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SECRETARÍA DE AGRICULTURA, GANADERÍA, DESARROLLO RURAL,
PESCA Y ALIMENTACIÓN
Lic. Francisco Javier Mayorga Castañeda
Secretario
Lic. Mariano Ruíz-Funes Macedo
Subsecretario de Agricultura
Ing. Ignacio Rivera Rodríguez
Subsecretario de Desarrollo Rural
Ing. Ernesto Fernández Arias
Subsecretario de Alimentación y Competitividad
M.C. Jesús Antonio Berumen Preciado
Ocial Mayor
INSTITUTO NACIONAL DE INVESTIGACIONES
FORESTALES, AGRÍCOLAS Y PECUARIAS
Dr. Pedro Brajcich Gallegos
Director General
Dr. Salvador Fernández Rivera
Coordinador de Investigación, Innovación y Vinculación
MSc. Arturo Cruz Vázquez
Coordinador de Planeación y Desarrollo
Lic. Marcial A. García Morteo
Coordinador de Administración y Sistemas
CENTRO DE INVESTIGACIÓN REGIONAL PACÍFICO CENTRO
Dr. Gerardo Salazar Gutiérrez
Encargado de la Dirección Regional
Director de Investigación
M.C. Primitivo Díaz Mederos
Director de Planeación
Lic. Miguel Méndez González
Director de Administración
Dr. Ignacio Vidales Fernández
Director de Coordinación y Vinculación en Michoacán
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Impacto del cambio de uso de suelo forestal
a huertos de aguacate
Dr. Gilberto Chávez-León
Manejo Forestal Sustentable y Servicios Ambientales, CENID COMEF
Dr. Luis Mario Tapia Vargas
Ingeniería de Riego, Campo Experimental Uruapan
Dr. Miguel Bravo Espinoza
Ex-investigador del Campo Experimental Uruapan
Ing. J. Trinidad Sáenz Reyes
Plantaciones y Sistemas Agroforestales, Campo Experimental Uruapan
Ing. Hipólito Jesús Muñoz Flores
Plantaciones y Sistemas Agroforestales, Campo Experimental Uruapan
Dr. Ignacio Vidales Fernández
Director de Coordinación y Vinculación en Michoacán
M.C. Antonio Larios Guzmán
Frutales, Campo Experimental Uruapan
Dr. Juan Bautista Rentería Ánima
Director de Soporte Forestal de la Dirección General del INIFAP
Ing. Francisco Javier Villaseñor Ramírez
Ex investigador del Campo Experimental Uruapan
Dr. José de la Luz Sánchez Pérez
Ex investigador del Campo Experimental Uruapan
Ing. Juan José Alcántar Rocillo
Ex investigador del Campo Experimental Uruapan
Dr. Manuel Mendoza Cantú
Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental, UNAM, Campus Morelia
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias
Centro de Investigación Regional Pacíco Centro
Campo Experimental Uruapan
Agosto de 2012
Libro Técnico Núm. 13, ISBN: 978-607-425-825-7
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Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias
Progreso No. 5, Barrio de Santa Catarina
Delegación Coyoacán, C.P. 04010 México, D.F., Teléfono (55) 3871-8700
Derechos Reservados
©
Impacto del cambio de uso de suelo forestal a
huertos de aguacate
ISBN 978-607-425-825-7
Primera Edición 2012
No está permitida la reproducción total o parcial de esta publicación, ni la transmisión de
ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, fotocopia, por registro
u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de la Institución.
La presente publicación se terminó de imprimir el mes de Agosto de 2012
en Graphx, S.A. de C.V., Tacuba 40-205, Col. Centro, México, D.F. C.P. 06010
Tel. (55) 5698-6736
Su tiraje consta de 1,000 ejemplares
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PRESENTACIÓN
El cultivo de aguacate es signicativo en México y de una gran importancia en Michoacán. Entre
2000 y 2010 la superficie cultivada de aguacate en el país aumentó de 95 mil a más
de 134 mil ha, y la producción de novecientas mil a un millón cien mil toneladas. La
participación del estado es del 74% de la supercie cultivada y del 84% de la producción
nacional. El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) estima que en 2012 la
producción alcanzará más de un millón trescientas mil toneladas.
Con el 37% de la producción mundial, el Sistema Producto Aguacate contribuye de manera
importante al crecimiento económico del sector agrícola del país. De acuerdo con el SIAP,
en la década 2001-2010 el valor de la producción se triplicó, pasando de 4,216 a 12,459 millones
de pesos y el de las exportaciones aumentó en más de mil por ciento al pasar de 73.7 a
812.2 millones de dólares. Estas estimaciones no incluyen la derrama económica a través de
la generación de empleos y servicios en cada eslabón de la cadena.
Es un hecho que la coincidencia de condiciones agroclimáticas ha ocasionado un acelerado
cambio de uso del suelo forestal a la producción de aguacate, al grado de provocar un
deterioro de los ecosistemas forestales del estado de Michoacán, que se manifiesta
en un proceso de deforestación de 690 ha anuales, aproximadamente. Esto tiene
graves implicaciones, pues el bosque juega un papel fundamental en el balance hídrico de las
cuencas y el suministro de servicios ambientales a la sociedad, como son el abastecimiento de
agua y la conservación del suelo. Por ello, urge tomar decisiones que orienten hacia la ordenación
territorial del cultivo, además de promover el manejo sustentable de los recursos, en benecio
de las generaciones futuras, incluyendo la conservación y restauración de áreas con vocación
forestal, mediante programas ya en operación, como ProÁrbol.
En este libro se da seguimiento a algunos temas tratados en la Publicación Especial Núm. 2 del
CIRPAC-INIFAP, de diciembre de 2009. Se presenta una visión actualizada de la problemática
planteada con base en resultados recientes obtenidos por nuestros investigadores sobre el
impacto ambiental de la expansión de las plantaciones de aguacate en Michoacán. El estudio
apunta a la urgencia de establecer una ordenación territorial de este cultivo y de promover el
uso sustentable de los recursos forestales. Para este n, el desarrollo de políticas públicas,
esquemas de toma de decisiones informadas y la participación de todos los actores del
Sistema Producto Aguacate y de la sociedad en general, serán fundamentales para lograr un
crecimiento económico de la cadena, manteniendo la integridad ambiental.
El INIFAP desarrolla opciones basadas en el conocimiento científico para promover
el desarrollo rural sustentable. Al respecto, el Instituto ha localizado áreas con buen potencial
productivo para el aguacate en estados como Morelos, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Nuevo
León, Tamaulipas y Puebla, cuyo establecimiento ordenado frenaría su expansión en
Michoacán, y al mismo tiempo permitiría aprovechar las oportunidades que ofrece la creciente
demanda de este producto.
Dr. Pedro Brajcich Gallegos
Director General
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CONTENIDO
PAG
RESUMEN...........................................................................................
1. INTRODUCCIÓN..............................................................................
2. ANTECEDENTES.............................................................................
3. DESCRIPCIÓN DEL ÁREA...............................................................
3.1. Contexto geográfico y ecológico..........................................
3.2. Contexto socioeconómico...................................................
3.3. Tendencias en el uso del suelo en Michoacán......................
4. MARCO LEGAL DEL CAMBIO DE USO DEL SUELO EN
TERRENOS FORESTALES....................................................................................
5. INDICADORES DEL IMPACTO AMBIENTAL Y SOCIOECONÓMICO...
5.1. Servicios ambientales........................................................
5.1.1. Conservación de la biodiversidad..........................
5.1.2. Captura de carbono..............................................
5.1.3. Consumo de agua.................................................
5.1.4. Producción y disponibilidad de agua......................
5.1.5. Adaptación al cambio climático..............................
5.2. Tasas de cambio de uso del suelo.......................................
5.3. Cambio de uso del suelo y erosión......................................
5.4. Factores limitantes climáticos y altitudinales........................
5.5. Manejo y producción forestal...............................................................
6. CONCLUSIONES............................................................................
LITERATURA CITADA........................................................................
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RESUMEN
El presente documento evalúa, a través de indicadores de impacto socioeconómico
y ambiental, el efecto del cambio de uso del suelo con vegetación forestal por el
cultivo de aguacate en el estado de Michoacán, cuya supercie se incrementó en un 75%,
entre 1980 y 2012, a costa en buena parte de una deforestación estimada en al
menos 690 ha/año. La complejidad del cultivo del aguacate por la gran extensión que
ocupa, -superior a 112 mil hectáreas- su ciclo de producción, el uso de agroquímicos
y el efecto sobre el entorno ambiental, hacen que este sistema-producto inuya
drásticamente en el cambio de uso del suelo y en el deterioro del medio ambiente en
que prospera.
La producción de aguacate representa una aportación importante a la economía
regional, constituye una de las principales fuentes de divisas para Michoacán, pues
la exportación de más de 250 mil toneladas al año genera una derrama de
más de 800 millones de dólares y alrededor de 50 mil empleos. Su importancia para la
sociedad está bien determinada, pero su modelo de producción es de alto impacto
para la naturaleza.
El cambio de uso del suelo en terrenos forestales para establecer huertos,
disminuye el agua inltrada y aumenta la evapotranspiración, con ello se reducen los
caudales en manantiales, como los que aún son admirados en el Parque Nacional
Barranca del Cupatitzio y el Área de Protección de Flora y Fauna Pico de
Tancítaro; por otra parte, se dejan de absorber más de 0.5 toneladas por ha por año
de carbono, además de amenazar otros benecios ambientales, como la regulación del
clima y la biodiversidad que albergan los bosques.
Se reconoce entonces la necesidad de crear un marco de valoración multifuncional
del bosque a partir de una mayor responsabilidad y organización social y la aplicación de
políticas públicas orientadas a su conservación frente a otros usos, más allá de la
visión silvícola convencional que resalta los valores de uso directo y extractivo. El
reto es formular y aplicar una estrategia que incluya la producción sustentable de
aguacate, con un mayor uso de tecnologías de bajo impacto para el ambiente, para
la conservación y recuperación del bosque, así como el aprovechamiento forestal
sostenible, conducir al desarrollo económico y social de la región. Para alcanzar esto se
requieren apoyos para investigación y transferencia de tecnología, organización
y capacitación de productores y técnicos, así como atender de manera puntual el
marco legal relativo al cambio de uso del suelo. También se requiere de inversiones
que garanticen la conservación de los recursos naturales, con el ordenamiento del
cultivo del aguacate para el aumentar su productividad, frenar su expansión territorial,
en armonía con los ecosistemas forestales.
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1. INTRODUCCIÓN
En este libro se presenta nueva información sobre los impactos del cambio de uso del
suelo en terrenos forestales en la región productora de aguacate del estado de Michoacán,
México, así como una actualización de datos presentados anteriormente (Bravo
et al., 2009). La información se sustenta en indicadores ambientales y económicos ya
que el objetivo es determinar el estado actual del conocimiento de los procesos
e impactos de la expansión del cultivo del aguacate en la deforestación y la degradación
de los recursos forestales.
Este fruto ha detonado el crecimiento económico y la creación de empleos en
Michoacán, logrando una alta competitividad en los mercados internacionales y
el arraigo de los beneciarios en sus comunidades, además de generar nuevas
tecnologías para su transformación en productos con valor agregado como el
guacamole, productos congelados y aceite. No obstante, este progreso presenta un
dilema para la sustentabilidad regional y de la propia industria, debido principalmente
a que los requerimientos climáticos y de suelo para su cultivo coinciden con los
de los ecosistemas forestales de clima templado, causando que en años recientes se
aceleren los procesos de cambio de uso del suelo y deforestación.
De la misma manera,el cultivo del aguacate ha originado cambios profundos en la cultura
agrícola de la región, ya que áreas anteriormente sembradas con maíz por debajo de los
1800 metros fueron ocupadas paulatinamente por huertos de aguacate, de tal modo
que prácticamente desapareció el sistema agrícola maicero, excepto en los municipios con
mayores altitudes. Así mismo ha traído una serie de consecuencias en los pueblos
y comunidades de la región tanto positivas como negativas; entre las primeras, se
encuentran el incremento del ingreso económico en la región, el crecimiento de una
serie de servicios asociados, tales como el establecimiento de empresas distribuidoras de
agroquímicos, servicios de irrigación y de asesoría agronómica, entre otros; adicionalmente,
se han creado fuentes de empleo para los habitantes locales. El efecto en los pueblos y
comunidades de la región ha sido variable, pero en general ha llevado a conictos agrarios
por la intención de muchos productores de aguacate de cambiar el régimen de propiedad
ejidal o comunal de las tierras productivas a un régimen privado.
Entre los impactos ambientales está la disminución de las supercies boscosas con
sus efectos negativos en el sistema hidrológico, el elevado uso de agroquímicos,
la pérdida de la biodiversidad y una mayor presión sobre el bosque por la demanda
creciente de grandes volúmenes de madera para el empaque y transporte del fruto.
En ese sentido, el objetivo del presente trabajo es evaluar el impacto ambiental y
socioeconómico del cambio de uso del suelo de bosques templados a plantaciones de
aguacate en el estado de Michoacán, para sustentar la formulación de un modelo
de producción del sistema-producto más eciente, de menor repercusión ecológica y
orientado por principios sustentables.
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2. ANTECEDENTES
México es líder mundial en el mercado del aguacate ya que, como indica la Secretaría
de Economía (SE, 2012), participa con la tercera parte de la supercie sembrada total, es
el principal exportador con el 40% y el de mayor consumo per-cápita (10 kg/año).
Sus rendimientos por hectárea ocupan el cuarto lugar mundial (10.1 t/ha), por debajo
de República Dominicana (19.3 t/ha), Colombia (16.1 t/ha) y Brasil (12.9 t/ha).
Michoacán destaca por el cultivo de aguacate de la variedad Hass, tanto por
su extensión de más de 112,000 ha, como por su producción anual de un millón
trescientas mil toneladas (SIAP-SAGARPA, 2012); cifras que representan el 36.5%
de la producción mundial y el 74% del total de la superficie plantada nacional,
ubicándolo como el principal productor en el mundo. Tiene el mayor consumo per cápita
anual con cerca de 8 kg por habitante, además de ser el principal exportador con el 25%
del total mundial (SISPRO, 2012). Esto constituye un fuerte incentivo económico y social
para el crecimiento de la supercie plantada en el estado.
Se estima que durante el ciclo 2005 se generó un ingreso bruto de $5,529 millones
y se crearon empleos a razón de 1.5 personas por cada 10 ha, generando 11,707
empleos directos, 70 mil estacionales, y 187 mil indirectos permanentes (CONAPA,
2005). Para 2008 se estimó un rendimiento de 11.28 t/ha, por lo que la producción
anual fue de 1,091,498 t, y que con un precio medio rural de $8,357/t originó
una derrama de $94,267/ha, que en comparación con la producción de madera de 10
a 15 m
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/ha/año en el mejor de los casos, a un precio de $1,200.00 por m
3
rollo, indica
una gran diferencia, ocasionando así una fuerte presión que motiva el cambio de uso
del suelo con bosque para establecer huertas de aguacate.
Desde el punto de vista normativo se han generado numerosas leyes y reglamentos
a nivel federal y estatal; así por ejemplo, para el cambio de uso del suelo
en zonas forestales es necesario contar con un permiso que está regulado por el
artículo 28 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, y
los artículos 16, 17, 24 y 59 de la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable,
constituyendo una infracción administrativa no contar con el mismo. Aunado a esto, el
Código Penal Federal en su artículo 418, establece que es un delito ambiental realizar
de manera ilícita el cambio de uso del suelo en una zona con vocación forestal.
El estado de Michoacán cuenta con un marco jurídico en materia ambiental, cuyo
fundamento lo constituyen la Ley de Desarrollo Forestal Sustentable del Estado de
Michoacán de Ocampo y la Ley Ambiental y de Protección del Patrimonio Natural del
Estado de Michoacán de Ocampo, con sus respectivos reglamentos, tanto en materia
forestal como sobre la creación de áreas naturales protegidas. Desafortunadamente
la aplicación de estas leyes y normas se diculta por la nula o escasa coordinación
entre las instancias de gobierno responsables. Para la aplicación de este marco
legal, se requiere una voluntad política con visión de compromiso de largo plazo,
que aprecie la interdependencia de los centros urbanos y rurales, y que reconozca
la necesidad impostergable de compatibilizar el desarrollo económico con el uso
sustentable de los recursos naturales.
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3. DESCRIPCIÓN DEL ÁREA
Gilberto Chávez-León
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3.1 Contexto geográco y ecológico
La zona productora de aguacate de Michoacán se ubica a lo largo de una franja
ubicada en la estribación sur del Eje Neovolcánico, con una extensión de
más de 112,000 ha (Figura 1). Aunque el área de estudio es diversa, con gradientes
topográcos y climáticos, comparte similitudes ecológicas. El área se encuentra
enclavada en la porción sur del Eje Neovolcánico, con un estrato geológico superior
constituido por roca basáltica, brechas recientes permeables, brechas alteradas de
baja permeabilidad y materiales volcánicos sueltos.
El gradiente altitudinal varía de 1,300 a 3,600 m, dominando las unidades
geomorfológicas de montañas, mesetas, valles y lomeríos; las elevaciones más
prominentes son el Pico de Tancítaro y el Cerro Prieto. Los suelos con mayor
distribución son los andosoles (82%) y acrisoles (5%) que ocupan el 87% de un área
que posee características físicas adecuadas para la agricultura. Estas condiciones
geológicas y edácas con distinto grado de permeabilidad producen una serie de
manantiales que aportan escurrimientos para formar el Río Cupatitzio y otros arroyos.
Los principales tipos de clima son el semicálido subhúmedo (58%) y el templado
subhúmedo (26%). La vegetación natural está compuesta por bosques de clima
templado, principalmente mixtos de pino-encino, así como bosques de oyamel, de
encino y mesólo de montaña.
Figura 1. Franja aguacatera en el estado de Michoacán (Chávez-León et al., 2008).
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Doctor en Ciencias, investigador del Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Conservación y
Mejoramiento de Ecosistemas Forestales (CENID COMEF), INIFAP.
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En la zona ocurre un importante disturbio antropogénico que ha alterado la
estructura y función de sus ecosistemas naturales, siendo los incendios forestales y
el cambio de uso del suelo los principales agentes de trasformación y alteración de
la biodiversidad.
3.2 Contexto socioeconómico
El cultivo del aguacate se reporta en 46 municipios del estado de Michoacán
(Cuadro 1). En esos municipios, el Censo de Población y Vivienda 2010 registró una
población de 2,581,742 habitantes, de los cuales aproximadamente el 10% se ocupa en el
sistema producto aguacate (INEGI, 2012). Los principales centros urbanos son Uruapan,
Peribán, Tancítaro, Los Reyes, Tacámbaro, Ario de Rosales y Zitácuaro, donde se asienta
la mayor parte de la infraestructura de procesamiento y comercio del aguacate.
Cuadro 1. Reporte mensual de siembras, cosechas, producción y rendimiento del
cultivo de aguacate en Michoacán; riego y temporal. Situación al 31 de
julio de 2012, por Distrito de Desarrollo y Municipio.
Distrito Municipio
Supercie (ha) Producción Rendimiento
sembrada cosechada siniestrada
AGUILILLA AGUILILLA 70 20 51 2.55
TOTAL DISTRITO AGUILILLA 70 20 51 2.55
APATZINGÁN APATZINGÁN 449 419 1,813 4.33
PARÁCUARO 18 18 74 4.09
TOTAL DISTRITO APATZINGÁN 467 437 1,887 4.32
MORELIA ACUITZIO 1,429 267
CHARO 5
COPÁNDARO 2
MADERO 761 150
MORELIA 345
QUERÉNDARO 3
TARÍMBARO 20 5 10 2
ZINAPÉCUARO 53
TOTAL DISTRITO MORELIA 2,618 5 417 10 2
Continúa Cuadro 1...
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Continuación Cuadro 1..
Distrito Municipio
Supercie (ha) Producción Rendimiento
sembrada cosechada siniestrada
PÁTZCUARO ARIO 12,360 11,408 69,164 6.063
ERONGARÍCUARO 455 392 2,570 6.555
HUIRAMBA 76 62 245 3.973
PÁTZCUARO 197 177 980 5.13
QUIROGA 65 57 296 5.196
SALVADOR
ESCALANTE 13,811 12,531 76,199 6.081
TACÁMBARO 13,833 13,142 84,052 6.396
TURICATO 2,182 1,944 12,373 6,365
TZINTZUNTZAN 14 14 124 8.823
TOTAL DISTRITO PÁTZCUARO 42,993 39,727 245,932 6,191
SAHUAYO JIQUILPAN 47 47 258 5.5
TOTAL DISTRITO SAHUAYO 47 47 258 5.5
URUAPAN CHARAPAN 90
NUEVO
PARANGARICUTIRO 5,491 4,850 48,500 10
TANCÍTARO 19,254 18,620 186,200 10
TARETAN 735 685 6,850 10
TINGAMBATO 2,200 1,910 19,100 10
URUAPAN 12,459 11,790 117,900 10
ZIRACUARETIRO 2,370 2,165 21,650 10
TOTAL DISTRITO URUAPAN 42,599 40,020 400,200 10
ZAMORA CHILCHOTA 340 107 482 4.5
COTIJA 870 740 1,030 1.392
PERIBÁN 12,779 12,378 2,980 4.027
PURÉPERO 138 54 270 5
LOS REYES 3,320 2,780 16,096 5.79
Continúa Cuadro 1...
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Continuación Cuadro 1...
Distrito Municipio
Supercie (ha) Producción Rendimiento
sembrada cosechada siniestrada
ZAMORA TANGAMANDAPIO 636 611 3,666 6
TANGANCICUARO 1,119 647 3,428 5.3
TINGUINDIN 2,240 2,120 14,196 6.696
TOCUMBO 509 415 2,440 5.88
TOTAL DISTRITO ZAMORA 21,950 19,852 117,335 5.462
ZITACUARO HIDALGO 22 22 154 7
IRIMBO 92 92 662 7.2
JUÁREZ 30 14 144 10.3
JUNGAPEO 24 24 183 7.798
MARAVATIO 6 3 16 5.5
OCAMPO 54 20 165 8.454
SUSUPUATO 175 61 580 9.5
TUXPAN 312 312 2,460 7.883
ZITÁCUARO 1,213 573 5,742 10.02
TOTAL DISTRITO ZITÁCUARO 1,928 1,121 10,106 8.184
TOTAL 112,673 101,229 417 775,801 6.73
Fuente: Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP, 2012), con información de las
Delegaciones de la SAGARPA (www.siap.gob.mx).
3.3 Tendencias en el uso del suelo en Michoacán
Aunque la región ha sido poblada desde hace dos milenios, la explotación a gran
escala de la tierra y los bosques se dio por primera vez durante el siglo
XIX con el establecimiento de grandes haciendas y la construcción del ferrocarril, el
cual, en particular, ejerció una alta presión en los recursos forestales por la demanda
de madera para la fabricación de durmientes. Sin embargo, los conictos sociales
armados de 1910 a 1930 permitieron el descanso y la recuperación de los bosques.
Nuevamente, con la introducción de la carretera panamericana en la década de 1940
y con la erupción del volcán Paricutín en 1943, se afectó una parte importante de
las áreas de cultivo y de bosques. Desde entonces se desencadenaron fuertes
transformaciones en el uso del suelo, entre las cuales gura la disminución del
sistema tradicional de cultivo de maíz de “año y vez”, que consiste en la producción
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de maíz bajo el régimen de humedad residual durante un ciclo y en el siguiente la
tierra permanece en descanso para el pastoreo del ganado (Medina et al., 2008) y la
introducción del aguacate a partir de la década de 1960. En la actualidad, este cultivo
en Michoacán representa el 37% de la producción mundial y el 74% del total de
la superficie nacional plantada (Figura 2), ubicando al estado como el principal
productor en el mundo.
Figura 2. Supercie sembrada con aguacate en México y Michoacán entre 1980 y
2012. Fuente: SIAP, con información de las Delegaciones de la SAGARPA
(www.siap.gob.mx).
Entre 1976 y 2000, más de 200,000 hectáreas de bosque templado y 300,000 de
selva fueron desmontadas en Michoacán, 8,500 y 12,500 ha por año en promedio, lo
que representa tasas de deforestación anuales de 0.47 y 0.65, respectivamente (Mas
et al., 2005). Aunque en un principio las plantaciones de aguacate se establecieron
mediante la reconversión de cultivos anuales o de temporal, como el maíz y la papa,
actualmente está desplazando al bosque de coníferas mediante cambio de uso del
suelo en terrenos forestales (Figuras 3 y 4). Por ejemplo, en una imagen de satélite
del 10 de febrero de 1973, las áreas claras corresponden a sitios dedicados a cultivos
anuales de temporal, maíz, principalmente (Figura 3a). La imagen del 21 de enero
de 2011 muestra que esos sitios fueron ocupados por huertas de aguacate, en color
rojo brillante (Figura 3b). En ambas imágenes de satélite se aprecian desmontes en
la ladera sur del Pico de Tancítaro, donde se ha establecido el cultivo del aguacate.
16
Figura 3. Imágenes satelitales que muestran la cobertura del suelo en la región
Uruapan, Tancítaro Peribán, en 1973 y 2011. a) 10 febrero 1973, Landsat
1 MSS, bandas 7, 5, 4 (RGB); b) 21 enero 2011, Landsat 5 TM, bandas 4,
3, 1 (RGB). Elaboró: G. Chávez-León. Fuente: GLS U.S. Geological Survey
y National Aeronautics and Space Administration (<//earthexplorer.usgs.gov/>)
En la Figura 4, la imagen de satélite de 1990 muestra que el cerro Jujucato se encontraba
casi totalmente cubierto de bosque de coníferas, y de bosque mesólo de montaña en
la ladera oeste, excepto casi en la cima, donde había agricultura de temporal.
17
Figura 4. Deforestación y cambio de uso del suelo en el Cerro Jujucato, municipio de
Tingambato, Michoacán, 1990-2011. Imágenes Landsat, enero-abril, bandas
5, 4, 3 (RGB). Elaboró: G. Chávez-León; fuente: GLS U.S. Geological Survey
y National Aeronautics and Space Administration (<//earthexplorer.usgs.gov/>).
18
En la imagen del año 2000 se nota la regeneración del bosque en la parte sur
de esas áreas agrícolas, posiblemente por su abandono; también resalta la nueva
autopista Uruapan-Pátzcuaro al sur del cerro. En el año 2005 las huertas de aguacate
se extendieron en las zonas de poca pendiente al sur del poblado de Tingambato
y en el valle al sur del cerro (ex Hacienda Jujucato), y ocuparon las zonas de cultivos
anuales al norte y sureste; en esta imagen resaltan las zonas desmontadas en
las laderas este, sur y suroeste el cerro para establecer huertas. En la imagen del
año 2011 se aprecia que las huertas recientemente establecidas han aumentado
su follaje y que nuevas áreas se han abierto al cultivo del aguacate en terrenos
forestales, además de que la zona de cultivo de temporal en la cima del cerro el
bosque continúa en proceso de regeneración.
19
4. MARCO LEGAL DEL CAMBIO DE USO DE SUELO
EN TERRENOS FORESTALES
Gilberto Chávez-León
1
, Juan Bautista Rentería Ánima
2
Durante sus primeras etapas en Michoacán el cultivo del aguacate se estableció principalmente
sobre zonas de agricultura de temporal y de matorral–pastizal, que muy probablemente antes
fueron zonas de cultivo de temporal también, y en menor medida sobre la cubierta forestal.
(Morales y Cuevas, 2011).
Desafortunadamente esa tendencia de reconversión de cultivos de temporal a
aguacate ha cambiado en los últimos 15 años, pues al haber menos áreas de cultivos
tradicionales existentes, en las que es rentable introducir el cultivo de aguacate,
algunas zonas de cubierta forestal de importancia local, han resultado muy afectadas. Es
importante mencionar que en los inicios del establecimiento de este cultivo, no
existían normas ambientales que regularan el cambio de uso del suelo forestal a
agrícola y que frenaran su introducción en zonas de cubierta forestal.
Ante la reciente y acelerada expansión de la frontera agropecuaria en terrenos
forestales, México ha desarrollado una serie de herramientas legales que tienen
como objeto regular su crecimiento y garantizar la conservación y aprovechamiento
sustentable de los recursos forestales. Esas herramientas incluyen Leyes Federales y
Estatales, con sus respectivos reglamentos, así como normas ociales mexicanas
(NOM). A continuación se presenta una breve relación de ellas.
En la actualidad, el efectuar actividades de cambio de uso del suelo en terrenos
forestales (CUSTF) o preferentemente forestales, sin la autorización respectiva,
constituye una infracción a la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable
(LGDFS), que es sancionada administrativamente por la Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). Por su parte, el Código Penal Federal,
establece como delito ambiental realizar de manera ilícita el CUSTF, que implica una
pena de seis meses a nueve años de prisión, y el equivalente de cien a tres mil días
de salario mínimo de multa.
La regulación y reglamentación del CUSTF es una atribución del Gobierno Federal, que
ejerce con fundamento en la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al
Ambiente (LGEEPA) y la LGDFS. La LGEEPA es reglamentaria de las disposiciones
constitucionales en lo relativo a la preservación y restauración del equilibrio ecológico,
1
Doctor en Ciencias, investigador del Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Conservación y
Mejoramiento de Ecosistemas Forestales (CENID COMEF), INIFAP.
2
Doctor en Ciencias, Director de Soporte Forestal de la Dirección General del INIFAP.
20
así como a la protección del ambiente en el territorio nacional. La LGEEPA indica que
la regulación del aprovechamiento sustentable, la protección y la preservación de los
recursos forestales y el suelo, son determinados por la LGDFS.
La LGDFS es reglamentaria del Artículo 27 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, sus disposiciones son de orden e interés público y de
observancia general en todo el territorio nacional. Tiene por objeto regular y fomentar
la conservación, protección, restauración, producción, ordenación, el cultivo, manejo y
aprovechamiento de los ecosistemas forestales del país y sus recursos, así como
distribuir las competencias que en materia forestal correspondan a la Federación, los
Estados, el Distrito Federal y los Municipios, con el n de propiciar el desarrollo forestal
sustentable. Cuando se trata de recursos forestales cuya propiedad corresponda a
los pueblos y comunidades indígenas se observa lo dispuesto por el Artículo
2 constitucional.
La LGDFS establece que se podrán otorgar autorizaciones de cambio de uso
del suelo en bosques y selvas solamente por excepción. Hacerlo sin contar con la
autorización respectiva es una infracción a esta ley y constituye un delito ambiental
penado por el Código Penal Federal.
Así mismo, se requiere de una evaluación y autorización previa de impacto ambiental
para llevar a cabo actividades de CUSTF, como lo establece el Artículo 28 de la
LGEEPA. El Reglamento de la LGEEPA en Materia de Evaluación del Impacto
Ambiental, dene a esta actividad en su Artículo 3º como:
“…I. Cambio de uso de suelo: Modicación de la vocación natural o
predominante de los terrenos, llevada a cabo por el hombre a través de
la remoción total o parcial de la vegetación…”
En su Artículo 5º este Reglamento indica que: “Quienes pretendan llevar a cabo
alguna de las siguientes obras o actividades, requerirán previamente la autorización de la
Secretaría [de Medio Ambiente y Recursos Naturales – SEMARNAT] en materia de
impacto ambiental:
…O) CAMBIOS DE USO DEL SUELO DE ÁREAS FORESTALES, ASÍ
COMO EN SELVAS Y ZONAS ÁRIDAS:
I. Cambio de uso del suelo para actividades agropecuarias…
II. Cambio de uso del suelo de áreas forestales a cualquier otro uso…
III. Los demás cambios de uso del suelo, en terrenos o áreas con uso
21
de suelo forestal, con excepción de la modicación de suelos agrícolas
o pecuarios en forestales, agroforestales o silvopastoriles, mediante la
utilización de especies nativas…”
El Artículo 7 de la LGDFS establece las siguientes deniciones:
“…V. Cambio de uso del suelo en terreno forestal: La remoción total
o parcial de la vegetación de los terrenos forestales para destinarlos a
actividades no forestales;
XL. Terreno forestal: El que está cubierto por vegetación forestal;
XLI. Terreno preferentemente forestal: Aquel que habiendo estado,
en la actualidad no se encuentra cubierto por vegetación forestal, pero
por sus condiciones de clima, suelo y topografía resulte más apto para
el uso forestal que para otros usos alternativos, excluyendo aquéllos ya
urbanizados…”
La LGDFS determina en sus Artículos 12, 16, 24 y 58 las atribuciones de la
SEMARNAT para regular y otorgar autorizaciones en materia de CUSTF, por excepción.
El Artículo 33 establece como un criterio obligatorio de política forestal de carácter
ambiental y silvícola la estabilización del uso del suelo forestal a través de acciones que
impidan el cambio en su utilización, promoviendo las áreas forestales permanentes.
El Artículo 117 detalla las condiciones y medidas que se tomarán para poder autorizar
el CUSTF por excepción, tomando en cuenta la opinión técnica de los miembros del
Consejo Estatal Forestal y con base en los estudios técnicos justificativos que
demuestren que no se compromete la biodiversidad, ni se provocará la erosión de los
suelos, el deterioro de la calidad del agua o la disminución en su captación;
y que los usos alternativos del suelo que se propongan sean más productivos a
largo plazo. No se podrá otorgar autorización de cambio de uso de suelo en un
terreno incendiado sin que hayan pasado 20 años, a menos que se acredite que el
ecosistema se ha regenerado totalmente.
El Reglamento de la LGDFS, en sus Artículos 120 al 127, establece los
procedimientos administrativos para que el interesado solicite autorización y presente
los estudios técnicos justicativos para llevar a cabo actividades de CUSTF. Indican
también la forma por la que la SEMARNAT resolverá dichas solicitudes, otorgue la
autorización y el interesado haga el pago respectivo por compensación ambiental,
la que incluye actividades de restauración o reforestación y su mantenimiento, que
propiciarán la restitución paulatina de los procesos ecológicos de los
ecosistemas forestales.
22
Sólo una norma ocial mexicana, de aplicación obligatoria, se reere especícamente
a este fenómeno, la NOM-062-SEMARNAT-1994, que establece las especicaciones
para mitigar los efectos adversos sobre la biodiversidad que se ocasionen por el
cambio de uso del suelo de terrenos forestales a agropecuarios.
Entre las especicaciones relevantes, determina que se deben mantener franjas
de vegetación natural perpendiculares a la dirección de los vientos para que actúen
como cortinas rompevientos para mitigar el efecto de los procesos erosivos.
También indica que se deberá conservar como mínimo un 20% de la supercie
total cubierta por la vegetación original presente, distribuida en franjas y parches.
En caso de encontrarse especies de flora o fauna silvestre listadas en la
NOM-059-SEMARNAT-2011 en alguna categoría de riesgo, se considerarán otros
usos alternativos de aprovechamiento sustentable del suelo u otros recursos, que
no impliquen la desaparición de estas especies y sus requerimientos de hábitat.
Por último, señala que los bosques mesólos de montaña originales o maduros
que presentan un tiempo de regeneración igual o mayor a 20 años y un 30% como
mínimo del estrato arbóreo dominante, con un diámetro igual o mayor a 15 cm, serán
excluidos de cualquier tipo de cambio de uso del suelo. Este tipo de vegetación era
común en laderas protegidas y barrancas de la zona productora de aguacate
en Michoacán.
Desde mediados de la década de 1990, la SEMARNAT no ha autorizado solicitudes
de cambio de uso de terrenos forestales a uso agrícola o pecuario en Michoacán
(SEMARNAT 2011, SNIARN 2011). Por lo tanto, los que se han efectuado desde
entonces han sido de manera irregular. Este problema se ha acelerado recientemente,
ante la incapacidad de autoridades regulatorias con insucientes recursos humanos
para su prevención, vigilancia y sanción.
De conformidad con lo dispuesto en la LGEEPA y a n de ejercer las atribuciones que
en materia ambiental les corresponden, el estado de Michoacán y sus municipios
cuentan con disposiciones jurídicas que inciden de manera directa en materia
de cambio de uso del suelo. Las leyes estatales y sus reglamentos que aplican son:
Ley de Desarrollo Forestal Sustentable del Estado de Michoacán
de Ocampo y su reglamento
Ley Ambiental y de Protección del Patrimonio Natural del Estado de
Michoacán de Ocampo y su reglamento
Ley para la Conservación y Restauración de Tierras del Estado de Michoacán
de Ocampo
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23
Ley de Desarrollo Rural Integral Sustentable del Estado de Michoacán de
Ocampo y su reglamento.
Lo más relevante de estas normas jurídicas estatales, es que el Ejecutivo del
Estado a través de la Comisión Forestal del Estado de Michoacán (COFOM) y de
la Secretaría de Urbanismo y Medio Ambiente (SUMA) podrá suscribir convenios
o acuerdos de coordinación con la Federación, con el objeto de que en el ámbito
territorial de su competencia asuma, entre otras, las funciones de evaluar el impacto ambiental
y autorizar el cambio de uso de suelo de los terrenos forestales. También indican
que la Comisión, por conducto de su titular, en los términos de los mecanismos de
coordinación establecidos con la Federación a través de la SEMARNAT, podrá otorgar
autorizaciones de cambio de uso de suelo en terrenos forestales por excepción. Las
autoridades municipales también cuentan con atribuciones para autorizar el cambio
de uso del suelo en sus demarcaciones, en congruencia con sus ordenamientos
territoriales y en coordinación con las autoridades estatales y federales. No obstante,
al parecer no se ejerce apropiadamente esta atribución.
Para evitar la expansión ilegal del cultivo del aguacate sobre supercies con
vocación forestal, es necesario que se aplique la normatividad al respecto. Aunque
estos son los ordenamientos legales con que cuenta el Estado Mexicano para cumplir
con sus obligaciones en materia ambiental, y de conservación y aprovechamiento
sustentable de los recursos forestales, existen incentivos económicos que fomentan
las actividades agropecuarias, como son los subsidios, la apertura de nuevos mercados
para el aguacate y el incremento de su precio, por lo que terminan por extenderse
sin control sobre la frontera forestal. Es necesario que el Gobierno haga respetar el
estado de derecho para imponer el orden legal, y que obtenga los resultados que se
propone con leyes, políticas, inversiones, reglas e incentivos scales. También es
necesario brindar alternativas productivas en áreas con potencial para el cultivo del
aguacate que propicien su establecimiento en otros estados.
•
24
25
5. INDICADORES DEL IMPACTO AMBIENTAL
Y SOCIOECONÓMICO
Juan Bautista Rentería Ánima
1
, Gilberto Chávez-León
2
El desafío de evaluar la condición o salud general de un ecosistema es enorme.
Los indicadores disponibles aún están inconclusos y cada uno proporciona
apenas una descripción parcial del panorama completo. Entre los indicadores
disponibles guran las presiones de los ecosistemas, incluyendo factores como el
crecimiento demográco, el aumento en el consumo de recursos, la contaminación
y el aprovechamiento excesivo; su extensión, ubicación, tamaño, distribución y la
producción total de los diversos bienes económicos que genera. Cada uno de
estos indicadores es importante, pero en su conjunto, estos apenas proporcionan una
visión limitada de sus condiciones y su manejo. La información sobre la producción
de los distintos ecosistemas no da una idea completa de cómo está funcionando porque,
generalmente, no se compila ese tipo de datos para servicios básicos intangibles
como la purificación del agua o la protección ante las acciones de tormentas, pese
a que en ocasiones estos servicios son precisamente los más valiosos del ecosistema.
Los indicadores ambientales pueden ser considerados un aporte del mundo moderno
a la demanda creciente por disponer de información conable, continua y comparable
respecto al estado de la relación entre la sociedad y su entorno natural. Sin embargo,
su formulación solo ha contribuido a aportar datos respecto a determinados aspectos de
variables que integran alguna de las tres dimensiones reconocidas como integrantes
del desarrollo sostenible: ambiental, social y económica, pero aún están alejados de
lograr el objetivo genérico para el cual han sido formulados. Son muchas las disciplinas
que abogan por la formulación de nuevas metodologías de trabajo, verdaderamente
multidisciplinarias. Solo mediante un diálogo multidisciplinario, se podrán reconocer
aquellas relaciones funcionales signicativas que permitan diseñar indicadores que
sean integrados, con aproximaciones sistemáticas, con una perspectiva holística
que permita evaluar los esfuerzos desplegados en el camino hacia la sostenibilidad.
Tal es el caso del esquema Presión–Estado–Respuesta (PER). El esquema PER se
basa en el conjunto de relaciones siguientes: las actividades humanas ejercen presión
(P) sobre el ambiente, modicando con ello la cantidad y calidad, es decir, el estado de
los recursos naturales; la sociedad responde (R) a tales transformaciones con políticas
generales y sectoriales, tanto ambientales como socioeconómicas, las cuales afectan
y se retroalimentan de las presiones de las actividades humanas.
1
Doctor en Ciencias, Director de Soporte Forestal de la Dirección General del INIFAP.
2
Doctor en Ciencias, investigador del Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Conservación y
Mejoramiento de Ecosistemas Forestales (CENID COMEF), INIFAP.
26
Un indicador puede denirse, de manera general, como un parámetro o valor,
que señala o provee información o describe el estado de un fenómeno dado
del ambiente o de un área especíca, con un signicado que trasciende el valor
especíco del parámetro. Todas las organizaciones involucradas parecen coincidir en que
los indicadores son herramientas útiles para el diseño de políticas y para
evaluar las medidas ya implementadas; así como que su importancia va mas allá de
los resultados directos obtenidos de las observaciones, advirtiendo que deben ser
claros, simples sustentados cientícamente, vericables y reproducibles (OCDE, 1998).
La Comisión de Desarrollo Sustentable (CDS) de las Naciones Unidas aprobó
en 1995 el trabajo sobre indicadores de desarrollo sustentable 1995-2000, a
instrumentarse en diferentes etapas; fueron diseñados y agrupados de acuerdo con
criterios temáticos que cubren lo expuesto en cada uno de los 40 capítulos de la Agenda
21, clasicados en cuatro categorías, social, económica, ambiental e institucional. Al
estructurar el análisis de la sustentabilidad en tales categorías o subsistemas se
busca identicar no solo los posibles ámbitos de causa-efecto para un fenómeno dado,
sino también los factores o aristas esenciales que pueden orientar las líneas de
acción a seguir en torno a dichos fenómenos.
A continuación se presentan algunos indicadores de impacto ambiental, social y
económico, que tratan de valorar las consecuencias de los cambios de uso del suelo en la
región productora de aguacate en Michoacán. En un principio se estableció que los
indicadores cumplieran con criterios que permitan su medición y comparación
entre los sistemas de producción forestal y aguacatera, considerando su relevancia,
sensibilidad y mérito cientíco, que originen conclusiones sólidas. No obstante, los datos
de cada cambio son insucientes, y algunas veces no son de la precisión deseada debido
a la carencia de estudios especícos sobre estos temas. Los indicadores que se
describen corresponden a ambos sistemas de producción, en los temas siguientes:
servicios ambientales, que incluyen la conservación de la diversidad biológica, captura
de carbono y la adaptación al cambio climático, consumo de agua y producción de
agua; factores limitantes de tipo climático o altitudinal para el cultivo de aguacate y
las especies forestales; cambio de uso del suelo y erosión, y producción y manejo
forestal. Se enfatiza su importancia en la generación de empleos, costos y valor de
la producción, con información actualizada al 2012.
27
5.1. Servicios ambientales
Gilberto Chávez-León
1
Los servicios ambientales se denen como “los benecios indirectos que la sociedad
obtiene gratuitamente de los ecosistemas” y se caracterizan porque su valor es intangible
(aquello que se sabe que existe, pero cuya cuanticación y valoración resultan complicadas);
ejemplos típicos son la regulación del ciclo hidrológico, la regulación del clima y la
conservación de la biodiversidad (Wunder et al., 2007). Este concepto surge de
la necesidad de enfatizar la estrecha relación que existe entre los ecosistemas y el
bienestar de las poblaciones humanas (Balvanera y Cotler, 2007).
Los términos servicios ecosistémicos (SE) y servicios ambientales (SA) se usan
indistintamente, aunque dieren en su contexto. Cuando se usa el primero es para
enfatizar el hecho de que es el conjunto de organismos, condiciones abióticas y
sus interacciones, lo que permite que los seres humanos se vean beneciados. En
cambio el término SA otorga más peso al concepto de “ambiente” o “medio ambiente”,
en el cual no se explicitan las interacciones necesarias para proveer dichos servicios
(Balvanera y Cotler, 2007). Otra diferencia es que servicios ecosistémicos se usa
principalmente en el medio académico por inuencia del idioma inglés, ecosystem
services, mientras que servicios ambientales es de uso común en español. También se
usa el término bienes y servicios ambientales, pero mientras los bienes ambientales son
producto de las funciones ecológicas, los SA son atributos de estas (Constanza et al., 1997).
Esta confusión de términos surge de un enfoque muy difundido que considera que los
servicios se dividen en cuatro categorías (Millennium Ecosystem Assessment, 2005):
1. Servicios de aprovisionamiento, que son los productos naturales que el ser
humano usa como alimento, vestido, combustible, medicina, herramientas, etc.
2. Servicios culturales, son los que proporcionan oportunidades de recreación y
educación, incluyendo la conservación del paisaje.
3. Servicios de regulación, incluyen la regulación del clima, inundaciones,
enfermedades, la puricación del agua, el control de plagas y enfermedades y
la remoción de animales muertos.
4. Servicios de soporte, son los servicios necesarios para producir todos los
otros servicios, como la producción primaria, la producción de oxígeno, la
1
Doctor en Ciencias, investigador del Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Conservación y
Mejoramiento de Ecosistemas Forestales (CENID COMEF), INIFAP.
28
formación y retención de suelos, la polinización, la dispersión de semillas, la
provisión del hábitat y los ciclos de nutrientes.
Sin embargo, este enfoque también ha generado un debate sobre la cuanticación
del valor económico de los SA, ya que no evita el doble conteo de un proceso y sus
productos nales o bienes, como en el caso de los servicios de aprovechamiento,
como la madera (Wenny et al., 2011). Por lo tanto, es preferible no considerar
a los servicios de aprovisionamiento, que proveen bienes ambientales, como parte
de los SA, ya que a diferencia de estos, es necesario extraerlos, transformarlos
e integrarlos a un proceso de comercialización para obtener un benecio. En
consecuencia, para los nes de esta discusión se considera que entre los servicios
ambientales que los bosques proveen de manera gratuita a la sociedad humana se
encuentran los siguientes:
Protección de la biodiversidad
Captación y ltración de agua
Retención de suelo
Mitigación de los efectos del cambio climático
Generación de oxígeno y asimilación de diversos contaminantes
Refugio de fauna silvestre
Belleza escénica
Un enfoque adicional considera que no sólo los ecosistemas naturales son proveedores
de servicios ambientales, sino que los también los agrosistemas son capaces de
hacerlos. Entre los servicios ambientales que estos sistemas proveen se encuentran:
Protección contra la erosión del suelo
Arborización, por medio de la fruticultura
Retención de la humedad del suelo
Ante la magnitud de la transformación y la pérdida de los ecosistemas naturales,
entre ellos los forestales, y del deterioro ambiental que traen consigo, se
han creado diversos instrumentos que buscan protegerlos y detener su pérdida,
salvaguardando con ello su biodiversidad y los servicios ambientales que prestan. En
México destacan las Áreas Naturales Protegidas (ANP), los humedales de la
Convención Ramsar y los Programas de Pago por Servicios Ambientales (PSA), los cuales
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29
protegen en conjunto, alrededor de 24.4 millones de hectáreas, con cerca del 12.5%
de la supercie nacional. La mayor parte de la supercie protegida la ocupan las ANP,
alrededor del 79%, seguida por los humedales de la Convención Ramsar, 14%, y las áreas de
los PSA, 7% (SEMARNAT, 2009a).
Su creciente escasez vuelve a los SA sujetos potenciales de comercialización.
La idea central del pago por servicios ambientales (PSA) es que los beneciarios
externos de los SA paguen de manera directa, contractual y condicionada a
los propietarios y usuarios locales por adoptar prácticas que aseguren la conservación
y restauración de ecosistemas (Wunder, 2006). Por ejemplo, los agricultores y los
habitantes de las ciudades en las partes bajas de las cuencas hidrológicas se
ven beneficiados por la conservación de los bosques en la parte alta de la cuenca,
cuyos poseedores no son compensados por los primeros. Es necesario garantizar su
protección y suministro en la planeación del uso del suelo, ya que son fundamentales para
el bienestar de la humanidad. El reconocer que muchas funciones ecológicas
son servicios escasos y valiosos para el bienestar de la humanidad ha promovido
esfuerzos para valorar de manera tangible los SA mediante PSA (Wunder, 2006;
Wunder et al, 2007). Además, se considera que el PSA es una herramienta que
puede ayudar a reducir la pobreza en Latino América (Pagiola et al., 2005).
Si el uso de la tierra deseado es ya más rentable que uno no deseado, generalmente
no tiene sentido aplicar un PSA. El PSA logra su mejor desempeño en el rango
intermedio de costos de oportunidad, positivos pero numéricamente pequeños:
pastizales degradados, cultivos marginales, bosques en zonas de frontera agrícola
(Wunder, 2006). Al igual que otros incentivos económicos, se espera que el PSA logre
su mejor desempeño en el margen de ganancia, cuando un pago o compensación
a los propietarios incline la balanza a favor de un uso deseado de la tierra. En los
escenarios con amenazas proyectadas, el PSA podría funcionar como una forma de
seguro ambiental (Wunder et al., 2007).
El Gobierno Federal mexicano estableció desde hace pocos años el PSA. La
Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) administra varios programas en
este sentido, siendo ProÁrbol el que cuenta con mayores recursos y difusión. Este
programa ofrece un pago o compensación, tanto de manera directa como a
través de fondos concurrentes, a aquellos dueños y poseedores de terrenos forestales
que realizan actividades de manejo sustentable o protección, las cuales permiten
mantener y mejorar la provisión de servicios ambientales (Cuadro 1).
30
Cuadro 1. Beneciarios y supercie en Michoacán con recursos asignados para su
incorporación al pago por servicios ambientales del bosque en el programa
ProÁrbol 2007-2010 (CONAFOR, 2012).
BENEFICIARIOS Y SUPERFICIE POR TIPO DE
SERVICIO AMBIENTAL
TOTAL
SERVICIOS
HIDROLÓGICOS
CAPTURA DE CARBONO,
CONSERVACIÓN DE
LA BIODIVERSIDAD
Y SISTEMAS
AGROFORESTALES
Año
Número de
beneciarios
Supercie
(ha)
Número de
beneciarios
Supercie
(ha)
Número de
benefIciarios
Supercie
(ha)
2007 23 6,493.69 1 1,241.00 24 7,734.69
2008 52 17,002.05 3 2,074.78 55 19,076.83
2009 14 6,550.76 4 4,329.87 18 10,880.63
2010 15 12,598.68 7 3,692.88 22 16,291.56
TOTAL 104 42,645.18 15 11,338.53 119 53,983.71
En los capítulos que integran esta sección se presenta información sobre
biodiversidad, captura de carbono, producción y consumo de agua, y adaptación al
cambio climático en la región aguacatera de Michoacán, temas relacionados con los
servicios ambientales, que son tratados por investigadores del INIFAP.
31
5.1.1. Conservación de la biodiversidad
Gilberto Chávez-León
1
Importancia
Un importante servicio ambiental que brindan los bosques es la conservación de
la diversidad biológica o biodiversidad, que se dene como la riqueza total en
composición y número de manifestaciones de las formas de vida en la
naturaleza; incluye toda la variación y abundancia de genes, organismos,
poblaciones, especies, comunidades, ecosistemas y los procesos ecológicos de
los que son parte (Sánchez, 2011). Entre los cuatro tipos de servicios ambientales
que se comercializan en la actualidad en diversos países, captura de carbono,
servicios hidrológicos, belleza escénica y conservación de la biodiversidad, ésta
última ha sido la más lenta y la de menor expansión (Wunder et al., 2007). Las causas
principales del impacto negativo sobre la biodiversidad son la destrucción del hábitat,
la sobreexplotación de las especies, la introducción de especies exóticas, el impacto
de los agroquímicos, incendios forestales y otros.
En México, especícamente en la zona aguacatera de Michoacán, el principal
factor que amenaza a los bosques es el cambio de uso del suelo, impulsado
por la expansión de la frontera frutícola. De esta manera, ecosistemas ricos en
biodiversidad son sustituidos por un monocultivo. Dos aspectos son fundamentales
para determinar el estado de conservación de la biodiversidad: la cobertura y
extensión de la vegetación natural, y la supercie ocupada por los diferentes usos del
suelo. También es importante conocer la situación de las especies endémicas
y en riesgo, y las acciones y herramientas legales para su conservación, como
el establecimiento de Áreas Naturales Protegidas (ANP), el desarrollo de la
recreación como alternativa de uso no extractivo, y las prácticas de aprovechamiento
sustentable de los recursos forestales.
Información relevante
El principal factor de presión sobre la diversidad biológica, especícamente
sobre la ora y la fauna silvestre, es la degradación o destrucción de su
hábitat por deforestación causada por la expansión de la frontera frutícola
del cultivo del aguacate. Esto tiene como consecuencia la disminución en
la extensión de los ecosistemas forestales mediante su fragmentación,
aunado a la erosión del suelo y la pérdida de elementos estructurales
y funcionales del hábitat, con la consecuente pérdida de diversidad
1
Doctor en Ciencias, investigador del Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Conservación y
Mejoramiento de Ecosistemas Forestales (CENID COMEF), INIFAP.
32
biológica. Los ricos y diversos ecosistemas forestales del Eje Neovolcánico terminan
por ser sustituidos por un monocultivo con muy baja diversidad biológica, tanto
genética como de especies y comunidades.
En Michoacán existen más de una docena de tipos de comunidades vegetales
(Carranza, 2005), que ocupan el 26.4% de la supercie estatal (Palacio-Prieto et al., 2000).
Aproximadamente el 40% de la supercie de esos bosques se encuentra en la Meseta
Purépecha, distribuida de manera discontinua formando manchones, entre los 1,500
y los 3,800 msnm (INEGI, 1997). En la zona de transición entre la Depresión del
Balsas y el Cinturón Volcánico Transmexicano se encuentran las condiciones ideales
para el cultivo del aguacate, mismas donde prosperan cuatro tipos de bosque: bosque
de pino, bosque de oyamel, bosque de encino y bosque mesólo de montaña. Estos
bosques crecen en áreas con climas de tipo templado, templado húmedo, templado
subhúmedo, templado frío, templado semifrío, templado semicálido, semicálido y
cálido subhúmedo, donde la precipitación media anual varía de 650 a más de 1,500 mm,
en altitudes de hasta 3,850 msnm (Carranza, 2005).
Después de Oaxaca, Chiapas, Veracruz y Guerrero, el estado de Michoacán es
el que cuenta con mayor diversidad de especies de animales y plantas. Se han
registrado 547 especies de aves, 160 de mamíferos, 42 de anbios, 138 de reptiles, 241
arácnidos, 1,153 insectos, 30 de encinos, 16 de pináceas, 208 de helechos,
5,000 de otras plantas vasculares y 652 de hongos (Villaseñor, 2005; Luna et al., 2007).
Una de las herramientas usadas para proteger la biodiversidad es el establecimiento
de áreas naturales protegidas (ANP). En la región productora de aguacate se
encuentran dos ANP de responsabilidad federal (CONANP, 2012): el “Parque Nacional
Barranca del Cupatitzio” (458.2 ha) y el “Área de Protección de Flora y Fauna Pico
de Tancítaro” (23,406 ha); cuatro ANP estatales (SUMA, 2012), de las que tres son
Parques Urbanos Ecológicos: “Uruapan” (52.1 ha), “Capacuaro” (7.6 ha) y “Lic. Salvador
Bernal Murguía” (17 ha), y una es Zona de Protección Ambiental, “El Zapién” (240.7 ha).
También se puede considerar entre las áreas protegidas, pero bajo manejo silvícola, a los
bosques de la Comunidad Indígena de Nuevo San Juan Parangaricutiro (10,508 ha), ya que
constituyen un área forestal permanente (Comunidad Indígena, 2011). Estas áreas
protegidas mantienen una mayor biodiversidad que la que se encuentra fuera de
ellas, por lo que son consideradas como unos verdaderos bancos donde se resguarda
el capital natural de la zona aguacatera.
La recreación, ya sea turismo alternativo o ecoturismo, en zonas boscosas y áreas
naturales protegidas es considerada como un instrumento para la conservación y el
manejo sustentable de las propias zonas forestales. El punto crítico para el desarrollo
sustentable de esta actividad no es tanto la inversión en instalación turística,
de ecotecnología o de tecnología tradicional, sino su integración en un esquema de
33
servicios y prestaciones regionales, como parte de un sistema de uso de recursos
naturales conable y el pago por servicios ambientales. En última instancia, no habrá
un desarrollo turístico sustentable basado en la naturaleza si no es complementado
por un desarrollo regional, orientado hacia los recursos naturales (Janka, 1996).
La recreación puede ser parte de estas acciones encaminadas a la diversicación
de las actividades productivas de las comunidades para disminuir la presión sobre
el bosque y continuar generando empleos de manera local. No sólo las áreas
naturales protegidas deben ser consideradas para realizar estas actividades, sino
principalmente en las comunidades poseedoras de recursos forestales para contener
y mitigar el crecimiento desordenado de la frontera frutícola. En los bosques de la
zona aguacatera de Michoacán existen dos ejemplos exitosos de aprovechamiento
no extractivo forestal mediante el fomento de la recreación.
El primer ejemplo es el “Parque Nacional Barranca del Cupatitzio”, que es el
principal centro para turismo de naturaleza en la región de Uruapan. Por varios años
recibió 700,000 visitantes en promedio por año (CONANP, 2006).
El segundo ejemplo es la Comunidad Indígena de Nuevo San Juan Parangaricutiro.
Aunque su principal actividad es el aprovechamiento forestal sustentable de sus
bosques, su proyecto de ecoturismo contempla actividades de educación ambiental
(turismo infantil, etnoturismo, caminata y observación de aves); intercambio de
experiencias (agroturismo, cientíco) y de ecoturismo y turismo general (caminata,
campismo y observación de la naturaleza), que se realizan en su Centro Ecoturístico
Pantzingo (Comunidad Indígena, 2011).
CONCLUSIONES
El conocimiento de la biodiversidad de la zona aguacatera de Michoacán, se
ha centrado en los ecosistemas naturales. Los datos se encuentran de manera
fragmentada y aislada, y no se conocen las características de la diversidad biológica de
las huertas de aguacate.
Uno de los objetivos del desarrollo de indicadores ambientales es determinar el
estado de conservación de los ecosistemas forestales y el impacto del desarrollo de
la producción de aguacate en ellos. Para lograr esto es necesario generar indicadores
de integridad biológica, que se reeren a la composición, estructura y función biótica
en los niveles genético, de organismo, población y ecosistema consistentes con las
condiciones naturales, incluyendo los procesos biológicos naturales que modelan
a los genomas, organismos y comunidades. El siguiente nivel de complejidad
corresponde al indicador de integridad ecológica, que Incluye la diversidad biológica,
la integridad biológica, la integridad ecológica y la salud ambiental. Esta última
se define como la composición estructura y función del suelo, agua, aire y
34
otras características abióticas consistentes con las condiciones naturales,
incluyendo los procesos naturales abióticos que modelan el ambiente.
La información disponible permite armar que la rica biodiversidad de los
ecosistemas forestales en la región aguacatera de Michoacán se está perdiendo al
ser sustituida por un monocultivo con muy baja diversidad genética. La esperanza
permanece en la efectiva protección y conservación de las áreas naturales protegidas
como fuentes del capital natural necesario para la restauración de los bosques y en
el uso alternativo de las zonas forestales remanentes para beneficio de sus
poseedores, principalmente comunidades y ejidos, mediante el pago por
servicios ambientales, tanto para la conservación de la biodiversidad como para
el suministro de servicios hidrológicos.
35
5.1.2. Captura de carbono
José de la Luz Sánchez Pérez
1
Importancia
El clima de la Tierra está condicionado por la presencia de gases de efecto
invernadero (GEI) en la atmósfera, que absorben parcialmente la emisión de
radiación infrarroja que emite la superficie, reemitiendo radiación del mismo
tipo (infrarroja), tanto al espacio exterior como hacia la superficie. Estos
gases, entre los cuales están el dióxido de carbono (CO
2
), el vapor de agua
y el ozono (O
3
), regulan la temperatura del planeta, contribuyendo que a nivel del
mar ésta sea considerablemente mayor que la que se observaría si la atmósfera no
tuviera estos componentes. El efecto invernadero ha estado siempre presente desde
el momento que se formó la atmósfera, y ha sido determinante para el desarrollo de la
vida sobre la Tierra. Lo que está en juego por acción del hombre es su intensicación
y el impacto negativo que esto puede representar (WMO-UNEP, 2001).
La principal fuente de emisión de dióxido de carbono (CO
2
) a la atmósfera es la
quema de combustibles fósiles y biomasa, tales como gas natural, petróleo,
combustibles y leña, en procesos industriales, transporte y actividades
domiciliarias, cocina y calefacción, principalmente. Los incendios forestales y de
pastizales constituyen también una fuente importante de CO
2
atmosférico. La
concentración del CO
2
atmosférico subió desde 280 ppm en el periodo 1,000- 1750,
a 368 ppm en el año 2000, lo que representa un incremento de 31%. Se estima que
la concentración actual es mayor que la ocurrida durante cualquier periodo
en los últimos 420.000 años, y es muy probable que también sea el máximo de los
últimos 20 millones de años (IGBP, 2000 WMO-UNEP, 2001).
Cabe hacer notar que el carbono en la atmósfera en la forma de CO
2
constituye
una porción muy pequeña del total de este elemento en el sistema climático. La
Figura 1 muestra los principales reservorios de carbono en el sistema y los ujos
anuales que entre ellos ocurren. El carbono contenido en la atmósfera se estima
en 730 PgC (1 PgC = 1 Peta-gramo de carbono = 1,000 millones de toneladas),
mientras que el CO
2
disuelto en los océanos es del orden de 38,000 PgC. Por otra
parte, en el sistema terrestre se estima que existen unos 500 PgC en las plantas, y
que son jados en la forma de carbohidratos en el proceso de fotosíntesis y otros
1,500 PgC en materia orgánica en diferente estado de descomposición.
Eventualmente todo el carbono transferido desde la atmósfera a la biosfera es
devuelto a ella en la forma de CO
2
que se libera en procesos de descomposición de
1
Doctor en Ciencias, ex investigador del Campo Experimental Uruapan, CIRPAC, INIFAP.
36
la materia vegetal muerta o en la combustión asociada a incendios de origen natural
o antropogénico. A nivel anual, unos 90 PgC se intercambian en ambos sentidos entre la
atmósfera y los océanos y unos 120 PgC entre la atmósfera y el sistema terrestre.
Cabe hacer notar que estos intercambios representan una fracción considerable del
total acumulado en la atmósfera, por lo cual es importante conocer cómo la actividad
humana puede modicarlos (WMO-UNEP, 2001).
Figura 1. Balance parcial del Carbono en PgC. (Pachauri y Reisinger, 2008)
Se estima que entre 1990 y 1999 el hombre emitió a la atmósfera un promedio
de 6.3 PgC de carbono por año. Por otra parte, en el mismo periodo la tasa anual de
traspaso de carbono atmosférico hacia la biosfera se estimó en 1.4 PgC/año, y hacia
el océano en unos 1.9 PgC/año. De esta forma el hombre contribuyó a aumentar
la concentración del carbono en el reservorio atmosférico a una tasa de 3.0 PgC/año
durante este periodo (WMO-UNEP, 2001).
A partir del Protocolo de Kyoto en 1997 (ONU, 1998), los países rmantes, entre
los que se encuentra México, acordaron llevar a cabo medidas de mitigación
para la captura y secuestro de CO
2
. Resaltan entre otras, las acciones para frenar
la deforestación de los bosques naturales, reforestación de los bosques naturales,
el establecimiento de plantaciones forestales en áreas que fueron bosques, y el
replanteamiento de las tecnologías de producción agrícola, con el objeto de reducir las
emisiones de gases GEI.
37
Información relevante
Se considera que los bosques son la opción natural para la captura de carbono, siempre
y cuando se mantenga su integridad y sustentabilidad, evitando las perturbaciones
que el hombre ejerce sobre ellos, y previniendo las perturbaciones naturales como
los incendios forestales. En el Cuadro 1 se aprecia la diferencia en la capacidad
de capturar carbono, que existe entre diferentes especies forestales y de algunos
huertos de frutales.
Es conveniente recordar que los valores de captura de CO
2
dependerán de la
época del año, del sitio donde se encuentra, edad, tamaño, y desde luego la especie.
Debe recordarse también que los frutales son cosechados anualmente, y la mayoría son
podados en el mismo período, por lo cual parte del carbono capturado nalmente se
devuelve a la atmósfera.
Cuadro 1. Comparación de CO
2
equivalente en frutales perennes y bosques, en t/ha/año
(Madrigal, 1995; Kerckhoffs y Reid, 2007).
Frutal CO
2
Total (t/ha)
Manzana
1
66
Durazno y Nectarina
1
73
Cítricos (naranja)
1
68
Cítricos (limón)
1
92
Ciruelas
1
114
Almendra
1
183
Nogal
1
138
Aguacate
1
37-55
Kiwi
1
40
Vid
1
8
Pinus douglasiana
2
222
Bosques permanentes
1
550-900
1
Nueva Zelanda
2
Michoacán, México
Por otra parte, el establecimiento de nuevas plantaciones forestales solo tendría
un efecto marginal en la captura de carbono. Las emisiones de CO
2
a nivel mundial se
estiman en 22,000 millones de toneladas al año, y para contrarrestarlas es necesario
38
plantar cada año 50 millones de hectáreas, para capturar 440 t de CO
2
equivalente por
ha/año, unas 120 t/ha/año promedio de carbono. Adicionalmente, las plantaciones
forestales no favorecen la biodiversidad, lo que si ocurre en los bosques naturales.
Conclusiones
Existen diferencias en la capacidad de capturar carbono tanto dentro de cada clase,
ya sea especies forestales o especies frutícolas, como entre clases, ya
que los bosques capturan de cuatro a siete veces más carbono que los huertos de
frutales más vigorosos.
Independientemente de mantener de manera sustentable los bosques naturales por
todos los servicios que prestan a la sociedad, a futuro la tendencia debería
ser no tanto la captura y secuestro de carbono, sino la reducción de las emisiones
de los gases GEI.
39
5.1.3. Consumo de agua
Luis Mario Tapia Vargas
1
, Antonio Larios Guzmán
2
, Ignacio Vidales Fernández
3
,
Miguel Bravo Espinoza
4
Importancia
El cambio climático ha sido uno de los principales factores para los cambios
biológicos que el mundo ha experimentado. Ha propiciado la emigración de
comunidades humanas hacia regiones inhabitadas desde el centro de origen en África
al Medio Oriente (Vaks et al., 2007). También propició la extinción de hasta 65% de
las especies de mamíferos mayores de 45 kg durante la última era glacial (Nogués-Bravo
et al., 2010). Nuevamente se presenta como una amenaza que puede afectar en el
corto plazo con mayores precipitaciones en las regiones lluviosas y con temperaturas
más altas en las zonas cálidas, lo que tendrá consecuencias en la evapotranspiración de
las plantas y la producción de cosechas (Prodiversitas, 2010).
Este fenómeno mundial afectará todas las actividades humanas; en la agricultura
tendrá un efecto importante en la productividad, principalmente en áreas marginales
(Conde et al., 2004). Los cambios drásticos del clima afectan negativamente a la
producción agrícola, mientras que los cambios ligeros incrementan el rendimiento de
los cultivos (Thompson, 1975). En este sentido Olmstead y Rhode (2011), predicen
que las grandes planicies norteamericanas tendrán un incremento de 3 a 4 °C sobre
las temperatura normales y mayor humedad, lo que contrarrestará las tendencias
de los siglos XIX y XX de clima más frio y seco que propició la expansión del cinturón
triguero. Los umbrales de máximo rendimiento del maíz, soya y algodón en la franja
productora de EUA son de 29, 30 y 32 °C; sin embargo, ante el inminente incremento
de temperatura las reducciones promedio de la producción podrán ser de 30 a 82%
en este siglo (Shlenkler y Roberts, 2009).
Más del 60% de la supercie de México se encuentra en zonas áridas o semiáridas,
que puede incrementarse debido al cambio climático global. Esta modicación del
clima puede afectar al cultivo del aguacate en Michoacán, ya que su producción
depende de temperaturas frescas y de la regularidad en las precipitaciones (Tapia et al.,
2009a). El estado pierde anualmente 1.8% de las 1,421,307 hectáreas de supercie
forestal, que son convertidas a uso agrícola y pecuario (Bocco et al., 2001; Sáenz
et al., 2010). El cambio del uso de suelo se ha identicado como el principal factor de
cambio climático por alteración de los ujos de energía (Dale, 1997). El efecto regulador
1
Doctor en Ciencias, investigador del Campo Experimental Uruapan, CIRPAC, INIFAP.
2
Maestro en Ciencias, investigador del Campo Experimental Uruapan, CIRPAC, INIFAP.
3
Doctor en Ciencias, Director de Coordinación y Vinculación en Michoacán, CIRPAC, INIFAP.
4
Ph. D., ex Investigador del Campo Experimental Uruapan, CIRPAC, INIFAP.
40
del clima por la vegetación natural se maniesta en las ciudades michoacanas
situadas en similar altitud y latitud, pero con diferencias en la temperatura tanto en
invierno como en verano por su posición en las vertientes del Eje Neovolcánico.
En la Meseta Purépecha, que incluye 20 municipios con una superficie
de 1.1 millones de ha, hay 360,000 ha deforestadas dedicadas a cultivos básicos
y pastizales. Además, hay al menos 110 mil ha con plantaciones de aguacate; sin
embargo, aún persisten en esta región montañosa medio millón de ha con bosques de
coníferas y latifoliadas sujetas a una alta presión por tala ilegal, vandalismo, incendios,
robo de madera, agricultores y fruticultores (Tapia et al., 2008). La reducción de la
superficie forestal puede afectar la captación de agua y causar cambios en
la fenología y la hidrología del cultivo del aguacate, principal actividad agrícola de
Michoacán, que representa el 27.8% del PIB primario estatal (INEGI, 2008), que lo
coloca como el principal productor mundial del fruto (Stanford, 2002).
El cultivo del aguacate podría ser especialmente susceptible al cambio climático ya
que su baja tasa fotosintética se vería alterada por una mayor temperatura, mayor
tasa evapotranspirativa y menor contenido de agua del suelo, que también podría
perjudicar la emisión del tubo polínico durante la polinización. Sin embargo, es
necesario determinar si en la zona aguacatera ya está afectando el cambio climático
o las condiciones ambientales permanecen inalteradas.
Por lo anterior, el objetivo de este capítulo es mostrar mediante el análisis del
clima, si ya se presentan los efectos del cambio climático en la zona aguacatera de
Michoacán y determinar el consumo del agua tanto del bosque de coníferas como del
cultivo de aguacate bajo condiciones de riego y de temporal.
Información relevante
Análisis de la precipitación. El efecto del cambio climático fue analizado con el
objetivo de analizar los cambios en la forma de presentación de las lluvias en
el periodo de 1963 a 1972 con respecto a los 10 primeros años del siglo XXI, es decir, si
realmente ha habido cambios signicativos en la distribución y cantidad de lluvias,
en la zona aguacatera de Michoacán. La estación climática utilizada para este
análisis fue “Barranca del Cupatitzio” situada a 1,770 msnm, con coordenadas
19° 25’ 46.24” N y 102° 05’ 33.74” W. Los datos registrados del 1 de mayo de 1963
al 30 de noviembre de 1972 fueron comparados con los de los años de 2001 a 2010.
La única estación climática en la Meseta Purépecha con la suciente antigüedad
para este primer análisis es “Barranca del Cupatitizio”, que cuenta con el tiempo
suciente para efectuar inferencias respecto al resto del área de similar condición
climática, altitud y orografía (De Luis et al., 2001). Se evaluaron las diferencias de
precipitación anual en número y cantidad media de días consecutivos con lluvia
41
(MAX, RMAX), número y cantidad media de días con lluvia (MED, RMED), número
medio de días secos o sin lluvias (MSEC), y número medio de días y cantidad de
lluvia en 24 horas en los rangos de precipitación de 0-10, 20-30 y >30 mm.
El programa estadístico Sistema de Información para Caracterizaciones
Agroclimáticas (SICA) versión 2.5 (Medina et al., 2004), fue utilizado para
obtener las normales climáticas y las variables mencionadas excepto las tres
intensidades de lluvia y MED, RMED y MSEC, que fueron obtenidos directamente en
hoja de cálculo.
Las comparaciones de precipitación pluvial entre ambos periodos fueron efectuadas
mediante una prueba estadística de X
i
2
de acuerdo al modelo:
X
2
= =
Donde:
f
o
: frecuencia observada
f
e
: frecuencia esperada
Se construyeron tablas de contingencia para evaluar las variables de lluvia en
ambos periodos de estudio.
Número de días con lluvia y días secos. El análisis estadístico del número de días
con lluvia indica que la diferencia de los promedios de las sumatorias del máximo
número de días consecutivos con lluvia durante el ciclo, así como la lámina registrada
en esos días (RMAX), no es signicativa (X
ic
2
= 0.04< X
it
2
(1,1,05)
=3.85) a pesar de que
hubo más días consecutivos con lluvia en el período 2001-2010, con 49.5, que en el
periodo 1963-1972, con 43.0, mientras que las lluvias también fueron mayores, 756.9
contra 686.1 mm, respectivamente. Esto indica que la armación de que antes llovía
durante más días consecutivos carece de fundamento, incluso en lo que va del siglo
se ha registrado una mayor cantidad de días consecutivos de lluvia, aunque no de
manera signicativa.
Un efecto similar se encontró con el promedio de la sumatoria del máximo número
consecutivo de días secos y el número de días sin lluvia (MSEC). La diferencia de los
valores respectivos para 1963-1972 de 61.8 y 109 contra 44.4 y 118.6 para 2001-2010,
no es signicativa (X
ic
2
= 3.0< X
it
2
(1,05)
=3.85). Por tanto, la percepción de que en lo que
va de este siglo se tiene más días consecutivos sin lluvia en el temporal, o más días
sin lluvia, es similar a la registrada hace 40 años. No obstante, un promedio de 9.6
días más sin lluvia en este siglo deberían ser motivo de preocupación por los efectos
de la deforestación actual. Grandes áreas sin cubierta vegetal por encima de los 2,400 msnm
(f
o
- f
e
)
2
f
e
i=1 i=1
k l
Σ Σ
i
42
dedicadas a cultivos básicos o pastizales pueden signicar la diferencia para una
mayor alteración climática (Tapia et al., 2008).
La suma promedio de los días efectivos de lluvia, así como de la lluvia de esos días,
fue de 105.2 y 1,513.8 mm para 1963-1972, con una diferencia significativa
(X
ic
2
= 4.2> X
it
2
(1,05)
=3.85*) con lo registrado para 2001-2010, con 96 días y
1858.7 mm (Cuadro 1). Estos valores indican que en este siglo los días de lluvia
efectiva fueron menores en casi 10 a los que se tenían hace 40 años; sin embargo,
la cantidad de lluvia para el ciclo de temporal ha aumentado. Esto, que podría interpretarse
como benéco, en realidad es perjudicial por el mayor daño que causa un incremento
de la precipitación en un menor tiempo. Esto ha sido documentado por Marques et al.
(2007), quienes indican que la intensidad de lluvia se correlaciona directamente
con la erosión producida; empero, la cobertura vegetal puede actuar como un
factor de protección contra una mayor intensidad de lluvia. Desafortunadamente,
la deforestación creciente y sin control en la región Purépecha es un factor que
contribuye a una mayor erosión.
Cuadro 1. Evaluación estadística de los promedios de 10 años de las variables de la
lluvia del ciclo mayo-noviembre para los eventos registrados en la estación
climática “Barranca del Cupatitzio”.
Variable 1963-1972 2001-2010 Total X
ic
2
Sumatoria del máximo
número de días con lluvia
consecutiva (RMAX)
43.0 49.5 92.5 0.04 n.s.
Lluvia (mm) 686.1 756.9 1443.0
Total
729.1 806.4 1535.5
Sumatoria de días de lluvia en
el ciclo (RMED)
105.2 96.0 201.2
Lluvia (mm) 1,513.8 1,858.7 3,372.5 4.2 *
Total 1,618.9 1,954.7 3,573.7
Sumatoria del máximo
número de días secos
consecutivos (MSEC)
61.8 44.4 106.2 3.0 n.s.
Días sin lluvia en el ciclo 109.5 118.6 228.1
Total 171.3 163 334.3
Nota: n.s.: no diferencia en lluvias; (*) si hay diferencia (p<.0.05); (**) diferencia altamente signicativa
(p<0.01).
43
Cantidad de lluvia en 24 horas. La intensidad de lluvia en 24 h también fue
analizada. Mientras que en 1963-1972 se tuvieron en promedio 55.6, 36.7
y 12.3 días, para las intensidades de <10, 10 a 30 y >30 mm, respectivamente
(Cuadro 2) En la misma secuencia de días de lluvia para el periodo 2001-2010,
se tuvieron 41.6, 36.2 y 18.2 días, que no mostraron diferencia significativa
(Xi
c
2
(2, 05)
=2.844< Xi
t
2
(1, 01)
=9.21) respecto a 1963-1972. Aunque estas valores no
fueron estadísticamente significativos, se aprecia un incremento en más días con
lluvias superiores a 30 mm y menos días con lluvias inferiores a <10 mm. En
sentido opuesto, las cantidades de lluvia en el periodo 2001-2010, de 193.9, 654.9
y 1003.2 mm, comparadas con las cantidades del periodo 1963-1972, con promedios
de 268.4, 667.2 y 573.0 mm, para las respectivas intensidades de <10 mm, >10<30 mm
y >30 mm, fueron altamente signicativas (Xi
c
2
(2, 05)
=95.4> Xi
t
2
(1, 01)
=9.21). Esto indica
que en lo que va de este siglo ha llovido con mayor intensidad en 24 h; es decir, que
las lluvias de más de 30 mm/día, han aumentado casi en 100%, mientras que las
lluvias de baja intensidad se han reducido en 30%.
Este fenómeno, dadas las tasas actuales de deforestación de más de 10,000 ha/año en
la Meseta Purépecha (COFOM, 2003), acentúa los efectos hidrológicos perjudiciales
de erosión, escurrimiento y perjuicio a los acuíferos que bordean al Eje Neovolcánico en
Michoacán. Actualmente solo en la Meseta Purépecha hay cerca de 350,000 ha
deforestadas de uso agrícola de temporal y pastizales (Tapia et al., 2009b),
que ante un incremento signicativo de la intensidad de lluvia, los efectos de erosión
y escurrimiento podrían aumentar (Tapia et al., 2001).
Cuadro 2. Valores promedio de los eventos de lluvia por rango para el ciclo de lluvias
mayo-noviembre de la estación climática “Barranca del Cupatitzio”.
Magnitud de la lluvia
(días)
1963-1972 2001-2010 Total X
ic
2
<10 mm 55.6 41.4 97 2.84 n.s.
>10 <30 mm 36.7 36.2 72.9
> 30 mm 12.3 18.2 30.5
Total 104.6 95.8 200.4
Lámina de lluvia (mm)
<10 mm 268.4 193.962 462.362 95.4 **
>10 <30 mm 667.2 654.96 1322.16
> 30 mm 573 1003.24 1576.24
Total 1508.6 1852.162 3360.762
Nota: n.s.: no diferencia en temperaturas; (*) si hay diferencia (p<0.05); (**) diferencia altamente
significativa (p<0.01).
44
El incremento de la precipitación registrada en esta región, de 14.4 mm/día (1963-71)
a 15.4 mm/día (2001-2010), concuerda con lo reportado por otros autores. Costa y
Foley (2000) mencionan que el cambio climático produce un incremento de la lluvia del
orden de 0.28 mm/día. Es posible que la deforestación en la Meseta Purépecha
haya propiciado un cambio signicativo en las características de la precipitación:
en este siglo llueve menos días y con mayor intensidad en 24 h (Cuadro 2). La
deforestación ha propiciado el cambio de cobertura forestal a frutícola en 120,000 ha,
a cultivos básicos en 350,000 ha y a pastizales en 30,000 ha; sin embargo, el daño
ambiental causado por los cultivos básicos y los pastizales es 10 veces mayor en
erosión y escurrimiento, con más de 100 mm de escurrimiento, comparados con los
10 mm en frutales como el aguacate (Tapia et al., 2009b).
Producción y Consumo de agua. La zona aguacatera, en conjunto con su cuenca
hidrológica, es la región más lluviosa de Michoacán. Se registran en promedio 1,100 mm,
con rangos que superan los 1,600 mm en la región de Uruapan y el centro de la
Meseta Purépecha, hasta al menos 800 mm en el municipio de Tacámbaro y sur de
Tingambato (APEAM, 2010). La capacidad de almacenamiento de la Meseta es
de más de 90% de la lluvia captada, ya que los suelos de esta región son sumamente
permeables, con más de 40 mm/h de conductividad hidráulica (Tapia et al., 2002).
Sin embargo, puede haber grandes escurrimientos en laderas con poca cobertura
vegetal, como el cultivo de papa o el maíz de temporal (Haverkort, 1982).
Las lluvias del nal de la temporada de lluvias (septiembre) ocasionan que la
humedad de los suelos arenosos del Eje Neovolcánico alcance fácilmente
la capacidad de campo (Figura 1). Con el retiro de las lluvias en octubre de 2010 la
humedad del suelo empezó a descender a niveles que en noviembre alcanzaron
el punto de marchitez, y a partir de dicho mes hasta junio de 2011 la humedad fue
higroscópica no aprovechable para ningún cultivo, incluyendo el aguacate.
Los valores de humedad del suelo pueden ser incrementados con la aplicación del
riego, lo cual se observa en el caso del aguacate con riego (Figura 1). Pero en
el aguacate de temporal, la humedad del suelo se comporta de manera muy semejante
a la humedad del suelo del bosque. Estos datos, registrados en tiempo real
(<www.eldclimate.com>), muestran que independientemente de la cobertura de
suelo, sea bosque o aguacate, la humedad se pierde igual, lo cual signica que el
consumo de agua bajo condiciones de secano es igual en bosque o aguacate, o
incluso cualquier otro cultivo, y que al menos en la parte más supercial del suelo no hay
mayor aportación de agua por parte de una cubierta vegetal determinada.
Evapotranspiración real (ETr) y potencial (ETp). Los consumos de agua por ambas
coberturas (aguacate y bosque de coníferas) fueron también analizados en términos de
evapotranspiración real o actual (ETr) y comparados con la evapotranspiración
45
de referencia o potencial (ETp). En el periodo septiembre de 2010 a junio de 2011
la lluvia podría satisfacer la ETp calculada pero no tuvo una distribución uniforme en
el tiempo ya que llovió solo en septiembre y junio, y el resto de los meses (octubre
a mayo) la lluvia fue prácticamente nula (Cuadro 3). Bajo riego el consumo de agua
del aguacate fue moderadamente bajo (313.5 mm), a pesar de tener un riego de
440 mm; sin embargo, bajo temporal el consumo se redujo a 102.3 mm, similar al
consumo del bosque de 99.5 mm. Estos consumos son limitantes para el aguacate;
en algunos árboles se observó una completa defoliación, la cual se recuperó en julio
con la entrada del temporal en junio.
Figura 1. Humedad del suelo (%) en el periodo septiembre-junio de 2010 a 2011
en dos coberturas de suelo y dos métodos de manejo del agua en la
Meseta Purépecha.
Cuadro 3. Valores registrados de consumo de agua por el diferente manejo del agua
en uso agrícola y forestal en Michoacán de septiembre de 2010 a junio de
2011 (<www.eldclimate.com>).
Tratamiento Riego
(mm)
Lluvia
(mm)
Evapotranspiración de
referencia (ETo)
(mm)
Evapotranspiración real
(ETr)
(mm)
Aguacate
riego
440 709.2 645.5 313.5
Aguacate
temporal
0.0 709.2 645.5 102.3
Bosque 0.0 709.2 645.5 99.5
46
La demanda evapotranspirativa del medio es de 2.1 mm/día, lo cual es un valor bajo
comparado con otras regiones del estado, como el Bajío o el Valle de Apatzingán.
Estas bajas tasas permiten el crecimiento y desarrollo del cultivo de aguacate
bajo condiciones de temporal por su baja tasa fotosintética y el largo periodo
de crecimiento del fruto de más de 9 meses (Tapia et al., 2007). El consumo de agua
del aguacate con riego es tres veces mayor que el del bosque, pero representa un
50% de la ETp, lo cual no muestra ningún otro cultivo. Incluso, el maíz requiere 4.6 mm/
día (Al-Kaisi, 2000), y la papa tiene un consumo de agua con 3.6 mm/día (Haverkort,
1982), mientras que en este trabajo en el aguacate se midieron 1.2 mm/día bajo riego.
Conclusiones
El cambio climático en la Meseta Purépecha de Michoacán se maniesta con
alteraciones en el patrón de lluvias; ahora se registran menos días de lluvia durante
la estación lluviosa y lluvias más intensas en 24 h, lo que puede causar daños
ambientales y tragedias humanas. También se registran en promedio hasta 350 mm
más de lluvia en el ciclo, totalizando 1,850 mm en promedio en los últimos 10 años,
comparados con 1,500 mm que se tenían hace 40 años.
El consumo de agua por el cultivo de aguacate es bajo. En este trabajo se
determinaron 1.6 mm/día bajo riego, mientras que en temporal menos de 0.4 mm/día;
sin embargo, en algunos árboles estas tasas de consumo de agua producen defoliación
total. En el bosque el consumo es similar al aguacate, con 0.4 mm/día. La producción de
agua de inltración es similar en ambas coberturas ya que la humedad del suelo se agota
por igual casi al mismo tiempo a partir de 35 días después del temporal.
47
5.1.4. Producción y disponibilidad de agua
Miguel Bravo Espinosa
1
, Luis Mario Tapia Vargas
2
Importancia
La cubierta vegetal ejerce control sobre diferentes procesos ecohidrológicos que
influyen en la provisión de agua, en la regulación del volumen y temporalidad
de caudales, y en la puricación e inltración, por citar algunos (Likens, 2004). En
varios países del mundo se incentiva la conservación del desempeño hidrológico
de los bosques a través de programas de pago por servicios ambientales
hidrológicos (PSAH), los cuales necesitan de un proceso de evaluación y de una
mayor base cientíca de la relación recurso forestal–agua, que supere a los mitos
o generalizaciones (Calder, 2000). En nuestro país se operó entre 2003 y 2008 una
supercie que osciló de 127 mil a 545 mil hectáreas dentro del PSAH (Rolón, 2009).
Se estima que los bosques en Michoacán producen una recarga de agua entre 200 y
500 m
3
por ha (Torres y Guevara, 2005).
México enfrenta actualmente serios problemas en el suministro de agua,
ocasionados por la falta de disponibilidad, sobreexplotación de acuíferos y por
contaminación (Jiménez et al., 2010); muchos de estos problemas son ocasionados
por el cambio de uso de suelo, como los que ocurren en la franja aguacatera
y otras regiones de Michoacán (Muñoz-Piña et al., 2005).
Información relevante
Antecedentes. En la franja aguacatera de Michoacán, con poco más de un millón
de hectáreas, los agroecosistemas dominantes son cultivos básicos y huertos de
aguacate, que cubren el 26 y 10%, respectivamente; los ecosistemas forestales
(selva baja caducifolia, bosques de coníferas y latifoliadas) en su mayor parte
fragmentados, abarcan alrededor del 40% de la supercie total (Tapia et al., 2011). La
conversión de terrenos forestales a huertos de aguacate u otro cultivo es un proceso
importante en la región y en el mundo.
En Brasil, Malasia e Indonesia ocurren situaciones de reemplazo graves, como es el
caso de la palma de aceite y la soya a costa de la destrucción de selvas tropicales
(WWF, 2005; Fitzherbert et al., 2008). Estas modicaciones se realizan pasando por
1
Ph.D, ex investigador del Campo Experimental Uruapan, CIRPAC, INIFAP.
2
Doctor en Ciencias, Investigador del Campo Experimental Uruapan, CIRPAC, INIFAP.
48
alto que los cambios de uso de suelo pueden alterar la distribución espacio-temporal
en cantidad y calidad de los ujos de agua, tanto en el dosel de la vegetación como en
la supercie del suelo y la atmósfera. Lo anterior enfatiza la importancia de conocer
y documentar las interacciones regionales entre el bosque y el agua, además
de evaluar el costo ambiental del uso del agua por los bosques en comparación
con otros tipos de vegetación o usos del suelo (Calder, 2000; Wang et al., 2011).
Escurrimiento e intercepción de la lluvia con aguacate y pino
Resultados preliminares de un proyecto que está en marcha para medir el impacto
hidrológico del cultivo de aguacate en la franja-forestal aguacatera (Tapia et al.,
2011), sugieren que el aguacate produce un escurrimiento y una intercepción
del dosel similares a las del bosque de pino (Cuadro 1). Esto implica que bajo
condiciones comparables de cobertura y edad, los dos sistemas pueden ser igual de
benécos sólo en términos de la cuantía del escurrimiento producido. Con relación
a la calidad del agua, medida en la solución del suelo a 90 cm de profundidad
respecto a la supercie, los resultados preliminares de este trabajo arrojan que el
contenido máximo de nitratos (N-NO
3
) fue de 42 y 13 mg L
-1
para aguacate y pino,
respectivamente. Este valor de N-NO
3
para aguacate fue menor a otro determinado
en un huerto ubicado en el municipio de Tancítaro, el cual uctuó de 80 a 100 mg L
-1
(Tapia et al., 2007b). En cuanto a otras propiedades, el pH fue ligeramente mayor en
aguacate (7.7), pero la salinidad fue similar en ambos sistemas.
Cuadro 1. Respuesta hidrológica de dos tipos de vegetación en la franja forestal-aguacatera
de Michoacán.
Uso de Suelo Escurrimiento Intercepción Lluvia
Bosque de pino
Huerto de aguacate
42 mm
40 mm
13.5%
12.0%
Diversos estudios han documentado que la presencia de bosques o huertos en una
cuenca no signica per se el aumento de caudales en ríos o arroyos; por el contrario,
es más probable que disminuyan (Calder, 2002). En el caso del aguacate respecto al
pino, esta disminución puede ocurrir por su mayor demanda evapotranspirativa (ETP)
y por ello es más demandante sobre el recurso hídrico en la época de estiaje, de enero
a mayo, donde el aguacate requiere 700 m
3
de agua por hectárea para mantener un
buen desarrollo y producción. Este volumen se extrae de manantiales, pozos
o de arroyos y ríos, para una parte de la supercie cultivada (Tapia et al., 2005).
La generalidad de esta relación de mayor ETP para aguacate respecto al bosque
de pino debe medirse en las distintas condiciones de la franja aguacatera. En el
tema de calidad del agua, se conoce que la concentración de N-NO
3
en el agua
49
inltrada está directamente relacionada con la dosis de nitrógeno aplicada. Por ello,
es importante cuidar y fraccionar el manejo de este nutriente en el cultivo de aguacate
y de otros cultivos (Yates et al., 1992; Coria, 2009). Un benecio ambiental tanto
del bosque como de los huertos de aguacate se genera de la ETP, porque ésta, al
crear espacios disponibles en el suelo para almacenar agua, disminuye los riesgos
de saturación y por tanto de inundación en las partes bajas de la cuenca.
Caudal de manantiales del Parque Nacional Barranca del Cupatitzio. El aforo de
los manantiales es determinante para identicar el impacto del cambio de la cobertura
forestal a huertos de aguacate en la producción de agua. Su descarga está regulada por
el nivel de saturación y recarga proveniente de la inltración, las que dependen
principalmente de la inltración y compactación, así como del escurrimiento, la
evapotranspiración y la intercepción de las lluvias por la vegetación. En dos de los
principales manantiales del Parque Nacional Barranca del Cupatitzio, La Rodilla del
Diablo y La Yerbabuena, se aprecia una disminución importante de los caudales en
mediciones realizadas en 1974, 1987, 1990 y 1997 (Figura 1).
Figura 1. Aforos de los manantiales Rodilla del Diablo y La Yerbabuena, ubicados en
el Parque Nacional Barranca del Cupatitzio, Uruapan, Michoacán (adaptado
de CONANP, 2006).
Disponibilidad de agua en el Área de Protección de Flora y Fauna Pico de
Tancítaro. El Cerro de Tancítaro tiene inuencia en la recarga natural de los acuíferos
Cotija, Uruapan y Apatzingán, de manantiales que dan origen a los ríos Cupatitzio y
Tepalcatepec, y arroyos de ésta y de otras regiones (García et al., 1998; Fuentes,
2011). En el municipio de Tancítaro se concentra el 25% de la supercie cultivada con
aguacate, que representa la mayor área de cultivo de la franja aguacatera de Michoacán
(Gutiérrez et al., 2010; Tapia et al., 2011). De las 16 cuencas del Cerro de Tancítaro, el
aguacate cubre el 31% de superficie, con alrededor de una tercera parte bajo
50
condiciones de riego; constituye por ello el uso del suelo con mayor demanda de
agua durante el estiaje. De acuerdo con un estudio realizado de 2002 a 2004, el
31% de las cuencas de esta montaña presentan baja disponibilidad de agua, el 44%
disponibilidad moderada y sólo el 25% presentaron baja disponibilidad de agua, el
44% disponibilidad moderada y sólo el 25% presentaron alta disponibilidad. Otra
característica es que el total de las fuentes de agua, tanto de manantiales como
de arroyos y ríos, se encuentran actualmente en uso ya sea para riego o para
consumo doméstico, reduciendo los caudales necesarios para el funcionamiento
de los ecosistemas (Fuentes-Junco et al., 2004; Fuentes, 2011). Cabe destacar
que una región está sometida a fuerte presión hidrológica cuando explota más
del 40% del agua naturalmente disponible, también conocida como agua anualmente
renovable (Bunge, 2010).
Acuíferos del Cupatitzio. El 69% de la cuenca geohidrológica del acuífero Uruapan
corresponde al área de recarga, parte de la cual se encuentra en la franja
forestal-aguacatera. El mecanismo de funcionamiento de este acuífero libre
está determinado por un sustrato superior de alta permeabilidad que permite una
rápida inltración proveniente de las abundantes lluvias para la recarga. El 70% del
agua subterránea se destina para el riego de huertos de aguacate, y el 85%
del volumen derivado de manantiales es para uso doméstico. De acuerdo con un
balance de aguas subterráneas en 2002 existía una disponibilidad del 51% de la
recarga total anual (CNA, 2002).
Bravo et al., (2010) estudiaron las características de cuatro sitios de muestreo
del acuífero Cupatitzio, y determinaron que por el lado norte y poniente los niveles
estáticos aumentan, y que el ujo es de norte a sur y de poniente a oriente, mientras que
al sur y oriente el ujo es estacionario y muy supercial (Cuadro 2).
Cuadro 2. Características físicas de cuatro sitios representativos del acuífero
del Cupatitzio.
Sitio Ubicación Nivel Estático
(m)
Caudal (L/s)
Nurio N 19°40’ 15.1” W 102° 08’ 05.9” 310 32
San Felipe N 19° 37’ 36.4” W 102 ° 10’ 26.3” 270 30
Caltzontzin N 19° 24’ 56” W 102° 01’ 36” 2.5 16
Zumpimito N 19° 22’ 26” W 102° 03’ 31” 4 4
Respecto a la extracción de agua, hay 197 pozos registrados (CNA, 2009), con
diferentes gastos de aprovechamiento y a diferentes profundidades con la tendencia
mostrada arriba. El gasto total anual es de 810 L/s para un volumen total anual de
51
25,658,186 m
3
; de los equipos en funcionamiento el que más extrae es de 31 L/s, y
el de menor extracción es de 0.05 L/s, con dominancia de equipos de bajo caudal
de <16 L/s. El uso del agua proveniente del acuífero es principalmente para nes
agrícolas (70%), mientras que el urbano-doméstico consume el 13.6%, el industrial el
10.8%, y el resto para el uso pecuario, patrón semejante al del resto del país (Cuadro 3).
Cuadro 3. Volúmenes de agua extraídos por tipo de uso del acuífero del Cupatitzio.
Uso Cantidad
(%)
Extracción diaria
(L/s)
Volumen anual (m
3
)
Agrícola 69.7 570.0 17,879,473
Pecuario 5.9 47.7 1,505,767
Industrial 10,8 88.5 2,793,217
Urbano 12.6 102.3 3,246,494
Doméstico 1.0 7.4 233,235
Las principales propiedades hidráulicas del acuífero del Cupatitizio fueron evaluadas
y se aprecia que mantiene buenas condiciones de operación, recarga y un alto valor
de transmisibilidad. Los niveles dinámicos no se abaten, se aprecia que la recarga es
buena y que la recuperación del nivel estático, después del bombeo es de menos de
60 segundos en la parte alta de la cuenca y de 20 minutos en la parte baja, pero sin
riesgo de abatimiento del acuífero (Cuadro 4).
Cuadro 4. Evaluación de acuíferos de la subcuenca del Cupatitizio.
Acuífero Nivel
Estático
(m)
Nivel
Dinámico
(m)
Gasto
(L/s)
Recuperación
(s)
Geoposición Altitud
(msnm)
Milpillas 95.9 96.6 30 60 N19°24´28”
W102°09´33”
2040
Cheranguerán 95.1 95.5 5 60 N19°28´02”
W102°05´5.5”
1832
Uruapan 7.2 7.8 4 1200 N19°23´43”
W102°03´27”
1605
En cuanto a sus propiedades químicas y biológicas, los acuíferos situados al norte
y poniente presentan buenas características considerando que se han determinado
valores de pH cercano a 7.0 y conductividad eléctrica baja, sin perjuicio para cualquier
actividad, incluso para agua potable (Cuadro 5). Sin embargo, los acuíferos una vez
52
que fluyen desde los manantiales como el canal Camelina en Uruapan,
y los acuíferos del centro y oriente de la cuenca presentan contaminación por
coliformes fecales, algunos muy graves como La Camelina y Centro Uruapan
y es posible que se extienda a todo este manto. Esto reeja que la contaminación es
producto de los asentamientos humanos situados encima del acuífero ya sea porque
se carece de drenaje o porque hay ltraciones de la red de drenaje, como podría ser
el caso en el centro de la cuenca (Centro Uruapan) donde el agua está contaminada
por fecalismo humano.
Cuadro 5. Propiedades químicas y biológicas de diferentes acuíferos de la cuenca
del Cupatitzio.
Sitio pH CE
(µS/cm)
Coliformes
Fecales
(NMP/100 ml)
Campo Experimental Uruapan, INIFAP
Parque, San Juan Nuevo Parangaricutiro
La Basilia
Cheranguerán
La Camelina, Uruapan
Rodilla del Diablo, Uruapan
La Yerbabuena, Parque Nacional
Centro Uruapan
7.5
7.5
7.5
7.3
7.1
6.9
6.9
6.5
112
112
104
205
167
148
162
302
<3
<3
<3
<3
1,100
<3
4
460
CE= Conductividad eléctrica
Escenarios de Manejo. Se usó el método del cuadrante sugerido por Calder (2007)
con el n de proponer escenarios de manejo del agua en la franja forestal-aguacatera
de Michoacán. Diversos investigadores sostienen que para asegurar el flujo de
agua a los distintos usuarios de una cuenca, ya sea para uso agrícola,
doméstico o industrial, es importante considerar dos aspectos: a) analizar la relación
entre el uso del suelo y la demanda evapotranspirativa, esto es, determinar si en el
largo plazo la precipitación (P) excede a la evaporación (E) para los diferentes uso
del suelo; y b) analizar si el volumen promedio de los escurrimientos de ríos y arroyos
(Qs), exceden un volumen mínimo requerido (Qm). Las cuatro combinaciones que
resultan del análisis permiten generar escenarios para el manejo de la evaporación,
en verde, y para el manejo del agua de los ríos, en azul (Figura 2).
53
P=precipitación, E=evaporación, Qs=escurrimiento supercial, Qm= escurrimiento supercial mínimo
Figura 2. Escenarios hidrológicos para definir opciones de manejo en la franja
forestal-aguacatera de Michoacán (adaptado de Calder, 2007).
El cuadrante 1 indica que si la condición en la cuenca es: P>E y Qs>Qm, entonces
se tienen oportunidades para aumentar usos de suelo con alta demanda
evapotranspirativa; por ejemplo, aumentar la supercie de riego. También se puede
aumentar la infraestructura de captación de agua, por ejemplo de bordos y represas.
Para el caso de la cuenca forestal-aguacatera de Michoacán, esta no es su condición
actual; fue en la década de los 60s, cuando la cubierta dominante era la forestal.
El cuadrante 2 indica que si la condición de la cuenca es P<E y Qs>Qm, entonces
se deben reducir los cultivos o usos del suelo con alta demanda evapotranspirativa, y
favorecer la construcción de embalses. Esta condición no se vislumbra en la cuenca.
El cuadrante 3 indica que si la condición de la cuenca es: P<E y Qs<Qm, entonces
se deben restringir los usos del suelo con alta demanda evapotraspirativa, también
reducir la infraestructura de bordos y represas. Se observa que este puede ser
un escenario que está ocurriendo en algunas microcuencas, y que puede generalizarse
en el plazo corto en la región forestal-aguacatera, si se siguen estableciendo más
54
huertas con riego. Por ello es urgente iniciar programas orientados a promover el uso
de tecnologías ahorradoras de agua y de uso eciente del agua.
El cuadrante 4 indica que si la condición en la cuenca es: P>E y Qs<Qm, entonces
se pueden aumentar los usos del suelo con alta demanda evapotranspirativa, pero
reducir en la cuenca la construcción de bordos, represas y ollas de agua, porque los ríos y
arroyos llevan caudales mínimos. Para el caso de la región forestal-aguacatera esta
es su condición actual.
De manera general, en la zona se están reduciendo los escurrimientos en los
arroyos por la demanda de agua para el cultivo de aguacate (Figura 2, cuadrante 2). De
continuar ascendiendo esta demanda por el aumento de la supercie de riego en
aguacate y en otros cultivos, es probable que la zona transite a un escenario 3, lo
cual afectará signicativamente la recarga del acuífero y con ello crear una mayor
presión hídrica (porcentaje de agua extraída con respecto a la disponibilidad media)
con repercusiones para el consumo y para las actividades económicas de los centros
urbanos de la franja aguacatera. El reto que se tiene es encontrar un justo equilibrio
entre la necesaria producción de alimentos y el indispensable acceso público al agua
para uso urbano.
Un escenario deseable y posible es que se fortalezca un proceso corresponsable
de organización regional entre propietarios forestales, los productores de aguacate y
los centros urbanos, para diseñar un plan integral de manejo responsable de los
recursos naturales. En este sentido, es importante reconocer que en Michoacán
diversos ejidos, comunidades y pequeños propietarios participaron en el programa de PSAH,
con una supercie cercana a 20 mil hectáreas (SEMARNAT, 2011). Sería importante
que también se incluyeran tareas y compromisos que veriquen el cumplimiento de los
objetivos del PSAH y validen generalizaciones de la relación bosque-agua que en
su mayor parte son inapropiadas. De la misma manera, considerando el dominio
de las comunidades rurales sobre sus bosques, es prioritario que el Estado siga
fortaleciendo los apoyos e iniciativas para un manejo y aprovechamiento sustentables,
como ocurrió para la Meseta Purépecha en resultados de convocatorias recientes
(CONAFOR, 2011).
Conclusiones
Los bosques tienen un rol esencial en la provisión y regulación del agua; sin
embargo, la expansión de la supercie cultivada con aguacate y el aumento en ésta
del uso del riego, comienzan a impactar de manera estacional al servicio ambiental
hidrológico, reejándose con una tendencia decreciente en los caudales de
los manantiales de las dos principales áreas naturales protegidas de la región
aguacatera. Es muy importante monitorear el aforo permanente de estas fuentes de agua
para determinar su tendencia.
55
Los acuíferos del Cupatitzio son profundos en la parte de captación más importante,
norte y poniente, y someros en la parte central, sur y oriental de la cuenca; presentan
buenas condiciones físicas de recarga, transmisibilidad y niveles dinámicos y
pueden considerarse en equilibrio, pero con riesgo para los manantiales, quizá
como consecuencia de la deforestación. Aun cuando sus propiedades químicas son
buenas, hay un riesgo muy importante de contaminación biológica que puede limitar
su uso para el consumo humano. Son notables tanto la ausencia de drenaje sanitario
en muchas poblaciones, así como las ltraciones de las redes de drenaje existentes
al acuífero.
Reconocemos que no estamos en condiciones de ofrecer un análisis completo
del impacto del cambio de uso del suelo de terrenos forestales a agrícolas en la
producción de agua. Esto se debe a que existen vacíos de conocimiento en las
áreas de la hidrología, como el aforo de manantiales, y la conguración del sistema
hidrológico de la zona aguacatera; también de otros factores geoecológicos, de
análisis del cambio de uso de suelo, socioeconómicos y de conocimiento de la
relación bosque-agua, y la falta de un sistema de monitoreo y observación a largo
plazo del sistema agua-suelo-vegetación regional. También se necesita monitorear
la contaminación difusa de los cuerpos de agua superciales y subterráneos por el
efecto del lavado o percolado de agroquímicos. A mediano y largo plazo, los impactos
hidrológicos del cambio de uso de suelo pueden ser críticos porque más del 85% del
agua de los manantiales se destina para el abasto de agua potable de los centros
urbanos. Es importante apoyar estudios que aborden e instrumenten estos vacíos de
conocimiento y de infraestructura.
56
57
5.1.5. Adaptación al cambio climático
José de la Luz Sánchez Pérez
1
Importancia
Los cambios del clima pueden afectar a los sistemas ecológicos, a la mezcla de
especies que éstos contienen y a su capacidad para aportar toda una diversidad
de benecios que permiten a las sociedades seguir existiendo. Los sistemas
ecológicos son intrínsecamente dinámicos y están constantemente inuenciados por
la variabilidad del clima.
El principal impacto del cambio climático sobre los ecosistemas se derivará,
previsiblemente, de la rapidez y magnitud con que cambien los valores medios y
extremos — ya que se espera que el cambio climático sea más rápido que el proceso
de adaptación y reasentamiento de los ecosistemas — y de los efectos directos de una
mayor concentración de CO
2
en la atmósfera, que podría incrementar la productividad
y la eciencia de utilización del agua en algunas especies vegetales. Los efectos
secundarios del cambio climático consistirían en cambios de las características de
los suelos y de los regímenes de perturbación, por ejemplo, incendios, plagas o
enfermedades, que favorecerían a algunas especies más que a otras, alterando por
consiguiente, la composición de los ecosistemas.
En un período de creciente demanda de alimentos, semillas, bra y combustible, el
cambio climático podría dañar irreversiblemente la base de recursos naturales
de la que depende la agricultura. Ambos están íntimamente interrelacionados: la
agricultura contribuye al cambio climático de varias formas importantes y el cambio
climático en general afecta negativamente a la agricultura.
En las regiones de latitudes medias o altas, los aumentos locales moderados
de temperatura pueden tener pequeños efectos benécos en el rendimiento de
las cosechas; en las regiones de latitudes bajas, esos ascensos moderados de la
temperatura probablemente incidan negativamente en el rendimiento. Algunos de los
efectos negativos son visibles ya en muchas partes del mundo. Un calentamiento
adicional repercutirá cada vez más negativamente en todas las regiones. La creciente
escasez de agua y los períodos de su disponibilidad limitarán cada vez más las
producciones (IAASTD, 2008).
El cambio climático requerirá una nueva visión del manejo de agua a n de
hacer frente a los impactos de precipitaciones mayores y más extremas, mayores
1
Doctor en Ciencias, ex investigador del Campo Experimental Uruapan, CIRPAC, INIFAP.
58
variaciones intra e interestacionales y tasas más elevadas de evapotranspiración en
todos los tipos de ecosistema. Los fenómenos climáticos extremos como inundaciones y
sequías van en aumento, y se calcula que su frecuencia y magnitud se incrementarán
y que probablemente afecten de forma considerable a todas las regiones por lo
que respecta a la producción forestal y de alimentos y a la seguridad alimentaria. Existe
un riesgo serio de conictos futuros por tierras habitables y recursos naturales tales
como el agua dulce. El cambio climático está afectando a la distribución de plantas,
las especies invasivas, las plagas y los vectores de enfermedades y es posible que
aumenten la incidencia y la localización geográca de muchas enfermedades del ser
humano, los animales y las plantas (Evans, 1996; IAASTD, 2008; Wei et al., 2009).
En el caso particular del aguacate y de acuerdo con la información existente, los
parámetros ambientales de mayor impacto serán las temperaturas, la disponibilidad
de agua y nutrientes, y el incremento de CO
2
en la atmósfera. Algunos de los impactos
serán en detrimento de la producción de aguacate, agua y aumentos excesivos de
temperatura, mientras que en el corto plazo otros serán benécos o neutros en su
acción sobre el comportamiento de los árboles, a saber: incrementos moderados de
las temperaturas y atmósfera rica en CO
2
(Allen et al., 1996; Ward and Strain, 1999).
Ante este panorama, es necesario tomar iniciativas y medidas para reducir la
vulnerabilidad de los sistemas naturales y humanos contra los efectos actuales y
esperados del cambio climático. Esto se dene como adaptación al cambio climático,
y no debe confundirse con la mitigación al cambio climático, ya que esta comprende
la implementación de políticas y acciones que tienen la nalidad de reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero e incrementar los resumideros de
estos gases (IPCC, 2012). Las medidas de adaptación que tomen los productores
de aguacate para mantener o incrementar sus rendimientos, sin duda tendrán
un impacto adicional sobre los bosques con los cuales comparte grandes
extensiones geográcas.
Información relevante
Con base en simulaciones de distribución de la vegetación y en escenarios
del clima definidos a partir de Modelos de Circulación General (MCG), se
esperan importantes desplazamientos de las fronteras de vegetación hacia latitudes
y elevaciones mayores. Probablemente cambiará la variedad de especies de que se
componen ciertas clases vegetales. Presuponiendo escenarios del clima basados en
los MCG en condiciones de equilibrio, extensas regiones sufrirían disminuciones de la
vegetación causadas por la sequía, aun cuando se incluyan los efectos directos
de la fertilización por CO2. A efectos comparativos, para escenarios del clima en
condiciones de transición —en que los gases vestigiales aumentan lentamente
durante un período de años— el efecto total de los cambios de temperatura y precipitación
se retrasa en varios decenios con respecto a los efectos del cambio de composición de la
59
atmósfera; por consiguiente, los efectos positivos del CO2 anteceden al efecto total
de los cambios del clima (Watson et al., 1997; Battles et al., 2006).
El aumento de la variabilidad de los cursos de agua, particularmente en términos de
frecuencia y duración de las grandes crecidas y sequías, tendería a aminorar la calidad del
agua, la productividad biológica y los hábitats uviales (Watson et al., 1997).
Los insectos y microorganismos poseen la habilidad de adaptarse más rápidamente
que sus árboles hospederos, aumentando por ello la probabilidad de impactos severos.
Conforme los parásitos se mueven dentro de nuevos hábitats más favorables, su
potencial de dispersión y daño es alto debido a que los árboles no se pueden adaptar
tan rápidamente. De ésta manera, si el cambio climático favorece la expansión del
rango de un parásito, el impacto sería similar al de una especie exótica. Además
de la llegada de nuevos parásitos, los parásitos nativos que dependen del
estrés de sus hospederos, serían más prevalentes debido a una mayor proporción
de árboles estresados por efecto del cambio climático (Battles et al., 2006).
Sobre la base de la información de la interacción de la planta de aguacate con
variables del medio ambiente, los principales impactos que se observarían se
presentan en los Cuadros 1 y 2.
Cuadro 1. Impactos positivos u oportunidades de variables climáticas en el cultivo
de aguacate.
Evento
Impactos potenciales sobre el crecimiento y
desarrollo del aguacate
Noches más cálidas
Menos oportunidad de fallas en el cuajado del fruto en
áreas que actualmente sufren disminución de cosecha
debido a noches frías durante la oración
Tiempo para alcanzar la
madurez siológica del
fruto
Temperaturas más cálidas implican un adelanto en
el cuajado y madurez siológica del fruto en áreas
diferentes (Steven et al., 2007)
Niveles más altos de
CO
2
en la atmósfera
Mayor potencial para el cuajado de fruto y menos caída
del mismo
Fuentes: Allen et al., 1996; Ward and Strain, 1999; Deuter et al., 2005 Frank et al., 2007.
60
Cuadro 2. Impactos negativos o riesgos de variables climáticas en el cultivo
de Aguacate.
Evento
Impactos potenciales sobre el crecimiento y
desarrollo del aguacate
Menor rango de
temperatura diurna
Potencial reducción para el traslape entre los
estados de los órganos masculino y femenino
de la or, disminuyendo así las oportunidades de
polinización (relevante para plantaciones con una
sola variedad)
En general
temperaturas
signicativamente
más cálidas
Un cambio de las regiones de producción mas allá
de las áreas más cálidas de producción hacia las
áreas actualmente consideradas como frías
Tiempo para alcanzar
la madurez siológica
del fruto
Temperaturas más cálidas sugieren que los frutos
cuajarán y alcanzarán la madurez de cosecha más
temprano en la estación, cambiando la época de
cosecha para diferentes áreas
“Almacenamiento” del
fruto en el árbol
Las temperaturas más cálidas pueden reducir el
período durante el cual se puede almacenar el
fruto en el árbol, reteniendo una aceptable calidad
Actividad de
microorganismos
topatógenos
Un incremento general de la temperatura signica
que las enfermedades estarán activas por mayores
períodos durante el año
Temperaturas más
altas durante el
Verano
Frutos de aguacate Hass más pequeños
Actividad de los
insectos
Un aumento en la temperatura sugiere mas
actividad de los insectos plaga
Mayor número de días
de stress por calor
Se esperaría mas fallas de la polinización, caída
de frutos y quemaduras de sol.
Fuentes: Bazzaz y Sombroek, 1996; Pangga et al., 2004; Deuter et al., 2005; Lobell et al., 2006; Frank et al.,
2007; Pachauri y Reisinger, 2007; Lake and Wade, 2009; IAASTD, 2008.
Ante un escenario adverso debido al cambio climático y en la búsqueda de opciones
para recuperar los niveles de productividad, los productores se verían forzados a
aplicar algunas medidas de adaptación a nivel regional, tales como:
Búsqueda de nuevas áreas de producción en climas más templados o fríos. Esto
podría llevarse a cabo estableciendo nuevos huertos a mayores altitudes en
•
61
climas templados y fríos que actualmente están cubiertos por bosques naturales.
Se estima que la supercie actual de aguacate ubicada en climas cálidos y
semicálidos, que serían los más afectados por el cambio climático, es alrededor
del 58% del total (Figuras 1 y 2).
Figura 1. Estimación del impacto del cambio climático con base en los climas
existentes en la región productora de aguacate de Michoacán. Se estima
que los impactos negativos ocurrirán gradualmente, iniciando
con los climas cálidos, enseguida los climas semicálidos, y nalmente los
templados (Elaborado con datos de Anguiano et al., 2006; IPCC, 2007).
Dado que el cambio climático favorecería la actividad de plagas y microorganismos
fitopatógenos, se esperaría un incremento sustancial en el uso de
plaguicidas, aumentando con ello la contaminación ambiental y probablemente la
resistencia a los pesticidas.
Un recurso que requerirá mayores incrementos para sostener la producción de
aguacate, es el agua, tanto de origen pluvial como la de los mantos freáticos.
Dada la creciente escasez de este recurso, es poco probable que las plantaciones de
aguacate puedan acceder a ella sin provocar serios conflictos sociales con
otros usuarios.
•
•
62
Figura 2. Estimación del impacto del cambio climático con base en las temperaturas
máximas promedio que se presentan en la región productora de
aguacate de Michoacán. Se estima que los impactos negativos ocurrirán
gradualmente, iniciando con los rangos de temperatura más altos (26.1 a
>30° C), enseguida los óptimos para aguacate (24.1 a 26° C), y nalmente
los templados (<20 a 24 ° C) actualmente considerados marginales para el
cultivo de aguacate (Elaborado con datos de Anguiano et al., 2006; IPCC, 2007).
A corto plazo, un incremento de CO
2
en la atmósfera incidirá en incrementos de
producción de aguacate debido a una mayor eciencia del proceso fotosintético.
Sin embargo, es condición para obtener este incremento, que se apliquen
mayores cantidades de agua y nutrientes a los árboles. El uso excesivo
de los fertilizantes está provocando ya contaminación de acuíferos y mayores
emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera.
En virtud de que las respuestas de árboles frutales al cambio climático son
diferentes que las de cultivos anuales, las tecnologías generadas y/o
recomendadas que se han propuesto para la adaptación a los impactos del
cambio climático para estos últimos, no serán aplicables para el aguacate, por lo
que habrá que generar tecnologías especícas para este cultivo.
•
•
63
Conclusiones
Las opciones de adaptación existentes para los ecosistemas son limitadas y su
efectividad es incierta. Algunas de ellas son: disminuir o evitar el cambio de uso del
suelo, acelerar la reforestación y forestación y la restauración de áreas degradadas.
Según las proyecciones, la rapidez del cambio será mayor que la que necesitan
las especies para restablecerse, y dado el aislamiento y fragmentación de muchos
ecosistemas, la existencia de múltiples factores de desgaste como el cambio de uso
de las tierras y la contaminación, y las escasas opciones para la adaptación, los
ecosistemas y especialmente los sistemas forestales y montanos, son vulnerables al
cambio climático.
En la primera etapa del cambio climático en los años 2009-2050, con un aumento
moderado de las temperaturas y un enriquecimiento de la atmósfera con CO
2
, se
esperan impactos que beneciarán la productividad tanto del aguacate como de los
bosques. En la segunda etapa en el periodo años 2050-2100, el impacto del cambio
climático sobre los bosques será bastante moderado, aún sin medidas de adaptación
siempre y cuando el incremento de las temperaturas no exceda en promedio los 2 °C.
En caso de que el aumento en temperaturas sea mayor, hasta 3.5°, los bosques
resentirán impactos que van de moderados a severos.
En el caso del aguacate, los impactos serán más evidentes, repercutiendo en
bajas en la producción en las áreas más cálidas en la primera etapa, ya que los
efectos favorables de alto CO2 en la atmósfera, se verán contrarrestados por
las altas temperaturas desfavorables. En la segunda etapa, los huertos de áreas muy
cálidas tenderán a ser derribados y sustituidos por otros cultivos mejor adaptados,
o bien variedades de aguacate de la raza Antillana e híbridos naturales de las razas
Antillana y Guatemalteca.
Es muy probable que los productores decidan emigrar hacia áreas más frías, que
actualmente son marginales para el cultivo del aguacate, que en mayor proporción
están ocupadas por bosques naturales o se dedican a cultivos como maíz, trigo,
triticale y avena, por ejemplo.
Es indispensable la ordenación del cultivo de aguacate para evitar en la actualidad
y en el futuro que ese cultivo siga expandiéndose a costa de áreas con bosques
naturales. Esto independientemente de las medidas que se tomen a corto plazo para
la conservación y sustentabilidad de los bosques actuales.
64
65
5.2. Tasas de cambio de uso de suelo
Miguel Bravo Espinoza
1
, Manuel Mendoza Cantú
2
, J.Trinidad Sáenz Reyes
3
Importancia
La cobertura vegetal y el uso del suelo (CVUS) son dos elementos clave del ambiente en
relación con el bienestar humano. El primer elemento describe los objetos
de origen natural como los bosques, selvas, cultivos, cuerpos de agua, etc., y el
segundo aquellos originados o mantenidos por el hombre, entre ellos las
ciudades, presas o carreteras, que se localizan sobre la superficie del planeta.
El concepto de uso del suelo describe el tipo de actividad humana que se
desarrolla en la supercie terrestre con el n de producir bienes y servicios para
la sociedad (Mendoza et al., 2011). El conocimiento del cambio de uso del suelo
ofrece información sobre los procesos de deforestación, degradación y pérdida
de la biodiversidad de una región (Velázquez et al., 2002). El cambio de uso del
suelo es la segunda fuente más importante de generación de CO
2
en México, y los
desmontes para uso agropecuario son la causa de deforestación que destaca con el
82% del daño total (Galicia et al., 2007). La deforestación y el cambio de uso
de suelo pueden reducir la biomasa hasta en 90% (Mendoza y Galicia, 2010). En
este capítulo se revisan las tasas de pérdida de la cubierta forestal reportadas para
la franja aguacatera de Michoacán.
Información relevante
La deforestación de los bosques de pino, encino y pino-encino en la franja aguacatera
de Michoacán, es y ha sido un tema de controversia. En la literatura mundial se reconoce
que existen discrepancias y retos, desde la denición misma de deforestación así
como por la forma de medirla (Lambin et al., 2001). En esta contribución se dene
a la deforestación como la pérdida del bosque resultado de su conversión a otros
usos. También es importante mencionar que la deforestación no incluye la amplia
degradación que ocurre en los bosques, es decir, la erosión gradual del bosque que
resulta en la reducción de la cubierta vegetal, sin llegar a su remoción total, y la
alteración en la composición de las especies, por los incendios, la tala ilegal o las plagas
y enfermedades (FAO, 2011). Como referente, en la cuenca del Río Balsas la degradación
de bosques templados ocurre en más de 700 mil ha, lo cual representa la mayor
supercie de bosques secundarios del país (Cuevas et al., 2010).
1
Ph. D., ex investigador del Campo Experimental Uruapan, CIRPAC, INIFAP.
2
Doctor en Ciencias, investigador del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental-UNAM.
Campus Morelia.
3
Ingeniero, investigador del Campo Experimental Uruapan, CIRPAC, INIFAP.
66
Para la franja aguacatera no hay muchos estudios que se hayan centrado en el tema de
la deforestación, y los pocos que existen fueron desarrollados en los últimos cinco
años (Cuadro 1). Existe una gran variación en las tasas de deforestación estimadas
por los diferentes estudios revisados, las cuales uctuaron entre 691 y 3,037 ha/año.
Entre las posibles causas que explican esta variación se pueden mencionar:
diferencias en los periodos y áreas geográficas estudiadas, diferencias en las
técnicas de interpretación e insumos empleados, y en la denición y clasicación
de la cubierta vegetal y usos de suelo, así como en el contexto del estudio (Cuadro 1).
Un común denominador en los estudios analizados fue que los resultados estuvieron
basados en interpretaciones visuales de imágenes satelitales, que en general tienen mayor
conanza que las técnicas de análisis digital (Bocco y Valenzuela, 1988; Mas
y Ramírez, 1996); empero se ha reconocido que esta técnica puede ofrecer
estimaciones imprecisas, principalmente debido al carácter subjetivo de la
interpretación, la cual depende tanto de la experiencia como conocimientos
de los intérpretes (Fearnside, 1990; Menon y Bawa, 1998; Green y Hartley, 2000;
Couturier y Mas, 2009).
Cuadro 1. Tasas de pérdida anual de la supercie de bosque templado por impacto
de la expansión del cultivo de aguacate y otras causas.
Referencia Tasa Periodo Área geográca
Fuente de datos
Garibay y Bocco (2007)
Barsimantov y
Navia-Antezana (2008)
Toledo et al. (2009)
Bravo et al. (2010)
-0.33% (690.7 ha/año)
-1.7% (3,037.5 ha/año)
1
-2,4% (1,717.7 ha/año)
1
-0.95% (707.1 ha/año)
1976-2005 Meseta
Purépecha (11 municipios).
Imágenes SPOT
1990-2006 Once municipios
de la franja aguacatera
Imágenes Landsat TM y ETM
1996-2005 Veintidós
municipios de la franja
aguacatera Inventario de
predios, trabajo de campo
y GPS (COMA, 2005;
Anguiano et al., 2006)
1975-2008
Subcuenca Río Cupatitzio
(8 municipios) Imágenes
Landsat ETM y SPOT
1
Valor estimado aplicando la ecuación de la FAO (1995) con base en la información reportada
por los autores. Garibay y Bocco (2007) y Bravo et al. (2010) usaron esta ecuación para determinar la
tasa de deforestación.
67
Para contextualizar en el ámbito nacional la magnitud del rango de las tasas
de deforestación obtenidas en la franja aguacatera, un estudio reciente muestra que
en el 36% del territorio (59 cuencas) se presentaron tasas de pérdida en el rango
de 1,000 a 10,000 ha/año durante el periodo 1970-2009 (Cuevas et al., 2010); los
autores reconocieron que en promedio las cuencas del país pierden anualmente
1,130 ha de vegetación natural y que sólo en el 5% del territorio ocurrió una condición
estable o sin cambios. También destacaron que la tasa promedio representa un riesgo
inminente para la funcionalidad de cuencas menores de 2,000 km
2
.
En los estudios analizados se coincide en que la deforestación del bosque templado en la
franja aguacatera ocurre por varias razones. Entre estas destaca la expansión del
cultivo de aguacate, y que el mayor incremento ocurrió en las décadas de 1980 y
1990. En este periodo los principales detonantes fueron el auge exportador, primero
en los 80s con mercados europeos y asiáticos, y después en los 90s con la unión
americana (TLCAN) facilitado por cambios legales en 1992 que afectaron la tenencia
común del bosque en las comunidades rurales (Stanford, 1998; Barsimantov
y Navia-Antezana, 2008; Echánove, 2008). En la Meseta Purépecha la
deforestación ha disminuido en los últimos años, quizá porque las zonas de mayor
altitud, actualmente ocupadas por bosques primarios, rebasan los umbrales de
tolerancia climática del aguacate (Garibay y Bocco, 2007). También es probable que en
otras zonas la tasa de deforestación sea mayor en los últimos años, por la escasez de
tierras de cultivo de temporal, lo que presiona directamente a bosques y selvas bajas,
motivando el cambio de uso del suelo a huertos de aguacate.
En la literatura internacional se destaca la importancia de conocer la supercie
y distribución de la vegetación nativa como un indicador del estado ambiental de
un ecosistema o cuenca y su capacidad para mantener funciones y servicios
ecosistémicos vitales para la sociedad. También se reconoce el rol que juega el
conocimiento preciso y detallado de la supercie que ocupa un cultivo así como su
dinámica y el impacto ambiental que genera (Hassan, 2006; Lubowsky et al., 2006).
Esta información es básica para la planeación, operación y evaluación del desarrollo
agropecuario, y para valorar espacial y temporalmente las medidas para restaurar
la vegetación natural perdida. Bajo este contexto, la imprecisión en las tasas de
deforestación puede inuir o justicar posiciones y quehaceres diferentes ante el
problema de la deforestación.
Lo anterior enfatiza la importancia de contar con estudios que cuantiquen de
manera precisa la deforestación y otros procesos y dinámicas en la franja aguacatera
de Michoacán. La necesidad de realizar inventarios precisos de actualización puede
lograrse usando imágenes satelitales de muy alta resolución (VHR por sus siglas en
inglés). Actualmente las imágenes VHR más empleadas son IKONOS y QuickBird, que
ofrecen distintos productos para la actualización de cartografía topográca o