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Atención Primaria
www.elsevier.es/ap
0212-6567/$ - see front matter © 2013 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
Publicación Oficial de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria
Incluida en MEDLINE, EMBASE, SCOPUS
y SCIENCE CITATION INDEX EXPANDED
Actualización en artrosis
Editor invitado: A. Tejedor Varillas
Introducción
pág. 1
X. Mas Garriga
Definición, etiopatogenia, clasificación y formas de presentación pág. 3
X. Mas Garriga
Clínica. Localizaciones: rodilla, cadera, manos columna, otras localizaciones pág. 11
A. Pérez Martín
Diagnóstico. Historia y examen físico pág. 18
A. Pérez Martín
Diagnóstico. Estudio radiológico. Ecografía, tomografía computarizada y resonancia magnética pág. 21
F.J. Gallo Vallejo y V. Giner Ruiz
Diagnóstico. Examen del líquido sinovial pág. 29
F.J. Gallo Vallejo y V. Giner Ruiz
Evaluación del paciente y medida de resultados pág. 32
E. Nieto Pol
Tratamiento del paciente con artrosis pág. 39
F. Vargas Negrín, M.D. Medina Abellán, J.C. Hermosa Hernán y R. de Felipe Medina
Seguimiento del paciente con artrosis. Manejo coordinado y criterios de derivación entre niveles asistenciales pág. 62
E. Nieto Pol
Enero 2014
Vol. 46. Extraordinario I
Sociedad Española de Medicina de
Familia y Comunitaria
www.semfyc.es
ISSN: 0212-6567
www.elsevier.es/ap
Aten Primaria. 2014;46 Supl 1:3-10
DeÀ nición, etiopatogenia, clasiÀ cación y formas de presentación
Xavier Mas Garriga
Especialista en Medicina de Familia y Comunitaria, EAP Santa Eulalia Sud, Institut Català de la Salut,
L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona, España
Correo electrónico: jmas@ambitcp.catsalut.net
PALABRAS CLAVE
Artrosis;
Epidemiología;
ClasiÀ cación;
Etiopatogenia;
Factores de riesgo
KEYWORDS
Osteoarthritis;
Epidemiology;
ClassiÀ cation;
Etiopathogenesis;
Risk factors
Resumen
La artrosis se define como un proceso degenerativo articular, consecuencia de trastornos
mecánicos y biológicos que desestabilizan el equilibrio entre la síntesis y la degradación del
cartílago articular, estimulando el crecimiento del hueso subcondral y con la presencia de
sinovitis crónica. Actualmente se considera a la articulación como una unidad funcional que
integra diferentes tejidos, principalmente el cartílago, la sinovial y el hueso subcondral, todos
ellos implicados en la patogenia de la enfermedad.
Se han descrito diferentes factores de riesgo relacionados con su aparición: los generales
no modificables (edad, sexo y genética), los generales modificables (obesidad y factores
hormonales) y los locales (anomalías articulares previas y sobrecarga articular), mientras que
entre los principales factores relacionados con su progresión destacan los defectos de alineación
articular y la artrosis generalizada.
Se han propuesto diferentes maneras de clasiÀ car la artrosis, aunque ninguna de ellas tiene
gran relevancia para su manejo por el médico de atención primaria: la etiológica (formas
primarias o idiopáticas y formas secundarias), la topográÀ ca (localizaciones típicas y atípicas),
la de Kellgren y Lawrence (repercusión radiológica) y la del American College of Rheumatology
para la artrosis de manos, caderas y rodillas.
La artrosis de rodilla tiene una prevalencia del 10,2% en España y muestra una importante
disociación clinicorradiológica. La artrosis de manos, con una prevalencia de afectación
sintomática de alrededor del 6,2% puede adoptar diferentes formas de presentación (artrosis
nodal, artrosis generalizada, rizartrosis y artrosis erosiva). La artrosis sintomática de cadera
afecta entre el 3,5 y 5,6% de los mayores de 50 años y tiene diferentes patrones radiológicos en
función de la migración de la cabeza femoral.
© 2013 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
DeÀ nition, etiology, classiÀ cation and presentation forms
Abstract
Osteoarthritis is deÀ ned as a degenerative process affecting the joints as a result of mechanical
and biological disorders that destabilize the balance between the synthesis and degradation of
joint cartilage, stimulating the growth of subchondral bone; chronic synovitis is also present.
4 X. Mas Garriga
DeÀ nición
La artrosis fue deÀ nida por la OMS en 1995 como un proceso
degenerativo articular que se produce como consecuencia
de trastornos mecánicos y biológicos que desestabilizan el
equilibrio entre la síntesis y la degradación del cartílago ar-
ticular, estimulando el crecimiento del hueso subcondral y
con la presencia de sinovitis crónica de intensidad leve.
Según el American College of Rheumatology, la artrosis
puede deÀ nirse como un grupo heterogéneo de condiciones
que conducen a síntomas y signos articulares que se asocian
con defectos en la integridad del cartílago articular, además
de cambios relacionados con el hueso subcondral y con los
márgenes articulares
1
.
La artrosis afecta a todas las estructuras de la articu-
lación, incluyendo el hueso subcondral, los meniscos, los
Currently, the joint is considered as a functional unit that includes distinct tissues, mainly
cartilage, the synovial membrane, and subchondral bone, all of which are involved in the
pathogenesis of the disease.
Distinct risk factors for the development of osteoarthritis have been described: general,
unmodifiable risk factors (age, sex, and genetic makeup), general, modifiable risk factors
(obesity and hormonal factors) and local risk factors (prior joint anomalies and joint overload).
Notable among the main factors related to disease progression are joint alignment defects and
generalized osteoarthritis.
Several classifications of osteoarthritis have been proposed but none is particularly
important for the primary care management of the disease. These classifications include
etiological (primary or idiopathic forms and secondary forms) and topographical (typical and
atypical localizations) classiÀ cations, the Kellgren and Lawrence classiÀ cation (radiological
repercussions) and that of the American College of Rheumatology for osteoarthritis of the hand,
hip and knee.
The prevalence of knee osteoarthritis is 10.2% in Spain and shows a marked discrepancy
between clinical and radiological À ndings. Hand osteoarthritis, with a prevalence of symptomatic
involvement of around 6.2%, has several forms of presentation (nodal osteoarthritis, generalized
osteoarthritis, rhizarthrosis, and erosive osteoarthritis). Symptomatic osteoarthritis of the hip
affects between 3.5% and 5.6% of persons older than 50 years and has different radiological
patterns depending on femoral head migration.
© 2013 Elsevier España, S.L. All rights reserved.
Puntos clave
• Actualmente se considera a la articulación como una
unidad funcional que integra diferentes tejidos, prin-
cipalmente el cartílago, la membrana sinovial y el
hueso subcondral, implicados todos ellos en la patoge-
nia de la artrosis.
• La artrosis presenta 3 manifestaciones fundamentales:
sinovitis, destrucción del cartílago articular y altera-
ciones en el hueso subcondral (remodelado óseo con
esclerosis subcondral, osteoÀ tos y osteonecrosis focal).
• Los factores de riesgo relacionados con la aparición de
la artrosis se clasiÀ can en generales no modiÀ cables
(edad, sexo, raza y genética), generales modiÀ cables
(obesidad y factores hormonales, entre otros) y facto-
res locales (anomalías articulares previas y sobrecarga
articular).
• La clasiÀ cación etiológica de la artrosis distingue for-
mas primarias o idiopáticas y formas secundarias a
otras patologías.
• La clasificación topográfica de la artrosis distingue
loca lizaciones típicas (mano, rodilla, cadera, columna
y articulaciones acromioclavicular, esternoclavicular y
1.ª metatarsofalángica) y atípicas.
• La clasiÀ cación de la artrosis de Kellgren y Lawrence
distingue 4 grados de afectación en base a parámetros
radiológicos (estrechamiento de la interlínea, presen-
cia de osteoÀ tos y esclerosis subcondral).
• El American College of Rheumatology ha establecido
unos criterios clínicos, radiológicos y biológicos para la
clasiÀ cación de la artrosis de manos, caderas y rodillas
de elevada sensibilidad y especiÀ cidad.
• La artrosis sintomática de rodilla tiene una prevalen-
cia del 10,2% en España, predomina en el sexo femeni-
no, suele ser bilateral y muestra una importante
disociación clínico-radiológica.
• La artrosis de manos, con una prevalencia de afecta-
ción sintomática de alrededor del 6,2% en España,
puede adoptar diferentes formas de presentación (ar-
trosis nodal, artrosis generalizada, rizartrosis y artro-
sis erosiva).
• La artrosis sintomática de cadera tiene una prevalen-
cia del 4,4% en España, suele condicionar una acusa-
da limitación funcional y tiene diferentes patrones
radiológicos en función de la migración de la cabeza
femoral.
DeÀ nición, etiopatogenia, clasiÀ cación y formas de presentación 5
ligamentos, la cápsula articular, la membrana sinovial y el
músculo periarticular
2
, sin efectos sistémicos, y se carac-
teriza clínicamente por la presencia de dolor y limitación
de la función articular, crepitación y posible derrame. Ac-
tualmente, algunos autores consideran la artrosis como un
síndrome o como un grupo heterogéneo de procesos, con
aspectos comunes y diferenciales en cuanto a su localiza-
ción, su historia natural, su pronóstico y sus posibilidades
de tratamiento
3
.
Etiopatogenia
En la actualidad se considera a la articulación como un solo
órgano, una unidad funcional integrada por diferentes teji-
dos, principalmente el cartílago, la membrana sinovial y el
hueso subcondral, todos ellos implicados en la etiopatoge-
nia de la artrosis, que presenta 3 manifestaciones funda-
mentales: sinovitis, destrucción del cartílago y alteraciones
en el hueso subcondral (remodelado óseo con esclerosis sub-
condral, osteoÀ tos y osteonecrosis focal). A continuación se
analiza brevemente el papel de cada una de estas estructu-
ras en el desarrollo de la artrosis
4
.
Cartílago articular
En la artrosis se produce una disminución del número de
condrocitos, elemento celular del tejido cartilaginoso, prin-
cipalmente por apoptosis (muerte celular programada), en
la que estarían implicados diferentes mediadores celulares
presentes en exceso en la articulación afectada, como el
óxido nítrico (NO), la interleucina 1-beta (IL-1b) y el factor
de necrosis tumoral alfa (TNFa). El NO, radical libre gaseoso
producido por el condrocito como respuesta al estímulo de
diferentes factores catabólicos, inhibe la proliferación con-
drocitaria y la síntesis de colágeno, induce la apoptosis ce-
lular y aumenta la capacidad lesiva de otros oxidantes. Por
otra parte, los 3 mediadores pueden activar una serie de
proenzimas proteolíticas del grupo de las proteasas, princi-
palmente cisteinproteasas y metaloproteasas como la cola-
genasa, que contribuyen a la degradación de la matriz
extracelular del cartílago produciendo su À suración y pro-
gresiva destrucción.
Membrana sinovial
En la artrosis hay un componente de inÁ amación de la mem-
brana sinovial (hiperplasia e inÀ ltración de células mononu-
cleares) que se maniÀ esta en forma de tumefacción, calor y
rubor locales y que se ha relacionado con su croniÀ cación
y progresión. Se han propuesto como factores desenca-
denantes de esta respuesta inflamatoria la sobrecarga
mecánica articular (cargas mecánicas de alta frecuencia e
intensidad), la presencia de microcristales y diferentes pro-
ductos procedentes de la degradación del cartílago citados
en el anterior apartado. Durante el proceso inÁ amatorio, la
síntesis de mediadores bioquímicos por parte de la membra-
na sinovial tiene un efecto catabólico sobre el cartílago y, a
su vez, estimula la producción de otros mediadores por par-
te del condrocito, moléculas proinflamatorias como la
IL-1b, el TNFa, la PGE-2, etc., con marcado efecto destruc-
tor del cartílago. Por otra parte, también el NO se encuen-
tra en concentraciones elevadas en el líquido sinovial y en
los sinoviocitos de la articulación afectada.
Hueso subcondral
En la artrosis, el hueso subcondral presenta defectos de mi-
neralización, crecimiento del tejido óseo subcondral y apa-
rición de osteoÀ tos. Estos cambios pueden incluso preceder
a los que se producen en el cartílago y la sinovial, y están
promovidos por diferentes mediadores producidos por el os-
teoblasto y por una alteración del eje RANK-RANK ligando-
osteoprotegerina a favor del RANK ligando, responsable de
una mayor reabsorción ósea.
Se han descrito diferentes factores de riesgo que pueden
estar implicados en la aparición y progresión de la artrosis,
que se dividen en generales, modiÀ cables o no, y locales
5-7
(tabla 1).
Factores de riesgo generales no modiÀ cables
Edad
Es el factor de riesgo que más se relaciona con la aparición
de la artrosis
8
, especialmente en el sexo femenino, con un
claro aumento de la incidencia de la enfermedad de manera
independiente de las articulaciones afectadas. Mientras que
es muy infrecuente en personas menores de 35 años (preva-
lencia del 0,1%), más del 70% de los mayores de 50 años
tiene signos radiológicos de artrosis en alguna localización,
y prácticamente el 100% a partir de los 75 años. Por otra
parte hay una evidencia moderada de que la edad es un
factor de riesgo para la progresión de la enfermedad
7
.
Tabla 1 Factores de riesgo de la artrosis
Factores generales
1. No modiÀ cables
• Sexo
• Edad
• Raza
• Factores genéticos
2. ModiÀ cables
• Obesidad
• Enfermedades sistémicas (sistema endocrino,
metabólicas, etc.)
• Factores hormonales
• Debilidad muscular
• Factores nutricionales
• Densidad mineral ósea
Factores locales
•
Anomalías articulares previas
— Traumatismos y fracturas
— Malformaciones o displasia
— Defectos de alineación
— Inestabilidad y laxitud articular
— Meniscopatías
— Artropatías neuropáticas
•
Sobrecarga articular (actividad física y laboral)
6 X. Mas Garriga
Sexo
La artrosis es más prevalente en los varones por debajo de
los 45 años y en las mujeres a partir de los 55, atribuyén-
dose la causa de esta distribución a factores genéticos y
especialmente hormonales. En general, la artrosis es más
prevalente en el sexo femenino, con un riesgo relativo de
2,6. Por otra parte, en la mujer son más frecuentes las
formas más severas así como la artrosis de manos, sus for-
mas erosivas y nodulares, y la artrosis de rodilla, especial-
mente la que afecta al compartimiento femoropatelar,
mientras que en el varón la artrosis afecta más a la articu-
lación de la cadera, especialmente antes de los 50 años
9
, y
en la rodilla al compartimiento femorotibial. Por otra par-
te, no hay evidencia de que el sexo femenino sea un factor
de riesgo para la progresión de la artrosis de rodilla y la
evidencia es contradictoria para la progresión de la artro-
sis de cadera
7
.
Genética
La contribución genética en la À siopatología de la artrosis se
estima que puede llegar al 50-65%
10
y cada vez se le atribuye
mayor importancia
11
. Sin embargo hay que tener en cuenta
que hay grandes diferencias entre los resultados de diferen-
tes estudios, hecho que diÀ culta hacer predicciones preci-
sas sobre la importancia de este componente, que diÀ ere en
función de la localización de la artrosis y el sexo del pacien-
te
12
. La artrosis generalizada con nódulos de Heberden de
las articulaciones interfalángicas distales presenta un pa-
trón de herencia autosómica dominante en el sexo femenino
y recesiva en el masculino. Por otra parte, la evidencia de
que la herencia genética intervenga en la progresión de la
artrosis no es concluyente
7
.
Raza
La artrosis, en general, es más frecuente en la población de
raza blanca, pero las diferencias son poco relevantes. Por
otra parte se han descrito algunas diferencias en la distribu-
ción de diferentes formas de artrosis según la raza. Así, las
mujeres afroamericanas y las chinas presentan mayor fre-
cuencia de artrosis de rodilla, diferencias que podrían ser
atribuidas a un componente genético pero también ambien-
tal, relacionado con la sobrecarga articular asociada a la
actividad laboral más habitual en estos grupos.
Factores de riesgo generales modiÀ cables
Obesidad
Numerosos estudios correlacionan desde hace tiempo el
sobrepeso y la obesidad con la artrosis radiológica y sinto-
mática de rodilla, mientras que la pérdida de peso la pre-
viene
13-17
. El 61% de las mujeres obesas tiene artrosis en las
rodillas, frente al 26% de las no obesas. Además, la obesidad
contribuye al deterioro de la calidad de vida y discapacidad
del paciente artrósico y se ha relacionado en algunos estu-
dios con peores resultados en la cirugía de recambio articu-
lar
12
. Se ha sugerido que el mecanismo por el que la obesidad
se relaciona con la artrosis es de tipo mecánico, activando
los condrocitos y acelerando la degeneración del cartílago
con una especial susceptibilidad por parte de la articulación
de la rodilla. Sin embargo, la obesidad también se relaciona
con la artrosis de la mano, probablemente por un efecto
sistémico mediado por adipocinas secretadas por el tejido
adiposo con efecto proinÁ amatorio y degenerativo, por lo
que se ha sugerido que la artrosis inducida por el sobrepeso
se podría considerar que forma parte del síndrome metabó-
lico
19
. La relación de la obesidad con la artrosis de cadera es
menos consistente. Por otra parte, aunque el exceso de
peso es un factor de riesgo fuerte para la aparición de artro-
sis, la evidencia de que el peso intervenga en su progresión
es contradictoria
7
.
Factores hormonales
El déÀ cit estrogénico en la mujer está relacionado con el
desarrollo de la artrosis
20-22
, hecho que explicaría el
aumento de su incidencia y prevalencia a partir de la me-
nopausia. Sin embargo, la evidencia de que los estrógenos
sean protectores frente a la progresión de la artrosis no es
concluyente
7
.
Debilidad muscular
Algunos autores sugieren que la debilidad muscular es pre-
via a la artrosis y no una manifestación de esta, y que pue-
de considerarse como un indicador de riesgo para
desarrollar artrosis de rodilla. Sin embargo, aunque se re-
comienda potenciar la fuerza muscular del cuádriceps para
un mejor control de los síntomas, no hay evidencia de que
se correlacione con la progresión de la artrosis excepto qui-
zás para el compartimiento lateral de la articulación femo-
ropatelar
7
.
Factores nutricionales
Algunos estudios epidemiológicos, como el de Framingham,
atribuyen un papel protector a las vitaminas C y D frente a
la artrosis y su progresión, sin embargo los resultados no son
concluyentes
7
.
Densidad mineral ósea
Aunque algunos estudios epidemiológicos lo han notiÀ cado
23,24
,
no está claro que exista una relación inversa entre la apari-
ción y el desarrollo de la artrosis y la densidad mineral ósea
7
.
Factores de riesgo locales
Se trata de eventualidades que alteran la congruencia
geométrica de las estructuras articulares o la integridad de
las demás estructuras que participan en su función.
Anomalías articulares previas
Incluyen anomalías congénitas, displasias, defectos de ali-
neación, traumatismos, laxitud articular, etc.: la luxación
de cadera o la displasia acetabular puede favorecer la apa-
rición de artrosis de cadera mientras que lesiones menisca-
les y de los ligamentos, la meniscectomía y los defectos de
alineación (genu varo o valgo) pueden favorecer la de ro-
dilla, y estos últimos también su progresión
25
. Los trauma-
tismos y fracturas son causa de aparición de artrosis
secundarias en localizaciones atípicas.
Sobrecarga articular (actividad física o laboral)
El ejercicio físico de alta intensidad y el deporte de alta
competición pueden acelerar el desarrollo de la artrosis a
causa del sobreuso y los traumatismos de repetición sobre
la articulación, pero no se ha encontrado relación entre la
artrosis y el ejercició físico de baja o moderada intensi-
DeÀ nición, etiopatogenia, clasiÀ cación y formas de presentación 7
dad, como caminar o correr, siempre y cuando este no se
asocie a impactos de alta intensidad. Por otra parte, di-
versas actividades laborales se relacionan con artrosis de
diferente localización, por uso inadecuado repetido, espe-
cialmente en manos, rodilla y cadera o en localizaciones
atípicas (codos y muñecas en manipuladores de martillos
neumáticos).
Cabe destacar que los factores de riesgo claramente aso-
ciados a una mayor progresión de la artrosis son los defectos
de alineamiento de la rodilla y la presencia de artrosis ge-
neralizada.
ClasiÀ cación
Hay diferentes formas de clasiÀ car la artrosis. Aunque nin-
guna de ellas tiene una especial relevancia para el manejo
del paciente por parte del médico de atención primaria,
quizás la más utilizada, por su claridad conceptual, es la
etiológica. Otras formas de clasiÀ cación utilizadas son la to-
pográÀ ca y la de Kellgren-Lawrence.
ClasiÀ cación etiológica (tabla 2)
ClasiÀ ca las artrosis en función de su causa en formas pri-
marias o idiopáticas y secundarias. En las formas prima-
rias, más frecuentes, se cumplen los criterios diagnósticos
de la artrosis sin la presencia de otra enfermedad subya-
cente causal. Pueden afectar a la columna, cadera, rodi-
lla, articulación trapeciometacarpiana, articulaciones
meta carpofalángicas, interfalángicas y primera articula-
ción metatarsofalángica, de manera localizada (menos de
3 articulaciones afectadas), oligoarticular (diferentes
combinaciones con afectación de manos, columna y rodi-
llas) o poliarticular. Además se han descrito algunas formas
de artrosis primaria o idiopática con características dife-
renciales, como la artrosis erosiva de articulaciones inter-
falángicas distales
26
, la artrosis de rodilla y manos en
mujeres obesas
15
, y la artrosis de cadera en pacientes va-
rones. Por otra parte, algunos autores distinguen 3 tipos
etiológicos que integrarían la artrosis primaria: la artrosis
tipo I, de causa genética (predisposición familiar), la tipo
II, dependiente de las hormonas o posmenopáusica (déÀ cit
estrogénico), y la tipo III, relacionada con la edad (enveje-
cimiento)
27
.
Las artrosis secundarias pueden afectar fundamentalmen-
te al hombro, el codo, el carpo, el tarso, el pie y, con menor
frecuencia, el tobillo y pueden ser debidas a múltiples en-
fermedades, pudiendo presentar características diferencia-
les según la entidad causal. La artrosis del hombro suele ser
secundaria a traumatismos, fracturas, ruptura del manguito
rotador o procesos inÁ amatorios como la artritis reumatoide
o la artropatía por cristales de pirofosfato, mientras que en
el codo la artrosis puede ser ocasionada por traumatismos
de repetición, enfermedades inÁ amatorias, hiperostosis o
condromatosis sinovial. La artrosis del carpo se suele de-
ber a artropatía por pirofosfato, traumatismos y fracturas,
osteonecrosis y afectación crónica por artritis reumatoide
o espondiloartropatías. En el tobillo, la artrosis es poco fre-
cuente, mientras que en el antepié las causas más frecuen-
tes son las osteonecrosis y las fracturas de estrés.
Tabla 2 ClasiÀ cación etiológica de la artrosis
Artrosis primaria o idiopática
• Localizada o generalizada (oligoarticular
o poliarticular)
• Formas con características diferenciales
— Artrosis erosiva de articulaciones interfalángicas
distales
— Artrosis de rodilla y manos en mujeres obesas
— Artrosis de cadera en varones
Artrosis secundaria
• Postraumática
• Enfermedades congénitas, displasias y trastornos
del desarrollo
• Enfermedades metabólicas
— Enfermedad de Wilson
— Enfermedad de Gaucher
— Hemocromatosis
— Ocronosis
• Enfermedades endocrinas
— Acromegalia
— Diabetes
— Hipotiroidismo
— Hiperparatiroidismo
• Enfermedades por depósito de cristales
— Artropatía por depósito de hidroxiapatita
— Artropatía por depósito de pirofosfato cálcico
(condrocalcinosis)
— Gota
• Enfermedades óseas
— Enfermedad de Paget
— Osteonecrosis
• Enfermedades articulares inÁ amatorias
— Artritis reumatoidea
— Espondiloartropatías
— Artritis séptica
• Artropatía neuropática
ClasiÀ cación topográÀ ca (tabla 3)
Según la topografía o localización de las articulaciones afec-
tadas, la artrosis puede clasiÀ carse en formas típicas, que
habitualmente corresponden a formas primarias, y formas
atípicas, que habitualmente corresponden a formas secun-
darias.
ClasiÀ cación de Kellgren y Lawrence (tabla 4)
Según su repercusión radiológica, la artrosis puede clasiÀ -
carse en 5 grados en la escala de Kellgren-Lawrence, que
contempla el estrechamiento de la interlínea articular, la
presencia de osteoÀ tos, la esclerosis subcondral y la defor-
midad de los extremos óseos
28
. Esta forma de clasiÀ cación
tiene algunas limitaciones relevantes, como la variabilidad
interobservador en la interpretación de las imágenes radio-
8 X. Mas Garriga
lógicas, las posibles interferencias de la postura del pacien-
te en el grado del pinzamiento en la artrosis de rodilla, o la
mayor importancia atribuida a los osteoÀ tos sobre el pinza-
miento de la interlínea, cuando este último puede ser un
criterio más sensible de artrosis en fases iniciales y en algu-
nas localizaciones
29-31
.
Dado que todas las anteriores clasiÀ caciones tienen un
interés puramente teórico, el American College of Rheu-
matology ha propuesto unos criterios de clasiÀ cación más
prácticos para las artrosis de manos, rodilla y cadera, que
combinan criterios clínicos, biológicos y radiológicos, con
una sensibilidad y especiÀ cidad de alrededor del 90%. Sin
embargo, no se trata en realidad de criterios diagnósticos,
sino de criterios que facilitan la clasiÀ cación de casos con
À nes de investigación
32-34
(disponible en: www.rheumatology.
org/Practice/Clinical/ClassiÀ cation/ClassiÀ cation_Criteria_
for_Other_Diseases y en www.ser.es/practicaClinica/
Criterios_Diagnósticos.php).
Formas de presentación
Artrosis de manos
La artrosis sintomática de manos tiene una prevalencia esti-
mada del 5% de la población general adulta. Cerca del 50%
de los adultos mayores de 65 años tiene signos radiológicos
en esta localización y el 10% artrosis sintomática en esta
edad, afectando de manera predominante al sexo femenino,
con una relación 2:1 o incluso superior. En España, según da-
tos del estudio EPISER, la artrosis sintomática de manos ten-
dría una prevalencia del 6,2% (el 9,5% en mujeres y el 2,3%
en varones), que se incrementaría hasta el 20% en mujeres y
el 6% en varones mayores de 50 años
35
, y se asocia con una
alta tasa de discapacidad y de consumo de fármacos. En las
manos, la artrosis afecta de forma característica a los dedos,
principalmente a las articulaciones interfalángicas distales,
siendo esta la localización más frecuente de la artrosis pri-
maria de las manos (70%), y también a las interfalángicas
proximales, dando lugar a la aparición de nódulos dolorosos,
de Heberden en el primer caso y de Bouchard en el segundo,
que afectan con más frecuencia a los dedos índice, meñique
y medio. Esta forma de artrosis es conocida como artrosis
nodal, es más frecuente en el sexo femenino, habitualmente
con agregación familiar, su incidencia aumenta a partir de
los 40 años y puede asociarse a artrosis en otras localizacio-
nes, como la columna o las rodillas (artrosis generalizada) o
a artrosis de rodilla y obesidad
15
.
Otra forma de artrosis de la mano es la que afecta a
la articulación trapeciometacarpiana (rizartrosis). Esta es
la segunda afectación más frecuente de la mano (50%),
más habitual en el sexo femenino, con una relación
mujeres:varones de 10:1, y suele aparecer alrededor de los
50 años, con una prevalencia de afectación radiológica del
33% en mujeres posmenopáusicas
36
. Suele ser bilateral, con
afectación predominante de una de las 2 manos y puede es-
tar asociada o no a la artrosis de articulaciones interfalángi-
cas, siendo más rara su asociación con la artrosis de rodilla.
Hay una forma más agresiva de artrosis de la mano, deno-
minada artrosis erosiva
26
, que afecta a las articu laciones
interfalángicas distales, con menor frecuencia a las proxi-
males y raramente a las metacarpofalángicas, con tendencia
a la afectación bilateral y simétrica, que cursa con brotes
inÁ amatorios, erosiones subcondrales y deformidad articu-
lar. Es más frecuente en mujeres posmenopáusicas, con una
relación mujeres:varones de 12:1 y suele ser causa de im-
portante limitación funcional.Por otra parte se ha sugerido
que la artrosis de manos aumenta el riesgo de artrosis de
cadera y rodilla, actuando como factor independiente
37
.
Artrosis de cadera
Es una localización frecuente de artrosis y la forma más
incapacitante. La artrosis sintomática de cadera afecta en-
tre el 3,5 y 5,6% de los mayores de 50 años, y puede alcan-
zar el 10% en personas mayores de 80 años, con llamativas
diferencias geográÀ cas. En España, la prevalencia de artro-
sis sintomática en esta localización se estima en el 4,4%. La
distribución por sexos varía en función del grupo de edad,
con un leve predominio en el sexo masculino antes de los
50 años y con un incremento en el sexo femenino a partir
de la menopausia. Por otra parte, en las mujeres es más
Tabla 4 ClasiÀ cación de la artrosis según la escala
de Kellgren y Lawrence
Grado Hallazgos radiológicos
0 (normal) — Radiografía normal
1 (dudoso) — Dudoso estrechamiento de la interlínea
— Posible osteoÀ tosis
2 (leve) — Posible estrechamiento de la interlínea
— OsteoÀ tosis
3 (moderado) — Estrechamiento de la interlínea
— Moderada osteoÀ tosis
— Esclerosis leve
— Posible deformidad de los extremos óseos
4 (severo) — Marcado estrechamiento de la interlínea
— Abundante osteoÀ tosis
— Esclerosis severa
— Deformidad de los extremos óseos
Tabla 3 ClasiÀ cación topográÀ ca de la artrosis
Localizaciones típicas
• Mano (interfalángica, trapeciometacarpiana)
• Rodilla
• Caderas
• Columna
• Articulación acromioclavicular
• Articulación esternoclavicular
• Primera articulación metatarsofalángica
Localizaciones atípicas
• Articulación metacarpofalángica
• Carpo
• Codo
• Articulación escapulohumeral
• Tobillo
• Tars o
DeÀ nición, etiopatogenia, clasiÀ cación y formas de presentación 9
frecuente la afectación poliarticular y formas más severas
que precisan recambio articular protésico.
La artrosis de cadera es unilateral en el 55-65% de los ca-
sos y se distinguen 3 tipos radiológicos en función de la mi-
gración de la cabeza femoral:
— Superior: desplazamiento superior de la cabeza femoral.
La forma superomedial es globalmente la más frecuente
y predomina en varones, con sintomatología precoz y
progresión rápida, mientras que la superolateral, más
frecuente en mujeres, se asocia a displasia acetabular.
— Medial: desplazamiento medial de la cabeza femoral con
protrusión acetabular. Suele ser bilateral, con predomi-
nio en mujeres.
— Concéntrica o axial: desplazamiento de la cabeza hacia
la línea media con disminución concéntrica y homogénea
del espacio articular. Se asocia a la presencia de causas
secundarias (osteonecrosis, Paget) y a formas de artrosis
generalizada.
Artrosis de rodilla
Se estima que la artrosis radiológica de rodilla en mayores
de 40 años es de alrededor del 20%, pero se ha descrito una
elevada discordancia entre los signos radiológicos y la artro-
sis clínica: solamente la mitad de las personas con gonalgia
tiene signos radiológicos de artrosis en esta localización y
menos de un 25% de las personas que tienen hallazgos radio-
lógicos presenta dolor
29
. En España, según el estudio EPISER,
la prevalencia de artrosis sintomática de rodilla es del 10,2%
en la población adulta (el 14% en mujeres y el 5,7% en varo-
nes), y se estima que la artrosis radiológica en esta localiza-
ción podría ser del 34%
35
.
La artrosis sintomática de rodilla tiene un predominio en
mujeres con una relación mujer:varón de 3:1 en mayores de
60 años. Suele ser bilateral y debe pensarse en un proceso
secundario cuando es unilateral. Por otra parte se ha des-
crito un patrón de afectación radiológica dependiente del
sexo, con mayor frecuencia de afectación femoropatelar ais-
lada en mujeres y tibiofemoral en varones. Puede aparecer
en el contexto de una poliartrosis primaria con afectación
concomitante de manos, especialmente en mujeres de edad
media o avanzada con obesidad
15
. En personas más jóvenes
suele asociarse a alteraciones biomecánicas de la rodilla,
lesiones previas o meniscopatías.
Artrosis de columna
Existen pocos estudios epidemiológicos sobre la artrosis de
columna, donde también destaca una importante disocia-
ción clinicorradiológica. Los estudios radiológicos muestran
cambios degenerativos en esta localización en el 80% de los
varones y el 72% de las mujeres de más de 55 años, con ma-
yor gravedad en el sexo masculino.
Artrosis cervical. Presenta una elevada prevalencia, con sig-
nos radiológicos presentes en el 22% de los mayores de
25 años y en el 80% en mayores de 55 años. Sin embargo, no
se puede extrapolar a la práctica clínica, ya que muchos de
estos pacientes no presentan dolor (solamente alrededor
de un 15%, según diferentes estudios)
38
y no hay evidencia
que demuestre que la degeneración discal sea un factor de
riesgo de dolor cervical
39
. La degeneración discal y de las
articulaciones interapoÀ sarias afecta con mayor frecuencia
a los segmentos C5-C6 y C6-C7, mientras que la degenera-
ción de las articulaciones uncovertebrales o uncartrosis es,
en gran parte, responsable de la invasión de los agujeros de
conjunción. Las manifestaciones clínicas de la artrosis cervi-
cal pueden dar lugar a diferentes síndromes, que incluyen el
dolor cervical no complicado, la radiculopatía cervical (más
frecuente de las raíces C6 y C7) y la mielopatía cervical.
Artrosis lumbar. También tiene una elevada prevalencia radio-
lógica, aunque inferior a la de la espondiloartrosis cervical,
pero se estima que solo en el 10% de los casos la degeneración
discal y la artrosis interapoÀ saria son los responsables del do-
lor lumbar
40
. La mayor parte de la afectación degenerativa de
la columna lumbar (degeneración discal, prolapso o protrusión
discal, degeneración de las articulaciones interapoÀ sarias, es-
pondilolistesis degenera tiva y estenosis del canal lumbar) se
sitúa en los segmentos L4-L5 y L5-S1.
Artrosis dorsal. Menos frecuente y menos sintomática que
las anteriores. En este nivel, la disociación clinicorradio-
lógica es todavía más acentuada que en las anteriores.
Otras localizaciones
— Glenohumeral: en esta localización es mucho más fre-
cuente la artrosis secundaria, postraumática, por ruptura
crónica del manguito rotador o por procesos que cursan
con destrucción articular (artritis séptica, artritis sisté-
micas, depósito de microcristales, etc.). Habitualmente
es poco sintomática y bien tolerada.
— Acromioclavicular: de causa traumática o bien asociada a
ruptura del manguito rotador o artrosis glenohumeral en el
paciente mayor. Habitualmente es poco sintomática y en
casos de sintomatología aguda e intensa conviene realizar
diagnóstico diferencial con artritis séptica o microcristalina.
— Esternoclavicular: relativamente frecuente pero habi-
tualmente asintomática. Puede acompañarse de subluxa-
ción del extremo proximal de la clavícula que provoca
deformidad evidente. Debe realizarse diagnóstico dife-
rencial con artritis reumatoide, microcristalina o séptica.
— Codo: localización infrecuente de artrosis, habitualmen-
te asociada a traumatismos de repetición en determina-
das actividades laborales (martillo neumático) o bien a
artritis previas. La formación de osteoÀ tos puede favore-
cer la aparición de una neuropatía por atrapamiento del
nervio cubital.
— Tobillo: es poco frecuente y habitualmente secuela de
una fractura previa.
— Pie: la localización más habitual es la primera articula-
ción metatarsofalángica, que provoca el denominado ha-
llux rigidus, habitualmente bilateral, con agregación
familiar o asociado a práctica deportiva (corredores) o a
osteocondrosis en pacientes adolescentes. También en el
antepié pueden verse formas de artrosis secundaria a
fracturas de estrés.
ConÁ icto de intereses
El autor declara no tener ningún conÁ icto de intereses.
10 X. Mas Garriga
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