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TRABAJOS DE PREHISTORIA
71, N.º 2, julio-diciembre 2014, pp. 368-385, ISSN: 0082-5638
doi: 10.3989/tp.2014.12140
Moldes para puñales en la Península Ibérica durante la Edad
del Bronce. El caso de Camp Cinzano (Vilafranca del Penedès,
Alt Penedès, Barcelona)
Dagger moulds in the Iberian Peninsula during the Bronze Age. The Camp Cinzano site
(Vilafranca del Penedès, Alt Penedès, Barcelona province)
Ignacio Soriano (*)
Jordi Amorós i Gurrera (**)
RESUMEN
Un molde lítico para puñales fue localizado en un
contexto funerario fechado mediante C14 en c. 1850 cal
ANE en el asentamiento de la Edad del Bronce de Camp
Cinzano (Vilafranca del Penedès, Alt Penedès, Barcelo-
na). Se estudian la tipología y materia prima del molde
y las características del artefacto metálico moldeado en
el, relacionándolas con la metalurgia del II milenio del
nordeste de la Península Ibérica. Se exponen los escasos
paralelos de moldes para puñales existentes en la Penín-
sula Ibérica y en el Mediterráneo Occidental, así como
las posibles razones de su ausencia en el registro arqueo-
lógico. Los datos sugieren dos lugares de origen para el
molde estudiado, el Levante ibérico y el norte de Italia
(grupos de Polada). Esta última zona mantiene mayores
relaciones e interacciones en el ámbito metalúrgico con
el nordeste de la Península Ibérica.
ABSTRACT
The Bronze Age settlement of Camp Cinzano (Vila-
franca del Penedès, Alt Penedès, Barcelona province)
yielded a riveted dagger stone mould in a funerary con-
-
acteristics of the mould (typology and raw material) and
the metal artifact found at the site and relate them to the
metallurgy of the 2nd Millennium BC in the Northeastern
-
ger moulds existing in the Iberian Peninsula and the
for their rarity in the archaeological record. The data
indicate two possible places of origin for the mould
studied: the East coast of the Iberian Peninsula and
Northern Italy (the Polada group). The latter is an area
which exhibits greater interaction and relationships with
the Northeastern Iberian Peninsula in the metallurgic
sphere.
Palabras clave: Molde de fundición; Arqueometalurgia;
Difusión tecnológica; Crisol con perforación para el en-
mangue; Crisol con pie macizo; Edad del Bronce; Pre-
historia Reciente; Mediterráneo Occidental.
Key words: Casting mould; Archaeometallurgy; Techno-
logical diffusion; Socketed crucible; Pedestal base cru-
-
nean.
1. CAMP CINZANO. ESTRUCTURAS
ARQUEOLÓGICAS, MATERIALES Y
CRONOLOGÍA
1.1. El asentamiento
El yacimiento de Camp Cinzano se localiza a
levante de Vilafranca del Penedès, villa situada
en el centro del pasillo natural que forma la De-
presión Prelitoral que discurre desde los Pirineos
hasta el valle del Ebro (Fig. 1). La zona arqueo-
lógica es un solar de 2 ha de forma aproximada-
mente triangular, localizado entre el muelle de
descarga de vagones de RENFE (al este de la
estación de Vilafranca) y la carretera de Barcelo-
na N-340 (Fig. 2A). La parte central del solar fue
(*) Grupo de Investigación Arqueológica del Nordeste Pe-
ninsular (GRANEP) y Dpto. de Prehistoria, Facultad de Filoso-
08193 Bellaterra. Barcelona. España.
Correo e.: nachsoriano@hotmail.com
(**) Arqueólogo. Director de la intervención arqueológica
de Camp Cinzano 2004-2005. Correo e.: jrd.amoros@gmail.com
Recibido: 16-V-2013; aceptado: 11-X-2013.
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rebajada entre 1952 y 1953 para construir la fá-
brica de la casa italiana de vermut Cinzano, de
donde toma el nombre. Entonces se documenta-
ron restos del Neolítico Medio (Sepulcros de
Fosa), así como del Bronce Inicial (Bronce Anti-
guo-Medio) (1). De esta última fase se excavó el
llamado ‘Sepulcro 1’, una cista con una losa de
cubierta (107 × 90 cm) trabajada en los laterales.
Un extremo apoyaba sobre otra losa (110 × 75 cm),
puesta en posición vertical y sujeta por bloques
más pequeños, y el opuesto apoyaba directamen-
te sobre el mismo suelo de la fosa. La inhuma-
ción, colocada en posición fetal sobre su lado
derecho y con la cara mirando hacia el Sur, des-
cansaba sobre un lecho de cantos planos. El ajuar
cuerpo romboidal sin aletas y con pedúnculo cor-
to (2), un punzón de hueso y un vaso troncocó-
nico con incisiones sobre el labio (Giró 1954;
Muñoz 1965: 111-115). En esta primera interven-
ción los callejones de servicio del lado oriental
de la fábrica ni se prospectaron, ni se excavaron.
del 2005, durante unos rebajes para la construc-
ción de viviendas, tras la demolición de la fábri-
ca. Entonces se sacó a la luz parte de un asenta-
miento al aire libre perteneciente al Bronce
Inicial. Los resultados de las 3 dataciones C14
disponibles sitúan su utilización c. 1900 y 1550
cal ANE. (Tab. 1). Se engloba entre los asenta-
mientos agrícolas en llanura cuyos ejemplos más
conocidos en la Depresión Prelitoral catalana son
el cercano de Mas d’en Boixos-1 (Pacs del Pene-
dès) (Bouso et al. 2004) y el complejo de Can
Roqueta (Sabadell) (Carlús et al. 2008), ambos
en la provincia de Barcelona. Otros similares fue-
(1) El término ‘Bronce Inicial’, empleado en el nordeste
de la Península Ibérica, nació en los 1990 y todavía sigue en
uso. Surge ante la imposibilidad de distinguir el Bronce Antiguo
del Bronce Medio, quedando el Bronce Final como un período
aparte vinculado a los Campos de Urnas (Maya 1991, 1992,
1997; Maya y Petit 1994). Ese período inicial de la Edad del
Bronce engloba más de mil años, aparentemente, sin cambios
remarcables detectables. En la actualidad gracias a la disponi-
bilidad de un número relevante de fechas C14 y de yacimientos
excavados con metodología arqueológica se está revisando esta
periodización. En este artículo mantenemos de modo provisio-
nal la genérica denominación de Bronce Inicial.
(2) Según Soriano (2013b: 114-115) corresponde a la
variante 2B. Son puntas sin aletas, de morfología romboidal o
foliácea, pedúnculo corto y un grado de esbeltez (long. máxima/
anch. máxima) entre 3 y 3.5. El otro ejemplar de esta variante
procede de Cova del Batllevell (Pontons, Alt Penedès), yaci-
miento muy cercano a Camp Cinzano.
ra del área prelitoral son el Institut de Batxillerat
Antoni Pous (Manlleu, Barcelona) (Boquer et al.
1995), el Camí dels Banys de la Mercè (Cap-
many, Girona) (Palomo 2006) y los leridanos de
Minferri (Juneda) (Equip Minferri 1997) o la Vin-
ya del Corb (Basella) (Piera 2008).
Las estructuras pertenecientes a este horizonte
cronocultural de Camp Cinzano están a unos 50-
60 m al este del Sepulcro 1 excavado en 1952.
Son 8 silos de almacenaje, 2 silos/fosas, 2 gran-
des estructuras con recortes ovalados en el fondo
Fig. 1. Localización de Camp Cinzano (n.º 1) (Vilafran-
ca del Penedès, Alt Penedès, Barcelona) en la Península
Ibérica. Distribución en el nordeste de los yacimientos
con puñales de remaches que coinciden morfométrica-
mente con la matriz del molde estudiado: 2. Cova de Mas
Vilà (Santa Maria de Miralles, Anoia); 3. Cova de les
Grioteres (Vilanova de Sau, Osona).
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y 1 fosa ovalada de función indeterminada. A la
vista de la distribución de las estructuras y de los
espacios estériles que las rodean, Camp Cinzano
parece un asentamiento que combinaría estructu-
ras aéreas de habitación y de producción con una
decena (quizás más) de estructuras subterráneas
de almacenamiento, concentradas en un área de
unos 50 m de diámetro. El gran recorte E-5, in-
terpretado como punto de extracción de materia
prima para la construcción de cabañas, habría
ocupado el núcleo central. Presumiblemente los
rebajes realizados en 1952 habrían destruido par-
te de su lado occidental. La estructura fue poste-
riormente rellenada hasta cierto nivel con tierras
Fig. 2. Camp Cinzano (CZ, Vilafranca del Penedès, Alt Penedès, Barcelona): A. Plano de ubicación del yacimiento en
Vilafranca del Penedès y planta general; B. Planta y sección proyectada experimental de la fosa/silo funeraria E-18,
donde se observa la desconexión entre el molde y la inhumación; C. Materiales recuperados en la estructura (Amorós
2008).
CÓDIGO LAB VALOR BP VALOR CAL
ANE MUESTRA CONTEXTO BIBLIOGRAFÍA
UBAR-1007 3505 ± 40 1826 Hueso
humano Fosa/silo funerario E-18,
UE-1801 (1 ind.) Soriano 2010: 746
UBAR-861 3450 ± 40 1775 Fauna Silo E-16, UE-1602 Amorós 2008
LTL-2451A 3333 ± 35 1609 Hueso
humano Fosa/silo funerario E-7,
UE-706 (1 ind.) Amorós 2008
Tab. 1. Camp Cinzano (Vilafranca del Penedès, Alt Penedès, Barcelona). Dataciones absolutas (programa empleado
rangos de valores probables existentes (Soriano 2013b: 5). Lab.=Laboratorio; Ind.= Individuo.
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orgánicas y escombros para su reaprovechamien-
to bien para una producción indeterminada (tal
como indican los restos de tres hogares en un
mismo nivel de uso), bien como hábitat. La cons-
trucción de hábitats de tierra y entramado vegetal
queda atestiguada en Camp Cinzano por los nu-
merosos restos de torchis amortizados en los silos
con otros materiales. Los torchis aparecen fre-
cuentemente en yacimientos contemporáneos re-
lativamente cercanos (3) (Pancorbo y Piera 2006).
Los silos E-6, E-7 y E-18 se reutilizaron como
tumbas individuales sin ajuar de personas de di-
ferentes edades y sexos. Entre los materiales ar-
queológicos recuperados en todo el ámbito del
asentamiento destaca la cerámica genérica del
Bronce Inicial con un número mínimo de más de
cien individuos. Hay decoraciones incisas; cordo-
nes lisos, incisos e impresos, y lengüetas y ma-
melones sobre recipientes, en general, de morfo-
logía ovoide y cilíndrica con base plana. Destaca
un fragmento de vaso geminado, al que más ade-
lante haremos referencia, así como la falta de
decoraciones epicampaniformes y de vasos con
apéndice de botón. La industria lítica se reduce a
unas pocas láminas de sílex, un fragmento de
molino y varios alisadores y/o percutores. La
ósea se limita a un punzón y a un alisador para
del Sepulcro 1 hay un punzón metálico de sec-
ción cuadrada procedente del nivel de uso de los
tres hogares de la estructura E-5. No obstante, la
capacidad de producción metalúrgica del asenta-
miento queda atestiguada por la presencia del
molde lítico para puñales de remaches objeto de
este estudio (Amorós 2008).
1.2. El contexto del hallazgo
El molde fue hallado en la fosa/silo E-18,
perteneciente al denominado Grupo Sur de es-
tructuras. En origen era un silo de sección ovoidal
reaprovechado tras su amortización como lugar
de enterramiento (Fig. 2B). El inhumado, cuyo
sexo no ha podido ser determinado, tenía entre
15 y 20 años. Se descompuso en espacio colma-
tado según se deduce de la disposición de las
(3) Vicente, J. M.ª y Gutiérrez, D. Memòria de la inter-
venció a l’Escola Bressol de la Florida Nord (Sta Perpètua de
la Mogoda, Vallès Occidental). Servei d’Arqueologia i Paleon-
tologia, Generalitat de Catalunya. Manresa, 2004.
articulaciones y la posición aparentemente forza-
da del cuerpo, con las piernas apoyadas en la
pared vertical de la fosa. Esta postura inusual ha
sugerido que sujetaron al cadáver por los pies
colgándole desde el exterior y soltándole cuando
la cabeza y la espalda tocaron al suelo. El que
-
mente estéril favorece la idea de que sirviera
como lecho deliberado para acoger el cadáver. La
causa de la muerte parece haber sido una enfer-
medad aguda (Subirà 2008), quizás infecciosa o
de efectos letales tan rápidos que obligó a la
comunidad a depositar rápidamente el cuerpo sin
otro cuidado especial. No se encontró ajuar. Una
datación C14 sitúa su muerte c. 1850 cal ANE
(UBAR-1007). El molde, como el resto de mate-
riales documentados, se halló en el estrato de
arcillas grisáceas que cubría la inhumación. Entre
los abundantes restos domésticos amortizados
que contenía destacan un diente de ovicáprido, un
percutor de caliza y un borde de vaso troncocó-
nico muy parecido al encontrado en el Sepulcro 1
(Fig. 2C), materiales que, evidentemente, no pue-
den ser considerados un ajuar funerario. Este es-
trato debe datarse en un momento muy cercano a
la inhumación, ya que los huesos humanos no
presentan desplazamientos que indiquen una des-
composición en vacío (Subirà 2008). Los datos
disponibles sobre estructuras negativas de este
período, excavadas en el área de estudio, también
constatan el carácter sincrónico de la inmensa
mayoría de los estratos que las rellenan (Bouso
et al. 2004). La fecha absoluta obtenida en la
estructura puede suponerse, por tanto, cercana al
momento de uso del molde. Esta fecha coincide
con las obtenidas para otros moldes y evidencias
metalúrgicas del nordeste de la Península Ibérica
(Tab. 2).
2. EL MOLDE. DESCRIPCIÓN,
CARACTERÍSTICAS Y ANÁLISIS
El molde lítico de Camp Cinzano es el único
de sus características conocido hasta el momento
en el área catalana (Fig. 3). Ello se debe a su
peculiar matriz, que adopta la morfología de un
puñal de remaches y de la que hablaremos más
adelante. El molde es univalvo cerrado o de ali-
mentación vertical. Es un tipo compuesto por una
única valva con la matriz tallada del objeto a
obtener y una tapa lisa ajustable (Fraile 2011:
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171). El ejemplar aquí descrito es de morfología
paralelepípeda. Solo conserva la valva, fragmen-
tada por las partes superior e interior. Sus di-
mensiones conservadas (en mm) son 76 de long.,
69 de anch. máxima, 33 de esp. y 3 de profundi-
dad de la matriz (Fig. 4). Está depositado en el
VINSEUM – Museo de las Culturas del Vino de
Cataluña (n.º inv. CZ/E18/18) con el resto de
materiales de Camp Cinzano.
Este tipo de moldes debe colocarse necesaria-
mente en posición vertical durante el vertido. El
bebedero suele coincidir con la parte proximal
del objeto a obtener, en este caso la lengüeta del
puñal. Como solo se ha conservado la parte cen-
-
didad. La pieza pudo sostenerse e inmovilizarse
según métodos no excluyentes entre sí: la intro-
YACI-
MIENTO OBJ. MET.
ASOCIADO CÓDIGO
LAB VALOR BP VALOR
CAL ANE MUESTRA CONTEXTO BIBLIOGRAFÍA
Minferri Crisol UBAR-551 3660 ± 280 (*) 2091 Carbón Silo SJ-55,
UE-7010
Equip Minferri
1997: 197; Rovira
Hortalà 1998
Cueva Maja 2 Punzones
de bronce GrN-18067 3665 ± 40 2055 Carbón Hogar, la Sala Samaniego et al.
2001: 91
Minferri Restos de colada
de bronce UBAR-548 3590 ± 110 1942 Carbón Silo SJ-33,
UE-5034 GIP 2002: 18
Monte Aguilar 4 Punzones
de bronce I-16809 3510 ± 100 1835 Carbón Sector B,
nivel VII Sesma y García
1994: 278
Minferri Molde UBAR-549 3510 ± 60 1827 Carbón Silo SJ-53,
UE-707 GIP 2002: 18
Monte Aguilar 2 Punzones
de bronce GrN-19671 3510 ± 20 1822 Carbón Sector A,
Fase VA Sesma y García
1994: 278
Minferri 2 Crisoles Beta-92280 3410 ± 90 1730 Fauna Fosa/silo
funerario SJ-88
UE-2121 (2 ind.)
Equip Minferri
1997: 197
Can Roqueta II Molde UBAR-800 3360 ± 70 1641 Fauna
Cámara con pozo
de acceso
CRII-36, capa 4
(2 ind.)
Carlús et al. 2008:
119
Forat de la
Tuta 3 Moldes LTL-4236A 3335 ± 45 1615 Hueso huma-
no
Tumba de
metalúrgico
(1 ind.) Soriano 2011: 42
Tab. 2. Dataciones absolutas relacionadas con la producción metalúrgica y/o con los primeros objetos de bronce en la
Península Ibérica (programa empleado Calib 5.0, véase Tab. 1). En cursiva, yacimientos del nordeste: Minferri (Juneda,
Garrigues, Lleida); Cueva Maja (Cabrejas del Pinar, Soria); Monte Aguilar (Bárdenas Reales, Navarra); Can Roqueta II
(Sabadell, Vallès Occidental, Barcelona); Forat de la Tuta (Riner, Solsonès, Lleida). Obj. met.=objetos metálicos o
metalúrgicos; Lab.=Laboratorio; (*)=Datación cuya desviación típica, demasiado amplia, aconseja excluirla.
Fig. 3. Molde para puñales de Camp Cinzano (Vilafran-
ca del Penedès, Alt Penedès, Barcelona) (fotografía Jordi
Amorós).
Moldes para puñales en la Península Ibérica durante la Edad del Bronce. El caso de Camp Cinzano 373
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empleo de arena o piedras o la sujeción con ata-
duras posiblemente de origen vegetal. Algunos de
estos sistemas han sido constatados en yacimien-
tos de la Edad del Bronce como Peña Negra
(Crevillente, Alicante) (4), Forat de la Tuta (Ri-
ner, Lleida) (Soriano 2011: 40) y Lède du Gurp
en Grayan-et-l’Hospital (Aquitania, Francia)
(Roussot-Larroque 1997: 44). El material em-
pleado es la arenisca con propiedades muy ade-
cuadas para estos útiles metalúrgicos. Esta piedra
relativamente blanda, poco quebradiza, permite
acabados muy depurados y abunda en la natura-
leza. Su gran resistencia al impacto térmico con-
trasta con la rápida velocidad de enfriamiento,
característica poco adecuada para conseguir útiles
con buenas propiedades mecánicas (Ottaway y
Wang 2004: 81-84). Para solventar este problema
el molde se calienta antes del vertido, introdu-
(4) Fraile, A. Moldes de fundición de la Edad del Bronce
. Tra-
bajo de Investigación de Tercer Ciclo, Universidad de Vallado-
lid, 2007.
ciéndolo en un lecho de brasas, carbón o arena
caliente. La termoalteración presente en el inte-
rior (alrededores de la matriz) y en el exterior del
molde estudiado podría relacionarse con este pro-
cedimiento. Los datos experimentales han de-
mostrado que la termoalteración en los moldes es
un buen indicador de su uso. Sin embargo, su
ausencia no excluye su empleo, dado que la alte-
ración puede desaparecer con el paso del tiempo
(Craddock et al. 1997). En general, los moldes de
piedra son más duraderos que los de arcilla, lo
que permite su sucesiva reutilización.
tipo (univalvo cerrado), ni por la materia prima
empleada (arenisca) de los 20 documentados en
el nordeste de la Península Ibérica (Rovira Hor-
talà et al. 2007; Soriano 2013b: 66-70). No se
puede decir lo mismo de la matriz para puñal de
remaches. Las demás corresponden invariable-
mente a hachas, varillas o cinceles/escoplos. La
excepcionalidad de la de Camp Cinzano no ge-
-
tría de la matriz ha sido comparada con la de los
objetos metálicos contemporáneos y la coinciden-
cia se reduce a la de los puñales de remaches, en
su gran mayoría de bronce. Se detecta una gran
similitud con los ejemplares de Cova de Mas Vilà
(Sta. Maria de Miralles) y Cova de les Grioteres
(Vilanova de Sau), ambos en la provincia de Bar-
celona (Fig. 4). El reciente estudio de los puñales
de remaches en el área catalana no ha detectado
variabilidad en las proporciones (relación long.
máxima/ anch. máxima) aunque sí en las dimen-
siones absolutas (Soriano 2013b: 107). Esta con-
sideración hace altamente probable la obtención
de uno o ambos puñales en el molde señalado. La
distancia de Cova de Mas Vilà respecto a Camp
Cinzano es escasa, pero la de Cova de les Grio-
teres alcanza casi los 100 km.
-
cios o elementos en positivo vinculados a la in-
troducción de remaches, aunque creemos más
plausible que no los tuviera. Los ejemplos que
conocemos de moldes univalvos de puñales care-
común en los bivalvos (véase infra). A falta de
otros datos nos decantamos por una producción
a posteriori de los remaches, perforando la hoja
con un útil de mayor dureza que el metal. Los
remaches deberían ser más dúctiles que el objeto
remachado, tanto para facilitar su alojamiento en
frío como para sujetar correctamente la hoja sin
Fig. 4. Molde para puñales de Camp Cinzano (Vilafran-
ca del Penedès, Alt Penedès, Barcelona) (n.º 1, Amorós
2008: 117) y coincidencia morfométrica con puñales de
remaches del nordeste: 2. Cova de les Grioteres (Vilano-
va de Sau, Osona); 3. Cova de Mas Vilà (Santa Maria de
Miralles, Anoia)(Brandherm 2003: n.º 526 y 326).
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llegar a dañarla o romperla (Coghlan 1975: 117).
pruebas de microdureza de la Península Ibérica
no aportan datos concluyentes. Muchos muestran
tratamientos postfundición de endurecimiento si-
milares a los del objeto remachado, pero la dure-
za es menor en los remaches que en su respectiva
hoja (Rovira y Gómez 2003; Aranda Jiménez et
al. 2012: 159-161). Paralelamente, al ser la com-
posición química de los procedentes del Sudeste
y del Levante cobre puro o, en algún caso, plata
tienen menor dureza que las correspondientes ho-
jas (Montero 1991: 472-473; Simón 1998: 249-
250; Aranda Jiménez et al. 2012: 156-158). El
único remache analizado en el nordeste procede
de un contenedor de bronce del Bronce Final
encontrado en Cova G del Cingle Blanc (Arbolí,
Tarragona) y su composición es igualmente cobre
puro (Rovira et al. 1997: 363). Cabe esperar que
fuera similar en los remaches empleados en los
puñales.
Para detectar evidencias del metal vertido en
rayos X (ED-XRF-
na y de la matriz del molde. Se ha empleado el
espectrómetro INNOV-X Alpha equipado con
tubo de rayos X, instalado en el Museo Arqueo-
lógico Nacional (Madrid). Los tiempos de adqui-
-
tativos fueron calculados a partir de patrones
un bronce relativamente rico en estaño de com-
posición similar a la de los puñales de remaches
del nordeste.
Los resultados han sido negativos, no se ha
detectado indicio alguno de metal. En nuestra
opinión ello no demuestra, en modo alguno, que
el molde no se empleara en la fundición. Los
datos actuales de experimentación con moldes
metalúrgicos prueban las limitaciones de este tipo
de análisis. En las coladas de bronce vertidas en
moldes de arcilla, el cobre aparece en valores
sensiblemente menores que los originales y el
estaño puede incluso no detectarse (Kearns et al.
2010). A la vez, los resultados del análisis de
moldes arqueológicos con evidencias de uso son
dispares: se obtienen datos negativos para moldes
sin ninguna duda empleados (Craddock et al.
1997). Todos los investigadores recomiendan
multiplicar los estudios en este campo. Las ter-
Cinzano así como su correspondencia morfomé-
trica con dos puñales de remaches apoya la pro-
puesta de su utilización para la fundición durante
el Bronce Inicial.
3. MOLDES EN LA PENÍNSULA IBÉRICA.
PRESENCIAS Y AUSENCIAS
La amplia representación de objetos metálicos
cortantes en la Península Ibérica contrasta con la
parquedad de datos referentes a sus moldes. An-
tes del Bronce Final no tenemos constancia de
ejemplares para espadas aunque sí para alabardas,
procedentes fundamentalmente del área argárica
(Simón 1998: 42; Brandherm 2003: 1531-1533;
Delgado y Risch 2008: 245). Las matrices para
puñales están igualmente poco representadas.
Además del ejemplar de Camp Cinzano, hemos
documentado cuatro más. Todos ellos proceden
de asentamientos, son de arenisca y están frag-
mentados. Dos son del tipo univalvo, desconoce-
mos si abierto o cerrado, y el otro par bivalvos
(Figs. 5 y 6) (5).
El molde de Mola Alta de Serelles (Alcoi,
Alicante) es el más parecido al ejemplar catalán,
a pesar de que la matriz únicamente conserva la
impreciso, pudiendo ubicarse en algún momento
del Bronce Antiguo-Medio. Los indicios de pro-
ducción metalúrgica son abundantes: ocho mol-
des más y fragmentos de escoria. Además hay un
vaso geminado (Trelis 1984: 51; Simón 1998:
112). Otro posible paralelo se localizó en el in-
terior de una naveta en Can Roig Nou (Felanitx,
Mallorca). Es un molde con dos matrices en
caras opuestas: una para posible puñal u objeto
punzante y otra para un artefacto alargado aca-
bado en punta (Roselló 1974). A diferencia del
molde alicantino, tanto su tipología como los
materiales recuperados en el contexto lo sitúan
en un momento tardío (Naviforme II.A, c. 1400-
1200 cal ANE). Dicha cronología no concuerda
con la adscrita a los puñales de remaches baleá-
(5) Excluimos del listado un molde univalvo cerrado con
su correspondiente tapa procedente de El Argar (Antas, Alme-
ría). Fue hallado en la estructura habitacional M con otros
moldes y crisoles (Montero 1991: 207; Siret y Siret 2006: 160,
lám. 27). La morfología de la matriz se acerca más a la de al-
gunas hachas planas o incluso a la de los cinceles/escoplos ar-
gáricos. La localización del canal de vertido en la parte distal
del posible puñal, y no en la proximal, tampoco concuerda con
los moldes que conocemos para este tipo de objetos.
Moldes para puñales en la Península Ibérica durante la Edad del Bronce. El caso de Camp Cinzano 375
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ricos, que se sitúan durante el Bronce Antiguo y
Naviforme I (c. 2000-1400 cal ANE) (Salvà
2013: 489-491, 531-532). Ello, unido al carácter
fragmentario de la matriz, sugiere que quizás nos
encontremos ante un molde para lanza de espi-
gón y hoja triangular, objeto más común en este
período en las Islas Baleares (B. Salvà, com.
per.).
Fig. 5. Distribución de yacimientos con moldes para puñales, según el orden enumerado en el texto. En la Península
Ibérica: 1. Camp Cinzano (Vilafranca del Penedès, Alt Penedès, Barcelona); 2. Mola Alta de Serelles (Alcoi, Alicante);
3. Can Roig Nou (Felanitx, Mallorca); 4. Las Anchuras (Totana, Murcia); 5. Peñalosa (Baños de la Encina, Jaén). Sitios
extrapeninsulares: 6. Poros-Katsambas (Heraklion, Creta, Grecia); 7 y 8. Gorzano (Maranello) y Puglia di Redù (No-
nantola)(Módena, Emilia Romaña, Italia); 9. Nebbiu (Filitosa, Córcega del Sur, Francia); 10. Castellu di a Marza
(Corscia, Alta Córcega, Francia).
Fig. 6. Moldes para puñales de la Península Ibérica: 1. Mola Alta de Serelles (Alcoi, Alicante) (Simón 1998: 117); 2.
-
treras 2010: 65); 4. Can Roig Nou (Felanitx, Mallorca) (Roselló 1974) (escala desconocida).
376 Ignacio Soriano y Jordi Amorós i Gurrera
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El primer molde bivalvo que consideramos
procede de Las Anchuras (Totana, Murcia) y ca-
124). La matriz corresponde a un puñal de len-
obtiene mediante un botón o protuberancia en
positivo en la única valva recuperada del molde.
En origen puede que existiera otro remache
alineado verticalmente: tales puñales están docu-
mentados (véase infra) y el molde está frag-
mentado. Sin negar una posible adscripción cal-
colítica (Montero 1999: 341), hay puñales de
morfología similar con una o dos perforaciones
en contextos plenamente argáricos, como el ya-
cimiento epónimo (Brandherm 2003: 171-177,
láms. 25 y 26). De Peñalosa (Baños de la Encina,
Jaén) proceden dos ejemplares y un molde con
una cronología más precisa: c. 1750 cal ANE
(fase IIIA del poblado). Un puñal con un remache
formaba parte del ajuar funerario de la tumba 15a
o de la 15b, ambas en urna con un individuo in-
fantil de 3-4 años (complejo estructural IIIB).
Otro con dos remaches alineados verticalmente
se localizó en un pasillo asociado con las vivien-
das VIIA y VIIB (complejo estructural VIIj)
(Contreras 2000: 218.31, 287.27). La matriz del
puñal presenta nervadura central y tres agujeros
para remaches que la atraviesan, características
que demuestran su carácter bivalvo aun faltando
la otra pieza. Fue localizado en un espacio desti-
nado a la transformación y el almacenamiento de
alimentos, pero donde otros moldes y mineral de
cobre documentaron también labores metalúrgi-
cas (complejo estructural XA) (Contreras 2000:
218.35; Moreno y Contreras 2010: 65).
En la Península Ibérica antes del Bronce Final
únicamente se documentan los moldes de un con-
junto muy concreto de objetos. Hachas, varillas
y cinceles son los artefactos metálicos más repre-
sentados, mientras que los moldes para puntas de
-
dóticos o inexistentes (6)-
cos agravan esta problemática, ya que más de 200
piezas peninsulares analizadas habrían sido mol-
deadas (Hunt 2003: 380-385; Rovira y Gómez
2003: 159-167; Rovira y Delibes 2005: 502; Ro-
dríguez Bayona 2008: 234-243). Ante esta situa-
(6) Fraile, A. Moldes de fundición de la Edad del Bronce
. Tra-
bajo de Investigación de Tercer Ciclo, Universidad de Vallado-
lid, 2007.
ción caben dos hipótesis en parte compatibles: el
acabado mediante forja de las preformas metáli-
cas y el uso de moldes fabricados con arena
compactada.
Los moldes para varillas podrían facilitar las
preformas, mas tarde martilleadas en frío hasta
alcanzar la morfología deseada. Esta hipótesis se
ha propuesto para diferentes áreas peninsulares
(Simón 1998: 314; Hunt 2003: 379-380; Rovira
Hortalà 2006). Creemos que esta hipótesis solo
sería aplicable para artefactos con poco trabajo
postfundición, es decir, con cuerpo formado por
-
y experimentales actuales hay límites para el con-
formado mediante forja en frío. El cobre puro,
incluso con cantidades importantes de arsénico,
tamaño original, reduciéndose la transformación
en el bronce hasta el 30-45% (Lechtman 1996;
Ottaway y Wang 2004: 64). El metal resultante
requeriría, inevitablemente, sucesivos recocidos
reparadores para evitar su rápida rotura. Sin em-
bargo las metalografías indican que la gran ma-
yoría de los puñales de lengüeta y una parte im-
portante de los de remaches y de las puntas de
metalúrgica más empleada en la Península Ibéri-
ca fue la fundición seguida de la forja en frío
(Rovira y Gómez 2003: 170-175).
La otra posible solución (Ottaway y Seibel
1998) (Fig. 7) implica fabricar moldes univalvos
abiertos, rellenando un marco de madera con are-
de arcilla y agua. La matriz de los objetos se
imprimiría con un alma de madera, hueso o in-
cluso un objeto metálico preexistente. Tras su
alimentación horizontal, la fuerte degradación del
molde lo inutilizaría para sucesivos usos. La ex-
perimentación constata que la fabricación de nue-
vos moldes es rápida, sencilla y muy versátil
(Ottaway y Wang 2004: 9-11; Soriano y Gutiérrez
2009). Los indicios arqueológicos del uso de es-
tos moldes son limitados, dado que generan po-
cos residuos. En el ya citado asentamiento meta-
lúrgico de Lède du Gurp con fechado absoluto c.
-
moalterada, diferente a la disponible localmente
(Roussot-Larroque 1997: 38), y quizá procedente
de la disgregación de moldes de arena tras el
vertido. Otros indicios de gran interés son las
Moldes para puñales en la Península Ibérica durante la Edad del Bronce. El caso de Camp Cinzano 377
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almas de madera. Se recuperó la de un hacha
plana en el asentamiento lacustre de Robenhau-
sen (Zurich, Suiza) (Strahm 1994: 18) y las de 2
hachas, 1 martillo y 2 puntas de lanza en Tober-
more (Derry, Irlanda) (Coles et al. 1978: 15;
O’Faoláin 2004: 192). Todas coinciden con arte-
factos metálicos contemporáneos y se interpretan
como modelos para realizar moldes de arcilla
pero igualmente podrían haber sido empleadas en
moldes de arena. Son datos excepcionales y no
considerar su uso como posible explicación de la
ausencia de moldes para determinados objetos
metálicos.
4. UNA MIRADA HACIA EUROPA.
RELACIONES E INTERACCIONES
DURANTE LA EDAD DEL BRONCE
En el contexto más amplio de Europa Occiden-
tal los moldes para puñales son igualmente mino-
ritarios en relación a los existentes para otros
objetos. Varían la tipología de sus matrices y su
materia prima. Sin pretender ser exhaustivos tene-
mos constancia de ejemplares aislados en Escocia
(Cowie y O’Connor 2009), Irlanda (Tylecote
1962: 112; Harbison 1969: 25), Países Bajos (Kui-
jpers 2008: 137), Eslovaquia (Vládar 1974: 40),
Moravia (Gerloff 1975: 31), Alemania, Rumanía
Fig. 7. Proceso experimental de fabricación y uso de un molde de arena compactada de tipo univalvo abierto: 1. a 3.
Recubrimiento con arena de almas de madera en una coquilla metálica; 4. y 5. Aspecto del molde con las almas de
madera y una vez extraídas; 6. Apariencia de los objetos metálicos tras el vertido y proceso de degradación del molde;
-
ño respectivamente) (fotografías Ignacio Soriano).
378 Ignacio Soriano y Jordi Amorós i Gurrera
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y Chipre (Tylecote 1987: 214-215). Nos detene-
-
nocultural con el ejemplar estudiado (Fig. 5 y 8).
debate sobre el probable origen de estos moldes
en el nordeste de la Península Ibérica.
Los moldes más antiguos y, a la vez, alejados
-
camente de Creta. El asentamiento minoico de
Poros Katsambas presenta las primeras eviden-
cias de producción metalúrgica de la isla: criso-
les, restos de fundición y moldes. Hay 6 ejempla-
res bivalvos de arcilla para puñales con y sin
nervadura central (4 y 2 respectivamente). Las
matrices concuerdan con puñales metálicos de
remaches ampliamente documentados en la isla.
Los contextos de hallazgo se sitúan a inicios de
la Edad del Bronce o período Prepalacial, es de-
del Minoico Antiguo IIA (c. 3200-2600 cal ANE)
(Doonan et al. 2007: 107-109).
En un momento algo posterior, en el norte de
Italia se constata algún molde de puñal vinculado
con los grupos calcolíticos de Remedello (c.
3300-2400 cal ANE), aunque tipológicamente se
corresponde con un puñal de lengüeta (Rossi y
Gattiglia 2005: 267). No hemos documentado
ningún ejemplar asociado con los posteriores gru-
pos campaniforme (2400-2200 cal ANE) y Pola-
da (c. 2200-1600 cal ANE). Sin embargo no des-
cartamos que hubieran existido, dadas las
relaciones constatadas en el ámbito metalúrgico
entre Italia y el Egeo (véase infra) y su continui-
dad en la tecnología metalúrgica de las Terrama-
ras (Carancini 2004). Dichos grupos (c. 1600-
1325 cal ANE) tienen también moldes para
tipológica con el molde estudiado. Todos son
bivalvos de piedra y proceden de la región de
Módena (Emilia Romaña). Los dos primeros, re-
cuperados en Gorzano (Maranello), podrían co-
rresponder a una única pieza. En la matriz de uno
otro se observan con claridad los botones en po-
sitivo para la posterior colocación de dos rema-
ches. El tercero procede de Puglia di Redù (No-
nantola) y presenta dos matrices para puñales,
una con idénticos botones para los remaches (Le
Fèvre-Lehöerff 1992: 161; Marzatico 1997: 580).
No conocemos casos en Cerdeña. En Córcega
la mayor parte de los moldes para puñales suelen
la Edad del Hierro. Destacamos dos excepciones
de contexto impreciso. El primero (MC-62-14-
11) probablemente fue recuperado en el asenta-
miento turriforme de Nebbiu (Filitosa, Córcega
del Sur). La matriz, realizada en granito, podría
corresponder a la parte medial de un puñal, muy
similar al de Camp Cinzano, aunque no es des-
cartable que perteneciera a un hacha plana del
Fig. 8. Moldes para puñales del borde septentrional de
la cuenca mediterránea: 1. Poros-Katsambas (Heraklion,
Creta, Grecia); 2. y 3. Gorzano (Maranello) y 4. Puglia
di Redù (Nonantola) en Módena (Emilia Romaña, Italia);
5. Nebbiu (Filitosa, Córcega del Sur, Francia); 6. Castellu
di a Marza (Corscia, Alta Córcega, Francia). 1. a partir
de Doonan et al. (2007: 108), 2. a 4. a partir de Le Fèvre-
Lehöerff (1992: 219 y 235), 5. y 6. según Peche-Quili-
chini et al. (e.p).
Moldes para puñales en la Península Ibérica durante la Edad del Bronce. El caso de Camp Cinzano 379
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Bronce Antiguo. El segundo de esteatita procede
(Corscia, Alta Córcega). Muestra la parte proxi-
mal de un puñal con nervadura central. Su tipo-
logía se ha puesto en relación con la de los pu-
ñales de remaches distribuidos por Italia durante
toda la Edad del Bronce, aunque también en la
Primera Edad del Hierro (Peche-Quilichini et al.
e.p.).
Según los datos actuales sobre el Bronce Ini-
cial en el nordeste de la Península Ibérica esta-
mos ante un período de amplias relaciones e in-
teracciones con otros grupos peninsulares y de
otras zonas europeas. Estas superan la producción
metalúrgica, abarcando otros ámbitos de la cultu-
ra material y de las prácticas sociales (Soriano
2013b: 155-160). No sorprende, pues, localizar el
origen de la tecnología del molde de Camp Cin-
zano a cierta distancia del área de estudio. Con-
para proponer dos zonas hipotéticas de llegada de
dicha tecnología: el Levante de la Península Ibé-
rica y el norte de Italia. El conjunto de datos y,
especialmente, su cronología nos hacen decantar-
nos por la segunda hipótesis.
Ya se ha expuesto la similitud morfológica y
cronológica entre el molde de Camp Cinzano y
el levantino de Mola Alta de Serelles. En dicho
asentamiento se recuperaron varios vasos gemi-
nados, tipo cuya máxima concentración y posible
origen se sitúa en la actual provincia de Valencia,
pero documentado desde Alicante hasta Navarra
(Sesma et al. 2007-2008). Esta cerámica también
aparece en el nordeste, siempre al sur del río
Llobregat. Además del ejemplar de Camp Cinza-
no, se conocen en yacimientos cercanos (Cova
Verda, Cova dels Assedegats) (Maya 2002: 23-
24). Su cronología se sitúa c. 2200-1650 cal ANE
y en algún caso presenta decoración epicampani-
forme del Grupo del Nordeste. Dicha decoración,
típica del Bronce Inicial en el área de estudio,
abarca aproximadamente los mismos siglos. Su
distribución supera las fronteras de Cataluña y se
extiende hasta Huesca con ejemplares por la costa
valenciana. Existen otras cerámicas muy presentes
en el Levante cuya aparición en el nordeste se
atribuye a las relaciones entre sus poblaciones.
Nos referimos a las cerámicas con impronta basal
de estera vegetal y a los vasos con cazoleta inter-
na al lado del asa. Ambas se asignan por crono-
logía arqueológica al II milenio cal ANE y se
documentan, entre otros, en yacimientos cercanos
al estudiado (Cova Verda, Esquerda de les Ro-
ques del Pany, Cova Fonda de Salomó) (Rovira
Port 2006a, 2006b).
Los materiales óseos y metálicos aportan da-
tos menos concluyentes. Los botones prismáticos
de sección triangular y perforación en ‘V’, situa-
dos en el III y II milenio cal ANE, se ubican
principalmente en Cataluña, Baleares y sur de
Francia y, de modo ocasional, en el Levante,
valle del Ebro, Sudeste o Submeseta Sur (López
Padilla 2006). Algunos investigadores interpretan
parte de estos adornos como elementos foráneos
llegados desde el nordeste (Uscatescu 1992: 74-
83). En relación al metal, la Cova d’Aigües Vives
(Olius, Barcelona) es un ejemplo paradigmático
de yacimiento con artefactos de procedencia muy
diversa (Soriano 2013a: 102-105). Destacamos
un puñal de remaches de cobre y una punta de
nordeste sin esta composición, típica de los obje-
tos metálicos de la Edad del Bronce en Cataluña
y el Valle del Ebro. En contrapartida, en los gru-
pos contemporáneos del Levante, Sudeste o Su-
roeste los puñales sí son mayoritariamente de
cobre puro (Rovira et al. 1997; Simón 1998:
-
dunculado es otro elemento atípico tanto en el
área de estudio como en la Península Ibérica.
Solo conocemos un ejemplar similar, en cobre o
bronce, de procedencia desconocida, pertenecien-
te a la colección Cazurro del Museo de Prehisto-
ria de Valencia (n.º inv. 3039). Había perma-
necido inédito en sus fondos hasta fecha muy
reciente (Soriano 2013b: 118). Las demás piezas
que nos constan son óseas. Algunas se localizan
Otras proceden de la Cueva del Moro (Ólvena,
Huesca) y se sitúan en cronología absoluta en el
primera mitad del II milenio cal ANE (Rodanés
1987: 89-94). Finalmente fuera de la Península
Ibérica se documentan en metal en el grupo de
las Terramaras del norte de Italia (Provenzano
1997).
Hay indicios probados de las interacciones
entre los grupos de Polada y, posteriormente, Te-
rramaras de Italia septentrional con los del área
de estudio. Corresponden fundamentalmente al
ámbito metalúrgico. La aguja con cabeza discoi-
dal decorada de Cova del Toll (Moià, Bages),
única en toda la Península Ibérica, tiene paralelos
evidentes en los grupos de Polada aunque tam-
bién en los centroeuropeos de Unetice y grupo
380 Ignacio Soriano y Jordi Amorós i Gurrera
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del Ródano (Soriano 2013b: 139). Las hachas de
rebordes son un elemento menos controvertido.
Se conocen desde Francia a Europa Central y en
Italia desde los grupos calcolíticos de Remedello
y Rinaldone (Carancini 2004). En la Península
Ibérica los ejemplares se concentran en el nordes-
te y raramente sobrepasan el límite del Ebro.
de estudio en los últimos años, son los crisoles
con pico vertedor y enmangue. Este es de dos
tipos: con perforación para introducir un mango
de madera y con un pie macizo de base plana.
Los primeros se han recuperado en Minferri (Ju-
neda, Lleida) (Soriano 2013b: 66-67), Cantorella
(Maldà, Lleida) (Escala et al. e.p.) y Can Roque-
ta II (Sabadell, Barcelona) (Rovira Hortalà et al.
2007). Respecto a los segundos, existe un ejem-
plar en este último yacimiento y otro, en proceso
de estudio por uno de nosotros (I. S.), en Can Mur
(Valldoreix, Barcelona), un asentamiento inédito
que fue parcialmente afectado en los años 1970
durante las obras de una vivienda particular. Sus
paralelos son similares a los propuestos para el
molde de Camp Cinzano. En el IV y III milenio
cal ANE se emplean ejemplares de ambos tipos
de crisoles sobre todo en Grecia continental y
Creta con piezas aisladas en el norte de Italia,
Córcega y Cerdeña entre otras zonas (Tylecote
1976: 18-20, 1987: 184; Camps 1990-1991: 42-
44; Doonan et al. 2007: 104; Evely et al. 2012:
1822). Los paralelos más próximos adscritos a la
Edad del Bronce están en el norte de Italia, en el
asentamiento poladiense de Fiavè 3 (Trentino,
Alto Adagio) (Perini 1987: 35). Otros ejemplares
más tardíos se vinculan con las Terramaras o
provienen del ya comentado asentamiento de
Lède du Gurp en el sur de Francia (Marzatico
1997: 585; Cierny et al. 2002). En la Península
Ibérica los únicos crisoles similares proceden de
Peña de la Dueña (Teresa, Castellón). Correspon-
den al primer tipo y han sido fechados por cro-
nología arqueológica en un momento avanzado
Pleno o inicios del Bronce Tardío (Simón 1998:
317-321).
La problemática de la introducción de la tec-
nología del bronce en el área de estudio se añade
-
ciente revisión del tema ha evidenciado que la
metalurgia del área catalana y del Valle del Ebro
es mayoritariamente broncínea, en contraste con
la de la mayoría de los grupos peninsulares de
inicios de la Edad del Bronce (Soriano 2013b:
160).
Las fechas más antiguas de su producción se
vinculan al grupo campaniforme y proceden de
Balma del Serrat del Pont (Tortellà, Girona). Son
restos de colada y fragmentos de un mínimo de
18 vasijas de reducción, lisas y con decoración
campaniforme, aunque en este caso la aleación es
accidental, fruto de las mineralizaciones emplea-
das (Alcalde et al. 1998: 92-97). La datación C14
de estas evidencias podría situarse c. 2750-2600
cal ANE, pero advertimos que el yacimiento tie-
2013b: 19-20). Hasta el Bronce Inicial no apare-
cen las primeras evidencias de producción inten-
cionada de bronce (Tab. 2). Proceden de Minferri
(c. 2000-1800 cal ANE) y están relacionadas con
el primer uso de moldes de piedra en el área de
estudio así como con los ya citados crisoles con
perforación (Equip Minferri 1997; GIP 2002).
Ligeramente más tardías son las de Monte
Aguilar (Bárdenas Reales, Navarra), yacimiento
donde se recuperaron restos de fundición y varios
objetos de bronce (Sesma y García 1993-1994;
Fernández-Miranda et al. 1995: 63). La ausencia
de datos que indiquen un proceso previo de ex-
perimentación así como la documentación de ins-
trumental metalúrgico en Minferri sugieren la
introducción foránea de esta aleación. En otras
regiones de la Península Ibérica como la Subme-
seta Norte también hay indicios de su uso tem-
prano, caso del par de punzones de bronce de
Cueva Maja (Cabrejas del Pinar, Soria) (Sama-
niego et al. 2001: 85-87).
del III milenio cal ANE emplean el bronce dife-
rentes grupos con relaciones metalúrgicas atesti-
guadas. Las regiones más cercanas al área de
estudio son el norte de Italia (grupos de Remede-
llo, Rinaldone y posteriormente Polada) y el oes-
te de Francia (Túmulos Armoricanos) (Pare 2000:
23-25). También se conocen objetos de bronce
aislados en el sur de Francia durante el Bronce
Antiguo. Se trata del hacha plana de Tout de
Faure (Lot, Mediodía-Pirineos) y de varios puña-
les de remaches de sepulcros megalíticos del mis-
mo departamento y del de Pirineos Atlánticos
(Aquitania) (Fernández-Miranda et al. 1995: 60-
62). Con el sur del país galo el nordeste compar-
te, además de los citados botones prismáticos
triangulares con perforación en ‘V’, la cerámica
epicampaniforme de tipo barbelé (Lemercier et
Moldes para puñales en la Península Ibérica durante la Edad del Bronce. El caso de Camp Cinzano 381
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al. 2007). En cambio faltan moldes para puñales
y crisoles con enmangue en esas fechas (Cert
2000). Creemos plausible que, si esta tecnología
se introdujo atravesando tierras francesas, proce-
diera del norte de Italia y, en concreto, de los
grupos de Polada. Es muy notable que en el
nordeste la primera metalurgia del bronce coinci-
da, cronológica y espacialmente, con el uso de
enmangue y pico vertedor. Los dos utensilios
están estrictamente relacionados por la versatili-
dad en el manejo que aporta un crisol de estas
características y la precisión que exige el vertido
en un molde de alimentación vertical con un be-
bedero estrecho. El empleo sincrónico de ambos
y del bronce está constatado en los grupos nordi-
talianos de inicios de la Edad del Bronce.
5. RECAPITULACIÓN
El molde para puñales de Camp Cinzano
constituye un elemento atípico y excepcional de
la metalurgia de la Edad del Bronce. La datación
absoluta de su contexto de hallazgo permite fe-
charlo c. 1850 cal ANE, próximo a las restantes
evidencias metalúrgicas del territorio. Los para-
lelos documentados en la Península Ibérica son
escasos. El más afín procede del yacimiento ali-
cantino de Mola Alta de Serelles. Durante este
período se detectan numerosas relaciones entre
las comunidades del nordeste y del Levante pe-
ninsular a través de objetos cerámicos y, de forma
menos concluyente, artefactos óseos y metálicos.
Del mismo modo se constatan interacciones entre
el área de estudio y el norte de Italia, quizás in-
cluyendo el sur de Francia como zona de paso y
teniendo el Egeo como antecedente más destaca-
ble. Dichas evidencias, focalizadas en el ámbito
aleación de bronce, de los crisoles con sistema de
enmangue, de los moldes líticos y de ciertos ob-
jetos metálicos. Su cronología más antigua en la
Península Italiana apunta a que, con mayor pro-
babilidad, debamos ubicar allí el origen de la
tecnología del molde estudiado. Es posible que
las relaciones constatadas con el Levante fueran
las responsables de la llegada desde el nordeste
de este tipo de molde y, quizás también, de los
crisoles con perforación de Peña de la Dueña.
Esperemos que en el futuro pueda profundizarse
en esta y otras problemáticas vinculadas con
determinados útiles metalúrgicos prehistóricos,
existentes en la Península Ibérica.
AGRADECIMIENTOS
A Ignacio Montero (Centro de Ciencias Hu-
manas y Sociales, Consejo Superior de Investiga-
soporte técnico. A Vicente Lull y Nicolás Escani-
lla (Universidad Autónoma de Barcelona), Dirk
Brandherm (Queen’s University Belfast), Kewin
Peche-Quilichini (Université de Provence, LAM-
PEA-UMR 7269 CNRS) y Bartomeu Salvà (Uni-
versitat de les Illes Balears) por la información y
comentarios proporcionados. A Jordi Farré, con-
servador del VINSEUM – Museo de las Culturas
del Vino de Cataluña, por las facilidades presta-
das en el estudio del molde. A los dos evaluado-
res anónimos por la revisión y comentarios a este
artículo.
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