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RESUMEN A menudo se habla de precipitación intensa refiriéndose a la acumulación en una hora o en pocos segundos, incluso realizando comparaciones lineales entre ambas. Sin embargo el comportamiento natural de la precipitación hace que sea necesario hablar de una relación no lineal para referirse a cómo cambia la intensidad de la precipitación con el intervalo de tiempo medido. En ese sentido, este artículo intenta aproximarse a la descripción del índice n, que caracteriza la intensidad media máxima (IMM), según su comportamiento convectivo (acumulando un máximo de precipitación en poco tiempo, n cercano a 1) o advectivo (acumulando la precipitación regularmente, n cercano a 0). El estudio se realiza desde tres perspectivas diferentes: conjunto del planeta, Península Ibérica y Sur de Valencia – Norte de Alicante. El análisis matemático de las precipitaciones máximas mundiales desprende que éstas presentan una máxima eficiencia entre el origen convectivo y advectivo (n igual a 0,5). A partir del análisis climático del índice n en la Península Ibérica se pueden distinguir grandes zonas caracterizadas por máximos de lluvia de origen más tormentoso (interior peninsular) y áreas caracterizadas por máximos de lluvia de origen más frontal (suroeste, litoral atlántico y litoral mediterráneo), aunque con gran influencia aún de las tormentas (n generalmente superior a 0,5). Por último, para el Sur de Valencia – Norte de Alicante, se obtiene que el índice n es en general cercano a 0,35, exceptuando el caso de Sueca en 2008, con un índice n inferior a 0,2. Palabras clave: récord de precipitación, distribución de precipitación, clasificación de la precipitación, torrencial.
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1
EL ÍNDICE n DE LA PRECIPITACIÓN INTENSA
Robert Monjo i Agut
Departament de Física de la Terra i Termodinàmica. Universitat de Valencia.
Fundación para la Investigación del Clima.
email: robert@temps.cat
RESUMEN
A menudo se habla de precipitación intensa refiriéndose a la acumulación en una hora o en
pocos segundos, incluso realizando comparaciones lineales entre ambas. Sin embargo el
comportamiento natural de la precipitación hace que sea necesario hablar de una relación no lineal
para referirse a cómo cambia la intensidad de la precipitación con el intervalo de tiempo medido.
En ese sentido, este artículo intenta aproximarse a la descripción del índice n, que caracteriza la
intensidad media máxima (IMM), según su comportamiento convectivo (acumulando un máximo
de precipitación en poco tiempo, n cercano a 1) o advectivo (acumulando la precipitación
regularmente, n cercano a 0). El estudio se realiza desde tres perspectivas diferentes: conjunto del
planeta, Península Ibérica y Sur de Valencia Norte de Alicante. El análisis matemático de las
precipitaciones máximas mundiales desprende que éstas presentan una máxima eficiencia entre el
origen convectivo y advectivo (n igual a 0,5). A partir del análisis climático del índice n en la
Península Ibérica se pueden distinguir grandes zonas caracterizadas por máximos de lluvia de
origen más tormentoso (interior peninsular) y áreas caracterizadas por máximos de lluvia de origen
más frontal (suroeste, litoral atlántico y litoral mediterráneo), aunque con gran influencia aún de
las tormentas (n generalmente superior a 0,5). Por último, para el Sur de Valencia Norte de
Alicante, se obtiene que el índice n es en general cercano a 0,35, exceptuando el caso de Sueca en
2008, con un índice n inferior a 0,2.
Palabras clave: récord de precipitación, distribución de precipitación, clasificación de la
precipitación, torrencial.
1. Introducción
Los extremos climáticos suponen un interés especial para la sociedad ya que determinan un
nivel de riesgo al que se ve sometida. Tanto los recursos agrícolas como la gestión del territorio
urbano se planifican teniendo en cuenta la potencialidad extrema de la precipitación en cada región
(Marco, 1999). Por ello resulta necesario caracterizar tanto los aspectos temporales como los
patrones espaciales de la acumulación de precipitación, así como su probabilidad de acontecer.
Si queremos estudiar el comportamiento de la lluvia en el tiempo, debemos fijarnos en cómo se
distribuye la intensidad a lo largo del mismo. Usualmente se usa el concepto de intensidad para
referirnos a valores medios (Tabla 1), es decir, a una cierta cantidad de precipitación registrada en
un tiempo determinado: una hora, un minuto, o bien el paso entre dos oscilaciones del balancín de
una estación automática.
Tabla 1. Clasificación de la lluvia según la intensidad media en una hora. Agencia Estatal de
Meteorología.
Intensidad
Acumulación en una hora
DÉBIL
entre 0,1 y 2 mm
MODERADO
entre 2,1 y 15 mm
FUERTE
entre 15,1 y 30 mm
MUY FUERTE
entre 30,1 y 60 mm
TORRENCIAL
más de 60 mm
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En primer lugar hay que tener claro que una estación automática no mide una intensidad
instantánea, sino en realidad siempre mide una intensidad media, que en este caso se corresponde a
una precipitación acumulada durante un corto período de tiempo (entre dos oscilaciones de
balancín). Puesto que diferentes estaciones pueden tener diferentes tiempos de medida, en general
no se pueden comparar las intensidades entre sí. Es decir, con una misma precipitación real y en un
mismo lugar, dos estaciones pueden medir diferentes intensidades (supuestamente instantáneas).
Por ello, no debe confundirse una intensidad medida con una intensidad instantánea (que no se
puede medir) ni tampoco debe extrapolarse linealmente a una intensidad media de 1 minuto o 1
hora porque a priori puede crear confusión si se compara con otras estaciones.
¿Y cómo se puede comparar la precipitación? La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET)
clasifica la precipitación según la intensidad media en una hora. Podemos hablar de lluvia
inapreciable, débil, moderada, fuerte, muy fuerte o torrencial, según se supere o no un cierto
umbral horario (Tabla 1). Por ejemplo, la lluvia muy fuerte sería entre 30,1 mm hasta 60 mm,
registrados en una hora.
Sin embargo, siguiendo el ejemplo podríamos encontrar dos registros de lluvia muy fuerte (p.e.
40 mm en una hora), pero uno podría ser constante (40 mm caídos regularmente durante una hora)
y el otro podría ser muy variable (35 mm caídos en 5 minutos, y el resto, repartido hasta completar
la hora). Por tanto, la importancia no estaría sólo en que hayan caído 40 mm en una hora, sino que
también sería importante cómo habrían caído esos 40 mm, si de forma regular o de forma muy
irregular. Y todo ello debe ser analizado huyendo del concepto de intensidad instantánea.
Una forma de clasificar la regularidad o irregularidad de la precipitación respecto al tiempo,
consiste en ordenar de mayor a menor la intensidad media máxima para diferentes intervalos de
tiempo: 1 minuto, 5 minutos, 30 minutos, 1 hora, etc. Para tiempos pequeños, la intensidad media
máxima siempre será mayor o igual que para tiempos mayores. Por lo tanto, el cociente entre dos
intensidades medias máximas, I1 / I2, será igual al cociente entre las duraciones cambiadas, t2 / t1,
pero elevando a un número n, evaluado entre 0 y 1:
n
t
t
I
I
1
2
2
1
(1)
Esa relación entre intensidad y duración se conoce como curva de Intensidad Media Máxima
(IMM) y puede resumirse mediante el número n. Dicho número es un parámetro adimensional, es
decir, no tiene dimensiones físicas como en el caso del tiempo (minutos) o la precipitación
(milímetros). La ventaja de los números adimensionales es que generalmente permiten
clasificaciones válidas para cualquier lugar. En este caso, podemos construir una clasificación
independientemente de si llueve mucho, o poco (Tabla 2), es decir, el índice n no depende ni de la
intensidad ni de la duración de la precipitación (Moncho, 2008).
Tabla 2. Clasificación de la lluvia según la regularidad de la intensidad respecto al tiempo.
n
Variabilidad de la intensidad
Interpretación del tipo de
precipitación
0,00-0,20
Prácticamente constante
Muy predom. advectiva o estacionaria
0,20-0,40
Débilmente variable
Predom. advectiva
0,40-0,60
Variable
Efectiva
0,60-0,80
Moderadamente variable
Predom. convectiva
0,80-1,00
Fuertemente variable
Muy predom. convectiva
Como ejemplo, podemos escoger la definición de precipitación torrencial y observar los
diferentes tipos de precipitación basándonos en el índice n. Según AEMET, una precipitación
torrencial es aquella que supera los 60 mm en una hora (Figura 1), pero esa precipitación se puede
acumular de forma constante (n igual o inferior a 0,2) o se puede acumular de forma rápida,
registrando la mayoría de la precipitación en pocos minutos (n igual o superior a 0,7). De esa
forma, podemos hacer extrapolaciones no-lineales de la intensidad de un minuto, o de pocos
segundos. Por ejemplo, con un índice normal (n = 0,5), una lluvia de 60 mm en una hora se
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correspondería con una intensidad media máxima de unos 7,7 mm en un minuto, lo cual haciendo
el cambio de unidades es 465 mm/h.
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
020 40 60 80 100
Tiempo (minutos)
Precipitación (mm)
n = 0,2
n = 0,5
n = 0.7
Figura 1. Comparación entre diferentes acumulaciones, en función del índice de la precipitación, n,
para el ejemplo de una lluvia de 60 mm en una hora
El índice n ya ha sido empleado anteriormente para describir la distribución temporal de la
precipitación extrema en Europa y América (Bernard, 1932; Chow, 1962; Ponce, 1989; Pizarro et
al., 2003). Sin embargo el potencial de este índice es mucho mayor, ya que puede describir el
comportamiento de cualquier precipitación, incluso de la precipitación moderada y débil. Eso sí,
en este artículo nos centraremos en describir el índice n de la precipitación intensa.
Es sabido que la precipitación intensa no aparece con la misma frecuencia que la precipitación
moderada y débil, y por ello es necesario contabilizar el número de días al año en los que llueve
con una cierta intensidad (superando un determinado umbral). Si a dicho número lo dividimos por
365 días o 1 año, entonces se convierte en lo que se conoce como frecuencia de retorno. Así, la
inversa de dicha frecuencia se llama período de retorno, ya que tiene unidades de tiempo (por
ejemplo días o años). Para entender esto podemos escoger una precipitación que se produce en
promedio 1 día cada dos años, en ese caso el período de retorno sería de 2 años.
Ahora podemos generalizar la expresión 1 para relacionar la acumulación máxima esperada
con su período de retorno, en este caso usaremos otro exponente numérico que nombraremos m.
Por lo tanto podemos escribir nuevamente el conciente de dos intensidades en función del cociente
entre las duraciones (to/t) y los períodos de retorno respectivos (p/po):
n
o
m
oo t
t
p
p
II
(2)
Esta expresión matemática es la forma más sencilla de relacionar la intensidad, la duración y la
frecuencia de retorno, y pertenece a un conjunto de curvas conocidas como IDF (Bernard, 1932),
por sus iniciales (Intensidad-Duración-Frecuencia).
2. Registros máximos globales
Se estudiaron los registros de precipitación extrema de 18 estaciones de diferentes zonas del
planeta en los que se habían registrado récords globales documentados por Paulhus (1965),
Thapliyal-Kulshrestha (1992), Dhar y Arooqui (1973), WMO (1994, 2007), Cerveny et al. (2007)
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Quetelard et al. (2009) y NOAA (2010). De los 19 episodios récords vigentes hasta la fecha, 7 se
corresponden a episodios registrados en Asia y 6 en la isla de La Reunión (Tabla 3). En éste último
caso, los recórds se contabilizan desde 1958, y el último de ellos se produjo en 2007, con 4869 mm
en 4 días (Quetelard et al., 2009). Eso supone una media aproximada de un récord cada 9 años.
Tabla 3. Enumeración de los registros de precipitación extrema documentados a nivel mundial
según Paulhus (1965), Dhar y Arooqui (1973), Thapliyal-Kulshrestha (1992), WMO (1994, 2007),
Quetelard et al. (2009) y NOAA (2010).
Duración
Precipitación
(mm)
Estación
Fecha
1 min
38,1
Barot (Guadalupe)
26/11/1970
8 min
126
Füssen (Alemania)
25/05/1920
15 min
198
Plumb Point (Jamaica)
12/05/1916
20 min
206
Curtea-de-Arges (Rumania)
07/07/1889
30 min
280
Sikeshugou (China)
03/07/1974
42 min
305
Holt, Misuri (EEUU)
22/06/1947
60 min
401
Shangai (China)
03/07/1975
72 min
440
Gaoj, Gansu, (China)
12/08/1985
2 h
489
Yujiawanzi (Mongolia)
19/07/1975
2,5 h
550
Bainaobao (China)
25/06/1972
3 h
600
Duan Jiazhuang (China)
28/07/1977
6 h
840
Muduocaidang (Mongolia)
01/08/1977
9 h
1087
Belouve (La Reunión)
28-89/02/1964
10 h
1400
Muduocaidang, (Mongolia)
01/08/1977
12 h
1340
Belouve (La Reunión)
28-89/02/1964
18,5 h
1689
Belouve (La Reunión)
28-89/02/1964
20 h
1697
Foc-Foc (La Reunión)
7-8/01/1966
22 h
1780
Foc-Foc (La Reunión)
7-8/01/1966
24 h
1870
Cilaos (La Reunión)
15-16/03/1952
2 d
2467
Aurère (La Reunión)
7-8/04/1958
3 d
3929
Commerson (La Reunión)
24-26/02/2007
4 d
4869
Commerson (La Reunión)
24-27/02/2007
8 d
4936
Commerson (La Reunión)
20-27/01/1980
9 d
5342
Commerson (La Reunión)
19-27/01/1980
10 d
5678
Commerson (La Reunión)
18-27/01/1980
11 d
5949
Commerson (La Reunión)
17-27/01/1980
12 d
6051
Commerson (La Reunión)
16-27/01/1980
1 mes
9300
Cherrapunji (India)
07/1861
2 mes
12767
Cherrapunji (India)
06-07/1861
3 mes
16369
Cherrapunji (India)
05-07/1861
4 mes
18738
Cherrapunji (India)
04-07/1861
5 mes
20412
Cherrapunji (India)
04-08/1861
6 mes
22454
Cherrapunji (India)
04-09/1861
1 año
26461
Cherrapunji (India)
08/1860 -09/1861
2 años
40768
Cherrapunji (India)
1860-1861
Se analizó la distribución temporal de la precipitación para los 5 episodios récord en los que se
disponen registros completos de resolución horaria o diaria (Figura 2), y se obtuvo que el índice n
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es cercano a 0,5 en todos ellos; concretamente la media del índice n para 5 episodios es de 0,49 ±
0,03. Dicho valor es compatible con el obtenido para el conjunto de los récords globales según
Jennings (1959), Paulhus (1965) y Galmarini (2004), lo cual indica que el comportamiento de la
precipitación extrema mundial tiende a presentar un índice normal de precipitación (Tabla 1). En
otras palabras, un récord mundial de cierta duración parece englobar de forma aproximada a los
récords de duración inferior, ya que todos satisfacen una misma distribución temporal. De hecho,
según la Tabla 1, los récords de 1 a 6 meses se engloban oficialmente dentro del año récord de
Cherrapunji, y muy probablemente, en el mes de julio de 1861, encontraríamos un día con casi
1800 mm, y a su vez, casi 1300 mm en 12h, casi 300 mm en 42 min, etc. Probablemente también,
durante algún minuto del mes de julio de 1861 en Cherrapunji se alcanzó un valor cercano o
superior al récord de Barot (38 mm en un minuto).
Por otro lado, si nos fijamos en la intensidad media máxima de cada récord (dividiendo la
acumulación máxima entre el tiempo), parece razonable que el 1 de agosto de 1977, en
Muduocaidang (Mongolia interior, China), se registrasen más de 840 mm en 6h (Tabla 2), ya que
se tiene constancia de que en el mismo a se recogieron 1400 mm en 10h, y en ambos casos
suponen una intensidad media máxima de 2,333 mm/min, lo cual sólo es posible con índice n = 0.
Teniendo en cuenta que es estadísticamente imposible que n sea 0, cabe esperar que en 6h se
registraran más de 840 mm. Tal como se ha estimado en este trabajo, el índice n de las
precipitaciones extremas es cercano a 0,5, y en cualquier caso, la precipitación extrema suele tener
un índice entre 0,4 y 0,7, siendo ocasionalmente cercano a 0,3. Por ejemplo, suponiendo un índice
bajo de 0,3, según la expresión 1 se habrían registrado unos 980 mm en 6h, ó bien unos 1080 mm
suponiendo que n = 0,5. Es decir, este método puede usarse para validar la coherencia de los
registros extremos y estimar así con una mayor probabilidad cuáles han debido ser los valores
máximos en cada caso.
100
1000
10000
100000
100 1000 10000 100000 1000000 10000000
Tiempo (min)
Precipitación (mm)
Commerson 1980
Cilaos 1952
Cherrapunji 1861
Foc-Foc 1966
Belouve 1964
Figura 2. Distribución temporal de cinco récords: con n = 0,49 ± 0,02 ajustada para la
precipitación registrada en Foc-Foc (7-8/01/1966, La Reunión); n = 0,53 ± 0,02 para Commerson
(16-27/01/1980, La Reunión); n = 0,45 ± 0,02 para Cilaos (15-16/03/1952, Reunión); n = 0,49 ±
0,01 para Cherrapunji (1860-1861, China); y n = 0,48 ± 0,2 para Belouve (24-29/02/1964), según
Paulhus (1965) y otros.
El concepto de lluvias extremas se ha relacionado a menudo con tormentas intensas y lluvias
persistentes. Según la Figura 2, cabría esperar un índice n cercano a 1 para precipitaciones de corta
duración, de tal modo que acumulase el máximo de precipitación en poco tiempo, mientras que
para duraciones largas esperaríamos encontrar un índice n cercano a 0, ya que así las
acumulaciones son más importantes cuanto mayor es la duración. Sin embargo se ha observado un
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índice n muy próximo a 0,5 para las precipitaciones globales más extremas (Figura 2). Dicho valor
implica la máxima eficiencia de la precipitación, es decir, aquella que combina perfectamente la
génesis convectiva y la advectiva. Por lo tanto podemos pensar que la distribución temporal de un
chubasco extraordinario en cualquier punto de la Tierra puede describirse igualmente mediante un
índice n cercano a 0,5.
Por otro lado, aplicando la expresión 1 para el conjunto de los récords, se actualizó la curva de
extremos globales incorporando los registros extremos de 2007. Concretamente se obtuvo que la
acumulación máxima global presenta un índice n = 0,497 ± 0,010 y una intensidad típica 49
mm/min durante un minuto. Sin embargo, el récord de 2007 se separa de forma significativa del
ajuste (Figura 3), es decir, si suponemos una curva paralela que pasa por el registro de 4869 mm en
4 días (con n = 0,5), el factor de escala correspondiente a dicho registro sería de 64 ± 2 mm en un
minuto, lo cual es significativamente diferente del valor ajustado para el conjunto de récords.
Igualmente, suponiendo una distribución temporal con n = 0,5 para cada uno de los registros
récords, se obtiene un valor de precipitación máxima en un minuto estimada para cada récord
(Tabla 4), con lo cual se observa que en todos los casos dicho valor es sensiblemente mayor que el
récord oficial de 38,1 mm en Barot, exceptuando los registros de 1 y 2 años, para los cuales la
intensidad minutal equivalente es muy similar.
10
100
1000
10000
100000
110 100 1000 10000 100000 1000000 10000000
Duración (minutos)
Precipitación (mm)
Figura 3. Comparación de todos entre los récords mundiales de precipitación (puntos) y el registro
de 2007 en Commerson (La Reunión) correspondiente a 3929 mm en 3 días 4869 mm en 4 días
(señalado con círculos). La curva ajustada se corresponde, según la expresión 6, con Po = 49 ± 2
mm y n = 0,497 ± 0,010, con R2 = 0,996.
Tabla 4. Detalle de los récords según la precipitación máxima en un minuto, Po‟, equivalente
para un índice normal (n = 0,5); e índice n equivalente para cada récord con una precipitación
máxima en un minuto supuesta de 49 mm.
Duración
Ptotal (mm)
Po(mm)
n’
8 min
126
45
0,546
15 min
198
51
0,484
20 min
206
46
0,521
30 min
280
51
0,488
42 min
305
47
0,511
60 min
401
52
0,487
72 min
440
52
0,487
2 h
489
45
0,519
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7
2,5 h
550
45
0,517
3 h
600
45
0,518
6 h
840
44
0,517
9 h
1087
47
0,507
10 h
1400
57
0,476
18,5 h
1689
50
0,495
20 h
1697
51
0,500
22 h
1780
49
0,500
24 h
1870
49
0,499
2 d
2467
49
0,508
3 d
3929
46
0,476
4 d
4869
60
0,469
8 d
4936
64
0,507
9 d
5342
46
0,505
10 d
5678
47
0,504
11 d
5949
47
0,504
12 d
6051
47
0,506
1 mes
9300
46
0,509
2 mes
12767
45
0,511
3 mes
16369
43
0,506
4 mes
18738
45
0,507
5 mes
20412
45
0,509
6 mes
22454
44
0,508
1 año
26461
36
0,522
2 año
40768
40
0,515
Muy probablemente los récords medidos no se corresponden con los récords reales,
principalmente debido a la escasa distribución de pluviómetros en el mundo, pero también debido
a la dificultad que entraña la medida de valores extremos. Por ejemplo, con toda probabilidad, el
récord oficial de 38,1 mm en un minuto registrado en Barot (Guadalupe) del 26 de noviembre de
1970 ha podido ser superado por cualquiera de los récords de duración superior (Tabla 3). La razón
por la cual sigue vigente dicho récord estaría, entonces, en la dificultad de medir o extrapolar
empíricamente un valor tan elevado mediante un pluviógrafo.
Si nos fijamos en el récord de Commerson (La Reunión) del 24-27 de febrero de 2007 y
asumiendo que también responde a un índice n = 0,5, es posible que durante algún minuto se haya
registrado una precipitación cercana o superior a 60 mm, lo cual supondría el „récord absoluto‟ de
todos los registros extremos de precipitación. En cualquier caso, incluso asumiendo que sólo
cayeron unos 49 mm en un minuto, con un índice n de unos 0,47 (Tabla 3), la curva asociada a
dicho extremo sigue estando por encima de cualquier otro valor, por lo tanto supone un umbral que
aún no se ha superado oficialmente.
Por otro lado, podemos separar la probabilidad de que se alcance cierta intensidad minutal y la
probabilidad de que un episodio de precipitación extrema tenga cierta duración, ya que ambas
probabilidades parecen independientes (Tabla 3). Para comparar las diferentes duraciones, es
necesario suponer la aproximación de que todos los récords globales tienen una intensidad similar,
del orden de 49 mm en un minuto. De ese modo, las distintas acumulaciones totales de los récords,
se entienden como mayoritariamente debidas a la diferente duración.
Además, debido a la independencia entre ambas probabilidades, es necesario referirnos a dos
estimaciones diferentes del período de retorno. Por lo tanto, el tiempo de retorno total esperado
para una precipitación extrema de cierta duración t, vendrá dado por la combinación entre el
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período de retorno de la intensidad y el período de retorno de la duración (mediante una operación
matemática conocida como media geométrica). De ese modo, se estimó el período de retorno para
el episodio extremo de 2007 en Commerson (La Reunión), y se obtuvo que es de 100 ± 20 años
para el conjunto de las 18 estaciones analizadas (con un valor de m = 0,12); es decir, dicho período
es aproximadamente de la misma longitud que el período analizado. Por lo tanto, los resultados
implican que el extremo de 2007 se engloba de forma adecuada en las características climáticas del
conjunto de las 18 estaciones analizadas.
3. Península Ibérica
Al caracterizar las precipitaciones máximas globales hemos visto que éstas siguen un patrón
normal (n = 0,5) que combina una máxima eficiencia entre el origen convectivo (n elevado) y el
origen advectivo (n bajo). La pregunta que nos hicimos a continuación fue sobre qué
características generales tendrían las precipitaciones intensas en la Península Ibérica. Para ello se
empleó el mismo modelo de distribución temporal de las Intensidades Medias Máximas.
Para esta parte del estudio se tomaron los datos de 67 estaciones de la red de pluviógrafos de la
Agencia Estatal de Meteorología (AEMET, 2003) y se ajustaron a las curvas de Intensidad Media
Máxima (IMM), de tal modo que se obtuvieron los índices n y m correspondientes.
Se observó que los promedios de los índices para el conjunto de las estaciones sugieren que la
variabilidad de éstos es débil a lo largo del territorio analizado, por lo que en primera
aproximación podríamos tomar los dos índices como constantes para todo el territorio. En ese caso,
las precipitaciones extremas quedarían caracterizadas principalmente por la intensidad de
referencia de cada estación, para un mismo tiempo y período de retorno.
Sin embargo, si nos fijamos en los valores para cada una de las estaciones, el índice n varía
bastante de una estación a otra, por lo que en general no lo consideraremos constante, sino que
diremos que depende de las estaciones consideradas. El valor del índice m presenta muy poca
variabilidad entre las localidades consideradas, por lo que podremos considerar que el valor
promedio m = 0,24 ± 0,03 es una constante para nuestro territorio.
Por otro lado, no se observó ningún patrón que establezca que el extremo del régimen
pluviométrico tienda a desplazar su tipología hacia la convectividad (n elevado) o la advectividad
(n bajo), sino que dichas propiedades responden únicamente de la dominación estadística de cada
clima local. Por consiguiente, cualquier posible diferencia climática respecto al índice medio no
representa una anomalía, por definición, y por tanto supondrá una variación climática local, en
base probablemente al régimen de vientos, ya que ése es el patrón principal de la advectividad.
Por lo tanto, ajustando la fórmula 2 a los datos de las 67 estaciones, podemos definir una
intensidad media máxima de duración igual a una hora y con un período de retorno de 25 años, que
representamos en la Figura 4.
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Figura 4. Precipitación máxima en una hora con un período de retorno puntual de 25 años, a partir
de las curvas IDF de 67 estaciones de la Agencia Estatal de Meteorología.
En la Península Ibérica podemos distinguir diferentes zonas asociadas a los climas de España,
destacando el este y nordeste peninsular con intensidades de referencia cercanas a 60 mm/1h, y en
el otro extremo encontramos Sierra Nevada y Zamora con valores cercanos a los 20 mm/1h.
Por otro lado, si representamos geográficamente el índice n para la Península Ibérica,
obtenemos el mapa de la Figura 5.
Figura 5. Distribución de los climas con lluvias máximas persistentes (azul) y antipersistentes
(rojo), a partir del exponente n que ajusta las curvas IDF de 67 estaciones de la Agencia Estatal de
Meteorología (2003).
Las curvas IDF representan distribuciones temporales de “precipitaciones máximas” en
función del período de retorno, curvas que a su vez se relacionan entre sí como curvas IMM; así,
cuanto menor es el exponente n de la IMM asociada, las precipitaciones máximas se obtienen más
por persistencia que por intensidad, mientras que para índices n grandes, las precipitaciones
máximas se obtienen más por intensidad que por persistencia. Este juego entre la persistencia y la
intensidad de las precipitaciones máximas se refleja en el clima, de tal modo que en general
podemos distinguir dos grandes grupos:
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A- Los climas cuyas precipitaciones máximas están dominadas por la advección marítima
(corriente zonal, meridional y antizonal) presentan un índice n más bajo, indicando una mayor
persistencia de las intensidades más altas. Podemos distinguir aproximadamente tres grupos:
mitad oeste (zonal), litoral cantábrico (meridional) y litoral mediterráneo (antizonal). En el
litoral mediterráneo encontramos tres zonas con especial persistencia: golfo de Valencia,
Gerona y Málaga, las tres dominadas por vientos de levante. En el litoral cantábrico
encontramos una zona con índice n muy bajo, al este de Asturias, que se corresponde con
vientos del norte. Y por último, en la franja atlántica encontramos una zona muy importante, el
Sistema Central, que presenta una importante persistencia de la lluvia con los vientos del sur de
los típicos frentes atlánticos.
B- Los climas cuyas precipitaciones máximas están dominadas por convección (climas del interior)
presentan índices más altos indicando una menor duración de las precipitaciones máximas. En
este caso encontramos dos grandes áreas: el interior del este y el interior del norte peninsular.
Así mismo cabe destacar que en el sur de los Pirineos, y en el noreste de la Cordillera
Subbética encontramos dos zonas con un índice n muy elevado que posiblemente se deba a la
escasa presencia de persistencia pluviométrica, al menos durante las precipitaciones máximas.
Sin embargo, disponemos de pocos datos para poder analizar tanto la coherencia espacial por
proximidad y similitud como para poder caracterizar de forma detallada a todas las regiones, donde
ahora no hay datos (Pirineos, Sistema Ibérico, etc.).
4. Sur de Valencia Norte de Alicante
Después de caracterizar el índice n para la Península Ibérica, nos centramos en estudiar la zona
con mayores registros de precipitación extrema, es decir, el litoral mediterráneo. En concreto
decidimos estudiar el Sur de Valencia y el Norte de Alicante por aglutinar la mayor parte de los
eventos con acumulaciones extremas (Pérez Cueva, 1983; Témez y Mateos, 1993; Armengot, 1994;
Creus, 1995; Font Tullot, 2000). Se buscaron los episodios más importantes de los últimos 30 años
y se encontró que en al menos 5 episodios se registraron valores que superaron el umbral de 300
mm en 12h (Tabla 5). Las precipitaciones extraordinarias en el País Valenciano presentaron
dificultades durante los registros, tanto las relacionadas con la limitada capacidad de los
pluviómetros (que se desbordaron en diferentes ocasiones) como por la falta de datos sobre la
distribución temporal. Concretamente disponemos de 49 valores, siendo sólo 3 los datos para el
registro de Gandía de 1987 y 4 datos para el registro de Casa del Baró de 1982 (Cortes de Pallàs,
Valencia).
Tabla 5. Precipitaciones máximas (Pmax) que superaron el umbral de 300 mm en 12h, y duración
efectiva (tef). Los valores que aparecen en cursiva* son estimaciones con un error relativo del 10%
de la precipitación máxima puntual de dos episodios extremos (Font Tullot, 2000; Témez y Mateos,
1993; y Pérez Cueva y Armengot, 1983).
Fecha
Estación
Pmax (mm)
Duración (h)
20/10/1982
Casa del Baró
975*
24
03/11/1987
Gandia
1000*
30
22/10/2000
Carlet
438
24
12/10/2007
L‟Alcalalí
416
11
23/09/2008
Sueca
337
3
Las curvas de Intensidad-Duración-Frecuencia obtenidas (Figura 4) presentan un índice n que
en general se encuentra entre 0,35 y 0,42, exceptuando el caso de Sueca de 2008, en el que
encontramos un n = 0,14, lo que nos indica que se trataría de una tipología de precipitación
totalmente diferente al resto. Otra característica a destacar es que el n medio obtenido para dicha
área de estudio, sin contar el caso de Sueca, es aproximadamente 0,37, el cual es
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considerablemente menor al índice n climático de lluvias extremas de Valencia capital, que se
encuentra entorno a 0,54.
Figura 6. Ajuste con curvas IMM de los 5 registros más importantes en las cuencas del Sur de
Valencia y extremo Norte de Alicante, que han superado el umbral de al menos 300 mm en menos
de 12h. De los dichos episodios analizados sólo se disponían 49 datos.
A partir de los datos de la Figura 6 puede estimarse que el valor medio de acumulación
máxima en una hora es de unos 80 mm. El índice n medio teniendo en cuenta el caso de Sueca es
de unos 0,3± 0,1. Con eso se estima que para 12 horas, la acumulación media es de unos 450 mm,
por lo tanto la intensidad media máxima es el cociente 450mm/12h.
Con esos datos podemos escribir una curva representativa de las precipitaciones intensas del
País Valenciano. Por lo tanto, tomando el valor del índice del período de retorno, m = 0,24, que
hemos estimado como primera aproximación para la Península Ibérica, obtenemos la siguiente
curva:
10'030,024,0 12
6
12/450
th
a
hmmI
(3)
donde
es el período de retorno en años y t es el tiempo en horas. Puesto que se trata de una
intensidad media en un tiempo t, podemos estimar la acumulación total en dicho tiempo
multiplicando simplemente por el tiempo t. Además, a partir de la expresión 3 obtenemos los
retornos para cada uno de los casos de estudio (Tabla 5), en relación a la frecuencia con la que se
registran los extremos en el conjunto de las estaciones estudiadas.
Tabla 6. Registros históricos y período de retorno asociada a la acumulación de precipitación para
un tiempo efectivo (tef).
Fecha
Estación
I 1h
n
Pmax (mm)
tef (h)
ef (años)
20/10/1982
Casas del Baró
140
0,37
975
21,8
36
03/11/1987
Gandia
154
0,42
1000
26,3
32
22/10/2000
Carlet
60
0,35
532
28,7
16
12/10/2007
Alcalalí
90
0,35
440
11,5
25
23/09/2008
Sueca
142
0,14
350
2,9
53
En la Tabla 6 encontramos la intensidad media máxima esperada para una hora (I1h), el índice n del
evento, la acumulación total (Pmax) y el tiempo efectivo, tef, que es la duración que tendría dicha
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lluvia si se ajustara perfectamente a la curva matemática. Así por ejemplo en el episodio de 2008,
consta que en diferentes estaciones de Sueca se registraron hasta 326 mm en 3 horas (Vázquez,
2008), mientras que en otras estaciones se midieron hasta 365 mm en 8 horas (SAIH,
Confederación Hidrográfica del Júcar). En ese caso el tiempo efectivo es ligeramente inferior a la
duración real en algunas estaciones.
5. Conclusiones
El índice n es un número adimensional que puede emplearse para describir el comportamiento
de la precipitación en función del tiempo. Dicho número está relacionado con las curvas de
Intensidad Media Máxima (IMM), y toma valores entre 0 y 1. A grandes rasgos, podemos
diferenciar entre 3 tipologías de precipitación: aquella que presenta una acumulación máxima en
poco tiempo y luego de forma cada vez más relajada (n alto), aquella que se acumula de forma
constante (n bajo) y aquella que se acumula de forma normal (n intermedio). El primer grupo suele
relacionarse con las tormentas, que en general alcanzan un ximo de precipitación en poco
tiempo, aunque su duración sea prolongada. El segundo caso puede asociarse a la precipitación
estratiforme o de frentes, o bien a algún sistema de precipitaciones perfectamente estacionario. Y
el último grupo se correspondería con sistemas que combinan la precipitación de origen convectivo
y estratiforme.
Después de analizar cada uno de los extremos mundiales de precipitación, se observó que en
general satisfacen un índice n muy cercano a 0,5, lo cual hace pensar que presentan una perfecta
eficiencia entre convección y advección. Además, se observa que en cierto modo los récords de
duración superior engloban los de duración inferior, ya que la curva de IMM es casi idéntica en
todos ellos (la precipitación equivalente en un minuto, que es aproximadamente 50 mm).
Para las 18 estaciones mundiales que han registrado los récords, se estima que cada año puedan
superarse los 34 mm en un minuto (nótese que a partir del índice n podemos calcular para otros
tiempos). Hasta la fecha, el valor más elevado que se estima se ha registrado en 2007 en
Commerson (La Reunión) es de unos 64 mm en un minuto.
En la Península Ibérica se estudiaron 67 pluviógrafos y se obtuvo un índice n tal que en la
mayoría de los casos era superior a 0,5. Esto nos indica que el carácter de las precipitaciones
máximas en nuestro territorio es principalmente convectivo. No obstante, se observa cierta
diferencia entre las zonas dominadas por la advección marítima y las zonas que se ven menos
afectadas por éstas:
- Los climas cuyas precipitaciones máximas están dominadas por la advección marítima
presentan un índice n más bajo (de 0,45 a 0,66), indicando una mayor persistencia de las
intensidades más altas. Podemos distinguir aproximadamente tres grupos: mitad oeste (zonal),
litoral cantábrico (lateral) y litoral mediterráneo (antizonal).
- Los climas cuyas precipitaciones máximas están dominadas por convección (climas del interior)
presentan índices más altos (de 0,67 a 0,77) indicando una menor extensión temporal de las
precipitaciones máximas.
Por lo tanto, por las características climáticas del índice n asociado a la extremidad
pluviométrica local, cualquier diferencia significativa respecto al índice medio nmed será entendida
como una anomalía, es decir, una variabilidad interna o bien variación climática local, si
persistiese durante muchas décadas.
En cuanto al análisis específico de la zona del Sur de Valencia y Norte de Alicante y se
observó que la curva de Intensidad Media Máxima se ajusta bastante bien de forma conjunta para
los últimos episodios que superaron los 300 mm en 12h, exceptuando el caso de Sueca del 23 de
septiembre de 2008. Ese episodio presentó una elevada persistencia (n inferior a 0,2), mientras que
el resto de episodios presentaron un índice n entre 0,3 y 0,5.
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6. Agradecimientos
Este estudio fue llevado a cabo gracias a la colaboración entre la Delegación Territorial en
Valencia de la Agencia Estatal de Meteorología y el Departament de Física de la Terra i
Termodinàmica de la Universitat de València. Durante el estudio, Roberto Moncho fue
beneficiario de la beca Iñaki Goenaga de la Fundación Centros Tecnológicos en AZTI-Tecnalia y
del Premio Estatal de Meteorología Eduard Fontserè, concedido por la Asociación Catalana de
Meteorología y la Agencia Estatal de Meteorología. Cabe agradecer también la colaboración y
apoyo de Fernando Belda, José Ángel Núñez y Rafael Armengot (AEMET), y a Vicente Caselles
(UV), por la codirección del trabajo que constituye una parte de la tesis.
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... Por lo tanto, es vital que cada región logre un conocimiento profundo sobre el régimen de precipitación en su zona; en especial aquellos acumulados máximos que pudieran considerarse como extremos, influyentes en las diversas esferas socio-económicas y en la gestión del territorio (Monjo, 2010). Este fenómeno es el origen de eventos peligrosos como inundaciones, deslizamiento de laderas, así como afectaciones de tipo geomorfológico que modifican el espacio geográfico y alteran el medio, conduciendo a pérdidas económicas y humanas. ...
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La gestión de riesgos asociados a fenómenos hidrometeorológicos y climáticos en sistemas socioecológicos es una tarea pendiente en el quehacer científico internacional. El predominio de acciones desarticuladas y con esquemas de atención disciplinar y poco coordinadas sigue presente al momento de atender una emergencia por desastre. La ausencia de información para la toma de decisiones y falta de cuadros especializados que apoyen a los gestores locales es una petición recurrente por parte de los tomadores de decisiones. Ante este llamado, la Red de Desastres Asociados a Fenómenos Hidrometeorológicos y Climáticos (REDESClim) genera una iniciativa local donde se reúnen especialistas en cinco líneas temáticas: a) Monitoreo, bases de datos y diseminación de información; b) Diagnóstico y análisis de procesos; c) Pronóstico meteorológico y prevención de desastres; d) Modelación climática y análisis de procesos físicos, y f) Políticas públicas y estrategia de comunicación. Todas ellas bajo un esquema fundamental de los sistemas socioecológicos. Así, este libro presenta 15 experiencias sobre la gestión de riesgos asociados a fenómenos hidrometeorológicos y climáticos, donde 55 autores de 25 instituciones se conjuntaron para señalar los avances y retos en la articulación del conocimiento para la prevención, entendimiento y manejo de los desastres en México. A su vez, se involucraron 33 expertos temáticos de 26 instituciones que dictaminaron los trabajos que aquí se presentan. Lo anterior, permitió el involucramiento y trabajo colaborativo de la REDESClim, acción que se realizó de manera voluntaria y con aporte de cada una de las instituciones integrantes de la red. Cabe destacar el trabajo colaborativo de la Universidad de Guadalajara (Dr. Julio Cesar Morales Hernández), Universidad del Mar (Dr. Miguel Ángel Ahumada Sempoal), Universidad Autónoma de Zacatecas (Dr. Luis Felipe Pineda) y Universidad Autónoma de Querétaro (Dr. Enrique González Sosa) quienes, bajo el principio de fomento a la REDESClim, propusieron el proyecto #310625 “gestión de riesgos asociados a fenómenos hidrometeorológicos y climáticos en sistemas socioecológicos” para ser apoyado por la Convocatoria 2020 de apoyo a congresos, convenciones, seminarios, talleres y demás eventos relacionados con el fortalecimiento del sector CTI del CONACYT, dependencia que continúa, desde 12 PRESENTACIÓN hace 10 años, fomentando el trabajo colaborativo de nuestra red temática de desastres asociados a fenómenos hidrometeorológicos y climáticos.
... Precipitación es toda forma de humedad emanada y depositada en la superficie terrestre, tales como lluvia, granizo, roció, neblina, nieve o helada (Monsalve Sáenz, 1999). El estudio de la lluvia se basa en la distribución de la intensidad mientras ocurre (Monjo, 2010), y su estudio se lo realiza con fines estadísticos de forma que se encuentren valores útiles para posteriores diseños (Maderey R., 1980). La intensidad de la precipitación pluviométrica es la cantidad de lluvia que precipita en un rango de tiempo (Maderey R., 1980). ...
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En la presente investigación se calcula la oferta hídrica de la cuenca Catamayo, empleando métodos empíricos, utilizando datos primarios brindados por el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI) y de datos secundarios descargados de la Plataforma NASA Giovanni. Primero se calcularon los parámetros morfométricos de la cuenca, y posteriormente se completaron los datos faltantes de estaciones meteorológicas mediante el método de Regresiones múltiples, luego se estimaron los coeficientes de escurrimiento, a partir de la textura del suelo, pendiente y cobertura del suelo. Se interpolaron los datos pluviométricos trazando las isoyetas. Finalmente se aplicó el álgebra de mapas para obtener el total de volumen escurrido que se genera en forma mensual y promedio anual de la Cuenca Catamayo por cada uno de los datos empleados. Los resultados fueron que las dos fuentes de información pluviométrica (INAMHI – NASA Giovanni), ofrecen datos cuantitativamente diferentes, sin embargo, en la distribución espacial presentan cierta similitud, puesto que en ambos procesos el mayor porcentaje del territorio tiene una oferta hídrica entre 25.1 m³/s a 50 m³/s.
... Precipitación es toda forma de humedad emanada y depositada en la superficie terrestre, tales como lluvia, granizo, roció, neblina, nieve o helada (Monsalve Sáenz, 1999). El estudio de la lluvia se basa en la distribución de la intensidad mientras ocurre (Monjo, 2010), y su estudio se lo realiza con fines estadísticos de forma que se encuentren valores útiles para posteriores diseños (Maderey R., 1980). La intensidad de la precipitación pluviométrica es la cantidad de lluvia que precipita en un rango de tiempo (Maderey R., 1980). ...
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La supervivencia de los seres humanos seguirá dependiendo de la posibilidad de acceder a agua apta para su consumo en cantidades suficientes. Entre los fenómenos planetarios que inciden directamente en el incremento del consumo de agua domiciliar constan el rápido aumento de la población humana, el cambio climático y las enfermedades pandémicas, principalmente. Con estos escenarios la gestión de sistemas de abastecimientos de agua se ve modificada debido al constante aumento no programado de la demanda por parte de sus consumidores. En este trabajo es presentada una proyección de consumos de agua que combina posibles escenarios mundiales para los años 2030 y 2050. Fue aplicado un método de modelación de aumento del factor de consumo mediante combinación de escenarios fundamentales adaptado a un caso de estudio constante de la literatura científica de la hidráulica de abastecimientos.
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Proyecciones adecuadas del sistema de drenaje son fundamentales para el funcionamiento y duración satisfactoria de las obras viales, esto implica que las condiciones iniciales del diseño determinan el éxito para alcanzar esta meta, al menos a nivel de oficina. Los estudios del año 2002 de la vía Cuenca-Machala, se analizaron, respecto de su componente hidrológico enfocado al drenaje transversal más influyente del kilómetro 25 al 50, y se contrastaron para el año 2019, acatando lo que indica la norma vial vigente. En la zona de estudio se verifica: incremento de precipitaciones respecto de las iniciales, cambios en la cobertura de los suelos, con el consecuente incremento de escorrentía en las cuencas hidrográficas. Lo anterior pronostica picos de caudales mayores a los estimados en los estudios indicados. Por lo tanto, el presente estudio actualiza y recomienda en pro de mejorar las capacidades hidráulicas de los elementos de drenaje transversal en estudio.
... The precipitation hours is not usually a recorded parameter at the meteorological stations, so it is necessary to define an accumulated rain threshold which can be used in order to determine wether an hour should be counted as a rain hour or not. The usual minimum rain threshold is about 0.1 /ℎ [44] but it is not defined in an explicit way which value should be considered when applying Fosberg's method for the prediction of the large dead fuels moisture content. In order to clarify which minimum amount of precipitation should be considered as rain, the algorithm was applied using different values as the minimum rain threshold and it was determined an optimum value of 0.1 / ℎ for the 100 hours fuels and 0.8 /ℎ for the size of 1000 hours. ...
Conference Paper
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Fuel moisture content is one of the most relevant parameters in the wildfire risk assessment since it plays a decisive role in every wildfire having a direct influence in the reaction intensity and the wildfire’s rate of spread. In the context of wildfire science, there are mainly four different classes of fuels, which are classified by its size, from small sticks (1-hour fuels) to large fallen lodges (1000-hour fuels). A particular fuel model, which intends to represent a real world existing burnable space, is defined by the existing quantity and proportions of those four basic fuels. All these fuels, have an individual contribution to the wildfire’s rate of spread. This influence depends globally on its quantity and geometry and in a temporal variable way on its moisture content. Over the past decades, different methods for the estimation of the moisture content of the four different classes have been proposed. A great number of models, mainly based in meteorological variables have been profusely used for the acquisition of this relevant intermediate parameter whenever it is not possible to perform actual field measurements. In order to develop solid models for the forecast of wildfires spread, it becomes necessary to know quantitatively the global influence of the fuel moisture content of each fuel class in the final computed rate of spread for the most common fuel models, which will indicate us in a global way the effect of this parameter in a wildfire situation and thus the accuracy required in order to avoid unacceptable error margins in the field of wildfire emergencies.
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The two-parameter gamma function (G2P) design storm is a recent methodology used to obtain synthetic hyetographs especially developed for urban hydrology applications. Further analytical developments on the G2P design storm are presented herein, linking the rainfall convectivity n-index with the shape parameter of the design storm. This step can provide a useful basis for future easy-to-handle rainfall inputs in the context of regional urban drainage studies. A practical application is presented herein for the case of Valencia (Spain), based on high-resolution time series of rainfall intensity. The resulting design storm captures certain internal statistics and features observed in the fine-scale rainfall intensity historical records. On the other hand, a direct, simple method is formulated to derivate the design storm from the intensity–duration–frequency (IDF) curves, making use of the analytical relationship with the n-index.
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Rainfall interception represents the amount of water trapped in natural cover that is not drained directly to the ground. Intercepted rainfall may evaporate after a rain event, making it one of the main drivers of water balance and hydrologic regionalization. This process can be affected by factors such as climate, altitude, vegetation type, and topography. Here is a simple method of calculating rainfall interception in temperate forests using in Santa Maria Yavesia, Oaxaca, and Mexico as an illustrative study area. We used two rain gauges to measure net precipitation (Np) under the canopy at each study site and one gauge outside the canopy to obtain gross precipitation (Gp). Throughfall (Th) was indirectly measured using hemispherical photographs. Rainfall interception was obtained through a combination Th and Gp and Np. The mean rainfall interception was 50.6% in the Abies forests, 23%–40% in the coniferous‐mixed forests, and 27.4% in the broad‐leaved forests. We classified rainfall events by intensity to determine the effect of canopy structure and precipitation and found that 75% of the events were weak events, 24% were moderate events, and 1% were strong events. In addition, we found that rainfall interception was lower when the intensity of precipitation was higher. Our method can be replicated in different ecosystems worldwide as a tool for assessing the influence of rainfall interception in terms of ecological services.
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The analysis of maximum precipitation is usually carried out by using IDF curves (Intensity- Duration-Frequency), which in turn could be expressed as MAI curves (Maximum Average In- tensities). An index "n" has been developed in this work, defined from the exponent obtained when adjusting IDF climatic curves to MAI curves. That index provides information about how maximum precipitation is achieved in a certain climatic area, according to the relative tempo- ral distribution of maximum intensities. From the climatic analysis of index "n", large areas could be distinguished in the Iberian Peninsula, characterized by rain maxima of a stormier origin (peninsular inland), and areas characterized by rain maxima of a more frontal origin (southwest, Atlantic coast and Mediterranean coast). Additionally, these areas could be more specifically divided according to the persistence of maximum precipitation.
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Recently obtained information on rainfall maxima on the island of La Reunion, about 400 mi. east of Madagascar, established new records for durations from 9 hr. to 8 days. Some of the previous record values for 15 to 24 hr. were exceeded also by Taiwan rainfalls, which were, however, of much lower magnitude than those at La Reunion. World-record values for durations from 1 min. to 2 yr. are listed. The envelope curve of these maxima may be defined by the expression R= 16.6 D0.475, where R is rainfall in inches and D is duration in hours.
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The World Meteorological Organization (WMO) Commission for Climatology (CCl) evaluation process is applied to two extreme rainfall records occurring at Cratere Commerson on La Reunion Island during the passage of the major Tropical Cyclone (TC) Gamede for inclusion into the WMO CCl World Weather and Climate Extremes Archive. In February 2007, TC Gamede made two approaches to La Reunion Island as it traversed a rather complex path in the Indian Ocean. Gamede's main feature was massive rainfall accumulation inland, with several 3- and 4-day rainfall totals exceeding 2 m. Specifically, an extreme rainfall rate of 3,929 mm over 72 h was recorded at Cratere Commerson, well above the previous world record of 3,240 mm that had been measured at Grand-Ilet during TC Hyacinthe in 1980. In addition, the Cratere Commerson rain gauge registered a rainfall total of 4,869 mm over 4 days; also well above the previous world record. The evaluation committee found that consistent regional rainfall measurements, reliable calibrated equipment, and correct recording procedures were followed throughout the event. Problems with potential wind-induced measurement errors were discussed, but the committee consensus is that such errors tend to underestimate rather than overestimate rainfall accumulations. As shown by analysis of this event, the validation process for the WMO CCl Weather and Climate Extremes Archive provides essential documentation and certification for weather extremes across the world.
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The maximum rainfalls recorded at the Cherrapunji Observatory raingauge during various periods within the 57 years from 1903 to 1959 have been studied and the equation of the enveloping line has found to be R = 49 D where R is the rainfall in inches and D is duration in days. One-day maximum rainfalls for different periods from two to 100 years have also been worked out and the 100-year value has been found to be 2.1 times the 2-year value. The daily probable maximum precipitation (PMP), estimated by the Hershfield technique, is 78 in. A study of annual and monsoon rainfalls did not show any general linear trend but there was a gradual increase in amounts from 1944 to 1954.
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In order to understand the remarkable six-orders of magnitude scaling law underlying worldwide point-precipitation records, we analyse precipitation data from a wide range of stations worldwide. The analysis shows that single-exponent scaling laws exist only for single stations experiencing extremely high precipitation. This analysis, and a consideration of the sequence of earlier published precipitation records, leads us to conclude that record precipitation exists because of an optimization of all factors leading to precipitation. This idea is incorporated into a scheme for simulating the record–duration curve for precipitation, which utilizes only the probability distribution function for precipitation amounts, the temporal autocorrelation of precipitation and a starting record–duration point. The simulation suggests record precipitation is asymptotically independent of most underlying physical processes. Copyright © 2004 Royal Meteorological Society