 345 study variables overall: ...
Article
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aim: In efforts to develop reliable methods to detect the likelihood of impending suicidal behaviors, we have proposed the following. Objective: To gain a deeper understanding of the state of suicide risk by determining the combination of variables that distinguishes between groups with and without suicide risk. Method: A study involving 707 patients consulting for mental health issues in three health centers in Greater Santiago, Chile. Using 345 variables, an analysis was carried out with artificial intelligence tools, Cross Industry Standard Process for Data Mining processes, and decision tree techniques. The basic algorithm was top-down, and the most suitable division produced by the tree was selected by using the lowest Gini index as a criterion and by looping it until the condition of belonging to the group with suicidal behavior was fulfilled. results: Four trees distinguishing the groups were obtained, of which the elements of one were analyzed in greater detail, since this tree included both clinical and personality variables. This specific tree consists of six nodes without suicide risk and eight nodes with suicide risk (tree decision 01, accuracy 0.674, precision 0.652, recall 0.678, spec-ificity 0.670, F measure 0.665, receiver operating characteristic (ROC) area under the curve (AUC) 73.35%; tree decision 02, accuracy 0.669, precision 0.642, recall 0.694, specificity 0.647, F measure 0.667, ROC AUC 68.91%; tree decision 03, accuracy 0.681, precision 0.675, recall 0.638, specificity 0.721, F measure, 0.656, ROC AUC 65.86%; tree decision 04, accuracy 0.714, precision 0.734, recall 0.628, specificity 0.792, F measure 0.677, ROC AUC 58.85%).
... Dobrov y Thorell (2004) destacan la utilidad de la RFL, tanto en la investigación como en la práctica clínica. A nivel clínico, aporta información útil acerca de los recursos, VALIDACION PARA CHILE DE LA ESCALA DE RAZONES PARA VIVIR 3 motivos que vinculan a la vida y áreas relevantes a fortalecer en el trabajo psicoterapéutico Morales et al., 2015;Taylor, Morales, Zuloaga, Echávarri & Barros, 2012). A nivel de investigación, diversos estudios muestran propiedades psicométricas sólidas de la escala RFL y su utilidad en la pesquisa de grupos con riesgo suicida (Edelstein et al., 2009;Woods, Zimmerman, Carlin, Hill & Kaslow, 2013). ...
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El estudio tuvo como objetivo la validación para Chile de la escala Razones para Vivir (RFL) en una muestra intencionada y consecutiva de 705 consultantes a salud mental en la Región Metropolitana. La RFL evalúa la importancia atribuida a las razones para vivir cuando se piensa en el suicidio. Se analizó la estructura factorial a través de análisis exploratorio y confirmatorio del instrumento original. Se estudió la consistencia interna, la validez de constructo y la validez concurrente y se definieron los parámetros de puntajes. El punto de corte sugerido para Chile es 4,1, lo que significa que bajo este puntaje hay una mayor probabilidad de riesgo suicida. La sensibilidad es del 62,1% y la especificidad, 66%, considerado aceptable, dada la alta incidencia de falsos negativos y positivos. El resultado de la evaluación advierte a los tratantes para indagar clínicamente el riesgo suicida detectado en el momento de aplicar el instrumento. Además, para el tratamiento de pacientes con depresión y riesgo suicida, destaca el potencial adaptativo y terapéutico de las razones para mantenerse con vida cuando se está contemplando el suicidio. Palabras clave: suicidio, validación, riesgo, factores de protección The aim of the study was to validate the Reasons for Living (RFL) Inventory in Chile, using a purposive and consecutive sample of 705 mental health patients in the Metropolitan Region. The RFL scale assesses the importance ascribed to reasons for living when contemplating suicide. The factorial structure of the scale was analyzed through exploratory and confirmatory analysis of the original instrument. Internal consistency, construct validity, and concurrent validity were studied and score parameters were defined. The suggested cutoff point for Chile is 4.1, which means that lower scores indicate a higher probability of suicide risk. Sensitivity was estimated at 62.1% and specificity at 66%, which is considered to be acceptable, given the high incidence of false negatives and positives. The
... Dobrov y Thorell (2004) destacan la utilidad de la RFL, tanto en la investigación como en la práctica clínica. A nivel clínico, aporta información útil acerca de los recursos, VALIDACION PARA CHILE DE LA ESCALA DE RAZONES PARA VIVIR 3 motivos que vinculan a la vida y áreas relevantes a fortalecer en el trabajo psicoterapéutico Morales et al., 2015;Taylor, Morales, Zuloaga, Echávarri & Barros, 2012). A nivel de investigación, diversos estudios muestran propiedades psicométricas sólidas de la escala RFL y su utilidad en la pesquisa de grupos con riesgo suicida (Edelstein et al., 2009;Woods, Zimmerman, Carlin, Hill & Kaslow, 2013). ...
... Using prior qualitative-quantitative studies, results were obtained with regard to selecting the relevant clinical variables and personalities that protect from suicide risk or place someone at risk. These include psychological distress resulting in dysfunctionality, a dysfunctional experience and expression of aggression, reasons that prevent suicidal behavior, destructive depressive experiences, and satisfaction with family functioning (29)(30)(31). These findings led to the selection of the instruments detailed below, which introduced 345 study variables overall: ...
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aim: In efforts to develop reliable methods to detect the likelihood of impending suicidal behaviors, we have proposed the following. Objective: To gain a deeper understanding of the state of suicide risk by determining the combination of variables that distinguishes between groups with and without suicide risk. Method: A study involving 707 patients consulting for mental health issues in three health centers in Greater Santiago, Chile. Using 345 variables, an analysis was carried out with artificial intelligence tools, Cross Industry Standard Process for Data Mining processes, and decision tree techniques. The basic algorithm was top-down, and the most suitable division produced by the tree was selected by using the lowest Gini index as a criterion and by looping it until the condition of belonging to the group with suicidal behavior was fulfilled. results: Four trees distinguishing the groups were obtained, of which the elements of one were analyzed in greater detail, since this tree included both clinical and personality variables. This specific tree consists of six nodes without suicide risk and eight nodes with suicide risk (tree decision 01, accuracy 0.674, precision 0.652, recall 0.678, spec-ificity 0.670, F measure 0.665, receiver operating characteristic (ROC) area under the curve (AUC) 73.35%; tree decision 02, accuracy 0.669, precision 0.642, recall 0.694, specificity 0.647, F measure 0.667, ROC AUC 68.91%; tree decision 03, accuracy 0.681, precision 0.675, recall 0.638, specificity 0.721, F measure, 0.656, ROC AUC 65.86%; tree decision 04, accuracy 0.714, precision 0.734, recall 0.628, specificity 0.792, F measure 0.677, ROC AUC 58.85%).
... Using prior qualitative-quantitative studies, results were obtained with regard to selecting the relevant clinical variables and personalities that protect from suicide risk or place someone at risk. These include psychological distress resulting in dysfunctionality, a dysfunctional experience and expression of aggression, reasons that prevent suicidal behavior, destructive depressive experiences, and satisfaction with family functioning (29)(30)(31). These findings led to the selection of the instruments detailed below, which introduced 345 study variables overall: ...
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Aim In efforts to develop reliable methods to detect the likelihood of impending suicidal behaviors, we have proposed the following. Objective To gain a deeper understanding of the state of suicide risk by determining the combination of variables that distinguishes between groups with and without suicide risk. Method A study involving 707 patients consulting for mental health issues in three health centers in Greater Santiago, Chile. Using 345 variables, an analysis was carried out with artificial intelligence tools, Cross Industry Standard Process for Data Mining processes, and decision tree techniques. The basic algorithm was top-down, and the most suitable division produced by the tree was selected by using the lowest Gini index as a criterion and by looping it until the condition of belonging to the group with suicidal behavior was fulfilled. Results Four trees distinguishing the groups were obtained, of which the elements of one were analyzed in greater detail, since this tree included both clinical and personality variables. This specific tree consists of six nodes without suicide risk and eight nodes with suicide risk (tree decision 01, accuracy 0.674, precision 0.652, recall 0.678, specificity 0.670, F measure 0.665, receiver operating characteristic (ROC) area under the curve (AUC) 73.35%; tree decision 02, accuracy 0.669, precision 0.642, recall 0.694, specificity 0.647, F measure 0.667, ROC AUC 68.91%; tree decision 03, accuracy 0.681, precision 0.675, recall 0.638, specificity 0.721, F measure, 0.656, ROC AUC 65.86%; tree decision 04, accuracy 0.714, precision 0.734, recall 0.628, specificity 0.792, F measure 0.677, ROC AUC 58.85%). Conclusion This study defines the interactions among a group of variables associated with suicidal ideation and behavior. By using these variables, it may be possible to create a quick and easy-to-use tool. As such, psychotherapeutic interventions could be designed to mitigate the impact of these variables on the emotional state of individuals, thereby reducing eventual risk of suicide. Such interventions may reinforce psychological well-being, feelings of self-worth, and reasons for living, for each individual in certain groups of patients.
... Coincidiendo con los autores Baader (2009) y Hjelmeland y Knizek (2010), nos parece que la entrevista al paciente permite, a través del vínculo y la conversación, el entendimiento de su vivencia y de los indicadores de protección y de riesgo. Lindner (2006), también considera esta forma de investigar como un aporte, señalando que entrevistar a los pacientes permite abrirnos a la comprensión de ellos en forma creativa, para entenderlos en su propia individualidad (Morales, Echavarri, Barros, Fischman, Zuloaga et al., 2015;Taylor, Morales, Zuloaga, Echávarri, y Barros, 2012) y, al mismo tiempo, integrar estos hallazgos a la generalidad. Es así como a través del análisis de las entrevistas fue posible construir un modelo conceptual de la experiencia relacionada con la conducta suicida, desde la perspectiva de pacientes que presentaron ideación suicida o que realizaron un intento suicida. ...
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To build a conceptual model to understand how patients perceived their suicide risk, a qualitative study was conducted. A clinical sample consisting of 20 patients, who were admitted to a psychiatric unit for suicide ideation or a suicide attempt, were interviewed. Interviews were analyzed through Grounded Theory Technique. The results highlight the individual perception of the own suicide risk as a process linking last year events to a more recent triggering event. Protective factors emphasizing quality bonds were also identified. The interview was perceived by the patients, as an intervention by itself in a moment of crisis, allowing them to elaborate on the psychological underpinnings of the suicide ideation. These findings might help to develop new hypothesis of suicide behavior, as well as guidance for quantitative studies.
... Coincidiendo con los autores Baader (2009) y Hjelmeland y Knizek (2010), nos parece que la entrevista al paciente permite, a través del vínculo y la conversación, el entendimiento de su vivencia y de los indicadores de protección y de riesgo. Lindner (2006), también considera esta forma de investigar como un aporte, señalando que entrevistar a los pacientes permite abrirnos a la comprensión de ellos en forma creativa, para entenderlos en su propia individualidad (Morales, Echavarri, Barros, Fischman, Zuloaga et al., 2015;Taylor, Morales, Zuloaga, Echávarri, y Barros, 2012) y, al mismo tiempo, integrar estos hallazgos a la generalidad. Es así como a través del análisis de las entrevistas fue posible construir un modelo conceptual de la experiencia relacionada con la conducta suicida, desde la perspectiva de pacientes que presentaron ideación suicida o que realizaron un intento suicida. ...
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Antecedentes: El principal factor de riesgo para suicidio consumado es el Intento Suicida (IS) previo. La hospitalización psiquiátrica es un recurso terapéutico utilizado en adolescentes para proteger su integridad. Objetivo: Describir y comprender la experiencia de hospitalización psiquiátrica por intento de suicidio y los cambios asociados a ésta, desde la perspectiva de lo/as adolescentes implicados. Método: Estudio cualitativo descriptivo que entrevista a 10 adolescentes que fueron hospitalizados por IS en un centro psiquiátrico. Las entrevistas semiestructuradas fueron codificadas según los criterios de codificación abierta y axial de la Teoría Fundamentada. Resultados: Se presentan dos categorías descriptivas: a) Hospitalización: “lo peor que me ha pasado en la vida… pero tuvo cosas buenas”, y b) “Una vez afuera, pienso que me sirvió para cambiar”. Luego, se presenta un esquema relacional que articula ambos fenómenos, “de la conmoción a la contención reflexiva”. Conclusiones: La experiencia de hospitalización psiquiátrica por IS constituye una experiencia de alto impacto existencial, que brinda posibilidades de movilizar cambios personales y familiares. Sólo post-hospitalización lo/as adolescentes visualizan y desarrollan estos cambios, adhiriendo a los tratamientos indicados y apoyo familiar. Sin embargo, la indicación y gestión de este recurso terapéutico debe ponderarse, para evitar riesgos asociados.
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Este artículo discute el concepto de salud mental y su relación con la calidad de vida y el medio ambiente; analizando los distintos entornos en los que el ser humano realiza sus actividades y de cómo influyen los factores ambientales, culturales y socioeconómicos en la calidad de vida de estas personas.
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Introduction. The purpose of this work is the one to determine the risk factors of suicide of patients in hospitalized psychiatric treatment, diurnal hospitalization, with ambulatory treatment and until a month subsequent to the discharge. Method. The suicides happened between these groups of patients of the Psychiatric Clinic of the University of Heidelberg, within the period of year 1991 until the 2000, compared with a group control defined by the following criteria: sort, age (+/- 2 years), diagnosis (according to ICD-10), year of entrance (+/-1 year), station or unit of treatment and condition of treatment (ambulatory, complete, diurnal regime, tall). Results. Were 32 cases of suicides happened within that period (53% masculine patients and feminine 47%). Most of the cases they underwent an affective desease (53%) and a shyzofreniform desease (22%). 96% of the patients who entered due to an attempt of suicide, did not commit suicide during the treatment nor after finalized this one. When doing the comparison with the control group, was stated that the cases were different statistically in significant form, in that the cases had a smaller time of hospitalisation, solicited to be discharged from the hospital against indication of the doctor, had a greater suicidal psychopatologic appreciation, were more cases of suicides in the family, more were arranged to communicate their intentions to commit suicide, showed a smaller degree of improvement of their psychopatologic state and had a significant amount of delirious ideas. Discussion. All the statistically significant results were examined by means of a hierarchic logistic regression to determine the probability of predicting a suicide. The result is, that the psychopatologic estimation of risk of suicide of the patient conducted by the tratant equipment during his hospitalisation in the clinic, demonstrated that great probabilities of later suicide of that patient existed, not being stated improvement of its pathology of base during this time. The second predicting factor talks about the fact of previous clinical recovery, that was not awaited so quickly in the patient and who was associated later to the suicide of the same one.
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Extant relational notions of suicidal behavior were examined in a sample of 22 psychiatric inpatients with a diagnosis of Borderline Personality Disorder (BPD), 11 of whom were hospitalized following a suicide attempt and 11 of whom reported no history of suicidal behavior. Relationship narratives were obtained during a psychodynamically oriented clinical interview and assessed using the Core Conflictual Relationship Theme (CCRT) coding scheme. The results did not support the relational differences of heightened dependency needs, perceived rejection by others, and subsequent anger that were hypothesized to exist between BPD persons who were hospitalized for a suicide attempt and BPD individuals who had never made an attempt. Relational patterns for both groups were similar and consistent with conventional conceptualizations of suicidal behavior and previous CCRT studies examining relational narratives among depressed psychotherapy patients. Specifically, the relational pattern most often described by all participants was a wish to be loved and understood, experiencing others as rejecting, and responding with depression and disappointment.
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Based on the evidence of empirical gender differences in attempted suicide and suicide, this paper develops psychodynamic hypotheses on gender‐specific biographic, intra‐psychic and treatment aspects of suicidality among men. ‘Forming Types by Understanding’ is a qualitative method, based on a systematic analysis of similarity and differential reference points to develop ideal types of suicidal men. A random sample of 20 suicidal men who were receiving out‐patient psychodynamic psychotherapy was studied.Four ideal types of suicidal men were identified: (1) ideal type ‘disconnected’: a predominance of disconnected feelings that is associated with rejection experiences; (2) ideal type ‘hurt’: aggressive conflicts and the realization of disillusioned life reality combined with experiences of real loss and real trauma; (3) ideal type ‘stormy’: an attached‐symbiotic transference offer mobilizes unrealistic wishes to help against a background of unresolved dependency conflicts; and (4) ideal type ‘object dependent’: concrete facts are important in relationships; in case of separation, real repossession of the woman must occur, a lack of emotional experience is compensated. The danger of suicidality, especially in the early stage of psychotherapy, is particularly acute for patients who cannot reach their therapists emotionally and vice versa. Disturbance of the early experience of inseparability from the mother, gender‐specific conflicts in the development of separation and individuation, and failed triangulation are of central psychodynamic importance.