Ilustrísimos señores académicos, señoras y señores: En primer lugar quisiera expresar, en nombre de la familia, nuestro más since-ro agradecimiento a la Real Academia Alfonso X el Sabio, por su decidido reconocimiento de la figura de mi abuelo, al promover esta sesión de homenaje, con motivo del centenario de su nacimiento. Agradecimiento que quiero también hacer extensivo, de modo muy especial, a los ponentes que me acompañan, que van a abordar desde diferentes perspectivas -con la maestría y perspicacia que sólo pueden desarrollar quienes son auténticos especialistas en el tema-, la vida y la obra del escritor Raimundo de los Reyes. Constituye para mí, debo decirlo emocionadamente, una gran satisfacción el que se me haya invitado a estar también presente en esta tribuna, para hablarles de un hombre, Raimundo de los Reyes, mi abuelo, que fue además una de las más relevantes figuras del ambiente literario y cultural de Murcia en la primera mitad del siglo. Las múltiples circunstancias que me unen a él, sobre todo de parentesco familiar, pero a las que se añaden otras de distinto signo, probablemente también emanadas de su persona, como mi temprana inclinación por la literatura, mis estudios posteriores de Filología y, finalmente, el haber orientado mi actividad profesional en esta misma dirección, convierten en doblemente grata y feliz la oportunidad de traer a colación su recuerdo.