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Análisis psicométrico de la dimensión autoritarismo general de la escala RWA en Córdoba-Argentina

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Abstract

The study analyzes some psychometric characteristics of general authoritarianism dimension from the Spanish version of the right-wing authoritarianism scale (RWA scale) in Argentina (Seoane & Garzón, 1992). This dimension includes items from the central core of authoritarianism according to Altemeyer (2006): authoritarian submission and authoritarian aggression. The sample was conformed by 300 adults from Argentina, selected by a not random sample. In order to explore the evidence of structure and internal consistency we carried out an exploratory factorial analysis and we estimated the Cronbach's Alpha coefficients. The reference model was unidimensional and it had 10 items which explain the 57,16% of the combined variance. The scale presented excellent levels of reliability (α = .916). Finally, the level of authoritarianism that was found in the sample and its relationships with socio-demographic variables were analyzed.
Avances en Medición, 8, 81-93
2013
ANÁLISIS PSICOMÉTRICO DE LA DIMENSIÓN AUTORITARISMO
GENERAL DE LA ESCALA RIGHT WING AUTHORITARIANISM (RWA)
EN CÓRDOBA/ARGENTINA
Débora Imhoff1, Silvina Brussino2
Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
Resumen
El estudio analiza algunas características psicométricas de la dimensión autoritarismo general de la versión
española de la escala de autoritarismo de derechas (escala RWA) en la ciudad de Córdoba, Argentina (Seoane
& Garzón, 1992). Esta dimensión reúne ítems del núcleo central del autoritarismo según Altemeyer (2006):
sumisión y agresión autoritarias. Se trabajó con N=300 adultos cordobeses, seleccionados por muestreo no
aleatorio. Para evaluar la evidencia de estructura y consistencia interna se realizó un análisis factorial
exploratorio y se estimó el coeficiente alfa de Cronbach, respectivamente. El modelo de referencia obtenido
posee 10 ítems que explican el 57,16% de la varianza conjunta, dando como resultado un factorial
unidimensional. La escala presentó niveles de fiabilidad excelentes (α .916). Finalmente, se analizó el nivel de
autoritarismo presente en la muestra y las vinculaciones entre el constructo y variables socio-demográficas.
Palabras Claves: autoritarismo, escala RWA, Psicología Política, análisis psicométrico
Abstract
The study analyzes some psychometric characteristics of general authoritarianism dimension from the
Spanish version of the right-wing authoritarianism scale (RWA scale) in Argentina (Seoane & Garzón, 1992).
This dimension includes items from the central core of authoritarianism according to Altemeyer (2006):
authoritarian submission and authoritarian aggression. The sample was conformed by 300 adults from
Argentina, selected by a not random sample. In order to explore the evidence of structure and internal
consistency we carried out an exploratory factorial analysis and we estimated the Cronbach's Alpha
coefficients. The reference model was unidimensional and it had 10 items which explain the 57,16% of the
combined variance. The scale presented excellent levels of reliability (α = .916). Finally, the level of
authoritarianism that was found in the sample and its relationships with socio-demographic variables were
analyzed.
Keywords: authoritarianism, Political Psychology, psychometric analysis, RWA scale.
Introducción
El autoritarismo constituye una temática de interés para el campo de la Psicología Política desde sus
inicios. De hecho, algunos autores señalan que la constitución misma de la disciplina estuvo atravesada
por las reflexiones en torno al fenómeno del nazismo y el fascismo desencadenados durante la Segunda
Guerra Mundial, lo cual dio paso a los estudios sobre personalidad autoritaria de Adorno y su grupo de
colaboradores (Seoane, 1988).
Para comenzar a discutir el fenómeno, resulta necesario definirlo de manera clara. Así, es preciso
diferenciar dos niveles de análisis: el nivel del régimen (que llamaremos macropolítico) y el de las
1 Laboratorio de Psicología Cognitiva, Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba. Becaria CONICET.
Correspondencia: Laboratorio de Psicología Cognitiva, Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba. Enfermera
Gordillo esquina Enrique Barros, Ciudad Universitaria. CP 5000. Córdoba, Argentina. Teléfono: 0351-153342955. E-mail:
debimhoff@gmail.com
2 Laboratorio de Psicología Cognitiva, Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba. Investigadora CONICET.
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2013
Imhoff & Brussino
personas (micropolítico) (Stone, 1990). En el primero, hablamos de una forma de organización social y
política; mientras que en el nivel micropolítico, el autoritarismo remite a un atributo de las personas, que
ha sido interpretado como rasgo de carácter o personalidad (Adorno, Frenkel- Brunswik, Levinson, &
Sanford, 1950; Altemeyer; 1981; 1993; 2004; 2006) o como un estilo cognitivo dogmático o duro
(Eysenck, 1954; Rokeach, 1960). En este nivel, resultan de importancia las prácticas de socialización
política en las que están inmersas las personas, y a partir de las cuales incorporan y se apropian de rasgos,
actitudes y estilos autoritarios.
A lo largo de la historia, el enfoque que ofrece la Psicología para el estudio del autoritarismo
(vinculado al nivel micropolítico) se caracterizó por diversos marcos interpretativos. Como mencionamos
previamente, el primer estudio dentro de nuestro campo disciplinar vino de la mano de Adorno et al.
(1950) y sus postulados sobre la personalidad autoritaria. Para ellos el autoritarismo se instituye como un
síndrome cuya causa se vincula con la resolución sadomasoquista del complejo de Edipo (Infante, 2001),
la represión sexual y afectiva, y las dinámicas inconscientes de proyección, introyección e identificación
(Roccato & Converso, 1996).
Estas reflexiones, basadas en la preocupación por comprender el fenómeno de apoyo al régimen nazi,
se basan en la comprensión de la personalidad de quien respalda a líderes autoritarios. Este aspecto resulta
una controversia entre los teóricos del autoritarismo, evidenciándose tres posturas principales: aquéllos
que sostienen que se trata de un fenómeno que no remite al líder sino a la colectividad que lo sustenta, es
decir, se vincula con quien sigue a la autoridad y no con quien la detenta (Roccato & Converso, 1996);
quienes se concentran en quienes se imponen sobre los demás (Ray, 1983) y aquéllos que afirman que se
trata de un fenómeno que caracteriza tanto a unos como a otros (Altemeyer, 1981; 1993; 2004; 2006). En
este estudio, adheriremos a la postura de Altemeyer, dado que se trata del autor de la teoría con mayor
validez y relevancia empírica hasta el presente (Roccato, 1997; Seoane & Garzón, 1992).
Altemeyer3 (1981; 1993; 2004; 2006) retoma los aportes de Adorno y colaboradores, pero para éste, el
autoritarismo constituiría un conjunto actitudinal resultante de la covariación entre sumisión autoritaria
(entendida como un alto grado de aceptación y legitimación de las acciones de las autoridades, incluso
cuando éstas sean corruptas o injustas), agresión autoritaria (en tanto predisposición a perjudicar a
personas de determinados grupos, con la convicción de que el poder establecido lo aprueba) y
convencionalismo (nivel alto de aceptación de las normas sociales vigentes). Según Altemeyer estos tres
rasgos son “los tres primeros rasgos del modelo de nueve de Adorno y colaboradores” (1993, p 8), aunque
conceptualizados desde una óptica diferente y sin considerar los otros seis rasgos. También a diferencia de
la perspectiva psicoanalítica, para Altemeyer la etapa más importante para el desarrollo de actitudes
autoritarias sería la adolescencia, y no ya la primera infancia.
Desde esta perspectiva, se trata de características de la personalidad adquiridas en el marco del
aprendizaje social que, en combinación con factores ambientales, orientan la conducta. En esa línea, por
ejemplo, existen estudios que demuestran que el autoritarismo orienta la conducta de voto. Así, las
personas autoritarias votarían a candidatos de derecha y quienes puntúan bajo en autoritarismo apoyarían
propuestas más progresistas o de izquierda (Kemmelmeier, 2004). A su vez, se evidencian relaciones entre
autoritarismo e ideas sociopolíticas de derecha (Roccato, 1997; Stevens, Bishin & Barr, 2006);
religiosidad alta y desconfianza generalizada (Roccato, 1997); visiones nacionalistas etnocéntricas y
hostilidad hacia las minorías étnico-raciales (Altemeyer, 1993).
La aproximación teórica y empírica de Altemeyer ha sido denominada por él mismo como Right-Wing
Authoritarianism (RWA), es decir, autoritarismo de derechas. Según el autor, la calificación de “derecha”
3 Otros autores clásicos que han trabajado el tema del autoritarismo sonRokeach (1960) con sus estudios sobre dogmatismo; Eysenck
(1954) con su tesis sobre la mentalidad dura; Ray (1983) con sus propuesta de la directiveness scale la cual apunta a aspectos más
bien conductuales y no actitudinales; entre otros. Para una revisión histórica al respecto, ver Stone (1990)
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no remite al signo ideológico de la persona autoritaria. En sus palabras: “este autoritarismo es de derecha
en el sentido de que se trata de una sumisión a las autoridades establecidas, su objetivo es preservar el
orden establecido agrediendo a aquéllos que lo desafían” (1993, p 8) [Resaltado del autor]. Así, tanto una
persona ideológicamente de derecha como de izquierda podrían detentar actitudes autoritarias.
Sin embargo, esta denominación ha alimentado un histórico debate en torno a la dimensión ideológica
de las actitudes y rasgos autoritarios. Nos referimos a la controversia acerca de la existencia o no de un
autoritarismo de izquierda. La discusión comienza a partir de los estudios de Adorno et al. (1950), para
quienes el autoritarismo era un rasgo distintivo de las personas conservadoras. Los trabajos de Altemeyer
(1981; 1993; 2004; 2006) darán más elementos empíricos en esta línea, ratificando las relaciones entre el
RWA y actitudes e ideas de derecha, si bien el autor no parte a priori de la imposibilidad de encontrar
personas de izquierda con rasgos autoritarios. Por su parte, Stone (1990) postulará la tesis de que no existe
un autoritarismo de izquierda, que no se evidencia fundamento lógico ni empírico para afirmar su
existencia, y discutirá los resultados de quienes sostienen lo contrario (Eysenck, 1954; Ray, 1983). Así,
afirmará que el problema de fondo reside en la ideología del investigador, denunciando que las
conclusiones a que arriban Eysenck (1954) y Ray (1983), entre otros, se basan en sus posturas ideológicas
conservadoras. En ese sentido, denunciará que los resultados de Eysenck (1954) demuestran
empíricamente que las personas de derecha poseen más actitudes autoritarias que las de izquierda:
Eysenck afirma que tanto los comunistas como los fascistas tienen puntuaciones altas. Existen
diferencias significativas, según él, entre comunistas (M=94), soldados ‘normales’ (M=75) y fascistas
(M=159) (...). Si no fuese por la media curiosamente baja de los ‘normales’, la media comunista sería
baja en comparación con otras muestras. Por tanto, la interpretación de Eysenck no se ajusta a los datos
(Stone, 1990, p 16). También Ovejero (1992) se asombrará de las conclusiones a las que arriba Eysenck
en función de sus datos.
Por su parte, Roccato y Converso (1996) afirman que se trata de una disyuntiva que se puede
considerar superada luego de los trabajos de Altemeyer (1981; 1993; 2004; 2006). Desde nuestra
perspectiva, el error consiste en intentar definir a priori si el autoritarismo caracteriza de manera esencial
a simpatizantes sólo de derecha o sólo de izquierda. Evidentemente, la complejidad y riqueza de la
personalidad humana reclama que no caigamos en reduccionismos. El autoritarismo remitiría a actitudes
psicológicas que pueden caracterizar, en el plano hipotético, tanto a unos como a otros, tal como sostiene
Alteyemer. De hecho, Stone (1990) planteará que “es un error confundir las características de
personalidad que afectan a las elecciones de uno entre ideologías contrapuestas con la ideología en sí
misma” (p 22). El análisis puede entonces complejizarse, desde luego, incluyendo la relación del
autoritarismo con la variable ideología política. En esa línea, extensa bibliografía comprueba
empíricamente que, en su mayoría, son las personas de derecha quienes detentan más actitudes autoritarias
que las de izquierda (Altemeyer, 1993; Kemmelmeier, 2004; Ovejero, 1992; Roccato, 1997; Stevens,
Bishin & Barr, 2006).
Otro debate al interior de la disciplina se vincula con los instrumentos de medición del autoritarismo.
El primero de ellos fue la Escala F de Adorno et al. (1950), la cual ha sido fuente de numerosas críticas,
principalmente vinculadas con la tendencia a la aquiescencia generada a partir de la formulación de los
ítems. Sin embargo, las versiones iniciales de la escala F poseían ítems formulados en dirección positiva y
negativa al autoritarismo, pero distintos autores comprobaron que los ítems inversos poseían un bajo poder
discriminativo (Walter, Stone & Bourgeois, 1996). También se han propuesto las escalas de Dogmatismo
de Rockeach (1960), la de mentalidad dura de Eysenck (1954), y la Directiveness Scale de Ray (1983).
Esta última recibió serios cuestionamientos (Stone, 1990), y se ha demostrado que no correlaciona con
variables clave que tradicionalmente han sido relevantes en su relación con el autoritarismo, por lo cual
algunos sugieren descartarla como medida válida de este constructo (Ovejero, 1992; Seoane, Arce &
Sabucedo, 1988).
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Imhoff & Brussino
Por su parte, Altemeyer (1981; 1993; 2004; 2006) propone la escala RWA, considerada el mejor
instrumento de medición del autoritarismo hasta el momento (Cárdenas & Parra, 2010; Roccato, 1997;
Seoane & Garzón, 1992; Christie, 1991 en Walter, Stone & Bourgeois, 1996), y que ha obtenido
excelentes índices de confiabilidad, coherencia interna y validez predictiva en distintos contextos. Así, ha
obtenido Alphas de Cronbach que rondan siempre entre .80 y .95 (Altemeyer, 1981, 1993; Roccato, 1997;
Walter, Stone & Bourgeois, 1996).
Si bien para Altemeyer el autoritarismo es un rasgo de personalidad, la escala por él propuesta está
redactada como un reporte de actitudes, y no en primera persona a diferencia de las escalas de
personalidad-, con el fin de captar mejor el constructo. La formulación de los ítems se realiza en algunos
casos en sentido favorable y en otros en dirección contraria al autoritarismo, con el objeto de evitar la
tendencia a la aquiescencia que evidenciaba la escala F.
La versión original de la escala (presentada en 1973) contenía 24 ítems, y posteriormente también se
han validado versiones más cortas, como la analizada por Zakrisson (2005) en Suiza. Se trata de una
versión de 15 reactivos en la cual se recortó la cantidad de ítems, se abrevió la redacción de los mismos y
se reemplazaron las palabras altamente extremistas y las referencias a grupos específicos. Para los autores,
esta versión con lenguaje más “moderado” serviría para identificar con más precisión el autoritarismo en
sociedades post-materialistas como la suiza, en la cual puede resultar políticamente incorrecto admitir
determinadas tendencias. También Cárdenas y Parra (2010) validaron esta versión en español en Chile. En
ambas versiones, los índices de confiabilidad son menores que en las escalas más largas: entre .72 y .80
para la muestra alemana, y de .72 para la chilena.
Según Altemeyer (2006) cada uno de los ítems de la escala refleja más de uno de los componentes del
complejo actitudinal del autoritarismo a la vez (sumisión autoritaria, agresión autoritaria y
convencionalismo), dando como resultado una medida unidimensional, la cual ha sido ratificada en las
versiones más cortas (Zakrisson, 2005). Sin embargo, algunos autores han procedido a la factorización de
la escala, identificando la presencia de más de un factor (Etchezahar, 2011; Mavor, Louis & Sibley, 2009).
Tal es el caso del estudio de Seoane y Garzón (1992) efectuado con una muestra de jóvenes universitarios
españoles. Estos autores fueron unos de los primeros en validar una versión en español de la escala RWA.
El resultante fueron seis factores que explicaron casi el 54% de la varianza: Factor I: Autoritarismo
General (18.65%); II: Autoritarismo Educativo (10.09%); III: Autoritarismo Moral (7.41%); IV:
Dogmatismo (6.18%).; V: Conservadurismo (5.97%) y VI: Intolerancia (5.58%). En el estudio se señala
que el factor más poderoso (no sólo por el nivel de varianza explicada sino también por ser el que mayor
cantidad de ítems agrupa) es el Factor de Autoritarismo General, que “recoge todas las cuestiones
relacionadas con agresión y sumisión autoritaria; de hecho, el resto de los factores son residuales en
relación con éste. Agresión y sumisión autoritaria (herederos exógenos del viejo concepto psicoanalítico
de sadomasoquismo) constituyen prácticamente el núcleo teórico del autoritarismo de Altemeyer” (p 37).
Esta versión ha sido asimismo validada en Argentina, el estudio de D’Adamo y García-Beaudoux
(1996) realizado con población universitaria. En dicha investigación, los resultados indicaban que la
media argentina de la puntuación total en la RWA era de 3.48 (cercana al punto medio de la escala de 7
pasos utilizada), medida superior a la obtenida con la misma escala en la muestra española (Seoane &
Garzón, 1992). Estas puntuaciones se mostraron más altas en un estudio realizado recientemente también
con jóvenes universitarios en Buenos Aires (Petit & Costa, 2010): en una escala de 7 puntos, la media
obtenida fue de 3.59 (aunque en este caso es interpretada por los autores como un nivel “bajo” de
autoritarismo).
Una última referencia debemos hacer en torno a la relación del autoritarismo con variables socio-
demográficas. La mayoría de los estudios indican que no existen asociaciones significativas entre el nivel
de autoritarismo y el sexo (Petit & Costa, 2010; Roccato, 1997; Roccato, Gattino & Patris, 2000; Seoane,
Arce & Sabucedo, 1988; Seoane & Garzón, 1992). En esa línea, Peterson y Zurbriggen (2010) indican
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Análisis psicométrico de la dimensión Autoritarismo General de la escala RWA
que, cuando ocurrían, las diferencias de sexo respecto del autoritarismo se basaban en roles de género
diferenciados, y que tras una mayor indagación se constata que tanto hombres como mujeres que puntúan
alto en autoritarismo se asemejan en el hecho de vivir en mundos rígidos en términos genéricos, para los
cuales la moral sexual convencional es norma. Por su parte, algunos afirman que las diferencias entre
varones y mujeres son claras en lo que concierne a las actitudes autoritarias, evidenciándose que los
primeros puntúan más alto que las mujeres (Boehnke & Rippl, 1995).
Respecto de la edad, tampoco se evidencian relaciones significativas (Roccato, 1997), a pesar de que
Altemeyer (1981; 1993; 2004; 2006) ha señalado como crucial a la adolescencia en la incorporación de
actitudes autoritarias. Por su parte, Boehnke y Rippl (1995) señalarán que dicha etapa adquiere su
importancia, en realidad, en tanto momento en el cual se plasman cambios en el nivel de autoritarismo, y
no en la adquisición.
Otra relación que genera controversias es la concerniente al autoritarismo y el nivel socioeconómico.
Al respecto, algunos afirman que las clases más bajas serían más autoritarias (Stevens, Bishin & Barr,
2006). Sin embargo, otros sugieren que esta relación se encuentra mediada por la importancia que reviste
el nivel de estudios. Así, Carvacho y Haye (2008) realizan un análisis de varianza de mediciones repetidas
de autoritarismo con el objetivo de distinguir el efecto del nivel socioeconómico del efecto del nivel
educacional, incorporando a su vez la medición de la ideología política. Sus resultados indican que la tesis
de que el “autoritarismo es menor mientras el nivel socioeconómico sea más alto, es cierta sólo para
quienes se auto-posicionaron como de izquierda o de centro. Los participantes de derecha, por el
contrario, mostraron en sus respuestas una tendencia a reflejar altos niveles de autoritarismo
independientemente del nivel de acceso económico, manteniendo constantes los niveles de educación (...)
el patrón de la interacción muestra que en la clase alta, el efecto de disminución del autoritarismo que
tiene el nivel socioeconómico desaparece en el grupo de derecha” (p 91). Al respecto, también Altemeyer
(1993) señalará que el nivel educativo se relaciona significativa e inversamente con el autoritarismo. Sin
embargo, otros investigadores no hallaron relaciones significativas entre ambas variables (Roccato, 1997).
En función de los antecedentes relevados y las discusiones vertidas en este escrito, consideramos
interesante analizar las propiedades psicométricas de la dimensión autoritarismo general de la versión
española de la escala de RWA en el contexto local, explorando asimismo las relaciones con variables
sociodemográficas. Esta tarea resulta de fundamental importancia para la comprensión de este tipo de
fenómenos en el interior del país, dado que los estudios argentinos encontrados trabajan con muestras de
Capital Federal y Gran Buenos Aires (Etchezahar, 2011; D’Adamo & García Beaudoux, 1996; Petit &
Costa, 2010). Complementariamente, dichas muestras son exclusivamente de estudiantes universitarios,
por lo cual en nuestro caso se ha tomado una muestra de población general. Este aspecto permite superar
algunas de las dificultades que evidencian los estudios que circunscriben su indagación a participantes
universitarios, tales como la homogeneidad de las respuestas (Peterson, 2001). En esa línea, Peterson
(2001) sugiere analizar en cada caso el aporte específico que muestras de estudiantes ofrecerían y enfatiza
la importancia de trabajar con muestras de adultos no estudiantes, a pesar de su menor accesibilidad.
Método
Participantes
Se trabajó con 300 adultos de la ciudad de Córdoba, Argentina, seleccionados a través de un muestreo
no aleatorio de tipo accidental (Lohr, 2000). La muestra estuvo integrada por participantes con edades
comprendidas entre los 27 y 54 años, con una media de edad de 39,5. El 50,3% fueron mujeres y el 49,7%
fueron varones. Respecto del nivel educativo, un 7% no tienen terminada la instrucción educativa
obligatoria (hasta secundario incompleto), un 13% tiene sólo el nivel obligatorio completo (secundario
completo), un 49% tiene iniciado algún nivel de educación superior (terciario o universitario incompleto)
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Imhoff & Brussino
y un 31% son profesionales con título universitario. Finalmente, 9% pertenecen a NSE medio bajo y bajo,
34,7% al NSE medio típico, 35% al nivel medio alto, 21,3% a niveles altos.
Instrumentos
Se trabajó con la dimensión autoritarismo general de la versión española de la escala de Right-Wing
Authoritarianism (RWA), adaptada al español por Seoane y Garzón (1992)(Anexo1). La misma está
compuesta por los componentes de sumisión autoritaria y agresión autoritaria, los cuales son reportados
por Altemeyer (1981; 1993; 2004; 2006) como los principales del autoritarismo de derechas. En el estudio
español se trata del factor que presenta mayor cantidad de ítems (11) y que evidencia el mayor porcentaje
de varianza explicada (ver más arriba). De los 11 ítems recuperados aquí, 10 van en dirección al
autoritarismo y uno en dirección contraria.
A la vez, dichos ítems fueron adaptados idiomáticamente al contexto local, reemplazando algunos
términos de acuerdo a la coyuntura socio-política argentina. Así, por ejemplo, se cambió “alborotadores,
criminales y desviados” por “criminales y piqueteros”; y “extremistas y desviados” por “criminales y
piqueteros”. Al respecto, es preciso aclarar que el cambio no se basa en que ambas expresiones sean
equivalentes en términos del sentido. Se trata más bien de incluir significantes que en nuestro contexto
sean frecuentes depositarios de la agresión autoritaria de la sociedad argentina.
Las opciones de respuesta se posicionan en una escala likert de 5 puntos, en la cual 1=totalmente en
desacuerdo y 5=totalmente de acuerdo. Las puntuaciones de la escala proveen de una medida global, en la
cual puede identificarse la presencia de alto o bajo autoritarismo. Seoane y Garzón (1992) proponen
obtener la puntuación de autoritarismo mediante la obtención de la media de los ítems. El mismo criterio
ha sido seguido por autores locales (D’Adamo & García-Beaudoux, 1996; Petit & Costa, 2010). Sin
embargo, otros autores toman directamente el puntaje global obtenido en términos absolutos (Altemeyer,
1993), criterio que compartiremos en el presente trabajo. Es preciso considerar que en la escala varios
ítems son inversos. En consonancia, y de acuerdo a la cantidad de ítems retenidos, la medida global de
autoritarismo puede ir desde 10 hasta 50 puntos.
Finalmente, para determinar los niveles de alto y bajo autoritarismo, distintos autores aplican diferentes
procedimientos. Así, Seoane y Garzón (1992) definen que un nivel de autoritarismo medio se fundamenta
en el puntaje medio de la escala likert de respuesta utilizada (así, en una escala de 5 puntos como la
nuestra, un nivel medio de autoritarismo sería 2,5). Igual criterio siguen D’Adamo y García- Beaudoux
(1996) y Petit y Costa (2010).
Al respecto es importante señalar que en relación al establecimiento de las normas de una medición no
resulta satisfactorio utilizar la puntuación natural para determinar qué es medio, alto o bajo del atributo.
Para ello, Hogan (2004) propone la utilización de puntuaciones normalizadas, donde la puntuación natural
obtenida por cada individuo se compara con las puntuaciones de las personas que forman parte de la
muestra. Algunos de estos procedimientos son las estimaciones percentilares, las desviaciones estándar,
las puntuaciones z, entre otras. Un ejemplo de la utilización de este tipo de criterio es el que aplica el autor
original de la escala para su interpretación, quien propone tomar al 25% de la muestra que tiene los
puntajes más altos como un nivel alto de RWA, y al 25% que tiene el puntaje más bajo como bajo RWA
(Altemeyer, 2006).
Por lo expuesto, en este estudio se optará por la desviación estándar como método de interpretación de
las puntuaciones dado que la distribución de la puntuación total asume una distribución normal (Hogan,
2004) con valores de asimetría y curtosis adecuados y porque es uno de los procedimientos más utilizados
en el campo de la Psicología. Así, se consideraron cuatro niveles: alto y bajo autoritarismo corresponde a
los casos situados por encima de la primera desviación estándar positiva y negativa respectivamente, y
medio alto y medio bajo los casos situados entre la media y la primera desviación.
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Análisis psicométrico de la dimensión Autoritarismo General de la escala RWA
Procedimiento y análisis de datos
Como primera medida para la preparación de los datos se realizó una exploración inicial de los
mismos, cumpliendo de este modo con un requisito básico al utilizar técnicas multivariadas (Hair,
Anderson, Tatham & Black, 1999). Específicamente, se realizaron dos pasos con el fin de preparar los
datos para los análisis propuestos. Primero se evaluó el patrón de valores perdidos para estimar si el
mismo respondía a una distribución aleatoria y para evaluar el porcentaje de estos valores en cada
variable. En este sentido, no se observaron porcentajes de datos ausentes mayores al 5% en ninguno de los
11 ítems, por lo que se decidió emplear el método de imputación de reemplazo por la media para
completar la información faltante. Luego se realizaron análisis de asimetría y curtosis en cada variable y
una inspección gráfica de la distribución de los puntajes.
Se decidió retener todos los ítems, dado que los análisis posteriores evidenciaron que los mismos se
comportaban acorde a lo esperado y con saturaciones altas en los análisis factoriales (AF). Esto puede
vincularse al hecho de que, según algunos autores (Garson, 2011) los supuestos de normalidad no
necesitan ser cumplidos para la realización de los AF dado que la normalidad es un supuesto que debe
cumplirse en pruebas de significación y no de correlación de variables (como el AF). Asimismo, se
evidenció que la exclusión de dichos ítems atentaba contra el índice de confiabilidad de la escala.
Respecto del análisis de datos, se comenzó calculando los índices de dificultad (p) y de discriminación
(d) de cada ítem, de acuerdo con la Teoría Clásica de los Test (Cohen & Swerdlik, 2010; Kaplan &
Saccuzzo, 2006; McIntire & Miller, 2007). El nivel óptimo de p se calculó siguiendo las sugerencias de
Aiken (2003) y de Cohen y Swerdlik (2010), estableciéndose así un nivel óptimo de .60 con una variación
de .20. Esto resulta coincidente con las recomendaciones de Kaplan y Saccuzzo (2006) quienes sostienen
que “los reactivos en un rango de dificultad entre .30 y .70 tienden a maximizar la información acerca de
las diferencias entre los individuos” (pgs 169-170). Por su parte, McIntire y Miller (2007) aconsejan
descartar aquellos ítems cuyos valores de p oscilen entre 0 y .20, o entre .80 a 1. Para el índice d, se utilizó
el método del grupo extremo (Kaplan & Saccuzzo, 2006), determinándose las áreas extremas tomando el
33% más alto y el más bajo de la distribución. De acuerdo con Aiken (2003) el valor de p debería oscilar
entre .30 y 1.
Posteriormente, para el análisis de la estructura, se llevó adelante un análisis factorial exploratorio
empleando el método de componentes principales (ACP) como método de extracción de los factores. Si
bien algunos autores (Costello & Osborne, 2005; Snook & Gorsuch, 1987) consideran que el empleo de
este método no se corresponde exactamente con los objetivos de un análisis factorial exploratorio y
sugieren el uso de otros métodos de extracción de los factores como el método de factores principales
(AFP) o el de máxima verosimilitud (MV), en el presente trabajo se decidió emplear el ACP dado que
algunos autores (Velicer & Jackson, 1990) señalan que con este método se obtienen los mismos resultados
que mediante el AFP, y aún aquellos autores que consideran que la extracción de factores comunes es más
apropiado y ajustado para realizar un análisis factorial, sugieren que el empleo de componentes principales
arroja resultados similares cuando las cargas factoriales son altas (Snook & Gorsuch, 1987). Para analizar
la estructura interna de los ítems, siguiendo la sugerencia de Ham, Stewart, Norton y Hope (2005) se
ingresaron todos los ítems en un mismo análisis sin separar a priori los ítems positivos de los negativos.
Para la determinación del número de factores a extraer se utilizaron los siguientes criterios: el análisis
paralelo de Horn y el número de factores del modelo teórico de referencia (se espera comprobar la
unidimensionalidad del instrumento). Se analizaron las saturaciones factoriales de los ítems, considerando
como criterios de retención que presentaran una saturación factorial mayor a .35 (Costello & Osborne,
2005), que mantuvieran correspondencia con la clasificación realizada en su construcción, que el ítem no
tuviera una saturación superior en otro factor y que la diferencia entre la saturación en el factor y algún
otro sea superior a .10. Finalmente, para evaluar la consistencia interna de la escala se estimó el
73
Imhoff & Brussino
coeficiente alfa de Cronbach y para analizar las relaciones entre las variables se estimaron índices de
asociación (Cramer) e índices de correlación (Pearson) con su correspondiente significación estadística.
Resultados
Se observó que un ítem presentó índices de curtosis y asimetría entre los valores ± 1 considerados
como excelentes por la literatura (George & Mallery, 2003). En 7 ítems se registraron índices adecuados
de asimetría y curtosis (valores entre ± 1.5) y en 3 casos índices no tolerables de asimetría y curtosis
(valores superiores a ± 1.5) (ver Tabla 1).
El análisis del índice de dificultad señala que los ítems 8 y 9 presentan valores de p por encima de lo
esperable (p=.86 y p=.96, respectivamente), sugiriendo que se trata de reactivos que generan una alta
adherencia (Cohen & Swerdlik, 2010) (ver tabla 1). De acuerdo con la recomendación de McIntire y
Miller (2007) estos ítems debieran ser eliminados. Respecto del índice de discriminación, todos los ítems
cumplen con el requisito de presentar valores de d mayores a .30, excepto el ítem 9 (d=.11) (ver tabla 1).
Antes de tomar la decisión de eliminar estos dos ítems (el 8 y el 9), se evaluó el comportamiento de los
mismos en el análisis factorial.
La factibilidad del análisis se evaluó a través del índice de adecuación muestral KMO (Kaiser-Meyer-
Olkin) que presentó un valor de .935 y la prueba de esfericidad de Bartlett que presentó resultados
significativos (gl=55; sig= .000). Siguiendo la regla de Kaiser-Gutman, se observó una estructura de dos
factores que explicaban un 61,45% de la varianza. Sin embargo, el factor 1 explica el 51,56% y el segundo
sólo el 9,89%. En consonancia, el gráfico de sedimentación también reporta la presencia de un solo factor.
Así, el factor 1 se encuentra compuesto por la mayoría de los ítems, mientras que en el factor dos sólo
satura el ítem 8.
En función de esto, y considerando que este ítem también presentó problemas en el análisis del índice
de dificultad, se decide correr otro análisis factorial eliminando el ítem 8, empleando nuevamente el
método de ACP (KMO: .935, prueba de Bartlett: gl= 45, sig.: .000). De este modo, el modelo de
referencia obtenido posee 10 ítems que explican el 57,16% de la varianza conjunta, dando como resultado
un factorial unidimensional, de acuerdo a lo esperado. En la Tabla 1 se presentan las saturaciones
factoriales de los reactivos retenidos.
Tabla 1
Índices de Asimetría y Curtosis de los ítems de Autoritarismo
mero
de ítem Media Asimetría Curtosis Índice de
dificultad
(p)
Índice de
discriminación
(d)
Carga
factorial
1
2,93
-,018
.68
.79
,768
2
2,51
,254
.70
.77
,632
3
2,88
,015
.65
.85
,801
4
3,31
-,349
.79
.56
,750
5
3,12
-,234
.77
.60
,765
6
2,67
,296
.65
.82
,731
7
2,64
,295
.65
.90
,847
8
3,05
-,010
.86
.30
9
4,29
-1,605
.96
.11
,633
10
2,64
,217
.65
.83
,811
11
2,52
,365
.62
.87
,790
74
Análisis psicométrico de la dimensión Autoritarismo General de la escala RWA
Finalmente, para analizar la consistencia interna de la escala obtenida a partir del análisis factorial
exploratorio, se calculó el coeficiente alfa de Cronbach. Además, con el objetivo de determinar el aporte
de cada ítem a la fiabilidad, se calculó el coeficiente alfa eliminando uno a uno los ítems de la escala. La
escala presentó niveles de fiabilidad muy buenos (α .916) y no se encontró ningún ítem cuya eliminación
aumentara la confiabilidad. Este dato, sumado al hecho de que en el análisis factorial el ítem 9 presentó
una buena saturación en el factor correspondiente, fueron elementos considerados al momento de retener
este ítem en la versión final de la escala.
En función de estos análisis, se procedió a analizar el nivel de autoritarismo presente en la muestra.
Los resultados señalan que la media de autoritarismo para esta muestra es de 29,51 y la desviación típica
de 11,06. Los resultados se muestran en la Tabla 2.
Como podemos observar, el 15,3 % de los casos posee un alto nivel de autoritarismo. A su vez, si
tomamos en consideración el criterio de evaluación propuesto por los estudios de Seoane y Garzón (1992),
D’Adamo y García-Beaudoux (1996) y Petit y Costa (2010), vemos que la media de autoritarismo de esta
muestra es de 2,9, levemente superior a la media natural de la escala (2,5 puntos).
Por último, se decidió indagar la relación del autoritarismo con distintas variables socio-demográficas
con el objetivo de probar las relaciones señaladas en la bibliografía como importantes. En este sentido, no
se evidenciaron asociaciones atendibles respecto del sexo, la edad y el nivel socioeconómico. En relación
con el nivel educativo, encontramos una relación inversa, moderada y estadísticamente significativa
(-.302; p< .000). Así, según los resultados a mayor nivel de estudios, menor autoritarismo.
Tabla 2.
Niveles de Autoritarismo
Nivel de Autoritarismo
Puntaje Normalizado
Frecuencia
Porcentaje
bajo autoritarismo
56
18,7
medio bajo autoritarismo
88
29,3
medio alto autoritarismo
110
36,7
alto autoritarismo
46
15,3
Total
300
100,0
Media: 29,51
Desviación estándar: 11,06
Discusión y Conclusiones
En el presente trabajo, hemos analizado las propiedades psicométricas de una versión local de la
dimensión autoritarismo general (compuesta por los componentes principales del autoritarismo: sumisión
y agresión autoritarias) de la Escala de Right-Wing Authoritarianism (RWA), basándonos en su versión
española (Seoane & Garzón, 1992). Así, hemos obtenido una escala más breve y con mejores índices de
confiabilidad que su predecesora española. A su vez, la disminución en la cantidad de ítems no bajó los
indicadores de confiabilidad, como sí sucedió en otras versiones breves (Cárdenas & Parra, 2010;
Zakrisson, 2005). De este modo, se trata de 10 ítems adaptados idiomáticamente mediante el reemplazo
del vocabulario extremo por significantes más representativos de la disputa política local (por ejemplo,
piqueteros) que remiten al núcleo central del autoritarismo de derecha según Altemeyer (2006): sumisión
y agresión autoritarias. Tal como señalaba Altemeyer, los ítems poseen a su vez, en un mismo enunciado,
75
Imhoff & Brussino
componentes de ambas actitudes, por lo cual nos encontramos ante una estructura unidimensional. Esto
fue ratificado en el análisis factorial, obteniéndose muy buenos índices de adecuación muestral y
evidenciándose la presencia de un solo factor con saturaciones altas de cada ítem en el mismo. Sólo un
ítem (el 8) fue eliminado debido a su inadecuación en el análisis factorial y el análisis del índice de
dificultad.
En consecuencia, los resultados del presente estudio aportan una medida local para conocer el
autoritarismo de los ciudadanos, que logra superar algunas de las críticas que han sido adjudicadas a otras
medidas de autoritarismo. Así, se trata de una escala que recupera los aspectos centrales del fenómeno
(Altemeyer, 2006); que es más breve que otras mediciones (Altemeyer, 1981; 1993; 2004; 2006; Seoane
& Garzón, 1992) aunque conserva excelentes índices de confiabilidad; y que posee ítems en dirección al
autoritarismo e ítems contrarios, evitando así el efecto de aquiescencia adjudicado a otras medidas (como
la escala F). Complementariamente, la adaptación de la redacción de los reactivos a la cultura política
local permite que se constituya en un instrumento más acorde para su utilización en este contexto.
Respecto de los niveles de autoritarismo de la muestra, si consideramos el criterio utilizado por
D’Adamo y García-Beaudoux (1996) y Petit y Costa (2010) vemos que nuestra media es levemente
superior al puntaje natural de la escala: 2,9 en una escala de 5 puntos; y superior a las obtenidas para
Buenos Aires en estudios previos (3,48 en 1996 y 3,59 en 2010, en una escala de 7 puntos). Sin embargo,
debe considerarse que en ninguno de los casos se trató de un muestreo representativo. Si bien en nuestro
trabajo la muestra es un poco más diversificada en lo concerniente al nivel educativo y la edad (en los dos
estudios recién mencionados se trata de estudiantes universitarios), sin embargo, se trata de un muestreo
no aleatorio, por lo cual los datos deben ser considerados con cautela. En esa línea, sería importante
realizar un estudio a futuro a partir de un muestro probabilístico.
Si complementamos la lectura con una evaluación de los niveles de autoritarismo a partir de un criterio
normativo, corroboramos una proporción levemente mayor de niveles medio alto y alto de autoritarismo.
Esto podría indicar que la sociedad cordobesa mantiene cierta tensión entre posturas autoritarias y
posturas democráticas, con una leve preponderancia de las primeras, aunque insistimos en las limitaciones
propias del tipo de muestreo.
Por otra parte, se ha comprobado que la mayor parte de la muestra se concentra en el nivel medio alto
de autoritarismo, siendo menor el porcentaje de personas que se posicionan en los extremos de la escala.
Esto podría sugerirnos que las formas de expresión del autoritarismo se han vuelto más sutiles, y que ya
no resulta políticamente correcto mantener posturas tan extremas, lo cual se vincula con lo señalado por
Zakrisson (2005) para el contexto suizo. Sin embargo, esto no implica necesariamente la desaparición de
tales actitudes, y ni siquiera es un indicador claro de la disminución de las mismas. Creemos más bien que
podría tratarse de formas más disimuladas de manifestar las actitudes autoritarias, de una reconfiguración
de la expresión autoritaria en nuestro contexto. Esto se vincula con lo expresado por Cárdenas y Parra
(2010) respecto del carácter dinámico de la construcción democrática y por ende de las actitudes
antidemocráticas como el autoritarismo- y acerca de la necesidad de contar con instrumentos cada vez más
precisos para abordar sus renovadas formas.
Finalmente, respecto de la relación con variables socio-demográficas hemos comprobado, en
consonancia con estudios previos (Petit, y Costa, 2010; Roccato, 1997; Roccato, Gattino & Patris, 2000;
Seoane, Arce & Sabucedo, 1988; Seoane & Garzón, 1992) que no existen relaciones significativas entre el
autoritarismo y el sexo o la edad de los participantes. Respecto del debate en torno a la vinculación entre
el nivel socioeconómico y el autoritarismo, no hemos encontrado relaciones significativas entre las
variables que ratifiquen a nivel empírico la tesis de que las personas más pobres serían más autoritarias
(Stevens, Bishin & Barr, 2006).
76
Análisis psicométrico de la dimensión Autoritarismo General de la escala RWA
Por último, y coincidentemente con Altemeyer (1981; 1993; 2004; 2006) y Carvacho y Haye (2008) se
ha constatado que el nivel educativo si resulta una variable de importancia en su vinculación con las
actitudes autoritarias, demostrando que a mayor nivel educativo menor autoritarismo. Esto sugiere la
importancia de repensar el rol de la educación, no sólo en lo concerniente a asegurar que las oportunidades
educativas sean más equitativas posibilitándose la permanencia en el sistema educativo, sino también en
cuanto a la transmisión de actitudes, normas y valores democráticos.
A modo de cierre, podemos rescatar el aporte que realiza el presente estudio en tanto prevé de
herramientas para conocer el nivel de autoritarismo de la ciudadanía cordobesa a través de un instrumento
adaptado culturalmente a este contexto y con características psicométricas adecuadas. Esto posibilita
contar con una medida fiable que puede ser utilizada en otros estudios. A su vez, la evidencia
discriminativa que esta escala ha demostrado respecto de la relación de las actitudes autoritarias con el
nivel de educación abre el camino para profundizar en el estudio y análisis de las complejas vinculaciones
entre la educación y la adquisición de actitudes que colaboren con el fortalecimiento democrático.
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78
Análisis psicométrico de la dimensión Autoritarismo General de la escala RWA
Anexo 1
Right-Wing Authoritarianism.
(Adaptación al español)
1. Tal como van las cosas en este país, será necesario intervenir duramente contra los criminales y piqueteros.
2. Siempre es mejor fiarse de los juicios de las autoridades políticas y religiosas que de lo que dicen los
agitadores de nuestra sociedad que tratan de sembrar la duda.
3. Los crímenes, la inmoralidad sexual y los actuales desórdenes públicos, nos indican que debemos
imponernos más tajantemente y tratar de acabar con los que provocan problemas, si queremos salvar nuestra
moral y preservar la ley y el orden.
4. La obediencia y el respeto a la autoridad son las virtudes más importantes que los niños deben aprender.
5. Cuando nuestro gobierno y autoridades condenan los elementos peligrosos de nuestra sociedad, es el deber
de un buen ciudadano ayudar a combatirlos pues envenenan nuestro país desde dentro.
6. Los peores ciudadanos de nuestro país son aquéllos que no respetan nuestra bandera, nuestros líderes y la
forma correcta de hacer las cosas.
7. En esta época de desorden y crisis, las leyes deben ser más estrictas especialmente con los agitadores y
revolucionarios que pretenden cambiar el orden establecido.
8. Las fuerzas de la ley y el orden amenazan la libertad mucho más que los grupos que se definen como
«radicales» y «ateos».
9. Si un niño empieza a ser maleducado e irrespetuoso con la autoridad, los padres deben tratar de corregirle.
10. La verdadera clave para «una vida digna» es la obediencia, la disciplina y ajustarse a lo que está establecido.
11. Nuestro país sería mejor si respetáramos a nuestros antepasados e hiciésemos lo que las autoridades nos
dicen, y nos libráramos de las «manzanas podridas» que lo están estropeando todo.
79
... Se advierte, no obstante, correlaciones positivas débiles entre SDO, en su subfactor de Orientación de Dominancia Grupal, y la EANT, así como las otras mediciones de prejuicio indagadas, lo cual sugeriría que la adopción de una ideología personal de jerarquías intergrupales no presentaría el mismo rol explicativo del prejuicio que el sugerido por otras variables psicopolíticas aquí relevadas. (Lista, 1995); RWA = Autoritarismo de Ala de Derecha (Imhoff & Brussino, 2013); SDO DG = Dominancia Grupal (dimensión de la Orientación hacia la Dominancia Social) [Jaume, et.al. 2011]; Sex. ...
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El prejuicio hacia personas trans se encuentra relativamente poco explorado en comparación a otros prejuicios sexuales y de género. El presente estudio analiza factores explicativos de las actitudes negativas hacia personas trans en ciudadanos/as de Córdoba, Argentina, a partir de la Escala de Actitudes Negativas hacia personas Trans (EANT). Se aplicó un cuestionario a una muestra no aleatoria estratificada (N = 410) de población general. A partir de correlaciones y análisis de path, se replican resultados obtenidos por estudios en otros contextos, destacándose las contribuciones de edad, nivel socioeconómico, intensidad religiosa, variables psicopolíticas (Autoritarismo de Ala Derecha [RWA], Orientación hacia la Dominancia Social [SDO] – subfactor dominancia grupal), y psicosociales (sexismo y prejuicio sexual hacia gays y lesbianas, indagado con la Escala de Actitudes hacia Gays y Lesbianas [ATGL]). El modelo de path propuesto, explicó el 65% de la varianza total de la EANT, y presentó buenos ajustes globales. El artículo discute también las relaciones entre la EANT y ATGL.
... Por otra parte, es preciso señalar que la escala de autoritarismo evidenció un comportamiento diferencial al ratificado con los/as adultos/as (Imhoff & Brussino, 2013), en tanto aquí se hallaron dos dimensiones separadas mientras que en el caso del trabajo con adultos/as se constató una estructura unidimensional. Al respecto, Lemos (2013) sostiene que en algunas ocasiones los instrumentos utilizados con adultos/as reportan más dimensiones que cuando los mismos instrumentos son utilizados con niños/as. ...
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Social domination orientation (SDO) and authoritarianism (RWA) are very relevant variables inside Political Psychology field. The acquisition of these orientations occurs during childhood within political socialization process. Yet, the exploration of these aspects with children has received less attention than its study with adults. Thereby, no psychometric study with children has been carried out in Latin America in order to determine structure validity, reliability and convergent validity of these scales. Therefore, the present study aimed to analyze two scales that allow the operationalization of those constructs with the objective of determine their psychometric properties. An instrumental empirical study with a non-random accidental sample of 292 9-11 years old children from Cordoba, Argentina, was carried out. Results show the adequate psychometric properties of the scales considered. This way, SDO scale showed a bidimensional structure with 10 items, with adequate levels of reliability for children (α = ,60 and α = ,61). On the other hand, RWA scale also demonstrated a two-dimension structure with adequate levels of reliability (α = ,69 and α = ,62), and 11 items. Theoretical and operational implications are discussed considering convergent analysis of the two scales.
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En este artículo se presenta la adaptación de una versión reducida de la escala de autoritarismo de derechas (RWA) en Colombia. En el Estudio 1 (n=417) se realizó un análisis fac-torial exploratorio para identificar las dimensiones de la escala; y en el Estudio 2 (n=396), se realizó un análisis factorial confirmatorio en donde se analizó la validez divergente/convergente de la escala. El estudio aporta evidencia empírica a favor de las propiedades psicométricas apropiadas para la escala de RWA en el contexto colombiano. Los resultados sugieren que la RWA tiene tres dimensiones en este contexto: agresión-autoritaria, sumisión-autoritaria, convencionalismo. Además, la RWA está asociada positivamente con dominancia social, deshumanización del adversario, apoyo al conflicto, patriotismo, sexismo, homofobia y la prohibición de políticas sociales progresistas (e.g., aborto, matrimonio homosexual, eutanasia).
Preprint
El autoritarismo es un constructo ampliamente estudiado en psicología para investigar comportamientos políticos. Para su medición se suele usar la escala de autoritarismo de derechas (RWA), la cual tiene variaciones en sus propiedades psicométricas según cada contexto. En este artículo traducimos y adaptamos una versión reducida del autoritarismo de derechas al contexto colombiano. En dos estudios (NEstudio1=417;NEstudio2=396), identificamos tres dimensiones: agresión-autoritaria, sumisión-autoritaria y convencionalismo; y encontramos que la RWA estuvo asociada positivamente con: dominancia social, deshumanización del adversario, apoyo al conflicto, patriotismo, sexismo, homofobia y la prohibición de políticas sociales consideradas como liberales (e.g., aborto, matrimonio igualitario, eutanasia). Se aporta evidencia empírica a favor de las propiedades psicométricas de la escala de RWA en el contexto colombiano. Authoritarianism is widely used construct to study political behaviors.For its measurement, researchers usually use the right authoritarianism scale (RWA), which has variations in its psychometric properties according to each context. In this article we translate and adapt a reduced version of RWA to the Colombian context. In two studies (NStudy1=417; NStudy2=396), we identified three dimensions: authoritarian-aggression, authoritarian-submission,and conventionalism. We also found that RWA was positively associated with: social dominance, dehumanization of the adversary, support for conflict, patriotism, sexism, homophobia and the prohibition of social policies considered liberal (e.g., abortion, equal marriage, euthanasia). Empirical evidence is provided in favor of the psychometric properties of the RWA scale in the Colombian context
Article
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Se construye y valida psicométricamente una escala de actitudes negativas hacia personas trans (EANT) como expresión del prejuicio hacia las mismas. Se reportan dos estudios secuenciales interdependientes por cuestionarios a partir de muestreos no probabilísticos. El estudio 1, con 203 participantes, en su mayoría estudiantes universitarios, aborda la construcción y análisis exploratorio de la EANT. El estudio 2, con 408 participantes según cuotas s ociodemográficas establecidas por el censo nacional en la población general, estu-dia los análisis factoriales confirmatorios y la validación externa de la escala. Se obtuvo un instrumento unifactorial de 9 ítems, con una consistencia interna aceptable (α = .886) que sugiere una adecuada aplicabilidad en población general, así como relaciones esperables con variables típicas (ATLG, RWA, SDO y religiosidad). Palabras clave: actitudes negativas, personas trans, prejuicio sexual, prejuicio de género, ley de identidad de género Construction and validation of a Negative Attitudes toward Trans People Scale The study goal was to construct and psychometrically validate a negative's attitudes towards trans people scale (EANT) as an expression of prejudice against trans. Two interdependent sequential studies through questionnaires are reported, both rely on non-probabilistic samples: Study 1, involves 203 participants, mainly college students, addresses the construction and exploratory analysis of the EANT. Study 2, involving 408 participants assigned according to s ociodemographic quotes established by the national census in the general population, shows confirmatory factor analysis and external validation of the scale. A sole factor 9-item instrument, with acceptable internal consistency (α = .886) was obtained.
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Evidence is summarized to show that: (1) if authoritarianism is measured by a behavior inventory, it is uncorrelated with either political party vote or ideology; (2) if measured by the California F scale, it shows little if any correlation with vote; and (3) scales of leftist political sentiment can be constructed which have high positive correlation with the F scale. As voting is arguably the most important political behavior for most people in a democracy, the roughly 50% of high F scale scorers who vote leftist are proposed as the long-lost authoritarians of the left.
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RESUMEN Existe un amplio debate público sobre la estructura autoritaria del sistema político de la República Democrática Alemana (RDA). Existe el supuesto en el ambiente de que los Alemanes Orientales son bas-tante más autoritarios que los Alemanes del Oeste. En este estudio presentamos datos de muestras de adolescentes de tres marcos culturales, para comprobar diver-sas facetas de ese supuesto. La investiga-ción se basa en la teoría de la personali-dad autoritaria. El supuesto de un síndro-me autoritario parece ser un punto de partida válido de investigación. La evolu-ción del síndrome parece más influida por la socialización específica de género y por la influencia cultural única sobre la evolu-ción de la personalidad adolescente que por las influencias toscas del sistema polí-tico (Orientales vs. Occidentales) o de la herencia cultural general (Alemana vs. Americana). ABSTRACT Currently there is an extensive public debate on the authoritarian structure of the political system of the German De-mocratic Republic (GDR).There is a free-floating assumption that East Germans are substantially more authoritarian than West Germans.In the present study we present data of adolescent samples from three cultural backgrounds in order to test vari-ous facets of that assumption. The re-search is based on the theory of the au-thoritarian personality. One can say that the assumption of an authoritarian syn-drome proved to be a valid starting point of research.The evolution of the syndrome seems to be influenced more by gender-specific socialization and by unique cul-tural influences on adolescent personality development than by crude influences of the political system (East vs. West) or of the general cultural heritage (German vs.
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This study presents an attempt to develop a short (15 item) version of the Right-Wing Authoritarianism (RWA) scale (Altemeyer, 1998). Participants were three samples of high school and university students (17–50 years old). The scale developed had items that were shorter, with less extreme wording, and less reference to specific groups (e.g., women, homosexuals), i.e., relating to attitudes to be predicted from RWA, rather than being part of the RWA concept itself. The scale displayed reliabilities (Cronbach’s alpha) varying between 0.72 and 0.80 in the three samples. Multiple regression analyses revealed that the short RWA scale substantially contributed to the variance in ethnic tolerance, racism, and sexism (when controlling for social dominance orientation). It was discussed that this version of the RWA scale presumably taps a somewhat narrower authoritarianism concept, but still functions as predicted from theory and earlier research.