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González, T. y Guerrero, A. (2015) "Sistema Nacional de
Innovación Mexicano: desarticulación ante la descentralización"
en Innovación en los negocios y tecnología a la medida, V. Ma.
Antonieta Martin Granados (coord.) Facultad de Contaduría y
Administración-UNAM. México, pp. 115-136 ISBN 978-607-02-
6332-3
Sistema nacional de innovación mexicano: desarticulación ante la
descentralización
Tania Elena González Alvarado
Universidad La Salle, Ciudad de México
Alejandra Guerrero González
Secretaría de Economía, México
Introducción
No basta con la existencia de infraestructura, fondos públicos y privados,
programas de apoyo, incubadoras y organismos públicos destinados al apoyo de
las empresas. Es indispensable que todos estos se encuentren articulados entre
sí. De forma que no existan esfuerzos aislados, duplicidad de funciones y
programas de corto alcance.
Por otra parte, si se espera que las empresas se articulen con otros agentes
económicos a fin de que generen, integren y absorban conocimiento que se
manifieste en innovación y aumento en la competitividad (Cabanelas, et al. 2014),
es preciso que exista un entorno que dé cabida a dichas actividades. Si los
agentes gubernamentales son los pilares del sistema nacional de innovación, son
estos mismos quienes deben colaborar entre sí, intercambiando recursos,
experiencia e información a fin de fomentar espacios para la innovación con
reconocimiento para quienes son agentes de cambio.
En las últimas décadas, los gobiernos en el mundo adoptaron la competitividad
(Porter, 1990) como el indicador que permite derivar en un aumento en el Estado
de Bienestar de las personas. Esta visión facilitó la generación de políticas
públicas en favor del mercado, el consumo y el progreso tecnológico,
considerando que estos tres elementos en automático traerían mejoras sociales,
no sólo económicas. Tal como lo señaló Krugman (1994), esta visión discrepa de
la realidad porque difícilmente una nación puede ser comparable a una gran
empresa. Entre las actividades de un gobernante y las de un empresario existen
más divergencias que convergencias.
Esto no implica que la competitividad deba ser desechada como orientadora de las
políticas nacionales, más bien, hay que situarla en su lugar debido: las empresas.
Tampoco se debe sobreestimar las funciones del mercado, cuya lógica conduce a
que el ser humano sea el medio y no el fin. Todo lo que para este sistema
económico es rentable, es entonces importante. Por ello, no sorprende que se
confunda el fin con los medios. Y es que en la realidad no hay confusión. Si el
medio ofrece mayores ganancias que el fin entonces el mercado será incentivado
para dirigir sus esfuerzos hacia el medio, dejando el fin en un segundo plano. De
ahí la importancia de que las naciones no se pierdan en la idea de que la
competitividad por sí misma es la clave y que esta debe permear a toda
organización nacional. El camino más certero es la consolidación de un sistema
que incentive la innovación, dejando a la competitividad como un fenómeno propio
de las empresas, y no de los gobiernos o naciones.
México requiere del fortalecimiento tanto de las instituciones como de los sistemas
de gobernanza que enmarcan la actividad empresarial (Ferraro y Costamagna,
2000). Sólo mediante esto último se generan mercados sólidos y se garantiza la
eficiente asignación de los recursos humanos, financieros y naturales, que a su
vez, se combinan para gestar la innovación y aumentar la productividad. (Villar,
2007)
Estrategias mexicanas hacia el fortalecimiento del Sistema Nacional de
Innovación
Las aportaciones del gobierno para contribuir en la mejora de la capacidad de
innovar consisten en ofrecer programas de apoyo a través de diversas
dependencias, así como en realizar inversiones en Investigación y Desarrollo (ID).
En el caso de México el financiamiento proviene principalmente del gobierno; sin
embargo, este no ha sido suficiente para gestar un ambiente altamente innovador
en el sistema económico nacional, lo que se refleja en la posición alcanzada por
México frente a terceros países. Si bien, los indicadores de competitividad han
sido duramente criticados, no dejan de ser un medio para identificar la posición
que guarda un país con respecto a otro porque el sistema en general cree en
dichos indicadores y estos inciden en la toma de decisiones para invertir, localizar
o generar nuevas actividades económicas.
Un país con mayores fortalezas en el ámbito de la innovación cuenta con mayor
capacidad para incrementar su productividad, no sólo por el efecto directo de la
innovación sino, sobre todo, porque está mejor preparado para enfrentar las
incertidumbres generadas por la competencia global y para adaptarse a las
condiciones cambiantes de su entorno.
En México las principales fortalezas descansan en el individuo, es decir, en la
capacidad creativa e inventiva del ciudadano de a pie. El hecho de que no toda
creación o invento se convierte en innovación, no es razón para menoscabar la
importancia que tiene contar con ambientes que premien a los creadores e
inventores. Si esta capacidad es direccionada puede tener resultados positivos
que se plasmen en una mayor innovación dentro del sistema económico.
Una debilidad de México es la ausencia de vinculación entre los organismos de
investigación públicos y privados con las empresas. Se percibe un
desconocimiento significativo por parte de las empresas de lo que se investiga en
estos organismos, así como por parte de los investigadores sobre qué desarrollos
necesitan las empresas para mejorar sus productos y procesos (FONCICYT,
2010).
Con el objetivo de corregir esta deficiencia, existen actualmente varios programas
que intentan mejorar la vinculación, impulsados desde el gobierno con apoyo
también de organizaciones empresariales y las universidades, concretamente para
la creación de oficinas de vinculación y la formación de personal. Por otra parte, el
proceso de descentralización al que asiste México conduce a que cada Estado
encamine sus propios esfuerzos con base en criterios aislados y escaso
seguimiento al esfuerzo realizado. (FONCICYT, 2010) La existencia de programas
de apoyo a la innovación entre los Estados y Conacyt no es un elemento suficiente
para alcanzar la articulación en el nivel nacional.
La OCDE (2012) señala como recomendaciones clave en términos del sistema
nacional de innovación lo siguiente: garantizar la continuidad de las políticas,
manteniendo los programas de apoyo a la innovación y cambiando su enfoque con
menos frecuencia; eliminar las ineficiencias derivadas de la aplicación de cierto
tipo de incentivos fiscales y mejorar la ejecución de los programas de apoyo a fin
de garantizar el financiamiento necesario durante las diversas etapas de los
proyectos innovadores; aumentar la descentralización de los programas federales
de apoyo para fortalecer el desarrollo de ecosistemas de innovación locales que
impliquen la colaboración entre incubadoras y asociaciones de capital de riesgo.
Un reto para México es hacer que la creatividad individual sea atrapada por el
Sistema Nacional de Innovación y convertida en un elemento de cambio en el
sector productivo, que a su vez, fomente el conocimiento colectivo.
Estableciéndose con ello un segundo reto, que el creador de la cosa no quede en
el anonimato de los muchos y que su reconocimiento incentive a nuevos
creadores a tener un espacio dentro del sistema.
La innovación conjuga una oportunidad de mercado con la introducción o mejora
de productos, servicios, procesos, métodos, modelos o prácticas tanto hacia
dentro de la organización como hacia el exterior; la cual permite a la empresa
alcanzar un mayor nivel de competitividad y ofrecer un valor agregado con
resultados favorables para el consumidor final y/o la sociedad (Guerrero, 2014).
El Gobierno Federal mexicano tiene una importante responsabilidad en acciones
como la planificación de la ciencia y la tecnología, en concordancia con el Plan
Nacional de Desarrollo (PND). Este plan considera estratégico el establecimiento
de las condiciones para que México esté a la vanguardia en tecnología,
acompañada del desarrollo integral del país de forma sustentable. Por ello, una de
las estrategias del PND señala la profundización y provisión de procesos de
investigación científica, de adopción y de innovación tecnológica. Dichos procesos
son fuerzas motrices del crecimiento económico y del bienestar de las sociedades
modernas.
El Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (SNCYT) en México está integrado
por las instituciones del Gobierno Federal y de los gobiernos de las entidades
federativas, los centros e instituciones de investigación públicos y privados,
las Instituciones de Educación Superior (IES) y las empresas.
Un sistema de innovación se conforma por instituciones distintas que conjunta e
individualmente contribuyen al desarrollo y a la difusión de nuevas tecnologías.
Este sistema proporciona la estructura para que los gobiernos formen e
implementen políticas que influyan en el proceso de innovación. (Metcalfe, 1995;
Schumpeter, 1942).
Schumpeter (1942) señaló que un Sistema Nacional de Innovación es el conjunto
de organizaciones institucionales o empresariales que, dentro de un territorio
nacional, interactúan entre sí con objeto de asignar recursos a la realización de
actividades orientadas a la generación y difusión de los conocimientos sobre los
que se soportan las innovaciones que constituyen el fundamento del desarrollo
económico.
En ambos conceptos, como ocurre en muchos otros, se incluyen las
instituciones, pero no se explica la dimensión estratégica de dicho sistema, a qué
sectores habrá de prestarse más atención, cuáles son los agentes económicos
con mayor potencial innovador, cómo concentrar esfuerzos en estos dos primeros
sin descuidar la posible innovación en sectores menos estratégicos.
Hay que destacar que el SNCYT solventa en su mayoría las observaciones
hechas por Schumpeter (1942). Sin embargo, en estas definiciones no se
considera el establecimiento de los medios para que las instituciones estén al
alcance de los potenciales beneficiarios y la relevancia de una cobertura
completa, sin terminar centralizando los beneficios y resultados. Tampoco se
incluye la participación del innovador, de forma individual, quien en muchas
ocasiones también es emprendedor.
A fin de solventar las deficiencias detectadas en el sistema se propone una
“articulación idónea de los sectores involucrados en el Sistema Nacional de
Innovación Mexicano, con sus factores de integración”. En dicha articulación el
sistema nacional de innovación descansa en el sistema educativo. Dado que este
último es el detonador tanto de agentes innovadores como de emprendedores.
Ambos importantes para que la investigación alcance el ámbito de la aplicación.
Ilustración 1. “Articulación idónea de los sectores involucrados en el Sistema
Nacional de Innovación”
Fuente: Guerrero (2014)
La innovación tiene su raíz en el sistema educativo. Si no se fomenta la
creatividad desde temprana edad, difícilmente se forman agentes innovadores.
Una vez que se logra la formación de agentes innovadores y/o emprendedores en
el sistema educativo, se requiere de la alianza con el sistema empresarial. De no
existir mecanismos de vinculación entre los agentes formados por el sistema
educativo y el sector empresarial, se minan los resultados y la sustentabilidad de
las empresas. Diversos estudios han demostrado que las redes personales y los
vínculos entre distintos agentes económicos son los que facilitan la supervivencia
a largo plazo de las empresas. De hecho, para las empresas asiáticas, las redes
de contacto son importantes desde el inicio de la empresa. (Kantis, et al., 2002;
Ripollés y Blesa, 2006).
El sistema empresarial, toda vez que se vincula con el educativo, comparte sus
mejores prácticas y se apoya en el sector público a través de las diferentes
herramientas y sistemas institucionales, beneficiándose en su papel de
emprendedor con la creación de empresas competitivas que generen mayor
Cobertura
Medios
Seguimiento y registro de innovaciones
Sistema Empresarial
Sistema institucional
Agente
Innovador
Sector público
Empresa
competitiva con
mayor valor
económico
Medios
Sistema Educativo
valor económico. Sin embargo, el mayor reto es hacer que lo anterior se aplique
con una total cobertura en el país. Esto exige medios para lograr una amplia
articulación en términos geográficos, multisectoriales y económicos. En el
transcurso del proceso se requiere que en paralelo se sigan y registren las
innovaciones desarrolladas.
Las deficiencias en la calidad educativa y en la matriculación, particularmente en
educación secundaria, media superior y superior, limitan la contribución potencial
del capital humano a la economía. Esto constituye un desperdicio, dado el perfil
demográfico del país, que provee una ventana de oportunidad en los próximos
años (OCDE, 2012).
Los vínculos institucionales en el sistema mexicano suelen ser débiles o
inexistentes, pese a que son decisivos para facilitar el conocimiento y la
innovación. El nivel de eficiencia tecnológica de un país es factor básico que
determina su productividad, y el avance tecnológico es el “motor” que impulsa al
crecimiento económico. Las instituciones vinculadas a la innovación proporcionan
incentivos, información, recursos y una disminución de la incertidumbre; sin
embargo, se corre el riesgo de que los incentivos sean equivocados, la
información sea defectuosa, los recursos no sean suficientes y que la
incertidumbre no disminuya.
La innovación es un elemento fundamental que debe ser inculcado desde
temprana edad, por medio del sistema educativo. Una vez que la persona se
encuentre en educación superior, será cuestión de brindarle las herramientas que
conduzcan a ir más allá de la simple aplicación de los conocimientos adquiridos.
La innovación debe ser parte de la cultura.
Un indicador de la OCDE para la evaluación de los sistemas de ciencia y
tecnología, es el porcentaje de graduados de la licenciatura en ingeniería en
relación al total de graduados en educación superior. En este renglón, México
tiene una ventaja competitiva que necesita capitalizar. De acuerdo a la Asociación
Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) en la
matrícula total por áreas de estudio en el país, 2008-2009; que equivale a
2,296,381 de estudiantes, el 33.7% de la matrícula corresponde a ingeniería y
tecnología (García, 2009).
A pesar de ser la licenciatura en ingeniería el indicador propuesto por la OCDE, la
innovación debería fomentarse en todas las licenciaturas porque permitiría
potencializarla en la totalidad de los sectores económicos. Se ha planteado la
conformación de grupos inter y multidisciplinarios, surgiendo con ello una visión
más amplia del concepto “innovación”.
Lundvall (1992) identifica al conocimiento como el recurso fundamental para la
innovación. Considerando que el conocimiento es fruto de la experiencia y del
aprendizaje, el proceso más importante para un sistema innovador es el
aprendizaje. Este aprendizaje es interactivo, por lo que es un proceso socialmente
incluido, que no se puede entender si no se tiene en cuenta el contexto
institucional y cultural. Como parte del Sistema Nacional de Innovación se
menciona la necesidad de vincular al sistema educativo con el sistema
empresarial, público e institucional, porque una vez generados los conocimientos
es indispensable ponerlos en práctica para lograr perfeccionar los mismos y crear
valores económico y social. En este proceso, resultan cruciales las relaciones
articuladas entre dichos sectores. En Chile, por ejemplo, ya existen parques
tecnológicos y en diversas universidades sus direcciones de vinculación y
desarrollo tecnológico actúan como "traductores" de las necesidades del sector
productivo hacia las instituciones (Benavente, 2004).
Se necesita para ello crear redes que produzcan innovaciones con alto valor
agregado económico y social. Se precisa también la creación de parques
científico-tecnológicos que gestionen el flujo de conocimiento y tecnología entre
universidades, instituciones de investigación, empresas y mercados, e impulsen la
creación y el crecimiento de empresas innovadoras que fomenten el desarrollo
productivo en sectores estratégicos.
La deficiencia que se detecta en el actual Sistema Nacional de Ciencia y
Tecnología es que está enfocado a ofrecer apoyos y establecer vinculaciones
entre los niveles educativos de posgrado y los investigadores. La Secretaria de
Educación Pública (SEP) y el CONACYT apoyan conjuntamente los estudios de
posgrado y la consolidación de grupos académicos de investigación básica,
aplicada y para el desarrollo tecnológico. Aún en estos programas conjuntos no se
involucra a quienes se ubican en la educación básica o media-superior. Niveles
educativos clave para fomentar la creatividad y la innovación.
Tabla 1.
Número de empresas del sector productivo que introdujeron al mercado productos (bienes
o servicios) o procesos (incluye métodos) nuevos o significativamente mejorados, por
tamaño de empresa (2010-2011)
Tamaño de
empresa
Empresas que
introdujeron productos o
procesos
Empresas que
introdujeron productos a
Empresas que
introdujeron
procesos b
Total
2 944
2 363
1 724
751 y más
162
134
98
501 a 750
59
52
38
251 a 500
199
182
113
101 a 250
420
312
284
51 a 100
592
492
373
20 a 50
1 511
1 192
818
a Independientemente de si introdujeron procesos.
b Independientemente de si introdujeron productos.
Fuente: INEGI (2012)
Una vez que se cuenta con agentes innovadores, hay que integrarlos al sistema
empresarial. Las empresas innovan para la generación de valor económico y
hacer frente a la competencia en el mercado. La siguiente tabla muestra la
innovación por tamaño de empresas en México durante el periodo 2010-2011.
La innovación tecnológica genera externalidades que, en ocasiones, se traducen
en beneficios que fluyen a otros agentes económicos distintos a aquellos para
quienes se realizó la inversión requerida en investigación y desarrollo.
El Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 (PND) destaca la importancia de apoyar
las actividades científicas, tecnológicas y de innovación, de tal manera que se
reflejen en la mejora competitiva del país. Al ver a las empresas, no importando su
estratificación, como agentes detonadores de cambio y de mejora, es que se
puede entender la relevancia de impulsar un sistema nacional de innovación.
La experiencia mundial demuestra que las empresas son los agentes principales
de la innovación. En el caso de México, existen esfuerzos del sector privado por
incrementar sus capacidades en la generación de innovación, buscando mejorar
su competitividad; sin embargo, estos esfuerzos se han concentrado en algunas
empresas y ramas industriales, y no se han generalizado. Existe una baja
capacidad de absorción tecnológica en la mayor parte de las empresas de menor
tamaño, así como escasa innovación. Esta situación se refleja en la tendencia a
comprar tecnologías, imitar a los grandes competidores y en una visión de corto
plazo. Esta visión cortoplacista impide conceptualizar la importancia estratégica de
generar tecnología propia, incluso para propósitos de asimilación. Esto último se
hace patente en la limitada existencia de infraestructura y en la escasez de
recursos humanos para la investigación en el interior de las empresas.
Instrumentos detonadores de la innovación ofertados en México
México muestra un débil desempeño en ciencia e innovación. En 2009 el gasto
interno bruto en investigación y desarrollo (I+D) del país representó apenas el
0.44% del PIB, el porcentaje más bajo de la OCDE (prácticamente la mitad de lo
que invierte Turquía, con 0.85% del PIB, y muy por debajo de países como Corea,
con el 3.6%, Finlandia, con el 4%, o Israel, con el 4.3%). Especialmente, la
inversión empresarial en I+D es reducida. De ahí que fomentar la innovación sea
esencial para impulsar la productividad y crear nuevas fuentes de crecimiento.
Diversos factores explican la debilidad de la innovación en México. Entre ellos se
incluyen un marco legal deficiente y limitaciones de gobernabilidad en el sistema
de innovación. Sin embargo, actualmente el país realiza esfuerzos para superar
esas debilidades. Dos áreas de interés particular son la comercialización de la
investigación pública y la creación de condiciones para el emprendimiento
innovador. (OCDE, 2012)
Como parte del Plan Nacional de Desarrollo (PND), el Programa Especial de
Ciencia y Tecnología 2008-2012 (PECYT) propone fortalecer la apropiación social
del conocimiento y la innovación, y el reconocimiento público de su carácter
estratégico para el desarrollo integral del país, así como la articulación efectiva de
todos los agentes involucrados para alcanzar ese fin. Así, se promoverá que los
objetivos, estrategias y las acciones del PECYT generen efectos positivos en la
calidad de vida de la población y la atención de problemas nacionales prioritarios.
El PECYT se concibe como el programa del Ejecutivo Federal que permitirá
avanzar hacia un desarrollo económico nacional más equilibrado, que fomentará
las ventajas competitivas de cada región o entidad con base en la formación de
recursos humanos altamente calificados, que promoverá la investigación científica
en instituciones de educación superior y centros de investigación, y que impulsará
el desarrollo tecnológico y la innovación en las empresas, buscando la vinculación
entre todos los agentes del sector ciencia y tecnología para lograr un mayor
impacto social. El CONACYT es la institución encargada de formular e
implementar las políticas públicas de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) y de
promover la investigación, la innovación, el desarrollo y la modernización
tecnológica.
Para llevar a cabo su misión, el CONACYT cuenta con diversas herramientas a las
que pueden tener acceso los emprendedores y empresarios y beneficiarse de los
mismos, hacen falta proyectos de innovación que reclamen apoyos fiscales y
fondos públicos y privados; pero a su vez, hace falta que se den a conocer estos
programas en la comunidad y en todo el país, para que no se concentren
únicamente en una zona y de esta manera se logre un desarrollo regional y estatal
que alcance un impacto nacional.
Se creó la Red Nacional de Incubadoras de Empresas con el objetivo de identificar
a las incubadoras que cuentan con el talento humano y la infraestructura para
apoyar a los emprendedores a generar empresas competitivas y alineadas a las
vocaciones productivas regionales y/o de los sectores estratégicos de cada
entidad federativa.
Instrumento
Factor detonante de la innovación
Programa AVANCE
Creación de negocios basados en la explotación de desarrollos científicos y/o
desarrollos tecnológicos
Fondo Nuevo para
Ciencia y Tecnología
Estímulo fiscal para la investigación y desarrollo de tecnología
Programa de
Estímulos para la
Innovación
Estímulos económicos complementarios a las empresas que realicen
actividades de Investigación y Desarrollo Tecnológico
IDEA
Incorporación de un profesional con maestría o doctorado que mejore la
capacidad tecnológica de las empresas, a través de un proyecto
IBEROEKA
Estrecha la colaboración entre empresas y centros de investigación
FONCICYT
Fomento de la investigación científica y tecnológica entre México y la Unión
Europea
Cooperación
Tecnológica Bilateral
Promueve la transferencia y el intercambio de conocimientos y tecnologías
entre regiones
Estancias Sabáticas
en la Industria
Incorporación de investigadores y postdoctorados en las empresas para que
desarrollen tareas de investigación tecnológica e innovación en el sector
privado
Redes de Innovación
Promueve la articulación entre instituciones de investigación y empresas
Fondo de Innovación
Tecnológica
Apoya a las empresas micro, pequeñas y medianas y/o Empresas tractoras
Elaboración propia con base en Conacyt, (2014)
Como resultado, actualmente se cuentan con 217 incubadoras básicas y 16
incubadoras de alto impacto, dando un total de 233 incubadoras reconocidas. Las
primeras enfocadas en crear empresas de comercio, servicios e industria ligera;
mientras las segundas concentran sus esfuerzos en el nacimiento de negocios de
los sectores estratégicos determinados por cada estado.
En México más del 80% de las Instituciones de Educación Media y Superior no
cuentan con una metodología o contenidos que desarrollen habilidades o
conocimientos de emprendimiento. Solamente el cinco por ciento cuenta con un
programa formal enfocado a inculcar la cultura emprendedora en los jóvenes.
Estos datos reiteran la necesidad de lograr una mayor vinculación e integración en
los niveles de educación básica, media y superior a través de esquemas que
incentiven la innovación entre los jóvenes.
También existen las aceleradoras de empresas que se enfocan a empresas de
alto impacto que buscan impulsar su crecimiento, elevar su productividad,
posicionarlas en el mercado nacional y/o facilitarles el acceso al mercado
internacional. Actualmente se cuentan con 21 aceleradoras reconocidas en
territorio nacional. Estas aceleradoras, pasaron también por un proceso de
reconocimiento en la presente administración. El fortalecimiento de las
aceleradoras impulsa el ecosistema emprendedor y el crecimiento de empresas de
alto impacto. Las aceleradoras potencializan el talento innovador de las empresas
mexicanas en el extranjero y detonan el desarrollo de productos y servicios de alta
tecnología.
Dentro del Sistema de Innovación Mexicano existe un programa para el desarrollo
de las Industrias de Alta Tecnología (PRODIAT). Pretende impulsar el crecimiento
de las ventas, producción, empleo, valor agregado, productividad y competitividad
de las industrias de alta tecnología, por medio del otorgamiento de apoyos de
carácter temporal para la realización de proyectos que atiendan fallas de mercado.
Sin embargo, la cobertura del programa ha sido baja, en 2009 no otorgó apoyos,
en 2010 otorgó apoyos a 2 beneficiarios y en 2011 a 8 beneficiarios. De los datos
anteriores se deduce que la cobertura del programa es la siguiente, 2009: 0%,
2010: 0.04% y 2011: 0.14%. Sin embargo, este indicador no considera que al
otorgar apoyos a organismos empresariales y centros académicos es posible
beneficiar al mismo tiempo a otros grupos de la población objetivo.
Esta situación implica que la cobertura del programa es más amplia de lo que se
manifiesta con la población atendida directamente. El programa requiere
mecanismos de focalización, ya que por medio de las convocatorias recibe pocas
solicitudes de la población objetivo, pues descarta la mayor parte de las solicitudes
de apoyo que recibe. Dado el tamaño de su presupuesto sería deseable que
recibiera un mayor número de solicitudes de la población objetivo para entregar un
mayor número de apoyos y de esta manera también aumentar su cobertura.
Entre los esfuerzos conjuntos, SE y Conacyt, se ubica un fideicomiso público con
el propósito de apoyar, a las micro, pequeña y mediana empresas, así como a
personas físicas con actividad empresarial que desarrollen o adopten actividades
de Innovación y Desarrollo Tecnológico (preferentemente con propuestas sujetas
a patente). El fondo se orienta a nichos tecnológicos específicos tales como:
manufactura avanzada, tecnologías de la salud, agroalimentario, biotecnología,
nanotecnología.
A través del FIT se han atendido más de 580 empresas y destinado más de 1,500
mdp para el desarrollo de nuevos productos, procesos y servicios, a su vez se ha
logrado un efecto multiplicador de 1.2 en los recursos con la aportación de la
Iniciativa Privada apoyando iniciativas emprendedoras, de micro, pequeñas y
medianas empresas. Sin embargo los recursos destinados al FIT, pudieran ser
aún mayores.
Año
Proyectos
FIT*
IP*
Total*
2007
112
$325,624,101.35
$384,574,646.77
$710,198,748.12
2008
39
$78,804,981.51
$84,526,524.39
$163,331,505.90
2009
21
$61,858,702.63
$100,452,910.24
$162,311,612.87
2010
231
$644,379,645.44
$662,746,918.19
$1,307,126,563.63
2011
114
$286,419,351.00
$293,396,442.94
$579,815,793.94
2012
69
$179,854,338.00
$170,204,428.00
$350,058,766.00
Total
586
$1,576,941,119.93
$1,695,901,870.53
$3,272,842,990.46
Fuente: SE (2012)
El Gasto Nacional en Ciencia y Tecnología (GNCyT) en México durante 2011 se
ubicó en 111,065.3 millones de pesos, lo que representa el 0.77 por ciento del
PIB. El sector gobierno es el principal agente financiador de la ciencia y la
tecnología, al aportar 51.9 por ciento del total de la inversión, mientras que el
sector privado contribuye con una cantidad inferior equivalente al 42.8 por ciento, y
en tercer lugar se ubica a las instituciones de educación superior que pagan el 5.4
por ciento del gasto (Conacyt, 2011).
Financiamiento como detonador de la innovación
El financiamiento ha sido insuficiente para alcanzar niveles mundialmente
competitivos en actividades de Ciencia, Tecnología e Información (CTI), para lo
cual se requiere ampliar la participación de todos los agentes involucrados, en
particular la del sector privado. Asimismo, es necesario atraer inversión de fuentes
que no estén sujetas al proceso de asignación de fondos públicos, incluyendo
recursos de países y organismos internacionales.
Aun cuando se reconoce que las empresas constituyen los agentes centrales de
los sistemas de innovación, en el caso de México éstas aún no se consolidan en la
cadena educación-ciencia-tecnología-innovación. Para detonar la inversión de las
empresas en ese rubro, contribuir a la creación de empleos y ser más competitivos
es fundamental continuar y fortalecer los programas de incentivos a las empresas
que invierten en IDE, además de dar mayor protección a los derechos de
propiedad intelectual.
El gobierno federal tiene una importante responsabilidad en acciones como la
planificación de la ciencia y la tecnología, en concordancia con el Plan Nacional de
Desarrollo. Por otro lado, el financiamiento gubernamental es esencial no sólo en
el apoyo a la ciencia básica, sino también a los proyectos que vinculen la industria
con la universidad, tales como programas de riesgo compartido y otros
mecanismos diseñados para apoyar financieramente al sector productivo en el
desarrollo de investigación.
Sin embargo, el sistema empresarial debe hacer grandes esfuerzos por
incrementar su inversión en tecnología e innovación, para no depender de
recursos federales, ya que el beneficio es directo hacia las mismas empresas.
Sistema institucional e infraestructura como detonantes de la innovación
Aparte de los programas de apoyo para detonar la innovación en el sector público,
se cuentan con otras redes y/o sistemas institucionales, como se muestra en la
tabla 4.
Sistema/ Red/
Instituto
Características Principales
(Apoyo ofrecido)
Ventajas
Desventajas
Instituciones
de Educación
Superior (IES)
Comprende a las
universidades, institutos
tecnológicos y politécnicos,
centros e institutos que ofrecen
estudios a nivel licenciatura o
mayor.
Se puede lograr una
articulación a nivel nacional y
se tienen oportunidades
relevantes de lograr una
vinculación con el sistema
empresarial.
Carencia de profesionalización y
especialización de los responsables
de vinculación de las IES para la
innovación y explotación de la
información tecnológica.
Centros e
Institutos de
Investigación
Los centros e institutos de
investigación reúnen en un
mismo espacio a más de un
investigador para trabajar en
varias líneas de investigación
relacionadas entre sí.
El alto nivel de información
que se puede compartir entre
la comunidad científica y las
mejoras que se pueden
implementar.
Al no tenerse recursos destinados
de manera constante, puede verse
afectado el seguimiento a las
investigaciones y desarrollos
realizados.
Sistema
Nacional de
Investigadores
(SNI)
Fue creado en 1984 para
reconocer la labor de las
personas dedicadas a producir
conocimiento científico y
tecnología. Los estímulos se
han convertido en un
mecanismo para retener a los
investigadores en sus
instituciones, incrementar su
productividad, contribuir a la
profesionalización de la
actividad y hacerla más
atractiva para los jóvenes.
El sistema está representado
por todas las disciplinas
científicas que se practican en
el país, propicia que la
actividad científica se
desarrolle en todo el país.
Gran déficit en el número de
graduados de doctorado y, en
general, de profesionales de la
ciencia y tecnología que realicen
trabajos de investigación de alta
calidad.
Grupo de los
11 Vincula
Vincula es un grupo plural
creado tras un importante
acuerdo nacional para impulsar
la Ciencia, Tecnología e
Innovación (CTI). Está formada
por instituciones del sector
académico (3), empresarial (4)
y de gobierno (4).
Está dedicada exclusivamente
a la generación y uso de
conocimiento.
Han sido pioneros en
formalizar las vinculaciones y
alianzas entre los 3 sectores
que conforman la “triple
hélice”.
Esta institución no cuenta con la
difusión suficiente para impulsar la
CTI.
No cuentan con presupuesto
requerido para el sector científico y
tecnológico.
Coordinadora
Nacional de
las
Fundaciones
Produce, A.C.
(COFUPRO)
Es un organismo coordinador
que representa a las
Fundaciones Produce ante
instituciones públicas y
privadas a nivel nacional e
internacional, como una
respuesta a sus necesidades
comunes y limitaciones
individuales, en apoyo y
soporte a la innovación
tecnológica.
Se tienen 32 Fundaciones
Produce con presencia a nivel
nacional.
Apoya a los actores de las
cadenas agroindustriales en la
innovación tecnológica para
lograr un desarrollo
sustentable.
Asegura una mayor y mejor
generación de tecnología
agropecuaria y forestal.
Está enfocada únicamente al sector
agroindustrial.
Instituto
Mexicano de
la Propiedad
Industrial
(IMPI)
Es un Organismo Público
descentralizado, su objetivo es
que las actividades industriales
y comerciales del país, utilicen
el sistema de propiedad
industrial como un elemento de
protección legal en la distinción
y perfeccionamiento de sus
bienes y servicios.
Ofrece un respaldo legal ante
la propiedad de marcas, lucha
contra el plagio y permite
proteger la propiedad de
marca y de patentes.
Da un mayor respaldo a las
invenciones realizadas por las
personas tanto físicas como
morales.
Existe una alta burocratización para
realizar los trámites de registro de
marca y patentes, lo que inhibe la
participación de los ciudadanos a
acercarse a la institución.
La inversión en innovación permite incrementar la competitividad de un país; los
países emergentes usan el conocimiento y la innovación como motores de
desarrollo económico y el bienestar social. Razón por la cual se debe dar un
mayor enfoque en este rubro de inversión en México, ya que lo que se está
haciendo es invertir en la economía en el largo plazo. Entre los objetivos
específicos que mantienen los Parques Tecnológicos se encuentran: favorecer la
integración de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas en clústeres y
pabellones industriales; fomentar el desarrollo tecnológico en favor de estos
negocios y crear nuevas oportunidades empresariales. Los Parques Tecnológicos
son semilleros de empresas de base tecnológica, las cuales integran talento e
innovación de centros de investigación con visión comercial.
Con la innovación como eje rector en sus acciones, desde 2007 la Secretaría de
Economía emprendió la misión de colaborar en la creación de espacios físicos, en
los cuales la creatividad y el potencial para desarrollar nuevas tecnologías
florezcan y se conviertan en proyectos exitosos, esto a través del Programa de
Parques tecnológicos.
El trabajo realizado en estos parques, permite a los emprendedores convertirse en
agentes fortalecedores de la economía regional, los parques funcionan como un
detonador de creatividad. Los Parques Tecnológicos capitalizan el conocimiento
en desarrollo regional, mediante transferencia de tecnología. Es ahí donde recae
la importancia de que se logre vincular a los estudiantes a éstos parques para
obtener resultados que beneficien al sistema educativo y empresarial.
Los parques tecnológicos son un claro ejemplo de que la articulación entre los
sistemas educativos, públicos y empresariales pueden concretarse con éxito
propiciando un crecimiento y desarrollo regional y de igual manera de que son
espacios que cuentan con el más alto nivel de tecnología a disposición de los
emprendedores/empresarios que estén dispuestos a utilizar estos parques para el
desarrollo de sus innovaciones. Como se observa en el cuadro de Parques
Tecnológico que hay en México, estos se ubican principalmente en zonas
industriales, en todo el país existen 34 de ellos, sin embargo, no son suficientes
para detonar la cultura de innovación requerida.
La importancia que tiene el desarrollo regional equilibrado, explica que diversos
países hayan reconocido la necesidad de impulsar la descentralización de las
actividades científicas, tecnológicas y de innovación, reorientando sus políticas
públicas hacia ese fin.
El desarrollo de las actividades científicas y tecnológicas se ha concentrado en las
grandes ciudades, en regiones determinadas y en contadas instituciones. Por ello,
es urgente conseguir una distribución regional equilibrada de las actividades de
generación de conocimiento e innovación. Es indispensable distribuir la formación
de recursos humanos de alta calidad en el territorio nacional y lograr su
vinculación con las necesidades regionales y locales.
Se deben emprender acciones para que se logre que los apoyos, las instituciones
y las vinculaciones que se mencionan como parte del Sistema Nacional de
Innovación estén al alcance de cada individuo en el país, para que de esta manera
se alcance un beneficio uniforme y se detonen las áreas de oportunidad con base
a la vocación productiva que presenta cada Estado; desarrollando así su ventaja
competitiva que permitirá generar valor económico agregado a las empresas que
se ubiquen en la diferentes regiones.
Para lograr tener una cobertura en todo el país e incluso con aquellos mexicanos
que se encuentren fuera pero que continúen fomentando y desarrollando la
innovación, se debe contar con los medios que permitan lograr la difusión del
Sistema Nacional de Innovación.
La manera de tener un mayor alcance y garantizar el acercamiento hacia el
Sistema, es a través de sus mismos componentes, es decir, dando a conocer los
programas de apoyo que cada uno de ellos maneja, los resultados obtenidos a
través de sus casos de éxito y los beneficios alcanzados como resultado de los
procesos de investigación y desarrollo de la innovación.
Incluso la realización de eventos itinerantes de promoción en el país, en los cuales
se coordinen los sectores del Sistema, permitirá impulsar el interés en la
innovación en la sociedad, a través de conferencias, paneles, expo, entre otros.
Una opción que detonaría aún más la difusión de los programas es el contar con
una asignación de presupuesto, exclusiva para campañas a nivel país que den a
conocer los beneficios del Sistema Nacional de Innovación.
El Sistema Nacional de Innovación requiere que sea aprovechado por la mayor
cantidad de personas, para que de esta manera pueda cumplir su objetivo de
lograr un desarrollo económico nacional.
Seguimiento y registro de innovaciones
Parte del éxito del Sistema Nacional de Innovación consiste en dar seguimiento y
registro a las innovaciones desarrolladas para posteriormente compartirse las
mejores prácticas con otras empresas, incluso mejorarse para de esta manera
tener empresas competitivas con mayor valor económico agregado.
El número de patentes registradas en oficinas nacionales e internacionales de
patentes proporciona información valiosa sobre los niveles de capacidad
tecnológica, productividad y competitividad de los países y regiones. La
Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) publica bases de datos
de estadísticas de patentes a nivel internacional, llevando así un registro del
comportamiento de los diferentes países.
Patentes (Conacyt, 2011)
En el año 2000, de un total de 13,492 solicitudes de patente, 431 (3.2%) fueron de
titulares mexicanos. En 2010 ingresaron al Instituto Mexicano de la Propiedad
Industrial (lMPI) 15,527 solicitudes de patente, de las cuales 951 (6.12%)
correspondieron a solicitantes mexicanos. Si bien entre el 2000 y el 2010 se
observa un incremento de 120% en el número de solicitudes de mexicanos, la
participación de titulares mexicanos sigue siendo baja. Las patentes concedidas a
nacionales pasaron de 118 en 2000 a 229 en 2010.
Las cifras anteriormente mencionadas son preocupantes ya que nos deja ver el
reducido nivel de creación de patentes y de registro de las mismas, llevando la
ventaja los extranjeros.
En el marco internacional, México tiene uno de los más bajos niveles de patentes
tríadicas, estando ubicado por debajo de Brasil e incluso de Sudáfrica. Al hacer el
comparativo con los países más avanzados se muestra como Alemania presenta
ante la EPO (Oficina Europea de Patentes) más de 27,000 solicitudes al año;
Francia más de 9,500; Suiza más de 6,700; Holanda 6,000; Reino Unido más de
5,400; Italia más de 4,000 y España casi 1,500.
En lo referente a patentes solicitadas ante la USPTO (Oficina norteamericana de
patentes) en 2010 Japón presentó casi 45,000; Alemania más de 12,000; Francia
4,450; Italia 1,789. En 2011 Alemania presentó en China 11,422 patentes, Francia
casi 4,000; Holanda 3,000; Reino Unido 1,876; Italia 1,245 y España solo 592. En
ambos casos, México se encuentra por debajo de éstos números.
Respecto a las causas por las que los investigadores o inventores mexicanos no
presentan un mayor número de solicitudes para el trámite de una patente, influyen
varios factores: la falta de cultura sobre la importancia de la propiedad intelectual
debidamente protegida; la desconfianza en presentar ante el IMPI -es decir, ante
el gobierno- lo que pueden considerarse secretos industriales y, en el caso de
investigadores que laboran en universidades o centros de investigación, la falta de
políticas internas en materia de propiedad intelectual que regulen lo que le
corresponde al investigador en caso de la venta o licenciamiento de una patente.
Hay una relación directa entre el nivel de patentes de un país o una región, su
desarrollo económico y consecuentemente sus perspectivas de futuro. La
ausencia de protección se traduce en una falta de competitividad que limita la
internacionalización y consecuentemente el desarrollo económico del país. Esto a
su vez pone en desventaja a México, ya que no se protegen los registros
desarrollados con tanto esfuerzo, dejando así la oportunidad de explotarlos a
otros.
México debe dar la mayor importancia a la cadena educación-tecnología-
innovación, que son actividades estratégicas para una economía más competitiva,
generadora de empleos y con mejor nivel de vida de la población. Dado el carácter
transversal de las actividades científicas, tecnológicas y de innovación, la
inversión que se realice en estos campos permitirá atender las necesidades
básicas de la población como la pobreza, vivienda, empleo, educación de calidad,
salud, cuidado del ambiente y agua, y suficiencia energética, entre otros.
Conclusiones
La descentralización, así como el proceso de reforma y liberalización de mercados
han sido excesivamente improvisados para México. La reconstrucción de las
instituciones, programas y redes de apoyo para las actividades de investigación,
desarrollo e innovación se encuentra ante un doble reto: articular lo desarticulado
ante la reconfiguración espacial propias de la apertura mexicana, al mismo tiempo
que avanzar con pasos agigantados para alcanzar la cohesión y consolidación del
sistema nacional de innovación mexicano. Se requiere de fortalecer la propia red
institucional con el fin de disminuir al máximo las duplicidades y los esfuerzos
aislados en material de apoyo a la innovación y al emprendimiento. En la medida
en que se integre y dinamice la red de instituciones se alcanzará una vinculación
más estrecha entre el sector educativo, empresarial y público que facilite
ambientes incentivadores de la innovación.
Si no se considera al prescriptor, emprendedor y/o innovador como posibles
agentes frontera, si no se considera que estos roles pueden fusionarse en un solo
individuo y no necesariamente tener papeles independientes, se seguirá
mermando en resultados.
Se necesita utilizar los medios adecuados para lograr una cobertura total en el
país y muy importante es el dar seguimiento al registro de las innovaciones para
lograr obtener las mejores prácticas.
Para lograr la articulación idónea del Sistema Nacional de Innovación en función
de la realidad mexicana habrá que fortalecer y en su caso hacer aplicar las
diferentes normatividades enfocadas en la innovación y la aprobación del
Programa Especial de Ciencia y Tecnología (PECYT), impulsando al cumplimiento
a lo planteado en estas mismas y que no solo queden como propósitos y anhelos
de incrementar la competitividad del país.
Por otro lado, es importante mejorar la vinculación de las políticas de apoyo a la
investigación, el desarrollo y la innovación, incluyendo en ellas a las empresas
mediante estímulos fiscales e incentivos para las PyMEs innovadoras.
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