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CANARIAS EN EL IMAGINARIO JAPONÉS: EL ANÁLISIS DE TRES NARRATIVAS
Anuario de Estudios Atlánticos
ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria (2011), núm. 57, pp. 525-562
CANARIAS EN EL IMAGINARIO JAPONÉS:
EL ANÁLISIS DE TRES NARRATIVAS
CONTEMPORÁNEAS
THE CANARY ISLANDS IN THE JAPANESE
IMAGINARY: THE ANALYSIS OF THREE
CONTEMPORARY NARRATIVES
Rosalía Ávila Tàpies* y Josefina Domínguez Mujica**
Recibido: 26 de mayo de 2010
Aceptado: 30 de junio de 2010
Resumen: Las experiencias trans-
culturales y el sentido del lugar han
adquirido un importante protago-
nismo en la Geografía actual. Este
artículo aborda las percepciones,
sentimientos y transformaciones
que experimentan tres súbditos ja-
poneses en el proceso de «extraña-
miento» que supone su estancia en
Canarias. El relato de sus vivencias,
que recogen tres libros autobiográ-
ficos nipones, publicados en 2002,
2004 y 2005, constituye un valioso
testimonio de interculturalidad. El
estudio pormenorizado de dicha
narrativa revela muchas de las cla-
ves de los procesos transculturales:
actitudes encontradas frente a la
cultura de pertenencia y la extranje-
ra, una nueva postura crítica al dis-
Abstract: The transcultural experi-
ences and the sense of place have
acquired an important prominence
in the present day Geography. This
article deals with the perceptions,
feelings and transformations of
three Japanese subjects in the proc-
ess of strangement that they feel
during their stay in the Canary Is-
lands. The narrative of their experi-
ences, depicted in three autobio-
graphical Japanese books,
published in 2002, 2004 and 2005,
is an intercultural valuable proof.
The detailed study of the fiction re-
veals many of the keys of
transcultural processes: opposing
attitudes faced up to the belonging
culture and to the foreign culture, a
critical stance started from a grea-
* Doctora en Letras por la Universidad de Kioto. Geógrafa. 15-1 Kitazono-cho,
606-0831 Japón. Correo electrónico: avila@ares.eonet.ne.jp
** Doctora en Geografía, Profesora Titular de Geografía Humana. Universidad de
Las Palmas de Gran Canaria. C/ Pérez del Toro, 1. 35003. Las Palmas de Gran Cana-
ria. España. Correo electrónico: jdominguez@dgeo.ulpgc.es. Teléfono: 928-451-736
ROSALÍA ÁVILA TÀPIES Y JOSEFINA DOMÍNGUEZ MUJICA
Anuario de Estudios Atlánticos
ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria (2011), núm. 57, pp. 525-562
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poner de mayores perspectivas de
análisis, la añoranza y el recuerdo
del pasado, no sólo del lugar de ori-
gen sino también de aquel otro que
constituyó un importante intermez-
zo en sus vidas...
Palabras clave: colonia japonesa,
relato, lugar, experiencias transcul-
turales, imaginario
ter analysis perspectives, the yearn-
ing and the past memory, not only
from the original place but also
from that which represented an im-
portant intermezzo in their life...
Key words: Japanese community,
narrative, place, transcultural expe-
riences, imaginary
«...desde antiguo, las islas Canarias han sido llamadas «las
islas Afortunadas». Con el tiempo, se ha establecido una in-
tensa relación con Japón por la importación de atún y pul-
po. Los isleños son amables y los japoneses que aquí resi-
den son personas afortunadas»1.
1. INTRODUCCIÓN
A pesar de los flujos globales de información que nos envuel-
ven, las islas Canarias siguen siendo unas grandes desconocidas
en Japón y un destino turístico poco frecuente. Se suele ignorar
que existen importantes intereses económicos entre ambos ar-
chipiélagos y que reside en ellas una colonia de expatriados
cuyos orígenes están íntimamente relacionados con la actividad
pesquera de la flota nipona a escala global, que desde la déca-
da de los sesenta del siglo pasado ha hecho del Puerto de la Luz
y de Las Palmas su base de operaciones en el Atlántico y en el
Mediterráneo2.
1 FUNAKOSHI (2005), p. 5. Texto original en japonés. La traducción al es-
pañol es nuestra.
2 Este artículo forma parte de una investigación conjunta de las dos au-
toras, cuyos resultados han sido presentados en International Conference on
Transnational Processes and Crossing Places, 18-21 de junio de 2009 en Las
Palmas de Gran Canaria y en EUGEO 2009 Congress, 12-15 de agosto en
Bratislava (Eslovaquia). Las autoras desearían agradecer aquí la cooperación
de la Oficina Consular de Japón en Las Palmas de Gran Canaria y el apoyo
académico recibido por la comisión de estudio de la globalización y flujos de
movilidad internacional (Globility) de la Unión Geográfica Internacional
(UGI/IGU).
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La morfología litoral del territorio insular nipón, particular-
mente favorable al desarrollo marítimo de este estado, ha garan-
tizado una especialización económica que lo ha convertido en el
primer país pesquero del mundo, tanto por el volumen de cap-
turas y nivel de consumo, como por la propia actividad que
despliega en casi todos los océanos de la Tierra. Desde los años
sesenta sus cuidados, modernos y potentes barcos pasaron tam-
bién a formar parte de la estampa portuaria canaria, desarro-
llándose importantes lazos económicos entre ambos archipiéla-
gos. Aún hoy, y a pesar de la crisis pesquera, Japón es uno de los
principales destinatarios de las exportaciones de productos ma-
rinos desembarcados en Canarias, especialmente de atún y pul-
po, y los intercambios comerciales continúan siendo importan-
tes. Los contactos que este encuentro ha originado han
trascendido más allá de la visita episódica de las tripulaciones
niponas, habiendo fructificado también ciertas iniciativas em-
presariales que, en general, se hallan directa o indirectamente
relacionadas con la propia actividad pesquera3.
1.1. La colonia japonesa en Canarias
El despliegue de estas actividades económicas fue dando
lugar a una colonia de residentes japoneses concentrada en la
ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, que era atendida por el
consulado de Japón, el colegio japonés, la casa de Japón, la aso-
ciación de japoneses en Las Palmas e, incluso, por enfermeras
niponas enviadas ex profeso. Según el registro consular4, esta
colonia llegó a alcanzar un máximo de 365 residentes en 1977,
aunque el número de transeúntes no registrados superaría am-
pliamente esta cifra.
A partir de finales de los años setenta, sin embargo, la colo-
nia perderá población y dinamismo, de forma paralela al des-
censo de la actividad pesquera, quedando afectada la autonomía
3 DOMÍNGUEZ (1996), p. 275.
4 Los datos estadísticos están referidos a la población registrada de na-
cionalidad japonesa (incluyendo la de doble nacionalidad), que ha residido
en el área jurisdiccional del consulado por más de 3 meses. GAIMUSHO
- (1978).
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del consulado, y produciéndose el cierre del colegio y de la casa
de Japón5. En el momento actual, la comunidad japonesa que
reside en Canarias cuenta con 125 miembros (2010)6, y destaca
por su relación con las actividades pesqueras y por su alta tasa
de matrimonios y uniones internacionales7, características que
la diferencian de otros asentamientos japoneses en el exterior.
Además, su estructura por edades muestra ciertos signos de
envejecimiento, con un claro predominio de varones en las eda-
des más avanzadas, resultado de su origen inmigrante y marine-
ro: son los «hombres del mar» (umi no otoko), que han decidi-
do hacer de Canarias «el lugar donde acabar sus días» (tsui no
sumika)8.
5 El descenso de japoneses afectó a estas instituciones y a la asistencia
prestada. Así, el consulado general de Japón, inaugurado en el año 1965 pasó
a ser oficina consular a partir de 2004 (abril). El colegio japonés «rasuparu-
masu nihonjin gakko
-» en Tafira Baja, abierto en el año 1973 (octubre) como
el tercer colegio japonés más antiguo de Europa y el primero de España, se
cerró definitivamente en el 2000 (marzo). Lo mismo sucedió con la casa de
Japón en el Monte Lentiscal, que se inauguró en 1967 (abril) con el nombre
oficial de «rasuparumasu nihon sen’in hoken fukushi kaikan», como una or-
ganización dependiente del consulado (club japonés de asistencia y bienes-
tar de los marineros en Las Palmas). En 1973 (octubre) se ampliaron sus
instalaciones con un «anexo», en los alrededores. El edificio principal se
cerró en 1981 (junio), y el anexo en 1985 (diciembre). El envío de enferme-
ras niponas a los hospitales Queen Victoria y Santa Catalina, para la asisten-
cia médica de los marineros japoneses, se produjo entre 1971 y 1981.
FUNAKOSHI (2005), p. 18, 20, 21 y pp. 31-33. SAITO (2004), p. 23.
6 Explotación estadística del Padrón. Datos provisionales. INE.
7 Se trata de matrimonios internacionales conformados en su mayoría
por un japonés y una canaria. En Gran Canaria estarían registrados 52 ma-
trimonios mixtos, el 68 % del total de los matrimonios de la colonia gran-
canaria en 1998, contraídos por antiguos capitanes de barco, marineros,
personal de compañías comerciales etc., aunque el número real de uniones
internacionales sería mayor, FUNAKOSHI (2005), pp. 29-30.
8 FUNAKOSHI (2005), p. 10, 12. Hacemos notar aquí que en la transcrip-
ción de los términos japoneses al alfabeto romano hemos prescindido del
macrón indicador de las vocales largas en los nombres propios de personas
y topónimos. Nota de las autoras.
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1.2. El análisis de las narrativas japonesas
A pesar de los lazos socioeconómicos que unen a ambos
archipiélagos, la presencia japonesa en las Islas no ha sido to-
davía objeto de análisis académico detallado9. Es por ello que
intentamos cubrir parte de esta laguna de investigación, exami-
nando aquí las experiencias interculturales de tres japoneses
que residieron en la isla de Gran Canaria entre los años 1995 y
2001. Así pues, desde una perspectiva cualitativa, analizaremos
sus narrativas biográficas en lengua japonesa, publicadas en tres
libros editados tras su regreso a Japón, que hemos traducido e
interpretado para la ocasión. Señalamos que estas narrativas
han sido escritas en primera persona, y que sus mismos autores
son los narradores y protagonistas de las experiencias que se
cuentan. Todas ellas tienen como objeto el relato de las viven-
cias de sus autores en Canarias en una reconstrucción selectiva
del pasado, razonadas según los distintos valores e intereses de
cada escritor10, y su idiosincrasia personal.
Probablemente, los autores de estas publicaciones resumen,
amplían, embellecen y omiten ciertos aspectos de su experien-
cia, al contar sus vivencias, estando además sometidos a las li-
mitaciones propias del lenguaje11. Por ello, si bien es cierto que
una narrativa jamás es una copia perfecta de la realidad obser-
vada, los relatos que nos ocupan son valiosos, porque constitu-
yen las únicas obras escritas por japoneses dedicadas exclusiva-
mente a las Islas Canarias. Esto nos permite profundizar en las
experiencias vividas y en los mundos interiorizados de tres «ex-
traños» y nos lleva, indirectamente, a conocer numerosos aspec-
tos de la presencia japonesa en Canarias. Por otra parte, sus
autores nos muestran unos conocimientos y experiencias ad-
9 En la obra de DÍAZ-HERNÁNDEZ, de 1990, Origen geográfico de la actual
población de Las Palmas de Gran Canaria, no fue seleccionado ningún súbdi-
to nipón, entre los residentes extranjeros encuestados. Tampoco hemos encon-
trado referencia alguna a la comunidad japonesa en el libro de PÉREZ-
RODRÍGUEZ, de 1991, La entrada y establecimiento de extranjeros en Canarias.
10 RIESSMAN (1993), p. 64.
11 RIESSMAN (1993), p. 64. HERMAN (2005), p. 14.
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quiridos en el lugar y basados en él, lo que resulta doblemente
interesante, desde un punto de vista geográfico. No conviene ol-
vidar que el sentido del lugar ha adquirido un nuevo protago-
nismo en Geografía, desde su temprana formulación por Yi-Fu
Tuan y otros autores, en la década de los años setenta. En la
bibliografía geográfica actual, «los lugares son percibidos como
una combinación de escenario, paisaje, ritual, rutina, y en el
contexto de otros lugares»12, produciéndose un renovado interés
por los lugares lejanos y las narrativas de viajes. En este marco
académico, nos preocuparemos por interpretar y reflexionar
sobre el «nuevo» lugar (Canarias) vivido por tres japoneses, y
esa «topografía de la alteridad» construida en sus narrativas,
que alude a una diferencia en todos los sentidos: otra naturale-
za, otra historia, otras gentes, otras costumbres, etc.13
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que se trata del aná-
lisis de unas narrativas personales situadas en un discurso cul-
tural japonés14, traducidas e interpretadas por investigadoras
con una biografía personal y profesional distinta. Por tanto, re-
conocemos de antemano que nuestra interpretación es personal,
parcial y dinámica; y admitimos la posibilidad de otras interpre-
taciones alternativas, aceptando la naturaleza multinivel de
cualquier análisis de textos15.
A continuación mostramos las características básicas (publi-
caciones, autores y organización en capítulos) de las narrativas
objeto de estudio y, seguidamente, pasaremos a analizar sus
contenidos a través del examen de los temas que han sido tra-
tados por los autores. Por último, realizaremos una valoración
general de sus aportaciones.
12 FISHWICK (1992), p. 57.
13 De este modo, los autores «traducirán un espacio en otro» en una su-
puesta «práctica de domesticación» que implica un contacto cultural que
hace que no pueda hablarse de espacios puros, sino de espacios intermedia-
rios, o de transculturación. Citando a Litvak en GARCÍA RAMÓN (2008), p. 19.
14 Sobre el análisis de narrativas japonesas en España ver ÁVILA (2007,
2008a, 2008b).
15 RIESSMAN (1993), pp. 60-61; LIEBLICH (1998), p. 10.
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2. CARACTERÍSTICAS DE LAS TRES NARRATIVAS
Las narrativas que analizamos a continuación reconstruyen
las experiencias significativas de una turista visitante (Keiko
Sugiyama), de un maestro de primaria (Keiichiro Saito) y de un
cónsul de Japón (Hiroshi Funakoshi), que residieron en Gran
Canaria durante distintos periodos de tiempo. Tal y como es
común en las narrativas biográficas, los autores se han referido
continuamente a acontecimientos externos, en relación con los
cuales han ido inscribiendo su vida en un doble discurso: por
una parte, un enunciado de hechos y acontecimientos y, por
otra, lo que piensan y sienten ante ellos16. En este artículo aten-
deremos a estos dos discursos de la «historia», considerando las
convergencias y divergencias entre los tres relatos.
No es nuestro propósito incidir de forma particular en el
análisis de la estructura de las narrativas, el «discurso», aunque
brevemente apuntamos aquí que se ha seguido un orden te-
mático (Saito y Funakoshi) o cronológico (Sugiyama) de los
acontecimientos narrados, y que los relatos terminan con una
reflexión de extensión variable sobre la significación de las expe-
riencias socioculturales habidas en Canarias. También, y en re-
lación con la estructura, añadiremos que a los relatos los sepa-
ran aspectos tales como el grado de profundidad y rigor en el
análisis de los temas tratados, por lo que encontramos «ocu-
rrencias de tertulia» junto a análisis serios. Asimismo, destaca-
mos que los tonos predominantes en ellos son también distintos
según cada autor: intimistas y empáticos (Sugiyama), humorís-
ticos y satíricos (Saito), e informativos y profesionales (Fu-
nakoshi). Sugiyama se mostrará considerada, y evitará comen-
tarios negativos o comprometidos respecto a lo que sucede a su
alrededor17. Por el contrario, la narrativa de Saito presenta
abiertamente sus perplejidades cotidianas, ofreciendo opiniones
y críticas. El relato de Funakoshi será el más analítico y formal,
16 Función referencial y modal. Citando a Bruner en BOLÍVAR (2002), sec-
ción ¿Cómo quedamos?, párrafo 4.
17 Desconocemos si Sugiyama escribe así por ingenuidad o por cortesía
a sus anfitriones, cuyos nombres e imágenes incluye en el libro.
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tomando a menudo, al igual que Saito, una actitud crítica. Este
último llegará a censurar la política de su gobierno respecto a
varios asuntos como: los acuerdos diplomáticos pesqueros, el
tratamiento concedido a las escuelas japonesas en el extranjero,
el problema de las bases estadounidenses en Okinawa, etc. y
también extenderá sus críticas a algunos comportamientos di-
plomáticos oficiales canarios, alejados de los convencionalismos
internacionales.
En cuanto al estilo literario, se advierte una mayor esponta-
neidad y reactividad emocional hacia las experiencias inmedia-
tas en el diario de Sugiyama18. Una mayor frialdad o distancia-
miento caracteriza las memorias de Funakoshi y Saito que,
cuando fueron escritas, ya habían pasado por el filtro de un lar-
go periodo (cinco años). También se reconoce en las narrativas
un interés común por la búsqueda de conexiones y conca-
tenaciones causales o cronológicas entre sucesos, especialmen-
te, en el libro del cónsul Funakoshi.
Finalmente, y con respecto a la estructura de las obras, se-
ñalaremos que en ellas se incluyen fragmentos de artículos (de
periódico, folletos etc.), se intercalan citas de libros19, fotogra-
fías, mapas, y se transcriben diálogos fruto o bien de una capa-
cidad retentiva prodigiosa, o de una reconstrucción ficticia a
posteriori, circunstancias que no podemos discriminar.
18 La elección de un género literario considerado «menor» (el diario per-
sonal) es un rasgo típico de las mujeres viajeras desde el pasado; así también,
el carácter autobiográfico del diario parece «una manera menos agresiva
para las mujeres de entrar en la parcela del espacio público», tradicionalmen-
te reservada a los varones, ver NOGUÉ (1996), p. 93.
19 Incluyendo libros escritos por profesores locales, citándose (traducción
literal del japonés): El silbo gomero de Ramón Trujillo y Los cuatro viajes de
Colón y las Islas Canarias de Antonio Tejera Gaspar, FUNAKOSHI (2005),
pp. 193-194 y p. 198. Las citas bibliográficas estarían incompletas. Nota de
las autoras.
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FIGURA 1. Portada y contraportada de Guran Canaria Ho
-monki (2002)
© Keiko Sugiyama, Seishiolo
-, 2002
FIGURA 2. Portada y contraportada de Canaria Shoto
- Tabitabi no Tabi (2004)
© Keiichiro Saito, To
-yo
- Shuppan, 2002
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2.1. Sobre las publicaciones
Los tres libros presentados a continuación fueron escritos
independientemente y publicados en los años 2002, 2004 y 2005.
Sus géneros literarios corresponderían al de diario de viaje
(Sugiyama) y al de memorias de una estancia (Saito y Funa-
koshi). Además del texto principal incluyen mapas, fotografías
e, incluso, una bibliografía complementaria (Funakoshi).
El diario de viaje de Sugiyama fue publicado seis meses des-
pués de su regreso a Japón, aunque desconocemos si la versión
editada fue redactada totalmente in situ, como su estilo querría
dar a entender. Las memorias de Saito y Funakoshi, por su par-
te, fueron publicadas aproximadamente cinco años después de
su retorno20 (véase cuadro 1).
FIGURA 3. Portada y contraportada de Viva! Canaria (2005)
© Hiroshi Funakoshi, So
-dosha, 2005
20 Por ciertas coincidencias en la estructura, los temas y los comentarios
valorativos, pensamos que el cónsul Funakoshi pudo haber leído el libro de
Saito publicado un año y 8 meses antes.
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CUADRO 1
Datos bibliográficos
Título Autor Año de
publicación
Momento de
publicación
Género
literario
Información
adicional
Guran Canaria Hǀmonki
(Diario de una visita a
Gran Canaria)
Keiko
SUGIYAMA 2002 Tras su regreso
(aprox. 6 meses
después)
Diario de
viaje Páginas (166),
fotografías (19)
y mapas (1)
Canaria Shotǀ Tabitabi
no Tabi (El archipiélago
canario: un viaje, viaje)
Keiichiro
SAITO 2004 Tras su regreso
(aprox. 5 años
después)
Memorias
de una
estancia
Páginas (229),
fotografías (3) y
mapas (3)
Viva! Canaria Hiroshi
FUNAKOSHI 2005 Tras su regreso
(aprox. 5 años
después)
Memorias
de una
estancia
Páginas (255),
fotografías (13),
mapas (9) y
bibliografía
2.2. Sobre los autores
Entre las características personales de los autores destaca-
mos que son una mujer, Keiko Sugiyama, y dos varones, Keii-
chiro Saito y Hiroshi Funakoshi (véase cuadro 2), que llegaron
a Canarias a los 60, 31 y 62 años de edad, respectivamente, con
conocimientos de español nulos (Sugiyama y Saito) o limitados
(Funakoshi). Ellos son los protagonistas de las experiencias que
relatan y que vivieron, como turista que iba a visitar a una an-
tigua compañera de colegio y a su familia nipocanaria (Sugi-
yama); como joven maestro de primaria (Saito) y como cónsul
de su país (Funakoshi). Estos dos últimos viajaron acompaña-
dos de sus esposas, y Canarias representó para ellos un destino
laboral asignado por instituciones oficiales japonesas: el antiguo
Ministerio de Educación y el Ministerio de Asuntos Exteriores,
respectivamente.
Cada uno de ellos tenía un estatus legal de residencia y una
categoría profesional diferentes, por lo que se situaban en nive-
les socioeconómicos divergentes. Por tanto, observaban realida-
des distintas, cuestión que presumimos influirá en sus experien-
cias e interpretaciones de lo vivido. Cabe subrayar aquí que
todos ellos llegaron con muy escasos conocimientos de España
y de Canarias. Así, Sugiyama escribe que, antes de venir, sólo
había visto algunos documentales sobre España en la televisión
japonesa, y que acababa de leer en japonés la «Historia de Es-
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paña» de Pierre Vilar. Además, le eran conocidos Buñuel, Dalí y
Lorca21.
Saito admite que, cuando le anunciaron su destino, tuvo que
buscar la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria en un atlas,
porque nunca antes había oído hablar de ella, y sólo sabía que
España era la tierra del flamenco, de los toros y de la Sagrada
Familia, pero que estaba contento «de poder ir al país de las
luces y sombras, de la pasión»22. Funakoshi afirma que para él
España significaba «el país vivido por Don Quijote, Don Juan y
Carmen, donde cada día había toros y flamenco»23.
CUADRO 2
Datos sobre los autores
Autor Sexo Fecha de
nacimiento Prefectura
de origen Estatus en
Canarias Profesión
actual Estancia en
Canarias
Keiko
SUGIYAMA Femenino 1941 Tokio Turista ? 11 días
(2001)
Keiichiro
SAITO Masculino 1964 Ibaraki Maestro del
Colegio Japonés
en Las Palmas
Maestro de
primaria 3 años
(1995-1998)
Hiroshi
FUNAKOSHI Masculino 1936 Shimane Cónsul de Japón
en Las Palmas Catedrático
universitario 2 años
(1998-2000)
2.3. Sobre la organización interna de las obras
Las tres narrativas se estructuran en capítulos, epígrafes y
subepígrafes, titulados en su comprensión en retrospectiva del
pasado (Véase cuadro 3). En el caso del diario de viaje de
Sugiyama, los contenidos mantienen un orden cronológico, or-
ganizándose por días, como si de un verdadero diario se trata-
ra, y con una extensión capitular bastante homogénea. En las
memorias de la estancia de Saito y Funakoshi, predomina un
21 Sugiyama admitirá que conocía poco de Gran Canaria, y que «buscan-
do información sobre ésta en internet, sólo aparecía como una isla de clima
templado, o como la meca del surfing, pero que esta información no le re-
sultaba particularmente interesante», así que decidió ir a la Oficina Españo-
la de Turismo en Tokio donde obtuvo unos folletos informativos en inglés
sobre las Canarias, SUGIYAMA (2002), p. 13.
22 SAITO (2004), p. 2, 5.
23 FUNAKOSHI (2005), p. 75.
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orden temático, no siempre lineal en el tiempo, y con extensio-
nes capitulares más variables que en el diario de Sugiyama.
En particular, el libro de Funakoshi muestra una división
capitular mucho más pormenorizada y cuidadosa que los otros
dos.
CUADRO 3
La organización en capítulos
Autor y obra Capítulos
SUGIYAMA, Keiko:
Guran Canaria Hǀmonki
(Diario de una visita a
Gran Canaria)
1. (días 18-19) Aterrizaje. Comida. Árbol de fuego (Flamboyán). Playa de las
Canteras. El Dedo de Dios.
2. (días 20-24) Hacia el Sur: Playa del inglés. Palmitos Park. El show del bar gay.
Viaje a la costa sur. Telde. Barbacoa.
3. (días 25-26) Amigos: Freya y Ryszard. Charo.
4. (día 27) Hacia la montaña: Merche. Teror. Roque Nublo. Lección.
5. (día 28) El último día: Museo Canario. Señor Alfredo.
6. (día 29) Epílogo.
7. Post scriptum.
SAITO, Keiichiro:
Canaria Shotǀ Tabitabi
no Tabi (El archipiélago
canario: un viaje, viaje)
Prólogo
1. La vida diaria en las Islas Canarias:
El primer acercamiento a Canarias.
El colegio japonés de Las Palmas.
Canarias vista desde la ventana del coche.
De compras.
La noche del vino.
Diálogo cómico en español.
Opiniones sobre los desechos.
“El infortunio de los demás sabe a miel”.
2. Viajes por las Islas Canarias:
Un viaje, viaje.
Veteranía: Gran Canaria.
Triste recuerdo: Tenerife.
Mi querido Manrique: Lanzarote.
Pánico en: Hierro.
El mundo de los demonios: Gomera.
Buscando la isla azul: Fuerteventura.
Propósito cumplido: La Palma.
3. La despedida de las Islas Canarias:
La cuenta atrás.
El ¿feliz? Japón.
Epílogo.
ROSALÍA ÁVILA TÀPIES Y JOSEFINA DOMÍNGUEZ MUJICA
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(Continuación) CUADRO 3 (Continuación)
La organización en capítulos
Autor y obra Capítulos
FUNAKOSHI, Hiroshi:
Viva! Canaria
Prólogo.
1. Los japoneses afortunados que viven en el “Hawaii del Atlántico”.
1.1. Los japoneses afortunados.
1.2. La mayor base pesquera japonesa en el exterior.
1.3. La forma de vida de la comunidad nipona.
2. Mis pájaros canarios: dicha y separación.
2.1. El origen de los canarios.
2.2. La tragedia de MƯkǀ, mi primer canario.
2.3. El encuentro con MƗkǀ, mi segundo canario.
3. Los canarios que atienden bien a los japoneses.
3.1. Diez personalidades importantes de las islas.
3.2. To
y
ota
y
Yomiuri.
4. Los canarios adoran las fiestas.
4.1. Carnaval: “el entierro de la sardina”.
4.2. Devoción de un pueblo de pescadores a la Virgen de las Nieves.
4.3. Antigua capital venerando el milagro de Santiago apóstol.
4.4. Pino, la santa patrona de Canarias.
4.5. La festividad de San Juan, el Obon español.
4.6. Carmen, la santa patrona de los hombres del mar.
5. Retrato de siete islas hermanas.
5.1. La isla de Lanzarote: el silencio de la luna.
5.2. La isla de Fuerteventura: el paraíso del windsurf.
5.3. La isla de Gran Canaria: el paraíso terrenal donde los alemanes desearían
pasar el final de su vida.
5.4. La isla de Tenerife: Aogeba Tǀtoshi al Fuji canario.
5.5. La isla de La Gomera: la amante de Colón y la comunicación silbada.
5.6. La isla de La Palma: el mayor observatorio astronómico del mundo.
5.7. La isla de El Hierro: el Pozo de la Salud del finisterre.
6. Luchas sangrientas en torno al “portaviones insumergible” canario.
6.1. La sublevación del golpe de estado del general Franco se inició en Canarias.
6.2. La batalla naval donde el almirante Nelson perdió su brazo derecho.
6.3. El encuentro entre el “submarino I” de la armada nipona y el “U-boat” de la
Alemania nazi.
7. Capítulo final: Okinawa y el archipiélago canario.
Post scriptum.
Bibliografía.
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CANARIAS EN EL IMAGINARIO JAPONÉS: EL ANÁLISIS DE TRES NARRATIVAS
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3. EL ANÁLISIS DE LAS NARRATIVAS
A continuación abordamos el análisis de las narrativas des-
de un enfoque categórico y de contenido, planteado a partir del
tratamiento de las cuestiones que más han interesado a sus pro-
tagonistas; de sus nuevas experiencias y sensaciones; de su re-
adaptación a Japón, etc.
3.1. ¿Qué aspectos de Canarias han sido tratados?
En las narrativas existen ciertos temas que han sido aborda-
dos comúnmente desde distintas perspectivas y que presenta-
mos en los siguientes subepígrafes: aspectos geográficos, histo-
ria y folclore, lengua castellana, relaciones interpersonales e
intereses japoneses en Canarias.
3.1.1. Los aspectos geográficos del Archipiélago
Desde el inicio, las tres narrativas destacan las característi-
cas fisiográficas del archipiélago canario en comparación con
Japón y con otras regiones del mundo. Así por ejemplo, el cón-
sul Funakoshi afirma que son comparables a las islas Hawaii
«pero sin tanto verde», y las denomina el «Hawaii del Atlánti-
co», aunque reconoce que al principio le recordaron más a las
Galápagos24. A distinta escala, también los autores encuentran
similitudes entre el Teide y el Monte Fuji25, y entre las localida-
des de Teror y Shinshu (Nagano).
24 FUNAKOSHI (2005), p. 7. También Sugiyama las había comparado con
las Galápagos, SUGIYAMA (2002), p. 149.
25 Véase la comparación en el libro del cónsul Funakoshi, en el epígrafe
«5.4. La isla de Tenerife: Aogeba To
-toshi al Fuji canario». Aogeba To
-toshi es
el título de una canción japonesa que suele interpretarse en las escuelas du-
rante la ceremonia de graduación. Se trata de una canción de despedida y
agradecimiento a los maestros. Aquí vendría a significar un «adiós al Teide».
Nota de las autoras.
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En los relatos se mencionan con más o menos detalle los
elementos y factores climáticos que explican la fisonomía singu-
lar del archipiélago, incidiendo en fenómenos meteorológicos
como la «panza de burro» y los vientos alisios. Igualmente se
destacan los abundantes recursos turísticos de las Islas, como
las playas, los deportes marinos, las infraestructuras hoteleras
etc. (aunque los protagonistas no participan particularmente del
turismo de playa), y también sus recursos pesqueros gracias a la
gran cantidad de plancton de las aguas del Atlántico.
Muestran admiración por la flora que crece en Canarias: por
el flamboyán, los hibiscus y las buganvillas, con flores todo el
año, y por el drago canario; así como por la fauna: las ballenas
y las aves, como mirlos y canarios, que incluso se llegan a criar
en casa.
Aunque el objeto de atención principal de las narrativas es la
isla de Gran Canaria, «un continente en miniatura»26, que es
donde los tres autores residieron, Saito y Funakoshi describen
el resto de las islas que han ido visitando a lo largo de su larga
estancia, atendiendo principalmente a sus mayores atracciones
turísticas, e intercalando más o menos breves explicaciones so-
bre su historia, geografía, arte y tradiciones, y mencionando en
ocasiones las problemáticas que las envuelven: el déficit hídrico,
el despoblamiento, la fragilidad del ecosistema y otras. Asimis-
mo y bajo una concepción determinista, se llegará a señalar la
influencia climática en los habitantes27.
3.1.2. La historia y el folclore canarios
Los autores valoran el alto contexto cultural en que se ins-
criben los comportamientos de los canarios, así como del resto
26 «Chiisana tairiku», Sugiyama adopta el término y lo traduce al japonés
de forma literal, explicando que define bien a la isla de Gran Canaria porque
contiene la variedad de paisajes que existen en los continentes de la tierra,
SUGIYAMA (2002), p. 104.
27 «Si estás bajo el cielo azul canario, al soplo de la brisa marina y expues-
to al sol brillante, cualquier sentimiento oscuro desaparece», SAITO (2004),
p. 102; y sobre la influencia del clima en el comportamiento de las cucarachas
y de los isleños, «tranquilos y sin agobios», SAITO (2004), pp. 96-97.
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de los españoles, fruto de una larga historia y de una rica y va-
riada cultura. En las tres narrativas se muestra interés por el
patrimonio artístico-cultural canario, y por la cultura canaria
contemporánea y sus representantes (César Manrique, Alfredo
Kraus, etc), así como por los extranjeros ilustres vinculados a
Canarias como Alexander von Humboldt y José Saramago. Tam-
bién aparecen intercalados en los relatos algunos episodios de la
historia canaria y peninsular, que darían sentido a la realidad
socioeconómica que observan.
Los escritores afirman o dejan entrever «que los españoles se
sienten muy orgullosos de su lengua y de su historia»28. Se men-
ciona, particularmente, la historia de los siglos XV y XVI, citán-
dose a Cristóbal Colón y su impronta en las islas. Asimismo se
explica el papel que las islas jugaron en el descubrimiento, con-
quista y colonización de América (especialmente La Gomera) y
sus consecuencias geopolíticas y culturales para España. Seña-
lan también el pasado de España como potencia colonial y
marítima, aunque sólo el cónsul Funakoshi llega a escribir so-
bre la historia de España en el siglo XX, especialmente sobre la
Guerra Civil y sus implicaciones para el país y para el mundo29,
lo que demuestra su mayor formación educativa.
En las tres narrativas aparecen anotaciones sobre la cultura
prehispánica y el origen y la huella cultural de los antiguos ca-
narios: la lengua y los restos arqueológicos (inscripciones, mo-
mias, cuevas, pirámides), mostrándose curiosidad por la ascen-
dencia étnica de los isleños y por la inmigración de distintas
poblaciones europeas y norteafricanas, a lo largo de la historia,
hasta la inmigración ilegal africana actual. De forma particular,
Sugiyama está sumamente interesada en el fenómeno del mes-
tizaje cultural y racial canario30, resultado de la historia y de la
inmigración de distintos pueblos. Funakoshi elogia, por su par-
28 SAITO (2004), p. 82. FUNAKOSHI (2005), p. 187.
29 Pensamos que la alusión a estas dos épocas refleja su conocimiento
previo de la historia de España, pues España suele aparecer sólo en dos oca-
siones en los libros de texto de historia universal japoneses: la primera cuan-
do crea su imperio colonial y marítimo, y la segunda cuando se produce la
Guerra Civil. Nota de las autoras.
30 SUGIYAMA (2002), p. 156.
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te, «las exitosas estrategias geopolíticas que, en la búsqueda del
beneficio del estado, crearon la riqueza nacional: el regalo de
una generación a la siguiente»31; y declara envidiar el amplio
campo emigratorio de los españoles y las diversas posibilidades
en la elección de destinos de emigración que los japoneses no
tienen. También subraya la importancia de las relaciones frater-
nales fruto de esta historia pasada entre Canarias y Venezuela,
Cuba y Uruguay.
El folclore canario es objeto de atención especial en el rela-
to de Funakoshi, así como los juegos y los deportes tradiciona-
les autóctonos, como «la lucha canaria», «el palo canario» y «el
salto del pastor». Las fiestas religiosas como las romerías, la
festividad de San Juan y el carnaval, así como los cantos y bai-
les tradicionales (folía, isa y malagueña canaria) le interesan
mucho, por lo que lamenta las pocas oportunidades habidas
para disfrutar del folclore y los bailes canarios32.
Funakoshi también realiza una larga descripción de los car-
navales canarios (los de Las Palmas de Gran Canaria y Santa
Cruz de Tenerife), incluyendo la participación entusiasta de la
asociación de residentes japoneses (nihonjin-kai) en el pasado,
cuando el número de dichos residentes nipones en las Islas esta-
ba en su máximo y, según su testimonio, los vigorosos marine-
ros actuaban en el desfile cargando palanquines sintoístas (omi-
koshi), al tiempo que gritaban: «wasshoi!, wasshoi!»33, y tocaban
los tambores japoneses (taiko), siendo muy bien acogidos por el
público canario34.
3.1.3. La lengua castellana
Los tres autores inciden en que el español es una lengua
muy extendida, con un gran número de hablantes nativos y, a
31 FUNAKOSHI (2005), p. 187.
32 Op. Cit. (2005), p. 111.
33 «Wasshoi!, wasshoi!» es una interjección japonesa usada por un grupo
de personas cuando se realiza un gran esfuerzo colectivo, o cuando se nece-
sita mantener el ritmo. Podría traducirse como: ¡Ahora! o ¡Ea, Ea!. Nota de
las autoras.
34 Op. Cit. (2005), pp. 104-105.
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pesar de su limitada competencia lingüística, muestran curiosi-
dad e interés por el castellano y por sus divisiones dialectales,
incluida la variante canaria así como por la lengua «guanche».
Hay una tendencia común en los tres autores a explicar el ori-
gen histórico y etimológico de los topónimos y se documentan
acerca de ello en distinto tipo de publicaciones, aunque su co-
nocimiento es un tanto superficial y no contrastado35.
En la narrativa del maestro Saito se dedica un espacio im-
portante a aspectos lingüísticos del español y, más específica-
mente, a los morfológicos. Él se sorprende de que se hable poco
inglés y otros idiomas extranjeros en España, y lo atribuye al
orgullo que los españoles sienten por su lengua, como quedaría
demostrado en el doblaje al castellano de las películas extranje-
ras36. Desde un gran respeto por las distintas formas lingüísticas
y dialectales tanto en España como en Japón, Saito destaca la
pluralidad lingüística del estado español y apunta que una ca-
racterística de la modalidad canaria del castellano es que tiende
a simplificar sonidos37 y a tener palabras propias como «papa»
y «guagua». Desde lo cómico, presenta una retahíla de palabro-
tas en español (coño, hijo de puta, cabrón, maricón, gilipollas,
cornudo38...) y destaca que éstas suelen estar relacionadas con el
35 Así, por ejemplo, respecto al origen del término Canarias, Sugiyama
afirma que deriva de la palabra «canaria» que significaba perro en la lengua
local y que, por su abundancia, dieron nombre a Gran Canaria, SUGIYAMA
(2002), p. 28. Saito escribe que Canarias viene de «can» que significaba perro
en latín, SAITO (2004), p. 21. Funakoshi señala que el término Canaria tienen
su origen en el del latín «canum» que significa perro, pues éstos eran nume-
rosos cuando llegaron los romanos, por lo que decidieron bautizarla con el
nombre de «insula canum», FUNAKOSHI (2005), pp. 38-39. Saito nos cuenta
además que en un libro local encontró escrita la siguiente historia: «Hace
mucho, mucho tiempo, un hombre llamado Bethencourt llegó a una isla. En
ella había muchos perros. Entonces dijo —Oh! ésta es la isla de los perros—
por ello le puso a la isla el nombre de Canaria. Fin», SAITO (2004), p. 21.
36 En Japón las películas extranjeras suelen proyectarse en lengua origi-
nal y con subtítulos en japonés. Nota de las autoras.
37 Escribe que en el dialecto canario se suprime la «s» final y se dice
«adio» en vez de «adiós» y «bueno dia» el lugar de «buenos días», simpli-
ficándose todo, SAITO (2004), p. 82.
38 Pese a lo inadecuada que pueda resultar la inclusión de estas palabras
en un artículo científico, nos pareció necesario mantenerlas por fidelidad al
texto original. Nota de las autoras.
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sexo, algo que no sucede con las palabras malsonantes de la
lengua japonesa. También enumera palabras homófonas en es-
pañol y japonés (vaca, ajo, cava, cine, bus...) y sus distintos sig-
nificados en una u otra lengua, imaginándose posibles situacio-
nes incómodas en conversaciones interculturales.
Traduce muchos términos al japonés, aunque comete errores
en su deletreo y exageraciones39. Asimismo, se entusiasma con
el silbo gomero (también lo hará Funakoshi) como lenguaje de
comunicación a largas distancias, y por el hecho de que haya
«clases de lenguaje silbado» en los colegios gomeros, llegando a
declarar que «este lenguaje silbado debería ser considerado
como la quinta lengua oficial de España»40.
3.1.4. Las relaciones interpersonales
Las narrativas reflejan el interés de sus autores por las gen-
tes de su nuevo entorno, y recogen las historias personales de
otros residentes japoneses y las relaciones de los autores con ca-
narios y ciudadanos de otros países, a través del trato particu-
lar o profesional con éstos.
En la narrativa de Sugiyama se demuestra un interés muy
marcado por las relaciones familiares y amistosas de su amiga
Chie. Sugiyama narra la historia personal de ésta, señalando
detalles íntimos y psicológicos de Chie y de su familia intercul-
tural. También describe a las personas que le son presentadas:
nombres y apellidos, direcciones, fotos etc. fijándose particular-
mente en las mujeres y su espacio doméstico.
En las memorias de Saito aparecen pocos retratos persona-
les. Nos cuenta anécdotas de sus alumnos en el aula, en la pis-
cina, en campo de fútbol, etc, haciéndonos sonreir cuando escri-
be sobre sus errores en el uso de la lengua japonesa, pero
apenas se menciona a la colonia nipocanaria propiamente, aun-
39 Apunta erróneamente, por ejemplo, que «chocho» significa mariposa
en japonés y aparato genital masculino en español, SAITO (2004), p. 84.
40 SAITO (2004), p. 179. No está desencaminada esta valoración del silbo
gomero pues dicha modalidad de lenguaje fue declarada por la UNESCO, el
30 de septiembre de 2009, «patrimonio inmaterial de la humanidad».
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que se comentan aspectos del personal docente japonés de su
colegio, de los padres japoneses de los alumnos, etc. Por otra
parte, tampoco se detiene en el análisis interior de las vidas o de
las actividades diarias de los canarios.
Funakoshi, por el contario, nos presenta a numerosas perso-
nas españolas y extranjeras, entre los que hay mandatarios,
científicos, pescadores, taxistas, turistas etc., a los que fue cono-
ciendo tanto en su tiempo libre, como durante en el ejercicio de
su trabajo. En su interés por acostumbrarse pronto a la vida
local, el cónsul Funakoshi se entrevistó, recién nombrado, con
residentes japoneses en las Islas, a los que llama «japoneses
afortunados»: una japonesa casada con un español (Sumiko),
un ex-capitán de barco (Oike), un ex-marinero (Yamada) y un
cocinero okinawense (Gushiken). Estos residentes le cuentan
sus vidas y los motivos de su prolongada estancia. También
transcribe las confesiones de una española (Carmen), respecto
a su antigua convivencia con un japonés casado41.
En su función de cónsul hace numerosas visitas protocola-
rias a altos dignatarios, a personalidades públicas locales (pre-
sidentes de cabildos insulares, delegados del gobierno, alcaldes)
y a los comandantes de los tres ejércitos, sobre los que se com-
placerá en darnos detalles e impresiones, tanto de éstos como de
sus entornos.
Funakoshi relata los pormenores de sus encuentros con los,
en aquel entonces, presidente del tribunal superior de justicia de
Canarias, delegado del gobierno central en Canarias (Antonio
López), jefe de la policía nacional en Canarias (Javier Balleste-
ros), comisario de la policía de Las Palmas de Gran Canaria,
comisario de la policía de Maspalomas (localidad del sur de la
isla), responsable de la autoridad portuaria (Luis Hernández)42,
presidentes autonómicos (Manuel Hermoso y Román Rodrí-
guez) y otras autoridades de las islas que visitó en calidad de su
41 Los nombres seguramente son ficticios. Nota de las autoras.
42 De éste se escucharán comentarios halagadores que se transcribirán:
«la conducta de los barcos pesqueros nipones es siempre correcta. Todos
están limpios y no crean ningún problema. Para el puerto de Maspalomas
son muy buenos clientes», FUNAKOSHI (2005), p. 67.
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cargo43. Luego destaca la influencia que tuvieron estos contac-
tos con su persona, así por ejemplo, reconoce que se animó a
leer al Quijote tras la buena impresión que se llevó de Javier
Ballesteros, natural de La Mancha, y a interesarse más por la
cría de palomas mensajeras por la influencia del vicepresidente
Lorenzo Olarte, un gran aficionado a ellas44.
3.1.5. Los intereses japoneses en Canarias
Solamente en el relato de Funakoshi hallamos mención con-
creta a los intereses económicos nipones en la isla, que no inte-
resan especialmente a Sugiyama, y tampoco mucho a Saito,
pero que sí son objeto de atención del primero.
Desde el consulado, Funakoshi se ocupa del registro maríti-
mo de los barcos pesqueros japoneses y de la administración
consular. Es el responsable, por un lado, de las certificaciones
de las revisiones periódicas de los barcos, la recepción del infor-
me de navegación y, por otro, de la expedición de visados, trá-
mites del registro civil, protección de los expatriados nipones,
etc45. El cónsul nos explica con conocimiento de causa, pues, las
actividades pesqueras y las actividades comerciales: la pesca del
atún rojo, la exportación a Japón de los productos marinos, las
problemáticas legales asociadas a las empresas niponas en el
exterior, etc.
Describe también con detalle la naturaleza y las actividades
de la asociación de residentes japoneses, del colegio japonés, de
la casa del Japón, etc. Como agente diplomático, que represen-
ta y cuida los intereses de los súbditos japoneses, Funakoshi se
interesa por la vida privada y las experiencias de la comunidad
43 A veces será explícito, así, aludiendo al banquete del Día de los Cón-
sules, nos presenta a los personajes «números dos y tres de Canarias», refi-
riéndose al presidente del parlamento canario Bravo de Laguna y el vicepre-
sidente Olarte, FUNAKOSHI (2005), p. 74.
44 A propósito de ello nos explica el caso de la llegada casual de una
paloma mensajera de la isla japonesa de Shikoku a Las Palmas, FUNAKOSHI
(2005), p. 61 y pp. 75-77.
45 FUNAKOSHI (2005), p. 17.
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nipona. Afirma, y transcribe entrevistas con japoneses de larga
residencia o historias de relaciones afectivas entre japoneses y
españoles que ha escuchado accidentalmente, ofreciendo ade-
más datos inéditos no publicados sobre la colonia nipona en las
Islas.
3.2. ¿Cuáles han sido las nuevas experiencias
y sensaciones?
Las narrativas muestran el descubrimiento de unas gentes y
una cultura hasta ahora desconocidas y el reto de la transcultu-
ralización (propia o ajena). También se reconoce la experiencia
del viaje como un proceso de descubrimiento personal y de «li-
beración del yo», y como una oportunidad para crecer y recon-
siderar la propia cultura, desde la distancia, y a la luz de la cul-
tura anfitriona, una cultura que les proporciona, después de la
extrañeza, un cierto regocijo y nuevas claves de interpretación
de la vida.
3.2.1. El contacto con una nueva cultura
En general, el contacto con la cultura canaria se valora como
una experiencia muy positiva y las narrativas reflejan el intento
personal de conocer y adaptarse al nuevo medio, muy distinto
al de su cultura original, sin percibirse en ningún caso aisla-
miento social o emocional durante su estancia en Canarias.
Para Sugiyama consistirá sólo en un breve viaje, pero para Saito
y Funakoshi la experiencia canaria se extenderá varios años, y
llevará consigo una obligación laboral y una voluntad de dedi-
cación a su profesión de maestro y cónsul, respectivamente, con
una actitud abierta y receptiva.
Este encuentro intercultural les ha suscitado, sin embargo,
pensamientos sobre las diferencias entre Japón y España en
cuestiones tales como: el contacto físico y la intimidad, la ali-
mentación, la educación de los niños, el civismo, la práctica
diplomática, la forma de solucionar los problemas, etc. y ha
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hecho aflorar nuevos sentimientos. Así, por ejemplo, el maestro
Saito destaca que el contacto con esta sociedad tan distinta le
ha producido miedo (delincuencia) y alegrías (nudismo)46; Sugi-
yama reconoce haberse impresionado por la expresión libre de
los sentimientos, en todas las edades, y el cónsul Funakoshi, por
su parte, el haber sentido vergüenza por los besos recibidos de
sus interlocutoras.
En cuanto a la cultura material, descubren una nueva gas-
tronomía, empezando por el vino español (peninsular y cana-
rio), que algunos beben con agrado por primera vez. También se
aficionan a otros productos típicos de la tierra que no se consu-
men en Japón, como el jamón ibérico, el conejo, las croquetas
de bacalao, las tapas, las aceitunas, el azafrán, etc., aunque
Saito y Funakoshi reconocen que echaban de menos su comida
habitual, y que durante su estancia también consumían frecuen-
temente comida china y japonesa. A este respecto, el matrimo-
nio Funakoshi admite que viajaba con su botellín de salsa de
soja, para aderezar el pescado asado que le servían en los res-
taurantes canarios.
Por otra parte, la estancia en Canarias representa para ellos
la oportunidad de disfrutar del contacto con animales desco-
nocidos, como el camello o los pájaros canarios. Así, tanto Saito
como Funakoshi relatan la nueva experiencia de subirse a un
camello en Lanzarote, junto con sus familiares acompañantes.
Montado a camello, Saito asegura que se sintió como Lawrence
de Arabia, en el mismísimo escenario del rodaje de la película.
Funakoshi, por su lado, nos cuenta la práctica de criar y cuidar
en casa a dos canarios: el primero de los cuales fue atacado por
un ave mayor, en la terraza (probablemente un cernícalo) lo que
ocasionó la muerte del canario. Este episodio le produjo al cón-
sul cierta desolación y un gran sentimiento de culpabilidad,
porque consideraba que se había descuidado, algo que conside-
raba incompatible con el cariño que les profesaba, porque ha-
bían cambiado el ambiente de su casa y sus hábitos matinales
y los de su esposa.
46 SAITO (2004), pp. 131-132.
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3.2.2. Los estereotipos y las realidades
En las narrativas del cónsul Funakoshi y del maestro Saito
se admite que llegaron a las Islas con algunos tópicos y estereo-
tipos sobre España y que, durante su estancia, éstos se fueron
destruyendo. El cónsul Funakoshi, por ejemplo, reconoce que
llegó con una serie de prejuicios, pero que viviendo en Canarias
y viajando por España se dio cuenta de «cuánto trabajan los
españoles, qué amables son, cuán afables son hacia los japone-
ses y qué talento rebosante de creatividad poseen»47.
A nivel diplomático, Funakoshi escribe que, entendió ense-
guida que se encontraba en unas Islas «caracterizadas por la
libertad y la practicidad, no embargadas por las formas»48. Tam-
bién Saito, normalmente cómico y burlesco, se enoja cuando los
concursos de la televisión nipona que presentan países (Espa-
ña), no reflejan la realidad y están plagados de errores y exage-
raciones. A este respecto, refiere el ejemplo de que en un con-
curso dedicado a la familia española, se aseguraba que en
España era de buena educación dejar comida en el plato, que se
ingerían cuatro comidas copiosas al día, y que se dormía la sies-
ta, tras el almuerzo y hasta las seis de la tarde49. Saito replica en
su libro que esto es inexacto, y que lo que de comer tanto y tan-
tas veces se aplicaría mejor a las mujeres japonesas de media-
na edad (obachan) que a los españoles50, pues aquéllas, «a las
diez y a las tres de la tarde, se llenan de dulces y otras cosas, por
lo que puede que la cantidad ingerida sea mayor»51.
En un tono más formal, y sobre los rasgos peculiares de los
españoles, Funakoshi aprecia su gran orgullo y su sentido del
47 Op. Cit. (2005), p. 75.
48 Op. Cit. (2005), p. 55.
49 Op. Cit. (2004), pp. 110-112.
50 Op. Cit. (2004), p. 111.
51 Continúa «así que si un reportero español viera eso, e informara de que
«los japoneses hacen cinco comidas al día» no habría porque extrañarse.»
SAITO (2004), p. 111. En Japón existe la costumbre de hacer un descanso a
las diez de la mañana y a las tres de la tarde (entre el desayuno y el almuer-
zo, y entre éste y la cena) para tomar un refrigerio. Nota de las autoras.
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honor. Asegura que, como ciudadanos; tienen mucha personali-
dad, y que las «luces y sombras» caracterizan al país, por su
carácter dual y contradictorio de celoso y bienhechor, lo que le
hace pasar del amor al odio fácilmente y lo que aúna el indivi-
dualismo con el humanismo52. También afirma que debe valo-
rarse altamente la sabiduría del pueblo español en la toma de
decisiones históricas, como por ejemplo el mantenimiento de la
neutralidad durante las dos guerras mundiales53. Respecto a
Canarias, concretamente, Saito insiste en que el tiempo corre
más lentamente en Canarias que en Japón, tan lentamente «que
parece que no corra»54 y usa el término «canarismo»55 como
talante distintivo de los habitantes de las Islas, resumiendo los
tres principios vitales canarios ante los problemas: «no proble-
ma», «no pasa nada» y «hasta mañana» 56.
3.2.3. Similitudes con la cultura nipona
Funakoshi encuentra ciertas afinidades en las manifestacio-
nes culturales de ambos pueblos, así como semejanzas en las
costumbres y supersticiones campesinas niponas y canarias.
Escribe que la verbena de San Juan le recuerda al Bon Odori
japonés57, por las fogatas y la gente rodeándolas y el disfrute del
espectáculo de los fuegos artificiales58. También indica que la
virgen del Carmen sería el equivalente al kami Konpira japonés,
siendo ambos los santos patrones de los navegantes59. Afirma
que estas coincidencias sugieren la «comunalidad» en el fondo
del espíritu humano. Asimismo, en los juegos y deportes tradi-
cionales se reconocen muchos parecidos. Ve semejante la «lucha
canaria» al sumo
- japonés, aunque con la diferencia importante
52 FUNAKOSHI (2005), p. 168. Vemos que también usa la expresión «hikari
to kage»(«luces y sombras») coincidiendo con Saito, SAITO (2004), p. 2.
53 Op. Cit. (2005), pp. 187-188.
54 SAITO (2004), p. 206.
55 «Kanariaizumu» en SAITO (2004), p. 165.
56 Op. Cit. (2004), p. 118, 165.
57 Baile folclórico de las noches de verano. Nota de las autoras.
58 Op. Cit. (2005), p. 118.
59 Op. Cit. (2005), p. 119.
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de que en la primera participan mujeres60 y en en el sumo
- no;
también el «garrote» («palo canario») es comparable al kendo
- o
esgrima japonesa.
Respecto a los caracteres de las gentes de ambos pueblos, el
mismo Funakoshi incide en que, a pesar de las obvias diferen-
cias, ha «descubierto similitudes entre los habitantes de Cana-
rias y los japoneses, como serían: la diligencia, la honestidad, el
orgullo, la precaución y la modestia, resultado de que ambos
son pobres e insulares, que han sufrido desastres naturales y
ataques de enemigos exteriores»61. Más adelante compara Gali-
cia con la prefectura de Iwate en el NE de Japón, y señala que
ambas han dado origen a muchos jóvenes que han tenido éxito
en la vida como dirigentes o militares de carácter sobrio y obs-
tinado, como el general Franco y Fidel Castro (segunda genera-
ción de emigrantes)62.
A nivel socioeconómico, Funakoshi encuentra similitudes en-
tre Canarias y su país, en el conflicto de intereses con EE UU, por
la protección de la producción agrícola local. Así, siente una gran
empatía por la isla de La Palma, por su intento de proteger la
producción y comercialización del plátano ante los poderosos in-
tereses de las compañías transnacionales norteamericanas, y com-
para «la cultura del plátano de La Palma», con «la cultura del
arroz japonesa», ambas hostigadas por EE UU, lo que para él pone
en evidencia las luces y sombras del capitalismo63.
3.2.4. Las sorpresas
La diferencia de prioridades, valores y actitudes que se esta-
blece entre ambas culturas, y la división horaria de las activida-
des a lo largo del día, son aspectos que sorprenden en general
a los autores. A Sugiyama y a Saito les llama particularmente la
60 Es probable que la moderna práctica de la lucha canaria por parte de
algunas jóvenes, llevara a equivocarse al cónsul, ya que las competiciones
deportivas de lucha canaria son sólo de hombres. Distinta es la práctica de
yudo por mujeres. Nota de las autoras.
61 FUNAKOSHI (2005), p. 186.
62 Op. Cit. (2005), p. 235.
63 Op. Cit. (2005), pp. 206-207.
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atención la preocupación por el acondicionamiento, decoración
y cuidados de la vivienda, y el gran dinero que se invierte en
ella, y también la costumbre de mostrar toda la vivienda al invi-
tado, algo que no se hace en Japón. Así, escriben: «todos los ca-
narios se ocupan mucho de la decoración de sus casas» y «se
gasta demasiado dinero en las casas»64, «los canarios se gasta-
rían todo el dinero en la casa. Ellos mantienen las casas extre-
madamente limpias»65.
Tanto interés les merece su arreglo y limpieza, que las llegan
a comparar con hoteles de lujo. Saito considera que este trato
sería equivalente al cuidado del automóvil en Japón. A Sugiya-
ma también le sorprende la amplitud de los espacios y el núme-
ro de propiedades inmobiliarias que una familia puede llegar a
poseer, algo que sería impensable en su país.
A Saito le molesta el poco civismo que observa y es muy
crítico ante el descuido y la dejadez de las calles y espacios
públicos de Canarias, así como del inadecuado tratamiento de
los desechos, llegando a afirmar que, para los canarios «fuera
del interior de la casa y del coche, todo es un cubo de la basu-
ra»66, lo que lo hace quejarse de la suciedad y de las consiguien-
tes abundantes cucarachas. Asimismo, y en sentido negativo,
señala la atención deficiente al cliente en los comercios, la falta
de respeto a las normas de tráfico, la venta ambulante en las
calzadas, la mendicidad como una forma de vida, el gusto exce-
sivo por las colectas y la lotería etc. Por contraste, Funakoshi
recalca la agradable sorpresa de encontrarse con unos servicios
sanitarios del más alto nivel, sin ninguna diferencia con Japón,
y la existencia de una Seguridad Social gratuita67. También en
más de una ocasión se admira de la capacidad laboral de las
mujeres canarias, y afirma que «la posición de las mujeres en
España es alta, en todas partes hay mujeres sobresalientes»68.
A Funakoshi también le asombran las actividades del Rotary
64 SUGIYAMA (2002), pp. 133-134.
65 SAITO (2004), p. 36.
66 O incluso un lavabo. Op. Cit. (2004), p. 94.
67 FUNAKOSHI (2005), pp. 155-156. La Seguridad Social japonesa es uni-
versal pero no es gratuita. Nota de las autoras.
68 Op. Cit. (2005), p. 125.
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Club de Las Palmas, y agradece sus atenciones para con Japón
en la celebración del aniversario del emperador. Aprovecha para
destacar que a los españoles les encantan las festividades, que
no hay país que los supere en ese gusto. Según él, forman parte
de su vida cotidiana, son fiestas bien completas y de larga du-
ración, celebrándose un total de 25 mil fiestas anuales69. Conti-
núa diciendo que España es, por antonomasia, «el país de la
cultura de las fiestas»70, un país con una gran cultura de cele-
braciones y tradiciones, cuya frecuencia y escala harían palide-
cer a la misma Kioto71. Los españoles son unos artistas a la hora
de divertirse y «este gusto por las fiestas forma parte de la esen-
cia e idiosincrasia española y canaria; de alguna misteriosa hor-
mona o fragancia que emanan las fiestas, se forja la vitalidad, la
alegría y el encanto de los españoles»72.
3.2.5. El viaje como una transformación personal
La idea de que el viaje a Canarias supuso una transforma-
ción y un proceso de descubrimiento personal se repite en las
narrativas. En la de Sugiyama, la experiencia canaria se descri-
be, explícitamente, como una verdadera «liberación del yo»73,
cuando en la Playa del Inglés contempla un espectáculo gay en
alemán74. Saito escribe que su experiencia laboral en la escuela
japonesa de Las Palmas estuvo repleta de nuevas experiencias y
pasiones, y fue «mi escuela de la vida»75, asegurando que Cana-
69 FUNAKOSHI (2005), p. 97.
70 «Supein wa omatsuri bunka no kuni da», Op. Cit. (2005), pp. 119-120.
71 La ciudad de Kioto fue la capital de Japón durante más de mil años (794-1868)
y posee un rico patrimonio histórico y cultural. Nota de las autoras.
72 Op. Cit. (2005), p. 120.
73 «Jibun wo kaihôshita yôna kibun ni narikaketemoita», SUGIYAMA
(2002), p. 74.
74 En el show del bar gay escribe que experimentará por vez primera
cómo el lenguaje (el alemán) se convierte en factor de distinción y discrimi-
nación entre seres humanos, al quedar ella y su amiga totalmente excluidas
del entretenimiento, SUGIYAMA (2002), p. 75. Esta experiencia no le habría
ocurrido antes, porque Japón es una nación monolingüe, cuya «lengua nacio-
nal» (kokugo) es el japonés. Nota de las autoras.
75 «...watashi no jinseigakko
- demoatta», SAITO (2004), p. 34.
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rias le cambió la concepción del mundo y le abrió nuevas pers-
pectivas, al poder hacer allí lo que realmente quiso, con gran
libertad, al modo canario. En ambos autores, el reto adaptativo
les ofreció la oportunidad de crecer más allá del perímetro de su
cultura original y conllevó un fortalecimiento del yo76. Asimis-
mo, Funakoshi escribe que una vez en La Gomera sintió la mi-
rada de respeto de los pasajeros extranjeros de un barco, cuando
sólo él pudo comunicarse en español con el capitán y los mari-
neros, experimentando así un raro sentimiento de superioridad
ante los occidentales, por primera (y probablemente última) vez
en su vida77. Además, el viaje y la estancia en Canarias significó,
para los tres autores, una oportunidad para la reflexión perso-
nal sobre varios temas como: las deficiencias de la sociedad ja-
ponesa actual, la cuestionabilidad de los estereotipos y tópicos,
los sistemas educativos, etc.
3.3. ¿Cómo se reconsidera a Japón tras la experiencia
transcultural?
Las tres narrativas fueron editadas al regreso de sus autores
a Japón y reflejan por ello, en mayor o menor medida, el
«contrachoque» cultural que sufrieron sus protagonistas y unas
reflexiones sobre el mensaje que Canarias ofrece a Japón.
3.3.1. La readaptación
Algunos apuros relacionados con la adaptación a la vida
canaria volverán a repetirse a la inversa al regreso a Japón,
cuando los autores se sienten extraños y descontentos en su pro-
pio país, especialmente Saito. El maestro Saito experimenta un
«contrachoque» cultural grave, al regresar a Japón tras tres años
de ausencia. Es explícito, y afirma al final del libro que se sien-
te como el personaje mitológico Urashima Taro78, que realizó un
76 KIM (2001), p. 6.
77 FUNAKOSHI (2005), p. 200.
78 SAITO (2004), p. 217, 224.
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viaje a través del tiempo, y a la vuelta se encontró en un lugar
distinto al que dejó79. Así, Saito dice encontrarse un Japón dife-
rente, con jóvenes teñidos de rubio, y se deprime de verse rodea-
do de japoneses parloteando a su alrededor, usando palabras
jergales juveniles que le parecen vulgares. Además, reconoce que
ahora grandes y niños van dando vueltas, hablándole al teléfo-
no móvil, como si fueran zombis. Se siente agobiado entre letre-
ros, banderines, indicadores y señales colocados arbitraria y
desordenadamente por la ciudad, justo como en el resto de las
caóticas ciudades asiáticas. Critica a las estridentes salas de
pachinko (máquinas tragaperras), a los bochornosos hoteles del
amor, a la proliferación de los supermercados abiertos las 24
horas, etc. que se erigen impunemente en el paisaje urbano80.
Asimismo, el regreso a la escuela y la readaptación implica-
rá para Saito una vida muy planificada y una gran frustración,
habiendo de realizar de nuevo mucho trabajo y horas extras, no
sólo de clases, sino también de orientaciones, cursillos, viajes,
guardias, servicios «voluntarios» etc. asignados por sus superio-
res, y sin posibilidad alguna de negarse y de tomarse siquiera las
vacaciones reconocidas por la ley, por temor a ser mal visto por
sus colegas y por la sociedad81 .
3.3.2. Japón a la luz de Canarias
En las narrativas de Saito82 y Funakoshi83 hay cabida para
una dura crítica a la sociedad japonesa contemporánea, funda-
mentada en las experiencias vividas en Canarias. Saito realiza
una reflexión final y pone en tela de juicio la idiosincrasia nipo-
na, cuestionando sus costumbres y la moral pública nipona.
Afirma que en Japón la amabilidad no es de corazón, sino por
defecto, como los robots, siguiendo lo que está escrito en el
79 Nota de las autoras.
80 SAITO (2004), pp. 217-220.
81 Op. Cit. (2004), pp. 226-227.
82 Op. Cit. (2004) en el epígrafe «El ¿feliz? Japón» pp. 217-224 y en el
«Epílogo».
83 FUNAKOSHI (2005), pp. 172-173.
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manual84; también le enoja la irresponsabilidad medioambien-
tal: coches aparcados frente a los supermercados, con el motor
encendido, sin importar si polucionan. Entre estas consideracio-
nes, lo sintió al regresar lo resume en la frase: Japón «es eficaz
pero no es feliz»85, porque las nuevas comodidades (celular, or-
denador, internet, supermercados siempre abiertos, etc.) nos
atan y nos ocupan más, produciéndose así una mayor sensación
de soledad. A nivel educativo, observa un contraste entre la re-
novación de la educación propuesta por el Ministerio de Educa-
ción y Ciencia y la realidad de una vida ajetreada. Así, la im-
plantación oficial de la «enseñanza holgada» (yutori kyo
-iku)86 en
las escuelas ha fracasado, escribe, porque los adultos no llevan
una vida holgada espiritualmente. La ocupada sociedad de los
mayores influye en el mundo de los niños. Comparado con otros
países, en Japón hay muchas normas y obligaciones impuestas
y poco tiempo para el ocio, con exceso de trabajo también para
los maestros de primaria y pocas oportunidades para abrir ho-
rizontes. Hay muchos trabajadores compulsivos, y un extendido
«sentimiento de culpabilidad», si uno decide trabajar menos o
tomarse un descanso. En definitiva, en Japón se ejercen dema-
siadas presiones socioculturales para no hacer lo que uno real-
mente desea, y es común la supresión de los deseos individua-
les. Según Saito, el Ministerio no es el responsable de esta
situación sino la propia idiosincrasia de los japoneses.
Funakoshi también escribe que la ajetreada sociedad nipona
es peor que la europea y americana, y es el resultado de unas
deficiencias políticas socioeconómicas propias, que deberían
cambiar. Confiesa que, viendo a los turistas europeos disfrutan-
do de unas largas vacaciones en Canarias, siente lástima de la
sacrificada vida del japonés corriente87. El cónsul Funakoshi se
84 SAITO (2004), p. 221.
85 «Benri dewa aruga ko
-fuku dewa nai», SAITO (2004), p. 221. BANDO
(2004).
86 Se trata de la política educativa que desde 1977 intenta reducir paula-
tinamente la presión sobre los alumnos a partir de la disminución del núme-
ro de horas lectivas y del contenido del programa de estudio. Nota de las
autoras.
87 FUNAKOSHI (2005), p. 172. Para una explicación complementaria cerca-
na, sobre la vida cotidiana del asalariado japonés véase: TAZAWA (1994).
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detiene más, sin embargo, en el mensaje que Canarias le ha
transmitido, a nivel geopolítico, en relación con el problema de
las bases militares estadounidenses en la prefectura de Okinawa
(islas Ryukyu)88. Así escribe que, al contemplar el antiguo lugar
ocupado por la base de la fuerza aérea estadounidense en Gran
Canaria, fruto del convenio militar entre España y EE UU, pien-
sa en que si ésta logró cerrar la vasta base militar con la unión
y la movilización de las distintas fuerzas sociales, y crear una
sociedad afluente, manteniendo su bello entorno sin una «eco-
nomía de bases»89, Okinawa también podría hacerlo y convertir-
se igualmente en el «Hawaii de los okinawenses», en el «Paraí-
so Okinawa»90.
3.3.3. Sobre la convivencia intercultural
y la aculturación vividas
Las experiencias interculturales narradas y el grado de trans-
culturación que se reconoce en dos de los autores son muy dis-
tintos. En uno de los casos deriva de una experiencia ajena y en
otro de la experiencia propia.
Sugiyama, por ser una viajera, que reside en Canarias duran-
te un breve período, no desarrolla un proceso de aculturación
propiamente dicho, decidiendo desde el inicio que su actitud
durante sus once días de estancia iba a ser práctica: «allí donde
fueres haz lo que vieres»91. Sin embargo, se interesa mucho por
88 El 75 % de las bases militares estadounidenses en Japón se encuentran
en la prefectura de Okinawa, que contiene además la mayor base de Asia. Su
economía local ha llegado a depender fuertemente de ellas y las protestas
populares contra la presencia militar norteamericana son constantes. Nota
de las autoras.
89 No podemos saber a qué base puede referirse ya que, en Canarias, no
ha habido en toda su historia bases militares norteamericanas, aunque sí se
habló, en los años sesenta, de la posibilidad de que se estableciera una en
Arinaga, en la costa sureste de Gran Canaria, cosa que nunca sucedió. Por
otra parte, el sentido de neutralidad ha hecho que en esta Comunidad Autó-
noma fuera negativa la respuesta de la población al referéndum que decidió
la incorporación española a la OTAN. Nota de las autoras.
90 FUNAKOSHI (2005), pp. 250-251.
91 «Go
- ni ireba, go
- ni shitagae», SUGIYAMA (2002), p. 23.
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la experiencia aculturativa de su anfitriona, que la acoge y la
tratará como un miembro más de la familia, por lo que reflexio-
nará, a través de ésta, sobre realidades interculturales y multi-
lingüismo.
Por tanto, resulta significativa la vida de esta otra japonesa
(Chie), narrada por Sugiyama. Se trata de una mujer casada con
español, que había residido más de treinta años en España, casi
todos ellos en Gran Canaria, renunciando a su nacionalidad ja-
ponesa en favor de la española92. Durante su visita, Sugiyama se
forma una opinión positiva respecto al matrimonio y la familia
hispano-japonesa de ésta, que considera muy completa. Califi-
ca de «milagro» la compenetración de dos personas de bagajes
tan distintos93. Nota que en el matrimonio internacional la in-
fluencia cultural es recíproca y que, por tanto, se produce tam-
bién por parte de la esposa japonesa con respecto al esposo es-
pañol94. Encuentra a su amiga muy adaptada a las costumbres
locales, pues aquélla le había dicho que nunca se había sentido
discriminada por su origen japonés95 y que, aunque había man-
tenido hábitos japoneses, como la decisión de abandonar su tra-
bajo (en una empresa subacuática japonesa, donde recibía un
buen sueldo) al nacer su único hijo, para dedicarse por entero
a su educación, había intentado también adaptarse a las cos-
tumbres locales en una solitaria e incomprendida lucha para no
quedarse rezagada en la sociedad española y conservar al tiem-
po sus hábitos japoneses96. Sugiyama escribe sobre su amiga y
su comportamiento en las numerosas reuniones sociales a las
que asiste con su esposo, y de las que desea regresar pronto a
casa, ante el enfado de éste: «a pesar de que lleva más de un
92 Destacando que cuando su amiga Chie regresa a Japón entra al país
como española, SUGIYAMA (2002), p. 98.
93 Aunque señalará que los dos tendrían en común la experiencia inmi-
gratoria a Canarias desde Tarragona y Japón por la misma época, Op. Cit.
(2002), p. 163.
94 Op. Cit. (2002), pp. 158-159.
95 Op. Cit. (2002), p. 85. Su hijo (Rodrigo) asistirá a un colegio católico
local, y Chie entablará una amistad duradera con las otras madres del gru-
po de amigos de su hijo. El deseo de integración de Chie queda visible en la
preferencia de un colegio canario ante el colegio japonés.
96 Op. Cit. (2002), p. 102.
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tercio de siglo en esta isla, hablando el español sin problemas,
se nota que le es difícil seguir los distintos gustos y temas de
conversación de las gentes; quizás ello esté relacionado con que
no le gusta el alcohol, o quizás no sea un problema de lengua y
temas, sino de la timidez japonesa, su poca sociabilidad,... cuan-
do es invitada a una fiesta le es difícil encontrar su lugar»97.
Un caso distinto de reconocimiento intercultural es el de
Saito, pues parte tan sólo de su propia experiencia. En su narra-
ción nos dice que «el turista juzga lo que observa tomando
como norma la cultura de su país y, al encontrarse con cual-
quier diferencia cultural o de costumbres, se asombra terrible-
mente y arma fácilmente un alboroto, especialmente ante lo
curioso. Pero si vive allí durante un tiempo, verá qué es lo que
debe hacerse y lo entenderá por sí solo»98. Es decir, se hace eco
del «extrañamiento»99 que representan los primeros contactos
pero reconoce que en el transcurso del tiempo se resuelve esta
situación, por lo que se favorece el proceso de aculturación.
4. CONSIDERACIONES FINALES
Las narrativas que hemos analizado aquí han significado
para nosotras la posibilidad de «escuchar» la voz de los visitan-
tes y residentes nipones en las Islas, y de conocer las percepcio-
nes, experiencias y necesidades (espirituales y materiales) sen-
tidas durante su estancia, lo que nos ha permitido ver, a la vez,
a canarios y españoles desde otras perspectivas, mucho más le-
janas culturalmente y, normalmente, poco conocidas.
Escritas desde ángulos diferentes, estas narrativas eviden-
cian que la migración, ya sea temporal o definitiva, no sólo sig-
97 Op. Cit. (2002), pp. 113-114. Por nuestra parte interpretamos que, el
deseo de regresar pronto a su hogar, a su espacio privado, puede deberse más
bien al cansancio de un esfuerzo adaptativo, de un estrés aculturativo, que
ella siente en el exterior, en el espacio público, por la gran diferencia existen-
te entre ambas culturas. Nota de las autoras.
98 SAITO (2004), p. 109.
99 Sobre este doble juego de pertenencia y extrañamiento que constituye
nuestra relación con el mundo véase PUENTE (2009), p. 52, citando a
THIEBAUT (2004).
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nifica un movimiento en el espacio, sino también una experien-
cia transcultural que nos permite percibir una nueva visión del
mundo y del lugar que en él ocupamos. Supone además una
oportunidad para conocer tanto a nuevas gentes y su idiosincra-
sia, como para redescubrirnos a nosotros mismos como occi-
dentales, españoles y canarios, y a nuestra propia cultura100.
En esta ocasión, tres japoneses han hecho narración de las
vivencias y conocimientos adquiridos durante su estancia en
Canarias, reflexionando sobre ello y sobre la sociedad que les ha
acogido, «la alteridad», al mismo tiempo que extraen «un men-
saje final» que Canarias les transmite. Este último mensaje se
puede sintetizar en que todos coinciden en reconocer que han
quedado impresionados por las Islas y que desean regresar a
ellas algún día, pues Gran Canaria «es como un Edén»101, y las
Islas «son el paraíso en tierra»102.
«El clima es bueno, la comida es buena, las mujeres son
buenas, los sentimientos hacia Japón son buenos, los equipos
médicos son buenos, la seguridad ciudadana es buena, y los
precios son baratos. Reuniéndose tan buenas condiciones, cual-
quiera querría residir permanentemente en Canarias»103.
Estas últimas apreciaciones pueden ser valoradas como una
mitificación de un territorio y de un pueblo que cosechan, en la
literatura universal, otras muchas interpretaciones de este mis-
mo signo. Por tanto, las narraciones japonesas analizadas vie-
nen a sumarse a una larga tradición literaria que, desde la An-
tigüedad clásica, abunda en el mito de las Hespérides o de las
Islas de la Fortuna..., un mito o un imaginario colectivo que
parece cautivar en el proceso de «extrañamiento» de los visitan-
tes y residentes que se acercan hasta Canarias.
100 BOYLE (1998), p. 234; KIM (2001), p. 9.
101 SAITO (2004), p. 117. «Que quede entre nosotros: yo ahora estoy aho-
rrando a hurtadillas, el objetivo son dos cientos mil yenes, para pagar el tren
hasta el aeropuerto de Narita, el avión desde Japón a Canarias y el autobús
desde el aeropuerto hasta la ciudad, esto es un «triunfo», la mejor carta de
mi vida, un amuleto» Op. Cit. (2004), p. 102.
102 FUNAKOSHI (2005), p. 248.
103 Op. Cit. (2005), p. 12.
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CANARIAS EN EL IMAGINARIO JAPONÉS: EL ANÁLISIS DE TRES NARRATIVAS
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ISSN 0570-4065, Las Palmas de Gran Canaria (2011), núm. 57, pp. 525-562
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