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Introducción de especies invasoras

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Introducción de especies invasoras
Montserrat Vilà, Núria Roura-Pascual, Jara Andreu, Pablo González-Moreno, Daniel Sol
Introducción
Las actividades humanas son responsables de la introducción de un gran número de
plantas y animales exóticos en áreas donde no habrían llegado por sus propios medios.
Estas introducciones son a menudo intencionadas, como la suelta de animales para la
caza o la pesca, pero también pueden producirse de forma accidental, como sucede con
especies escapadas desde granjas o jardines o con especies introducidas inadvertida-
mente mediante el transporte de mercancías. Una vez introducidas, algunas especies
establecen poblaciones que se mantienen por ellas mismas, sin necesidad de interven-
ción humana, y se consideran naturalizadas. Cuando las poblaciones de estas especies
aumentan en tamaño y se expanden ocupando grandes extensiones las denominamos
especies invasoras. Dado que en las últimas décadas se está produciendo una acelera-
ción del ritmo de introducción de especies invasoras, y que cada vez se conocen mejor
las consecuencias adversas de su expansión, en la actualidad, las invasiones biológicas
son consideradas un componente importante del cambio global.
Según la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), las invasio-
nes biológicas son, junto a la destrucción de los hábitats naturales, el factor contempo-
ráneo que más ha influido en la extinción de especies a nivel mundial. Estas repercu-
siones están adquiriendo gran relevancia internacional y cada vez son más los países
que adoptan medidas de gestión para prevenir y/o minimizar sus impactos. La gestión
de estas especies invasoras se ha convertido en un reto y una prioridad para muchos
gestores ambientales, sobre todo en espacios protegidos o en casos donde las especies
son responsables de graves impactos económicos o que afectan a la salud humana.
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España alberga un gran número de especies exóti-
cas. Según el proyecto europeo DAISIE (2009), en los
ecosistemas terrestres peninsulares se han detec-
tado cerca de 850 especies vegetales, 80 vertebra-
dos y más de 350 invertebrados exóticos (Figura 1).
Este proyecto además ha puesto de manifiesto que
el número de especies exóticas introducidas va en
aumento. Según otras fuentes, el número de espe-
cies exóticas puede ser incluso mucho mayor. Por
ejemplo, la SEO (Sociedad Española de Ornitología;
http://www.seo.org/, consultado el 5 de noviem-
bre del 2010) reconoce un total de 337 especies de
aves exóticas presentes en territorio español, aun-
que de ellas sólo 14 se consideran establecidas y
de éstas sólo 10 son exclusivamente terrestres.
Las especies invasoras pueden causar alteracio-
nes importantes en la biodiversidad y los servi-
cios ambientales (Vilà et al., 2006). Por ejemplo,
muchos árboles exóticos son plantados por su
elevada producción maderera u otros productos
asociados. No obstante, algunos se expanden más
allá de su área de plantación y desplazan especies
nativas, reduciendo así la diversidad florística.
Además, su dominancia altera la estructura de la
vegetación y los hábitats que sirven de refugio a
los animales. En general, las especies con mayor
potencial invasor serían las capaces de invadir el
interior de las áreas forestales. Por ejemplo, las
especies leñosas y tolerantes a condiciones de
baja luminosidad utilizadas en jardinería tienen
una alta probabilidad de convertirse en invasoras
y establecerse en el interior de los fragmentos fo-
restales (González-Moreno et al., 2013).
Algunas especies invasoras pueden también al-
terar los ciclos de nutrientes y la disponibilidad
de agua tanto a escala local como de cuenca. Por
ejemplo, las especies fijadoras de N, como las aca-
cias o las robinias, modifican la fertilidad del suelo.
En regiones mediterráneas de Sudáfrica la inva-
sión por distintas especies de pinos modifica tanto
la disponibilidad de agua en el suelo como la hi-
drología de las cuencas, en España y en general en
los países europeos mediterráneos no hay casos
llamativos de invasiones por coníferas o bien han
sido poco estudiados (Carrillo-Gavilán y Vilà, 2010).
Figura 1. Número de especies exóticas detectadas en ecosiste-
mas terrestres españoles según datos del proyecto DAISE (in-
formación extraída el 08/09/11; http://www.europe-aliens.org).
Las plantas y los insectos exóticos son los grupos con una ma-
yor presencia en ecosistemas terrestres
Efectos en los
bienes y servicios
forestales
Arácnidos
Nemátodos
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Los animales introducidos pueden producir impac-
tos parecidos asociados a la competencia, depreda-
ción, hibridación, parasitismo o alteración de rela-
ciones mutualistas como la dispersión de semillas.
Estos efectos a menudo no ocurren en la región
nativa, donde se encuentran en equilibrio con las
especies con las que coexisten. Por ejemplo, en su
región de origen, la hormiga argentina (Linepithema
humile) coexiste con otras especies nativas de la re-
gión de donde procede. Pero en las zonas en donde
ha sido introducida, entre ellas el litoral ibérico y en
islas, la especie se extiende rápidamente, compi-
tiendo por los recursos con las hormigas nativas,
hasta llegar a dominar la comunidad.
Interacciones con
otros componentes
del cambio global
Las invasiones biológicas son procesos dinámicos.
Desde hace tiempo se sabe que muchas especies
introducidas no se naturalizan o expanden hasta
que las condiciones ambientales les son propicias.
Las especies procedentes de áreas templadas o
más frías que la región mediterránea tenderán a
expandirse hacia áreas de mayor altitud, hacia las
umbrías o a latitudes más elevadas. Sin embargo,
si las proyecciones futuras son correctas, el cam-
bio climático puede conllevar un aumento de la
abundancia de especies exóticas procedentes de
áreas climáticas más cálidas que las mediterrá-
neas. Además, cada vez habrá más demanda para
introducir especies xerofíticas que posean carac-
terísticas fisiológicas y reproductivas adaptadas a
la sequía y a las temperaturas elevadas. Esto ya es
evidente en jardinería (xerojardinería) y puede que
también ocurra en la restauración de las cubiertas
de vegetación y en la silvicultura. Las expectati-
vas sobre la plantación a gran escala de especies
como biocombustible también pueden agravar la
problemática de las invasiones biológicas de for-
ma alarmante, sobre todo porque las especies que
actualmente están en el punto de mira, como por
ejemplo el ailanto (Ailanthus altísima) o el mijo pe-
renne (Panicum virgatum), son precisamente espe-
cies exóticas con alto potencial invasor, es decir,
con capacidad para que una vez introducidas se
establezcan y expandan.
Figura 2. Chumbera (Opuntia spp.) invadiendo un campo
abandonado de olivos. Montserrat Vilà.
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Las proyecciones futuras sobre cambios en el uso
del suelo ponen de manifiesto que la abundancia
de especies exóticas aumentará en áreas foresta-
les. Muchas de estas áreas forestales constituyen
áreas colonizadas por especies leñosas después
del abandono de tierras de cultivo. Durante la
transición de áreas agrícolas a forestales se puede
producir el establecimiento de especies exóticas
que antes quedaban relegadas a áreas muy mar-
ginales en los bordes de los cultivos, tal como en
el caso de las chumberas (Opuntia spp.)(Figura 2).
Otro cambio de uso de suelo que favorece las in-
vasiones son las transiciones hacia áreas urbani-
zadas. En estas circunstancias, las áreas de borde
entre las zonas urbanizadas y las zonas forestales
constituyen “puertas de entrada” de especies exó-
ticas, muchas de ellas ornamentales. Claramente,
los bosques más fragmentados y menos aislados
poseen un mayor grado de invasión que los bos-
ques más extensos y menos rodeados de áreas
agrícolas y urbanas. Finalmente, se espera que la
pérdida y alteración de los ecosistemas naturales
asociadas al creciente proceso de urbanización fa-
cilite la expansión de muchas especies invasoras.
En las aves, por ejemplo, la mayor parte de espe-
cies invasoras sólo tiene éxito en hábitats urbani-
zados, en donde las especies nativas son menos
abundantes, lo que contribuye al fenómeno de la
homogeneización biótica (Case, 1996).
El fuego también constituye un motor de cambio
en el uso del suelo. Muchas especies forestales
exóticas, como los eucaliptos y las acacias, son
plantadas resistentes al fuego y además pueden
propiciar el riesgo de incendios. En Galicia y nor-
te de Portugal, después del fuego se produce una
germinación masiva de semillas de Eucalyptus
globulus y Acacia dealbata cuyos pies además po-
seen la capacidad de rebrotar. En algunos casos,
Indicadores y
mapas de riesgo
los eucaliptales se abandonan transformándose
en bosques mixtos donde el eucalipto persiste y
se expande. Por el contrario, en otros casos, des-
pués de los incendios existe un manejo activo para
transformar áreas agrícolas en nuevas plantacio-
nes de eucaliptales, aumentando así una retroali-
mentación positiva entre invasión, cambios de uso
de suelo y fuego.
Además de la introducción intencionada de espe-
cies, la llegada y establecimiento de especies exó-
ticas aumenta con las perturbaciones antrópicas
(Gassó et al., 2012). Estos patrones se ven refleja-
dos a escala regional. En la España peninsular, la
riqueza de especies vegetales invasoras es ma-
yor en las zonas próximas a las áreas metropo-
litanas, especialmente en la costa mediterránea,
y aumenta con la extensión de áreas urbanas y la
densidad de vías de comunicación (Gassó et al.,
2009). Las áreas forestales son en general poco
susceptibles a las invasiones. Sin embargo, se
debería hacer especial hincapié en la interfaz ur-
bano-forestal donde se espera un mayor riesgo
de invasión por el aumento de la fragmentación
y la frecuentación humana, y en bosques que po-
seen un régimen intrínseco de perturbación alto
como por ejemplo los bosques de ribera (Figura
3). Una intensa actividad humana facilita las inva-
siones porque aumenta la presión por propágulos
de especies exóticas y reduce la resistencia bióti-
ca de las comunidades naturales. Sin embargo, la
actividad humana no es el único factor que expli-
ca la diversidad de especies invasoras. La riqueza
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de especies vegetales invasoras disminuye con la
altitud y la precipitación, de lo que se deduce que
las áreas de clima moderado son las más vulne-
rables a la invasión.
Las invasiones biológicas son una de las causas
más importantes de la pérdida actual de biodi-
versidad. Por tanto, esperaríamos que en luga-
res con gran diversidad de especies exóticas, las
especies nativas fueran menos diversas. Pero a
Prevención
Detección rápida y erradicación
Mantenimiento, restauración y seguimiento
Contención y control
Introducción
Establecimiento
Expansión
Impacto
Figura 4. Estrategias de gestión
de especies exóticas invasoras en
función del estado del proceso de
invasión.
menudo encontramos lo opuesto: los lugares con
más especies exóticas también contienen más
especies nativas. Análisis recientes sugieren que
la correlación positiva entre la riqueza de plantas
exóticas y nativas se explica, por un lado, por la
heterogeneidad ambiental y factores que favore-
cen la diversidad biótica tanto de un grupo como
del otro y, por otro lado, por factores antrópicos
que reducen la resistencia de las comunidades
nativas a la invasión (Bartomeus et al., 2012).
La modelización de la distribución de las especies
exóticas en relación a las características ambien-
tales anteriormente descritas ha permitido la iden-
tificación de las áreas con mayor riesgo de inva-
sión antes de que la propia invasión tenga lugar.
Por ejemplo, el análisis de 78 especies vegetales
invasoras a nivel peninsular indica que la mayoría
de las especies no ha llegado a ocupar ni la mitad
de su distribución potencial (Gassó et al., 2012).
Además, aquellas especies con una mayor ocupa-
ción son en general las que presentan un mayor
tiempo de residencia en la Península. De la misma
manera, con base en escenarios futuros de cam-
bios en el uso del suelo y predicciones climatoló-
gicas, se pueden establecer las áreas potenciales
de distribución de especies invasoras y usarlas
para prevenir su expansión (Chytrý et al., 2012).
Figura 3. Invasión de la hierba de la Pampa (Cortaderia selloana)
junto a Pinus pinea. Elías D. Dana
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Conservar Aprovechando
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Actualmente existen muchas bases de datos y
sistemas de información que pueden ayudarnos a
identificar las especies invasoras de mayor ries-
go, como por ejemplo el atlas de plantas invaso-
ras para España (Sanz-Elorza et al., 2004), USDA
(http://plants.usda.gov), DAISIE (http://www.eu-
rope-aliens.org/), CABI (http://www.cabi.org/isc),
NOBANIS (http://www.nobanis.org/) o GISP (http://
www.issg.org/database/welcome/).
Las actuaciones de gestión para especies exóticas
se pueden agrupar en cuatro grandes categorías:
(1) prevención (2) detección precoz y erradicación,
(3) contención y control, y (4) mantenimiento, res-
tauración y seguimiento. La adopción de una u otra
estrategia depende de la fase en que se encuentre
el proceso de invasión (Figura 4), así como de las
posibilidades reales de éxito de acuerdo con las
características del medio y de las especies gestio-
nadas, los recursos disponibles, el apoyo institu-
cional y social, y la distribución de los esfuerzos
de gestión a lo largo del tiempo (Dana y Rodríguez-
Luengo, 2008).
La prevención es la estrategia más eficaz y con
menor coste económico y ambiental. Incluye todas
aquellas políticas y medidas que se implementan
para evitar la entrada de una especie antes de su
llegada (en el país de origen o en la vía de entrada),
a su llegada (en la zona de intercepción) o como
reacción de emergencia una vez detectada para
proceder a su control inmediato (el Ejemplo 9 sir-
ve como muestra de este caso, ante la perdida de
Biomasa). Un aspecto crítico en la prevención es la
identificación de especies potencialmente invaso-
ras, la cual se realiza mediante protocolos de aná-
lisis de riesgo. Estos métodos utilizan información
sobre la distribución y abundancia actual y poten-
cial de las especies, sus características biológicas
y los impactos que puedan causar para estimar la
probabilidad de que una especie sea introducida
en un territorio, se establezca o genere efectos in-
deseados. Mediante estos protocolos, se han iden-
tificado 80 especies vegetales exóticas con poten-
cial invasor si se introdujeran en España (Andreu y
Vilà, 2010).
Una vez identificado el potencial invasor de las
especies, el paso siguiente es la instauración de
un sistema de vigilancia para detectar el estable-
cimiento de especies exóticas. Para ello, es impor-
tante disponer de un plan de detección precoz y
respuesta rápida que disponga de los recursos
personales y materiales necesarios para dar una
respuesta apropiada y eficaz cuando aún la espe-
cie no está establecida. En este proceso juegan un
papel muy importante los agentes rurales y guar-
das forestales, puesto que son los que más rápi-
damente pueden identificar las nuevas especies y
dar aviso para intentar erradicarlas (en el Ejemplo
2 se describen estas estrategias para la salva-
guarda de la Biodiversidad).
La erradicación definitiva de una especie invaso-
ra sólo es viable durante las primeras fases del
proceso de invasión o en poblaciones aisladas.
En el caso de especies invasoras ya establecidas,
las opciones más adecuadas son limitar su área
de distribución, lo que se conoce como contención,
o reducir su densidad (control). También es fun-
damental establecer un seguimiento continuo de
aquellas que poseen poblaciones pequeñas puesto
Fundamentos
ecológicos para
la gestión
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e
que para muchas es solo cuestión de tiempo para
que pasen a convertirse en invasoras.
En general, los métodos disponibles para erradi-
car, contener o controlar las especies invasoras
se clasifican en: manuales, mecánicos, químicos y
biológicos. Los métodos manuales se realizan en
zonas reducidas o susceptibles de ser dañadas por
actuaciones mecánicas o químicas. Estas a su vez
se basan en el uso de maquinaria o productos quí-
micos para gestionar extensiones mayores de es-
pecies exóticas invasoras (en esta línea, otra ma-
nera de conservar la Biodiversidad se explica en
el Ejemplo 3). En casos donde las poblaciones son
imposibles de erradicar, el control biológico utiliza
otros organismos para reducir la densidad de las
poblaciones establecidas o la capacidad competi-
tiva de las especies exóticas. Normalmente estos
organismos son enemigos naturales específicos
del huésped que se quiere controlar. Dado que
todos estos métodos tienen sus ventajas e incon-
venientes, deben ser atentamente evaluados para
poder identificar el más adecuado en cada situa-
ción. En Europa los permisos para poder realizar
control biológico son muy estrictos.
La erradicación o control de una especie invasora
raramente se consigue con actuaciones puntuales,
sino que requieren medidas a largo plazo que per-
mitan al ecosistema permanecer libre de especies
exóticas y recuperar su flora y fauna autóctonas.
Todo plan de gestión precisa, pues, de un programa
de mantenimiento y restauración del ecosistema
una vez finalizadas las actuaciones de erradica-
ción o control. Las actuaciones de mantenimiento
evitan la reaparición de la especie invasora pero
también de nuevas especies exóticas que puedan
aprovechar ese vacío ecológico para instalarse.
En cambio, las actuaciones de restauración están
encaminadas a facilitar el funcionamiento del eco-
sistema y la recuperación de las especies nativas.
La necesidad de estos programas de manteni-
miento y restauración depende de las caracte-
rísticas de la especie invasora y de los impactos
que haya causado sobre el ecosistema receptor.
Asimismo, el seguimiento a medio y largo plazo
tanto de la respuesta de las especies invasoras
gestionadas como de las especies nativas es nece-
sario para asegurar el éxito de la actuación, ya que
permite controlar la aparición de efectos secunda-
rios indeseados, determinar la duración de las ac-
tuaciones de mantenimiento y finalmente, evaluar
la necesidad de aplicar medidas de restauración
específicas, como por ejemplo la revegetación con
especies nativas. La información registrada duran-
te este seguimiento permite acumular información
para planificar futuros programas de gestión. El
uso de indicadores de eficacia es imprescindible
para controlar el estado del ecosistema y dar he-
rramientas a los gestores para seguir fácilmente
la evolución de sus actuaciones. Así, en el caso de
plantas exóticas, las comparaciones entre lugares
invadidos, lugares de referencia no invadidos y
lugares donde una determinada especie invasora
ha sido eliminada permiten a los gestores no sólo
determinar la eficacia de las medidas de control o
erradicación sino también cuantificar la recupera-
ción del ecosistema nativo.
En España la gestión de las especies exóticas se
ha centrado principalmente en la aplicación de
medidas de control mecánico o químico a esca-
las locales, en cambio la prevención y los planes
de detección precoz y respuesta rápida a esca-
las más globales han sido muy poco utilizados.
Además, normalmente las actuaciones de control
o erradicación han sido diseñadas con objetivos a
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Conservar Aprovechando
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corto plazo, sin medidas de mantenimiento, res-
tauración y seguimiento a largo plazo que permi-
tan evaluar y asegurar el éxito de dichas actua-
ciones. Las principales limitaciones a la hora de
hacer frente a las especies invasoras parecen ser
la falta de financiación, la descoordinación entre
administraciones y colectivos implicados, la poca
concienciación social, un marco legal insuficiente o
la falta de pautas para la priorización de la gestión
de especies invasoras (Andreu y Vilà, 2007).
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invasiones de plantas y vertebrados terrestres en
Europa. Ecosistemas 15:13–23.
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Article
Full-text available
Success of invasive species has been frequently estimated as the present distribution range size in the in-troduced region. However, the present distribution range is only a picture of the invasion for a given time step and do not inform on the potential distribution range of the species. Based on niche-based models we used climatic, geographic and landscape information on the present distribution range for 78 major plant invaders in Spain to estimate and map their potential distribution range. We found a positive relationship between present and potential distribution of species. Most of the species have not yet occupied half of their potential distribution range. Sorghum halepense and Amaranthus retroflexus have the widest potential distribution range. Sorghum halepense and Robinia pseudoacacia have the highest relative occupancy (i.e. proportion of potential distribution range currently occupied). Species with a larger minimum residence time have, on average, higher relative occupancy. Our study warns managers that it might be only a matter of time that currently localized invasive species reach their potential area of distribution.
Article
Full-text available
Natural habitats in human-altered landscapes are especially vulnerable to biological invasions, especially in their edges. We aim to understand the influence of landscape and local characteristics on biological invasions by exploring the level of plant invasion and alien species traits in forest edges in highly urbanized landscapes. We identified all plant species in 73 paired plots in the edge and 50 m towards the interior of the forest. We explored the association between alien species richness and similarity in species composition between edge and interior plots with landscape and local variables, using generalized linear models and variance partitioning techniques. Then, we performed Fourth-corner analyses to explore the association between alien plant traits and local and landscape variables. In contrast to native species richness, alien species richness was more affected by the surrounding landscape than by the local characteristics of the edge. Road proximity was positively associated with alien species richness and proportion and was its most important correlate, whereas disturbance was negatively associated with native species richness and was its most influential factor. Alien plant traits were also primarily associated with landscape characteristics. For instance, species of Mediterranean origin and introduced for agriculture were associated with higher agriculture use in the landscape. Our findings suggest that risk analyses of habitat vulnerability to invasion must consider the landscape context in order to successfully predict highly invaded areas and identify potentially successful invaders.
Article
Full-text available
Aim Biological invasions are a major component of global change with increasing effects on natural ecosystems and human societies. Here, we aim to assess the relationship between plant invader species attributes and the extent of their distribution range size, at the same time that we assess the association between environmental factors and plant invader species richness. Location Spain, Mediterranean region. Methods From the species perspective, we calculated the distribution range size of the 106 vascular plant invaders listed in a recently published atlas of alien plant species in Spain. Range size was used as an estimation of the degree of invasion success of the species. To model variation in range size between species as a function of a set of species attributes, we adopted the framework of the generalized linear mixed models because they allow the incorporation of taxonomic categories as nested random factors to control for phylogenetic relationships. From the invaded site perspective, we determined invader plant species richness as the number of species for each 10 × 10 km Universal Transverse Mercator (UTM) grid. For each grid cell, we estimated variables concerning landscape, topography, climate and human settlement. Then, we performed a generalized linear mixed model incorporating a defined spatial correlation structure to assess the relationship between plant invader richness and the environmental predictors. Results From the species perspective, wind dispersal and minimum residence time appeared to favour invasion success. From the invaded site perspective, we identified high anthropogenic disturbance, low altitude, short distance to the coastline and dry, hot weather as the main correlates to UTM grid cell invader richness. Main conclusions According to these results, an increasing importance of man‐modified ecosystems and global warming in the Mediterranean region should facilitate the expansion of plant invaders, especially wind‐dispersed species, leading to the accumulation of invasive species in some sites (i.e. invasion hot spots).
Article
Full-text available
Los impactos ecológicos de las especies introducidas constituyen uno de los aspectos menos investigados de la ecología de las invasiones, especialmente en Europa. La mayor parte de los estudios realizados se han restringido a especies que tienen un impacto económico inmediato. Hemos revisado la literatura centrada en los efectos de plantas y animales vertebrados terrestres invasores sobre especies nativas y ecosistemas receptores en Europa. Las plantas invasoras pueden interferir con las especies nativas por competencia o mediante la producción de sustancias alelopáticas. A escala de comunidad, el impacto más estudiado ha sido la disminución de la biodiversidad y el desplazamiento local de alguna de ellas. Las plantas invasoras también pueden interferir con niveles tróficos superiores; tal es el caso de la competencia por polinizadores. A escala de ecosistema, las invasoras pueden modificar los ciclos de nutrientes (por ejemplo, especies fijadoras de N), la disponibilidad de agua, e incluso alterar los regímenes de perturbación. En el caso de la invasión por vertebrados, si la especie ocupa el mismo nicho ecológico que una especie nativa, una de las dos puede llegar a interferir con la otra. Normalmente, estas interferencias entre especies son causadas por competencia por el alimento u por otros recursos, depredación directa o transferencia de patógenos. Los vertenrados invasores también pueden provocar alteraciones considerables en la estructura de la vegetación y en la sucesión.
Chapter
De acuerdo con lo expuesto en este capítulo y con lo que se expresa en la Estrategia Europea sobre Especies Alóctonas las razones más frecuentes para explicar el fracaso de algunas actuaciones de gestión son: • Reducida conciencia ciudadana y subsiguiente oposición a la intervención por la Administración. • Escasez y reducida accesibilidad de información científica (especialmente la aplicada a casos locales de gestión). • Ausencia de prioridades claras y consensuadas. • Facilidad para la introducción y el movimiento, inspecciones y cuarentenas inadecuadas. • Reducida coordinación entre los diversos sectores de la Administración, del sector privado y de colectivos ciudadanos. • Inadecuada, insuficiente o discontinua capacidad de seguimiento. • Ausencia de respuestas de emergencia efectivas.
Article
Aim Classic theory suggests that species‐rich communities should be more resistant to the establishment of exotic species than species‐poor communities. Although this theory predicts that exotic species should be less diverse in regions that contain more native species, macroecological analyses often find that the correlation between exotic and native species richness is positive rather than negative. To reconcile results with theory, we explore to what extent climatic conditions, landscape heterogeneity and anthropogenic disturbance may explain the positive relationship between native and exotic plant richness. Location Catalonia (western Mediterranean region). Methods We integrated floristic records and GIS‐based environmental measures to make spatially explicit 10‐km grid cells. We asked whether the observed positive relationship between native and exotic plant richness ( R ² = 0.11) resulted from the addition of several negative correlations corresponding to different environmental conditions identified with cluster analysis. Moreover, we directly quantified the importance of common causal effects with a structural equation modelling framework. Results We found no evidence that the relationship between native and exotic plant richness was negative when the comparison was made within environmentally homogeneous groups. Although there were common factors explaining both native and exotic richness, mainly associated with landscape heterogeneity and human pressure, these factors only explained 17.2% of the total correlation. Nevertheless, when the comparison was restricted to native plants associated with human‐disturbed (i.e. ruderal) ecosystems, the relationship was stronger ( R ² = 0.52) and the fraction explained by common factors increased substantially (58.3%). Main conclusions While our results confirm that the positive correlation between exotic and native plant richness is in part explained by common extrinsic factors, they also highlight the great importance of anthropic factors that – by reducing biotic resistance – facilitate the establishment and spread of both exotic and native plants that tolerate disturbed environments.
Article
Aim Recent studies of plant invasions in habitat types across different climatic regions of Europe have made it possible to produce a European map of plant invasions. Parallel research led to the formulation of integrated scenarios of future socio-economic development, which were used to create spatially explicit scenarios of European land-use change for the 21st century. Here we integrate these two research lines and produce the first spatially explicit projections of plant invasions in Europe for the years 2020, 2050 and 2080. Location The European Union (except Bulgaria and Romania), Norway and Switzerland. Methods We used vegetation plots from southern, central and north-western Europe to quantify mean levels of invasion by neophytes (post-1500 alien plants) for forest, grassland, urban, arable and abandoned land. We projected these values on the land-use scenarios for 2020, 2050 and 2080, and constructed maps of future plant invasions under three socio-economic scenarios assuming: (1) deregulation and globalization, (2) continuation of current policies with standing regulations, and (3) a shift towards sustainable development. Results Under all scenarios an increase in the level of invasion was projected for north-western and northern Europe, and under the first two scenarios a decrease for some agricultural areas of eastern Europe where abandonment of agricultural land is expected. A net increase in the level of invasion over Europe was projected under scenarios 2 and 3. Main conclusions The polarization between more and less invaded regions is likely to increase if future policies are oriented on economic deregulation, which may result in serious future problems in some areas of Europe. However, an implementation of sustainability policies would not automatically restrict the spread of alien plants. Therefore invasions require specific policy approaches beyond the more general ones, which are currently on the policy agenda and were tested in the scenarios.
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I use three separate data bases to examine recipient community and site factors that might be influencing the establishment, persistence, and distribution of avian exotics. All in all, about half the variance between islands/regions in their numbers of successfully and unsuccessfully introduced species can be accounted for by recipient site-specific variables; the most important correlate of success is the number of native species extinctions over about the last 3000 years, which reflects the degree of human activity and habitat destruction and deterioration through intrusions of exotic predators, herbivores, and parasites. Consequently, the number of exotic species gained is close to the number of species lost through extinction. Even after controlling for avian extinctions, island area correlates positively with introduced species number. Invasion success does not decline significantly with the richness of the native avifauna (after controlling for the effects of extinctions and island area) nor the variety of potential mammalian predators. The relative proportion of extinct native species across islands/regions is negatively correlated with area and positively correlated with introduced species number and the number of endemic species. A strong correlation exists between the number of successes and the number of failures, attesting to the role of persistent acclimatization societies in increasing species numbers despite high failure rates. The relative success to failure rate increases with the number of extinct native species. The correlation between introductions and native extinctions seems to arise because native birds are usually more common, if not restricted, to native habitats while introduced birds are primary occupants of disturbed and open habitats. As more of an island's area is converted to urban, agricultural and disturbed habitats or altered through the introduction of herbivores and exotic predators, most natives lose good living space while most introduced birds, that frequent open and disturbed areas and have evolved in predator-rich areas, gain habitat.I find little support for the notion that rich avifaunas in themselves repel the establishment of avian invaders at the level of whole islands or archipelagoes. However, interactions between established exotics and natives may be influencing habitat distributions of species in both sets within islands. In both man-made habitats and native forest habitats, exotic species number and the relative abundance of exotic birds is negatively related to the number of native species. After accounting for this local variation, exotic species number is positively related to exotic species number for the entire island/region. In local surveys the relative abundance of exotic birds compared to native birds is affected by habitat (non-native habitats have more exotics) and also by the numbers of species of exotics and natives on the island. The relative importance of biotic interactions like competition, apparent competition through differential disease transmission or susceptibility, and predation in shaping the abundance and habitat affinities of exotics and native species can be difficult to unravel when regional affects are so important.
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Once non-native species become established in a new region, they are extremely difficult to eradicate or control, suggesting an urgent need for the development of early warning systems to determine the probability of a given species becoming invasive. Risk assessment schemes are valuable tools to diminish the risk of invasion and to concentrate resources on preventing the entrance and spread of those species with higher risk of invasion. For many European countries, plant species not yet introduced to the country and with high invasive potential have not been identified. The present study aims to identify and rank non-native plant species that could potentially become invasive in Spain if introduced. As a first step, a plant data set was pre-selected for screening, containing invasive plants in neighbouring countries and in other Mediterranean regions of the world but not present in Spain. A preliminary list of 80 species was obtained, Leguminosae being the most represented family (15%) and gardening (62%) the most common pathway of introduction. As for the potential European Nature Information System (EUNIS) habitats to invade, heath land and scrubland habitats types (F; 19%), followed by constructed, industrial and artificial habitats (J; 14%) and woodland and forest habitats (G; 13%) seem to be the habitats most at risk despite F and G habitats currently being the least invaded in Spain. We ranked these potential invasive species using the Australian Weed Risk Assessment system and a Risk Assessment for Central Europe developed by Weber & Gut (2004) [Weber, E., & Gut, D. (2004). Assessing the risk of potentially invasive plant species in central Europe. Journal for Nature Conservation, 12, 171–179]. Most species received intermediate values in both tests. The species with higher scores were mainly aquatic plants and should be prohibited or kept out of trade. Chromolaena odorata (Asteraceae) obtained the highest score in both tests and therefore is the species with the highest risk to become invasive in Spain if introduced.