El mundo actual desde hace un buen tiempo está íntimamente ligado a una noción de ciencia. Esto es así en el ámbito de la vida cotidiana, independientemente del entendimiento que de esta noción se tenga. Más íntima es esta relación en el ámbito académico. En la academia, la búsqueda del estatus científico de cualquier campo del conocimiento representa un permanente reto, aunque también en este ámbito coexistan diversas maneras de entender la noción de ciencia y de lo que es científico. No obstante, esa búsqueda a veces supone que el científico es el único conocimiento que vale o interesa a la academia. Más aún, que todo campo es o debe ser científico. Y, por tanto, es el método científico el instrumento por excelencia para el trabajo académico.
Adicional a la discusión que se desarrolla sobre la ciencia física, fáctica, o dura, como la ciencia “real” y sus diferencias con la ciencia social, formal (que también es objeto del método científico), en este trabajo se plantea la importancia de valorar otro conocimiento, que sin desconocer la importancia y la trascendencia del conocimiento científico, es también importante para el ámbito académico. Tal es el caso de la noción planificación.
La planificación intenta transformar los hechos, a diferencia de la ciencia que intenta describirlos, explicarlos y, eventualmente predecirlos. Ambas nociones son parte cotidiana del mundo actual, continuamente en transformación, pero, a diferencia de la ciencia, la planificación no es reconocida, y a veces es confundida con (o incluida en) la noción de ciencia. Intentamos en este trabajo incluir la planificación dentro del campo de la tecnología. Esta diferencia no se presenta como una disputa entre dos nociones opuestas, ni como dos paradigmas de la ciencia. Se trata de reconocer dos importantes nociones para el ámbito académico que resumiremos en este trabajo bajo la siguiente analogía: la investigación es a la ciencia lo que la planificación es a la tecnología.
A los fines de fundamentar este planteamiento siguiendo el planteamiento de Rittel y Webber (1972), se enfatiza en la diferencia que existe entre los problemas de la ciencia—problemas domesticados—y los problemas de la planificación—problemas endemoniados—cuya naturaleza y su consiguiente tratamiento demanda protocolos diferentes. Como se discutirá, la ciencia ha intentado dar respuesta a ambos tipos de problemas, tal es el caso de la Ciencia Pos Normal, desconociendo la naturaleza de cada tipo de problemas. La investigación científica es el protocolo pertinente a los problemas domesticados. En cuanto a la planificación, es este trabajo se propone profundizar en la praxeología como protocolo pertinente a los problemas endemoniados.
En el desarrollo de este trabajo discutiremos estas dos nociones de ciencia y planificación en dos campos del Conocimiento: la Economía y el Ambiente. Intentaremos diferenciar entre ciencia económica y planificación económica; y entre ciencia ambiental y planificación ambiental. Se entiende de entrada que una discusión de este tipo es el resultado de una investigación, que este trabajo es un trabajo académico en el sentido que tradicionalmente se reconoce un trabajo de este tipo, pero su objetivo es evidenciar que tanto métodos como problemas y, más importante, resultados, son de naturaleza muy distinta cuando se investiga o cuando se planifica. No es lo mismo comprender cuál es el hecho existente, que tratar de descubrir cuál es el hecho deseado.
En la Economía, y también en el Ambiente, esto implica discusión de paradigmas. Al respecto se revisarán los cuestionamientos que se hacen a los paradigmas dominantes de la ciencia (predominantemente unidisciplinar y parcelado) y la planificación (predominantemente tecnocrático) en los campos de la económica (predominantemente divorciado de las leyes de la termodinámica) y del ambiente (predominantemente ecológico). A partir de esta revisión intentaremos evidenciar a qué nos referimos cuando hablamos de Ciencia Económica y de Planificación Económica. Igualmente lo intentaremos con Ciencia Ambiental y con Planificación Ambiental. De manera particular intentaremos evidenciar que el énfasis de la Economía se encuentra en el mundo del constructo social—no en vano se reconoce dentro del campo de la ciencia social—pero en la práctica es más planificación que ciencia. A la inversa, en el Ambiente, ampliando la noción de Ecología, el énfasis se encuentra en el mundo natural y, en la práctica, es más investigación que planificación.
Finalmente discutiremos la importancia de vincular la economía con el ambiente, tanto en la ciencia como en la planificación. Al respecto existen importantes contribuciones a las que se hará referencia, pero observaremos que la confusión entre lo que podría ser una ciencia de la economía ambiental y la planificación económica ambiental, continúa presente en el ámbito académico. Aclarar esta confusión sigue siendo el reto por venir para lo cual se propone dar mayor importancia al pensamiento económico ambiental e incorporar como campo de estudio y práctica académica la planificación económica ambiental. En ese sentido este trabajo pretende ser una contribución.
Palabras clave: Ciencia, Planificación, Economía, Ambiente, Problemas endemoniados, Ciencia Económica ambiental, Planificación Económica ambiental, Praxeología.