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Gratitud en la Psicología Positiva

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Resumen El trabajo analiza brevemente los desarrollos relacionados con la gratitud en el marco de la Psicología Positiva, sus definiciones, elementos, aportes teóricos y efectos. Se describen aquellos aspectos de la gratitud que requieren investigación y se proponen elementos de análisis del tema. Abstract The article presents a brief analysis of the central developments of gratitude from the point of view of Positive Psychology proposals. There are aspects of gratitude that require further investigation, which have been described here. We also suggest further analysis of the subject.
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Gratitud en la Psicología Positiva
Gratitud en la Psicología Positiva
Natalia Moyano
Resumen
El trabajo analiza brevemente los desarrollos relacionados con la gratitud en el
marco de la Psicología Positiva, sus definiciones, elementos, aportes teóricos y
efectos. Se describen aquellos aspectos de la gratitud que requieren investigación y
se proponen elementos de análisis del tema.
Palabras Clave: Gratitud – Psicología Positiva
Abstract
The article presents a brief analysis of the central developments of gratitude
from the point of view of Positive Psychology proposals. There are aspects of
gratitude that require further investigation, which have been described here. We
also suggest further analysis of the subject.
Key Words: Gratitude – Positive Psychology
• Licenciada en Psicología. Centro Asistencial ABC Gelzwork. E-mail: natymoyanito@hotmail.com
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Psicología, Cultura y Sociedad
La gratitud, o la capacidad de ser agradecidos, nos permite reconocer los
aspectos pasados y presentes positivos, buenos, aquello que nos ha beneficiado de
algún modo y que, por lo tanto, ha otorgado un significado agradable a nuestra
existencia (Peterson y Seligman, 2004; Emmons, 2007).
Las investigaciones efectuadas en el campo han ofrecido datos sobre la
asociación positiva de la gratitud disposicional con conductas prosociales,
emociones positivas, satisfacción con la vida, el optimismo, la esperanza, vitalidad
y percepción subjetiva de felicidad (McCullough, Emmons y Tsang, 2002) y
negativa con depresión, ansiedad y envidia (McCullough, Emmons y Tsang, 2002),
resentimiento con el pasado (Woodward, Moua, & Watkins, 1998), y menor riesgo
de desarrollar desórdenes psicológicos como la depresión, la ansiedad o el consumo
de sustancias, como reseñan Bono y McCullough (2006).
Pensado desde este punto de vista, la gratitud representa una habilidad
primordial para desarrollar y mantener niveles adecuados de bienestar emocional,
satisfacción y calidad de vida.
En un estudio realizado en el 2002 por McCullough, Emmons y Tsang, se halló
evidencia sobre la validez del concepto: la gratitud se asocia pero no es equivalente
a constructos más estudiados como el optimismo, esperanza, la vitalidad, la
empatía, satisfacción con la vida y felicidad. De igual modo, se hallaron datos que
sugieren que la gratitud no es reducible a una combinación de los Cinco Factores de
la Personalidad (McCullough, Emmons y Tsang, 2002). Además, Gray y col. (2001)
hallaron evidencias sobre la diferencia que existe entre la gratitud y el sentimiento
de “estar en deuda con otros”.
A pesar de estos hechos, el estudio sistemático de la gratitud ha sido –y es en la
actualidad aún, a pesar de los avances en esta área- relegado por la psicología
académica (Peterson y Seligman, 2004; McCullough et al., 2002; McCullough,
Kilpatrick, Emmons y Larson, 2001). Al parecer de Robert Emmons, este descuido
de la comunidad científica puede estar asociado a la connotación de simpleza que
otorgamos comúnmente a este constructo, asociándolo con expresiones religiosas
o con las buenas costumbres. De allí, que se haya obviado su potencial para
desarrollar emociones positivas en nuestra vida y acrecentar la salud mental de los
individuos (Emmons, 2007).
El estudio de la gratitud ha sido campo exclusivo de la filosofía y la teología hasta
que, en el marco de la Psicología Positiva, se realizaron estudios científicos de aquellos
aspectos que permiten al ser humano desarrollarse y progresar (Seligman, 2003).
De esta manera, se comienza a considerar a la gratitud como una fortaleza psicológica.
Es a finales de la década de los ’90, cuando el Dr. Martín Seligman, junto a
colaboradores renombrados, se plantea la misión de enumerar, describir y analizar
las fuentes de las fortalezas humanas, como contraposición de las extensas, y muy
abundantemente tratadas, clasificaciones de síntomas y cuadros psicopatológicos.
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Gratitud en la Psicología Positiva
En un primer recorrido por la temática, Peterson y Seligman (2004) revisan
material filosófico y religioso en busca de aquellas virtudes y fortalezas
consideradas en las distintas tradiciones culturales a lo largo del tiempo. Es así que
desarrollan un inventario de Virtudes y fortalezas, en la que enumeran seis virtudes
universales –sabiduría; coraje; humanidad; justicia; moderación; trascendencia- y
24 fortalezas, que son definidas por los autores como los rasgos o características de
personalidad que representan los medios concretos y medibles en que las virtudes
se manifiestan en la conducta de los seres humanos.
Para Peterson y Seligman (2004), la gratitud es una fortaleza humana que
permite manifestar la virtud de la Trascendencia, entendida como aquello por lo
cual los seres humanos nos conectamos con el universo y otorgamos significado a
nuestra vida.
En 1998, se comienza a desarrollar un programa de investigación en el cual se
buscó profundizar en las fuentes de las fortalezas humanas. De este modo, se
solicitó a un grupo de investigadores, involucrados de uno u otro modo con
temáticas enlazadas, lo que se definiría en adelante, como el campo de
conocimiento de la Psicología Positiva, que escogieran una fortaleza para su
estudio. Es de este modo que Robert Emmons, principal investigador en el área de
la gratitud, toma contacto con la temática, comenzando a desarrollar programas de
investigación, primero de revisión conceptual y luego experimental, sobre la
capacidad de ser agradecido (Emmons, 2007).
Uno de los principales conceptos que desarrolla este autor es el de Complejidad
del Concepto de Gratitud: a pesar de ser considerado obvio y cotidiano, resulta
difícil incorporar el constructo en una única clasificación. Así, nos dice Emmons
(2007), la gratitud es, en primera instancia, una actitud, pero también puede ser
enmarcada en los conceptos de emoción positiva, de virtud moral, de humor, de
motivo, de rasgo de personalidad (ser agradecido).
Aspectos cognitivos de la gratitud
¿Qué es, entonces, la gratitud? En principio, la gratitud es reconocimiento: la
persona que siente agradecimiento ha advertido, ha tomado conciencia, de haber
sido beneficiado. Emmons (2007) enumera tres condiciones que producen gratitud.
Estás son, en definitiva, percepciones específicas que ha de experimentar una
persona para sentir agradecimiento. La presencia de cada condición aumenta las
posibilidades de que una persona experimente gratitud, o bien, aumenta la
intensidad de la percepción de agradecimiento.
La primera condición es que la persona perciba aquello con que ha sido
beneficiado como algo con valor: mientras más importante sea para mí mismo lo
que he recibido, más agradecido me sentiré. La segunda condición, es que la
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Psicología, Cultura y Sociedad
persona pueda reconocer al agente que lo ha beneficiado. Emmons agrega que
detrás de la experimentación de agradecimiento hay una idea de “mérito
inmerecido”, es decir, que la persona agradecida supone que no tiene derecho a
exigir aquello que le fue otorgado en función de no haber realizado ninguna acción
que implicara la expectativa social de recibirlo, por lo que el beneficio solo puede
ser atribuido a las buenas intenciones de un agente externo. Mientras más se valore
a la persona o ente beneficiante, mayor será el grado de gratitud experimentado.
Por último, y probablemente la más relevante de las condiciones enumeradas
por Emmons, para poder sentirme agradecido, es importante que perciba al
beneficio como un regalo: la cognición de que podría no haber recibido este
beneficio y que, por lo tanto, he sido beneficiado de un modo gratuito, transforma el
reconocimiento de una posesión cualquiera en una vivencia de gratitud
Estas condiciones nos remiten a la idea de que las personas agradecidas no dan
por sentado aquello que poseen: además de reconocer que tienen algo, sostienen
que podrían no haberlo tenido, que es una gracia o un don el haber recibido ese
beneficio y que hay alguien o algo al que le deben este don.
Aspectos afectivos de la gratitud
La percepción de agradecimiento implica, además de procesos cognitivos en
ciertas direcciones, una respuesta emocional específica, que nos lleva a referir que
“sentimos gratitud” o que nos “sentimos agradecidos”. Dice Emmons: “(…)
debemos tener en mente que el componente afectivo (…) debe ser profundo”
(Emmons, 2007, p. 17). La percepción de ser beneficiario de un regalo debe estar
acompañada de una emoción positiva, y en la opinión de Emmons intensa, para que
podamos afirmar que una persona está experimentando gratitud.
De los artículos y publicaciones revisados se observa una carencia de
investigaciones que profundicen en las características emocionales de la gratitud,
en cuanto a la cualidad y la intensidad de las respuestas emocionales que
acompañan el reconocimiento típico del agradecimiento.
Seligman (2003) señala la asociación entre la capacidad de apreciar los
aspectos buenos de la vida y la percepción de satisfacción con la misma. Por otro
lado, indica experiencias en las que ejercicios de agradecimiento, tanto en su
aspecto cognitivo como conductual a través de la lectura de una carta de
agradecimiento a su destinatario, despiertan intensas emociones positivas en los
participantes, quienes culminan conmovidos hasta las lágrimas tanto por leer sus
cartas como por presenciar la experiencia de otros (Seligman, 2003).
Estos ejemplos, dejan constancia de que las experiencias de gratitud pueden
desencadenar reacciones emocionales altamente intensas y positivas, pero no se
han recabado datos sobre la posibilidad que la apreciación de un beneficio recibido
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Gratitud en la Psicología Positiva
produzca reacciones emocionales de intensidad media o baja ni, en cuyo caso, de la
manifestación emocional de la gratitud que se produce con mayor frecuencia.
Tampoco se ha recabado información sobre la naturaleza de la respuesta
emocional. En general, las investigaciones y desarrollos teóricos dan por supuesto
que la gratitud produce una experiencia afectiva específica, el agradecimiento. No
se ha corroborado si la percepción de un beneficio o un aspecto positivo se
acompañan de emociones positivas no específicas, tales como entusiasmo, alegría,
inspiración, etc. Datos de este tipo resultan de importancia para efectuar una correcta
interpretación de ciertos resultados empíricos que analizan los efectos de la gratitud
y de intervenciones para desarrollarla sobre el bienestar emocional y psicológico.
Por ejemplo, en investigaciones sobre distintos niveles de gratitud, se ha
documentado asociación entre gratitud y la percepción de estados emocionales
positivos de .31 a .57 (McCullough, Emmons y Tsang, 2002). A pesar de que
algunos autores han determinado que la experiencia de gratitud se diferencia de
otras experiencias positivas, principalmente a través de patrones de atribución
exclusivos (Ej., Weiner, Russell, & Lerman, 1979), persiste la duda sobre si dicha
asociación puede ser atribuida a la naturaleza afectiva de la gratitud. Los mismos
autores admiten que es necesario, a pesar de la existencia de alguna evidencia
hacia esta dirección, determinar si la gratitud posee un patrón de acción exclusivo,
una activación psicológica propia (arousal) y una expresión facial concomitante
(McCullouh, Emmons y Tsang, 2002).
Sin embargo, y a pesar de estas lagunas de conocimiento, las investigaciones
hasta aquí llevadas a cabo permiten aseverar la cualidad positiva y potencialmente
intensa de la emoción asociada a la gratitud.
De lo expuesto, definimos gratitud como “el estado afectivo-cognitivo
típicamente asociado a la percepción de que uno ha recibido un beneficio personal
que no es merecido ni ganado, que se debe a las buenas intenciones de otra
persona” (Emmons y McCullough, 2003, p. 378). Se han propuesto otras
definiciones para gratitud, que incorporan además de los componentes cognitivos,
afectivos y sociales, componentes conductuales y asociados a agentes
beneficiantes de naturaleza transpersonal como: Dios, el Universo, la vida misma.
Seligman (2003) define la gratitud como el ser consciente de las cosas buenas que
suceden, nunca darlas por sentado, y tomarse el tiempo para expresar
agradecimiento. Esta definición amplía la mirada del agradecimiento para
incorporar aspectos de la dinámica psicológica subyacente a la gratitud de
importancia, como se desarrollará posteriormente.
McCullough, Tsang y Emmons (2004) postularon, siguiendo el modelo
jerárquico de los afectos de Rosemberg (1998) que la gratitud, en tanto estado
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Psicología, Cultura y Sociedad
afectivo, puede manifestarse en tres niveles: como emoción, como rasgo afectivo o
como un estado anímico o “humor”.
Como una emoción, el sentimiento de agradecimiento surge como una vivencia
breve, precisa e intensa en respuesta a un evento externo significativo. A pesar de
depender de manera importante de un acontecimiento puntual, por ejemplo el
recibir ayuda para realizar una actividad, las investigaciones realizadas por
McCullough, Tsang y Emmons (2004) ofrecen datos empíricos sobre la asociación
entre la respuesta agradecida ante un evento y el estado anímico que la persona se
encontraba percibiendo en el día del acontecimiento. Así, aquellos individuos que
reportaron sentirse agradecidos durante una jornada refirieron la percepción de
más episodios de agradecimiento (frecuencia) y de mayor intensidad.
Se entiende por estado anímico, a un estado emocional relativamente estable
durante un lapso de tiempo medio, que se caracteriza por mostrar variaciones
dentro de un parámetro general signado por emociones de cierto tipo. Así, el humor
agradecido se caracteriza por sentirse en general agradecido o con mayor capacidad
para sentir agradecimiento durante un día, sin que dicho estado sea necesariamente
el disposicional de la persona (McCullough, Tsang y Emmons, 2004).
Siguiendo las conceptualizaciones de Rosemberg (1998), los autores de
referencia comprobaron empíricamente la asociación entre el estado afectivo
agradecido y la gratitud disposicional (McCullough, Tsang y Emmons, 2004), que
corresponde al primer nivel del modelo jerárquico de los afectos.
El rasgo afectivo en la gratitud es definido como “la tendencia generalizada a
reconocer y responder con emociones de agradecimiento al rol de la benevolencia
de otros en la experiencia positiva personal y en los beneficios que uno obtiene”
(McCullough, Emmons y Tsang, 2002, p. 112). La característica temporal es que
permanece en la persona a largo plazo como un rasgo de personalidad y depende,
por lo tanto, de factores personales estables estructurales.
En general, las investigaciones que se han efectuado sobre la temática se
posicionan en este nivel, que es dado en llamar habitualmente como Gratitud
Disposicional.
Los autores definen cuatro facetas, o elementos no dimensionales, de la gratitud
disposicional: intensidad, frecuencia, span o amplitud, y densidad.
La reacción emocional de gratitud de una persona agradecida será más intensa
que la reacción emocional de una persona que no posee este rasgo afectivo. Del
mismo modo, percibirá este estado emocional con mayor frecuencia. El término
span hace referencia a los tipos de situaciones que despiertan agradecimiento: un
individuo con tendencia a la gratitud se sentirá agradecido tanto por una acción
benevolente concreta de otra persona; por ejemplo, donar sangre o un órgano ante
una emergencia médica; como por circunstancias que habitualmente son dadas por
sentado, como la salud, el empleo, la posibilidad de acceder al sistema educativo, la
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vida misma. Por último, la densidad hace referencia a la cantidad de personas o
agentes ante los cuales se siente agradecimiento.
Instrumentos de medición de la Gratitud
Las investigaciones asociadas a la temática arrojan evidencia sobre el carácter
jerárquico de la gratitud como afecto, pudiendo encontrarse en la experiencia
psicológica de las personas en los tres niveles analizados. Para la evaluación de los
mismos, McCullough, Emmons y Tsang (2002) desarrollaron medidas específicas
para cada nivel.
La gratitud disposicional es evaluado mediante la escala CG-6, un cuestionario
de seis ítems con respuesta Likert de 1 a 7, en el que el evaluado debe asignar el
grado de acuerdo con afirmaciones sobre las tendencias a reconocer elementos
beneficiosos en la vida y sentir emociones de agradecimiento. El cuestionario
cuenta con adecuados índices de confiabilidad y validez (McCullough, Emmons y
Tsang, 2002). Existe una versión del CG-6 para terceros, esto es, una medida del
grado en que una persona es agradecida según la consideración de otras personas,
que consta de doce reactivos.
Para evaluar el estado anímico agradecido, se utiliza un único interrogante:
¿hasta qué extensión se ha sentido agradecido durante el día? La respuesta es en
escala Lickert de 1 a 3 (McCullough, Tsang y Emmons, 2004). Es importante
aclarar que en el estudio original se contempla la puntuación de varios estados de
ánimo y no solo el asociado a la gratitud. De este modo, se solicita a los participante
que indiquen el grado en que se han sentido alegres, felices, etc. Además, se utilizan
tres términos para medir la gratitud: thankfull, apreciative, gratefull. En español,
se dispone de un único término para designar el estado agradecido, de lo que se
desliga la necesidad de estudiar con mayor detenimiento los instrumentos para la
población local.
Por último, para evaluar la percepción de emociones asociadas a la gratitud se
solicita a los participantes completar un registro diario de los eventos en los que se
sintieron agradecidos -frecuencia y span-, en el que deben delimitar además la
intensidad y el agente beneficiante -densidad- (McCullough, Tsang y Emmons,
2004).
Aportes teóricos: funciones y dinámica psicológica de la Gratitud
Los aportes teóricos más relevantes en la temática de la Gratitud han sido
propuestos por Emmons, McCullough y colaboradores, primordialmente en The
Gratefull Disposition: A Conceptual and Empirical Topography (McCullough,
Emmons y Tsang, 2002) y Is gratitud a Moral Afect? (McCullough, Kilpatrick,
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Psicología, Cultura y Sociedad
Emmons y Larson, 2001). Seligman realiza aportes al tema, a través del desarrollo
de las Virtudes y Fortalezas Humanas (Peterson y Seligman, 2004; Seligman, 2003).
Podemos clasificar los aportes teóricos en dos tipos: aquellos que abordan el
aspecto funcional de la gratitud, es decir, la función que la gratitud cumple en la
capacidad adaptativa del ser humano, dentro de las cuales encontramos: la teoría
del afecto moral y la teoría del afrontamiento al estrés; y aquellos que abordan los
mecanismos psicológicos que subyacen a la gratitud disposicional, dentro de los
cuales hallamos análisis desde los Esquemas Cognitivos, los Estilos Atribucionales,
y la relación con el modelo de los Cinco Factores de la Personalidad.
McCullough, Kilpatrick, Emmons y Larson (2001) dicen que la gratitud es un
afecto moral como la empatía y la simpatía, en la medida que proviene de y produce
conductas motivadas en el interés por el bienestar de otra persona. La gratitud
sería una emoción destinada a promover acercamientos sociales entre las
personas, e implica que un individuo pueda sentirse parte de un grupo social del que
recibe recursos esenciales para su subsistencia (Casullo, 2005).
Los autores proponen, siguiendo los desarrollos relacionados al afecto moral,
que la gratitud tiene tres funciones: barómetro, motivador y reforzador moral. La
gratitud funciona como un barómetro social al permitir al individuo reconocer las
personas que están dispuestas a realizar esfuerzos desinteresados por su bienestar,
indicando cambios en las relaciones sociales del mismo. La función de motivación
hace referencia a que la persona que percibe agradecimiento por la acción
beneficiosa de otro individuo está más dispuesta a realizar actos desinteresados a
favor de otros, especialmente a favor de su benefactor, a la vez que disminuye los
sentimientos y las conductas hostiles. Por último, el acto de agradecer a un
benefactor produce en éste un mayor deseo de accionar positivamente para
beneficiar a otros, aumentando las posibilidades de que responda
benevolentemente en el futuro.
Las investigaciones realizadas en relación al carácter moral de la gratitud
arrojan evidencia que permite apoyar las funciones (Bono y McCullough, 2006;
McCullough, Kimeldorf y Cohen, 2008).
Este modelo nos permite describir ciertas funciones de la gratitud,
especialmente en lo que respecta a su función social. Sin embargo, no ofrece
marco para aspectos relevantes de la gratitud, como lo son la asociación con la
espiritualidad, la religiosidad y la capacidad de la gratitud para funcionar como una
estrategia de afrontamiento al estrés.
Existe abundancia de datos sobre el nexo estrecho entre la gratitud y la
religiosidad/espiritualidad: las tradiciones religiosas prescriben el agradecimiento
como un elemento imprescindible en relación con el ser superior y con los pares
(Emmons y McCullough, 2003); ciertos elementos de la religiosidad están relacionados
con la gratitud disposicional (McCullough, Emmons y Tsang, 2002); las
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Gratitud en la Psicología Positiva
investigaciones arrojan claros datos sobre la importante asociación entre la gratitud
y la trascendencia espiritual y personal (McCullough, Emmons y Tsang, 2002).
Por otra parte, se encuentran consideraciones en relación al crecimiento post
traumático que indican la importancia de reconocer actos de benevolencia en la
superación de eventos shockeantes. Paez, Bilbao y Javaloy (2008) describen
como estrategia de afrontamiento la re-evaluación positiva del hecho traumático
con el siguiente ejemplo: “Lo peor que me ha ocurrido en mi vida es la violación que
sufrí, aunque lo mejor ha sido la reacción de mi novio y mi familia después del
trauma” (Paez, Bilbao y Javalloy, 2008, p. 182). Podemos apreciar en este ejemplo
el reconocimiento de un acto benevolente gratuito y desinteresado, infiriendo el
desarrollo de emociones positivas concomitantes. McCullough y col. (2002)
reseñan artículos donde se señala que el ponderar las circunstancias vitales por las
cuales se puede sentir agradecido es una estrategia habitual para afrontar eventos
estresantes específicos o crónicos, remarcando la naturaleza adaptativa de la
gratitud. Podemos inferir que no solamente posee funciones relacionadas a la vida
social: una función general de la gratitud puede ser la de estrechar lazos, tanto
sociales como transpersonales, de modo que se facilite una amplificación en la
percepción del mundo hacia aspectos benevolentes que otorgan significado positivo
a la existencia, con los correlatos emocionales, conductuales, motivacionales que
ello implica. Fredrickson (2003, en referencia a The Psychology of gratitude)
propone, en el marco de su teoría de la ampliación y construcción (1998, 2001) que
la gratitud, en tanto emoción positiva, produce un efecto de ampliación en la
capacidad perceptiva del individuo que está sintiendo agradecimiento, a la vez que
permite la construcción de recursos que facilitan la adaptación del individuo a las
circunstancias vitales que precisa afrontar. Postula que las emociones positivas
subsisten en el repertorio conductual de los seres humanos debido a que posibilitan,
a partir del estado de ampliación y construcción referidos, la supervivencia
humana, de la mano con emociones tradicionalmente estudiadas por la psicología
académica como la ansiedad, la ira o la tristeza, cuya función es estrechar el rango
cognitivo del individuo para focalizar la atención en el agente peligroso y así poder
desarrollar estrategias de autoprotección (Fredrickson, 1998, 2001). Estos
desarrollos implican que la gratitud posee funciones que incluyen pero exceden a lo
social, y que, junto a otros elementos que se desarrollarán en adelante, hacen
necesario la consideración sistemática de los elementos transpersonales y de la
amplitud de aspectos que pueden ser considerados objeto de agradecimiento -el
factor span en la conceptualización de Emmons y McCullough (2002)- en las
definiciones de gratitud, sus funciones y su potencialidad salugénica.
Cabe recalcar, por último, que el modelo de la gratitud como un afecto moral,
implica considerar al aspecto conductual del agradecimiento, la expresión verbal de
“sentirse agradecido”, jugando un importante rol en la función moral de la gratitud.
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Sin embargo, las definiciones de gratitud disposicional no abarcan este aspecto
conductual. EL CG-6 no posee ítems que evalúen la tendencia del individuo a
expresar agradecimiento, contrario a lo que ocurre con otras mediciones
disponibles, como la dimensión Gratitud del Inventario de Fortalezas Personales de
Seligman y Peterson. Seligman reseña en La Autentica Felicidad (2003) y en
Character Strengths and Virtues: A Handbook of Clasification (2004) una
definición de gratitud que incluye, además de los aspectos cognitivo afectivos
considerados por Emmons y McCullough (McCullough, Kilpatrick, Emmons y
Larson, 2001; McCullough, Emmons y Tsang, 2002; McCullough, Tsang y
Emmons, 2004), el aspecto conductual, posiblemente por la relación señalada entre
las funciones, los beneficios sociales de la gratitud y la expresión de
agradecimiento. Es necesario investigar sobre la relación entre los aspectos
cognitivos, afectivos y conductuales de la gratitud, poniendo énfasis en si es factible
o recomendable distinguir dimensiones en este sentido. Hasta aquí, se han obtenido
datos que apoyan la hipótesis de la gratitud como un constructo unidimensional
(McCullough, Emmons y Tsang, 2002); sin embargo, parece conveniente distinguir
entre la gratitud interpersonal y transpersonal, por un lado, y entre el estado
cognitivo-afectivo y la expresión de agradecimiento por otro, pudiendo tener estas
distinciones correlatos clínicos. Por ejemplo: podemos pensar en un paciente que
presenta síntomas depresivos sobre personalidad con rasgos evitativos o
dependientes; en este caso, es dable suponer que la gratitud interpersonal y la
expresión de la misma puede ser elevada debido a las preocupaciones por la
opinión social y la necesidad que este tipo de personalidades presenta en mostrarse
correctos en este nivel, con una tendencia a la gratitud transpersonal menor y bajo
nivel de reconocimiento de aspectos vitales positivos tales como la salud, la vida,
etc., propio del filtraje negativo habitual de los pacientes deprimidos. Este ejemplo
permite valorar la potencial importancia de contar con instrumentos que permitan
distinguir los aspectos mencionados de la gratitud, aún en el caso de que configuren
una única dimensión. El desarrollo de estrategias para intervenir sobre los niveles
de gratitud con objetivos psicoterapéuticos tomaría direcciones diferenciales en
caso de contar con las delimitaciones conceptuales referidas.
Aspectos atribucionales
McCullough y col. (2002) señalan que la gratitud implica un procesamiento
cognitivo por el cual se atribuye aspectos positivos a la acción de un agente
externo, por lo que el agradecimiento implica un estilo atribucional externo, con sus
consecuentes dificultades para la salud mental. Sin embargo, McCullough propone
a modo de hipótesis que la gratitud disposicional puede implicar una ampliación del
estilo atribucional, ya que, el que un individuo sea capaz de reconocer eventos en
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Gratitud en la Psicología Positiva
los que la participación de agentes externos les implicaron un beneficio no anula la
posibilidad de reconocer los méritos personales en los logros (McCullough,
Emmons y Tsang, 2002). Los autores no presentan datos empíricos que avalen esta
hipótesis, remarcando la importancia de investigar este aspecto de la gratitud por su
importancia en la consideración de ésta como un agente salugénico. Podemos
plantear la hipótesis que el percibir agradecimiento implica una flexibilización del
estilo atribucional de un individuo, incluyendo tanto los factores internos que
influyeron en un logro u obtención de un beneficio como los aspectos externos, los
que dependen de la decisión y la acción de una persona o un agente transpersonal
para desarrollarse en la vida del individuo. Esta flexibilización en el estilo
atribucional, que implica una amplitud de reconocimiento de factores, permitiría la
conceptualización del mundo, mundo interno y mundo social como con
características bondadosas y protectoras, en función de que posibilita enfocar
sobre los aspectos externos positivos sin desmerecimiento de los aspectos positivos
personales que influyen en la consecución de logros y beneficios.
La gratitud y los Cinco Factores de la Personalidad
La teoría de los Cinco Factores de la Personalidad de McRae y Costa (1999) ha
sido tomada en consideración de manera sistemática en la investigación sobre
gratitud, ya sea en relación a la búsqueda de factores explicativos de las diferencias
interindividuales del grado de gratitud disposicional como a la validación del
constructo gratitud en tanto diferenciado, no equivalente, a otros rasgos de
personalidad o a la sumatoria de los mismos (McCullough et al, 2002).
Se ha observado que la gratitud disposicional se asocia positivamente con la
dimensión Agradabilidad y Extraversión, y negativamente con la dimensión
Neuroticismo (McCullough et al, 2002).
Esquemas cognitivos subyacentes
McCullough y Emmons plantean la hipótesis que las personas con disposición a
sentir agradecimiento pueden poseer una visión del mundo caracterizada por
considerar que lo que se posee es un regalo y, por tanto, tender a no dar los
beneficios por sentado (McCullough, Emmons y Tsang, 2002). Los autores
suponen que gracias a ello las personas agradecidas pueden no habituarse a las
circunstancias vitales y, por tanto, obtener mayor satisfacción de los aspectos
positivos de la vida, manteniendo los niveles de bienestar subjetivo en el tiempo.
No se han encontrado investigaciones que pongan a prueba esta hipótesis; sin
embargo, los datos analizados hasta aquí permiten considerar que, al igual que con
la disposición a percibir otras emociones positivas, detrás de la disposición a la
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Psicología, Cultura y Sociedad
gratitud en sí misma se encuentran esquemas cognitivos subyacentes que facilitan la
interpretación de los aspectos vitales como positivos y valorables por un lado, y por
el otro, como respondiendo a la bondad de un agente externo, sea este definido o no.
El esquema cognitivo subyacente a la gratitud disposicional implicaría una
consideración del mundo como esencialmente bondadoso, protector, en cierto
modo repleto de regalos y beneficios disponibles para los seres humanos; así, el
individuo agradecido tendería a focalizar sobre los aspectos positivos de sus
circunstancias vitales. Al dirigir la atención hacia eventos positivos, la persona
agradecida necesariamente será más propensa a percibir emociones positivas de
otra naturaleza, como lo indica la literatura (McCullough et al, 2002; Bono y
McCullough, 2006; Emmons et al, 2003; McCullough, Tsang y Emmons, 2004).
Esto permitiría explicar, además, la fuerte correlación de la gratitud disposicional
con la dimensión extraversión del modelo de los Cinco factores de personalidad de
McRae y Costa (McCullough et al, 2002). Sin embargo, dado que un aspecto
central de la experiencia cognitiva de la gratitud es el considerar el beneficio
percibido como un regalo, es decir, considerar que podría no haberse recibido tal
beneficio, la visión del mundo de la persona agradecida debería incluir ideas sobre
las limitaciones de éste en una mirada flexible e integrada.
Aspectos similares son aplicables para el mundo social y el mundo interno o sí
mismo: el reconocimiento de aspectos bondadosos en los demás es un componente
necesario para poder desarrollar un estado de gratitud, en tanto habilita la
percepción de ser objeto de un acto positivo por parte de otro. De igual modo,
considerar a las personas como capaces de elegir no ayudar, ni dispensar ningún
beneficio en mi favor es lo que permite reconocer lo especial del acto beneficioso.
Se ha descrito que las personas son menos dadas a sentir agradecimiento cuando
se considera que el agente beneficiante está obligado a dispensar los beneficios
percibidos, como es el caso de la familia (Bar-Tal, Bar-Zohar, Greenberg, & Hermon,
1977). La ausencia de reconocimiento de la posibilidad de elegir no dispensar ningún
beneficio, podemos pensar, anula la posibilidad de percibir agradecimiento.
En el caso del sí mismo, es necesario que el individuo posea ciertos niveles de
reconocimiento tanto de sus limitaciones como de los aspectos positivos para
acceder a la vivencia de gratitud de manera habitual y en una amplitud de
situaciones: quien precisa considerar que solamente posee características
positivas, difícilmente conseguirá asumir responsabilidades ajenas en la
consecución de beneficios. Del mismo modo, una persona con baja autoestima
tendrá dificultades para pensarse a sí misma como poseedora de regalos.
El potencial salugénico de la gratitud residiría, desde esta perspectiva, en que en
su dinámica psicológica implica una visión flexible, integrada, de los aspectos
positivos y negativos de la experiencia, complementados en una consideración final
que privilegia una visión global bondadosa y protectora.
115
Gratitud en la Psicología Positiva
Al respecto, resultan de interés y relevancia los desarrollos que Paez et al.
(2008) reseña sobre la temática de las creencias positivas sobre “el mundo, mundo
social y yo” en sus consideraciones acerca del crecimiento postraumático. Los
autores rescatan el concepto de Creencia Básica, definida como “supuestos
fundamentales referentes a nuestro ser en el mundo, entendido como realidad
física y social” (Paez et al., 2008, pp. 169). Para los autores, cuando las creencias
básicas favorecen el logro de los objetivos y la satisfacción de las necesidades,
estas creencias adquieren la característica de positivas. Las creencias positivas, en
la medida que predominen en relación a las creencias negativas del individuo,
generarán una actitud optimista y favorecerá la percepción de emociones positivas
y actuará según conductas positivas que apuntarán a una mayor adecuación del
individuo a su entorno (Paez et al., 2008).
Conclusiones
La gratitud es un constructo de relevancia para la psicoterapia, la prevención y
la promoción de la salud mental. Se asocia a mayores niveles de bienestar subjetivo
y físico (McCullough, Emmons y Tsang, 2002; Bono y McCullough, 2006), implica
procesos de pensamiento que resaltan los aspectos bondadosos del mundo, mundo
social y de la vida en general (McCullough, Emmons y Tsang, 2002; Seligman,
2003) facilita el desarrollo de vínculos positivos (Bono y McCullough, 2006) y el
crecimiento postraumático. Se han obtenido datos que permiten avalar la
independencia del constructo respecto a otros conceptos más estudiados, como los
son los Cinco Factores de la Personalidad y la percepción de estar en deuda
(McCullough, Emmons y Tsang, 2002; Gray et al., 2001).
En función de dicha relevancia, es necesario apuntalar la investigación
académica relacionada con la gratitud. Se consideran temáticas fundamentales en
el desarrollo de investigación en el área, la relación entre los aspectos cognitivo -
afectivos de la gratitud y la expresión conductual de la gratitud; la determinación de
dimensiones en relación a los agentes interpersonales y transpersonales que
originan la percepción de agradecimiento; la distinción de la gratitud en tanto
emoción diferenciada (McCullough et al., 2002); factores explicativos de la
gratitud, tanto en sus funciones como en el desarrollo de la gratitud disposicional.
Se considera que la teoría del afecto moral (McCullough et al., 2001) se centra en los
aspectos sociales o interpersonales de la gratitud, descuidando aspectos de importancia
como la asociación con la espiritualidad/religiosidad y el sentimiento de trascendencia.
Los desarrollos sobre creencias positivas (Paez et al., 2008) y sobre Estilos
Atribucionales (Weiner, 1986; McCullough et al, 2002) se consideran de especial
atención para los desarrollos teóricos sobre los sustratos psicológicos de la gratitud
disposicional.
116
Psicodebate 10.
Psicología, Cultura y Sociedad
Referencias bibliográficas
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118
Psicodebate 10.
Psicología, Cultura y Sociedad
... Las primeras referencias sobre la gratitud provienen del campo de la filosofía clásica y la teología patrística (Echavarría, 2008), sin embargo, solo recientemente, se ha investigado la gratitud siguiendo criterios rigurosos en términos de medición y comprobación empírica de los supuestos en torno a los cuales se aborda este tema. Existen en ese sentido, diversos criterios a través de los cuáles se puede medir la gratitud, como son su intensidad, frecuencia, amplitud y densidad (Moyano, 2011). ...
... Este ser puede tener una naturaleza muy diversa, es decir que, puede ser un animal, una persona humana o una persona divina (Dios). Ubicada en la categoría de los afectos, la gratitud se puede manifestar en tres niveles: como emoción, como rasgo afectivo y como estado anímico o humor (Moyano, 2011). La teoría de Fredrickson (2004) por ejemplo, señala que al ser la gratitud una emoción positiva, favorece la ampliación de los recursos emocionales de la persona, lo que le permite desarrollar una visión más optimista y benevolente del mundo. ...
... En cuanto a la predicción negativa que hace la reciprocidad sobre la motivación laboral trascendente, podría ser explicada en la medida que la Reciprocidad como variable se define como el «estado emocional de agrado y satisfacción muy íntima al corresponder, de alguna manera, a la persona de quien recibimos un beneficio o favor» (Alarcón, 2014(Alarcón, , p. 1529, mientras que la motivación laboral trascendente, no implica la necesidad de corresponder a demás, sino que se actúa de manera desinteresada. En ese sentido, como se explicó previamente, una idea base de la gratitud es que se recibe un favor que obliga a la persona a actuar en reciprocidad (Caycho, 2011), ya que si no se reconoce al benefactor, la gratitud no se manifiesta (Moyano, 2011). Por otro lado, las acciones altruistas propias de la motivación trascendente no son consecuencia de una dádiva recibida previamente (Pérez, 2000;Ferreiro & Alcázar, 2002). ...
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En el presente estudio se analizan las relaciones entre la gratitud, la percepción de equidad en el trabajo y la motivación laboral, además de valorar los efectos de las dos primeras variables en la tercera. Se trabajó con una muestra de 52 trabajadores de una agencia bancaria de la ciudad de Arequipa, y se aplicaron tres instrumentos: la Escala de gratitud de Alarcón, un Cuestionario de Percepción de la Equidad en el trabajo, especialmente diseñada y validada para este estudio, y el Inventario de Motivación Laboral diseñado sobre la base de la teoría de Antonio Pérez López. Los resultados indican que la gratitud no se relaciona con la motivación laboral y solo se relaciona de manera débil con la percepción de equidad. El análisis de regresión determinó que dos dimensiones de la gratitud predicen la motivación laboral trascendente.
... Para Seligman (2003), el acto de dar gracias, de expresar externamente el agradecimiento, forma parte del concepto de gratitud: no se puede clasifi car como agradecida a una persona que no se toma el tiempo para manifestarlo externamente. Este es un punto no aclarado en relación a la temática: el mero hecho de agradecer verbalmente o con conductas de contra benefi cio (devolver el favor) no implica la experimentación de las sensaciones y cogniciones específi cas de la gratitud y, concomitantemente, no se posee evidencia de que quien las experimenta tienda necesariamente a manifestarlas externamente (Moyano, 2009). Al respecto, como se desplegará más adelante, ejercicios de gratitud han permitido observar que la asunción de la tarea de agradecer externamente a alguien (Emmons y McCullough, 2003;Seligman, 2003;Sheldon y Lyubomirsky, 2006) puede despertar las cogniciones y emociones propias, sugiriendo que la estrecha interrelación afecto-cognición-conducta es aplicable a la gratitud. ...
... Este hecho apunta a que las personas con predisposición a la gratitud dirigen su atención hacia aquellos aspectos vitales positivos actuales o pasados que, al menos en algún aspecto, pueden ser atribuidos a la acción de un ente externo a sí mismo, de modo tal, que no requieren de la ocurrencia de un evento en particular para percibir agradecimiento. La gratitud disposicional, podemos hipotetizar entonces, posee de manera subyacente un esquema cognitivo que se caracterizaría por una valencia primordialmente positiva y benevolente del mundo (McCullough, Emmons y Tsang, 2002), mundo social y mundo interno, pudiendo considerar, sin embargo, los aspectos negativos de éstos, por lo que acentuar los eventos positivos en este contexto reviste un carácter de gratuidad (Moyano, 2009). ...
... Previo a la descripción de las intervenciones psicológicas ideadas para ayudar a las personas a percibir gratitud, es necesario diferenciar los objetivos con los que podrían aplicarse estas intervenciones en el marco de un proceso psicoterapéutico. Debido a la falta de investigación y desarrollo teórico en el área (McCullough, Emmons y Tsang, 2002;Vázquez et al, 2006;Moyano, 2009), se pueden analizar vías no exploradas para producir efectos positivos a nivel clínico en el marco de la psicoterapia, así como la potencialidad de la gratitud para facilitar el logro de objetivos psicoterapéuticos habituales. Dependiendo de la finalidad con que se decida incluir la gratitud en el proceso psicoterapéutico, deberían efectuarse modificaciones en los procedimientos técnicos de su implementación. ...
Article
Gratitude is a cognitive-affective state caused by the recognition that one has received a bene fi t from an external agent, due to the good intentions of this agent. Despite the evidence that associate gratitude with subjective well being, psychological well being, physical health and copping with stressful events, it is not enough taken in consideration in an academic level and in its interaction with psychotherapy instruments as well. In this article, the central concepts and information provided by the research are revised, intending to analyze possible ways to include gratitude into Cognitive Psychotherapy.
... Además, la gratitud también predice el aprecio corporal (Homan & Tylka, 2018;Yamamiya et al., 2021), el cual a su vez predice la alimentación intuitiva. La gratitud se refiere a la tendencia generalizada a responder con agradecimiento hacia algo o alguien, por todo lo positivo que se ha recibido (Watkins, 2014) y se relaciona con mayor bienestar psicológico, por ejemplo con afecto positivo, felicidad subjetiva y el optimismo (McCullough et al., 2002;Meng & Tianjiao, 2020;Moyano, 2010;Satici, 2014;Tachon et al., 2021;Watkins, 2014;Yoo, 2020) y con menor afecto negativo, síntomas de angustia psicológica, depresión y ansiedad (Ng & Wong, 2012;Wolfe & Patterson, 2017;Yoo, 2020). Sin embargo, pocos estudios han evaluado la relación de la gratitud con la imagen corporal (positiva o negativa). ...
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Resumen En este estudio se realizó una revisión de la literatura para examinar el aprecio corporal con relación a la alimentación intuitiva y la gratitud en mujeres y hombres, adolescentes y adultos. Los artículos se identificaron a través de PubMed, ProQuest Central, EBSCO y Web of Science. Treinta y un estudios transversales y uno longitudinal cumplieron con los criterios de elegibilidad y mayormente se realizaron en Norteamérica. La relación entre gratitud, aprecio corporal y alimentación intuitiva fue positiva y significativa tanto en hombres como en mujeres, adolescentes y adultos. Además, la gratitud predice el aprecio corporal, el cual a su vez media la relación entre gratitud y alimentación intuitiva, en mujeres. Este estudio aportó información valiosa sobre la importancia de la actitud agradecida para desarrollar y/o mantener una imagen corporal positiva y hábitos alimentarios adaptativos. Este hallazgo es importante, debido a que la gratitud puede ser modificada por medio de intervenciones terapéuticas.AbstractIn this study, we conducted a literature review to examine body appreciation in relation to intuitive eating and gratitude in women and men, adolescents and adults. Papers were identified through PubMed, ProQuest Central, EBSCO, and Web of Science. Thirty-one cross-sectional and one longitudinal study met the eligibility criteria and were mostly conducted in North America. The relationship between gratitude, body appreciation and intuitive eating was positive and significant in both men and women, adolescents and adults. Furthermore, gratitude predicts body appreciation, which in turn, mediates the relationship between gratitude and intuitive eating, in women. This study provided valuable information on the importance of a grateful attitude in the developing and/or maintaining a positive body image and adaptive eating habits. This finding is important, because gratitude can be modified through therapeutic interventions.
... Tal como hemos explicado anteriormente, el concepto de la gratitud en la psicología cuenta con revisiones exhaustivas (Gonzáles y Rodríguez, 2003;Moyano, 2010;Vásquez, 2016). Es por ello, que se profundiza en el significado y en la relevancia en la práctica psicoterapéutica. ...
... Desde esta premisa cognitivo conductual en la compresión de la fortaleza de la gratitud a nivel de procesamiento cognitivo de la realidad, se puede sugerir que, al entrenar o modificar los esquemas cognitivos, se pueden también afectar los estilos explicativos / atribucionales de la realidad, es decir, aquellas expectativas generalizadas acerca de qué tan favorable o desfavorable las cosas buenas / malas le sucedan a la persona en la vida. De modo que, como explica Moyano (2010), la gratitud también permitiría el desarrollo del optimismo en el sentido que ambos rasgos se enfocan en las abstracciones favorables / agradables de la existencia, a saber: la gratitud en el pasado y el presente, y el optimismo disposicional en el presente y futuro; entonces se explicarían las correlaciones inversas entre la gratitud y el pesimismo disposicional. Se coincide con Moyano (2010) en la idea de configurar el desarrollo de la fortaleza de la gratitud como una herramienta que puede ser empleada en espacios terapéuticos, de orientación / counseling, y por supuesto de psicoeducación. ...
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La literatura científica ha puesto de manifiesto la eficacia de las intervenciones basadas en la psicología positiva. Desde ese lugar, el objetivo de esta investigación es determinar la eficacia de una intervención psicoeducativa basada en psicología positiva aplicada al contexto educacional orientada a la promoción de la salud mental, bienestar psicológico y gratitud. Metodológicamente, el estudio se enmarca en un diseño cuasi experimental correlacional, un solo grupo de medias pre y post, en una muestra de 39 docentes, la recolección de datos fue a través de un cuadernillo comprendido por escalas para medir las variables de bienestar psicológico, gratitud y pesimismo, con adecuados índices de confiabilidad y validez. Los resultados muestran diferencias estadísticamente significativas del bienestar psicológico y gratitud, correlaciones positivas entre la gratitud y el bienestar psicológico, e inversamente con pesimismo. Se concluye que la intervención psicoeducativa puede ser una herramienta para la promoción de la salud mental en docentes.
... La evaluación y promoción de la gratitud se considera relevante, dado que diversas investigaciones exponen un vínculo positivo entre la gratitud y las conductas prosociales, el optimismo, la esperanza y la percepción subjetiva de felicidad (McCullough et al., 2002;Moyano, 2010). Asimismo, se ha encontrado que el desarrollo e implementación de intervenciones basadas en la promoción de la gratitud por medio de actividades prácticas Froh, Sefick, & Emmons, 2008;Froh, Yurkewicz, & Kashdan, 2009;Seligman, Steen, Park, & Peterson, 2005;Watkins, 2004;Wood, Froh, & Geraghty, 2010;Wood, Joseph, & Maltby, 2009) resultaron en beneficios psicológicos, físicos y relacionales. ...
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El Cuestionario de Gratitud (G-20) permite evaluar la gratitud interpersonal, frente al sufrimiento, el reconocimiento de los dones personales y la expresión de gratitud. Con el objetivo de verificar la estructura factorial del G-20 en adolescentes argentinos, se desarrolló un estudio de carácter instrumental. La muestra estuvo compuesta por 370 estudiantes (M = 15.24; DE = 1.50), se realizó un AFC a partir del modelo propuesto en la escala original y se calculó la fiabilidad compuesta. Tanto los índices de ajuste del AFC como los índices de penalización apoyan un modelo de cuatro dimensiones (NFI, NNFI, IFI y CFI ≥ .94; RMSEA < .08; SRMR < .09). La fiabilidad compuesta del instrumento resultó satisfactoria tanto para la escala global (FC = .94) como para cada una de las dimensiones (FC = .72 a .83). El G-20 presenta evidencias psicométricas satisfactorias que posibilitarían una evaluación válida y confiable del constructo gratitud en adolescentes argentinos.
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En la presente investigación se hace un análisis teórico de la gratitud, para, a partir de allí, realizar un análisis psicométrico de la Escala de Gratitud y valorar los resultados obtenidos de forma comparativa, en una muestra de estudiantes y trabajadores de la ciudad de Arequipa, al sur de Perú. Para ello, se tomó una muestra de 413 personas, 49.6% varones y 50.4% mujeres con una edad promedio de 20.83 años dentro de un rango de 16 a 36 años. Se aplicó la Escala de Gratitud, creada y validada por Alarcón en Perú, que consta de las dimensiones de Reciprocidad, Obligación moral y Cualidad sentimental. Se realizaron análisis factorial exploratorio y confirmatorio para estudiar las propiedades psicométricas de la Escala, mientras que las comparaciones se efectuaron mediante estadísticos paramétricos. Los resultados sugieren que la Escala presenta una estructura de tres dimensiones, con adecuados índices de confiabilidad; aunque fue necesario eliminar el ítem 18 y la distribución de los ítems en las tres dimensiones varía ligeramente, con respecto a la versión original. Finalmente, no se registraron diferencias en el comportamiento de la gratitud en función del sexo, pero sí entre los estudiantes y los trabajadores, tanto en las correlaciones interfactoriales como en la edad.
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Este libro surgió desde la Red latinoamericana de estudio e intervención en felicidad y bienestar consolidada a finales del año 2020. El inicio de este feliz equipo de trabajo se dio a partir de las inquietudes de un grupo de investigadores de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, pertenecientes al Grupo Psicología Desarrollo Emocional y Educación que se interesaron en el análisis y estudio de diferentes problemas relacionados con la calidad de vida y el bienestar. De estas inquietudes nació el evento denominado Coloquio Internacional: Felicidad y Bienestar Humano, cuya primera edición se realizó en 2016 y posteriormente se ha realizado bianualmente (2018 y 2020), cumpliendo ya tres versiones, en las cuales participaron diferentes investigadores y conferencistas sobre el tema y los enfoques particulares propuestos para cada edición.
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Este libro surgió desde la Red latinoamericana de estudio e intervención en felicidad y bienestar consolidada a finales del año 2020. El inicio de este feliz equipo de trabajo se dio a partir de las inquietudes de un grupo de investigadores de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, pertenecientes al Grupo Psicología Desarrollo Emocional y Educación que se interesaron en el análisis y estudio de diferentes problemas relacionados con la calidad de vida y el bienestar. De estas inquietudes nació el evento denominado Coloquio Internacional: Felicidad y Bienestar Humano, cuya primera edición se realizó en 2016 y posteriormente se ha realizado bianualmente (2018 y 2020), cumpliendo ya tres versiones, en las cuales participaron diferentes investigadores y conferencistas sobre el tema y los enfoques particulares propuestos para cada edición.
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This booklet aims to be useful for anyone who is concerned with or who works on educating our future citizens. It is intended for teachers who are implementing civics-related contents or subjects in both primary and secondary classrooms. The texts in this volume are the result of work carried out by researchers from the University of Navarra Civic Parliament group thanks to the agreement signed with the Navarre Parliament. Promoting more active citizenship is one of the goals to which this group has devoted a lot of thought and discussion, so as to teach younger generations better in this fi eld. As a result of this concern, a variety of activities and initiatives have been run since 2010 and a new project began to take shape in 2013 to develop audiovisual materials refl ecting the most important social attitudes when teaching civic identity. Elements of audiovisual language were always taken into account when making these videos: keeping it short and concise, the importance of visual aspects, the need to understand the audiovisual narrative, etc. However, we think that the texts behind the videos might be extremely useful for anyone wishing to put the material into context, or fi nd out more and go into greater depth on some matters. That led to the idea for this book, combining audiovisual references with the theoretical discussions emerging from them. Our aim is to help anyone who is developing teaching units related to citizenship and civic education, understanding that it is always useful to have fun and entertaining material that can be used in the classroom with students. Our aim is to also help teachers that require prior training on the subject, sometimes calling for a deeper understanding and offering more support bibliography. The book is simply structured: the chapter on Teaching Social Virtues explains the connection between these social virtues or attitudes and citizenship and the importance of helping young people acquire these habits that will make them better citizens. The eight social attitudes we have worked on are mentioned below: cordiality, generosity, gratitude, justice, participation, respect, responsibility and solidarity. Each text is divided into three sections that follow the outline of the videos: What is this social attitude? How is it demonstrated? How can we help children learn this habit? At the end of each text, a bibliography will help interested parties delve further into this aspect. The video link is also provided plus a QR link. We believe that the videos provide simple and attractive material to use in the classroom, briefl y presenting the most important ideas. From there, the teacher plays an essential role not only putting across the knowledge but also generating genuine interest in the topic and managing to involve the students personally. Given this book’s application, the authors would be delighted and very grateful to receive ideas, suggestions and practical experience that might help to enrich this initiative. Please write to this email address: parlamentocivico@unav.es.
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In this chapter a theory of motivation and emotion developed from an attributional perspective is presented. Before undertaking this central task, it might be beneficial to review the progression of the book. In Chapter 1 it was suggested that causal attributions have been prevalent throughout history and in disparate cultures. Studies reviewed in Chapter 2 revealed a large number of causal ascriptions within motivational domains, and different ascriptions in disparate domains. Yet some attributions, particularly ability and effort in the achievement area, dominate causal thinking. To compare and contrast causes such as ability and effort, their common denominators or shared properties were identified. Three causal dimensions, examined in Chapter 3, are locus, stability, and controllability, with intentionality and globality as other possible causal properties. As documented in Chapter 4, the perceived stability of a cause influences the subjective probability of success following a previous success or failure; causes perceived as enduring increase the certainty that the prior outcome will be repeated in the future. And all the causal dimensions, as well as the outcome of an activity and specific causes, influence the emotions experienced after attainment or nonattainment of a goal. The affects linked to causal dimensions include pride (with locus), hopelessness and resignation (with stability), and anger, gratitude, guilt, pity, and shame (with controllability).
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Perceptions of help-rendering and harm-doing were tested by presenting 50 male and 50 female university students with one of a series of hypothetical situations. Preexisting relationship between interactors in the situation referred to five social relationships linking the subject with a parent, sibling, close friend, and acquaintance, or a stranger. Results indicated that the closer the relationship between the interacting persons, the stronger the expectations that help should be offered; the less gratitude expressed when help is offered; and the more resentment felt when help is refused.
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Forgiveness and gratitude represent positive psychological responses to interpersonal harms and benefits that individuals have experienced. In the present article we first provide a brief review of the research that has shown forgiveness and gratitude to be related to various measures of physical and psychological well-being. We then review the empirical findings regarding the cognitive and affective substrates of forgiveness and gratitude. We also offer a selective review of some of the interventions that appear to be effective in encouraging forgiveness and gratitude. To conclude, we suggest some ways in which the insights from the basic research on promoting forgiveness and gratitude might be meaningfully integrated into cognitive psychotherapy.
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This article presents a framework for the organization of affective processes, including the affective traits, moods, and emotions. Section 1 introduces the levels-of-analysis approach, defines the three levels of affect, presents criteria for ordering these levels hierarchically in terms of simple and complex temporally driven processes, and examines the interrelations among the various levels of affect, including an in-depth analysis of affective trait-emotion relationships. Section 2 offers an application of the hierarchical view to research on affect-cognition interactions, including a brief review of affect congruency effects and a discussion of the conceptual and empirical challenges to such research necessitated by consideration of the differences among the levels of affect. (PsycINFO Database Record (c) 2012 APA, all rights reserved)
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The article presents a brief analysis of the central proposals of contemporary Positive Psychology. The notion of Psychologiocal Capital is presented and a proposal for categorization of its principal components in terms of cognitive, affective and psychosocial processes is explained.
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This chapter examines the feeling of being grateful. It suggests feeling grateful is similar to other positive emotions that help build a person's enduring personal resources and broaden an individual's thinking. It describes various ways by which gratitude can transform individuals, organizations, and communities in positive and sustaining ways. It discusses the specific benefits of gratitude including personal and social development, community strength and individual health and well-being.
Article
In this article, the author describes a new theoretical perspective on positive emotions and situates this new perspective within the emerging field of positive psychology. The broaden-and-build theory posits that experiences of positive emotions broaden people's momentary thought-action repertoires, which in turn serves to build their enduring personal resources, ranging from physical and intellectual resources to social and psychological resources. Preliminary empirical evidence supporting the broaden-and-build theory is reviewed, and open empirical questions that remain to be tested are identified. The theory and findings suggest that the capacity to experience positive emotions may be a fundamental human strength central to the study of human flourishing.
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People feel grateful when they have benefited from someone's costly, intentional, voluntary effort on their behalf. Experiencing gratitude motivates beneficiaries to repay their benefactors and to extend generosity to third parties. Expressions of gratitude also reinforce benefactors for their generosity. These social features distinguish gratitude from related emotions such as happiness and feelings of indebtedness. Evolutionary theories propose that gratitude is an adaptation for reciprocal altruism (the sequential exchange of costly benefits between nonrelatives) and, perhaps, upstream reciprocity (a pay-it-forward style distribution of an unearned benefit to a third party after one has received a benefit from another benefactor). Gratitude therefore may have played a unique role in human social evolution.