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Anfibios de Chile,
un desafío para la conservación
Anfibios de Chile, un desafío para la conservación.
Gabriel Lobos, Marcela Vidal, Claudio Correa, Antonieta Labra, Helen Díaz-Páez, Andrés Charrier,
Felipe Rabanal, Sandra Díaz & Charif Tala
Datos del libro
Edición noviembre 2013
ISBN 978-956-7204-46-5
Tiraje 2000 ejemplares
Diseño y diagramación
Francisca Villalón O, Ministerio del Medio Ambiente
Cita sugerida
LOBOS G, VIDAL M, CORREA C, LABRA A, DÍAZ - PÁEZ H, CHARRIER A, RABANAL F, DÍAZ S &
TALA C (2013) Anfibios de Chile, un desafío para la conservación. Ministerio del Medio Ambiente,
Fundación Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile y Red Chilena
de Herpetología. Santiago. 104 p.
Permitida la reproducción de los textos y esquemas para fines no comerciales, citando la fuente
de origen. Prohibida la reproducción de las fotos sin permiso de su autor.
Impresión Gráfhika Impresores
Foto de la portada
Sapo de Bullock (
Telmatobufo
bullocki
), foto de Andrés Charrier
Anfibios de Chile,
un desafío para la conservación
Gabriel Lobos, Marcela Vidal, Claudio Correa, Antonieta Labra, Helen Díaz-Páez,
Andrés Charrier, Felipe Rabanal, Sandra Díaz & Charif Tala
Ministerio del Medio Ambiente
Fundación Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile
Red Chilena de Herpetología
Índice
Prólogo III.
Las causas de la
declinación de los
anfibios
IV.
Conocimiento de los
anfibios en Chile:
un aporte para su
conservación
V.
Actuando para la
conservación de los
anfibios
VI.
Reseña de algunas
especies
I.
Los anfibios,
patrimonio natural y
cultural de nuestro
país 8
II.
Estado de
conservación de
los anfibios
28
40
72
88
60
7
7
Conservación de Anfibios | Prólogo
Conocer a los anfibios implica introducirse
en un mundo sorprendente, no sólo por su
belleza, por la variabilidad de formas de
vida o por sus adaptaciones, sino también
porque son un grupo fascinante desde el punto de
vista biológico y evolutivo, que acompaña a nuestro
planeta desde hace más de 250 millones de años,
período de tiempo que les ha permitido diversifi-
carse, alcanzando las casi 7.100 especies que hoy
en día conocemos.
Su adaptación y fuerte dependencia del medio
acuático los convierte en un grupo extremada-
mente sensible frente a los cambios globales que
nuestro planeta experimenta producto del Cambio
Climático, no sólo por efecto de las variaciones en
los regímenes de lluvias, sino también de las tem-
peraturas.
Chile, con 63 especies de anfibios nativos, no está
ajeno al contexto global al que se enfrentan los anfi-
bios. De hecho, según el Reglamento para la Clasi-
ficación de Especies según Estado de Conservación
que administra el Ministerio del Medio Ambiente,
el 57% de las especies nativas han sido calificadas
como amenazadas dentro de las categorías de En
Peligro Crítico, En Peligro o Vulnerable. Así, los
anfibios comparten junto con los peces de aguas
continentales los mayores niveles de amenaza re-
portados hasta el momento.
Frente a este escenario, nuestro país juega un rol
fundamental, ya que un poco más del 60% de los
anfibios que viven en Chile lo hacen exclusivamen-
te dentro de nuestro territorio nacional, lo que nos
convierte en responsables de su conservación a
nivel mundial. Por eso es importante que nos ha-
gamos cargo de la conservación de los anfibios y
asumamos su cuidado como una responsabilidad y
compromiso de todos.
En ese sentido, este libro, desarrollado por es-
pecialistas con el apoyo del Ministerio del Medio
Ambiente, es una invitación a adentrarse en el co-
nocimiento de los anfibios, pero por sobre todo, a
participar activamente en la conservación y pro-
tección de estas especies de Chile, un grupo fuer-
temente endémico, pero también uno de los más
amenazados.
A través de sus capítulos encontrarán informa-
ción sobre la biología, diversidad, valor ambiental
y cultural de los anfibios, estado de conservación y
amenazas, conocimiento generado en los últimos
15 años, acciones de conservación que se están de-
sarrollando en nuestro país, así como una muestra
de imágenes y texto relativo a algunas de las espe-
cies presentes en Chile.
La conservación de los anfibios es responsabilidad
de todos, siendo esta publicación un aporte en el
desarrollo del Plan de Recuperación, Conservación
y Gestión de los Anfibios de Chile, herramienta que
entrega directrices para evitar la extinción de estas
especies.
María Ignacia Benítez
Ministra del Medio Ambiente
Prólogo
8
Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país | Conservación de Anfibios
Batrachyla antartandica
Rana jaspeada
Foto: Felipe Rabanal
I. Los anfibios, patrimonio natural y
cultural de nuestro país
9
Conservación de Anfibios | Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país
Los anfibios conforman en nuestros días
uno de los grupos de vertebrados más
amenazados por efecto antrópico. Se
trata de un grupo compuestos por poco
más de 7.100 especies a nivel mundial que
surgen evolutivamente hace unos 300 a 250
millones de años, durante el Periodo Triásico
Inferior. Las especies vivientes están agrupa-
das en tres órdenes. El orden Gymnophiona
habita en zonas tropicales húmedas, con casi
190 especies descritas. Es el menos conocido
y reúne a las llamadas “cecilias”, las cuales
se caracterizan por la ausencia de extremida-
des. Le sigue en número el orden Caudata, con
unas 650 especies, conocidas como salaman-
dras, tritones o ajolotes, y finalmente, el grupo
más abundante y conocido, el orden Anura que
reúne poco más de 6.200 especies entre ranas
y sapos.
Desde el punto de vista ecológico, los anfibios
juegan un rol muy importante en los ecosiste-
mas, debido a que controlan insectos, sirven
de alimento para otros animales, incrementan
la dinámica de sedimentos en los cuerpos de
agua, y generan un vínculo de materia y ener-
gía entre ambientes acuáticos y terrestres.
Algunas especies sustentan poblaciones hu-
manas locales como fuente de proteína y hoy,
son también objeto de estudio en búsqueda de
principios activos con fines médicos. Son con-
siderados centinelas ambientales porque sus
características fisiológicas los hacen muy sen-
sibles a los cambios que sufren los ecosiste-
mas. Los anfibios se caracterizan por su alta
dependencia al agua, viviendo la mayoría de
las especies muy asociadas a charcos, ríos o
sustratos muy húmedos. Son animales ecto-
termos, es decir, sus temperaturas corpora-
les son variables y dependen fuertemente de
la temperatura del ambiente, situación que los
obliga a preferir ambientes de temperaturas
templadas a cálidas. Esta alta dependencia, se
ha traducido en una mayor diversidad de es-
pecies en climas tropicales húmedos y menos
especies en zonas subtropicales en la medida
que avanzamos hacia los polos (Figura 1.1).
Figura 1.1. Diversidad de especies de anfibios a nivel global.
Fuente
: Global Amphibian Assessment.
1
2-3
4-6
7-10
11-15
16-20
21-30
31-40
41-60
60-144
10
Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país | Conservación de Anfibios
Si bien las diferencias entre ranas
y sapos pueden ser discutibles,
en términos generales, se
reconocen como ranas a
aquellos anfibios que poseen
cuerpos estilizados, provistos de
extremidades largas, piel lisa o
con pocas granulaciones y con
mayores adaptaciones para la vida
acuática. En cambio los sapos son
aquellos anfibios que presentan
cuerpos rechonchos, provistos
de extremidades cortas en
relación al cuerpo, de hábitos más
terrestres, caminadores y piel
generalmente mucho más rugosa.
Diferencias entre rana y sapo
Sapo Rana
Mayores adaptaciones para la vida acuática
Cuerpo estilizado
Extremidades largas
Piel lisa o con pocas
granulaciones
Cuerpo rechoncho
Extremidades cortas en
relación al cuerpo
Piel generalmente rugosa
Hábitos fundamentalmente terrestres
11
Conservación de Anfibios | Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país
Particularidades de la forma de vida
de los anuros
Los anfibios, ya sean ranas o sapos, cuentan
con características particulares que determi-
nan su alta sensibilidad a las perturbaciones
del ambiente:
1. Relación con la temperatura
Los anfibios, al igual que los reptiles, son ani-
males ectotermos porque dependen de las
condiciones térmicas del ambiente para sus
actividades. Regulan su temperatura funda-
mentalmente a través de la conducta, es decir,
seleccionando sitios con temperaturas que les
permitan mantener una temperatura corporal
preferencial, la que corresponde a la más ade-
cuada para el buen funcionamiento fisiológico
y conductual. Es por esto que el incremento o
la disminución drástica de temperatura pue-
den afectar severamente a las poblaciones de
anfibios, porque puede inducir importantes
alteraciones fisiológicas, como cambio en la
fenología reproductiva, efectos sobre la deter-
minación del sexo y alteración en el sistema in-
mune, es decir, en la capacidad de reducir los
riesgos de infección.
Las tolerancias térmicas (e.g. temperaturas
máximas y mínimas que los individuos sopor-
tan) varían en los distintos estados de historia
de vida, por ejemplo las larvas pueden tener
un desarrollo más rápido a altas temperatu-
ras. Por otro lado, bajo condiciones estresan-
tes (altas temperaturas y/o baja humedad), los
anfibios tienden a buscar refugio y reducir su
actividad, lo que implica, además, una mayor
restricción para su dispersión, migración u
otros movimientos.
2. Baja capacidad de desplazamiento
Los anfibios, a diferencia de aves y mamíferos,
tienen una fuerte restricción para desplazarse
grandes distancias, es decir tienen baja vagili-
dad (capacidad de moverse de un sitio a otro)
y además tienen una alta filopatría (fidelidad
al sitio de reproducción), lo cual los hace es-
pecialmente vulnerables a cambios ambien-
tales y perturbaciones de sus hábitats. Es por
ello que la degradación del hábitat genera que
los rangos de distribución de muchas especies
sean cada vez más restringidos. Más aún, su
condición de vida doble (terrestre y acuática),
determina que los anfibios tengan, en general,
un doble problema a la hora de enfrentarse a la
búsqueda de nuevos espacios.
3. Piel con pocas restricciones para el
intercambio de agua
Los anfibios, a diferencia de otros vertebra-
dos terrestres, carecen de una piel que limite
la evaporación de agua, por lo que fácilmente
pueden perder mucha agua corporal si no están
en sitios de alta humedad, o si el ambiente se
torna muy seco o con mucho viento. A su vez,
en la gran mayoría de los anfibios, una parte
12
Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país | Conservación de Anfibios
importante de la respiración se realiza a través
de su piel húmeda (respiración cutánea), parti-
cularmente en las especies más acuáticas. La
piel no sólo permite el intercambio gaseoso,
sino que también el balance osmótico, el cual
se ve negativamente afectado por el aumento de
la temperatura del agua. Por otra parte, la alta
permeabilidad de su piel los hace muy sensibles
frente a contaminantes, por ejemplo, fungici-
das, herbicidas o fertilizantes, los que pueden
afectar a los ejemplares adultos ya sea por con-
tacto directo o por encontrarse disueltos en el
agua, en cuyo caso las larvas y huevos también
pueden verse afectados. Como efecto de la ex-
posición de los anfibios a contaminantes éstos
pueden morir o sufrir efectos subletales como
son alteraciones en el desarrollo, pigmentación
e incluso deformaciones.
4. Dependencia del agua
La vida de los anfibios, en especial la reproduc-
ción, está asociada al agua. Todos los anfibios,
incluidas las especies con huevos no acuáticos,
dependen en distintos grados de la disponibi-
lidad de agua dulce para el éxito reproductivo
(Figura 1.2). De hecho, varios científicos propo-
nen que para los anfibios la disponibilidad de
agua es más relevante que la temperatura, en
cuanto a los efectos en sus historias de vida.
Por este motivo, las especies se han adaptado
a condiciones de mayor o menor requerimien-
to hídrico, por lo que pueden encontrarse en
ambientes muy diversos (e.g., desierto, seca-
no, ríos, humedales). Esto se ve claramente en
Chile ya que es posible encontrar especies que
Figura 1.2. Ambientes donde habitan anfibios:
1. Vegas asociadas al Salar de Carcote,
altiplano de la Región de Antofagasta.
Foto: Antonieta labra.
2. Arroyo Las Lajitas, Cordillera de Los
Andes, Región Metropolitana. Hábitat de
Alsodes tumultuosus
y
Rhinella spinulosa
.
Foto: Claudio Correa.
3. Arroyo de Mehuin, Región de Los Ríos,
ambiente de
Insuetophrynus acarpicus
.
Foto Felipe Rabanal.
1 2
3
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Conservación de Anfibios | Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país
Figura 1.3. Hembra de
Alsodes tumultuosus
junto a larvas de
Rhinella spinulosa
. Arroyo
Las Lajitas, Cordillera de Los Andes, Región
Metropolitana.
Foto: Claudio Correa.
requieren de muy poca agua para subsistir y
especies que son estrictamente acuáticas.
En cuanto a su ciclo reproductivo, las larvas
eclosionan de los huevos y en la mayoría de
los anfibios se desarrollan completamente en
el agua (Figura 1.3), siendo el periodo de de-
sarrollo larval de duración variable, el que de-
pendiendo de la especie puede durar desde un
par de semanas a un par de años (Figura 1.4).
La etapa larval es probablemente la etapa de
vida más susceptible a la degradación del me-
dio acuático. Los efectos de los cambios en las
temperaturas y precipitaciones de los cuerpos
de agua son más dramáticos en las especies
que habitan sistemas muy sensibles, como po-
zas efímeras y aisladas, humedales costeros,
sistemas áridos y semiáridos o sitios de alta
montaña. De hecho, en este tipo de hábitats,
precipitaciones insuficientes e hidroperiodos
acortados pueden determinar el cese del de-
sarrollo larval. Por otro lado, los anfibios que
habitan en humedales costeros pueden verse
afectados por el ingreso del agua marina cuan-
do disminuye el caudal de estos humedales,
produciendo un incremento en la salinidad que
no permite el adecuado desarrollo de las larvas.
Figura 1.4. Larva y juvenil de
Telmatobius
sp.
del Salar de Carcote, Región de Antofagasta.
Nótese el gran tamaño de la larva, lo que
sugiere de un crecimiento muy lento que
implica una larga etapa larval. Esto determina
una alta vulnerabilidad de esta especie a
cualquier factor que afecte negativamente la
sobrevivencia de las larvas.
Foto: Antonieta Labra.
14
Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país | Conservación de Anfibios
5. Fragilidad de sus huevos
Los huevos de los anfibios no tienen una cu-
bierta protectora como la cáscara de los hue-
vos de aves y reptiles, aspecto que los hace
altamente vulnerables a factores ambien-
tales, tales como contaminantes en el agua
(e.g., desechos humanos, pesticidas, fertili-
zantes, metales pesados), y que tienen diver-
sas consecuencias negativas en el desarrollo
embrionario. La carencia de cáscara también
determina una mayor vulnerabilidad a la ra-
diación ultravioleta, la cual puede inducir una
disminución de las tasas de eclosión, muta-
ciones y muerte celular. Estos contaminantes
y la radiación también pueden afectar otras
etapas de la historia de vida de los anfibios;
de hecho la radiación disminuye las tasas de
crecimiento, causa disfunciones del siste-
ma inmune, induce daños subletales y causa
mortalidad de los individuos.
Eupsophus roseus
Rana de hojarasca rosácea
Foto: Claudio Almarza
15
Conservación de Anfibios | Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país
Los anfibios de Chile
En nuestro país sólo encontramos represen-
tantes del orden Anura, con 63 especies nati-
vas descritas a la fecha (Anexo al final de este
capitulo), reunidas en siete familias (Tabla
1.1). A éstas se suma una especie introduci-
da en el territorio, la rana de garras o rana
africana (
Xenopus laevis
) perteneciente a la
familia Pipidae.
Si bien Chile no posee una elevada riqueza de
especies como Argentina o Brasil por ejem-
plo, tiene un elevado endemismo, ya que poco
más del 60% de las especies descritas habitan
exclusivamente dentro de los límites territo-
riales de nuestro país.
Señalar un número preciso de especies para
Chile puede ser discutible, no sólo porque
existe una constante descripción de nuevas
especies, sino que también muchas áreas del
territorio aún no han sido prospectadas ade-
cuadamente. Además, frecuentemente hay
diferencia de opinión académica respecto de
la validez de algunas de las especies. De he-
cho, en la última década se han descrito 12
especies nuevas para la ciencia y se ha repor-
tado para Chile la presencia de otras que sólo
se conocían para la Patagonia Argentina (e.g.,
Atelognathus salai, Alsodes gargola, Alsodes
pehuenche
).
Tabla 1.1. Familia y géneros de anfibios nativos presentes en Chile y porcentaje de especies
endémicas para cada género.
Familia Género Número
total de
especies
Número de
especies
endémicas
Porcentaje de
endemismo (%)
Alsodidae
Alsodes
17 13 76
Eupsophus
11 8 73
Bufonidae
Nannophryne
1 - -
Rhinella
5 2 40
Batrachylidae
Atelognathus
2 1 50
Batrachyla
4 1 25
Chaltenobatrachus
1 - -
Hylorina
1 - -
Calyptocephalellidae
Calyptocephalella
1 1 100
Telmatobufo
4 4 100
Leptodactylidae
Pleurodema
3 - -
Rhinodermatidae
Insuetophrynus
1 1 100
Rhinoderma
2 1 50
Telmatobiidae
Telmatobius
10 8 80
TOTAL 63 40 63
16
Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país | Conservación de Anfibios
La mayor riqueza de especies nativas de an-
fibios se concentra en los bosques templados
del centro y sur de Chile, entre las regiones
del Biobío y Aysén (Tabla 1.2), donde se conju-
gan los ambientes más húmedos con tempe-
raturas adecuadas para este grupo. Aquí, los
géneros con mayor riqueza de especies son
Alsodes
y
Eupsophus
, que además destacan
por su elevado nivel de endemismo, 77 y 73%
respectivamente (Tabla 1.1).
Tabla 1.2. Número de especies y endemismo por región administrativa.
Región N° total de
especies
N° de especies
endémicas
para Chile
N° de especies
endémicas de
la Región
XV de Arica y
Parinacota 6 3 2
I de Tarapacá 4 2 1
II de Antofagasta 8 6 5
III de Atacama 4 2 0
IV de Coquimbo 6 4 0
V de Valparaíso 7 4 0
Metopolitana 9 6 2
VI de O´Higgins 8 5 0
VII del Maule 14 8 4
VIII del Biobío 20 10 2
IX de La Araucanía 24 12 3
XIV de Los Ríos 22 8 3
X de Los Lagos 18 3 0
XI de Aysén 17 2 1
XII de Magallanes 7 1 1
17
Conservación de Anfibios | Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país
Los anfibios de Chile poseen una gran impor-
tancia debido a su prolongado aislamiento geo-
gráfico. El clima y la topografía han producido
una heterogeneidad biótica y ambiental que
ha determinado que muchas de las especies
sean raras o estén ausentes en otras zonas
del continente, incluyendo varias especies que
son conocidas para una sola localidad y otras
para muy pocos sitios. Esta condición de áreas
de distribución tan pequeñas, es también un
factor que juega en su contra, porque las hace
más vulnerables frente a cambios naturales o
antrópicos de los ambientes en que viven. En
comparación con otros países, Chile ocupa un
lugar destacado entre los países con mayor
número de especies endémicas, equiparando
a países como India o Brasil, que tienen uno
de los índices más altos en diversidad de an-
fibios en el mundo. De hecho, a nivel nacional,
los anfibios son considerados como el grupo de
vertebrados con el mayor grado de endemismo
de todos los vertebrados (63%, ver Tabla 1.1),
destacando la familia Calyptocephalellidae
(géneros
Calyptocephalella
y
Telmatobufo
) y
el género
Insuetophrynus
como exclusivos de
Chile.
En Chile los anfibios han colonizado una gran
diversidad de ambientes, con especies adap-
tadas a vivir en ambientes altoandinos aso-
ciados a pequeños cuerpos de agua en zonas
desérticas, como son las especies de ranas
altiplánicas del género
Telmatobius
. Otras
viven asociadas al secano costero y matorral
esclerófilo, en donde los ejemplares adultos
sólo se acercan a los cuerpos de agua en épo-
ca reproductiva, pasando gran parte de la vida
adulta en suelo seco, como es el caso del sapo
de rulo (
Rhinella arunco
). Otras especies viven
en la vegetación baja, la hojarasca húmeda del
suelo o cavidades bajo troncos caídos y rocas
en bosques húmedos y lluviosos (
Eupsophus,
Alsodes, Batrachyla
), mientras otras son pre-
dominantemente acuáticas, habitando zonas
lacustres o espejos de agua como la rana
grande chilena (
Calyptocephalella gayi
).
18
Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país | Conservación de Anfibios
ricos como Ponono (sapo), Poko (sapo), Ngakiñ
(sapo), Koltraw (renacuajos), Llüngki (sapo).
Asimismo, en la cultura atacameña se encuen-
tran designaciones como Ckopalitti (larva de
sapo) y Ampatur (sapo de especie particular).
En el caso de la lengua quechua, se nombró
a los anfibios como Janp’atu (sapo), Juq’ullu
(renacuajo, cría de ranas o sapos), Tuqutuqu
(batracio semejante a un sapo grande). Así,
según Mera & Lobos (2008) los anfibios son
reconocidos como gnecos o espíritus dueños y
protectores de las aguas, ya que habitan en las
cercanías de los hualves (pantanos).
A pesar de la baja diversidad de anfibios pre-
sentes en nuestro país, las culturas que habi-
taban Chile antes de la colonización europea,
consideraron dentro de sus creencias a varias
de estas especies, aunque sin un marcado de-
sarrollo en sus representaciones. Debido a
esto, su iconografía y usos, así como también
los mitos y leyendas chilenas asociadas a sapos
y ranas son más escasos en relación a otros
países, donde sus anfibios se caracterizan por
sus tamaños, colores e incluso por tener sus-
tancias psicotrópicas. De acuerdo a lo descrito
por Mera & Lobos (2008), en el norte y centro
de Chile han sido frecuentes los hallazgos de
motivos anfiomorfos, como aquellos de las ce-
rámicas encontrados en el Cerro Tongorito en
Petorca, los cuales reflejan la importancia de
estos animales para nuestros antepasados.
En relación a otras culturas, se ha descrito que
en México entre el 1200 al 900 A.C., y en otras
áreas de Sudamérica se usaban sustancias
alucinógenas como la bufotenina del sapo de
caña (
Rhinella marina
). En Chile existen varias
especies de sapos semejantes al sapo de caña,
pero se desconoce la presencia de sustancias
alucinógenas que hayan sido utilizadas con los
mismos fines por las culturas ancestrales que
habitaron nuestro país. A pesar de esto, se han
reportado alergias en algunas personas por
contacto con el sapo de rulo (
Rhinella arunco
).
Asimismo, otras descripciones han puntualiza-
do el uso de las toxinas de la piel de las ranas
flecha (Dendrobatidae) de la Amazonia, o las
batracotoxinas de la rana dorada venenosa de
Colombia, la que con sólo 0,2 mg puede ser le-
tal para una persona. Concretamente en Chile,
se ha descrito el uso de venenos por medio de
un batido de ranas en las cercanías de Pangui-
pulli y pudo haber algún uso de sapos y ranas
en el pasado, considerando los restos de rana
grande chilena (
Calyptocephalella gayi
) y otras
especies de anfíbios encontradas en entierros
en Tagua-Tagua y Arauco.
Patrimonio cultural
Tradicionalmente la cultura occidental ha califi-
cado a los sapos y ranas como animales rastre-
ros, húmedos, asquerosos y de poco o ningún
valor. Esta situación determina que los anfibios
sean más desconocidos y que su estudio provo-
que fascinación y misterio. Además, es el grupo
de vertebrados terrestres del cual existe me-
nor conocimiento, aun cuando poseen la mayor
variedad de colores y textura de piel, modos de
reproducción, modos de vida y de ocupación de
nichos ecológicos (“función” que desempeña
cierto individuo dentro de una comunidad) den-
tro de todos los hábitats que ocupan.
De acuerdo a lo planteado por Mera & Lobos
(2008), muchos de los grupos formativos de
la América Andina incluían en su alfarería,
textiles o arte rupestre, representaciones de
animales emblemáticos, los cuales eran en-
señados por generaciones a través de mitos y
leyendas que mostraban su visión del mundo.
En Chile, estas representaciones no están au-
sentes y son ampliamente promovidas a tra-
vés de estos animales acuáticos.
Según describieron estos autores, el pueblo
mapuche representó a sapos y ranas por me-
dio de nombres específicos como Arumko o
sapo de rulo, Koykoy –Koywilla- Trawultrawul
para el sapito de cuatro ojos, Pakarwa – Wakag
– Wakaka para la rana grande chilena, Trawul-
trawul para la ranita de Darwin, o bien gené-
19
Conservación de Anfibios | Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país
Anexo. Lista actualizada de los anfibios de Chile.
Nombre científico Nombre común* Estado de
Conservación (RCE) Distribución en Chile Endémico
de Chile
Alsodes coppingeri
(= A. australis
1
)
Rana de pecho
espinoso austral Casi Amenazada Desde Puente Traihuanca (Región de Aysén) hasta
Puerto Edén (Región de Magallanes) NO
Alsodes barrioi
Rana de Barrio
o rana de pecho
espinoso de
Nahuelbuta
En Peligro - Rara P.N. Nahuelbuta y alrededores (Regiones del Biobío
y de La Araucanía) SI
Alsodes gargola
2Rana del Catedral Sin Clasificar Futaleufú (Región de Los Lagos) NO
Alsodes hugoi
Rana de Hugo o
rana de pecho
espinoso de Lircay
Vulnerable R.N. Altos de Lircay (Región del Maule) SI
Alsodes igneus
Rana de pecho
espinoso de
Tolhuaca
Datos Insuficientes P.N. Tolhuaca (Región de La Araucanía) SI
Alsodes
kaweshkari
Rana de pecho
espinoso
kaweshkar
Datos Insuficientes Puerto Edén y Seno Huemules (Región de
Magallanes) SI
Alsodes laevis
3
Rana de pecho
espinoso de
Potrero
En Peligro Crítico Potrero Grande4 (Región Metropolitana) SI
20
Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país | Conservación de Anfibios
Alsodes montanus
Rana de pecho
espinoso de monte En Peligro - Rara Desde La Parva (Región Metropolitana) hasta el río
Tinguiririca (Región de O’Higgins) SI
Alsodes monticola
Rana de pecho
espinoso de Isla
Inchy
Casi Amenazada Isla Inchy5 (Región de Aysén) SI
Alsodes nodosus
Sapo arriero o
sapo popeye Casi Amenazada Desde el sur de la Región de Coquimbo hasta el sur
de la Región de O’Higgins SI
Alsodes norae
Rana de pecho
espinoso de Oncol Peligro Crítico Parque Oncol (Región de Los Ríos) SI
Alsodes pehuenche
6Rana del Valle
Pehuenche Sin Clasificar Paso Pehuenche (Región del Maule) NO
Alsodes
tumultuosus
Rana de pecho
espinoso de La
Parva
En Peligro - Rara La Parva y Potrero Grande
(Región Metropolitana) SI
Alsodes
valdiviensis
Rana de pecho
espinoso de Cerro
Mirador
Sin Clasificar Cordillera Pelada (Región de Los Ríos) SI
Alsodes vanzolinii
Rana de pecho
espinoso de
Ramadillas o rana
de Vanzolini
En Peligro - Rara Desde Ramadillas hasta Cuyinco Alto (Región del
Biobío) SI
Alsodes
verrucosus
Rana de pecho
espinoso de
verrugas
En Peligro Desde la Provincia de Cautín (Región de La
Araucanía) hasta Puyehue (Región de Los Lagos) NO
Nombre científico Nombre común* Estado de
Conservación (RCE) Distribución en Chile Endémico
de Chile
21
Conservación de Anfibios | Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país
Alsodes vittatus
Rana de pecho
espinoso de
Malleco
En Peligro Crítico San Ignacio de Pemehue (Región de La Araucanía) SI
Atelognathus ceii
Rana de La
Tapera Datos Insuficientes La Tapera (Región de Aysén) NO
Atelognathus salai
(= A. jeinimenensis
7
)
Rana de Laguna
Los Gendarmes Datos Insuficientes Desde Cerro Castillo hasta la R.N. Lago Jeinimeni
(Región de Aysén) NO
Batrachyla
antartandica
Rana jaspeada Preocupación Menor Desde Mehuín (Región de Los Ríos) hasta Isla
Virtudes (Región de Magallanes) NO
Batrachyla
leptopus
Rana moteada Preocupación Menor Desde Los Queules (Región del Maule) hasta el río
Baker (Región de Aysén) NO
Batrachyla nibaldoi
Rana de antifaz de
Bahía Murta Casi Amenazada Desde Isla Alao (Chiloé, Región de Los Lagos)
hasta Villa O’Higgins (Región de Aysén) SI
Batrachyla taeniata
Rana de ceja o
rana de antifaz Casi Amenazada Desde Zapallar (Región de Valparaíso) hasta río
Correntoso (Región de Aysén) NO
Calyptocephalella
gayi
(= Caudiverbera
caudiverbera)
Rana grande
chilena Vulnerable Desde el Valle del Elqui (Región de Coquimbo)
hasta Puerto Montt (Región de Los Lagos) SI
Chaltenobatrachus
grandisonae
8
(= Atelognathus
grandisonae)
Rana del Chaltén
o rana de
Grandison
Datos Insuficientes Laguna Caiquenes (Región de Aysén) y Puerto
Edén (Región de Magallanes) NO
Nombre científico Nombre común* Estado de
Conservación (RCE) Distribución en Chile Endémico
de Chile
22
Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país | Conservación de Anfibios
Eupsophus altor
Rana de hojarasca
de Oncol Sin Clasificar Parque Oncol y alrededores (Región de Los Ríos) SI
Eupsophus
calcaratus
Rana de hojarasca
austral Preocupación Menor Desde Tres Chiflones (Región de Los Ríos) hasta
Isla Wellington (Región de Magallanes) NO
Eupsophus
contulmoensis
Rana de hojarasca
de Contulmo En Peligro M.N. Contulmo (Región de La Araucanía) SI
Eupsophus
emiliopugini
Rana de hojarasca
de párpados
verdes
Preocupación Menor Desde Puyehue (Región de Los Lagos) hasta Isla
Riveros (Región de Aysén) NO
Eupsophus
insularis
Rana de hojarasca
de Isla Mocha En Peligro - Rara Isla Mocha (Región del Biobío) SI
Eupsophus migueli
Rana de hojarasca
de Mehuín En Peligro - Rara Mehuín y alrededores (Regiones de La Araucanía y
de Los Ríos) SI
Eupsophus
nahuelbutensis
Rana de hojarasca
de Nahuelbuta En Peligro - Rara Desde Ramadillas (Región del Biobío) hasta el
P.N. Nahuelbuta (Región de La Araucanía) SI
Eupsophus
queulensis
9
Rana de hojarasca
de Los Queules Sin Clasificar Los Queules (Región del Maule) SI
Eupsophus roseus
Rana de hojarasca
rosácea Vulnerable Desde Concepción (Región del Biobío) hasta
Valdivia (Región de Los Lagos) SI
Eupsophus
septentrionalis
Rana de hojarasca
septentrional En Peligro Los Queules y alrededores (Región del Maule) SI
Nombre científico Nombre común* Estado de
Conservación (RCE) Distribución en Chile Endémico
de Chile
23
Conservación de Anfibios | Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país
Eupsophus
vertebralis
Rana de hojarasca
grande Vulnerable Desde el P.N. Tolhuaca (Región de La Araucanía)
hasta la Cordillera Pelada (Región de Los Ríos) NO
Hylorina sylvatica
Rana esmeralda o
rana arbórea Preocupación Menor Desde Ramadillas (Región del Biobío) hasta el
P.N. Laguna San Rafael (Región de Aysén) NO
Insuetophrynus
acarpicus
Rana verde de
Mehuín En Peligro - Rara Desde Queule (Región de La Araucanía) hasta
Chanchán (Región de Los Ríos) SI
Nannophryne
variegata
Sapo variegado Preocupación Menor
Desde la Laguna del Laja (Región del Biobío)
hasta la Península de Brunswick (Región de
Magallanes)
NO
Pleurodema
bufonina
Sapo de cuatro
ojos del sur Casi Amenazada
Desde la Laguna del Maule (Región del Maule)
hasta la Península de Brunswick (Región de
Magallanes)
NO
Pleurodema
marmoratum
Sapo de cuatro
ojos del norte En Peligro - Rara Desde Parinacota (Región de Arica y Parinacota)
hasta Quebe (Región de Tarapacá) NO
Pleurodema thaul
Sapito de cuatro
ojos Casi Amenazada Desde Antofagasta10 (Región de Antofagasta)
hasta Puerto Aysén (Región de Aysén) NO
Rhinella arunco
Sapo de rulo Vulnerable Desde Huentelauquén (Región de Coquimbo)
hasta Purén (Región de La Araucanía) SI
Rhinella
atacamensis
Sapo de Atacama Vulnerable Desde Paposo (Región de Antofagasta) hasta Las
Chilcas (Región de Valparaíso) SI
Nombre científico Nombre común* Estado de
Conservación (RCE) Distribución en Chile Endémico
de Chile
24
Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país | Conservación de Anfibios
Rhinella
rubropunctata
Sapo de manchas
rojas Vulnerable Desde Ramadillas (Región del Biobío) hasta el
P.N. Vicente Pérez Rosales (Región de Los Lagos) NO
Rhinella papillosa
(= R. spinulosa
papillosa)
Sapo de papilas Rara Alta cordillera de la Provincia de Cautín
(Región de La Araucanía) NO
Rhinella spinulosa
Sapo espinoso Preocupación Menor
Desde Caquena (Región de Arica y Parinacota)
hasta Tilomonte (Región de Antofagasta) y desde
Portillo (Región de Valparaíso) hasta el P.N.
Vicente Pérez Rosales (Región de Los Lagos)
NO
Rhinoderma
darwinii
Ranita de Darwin En Peligro Desde Concepción (Región del Biobío) hasta
Puyuhuapi (Región de Aysén) NO
Rhinoderma
rufum
11
Ranita de Darwin
de Chile o sapito
vaquero
En Peligro Crítico Desde Pichilemu (Región de O’Higgins) hasta
Ramadillas (Región del Biobío) SI
Telmatobius
chusmisensis
Rana de Chusmiza En Peligro Crítico Chusmiza (Región de Tarapacá) SI
Telmatobius
dankoi
Rana de Danko En Peligro Crítico Las Cascadas (Región de Antofagasta) SI
Telmatobius
fronteriensis
Rana de Ollagüe En Peligro Crítico Puquios (Región de Antofagasta) SI
Telmatobius halli
Rana de Hall En Peligro Crítico Cerca de Ollagüe (Región de Antofagasta) SI
Nombre científico Nombre común* Estado de
Conservación (RCE) Distribución en Chile Endémico
de Chile
25
Conservación de Anfibios | Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país
Telmatobius
marmoratus
Rana acuática
jaspeada Vulnerable Desde Parinacota (Región de Arica y Parinacota)
hasta Cancosa (Región de Tarapacá) NO
Telmatobius
pefauri
Rana de Péfaur En Peligro - Rara Murmuntani y Zapahuira (Región de Arica y
Parinacota) SI
Telmatobius
peruvianus
Rana peruana En Peligro - Rara Putre (Región de Arica y Parinacota) NO
Telmatobius
philippii
Rana de Philippi En Peligro Quebrada Amincha y Quebrada del Inca (Región de
Antofagasta) SI
Telmatobius
vilamensis
Rana de Vilama Sin Clasificar Vilama (Región de Antofagasta) SI
Telmatobius
zapahuirensis
Rana de
Zapahuira En Peligro - Rara Zapahuira (Región de Arica y Parinacota) SI
Telmatobufo
australis
Sapo austral o
rana montana de
dos líneas
Vulnerable Desde Mehuín (Región de Los Ríos) hasta Cerro
Püschel (Región de Los Lagos) SI
Telmatobufo
bullocki
Sapo de Bullock o
rana montana de
Nahuelbuta
Vulnerable - Rara Desde Quirihue hasta Elicura (Regiones del Biobío
y de La Araucanía) SI
Telmatobufo
ignotus
Rana montana de
Los Queules Sin Clasificar Los Queules (Región del Maule) SI
Nombre científico Nombre común* Estado de
Conservación (RCE) Distribución en Chile Endémico
de Chile
26
Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país | Conservación de Anfibios
* Varios de los nombres comunes entregados en esta lista corresponden más bien a lo que podría denominarse “nombres castellanizados”, de-
bido a que vienen del nombre dado en latín (por ejemplo,
Telmatobufo australis
: sapo austral), y no de una denominación dada por el común de
la gente, ya que en la mayoría de los casos los nombres son simplemente, rana o sapo.
Notas tabla 1.3
1. Recientemente sinonimizada por Blotto et
al. (2012).
2. Reportada para Chile por Blotto et al. (2012).
3. Cuevas (2013) plantea que esta especie per-
tenecería al género
Telmatobius.
4. En la descripción original la localidad tipo es
Potrero, Chile, pero fuentes posteriores sugie-
ren que se trata de Potrero Grande.
5. Méndez et al. (2005) señalan su presencia en la
costa de la Región de Los Lagos, pero esos regis-
tros fueron desestimados por Blotto et al. (2013).
6. Reportada para Chile por Corbalán et al.
(2010).
7. Recientemente sinonimizada por Díaz-Páez
et al. (2011).
8. Redescubierta en Argentina (Basso et al.
2011); no se ha vuelto a observar desde su des-
cripción en la localidad tipo, Puerto Edén, Isla
Wellington (Lynch 1975).
9. Considerada sinónima de
Eupsophus
septentrionalis
en el marco del RCE.
10. Esta especie habría sido introducida en la
ciudad de Antofagasta por lo que su límite nor-
te natural es Carrera Pinto, Región de Atacama
(Correa et al. 2007). Hay una población introdu-
cida en la Isla Robinson Crusoe, Archipiélago
de Juan Fernández (Correa et al. 2008).
11. Bourke et al. (2012) mencionan otras loca-
lidades más allá de los límites indicados, pero
acá se reconocen los límites tradicionales.
Telmatobufo
venustus
Sapo hermoso
o rana montana
venusta
En peligro
Desde la R.N. Altos de Lircay (Región del Maule)
hasta San Ignacio de Pemehue (Región de La
Araucanía)
SI
Xenopus laevis
Rana africana o
rana de uñas Exótica Desde el río Limarí (Región de Coquimbo) hasta la
Región de O’Higgins NO
Nombre científico Nombre común* Estado de
Conservación (RCE) Distribución en Chile Endémico
de Chile
27
Conservación de Anfibios | Los anfibios, patrimonio natural y cultural de nuestro país
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28
Estado de conservación de los anfibios | Conservación de Anfibios
II. Estado de conservación de los anfibios
Alsodes vanzolinii
Rana de Vanzolini
Foto: Felipe Rabanal
29
Conservación de Anfibios | Estado de conservación de los anfibios
Hablar de conservación de anfibios re-
sulta un tema muy complejo debido
a las múltiples variables bióticas y
abióticas involucradas en la sobrevi-
vencia de las poblaciones. Los primeros indi-
cios de que estaban disminuyendo las pobla-
ciones naturales de anfibios surgieron en 1950,
aunque el reconocimiento de que éste era un
problema, surgió solamente durante las dis-
cusiones del Primer Congreso de Herpetología
en Inglaterra en 1989. Blaustein & Wake (1990)
establecieron la existencia de un declive de las
poblaciones de anfibios a nivel mundial, acu-
ñando el concepto de “Declinación de las po-
blaciones de anfibios”. De hecho, los anfibios
son el grupo de vertebrados más amenazados,
con casi un tercio de las especies en serio ries-
go de extinción, debido a que enfrentan a una
variedad de amenazas que son tristemente fa-
miliares, tales como la pérdida de hábitat, el
cambio global, la sobreexplotación y la intro-
ducción de especies exóticas.
En un comienzo, se reportaron declinaciones
en Estados Unidos, Europa y Australia, siendo
destacable a nivel Latinoamericano la desapa-
rición de la rana dorada (
Bufo periglenes
) en
Costa Rica, cuyo último registro data de 1989,
llevándola a encabezar las listas de las espe-
cies más buscadas por el Grupo de Especialis-
ta de Anfibios (Amphibian Specialist Group).
A nivel global, esta declinación se traduce hoy
en día en que los anfibios corresponden a uno
de los grupos de vertebrados más amenaza-
dos. Un estudio de los anfibios del mundo rea-
lizado el año 2004 indicó que al menos el 43
% de las especies de anfibios enfrentan alguna
forma de reducción en sus poblaciones. De un
total de 5.743 especies de anfibios evaluadas
hasta ese entonces, el 32,5% de ellas estaba
en la categoría de Amenazada (7,4% En Peligro
Crítico), cifras que han ido en aumento. Hasta
el año 2004 se habían reportado 34 especies
extintas de anfibios.
Si bien existe una noción de los procesos de
declinación de anfibios a nivel mundial, en
Chile los datos al respecto son insuficientes
y los registros más concretos se vinculan a la
situación de la ranita de Darwin (
Rhinodema
darwinii
) y de la ranita vaquera (
R. rufum
) cuyo
último avistamiento fue el año 1980.
Esta disminución de las poblaciones de anfi-
bios ha originado una fuerte conciencia en los
investigadores, en el público en general y en
tomadores de decisión. Sin embargo, todos los
esfuerzos de conservación han sido insuficien-
tes para evitar esta pérdida, la que ha alcanza-
do un nivel sin precedentes en la historia de la
humanidad.
30
Estado de conservación de los anfibios | Conservación de Anfibios
Instrumentos y mecanismos para protección
y conservación de anfibios en Chile
La alteración y destrucción de la naturaleza
tiene consecuencias tanto a nivel de la biodi-
versidad afectada, como en el desarrollo del
país, siendo un tema de interés de la sociedad
en su conjunto. Es por este motivo que la ges-
tión en biodiversidad requiere generar instru-
mentos y mecanismos adecuados para un tra-
bajo eficiente y eficaz para la conservación de
la naturaleza, donde las medidas que articulan
los distintos esfuerzos puedan garantizar la
persistencia de esta biodiversidad en el tiempo
y el espacio. Para estos fines, no sólo se debe
considerar aspectos biológicos y ecológicos de
las especies, sino que debe tenerse claridad
de que esta tarea conlleva un fuerte conflicto
entre desarrollo y conservación. Consecuen-
temente, es necesario considerar a la hora de
generar instrumentos para la conservación de
la biodiversidad, los aspectos económicos, so-
ciales y culturales directamente asociados a
los diferentes problemas en conservación bio-
lógica, a fin de realizar las acciones que efec-
tivamente puedan mitigar los impactos negati-
vos sobre los ecosistemas.
Una aproximación para conservar la biodi-
versidad consiste en resguardar los hábitats
a través de la creación y gestión de espacios
naturales protegidos. Chile cuenta casi con un
20% de su territorio protegido bajo la figura de
Áreas Protegidas (Parques Nacionales, Reser-
Foto: xxxxxx
vas y Monumentos Nacionales). Sin embargo,
dichas áreas resultan insuficientes por sí mis-
mas para salvaguardar nuestra biodiversidad,
dado que muchas especies que se encuentran
amenazadas, no están representadas al inte-
rior de estas unidades de protección. De hecho
se estima que al menos 25 de las especies de
anfíbios descritas para Chile no tendrían dis-
tribución o presencia conocida dentro del Sis-
tema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas
del Estado (SNASPE). Por lo mismo, y de ma-
nera complementaria, es necesario también
desarrollar esfuerzos y herramientas de conser-
vación fuera de estas áreas protegidas, priori-
zando estrategias hacia especies que se encuen-
tran amenazadas y concentrando los esfuerzos
en las acciones que permitan su recuperación.
En Chile, los anfibios han comenzado a ser
foco de preocupación desde hace poco tiempo,
cuando en 1993, por primera vez son incluidos
entre las especies de caza y captura prohibidas
dentro del Reglamento de la Ley de Caza. En
la década previa a ello, estas especies fueron
masivamente capturadas y exportadas para fi-
nes de investigación y como mascotas, lo que
habría determinado una disminución e incluso
pérdida de algunas de sus poblaciones.
Debido a estas y otras amenazas a las que se
enfrentan las distintas especies en general, y
en particular los anfibios, resulta fundamen-
tal determinar su estado de conservación. De
hecho, la clasificación de especies según su
estado de conservación es una herramienta
Telmatobufo venustus
Sapo hermoso o rana montana venusta
Foto: Andrés Charrier
31
Conservación de Anfibios | Estado de conservación de los anfibios
que permite evaluar el riesgo de extinción de
la diversidad biológica y por ello, puede con-
tribuir a priorizar los recursos e iniciativas de
investigación, protección y recuperación en las
especies más amenazadas.
En Chile se han realizado valiosos esfuerzos
para clasificar las especies del país, destacan-
do el Libro Rojo de los Vertebrados Terrestres
de Chile (Glade 1988), seguido de otras pro-
puestas técnicas planteadas por Ramón For-
mas en 1995, Herman Núñez y colaboradores
en 1997, el Reglamento de la Ley de Caza (DS
N° 5 de 1998 del Minagri) y por Helen Díaz y
Juan Carlos Ortiz en 2003. Actualmente, y des-
de al año 2005, en virtud de lo mandatado por
la Ley 19.300 sobre Bases Generales del Medio
Ambiente, Chile cuenta con un procedimien-
to oficial, el Reglamento para la Clasificación
de Especies Silvestres según Estado de Con-
servación (RCE), el cual es gestionado por el
Ministerio del Medio Ambiente. En el marco
del RCE, se han efectuado y aprobado nueve
procesos de clasificación de especies entre
los años 2005 y 2013, y de los cuales, en tres
se han clasificado especies de anfibios. Este
procedimiento oficial es el único que utiliza los
criterios de la Unión Internacional para la Con-
servación de la Naturaleza (UICN) para definir
la categoría de estado de conservación de las
especies, siendo la única lista oficial vigente
para este grupo hoy en día.
En el marco del procedimiento oficial, se han
clasificado 56 especies de anfibios y sólo sie-
te de las especies reconocidas para Chile no
cuentan con una categoría de estado de con-
servación asignada (
Alsodes gargola, Alsodes
pehuenche, Alsodes valdiviensis, Eupsophus
altor, Eupsophus queulensis, Telmatobius
vilamensis,
y
Telmatobufo ignotus
). De las
56 especies clasificadas en el RCE (Tabla 2.1),
ocho se encuentran clasificadas como En Peli-
gro Crítico, 18 En Peligro, 10 Vulnerables, siete
Casi Amenazada, siete Preocupación Menor,
cinco Datos Insuficientes y una Rara. Las cate-
gorías de Casi Amenazada y Preocupación Me-
nor, incluyen a aquellas especies consideradas
como no amenazadas, mientras que Datos In-
suficientes se utiliza cuando no hay informa-
ción adecuada para hacer una evaluación di-
recta o indirecta, del riesgo de extinción de una
especie en particular. Datos Insuficientes no
es por lo tanto una categoría de amenaza, sin
embargo las especies así clasificadas debieran
recibir especial consideración en atención a la
incertidumbre que existe sobre su riesgo de
extinción y, de hecho, existe la posibilidad que
futuras investigaciones demuestren que una
categoría de amenaza pudiera ser apropiada.
32
Estado de conservación de los anfibios | Conservación de Anfibios
Figura 2.2. Categorización de los anfibios presentes en Chile, según la Clasificación de Especies Silvestres (RCE).
Por otra parte, las especies amenazadas son
aquellas clasificadas como En Peligro Crítico,
En Peligro y Vulnerable. Dentro de este contexto,
57,1% de las especies de anfibios en Chile están
amenazados, con un 12,7% en Peligro Crítico, un
28,6% En Peligro y 15,9% Vulnerables, lo que nos
ha posicionado en los rankings mundiales como
uno de los 20 países con mayor porcentaje de su
batracofauna amenazada (Figura 2.2).
11,1%
11,1%
7,9%
Casi
Amenazadas
(NT)
Preocupación
Menor (LC)
Datos
Insuficientes
(DD)
Rara (R)
1,6% 12,7%
En Peligro
Crítico (CR)
11,1%
No Evaluadas
En Peligro (EN)
28,6%
Vulnerable (VU)
15,9%
33
Conservación de Anfibios | Estado de conservación de los anfibios
Desarrollo de Listas Rojas y criterios UICN
para determinar estado de conservación
Determinar el estado de conservación o riesgo
de extinción de una especie es importante para
definir prioridades de conservación, motivo por
el cual ya desde 1960 la Unión Internacional
para la Conservación de la Naturaleza (UICN)
ha desarrollado un mecanismo para establecer
el estado de conservación, cuyos resultados se
traducen generalmente en “Lista de Especies
Amenazadas” o “Lista Roja”. Las categorías
utilizadas son Extinta (EX), Extinta en Estado
Silvestre (EW), En Peligro Crítico (CR), En
Peligro (EN), Vulnerable (VU), Casi Amenazada
(NT), Preocupación Menor (LC) y Datos
Insuficientes (DD). Una especie se considera
como amenazada cuando es clasificada como CR,
EN o VU. Los criterios utilizados por la UICN
han sido desarrollados para estimar el riesgo o
probabilidad de extinción en el cual se encuentra
una especie, las que se designan utilizando cinco
criterios científicos que evalúan el peligro de
extinción de las especies y se basan en factores
biológicos, como tamaños de las poblaciones y el
área de distribución.
Criterio A, basado en reducción poblacional y
sus causales; Criterio B, basado en distribución
geográfica, ya sea referida a extensión de
presencia o área de ocupación; Criterio
C, referido a poblaciones pequeñas en
disminución; Criterio D, referido a tamaños
poblacionales muy pequeños, pocas localidades
o distribuciones muy restringidas; y Criterio
E, basado en analisis de viabilidad poblacional
que estima la probabilidad de extinción de la
especie.
Rhinoderma darwinii
Ranita de Darwin
Foto: Claudio Almarza
34
Estado de conservación de los anfibios | Conservación de Anfibios
Table 2.1. Anfibios de Chile según categoría de conservación asignada en el marco del Reglamento para la Clasificación de Especies Silvestres (RCE).
En Peligro Crítico En Peligro Vulnerable Casi Amenazada
Alsodes laevis Alsodes barrioi Alsodes hugoi Alsodes australis (=A. coppingeri)
Alsodes norae Alsodes montanus Calyptocephalella gayi Alsodes monticola
Alsodes vittatus Alsodes tumultuosus Eupsophus roseus Alsodes nodosus
Rhinoderma rufum Alsodes vanzolinii Eupsophus vertebralis Batrachyla nibaldoi
Telmatobius chusmisensis Alsodes verrucosus Rhinella arunco Batrachyla taeniata
Telmatobius dankoi Eupsophus contulmoensis Rhinella atacamensis Pleurodema bufonina
Telmatobius fronteriensis Eupsophus insularis Rhinella rubropunctata Pleurodema thaul
Telmatobius halli Eupsophus migueli Telmatobius marmoratus
Eupsophus nahuelbutensis Telmatobufo australis
Eupsophus septentrionalis Telmatobufo bullocki
Insuetophrynus acarpicus
Pleurodema marmorata
Rhinoderma darwinii
Telmatobius pefauri
Telmatobius peruvianus
Telmatobius philippii
Telmatobius zapahuirensis
Telmatobufo venustus
35
Conservación de Anfibios | Estado de conservación de los anfibios
Preocupación Menor Datos Deficientes Rara No Evaluadas
Batrachyla antartandica Alsodes igneus Rhinella (Bufo) papillosa Alsodes gargola
Batrachyla leptopus Alsodes kaweshkari Alsodes pehuenche
Eupsophus calcaratus Atelognathus ceii Alsodes valdiviensis
Eupsophus emiliopugini Atelognathus grandisonae
(= Chaltenobatrachus grandisonae) Eupsophus altor
Hylorina sylvatica Atelognathus jeinimenensis
(=A. salai) Eupsophus queulensis
Nannophryne variegata Telmatobius vilamensis
Como se muestra en la (Tabla 2.1), hay siete especies aún no clasificadas, correspondiente al
11% de las especies de Chile, debido a que son recientemente conocidas por los científicos y se
desconoce aún su biología. Es preocupante que otras cinco especies (7,9%) estén clasificadas
como Datos Insuficientes, lo que significa que no contamos con información adecuada respecto
de su distribución, abundancias y tendencias poblacionales como para evaluarlas, a pesar que en
algunos casos están descritas hace muchos años.
36
Estado de conservación de los anfibios | Conservación de Anfibios
Alsodes norae
Rana de pecho espinoso de Oncol
Foto: Claudio Almarza
37
Conservación de Anfibios | Estado de conservación de los anfibios
Dentro de la evaluación realizada para los
anfibios de Chile en el marco del RCE, se de-
terminó que las causas de amenaza más re-
currentes han sido la alteración y pérdida del
hábitat, contaminación, extracción de agua y la
colecta a la que han sido sometidas algunas de
las especies. La crítica situación de este grupo
de vertebrados, precisa implementar medidas
que aminoren estas amenazas, canalizando
de mejor manera los esfuerzos e iniciativas de
conservación. En este sentido, los planes de
conservación son instrumentos orientados a la
salvaguarda de especies cuya existencia se en-
cuentra amenazada, siendo su fin último el que
las especies objeto de un plan puedan mante-
nerse a sí mismas sin la ayuda específica del
hombre.
En Chile, existe una amplia experiencia en la
elaboración de este tipo de instrumentos, sien-
do la Corporación Nacional Forestal (CONAF)
la entidad que ha generado el mayor núme-
ro de planes desde la puesta en marcha de
su Programa para la Conservación de Flora y
Fauna Silvestre Amenazada en Chile, en 1999.
Bajo el alero de este programa se han elabo-
rado 26 planes de conservación, tanto de flo-
ra y fauna para especies consideradas como
prioritarias. Sin embargo, ninguno de los pla-
nes formulados ha contemplado a los anfibios
como especies focales. Asimismo, el Servicio
Agrícola y Ganadero (SAG) ha utilizado esta he-
rramienta elaborando el Plan de Conservación
del Puma y la Subsecretaría de Pesca y Acui-
cultura (Subpesca) ha realizado dos iniciativas,
una correspondiente a aves marinas y otra
para tiburones. Estos planes han servido como
instrumentos de gestión para la conservación
de las especies, a pesar de que a la fecha de
sus desarrollos no existía un procedimiento de
formulación normalizado para estos fines.
En el año 2010, la Ley 20.417 le confiere al Mi-
nisterio del Medio Ambiente facultades para
ejecutar programas de investigación, protec-
ción y conservación de la biodiversidad, las que
se complementan con lo mandatado por el ar-
tículo 37 de la Ley 19.300 (modificada por la Ley
20.417) en cuanto a la generación de Planes de
Recuperación, Conservación y Gestión de Es-
pecies, para aquellas especies clasificadas por
el Reglamento para la Clasificación de Espe-
cies Silvestres. De esta manera, dichos planes
se constituyen en Chile como instrumentos
administrativos y de gestión que contienen el
conjunto de acciones, medidas y procedimien-
tos que deberán ejecutarse para recuperar,
conservar y manejar especies clasificadas por
el RCE. Estos planes podrán ser elaborados
para una especie en particular o para un grupo
de especies, cuando éstas presenten caracte-
rísticas similares en términos de su biología,
amenazas o distribución, y se rigen por princi-
pios entre los cuales destaca un carácter parti-
cipativo, es decir, que consideren a los diferen-
tes actores relevantes, tanto del sector público
como privado, al momento de establecer las
medidas de protección o recuperación de la o
las especies sometidas a un plan.
38
Estado de conservación de los anfibios | Conservación de Anfibios
Bajo este contexto, y considerando que en el
marco del Reglamento para la Clasificación
de Especies Silvestres, se han clasificado 56
de las 63 especies de anfibios nativos reco-
nocidos para Chile, resultando como el grupo
taxonómico más amenazado en el país, es vi-
tal desarrollar acciones que permitan mejorar
su estado de conservación disminuyendo las
amenazas que actúan sobre sus poblaciones y
potenciando los factores que favorecen su so-
brevivencia, todo esto, enmarcado en un Plan
de Recuperación, Conservación y Gestión para
el grupo.
Por ello, se requiere contar con esta herra-
mienta de conservación que, entre otras cosas,
permita cuantificar los tamaños poblacionales,
patrones filogenéticos, distribuciones geográ-
ficas y estructura de las poblaciones de las
especies, para luego evaluar si las actuales
áreas protegidas incluyen a aquellas especies
vulnerables y endémicas. Esta información
debería ser complementada a nivel político y
administrativo incorporando los problemas so-
cioeconómicos, bioéticos y políticos de manera
que se sensibilice e incluya a la comunidad en
las políticas de conservación de anfibios, sobre
todo porque las áreas de distribución de la ma-
yor parte de las especies en riesgo hoy en día,
se encuentran inmersas en una matriz de uso
humano, ya sea productivo o residencial. De
esta manera, se podrían identificar las oportu-
nidades emergentes que permitan mejorar la
conservación de los anfibios, a través de la pro-
tección a largo plazo en forma local o nacional,
e incorporar iniciativas de entidades privadas,
como son las áreas protegidas privadas, o el
desarrollo de iniciativas de turismo no dañino.
Esta información podría proporcionar posibili-
dades reales de desarrollar mejores estrate-
gias tendientes a la mitigación y disminución
de la creciente pérdida de la biodiversidad.
Este plan de conservación pretende por con-
siguiente establecer las directrices de gestión
para la recuperación de las poblaciones de las
especies de la batracofauna del país, por lo
que requiere de la participación, colaboración
y experiencia interdisciplinaria para su elabo-
ración, pero por sobre todo, del apoyo y contri-
bución para la implementación de las acciones
que allí se señalen. Esto implica que se nece-
sitan acciones coordinadas entre las diversas
iniciativas que impulse o realice el Estado, de
la consideración de la variable ambiental en
temas de desarrollo en el sector privado y del
involucramiento activo de la sociedad en esta
tarea que es de gran envergadura.
El éxito del Plan de Recuperación, Conserva-
ción y Gestión de Anfibios no es sólo el cum-
plimiento de las acciones señaladas en el do-
cumento, sino que la consecución del objetivo
de recuperación de las especies de anfibios
de nuestro país, que desde un punto de vista
técnico, significa sacarlos de la condición de
amenaza.
39
Conservación de Anfibios | Estado de conservación de los anfibios
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40
Las causas de la declinación de los anfibios | Conservación de Anfibios
III. Las causas de la declinación de los anfibios
Telmatobius dankoi
Rana de Danko
Foto: Antonieta Labra
41
Conservación de Anfibios | Las causas de la declinación de los anfibios
A
nivel mundial, las causas de la decli-
nación de anfibios han sido tema de
numerosas discusiones entre los in-
vestigadores y los grupos de conser-
vación. Algunos científicos consideran que nos
encontramos frente a un evento de extinción
masivo y comparable a otros grandes eventos
de extinción de la historia de la tierra.
Diversos factores explican la disminución de
las poblaciones de anfibios como la contami-
nación, la introducción de especies exóticas,
enfermedades, cambio climático y la sobreex-
plotación (Figura 3.1), siendo seguramente uno
de los más importantes, la destrucción del há-
bitat. Más problemático aún es que en la mayo-
ría de los casos, los distintos factores pueden
actuar en forma sinérgica, lo que potencia o
magnifica sus efectos.
Figura 3.1. Factores involucrados en la declinación
y extinción de poblaciones de anfibios.
Destrucción de
hábitat
Enfermedades
Cambio climático
Especies
invasoras
Radiación
ultravioleta
Recolectas de
anfibios
Contaminación
42
Las causas de la declinación de los anfibios | Conservación de Anfibios
En Chile, la información disponible sobre de-
clinación poblacional es reducida. Los prime-
ros reportes claros de declinación fueron entre
los años 1980 a 1990 para la ranita de Darwin
(
Rhinoderma darwinii
).
Por ejemplo, en 1997 la localidad de Melimo-
yu (Región Aysén) contaba con una abundan-
te población de ranitas de Darwin, pero en el
año 2009, no se encontró ningún ejemplar. A
la fecha no es claro cuáles serían los factores
de esta declinación. Registros de desaparicio-
nes como éstas, junto con la particularidad del
modo reproductivo de esta ranita, han deter-
minado que sea una de las especies más cus-
todiadas en Chile.
Pérdida de hábitat
Según la “Evaluación de los Ecosistemas del
Milenio” convocada por Naciones Unidas, los
seres humanos hemos cambiado los ecosiste-
mas en el mundo más rápida y extensivamente
en los últimos 50 años que en cualquier otro
periodo comparable de la historia de la huma-
nidad. Es por ello que no resulta sorprendente
que la pérdida de hábitat, causada principal-
mente por las actividades forestales, agrícolas
e industriales, sea la amenaza número uno de
los anfibios a nivel global, siendo el factor res-
ponsable de cerca del 90% de la disminución
de las especies de anfibios en el mundo.
La forma de vida y características de los an-
fibios los hacen particularmente vulnerables
a la pérdida de hábitat. De hecho, una de las
razones por las cuales estas especies se ven
afectadas tan severamente por la reducción
del hábitat, es su baja capacidad de moverse.
Esto significa que los anfibios en general de-
sarrollan sus actividades vitales como la ali-
mentación o reproducción en áreas reducidas,
moviéndose relativamente poco, y mantenien-
do una alta fidelidad a su sitio de nacimien-
to, el cual les otorga los mejores estándares
para su mantención. Esta característica es vi-
tal pues al momento de perder su hábitat, la
búsqueda de nuevos ambientes que repliquen
las condiciones de humedad y/o temperatura
de su ambiente anterior, se convierte en una
tarea difícil, puesto que si están localizados a
grandes distancias, se dificultaría que los an-
fibios lleguen a colonizarlos. Esto se ha vuelto
crítico para varias especies en Chile, ya que
muchas de ellas como la rana verde de Mehuín
(
Insuetophrynus acarpicus
) ocupan ambientes
muy específicos y restringidos.
En la actualidad, la desertificación es otra de
las formas en que se manifiesta la degrada-
ción del hábitat, siendo uno de los problemas
ambientales más complejos de resolver. Este
problema supone una fuerte presión por pérdi-
da de hábitat para los sapos y ranas, ya que no
sólo involucra una disminución del agua dis-
ponible en grandes extensiones del territorio,
sino también de la vegetación asociada y por
ende, del hábitat más adecuado para anfibios.
43
Conservación de Anfibios | Las causas de la declinación de los anfibios
La desertificación es producto final de activi-
dades antrópicas inadecuadas y persistentes,
tales como sobrepastoreo, erosión, extracción
excesiva de agua, destrucción de la vegetación
y extracción de leña a una tasa superior a la
reposición natural. Esto transforma lugares
ideales para la sobrevivencia de las especies
en sitios inhóspitos y poco aptos para la vida.
Este proceso de desertificación, se traduce en
el avance de los ambientes áridos y semiári-
dos. Chile no escapa a esta situación de de-
terioro dado que se conjugan dos elementos
potenciadores: un país con una porción impor-
tante del territorio con una condición semiári-
da y un manejo no siempre sustentable de los
recursos hídricos y de la cubierta vegetal.
En el norte grande, donde habita una impor-
tante cantidad de ranas y sapos asociados a
los pequeños cursos de agua, los procesos de
desertificación están fuertemente ligados a la
excesiva extracción de agua por parte de las
actividades de la gran minería y de la agricul-
tura, las que obtienen este recurso desde na-
pas freáticas, lagunas y arroyos altiplánicos.
La fauna de anfibios que habita el altiplano es
particularmente sensible a los efectos de la
pérdida de hábitat producto de la extracción de
agua (Figura 3.2), ya que debido a su pequeña
área de distribución, los bofedales y pequeños
arroyos son para muchas especies, el único
hábitat posible y fuera de los márgenes de es-
tos cuerpos de agua, estas especies simple-
mente no pueden sobrevivir.
Figura 3.2. Extracción de agua en distintas zonas
del Salar de Ascotán, Región de Antofagasta.
Fotos: Antonieta Labra.
44
Las causas de la declinación de los anfibios | Conservación de Anfibios
Por otra parte, dado que las distancias existen-
tes entre cuerpos de agua son, en la mayoría
de los casos, kilómetros de desierto, la posibi-
lidad de migración y colonización a nuevos am-
bientes, es prácticamente imposible. El caso
es más dramático para muchas de las espe-
cies descritas como nuevas para la ciencia, y
que han sido registradas en sectores muy res-
tringidos en el altiplano y en algunas situacio-
nes, asociadas a un sólo cuerpo de agua, como
es el caso de algunas especies del género
Telmatobius.
Por ejemplo, la rana de Vilama
(
Telmatobius vilamensis
) sólo habita en las
aguas del Río Vilama, en las cercanías de San
Pedro de Atacama (Figura 3.3), o la rana de la
frontera (
Telmatobius fronteriensis
), que habi-
ta en el pequeño estero de Puquios, al noreste
de Ollagüe en la Región de Antofagasta. Esto
involucra que frente a la intervención o pérdida
de dichos cuerpos de agua, estas especies es-
tarían destinadas a desaparecer.
Figura 3.3. Hábitat y ejemplar de la rana de Vilama del altiplano de Chile.
Fotos: Felipe Rabanal.
45
Conservación de Anfibios | Las causas de la declinación de los anfibios
Los procesos de desertificación no sólo ocu-
rren en la zona norte del país, sino que se re-
piten a lo largo de todo el territorio. De hecho,
se estima que el proceso de desertificación en
Chile estaría afectando una superficie aproxi-
mada de 47,3 millones de hectáreas, equiva-
lentes a un 62,3% del territorio nacional, prin-
cipalmente distribuidas al norte de la Región
del Biobío y en las Regiones de Aysén y de Ma-
gallanes. La fuerte actividad agrícola y el au-
mento en la demanda de agua para otros usos
humanos, ha generado una pérdida importante
de hábitats, al secarse napas freáticas y ver-
tientes que surten los humedales en los cuales
viven los sapos y ranas.
La deforestación y desaparición del bosque na-
tivo (Figura 3.4) han generado una importante
pérdida de hábitat en Chile, la que habría co-
menzado aproximadamente el siglo XVI, cuan-
do el bosque nativo empieza a experimentar
distintas fases de explotación y extracción,
dando origen a la actual configuración forestal
caracterizada por la fragmentación y sustitu-
ción de bosques nativos en diversas zonas del
país. Se estima que en los últimos 200 años, la
pérdida del bosque templado es enorme, per-
sistiendo menos de un tercio de la superficie
original que existía antes de la intervención del
hombre. La apertura de praderas para pasto-
reo por medio del fuego y el remplazo de vege-
tación nativa por especies arbóreas exóticas,
son dos de las actividades que han generado el
mayor grado de destrucción del bosque.
Figura 3.4. Deforestación en el sector Colegual Alto, Región de los Ríos.
Foto: Felipe Rabanal.
46
Las causas de la declinación de los anfibios | Conservación de Anfibios
Así, especies como las ranas de hojarasca (gé-
nero
Eupsophus
) y las ranas de pecho espinoso
(género
Alsodes
), que suelen ser encontradas
bajo troncos en descomposición y entre la ho-
jarasca húmeda de estos ambientes, se han
visto fuertemente perturbadas ante la destruc-
ción de los bosques.
Preocupante es también la degradación y pér-
dida de hábitat en el rango costero del bosque
valdiviano que estaría afectando a los anfibios
de esta zona, donde habitan especies con las
más altas categorías de riesgo como la rana
verde de Mehuín (
Insuetophrynus acarpicus
)
y la rana de hojarasca de Mehuín (
Eupsophus
migueli
), con el agravante de que estos anfi-
bios además de ser endémicos, no se encuen-
tran presentes en ningún área protegida.
El desarrollo urbano también ha contribuido
a la pérdida de hábitat de algunas especies
de ranas y sapos, ya que muchos humedales
y espejos de agua han sido drenados y relle-
nados para generar terreno donde desarrollar
proyectos inmobiliarios, industriales o ca-
rreteras. Una de las especies de anfibio más
afectada con este tipo de perturbaciones es la
rana grande chilena (
Calyptocephalella gayi
),
especie catalogada como Vulnerable, que vive
estrechamente asociada a este tipo de hábitats
y al ser casi estrictamente acuática, tiene re-
motas posibilidades de escapar ante este tipo
de intervención. A menor escala, perturba-
ciones como la remoción de troncos caídos o
“escombros” de parques o reservas con el fin
Figura 3.5. Rana de hojarasca de Oncol (
Eupsophus altor
) con su
ovipostura en un agujero bajo un tronco de árbol muerto.
Foto: Felipe Rabanal.
47
Conservación de Anfibios | Las causas de la declinación de los anfibios
Figura 3.6. Extracción de piedra laja para comercialización.
Foto: Felipe Rabanal.
Figura 3.7 Rana verde de Mehuín (
Insuetophrynus acarpicus
).
Foto: Felipe Rabanal.
de mejorar la estética de estas áreas con fines
recreativos, está generando impacto negativo
en las poblaciones de anfíbios. Estos “escom-
bros” ofrecen importantes microhábitats y re-
fugios para muchas especies de ranas y sapos,
y para otras especies animales como insectos,
larvas y lombrices que sirven de alimento para
anfibios. Incluso algunas especies ocupan es-
tos lugares como sitios reproductivos, como
es el caso de la rana de hojarasca de Oncol
(
Eupsophus altor
), la cual suele construir sus
sitios de ovipostura en agujeros bajo troncos
caídos (Figura 3.5). En este mismo contexto, el
comercio de rocas para ornamentación, como
elementos decorativos en paredes y suelos,
también genera pérdidas de hábitat para al-
gunas especies (Figura 3.6 y 3.7) como la rana
verde de Mehuín (
Insuetophrynus acarpicus
)
y la rana de hojarasca de Mehuín (
Eupsophus
migueli
), que habitan solamente en algunos
arroyos de la zona de Mehuín (Región de Los
Ríos) ocupando como refugios el esquisto gris
o piedra laja.
Ante el complejo panorama en el que se en-
cuentran inmersos los sapos y ranas del mun-
do, incluido Chile, se hace imperioso poner
especial énfasis en la protección y cuidado de
estas áreas, para así evitar que muchas es-
pecies desaparezcan. Por otro lado el manejo
racional de los recursos es también necesario
para la conservación de toda la biodiversidad,
resultando más relevante aún cuando se tra-
ta de un grupo extremadamente sensible a los
cambios ambientales como son los anfibios. De
48
Las causas de la declinación de los anfibios | Conservación de Anfibios
este modo el desarrollo de los intereses eco-
nómicos y productivos debiera ser compatible
con el cuidado y preservación de los ambientes
(e.g., bosques, humedales, bofedales, cursos
de agua), ayudando a mitigar la creciente de-
clinación que está acaeciendo sobre las espe-
cies de ranas y sapos en Chile.
El efecto del cambio climático en los anfibios
El cambio climático corresponde a una mo-
dificación mundial del clima respecto de las
condiciones históricas, generándose variacio-
nes sobre la temperatura y los patrones de
precipitaciones, que inciden en procesos de
acidificación del agua de los océanos, derre-
timientos de glaciares y hielos polares, entre
otros. Los estudios demuestran un incremento
en la temperatura promedio de la Tierra entre
0,5 a 1°C en el último siglo, con un aumento
de 0,17°C de la temperatura de las aguas del
océano Antártico entre los años 1950 y 1980,
aumento que fue casi el doble de lo que ocu-
rrió en el resto de los océanos. Más aun, 11 de
los últimos 12 años, han sido los más cálidos
desde que existen registros meteorológicos
(1850), y a nivel global, la temperatura actual
es la más alta de los últimos mil años. Debi-
do a este incremento térmico generalizado, el
cambio climático es también conocido como
“calentamiento global”.
Una manifestación visible de este cambio son
desastres naturales como sequías, inundacio-
nes, ciclones tropicales, olas de calor y tornados
que se han visto incrementados como conse-
cuencia del efecto invernadero. Los estudios re-
ferentes a los potenciales impactos en el futuro
coinciden en que la temperatura, las precipita-
ciones y la acidificación de los mares serán los
promotores de la extinción de los ecosistemas,
con datos que predicen pérdida de especies de
entre un 15-37% para el año 2050.
Chile es un país altamente vulnerable frente al
cambio climático ya que cuenta con una gran
extención de borde costero de baja altura e im-
portantes zonas áridas y semiáridas.
Los anfibios poseen características muy parti-
culares que los hace muy sensibles a los cam-
bios ambientales (e.g., ectotermos, baja capa-
cidad para desplazarse, alta dependencia de la
humedad, piel muy permeable), por lo que el
cambio climático les afecta más directamente
que a otras especies de animales.
Por tratarse de animales ectotermos, son muy
sensibles a variaciones climáticas y aumento
en las temperaturas del agua, lo que produ-
ce en general cambios negativos en su des-
empeño fisiológico y conductual. En términos
reproductivos puede haber alteraciones en la
fenología reproductiva, la cual tiende a adelan-
tarse, con diversas consecuencias como la de-
terminación de nuevos ambientes ecológicos
para las larvas, ya que éstas aparecen cuando
en el ambiente existen distintos depredadores,
competidores o alimento. También pueden ob-
servarse modificaciones en el sistema inmune
y por lo tanto, en la capacidad de reducir los
riesgos de infección, hecho más grave aún,
considerando que muchos patógenos pueden
experimentar mayores velocidades de creci-
miento y reproducción a altas temperaturas, lo
que sumado a una baja inmunitaria, determina
un incremento en la severidad de las enfer-
medades infecciosas, aumentando las proba-
bilidades de mortalidad de los individuos. Las
altas temperaturas también pueden afectar la
determinación del sexo, y dependiendo de la
especie pueden favorecer la masculinización o
feminización de los ejemplares.
Las mayores temperaturas pueden inducir un
desarrollo más rápido de las larvas, aspecto que
en muchos casos se asocia a malformaciones.
Finalmente, bajo condiciones estresantes (altas
temperaturas y/o baja humedad), los anfibios
tienden a buscar refugio y reducir su actividad, lo
que implica además una mayor restricción para
su dispersión, migración u otros movimientos.
Su piel también los hace más vulnerables, ya
que al no tener mayores restricciones para el
intercambio de agua, sufren más fácilmente
de pérdida de ésta por evaporación cuando las
condiciones de humedad del ambiente dismi-
nuyen. El aumento de temperatura del agua
reduce la concentración de oxígeno, situación
negativa para los anfibios, ya que una parte
importante de la respiración se realiza a tra-
vés de su piel. Por otro lado, los huevos de los
anfibios, caracterizados por no tener una cu-
49
Conservación de Anfibios | Las causas de la declinación de los anfibios
EL EFECTO INVERNADERO
El calentamiento global es causado por el “efecto
invernadero” que se produce por el incremento
de gases en la atmósfera que retienen el calor del
sol y evitan que se disipe en el espacio, mante-
niendo al planeta en una temperatura que va ele-
vándose. Los principales gases involucrados en
este proceso son el dióxido de carbono, el vapor
de agua, el ozono, el metano y el óxido nitroso,
algunos de los cuales se producen de manera na-
tural, pero a bajas tasas. Un importante problema
actual, es que la concentración de algunos de
estos gases se ha incrementado alarmantemente
desde la Revolución Industrial, debido al au-
mento en la demanda energética a nivel mundial,
que estimuló acciones altamente productoras de
estos gases, entre ellos la quema de combustible
fósil (carbón y petróleo), la quema de bosques
y la deforestación en general. Se suma a esto,
diversos procesos industriales generadores
de nuevos gases que poseen el mismo efecto
invernadero como por ejemplo hidrofluorocar-
bonos, clorofluorocarbonos, perfluorocarbonos
y sulfuros hexafluoridos, razón por la que son
conocidos como “Gases de Efecto Invernadero”.
De hecho, se ha predicho un aumento de tempe-
ratura de la Tierra de entre 1 a 3°C para el 2020 y
de 2°C más para el 2050.
El efecto invernadero al disminuir también la
radiación disipada a la atmosfera, determina una
diminución de la temperatura de la estratosfera,
lo que favorece la desintegración química del
ozono y de ese modo, un aumento del agujero
en la capa de ozono antártico (ese fenómeno
también es favorecido por la liberación de gases
del tipo clorofluocarbonos). El ozono es un filtro
natural que disminuye la cantidad de radiación
ultravioleta que llega a la superficie terrestre. Con
todo esto, aumenta la radiación ultravioleta (UV)
que llega a la superficie de la Tierra, con consecuen-
cias nefastas para la biodiversidad.
Aun cuando el efecto invernadero existe desde que
la Tierra tiene atmósfera, el problema actual radica
en que el incremento excesivo de gases está favore-
ciendo un efecto invernadero mucho más pronun-
ciado que el que ocurriría naturalmente.
G
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50
Las causas de la declinación de los anfibios | Conservación de Anfibios
En Chile, de acuerdo a lo planteado por
Ibarra-Vidal en 1989, el impacto de la acti-
vidad humana sobre algunas especies fue
muy intenso debido a su uso como recur-
so para consumo, investigación o docen-
cia. Ortiz en 1988 indicó que muchas es-
pecies de anfibios de los géneros
Alsodes,
Batrachyla, Rhinella, Calyptocephalella,
Eupsophus
y
Rhinoderma
sufrieron un intensi-
vo comercio en la década de 1980, estimándo-
se una comercialización de 24.064 ejemplares
entre 1985 y 1988. Afortunadamente para las
ranas y sapos en Chile, desde 1993 se encuen-
tran protegidos por la Ley de Caza, lo cual ha
permitido frenar estos usos. Hoy en día, la cap-
tura y recolecta de anfibios está prohibida, re-
quiriéndose un permiso del Servicio Agrícola y
Ganadero (SAG) para este fin.
Por otro lado, la rana grande chilena
(
Calyptocephalella gayi
), una especie endémi-
ca y además clasificada como Vulnerable, ha
sido objeto de captura ilegal para consumo por
parte de diversas comunidades, siendo una
costumbre todavía arraigada en algunos secto-
res rurales, principalmente entre las Regiones
de O´Higgins y del Biobío.
Esta es la especie de mayor tamaño dentro de
los anfibios de Chile, pudiendo alcanzar los 30
cm de largo y llegando a pesar un kilógramo. Si
bien en la década de 1990 se registró un impor-
tante interés por establecer criaderos de rana
chilena, muy pocos subsisten hoy en día, debi-
do a las dificultades técnicas experimentadas
durante la crianza. De hecho, algunos de éstos
cuentan sólo con especímenes adultos, siendo
incapaces de demostrar que cuentan con todos
los estadios de desarrollo intermedio, lo que
permite suponer que probablemente muchos
de los ejemplares que se comercializan son
extraídos directamente de la vida silvestre y no
criados en el plantel.
La captura de anfibios para investigación y do-
cencia también ha sido indicada por Ibarra-Vi-
dal como relevante en la reducción de algunas
especies, estimándose que para los años 80,
sólo en la Región del Biobío se utilizaban cer-
ca de 1.500 ejemplares de sapito de cuatro ojos
(
Pleurodema thaul
) por año para investigación y
docencia, lo que sólo se vio parcialmente refle-
jado en el número de publicaciones científicas
sobre esta especie durante ese periodo. De he-
cho, la rana grande chilena también fue utilizada
intensivamente para docencia e investigación en
universidades, particularmente para la enseñan-
za de fisiología y zoología, entre otras ramas de la
ciencia, muchas veces sin preocuparse respecto
del origen de los animales. Afortunadamente, si
bien algunas universidades aún la utilizan para la
enseñanza, cada vez más se están remplazando
por la rana o sapo africano (
Xenopus laevis
), una
especie introducida en Chile.
bierta protectora, son más susceptibles a la
deshidratación debido a disminución de la hu-
medad ambiente o el desecamiento de cuerpos
de agua. Un aumento en la temperatura puede
inducir una mayor evaporación y disminución
de la humedad en los microambientes donde
los anfibios colocan sus huevos.
Considerando que la reproducción de los an-
fibios está asociada al agua, la etapa larval es
probablemente la etapa de la vida de los an-
fibios más susceptible a la degradación del
medio acuático, incluidos los cambios en las
temperaturas y precipitaciones.
Extracción o explotación de anfibios
La sobrexplotación es otra de las causas de
pérdida de biodiversidad. A nivel mundial, el
comercio de carne y cueros de anfibios es muy
cotizado, alcanzándose cifras cercanas a las
13.000 toneladas al año, con valores de varias
decenas de millones de dólares involucrados,
siendo liderado por países como Indonesia,
Bangladesh, Taiwán, Tailandia y México. Si bien
en la actualidad algunas especies son criadas
en cautiverio para este mercado, en la mayoría
de los casos se recurre a su captura desde el
medio silvestre para satisfacer la demanda, lo
que se ha transformado en un problema cuando
las tasas de extracción superan las que la espe-
cie podría soportar biológicamente.
51
Conservación de Anfibios | Las causas de la declinación de los anfibios
Especies exóticas: invasiones biológicas y
sus implicancias para la conservación de
los anfibios
Las especies exóticas son aquellas que han
sido introducidas, voluntaria o involuntaria-
mente, en un área que no pertenece a su dis-
tribución natural, normalmente por acción del
hombre, situación que se ha visto incrementa-
da en los últimos años por el creciente comer-
cio y desplazamiento de seres humanos en el
planeta. Estas invasiones tienen consecuen-
cias ecológicas de gran relevancia, afectando
a las especies nativas porque pueden tran-
mitirles enfermedades, competir por alimen-
to o espacio, modificar o destruir su hábitat o
incluso reproducirse con ellas (hibridizarlas).
Estas invasiones pueden tener implicancias
económicas.
La alteración del hábitat o modificaciones de
los ecosistemas disminuyen la viabilidad de las
especies nativas, siendo un factor que en mu-
chas ocasiones favorece la dispersión de es-
pecies exóticas. Es por esto que generalmente
los ecosistemas menos alterados resisten de
mejor forma las invasiones biológicas. Por otra
parte, estas alteraciones generan espacios por
los cuales las especies exóticas pueden avanzar,
como son los caminos al interior de un bosque.
En Chile se han reportado diversas especies
exóticas, con unas 24 especies de vertebrados
terrestres y 26 peces de aguas continentales.
En el caso específico de los anfibios, entre las
especies exóticas que son frecuentemente se-
ñaladas como las principales causantes de su
declinación, figuran peces como truchas, sal-
mones y gambusias, además de algunos anfi-
bios exóticos como la rana africana (
Xenopus
laevis
) y la rana toro (
Lithobates catesbeianus
),
los que están causando serios problemas a las
poblaciones de anfibios nativos en diferentes
partes del mundo.
Actualmente el conocimiento acerca de mu-
chas de las especies exóticas es insuficiente,
lo que dificulta determinar los efectos nega-
tivos que pueden causar en la fauna nativa y
planificar medidas de control. A continuación
se presentan algunos casos, con el objetivo
de ejemplificar el riesgo de las invasiones
biológicas para la conservación de los anfi-
bios del país.
1- Peces invasores
La introducción de peces exóticos es recono-
cida como un factor de amenaza para muchas
especies acuáticas, no sólo de anfibios sino
también de peces nativos e invertebrados.
Una especie de reconocido impacto sobre las
comunidades de anfibios, corresponde a un
pequeño pez originario de Norteamérica lla-
mado gambusia (
Gambusia holbrooki
) (Figura
3.8), cuya gran voracidad por insectos llevó a
introducirlo en muchos países para el control
de mosquitos. Se introdujo en Chile en 1930 y
hoy se distribuye entre las regiones de Anto-
Figura 3.8. Gambusia (
Gambusia holbrooki
)
depredando una larva de anfíbio.
Foto: Gabriel Lobos.
52
Las causas de la declinación de los anfibios | Conservación de Anfibios
fagasta y de Los Lagos. En California algunos
estudios señalan que la gambusia sería res-
ponsable de la declinación de algunos anfibios
por depredación de huevos y larvas. En Chile
ciertas observaciones permiten establecer la
existencia de depredación de gambusia sobre
larvas de
Pleurodema, Rhinella
y también de
algunos peces nativos (G. Lobos, obs. pers.).
La amplia distribución de este pez en el país y
su alta tolerancia ambiental, lo convierten en
una seria amenaza para los medios acuáticos
del país. A ello se suma la presencia de peces,
depredadores de larvas y peces en su hábi-
tat de distribución natural, como el chanchito
(
Australoheros facetus
) (Figura 3.9), el cual
fue introducido como mascota (acuarios) y en
muchas ocasiones simplemente liberados en
cuerpos de agua.
2- Anfibios invasores
En la zona central de Chile se encuentra am-
pliamente distribuida la rana africana o rana de
garras (
Xenopus laevis
) (Figura 3.10), un anfibio
invasor que fue introducido hace unos 25 años,
y que hoy ocupa una extensión latitudinal de 400
km entre el río Aconcagua y Santa Cruz y un
foco local en la cuenca inferior del río Limarí, en
la región de Coquimbo. En 1970 la rana africana
ingresó a Chile como animal de laboratorio, y ya
en 1980 se registró en estado silvestre en la La-
guna Carén (Región Metropolitana).
Figura 3.9. Chanchito (
Australoheros facetus
)
Foto: Gabriel Lobos.
53
Conservación de Anfibios | Las causas de la declinación de los anfibios
Figura 3.10.
Xenopus laevis
(rana africana).
Foto: Andrés Charrier.
Se ha discutido mucho sobre el impacto real
de esta especie en los medios que invade, en
especial por su carácter de depredador de in-
vertebrados, aunque también existe evidencia
de depredación sobre peces nativos en Califor-
nia y en Chile.
Otros efectos negativos que la rana africana
puede generar es la modificación del ambiente
al aumentar los sólidos disueltos totales en el
agua y el potencial de transmitir enfermeda-
des de riesgo para especies nativas, como por
ejemplo el hongo quítrido.
La rana toro (
Lithobates catesbeianus
) es una
especie de anfibio originaria del Este de Nor-
teamérica, que ha sido introducida en la par-
te Oeste de Estados Unidos y varios países de
Europa, Asia y Sudamérica (Venezuela, Brasil,
Argentina y Uruguay), en los cuales se ha re-
lacionado fuertemente con la declinación de
poblaciones locales de anfibios, debido a su
superioridad competitiva, ser un voraz depre-
dador y por su capacidad de transmitir enfer-
medades (al menos siete poblaciones invaso-
ras de la rana toro son portadoras del hongo
quítrido en países cercanos a Chile como Bra-
sil y Uruguay). Por estos motivos esta especie
es reconocida como una de las 100 especies
invasoras más peligrosas del mundo por el
Grupo de Especialistas de Especies Invasoras
de la UICN.
54
Las causas de la declinación de los anfibios | Conservación de Anfibios
XENOPUS LAEVIS
LA RANA INVASORA DE
CHILE
La rana africana (Xenopus laevis) es una especie
utilizada ampliamente en los laboratorios de
investigación. En la década de los años cincuenta
fue utilizada en ensayos de embarazo y actualmente
es ocupada rutinariamente en estudios de biología
molecular, inmunología y farmacología. Sin duda
ha sido una especie de gran importancia para el
desarrollo del conocimiento humano, pero que ha
tenido consecuencias negativas, debido a su escape
desde los laboratorios.
El género Xenopus está integrado por 16 especies,
todas de compleja identificación taxonómica , que
están distribuidas en África, incluido gran parte
del sub - Sahara, desde Sudáfrica a Zaire, y desde
el este de Camerún hasta Uganda. De acuerdo a
antecedentes históricos la rana africana habría sido
exportada desde la región Mediterránea del Cabo
en Sudáfrica. A la fecha se conocen poblaciones
invasoras en Estados Unidos, Reino Unido,
Portugal, Italia, Japón y Chile.
Dentro de las principales amenazas de esta
invasión están:
1- Ser depredador de anfibios y peces nativos. La
rana africana es una especie de talla grande en
comparación con los anfibios nativos.
2- Desplazar a los anfibios nativos, debido a que
las poblaciones de esta rana suelen ser grandes.
3- Transmitir enfermedades. Es sabido que
esta rana es un reservorio de hongo quítrido en
Chile.
4- Dañar los sistemas de regadíos, debido
a que se introduce en cañerías generando
taponamientos.
5-, Contaminar los reservorios de agua dulce.
6- Generar cambios en los ecosistemas, ya que
escarba en el fondo de los pozos, aumentando
la turbidez del agua, lo que puede afectar tanto a
invertebrados como vertebrados acuáticos.
Pero por lejos, la mayor amenaza actual,
corresponde a su venta como mascota exótica.
Esta acción puede acelerar su diseminación,
pues quienes la compran como mascotas
terminan prontamente liberándolas, dado que
su actividad ocurre durante la noche, resultando
ser mascotas poco atractivas. Por ello hacemos
un profundo llamado a no comprarlas y a
proteger nuestra biodiversidad evitando su
liberación en cursos y cuerpos de aguas.
Xenopus laevis
mostrando el detalle de las garras
Foto: Gabriel Lobos.
55
Conservación de Anfibios | Las causas de la declinación de los anfibios
55
LOS RIESGOS DEL COMERCIO DE
ESPECIES EXÓTICAS
Un importante promotor del establecimiento
de especies exóticas es su comercio, no sólo
internacional, sino que también al interior
de los países. Por esto, es urgente restringir
el ingreso al país de especies que puedan
ser potencialmente riesgosas para el medio
ambiente, ya que una vez al interior, las
posibilidades de regulación o control son muy
bajas. En Chile, la venta de rana africana de
forma libre en tiendas o ferias, facilita que
las mismas sean dispersadas a otras zonas de
Chile por parte de quienes las compran, ya sea
porque se les escapan o porque voluntariamente
deciden liberarlas. Actualmente ya existen
registros de la rana africana para el río Elqui,
donde la única explicación posible es que hayan
sido liberadas en dicho sistema.
Otro caso de alta preocupación en Chile, es la
venta de varias especies de peces de acuario
(ver caso del chanchito) y tortugas acuáticas,
como la tortuga de orejas rojas (
Trachemys
scripta
), especie que ha sido calificada a nivel
internacional como altamente invasiva, que
depreda sobre peces y anfibios. De hecho,
existen registros de la presencia de esta tortuga
en cursos de aguas en Chile Central y en
Valdivia.
Es importante hacer conciencia respecto
a algunas acciones simples que deben ser
evitadas, como es la liberación de mascotas, ya
que ellas pueden tener profundas consecuencias
negativas en las comunidades acuáticas
de nuestro país afectando el equilibrio de
los ecosistemas y siempre está el riesgo de
transmisión de enfermedades. Ejemplos
de éstas son los peces de acuarios como la
gambusia (
Gambusia holbrooki
) y el chanchito
(
Australoheros facetus
), la rana africana
(
Xenopus laevis
) y tortugas de orejas rojas
(
Trachemys scripta
).
Más abajo se muestras tres pequeños consejos
para evitar las consecuencias negativas de
estas especies en Chile.
No liberes tus mascotas en
ambientes naturales
Así evitas la introducción
de una especie exótica que
invada nuestros
ecosistemas
En el caso de las especies
nativas, no las captures y
liberes en otro sitio
Así permites que las poblaciones
de esas especies se mantengan
sin alteraciones
No compres mascotas
ilegalmente en las ferias am-
bulantes o sitios similares
Así evitas que continúe el
comercio ilegal de especies
invasoras
56
Las causas de la declinación de los anfibios | Conservación de Anfibios
Considerando que la rana toro ya se encuentra
en zonas limítrofes con Chile, como Mendoza
(Argentina), es de suma importancia conside-
rar su condición de especie invasora prestando
mayor atención a prevenir su ingreso al país.
Esta especie es utilizada como especie de cul-
tivo, dado su gran tamaño y rápido crecimiento,
generando gran interés en su posible importa-
ción, a pesar que afortunadamente el Servicio
Agrícola y Ganadero ha prohibido su ingreso al
país hasta el momento.
Enfermedades emergentes y normas de
bioseguridad
En los últimos años se ha establecido que una
de las causas de la declinación o desaparición
de numerosas poblaciones de anfibios son
las enfermedades que los afectan, destacan-
do a nivel global enfermedades emergentes
como las producidas por el hongo quítrido
(
Batrachochytrium dendrobatidis
), distintos vi-
rus del género
Ranavirus
y algunos parásitos
tremátodos (más de 40 especies) de anfibios
los cuales utilizan las larvas como hospedado-
res intermediarios, generando malformacio-
nes importantes en ellos. Un elemento clave
atribuido a enfermedades es la presencia de
animales sanos que son portadores de estos
agentes (no hay evidencia de signos clínicos
de enfermedad), lo que sugeriría que factores
estresantes podrían desencadenar cuadros
agudos. En este sentido, el cambio climático,
estaría generando un escenario óptimo para el
desarrollo y transmisión de infecciones como
el hongo quítrido, por lo que en la mayoría de
los casos de declinación, es muy probable que
operen una combinación de causas.
En Chile, los primeros reportes de la presen-
cia del hongo quítrido ocurrió en poblaciones
naturales de la ranita de Darwin el año 2010,
momento a partir del cual se ha descrito su
presencia en varias otras especies y localida-
des de Chile. Por este motivo se hace peren-
toria la necesidad de reducir la diseminación
de patógenos producto de la manipulación de
anfibios, ya que puede facilitar la diseminación
de patógenos entre individuos así como hacia
nuevos ambientes. Esto puede ocurrir duran-
te procedimientos de rescates y relocalizacio-
nes, captura de individuos para investigación,
manipulación de anuros en laboratorios (rana
africana) o comercio de anfibios (como el caso
de la rana grande chilena). Esto implica que se
requiere con urgencia establecer normas bási-
cas para la manipulación de los anfibios en el
campo, más aún al existir desconocimiento del
estado sanitario de la mayoría de las poblacio-
nes de anfibios del país.
Un avance en este sentido son algunas reglas o
recomendaciones de bioseguridad que han sur-
gido de parte de especialistas de la Red Chilena
de Herpetología (RECH), quienes han redactado
el “Protocolo para el control de enfermedades
infecciosas en Anfibios” en el cual se entre-
gan recomendaciones para disminuir el riesgo
de dispersión de enfermedades. Este protoco-
lo está disponible en el sitio web de la RECH
(www.herpetologiadechile.cl) y es altamente
deseable que quienes manipulen anfibios cum-
plan con el mismo para disminuir el riesgo de
propagación de eventuales enfermedades.
57
Conservación de Anfibios | Las causas de la declinación de los anfibios
Batrachyla antartandica
Rana jaspeada
Foto: Claudio Almarza
58
Las causas de la declinación de los anfibios | Conservación de Anfibios
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Conocimiento de los anfibios en Chile: un aporte para su conservación | Conservación de Anfibios
IV. Conocimiento de los anfibios en Chile:
un aporte para su conservación
Alsodes nodosus
Sapo arriero o sapo Popeye
Foto: Jorge Herreros
61
Conservación de Anfibios | Conocimiento de los anfibios en Chile: un aporte para su conservación
Los estudios en anfibios y sus proyecciones
en conservación
Un paso fundamental para afrontar la
declinación de los anfibios, es deter-
minar qué especies existen, dónde se
encuentran y qué se sabe de ellas.
Para determinar el conocimiento generado en
los últimos 15 años (1997- 2012) de los diver-
sos aspectos relacionados con los anfibios de
Chile, se realizó una revisión bibliográfica de
Figura 4.1. Trabajos publicados sobre anfibios
de Chile, entre 1997 a 2012
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
7 7 7
12
10
8
17 17
15
9
10 10
5
6
5 5
los estudios publicados. Se recopilaron 150 pu-
blicaciones (listado disponible en la página web
de la Red Chilena de Herpetología), entre ca-
pítulos de libros, tesis de pregrado y postgra-
do y artículos publicados en diversas revistas
científicas. Sin embargo, hay que considerar
que seguramente existe más información so-
bre estos organismos, la que no está publicada
o informada, o está en documentos de difícil
acceso y baja difusión, como tesis, particular-
mente de pregrado, información generada por
los Servicios Públicos (e.g., catastros, censos,
registros) y líneas base realizadas en el marco
del Sistema de Evaluación de Impacto Ambien-
tal. No obstante, a pesar de no contar con toda
la información existente, es posible señalar
a partir de esta revisión, que el conocimiento
generado para los anfibios se incrementó des-
pués del año 2005, periodo en el que se publicó
el 65% de los estudios realizados en los últi-
mos 15 años (Figura 4.1).
Total
150
publicaciones
de Anfibios
62
Conocimiento de los anfibios en Chile: un aporte para su conservación | Conservación de Anfibios
Los 150 estudios fueron catalogados de
acuerdo a la temática trabajada, reconocién-
dose las siguientes 12 categorías:
1. Conservación. Estudios enfocados a la con-
servación de las especies o estudios que tra-
tan del hongo quítrido (
Batrachochytrium
dendrobatidis
), el cual es un reconocido pató-
geno asociado a la declinación de los anfibios.
2. Técnicas. Un solo estudio. Método de mues-
treo no destructivo para obtener marcadores
moleculares o genéticos, es decir, que permite
obtener muestras de material genético para
estudiar, por ejemplo, las relaciones evolutivas
entre las poblaciones o especies, sin causar la
muerte de los animales.
3. Biogeografía y distribución geográfica. Am-
pliaciones de los rangos de distribución de es-
pecies y estudios biogeográficos generales.
4. Lista de especies. Catastros locales, regio-
nales o nacionales de especies.
5. Revisión de taxón y bibliográfica. Estudios de
géneros o todas las especies descritas.
6. Taxonomía y sistemática. Descripciones de
especies, problemas taxonómicos y estudios
evolutivos, usando datos morfológicos y/o mo-
leculares (e.g., ADN).
7. Genética poblacional y filogeografía. Des-
cripción de patrones de variación genética intra
e interpoblacional, que puede incluir además
inferencias acerca de los factores históricos
que los habrían producido.
8. Biología reproductiva y del desarrollo. Es-
tudios de hábitos y estrategias reproductivas,
además de descripciones de ciclos reproducti-
vos y etapas de desarrollo.
9. Biología celular, toxicología y fisiología. Ca-
tegoría heterogénea que incluye estudios ex-
perimentales de transporte de sustancias a
través de la piel, fisiología digestiva y de la co-
municación vocal.
10. Ecología y conducta. Categoría heterogé-
nea que incluye estudios de dieta, rasgos de
historia de vida, hábitat y conducta (e.g., comu-
nicación vocal).
11. Anatomía comparada y morfología. Estu-
dios de la morfología interna y/o externa, in-
cluyendo patrones de coloración, tanto de lar-
vas como de adultos.
12. Citogenética. Estudios de la estructura,
tipo y número de cromosomas, y su compara-
ción entre y dentro de especies.
La conservación es un tópico que ha tenido un
desarrollo importante en los últimos años (Fi-
gura 4.2), particularmente después de 2005,
periodo en el cual se publicó el 84% de los es-
tudios en esta área. Esto es un claro reflejo de
que Chile ha comenzado a seguir las actuales
tendencias internacionales, de preocuparse
por la conservación de los anfibios. Estos es-
tudios de conservación han incluido diversos
aspectos, que van desde el análisis de los cri-
terios para definir categorías de conservación,
identificación de amenazas para anfibios, efec-
tos de la invasión de la rana africana, hasta el
estudio de la existencia del hongo quítrido en
distintas especies de anuros. Cabe destacar
los trabajos realizados con la ranita de Darwin,
considerada emblemática para la conserva-
ción, y que ha concentrado los primeros es-
fuerzos de crianza ex situ en el país.
Por otra parte, resultan destacables los es-
fuerzos por establecer los estados de conser-
vación de las distintas especies, tanto a nivel
local (regional) como nacional. A pesar de lo
anterior, resulta fundamental incrementar los
estudios vinculados con la conservación de
este grupo altamente amenazado, tarea que se
hace compleja debido a que en Chile no exis-
ten fondos destinados a financiar investigación
aplicada a la conservación.
63
Conservación de Anfibios | Conocimiento de los anfibios en Chile: un aporte para su conservación
Figura 4.2. Clasificación de
los estudios en anfibios en los
últimos 15 años, en 12 categorías
temáticas. El circulo interno
indica el número de estudios y
su porcentaje dentro del total.
Conservación y
enfermedades emergentes
Biogeografía y
distribución geográfica
Lista de especies
Revisión de taxon y
bibliográfica
Biología celular,
toxicología y fisiología
Anatomía comparada y
morfología
Taxonomía y sistemática
Ecología y conducta
Genética poblacional
y filogeografía
Citogenética
Biología
reproductiva y
del desarrollo
Técnicas
32
25
19
19
12
4
5
5
9
9
10
1
12,7%
12,7%
8%
6%
6%
3,3%
3,3%
6,7%
21,3%
16,7%
2,7%
1,07%
64
Conocimiento de los anfibios en Chile: un aporte para su conservación | Conservación de Anfibios
A los estudios relacionados directamente con
conservación se le podrían sumar varios de
los incluidos en otras categorías, que también
aportan información relevante para la con-
servación, ya sea porque describen métodos
de investigación no invasivos (extracción de
muestras para estudios genéticos sin la nece-
sidad de mutilar o matar individuos), o porque
aportan información de la distribución geográ-
fica de las especies, la cual es esencial para
proponer sus estados de conservación. Dentro
de este contexto, y respondiendo preguntas
básicas de cuáles son las especies y dónde se
encuentran, las categorías Biogeografía y dis-
tribución geográfica, Lista de especies, Revi-
sión de taxón y bibliográfica, Taxonomía y sis-
temática y Genética poblacional y filogeografía,
también contribuirían a la conservación. Cabe
destacar que muchos de estos estudios fue-
ron ampliaciones de rangos de distribución, lo
que podría ser respuesta de dos situaciones,
no necesariamente excluyentes. Por una par-
te, implicaría que la distribución geográfica
de las especies es aún un aspecto poco claro
para muchos de los anfibios en Chile y, alter-
nativamente, podrían estar reflejando cambios
en las distribuciones de las especies debido a
los efectos del cambio climático, como se ha
reportado para diversas especies en el mundo.
“Taxonomía y sistemática” fue el tópico que
recibió la mayor atención (Figura 4.2) y dentro
de éste, es notable que más de la mitad de los
estudios corresponden a descripciones de es-
pecies (18 de los 32 trabajos recopilados). Esto
no es de extrañar considerando que las expe-
diciones a áreas poco o nada exploradas, que
son más accesibles actualmente, suelen tra-
ducirse en el encuentro de formas no descri-
tas previamente. A esto se suma el creciente
interés por la taxonomía de los anfibios y al uso
de nuevas técnicas para identificar y delimitar
especies (e.g., herramientas moleculares).
Si bien, saber cuáles y dónde se encuentran las
especies de anfibios son aspectos fundamen-
tales a la hora de conservarlas, es también
importante conocer su dieta, cómo y cuándo
se reproducen, cuál es su dependencia con el
ambiente acuático y algunos aspectos conduc-
tuales. En este sentido destacan la carencia de
estudios en “Biología reproductiva y del desa-
rrollo” que sólo cuenta con cuatro estudios en
los últimos 15 años.
En el caso de “Ecología y conducta”, poco se
incrementó el conocimiento de esta categoría,
a pesar de que se ha reconocido que el estu-
dio de la conducta es clave para asegurar una
buena efectividad de cualquier plan de conser-
vación. De hecho en el año 1995 surge la dis-
ciplina “Conservation Behavior” (Conservación
de la Conducta), la cual utiliza herramientas de
la conducta animal para aplicar a la biología
de la conservación y manejo de vida silvestre.
El porcentaje relativamente alto de estudios
en esta categoría, según la revisión efectuada
(25 estudios, 16,7%), se debe a un importante
número de estudios conductuales centrados
sólo en la comunicación acústica de unas po-
cas especies, careciéndose de información que
abarque otros ámbitos de la conducta. Por otra
parte, la ecología, el estudio de las interaccio-
nes de los seres vivos con su hábitat, incluyen-
do tanto factores bióticos como abióticos, es un
aspecto casi desconocido para la mayoría de
las especies. Considerando que el planeta está
cada día más alterado producto de la alta in-
tervención antrópica, el desconocimiento que
se tiene de cuáles y cómo son las interacciones
que tienen las distintas especies de anfibios de
Chile con estos factores bióticos y abióticos,
reduce las posibilidades de diagnosticar cuá-
les son las causas que estarían contribuyen-
do a la declinación de las distintas especies,
a menos que sean los problemas más obvios,
como la destrucción del hábitat. Este gran des-
conocimiento de la ecología de los anfibios, no
solo en Chile, es lo que probablemente ha de-
terminado las llamadas “Causas enigmáticas”
de su declinación.
Finalmente, la categoría “Biología celular, toxi-
cología y fisiología”, ha recibido muy poco inte-
rés, particularmente el estudio de la fisiología
y la toxicología, a pesar de que su conocimiento
es fundamental para entender los efectos del
calentamiento global y los contaminantes a ni-
vel individual y poblacional.
65
Conservación de Anfibios | Conocimiento de los anfibios en Chile: un aporte para su conservación
Necesidades de investigación orientadas
a la conservación en Chile
Una forma de entender cómo la investigación
científica puede contribuir a la conservación es
identificar la información que se requiere para
detectar y enfrentar las amenazas. Como se
mencionó en el capítulo III, la pérdida y altera-
ción de los hábitats, los cambios ambientales
asociados al cambio global, las especies inva-
soras y la sobreexplotación, son las principa-
les amenazas para los anfibios. La ecología y la
etología (estudio del comportamiento) pueden
contribuir a entender cómo las poblaciones
son afectadas y responden a las alteraciones
de sus hábitats, incluyendo las alteraciones
provocadas por especies invasoras. Por ejem-
plo, los estudios ecofisiológicos permiten co-
nocer las respuestas fisiológicas de los indivi-
duos a cambios en las variables ambientales
involucradas en el cambio global, mientras que
la ecología de poblaciones puede contribuir a
evaluar hasta qué grado las poblaciones son
afectadas por la sobreexplotación.
Los estudios ecológicos también pueden con-
tribuir a entender cómo los individuos son
afectados por los cambios ambientales, sean
éstos de origen antrópico, como el cambio
climático y la presencia de contaminantes, o
biológico, como las enfermedades emergen-
tes y especies invasoras. Las aproximaciones
ecofisiológicas se han utilizado para examinar
las respuestas de los individuos a cambios en
Eupsophus vertebralis
Rana de hojarasca grande
Foto: Claudio Almarza
66
Conocimiento de los anfibios en Chile: un aporte para su conservación | Conservación de Anfibios
variables ambientales, principalmente a la
temperatura. Este tipo de aproximaciones per-
mitirían estudiar los cambios poblacionales en
los ambientes extremos más afectados por el
cambio global (e.g., en los ambientes altoan-
dinos donde hay especies endémicas de los
géneros
Alsodes y Telmatobius
). También es
necesario estudiar las respuestas fisiológicas
y las potenciales alteraciones del desarrollo
producto de las sustancias que contaminan los
ambientes acuáticos en aquellas especies que
habitan en zonas mineras (e.g.,
Telmatobius
)
o en zonas con intensa actividad agropecuaria
(e.g.,
Calyptocephalella
o
Rhinella
).
La problemática de la conservación de los an-
fibios puede resumirse en el concepto de de-
clinación, el cual implica la disminución o des-
aparición de las poblaciones, independiente de
sus causas. A nivel mundial este fenómeno ha
sido ampliamente documentado, pero en Chile
la declinación ha sido más bien asumida o sos-
pechada para unas pocas especies basándose
en observaciones dispersas, como es el caso
de la rana grande chilena (
Calyptocephalella
gayi
), la ranita de Darwin (
Rhinoderma darwinii
)
y la rana verde de Mehuín (
Insuetophrynus
acarpicus
). Es por esto que se hace necesario
obtener datos de tamaños y densidades po-
blacionales, estructura de edad y otros pará-
metros demográficos para evaluar si en cada
caso se trata de fluctuaciones poblacionales
naturales o de una declinación persistente,
provocada por ejemplo, por la destrucción del
hábitat.
Las especies invasoras y las enfermedades
emergentes pueden ser consideradas com-
ponentes del cambio global y han sido temas
recurrentes en la literatura de conservación.
Chile no ha estado ajeno a esta tendencia y
como resultado se ha estudiado la dinámica
de invasión de la rana africana y la presencia
del hongo quítrido en poblaciones naturales
de anfibios. Sin embargo, se requieren estu-
dios ecológicos para determinar los efectos de
la rana africana sobre las especies nativas en
el área donde esta especie se ha asilvestrado.
Además, la rana africana es un reconocido vec-
tor del hongo quítrido, pero se desconoce si ha
diseminado este patógeno en Chile. Tampoco
se han investigado otros aspectos epidemio-
lógicos (prevalencia, patogenicidad, disemi-
nación) en las especies donde se ha detectado
el hongo, como en la ranita de Darwin (
Rhino-
derma darwinii
), la rana moteada (
Batrachyla
leptopus
) y el sapito de cuatro ojos (
Pleurodema
thaul
).
El estudio de la historia natural de las espe-
cies es fundamental para evaluar los efectos
de la pérdida de hábitat en las poblaciones. Por
ejemplo, conocer las características reproduc-
tivas básicas, como, dónde y cuándo se repro-
ducen las distintas especies, es fundamental
para identificar y minimizar los impactos de
la destrucción o alteración de los ambientes
acuáticos. Estas observaciones deberían ser
complementadas por estudios de los com-
portamientos asociados (e.g., existencia de
canto nupcial, cortejo, gregarismo, defensa
67
Conservación de Anfibios | Conocimiento de los anfibios en Chile: un aporte para su conservación
territorial, cuidado parental) para comprender
los hábitos y estrategias reproductivas más
sensibles a la alteración del medio. Estos as-
pectos son poco conocidos en los anfibios de
Chile, particularmente en los géneros
Alsodes,
Atelognathus, Chaltenobatrachus
y
Telmatobius
.
Por otra parte, los fenómenos ecológicos rela-
cionados con el movimiento de los individuos
(e.g., capacidad de dispersión, ámbito de ho-
gar, fidelidad al sitio de nacimiento o filopa-
tría), son necesarios para entender la dimen-
sión espacial de los cambios demográficos de
las poblaciones, lo cual es desconocido para
las especies de anfibios de Chile.
Es importante destacar que de los 150 estudios
recopilados en los 15 años, sólo nueve inclu-
yeron a las larvas, y de éstos, seis fueron des-
cripciones morfológicas y sólo tres incluyeron
aspectos fisiológicos y ecológicos. Consideran-
do que el estado larval es una fase muy sensi-
ble de la ontogenia de un individuo, y probable-
mente mucho más sensible al cambio global
que el estado de adulto, urge incrementar los
estudios concernientes a la ecología y conduc-
ta de las larvas de las distintas especies.
Los estudios ecológicos y conductuales re-
quieren de un conocimiento sólido de la taxo-
nomía y distribución de los taxa, pero a la fecha
no existe claridad de cuántas especies de an-
fibios existen en Chile y dónde se distribuyen,
como lo demuestra la continua descripción de
especies y los cambios en sus rangos de dis-
tribución. Existen casos como los de la rana de
pecho espinoso de Potrero (
Alsodes laevis
), el
sapo de papilas (
Rhinella papillosa
) y la rana
de hojarasca de Los Queules (
Eupsophus
queulensis
), en que la validez de las especies
ha sido cuestionada. Otras tres especies sólo
son conocidas en su localidad tipo, es decir, el
sitio donde fueron recolectadas para describir-
las, pero que no han vuelto a observarse desde
su descripción, en algunos casos hace más de
100 años, como es el caso de la rana de Hall
(
Telmatobius halli
), la rana de pecho espinoso
de Malleco (
Alsodes vittatus
) y la rana de pecho
espinoso de Isla Inchy (
A. monticola
). A una es-
cala más amplia, estudios sistemáticos recien-
tes que incluyen datos moleculares, sugieren
que debe ser reevaluada la taxonomía de los
géneros
Alsodes, Eupsophus
y
Telmatobius
,
que en conjunto constituyen más de la mitad
de las especies de Chile.
El conocimiento de la distribución geográfica
también es incompleto, aunque en muchos
casos es el único antecedente utilizado para
definir el estado de la conservación de las es-
pecies. Por ejemplo, más de la mitad de las
especies de
Alsodes
y
Telmatobius
se conoce
sólo en la localidad tipo. Por otra parte, recien-
temente se ha ampliado la distribución de es-
pecies consideradas microendémicas (es decir,
con distribuciones muy reducidas) y en peligro
de extinción, como es el caso de rana de pe-
cho espinoso de monte (
Alsodes montanus
), la
rana de Vanzolini (
A. vanzolinii
) y la rana verde
de Mehuín (
Insuetophrynus acarpicus
), lo cual
tiene implicancias para evaluar sus categorías
68
Conocimiento de los anfibios en Chile: un aporte para su conservación | Conservación de Anfibios
de conservación. Un hallazgo importante es
el de la rana del Chaltén (
Chaltenobatrachus
grandisonae
) en Argentina, especie descrita
en Chile en 1975 en la Isla Wellington (como
Telmatobius grandisonae
), donde no ha sido
observada nuevamente. Lo contrario ocu-
rrió con la rana del Valle Pehuenche (
Alsodes
pehuenche
) y la rana del Catedral (
A. gargola
),
especies que se creía que solo se distribuían en
Argentina, y que han sido recientemente repor-
tadas en Chile. Otro descubrimiento reciente,
que muestra la compleja relación entre taxono-
mía y distribución, es el hecho de que los sapos
de Atacama (
Rhinella atacamensis
) y de rulo
(
R. arunco
), estarían reproduciéndose (produ-
ciendo híbridos fértiles) en las regiones de Co-
quimbo y Valparaíso, lo que dificulta determinar
los límites de distribución y la identidad específica
de las poblaciones de estas especies en la zona.
Considerando todo lo antes mencionado, es po-
sible hacer algunas propuestas sobre las nece-
sidades más urgentes en cuanto a los estudios
que se requieren de las distintas especies, lo
cual se detalla a continuación.
1- Biología básica de las especies que incluya
aspectos de su biología reproductiva, ecofisio-
logía, conducta y ecología. Se requieren con
urgencia estudios que incluyan la etapa larval
de las especies, considerando que es una fase
muy sensible de la ontogenia de un individuo. El
desconocimiento de la ecofisiología térmica e
hídrica de los anfibios, implica que existe poca
o ninguna capacidad para hacer predicciones
sobre los efectos específicos del cambio global
en las especies. Preguntas básicas que debe-
rían responderse a corto plazo, en particular
en aquellas especies que están más amena-
zadas, son: ¿Dónde y cuándo se reproducen?,
¿cuánto se desplazan durante la temporada
de actividad?, ¿cuáles son las características
de los ambientes donde se encuentran (e.g.,
salinidad de agua, temperatura, oxígeno di-
suelto)?, ¿cuáles son las fluctuaciones de las
densidades poblacionales?, ¿cuáles son los
rangos de tolerancias de temperatura y hu-
medad?, ¿cómo responden los organismos a
las perturbaciones ambientales, como ruidos
antropogénicos durante la época de aparea-
miento? Chile cuenta con muy poca informa-
ción para implementar a tiempo programas de
reproducción de la mayoría de las especies,
incluidas aquellas más amenazadas, que per-
mitan revertir el proceso de declinación.
2- Dado que el conocimiento de la diversidad
y la distribución de los anfibios en Chile aún
es incompleto, se dificulta la protección y con-
servación de las especies. Es urgente resolver
estas problemáticas en géneros como
Alsodes,
Eupsophus
y
Telmatobius
.
3- Desarrollo de estudios en el ámbito de la
ecotoxicología, considerando la alta suscepti-
bilidad de los anfibios a los contaminantes am-
bientales. Sin embargo, debería usarse como
modelo de estudio a la rana africana, para lue-
go poder hacer estudios más precisos con las
especies amenazadas.
69
Conservación de Anfibios | Conocimiento de los anfibios en Chile: un aporte para su conservación
Consideraciones generales para el estudio
de los anfibios
Finalmente, algunas recomendaciones para
facilitar el avance del conocimiento de los an-
fibios de Chile, y así favorecer su protección.
1- El conocimiento generado por los científi-
cos es de poca utilidad para la comunidad en
general, si éste no se difunde. Es por esto que
se requiere generar las instancias en las cua-
les la comunidad científica entregue de forma
sencilla y clara los avances en la investigación
en anfibios a la comunidad en general y toma-
dores de decisión, para que comprendan la im-
portancia ecosistémica de estos organismos y
sus problemas de conservación. En términos
concretos, los científicos deberían utilizar me-
dios de comunicación, como la prensa o inter-
net, para difundir la problemática de conserva-
ción de los anfibios y participar en el diseño de
los programas de educación para enfatizar la
importancia de conservar a estos organismos
y la biodiversidad en general.
2- Se requiere generar mecanismos que per-
mitan continuar con el avance en el cono-
cimiento científico básico y aplicado de los
anfibios de Chile, pero que protejan adecua-
damente a la fauna. Dentro de este punto es
posible mencionar:
a- Las clases demostrativas de fisiología y zoo-
logía NO deberían nunca más ser realizadas
con la rana grande chilena (
Calyptocephalella
gayi
), que es una especie en categoría vulnera-
ble. Esta especie debe ser reemplazada por la
rana africana.
b- Minimizar el número de animales que se
extraigan de la naturaleza para fines científi-
cos. En caso de ser absolutamente necesaria
su extracción, por ejemplo para la realización
de estudios conductuales, es necesario gene-
rar redes de colaboración para que diferentes
investigadores utilicen los mismos individuos
(cuando es posible) para obtener distintos tipos
de datos. Es claro que rara vez los investiga-
dores nacionales están en conocimiento de los
estudios que están realizando sus pares. En
este contexto, instituciones como el Servicio
Agrícola y Ganadero (SAG), que al otorgar los
permisos para recolectar fauna nativa tienen
un mejor conocimiento de las especies de es-
tudio de los distintos grupos de trabajo, podrían
indicar a los investigadores si existen otros
grupos trabajando en las mismas especies.
c- En el caso que se recolecten animales que se
espera devolver al campo, pero mueren antes
de que esto sea posible, debería ser obligatorio
entregar dichos animales a alguna colección
herpetológica, a menos que los investigadores
requieran guardarlos en sus laboratorios. De-
bería existir constancia, por ejemplo, en el SAG
de las donaciones efectuadas a los museos. La
entrega de animales a las colecciones permi-
te ampliar el patrimonio de éstas, facilitando
además el desarrollo de otros estudios (e.g.,
70
Conocimiento de los anfibios en Chile: un aporte para su conservación | Conservación de Anfibios
morfológicos) sin que se requiera la extracción
de nuevos animales.
d- Deberían fomentarse los estudios de anfi-
bios con aproximaciones multidisciplinarias
(e.g., combinando metodologías de distintas
ramas como biología molecular, ecología y
modelación) para maximizar la obtención de
información minimizando los recursos. Esto
permitiría la generación de propuestas más
robustas para la conservación y reducir el im-
pacto de la actividad científica en las poblacio-
nes y hábitats de estos organismos.
Hylorina sylvatica
Rana arbórea
Foto: Felipe Rabanal
71
Conservación de Anfibios | Conocimiento de los anfibios en Chile: un aporte para su conservación
REFERENCIAS
BLUMSTEIN DT & E FERNÁNDEZ-JURICIC (2010) A
Primer of Conservation Behavior. Sinauer Associates,
Inc., Massachusetts.
ORTIZ JC & H DÍAZ-PÁEZ (2006) Estado de
conocimiento de los anfibios de Chile. Gayana 70 (1):
114 - 121
72
Actuando para la conservación de los anfibios | Conservación de Anfibios
V. Actuando para la conservación de los anfibios
Alsodes barrioi
Rana de Barrio
Foto: Felipe Rabanal
73
Conservación de Anfibios | Actuando para la conservación de los anfibios
Es evidente que la biodiversidad del pla-
neta está en riesgo, lo cual requiere
de acciones inmediatas para frenar su
deterioro. Un mecanismo fundamental
de acción es informar a la gente lo que sucede
con el medio ambiente. Una información ma-
siva, constantemente actualizada, permite que
la comunidad tome conciencia de la necesidad
de ser agentes activos en el cuidado del plane-
ta y sus componentes. De hecho, los medios de
comunicación están contribuyendo a informar
sobre las amenazas que enfrentan las distintas
especies, así como las estrategias para prote-
gerlas (Figura 5.1). Otra acción fundamental es
una educación permanente, que se preocupe
de enseñar sobre la biodiversidad existente
en el país y que difunda e instruya sobre las
diferentes medidas necesarias para reducir la
destrucción del medio ambiente.
Figura 5.1. Los medios de comunicación se están convirtiendo en
fuertes aliados para promover la conservación de los anfibios.
74
Actuando para la conservación de los anfibios | Conservación de Anfibios
En este contexto, Chile ha dado pasos impor-
tantes en la difusión del conocimiento de su
biodiversidad, siendo una importante iniciativa
la gestada por el Programa Explora de Conicyt
(Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología).
En el año 2000 se impulsó el programa “1000
Científicos 1000 Aulas”, el cual está orientado
a la difusión de la ciencia en los distintos esta-
blecimientos educaciones a lo largo del país.
Este programa, a pesar de no apuntar direc-
tamente a la conservación de la biodiversidad,
es un gran aporte considerando que cuando
la ciudadanía conoce las riquezas de su país,
incluida la flora y fauna, aprende a apreciar y
respetar este patrimonio, lo que constituye un
paso fundamental en la concientización de las
nuevas generaciones.
Otra iniciativa del Programa Explora ha sido el
financiamiento de proyectos para la educación
en ciencia. Un ejemplo destacable, y que se re-
lacionó con acciones de conservación de anfi-
bios, fue el proyecto “Indagando Formas, Colo-
res y Cantos de Nuestros Anfibios” (Figura 5.2),
ejecutado en la Región de Aysén el año 2011 por
la Organización No Gubernamental AUMEN: El
Eco de los Montes. Este proyecto permitió en-
señar en distintos establecimientos educacio-
nales del sur de Chile, la diversidad de anfibios
en dichas zonas, con experiencias prácticas de
cómo estudiar la conducta de estas especies.
Claramente, iniciativas como ésta permiten un
contacto directo de la comunidad con la fauna
local, profundizando en el aprendizaje del rol
de estos animales en el ecosistema y la nece-
sidad de cuidarlos a ellos y al ambiente donde
se encuentran.
El Fondo de Protección Ambiental (FPA) del
Ministerio del Medio Ambiente ha financiado
otros proyectos relacionados con la conserva-
ción de los anfibios y la difusión de su cono-
cimiento, pudiendo mencionar los proyectos
“RM-058-2010 Atlas de biodiversidad de anfi-
bios y reptiles de la Región Metropolitana de
Chile, una herramienta para la gestión de los
recursos naturales” y “14-015-2010 Monitoreo
acústico de aves y anfibios en áreas protegidas
de la Región de los Ríos: una herramienta para
detectar cambios en la biodiversidad”.
Figura 5.2. El libro “Indagando Formas, Colo-
res y Cantos de Nuestros Anfibios”, permite a
los niños familiarizarse con los anfibios de sus
regiones, elemento básico para concientizar
sobre el cuidado de la biodiversidad local.
75
Conservación de Anfibios | Actuando para la conservación de los anfibios
La difusión del conocimiento de las especies
de herpetozoos no sólo es importante desarro-
llarla en la comunidad sino que también en los
servicios públicos. En esta materia se pueden
mencionar talleres de reconocimiento de rep-
tiles y anfibios realizado por el SAG para fisca-
lizadores de la Ley de Caza. Por otro lado, el
SAG se ha preocupado de extender el conoci-
miento generado para estas especies por parte
de investigadores, mediante la elaboración de
material de difusión como es el caso del tríp-
tico de anfibios altoandinos, en el año 2012, y
la edición y publicación de los libros “Antece-
dentes sobre la biología de
Xenopus laevis
y su
introducción en Chile” y “Presencia y accionar
de la rana africana (
Xenopus laevis
) en Chile”.
También es importante destacar que a la fecha
algunos investigadores han puesto a disposi-
ción de toda la ciudadanía, material de divul-
gación sobre anfibios de Chile, entre ellos los
libros “Anfibios de los Bosques Templados de
Chile” y “Fauna de los Bosques Templados de
Chile” y el CD “Voces de los Anfibios”, donde
están las vocalizaciones de numerosas espe-
cies de anfibios del país.
La necesidad de discutir sobre la magnitud de
los problemas que están afectando a la biodi-
versidad, así como las soluciones que debieran
implementarse, han impulsado la organización
de distintas reuniones de discusión. En el caso
de los anfibios, la primera iniciativa masiva,
auspiciada por la Pontificia Universidad Cató-
lica de Chile en el año 2008, fue el simposio in-
ternacional “Declinación Global de Anfibios: el
Caso de la Rana de Darwin”.
Este simposio se enmarcó en “2008: Año de
la Rana”, campaña mundial organizada por
los Grupos de Especialistas de Conservación
y Cría en Cautiverio y de Anfibios de la UICN
y la Asociación Mundial de Zoológicos y Acua-
rios. El simposio contó con más de 300 parti-
cipantes, varios conferencistas nacionales e
internacionales, y tuvo como principal objetivo
crear un espacio abierto para la discusión de la
problemática mundial y local de la declinación
de anfibios. Esta primera reunión constituyó un
importante primer paso para iniciativas como
las acciones de conservación de la ranita de
Darwin (
Rhinoderma darwinii
) y otras activida-
des referidas a los estudios del hongo quítrido.
El Amphibian Ark, agrupación internacional
enfocada en la conservación de especies ame-
nazadas, junto al Zoológico Nacional convoca-
ron en 2009 a diversos especialistas naciona-
les para analizar las causas del deterioro de
las poblaciones de las 58 especies descritas de
anfibios hasta esa fecha en Chile y se estable-
cieron directrices y recomendaciones para su
conservación. Una de éstas fue la implementa-
ción de estudios reproductivos ex situ en la ra-
nita de Darwin (
Rhinoderma darwinii
), lo cual
fue el motor para incentivar la implementación
entre los años 2009 y 2010 de dos programas
de conservación ex situ, dirigidos a la crianza
de esta ranita: uno en el Zoológico Nacional
con el apoyo del Jardín Botánico de Atlanta y
76
Actuando para la conservación de los anfibios | Conservación de Anfibios
el otro en la Universidad de Concepción bajo el
auspicio del Zoológico de Leipzig. Ambos pro-
yectos han sido tan exitosos que se vislumbra
la incorporación de nuevas especies a progra-
mas de crianza ex situ.
Actualmente la “Iniciativa de Conservación de la
Rana de Darwin” (Darwin’s Frog Conservation
Initiative), red de colaboración que incluye al
Jardín Botánico de Atlanta y al Zoológico Nacio-
nal, ha mencionado su interés de aumentar los
proyectos de crianza ex situ a distintas especies
de
Telmatobufo
(
T. australis. T. venustus
y
T.
bullocki
) dado que se estima que sus poblacio-
nes podrían estar en riesgo por la depredación
de peces salmónidos introducidos. Otras espe-
cies propuestas por esta iniciativa son la rana
verde de Mehuín (
Insuetophrynus acarpicus
),
la rana de hojarasca de Contulmo (
Eupsophus
contulmoensis
) y la rana de pecho espinoso de
monte (
Alsodes montanus
), que por su alto gra-
do de endemismo son fuertemente vulnerables
a la destrucción que sufren sus hábitats.
El año 2011, la Universidad Andrés Bello or-
ganizó el “Taller de Conservación de Anfibios
para Organismos Públicos”, que contó con más
de 100 participantes de diversas universidades
del país, así como de diversas entidades gu-
bernamentales como el SAG, la Corporación
Nacional Forestal (CONAF), el Ministerio del
Medio Ambiente (MMA) y el Zoológico Nacio-
nal. La contribución de los más de 20 exposito-
res se materializó en el libro “Conservación de
Anfibios de Chile, Memorias del Taller de Con-
servación de Anfibios para Organismos Públi-
cos” (Figura 5.3), el cual, entre otras materias,
entrega importante información sobre la con-
servación de distintas especies amenazadas
en Chile, como los programas de manejo de la
rana grande chilena (
Calyptocephalella gayi
) y
de la ranita de Darwin (
Rhinoderma darwinii
).
Figura 5.3. Libro “Conservación de Anfibios de Chile” publicado el año 2012.
77
Conservación de Anfibios | Actuando para la conservación de los anfibios
Otra importante reunión de especialistas orga-
nizada el año 2011 en Cañete, fue el semina-
rio “Anfibios de la Cordillera de Nahuelbuta”,
organizado por la agrupación ambientalista
Nahuelbuta Natural y que contó con el patro-
cinio de la Ilustre Municipalidad de Cañete y el
Museo Mapuche de Cañete. Este evento, donde
participaron destacados especialistas de va-
rias universidades, fue un claro reflejo del in-
terés y la capacidad de las organizaciones sin
fines de lucro para difundir problemáticas de
conservación, en este caso de los anfibios de
una de las zonas más amenazadas y con mayor
diversidad de la Cordillera de La Costa.
Finalmente, en enero de 2013, los esfuerzos de
las Universidades de Concepción y Católica de
Chile y la empresa forestal Arauco, permitie-
ron la organización del seminario “Conserva-
ción de Anfibios en Áreas Privadas”. El objetivo
fundamental de este seminario, que contó con
expositores nacionales e internacionales, fue
discutir sobre el rol de los espacios privados
para la conservación de especies amenazadas,
particularmente de aquellas no incluidas en el
Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegi-
das del Estado (SNASPE).
Además de estas reuniones cabe destacar la
primera reunión nacional de herpetólogos en el
año 2010, “I Coloquio de Conservación de Anfi-
bios y Reptiles”, organizado por la Universidad de
Concepción, Universidad del Biobío y el Parque
Katalapi (cerca de Puerto Montt, Región de Los
Lagos), la que se enmarcó en la problemática
de conservación. Esta reunión no sólo generó el
espacio necesario en el país para que los herpe-
tólogos pudieran discutir sus estudios, sino que
también fue una importante instancia para anali-
zar los problemas que aquejan a la biodiversidad
de herpetozoos de Chile, producto de lo cual se
determinó la necesidad de establecer un núcleo
organizado para promover la protección de la
herpetofauna del país, generar distintos vínculos
de trabajo, incluidos aquellos para la conserva-
ción de la herpetofauna. Así surge la Red Chile-
na de Herpetología (RECH), organización que ha
estado trabajando activamente desde su crea-
ción en mantener las instancias de interacción
entre la comunidad de herpetólogos pero ade-
más preocupada por mantener los vínculos con
instituciones del Estado, tales como SAG y MMA.
Estas instancias de diálogo, necesarias para pro-
mover el cuidado del patrimonio natural, han te-
nido un creciente número de participantes en las
reuniones anuales que se organizan.
Cabe destacar que el último coloquio estuvo
marcado por distintas actividades centradas
en la conservación de anfibios, contando inclu-
so con la participación del director de la Am-
phibian Survival Alliance (ASA), una agrupación
internacional que congrega diversas organiza-
ciones enfocadas a la conservación de los an-
fibios.
La RECH, en su interés de aportar a la protec-
ción de los anfibios, se ha sumado activamente
al Ministerio del Medio Ambiente, en el desa-
rrollo del proyecto “Conservación de Anfibios
78
Actuando para la conservación de los anfibios | Conservación de Anfibios
de Chile”, una iniciativa sin precedentes para
los anfibios del país, que tiene como meta fi-
nal la generación de un plan de recuperación,
conservación y gestión de los anfibios de Chi-
le. Dentro del marco de este proyecto, y con-
juntamente con el trabajo de sentar las bases
del plan de conservación, se han desarrollado
una serie de otras actividades que promueven
directa e indirectamente la conservación de es-
tos animales.
Comprometidos con la educación y concienti-
zación de la ciudadanía, el proyecto ha incluido
entre sus actividades el montaje de una expo-
sición itinerante de fotografías, para difundir
la diversidad de anfibios de Chile, sensibilizar
acerca de la delicada situación de estas es-
pecies, y por tanto, motivar a la comunidad a
protegerlos y a considerarlos como integran-
tes importantes de la naturaleza. La muestra
contempla más de 30 especies de los anfibios
del país (Figura 5.4), y ya ha sido presentada en
más de 10 sitios a lo largo de Chile. La exposi-
ción va acompañada de la entrega de trípticos
sobre los anfibios de la zona norte, centro y sur
del país, en los que se muestran las especies
más emblemáticas que están en peligro en las
distintas zonas de Chile (Figura 5.5). Para di-
fundir aún más la problemática del peligro en
el que se encuentran los anfibios en nuestro
país, se colocaron pendones en distintos pun-
tos estratégicos, mostrando las especies que
están más amenazadas (Figura 5.6).
Figura 5.4. Exposición itinerante de los anfibios de Chile.
Foto: Claudio Correa.
79
Conservación de Anfibios | Actuando para la conservación de los anfibios
Figura 5.5. Trípticos de la zona central y sur de Chile, con información
sobre algunas de las especies de las distintas zonas.
Figura 5.6. Pendón sobre los anfibios de Nahuelbuta.
80
Actuando para la conservación de los anfibios | Conservación de Anfibios
Figura 5.7. Charla dada en colegios en la Isla Mocha.
Foto: Marcela Vidal.
Más allá de la producción de material gráfico
que permita concientizar sobre la problemáti-
ca de conservación de los anfibios, resulta re-
levante el contacto directo con la comunidad
en general. En este contexto, se han realizado
charlas en colegios y otros sitios (Figura 5.7),
así como actividades prácticas sobre el mane-
jo de anfibios para quienes requieren de dicho
entrenamiento, como son guardaparques de
CONAF (Figura 5.8). Estas actividades directas
con la comunidad han dejado de manifiesto el
interés general que existe por conocer la batra-
cofauna del país y la biodiversidad en general.
No obstante haberse generado abundante ma-
terial de difusión, es importante reforzar la
conservación también desde la educación for-
mal y que ello se incorpore en las mallas cu-
rriculares y en mayor información sobre flora y
fauna del país en los textos escolares.
Como ya se mencionó en capítulos anteriores,
una de las principales causas de la declinación
de los anfibios es la destrucción del hábitat, la
cual muchas veces va asociada a la acumula-
ción de basura que no permite a los animales
tener su normal desempeño. Dentro de este
contexto y en el marco del proyecto de Con-
servación de Anfibios, se realizó una jornada
de limpieza en los arroyos que rodean al cen-
tro invernal La Parva, Región Metropolitana,
puesto que albergan las principales poblacio-
nes conocidas de rana de pecho espinoso de La
Parva (
Alsodes tumultuosus
), una especie En
Peligro y con una de las áreas de distribución
81
Conservación de Anfibios | Actuando para la conservación de los anfibios
Figura 5.8. Instructivo técnico y práctico a gurdaparques de CONAF en la Reserva Nacional Isla Mocha.
Fotos: Marcela Vidal y Helen Díaz-Páez.
82
Actuando para la conservación de los anfibios | Conservación de Anfibios
más reducidas del país. Esta actividad de con-
servación contó con el importante apoyo de la
Municipalidad de Lo Barnechea y diversos cola-
boradores, destacándose el grupo Scout Koya-
mapu de Maipú. Más de 40 bolsas basura, con
más de 750 kg de desperdicios, fueron retirados
desde un tramo de 500 m de una quebrada ubi-
cada en el Complejo de Esquí La Parva en un día
arduo, pero productivo, de trabajo (Figura 5.9).
Esta actividad de limpieza tuvo un fin ejempli-
ficador porque, sin duda, se requieren muchas
otras jornadas de limpieza en este lugar y en
otros ambientes acuáticos a lo largo del país,
para eliminar la enorme cantidad de desechos
que son abandonados sin respeto ni a la natura-
leza, ni a otros visitantes.
Figura 5.9. Voluntarios en la actividad de limpieza en La Parva y el transporte de la basura, para
ser desechada en Santiago.
Fotos: Andrés Charrier.
83
Conservación de Anfibios | Actuando para la conservación de los anfibios
Figura 5.10. Trabajo en la zona norte de Chile, en los salares de Ascotán y Carcote. En el panel
superior se observa una pequeña quebrada de una vertiente en Ascotán, la realización de ob-
servaciones sin perturbar a los animales, así como el registro de información relevante para el
estudio de densidad poblacional. En el panel inferior se observa la colecta de larvas, toma de
muestras biológicas, y la realización de mediciones en una larva de
Telmatobius sp
.
Fotos: Antonieta Labra y Andrés Charrier (foto del centro en el panel inferior).
84
Actuando para la conservación de los anfibios | Conservación de Anfibios
El trabajo para la conservacion de los anfibios
requiere de un gran esfuerzo por parte de los
investigadores, no solamente por la necesi-
dad de incrementar los estudios en distintas
temáticas, sino que también por la necesidad
de diagnosticar los problemas a los que se
enfrentan las distintas especies. Es así como
dentro del marco del proyecto de “Conserva-
cion de Anfibios” se realizaron prospecciones a
la zona norte (Calama al interior, Figura 5.10),
zona central (Potrero Grande, Figura 5.11) y
zona sur del país (Nahuelbuta, Mehuín e Isla
Mocha, Figura 5.12), actividades que permitie-
ron, entre otras cosas, diagnosticar las prin-
cipales amenazas a las que se enfrentan los
anfibios en dichas zonas.
Si bien las distintas iniciativas realizadas en el
marco del proyecto “Conservación de Anfibios
de Chile” han permitido dar un paso para la
protección y recuperación de algunas especies
de anfibios de Chile, sin duda, una vez que se
dicte el Plan de Recuperación, Conservación y
Gestión de los anfibios de Chile, será posible
dar nuevos e importantes pasos en la planifi-
cación y desarrollo de acciones concretas para
la preservación de estos animales.
Figura 5.11. Expedición a Potrero Grande en la Cordillera de Chile central.
A. Viaje que requirió del conocimiento y la logística de los arrieros de la zona.
B. Arroyo de Potrero Grande donde se encontraron ejemplares de
Alsodes montanus,
Alsodes tumultuosus
y
Rhinella spinulosa
.
Fotos: Claudio Correa.
BA
85
Conservación de Anfibios | Actuando para la conservación de los anfibios
Figura 5.12. Expediciones a la zona sur de Chile, Mehuín y Nahuelbuta.
A. Huevos de
Eusophus sp
. B. Toma de muestras de tejido para estudios genéticos.
Fotos: Marcela Vidal, Helen Díaz y Claudio Correa.
A B
86
Actuando para la conservación de los anfibios | Conservación de Anfibios
No liberar anfibios
mascotas en los cursos
y cuerpos de aguas.
Además de que algunos
son exóticos y pueden
afectar el equilibrio
de los ecosistemas,
siempre está el riesgo
de transmisión de
enfermedades.
Como ayudar en el cuidado y conservación de nuestros anfibios
Evita conductas de riesgo
que puedan generar
incendios forestales,
como lanzar colillas de
cigarrillo al suelo, fogatas
mal apagadas, usar
cocinillas en lugares no
aptos para ello, etc.
No compres ni extraigas
ejemplares de anfibios
para tenerlos como
mascotas.
Si vas a observar o
fotografiar anfibios, hazlo
con suma delicadeza,
pues son animales
frágiles y sensibles.
No remuevas ni
destruyas los refugios de
los anfibios tales como
troncos caídos o rocas,
ni extraigas la vegetación
acuática de los cuerpos
de agua.
No contamines los
cuerpos de agua, tales
como arroyos, ríos y
lagunas, ya que no podrán
vivir ni reproducirse.
Jamás viertas productos
químicos al suelo o agua,
tales como detergentes, ya
que son sumamente tóxicos
para los anfibios.
No liberar peces de
acuarios ni tortugas
acuáticas a cursos y
cuerpos de aguas. La gran
mayoría de estos peces no
son nativos y en muchos
casos se desconoce el
impacto que ellos pueden
tener en los ecosistemas.
Peces exóticos como la
gambusia (
Gambusia
holbrooki
) y el chanchito
(
Australoheros facetus
)
representan una serie
amenaza actual para los
anfibios del país.
87
Conservación de Anfibios | Actuando para la conservación de los anfibios
La tarea de conservar
a los anfibios ha comenzado,
y esperamos que muchos más
se sumen a esta tarea.
Te invitamos a participar en la
conservación de los anfibios.
88
Reseña de algunas especies | Conservación de Anfibios
VI. Reseña de algunas especies
Hylorina sylvatica
Rana esmeralda o rana arbórea
Autor: Andrés Charrier
89
Conservación de Anfibios | Reseña de algunas especies
Rana de Barrio (
Alsodes barrioi
) En Peligro
Los anfibios del género
Alsodes
son ranas de mediano a gran tamaño, que se caracterizan por
tener cuerpo robusto, extremidades relativamente cortas y cabeza más anchas que larga. Los
machos desarrollan, especialmente en época reproductiva, parches con espinas en el pecho y
cornificaciones en las manos y dedos.
Alsodes barrioi
también conocido como rana de pecho es-
pinoso de Nahuelbuta, alcanza tallas de hasta 60 mm de longitud (hocico a cloaca) y se caracteri-
za por poseer granulaciones en la piel del dorso y una coloración café amarillenta con manchas
irregulares café oscuro. Las extremidades posteriores poseen bandas oscuras a modo de bra-
zaletes. Es una especie nocturna, que se oculta durante el día bajo la hojarasca, rocas y troncos
en zonas húmedas de ambientes boscosos del Parque Nacional Nahuelbuta y sus alrededores.
Foto: Felipe Rabanal.
Foto: Andrés Charrier.
Rana de pecho espinoso de monte (
Alsodes montanus
) En Peligro
Especie endémica de la Cordillera de Los Andes, que habita en arroyos cordilleranos desde La Par-
va (Región Metropolitana) hasta la cuenca del río Tinguiririca (Región de O´Higgins). En la zona de
La Parva comparte hábitat con la rana de pecho espinoso de La Parva (
Alsodes tumultuosus
) con el
cual puede ser confundido, aunque
A. montanus
posee membranas interdigitales más desarrolla-
das entre los dedos de los pies y una coloración que tiende a ser más grisácea o café en el dorso.
Es de mediano tamaño, alcanzando los 50 a 60 mm de longitud total.
90
Reseña de algunas especies | Conservación de Anfibios
Sapo arriero (
Alsodes nodosus
) Casi Amenazada
También conocida como sapo Popeye, esta especie es endémica de la zona mediterránea de
Chile central desde el sur de la Región de Coquimbo hasta la parte sur de la Región de O´Higgins
(32-36°S). El nombre de sapo arriero proviene de su canto nupcial, ya que se asemeja al grito de
un arriero llevando el ganado, mientras que el nombre de Popeye, se debe al desarrollo extraor-
dinario de los brazos en los machos en la época reproductiva. Habita quebradas con abundante
vegetación y arroyos torrentosos de la zona costera y Los Andes. A pesar de que su distribución
es extensa, es una especie poco abundante y difícil de observar, con no más de diez localidades
conocidas. Es muy poco lo que se sabe de su biología y aún menos de los factores que la ame-
nazan. Los machos son más robustos que las hembras y pueden alcanzar los 80 mm de longitud
corporal (hocico a cloaca).
Rana del Valle Pehuenche (
Alsodes pehuenche
) No evaluada
Esta especie fue reportada para Chile, por investigadores argentinos, recién en el año 2010.
Previamente se conocía sólo en el Valle Pehuenche, Argentina (cerca del límite con Chile), país
donde se ha descrito que las poblaciones están amenazadas por la ganadería, la contaminación y
la pavimentación de la ruta internacional que afectó algunos cursos de agua. En Chile se encuen-
tra sólo en un par de vertientes y vegas ubicadas en el borde de la Laguna del Maule, Región del
Maule. Es una especie cuya biología es muy poco conocida y se estima que el número de ejem-
plares es alrededor de 500 individuos, entre juveniles y adultos, con un área de distribución muy
reducida, que incluyendo la nueva localidad de Chile, no superaría los 9 km2 en total.
Foto: Claudio Correa.
Foto: Claudio Correa.
91
Conservación de Anfibios | Reseña de algunas especies
Rana de la Laguna de Los Gendarmes (
Atelognathus salai
) Datos Insuficientes
Atelognathus
es un género típico de las estepas de la Patagonia argentina, que en Chile se en-
cuentra en unas pocas localidades de ambiente patagónico de la Región de Aysén. Un estudio
taxonómico reciente demostró que la especie
Atelognathus jeinimenensis
, descrita el año 2004
como endémica del lago Jeinimeni (Región de Aysén), correspondía en realidad a
Atelognathus
salai
, una especie conocida previamente sólo para Argentina. Hasta ahora esta especie es cono-
cida solo en tres localidades en Chile, todas alrededor del Lago General Carrera. Además de los
datos de distribución, más algunos datos de variación morfológica y genética que sirvieron para
demostrar que
A. jeinimenensis
y
A. salai
son la misma especie, no se conoce nada más de ella.
Se trata de una especie de pequeño tamaño (unos 35 mm), caracterizada por su cuerpo robusto,
y más bien rechoncho, con extremidades cortas y moderadamente delgadas. Posee una colora-
ción general gris amarillento con manchas de color café oscuro y negras en el dorso, costados
y extremidades.
Rana de pecho espinoso de La Parva (
Alsodes tumultuosus
) En Peligro
Especie endémica de la Cordillera de Los Andes de la Región Metropolitana, que hasta hace
poco se conocía sólo en unos pocos arroyos alrededor del centro de esquí de La Parva, ubicado
unos 30 km al noreste de Santiago. Recientemente se encontró en un par de arroyos del sector
Potrero Grande, al sur del río Molina (La Parva está al norte de dicho río). Es una especie se-
miacuática que habita arroyos torrentosos, rodeados de estepa altoandina, donde también se
encuentra la rana de pecho espinoso de monte (
Alsodes montanus
). En la Parva sus poblaciones
están amenazadas principalmente por la contaminación y la destrucción de algunos arroyos por
el desarrollo inmobiliario.
Foto: Claudio Correa.
Foto: Helen Díaz-Páez.
92
Reseña de algunas especies | Conservación de Anfibios
Rana jaspeada (
Batrachyla antartandica
) Preocupación Menor
Es una especie común a lo largo de toda se distribución, que habita en bosques nativos desde la
zona de Mehuín hasta Isla Virtudes en la Región de Magallanes. Algunas publicaciones también
la mencionan para los alrededores de Villarrica. Es una
Batrachyla
de tamaño mediano (30 a 40
mm de largo), con cuerpo esbelto y largas extremidades y dedos, al igual que los otros repre-
sentantes del género. Su piel es suave, con pocas granulaciones y de una coloración general
amarillo anaranjado con manchas negras en el dorso y extremidades; ventralmente es amari-
llenta. Ocasionalmente muestra una conducta trepadora por lo que es común encontrarla sobre
arbustos. Deposita sus huevos en la vegetación de zonas inundadas.
Rana moteada (
Batrachyla leptopus
) Preocupación Menor
Es una especie bastante común a lo largo de toda se distribución, siendo común escucharla
cantando desde la espesura de la vegetación de bosques y matorrales asociados a zonas de
inundación, entre el sur de la Región del Maule y Aysén. Al igual que las otras especies del gé-
nero
Batrachyla
, se caracteriza por su pequeño tamaño (20 a 35 mm de largo), lo esbelto de su
cuerpo y sus largas extremidades y dedos. Su piel es suavemente granulosa y de una coloración
dorsal variable, con manchas irregulares grises, terracotas, verdosas o café oscuras sobre un
fondo más claro. Es una ranita muy trepadora por lo que no es raro observarla sobre los arbus-
tos. Se trata de una especie donde el macho posee cuidado parental, ya que se queda cerca de la
postura, compuesta por unos 70 a 200 huevos depositados por las hembras en zonas inundadas
o pozas bajo rocas o troncos caídos.
Foto: Felipe Rabanal.
Foto: Claudio Correa.
93
Conservación de Anfibios | Reseña de algunas especies
Rana grande chilena (
Calyptocephalella gayi
) Vulnerable
Por su cuerpo robusto, gran tamaño (alcanza un máximo de 20 a 30 cm de largo y un kg de peso),
coloración dorsal verde o café, con manchas oscuras irregulares y profundo canto, es uno de los
anfibios más reconocidos por la gente en Chile. Es una especie acuática, endémica de Chile, que
se distribuye entre el Valle del Elqui y Puerto Montt, aunque existen algunos reportes no docu-
mentados que mostrarían su presencia en el río Huasco, en las cercanías de Vallenar (Región
de Atacama). Habita todo tipo de ambientes de aguas quietas (lénticos), incluyendo ríos, esteros,
lagos, lagunas y vegas. Estudios recientes indican que, junto con las cuatro especies del género
Telmatobufo
, constituye un linaje que se originó hace más de 100 millones de años, cuyos parien-
tes más cercanos son algunos anfibios de Australia. Las principales amenazas para esta especie
son la destrucción del hábitat (incluida la contaminación), ya que habita el área con mayor pobla-
ción del país, así como también su intensa cacería para consumo (es una práctica ilegal ya que
está protegida por la Ley de Caza).
Rana de antifaz o de ceja (
Batrachyla taeniata
) Casi Amenazada
Este anfibio es, luego del sapito de cuatro ojos, la especie con la segunda distribución más ex-
tensa de Chile, la que se extiende entre la Región de Valparaíso y la de Aysén. Habita en zonas
boscosas donde prefiere las ambientes abiertos e inundados. Es una especie relativamente co-
mún al sur del río Biobío, pero hacia el norte hay pocas localidades conocidas, incluyendo algu-
nas totalmente aisladas por zonas urbanas como el bosque relicto de petras de la Base Aérea
de Quintero (Región de Valparaíso). En la década de los 80 se describió que las poblaciones de la
Región Metropolitana tenían características reproductivas diferentes a las de los bosques valdi-
vianos (se reproducen más tarde y ponen más huevos), pero se desconoce si estas poblaciones
aún existen. Se trata de una ranita de pequeño tamaño (unos 25 a 40 mm), de cuerpo esbelto y
extremidades largas, con dedos terminados en puntas redondeadas. Posee una característica
faja oscura al lado del rostro, que va desde las narinas hasta la zona timpánica a modo de antifaz.
Foto: Charif Tala.
Foto: Felipe Rabanal.
94
Reseña de algunas especies | Conservación de Anfibios
Rana del Chaltén (
Chaltenobatrachus grandisonae
) Datos Insuficientes
Actualmente es raro descubrir géneros nuevos de anfibios, sobre todo en regiones templadas.
Esta especie fue descrita en Chile en 1975 como
Telmatobius grandisonae
en la Isla Wellington,
Región de Magallanes, donde nunca más ha sido observada. Recientemente, en al año 2011,
investigadores argentinos reportaron dos localidades nuevas en Argentina y demostraron que
tenía características morfológicas (esqueleto, coloración general y color del iris) y un número de
cromosomas (32) diferente a otros anfibios de la región, por lo cual erigieron el nuevo género. Se
desconocen aspectos básicos de su biología y la extensión de su presencia en Chile. Se trata de
una especie de tamaño mediano de color general uniforme verde, con algunas verrugas rojizas
en el dorso y extremidades. Durante el año 2013 se reportó su presencia en el sector Laguna
Caiquenes (Bien Nacional Protegido), Región de Aysén, siendo la única localidad actual donde la
especie ha sido observada en Chile.
Rana de hojarasca de Contulmo (
Eupsophus contulmoensis
) En Peligro
Es un rana de pequeño a mediano tamaño (34 a 43 mm) que habita casi exclusivamente en am-
bientes de bosque nativo con abundante sotobosque dentro del Monumento Natural Contulmo,
y sus alrededores. El MN Contulmo, una pequeña área protegida de tan sólo 82 ha, es una de
las dos únicas áreas protegidas de la Cordillera de Nahuelbuta y se encuentra rodeada de plan-
taciones de pino. Posee piel dorsal y ventral lisa, una coloración dorsal violeta oscuro y ventral
amarillo brillante o café jaspeado de amarillo, con manchas amarillas irregulares en los lados
de la cabeza y cuerpo. Algunos individuos presentan una línea vertebral amarilla. Además de su
distribución no se sabe nada de la biología y ecología de esta especie.
Foto: Claudio Correa.
Foto: Felipe Rabanal.
95
Conservación de Anfibios | Reseña de algunas especies
Rana de hojarasca de isla Mocha (
Eupsophus insularis
) En Peligro
Es una rana de pequeño a mediano tamaño (38-41 mm) que habita exclusivamente en ambientes
de bosque nativo dentro de la Reserva Nacional Isla Mocha (Región del Biobío), ubicada en la isla
de igual nombre frente al pueblo de Tirúa. La cabeza es más ancha que larga, con el hocico le-
vemente truncado en vista lateral. La piel es prácticamente lisa sin granulaciones. La coloración
dorsal es café con manchas amarillentas de forma y distribución irregular; las extremidades son
jaspeadas de café y amarillo y ventralmente predominan los tonos amarillentos, presentando
puntitos oscuros en la garganta. No se conoce nada de su biología y ecología.
Rana de hojarasca de Mehuín (
Eupsophus migueli
) En Peligro
Rana de pequeño a mediano tamaño (31-47 mm), piel suave y sin granulaciones, con una colora-
ción general grisácea y con grandes manchas marmóreas. Su hábitat se restringe a ambientes
de bosque de la cordillera de la costa de la Provincia de Valdivia, siendo conocida en su localidad
tipo que corresponde a Mehuín (pueblo costero del extremo norte de la Región de Los Ríos) y un
par de localidades cercanas (Los Molinos y San José de la Mariquina), ninguna de las cuales se
encuentra dentro de un área protegida. La reducida distribución de esta especie se encuentra
en un área costera originalmente cubierta de bosques templados, pero que actualmente están
fragmentados y cubren una superficie muy pequeña. Aunque se han descrito sus cromosomas
y su canto, otros aspectos básicos de su ecología y biología reproductiva son desconocidos; de
hecho ni siquiera se conocen sus larvas.
Foto: Helen Díaz-Páez.
Foto: Felipe Rabanal.
96
Reseña de algunas especies | Conservación de Anfibios
Rana verde de Mehuín (
Insuetophrynus acarpicus
) En Peligro
Es una rana casi exclusivamente acuática, de cuerpo robusto, extremidades fuertes y unos 35
a 55 mm de longitud. Su piel posee pequeñas granulaciones y una coloración general oscura
que varía desde café a gris oscuro. Desde su descripción en 1970, era conocida solamente en su
localidad tipo, Mehuín, hasta que en el año 2002 fue registrada en dos localidades más y en una
cuarta en 2012, todas ellas en la zona costera cerca del límite entre la Región de la Araucanía y
la de Los Ríos. Todas estas localidades están en un diámetro que no supera los 30 km, en un área
altamente fragmentada por plantaciones de árboles exóticos. Por su coloración y morfología
puede ser distinguido de todos los otros anfibios de la zona. Estudios recientes muestran que su
pariente vivo más cercano es el género
Rhinoderma
, un resultado más bien sorprendente dada
la gran diferencia morfológica entre estos géneros. Esta singularidad evolutiva, su reducido ran-
go de distribución, su ausencia en áreas protegidas y la deforestación del ambiente en que vive,
hacen de esta especie una de las más amenazadas del país.
Rana esmeralda (
Hylorina sylvatica
) Preocupación Menor
También conocida como rana arbórea, es una rana de tamaño mediano a grande (30 a 60 mm
de largo), inconfundible por la gran longitud de sus extremidades y dedos y su coloración verde
esmeralda, que le da su nombre, matizada con manchas cobrizas. Habita preferentemente en
zonas inundadas y lagunas de los bosques templados entre la Región del Biobío y la de Aysén.
Está estrechamente emparentada con el género
Batrachyla
, del cual difiere por la coloración,
el mayor tamaño y por tener la pupila vertical. Aunque es un habitante típico de los bosques
templados del sur, es mucho menos abundante que los anfibios de los géneros
Batrachyla
y
Eupsophus
. Se considera que el límite norte de distribución se extiende por la zona costera
hasta la localidad de Ramadillas, en el extremo norte de la Cordillera de Nahuelbuta, pero no
ha habido registros recientes de poblaciones en esa cordillera.
Foto: Andrés Charrier.
Foto: Felipe Rabanal.
97
Conservación de Anfibios | Reseña de algunas especies
Sapito de cuatro ojos del sur (
Pleurodema bufonina
) Casi Amenazada
Es un anfibio de pequeño a mediano tamaño (30 a 50 mm de largo como máximo), cuerpo rechon-
cho y extremidades relativamente cortas. La piel posee pequeñas granulaciones, con una colo-
ración dorsal de fondo gris claro con manchas que varían de gris oscuro a verde o café oscuro.
Es una especie de distribución marginal en Chile, que habita en pequeños riachuelos, lagunas y
zonas inundadas de ambientes altoandinos y estepa patagónica, entre la Laguna del Maule y el
Parque Nacional Torres del Paine (Magallanes). Al igual que
Pleurodema thaul
se caracteriza por
la presencia de dos glándulas lumbares, ubicadas en la parte posterior de la espalda, pero que
en esta especie son de mucho mayor tamaño y de forma alargada.
Sapo variegado (
Nannophryne variegata
) Preocupación Menor
Es un sapo de pequeño tamaño y aspecto robusto que posee una piel más bien seca y cubierta de
pequeñas granulaciones. El dorso destaca por la presencia de 3 a 5 líneas de coloración amarilla
o verdosa, aspecto del cual ha derivado su nombre (variegado). Habita preferentemente en am-
bientes de tundra o zonas inundadas y abiertas de los bosques del extremo sur del subcontinente
(Chile y Argentina), y probablemente es el anfibio con la distribución más austral del mundo. Es
una especie bastante común en mallines y hualves de las regiones de Aysén y Magallanes, aun-
que en Chile también está descrito por el norte hasta la Región del Biobío (Laguna del Laja), a
pesar que no se han reportado avistamientos recientes en las regiones más norteñas (del Biobío
a Los Lagos). Estudios recientes muestran que el género
Nannophryne
constituye un linaje muy
antiguo de la familia
Bufonidae
(sapos verdaderos) que no se relaciona directamente con otros
géneros de origen más reciente y más ampliamente distribuidos en Sudamérica como
Rhinella
.
Foto: Felipe Rabanal.
Foto: Helen Díaz-Páez.
98
Reseña de algunas especies | Conservación de Anfibios
Sapo de rulo (
Rhinella arunco
) Vulnerable
Los anfibios del género
Rhinella
poseen cuerpos robustos y rechonchos, con extremidades cor-
tas, piel granulosa y prominentes glándulas parótidas (en la base de la cabeza a los lados del
cuello). Son conocidos generalmente como sapos de rulo, ya que pasan fuera del agua una buena
parte de su vida, pudiendo encontrárselos muy alejados de ella. El sapo de rulo es endémico de
Chile y habita desde Huentelauquén (Región de Coquimbo) hasta Purén (Región de La Araucanía).
Es una especie característica de los valles de Chile Central, que puede encontrarse desde el nivel
del mar hasta unos 1.500 metros de altitud. Es de gran tamaño, pudiendo alcanzar los 100 mm de
longitud total. A pesar de ser fundamentalmente terrestre, el sapo de rulo (y todas las especies
del género
Rhinella
) realizan su reproducción en el agua, depositando cordones ovígeros en los
márgenes de ríos, esteros, pequeñas lagunas o zonas inundadas.
Sapito de cuatro ojos (
Pleurodema thaul
) Casi Amenazada
Es un anfibio de mediano tamaño (40 a 60 mm de largo como máximo), de piel lisa con pequeñas
rugosidades y una gran variabilidad en la coloración de su piel. Se caracteriza por la presencia
de dos glándulas lumbares, en la parte posterior de la espalda, generalmente de coloración más
oscura que asemejan a dos ojos, lo que le ha valido su nombre de “cuatro ojos”. Es el anfibio con
la distribución más extensa de Chile (también se encuentra en Argentina). Se distribuye entre la
Región de Atacama y la de Aysén, por lo que se puede encontrar tanto en oasis en los límites del
desierto de Atacama como en bosques fríos subantárticos. Habita todo tipo de ambientes acuáti-
cos, incluyendo canales, tranques y otras construcciones humanas. Esta labilidad ecológica es la
causa de que sea probablemente el anfibio más común de Chile. Desde los años 70 se detectó su
presencia en la Isla Robinson Crusoe, donde actualmente es muy abundante, desconociéndose
los efectos que esta especie pueda estar causando sobre la fauna nativa de la isla. Un estudio ge-
nético reciente mostró que los ejemplares de la isla tienen su origen en la zona central de Chile.
Foto: Claudio Correa.
Foto: Claudio Correa.
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Conservación de Anfibios | Reseña de algunas especies
Sapo espinoso (
Rhinella spinulosa
) Preocupación Menor
Es un sapo de amplia distribución en Chile que habita desde el límite norte con Perú hasta el sur
de la Región de Antofagasta y luego entre las Regiones de Valparaíso y el Parque Nacional Vicen-
te Pérez Rosales (Región de Los Lagos). Vive en sectores andinos, generalmente por sobre los
1.400 msnm, aunque en el extremo norte es posible encontrarlo en zonas bajas de valles como
Lluta y Azapa. Es una especie principalmente terrestre, de hábitos nocturnos y gran tamaño
(hasta 100 mm de longitud); posee una piel muy áspera con formaciones glandulares cornifica-
das que le dan el aspecto de espinas, lo que le ha valido su nombre. Se reproducen en el agua,
depositando en ríos, vegas o lagunas andinas, cordones ovígeros que pueden contener miles de
huevos de color negro (son cintas o cordones envueltos por un material gelatinoso).
Sapo de Atacama (
Rhinella atacamensis
) Vulnerable
Esta es una de las pocas especies de anfibios, junto con el sapito de cuatro ojos, que ha logrado
colonizar el extremo sur del desierto de Atacama. Es endémico de Chile y se distribuye entre la
costa del extremo sur de la Región de Antofagasta (Paposo) y sureste de la Región de Valparaíso,
desde el nivel del mar hasta los 2.570 msnm. Se caracteriza por la diferencia de color entre se-
xos, siendo la piel en los machos lisa y de color amarillento, y más blanquecina y con pequeñas
cornificaciones en las hembras, aunque también muestra una alta variación en su morfología
externa (tamaño y coloración) entre poblaciones. Por ejemplo, los ejemplares de la Región de
Coquimbo pueden superar los 120 mm de longitud total (hocico a cloaca). El sapo de Atacama
habita una de las zonas con mayor actividad minera del país, donde hay una enorme presión por
los recursos hídricos. Más al sur, en las regiones de Coquimbo y Valparaíso las actividades agro-
pecuarias y la población humana también amenazan a sus poblaciones.
Foto: Claudio Correa.
Foto: Andrés Charrier.
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Reseña de algunas especies | Conservación de Anfibios
Ranita de Darwin (
Rhinoderma darwinii
) En Peligro
Es una especie inconfundible, caracterizada por una prolongación carnosa en forma de nariz, por
los bordes angulosos del cuerpo y las extremidades, y por su pequeño tamaño (rara vez supera
los 30 mm). El color del cuerpo es muy variable: puede ser verde, café, amarillento, grisáceo,
en todos los tonos y combinaciones. Es la única especie de anfibio en el mundo en que el macho
cría a sus larvas en un saco bucal hasta que metamorfosean, en un proceso llamado neomelia.
Habita los bosques templados de Chile (entre las regiones del Biobío y Aysén) y Argentina, es-
pecialmente aquellos con abundancia de musgos y sotobosque. Las principales amenazas son
la destrucción de los bosques y potencialmente el hongo quítrido. Las poblaciones del norte de
la distribución aparentemente están extintas (e.g. alrededores de Concepción), pero también
hay reportes de su desaparición en áreas protegidas por lo que se cree que la especie está en
declinación.
Su pariente más cercano es la Ranita de Darwin de Chile o sapito vaquero (
Rhinoderma rufum
)
la cual no ha sido observada desde 1980. Su distribución histórica abarcaba desde Pichilemu
(Región de O’Higgins) hasta Ramadillas (Región del Biobío), aunque hay algunas publicaciones
que hablan de su eventual presencia hasta la zona de Zapallar (Región de Valparaíso). Algunos
autores la consideran Extinta, aunque oficialmente está clasificada como En Peligro Crítico. A
diferencia de la ranita de Darwin, en esta especie la última fase de la metamorfosis se reali-
za fuera del saco bucal del macho. Su tamaño, forma y coloración son similares a la ranita de
Darwin, pero tendría membranas interdigitales bien desarrolladas y presentes entre cada uno de
los dedos de las extremidades traseras (sería más pequeña entre el cuarto y quinto dedo, pero
nunca ausente).
Foto: Andrés Charrier .
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Conservación de Anfibios | Reseña de algunas especies
Rana de la frontera (
Telmatobius fronteriensis
) En Peligro Crítico
Esta especie de
Telmatobius
, descrita recién el año 2002, posee un tamaño mediano, con una
longitud no mayor a 42 mm. Posee pequeñas granulaciones en la piel del dorso, flancos con es-
pinas córneas y espinas nupciales en los antebrazos de los machos. Hasta ahora, esta especie es
conocida solamente en su localidad tipo, Puquios, ubicada 15 km al noroeste de Ollagüe (Provin-
cia de El Loa, Región de Antofagasta) aproximadamente a 4.150 m de altitud. Se ha descrito que
tiene una muy baja variación genética debido a lo reducido de su área de distribución.
Rana de Danko (
Telmatobius dankoi
) En Peligro Crítico
Las especies del género
Telmatobius
de Chile son completamente acuáticas, por lo que cuentan
con notorias membranas interdigitales y cuerpos aplastados dorso-ventralmente. La rana de
Danko es conocida sólo en la localidad tipo, ubicada en el sector Las Cascadas del río Loa, 3 km
al sur de la ciudad de Calama (Región de Antofagasta) a una altitud aproximada de 2.260 msnm.
Alcanza un tamaño promedio de 50 mm. Ambos sexos poseen espinas córneas en la cabeza,
flancos, extremidades y el tercio posterior del cuerpo. Su distribución extremadamente reducida
(sólo en el sector Las Cascadas), lo convierten en una especie particularmente sensible frente a
cambios en su ambiente, como la calidad del agua y el flujo del río Loa.
Foto: Antonieta Labra.
Foto: Antonieta Labra.
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Reseña de algunas especies | Conservación de Anfibios
Sapo hermoso (
Telmatobufo venustus
) En Peligro
Esta especie de
Telmatobufo
posee un tamaño mediano a grande (65 a 70 mm) y una coloración
inconfundible, del cual proviene su nombre: todo el cuerpo es de color negruzco violáceo con el
dorso salpicado de manchas amarillentas, naranjas o rojizas. El sapo hermoso habita en cuencas
y quebradas con ríos caudalosos de aguas puras y frías, conociéndose a la fecha sólo en cuatro
localidades de la precordillera de Los Andes entre las regiones del Maule y el límite sur del Bio-
bío (San Ignacio de Pemehue). Sólo una de estas localidades, Reserva Nacional Altos de Lircay
(Región del Maule), alberga una población protegida y aparentemente abundante, aunque se ha
señalado que los peces salmónidos introducidos constituyen una amenaza en la Reserva.
Sapo de Bullock (
Telmatobufo bullocki
) En Peligro
Las especies del género
Telmatobufo
se caracterizan por tener cuerpo robusto, piel granulosa,
ojos grandes, membrana interdigital entre los dedos de las extremidades posteriores y glándulas
parótidas (aquellas que se ubican detrás de los ojos). Junto con las otras tres especies del género
y la rana grande chilena forma la familia
Calyptocephalellidae
, endémica del centro-sur de Chi-
le. El sapo de Bullock, o rana montana de Nahuelbuta, puede alcanzar 70 a 80 mm de longitud.
Posee la piel dorsal con formaciones glandulares lisas y una coloración general café oliváceo,
destacando por unas características manchas amarillas en la cabeza (sobre párpados y entre los
ojos). Habita en ambientes de bosque nativo de unos pocos sectores de la Cordillera de Nahue-
lbuta. Se trata de una especie muy acuática, para la cual la intervención de los cauces de agua
donde habita con centrales de paso o canalización son serias amenazas para su supervivencia.
Foto: Andrés Charrier.
Foto: Andrés Charrier.