En Venezuela se ha innovado y este libro del ingeniero electricista José Manuel Martínez Cabrero nos recuerda una de las historias olvidadas de la innovación tecnológica venezolana. Lamentablemente, en la sociedad venezolana existe la percepción de que el país ha importado todo lo que se ha necesitado y que los venezolanos no hemos sido capaces de innovar. Pero esta idea, común entre la ciudadanía, no es cierta. Es verdad que en Venezuela se ha innovado poco en tecnología, no obstante, en el siglo XX hay varios ejemplos de innovación tecnológica endógena que mostrar, entre los cuales se encuentra la exitosa experiencia de aprendizaje tecnológico en el Laboratorio de Telecomunicaciones (en adelante Laboratorio) del Centro de Estudios de Telecomunicaciones (CET), de la Compañía Anónima Teléfonos de Venezuela (Cantv).
Tres años después de su fundación, el Laboratorio vino a ser dirigido por el ingeniero José Manuel Martínez Cabrero quien en este libro relata la génesis, trayectoria y el desempeño del Laboratorio. Hoy en día, vivimos en un mundo hiperconectado en donde el conocimiento y las capacidades para innovar son factores claves para el desarrollo. Sin embargo, desde principios del siglo XX, Venezuela ha sido un país petrolero-es decir, un país cuya economía está basada en un modelo económico rentista basado en los ingresos petroleros (Mahdavy, 1970). Pero ahora, en el siglo XXI, la transición energética hacia un sistema de energía bajo en carbono avanza rápidamente-aunque este avance, al parecer, no es tan rápido como se desea (World Economic Forum, 2019)-y, a la larga, esta transición hará que el consumo energético sea cada vez más eficiente y que la demanda global de petróleo sea cada vez menor.
Para la Venezuela del siglo XXI, el modelo petrolero rentista ya no es una opción para el desarrollo nacional; la sociedad venezolana no podrá subsistir solamente con los ingresos recibidos por la exportación de petróleo. Poco antes de morir, en una trilogía de artículos publicados en El Nacional, bajo el título «¿Tiene futuro nuestra industria petrolera?» (2014), el antiguo directivo de la industria petrolera venezolana, ex-Presidente de las empresas Shell de Venezuela y Maraven, S.A., Alberto Quirós Corradi (1931-2015), concluyó diciendo: «(...) lo que está en juego es el futuro del país porque, hagamos lo que hagamos, los ingresos que producirá el petróleo, por sí solos, no alcanzarán para financiar la recuperación del [país] (…) El ciclo del petróleo en Venezuela se cerró» 33. Para satisfacer una buena parte de nuestras necesidades y contribuir al desarrollo nacional, deberemos entonces crear nuevas fuentes de riqueza. El emprendimiento tecnológico y la innovación tecnológica deberán estar incluidos entre el menú de opciones para la generación de riqueza en Venezuela. Sin embargo, como en el país existe una escasa conciencia histórica sobre nuestra capacidad para hacer innovación tecnológica, estamos en la obligación de dejarle a las generaciones futuras la constancia de lo que se ha realizado y de transmitirle a la sociedad venezolana el mensaje de que la innovación tecnológica entre nosotros sí es posible. Es cierto que la cultura de la innovación no está todavía implantada en el país. Sin embargo, en esta área los venezolanos tenemos alguna experiencia acumulada la cual, aunque modesta, es significativa porque indica que en el pasado fuimos emprendedores e innovadores tecnológicos y que, por lo tanto, en el futuro también podremos serlo.