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Ser daltónico para ver más. Hipótesis para explicar las ventajas evolutivas de ser daltónico.

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El que aproximadamente un 8% de la población mundial sea daltónica, parece un porcentaje demasiado elevado como para considerar el daltonismo como un defecto genético. En realidad, esta diferencia genética, que conlleva el “problema” de tener una peor visión, o una visión diferente del espectro de colores; ha de tener, sin duda, algún tipo de compensación y reportar algún tipo de beneficio o ventaja a los individuos que la presentan. De otra forma, el porcentaje de daltónicos debiera ser mucho menor, al igual que sucede con todas las anomalías genéticas que no conllevan beneficios. Estas posibles ventajas compensatorias, o las implicaciones que el daltonismo pueda tener en los individuos que lo padecen, apenas han sido objeto de estudio. Los pocos trabajos que hay al respecto aluden a la posibilidad de que los daltónicos sean capaces de distinguir mejor el camuflaje; lo que, en principio, tampoco parece una compensación muy obvia. En este artículo se apuntan algunas hipótesis (no comprobadas) que podrían explicar donde radica ese efecto de compensación y las posibles ventajas evolutivas que el daltonismo pudiera aportar a los individuos que lo presentan.
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1
Ser daltónico para ver más.
Hipótesis para explicar las
ventajas evolutivas de ser
daltónico.
J. Ángel Menéndez Díaz
angelmd@incar.csic.es
Resumen
El que aproximadamente un 8% de la
población mundial sea daltónica, parece un
porcentaje demasiado elevado como para
considerar el daltonismo como un defecto
genético. En realidad, esta diferencia genética,
que conlleva el “problema” de tener una peor
visión, o una visión diferente del espectro de
colores; ha de tener, sin duda, algún tipo de
compensación y reportar algún tipo de
beneficio o ventaja a los individuos que la
presentan. De otra forma, el porcentaje de
daltónicos debiera ser mucho menor, al igual
que sucede con todas las anomalías genéticas
que no conllevan beneficios. Estas posibles
ventajas compensatorias, o las implicaciones
que el daltonismo pueda tener en los
individuos que lo padecen, apenas han sido
objeto de estudio. Los pocos trabajos que hay
al respecto aluden a la posibilidad de que los
daltónicos sean capaces de distinguir mejor el
camuflaje; lo que, en principio, tampoco
parece una compensación muy obvia. En este
artículo se apuntan algunas hipótesis (no
comprobadas) que podrían explicar donde
radica ese efecto de compensación y las
posibles ventajas evolutivas que el daltonismo
pudiera aportar a los individuos que lo
presentan.
A modo de introducción
El daltonismo es un “defecto” genético que
ocasiona dificultades para distinguir ciertos
colores. Su origen se encuentra en una
variación con respecto a los individuos
“normales” de los fotorreceptores de la retina.
Fue el químico inglés John Dalton, quien
publicó el primer artículo científico sobre el
tema en 1798 [1] al darse cuenta de su propia
dificultad para distinguir los colores. Debido a
este trabajo de Dalton, esta diferencia
genética se conoce como daltonismo.
Las células de la retina que reaccionan a la luz
son de dos tipos: bastones y conos. De forma
simplificada: la misión de los bastones es la de
percibir el contraste, mientras que los conos
hacen posible la visión de los colores. Existen
tres tipos de conos según la sensibilidad a la
luz de los fotorreceptores que poseen, siendo
éstos sensibles al rojo, verde y azul (RGB, del
inglés: red, green, blue) (Figura 1). Tanto
conos como bastones se conectan con el
cerebro, que es donde tiene lugar la
interpretación del color, mediante el nervio
óptico. Así, la combinación de estos tres
colores básicos permite diferenciar numerosos
tonos de colores. Sin embargo, hay que tener
en cuenta que los colores no son algo
objetivo, sino la interpretación que hace el
cerebro de los estímulos que reciben los conos
debido a las ondas electromagnéticas con
frecuencias máximas en torno a estos tres
colores primarios.
Figura 1. Espectros de respuesta normalizada de los
conos humanos. Los conos L (longitud de onda larga),
asociados a los receptores rojos, presentan un máximo
en la región de color amarillo verdoso del espectro. Del
mismo modo, los conos S (longitud de onda corta) y M
(longitud de onda media) no se corresponden
exactamente con el azul y el verde, a pesar de que se
asocien a estos colores. (Imagen adaptada de Wikimedia
Commons)
Existen diferentes tipos de individuos
daltónicos según el tipo de cono, o conos,
donde se presenten las diferencias. Los
individuos acromáticos no presentan, o tienen
anomalías en los tres tipos de conos, siendo
2
éstos un caso muy raro (1 de cada 100.000
personas). Los monocromáticos poseen
únicamente uno de los tres fotorreceptores
existentes en los conos por lo que la visión del
color es muy limitada. Este es otro tipo de
daltonismo también muy raro. Por otro, lado
el dicromatismo se da cuando no existe uno
de los tres tipos de fotorreceptores o la
disfunción en uno de ellos es importante. Esta
diferencia es hereditaria y se da en una
proporción mucho mayor. El dicromatismo se
divide a su vez en: protanopia, anomalías en
los fotorreceptores del rojo; deuteranopia,
anomalía en los fotorreceptores del verde y
tritanopia, anomalía en los fotorreceptores del
azul. Este último caso es mucho más raro que
los dos anteriores. Otro tipo de daltónicos son
los tricromáticos anómalos, que es el grupo
más abundante dentro de los daltónicos. En
este caso los individuos poseen los tres tipos
de conos pero con alguna disfunción
moderada en alguno de ellos, lo que les
dificulta la percepción de ciertos colores. De
forma similar a los dicromáticos, los
tricromáticos anómalos pueden dividirse en
protoanómalos, deuteroanómalos y
tritanómalos.
Los genes que producen los fotorreceptores
radican en el cromosoma X. Por eso el
daltonismo en los hombres se da con una
probabilidad más alta que en las mujeres, ya
que los hombres sólo tienen un cromosoma X;
mientras que en las mujeres, que poseen dos,
un gen funcional en sólo uno de ellos es
suficiente para evitar el daltonismo.
El porcentaje de daltónicos en la población
mundial es de aproximadamente un 8% de la
población masculina y un 0,5% entre las
mujeres [2,3]. Además, este porcentaje se
encuentra en un claro ascenso, especialmente
en la población europea [3], lo que se atribuye
a una relajación en la selección natural debido
al progreso de la civilización. Sin embargo,
esto también podría considerarse como una
mejor adaptación al entorno tecnológico.
Argumento con el que no parece estar de
acuerdo uno de los artículos [2], donde el
autor pronostica una reversión en este
aumento de daltónicos debido a: “… los
peligros del trafico y a que la seguridad
depende de las luces rojas de freno y las
señales rojas, ámbar y verde de los
semáforos...”. Sin embargo, lo que el autor
parece obviar en esta argumentación es que
daltonismo y estupidez no necesariamente
han de ir unidos. Así, pese a que en algunos
países a los daltónicos no se les permite
obtener el permiso para conducir, saber la
posición de las luces de un semáforo o ver las
luces de freno no supone ningún tipo de
problema para un daltónico. De hecho, quizá
inconscientemente presten más atención a
estos códigos de colores que el resto de
población; precisamente por el hecho de
tener dificultad para distinguir los colores (ver
más adelante).
La cuestión es que, cualquier característica
genética recesiva que persiste en un nivel tan
alto, se considera que debe tener algún tipo
de ventaja evolutiva en el largo plazo. Es decir
los daltónicos debieran tener algún tipo de
ventaja evolutiva sobre el resto de individuos
normalesya que de no ser así se hubiesen
extinguido, o estarían prácticamente extintos,
y no podrían estar presentes en la población
en un porcentaje tan relativamente alto.
Ahora bien, ¿cuál es esa posible ventaja
evolutiva?, ¿qué ventaja puede tener el hecho
de no distinguir bien todos los colores?
Lo cierto es que existen pocos estudios donde
se aborde el daltonismo y sus implicaciones.
Puesto que se considera un “problema
menor, no parece haber un gran interés por
estudiar cómo puede influir en los individuos
que lo presentan. La cuestión a plantear, sin
embargo, podría ser otra bien distinta. Si
realmente un 8% de daltónicos en el mundo, y
a lo que parece, con una mayor incidencia en
las sociedades más tecnológicas [2,3], es una
cifra demasiado elevada como para
considerarlo un simple azar genético y
realmente representa algún tipo de ventaja;
quizá sea de interés indagar en qué tipo de
ventaja puede aportar y si ésta (o éstas)
pudiera ser de interés para los individuos
normales”.
De hecho, evolutivamente hablando, las
especies tetracromáticas (con cuatro tipos de
conos diferentes) como algunos pájaros,
3
reptiles, peces e insectos; son más antiguas
que las tricromáticas, como los humanos y
algunos primates; o las dicromáticas como la
mayoría de los mamíferos [3]. Así pues, la
pérdida de capacidad para distinguir una gran
cantidad de colores parece ser una
característica evolutiva y no al contrario.
En realidad, quizá la palabra ventaja no sea la
más apropiada; se trataría más bien de un
efecto de compensación. Es decir, no
distinguir un amplio espectro de colores
puede suponer un problema en determinadas
ocasiones, pero esto mismo podría suponer
una ventaja en según qué circunstancias. En
cualquier caso, se trata de no considerar al
daltonismo como una “enfermedad genética”
[5], sino como una diferencia genética que tal
vez pudiera aportar algún tipo de ventaja
genética.
En lo que sigue, me permitiré exponer algunas
hipótesis que podrían explicar donde radica
estas ventajas evolutivas que, de alguna
forma, compensarían la desventaja que
supone el no distinguir bien los colores.
Teoría de la mayor capacidad para distinguir
el camuflaje
Durante la Segunda Guerra Mundial se
desarrolló la teoría de que las personas
afectadas de daltonismo detectaban mejor el
camuflaje. Parce ser que aquella teoría no
estaba equivocada [6] y en el año 2005 un
grupo de investigadores de la universidad de
Cambridge descubrió que algunos daltónicos
tienen mayor sensibilidad para detectar
ciertos colores combinados [7]. El estudio
puso de manifiesto que, en situaciones donde
el color verde predomina y existen varios
tonos del mismo, los deuteroanómalos son
capaces de distinguir entre pares de colores
que para el resto de personas parecen
idénticos. Esto, teóricamente, podría suponer
una ventaja a la hora de descubrir presas o
depredadores en entornos de camuflaje, lo
cual podría haber supuesto una cierta ventaja
en las sociedades primitivas.
A raíz de este descubrimiento se han
desarrollado ciertos test inversos de
daltonismo (Figura 2), en los cuales los
individuos daltónicos son capaces de ver
figuras o letras que los individuos “normales”
no pueden distinguir. Esto resulta mucho
menos frustrante para los daltónicos que el
test tradicional de Ishihara [8], basado en
cartas compuestas de puntos de varios colores
en las que el individuo “normal” es capaz de
distinguir ciertos números que el individuo
daltónico es incapaz de ver. Posiblemente esta
haya sido una de las causas para considerar el
daltonismo como una desventaja general
respecto a la mayoría; en vez de explorar si
existe también algún aspecto ventajoso.
(a)
(b)
Figura 2. (a) Ejemplo de test inverso de daltonismo. Los
daltónicos ven un círculo, los individuos “normales” no
ven nada [9]. (b) Carta del test de Ishihara [8]. Los
individuos con visión normaldeberian ver el número 74.
Los daltónicos tricromáticos el número 21; mientras que
los acromáticos no verían nada. (Imagen de Wikimedia
Commons)
En cualquier caso, la posibilidad de detectar
mejor el camuflaje se me antoja una ventaja
muy poco decisiva. Posiblemente deba de
haber alguna otra más y, quizá más
importante, que explique el “éxito” evolutivo
de los daltónicos.
Teoría de la mujer con súper-visión en
colores
Dado que el daltonismo implica alteraciones
en el cromosoma X se ha especulado que
algunas mujeres con un cromosoma X normal
y el otro alterado; es decir aquellas que son
portadoras del daltonismo, podrían ser
tetracromáticas y presentar, además de los
4
tres tipos de conos normales, un cuarto tipo
de cono funcional con la alteración que
portan. De ser esto cierto, el espectro de
colores que son capaces de distinguir estas
personas tetracromáticas sería mucho más
amplio que en el caso de las tricromáticas
pudiendo diferenciar millones de colores más
que los individuos normales [10]. Pese a
que se especula que hasta un 3% de mujeres
podrían presentar esta asombrosa capacidad
para ver millones de colores, lo cierto es que
solo se ha reportado un caso de una mujer
con visión tetracromática [11]. Por otro lado,
este particular tipo de daltonismo a la
inversa es difícil de detectar dado que, al
igual que en cualquier otro caso de
daltonismo, los individuos que lo presentan
ven el mundo de una manera perfectamente
normal y sin ser muy conscientes de que la
percepción de otros individuos pueda ser
diferente.
Esta posibilidad de que existan mujeres con
una inusitada capacidad para distinguir
millones de colores diferentes quizá sí
represente una compensación evolutiva. Sin
embargo, tampoco parece ser lo
suficientemente importante como para
justificar la importante población daltónica.
Sobre todo si el argumento es que el distinguir
una gran variedad de colores no es algo
realmente vital para la especie humana.
Las siguientes hipótesis, hasta donde yo
conozco, no se han comprobado y bien
pudieran ser completamente falsas.
Responden únicamente a un ejercicio de
imaginación, eso sí, no exento, pienso, de una
cierta lógica.
Hipótesis de la auto-cromoterapia
Esta es quizá una hipótesis menos plausible
que las teorías anteriormente expuestas, en
tanto y cuanto los efectos de la cromoterapia
son también discutibles. Sin embargo, podría
ser una posibilidad a considerar.
De acuerdo con la cromoterapia, los colores
ejercerían influencias emocionales en las
personas, permitiendo generar un estado que
facilite la sanación de enfermedades y
restablecer los desequilibrios que producen
dichos padecimientos. También pueden influir
en los estados de ánimo del individuo. De
hecho, se ha comprobado que el color rojo
tiene efectos excitantes o estimulantes,
mientras que el verde resulta más
tranquilizante y relajante [12].
La cuestión es que si los individuos daltónicos
perciben los colores de una forma diferente al
resto de individuos (Figura 3), la influencia
emocional que ejercen los colores en los
individuos daltónicos pudiera de ser diferente
a la que tienen en el resto de la población.
Ciertamente, resulta difícil de intuir que tipo
de ventaja podría tener esto. Sin embargo, si
se acepta la cromoterapia, tampoco se puede
descartar que no tenga ninguna.
Figura 3. Ejemplo de simulación de cómo son percibidos
los colores por individuos con visión normal (superior
izquierdo) y con distintos tipos de daltonismo [13].
Hipótesis de la cautela
Prácticamente casi todos los códigos de
colores están basados en el rojo y el verde.
Con muy poca consideración, por cierto, hacia
la población daltónica.
5
El hecho de asociar el rojo, y en ocasiones el
amarillo, con lo peligroso y el verde con lo
seguro es algo casi universal y posiblemente
ancestral. Probablemente esto se debe a que
además del fuego, existen muchas plantas y
animales que presentan estos colores
“peligrosos” y con los que conviene mantener
las distancias. De hecho, el aposematismo es
un fenómeno, bastante frecuente en la
naturaleza, que consiste en que algunos
organismos presenten rasgos llamativos a los
sentidos, destinados a alejar a sus
depredadores (Figura 4).
Figura 4. Arriba serpiente coral, venenosa; debajo,
culebra coral ratonera, inofensiva para los humanos.
(Imagenes de Wikimedia Commons)
Ahora bien, en algunas ocasiones, los
daltónicos no están seguros de poder decidir
si algo es rojo o verde, o incluso si es amarillo
o verde. Esta dificultad para distinguir entre
estos colores es mayor en los entornos
naturales. Así pues, esto haría que los
individuos daltónicos fuesen especialmente
cautos a la hora de tener que enfrentarse a
este tipo de señales de peligro que no son
capaces de distinguir muy bien. Si se prefiere:
los daltónicos incautos tendrían menos
probabilidades de sobrevivir, por lo que en la
actualidad daltonismo y precaución quizá
estén, en cierto modo, ligados. Por tanto, si la
cautela, precaución, prudencia, reserva, etc.
pueden ser una ventaja en determinadas
situaciones que se presentan con relativa
frecuencia y los daltónicos son, por
naturaleza, más precavidos; esta característica
podría ser una de las ventajas evolutivas de
ser daltónico.
Hipótesis de la ventaja perceptiva
Esta hipótesis se basa en el hecho demostrado
de que algunos insectos voladores, como el
abejorro (Figura 5), son capaces de cambiar su
visión de cromática a acromática para ganar
en velocidad de procesado de las imágenes y,
de esta forma, tener una “visión más rápida”
que les permite maniobrar con mayor
velocidad [14]. La cuestión, por tanto, es si en
los humanos pudiese darse algo parecido, de
forma que los individuos daltónicos, que
tienen que procesar menos colores, también
presentan una “visión más rápida”.
Figura 5. Bumbus, nombre común de abejorro o
moscardón. (Imagen de Wikimedia Commons)
La capacidad para procesar imágenes en
movimiento del cerebro humano es limitada,
de forma que no vemos un continuo, sino una
serie de imágenes secuenciales, a manera de
los fotogramas del cine, que una vez
procesadas en el cerebro nos dan la
percepción de movimiento. En el caso del cine
24 fotogramas por segundo son suficientes
para percibir el movimiento. Ahora bien, la
cantidad de información que recibimos en
cada imagen, y por tanto la información que
ha de procesar el cerebro, contiene muchos
datos, incluidos los datos correspondientes a
los colores de los objetos que percibimos.
6
Una teoría que circula por internet, aunque
sin ninguna prueba que la corrobore, apunta a
que en situaciones de riesgo todo el mundo se
vuelve daltónico. Es decir, el cerebro deja de
procesar los colores para poder procesar más
imágenes por unidad de tiempo. De esta
forma, el tiempo parece ralentizarse y
tomamos una mayor consciencia de todo lo
que está sucediendo a nuestro alrededor; a
costa, parece ser, de sacrificar la capacidad de
distinguir múltiples colores.
La hipótesis es que, dado que las personas
daltónicas reciben menos estímulos
correspondientes a los diferentes tonos y
matices de los colores, el cerebro necesita
procesar menos datos. Por tanto, se puede
utilizar la capacidad restante para procesar
más imágenes o fotogramas por segundo. Esto
se traduciría en una visión mejor de los
objetos en movimiento. Mejores reflejos.
De ser cierta esta hipótesis, podría tener
consecuencias prácticas. Por ejemplo, el uso
de artefactos que limitasen la visión de los
colores en los individuos con visión normal
podría mejorar su percepción del movimiento,
de forma que reaccionen más rápido… ¿?.
Otra posibilidad sería la de obtener una mayor
resolución de las imágenes a costa de
sacrificar la información del color, de forma
análoga a la función del movimiento sacádico
[15].
Referencias
1. J. Dalton. "Extraordinary facts relating to the vision
of colours: with observations”. Memoirs of the
Literary and Philosophical Society of Manchester, 5
(1798) 28–45.
2. R. W. Pickford. “Natural selection and colour
blindness”. The eugenics Review, 55 (1963) 97-101.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC29
82522/pdf/eugenrev00022-0033.pdf
3. R.H. Posto. “Population differences in red and
green color vision deficiency: A review, and a query
on selection relaxation”. Biodemography and social
biology, 29 (1982) 299-315.
4. J.K. Browmaker. “T Evolution of colour vision in
vertebrates”. Eye, 12 (1998) 541–547.
5. http://es.wikipedia.org/wiki/Enfermedad_genética
6. M.J. Morgan, A. Adam, J.D. Mollon. "Dichromats
detect colour-camouflaged objects that are not
detected by trichromats". Proc. Biol. Sci. 248
(1992) 291–5.
7. J. Bosten, J.D. Robinson, G. joran, J.D. Mollon.
“Multidimensional sacling reveals a color
dimensión unique to color-deficient observers”.
Current Biology, 15 (2005) R950 - R952.
8. http://es.wikipedia.org/wiki/Cartas_de_Ishihara
9. https://www.cs.unm.edu/~aaron/creative/colorTe
st.htm
10. K.A. Jameson, S.M. Highnote, L.M. Wasserman.
Richer color experience in observers with multiple
photopigment opsin genes”. Psychonomic Bulletin
and Review, 8 (2001) 244–261.
http://link.springer.com/article/10.3758/BF031961
59
11. G. Jordan, J.D. Mollon. “A study of women
heterozygous for colour deficiencies” Vision Res.,
33 (1993) 1495-1508.
http://vision.psychol.cam.ac.uk/jdmollon/papers/J
ordanMollon_Carriers.pdf
12. G.D. Wilson. “Arousal properties of red versus
green”. Perceptual and motor skills, 23 (1996) 947-
949.
http://www.amsciepub.com/doi/pdf/10.2466/pms
.1966.23.3.947
13. K. Asada. “The day I saw Van Gogh’s genious in a
new light”. Usando el software (Cromatic Vision
Simulator) del mismo autor.
http://asada0.tumblr.com/post/11517603099/the-
day-i-saw-van-goghs-genius-in-a-new-light
14. P. Skorupski, L. Chittka. Differences in
Photoreceptor Processing Speed for Chromatic and
Achromatic Vision in the Bumblebee, Bombus
terrestris. The Journal of Neuroscience, 30 (2010)
3896-3903.
15. http://es.wikipedia.org/wiki/Movimientos_sac%C3
%A1dicos
Aclaración
No soy oftalmólogo, ni neurólogo, ni psicólogo; sin
embargo soy daltónico y curioso (el hecho de que,
al igual que Dalton, también sea químico es una
mera coincidencia). Quizá todo lo anteriormente
expuesto no sean más que especulaciones; sin
embargo, estas reflexiones sobre las implicaciones
del daltonismo tal vez resulten inspiradoras para
alguien más ducho en el tema… Nunca se sabe.
Mi test de Farnsworth
Abril, 2014
... Fuente: (Menéndez, 2014). ...
Article
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El daltonismo es un defecto de la vista que consiste en no percibir determinados colores o confundirlos entre aquellos que perciben, esta afección está presente en un 8% de varones y en menos del 1% de mujeres. La presente investigación se enmarca dentro de una metodología de tipo bibliográfica documental. Ya que es un proceso sistematizado de recolección, selección, evaluación y análisis de la información, que se ha obtenido mediante medios electrónicos en diferentes repositorios y buscadores tales como Google Académico, Science Direct, Pubmed, entre otros, empleando para ellos los diferentes operadores booleanos y que servirán de fuente documental, para el tema antes planteado. No existe tratamiento para esta patología, solo herramientas correctoras que pueden ser de gran ayuda como los lentes para el daltonismo que han mejorado la calidad de vida de las personas que padecen el daltonismo por que las hace más funcionales y les posibilita realizar actividades que antes eran limitadas, existen aplicaciones y páginas web adaptadas para daltónicos, más allá de ello con el avance de la tecnología y la medicina se espera que en el futuro pueda haber una tratamiento definitivo.
... Back in the 20 th century, during World War II (WWII), the belief that CVD observers could detect camouflaged enemy units easier than normal observers was widely accepted. It appears that both parties developed military strategies using CVD soldiers for this task, believing that they could save a higher number of lives and military units on the battlefield [4]. Unfortunately, none of these facts are historically accredited. ...
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There is a belief that observers with color vision deficiencies (CVD) perform better in detecting camouflaged objects than normal observers. Some studies have concluded contradictory findings when studying the performance of normal and CVD observers in the camouflage detection tasks in different conditions. This work presents a literature review on this topic, dividing it into three different and contradictory types of results: better performance for CVD, for normal observers, or same performance. Besides, two psychophysical experiments have been designed and carried out in a calibrated computer monitor on both normal and CVD human observers to measure the searching times of the different types of observers needed to find camouflaged stimuli in two different types of stimuli. Results show the trend that, in our experimental conditions, normal observers need shorter searching times than CVD observers in finding camouflaged stimuli both in images of natural scenes and in images with synthetic stimuli.
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La discapacidad visual y ceguera siguen avanzando a nivel mundial; aproximadamente 246 millones de personas presentan una vision pobre. Segun la OMS, un 90% de discapacidad visual se concentra en los paises en desarrollo, por lo que este estudio correlacional investigo las multiples relaciones entre el daltonismo y el uso del computador, los aspectos sociodemograficos y la predisposicion biologica en 6 376 estudiantes de la Direccion Universitaria de Educacion de Distancia de la Universidad Alas Peruanas. Con los resultados se determino que el 3,3% de estudiantes estan afectados con los distintos tipos de daltonismo, siendo la protanomalia (1,2%) el tipo mas comun en los encuestados. La muestra estuvo conformada por individuos de 20 a 30 anos de edad (46,7%); viven generalmente en una zona urbana (82,8%); no presentaron enfermedades anteriores: glaucoma, cataratas, degeneracion macular (96,1%); no presentan tratamiento con medicacion a ciertas enfermedades: artritis reumatoide, malaria, convulsiones, epilepsia (97,3%) y, en su mayoria, tienden a utilizar la computadora durante 3-5 horas (38,8%). El contraste de hipotesis mediante chi-cuadrado permitio establecer que existe relacion entre el daltonismo y la edad (p = ,007); entre el daltonismo y el uso de la computadora respecto a la edad (p = ,002), entre el uso de la computadora y la zona de vivienda respecto al daltonismo (p = ,003), entre el daltonismo y el tiempo de uso de la computadora (p = ,003); no existe relacion entre el daltonismo y el tipo de zona de vivienda, tampoco entre el daltonismo y la afeccion de ciertas enfermedades ni entre el daltonismo y el tratamiento a ciertas enfermedades con medicamentos. Estos datos ayudaran a un mejor conocimiento del daltonismo en jovenes peruanos, de manera que esto pueda tomarse en cuenta en las universidades que utilicen la modalidad de educacion a distancia. Palabras Clave: Daltonismo, test de Ishihara, tecnologias, uso del computador, educacion a distancia.
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Fast detection of visual change can be mediated by visual processes that ignore chromatic aspects of the visual signal, relying on inputs from a single photoreceptor class (or pooled input from similar classes). There is an established link between photoreceptor processing speed (in achromatic vision) and visual ecology. Highly maneuverable flies, for example, have the fastest know photoreceptors, relying on metabolically expensive membrane conductances to boost performance. Less active species forgo this investment and their photoreceptors are correspondingly slower. However, within a species, additional classes of photoreceptors are required to extract chromatic information, and the question therefore arises as to whether there might be within-species differences in processing speed between photoreceptors involved in chromatic processing compared with those feeding into fast achromatic visual systems. We used intracellular recording to compare light-adapted impulse responses in three spectral classes of photoreceptor in the bumblebee. Green-sensitive photoreceptors, which are known to provide achromatic contrast for motion detection, generated the fastest impulse responses (half-width, Deltat = 7.9 +/- 1.1 ms). Blue- and UV-sensitive photoreceptors (which are involved in color vision) were significantly slower (9.8 +/- 1.2 and 12.3 +/- 1.8 ms, respectively). The faster responses of green photoreceptors are in keeping with their role in fast achromatic vision. However, blue and UV photoreceptors are still relatively fast in comparison with many other insect species, as well as vertebrate cones, suggesting a significant investment in photoreceptor processing for color vision in bees. We discuss this finding in relation to bees' requirement for accurate learning of flower color, especially in conditions of variable luminance contrast.
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To explain the surprisingly high frequency of congenital red-green colour blindness, the suggestion has been made that dichromats might be at an advantage in breaking certain kinds of colour camouflage. We have compared the performance of dichromats and normal observers in a task in which texture is camouflaged by colour. The texture elements in a target area differed in either orientation or size from the background elements. In one condition, the texture elements were all of the same colour; in the camouflage condition they were randomly coloured red or green. For trichromats, it proved to be more difficult to detect the target region in the camouflage condition, even though colour was completely irrelevant to the task. Dichromats (n = 7) did not show this effect, and indeed performed better than trichromats in the camouflage condition. We conclude that colour can interfere with segregation based upon texture, and that dichromats are less susceptible to such interference.
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We have examined the colour vision of 43 female subjects in the age range 30-59 yr of whom 31 were obligate carriers of various forms of colour deficiency and the rest were women who had no known colour-deficient relatives. In the case of all the carriers we established the phenotypes of their colour-deficient sons. As a group, carriers made significantly more errors on the Ishihara plates and showed enlarged matching ranges on the Nagel anomaloscope, but we could not replicate earlier reports of increased error scores on the Farnsworth-Munsell 100-Hue test or of systematic shifts in Rayleigh match mid-points. We did find that the colour matches of carriers of deuteranomaly were significantly displaced from those of normals in a ratio-matching task in which a mixture of 546 and 600 nm was matched with a mixture of 570 and 690 nm. Owing to X-chromosome inactivation, women who are heterozygous for anomalous trichromacy ought to have at least four types of cone in their retinae and we ask whether this affords them an extra dimension of colour vision, by analogy to New World monkeys where heterozygous females gain trichromacy in a basically dichromatic species. Many carriers of anomalous trichromacy exhibited no evidence for tetrachromacy, in that they accepted large-field Rayleigh matches following a rod bleach and they were unable to set unique matches in our ratio-matching task. However, eight carriers of anomalous trichromacy--and no other subject--refused large-field Rayleigh matches; and we found one carrier of deuteranomaly who was apparently able to make unique matches in the ratio-matching task.
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Traditional color vision theory posits that three types of retinal photopigments transduce light into a trivariate neural color code, thereby explaining color-matching behaviors. This principle of trichromacy is in need of reexamination in view of molecular genetics results suggesting that a substantial percentage of women possess more than three classes of retinal photopigments. At issue is the question of whether four-photopigment retinas necessarily yield trichromatic color perception. In the present paper, we review results and theory underlying the accepted photoreceptor-based model of trichromacy. A review of the psychological literature shows that gender-linked differences in color perception warrant further investigation of retinal photopigment classes and color perception relations. We use genetic analyses to examine an important position in the gene sequence, and we empirically assess and compare the color perception of individuals possessing more than three retinal photopigment genes with those possessing fewer retinal photopigment genes. Women with four-photopigment genotypes are found to perceive significantly more chromatic appearances in comparison with either male or female trichromat controls. We provide a rationale for this previously undetected finding and discuss implications for theories of color perception and gender differences in color behavior.
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The expression of five major families of visual pigments occurred early in vertebrae evolution, probably about 350-400 million years ago, before the separation of the major vertebrate classes. Phylogenetic analysis of opsin gene sequences suggests that the ancestral pigments were cone pigments, with rod pigments evolving last. Modern teleosts, reptiles and birds have genera that possess rods and four spectral classes of cone each representing one of the five visual pigment families. The complement of four spectrally distinct cone classes endows these species with the potential for tetrachromatic colour vision. In contrast, probably because of their nocturnal ancestry, mammals have rod-dominated retinas with colour vision reduced to a basic dichromatic system subserved by only two spectral classes of cone. It is only within primates, about 35 millions years ago, that mammals 're-evolved' a higher level of colour vision: trichromacy. This was achieved by a gene duplication within the longer-wave cone class to produce two spectrally distinct members of the same visual pigment family which, in conjunction with a short-wavelength pigment, provide the three spectral classes of cone necessary to subserve trichromacy.
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Prevalence rates of red and green color deficiencies are tabulated for all the population samples found in the literature as estimated by testing males with the Ishihara color cards. Among the lowest rates are those of the aborigines in Australia, Brazil, Fiji, and North America. The highest rates are of samples in Europe and the Far East, including Brahmins of India. Intermediary rates are of Negroes in Africa and the Americas, other groups in India, and various hybrid groups. All of the lower rates are of populations with simple or primitive cultures until recently, for which it might be assumed that color vision deficiency would be a handicap in life in the unmarked wildlands. All of the higher prevalence rates, except for three based on very small samples, are of populations which have had pastoral‐agricultural economies and settled habitats for at least three millenia. It is assumed that in these habitats a colorblind person of either sex could be as successful in living and procreating as a person of normal color vision. From the above considerations the total frequency of alleles producing the red color vision deficiencies are roughly estimated to have increased from .005 to .02 in European populations during about 120 generations; the green, from .015 to .06. With the assumption that selection at both loci has been completely relaxed during this time, the net mutation rates (discounting reverse mutation) for all deficiency‐producing mutant alleles at each locus are given.