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Cuadernos de Trabajo Social ISSN: 0214-0314
Vol. 26-2 (2013) 397-407 http://dx.doi.org/10.5209/rev_CUTS.2013.v26.n2.40915
397397
Una aproximación al Trabajo Social desde la óptica
de la Psicología positiva (virtudes y fortalezas)
An approach to Social Work from the perspective of Positive Psychology
(virtues and strengths)
Virginia JIMÉNEZ RODRÍGUEZ
Universidad Complutense de Madrid
virginiajimenez@psi.ucm.es
Jesús María ALVARADO IZQUIERDO
Universidad Complutense de Madrid
alvarado@psi.ucm.es
Aníbal PUENTE FERRERAS
Universidad Complutense de Madrid
apuente@psi.ucm.es
Recibido: 14/12/2012
Revisado: 19/03/2013
Aceptado: 30/05/2013
Disponible on line: 20/12/2013
Resumen
La Psicología positiva es una ciencia social de desarrollo relativamente reciente que analiza las bases del bienestar psi-
cológico a partir de las fortalezas y virtudes de cada individuo y de sus potencialidades de influir en los otros para el
logro de la plenitud y desarrollo personal.
En el marco de la Psicología positiva se aplicó el test VIA-IS a 186 estudiantes de primer curso de Grado en Tra-
bajo Social en la Universidad Complutense de Madrid durante el curso 2011-2012. El objetivo de la presente investi-
gación era establecer el perfil de virtudes y fortalezas que el estudiante de Grado considera claves en su futuro desem-
peño como trabajador social. Las virtudes de Humanidad y Justicia fueron las que se consideraron más relevantes por
parte de los estudiantes, tal y como se esperaba, puesto que estas virtudes son básicas a la hora de influir en la volun-
tad de otras personas, desde el respeto de la individualidad del usuario, hacia un estado de bienestar (Peterson & Selig-
man, 2004).
Palabras clave: Psicología Positiva; fortalezas; virtudes; trabajador social; VIA-IS.
Abstract
Positive psychology is a social science of relatively recent development that analyzes the bases of psychological well-
being from the strengths and virtues of each individual and their potential to influence others to achieve the fullness and
personal development. In the context of Positive Psychology VIA-Is test was applied to 186 first grade of Social Work
students at the University Complutense of Madrid during 2011-2012. The aim of this investigation was to establish the
profile of virtues and strengths which the student considers the key for the future performance as a social worker. The
virtues of Humanity and Fairness were considered the most relevant by the students, as expected, because of these
virtues are essential when they come to influence the will of others, respecting the individuality of user to a state of
wellbeing (Peterson &Seligman, 2004).
Keywords: Positive Psychology; strengths; virtues; social worker; VIA-IS
Referencia normalizada: Jiménez Rodríguez, V., Alvarado Izquierdo, J. M., y Puente Ferreras, A. (2013): «Una apro-
ximación al Trabajo Social desde la óptica de la Psicología positiva (virtudes y fortalezas)». Cuadernos de Trabajo So-
cial, 26(2): 397-407.
Sumario: Introducción. 1. Virtudes y fortalezas. 2. Las fortalezas y el estado de bienestar. 3. Las fortalezas en
diferentes colectivos. 4. Las fortalezas del Trabajador Social. 5. Metodología. 6. Conclusiones. 7. Referen-
cias bibliográficas.
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Introducción
La Psicología positiva es una ciencia social re-
ciente que se centra en el desarrollo de las po-
tencialidades del ser humano y que, en lugar de
considerar al individuo como un ser pasivo,
procura que la persona sea consciente de sus
potencialidades con el fin de que llegue a ser
autónomo en la toma de sus decisiones, com-
prenda y sea capaz de regular sus emociones,
aprendiendo a influir en los demás con el obje-
tivo de lograr su plenitud. Proporciona guías
que van más allá del afrontamiento. Ayuda a
las personas a ser exitosas, a saber cómo utili-
zar sus fortalezas y sus virtudes y cómo avan-
zar construyendo competencias. Es un nuevo
enfoque que difiere de la psicología tradicional
en el hecho fundamental de que hace hincapié
en alcanzar el estado de bienestar partiendo de
las propias fortalezas del individuo. Uno de sus
grandes retos es investigar acerca de las forta-
lezas y virtudes humanas y los efectos que tie-
nen en la vida de las personas y en las socieda-
des en que viven (Cuadra y Florenzano, 2003;
Vera, 2008).
Peterson y Seligman (2004) elaboran una
clasificación de fortalezas humanas con el ob-
jetivo de identificarlas y potenciarlas para lle-
gar a aumentar el estado de bienestar. Definen
y clasifican veinticuatro fortalezas que forman
parte de seis virtudes universales. Esta clasifi-
cación queda recogida en el modelo VIA (del
inglés Values in Action) de fortalezas. La base
y ampliación de esta clasificación queda reco-
gida en su manual, Character Strengths and
Virtues. A handbook and classification. Estos
investigadores sugieren que el buen carácter se
puede cultivar, pero para ello se necesitan pre-
viamente herramientas conceptuales y empíri-
cas para trabajar y evaluar las intervenciones.
Para concretar qué virtudes son universales,
parten de un análisis histórico (la filosofía chi-
na —Confucio y Taoísmo— las virtudes budis-
tas e hinduistas del sur de Asia, la filosofía
griega y las virtudes judeo-cristianas e islámi-
cas). Han analizado además otras revisiones de
virtudes de personajes históricos y de persona-
jes de ficción y de cultura popular. En su aná-
lisis también se tienen en cuenta los aportes de
las corrientes psicológicas más importantes: el
psicoanálisis, el conductismo, el cognitivismo
y fundamentalmente el humanismo y el exis-
tencialismo, para la comprensión actual de los
factores positivos de la experiencia humana.
Todo ello queda plasmado en el manual antes
mencionado, donde se reflejan las seis virtudes
universales en las que se incluyen las fortale-
zas del carácter.
1. Virtudes y fortalezas
Dahlsgaard, Peterson y Seligman (2005), defi-
nen las seis virtudes fundamentales que se mi-
den por distintas fortalezas: a) Sabiduría. For-
talezas cognitivas que comprometen la
adquisición y el uso del conocimiento; b) Co-
raje. Fortalezas emocionales que necesitan la
fuerza de voluntad para alcanzar metas a pesar
de los obstáculos (externos o internos) que pu-
dieran aparecer; c) Humanidad. Fortalezas in-
terpersonales basadas en el acercamiento y
cuidado de los demás; d) Justicia. Fortalezas
cívicas que hacen hincapié en una vida social
saludable; e) Templanza o Moderación. Forta-
lezas que protegen contra los excesos; f) Tras-
cendencia. Fortalezas que forjan conexiones
con el universo y dan sentido al individuo co-
mo persona.
Una fortaleza se define como el rasgo de
personalidad (al que se le otorga un valor mo-
ral) del individuo que se presenta en distintas
situaciones y a lo largo del tiempo (Peterson &
Park, 2009). En el modelo VIA se identifican
24 fortalezas (véase Tabla 1) que se aglutinan
en torno a las seis virtudes (Apéndice I).
En la última década se han ido desarrollan-
do diferentes procedimientos para evaluar las
distintas fortalezas y virtudes del modelo VIA.
Aunque se han utilizado diversas metodologí-
as para ello: por ejemplo, grupos de discusión
como plantean Steen, Kachorek, y Peterson
(2003); entrevistas estructuradas; observado-
res externos (Park, Peterson, 2006); estudio de
casos de fortalezas específicas; descripciones
no estructuradas. El procedimiento más exten-
dido y que recoge el modelo VIA es el cues-
tionario VIA-IS (Values in Action - Inventory
of Strenghts) que desarrollaron Peterson y Se-
ligman (2004). Este cuestionario, de aplica-
ción múltiple, identifica las veinticuatro forta-
lezas en el sujeto, situando en los primeros
puestos aquellas fortalezas con las que se
identifica en mayor medida el individuo, que-
dando relegadas a los últimos puestos aquéllas
con las que no se identifica o se identifica en
menor medida.
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El VIA-IS es un autoinforme que consta de
240 ítems, que dispone de versión en papel y
on-line para su aplicación informatizada. La
aplicación on-line ha contribuido notablemen-
te a la difusión y utilización del instrumento,
habiéndose aplicado en más de 175 países.
Existen dos versiones distintas, una para adul-
tos (mayores de 18 años) y otra para preadoles-
centes y adolescentes (10-17 años) y ambas
han sido traducidas al español (Vázquez,
2006) y también están disponibles en internet.
Los estudios realizados por Peterson y Selig-
man sobre el instrumento indicarían una acep-
table fiabilidad en todas las escalas, tanto en
consistencia interna (αCronbach > 0.70) co-
mo en estabilidad temporal (correlaciones test-
retest > .70). Respecto a su validez de cons-
tructo, los resultados no son concluyentes,
aunque Macdonald, Bore y Munro (2008)
apuntan a una estructura unidimensional.
Uno de los aspectos más controvertidos en
la validación del cuestionario es el posible ses-
go de respuesta a causa de la deseabilidad so-
cial. Peterson y Seligman evaluaron este sesgo
mediante el cuestionario de deseabilidad social
de Marlowe-Crowne (en inglés, SDS, 1960),
observando que no había correlación significa-
tiva entre este cuestionario y las fortalezas, a
excepción de la fortaleza prudencia (r = .44,
p < .05) y de la denominada espiritualidad
(r = .30, p < .05). Aunque el instrumento no
está exento de crítica, su desarrollo e imple-
mentación han supuesto un importante impul-
so para el desarrollo de la Psicología positiva.
2. Las fortalezas y el estado de bienestar
Desde el momento que sale a la luz el cuestio-
nario VIA-IS comienzan a recogerse muchos
datos de manera individual, que están hacien-
do posible una investigación más exhaustiva
tanto de las características psicométricas del
instrumento como de la relaciones que proba-
blemente existen entre las veinticuatro fortale-
zas y el estado de bienestar.
Muchos investigadores han analizado este
tipo de relaciones centrándose en algunas for-
talezas concretas; por ejemplo, sabemos que
las personas optimistas presentan una mejor
salud física y mental, menos episodios de an-
siedad y de depresión y, que junto con la forta-
leza denominada autorregulación, el optimis-
mo sirve de protección contra las adversidades
(Avia y Vázquez, 1998; Taylor, Kemeny, Reed,
Brower y Gruenewald, 2000). También cono-
cemos que la creatividad está muy relacionada
con la factores que atañen a la salud y la auto-
rrealización; la valentía se asocia a un locus de
control interno, una disminución del estrés y
unas actitudes prosociales; la vitalidad se rela-
ciona con un óptimo funcionamiento humano;
la capacidad de amar y ser amado ayuda a
afrontar mejor el estrés diario y potencia las re-
laciones sociales duraderas y satisfactorias ba-
sándose en la intimidad y en la confianza, (Pe-
terson y Seligman, 2004), y que la gratitud se
relaciona con emociones positivas, con un sen-
tido vital y con el optimismo (McCullough,
Kilpatrick, Emmons y Larson, 2001).
Por otra parte, se ha observado que ciertas
actitudes, como ser una persona con sentido del
humor protege ante enfermedades infecciosas
(Fernández Abascal, 2009). En ocasiones, pare-
Virtud Fortalezas
Sabiduría Creatividad
Curiosidad
Apertura de mente
Deseo de aprender
Perspectiva
Coraje Valentía
Persistencia
Integridad
Vitalidad, entusiasmo
Humanidad Amor
Amabilidad
Inteligencia Social
Justicia Civismo
Ecuanimidad
Liderazgo
Templanza Capacidad de perdonar
Humildad
Prudencia
Autorregulación
Trascendencia Apreciación de la belleza
Gratitud
Esperanza
Humor
Espiritualidad
Tabla 1. Virtudes y Fortalezas del modelo VIA.
400 Cuadernos de Trabajo Social
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cen obviedades que había que demostrar como
es el caso de la existencia de una relación espe-
rable entre el deseo de aprender y el bienestar
y la salud física (Seligman y Csikszentmihalyi,
2000) o que recuperarse de una enfermedad fí-
sica o mental puede favorecer y potenciar algu-
nas fortalezas incluidas en la virtud llamada
Trascendencia (Peterson, Park y Seligman,
2004; Peterson y Seligman, 2006) y viceversa;
es decir, el individuo cuyas fortalezas más des-
tacables sean las relacionadas con la Trascen-
dencia experimentará beneficios biopsicoso-
ciales (Martínez, 2006). Incluso cómo el
reflexionar sobre la muerte aumenta la gratitud
(Frias, Watkins, Webber y Froh, 2011).
3. Las fortalezas en diferentes colectivos
Pensar que se habrían realizado diferentes y
múltiples estudios sobre las fortalezas destaca-
bles en diferentes colectivos, desde el punto de
vista de su dedicación laboral, nos llevó a inda-
gar acerca de lo que se había investigado en es-
te área. Hemos apreciado que el cuestionario
VIA-IS ha tenido un uso individual para reco-
nocer las fortalezas destacadas en cada indivi-
duo; pero hasta la fecha apenas se han realiza-
do estudios que analicen las fortalezas que
presentan diferentes colectivos que trabajan en
distintas áreas. En nuestro caso, nos interesaba
conocer las posibles investigaciones realizadas
en colectivos que dedican su labor a trabajar
con otros seres humanos. Podemos destacar en
esta área, una investigación realizada en una
comunidad educativa identificó la perseveran-
cia y la prudencia como predictoras de éxito
académico entre los estudiantes; y la efectivi-
dad docente se relacionó con la vitalidad, el
sentido del humor y la inteligencia social y
emocional (Peterson y Park, 2006). Existe otro
estudio donde se investigan las fortalezas más
destacadas en los líderes de colectividades dis-
tintas. Lo realizaron Thun y Kelloway (2011),
examinan las fortalezas de líderes de empresas
utilizando entrevistas semiestructuradas y la
técnica CIT (Critical Incident Technique), he-
rramienta efectiva para medir actitudes y com-
portamientos humanos en entornos laborales.
La muestra,que se dedicaba a trabajos relacio-
nados con el mundo educativo, con la conser-
vación del entorno y con servicios sociales,
destacó en capacidad de amar y ser amado, es-
peranza y curiosidad.
Por otro lado, parece que la cultura también
es un factor que influye en priorizar unas forta-
lezas sobre otras en el caso del género. El rol
asumido por la mujer durante años aún persiste
en algunas sociedades. Así, hay estudios que
muestran que el género femenino destaca en
gratitud y capacidad de amar y ser amado y el
masculino en creatividad y valor (Shimai, Ota-
ke, Park, Peterson y Seligman, 2006; Brdar y
Kashdan, 2010; Littman-Ovadia y Lavy, 2012).
4. Las fortalezas del Trabajador Social
Hasta el momento en nuestro país solo existe
un estudio donde se analizan distintas inter-
venciones del trabajador social desde la pers-
pectiva de sus fortalezas (De la Paz, 2011). El
objeto de este estudio no era tanto analizar las
fortalezas del colectivo, sino la evaluación de
cada caso individual en el que el trabajador so-
cial realizaba su labor profesional; el debate
del trabajo actual de estos profesionales (el au-
tor expone que las intervenciones se realizan a
partir de la patología del usuario que acude al
trabajador social) y la elaboración de una pro-
puesta para una intervención más integral en
un futuro próximo.
En el trabajador social, como en todos
aquellos profesionales que se centran en colec-
tivos desfavorecidos, marginales, etc., sus for-
talezas deben caracterizarse por un fuerte con-
tenido humanitario. Así mismo, aquellas
fortalezas que se aglutinan bajo las virtudes de
Justicia y Humanidad también deberían ser ca-
racterísticas definitorias de su actividad. Final-
mente, también pensamos que al igual que en
otras áreas relacionadas que tienen que ver con
la salud (psicología, medicina, etc.), el compo-
nente vocacional que se aprecia en la fortaleza
entusiasmo o vitalidad debería estar presente
(Peterson y Park, 2006).
El Trabajo Social es una actividad vocacio-
nal que implica, entre otras cosas, tener capaci-
dad para relacionarse con los demás, empatía,
asertividad, valores y principios morales, crea-
tividad, capacidad para solucionar conflictos de
manera flexible y amable, entusiasmo, etc. Es-
tas características podrían englobarse, funda-
mentalmente, en las fortalezas que forman par-
te de las virtudes Humanidad y Justicia.
En consecuencia, si bien hasta el momento
la mayoría de las aplicaciones se han realizado
a nivel individual, consideramos que un impor-
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tante reto para la Psicología positiva es descri-
bir las potencialidades de los distintos colecti-
vos y profesiones.
La presente investigación tiene el interés de
mostrar cómo el VIA-IS es una herramienta
adecuada para conocer de qué manera los dis-
tintos colectivos muestran una configuración
propia en virtudes y fortalezas que se relacio-
nan en su actividad presente y futura con ob-
vias aplicaciones prácticas que van desde la
orientación de los futuros estudiantes, planes
de estudio, etc.; hasta las posibles intervencio-
nes para hacer hincapié tanto en aquellas forta-
lezas situadas en un nivel superior como en
aquéllas situadas en las últimas posiciones del
cuestionario.
5. Metodología
5.1. Muestra
En este estudio pretendemos aproximarnos al
perfil del trabajador social, al comienzo de sus
estudios, desde sus fortalezas. Participaron
186 estudiantes con un rango de edad de 18 a
22 años, con una = 19.73 y una DS = 1.33; de
los que el 85,5 por ciento eran mujeres y 14,5
por ciento hombres que iniciaban el Grado en
Trabajo Social y que rellenaron el cuestionario
VIA-IS de manera anónima.
El 86 por ciento de los alumnos que ingre-
saron en la Facultad de Trabajo Social lo hicie-
ron mediante el proceso de selectividad, que
consiste en superar un conjunto de pruebas pa-
ra el acceso a la Universidad donde se evalúan
toda las áreas curriculares, y el 14 por ciento
ingresó por la vía de formación profesional,
que consiste en acceder a la universidad desde
estudios de grado medio o superior, sin haber
realizado la selectividad.
5.2. Instrumentos
Cuestionario VIA-IS. Para realizar este estudio
se utilizó la versión on line en español para
adultos. El cuestionario está formado por 240
ítems y 24 subescalas, utilizando escala tipo
Likert de cinco puntos para las respuestas. La
puntuación de las fortalezas se obtiene como
media de las respuestas dadas en los ítems de
cada subescala. Su aplicación requiere una úni-
ca sesión de aproximadamente 40 minutos, y a
los sujetos se les recomienda que den una res-
puesta sin pensar mucho en ella; es decir; con-
testando más a nivel emocional que racional.
Una vez finalizado el cuestionario, se genera
un informe automático (desde el VIA Institute
of Character) en el que aparecen las fortalezas
ubicadas de mayor a menor grado de identifi-
cación con la persona que ha materializado el
cuestionario, generándose un orden de prefe-
rencias en lo que se conoce como medidas ip-
sativas.
El uso de escalas ipsativas se considera un
procedimiento adecuado para el análisis y estu-
dio de diversos constructos psicológicos y espe-
cialmente de las preferencias, puesto que a dife-
rencia de las puntuaciones normativas se
presupone que están libres de determinados ses-
gos como la deseabilidad social. Sin embargo,
una de las desventajas de este tipo de puntuacio-
nes es la dificultad de aplicar los procedimien-
tos habituales de análisis psicométrico como las
correlaciones de Pearson o las técnicas comunes
de análisis factorial. Aunque se han propuesto
métodos de análisis factorial confirmatorio al-
ternativos para este tipo de datos (Chan, 2003),
existen dificultades técnicas para su aplicación,
en concreto, el análisis factorial tiende a produ-
cir factores espurios o extra-factores sin ningu-
na entidad teórica ni empírica.
Como alternativa al análisis factorial para
las medidas ipsativas, se recomienda el escala-
miento multidimensional (Ficher, 2004; Krus-
kal y Wish, 1978) en el que se utilizan las dis-
tancias entre las distintas variables en lugar de
utilizar correlaciones. Siguiendo estas reco-
mendaciones para el análisis de los datos ipsa-
tivos obtenidos con el VIA-IS, se utilizaron
técnicas no paramétricas en combinación con
el análisis multidimensional (en inglés, multi-
dimensional scaling, MDS), implementadas en
el programa SPSS (versión 19.0).
5.2. Análisis
5.2.1. Análisis no paramétricos
Al disponer de datos ipsativos, no se cumplen
los supuestos de los modelos lineales, por lo
que se optó por realizar análisis no paramétri-
cos para evaluar si hay diferencias entre los
rangos asignados por varones y mujeres me-
diante la prueba Kruskal-Wallis. La prueba re-
veló que solo hubo diferencias estadísticamen-
te significativas en la fortaleza 9 vitalidad,
Chi-cuadrado (gl = 1) = 5.12, p = .024 y la for-
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taleza 24 espiritualidad, Chi-cuadrado
(gl = 1) = 4.83, p = .028, siendo las mujeres
las que dan mayor valor a la vitalidad frente a
los varones que, por el contrario, valoraron
más la espiritualidad. En cualquier caso, las
escasas diferencias encontradas permiten con-
cluir que la ordenación de las fortalezas fue en
general similar en varones y mujeres.
En un segundo análisis se aplicó la prueba
de Friedman (alternativa no paramétrica al
análisis de varianza de medidas repetidas) para
evaluar si existen o no diferencias estadística-
mente significativas en la asignación de las
puntuaciones a distintas fortalezas. Se observa
que las diferencias entre las fortalezas (ver Fi-
gura 1) respecto a su valoración fueron estadís-
ticamente significativas: Chi_cuadrado
(gl = 23) = 1305.78 p < .001.
En la Figura 1 se observa que las fortalezas
con mayores rangos y en consecuencia las más
valoradas fueron F11 (generosidad o amabili-
dad), F14 (ecuanimidad) y F10 (capacidad de
amar y ser amado); por el contrario, las dos
fortalezas situadas en las últimas posiciones de
valoración fueron F19 (autorregulación) y F24
(espiritualidad).
5.2.2. Análisis de la dimensionalidad
Para conocer la estructura (validez de cons-
tructo) del cuestionario se realizó un MDS tan-
to a nivel de fortalezas como de virtudes, con
el objetivo de determinar si se pueden describir
correctamente mediante una única dimensión,
como sugieren los trabajos previos de valida-
ción de Macdonald, Bore y Munro (2008), uti-
lizándose para ello el procedimiento PROXS-
1 4 7 10 13 16 19
Espiritualidad (F24)
Autorregulación (F19)
Prudencia (F18)
Vitalidad (F9)
Perspectiva (F5)
Deseo aprender (F2)
Humildad (F17)
Originalidad (F4)
Capac. Perdonar (F16)
Perseverancia (F7)
Valentía (F6)
Intelig. Emocional (F12)
Esperanza (F22)
Liderazgo (F15)
Pensam. Crítico (F3)
Aprec. Belleza (F20)
Curiosidad (F1)
Sentido Humor (F23)
Ciudadanía (F13)
Gratitud (F21)
Integridad (F8)
Capac. Amar (F10)
Ecuanimidad (F14)
Generosidad(F11)
Figura 1. Rango Promedio de las 24 fortalezas para hombres (gris claro) y mujeres (gris oscuro). Un ma-
yor rango promedio indica una mayor valoración de la fortaleza.
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CAL, implementado en SPSS. Tal y como se
esperaba el MDS confirmó que tanto para las
fortalezas como para las virtudes, una solución
unidimensional permitía representar adecuada-
mente los datos. En concreto, las medidas de
ajuste para el modelo unidimensional para las
fortalezas fue S-Stress = .044 con una disper-
sión explicada > 94 por ciento y para las virtu-
des S-Stress < .001 con una dispersión expli-
cada > 99 por ciento. Según las normas de
interpretación propuestas por Kruskal, el ajus-
te se considera bueno para valores de
Stress < .05 y perfecto para valores por debajo
de .01 (Ver Figura 2)
Considerando conjuntamente las estructu-
ras unidimensionales presentadas en las Figu-
ras 1 y 2, se puede observar que en un extremo
del continuo (polo más representativo) se en-
cuentran la amabilidad/generosidad seguida
de la capacidad de amar y ser amado, ambas
fortalezas interpersonales incluidas en la vir-
tud Humanidad y son las que el estudiante de
primero de Grado de Trabajo Social ha identi-
ficado como más propias. A continuación en el
continuo figura el sentido de la justicia o ecua-
nimidad, propia de la Justicia y considerada
igualmente relevante para el futuro trabajador
social. Por el contrario, en el otro extremo la
virtud Templanza o Moderación junto con dos
de las fortalezas que la definen (autorregula-
ción y prudencia) son los aspectos, que junto a
la espiritualidad han visualizado los estudian-
tes de primer curso como los que menos defi-
nen o caracterizan al trabajador social.
6. Conclusiones
La aplicación del VIA-IS nos ha permitido co-
nocer cómo el estudiante de primer curso de
Trabajo Social visualiza y anticipa las virtudes
y fortalezas que deben definir al trabajador so-
cial. Tal y como supusimos las fortalezas que
implican humanidad y justicia se perciben co-
mo fundamentales, en coherencia con otros es-
tudios en los que se analizan colectivos que se
relacionan particularmente con trabajos que
comprometen a otras personas (Peterson y
Park, 2006).
Respecto a la variable sexo, apenas obser-
vamos diferencias en la clasificación de forta-
lezas y virtudes. En la literatura revisada se
Moderación
Sabiduría
Transcendencia
Justicia
Humanidad
Coraje
–1,0 –0,5 0,0 0,5 1,0 1,5
Espacio común
Figura 2. Disposición de las virtudes en un espacio unidimensional.
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afirma que la virtud humanidad es más propia
de mujeres, y en nuestro estudio hemos podido
comprobarlo, aun siendo conscientes que la
muestra con la que hemos trabajado estaba
compuesta mayoritariamente por este sexo y
esto ha podido influir en el resultado; pero no
se han observado diferencias en el ranking que
los varones daban a esta virtud.
La virtud humanidad parece ser propia de
trabajos que implican un acercamiento y cui-
dado de los demás, donde se desarrolla el ape-
go hacia otras personas (capacidad de amar y
ser amado). El trabajador social debe poseer
rasgos propios de empatía y generosidad o
amabilidad, puesto que son cualidades impor-
tantes para el trato con los demás. Estas son
fortalezas asociadas a esta virtud que conside-
ramos básicas en la personalidad de un trabaja-
dor social; y la Justicia, que enfatiza en una sa-
ludable vida social, donde se hace hincapié en
la igualdad de oportunidades (ecuanimidad) y
en los beneficios que aporta la cohesión del
grupo para el éxito laboral y personal que se
basan en la equidad y en la honradez.
En contra de lo que podría anticiparse, el
entusiasmo o vitalidad, fortaleza identificada
con la vocación (Peterson y Park, 2006), no pa-
rece ser en este momento una fortaleza desta-
cable. Ello puede deberse a que el estudiante
aún está en su primer curso de formación y to-
davía no está suficientemente comprometido
con la implicación y dedicación que conlleva
implícito su trabajo. También es posible que el
Trabajo Social se diferencie en este punto de
otras profesiones próximas del área de la salud
o de la educación en las que esta fortaleza tie-
ne una mayor relevancia. Del mismo modo, la
escasa valoración de la fortaleza denominada
espiritualidad puede explicarse por un intento
de separar la actividad «más profesional» del
trabajador social de otros colectivos que reali-
zan un trabajo altruista por motivos religiosos.
Un dato interesante fue observar que las forta-
lezas denominadas autorregulación y pruden-
cia no fueron especialmente valoradas. La au-
torregulación implica controlar las conductas
con disciplina así como dominar los propios
impulsos; y la prudencia conlleva cautela y
precaución. Ambas tienen relación, y ninguna
de ellas se considera característica intrínseca
de la juventud en los estudiantes de primer cur-
so. Sería interesante ver cómo con los años es-
tas fortalezas van o no tomando una mayor re-
levancia.
Desde el punto de vista de la validez hemos
confirmado que el instrumento VIA-IS es una
escala unidimensional, lo que es coherente con
el modelo que afirma que todas las fortalezas
constituyen un conjunto de valores universales
que todos compartimos (Macdonald, Bore y
Munro, 2008). Además, hemos constatado que
las virtudes exceden el ámbito individual, por
lo que es posible establecer un perfil de virtu-
des y fortalezas para el futuro trabajador so-
cial. Este estudio presenta limitaciones que
abren interesantes líneas de investigación futu-
ra, como la necesidad de complementar las
medidas del VIA-IS con otras técnicas como
procedimientos de nominación o con técnicas
de evaluación de alternativas, para tener una
representación más completa de las fortalezas
y virtudes que las personas ponen en marcha al
decidir o actuar. Además, consideramos nece-
sario conocer la configuración propia en virtu-
des y fortalezas en otros colectivos próximos al
Trabajo Social como pueden ser psicólogos,
sociólogos, educadores sociales, maestros, psi-
copedagogos; conocer si comparten fortalezas
con el trabajador social así como si otros pro-
fesionales cercanos a las ciencias matemáticas,
como ingenieros o físicos, muestran un perfil
más distante. Finalmente, sería de gran interés
realizar estudios longitudinales para evaluar la
estabilidad y evolución de estos perfiles en el
tiempo y poder contrastarlos con los profesio-
nales en activo.
7. Referencias bibliográficas
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8. Apéndice I
Breve explicación de cada fortaleza distri-
buidas en las seis virtudes (Jiménez, 2011):
8.1. Virtud: sabiduría y conocimiento
— Creatividad. Ingenio, originalidad, inte-
ligencia práctica. Pensar en formas nuevas y
distintas de realizar las cosas. Esta fortaleza
lleva incluida la creación artística.
— Curiosidad. Interés por el mundo. Tener
interés y encontrar fantásticos todos los temas
y asuntos que te rodean. Gusto por explorar y
descubrir.
— Apertura de mente. Juicio, pensamiento
crítico, mentalidad abierta. Capacidad para
cambiar de opinión según las evidencias fun-
damentadas, sin sacar conclusiones rápidas.
Mirar desde distintos puntos de vista.
— Deseo de aprender. Amor por el conoci-
miento y el aprendizaje. Capacidad para disfrutar
en cualquier situación que suponga un aprendiza-
je. Implica una alta motivación hacia la adquisi-
ción de nuevos conocimientos y una tendencia
hacia la adquisición de nuevos aprendizajes.
— Perspectiva. Capacidad para ver el mun-
do de manera útil, con sentido, tanto para uno
mismo como para los demás. Capacidad para
dar consejos sabios a los demás.
8.2. Virtud: coraje
— Valentía y valor. Actuar según las pro-
pias convicciones aunque sea en oposición a
los demás. Capacidad para defender la propia
postura. Enfrentarse con valor a las dificulta-
des, a los retos, a los cambios y al dolor. Esta
fortaleza incluye la fuerza física.
— Persistencia. Tenacidad, perseverancia y
diligencia. Terminar lo que se empieza. Perse-
verar en la tarea hasta conseguir finalizarla con
éxito a pesar de las dificultades que pueda con-
llevar. Tener fuerza de voluntad.
— Integridad. Honestidad, autenticidad.
Vivir de forma auténtica y sincera, sin fingir ni
disimular, asumiendo la responsabilidad de lo
emprendido.
— Vitalidad. Pasión por las cosas, ilusión
y energía. Vivir con alegría y entusiasmo ter-
minando con energía las tareas comenzadas.
8.3. Virtud: humanidad
— Capacidad de amar y ser amado. Amor,
apego. Apreciar las relaciones íntimas donde
valores como compartir y cuidarse mutuamen-
te sean la base de la relación. Sentir apego ha-
cia otras personas.
— Amabilidad. Simpatía, generosidad. Ser
agradecido y consciente de lo bueno que nos
aportan los demás. Hacer favores.
— Inteligencia Social. Inteligencia emo-
cional y personal. Adaptarse a las diferentes si-
tuaciones sociales sintiéndose cómodo en
ellas. Ser consciente de los sentimientos de los
demás. Capacidad empática.
8.4. Virtud: justicia
— Civismo. Ciudadanía, lealtad, trabajo en
equipo. Pertenecer a un equipo de trabajo y tra-
bajar en beneficio del grupo. Buen/a compañe-
ro/a.
— Ecuanimidad. Sentido de la justicia,
equidad. Tratar con justicia a las personas, con
criterios imparciales. No dejar que los propios
sentimientos y opiniones influyan en el juicio
a los demás. Dar las mismas oportunidades a
todos.
— Liderazgo. Capacidad para motivar y
animar a un grupo al que se pertenece. Ser ca-
paz de mantener al grupo unido sin malestares
ni rencillas.
8.5. Virtud: templanza o moderación
— Capacidad de perdonar. Misericordia.
Perdonar a los demás sin rencor ni venganza.
Dar a las personas una segunda oportunidad.
— Humildad. Modestia. No sobresalir por
lo que uno dice de sí mismo sino por lo que se
demuestra actuando y los demás ven. Dejar
que sean los demás los que opinen de uno. No
buscar el protagonismo. No considerarse es-
pecial.
Cuadernos de Trabajo Social 407
Vol. 26-2 (2013) 397-407
Virginia Jiménez et al. Una aproximación al Trabajo Social desde la óptica de la Psicología positiva...
— Prudencia. Discreción, cautela. Ser cui-
dadoso con lo que se dice y con lo que se hace
y así no tener que arrepentirse de ello.
— Autorregulación. Autocontrol. Contro-
lar conscientemente lo que se siente y lo que se
realiza, con disciplina. Controlar los impulsos.
8.6. Virtud: trascendencia
— Apreciación de la belleza y la excelen-
cia. Capacidad de asombro. Observar el entorno
tanto natural como artificial y disfrutar de él.
— Gratitud. Sentirse agradecido por lo que
sucede positivo alrededor y expresarlo. Saber
dar las gracias.
— Esperanza. Optimismo, proyección ha-
cia el futuro. Ver el fondo positivo de las cosas
y esperar que suceda lo mejor aportando todo
lo que se pueda para provocarlo. Creer en un
futuro bueno que está en nuestras manos.
— Humor. Sonreír, reír y disfrutar de gas-
tar bromas. Ver el lado positivo.
— Espiritualidad. Fe, sentido religioso.
Creer en la fuerza del Universo, en su energía
y sentir que eres parte de él. Actuar en función
de esta creencia y sentir los beneficios que
aporta.